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¿QUÉ SE ENTIENDE POR SUELO?

La definición del suelo ha tenido varios matices, según quien trate


de hacerla y según la época en que la haga.

Como lo recuentan Hillel (1998), Buol et al (1997), Malagón et al


(1995), Porta et al (1994) y Soil Survey Division Staff (SSDS, 1993),
entre otros autores, el término suelo ha tenido acepciones
verdaderamente simplistas como:

 El suelo es, desde el punto de vista del agricultor, el sitio para


ubicar sus semillas y producir sus cosechas (Worthen, 1949).
 Para un geólogo podría ser el recubrimiento terroso que hay
sobre un cuerpo rocoso.
 Para un constructor, el suelo es el sitio sobre el cual colocará
sus estructuras o el sustrato que le suministrará algunos de
los materiales que requiere para hacerlas.
 Para un ecólogo es uno de los componentes del ecosistema
que estudia.
 Para un químico, es el laboratorio donde se producen
reacciones entre las fases sólida, líquida y gaseosa.
 Un antropólogo o un arqueólogo podrán ver el suelo como un
tipo de registro del pasado.

En los tiempos en que los pueblos empezaron a asentarse en un


sitio y abandonaron su sistema nómada, el suelo adquirió valor en la
medida en que se fue requiriendo para producir alimentos: en esta
etapa el suelo se concebía como el sustrato indispensable para el
suministro de nutrientes, de agua y de soporte para las plantas.
Ante la variedad de acepciones utilizadas para un mismo término,
algunos autores trataron de acuñar definiciones que precisaran la
aplicación del mismo. Aparecieron entonces los conceptos de:

o Pedología, en donde se considera el suelo como un cuerpo


natural cuyas propiedades interesan para establecer su origen
y su clasificación, sin importar sus posibilidades de uso, y
o Edafología, en donde el suelo es tomado como el soporte
para las plantas, es decir, se estudia desde un punto de vista
netamente práctico, orientado a obtener los mejores
rendimientos agropecuarios posibles. (Lyttleton y Buckman,
1944).

El glosario de términos de suelos de la Sociedad Americana de la


Ciencia del Suelo (1984) también acepta la diferenciación hecha en
el párrafo anterior al establecer dos definiciones para el término
suelo:

o Es el material no consolidado en la superficie de la tierra que


sirve como medio natural para el crecimiento de las plantas
terrestres, y
o Es el material mineral no consolidado en la superficie de la
tierra que ha estado sometido a la influencia de factores
genéticos y ambientales: Material parental, clima, macro y
microorganismos y topografía, todos actuando durante un
lapso de tiempo y generando un producto: el suelo, que
difiere del material del cual se derivó en varias propiedades y
características físicas, químicas, biológicas y morfológicas.
o Se denomina suelo a la parte superficial de la corteza
terrestre, biológicamente activa, que proviene de la
desintegración o alteración física y química de las rocas y de
los residuos de las actividades de seres vivos.

En la actualidad, por efecto de la influencia ambiental, de la


sostenibilidad y de la sistémica, se han elaborado algunas
definiciones un poco más holísticas del suelo:

 Para Jaramillo et al (1994) el suelo es aquella delgada capa,


de pocos centímetros hasta algunos metros de espesor, de
material terroso, no consolidado, que se forma en la interfase
atmósfera – biosfera – litosfera. En ella interactúan elementos
de la atmósfera e hidrosfera (aire, agua, temperatura, viento,
etc.), de la litosfera (rocas, sedimentos) y de la biosfera y se
realizan intercambios de materiales y energía entre lo inerte y
lo vivo, produciéndose una enorme complejidad.
 Hillel (1998) considera el suelo como un cuerpo natural
involucrado en interacciones dinámicas con la atmósfera que
está encima y con los estratos que están debajo, que influye
el clima y el ciclo hidrológico del planeta y que sirve como
medio de crecimiento para una variada comunidad de
organismos vivos. Además, él juega un papel ambiental
preponderante como reactor bio-físico-químico que
descompone materiales de desecho y recicla dentro de él
nutrientes para la regeneración continua de la vida en la
Tierra.
 Tarbuck y Lutgens (1999) consideran la Tierra como un
sistema dentro del cual el suelo es una interfase donde
interactúan diferentes partes de aquel: la litosfera, la
atmósfera, la hidrosfera y la biosfera. Debido a esto, el suelo
es dinámico y sensible a prácticamente todos los aspectos de
su entorno. Estos autores hacen énfasis en un hecho
fundamental que sustenta la razón de ser de la Ciencia del
Suelo: El suelo no es simplemente el material
producido por la meteorización que se ha acumulado
en la superficie terrestre, es decir, el suelo no es
producto de la meteorización.
LOS ÓRDENES EN LA TAXONOMÍA DE SUELOS DEL USDA
(SÍNTESIS)

En Colombia se utiliza el Sistema Taxonómico Norteamericano1 para


clasificar los suelos. Este sistema está diseñado de manera que el
suelo puede ser clasificado en seis categorías diferentes,
seleccionando la adecuada de acuerdo con los fines que se persigan
con su estudio.

Para que el lector tenga una idea aproximada de los tipos de suelos
que va encontrando a través del desarrollo de la carrera y en el
ejercicio profesional, se hará aquí una síntesis de las características
más frecuentes que poseen los órdenes de suelos considerados en
el sistema indicando, además, la manera de identificarlos en el
nombre dado al suelo.

Los órdenes son:

 GELISOLES: Son suelos que presentan condiciones de


congelamiento durante periodos largos de tiempo y que tienen
o no hielo. Presentan alta variabilidad en sus propiedades. El
nombre de los suelos que pertenecen a este orden termina en
EL.
 HISTOSOLES: Son suelos típicamente orgánicos, aunque
pueden tener algunos horizontes delgados de materiales
minerales. La nomenclatura de estos suelos termina en IST.
 ESPODOSOLES: Suelos que presentan un horizonte oscuro
de acumulación de materia orgánica y aluminio, con o sin
hierro, ubicado por debajo de un horizonte más claro que ha
aportado aquellos materiales. Son suelos ácidos y la
terminación de su nomenclatura es OD.
 ANDISOLES: Suelos con alta fijación de fosfatos y baja
densidad, derivados de materiales volcánicos; normalmente
son ácidos y su nomenclatura termina en AND.
 OXISOLES: Suelos muy evolucionados, típicos de ambientes
tropicales. Casi no tienen minerales diferentes al cuarzo en su
fracción gruesa y en la fracción arcilla predominan los óxidos
de Fe y de Al; son ácidos y se identifican por la terminación
OX.
 VERTISOLES: Son suelos arcillosos que se agrietan
fuertemente cuando se secan. Su reacción se encuentra entre
ligeramente ácida a fuertemente alcalina y sus nombres
terminan en la partícula ERT.
 ARIDISOLES: Son suelos que se presentan en climas muy
secos. Su nomenclatura termina en ID.
 ULTISOLES: Suelos muy evolucionados que presentan un
horizonte que ha acumulado arcilla que se ha movilizado
desde las partes más superficiales del suelo. Las arcillas
acumuladas son de baja calidad por lo que el suelo es ácido y
poco fértil. Su nombre termina en ULT.
 MOLLISOLES: Son suelos que presentan adecuadas
propiedades físico-químicas en la zona de raíces. Se identifican
por la presencia de la terminación OLL en su nombre.
 ALFISOLES: En estos suelos también se ha formado un
horizonte de acumulación de arcilla que se ha movido desde la
parte superior del suelo pero, a diferencia del Ultisol, en este
orden las arcillas acumuladas son de mejor calidad por lo que
se presenta una saturación de bases alta. Su terminación en la
nomenclatura es ALF.
 INCEPTISOLES: Son suelos que no cumplen los requisitos
para ubicarse en alguno de los órdenes anteriores pero que
presentan evidencias de evolución incipiente que los ha
llevado a desarrollar varios horizontes con estructura de suelo.
Su nomenclatura termina en EPT.
 ENTISOLES: Son los suelos que presentan menor grado de
evolución. Por lo general sólo se observa organización de
suelo en la parte superior del mismo, por efecto de la materia
orgánica y de la actividad biológica presentes en ella. Este
orden, junto con el de los Inceptisoles, presenta la mayor
variabilidad en sus propiedades. Su terminación es ENT.

1
SOIL SURVEY STAFF. 1999. Soil Taxonomy: A Basic System of Soil Classification for Making and Interp eting Soil
Surveys. 2ª. Ed. United States Department of Agriculture (USDA). Washington D. C. 869 p.
LA GÉNESIS DE LOS SUELOS

LOS FACTORES DE FORMACIÓN DEL SUELO

El clima
El material parental
Los organismos
El relieve
El tiempo

La Génesis de los suelos o Pedogénesis es aquella rama de la


ciencia del suelo que estudia los procesos que le han dado a éste
las características y propiedades que posee y los factores que han
controlado el accionar de dichos procesos. Trata de establecer el
origen del suelo y, en una fase más avanzada, de prever los
cambios que sufrirá si varían las condiciones bajo las cuales está
evolucionando.
De acuerdo con la definición de suelo que proponen Jaramillo et al
(1994)1, para poder establecer y entender la evolución del suelo se
requieren ciertas interacciones con otras ciencias como la química,
la física, la biología, la geología, la geomorfología, la climatología, la
hidrología, la mineralogía, entre las más frecuentes. Éstas
proporcionan los conocimientos básicos acerca de los procesos y
factores que intervienen en el desarrollo del suelo.

1
JARAMILLO, D. F.; L. N. PARRA y L. H. GONZÁLEZ. 1994. El recurso suelo en Colombia: Distribución y Evaluación.
Universidad Nacional de Colombia. Instituto de Ciencias Naturales y Ecología – ICNE - . Medellín. 88 p.
CONTENIDO
 El clima
 Las variables climáticas y la pedogénesis
 Clasificación del clima
 Propiedades del suelo afectadas por el clima
 El material parental
 El origen del material parental
 Rocas ígneas
 Rocas sedimentarias
 Rocas metamórficas
 Sedimentos no consolidados
 El componente inorgánico del material parental
 Los minerales primarios
 Los minerales secundarios y otros componentes de la fracción
fina del suelo
 Efectos del material parental sobre los suelos
 La textura del material litológico
 La composición mineralógica del material litológico
 Los organismos
 La biota del suelo
 Clasificación
 La microbiota del suelo
 La meso y macrofauna del suelo
 Efectos de la biota sobre el suelo
 El hombre
 La vegetación
 Generalidades
 Caracterización de la vegetación natural
 La materia orgánica del suelo
 Tipos de materia orgánica del suelo
 Transformación de los materiales orgánicos
 El humus
 Importancia de la materia orgánica en el suelo
 El relieve
 Tipos de relieves
 La vertiente
 Características de la vertiente
 Forma de la vertiente
 Gradiente de la vertiente
 Longitud de la vertiente
 Orientación de la vertiente
 Efectos de la vertiente sobre el suelo
 Sobre la erosión
 Sobre las condiciones de drenaje
 Otras relaciones con el relieve
 El tiempo

OBJETIVOS
 Conocer los factores que controlan el desarrollo del suelo
 Conocer cómo se presentan los diferentes factores de
formación de suelos en Colombia
 Conocer algunos sistemas de clasificación de los factores de
formación utilizados comúnmente en Colombia.
 Aprender a reconocer el efecto de los factores de formación
en el suelo mediante la observación de algunas de sus
propiedades fundamentales
En la década del 40, Jenny definió los factores que intervienen en la
formación del suelo, mediante el siguiente modelo, sencillo sólo en
su presentación:

S = f (C , MP , O , R , t) [1]

Dónde:
S: Desarrollo del suelo.
C: Clima.
MP: Material parental.
O: Organismos.
R: Relieve.
t: Tiempo.

