Fetichismo Legal
Fetichismo Legal
Fetichismo Legal
En el sistema económico latinoamericano y del caribe (SELA) Esteban Restrepo acuso a los constitucionalistas
colombianos de LEGALISMO MAGICO lo que significaría que a pesar de todas las tragedias aquí ocurridas se insiste en
celebrar la constitución del 91 como si fuera lo máximo
Me pregunto yo entonces ¿por qué tantas personas inteligentes, y experiencia política, insisten en la reforma legal y en
el litigio constitucional como si no conocieran las limitaciones del derecho como instrumento de emancipación social?
¿Por qué tanta insistencia en las sentencias de la Corte Constitucional, incluso más allá de su utilidad, con lo que parece
como un exceso de entusiasmo?
Repensar el fetichismo legal de tal manera que, sin perder el sentido crítico del término, se pueda al mismo tiempo
pensar en que no carece de sentido ni de belleza ese insistir en el derecho en circunstancias a veces tan adversas pues
se es feliz solo con la decisión judicial sin tener en cuenta los efectos
No encaja llamársele a esto legalismo mágico o realismo mágico. Es el mediador que surge del exilio, de la nostalgia del
inmigrante o del exiliado, de esa dulce tristeza que los brasileros llaman saudade. Una forma de escribir el mundo que
comprende a lo real como maravilloso, y que lo hace para resolver el problema de la literatura en el exilio espiritual: no
saber bien como situarse frente a un lugar de origen que, en la medida en que uno se identifica con los centros
cosmopolitas de la cultura, aparece a menudo como ajeno y barbárico, pero, al mismo tiempo, cuando uno intenta
ubicarse en la metrópolis aparece como propio, auténtico, y entrañable.
El constitucionalismo colombiano por el contrario no está en el exilio, está en casa. Y estar en casa no produce saudade,
hay una realidad dura pero se trata de vivir con ella y la realidad no se celebra como maravillosa se celebra es el
fetichismo legal
El marxismo establecía que insistir en las vías legales era puro fetichismo porque a la larga solo beneficiaba a la clase
dominante, un llamado a alzarse en armas y a hacer revolución; pero el fetichismo legal es aún más antiguo que el
marxismo y este no critica el derecho burgués si no el FORMALISMO como método de interpretación de la ley
No darse cuenta del abismo que separa la aprobación de una ley de su aplicación, y estar de alguna manera engañado
por el ritualismo de la norma, posponiendo indefinidamente la confrontación con su falta de aplicación. La esencia del
fetichismo legal es el goce. Resuena como un fenómeno tercermundista pues fetichismo= símbolos dioses negros
africanos remplazados por los de los dioses de los blancos pensándose así que las pasiones de los otros son menos
merecedoras de respeto por ser menos ciertas sabiendo que esto de que lo mío es cierto y lo ajeno es falso se define por
el poder social, económico, militar
Por no tener poder militar y económico para imponernos
Formalista, opresor, quijotesco y
tercer mundistas significados que Nace del marxismo y del
coexisten y el termino logra psicoanálisis(reflexión sobre la vida
ABSORBER emocional del activismo legal, el deseo)
No darse cuenta del abismo que separa la aprobación de una ley de su aplicación, y estar de alguna manera
engañado por el ritualismo de la norma, posponiendo indefinidamente la confrontación con su falta de
aplicación
Identificación de sus estructuras emocionales básicas. La primera es la relación del fetichista con la realidad, que no la
niega del todo, pero tampoco la acepta. Más bien se trata de una relación de de-negación, mejor descrita con la frase:
“yo sé… y sin embargo…”11 De manera que cuando al fetichista se le dice que su objeto no es “real” que no tiene
sentido tener un apego tal al objeto equivocado, el fetichista ya lo sabe, y sin embargo lo desea, y lo goza
Hay un deseo el deseo por un objeto no se explica por lo atractivo del objeto, sino por el vacío que el objeto pretende
llenar (sin lograrlo) entonces el paso siguiente para entender el fetichismo legal es preguntarse por el vacío que se llena
con la ley, por la ausencia que la ley al mismo tiempo revela y oculta en su promulgación, y es ahí donde encontraremos
la razón de ser del exceso con el cual deseamos, y gozamos
La reforma del 91 reclama la idea de la dignidad humana y este es heredado del derecho natural el cual ha venido en
caída en pique, pero al analizar lo que es la dignidad y humana y tratar de entender si la tenemos o no es que entramos
en la controversia de que la sociedad hoy en día por TODO lo sucedido y el degrada miento que esta ha tenido se ha
llegado a considerar que no la tiene(la dignidad humana) y que es exactamente ese el vacío que pretendió llenar dicha
reforma. Es decir, la dignidad humana no se entiende como un derecho natural porque no hay nada en el ser humano
que lo haga inviolable o sagrado y que por algo es algo que se ha creado por la voluntad política y NO POR un estado
natural de las cosas.
