Lolita
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Introducción
La psicología no es una ciencia que rechace nutrirse de cuantas fuentes de conocimiento pueda,
es decir, es factible que use disciplinas aledañas para de esta manera, afinque e incorpore nuevos
conocimientos. Muestra de lo mencionado lo podemos encontrar en el acercamiento de la
disciplina del comportamiento con la filosofía, la biología, la sociología, la antropología, etc. En el
presente ensayo se realiza un acercamiento muy estrecho entre la literatura y la psicología.
Los temas centrales del ensayo son la pedofília y la neurosis que se expresan de manera notoria
en Humbert Humbert.
Las personas denominan a los enteramente difusos, e incluso sombríos cambios que se
experimentan como progreso, Solzhenitsyn (1996; pag. 7) con respecto al progreso dice lo
siguiente: “el progreso ciertamente ha avanzado espléndidamente, pero nos ha conducido a
consecuencias que las generaciones anteriores no podrían haber pronosticado”. Efectivamente,
existen inmensa cantidad de efectos que podrían haberse interpretado como elucubraciones de
Julio Verne, o incluso siendo más contemporáneos, tramas elaboradas por Aldous Huxley o
George Orwell. Uno de estos cambios, es la revolución sexual, que se ilustrará brevemente: fue un
complejo fenómeno que tuvo innumerable cantidad de determinantes, es innegable que uno de
ellos fue la invención de la píldora anticonceptiva por Carl Djerassi en 1951 y su posterior
comercialización a partir de 1961 (Telefónica del Perú, 2000). El progreso en la tecnología médica
contribuyó ciertamente a un cambio en la mentalidad de occidente sobre lo que representa el sexo,
evidentemente no fue sólo ese factor, se pueden traer a colación otros: Simone de Beauvoir y su
inacabable lucha contra la discriminación de la mujer en la década del 40, Alfred Kinsey que funda
en la Universidad de Indiana el instituto para la investigación sexual en 1947, los estudios de
Gräfenberg y Benjamin entre 1950 y 1960, finalmente esta lista no estaría completa sin la mención
de William H. Masters y Virginia Johnson con sus incesantes estudios sobre la sexualidad humana
ya en la década del 70. Esta revolución ha acometido rotundamente en la mentalidad mundial y en
especial occidental logrando de alguna manera que el libro Lolita pierda el tono escandaloso que lo
antecedió casi media centuria antes.
Ortega y Gasset (1981) dijo: “Hay, sobre todo, épocas en que la realidad humana, siempre móvil,
se acelera, se embala en velocidades vertiginosas. Nuestra época es de esta clase porque es de
descensos y caídas”. Este ilustre pensador, acertó en esta acuciosa frase, por un lado existe el
genoma humano, y por otro, no se puede tolerar a la homosexualidad, el mundo avanza en un mar
de información llamado internet y en Israel, personas luchan por que son de ideologías religiosas
distintas, esto se sintetiza en una sola palabra: intolerancia.
Dentro de los círculos literarios es harto conocido que la obra “Lolita” hizo millonario a Nabokov,
pero sin duda, el intrincado malentendido generado por la obra, continua hasta nuestros días, un
poco de historia sería algo adecuado: Para que la obra de Nabokov fuera publicada, tuvo que ser
rechazada por cuatro editoriales, la editora encargada de publicar por primera vez el libro en
cuestión fue Olympia Press, esta empresa tenía entre dentro de su catálogo desde burdas obras
pornográficas hasta textos contestatarios a cargo de Henry Miller. La novela, “Lolita”, apareció en
1955 y un año después fue prohibida en Francia por ser considerada obscena. Paralelamente a
este hecho, Graham Greeene, crítico literario sobresaliente, la consideró la mejor obra del año;
esta deferencia ocasionó una polémica tremebunda y un estigma de novela maldita que aún en la
actualidad posee. En 1958 apareció la edición estadounidense además de docenas de
publicaciones en distintos países.
Trama de la obra
La obra es la confesión escrita de Humbert Humbert, a los jueces del tribunal que van a juzgarlo,
por asesino (de Clare Quilty) y por su predilección por niñas precoces. La historia primigenia, es
decir donde conoce a Lolita, Dolores, o Dolly ocurre en Ramsdale, Nueva Inglaterra. Esta niña
tenía exactamente cuando la conoció, doce años y siete meses.
