La Caída de Un Gran Asteroide y Sus Consecuencias
La Caída de Un Gran Asteroide y Sus Consecuencias
La Caída de Un Gran Asteroide y Sus Consecuencias
Si el asteroide cayese en
tierra formaría un cráter de unos
150 Km de diámetro, con una
protuberancia en el centro causada
por rebote elástico, produciendo
movimientos en las márgenes
continentales. Si la caída sucediera
en el océano, enormes volúmenes
de agua hervirían y aparecería una
gran pluma de vapor con un radio
de 350 Km. En éste último caso el cráter generado sería un poco más extenso y más
plano que el de tierra con la posibilidad de romper la corteza oceánica lo que conllevaría
una marca morfológica, gravitatoria y magnética importante. Otro efecto inmediato
serían los grandes tsunamis que barrerían los océanos hasta llegar a las costas. Si el
asteroide tuviera unos 10Km de diámetro e impactara en un océano de 5 Km de
profundidad, formaría una gran ola de 5 Km de altura inicial que en 27 horas habría
Impactos de asteroides y extinciones en masa Manuel Buil
Sea donde fuera que cayera, la onda expansiva llegaría en pocos minutos hasta
los dos mil o tres mil kilómetros de distancia, haciendo reventar los pulmones de
cualquier espectador. Tras producirse el impacto, materiales sólidos de pequeños
tamaños quedarían en suspensión por el ambiente, siendo repartidos por las corrientes
de aire. Llegarían a oscurecer la atmósfera y además producirían graves incendios en
áreas muy alejadas del punto de impacto debido a las altas temperaturas de las cenizas.
Estos incendios podrían terminar de forma directa con un 20% de la vegetación
mundial, y como consecuencia se
crearía un hollín oscuro que ayudaría
a incrementar la oscuridad total en la
que estaría sumida la Tierra, por lo
que la flora que no hubiera
desaparecido por los incendios, lo
haría por la falta de luz solar en varios
meses o incluso años.
La noche permanente no
llegaría de forma súbita, sino que
vendría precedida durante unas
semanas de crepúsculos y amaneceres
de cielo anaranjado cada vez más prolongados, hasta que un buen día no se vería la luz
en absoluto.