Copamiento Del Cuartel de La Tablada - Wikipedia, La Enciclopedia Libre
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Policía herido siendo trasladado por sus compañeros. Foto de Alberto Haliasz.
23 – 24 de enero de 1989
Fecha
34°41′55″S 58°32′11″O
Coordenadas
Coordenadas : 34°41′55″S 58°32′11″O ( mapa )
Casus belli
Según los atacantes:
Evitar un golpe de Estado cívico-militar.
Según otros:
Provocar una insurrección popular fingiendo ser golpistas.
Beligerantes
Movimiento Todos por la Patria
Ejército Argentino
Grupo Halcón
Policía Federal
Grupos carapintadas autoconvocados 1
Militares sin encuadramiento 1
Figuras políticas
Comandantes
Fuerzas en combate
Bajas
Antecedentes [ editar ]
Situación política [ editar ]
El 10 de diciembre de 1983 asumió el presidente Raúl Alfonsín de la Unión Cívica Radical . Tenía como primer desafío
interrumpir el ciclo elección-golpe y consolidar la democracia.
El 10 de diciembre de 1983 la Argentina había recuperado una vez más la democracia , luego de la dictadura
autodenominada Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983). El país venía transcurriendo un ciclo de
intermitencia de gobiernos constitucionales y dictatoriales desde 1930, cuando el gobierno constitucional
liderado por el presidente Hipólito Yrigoyen fue derrocado por el primer golpe cívico-militar del país . Con
posterioridad se produjeron los golpes de Estado de 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976.
El gobierno constitucional liderado por el presidente Raúl Alfonsín de la Unión Cívica Radical tenía como
primer desafío interrumpir el ciclo elección-golpe, consolidar la democracia y entregar el mando a otro
presidente constitucional al finalizar su mandato el 10 de diciembre de 1989.
Ni bien asumió la Presidencia, Alfonsín ordenó investigar los delitos de lesa humanidad cometidos durante la
dictadura creando la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas —que emitió el informe Nunca
más al año siguiente—, a la vez que ordenó enjuiciar a todas las juntas militares que se habían sucedido desde
1976 —exceptuando la última—, y las cúpulas de las organizaciones guerrilleras que habían actuado en la
segunda mitad de la década de 1970 — Montoneros y ERP —. En 1985 se realizó el Juicio a las Juntas ,
resultando condenados cinco de los nueve dictadores enjuiciados, dos de ellos a reclusión perpetua. Los delitos
revelados en el Nunca más y las pruebas producidas en el Juicio a las Juntas, abrieron nuevos juicios,
mayoritariamente contra militares, por su participación en crímenes de lesa humanidad.
Al promediar el gobierno de Alfonsín se incrementaron las presiones provenientes de importantes grupos de
poder, con la intención de que el Estado dejara de investigar los crímenes y juzgar a sus responsables, abriendo
camino a una amnistía . Como resultado de esas presiones, Alfonsín envió al Congreso una « Ley de Punto
Final » estableciendo una fecha tope para iniciar juicios por crímenes de lesa humanidad, la primera de las
llamadas leyes de impunidad .
Jefes militares carapintadas sublevados en Semana Santa de 1987. En el centro el coronel Aldo Rico .
Pese a ello, en la Semana Santa de 1987, un grupo de militares que adoptó el nombre de Carapintadas , se alzó
contra el gobierno constitucional, exigiendo que no se enjuiciaran a los militares que habían cometidos
crímenes de lesa humanidad cumpliendo órdenes. El presidente Alfonsín envió tropas para contener el
levantamiento, pero los oficiales al mando de las fuerzas del gobierno demoraron interminablemente la
movilización de las tropas, dejando en evidencia que el gobierno constitucional no tenía el mando efectivo
sobre las mismas. El levantamiento militar fue respondido a su vez por una enorme multitud civil, que salió a
la calle a defender la democracia, apoyada activamente por los medios de comunicación, especialmente los
canales de televisión, que por entonces se encontraba en manos del Estado. Varios observadores atribuyen a
esta movilización civil, haber sido la causa de que el primer levantamiento carapintada no desencadenara un
golpe de Estado exitoso. 20 Alfonsín negoció con los insurrectos y pocos días después envió al Congreso la
segunda ley de impunidad, conocida como « Ley de Obediencia Debida », que prohibía enjuiciar a militares
que hubieran cometido delitos de lesa humanidad que tuvieran un grado inferior a coronel .
Pero las concesiones del gobierno no pusieron fin a los movimientos insurreccionales de los militares,
apoyados por grupos de poder tradicionales. La estabilidad de la democracia se vio afectada también por el
grave deterioro de la situación económica, jaqueada por una deuda externa insostenible generada por la
dictadura y un altísimo nivel de inflación , que en 1987 alcanzó el 174 % y en 1988 superó el 387 % anual, 21
reduciendo los salarios reales , 22 congelados por la decisión del gobierno de no convocar a negociar
convenios colectivos de trabajo .
De este modo la situación política se deterioró severamente en 1988, poniendo en riesgo la continuidad del
régimen democrático. Dos nuevas insurrecciones carapintadas se produjeron en enero de 1988 y en diciembre
de 1988 . Un mes después de este último, cuando aún faltaban varios meses para las elecciones, se produjo el
alzamiento del MTP.
Las tensiones económicas y políticas harían finalmente que Alfonsín no pudiera cumplir su mandato
constitucional como Presidente, debiendo renunciar cinco meses antes.