En Ramsdale con la acuciosa necesidad de llegar a Lolita, H. H. (Humbert Humbert) desposa a una
acomodada ciudadana de clase media -evidentemente burguesa- de dicha ciudad llamada
Charlotte Becher Haze quien es madre de Lolita. El azar es una situación facilitadora de los hechos
posteriores, ya que logra que la madre muera en un accidente de tráfico, (la situación fue la
siguiente: la madre se enteró que H. H. no la quería, que estaba con ella sólo para llegar a la hija,
Charlotte salió corriendo de la casa, obnubilada por la circunstancia que experimentaba y no midió
las consecuencias de sus actos, se abalanzó a la calle y un auto la golpeó). En virtud a esto, el
padrastro, tomó posesión legal de la niña y el camino fue más fácil. La relación semi-incestuosa de
Lolita con su padrastro dura cerca de dos años, al cabo de los cuales, Lolita se fuga con Clare
Quilty, a quien luego de una tortuosa búsqueda, Humbert Humbert da muerte (por celos). Este es
el crimen por el cual va a ser juzgado cuando se pone a escribir el manuscrito.
Humbert Humbert cuenta esta historia con pausas, pistas falsas, intrigas, suspensos, ironías,
pensamientos repetitivos y ambigüedades propias de un neurótico. La historia es escandalosa,
mas no pornográfica, no es siquiera erótica ni obscena, en ninguna página de la voluminosa obra
existe una escena de sexo explícito. Humbert Humbert no es un libertino, ni un sensual, es apenas
sólo un obseso. Su historia es escandalosa, ante todo, porque él la siente y la presenta así,
subrayando a cada paso su demencia y su monstruosidad (estas palabras las emplea él; podemos
decir entonces que hay consciencia de que algo anda mal). Esta noción del protagonista de que
algo es literalmente diferente y tiene un carácter transgresor confiere a la trama su índole malsana
y moralmente inaceptable.
¿Quién es este extraño sujeto?. Este hombre es un extraño automóvil que cual fantasma aparece y
desaparece, es un perfil borroso atiborrado de miedo e inseguridad, es una colina a lo lejos, es
temor, ansiedad y aprehensión, es una aparición en un juego de tenis, y una miríada que sólo una
neurosis detallista y alerta puede reconocer. Ya en el encarcelamiento, nuestro narrador, Humbert
Humbert escribe la historia que ya conocemos, va reconstruyendo con un neurótico detalle las
peripecias felices que pasó por dos años con su “nínfula” a través de toda norteamérica. Es en este
recuento que va encontrando pistas aún mayores del desconcertante Clare Quilty. Ellos revelan un
conocimiento poco menos que omnisciente de la vida, la cultura y las manías del narrador y una
suerte de complicidad subliminal entre ambos. Hace no menos de unos párrafos se afirmó que este
mítico y misterioso personaje es el otro yo de Humbert Humbert, se hace esta afirmación debido a
que es la persona que anda también tras una nínfula, tiene intereses intelectuales semejantes y
acepta sobremanera los acertijos de H. H., además que sagazmente lo persigue durante media
norteamérica, tiene contactos furtivos con Lolita, deja pruebas precisas para activar la neurosis de
Humbert Humbert, pero no las suficientes para hacer que éste lo encuentre. Existe una lucha
constante de intelectos neuróticos entre ambos, yo y otro yo, Humbert Humbert y Clare Quilty,
moral y contra-moral, etc.
Podría parecer que la escena cúspide de la obra es el contacto carnal entre estos dos personajes,
Lolita de doce años y Humbert Humbert, cuarentón pedofílico y además neurótico, mas no es así,
la principal escena de la obra es básicamente el demorado, sigiloso y persecutorio asesinato de
Clare Quilty. Escena cargada de sensaciones, sentimientos, culpa, desintegración psíquica y
moral. Luego de la consecución del acto, Humbert Humbert (todo esto pasó luego que Lolita se
fuga con Quilty) observa detenidamente el cuerpo inerte, abatido y vencido de su contrincante
como Moriarty observó Holmes y viceversa, como la eterna lucha de Dr. Jackyll y Mr. Hyde y
consecuentemente la destrucción de ambos, etc. El remordimiento que sintió fue insoportable e
insoslayable, se detestó así mismo. Para detallar lo que es el remordimiento, se debe traer a
colación a Huxley (1980; pp. 9) que en su obra “Un mundo feliz” dice al respecto lo siguiente: “El
remordimiento crónico, y en ello están acorde todos los moralistas es un sentimiento sumamente
indeseable. Si has obrado mal, arrepiéntete, enmienda tus yerros en lo posible y encamina tus
esfuerzos a la tarea de comportarte mejor la próxima vez. Pero en ningún caso debes entregarte a
una morosa meditación sobre tus faltas. Revolcarte en el fango no es la mejor manera de
limpiarse”. Esta alusión positiva sobre lo que debe ser el remordimiento, no le ocurrió a Humbert
Humbert, quien escribiendo el manuscrito rememoró cada minucioso detalle de lo acontecido con
Lolita y su víctima.
