El Señor de Pigmalión
El Señor de Pigmalión
El Señor de Pigmalión
Hay escritores que son de siempre; hay otros que dependiendo de las
circunstancias históricas o políticas han gozado de un gran prestigio aunque
de manera transitoria. Existe otro tipo de autor que es llevado a la cumbre
literaria o hundido irremisiblemente por subordinar sus valores literarios a
su actitud vital y más concretamente a su actitud política; y luego está el
autor tradicionalmente llamado “maldito”, que por diversas razones está
olvidado, no ya del público sino de la crítica más o menos exigente y
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rigurosa. Estas dos últimos tipos de autor se unen de alguna manera en
Jacinto Grau; desconocido por el público español y por la crítica a causa de
su compromiso con la República (después de la guerra) y en cierto modo
maldito por haber adquirido fama de “gafe”; ya mucho antes de la guerra
se decía: “estrena Grau, teatro cerrau”. Esto unido a su carácter
temperamental, se le consideraba un bicho raro, como también lo fueron en
su momento, Valle, Unamuno y el propio Azorín.
Hasta tal punto, que en un reportaje concedido en 1974 al matutino La
Nación de Buenos Aires, José Cibrián contaba que cuando su padre puso en
escena El Señor de Pigmalión en Madrid todo el mundo lo llamaba
insensato y más aún cuando en uno de los últimos ensayos, uno de los
interpretes se presentó pese a sufrir una dolencia pulmonar. El actor pagaría
con su vida el exceso de profesionalidad y muchos compañeros atribuyeron
la desgracia a que se trataba de una obra de Jacinto Grau.
Este apartamento que Grau tenía alquilado al principio, le fue regalado más
tarde por sus amigos del centro republicano de Buenos Aires tres años antes
de morir y en una fiesta celebrada en su honor; por entonces, algunos de
estos mismos amigos, todos ellos escritores e intelectuales españoles e
hispanoamericanos, propusieron el nombre de Grau para que le fuera
concedido el Nóbel, petición que no prosperó, quedando más bien como
homenaje íntimo al dramaturgo del fracaso popular y al hombre de la lucha
abierta y continua por el estreno y el triunfo.
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Fue hombre meticuloso y exigente incluso cuando asistía a los ensayos de
sus obras, “Grau, cita Orozco, era terrible cuando asistía al teatro, pues no
podía admitir una deficiente actuación escénica y en repetidas ocasiones
protestó ruidosamente contra espectáculos mal logrados, con el
consiguiente alboroto general y la turbación de sus acompañantes”.
Jacinto Grau era un hombre difícil, protestón y vanidoso, pero que poseía
una gran nobleza; algunos amigos achacaban el fracaso de Grau en gran
parte a su ingenuidad, a “pensar en voz alta”, proclamando los defectos y la
falta de talento de los demás, cuando para ascender en el mundo del teatro,
lo que sobra es la sinceridad, según afirma un colega y “solo resulta
atendible la picardía, la gracia para eludir lo trascendente, la pirueta, que no
tolera nada que se salga de lo superficial y frívolo”.
Grau no usaba medias tintas, y en el mundo del teatro, donde las
zalamerías ocupan un lugar privilegiado, su actitud no parecía la más
conveniente.
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Pocos días antes de morir dictó a n gran amigo suyo, Julio Imbert:
….”Le ruego conserve mi impresión de la situación en que muero en mi
destierro. …Mi país es uno de los países, sobre todo en ciertas regiones,
donde la vida es mas sabrosa…..También echo profundamente de menos
los pinos y el mar mediterráneo hispanos; ese mar en el que yo me he
sumergido tantas veces y he visto mudar de color en gradaciones de una
belleza inolvidable. Lamento mucho, y me pesa en el alma, no volver a esa
tierra donde nací, siquiera aunque no fuese mas que para vivir un solo día
en ella….También echo de menos el acento y la prosodia hispana, cuya
hermosura, profundidad y claridad, solamente raras veces se han
aprovechado a fondo. No es extraño pues que Alberti le dedicara un os
versos a su memoria. “Coplas a la muerte de don Jacinto”.