El MTP [ editar ]
El Movimiento Todos por la Patria (MTP) fue una organización política pequeña, con tendencia de izquierda
«movimientista», 23 que reunía en su seno a militantes que provenían del ERP —una organización guerrillera
guevarista que había actuado en la década de 1970 —, con militantes socialcristianos , peronistas , radicales ,
intransigentes , comunistas y socialistas . Pretendía constituirse en una corriente que, partiendo del apoyo a la
experiencia democrática liderada por Raúl Alfonsín , retomara las banderas de « liberación nacional » que
dominaron la política argentina antes de la dictadura instalada en 1976 y contribuyera a evitar un nuevo golpe
de Estado que reiniciara el ciclo elección-golpe que venía repitiéndose desde 1930. 23
La iniciativa partió del grupo de sobrevivientes del ERP liderado por Enrique Gorriarán Merlo —conocido por
su mote «el Pelado»—, denominado como los «peladistas», luego de haber actuado en la Revolución
sandinista y haber realizado la operación que mató al exdictador nicaragüense Anastasio Somoza . Al
recuperarse la democracia en Argentina en diciembre de 1983, Gorriarán pensaba que para profundizarla y
evitar un nuevo golpe de Estado, era necesario crear un «movimiento» que uniera a los sectores progresistas de
los partidos populares y los sectores de la Teología de la liberación , con las nuevas generaciones. 24 En esa
visión se notaba la influencia de la experiencia sandinista en Nicaragua , con su perfil movimientista, frentista
y cristiana. 25 Contaba con el apoyo político-financiero de la inteligencia cubana, del gobierno sandinista y
con considerables fondos provenientes de operaciones ilegales. 26
Gorriarán convocó a Nicaragua a referentes progresistas de distintas corrientes y de allí surgió la posibilidad
de fundar una revista que sirviera de aglutinadora. En noviembre de 1984 se publicó el primer número de la
revista Entre Todos , dirigida por Carlos Alberto «Quito» Burgos y su esposa Martha Fernández , en la que
escribieron representantes de los más diversos sectores del campo "nacional y popular". 27 28 El lema de la
revista era «Entre Todos los que queremos la liberación», aclarando que abarcaba a «peronistas, radicales,
intransigentes, cristianos, socialistas, comunistas, independientes». 27 El espacio obró también como punto de
reencuentro para varias personas que habían militado en el PRT-ERP: algunos habían estado en la cárcel, como
Francisco Provenzano , Roberto Felicetti y Carlos Samojedny ; otros se habían incorporado al Partido
Intransigente , o que provenían del PC, como el periodista Alfredo Leuco .
Luego de poco más de un año se consolidó un grupo pluralista que estaba en condiciones de fundar una nueva
organización política, movimientista y cristiana. La asamblea que fundó el Movimiento Todos por la Patria
(MTP) se realizó el 8 de mayo de 1986, en Managua , porque Gorriarán no podía ingresar a la Argentina
debido al decreto de Alfonsín ordenando enjuiciar a las cúpulas guerrilleras de los años 1970. Su objetivo era
dar forma a una fuerza política capaz de competir exitosamente en las elecciones. Su primera Mesa Nacional
estuvo integrada por Jorge Baños , «Quito» Burgos, los exsacerdotes Rubén Dri y José «Pepe» Serra, Martha
Fernández , José Liñeiro, y Melitón Vázquez. 29 Simultáneamente el MTP decidió sacar un diario que, desde
un periodismo independiente y no partidario, impulsara la conformación de una corriente de izquierda
movimientista en Argentina: el 26 de mayo de 1987 salió el primer número de Página/12 , el emprendimiento
periodístico argentino más exitoso, en términos simbólicos, de las últimas décadas del siglo XX. 30
El MTP se presentó en las elecciones legislativas del 6 de septiembre de 1987 en las provincias de Córdoba,
Jujuy, Neuquén, Salta y Santiago del Estero, 31 con magros resultados y sin lograr la elección de ningún
representante. 3 32
El auge del movimiento carapintada y el mal desempeño electoral produjo una fuerte división interna y un
viraje en la orientación del MTP, postergando los esfuerzos encaminado a formar un frente multipartidario de
unidad, para adoptar una postura más vanguardista, retomando el paradigma de la lucha armada para enfrentar
a los golpistas que predominó en la década de 1970 . 3 32 La ruptura comenzó en diciembre de 1987, cuando
se incorpora a la Mesa Nacional Gorriarán Merlo y varios dirigentes importantes abandonaron el MTP, como
Rubén Dri, Manuel Gaggero , Pablo Díaz y Pepe Serra, junto a grupos importantes de militantes, sobre todo en
Buenos Aires, Gran Buenos Aires y Córdoba, disconformes con el rumbo abiertamente vanguardista y el cariz
conspirativo que tomaba el MTP. La nueva Mesa Nacional quedó integrada por Gorriarán, Francisco "Pancho"
Provenzano, Jorge Baños, el sacerdote Antonio Puigjané y Roberto Felicetti. 33
La sangría del MTP continuó en 1988, con el alejamiento de referentes disconformes con el verticalismo
creciente, como Alberto Genoud, Fernando Dondero, Mariano Duhalde, Marcos Adandia, Luis Lea Place y
Daniel de Santis, junto a grupos que actuaban en la Capital Federal, Lanús y Neuquén. 34
En 1988 el MTP empezó a hacer trabajos de inteligencia sobre el Ejército argentino, evaluando que la
agudización de los levantamientos militares y el deterioro de la situación económica-social, conducía a un
nuevo golpe de Estado. 3 Según Celesia, "En ese momento muchos le contestaban al MTP que no había un
golpe en marcha porque no había margen y que lo que había que hacer era estar atento al movimiento de los
carapintadas pero no sobreactuar", 3 afirmando que los levantamientos carapintadas no tenían características
golpistas. 35 36 Otros, como el entonces diputado nacional de la UCR Leopoldo Moreau , sostienen que había
una acción terrorista impulsada por ciertos medios de comunicación y algunos agentes económicos destinada a
fogonear el golpe de Estado económico que derrocaría al presidente Alfonsín seis meses después del
copamiento de La Tablada. 37
El 16 de enero de 1988 se produjo el segundo levantamiento militar carapintada , en Monte Caseros , con un
resultado de tres militares muertos y una nueva movilización civil en defensa de la democracia, que fortaleció
la postura del sector «peladista», que sostenía que el golpe de Estado estaba en marcha y que había que
concentrar la acción del movimiento en detenerlo.