Según el modelo planteado, el desarrollo del suelo es función de la


acción de un clima y sus organismos asociados sobre un material
parental, bajo el control de un relieve, durante un determinado
período de tiempo.

Los factores incluidos en la Ecuación 1 son los Factores de


Formación del Suelo y son los que controlan el accionar de los
procesos pedogenéticos, tanto en su tipo como en su intensidad,
como se verá más adelante; a continuación se analizan los factores
de formación desde el punto de vista del efecto que ejercen en la
evolución del suelo.
1. EL CLIMA

1.1. LAS VARIABLES CLIMÁTICAS Y LA PEDOGÉNESIS

Los componentes climáticos básicos que mayor incidencia tienen en


la evolución del suelo son: La precipitación (P) y la temperatura
(T); el viento, en la medida que condicione procesos de
evaporación de agua desde la superficie del suelo, también juega un
papel fundamental en la pedogénesis.

Aparte de los anteriores componentes básicos, hay un componente,


derivado de ellos, que es quizás más decisivo en la evolución del
suelo y es la evapotranspiración potencial (ETP). Ésta
determina la cantidad de agua necesaria para suplir las necesidades
de las plantas y de la evaporación características de la zona que se
estudia. Cuando se sustrae este consumo del aporte de agua que
hace la precipitación (P – ETP), la cantidad que queda es la cantidad
de agua disponible para realizar alguna actividad en el suelo. La
evapotranspiración depende de la temperatura y mientras mayor
sea ésta, mayor es la evapotranspiración. En la Figura 1 se ilustra la
importancia de dicho componente climático.

Un ejemplo pude ser que, dos regiones tienen cantidades similares


de precipitación al año, 1099 mm en Zipaquirá y 1122 mm en
Flandes, presentan diferencias importantes en sus correspondientes
ETP anuales estimadas: 614 y 1648 mm respectivamente; si se hace
la diferencia entre la precipitación y la evapotranspiración potencial
(P – ETP) para cada región, se obtiene que en Zipaquirá hay un
exceso de agua aportada por la precipitación de 485 mm, mientras
que en Flandes hay un déficit de agua de 526 mm al año; incluso,
obsérvese que el déficit de agua se presenta en la región que tiene
mayor precipitación.

Las diferencias anotadas en el párrafo anterior se deben al


comportamiento diferente de la ETP en cada una de las regiones,
afectada ampliamente por la temperatura; estas condiciones
cambian todas las relaciones hídricas del suelo.

Figura 1. Ciclo de la Evapotranspiración

De acuerdo con los resultados, en los suelos de Zipaquirá hay una


mayor cantidad de agua interactuando con ellos durante más
tiempo y, por tanto, es de esperarse que tengan menor contenido
de bases y condiciones más ácidas, que los de la otra región, debido
a que el exceso de humedad produce un lavado intenso de
sustancias que no se produce en Flandes, porque allí todo el tiempo
hay déficit de agua en los suelos.

Las relaciones hídricas, expuestas anteriormente, se ven afectadas


por la distribución con la cual se presente la precipitación a través
del año; son diferentes los efectos de las precipitaciones
abundantes, pero concentradas en pocos meses a los de cantidades
similares de lluvia anual, repartidas en pequeñas cantidades todos
los meses. Se concluye que, aunque la distribución de la
precipitación en ambas regiones es bimodal (dos períodos muy
húmedos y dos menos húmedos), el primer período húmedo en
Zipaquirá es mucho más extenso que en Flandes, lo que genera una
mayor actividad hídrica en los suelos de la primera región.

Pedogenéticamente, condiciones contrastantes de humedad y


sequía favorecen procesos de translocaciones en el suelo, en
tanto que condiciones de humedad permanente, sin saturación,
favorecen transformaciones y pérdidas; además, las
posibilidades de uso del suelo cambian, con lo cual se afectan
procesos relacionados con la parte orgánica y biótica del mismo.

En Colombia se presentan variadas condiciones de precipitación que


incluyen desde áreas casi desérticas, como el norte de la península
de la Guajira, hasta las zonas pluviales de la región del Pacífico:
Mesa et al (1997) documentan que, en los alrededores de Quibdó,
la precipitación media anual llega a los 14000 mm; en la Figura 1 se
presenta la distribución de las condiciones de humedad ambiental
en Colombia, generalizadas del mapa de zonas de vida de
Holdridge, presentado por Malagón et al (1995).

Con respecto a la temperatura ambiental o del aire, se ha


establecido una relación inversa entre la temperatura y la altitud
de un sitio específico; sin embargo, en Colombia las temperaturas
son disimétricas entre las diferentes cordilleras y entre las diferentes
vertientes de la misma cordillera, como lo demuestran los trabajos
de Flórez (s.f.) y de Flórez, citado por García (s.f.). Flórez (s.f.), por
ejemplo, encontró en la cordillera occidental un gradiente térmico
de 0.6 oC por cada 100 m de altitud, para la vertiente oriental y de
0.65 oC por cada 100 m, para la vertiente occidental. Esto significa
que la vertiente oriental de esta cordillera es más caliente que la
occidental.

RECORDAR
Ø La ETP es un buen estimador de la cantidad de agua
disponible para la pedogénesis; depende de la temperatura:
a > temperatura > ETP.

Ø La distribución de la precipitación genera diferencias


climáticas importantes.

Ø A > altitud < temperatura pero los gradientes son


diferentes según la vertiente que se analice.
Ø La mayor parte del territorio colombiano está en el piso
cálido y es húmedo.

Ø La zona más seca de Colombia: Alta y media Guajira.

Ø La zona más húmeda de Colombia: Centro del


departamento del Chocó.

1.2. CLASIFICACIÓN DEL CLIMA

En Colombia ha tenido gran difusión y uso el sistema de clasificación


del clima mediante las Zonas de Vida propuesto por Holdridge
(Holdridge, 1979). La unidad natural climática básica de su sistema
de clasificación la denomina Zona de Vida y es un área que tiene
iguales condiciones de biotemperatura (rango de temperatura en
el cual hay crecimiento vegetal; se encuentra entre 0 y 30 ºC)
promedia anual, precipitación promedia anual y condición de
humedad, dada por la ETP; en cada zona de vida se producen
asociaciones vegetales con características fisionómicas muy
particulares que obedecen al control que ejercen los factores
climáticos sobre ellas.
Como se mencionó, uno de los componentes de la zona de vida es
la biotemperatura, la cual está controlada por la altura sobre el nivel
del mar, es decir, por los pisos altitudinales. La relación entre
estos dos parámetros se presenta la Tabla 1.

El nombre de la zona de vida está conformado por la condición de


humedad (letras minúsculas en el símbolo), seguido por el piso
altitudinal (letras mayúsculas en el símbolo); Espinal (1991) describe
para Colombia 23 zonas de vida, las cuales se resumen en la Tabla
2 con su respectivo rango de precipitación.
FIGURA 1. Distribución de las condiciones de humedad en Colombia (Generalizadas a partir
del mapa de zonas de vida presentado por Malagón et al, 1995).
TABLA 1. Pisos altitudinales climáticos y su temperatura
característica en el sistema de clasificación de zonas de vida
de Holdridge. (Tomados de Espinal, 1991).

PISO ALTITUD (msnm) BIOTEMPERATURA


ALTITUDINAL (oC)
Tropical 0 - 1000 > 24
Premontano 1000 - 2000 18 - 24
Montano bajo 2000 - 3000 12 - 18
Montano 3000 - 4000 3000 - 4000
Subalpino 4000 - 4500 3-6
Alpino 4500 - 4800 1.5 - 3
Nival > 4800 < 1.5

TABLA 2. Zonas de vida de Colombia, según Holdridge,


tomadas de Espinal (1991)

ZONA DE VIDA PRECIPITACIÓN


NOMBRE SÍMBOLO MEDIA ANUAL
(mm)
Matorral desértico tropical md - T 125 - 250
Monte espinoso tropical me - T 250 - 500
Bosque muy seco tropical bms - T 500 - 1000
Bosque seco tropical bs - T 1000 - 2000
Bosque húmedo tropical bh - T 2000 - 4000
Bosque muy húmedo tropical bmh - T 4000 - 8000
Bosque pluvial tropical bp - T > 8000
Monte espinoso premontano me - PM 250 - 500
Bosque seco premontano bs - PM 500 - 1000
Bosque húmedo premontano bh - PM 1000 - 2000
Bosque muy húmedo bmh - PM 2000 - 4000
premontano
Bosque pluvial premontano bp - PM > 4000
Bosque seco montano bajo bs - MB 500 - 1000
Bosque húmedo montano bajo bh - MB 1000 - 2000
Bosque muy húmedo montano bmh - MB 2000 - 4000
bajo
Bosque pluvial montano bajo bp - MB > 4000
Bosque húmedo montano bh - M 500 - 1000
Bosque muy húmedo montano bmh - M 1000 - 2000
Bosque pluvial montano bp - M > 2000
Páramo subalpino p - SA > 500
Páramo pluvial subalpino pp - SA > 500
Tundra pluvial alpina tp - A > 500
Nival N -

Aparte del sistema de clasificación de zonas de vida, García (s.f.) ha


propuesto establecer cinco pisos bioclimáticos para Colombia; se
basa en observaciones de clima y vegetación hechas por él y por
Flórez (s.f.) y Salamanca (s.f.) en varios transectos realizados en las
cordilleras colombianas. Estos autores encontraron variaciones en
los límites de los pisos climáticos propuestos en las diferentes
vertientes de las cordilleras, como se muestra en la Figura 2.