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los más. Resume así hasta 1936: “..El teatro hispano de mi tiempo,
descartando alguna farsa maestra, cual “Los intereses creados”, de
ejemplar acierto, aún virgen entre nosotros, de una verdadera
interpretación escénica, ha sido una amable y a veces graciosa
adormidera burguesa, más o menos ágilmente dialogada, tan insípida en
la crónica teatral como El sí de las niñas, de Moratín, tan inútil y
trivialmente primorosa….”
Esta pobreza del teatro español se debe según Grau a cuatro factores y
precisamente los cuatro que hacen realidad con el público el hecho teatral:
a los empresarios, a los actores, a los autores y a la crítica.
El empresario, para Grau es …”un pelafustán con dinero, ayuno de toda
sensibilidad…, un buen señor que desconoce todo, incluso la mercancía
con que trabaja y cuyos asesores suelen ser profesionales del bajo teatro,
periodistas sin letras, currinches de bastidores, y todo lo más negado y
vulgar que pueda temerse…”. Una buena parte de El señor de Pigmalión
está dedicada a ridiculizar a los empresarios que lo han contratado para
mostrar al público sus muñecos, pero sin entender de lo que se trata, ya que
la única diferencia que poseen es la del dinero que los muñecos han hecho
ganar a los empresarios en el extranjero y que para ellos es necesario que se
repita ante el publico local; uno de los empresarios dirá: ¡pesetas, pesetas!.
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Para Jacinto Grau el teatro es una de las manifestaciones más completas del
arte, ya que tiene como fin inmediato crear belleza. Dice: ….”Me interesa
recordar que toda verdadera producción teatral debe ser una obra de arte,
como lo es un poema, una sinfonía o una pintura mural, o un cuadro…”
Consecuentemente Grau se rebela contra los autores y las obras de tesis y
contra aquellos que ven el teatro como portavoz de ideas personales
utilitaristas.
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producción. Grau condena en sus prólogos los excesos de los románticos y
hace sinceras apologías del clasicismo. Dice:
“…..La magnífica condición clásica que no han comprendido nunca los
románticos es la mesura; entendiendo por tal ,la armonía interior
sobreponiéndose al impulso….”.
Para Grau lo espontáneo no tiene alta condición estética y “…..todo el
estrépito de la hojarasca de Víctor Hugo está en el grave pecado de haber
dejado suelta la espontaneidad….”
En cuanto a vivir en el tiempo….nos dice: “……..la obra nace para vivir
en el tiempo, aunque surga condicionada por la época en que es creada; y
en el teatro los temas y los personajes tienen que ser temas y personajes
que puedan vivir con los hombres de todas las épocas. Porque una obra de
arte, si vive solo de una época determinada, es una obra inferior: o vive en
lo que llamamos tiempo, o no es más que un leve trasunto sin
consistencia….Ni Edipo, ni Antífona, ni Hamlet, ni Tartufo, ni Pedro
Crespo el alcalde de Zalamea, están ligados más que fortuitamente al
tiempo en que actuaron. Su vida interesa más en la conciencia moderna
que al mundo que les rodeaba, siempre en lucha con ellos mismos….”
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prefirió la primera de estas maneras y el público permaneció impermeable
a su Edad Media…..”
Las tres obras tiene en común la creación de personajes que son liberados
de sus creadores humanos y asumen una existencia autónoma.
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En 1925 se estrenó en Praga produciéndola el mismo Capek
Aunque nuestro autor emplea en esta pieza una técnica moderna y un
escenario actual, se nota que continúa interesado en la mitología.
Según el mito contado por Ovidio, Pigmalión fue un talentoso escultor de
Chipre. Como no le interesaban las mujeres mortales, creó una estatua de
mujer tan bella que se enamoró de ella y rogó a Venus que le concediera
una amante igual. La diosa del amor sintió compasión por él y le dio vida a
la estatua. Pigmalión que muy complacido, la llamó Galatea y se casó con
ella.
El protagonista de la obra de Grau es un hombre que ha tomado el nombre
de Pigmalión. Ha tenido gran éxito en la creación de unos muñecos
mecánicos casi humanos, capaces de parecer espontáneos en sus
movimientos. Como su homónimo griego, Pigmalión se ha enamorado de
uno de ellos; salvo esta circunstancia paralela no hay más semejanzas con
el mito.