En marzo de 1988 el grupo decidió dejar de publicar la revista Entre Todos y se concentró en proclamar la
posibilidad de que se produjera un golpe de estado, sea en la forma tradicional o institucional y que uno de los
medios que podían llegar a usar los golpistas era mediante hechos que levantaran el fantasma del "brote
subversivo". 38
Un tercer levantamiento carapintada se realizó el 1 de diciembre de 1988 en Villa Martelli , durante el que fue
asesinado un civil. La insurrección convenció al MTP que el golpe era inminente y tenía como fin desplazar al
presidente Alfonsín antes de las elecciones. Gorriarán mandó a traer a Buenos Aires algunas armas que había
sido enterradas en Jujuy cuando se inició la Guerra de las Malvinas, al desarmar un pequeño núcleo guerrillero
que venía actuando sin combatir desde un año antes. Las fotos del periodismo luego del enfrentamiento,
muestran esas armas sucias y oxidadas. El 7 de diciembre , el periódico Página/12 (financiado por el MTP)
publicó un artículo de Gorriarán, que aún tenía pedido de captura debido al decreto de Alfonsín, titulado
«Resistamos a la amnistía y el golpe». El 29 de diciembre Página/12 publicó una entrevista a Jorge Baños con
el título «Los militares se preparan para salir de nuevo». Baños había denunciado judicialmente unos días antes
la intención golpista de los carapintadas. El 12 de enero de 1989, el MTP llamó la atención de la opinión
pública, denunciando en conferencia de prensa que el candidato peronista Carlos Menem, el carapintada
Seineldín y el sindicalista peronista Lorenzo Miguel preparaban un golpe. El 17 de enero , Quito Burgos
publicó en Página/12 un artículo sobre la inminencia del golpe titulado Un secreto a voces . 39 Fue la última
declaración pública del MTP antes del asalto.
El ingreso [ editar ]
Mapa del Regimiento de La Tablada. Las medidas del terreno son 750 metros de frente por 1400 de fondo. Referencias: 1) Puesto
N.º 1. 2) Guardia de Prevención y Calabozos. 3) Cancha de fútbol. 4) Enfermería. 5) Mayoría. 6) Baño. 7) Comandos y
Servicios. 8) Plaza de Armas. 9) Compañía A. 10) Compañía B. 11) Casino de Suboficiales. 12) Capilla. 13) Comedor. 14)
Cancha de fútbol. 15) Piscina. 16) Casino de Oficiales. 17) Puesto N.º 3. 18) Puesto Somellera. 19) Garaje. 20) Taller. 21)
Caballeriza. 22) Polígono de Tiro. 23) Polvorín. 24) Puesto Spinossi. 25) Galpones de Tanques. 26) Depósito de combustibles.
27) Casino de Suboficiales EECB1. 28) Logística General. 29) Cancha de Polo. 30) Tosquera.
Movimientos y posiciones en la mañana del 23 de enero. En azul las tropas defensoras (Ejército) y en rojo las tropas atacantes
(MTP). El frente sobre Crovara tiene 750 metros.
Trece atacantes concentraron el fuego sobre la Guardia de Prevención —Sánchez, Ruiz, Caldú, José Díaz,
Mendoza, Burgos, Álvarez, Arroyo, Baños, Mamani, Falco, Félix Díaz y Veiga—, de la que se apoderaron casi
de inmediato ante el repliegue de los dos guardias que la defendían —Sosa y Escalante—. En la puerta de la
Guardia murió de un balazo el soldado Taddei cuando intentaba rendirse, variando las versiones sobre cuál de
los dos bandos lo mató. Entró en escena entonces el mayor Fernández Cutiellos, que desde el edificio de
Mayoría, a unos 70 metros de la Guardia, mató a tres miembros del grupo —Caldú, Mendoza y Arroyo— e
hirió a otros cinco —Sánchez, Mamani, Félix Díaz, Veiga y Baños—.