Forero et al (1981) hicieron una clasificación climática en la cuenca


del río Bogotá que fue bastante satisfactoria, sobre todo porque se
relacionó muy bien con la distribución y grado de evolución de los
suelos; en este ensayo se utilizaron los criterios de piso altitudinal e
índice de humedad (medida de la condición de humedad ambiental)
para caracterizar la unidad climática, teniendo en cuenta los valores
que se exponen en la Tabla 3.

En la propuesta de Forero et al (1981) el índice de humedad


corresponde al índice de humedad de Thornthwaite, el cual se
calcula con la siguiente relación:
IH = ( 100 x E ) - ( 60 x D ) [2]
ETP

dónde:
IH: Índice de humedad.
E: Exceso de humedad anual, de acuerdo con el balance hídrico.
D: Déficit de humedad anual, de acuerdo con el balance hídrico.
ETP: Evapotranspiración potencial total anual.

FIGURA 2. Límites de los pisos altitudinales en las diferentes vertientes de las cordilleras
colombianas en tres transectos en el centro del país (simplificado de Salamanca, s.f.).

En Colombia, según estudios del Instituto Geográfico Agustín


Codazzi (IGAC, 1985), la mayor parte del territorio está ubicada en
el piso altitudinal cálido, como puede apreciarse en la Tabla 3.
1.3. PROPIEDADES DEL SUELO AFECTADAS POR EL CLIMA

Con base en la revisión que realizó Mejía (1981), acerca del efecto
del clima sobre las propiedades de los suelos, se elaboraron las
gráficas que se exponen en la Figura 3; en éstas pueden apreciarse
las tendencias generales que presentan algunas de las propiedades
edáficas que más se relacionan con el clima.

TABLA 3. Parámetros utilizados para caracterizar las


condiciones climáticas en la cuenca del río Bogotá, según
Forero et al (1981).

PISO ALTITUDINAL (msnm) ÍNDICE DE HUMEDAD


NOMBRE RANGO DE NOMBRE RANGO DE
ALTITUD VALOR
Cálido 0 - 1000 Muy húmedo > 100
Templado 1000 - 2000 Húmedo 20 a 100
Frío 2000 - 3000 Subhúmedo 5 a 20
Subpáramo 3000 - 3500 Subhúmedo seco -5 a 5

Páramo 3500 - 4800 Semiárido -20 a -5


Árido -40 a -20
Muy árido < -40
TABLA 4. Extensión de los pisos climáticos en Colombia,
según el IGAC (1985).

PISO ALTITUD ÁREA


ALTITUDINAL msnm ha %
Cálido 0 – 1000 93.257.025 81.7
Medio 1000 – 2000 10.365.550 9.1
Frío 2000 – 3000 7.576.350 6.6
Muy frío 3000 – 4000 2.788.100 2.4
Nival > 4000 187.775 0.2
TOTAL 114.174.800 100

De las gráficas de la Figura 3, se establece que al aumentar la


precipitación se incrementan los contenidos de materia orgánica
(MO) y de partículas de tamaño arcilla en el suelo, así como la
profundidad a la cual se acumulan los carbonatos y los valores de
las pérdidas de sílice del mismo.

Además, los valores de los contenidos de bases, de aluminio y de


hidrógeno, el grado de agregación y la capacidad de intercambio
catiónico (CIC) cambian radicalmente su comportamiento, después
de ciertos valores de precipitación, debido a que empieza a
generarse un exceso de agua en el suelo que incrementa la
lixiviación de bases, la acumulación de iones ácidos y la formación
de arcillas de baja actividad.
Con respecto a la influencia de la temperatura, los contenidos de
materia orgánica y de nitrógeno disminuyen drásticamente al
incrementarse aquella, situación que explica, en parte, los bajos
contenidos de materia orgánica presentes en los suelos de clima
cálido y los altos de aquellos ubicados en climas fríos. No sobra
aclarar, sin embargo, que los comportamientos descritos
anteriormente se manifiestan siempre y cuando los demás factores
de formación se presenten en condiciones similares, dejando
variable solamente el clima.
FIGURA 3. Algunas relaciones básicas generales entre el clima y propiedades seleccionadas del
suelo. (Con base en información de Mejía, 1981).

Debido a que en Colombia predominan las condiciones de clima


cálido y húmedo, es de esperarse que la mayor parte de los suelos
del país estén caracterizados por poseer contenidos importantes de
arcillas de baja actividad, medios a bajos contenidos de materia
orgánica, bajos contenidos de bases y valores bajos de CIC y de pH.
2. EL MATERIAL PARENTAL

El material parental del suelo está compuesto por aquellos


materiales que le dan origen, ya sean saprolitos (algunos de los
productos de la alteración de las rocas) o sedimentos no
consolidados, de cualquier procedencia y composición; en esta parte
no se tendrán en cuenta los materiales parentales de origen
orgánico puesto que los más abundantes son los inorgánicos.

La identificación del material parental del suelo debe hacerse, en lo


posible, en el campo pues en algunos mapas geológicos, por
problemas de escala, tanto cartográfica como del detalle de trabajo,
no se representan algunos depósitos sedimentarios superficiales y
de poco espesor que son propiamente el material parental de los
suelos de la región que se estudia; en éstos casos se comete el
error de tomar como material parental del suelo el material litológico
subyacente, situación que puede llevar a graves errores de trabajo e
interpretación.

2.1. EL ORIGEN DEL MATERIAL PARENTAL

Como se mencionó, los materiales parentales del suelo pueden


provenir de las rocas de la corteza terrestre; estas rocas se originan
mediante los procesos globales que se esquematizan en la Figura 4
y muestran la génesis y las interrelaciones entre ellas en un ciclo
teórico de las rocas.
En el gráfico de la figura mencionada en el párrafo anterior, se
observa que inicialmente se tiene un magma, es decir, un material
fundido en el cual están presentes los elementos que luego van a
formar los diferentes minerales que harán parte fundamental de las
rocas Ígneas.

Una vez formadas las rocas ígneas, ellas pueden ser sometidas a
dos procesos fundamentales: Erosión o Metamorfismo (altas
presiones y/o temperaturas). Con el primero se llegan a producir
depósitos de sedimentos y con el segundo se forman, en
consecuencia, las rocas Metamórficas; éstas también pueden sufrir
procesos de erosión, con la consiguiente formación de sedimentos;
todos los sedimentos pueden ser sometidos a Diagénesis o
Litificación (compactación, cementación, etc.) y dar origen a las
rocas Sedimentarias, que también estarán sujetas a procesos de
metamorfismo o de erosión, produciéndose los resultados ya
descritos.

Los sedimentos también pueden sufrir procesos de erosión; se


reciclan en nuevos depósitos hasta llegar a tener una situación
estable que les permite formar las rocas sedimentarias
correspondientes.

Finalmente, todas las rocas pueden ser sometidas a procesos que


las llevan nuevamente a fundirse a grandes profundidades y a
retornar al estado de magma.
Figura 4. Ciclo de las Rocas.

Como se ha descrito anteriormente, los materiales parentales del


suelo pueden provenir de materiales que originalmente estaban
consolidados, es decir, de rocas; éstas, desde el punto de vista de
su origen se clasifican en tres grandes grupos generales: rocas
Ígneas, rocas Sedimentarias y rocas Metamórficas. Además,
pueden provenir de materiales no consolidados, es decir, de los
Sedimentos.

Las principales características de estos grupos se exponen a


continuación.
2.1.1. Rocas ígneas

Estas rocas son aquellas que se forman por la dinámica de un


magma, la cual se expresa en dos procesos fundamentales:
enfriamiento del magma y/o fragmentación. Las condiciones
bajo las cuales se produce el enfriamiento determinan la textura
de la roca, o sea, el tipo, el tamaño, la forma, el comprende, según
Cashman et al (2000), aquellos procesos que lo transforman de un
líquido con burbujas de gas dispersas en él en un gas con gotas
líquidas dispersas en él o en partículas sólidas aisladas; es un
fenómeno particularmente importante cuando se presentan
erupciones volcánicas, sean magmáticas o secas, en las cuales el
magma sólo tiene gases disueltos o freatomagmáticas o húmedas
que corresponden según Marrissey et al (2000) a la interacción de
un magma o de una lava con una masa de agua externa. La
composición original del magma y su dinámica determinan la
composición química de las rocas que se originen de él.

El magma original del cual se forman las rocas ígneas puede


solidificarse bajo diferentes condiciones de profundidad en la
corteza terrestre y, por consiguiente, bajo diferentes condiciones de
presión y temperatura; estas condiciones controlan el grado de
desarrollo de los cristales que conforman la roca y pueden producir
tres subtipos generales de ellas.
2.1.1.1. Rocas intrusivas o plutónicas

Son aquellas rocas ígneas que se derivan de un magma solidificado


a grandes profundidades y altas temperaturas (Grove, 2000); esta
condición favorece el mantenimiento de un magma relativamente
fluido durante largos períodos de tiempo, con cambios de
temperatura muy graduales durante el proceso de enfriamiento; por
esta razón, los minerales que se van formando desarrollan una
masa de cristales grandes y bien definidos que ocupan todo el
espacio disponible y dan origen a una roca de textura granular
relativamente gruesa o fanerítica (Tarbuck y Lutgens, 1999).

Ejemplos de rocas de esta naturaleza son: el granito, la


cuarzodiorita y el gabro, comunes en nuestro medio.

Este grupo de rocas es especialmente abundante en la parte media


y norte de la cordillera central colombiana, en la Sierra Nevada de
Santa Marta, en las serranías del norte de la cordillera occidental y
en los afloramientos del escudo guayanés, en los límites con
Venezuela.

2.1.1.2. Rocas extrusivas

También llamadas efusivas o volcánicas, se pueden desarrollar a


partir de un magma que se solidifica en la superficie terrestre
(lavas). Este enfriamiento es rápido, por lo cual no hay tiempo para
que se formen cristales grandes desarrollándose una textura
conocida como afanítica, es decir, de cristales no observables a
simple vista (Tarbuck y Lutgens, 1999); son dominantes en las
áreas cordilleranas del sur de Colombia y en las serranías del
pacífico chocoano.

Al grupo de las extrusivas pertenecen rocas como la riolita, la


andesita y el basalto; se presentan también algunas rocas formadas,
principalmente, por vidrio volcánico (material sin estructura interna),
las cuales, debido a su enfriamiento extremadamente rápido, no
forman cristales y por tanto desarrollan una textura vítrea. Los
principales ejemplos de este grupo de rocas son la obsidiana y la
pumita (piedra pómez).