El acto primero de la obra ocurre en un teatro de Madrid, que es propiedad
del duque de Aldurcara, quien tiene tres empresarios: don Lucio, don
Javier, y don Olegario. Pigmalión llega para representar allí sus obras. Los
productores se aterran cuando él dice que no está interesado en el dinero,
ya que ha ganado muchos millones en los Estados Unidos con sus
muñecos.
Les explica su interés en ellos y como desde que era niño se sintió
fascinado por los muñecos mecánicos; que después de años de
investigación a través de museos y teatros de Europa, llegó a él la
inspiración de crear el actor mecánico ideal. Pero quiso superar esto y
después de mucho trabajo y experimentos llegó a fabricar unos muñecos
tan sensitivos y sofisticados como el ser humano. Sus muñecos tienen
ahora nervios y arterias artificiales y corazones de animales y otras partes
hechas con materiales de su invención. Pigmalión desea aún más: crear
algo superior al hombre.
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demás: Del Capitán Araña, caricatura de un militar; don Lindo, el paje de
Pomponina; Mingo Repulgo, un tipo con dinero, fuerte y vulgar; Periquito
entre ellas, un afectado entrometido; El Enano de la Venta, un grotesco
enano con garrote; Ambrosio el de la carabina, vestido de cazador;
Bernardo el de la espada; El tío Paco, un campesino de pocas palabras;
Lucas Gomez, un individuo marcado por la viruela, con la boca retorcida y
un parche en un ojo; Pero Grullo. Un alto y solemne individuo con aires de
político importante; Pedro Urdemalas, astuto, cara y cejas mefistofélicas;
Pomponina es la figura principal, es vana y bonita, lleva un espejo atado a
su talle y usa joyas y brillantes. Es atendida por cuatro bonitas muñecas.
Los muñecos han aprendido en secreto a abrir sus cajas y una hora después
aparecen en el teatro vacío. Es evidente que hacen esto desde tiempo atrás a
espaldas de Pigmalión
Mingo Repulgo, que es un especie de tesorero de Pigmalión, tienta a
Pomponina con joyas y dinero y se la lleva a su caja. Periquito corteja y
charla con las otras muñecas. Don Lindo se adelanta con su laúd y canta
una serenata enfrente de la caja de Pomponina. Los celos de aquel se
desatan cuando Juan el tonto le hace saber por señas que su amada
Pomponina lo engaña con Mingo Repulgo. Luego Lucas Gomez y don
Lindo empiezan a discutir; el primero arranca la peluca del segundo
mostrando su calvicie y riéndose; quiere contárselo a Pomponina, pero don
Lindo corre a esconderse en su caja antes de que ella pueda ver su calva
cabeza. Estas travesuras son interrumpidas con la llegada del Duque y un
portero. Ofreciéndole joyas, palacios y coches, el duque se marcha con
Pomponina. Bajo el mando del Capitán y de Urdemalas los demás deciden
también escapar. El Capitán los arenga con discursos sobre la valentía y
persuade a todas a huir. Pero siguiendo la sugerencia del astuto Urdemalas,
el cobarde Capitán se queda, así quedará a salvo si el plan fracasa.
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habitación contigua, ella le encierra bajo llave y se divierte oyéndole gritar
indignado.
Julia, una amante desdeñada del Duque. Llega a la casa, en busca de este.
Empieza a discutir con Pomponina pero son interrumpidas por varios
muñecos que llegan. Son los que escaparon con Urdemalas en el camión
del amo. Pigmalión ya a capturado a varios..
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caracterización de estos personajes, Los tres son avaros, vulgares e
ignorantes, opuestos al arte al que consideran un mal negocio. Hablan
exactamente igual, imitándose unos a otros. Parecen mas muñecos
esperpénticos que los muñecos. El mensaje parece ser ..los bufones que
controlan el teatro no son mas humanos que los muñecos de Pigmalión.
Hacia el final del prólogo aparecen el Duque y Pigmalión. El es un hombre
fuerte y voluntarioso. Cuando explica su sentimiento por Pomponina y su
sentir de que Dios podría castigarle, parece tener una premonición del mal
que se avecina.