Vale la pena traer a colación que H. H. ha sido internado en hospitales de salud mental por sus
arranques de locura, por la angustia que le provocaba tener vínculos sentimentales y sexuales con
niñas. Humbert Humbert confesó en más de una oportunidad que tenía relaciones con mujeres de
su edad, pero que eran una suerte de paliativos ante la necesidad de poseer lo que él denominó
“nínfulas”.
Los individuos pueden limitar sus actividades a sus propios hijos, a los ahijados o a los familiares, o
pueden hacer víctimas a niños de otras familias. Algunas personas con este trastorno amenazan a
niños para impedir que hablen. Otros particularmente quienes lo hacen con frecuencia, desarrollan
técnicas complicadas para tener acceso a los niños, como ganarse la confianza de la madre,
casarse con una mujer que tenga un niño atractivo, (...) Excepto los casos de asociación con el
sadismo sexual, el individuo puede ser muy atento con las necesidades del niño con el fin de
ganarse su afecto, interés o lealtad e impedir que lo cuente a los demás. El trastorno empieza por
lo general en la adolescencia, aunque algunos individuos manifiestan que no llegaron a sentirse
atraídos por niños hasta la edad intermedia de la vida. AL frecuencia del comportamiento pedofílico
fluctúa a menudo con estrés psicosocial. El curso es habitualmente crónico, en especial en quienes
se sienten atraídos por los individuos del propio sexo. El índice de recidivas de los individuos con
pedofilia que tienen preferencia por el propio sexo es aproximadamente el doble de los que
prefieren al otro sexo”.
B.- Las fantasías, los impulsos sexuales o los comportamientos provocan malestar clínicamente
significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
C.- La persona tiene al menos 16 años y es por lo menos 5 años mayor que el niño o los niños del
Criterio A.
Nota: No debe incluirse a individuos en las últimas etapas de la adolescencia que se relacionan
con personas de 12 o 13 años.
Horney (1993) explica claramente lo que es un neurosis “En primer lugar, los neuróticos discrepan
de los seres comunes en sus reacciones. Así tenderemos a considerar neurótica a una joven que
prefiera quedar en el anonimato, negándose a aceptar una aumento de sueldo y a identificarse con
sus superiores; o bien a una artista que sólo gane treinta dólares por semana cuando podría tener
ingresos superiores, dedicando algún tiempo más a sus labores, y que, en cambio, opte por gozar
de la existencia en la medida en que se lo permitan sus modestos ingresos, malgastando buena
parte de su vida en compañía de mujeres o entregado a meras aficiones técnicas. La razón por la
cual llamamos neuróticas a tales personas reside en que la mayoría de nosotros estamos
dominados -acaso exclusivamente- por normas de conducta que entrañan un anhelo de progresar
en el mundo, de aventajar a otros, de ganar más dinero que el requerido para el sustento. (...)
Alcanzamos nuestro concepto de la normalidad adoptando ciertas pautas de conducta y de
sentimientos vigentes en un grupo determinado que las impone a todos sus miembros ; pero
olvidamos que esas pautas varían con la cultura, la época, la clase social y el sexo (....)
Conociendo nuestras condiciones culturales de vida nos será fácil llegar a una comprensión harto
profunda del carácter especial de los sentimientos y las actitudes normales, y siendo las neurosis
desviaciones del tipo normal de conducta, también ellas podrán comprenderse mucho mejor”
A.- Cierta rigidez en las reacciones. Se entiende por esto a la ausencia de flexibilidad para afrontar
nuevas situaciones.