También se forman rocas efusivas por la litificación de materiales


que componen depósitos piroclásticos y son llamadas rocas
piroclásticas. Cashman et al (2000) definen piroclasto como todo
fragmento sólido que es expulsado por los volcanes durante sus
erupciones. Los depósitos piroclásticos se originan por la
acumulación de los productos de la fragmentación de un magma o
de la acción directa de un magma sobre las rocas preexistentes en
las estructuras volcánicas. Estas rocas se clasifican teniendo en
cuenta el tamaño de las partículas o piroclastos que las forman y,
según Fisher y Schminke (1984), reciben los nombres que se dan en
la Tabla 5.
2.1.1.3. Rocas hipoabisales

Son rocas formadas a partir de magmas que se solidifican en


condiciones intermedias de profundidad entre los dos grupos
anteriores. Algunos minerales son grandes y bien definidos y se
llaman fenocristales, mientras que otros no alcanzan tal
desarrollo; por esto, la roca adquiere una textura en la cual se ven
los fenocristales embebidos en una masa de textura afanítica o
vítrea, llamada matriz; esta textura se llama porfídica y las rocas
que la presentan se llaman pórfidos (Tarbuck y Lutgens, 1999).

TABLA 5. Clasificación de algunas rocas piroclásticas, según Fisher y


Schminke (1984).

ROCA NOMBRE DE LAS TAMAÑO DE LOS


PARTÍCULAS PIROCLASTOS (mm)*
INDIVIDUALES
Aglomerado o Brecha Bombas y bloques Mayor de 64
volcánicos
Roca de lapilli Lapilli 64 – 2

Toba Ceniza Menor de 2

* Tomados de Wolff y Sumner (2000).

Según Rogers y Hawkesworth (2000) la clasificación de las rocas


ígneas se basa en dos criterios fundamentales: la composición
mineralógica y la composición química. En la composición
mineralógica se tienen en cuenta el contenido de cuarzo, el
contenido de feldespato y el tipo de plagioclasa. Por ejemplo, un
basalto o un gabro presentan una mineralogía dominada por
piroxeno y plagioclasa, con algo de olivino y anfíbol; en una
andesita o una diorita predomina ampliamente la plagioclasa y
tiene, además, anfíboles, piroxeno y feldespato alcalino; en los
granitos y las riolitas son abundantes el cuarzo, la plagioclasa y el
feldespato alcalino, con algo de mica y anfíboles.

Con respecto a la composición química se tienen en cuenta los


contenidos elementos mayores y menores, expresados porcentaje
en peso de sus óxidos y los elementos traza, que se expresan como
partes por millón del elemento solo.

Los elementos mayores son aquellos cuyos óxidos se presentan con


una abundancia de más del 1% por peso, siendo los más frecuentes
SiO2, Al2O3, FeO, Fe2O3, CaO, MgO y Na2O; los elementos menores
se caracterizan porque sus óxidos representan entre 1 y 0.1% por
peso y son frecuentes K2O, TiO2, MnO y P2O5; en los elementos
traza los óxidos aportan menos del 0.1% por peso a la composición
y son importantes elementos como V, Cr, Ni, Rb, Sr, Zr, Ba, entre
otros.

Debido a que la composición de las rocas es muy variable, con fines


de clasificación se han diseñado gráficos especiales llamados
diagramas de variación que relacionan la abundancia que
presentan determinados óxidos en la roca; en ellos se establecen
rangos de variación que utilizan para definir grupos de composición
que caracterizan las diferentes rocas. Rogers y Hawkesworth (2000)
dicen que un gráfico muy utilizado para clasificar rocas ígneas es el
diagrama que relaciona la abundancia de SiO2 contra el contenido
total de álcalis, representado por la suma (Na2O + K2O). Del
diagrama presentado por los autores citados se establece, por
ejemplo, que un basalto o un gabro tienen entre ~ 45 y ~52% de
SiO2 y menos de 5% de (Na2O + K2O) y que una andesita o una
diorita tienen entre ~ 56 y ~63% de SiO2 y entre ~ 5.5 y ~7% de
(Na2O + K2O).

Nótese que en los ejemplos que se han dado en los párrafos


anteriores se hace mención a dos rocas de nombre diferente pero
que tienen las mismas características composicionales. Ésto se debe
a que, como se mencionó al inicio de este aparte, un magma puede
solidificar bajo diferentes condiciones, produciendo rocas de
diferente textura. Lo anterior implica entonces que hay una roca con
textura fanerítica (intrusiva) que tiene una roca equivalente en
composición pero con textura afanítica (extrusiva); éste es el caso
del gabro (intrusiva) y del basalto (extrusiva), por ejemplo.

Desde un punto de vista práctico, con el fin de definir el material


parental del suelo en el campo, las rocas ígneas se clasifican como
se muestra en la Tabla 6, excluyendo las piroclásticas y las
hipoabisales.
TABLA 6. Clasificación de campo de las rocas ígneas. (Simplificada
de una adaptación no publicada de Parra, L. N., profesor
Universidad Nacional de Colombia, Medellín).

CONTENIDO DE ROCAS ROCAS


CUARZO (%)* INTRUSIVAS EXTRUSIVAS
0 a 20 Sienitoides, Gabroides o Traquitoides,
Dioritoides** Andesitoides o
Basaltoides**
20 a 60 Granitoides Riolitoides o
Dacitoides**
* Respecto al contenido de minerales claros.
** El nombre depende de la cantidad y tipo de plagioclasas presente.

En las clasificaciones más detalladas se encuentran, en el grupo de


las sienitoides todos los tipos de sienitas y monzonitas; en las
gabroides o dioritoides se ubican la anortosita, la diorita, el
gabro, la cuarzodiorita y todas las variantes de ellas; en las
granitoides están los granitos, la granodiorita y la tonalita.

En las rocas volcánicas, las traquitoides comprenden todas las


traquitas y las latitas; las andesitas y los basaltos se ubican en el
grupo de las andesitoides o basaltoides; las riolitas en las
riolitoides y las dacitas en las dacitoides.

Frecuentemente se han utilizado otros criterios diferentes a los de


clasificación expuestos anteriormente para hacer agrupaciones
prácticas de las rocas ígneas y uno de los más utilizados ha sido la
coloración de ellas; la coloración de la roca depende de la
proporción en que se encuentren minerales de diferente color y para
agruparlos se han definido dos clases de minerales: félsicos o
claros y máficos u oscuros Según Tarbuck y Lutgens (1999) las
rocas ígneas se han agrupado (no clasificado) por dichos criterios
como sigue:

 Rocas félsicas o graníticas. También llamadas ácidas, son


aquellas en las cuales predominan los minerales claros.
Presentan menos de 15% de máficos y sus minerales
dominantes son cuarzo, ortoclasa y plagioclasa, aunque
pueden tener piroxenos, anfíboles y biotita. Ejemplos: granito,
dacita, riolita.
 Rocas intermedias o andesíticas. Rocas compuestas
principalmente por ortoclasa y plagioclasa, que pueden
presentar piroxenos, anfíboles y biotita; la cantidad de máficos
puede variar entre 15 y 40%. Ejemplos: andesita, diorita,
sienita.
 Rocas máficas o basálticas o básicas. Son rocas que
presentan más de 40% de minerales máficos y están
compuestas principalmente por plagioclasa cálcica y piroxeno,
con olivino y anfíboles. Ejemplos: basalto, gabro.
 Rocas ultramáficas o ultrabásicas. Rocas compuestas casi
que exclusivamente por minerales oscuros, principalmente
piroxenos, olivino y/o anfíboles, con algo de plagioclasa
cálcica. Representantes de este grupo son la dunita (olivino
casi exclusivamente) y la peridotita (piroxeno, olivino y
anfíbol).
2.1.2. Rocas sedimentarias

Estas rocas se forman por litificación de sedimentos no consolidados


que pueden ser producto de la acumulación de fragmentos de rocas
preexistentes erosionadas o de la precipitación de compuestos
químicos y/o de restos orgánicos; para su clasificación se tiene en
cuenta la textura y, en algunos casos, su composición; con respecto
a la textura se definen dos grandes grupos:

2.1.2.1. Rocas clásticas

Aquellas formadas por consolidación de fragmentos de rocas y/o


minerales preexistentes. En este caso la formación rocosa se
presenta estratificada, es decir, formando capas que indican
diferentes épocas y/o condiciones de sedimentación. Para establecer
el tipo específico de roca se tiene en cuenta el tamaño de los
clastos o fragmentos que componen su matriz.

2.1.2.2. Rocas no clásticas

Son aquellas que se forman por precipitación de productos


químicos: Rocas sedimentarias químicas, o por acumulación de
residuos de organismos: Rocas sedimentarias orgánicas. En
este grupo de rocas se tiene como criterio de clasificación su
composición o el tipo de organismo.
.
Entre los grupos de rocas, las sedimentarias son las que mayor área
superficial ocupan en Colombia. Se presentan en algunas zonas de
la amazonia, la Orinoquia, la cordillera oriental, serranías del litoral
pacífico y del caribe y en la alta Guajira.

2.1.3. Rocas metamórficas

Estas rocas se originan a partir de rocas preexistentes, cuando son


sometidas a altas presiones y/o temperaturas, así como a la acción
de fluidos químicamente activos, produciéndose cambios químicos
y/o estructurales en los minerales de las rocas originales; estos
cambios producen un reordenamiento y/o segregación de los
minerales en las rocas, que puede expresarse en una orientación
paralela de los mismos o foliación, la cual puede manifestarse de
tres formas, según Tarbuck y Lutgens (1999):

 Pizarrosidad: Son capas paralelas, delgadas y planas


formadas por microcristales de micas. Los planos de foliación
no son apreciables a simple vista.
 Esquistosidad: Son láminas delgadas formadas por la
orientación de minerales de tamaño mayor que en la
pizarrosidad y que le dan a la roca un aspecto escamoso.
 Neisosidad: Es un bandeamiento de la roca originado por la
segregación de minerales en el cual cada banda tiene una
composición mineralógica definida y diferente de la adyacente.
En las rocas que originalmente eran monomineralógicas, el
metamorfismo produce un reordenamiento de los minerales que no
conlleva a foliación y, por tanto, la roca metamórfica producida tiene
una apariencia masiva.

Para la clasificación de las rocas metamórficas se tiene en cuenta,


fundamentalmente, la presencia o ausencia de foliación. Si ésta se
presenta, la roca toma el nombre objetivado del tipo de foliación
correspondiente, así: si hay pizarrosidad, la roca se denomina
pizarra. Si hay esquistosidad se llama esquisto y si hay
neisosidad, se nombra neis (o también gneis).