Dialogo:
Pigmalión…………..Lo que llevo es una gran tristeza conmigo mismo.
Estoy locamente enamorado de una muñeca, como tantos hombres, solo
que ellos no saben que adoran a una muñeca y yo si lo se.
Don Javier…………..Si no supiésemos quien es usted creeríamos que
estaba usted loco.
Pigmalión……………Voy camino de estarlo. Dios me castiga por haber
querido meterme en su oficio. Idolatro a Pomponina. Muchos de mis
muñecos la codician.
La confesión de este amor suena demasiado simple..?....poca
imaginación..?
En el acto 1 Pigmalión lleva a los empresarios a ver a sus muñecos.
Resulta algo lenta de lectura y monótona. Sin embargo la idea en la escena
puede ser de un gran colorido con los muñecos.
(Comentario sobre el grupo de lectura. Se creaba expectación pero quizá
demasiada. Resultaba cansino)
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“Pigmalión a creado tipos populares españoles de los cuales hay
equivalencias en todas partes del mundo. Sus nombres son derivados del
folklore de España: Pero Grullo, una persona que siempre está diciendo una
verdad obvia- una perogrullada; Bernardo el de la espada- como la espada
de Bernardo que ni pincha ni corta-; Periquito entre ellas, un joven a quien
le gusta estar entre mujeres; Lucas Gomez, uno que hace las cosas solo-
Como Lucas Gomez, el se lo guisa y el se lo come; El Capitán araña, un
general cobarde; El enano de la venta, uno que finge ser mas de lo que es,
El tío Paco, cuando alguien exagera le dicen, ya vendrá el tío Paco con las
rebajas. Que significa que el fanfarrón se verá desenmascarado;. Otros
tipos famosos de la literatura española son Pedro de Urdemalas, un astuto
maquinador, objeto de un entremés de Cervantes; Mingo Repulgo , que
representa al pueblo en la sátira del siglo XV; Don Lindo, un guaperas,
quizá derivado de el Lindo don Diego de A. Moreto; Pomponina, que viene
tal vez de la Colombina de la Comedia del Arte. Su nombre quiere decir
pequeño pompon o pequeña borla, por lo tanto una especie de adorno…”
Desde el punto de vista del argumento los únicos elementos importantes del
acto primero son: el enamoramiento del Duque por Pomponina y la
presentación de la difícil y hostil relación entre Pigmalión y sus muñecos.
Este ultimo aspecto se subraya al final del acto, cuando aquel descubre que
las cerraduras de las cajas de sus muñecos han sido forzadas.
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Urdemalas…….Dejadme salir. ¿Qué desea Pigmalión? Dominaros ¿Qué
queremos nosotros? Ser libres. ¿Quién es el fuerte? El ¿Y los débiles?
Lucas………..Nosotros por desgracia
Urdemalas…………O por fortuna. El mundo es de los débiles astutos.
Don Lindo……………..¿Y que hacemos?
Urdemalas………………..El mal…hagamos el mal, purificador mal, justo
mal, ¿Qué ha hecho Pigmalion con nosotros? Hacernos muy mal, de puro
querer hacernos bien. La prueba, que prepara otros muñecos mejores, que
cuando estén acabados nos sustituirán y nos destruira. Al mal, pues, mayor
mal. Destruyamos a Pigmalion aquí mismo antes que un día nos destruya a
nosotros.
Durante la breve escena final, Pigmalión percibe su tragedia antes que Juan
el tonto, le de un garrotazo. El moribundo cree que su derrota es debida a
los dioses quienes celosamente guardan el secreto de la creación. El
soliloquio de Pigmalión recuerda las tragedias griegas, los dioses destruirán
al héroe que trate de robar su secreto (Prometeo).
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Parece una fábula dramática sobre la relación entre el creador y sus
creaciones…quizás quiso señalar algún paralelismo entre Dios creador y
los hombres…….
Los descubrimientos científicos la genética….
La soberbia del hombre.
Frankestein….Blade Runner.
Tiene múltiples interpretaciones. Es abierta, sugerente,
Las posibilidades escenografitas inmensas.
Incita al juego escénico. Es un texto para trabajarlo e interpretarlo cada uno
a su manera. Propuestas.
FIN
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