Fernández Cutiellos también se comunica con la X Brigada Mecanizada para dar aviso del ataque y con el jefe
del regimiento, teniente coronel Jorge Zamudio que le ordena resistir el ataque. Poco después resultará muerto
en el combate, pero para entonces el copamiento ya había sido frustrado. 49
Mientras tanto, los otros grupos intentaban tomar sus objetivos. El más importante era el grupo «Tanques», del
que dependía toda la operación, integrado por doce personas –de las cuales sólo cinco tenían entrenamiento
militar–, con Roberto Vital Gaguine como jefe. Los tanques se encontraban en los galpones del fondo, a casi
un kilómetro de la entrada. El grupo combatió más de dos horas y llegó a abrir dos galpones, pero no aquellos
en los que se encontraban los tanques. Los miembros del MTP fueron atacados desde el Casino de Suboficiales
de EEGBI, el Puesto Spinassi y la Caballeriza, debiendo finalmente retroceder y refugiarse en el edificio de la
Compañía B, que ya había sido ocupada por el Grupo 3. En ese tramo murieron en acción Pablo Belli y Aldira
Pereyra Nunes del MTP, así como el cabo José Albornoz y el soldado Domingo Grillo, del Ejército. 50
Otro grupo, liderado por Roberto «Gordo» Sánchez, tenía como misión tomar el edificio de Comandos y
Servicios ubicado cerca de la entrada, frente a la Guardia. El asalto fue repelido exitosamente por el teniente
Gerardo Vlcek, con apoyo del cabo Néstor Fernández y varios soldados, quienes mataron en combate a los
guerrilleros Félix Díaz, Ricardo «Pichi» Arjona y Eduardo «Rockero» Agüero, siendo estos dos últimos
pertenecientes al grupo que debía tomar el Comedor. 51 Sánchez también resulta herido en los
enfrentamientos, siendo detenido con vida y ejecutado ilegalmente. 52
Simultáneamente, en la primera hora, otros tres grupos se dirigieron a tomar los objetivos de la Plaza de Armas
que se encuentran más alejados:
Francisco Provenzano comandaba el grupo que toma el Casino de Suboficiales, a unos 300 metros de la
Guardia, del otro lado de la Plaza de Armas. Lo hacen sin combatir porque encontraron a sus ocupantes
durmiendo. 53
Claudia Acosta con su grupo tuvieron como objetivo el Comedor que se encuentra detrás del Casino de
Suboficiales. El Comedor es tomado parcialmente por los atacantes, mientras que un sector del mismo es
defendido por los tenientes Martín Molteni, Ramón Sánchez y Mario Amarante, y el sargento José Soria. Se
producen varios enfrentamientos en los que mueren el sargento José Manuel Soria de la Policía Bonaerense.
También resultan heridos Berta Calvo del MTP y el comisario Emilio García García. La primera sería fusilada
ilegalmente al día siguiente y el segundo moriría en el hospital tres días después. 54
Claudia Lareu lideraba el grupo que toma la Compañía A, ubicada en otro de los laterales de la Plaza de
Armas, al rendirse el Sargento Abel Ferreyra. En la acción murió combatiendo el atacante Oscar "Cacho"
Allende. 55
Cerca de las 10:30, los miembros del Grupo Tanques que aún estaban en condiciones de combatir se
replegaron y atacaron la Compañía B, defendida por el sargento Córsico y cuatro solados, que se rindieron y
entregaron el edificio. 56
El plan original establecía que si no se lograba hacerse con el cuartel para las 09:30, cada uno de los jefes y
jefas de grupo debían ordenar la retirada. Sin embargo, el cerco policial y sobre todo los heridos, hacían
imposible la salida del cuartel sin ser detenidos. Por esa razón, la mayoría de los miembros del MTP
decidieron permanecer en el cuartel y enfrentar el contraataque del Ejército, aún sabiendo que no había
posibilidad de salir victoriosos. Casi todos los hombres y mujeres del MTP se concentraron entonces en el
Casino de Suboficiales, con 123 soldados y suboficiales de rehenes, mientras que dos de ellos permanecieron
en la Compañía B (Felicetti y Samojedny) y otros dos en la Guardia (Ruiz y Díaz). 57
Fuera del cuartel, pero en las inmediaciones, unos diez militantes del MTP permanecían expectantes para
comenzar a incitar a la población a una insurrección, una vez que el cuartel fuera tomado. Varios de ellos se
instalaron en la estación de servicio de YPF ubicada en la esquina de Crovara y Almafuerte, a cuatro cuadras
del regimiento. El mismo lugar fue utilizado por los policías para concentrarse. Frustrada la operación, se
retiraron sin haber actuado, según lo establecido previamente en caso de que fracasara el copamiento. 58
El contrataque [ editar ]
Primeros movimientos [ editar ]
Desde las 06:30, efectivos policiales de la Provincia de Buenos Aires comenzaron a rodear el exterior del
cuartel a modo de primera línea de emergencia para repeler a los guerrilleros. Para las 08:00, más de cien
policías estaban disparando desde el perímetro del cuartel. A las 09:00 comenzó a intervenir el presidente
Alfonsín y se comunicó desde la Casa Rosada con el jefe del Ejército, general Francisco Gassino , quien puso
al frente de las tropas en el terreno al general Alfredo Manuel Arrillaga , secundado por el coronel Jorge
Halperín, el teniente coronel Jorge Zamudio —jefe del regimiento copado— y el mayor Rodrigo Soloaga. 59
Años después, Arrillaga sería condenado en varias causas por haber cometido crímenes de lesa humanidad
durante la última dictadura militar. 60 Los investigadores Felipe Celesia y Pablo Waisberg, autores de un
importante libro sobre el tema, sostienen que el presidente Alfonsín fue desplazado del mando sobre el
Ejército, al menos hasta el mediodía del día siguiente, 3 pero Alfonsín nunca realizó declaraciones referidas a
ese eventual desplazamiento del mando, hizo explícito que él fue quien ordenó la represión, 4 y felicitó a los
militares por su accionar. 61 La Comisión Interamericana de Derechos Humanos también confirmó que la
operación militar estuvo bajo el mando del presidente. 5
Ese mismo día, los medios de comunicación difundieron la declaraciones del general Arrillaga informando que
el objetivo de la operación de recuperación era «aniquilar» a los miembros del MTP:
…la operación de recuperación es una operación táctica. La maniobra táctica es el uso de los medios, del terreno, de toda la
situación, y que busca aniquilar al enemigo.