Para hacer más específica la clasificación de las rocas metamórficas


puede expresarse su composición mineralógica; por ejemplo, un
esquisto, con abundante cantidad de micas, será un esquisto
micáceo; con respecto a las rocas no foliadas, la clasificación se
establece, generalmente, con base en su composición mineralógica.

Las rocas metamórficas se presentan en Colombia, generalmente,


formando complejos con rocas ígneas, en el centro y norte de la
cordillera central y norte de la oriental; ocupan un área importante
en el sur de esta misma cordillera oriental.

2.1.4. Sedimentos no consolidados

Los sedimentos no consolidados, como materiales parentales de los


suelos, son los más importantes en Colombia, debido al área que
ocupan. Cubren amplias zonas planas y bajas en el país, dedicadas
a la explotación agropecuaria más intensiva (valles del Cauca y
Magdalena y costa caribe); además, recubren casi toda la amazonia
y la Orinoquia, buena parte del litoral pacífico y casi todas las
vertientes de las cordilleras; el criterio de clasificación más utilizado
para estos materiales es el tamaño de los fragmentos que los
componen y, de acuerdo a este criterio, se clasifican, según el Soil
Survey Division Staff (SSDS) (1993), como se muestra en la Tabla 7.

TABLA 7. Clasificación de las partículas y fragmentos líticos


que componen los sedimentos no consolidados según el SSDS (1993).

FRAGMENTO O PARTÍCULA TAMAÑO (mm)


Bloque > 600
Piedra 600 – 250
Grava 250 – 75
Gravilla 75 – 2
Arena muy gruesa 2–1
Arena gruesa 1 – 0.5
Arena media 0.5 – 0.25
Arena fina 0.25 – 0.1
Arena muy fina 0.1 – 0.05
Limo 0.05 – 0.002
Arcilla < 0.002

También, se consideran como sedimentos no consolidados los


materiales piroclásticos sueltos, los cuales se clasifican de acuerdo
con su tamaño, como se presentó en la Tabla 5. Se presentan
importantes recubrimientos de ceniza volcánica en la cordillera
central y en las vertientes interiores de las cordilleras oriental y
occidental.
Los sedimentos no consolidados también se pueden clasificar con
base en su origen, el cual implica el agente que transportó los
materiales; da una idea del tamaño de los sedimentos acumulados y
de la homogeneidad granulométrica del depósito originado; según
estos criterios los diferentes sedimentos pueden clasificarse como se
muestra en la Tabla 8. En la Figura 5 se presenta la distribución de
los grupos principales de rocas y de los sedimentos no consolidados
en Colombia.

2.2. EL COMPONENTE INORGÁNICO DEL MATERIAL


PARENTAL

Los principales componentes inorgánicos de los materiales


parentales del suelo, tratados anteriormente, son los minerales; un
mineral es un sólido natural inorgánico que presenta una
estructura interna ordenada y una composición química definida
(Tarbuck y Lutgens, 1999).
FIGURA 5. Distribución generalizada de los grupos de rocas y de sedimentos no consolidados
en Colombia (Adaptado de INGEOMINAS, 1976: Mapa Geológico de Colombia y de Malagón et
al, 1995).
El mineral está compuesto por un arreglo tridimensional de átomos
y/o iones que se repite en intervalos regulares, el cual recibe el
nombre de cristal; el menor arreglo tridimensional completo de un
cristal se conoce como celda unitaria. Los minerales originales de
las rocas se conocen como minerales primarios y cuando éstos se
alteran pueden formar otros minerales llamados minerales
secundarios.

TABLA 8. Origen y algunas características de depósitos sedimentarios


importantes como material parental del suelo en Colombia.
AGENTE DE TIPO DE SORTEAMIENTO* GRANULOMETRÍA** GEOFORMAS
TRANSPORTE DEPÓSITO ASOCIADAS***
LACUSTRE Muy bueno Fina Planicie lacustre,
cubetas,
basines.
Agua Bueno Variable Abanico aluvial,
llanura aluvial
de río meándrico.
ALUVIAL Malo Mezclada Terrazas y llanura
aluvial de río
trenzado.
MARINO Bueno Gruesa Playas, barras,
flechas.
Agua y gravedad TORRENCIAL Malo Mezclada Flujos, coladas,
lahares,
abanico torrencial.
Gravedad y agua COLUVIAL Bueno Variable Coluvios, conos de
detritos.

Gruesa Dunas, mantos


de arena.
Viento
EÓLICO Bueno Variable Mantos de
ceniza y lapilli.

* Se refiere a la homogeneidad en el tamaño del sedimento: Bueno = Homométrico, Malo = Heterométrico.


** Se dice variable cuando el tamaño de los sedimentos no es homogéneo en todo el depósito, sino que varía según
la posición dentro de él.
*** Para las definiciones de los términos utilizados puede verse Villota (1991).
2.2.1. Los minerales primarios

Son aquellos minerales que se cristalizaron bajo las condiciones de


formación de las rocas y que, por lo tanto, son parte de ellas; estos
minerales pueden estar presentes en el suelo, si éste no ha
evolucionado lo suficiente o si han sido muy resistentes a la acción
de los procesos de alteración de la roca y el suelo; cuando se
presentan en el suelo constituyen la mayor parte de las partículas
del tamaño de arena y limo (entre 0.002 y 2 mm) de él.

Los principales grupos de minerales primarios corresponden a


silicatos, aunque también se presentan óxidos, hidróxidos,
carbonatos, sulfatos, sulfuros y fosfatos; las principales
características de este tipo de minerales se resumen a continuación.

2.2.1.1. Los silicatos

Son minerales cuya composición química se deriva del ácido silícico


H4SiO4 y cuya unidad estructural básica es un tetraedro de sílice
(SiO4)4- que posee en el centro un átomo de silicio y en los vértices
cuatro átomos de oxígeno (ver Figura 1.7); según Besoain (1985),
de la manera como se van disponiendo estos tetraedros en la
estructura cristalina del mineral, se producen varios subgrupos de
silicatos, así:

 Nesosilicatos. Los tetraedros se presentan en forma


independiente sin compartir oxígenos con otros tetraedros; la
unión entre ellos se hace a través de cationes divalentes.
Ejemplo: Olivino, (Mg, Fe)2 SiO4.
 Sorosilicatos. Los tetraedros se unen por pares
compartiendo un átomo de oxígeno. Ejemplo: Epidota, Ca2(Al,
Fe)3OH SiO4 Si2O7.
 Ciclosilicatos. Agrupación de tetraedros formando anillos.
Dos oxígenos de cada tetraedro están compartidos. Ejemplo:
Berilo, Be3Al2 Si6O18.
 Inosilicatos. Los tetraedros se unen formando cadenas, las
cuales pueden ser:
- Sencillas . Ejemplo: Piroxenos como el Diópsido, CaMg Si2O6.
- Dobles. Ejemplo: Anfíboles como la Hornblenda,
OH)2Ca2Na(Mg, Fe, Al)5Al2 Si2O22.
 Filosilicatos. Son silicatos laminares que presentan una
estructura especial organizada con base en hojas de
tetraedros de sílice y de octaedros de alúmina. La estructura
básica de los tetraedros se describió anteriormente; estas
unidades se unen entre sí por los vértices compartiendo 3 de
sus 4 oxígenos. Los octaedros son unidades en las cuales un
catión central como Al, Mg o Fe está rodeado por 6 oxígenos o
por 6 OH, los que se unen entre sí compartiendo aristas. A su
vez, compartiendo sus oxígenos apicales, los tetraedros se
acoplan a los octaedros para formar las capas que definen los
filosilicatos. Ejemplo: Micas como la Moscovita (también
Muscovita), K(Al2) AlSi3O10 (OH) 2.
 Tectosilicatos. Los tetraedros se unen en estructuras que
crecen en las tres dimensiones, compartiendo con otros
tetraedros sus 4 vértices. Este grupo de minerales es el más
abundante en la corteza terrestre. Ejemplo: Feldespato como
la Ortosa u Ortoclasa, KAlSi3O8. A este grupo pertenece
también el cuarzo, SiO2.

2.2.1.2. Los óxidos

Son minerales muy abundantes en rocas ígneas y


metamórficas; muy frecuentes son:

 Magnetita, Fe3O4.
 Corindón, Al2O3.
 Ilmenita, FeTiO3.
 Pirolusita, MnO2.

2.2.1.3. Los oxihidróxidos

Son minerales que provienen de óxidos en los cuales parte o todo el


oxígeno ha sido reemplazado por OH; son comunes:

 Diáspora, AlO(OH).
 Brucita, Mg(OH) 2.

2.2.1.4. Los carbonatos

Son minerales cuya composición química corresponde a sales


derivadas del ácido carbónico, H2CO3.
Son comunes la Calcita: CaCO3 y la Dolomita: (Ca, Mg)(CO3) 2. La
calcita presenta efervescencia con ácido clorhídrico (HCl) diluido y
frío.

2.2.1.5. Los sulfatos

Son sales que incluyen el radical SO42- en su estructura como la


Anhidrita: CaSO4 y el Yeso: CaSO4. 2H2O.

2.2.1.6. Los sulfuros

Son sales derivadas del ácido sulfhídrico, H2S, como la Calcopirita:


CuFeS2, la Pirita: FeS2 y la Galena: PbS.

2.2.1.7. Los fosfatos

Son sales derivadas del ácido fosfórico, H3PO4; un representante


importante de los fosfatos es el grupo de los apatitos: Ca5(F, Cl,
OH,)(PO4)3.

La relación que puede presentarse entre los minerales primarios y


las rocas que con mayor frecuencia los contienen puede verse en la
Tabla 9, según Trujillo (1980) y Medenbach y Sussieck - Fornefeld
(1983). Sin embargo, debe tenerse en cuenta, que los minerales
contenidos en las rocas no necesariamente pasan al suelo que se
desarrolle de ellas; algunos de esos minerales, debido a las
propiedades particulares de cada uno de ellos, pueden desaparecer
durante las primeras etapas de la formación del suelo.

No todos los minerales primarios se alteran con la misma facilidad.


Esto depende, fuertemente, de las condiciones en que se formaron
y de las condiciones ambientales a las cuales se encuentran
expuestos.

Esta respuesta diferencial a la alteración implica que, durante la


formación y evolución del suelo, los minerales primarios menos
resistentes desaparecen del sistema, transformándose en
secundarios o en especies iónicas, mientras que los más resistentes
pasan a formar parte integral del suelo, acumulándose, con mayor
frecuencia, en las fracciones de tamaño mayor del mismo, es decir,
en la arena y el limo.