La violencia(en todos sus tipos) es entonces un atajo para entender que lo humano no es sagrado y al no serlo la vidad
social pierde su sentido moral o se teje en torno a un centro vacío pero el derecho niega que sea asi y eso es lo que
encanta y enamora pues establecen que la humillación y demás actos no son normales y que solo es normal lo que esta
en la norma y si estos actos son una expresión entonces el centro de la vida vuelve a tener un lleno y un sentido moral.
Para resumir: el deseo está basado en la conciencia de una ausencia o de un vacío, y en el caso del deseo por “una ley
justa” la ausencia sentida es la ausencia de dignidad humana, y es esta ausencia la que constituye y le da fuerza al deseo
por una ley que afirma que sí hay dignidad humana. El derecho insiste que podemos, con la ley, definir y contener los
horrores y por eso produce tanto placer y se desea con tanta intensidad; se desea claro, por lo que se puede lograr con
él, pero también se desea, y se le valora, porque su poder para reinterpretar como anormal la cotidianeidad violenta
Cuando se valora la reforma legal más allá de lo que llamamos la realidad, el fetiche es una fantasía
Una forma de producir una realidad alternativa. Comprendemos entonces el mundo por una
re de significados construidas por la sociedad y esto sucede con más de un concepto
Es entonces el fetichismo legal una fantasía que pretende crear una red de nuevos conceptos y en base a eso construir
una realidad alternativa donde se aumente el estatus del grupo excluido, usando por ejemplo no indio si no indígena, es
esta entonces la lucha a la que se encuentra enfrentada la política (ejm niños de la calle asesinados por comericantes a
los que la corte llama niños y que tienen DDHH a pesar de que los comericantes no lo consideran asi; esta fantasia de
ddhh entonces produce una realidad en la que las familias de los niños pasan a ser victimas y a ser compensadas)
Para los activistas esta realidad que crea y esta fantasia es la vida del derecho; Para los activistas el derecho aparece por
una parte como una amenaza constante, amenaza de desmobilización, de quedarse en puras promesas, de que la ley a
fin de cuentas siempre se pone del lado del fuerte. Y por la otra, aparece el derecho como una esperanza no sólo de
beneficios reales sino de la posibilidad de re-significar identidades, de recrear sus vidas, y sobretodo, de darle significado
al sufrimiento del cual han sido testigos, las cosas que han visto, y sobrevivido.
DOS EJEMPLOS: El primero se refiere al movimiento estudiantil que en 1989 y 1990 promovió la creación de la Asamblea
Nacional Constituyente que eventualmente promulgó la Constitución de 1991, y el segundo el del movimiento de
pueblos indígenas que surge en Colombia desde los años setenta
El movimiento estudiantil de 1989 no fue típico en su deseo concentrado en una norma (la Constitución) y su reforma.