General Alfredo Arrillaga 62
La declaración pública del general Arrillaga sería citada por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos como prueba para responsabilizar al Estado argentino por los delitos del lesa humanidad que se
cometieron en la represión del copamiento. 62
A las 09:00 Arrillaga instaló el puesto de mando en el Puente 12 de la autopista a Ezeiza . 63 Una de sus
primeras medidas fue interferir las comunicaciones de los atacantes, desde un Boeing 707 de la Fuerza Aérea
Argentina . 64 Recién cerca de las 11:00 el Ejército comenzó a intervenir en la situación, desplegando
artillería, tanques y más de tres mil soldados para reprimir a los ocupantes y retomar el cuartel. Algunos
periodistas han calificado ese tiempo de reacción como una «demora inexplicable». 65
A esa misma hora, por el fondo del cuartel donde se encontraba la tosquera, ingresó el primer grupo de
militares, entre quienes se hallaba Zamudio. Superando los disparos de armas de fuego y de tres cohetes por
parte de los guerrilleros, llegaron al sector de tanques, que ya había sido abandonado por los atacantes, y
lograron poner en marcha dos vehículos blindados con los que se dirigieron a la Plaza de Armas. Uno de ellos
quedó inutilizado al ser impactado por un proyectil antitanque de las fuerzas del MTP. 66
La Guardia [ editar ]
Poco después, un grupo de artillería del Ejército, al mando del teniente coronel Emilio Guillermo Nani ,
instaló tres cañones de 30 mm sobre la Avenida Crovara. Mientras sus hombres instalaban las baterías, Nani
decidió intentar la recuperación del edificio de Guardia, acompañado del sargento Antonio Balbastro de la
policía bonaerense, sin otra acción militar que lo apoyara. Al asomarse a la Guardia, Nani recibió un
escopetazo en la cara, causándole graves heridas. 67 Aproximadamente a las 11:30 la artillería comenzó a
bombardear la Guardia.
Inicialmente, el Ejército decidió concentrar el fuego sobre el edificio de Guardia y el de Comandos, sin saber
que este último caso estaba siendo defendido por los hombres del teniente Vlcek. Ante la posibilidad de caer
bajo fuego de tanques, Vlcek ordenó a sus hombres abandonar el edificio por uno de los boquetes abiertos,
pero un intenso fuego amigo lo impidió. Finalmente, ya cerca del mediodía, un soldado tomó el riesgo de
quedar al descubierto con una camiseta a modo de bandera, para evitar que las tropas militares y policiales
siguieran disparándoles. En medio de una gran confusión, unos 40 soldados en ropa interior salieron corriendo
del edificio, poniéndose a resguardo fuera del cuartel, escena que fue captada por todos los medios de
comunicación presentes sin poder explicar qué estaba sucediendo. 68
Una vez que el Ejército se dio cuenta que el edificio de Comandos no había sido tomado por los atacantes,
concentró la artillería sobre el edificio de la Guardia, donde se encontraban cinco hombres del MTP, varios
soldados y desertores en prisión. Las bombas y cañonazos incendiaron el edificio hasta derrumbarlo
parcialmente a las 15:30, quedando bajo los escombros Quito Burgos, Jorge Baños y Rubén Alberto «Kim»
Álvarez. La CIDH comprobó que Burgos fue detenido con vida, siendo ejecutado ilegalmente poco después. 52
También se ha denunciado la posibilidad de que Álvarez hubiera sido rematado ilegalmente por los militares.
69 El derrumbe e incendio de la Guardia hizo que los soldados, desertores y los dos atacantes restantes que se
encontraban allí lo abandonasen por la ventana trasera. Estos últimos eran José «Maradona» Díaz e Iván Ruiz,
que intentaron hacerse pasar por soldados, pero fueron delatados por uno de los desertores, y quedaron
detenidos por el teniente primero Carlos Alberto Naselli. Varios periodistas registraron la detención de ambos
y su marcha hacia el fondo del cuartel escoltados por Naselli, así como los gritos pidiendo que los maten. 70
Luego de eso Díaz y Ruíz desaparecieron. Hasta el presente sus restos no fueron hallados. Las desapariciones
de Díaz y Ruiz también fueron probadas por la CIDH en 1997, 71 pese a lo cual hasta el presente, el Estado
argentino no las ha investigado ni informado sobre su suerte. Existe una fuerte presunción de que fueron
asesinados por el general Arrillaga y el mayor Varando. 72
Simultáneamente, tuvieron lugar enfrentamientos entre los edificios que están en torno a la Plaza de Armas: de
un lado el Casino y las compañías A y B, en manos del MTP, y del otro lado Comandos y Mayoría, en poder
de los militares.
Compañía A [ editar ]
En la Compañía A, el grupo que tomó el edificio bajo el mando de Claudia Lareu, sacó a los suboficiales y
soldados a la galería y les ordenó acostarse boca abajo, frente a la Compañía Comandos, quedando entre los
dos fuegos, circunstancia en la que resultaron heridos los soldados Gustavo Bianchi y Marcelo Rodríguez.
Acosados desde Mayoría y Comandos, la posición se volvió insostenible y se retiraron hacia la Compañía B.
Claudia Lareu y Ramos se sumaron al grupo que había tomado la Compañía B, en tanto que el resto se dirigió
al Casino de Suboficiales. 55
Compañía B [ editar ]
La Compañía B había sido tomada por los atacantes a media mañana, luego de que se rindieran el sargento
Claudio Córsico y cuatro soldados. En la toma murió Juan González Rabugetti y el edificio quedó en manos
de siete guerrilleros —Felicetti, Samojedny, Ramos, Gauguine, Murúa, Lareu y Deleis—. Sobre las 13:30,
Córsico logró escapar, dejando dentro del edificio a cuatro soldados que se encontraban bajo su mando —
Cuevas, Barañao, Rotemberg y Pedelhez—. Inmediatamente después, el Grupo de Operaciones Especiales
(GOE) de la policía bonaerense, apoyado por una tanqueta, inició un ataque contra la Compañía B. El asalto
fue repelido y las fuerzas policiales recibieron la orden de retirarse.