Teniendo en cuenta lo expuesto en el párrafo anterior, en relación


con la alteración diferencial de los minerales primarios, si se
comparan dos suelos desarrollados del mismo material parental, se
puede decir que ha evolucionado más el que presente menor
variedad de minerales primarios, menor contenido de arena y limo y
mayor cantidad de minerales primarios resistentes a la alteración.
TABLA 9. Principales minerales primarios del suelo y las rocas que
los contienen. (Adaptado de Trujillo, 1980 y de Medenbach y
Sussieck - Fornefeld, 1983).
MINERALES TIPO DE ROCA
Olivinos (Forsterita, Fayalita) Ígneas máficas y ultramáficas
Piroxenos (Augita, Diópsido, Ígneas máficas y ultramáficas y
Hiperstena) metamórficas de grado medio y
alto
Anfíboles (Hornblenda, Metamórficas de grado bajo y
Actinolita) medio
Micas (Moscovita, Biotita) Metamórficas y algunas rocas
ígneas félsicas
Feldespato (Ortoclasa, Albita, Ígneas, metamórficas y
Anortita) sedimentarias
Cuarzo Ígneas félsicas, sedimentarias
clásticas
Carbonatos (Calcita, Dolomita) Sedimentarias y algunas
metamórficas
Yeso Sedimentarias
Corindón Ígneas y metamórficas
Hematita Sedimentarias y metamórficas
Magnetita Casi todas las rocas ígneas
Hidróxidos Metamórficas
Se han establecido series de alteración de acuerdo con la facilidad
con la cual se alteran los minerales primarios; en ellas se ordenan
los minerales de acuerdo con su resistencia a la transformación; un
ejemplo de estas series es la que propone Corey, citado por
Malagón et al (1995), quien ordena los minerales de menor a mayor
grado de resistencia a la alteración como sigue:

Olivino < Augita < Hornblenda < Biotita < Oligoclasa <
Albita < Ortoclasa < Magnetita < Cuarzo

En la serie anterior no se incluyen, obviamente, todos los minerales;


sólo están considerados aquellos que son importantes en los suelos;
el orden establecido se da bajo condiciones oxidantes del medio.

De acuerdo con la información recopilada por el IGAC (Malagón et


al, 1995), en Colombia, el mineral más abundante en la composición
de las arenas de los suelos del país, es el cuarzo; le siguen, en
orden de abundancia, los feldespatos, los anfíboles y las micas.

Además de éstos, en algunas áreas con influencia de ceniza


volcánica, se presentan contenidos importantes de vidrio volcánico
en el suelo.
2.2.2. Los minerales secundarios y otros componentes
de la fracción fina del suelo

Este grupo comprende aquellos minerales producidos por la


alteración de los minerales primarios o de las rocas; en los suelos se
presentan esencialmente en la fracción del tamaño de la arcilla
(partículas con diámetro menor de 0.002 mm y propiedades
coloidales) aunque en esta fracción también pueden encontrarse
algunos minerales primarios.

Los principales minerales secundarios de dicha fracción arcillosa del


suelo corresponden a filosilicatos y a óxidos e hidróxidos de hierro y
aluminio, aunque en algunos grupos de suelos son importantes
otros componentes como los aluminosilicatos y/o los óxidos e
hidróxidos de hierro y aluminio no cristalinos (conocidos también
como “amorfos”).

2.2.2.1. Los filosilicatos secundarios

Son, básicamente, silicatos hidratados de aluminio, magnesio, hierro


y otras bases; tienen estructura laminar compuesta por el
agrupamiento de hojas de tetraedros de sílice y de octaedros de Al
o de Mg, como se mencionó anteriormente. Durante la formación de
estas unidades básicas puede presentarse reemplazamiento del
Si4+ por Al3+ en los tetraedros o del Al3+ por iones de tamaño
semejante, comúnmente por Fe2+ y Mg2+, produciéndose el
fenómeno conocido como “sustitución isomórfica”, de grandes
implicaciones en la actividad química del mineral.

Debido a que la estructura de los filosilicatos secundarios es tan


especial, se han definido algunos términos útiles para describirla
adecuadamente, los cuales se dan a continuación, tomados de
Besoain (1985):

 Plano: Superficie plana compuesta por un conjunto de


átomos que tiene el espesor de uno de ellos. Ejemplo: Plano
basal de átomos de oxígeno en una hoja de tetraedros.
 Hoja: También llamada lámina, es el conjunto de tetraedros o
de octaedros unidos entre sí.
 Capa: Es el conjunto formado por la unión de hojas. Su
crecimiento horizontal se da por la repetición de celdas
unitarias.
 Capa unitaria: Es la capa que tiene el menor número de
hojas que representa un filosilicato dado.
 Entrecapa: Comprende los materiales que se encuentran
situados entre las capas que conforman el cristal; pueden ser
iones, agua, moléculas orgánicas, hojas, etc.
 Cristal: Es la unidad formada por el conjunto de capas
apiladas en el sentido del eje c.
 Eje c: También distancia c, es la distancia que hay entre un
cierto plano de la capa unitaria y su correspondiente en la
capa unitaria siguiente. Esta medida es característica de cada
especie mineral.
La AIPEA (Association International Pour l`Etude des Argiles), citada
por Besoain (1985), agrupa los filosilicatos, a un nivel general de
clasificación, con base en la manera como están dispuestas las hojas
de tetraedros y de octaedros en las capas unitarias y definen tres
tipos de minerales: 1:1, 2:1 y 2:1:1.

Estos tipos, a su vez, son subdivididos en grupos teniendo en


cuenta la carga por celda unitaria que presenta el mineral; los
grupos se separan en subgrupos, dependiendo de la relación de
cationes que se encuentran en la hoja octaédrica y, finalmente, en
los subgrupos define las especies minerales con base en diferencias
en el grado de ordenamiento de las capas, en la disposición de los
aluminios en los octaedros, en el tamaño de la celda unitaria, en el
tipo de iones que intervienen en la sustitución isomórfica y en la
composición química.

2.2.2.1.1. Minerales 1:1

Presentan una estructura conformada por una lámina de tetraedros


unida a una lámina de octaedros, compartiendo los oxígenos de los
tetraedros. En esta configuración se forma una estructura rígida, por
lo cual estas arcillas son bastante estables en el suelo; su principal
característica radica en que la sustitución isomórfica que presentan
es muy baja y por tanto su actividad físico-química también lo es.
A este grupo pertenecen especies minerales comunes en suelos
tropicales muy evolucionados como la Caolinita y la Haloisita
(Besoain, 1985).

2.2.2.1.2. Minerales 2:1

Formadas por la unión de dos láminas de tetraedros con una lámina


de octaedros intercalada entre ellas. En estas arcillas la sustitución
isomórfica es elevada y por tanto presentan gran actividad físico-
química en el suelo; la estructura básica de estas arcillas está
definida por el conjunto que resulta de unir dos paquetes de capas
unitarias entre sí, por medio de otras unidades laminares o por
medio de iones hidratados o de moléculas de agua; estas
variaciones en la composición del espacio interlaminar y en el tipo
de sustitución isomórfica son las que definen los diferentes tipos de
arcillas 2:1, así como sus propiedades físico-química. Algunas de las
arcillas más conocidas de este grupo son la Montmorillonita, la
Vermiculita y la Illita.

La carga que se genera por la sustitución isomórfica en estas arcillas


es balanceada por cationes ubicados en el interior de los cristales o
por fuera de la unidad estructural. La magnitud de la carga que se
neutraliza con cationes que se ubican por fuera de la unidad
estructural se define como carga de capa; el valor de esta carga,
según Bohn et al (1993), facilita, dificulta o impide que moléculas
polares o iones entren en el espacio interlaminar del mineral y lo
expandan o no; si la carga de capa es baja, el mineral es muy
expansivo y si es alta, el mineral es no expansivo.

En la lámina de octaedros, debido al efecto de la cantidad de cargas


acumuladas de los aniones colocados en los vértices, por cada tres
octaedros, se producen 6 cargas negativas, las cuales deben ser
neutralizadas por seis cargas positivas; esta situación plantea dos
posibilidades de neutralización:

Una con 2 cationes de 3 cargas positivas cada uno, ocupándose 2


de cada 3 octaedros y la otra con 3 cationes de 2 cargas positivas
cada uno, ocupándose 3 de cada 3 octaedros; esta ocupación de los
octaedros por cationes tri o divalentes genera los filosilicatos
dioctaédricos y trioctaédricos, respectivamente (Bohn et al,
1993).

2.2.2.1.3. Minerales 2:1:1


Presentan una estructura conformada por dos láminas de tetraedros
y dos de octaedros, intercaladas entre sí; generalmente, la lámina
externa de octaedros corresponde a una lámina de brucita
[Mg3(OH)6], cargada positivamente; en ella los iones Al3+ han sido
reemplazados por Mg2+ y corresponden a una lámina trioctaédrica;
la presencia de esta lámina de brucita le quita posibilidades de
expansibilidad a estos minerales y, aunque presentan alta
sustitución isomórfica, aquella capa también le reduce la actividad;
el principal representante de este grupo es la Clorita (Bohn et al,
1993).
2.2.2.1.4. Filosilicatos interestratificados

Según Besoain (1985) son minerales cuyos cristales están


compuestos por celdas o por capas unitarias de dos o más tipos de
filosilicatos. La interestratificación es la intercalación regular o
aleatoria de unidades estructurales de diferentes minerales a lo
largo del eje c y es particularmente importante entre silicatos de
capa 2:1 ó 2:1:1.

Las interestratificaciones pueden ser binarias, terciarias y hasta


cuaternarias; pueden ser entre filosilicatos secundarios del mismo
tipo como en el interestratificado montmorillonita – vermiculita,
(minerales 2:1) o de tipos diferentes como en los casos caolinita –
montmorillonita (1:1 – 2:1) o montmorillonita – vermiculita – clorita
(2:1 – 2:1 – 2:1:1). Además, se pueden presentar
interestratificaciones entre minerales primarios y secundarios como
en el caso de biotita – vermiculita. Es frecuente nombrar los
minerales interestratificados con el tipo de capa de los minerales
que se están intercalando; por ejemplo, mineral interestratificado
2:1: en este caso, todos los minerales interestratificados son del tipo
2:1.

2.2.2.2. Los alumino - silicatos no cristalinos


En este grupo de materiales no hay un ordenamiento definido de los
tetraedros y octaedros lo que hace que no presenten espectro a los
Rayos X; esta característica les da una gran actividad en el suelo. El
principal ejemplo de estos materiales lo constituyen los
componentes de la serie del alofán o alofano: alofano A, alofano B y
alofano AB. Estos componentes son el producto de la alteración de
varios minerales de las rocas volcánicas y de los piroclastos.

