Orientaciones Control de Impulsos PDF
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No escuchan, no se fijan.
Se les olvida, no retienen, o pierden la información sobre lo que tiene que hacer.
No interiorizan las normas.
Saben hacer muchas cosas pero no son capaces de llevarlas a término. Hay que
estar encima de ellos para conseguirlo.
El ambiente, el contexto, la situación no les sirve para controlarse, no les llega la
información sobre qué es lo adecuado, qué debe hacer o que se espera de él en
ese momento.
Dicen lo primero que se les ocurre, hacen lo primero que piensan.
Todos los estímulos les entretienen, no saben poner un filtro para atender solo al
pertinente y al adecuado a la situación.
No son capaces de atender mucho tiempo a una sola tarea que les suponga
esfuerzo mental.
No aprenden por las consecuencias.
No anticipan lo que va a pasar. No evalúan las consecuencias de sus acciones.
Desconocen que pueden recordar el pasado para saber cómo actuar.
El castigo no les sirve para aprender a comportarse bien.
No tienen un tiempo de espera, un tiempo de reflexión antes de actuar.
Cuando más necesario es que estén quietos, más inquietud les entra.
No tienen conciencia del tiempo, ni regulan el mismo: o van muy rápido en
tareas que se requiere ir despacio, o van muy despacio en tareas en las que se
puede ir rápido.
Si todo esto les ocurre en cualquier tipo de tareas: aseo, limpieza, orden, alimentación
colaborar en casa y no digamos en hacer los deberes, las dificultades aumentan
cuando aparecen las emociones tanto positivas como negativas.
Entusiasmo, alegría, frustración cansancio, rabia, miedo… las emociones les invaden y
les desbordan complicando la situación, para el niño y los adultos que le intentan
ayudar.
Los padres pueden y deben tener estrategias que ayuden y faciliten que su
hijo aprenda a regularse y autocontrolarse. Para ello hay que centrarse en trabajar
principalmente en torno a los siguientes puntos:
Modelado cognitivo
Esto consiste en que los padres se conviertan en un modelo para el niño.
Demostrarle que cualquier persona tiene o se encuentra con dificultades, que
comete errores y busca soluciones para resolverlos. Los padres deben por lo
tanto hacerle ver a su hijo que ellos también tienen esos problemas y que lo que
hacen para hacer mejor las cosas es seguir las fases de las auto-instrucciones:
¿Cuál es mi problema?
Tengo que pensar un plan para solucionarlo ¿cuál va a ser mi plan?
Me lo repito en voz alta para que no se me olvide.
¿Estoy utilizando mi plan?
¿Cómo me ha salido?
Reforzarme por lo bien que lo he hecho y por haber utilizado mi plan.
Auto-instrucciones
Las auto-instrucciones consisten en ayudar a tu hijo a que cuando se encuentre
ante un problema o una dificultad tenga la capacidad de pararse y pensar antes
de actuar o tomar decisiones precipitadas:
Me paro > Observo > Pienso > Decido > Actúo > Evalúo
Además, puedes enseñarle que el proceso para pensar debe comprender las
siguientes reflexiones antes, durante y después de la acción:
¿Cuál es mi tarea?
¿Cómo la voy a hacer? ¿Cuál va a ser mi plan?
¿Estoy siguiendo mi plan?
¿Cómo lo he hecho?
Estos son algunos de los ejercicios que como padre puedes poner en práctica con tu
hijo para ayudarle a reducir el impacto negativo del TDAH en las diferentes situaciones
de su vida. Facilitarán que haya una mayor comprensión, una relación de apoyo y
colaboración entre los adultos y los hijos, evitando así que se produzcan contantes
peleas y tensiones en el ambiente familiar.