A las 20:00 el Ejército inició una nueva ofensiva contra el edificio, desde el lado opuesto a la Plaza de Armas,
produciéndose un intenso intercambio, en el que ambos bandos emplearon lanzacohetes. A las 21:15, aún de
día, dos cohetes impactaron en la Sala causando una gran explosión en forma de hongo flamígero. 73 Los
atacantes del MTP alegaron que el Ejército había usado napalm o bombas de fósforo, 74 mientras que la CIDH
consideró que el hecho no pudo ser probado y que aún cuando pudiera probarse no constituía un acto ilegal,
debido a que los atacantes no podían ser considerados «civiles en actitud pacífica». 75 76 77 78 Por su parte,
Osvaldo Bayer afirmó que el general Arrillaga «llegó de inmediato con sus tanques y ametralladoras y
granadas de napalm.» 79 Inmediatamente después, un tanque chocó la pared trasera, abriendo un enorme
hueco por el que ingresaron los comandos. Se produjeron intensos tiroteos mientras el edificio se incendiaba y
se derrumbaba.
Los cuatro soldados lograron escapar por el baño. Vital Guaguine y Juan Manuel Murúa quedaron atrapados
por el incendio, aunque el cadáver de éste último no aparecería. Pablo Ramos, Claudia Deleis y Claudia Lareu
fueron capturados y fusilados casi inmediatamente. 80 81 82 Los únicos dos sobrevivientes, Felicetti y
Samojedny, permanecerían escondidos en el edificio hasta la rendición de todo el grupo de sobrevivientes a la
mañana del día siguiente.
Casino de Suboficiales [ editar ]
En las últimas horas de la tarde, el Ejército concentró su ataque sobre el Casino de Suboficiales, donde se
encontraban atacantes y militares rehenes. El frente del edificio era perfectamente visible desde la avenida
Crovara y gran cantidad de medios registraron las escenas. Varios tanques rodearon el edificio y procedieron a
bombardearlo hasta incendiarlo y virtualmente demolerlo. Un proyectil mató al soldado Héctor Cardozo. 83
Sobre las 21:00, con las últimas luces de la tarde, ingresó un pelotón de ocho comandos y cuatro militares al
mando del teniente Ricardo Rolón, con la misión de recuperar el edificio. Los miembros del MTP que habían
tomado el edificio se replegaron, sin embargo, erraron en su ubicación debido a que el croquis con el que
contaban estaba equivocado. A raíz de esto, Rolón recibió un disparo en la cara que le causó la muerte. El resto
de los comandos abandonaron entonces el edificio. 84
Grupo agitador [ editar ]
A las 19:00 se retiraron en un auto los últimos cinco militantes de apoyo que se encontraban en las
inmediaciones —Juan Manuel Burgos, Dora Molina, Miguel Faldutti, Daniel Almirón y Juan Carlos Abella—,
pero fueron detenidos. Luego de sufrir diversas torturas, se registró su detención en las primeras horas del día
siguiente. Los cinco serían sometidos a juicio sumario y condenados, junto a los atacantes sobrevivientes y fray
Puigjané. 58
La noche [ editar ]
Al caer la noche, los combates amainaron. A excepción de Samojedny y Felicetti, que estaban en la Compañía
B, el resto de los combatientes que atacaron el cuartel y seguían vivos —diecinueve en total— estaban
atrincherados en el Casino de Suboficiales: Acosta, Aguirre, Calvo, Díaz, Fernández, Pedro Luque,
Maldonado, Mesutti, Moreyra, Motto, Paz, Provenzano, Joaquín Ramos, Luis Ramos, Rodríguez, Segovia y
Veiga. 85 Durante la noche, Segovia y Luque entraron en crisis y optaron por escapar. Lograron llegar
agachados a la Plaza de Armas, intentaron cubrirse y al ser descubiertos gritaron «¡No tiren!», pero resultaron
abatidos una ráfaga de ametralladora. 86 Durante la noche fueron sacrificados también los siete caballos con
que contaba el regimiento. 87
24 de enero [ editar ]
Rendición [ editar ]
El presidente Raúl Alfonsín observa a unos de los guerrilleros muertos, luego del asalto.
Poco después de las 08:00, el general Arrillaga, a través de un megáfono, intima a los atacantes a rendirse
incondicionalmente. Provenzano, en nombre de los combatientes del MTP, respondió que están dispuestos a
rendirse pero pidió la presencia de un juez y atención médica para los heridos. Arrillaga aceptó esas dos
condiciones y se inició el proceso de rendición. 88
A las 09:00 comenzaron a salir del Casino de Suboficiales los hombres y mujeres que se hallaban allí. Lo
hicieron por la puerta trasera del edificio que apunta a la Avenida Crovara, donde se encontraban los medios de
comunicación, intercalados combatientes del MTP y militares. Claudia Acosta llevaba una remera oscura
como bandera de rendición y Berta Calvo, muy malherida, era transportada llevada sobre una puerta a modo de
camilla. Todos caminaban hacia la Plaza de Armas, en donde fueron detenidos sin que ningún juez se hiciera
presente. 89 Mientras esto sucedía, Samojedny y Felicetti también salieron para rendirse por una puerta lateral
de la Compañía B, donde habían pasado la noche. Al momento de ser detenidos, los militares le fracturaron
ambos brazos a Felicetti, esposaron a ambos combatientes y les vendaron los ojos, antes de llevarlos hacia el
fondo del cuartel, fuera del alcances de las cámaras de televisión. 90
Detención [ editar ]
Las personas detenidas fueron llevadas al edificio de Logística, cerca de los galpones de los tanques. Allí
fueron todas interrogadas, torturadas y vejadas por los militares, sin presencia del juez. En el caso de las
mujeres y Paz, también fueron abusadas sexualmente. 91 Los interrogatorios incluyeron preguntas sobre las
organizaciones guerrilleras que actuaron en la década de 1970, así como sobre la Junta Coordinadora Nacional
, una de las principales organizaciones alfonsinistas, con importantes cargos en el gobierno. 92 93 Pocos días
después de los hechos, el secretario de Justicia de la Nación, Enrique Paixao, anunciaba que estaba en curso
una investigación sobre posibles malos tratos a los detenidos involucrados en el copamiento del regimiento. 94
Ejecuciones ilegales y desapariciones forzadas [ editar ]
Entre las nueve y las diez de la mañana, los militares asfixiaron intencionalmente a Berta Calvo, colocándole
una bolsa en la cabeza. Asimismo separaron a Samojedny y Provenzano del grupo de detenidos, haciéndolos
desaparecer forzadamente . 95 96 Sus cadáveres nunca fueron encontrados.