2.2.2.3. Los óxidos e hidróxidos de Fe y Al

Estos materiales, llamados también con el nombre genérico de


sesquióxidos de Fe y Al, son muy común en suelos tropicales.
Son los responsables, en gran parte, de los colores rojizos
dominantes en estos suelos; se presentan en formas cristalinas y no
cristalinas y su característica más importante es tener una muy baja
actividad físico-química en los suelos; a este grupo pertenecen la
Gibsita: Al(OH)3; la Hematita: Fe2O3; la Goetita: (FeOOH), la
Ferrihidrita: Fe5O8.4H2O y la Manganita (MnOOH), entre los más
comunes citados por Besoain (1985).

Los minerales secundarios que corresponden a las arcillas 1:1 y a


los sesquióxidos de Fe y de Al presentan cantidades insignificantes
de sustitución isomórfica, característica que los hace tener muy poca
actividad de intercambio iónico, razón por la cual se les ha dado el
nombre genérico de arcillas LAC

(Low Activity Clay) o arcillas de baja actividad (Moormann,


1984).
RECORDAR

Ø El material parental más frecuente para los suelos de Colombia


corresponde a sedimentos no consolidados.

Ø El material parental que produce los suelos de mejor calidad en


Colombia corresponde a los sedimentos no consolidados,
principalmente aluviales.

Ø Los minerales primarios son los que componen las rocas y, en el


suelo, componen las fracciones arena y limo.

Ø Los minerales secundarios se producen por alteración de los


primarios y, en el suelo, componen la fracción arcilla.

Ø Los minerales más abundantes en el suelo corresponden al grupo


de los silicatos y, dentro de éstos, los filosilicatos y los tectosilicatos.

Ø Las estructuras básicas de los filosilicatos son tetraedros de Si y


octaedros de Al.

Ø El silicato más resistente a la alteración es el cuarzo y es el más


abundante en las arenas de los suelos de Colombia.

Ø En los suelos de Colombia predominan las arcillas LAC; sólo en la


llanura Caribe y en los valles interandinos predominan las arcillas
2:1 expansivas y las 2:1:1 y en la zona andina central predomina el
alofano.
2.3. EFECTOS DEL MATERIAL PARENTAL SOBRE LOS
SUELOS

Si se considera que el suelo se desarrolla controlado por varios


factores y procesos, a partir de un material parental (roca o
sedimentos), existe una relación entre muchas de las
propiedades y cualidades de ese suelo y las características del
material de partida.

Los materiales de partida de los suelos, cuando son expuestos


a las condiciones ambientales superficiales, son sometidos a
diferentes procesos de alteración (meteorización) como
consecuencia del cambio de condiciones con respecto a
aquellas bajo las cuales se formaron. Se produce un
fraccionamiento y una disgregación de los minerales primarios,
así como la transformación de algunos de ellos en minerales
secundarios; se origina entonces un material terroso, suelto
que conserva muchos rasgos del material original: saprolito
(verdadero material parental del suelo). Estos productos de la
alteración de los materiales originales quedan expuestos a los
procesos de formación del suelo (pedogénesis), los cuales,
actuando a través del tiempo con diferentes características e
intensidades, llegan a confeccionar la gran variedad de suelos
que se encuentran en la naturaleza (ver Figura 6).
FIGURA 6. Silicatos importantes en los suelos.

Desde el punto de vista de la formación de suelos, la textura del


material litológico y su composición mineralógica, juegan un papel
fundamental en el proceso.
2.3.1. La textura del material litológico

Entendida como el tamaño, la forma, el arreglo y el grado de


cristalinidad que presentan los minerales que componen la roca, la
textura tiene gran influencia en la resistencia de las rocas al
desgaste, lo cual interviene en la cantidad y el destino de los
productos de alteración de la misma; estas propiedades de la roca
condicionan, en buena medida, la cantidad y la calidad de los
saprolitos (materiales parentales) que se derivan de ella y, por
ende, las posibilidades de desarrollo del suelo.

Los efectos más notables que puede producir la textura de la roca


se manifiestan en:

 Fenómenos de erosión acelerada en rocas de grano fino poco


consolidadas. Debido a la baja permeabilidad, que induce una gran
cantidad de agua de escorrentía, hay desprendimiento y transporte
de materiales; se puede limitar la acumulación de los productos de
la meteorización suelo.
 Acumulación de saprolitos pobres en bases, desarrollados de rocas
de texturas gruesas como arenisca cuarcítica, algunos
conglomerados o rocas ígneas intrusivas ácidas, que facilitan el
lavado de iones de la roca, debido a la alta permeabilidad que
pueden tener. Se generan suelos de baja calidad nutricional.
 Acumulación de minerales y de nutrientes en el suelo desarrollado
de rocas de baja permeabilidad, ya que esto reduce la percolación
profunda en ellas.
 Formación de suelos con baja capacidad de retención de agua
para las plantas, debido al desarrollo de espacios vacíos amplios y
abundantes y a la escasez de materiales finos, cuando se derivan de
saprolitos de rocas de texturas gruesas (areniscas cuarcíticas,
algunos conglomerados, etc.); cuando esos suelos provienen de
materiales de grano fino (saprolitos de arcillolitas, de lutitas o de
esquistos, o de sedimentos lacustres arcillosos, etc.) pueden
presentar condiciones de mal drenaje, déficit de aireación,
presencia de algunos compuestos tóxicos a las plantas, etc.
 Procesos de erosión selectiva por tamaño de las partículas, se dan
con facilidad cuando los suelos se derivan de depósitos
sedimentarios no consolidados, con granulometría heterogénea; por
lo tanto se presenta una pedregosidad relativamente alta, que
dificulta el manejo de aguas y la mecanización y limita el uso de
ciertas plantas que no toleran esta situación.

De los casos enunciados anteriormente, se observa que muchas de


las cualidades físicas de los suelos dependen, en gran parte, de la
textura que presentaban los materiales originales, incidiendo
grandemente en el comportamiento hídrico del suelo, su resistencia
a la erosión, su facilidad de laboreo y, en buena parte, su fertilidad.

Debe aclararse, que no necesariamente se van a presentar las


características de suelos descritas anteriormente, pues los otros
factores de formación pueden contrarrestar en parte el efecto del
material parental; por ejemplo, a partir de una arenisca con
cementante calcáreo, se puede obtener un saprolito con alto
contenido de bases, si las condiciones climáticas de la zona son
secas, pero si son húmedas, el saprolito es pobre en bases, puesto
que en esa condición climática los productos de la solubilización del
cementante son lavados.

2.3.2. La composición mineralógica del material


litológico

La composición mineralógica de las rocas permite establecer que


minerales puede heredar el suelo de ellas y cuales minerales
secundarios son susceptibles de formarse en él; este aspecto está
muy relacionado con la fertilidad natural del mismo, ya que los
minerales primarios componen la reserva de nutrientes que posee el
suelo.

Los minerales que pueden pasar al suelo desde la roca están


controlados, en parte, por sus condiciones de formación, las cuales
determinan su resistencia a la alteración, al quedar expuestos a las
condiciones ambientales superficiales; mientras más contrastantes
sean las condiciones de formación y las de la superficie, más
inestable es el mineral y, por lo tanto, más fácilmente es degradado
y hasta eliminado del medio.

Con relación a los silicatos, en términos generales, se puede decir


que en la medida en que sea más compleja su estructura cristalina,
más resistente es el mineral a la alteración; esto implica que la
hornblenda, por ejemplo, que tiene una estructura en cadena doble,
es más resistente a la meteorización que el olivino, el cual no forma
ninguna estructura con los tetraedros que lo componen. Esta
resistencia es comparable, obviamente, bajo las mismas condiciones
ambientales para los minerales tratados.

Entre todos los silicatos comunes en el suelo, el cuarzo es el más


resistente a la meteorización, debido a que presenta una estructura
de tectosilicato y a que no presenta bases o elementos oxidables en
su composición química.

Lo expresado anteriormente con relación al cuarzo, implica que este


mineral tiene mayores posibilidades de pasar al suelo y de
permanecer más tiempo en él, que los demás silicatos primarios;
además, si el material parental tiene alto contenido de cuarzo, el
suelo derivado de aquel es arenoso, con bajo contenido de
nutrientes, baja capacidad de retención de agua, drenaje rápido y
poco desarrollo estructural: será un suelo pobre en posibilidades
para el desarrollo vegetal.

Los minerales primarios son los precursores de los minerales


secundarios. Éste es otro aspecto importante de la composición de
la roca, es decir, que la composición de la fracción arcilla del
suelo tendrá mucha dependencia de los minerales primarios
presentes en el material parental; a este respecto se sabe, por
ejemplo, que las rocas ígneas intrusivas ácidas producen
frecuentemente, como resultado de su alteración en climas
húmedos, cantidades apreciables de caolinita, haloisita y cuarzo.
Fieldes y Swindale, citados por Mejía (1980b) ilustran la relación que
hay entre los minerales primarios y secundarios. Muestran algunos
productos de la meteorización de ciertos minerales primarios, como
se plantea en la Tabla. 10.

TABLA 10. Algunos productos posibles de la meteorización de


minerales primarios, según Fieldes y Swindale, citados por Mejía
(1980b).

MINERALES PRODUCTOS PRODUCTOS FINALES


PRIMARIOS INTERMEDIOS
Olivino, Piroxenos, Óxidos hidratados no Óxidos cristalinos de Fe y
Anfíboles cristalinos de Al o Caolinita
Al, Si, Fe, Ti
Vidrio volcánico básico, Óxidos hidratados de Fe, Caolinita y/o
Zeolitas Al, Si; (Alofano o Gibsita) Montmorillonita
Micas Illita; (Montmorillonita o Caolinita
Vermiculita)
Feldespato, Óxidos hidratados no Caolinita
Vidrio volcánico ácido cristalinos de Al, Si;
(Alofano)
Cuarzo Silicatos no cristalinos; Formas secundarias de
(Calcedonia) cuarzo

Los resultados de González (1983) ilustran el comportamiento de los


minerales de la cuarzodiorita del batolito antioqueño, cuando se
meteoriza bajo condiciones de clima cálido muy húmedo; este autor
encontró que el cuarzo fue el único mineral primario que persistió
durante todo el proceso de meteorización de la roca y estuvo
presente en el suelo, incluso en el horizonte superficial.

