La Filosofía y El Espejo

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Richard McKay Rorty (4 de octubre de 1931-8 de junio de 2007) fue un fil�sofo

estadounidense.

�ndice
1 Inicio
2 Contra los metaf�sicos
3 Filosof�a literaria
4 Puros juegos de lenguaje
5 Pol�tica
6 Contingencia, iron�a y solidaridad
7 Bibliograf�a
8 Referencias
9 Enlaces externos
Inicio
Rorty asisti� a la Universidad de Yale. Pas� el inicio de su carrera tratando de
conciliar sus creencias e intereses personales con la b�squeda plat�nica de la
verdad. En su disertaci�n doctoral, The concept of Potentiality y en su primer
libro (como editor), The Linguistic Turn (1967), prevalec�a el modo anal�tico. Sin
embargo, gradualmente se puso al tanto con el movimiento filos�fico estadounidense
conocido como pragmatismo, particularmente con los escritos de John Dewey, al igual
que con el notable trabajo hecho por fil�sofos post-anal�ticos como W.V.O. Quine y
Wilfrid Sellars, quienes produjeron un cambio en su pensamiento.

Los pragm�ticos generalmente sostienen que la importancia de una idea debe ser
medida por su utilidad o eficacia para lidiar con un problema dado. Esta noci�n se
remite, especialmente, a William James, quien, en su libro Pragmatismo, estableci�
que las ideas deben ser consideradas no c�mo v�lidas en s� mismas sino como "gu�as
para la acci�n".

La postura de William James signific� un gran cambio dentro del pensamiento


occidental. Su premisa fundamental es el "integralismo". James afirm� (hacia 1906)
que la filosof�a occidental no hab�a hecho sino vivir yendo de un extremo a otro en
el entendimiento de la existencia: de Parm�nides (como algo siempre est�tico) a
Her�clito (como algo siempre cambiante), de Arist�teles (con su insistencia en lo
material como criterio de verdad) a Plat�n (con su insistencia en las ideas como
par�metro de lo cierto), de Hegel (con su idealismo) a Comte (con su materialismo).
Y as� sin jam�s lograr una concepci�n mesurada de la existencia, donde lo cambiante
y lo estable, lo material y lo abstracto, armonizaran.

Contra los metaf�sicos


Las cr�ticas de Rorty se centraron en cuestionar la filosof�a basada en la
metaf�sica que parece obsesionada con ponerse en un lugar privilegiado desde el
cual someter y limitar toda la realidad bajo el juicio soberano de una raz�n
omnipotente (cr�tica que inaugur� con su best seller de 1979 La filosof�a y el
espejo de la naturaleza). Ese modo de hacer filosof�a es el que para Rorty termina
divorci�ndose de la realidad y es el que, finalmente, genera una filosof�a que s�lo
habla de s� misma y que gira sobre s� misma en una especie de metalenguaje. Rorty
aclar� que el problema lo tienen incluso aquellos que quieren escapar a la
metaf�sica (como Derrida) y que asumen esta tarea con un dramatismo innecesario.
"Derrida habla como si este elegante dilema de manual fuese real", como si este
problema estuviera "haciendo la vida imposible no s�lo a los ingeniosos aficionados
a los juegos de palabras como �l, sino al conjunto de la sociedad"[cita requerida]

Filosof�a literaria
El lado m�s ir�nico de Rorty aparece cuando desacraliza el lenguaje de la filosof�a
y lo empieza a considerar como un lenguaje m�s, incluso homolog�ndolo con la
literatura. Por ejemplo, plante� que, en vez de pensar un tratado sistem�tico sobre
la moral, en la propia literatura ya es posible encontrar fuentes que sirven para
inspirar moralmente. Para ello tom� como modelo a Henry James, Marcel Proust y el
poeta americano Walt Whitman (Rorty ten�a una c�tedra de literatura en Stanford).

Pero estos temas literarios est�n relacionados con la fuente de la cual se nutre
Rorty: el fil�sofo Ludwig Wittgenstein. Partiendo de lo anterior encontramos frases
como: "La f�sica y metaf�sica que han sido importantes y revolucionarias han sido
siempre 'literarias' en el sentido de que han abordado el problema de introducir
una nueva jerga y han dejado de lado los 'juegos de lenguaje' vigentes" (Essays on
Heidegger and others: philosophical papers, 1991, p�gina 99)

Puros juegos de lenguaje


Para Rorty, la expresi�n 'juegos de lenguaje' le permite hacer comprender que la
filosof�a de corte metaf�sico (la que estudia las grandes preguntas que buscan
distinguir y zanjar lo verdadero de lo aparente) est� destinada al fracaso por
culpa de interrogantes e intenciones que no conducen a nada. Finalmente, para Rorty
y para Wittgenstein, los humanos simplemente nos movemos en el lenguaje y en las
pr�cticas sociales que lo generan: Preguntarse por los l�mites o si existe una
entidad fuera del tiempo que sostiene y le da sentido a esos 'juegos de lenguaje'
es, o bien, una pr�ctica in�til, o bien, s�lo un juego m�s. Ideas como estas son
las que hicieron de Rorty un pragmatista que actuaba como una suerte de terapeuta
(como Wittgenstein) dedicado a quitarle a los fil�sofos el af�n de preguntarse por
asuntos inefables que est�n m�s all� de la temporalidad. En lugar de enredarse en
eso, Rorty pensaba que el fin de toda investigaci�n debiera ser "hacernos m�s
felices permiti�ndonos afrontar con m�s �xito el entorno f�sico y la convivencia".

Pol�tica
La infancia del pragmatista Rorty no fue del todo tranquila ni en su natal Nueva
York ni en Nueva Jersey. Sus padres, simpatizantes del trotskismo, sufrieron
paranoia cuando comenz� la persecuci�n estalinista contra Trotski y despu�s al
vivir de cerca la cacer�a que hizo el macartismo al comunismo. Esta herencia
ideol�gica explica en parte que Rorty fuera cr�tico del giro que ha tenido la
pol�tica norteamericana hacia la derecha. Junto con rechazar la invasi�n de Irak,
reconoci� que eventos como los ataques terroristas del 11 de septiembre son la
excusa perfecta para que personajes como Bush puedan llevar a que Estados Unidos
sea dominado por un nuevo fascismo.

Contingencia, iron�a y solidaridad


En su prestigiosa obra Contingencia, iron�a y solidaridad1? Rorty despliega su
noci�n sobre la contingencia del �yo�. All� rechaza las concepciones esencialistas
y universalistas (bien sean estas de raigambre metaf�sica, teol�gica o racional) y
defender� una concepci�n historicista, haciendo especial �nfasis en la contingencia
del �yo� o en la contingencia de la conciencia. Esto �ltimo quiere significar que
el ser humano se define a s� mismo y, con ello, se va creando sin que exista ning�n
elemento externo que lo constituya de forma a priori.

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