Entretanto, se apersonaron en el cuartel el juez federal de Morón, Gerardo Larrambebere y el presidente
Alfonsín. Vieron a los detenidos, aunque sin tomar sus nombres. Años después, entrevistado para el
documental Tablada: el final de los '70 , Alfonsín diría sobre las personas detenidas que luego no aparecieron
que «hay dos que no puedo decir qué pasó». Alfonsín también reconoció que a los detenidos «se les hizo un
camino para golpearlos un poco». 97
Tabla realizada por Amnesty International sobre la base de la comparación de los informes médicos policial (24 de enero) y
penitenciario (28 de enero). Cuenta las heridas de cada persona al momento de ser detenido y cuatro días después. Presentada
como prueba en el caso Avella ante la CIDH.
Distintas organizaciones de derechos humanos ( Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora , de las Abuelas ,
del Serpaj , de la APDH , de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y Familiares de Desaparecidos y
Detenidos por Razones Políticas ) sostuvieron que no se realizó «una investigación independiente, completa e
imparcial con el objeto de identificar y sancionar a todas las personas que resulten individualizadas como
responsables de las violaciones a los derechos humanos». 104
El 10 de noviembre de 2009, el juez federal de Morón, Germán Castelli ordenó la detención del general de
brigada Alfredo Manuel Arrillaga y del mayor Jorge Eduardo Varando acusados por torturas y fusilamientos
de atacantes del cuartel, 105 calificando a los delitos como de lesa humanidad . 106 Tres meses después la
denominada «sala de feria» de la Cámara Federal de San Martín, integrada por los camaristas Jorge Barral,
Hugo Fossati y Alberto Crisculo, sin descartar que los fusilamientos y tormentos aplicados a prisioneros
rendidos hubieran ocurrido, resolvió que se trató de «un acto aislado, espontáneamente emprendido y no
planificado con anterioridad, en respuesta a la inesperada agresión ilegítima de que fueron objeto tanto la
instalación del Ejército Argentino como sus efectivos» por lo que no se daban «los elementos objetivos y
subjetivos que caracterizan a los crímenes de lesa humanidad»; en consecuencia, al no proceder esta
calificación los hechos se encuentran prescritos en virtud de los 21 años transcurridos y no pueden ya ser
juzgados. 107 La abogada Marta Fernández, viuda de Carlos Alberto Burgos, afirmó que ocho militantes
fueron desaparecidos . 108
Conmutación de penas [ editar ]
En octubre de 2000 el entonces presidente Fernando de la Rúa reconoció el incumplimiento de la garantía del
debido proceso en el caso de La Tablada, y presentó un proyecto de ley con el fin de que diez años después de
condenados tuvieran la posibilidad de apelar la sentencia. 109
Dos meses después De la Rúa conmutó las penas de todos los condenados en 1989. El decreto del presidente
De la Rúa permitió que nueve de los once condenados que aún estaban encarcelados salieran en libertad en
2001, mientras que los dos restantes (Felicetti y Acosta) quedaron libres en 2006. 110
Indulto presidencial de 2003 [ editar ]
El 20 de mayo de 2003, por Decreto N.º 1230/2003, el entonces presidente Eduardo Duhalde indultó a todos
los condenados por los hechos de La Tablada. 111 Los indultos del presidente Duhalde de los autores del
ataque a La Tablada, fueron acompañados por otros nueve indultos a nueve militares carapintadas condenados
por actos de sedición contra el Estado democrático argentino, entre los que se encontraba Mohamed Alí
Seineldín . 112
La conclusión de Claudia Hilb, basada en los testimonios que recopiló y en los razonamientos que formula, es
que la cúpula del MTP preparó a una parte selecta de sus militantes para la acción armada, instruyó muy
precariamente a otros pocos sobre el filo de la acción de La Tablada y ocultó ambos hechos a sus simpatizantes
o a sus militantes más periféricos:
[...] Gorriarán se atuvo, en lo esencial, a lo que más abajo denomino la «versión oficial» de los hechos; aun así, el diálogo
prolongado permitió que en los pliegues de esa versión oficial se ratificara una certeza, que a mí me resultaba fuertemente
perturbadora de aquella versión oficial: las fuerzas atacantes habían buscado disimular su carácter de «civiles», arrojando
volantes de un ficticio agrupamiento denominado Nuevo Ejército Argentino . Y había sido, en palabras de Gorriarán Merlo, «en
el momento en que se empezó a decir que el grupo atacante no era un grupo carapintada sino un grupo de civiles» que la
operación naufragó definitivamente. Asida al hilo conductor de esa certeza perturbadora reconocida de manera pública por
Enrique Gorriarán Merlo encaré esta investigación. 113
Considera sorprendente que el grupo creyera que tendrían un apoyo popular masivo y una insurrección
popular, y no el repudio altamente generalizado a la reaparición de la violencia política como forma de
intervenir en la vida en común. La única explicación que encuentra es su incapacidad por comprender la