En general para los movimientos sociales el derecho es un instrumento antes que un fin, y se busca para lograr
beneficios más o menos concretos. Incluso, muchas veces la estrategia legal viene acompañada de escepticismo y de un
cierto tipo de desesperación que lleva a apostarle al derecho, a veces como último recurso. Pero esta conciencia del
valor instrumental del derecho, me parece, en la práctica no evita que “y sin embargo” haya un deseo y un goce por el
valor de la norma en sí mismo.
Al mismo tiempo, el derecho le propone al indígena una identidad digna, no solo la de ciudadano, sino la identidad
especial de ser poseedor de una cultura y tradición antigua y ahora, respetada. En la década de los noventa y en lo
corrido del dos mil, el surgimiento de los indígenas ha sido en Colombia como en otros países de la región, un proceso
fascinante, esperanzador y complejo, que conlleva la recuperación y en muchos casos la reinvención de la cultura
indígena. Comunidades que habían sido aplastadas por el brutal influjo de la conquista y la evangelización, descubren
ahora en el derecho la dignidad de ser indígenas, y buscan por ese camino no sólo sobrevivir sino vivir mejor
El darles el aura especial de pueblos indígenas, con derechos especiales a la protección y a la supervivencia por tener
una cultura antigua es de cierto modo una fantasía: es el intento por redefinir la realidad, y crearla de nuevo.
Cuando personas como yo se enorgullecen de la Constitución de 1991, e incluso, del renacer indígena, debemos
seguramente parecer de lejos como que vivimos en una realidad aparte, a un mundo de fantasía. Pero, como he estado
argumentando, vivir en esta fantasía no es estar desconectado de la realidad, sino luchar por redefinir la realidad a
través de un esfuerzo permanente de redefinición de lo humano a partir de una dignidad que solo tiene sentido en
cuanto se comprende como un proyecto político, el fruto de la voluntad y de la imaginación. Sin embargo, en ocasiones,
el negar que es un proyecto político es parte de la misma estrategia, lo cual quizá sea un ardid retórico pero a mi modo
de ver corresponde más bien a la necesidad de mantener en lo más intimo de la conciencia un principio ordenador que
acalle el horror de lo que se ha visto y oído. Así, se insiste en que lo que sucede son esencia aberraciones, violaciones, y
no una de tantas manifestaciones de la contradictoria condición humana.
La pregunta que queda abierta es si una mayor conciencia de la contradicción interna (ese “yo sé…y sin embargo”) se
disuelve al adquirir conciencia de ella, y si, de ser así, se desmobiliza al activista
En otras palabras, la pregunta si este artículo tendría la fuerza de revelar que “el emperador está desnudo,” y si a ello le
seguiría el abandono de proyectos de activismo legal por parte de sus lectores. En realidad ello me parece poco
probable. La desmobilización se da, no hay duda, pero a mi modo de ver se debe más a factores emocionales que
cognitivos, y en especial, a la dificultad del trabajar en medio de la violencia. Se trata de un efecto que los
estadounidenses han descrito tan bien como “burnout” o agotamiento emocional. Francamente, no creo que un artículo
académico incida demasiado en este fenómeno
la dignidad humana no es una descripción del ser humano en cuanto naturaleza ni siquiera en cuanto ser social, sino una
aspiración política, una fantasía, un intento por recrear el mundo social en contra de la “verdad” que ofrece como
sentido común la violencia cotidiana.
Y esto es quizá lo mejor de nuestra situación difícil. Que no logramos olvidar que acecha otra versión del mundo,
vigorosa y vengativa y con vocación de poder, y ante la cual resurge la urgencia de defender el liberalismo político, así
sea en su versión más mínima. Y se disfruta, quizás por el aliento que da esa misma urgencia, y se goza con cada triunfo
legal más quizá de lo que este amerita en términos de un análisis de costo-beneficio. Y ese exceso de emoción por el
derecho, que quizá fue lo que identificó aquel chileno en el SELA del 2002, es lo que he intentado explicar en este texto y
lo que llamo fetichismo legal.