B.- Una estimable discrepancia entre las capacidades del individuo y sus realizaciones. Se
entiende por esto que el sujeto siga siendo improductiva aún cuando sus dotes o capacidades
permitan que sea sobresaliente, pero que sin embargo no las utilice. El neurótico tiene la impresión
de que el mismo es un obstáculo en su propio camino.
C.- Angustia y las defensas que se levantan en torno a ella, esa angustia es el factor que
desencadena el proceso neurótico y lo mantiene en actividad.
Pedofília
Criterio A.- Humbert Humbert desea sexualmente a Lolita, niña de doce años, tiene fantasías
sexuales con ella y desea copular con la mencionada. Además esta conducta tuvo antecedentes:
Nabokov (1999; pag. 15) “¿Tuvo Lolita una precursora? Naturalmente que la tuvo. En realidad,
Lolita no hubiera podido existir para mí si un verano no hubiese amado a otra niña iniciática”,
Nabokov (1999l pag, 15) dice además: “Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío ,
alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del
paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Lo. Ta.
Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos.
Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos
era siempre Lolita”.
Criterio B.- Estas fantasías llevaron a Humbert Humbert a un estado en el cual, Lolita era lo único
importante, dejó todo, trabajo, hogar, y demás por aventurarse en un viaje de dos años a través de
norteamérica para huir de su alter ego. El deterioro social del personaje principal era sobremanera
extremo ya que prácticamente no tenía vida social, amigos, etc. Toda persona que se acercaba a
Lolita era mal recibida, incluso era interpretada esta situación como agresión.
Criterio C.- Humbert Humbert es una persona de cuarenta y cinco años aproximadamente, Lolita
tiene doce.
Neurosis
Criterio A.- Durante su viaje a través de Estado Unidos, Humbert Humbert debió adaptarse a
diversas situaciones pero no lo logró, no pudo afrontar coherentemente la seudopersecución de
Clare Quilty, no supo afrontar la relación con Lolita incluso Nabokov (1999; pag. 191) refiere: “En
los días de ese frenético viaje nuestro, no dudaba que como padre de Lolita Primera era un ridículo
fracaso. Hice cuanto estuvo a mi alcance. Leí y releí un libro con el título inocentemente bíblico de
conoce a tu propia hija, comprado en la misma tienda donde compré para Lo, en su decimotercer
cumpleaños, un volumen en edición de lujo , con ilustraciones comercialmente hermosas de La
sirenia.”.
Criterio B.- Humbert Humbert era una persona sobremanera inteligente, culta e incluso profesor de
diversas materias, pudiendo llegar profesionalmente lejos, no lo hizo puesto que huyó con Lolita.
Para ejemplos dos citas: Nabokov (1999; pag. 22-23) “Mientras fui estudiante en Londres y París,
(...) Mis estudios eran minuciosos e intensos aunque no precisamente fructíferos. AL principio
proyecté graduarme en psiquiatría”, luego Nabokov (1999; pag. 159) anota: “Fue entonces cuando
empezaron nuestros prolongados viajes por todos los Estados Unidos. Pronto llegué a preferir
cualquier otro tipo de alojamiento para turistas”
Criterio C.- Humbert Humbert sentía angustia por la relación que tenía con Lo, además la
aprehensión que sentía puesto que consideraba que todos deseaban algo con Lolita y la
inseguridad que esto ocasionaba hacía que éste se encontrase de manera constantemente alerta y
se disponía a la huida en cualquier momento. La manera como manejaba los celos era sencilla:
evitaba que Lolita tuviera relación con hombres, y si esto ocurría, inmediatamente huía. Para
disminuir la angustia que soportaba, elaboró un plan que llegó a su consumación con el asesinato
de su perseguidor.
Luego del asesinato, Humbert Humbert decidió escribir con detalle patológico su historia, una
voluminosa cantidad de páginas y de detalles (350). El propio H. H. anota: Nabokov (1999; pag
335) “Hace cincuenta y seis días, cuando empecé a escribir Lolita, primero en la sala de
observación para psicópatas, después en esta reclusión bien caldeada, aunque sepulcral, pensé
que emplearía estas notas in todo durante mi juicio, no para salvar la cabeza, desde luego, sino el
alma. En plena tarea, sin embargo, comprendí que no podía exhibir a Lolita mientras viviera. Quizá
use partes de esta memoria en sesiones herméticas, pero su publicación ha de diferirse”.