Análisis de Crimen y Castigo de Dostoievski
Análisis de Crimen y Castigo de Dostoievski
Análisis de Crimen y Castigo de Dostoievski
Dostoievski
Por Legis.pe -
De hecho, son muchos los novelistas que han recurrido a temas jurídicos en sus
obras. Así, hay novelas que tratan de la justicia, la ética o la moral. Una de estas
novelas es Crimen y castigo de Fiodor Dostoievski, el gran escritor ruso.
Esta novela, que es considerada una de las obras cumbre no solo del idioma ruso
sino de la literatura universal, tiene ya desde el título algunos aspectos propios del
derecho. Dostoievski no era un hombre de leyes, sino más bien ingeniero de
formación, pero ello no constituyó un óbice para que tratara algunos temas jurídicos
o morales en sus obras.
Cerca del domicilio del protagonista vivía una mujer de 70 años que era una usurera.
En la novela, esta anciana era “mala” porque se aprovechaba de la situación de
necesidad de gente humilde. Raskolnikov se imaginó que si mataba a esta vieja, le
haría un bien a la sociedad. Además, dada la avanzada edad de la anciana, se decía
que moriría pronto. Por ello, un día fue al departamento de la vieja y la asesinó con
un hacha. Como en el momento del crimen estaba la hermana de la anciana, también
la ultimó. Regresó a su casa y la suerte estuvo de su lado, ya que al parecer no había
dejado pistas. Pero su consciencia y diversas circunstancias hacen que al final de la
novela él mismo vaya a la comisaria y confiese. Finalmente es sentenciado a prisión
y trabajos forzosos por 8 años en Siberia.
Cabe destacar que esta novela suele ser tildada de psicológica por el profundo
análisis de la personalidad de los personajes, de modo especial el análisis del
protagonista. La rama del derecho que tiene a su cargo el estudio de los crímenes y,
entre otros aspectos, la psicología de los criminales es la criminología.
Por otra parte, estas novelas pueden contribuir a incrementar nuestra cultura jurídica,
no solo en el aspecto doctrinal, sino también respecto a los casos. Aunque serían
casos ficticios, pueden dar pie a interesantes reflexiones jurídicas. Por ejemplo, en la
novela hay un pasaje en que un borracho es atropellado por un carruaje y muere a
los pocos minutos. ¿De quién es la responsabilidad? Del chofer del carruaje, uno
podría pensar casi automáticamente. Pero hay que tener en cuenta que no
necesariamente va a ser únicamente la responsabilidad del chofer, también puede
ser, al menos en parte, la culpa del peatón o de algún otro agente. Y para pensar en
estas posibilidades, el caso expuesto en la novela cae como de molde.
Así, cuando este borracho fallece, como tiene esposa e hijos que mantener, la viuda
entra en un estado de absoluta desesperación pues son personas muy humildes. Pero
uno de los vecinos intenta consolarla diciéndole que dado que su esposo fue
atropellado y murió como consecuencia de ello, ella tiene derecho a
una indemnización. Se basa en la norma del derecho civil que prescribe que si
alguien causa daño a otro, ya sea por dolo o por culpa, debe indemnizarlo. El
vecino tratando de mitigar su pena le dice: “Los que involuntariamente la han
privado de su sostén le ofrecerán quizá alguna indemnización para reparar al menos
el perjuicio material…”. Pero la misma esposa se da cuenta de que estando su
esposo en estado de ebriedad, es decir, carecía de capacidad y discernimiento para
conducirse bien por sí mismo a pie, la culpa del accidente sería de su esposo, no del
chofer. De este modo la esposa del fallecido le contesta: “¡Usted no comprende! –
gritó en tono irritado Katherine Ivanov–. ¡Cómo me van a indemnizar! ¡Él mismo ha
sido quien se arrojó debajo de las patas de los caballos estando borracho!”
Además, los abogados deben saber defender posiciones en los debates. Se me viene
a la memoria la novela Billy Bud de Herman Melville, el mismo que escribió Moby
Dick. Esta novela también trata algunos asuntos jurídicos y en una parte el autor dice
algo que me pareció muy interesante. Explica que si uno ve un arcoiris hay partes en
las que es muy fácil distinguir el color amarillo del verde. Pero en el arcoiris
también hay partes entre el amarillo y el verde en el que uno no está tan seguro de
clasificarlo estrictamente como amarillo o verde. Dice el autor que eso es justamente
lo que hacen los abogados, defender que esas “zonas grises” o “situaciones
debatibles”, sean o amarillas o verdes según la parte a quien defiendan.
Por otra parte, tengo que desencantarte un poco: En esa carta hay una calumnia
contra mí, y bastante vil. Yo le di ayer dinero a una viuda tísica y agobiada por la
desgracia, no como él dice ‘con el pretexto de pagar los funerales’, sino
precisamente para los funerales, y esa cantidad se la entregué a la misma viuda y no
a la hija del difunto, esa muchacha de ‘mala conducta’, como él dice y que, por otra
parte, la vi ayer por vez primera en mi vida. En todo esto yo no descubro más que
deseo de rebajarme e indisponerme ante vosotras. En eso emplea también el estilo
jurídico, es decir, que expone su objeto con toda claridad y lo persigue sin adornarlo
con forma alguna.