sociedad sobre la que habían pretendido operar, su encierro autista en un microclima revolucionario que nada
ni nadie, fuera de ellos, parecía avalar. La investigadora dice que como en aquellos casos en que regímenes
totalitarios pretendieron alterar la memoria del pasado fabricando una historia ficticia —como el conocido caso
de las fotografías en que se eliminó la presencia ahora indeseable de algún personaje— ese reducido grupo de
personas urdió la construcción del escenario ficticio más propicio a sus proyectos en el que cifraban sus
esperanzas de triunfo. Esa manipulación intencional de la verdad fáctica unida a un nivel de enajenación
respecto de la realidad probablemente sin precedentes en la tradición de la izquierda, dan un rasgo específico a
este resurgimiento de la violencia revolucionaria en los ochenta. 113
El investigador Felipe Celesia coincide en que no había tal intento de golpe carapintada sino que el MTP
perseguía hacer la revolución según el modelo nicaragüense, mediante una insurrección popular que generara
cambios políticos de fondo. 3
Notas [ editar ]
↑ El cuartel de La Tablada fue la sede del RI Mec 3 de 1952 a 1995, después fue trasladado a su nuevo emplazamiento en Pigüé
, unos 550 km al suroeste de Buenos Aires. 2
Referencias [ editar ]
↑ Saltar a: a
b c d e f g h «Los secretos del ataque a La Tablada, 25 años después» . Infobae . 17 de agosto de 2014. «Más que fuerte fue
descontrolada. Alfonsín no tuvo mando dentro del cuartel hasta prácticamente el día siguiente. Los militares hicieron lo que
quisieron.»
↑ Saltar a: a
b Alfonsín, Raúl (2004). «Otro golpe a la democracia: el asalto al cuartel de La Tablada». Memoria política. Transición a la
democracia y derechos humanos . Fondo de Cultura Económica. ISBN 9789505576173 . «Desde algunos sectores de la oposición se
cuestionó la legalidad de la represión que ordené.»
↑ Saltar a: a
b Comisión Interamericana de Derechos Humanos (18 de noviembre de 1997). «Informe dictado en el Caso 11.137 "Juan Carlos
Abella y otros vs. Argentina " » . Organización de Estados Americanos . «154) …el Presidente Alfonsín, en el ejercicio de sus
facultades constitucionales de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, ordenó que se iniciara una acción militar para
recuperar el cuartel y someter a los atacantes.»
b «Editorial Vamos Todos por la Patria» . Entre Todos (Buenos Aires) II (17). mayo de 1986.
↑ Celesia y Waisberg, 2013 , pp. 96-97.
↑ Montero, Hugo (marzo de 2011). «MTP: De Nicaragua a La Tablada (2ª Parte)» . Sudestada (96).
↑ Celesia, 2013 , pp. 154-155.
↑ Saltar a: a
b Gilio, María Esther (25 de enero de 2004). «A 15 años del ataque a La tablada, un reportaje inédito a fray Antonio Puigjané.
'Creo que La Tablada fue un error grande ' » . Página/12 .
↑ Celesia, 2013 .
↑ Saltar a: a
b Celesia y Waisberg, 2013 , «Un lunes a sangre y fuego», pp. 11-26.
b Comisión Interamericana de Derechos Humanos (18 de noviembre de 1997). «Informe dictado en el Caso 11.137 "Juan Carlos
Abella y otros vs. Argentina " » . Organización de Estados Americanos . «202) …la Comisión estima que existen suficientes
elementos de convicción para concluir que Carlos Alberto Burgos y Roberto Sánchez fueron capturados con vida y luego
ejecutados extrajudicialmente por agentes del Estado argentino, en violación del artículo 4 de la Convención Americana.»
b Comisión Interamericana de Derechos Humanos (18 de noviembre de 1997). Párrafo 215 . «Informe dictado en el Caso 11.137
"Juan Carlos Abella y otros vs. Argentina " ». Organización de Estados Americanos .
Bibliografía [ editar ]
Fuentes primarias [ editar ]
Cámara Federal de Apelaciones de San Martín (5 de octubre de 1989). «Sentencia dictada en el caso del
copamiento de La Tablada, Causa 231/89» . Poder Judicial de la Nación .
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (18 de noviembre de 1997). «Informe dictado en el Caso
11.137 "Juan Carlos Abella y otros vs. Argentina " » . Organización de Estados Americanos .
«Edición digitalizada de la revista Entre Todos » . Ruinas Digitales .
Jaunarena, Horacio (2011). La casa está en orden . Argentina: Taeda Editora. p. 260.
Fuentes secundarias [ editar ]
Edición Plus-Telefé (1993). «Movimiento Todos por la Patria (informe televisivo)» . YouTube .
Agosta, Fabio (2013). «Tablada: el final de los '70 (documental)» . YouTube .
Anguita, Eduardo (23 de enero de 2011). «La Tablada: más silencios que certezas» . Miradas al Sur .
Celesia, Felipe; Waisberg, Pablo (2013). La Tablada. A vencer o morir. La última batalla de la guerrilla
argentina . Buenos Aires: Aguilar. ISBN 978-987-04-319-30 .
Hilb, Claudia (2007). «La Tablada: el último acto de la guerrilla setentista» . Lucha armada en la Argentina
(9) . Consultado el 8 de marzo de 2010 .
Montero, Hugo (marzo de 2011). «MTP: De Nicaragua a La Tablada (2ª Parte)» . Sudestada (96).
Veiras, Nora (23 de enero de 1999). «Los puntos oscuros del asalto a La Tablada» . Página/12 .
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