El autor citado, en el párrafo anterior, encontró que ninguno de los


otros minerales primarios dominantes en la roca (Plagioclasa, Biotita
y Hornblenda) alcanzó a llegar al suelo en su forma original; la
hornblenda no alcanzó a llegar ni al saprolito, aunque se presentó
poco alterada en el gruss (material producido por la meteorización
incipiente de rocas granulares que se caracteriza por ser muy friable
y por conservar los minerales originales de la roca en un estado de
alteración relativamente bajo; aunque da la apariencia de roca, es
muy deleznable y se desmorona fácilmente; es parte del saprolito).
Los feldespatos y la biotita se presentaron alterados en el gruss y
muy transformados en el saprolito y no alcanzaron a llegar a los
horizontes B del suelo.

En el trabajo anterior, también, se estudió la composición


mineralógica de la arcilla. Se encontró que esta fracción, dominada
por caolinita y gibsita, con algo de hidromica (illita), es producto de
la intensa meteorización química que se da en la zona y de la alta
lixiviación de los productos solubles originados por la alteración de
los minerales primarios.

La composición química del material parental que origina el suelo


define, en buena medida, los nutrientes y otros elementos que
pueden pasar a él. En relación con el suministro de nutrientes por
los minerales primarios, Malagón (1977) encontró, en varias
regiones de Colombia, que la presencia de feldespatos,
ferromagnesianos, micas y vidrio volcánico estaba asociada con el
suministro de Si, Al, Ca, Mg, K, Na, Cu, Zn, Fe y Mn al suelo. Mejía
(1980a, b) hace un resumen del aporte de nutrientes que pueden
hacer al suelo gran cantidad de minerales; algunos se presentan en
la Tabla 11, en la que se observa que buena parte de los elementos
esenciales en la nutrición vegetal, tienen como fuente natural en el
suelo los minerales primarios.

TABLA 11. Aporte de nutrientes al suelo por parte de algunos


minerales primarios. (Adaptado de Mejía, 1980a, b).

MINERAL APORTE AL SUELO


Feldespatos K, Na, Ca, Ar*
Anfíboles Ca, Na, Mg, Fe
Piroxenos Ca, Mg, Fe
Micas K, Mg, Na, Fe, Ar
Óxidos de hierro Fe, Ar
Olivino Fe, Mg
Carbonatos Ca, Mg
Sulfuros S, Ca
Fosfatos P, Ca
* El símbolo Ar se utiliza para indicar que los minerales producen también, normalmente, minerales de
arcilla.

Mejía (1991) también demuestra como la composición de las rocas


puede influir en procesos de contaminación de suelos, debido a
que la meteorización libera elementos tóxicos de ellas; presenta
resultados de análisis de suelos derivados de diferentes materiales
parentales de Escocia, donde se pueden apreciar las cantidades
relativamente altas de Ba, Cr, Mn, Rb, Ni, Sr, V y Zr que se han
acumulado en ellos.

En áreas de Cundinamarca, Boyacá, Santanderes y Huila (Colombia)


se han hecho estudios que han permitido detectar problemas de
acumulación tóxica de selenio en suelos derivados de lutitas de la
Formación Villeta, así como de sus sedimentos (Benavides y Silva,
1965).

Es importante precisar que cuando los suelos están en el mismo


clima, los contenidos de materia orgánica de ellos no varían
apreciablemente, a pesar de presentarse cambios importantes en
los materiales parentales u otros factores. Así se confirma, como ya
se dijo antes, que esta propiedad del suelo está más controlada por
el clima que por los otros factores de formación pedológicos.
RECORDAR
Ø La cantidad y tipo de minerales presentes en el material
parental controlan buena parte de la calidad nutricional del
suelo.

Ø Las bases son los elementos más solubles que contienen los
minerales y, por tanto, son eliminadas del medio rápidamente,
al avanzar la meteorización.

Ø Un mismo tipo de roca puede producir diferentes tipos de


suelos, pues puede producir diferentes tipos de saprolitos,
dependiendo de las condiciones ambientales bajo las cuales se
esté meteorizando.

Ø El material parental de los suelos lo componen: el saprolito


de las rocas o los sedimentos no consolidados.

Ø La meteorización produce saprolitos y la pedogénesis


produce suelos.
3. LOS ORGANISMOS

Un organismo es el conjunto de órganos que componen un ser


vivo. Su unidad básica es la célula y en ella se llevan a cabo
procesos químicos que configuran su metabolismo, para los que
toma elementos nutricionales y energía del ambiente; el
metabolismo es, según Brock y Madigan (1991), el resultado
conjunto de las reacciones catabólicas y anabólicas que se producen
en la célula.

Para mantener la organización celular, se producen constantemente


rupturas de compuestos químicos a otros más simples, para liberar
parte de la energía concentrada en ellos (catabolismo) y poder así
construir nuevas estructuras en la célula (anabolismo). Como el
anabolismo desemboca en la síntesis bioquímica de nuevos
materiales, el proceso es llamado frecuentemente biosíntesis.

De acuerdo con la organización celular, los organismos han sido


agrupados tradicionalmente en dos grandes categorías:
Procariotes (que carecen de verdadero núcleo) y Eucariotes (que
tienen núcleo verdadero); las diferencias fundamentales entre éstos
dos grupos son:

Procariotes Eucariotes
Sin membrana nuclear Con membrana nuclear
Tienen una molécula simple de DNA Tienen varias moléculas de DNA
No tienen división mitótica Sí tienen división mitótica
Todas las bacterias Todos los otros organismos
Con los avances de la Biología Molecular, mediante el estudio de los
ácidos nucleicos se ha modificado expuesta anteriormente. Los
ácidos nucleicos son el ácido desoxiribonucleico (DNA) y el ácido
ribonucleico (RNA) y son polímeros de nucleótidos
(polinucleótidos); cada nucleótido está compuesto por tres
unidades: Un azúcar de 5 carbonos, una molécula de fosfato y una
base nitrogenada (Brock y Madigan, 1991).

Los ácidos nucleicos son polímeros largos en los cuales los


nucleótidos están enlazados covalentemente en una secuencia
definida; la parte variable de la secuencia la componen las bases,
pues la unión azúcar – fosfato siempre es la misma; la secuencia de
bases representa la información genética necesaria para reproducir
una copia idéntica del organismo.

Hay 3 tipos de RNA: Mensajero, Transmisor y Ribosómico, cada


uno con funciones específicas en la célula. La comparación de la
secuencia de las bases en el RNA ribosómico se utiliza para
determinar la relación genética que hay entre organismos (Brock y
Madigan, 1991).

Con base en los análisis secuenciales del RNA ribosómico se


encontró que los organismos agrupados originalmente en los
procariotes presentaban 2 líneas diferentes de relación genética, por
lo cual fueron divididos en 2 nuevos grupos: Eubacterias y
Archaebacterias; quedan entonces tres grandes grupos de
organismos: Los dos que acaban de mencionarse y los Eucariotes.
Las Archaebacterias son los organismos más primitivos conocidos y
filogenéticamente son más afines con los Eucariotes que con las
Eubacterias (Brock y Madigan, 1991).

Los organismos disponen de tres fuentes de energía: La luz,


compuestos químicos inorgánicos y compuestos químicos orgánicos;
la fuente que utilice cada organismo define grupos diferentes de
ellos:
 Fotótrofos: Utilizan la luz como fuente de energía.
 Litótrofos: Obtienen energía de la oxidación de compuestos
inorgánicos.
 Organótrofos: Obtienen energía de la oxidación de
compuestos orgánicos.

El metabolismo de compuestos orgánicos es la fuente de energía de


todos los animales y de una amplia mayoría de microorganismos.
De acuerdo con la fuente de carbono que utilizan, los organismos
se agrupan en:
 Autótrofos: Son aquellos que utilizan el CO2 como fuente de
carbono.
 Heterótrofos: Son aquellos que utilizan compuestos
orgánicos preformados para obtener el carbono que requieren.

También se presentan diferencias importantes entre los organismos,


debidas a la posibilidad que tienen de subsistir con o sin oxígeno
en el medio, lo cual permite agruparlos, como lo expone Burbano
(1989), en:
 Aeróbicos: Son aquellos que requieren de la presencia de
oxígeno para poder crecer.
 Anaeróbicos: Son aquellos que son inhibidos en su desarrollo
o que mueren en presencia de oxígeno.
 Microaerófilos: Son aeróbicos obligados, pero que crecen
mejor a bajas tensiones de oxígeno.
 Anaeróbicos facultativos: Son activos bajo condiciones
aeróbicas o anaeróbicas.

En los organismos, los hábitos alimenticios también generan


diferencias entre ellos. Se pueden definir los siguientes grupos más
generales:
 Herbívoros: Se alimentan de tejidos vegetales.
 Sapróvoros: Se alimentan de materia orgánica en
descomposición.
 Predatores: Se alimentan de otros animales, ingiriéndolos.
 Parásitos: Se alimentan de otros organismos vivos sin
causarles la muerte en forma rápida.

En el suelo se presenta gran cantidad y variedad de los organismos


conocidos, que constituyen su parte viva; los organismos que mayor
influencia tienen sobre el desarrollo del suelo son los vegetales, ya
que controlan el aporte de materia orgánica al mismo, tanto en lo
relacionado con la cantidad, como con la calidad o tipo de
materiales adicionados. Este material es uno de los más importantes
del suelo por el efecto que tiene en buena parte de sus
propiedades.
3.1. LA BIOTA DEL SUELO

La biota del suelo la compone el conjunto de la fauna y la flora que


viven en él; la gran mayoría de los organismos del suelo vive en las
capas superficiales del litter (residuos vegetales frescos), donde las
condiciones de humedad, temperatura, ventilación y luminosidad,
así como el espacio disponible, satisfacen sus necesidades.

3.1.1. Clasificación

Los organismos del suelo se pueden clasificar de acuerdo con varios


criterios como puede verse a continuación.

3.1.1.1. Según el tamaño

Este es el sistema de clasificación más común. Porta et al (1994)


definen las siguientes categorías:

 Microorganismos, aquellos que presentan tamaño menor a


200 mm.
Microorganismo es un ser vivo, o un sistema biológico, que solo
puede visualizarse con el microscopio. Son organismos dotados de
individualidad que presentan, a diferencia de las plantas y los
animales, una organización biológica elemental.
 Mesoorganismos, los que presentan tamaños entre 200 mm
y 6 mm.
 Macroorganismos, los que poseen tamaños mayores a 6
mm.

3.1.1.2. Según su hábitat en el suelo


Parisi (1979) considera dos grupos de organismos: Hidrobios,
aquellos que viven en el agua del suelo, como bacterias, algas,
protozoarios, nemátodos y buena parte de los oligoquetos, y
Atmobios, aquellos que se han adaptado a vivir en la atmósfera
hipógea del suelo como hongos, artrópodos, moluscos y
vertebrados.

3.1.1.3. Según el tiempo de permanencia en el suelo


A este respecto Parisi (1979) agrupa los organismos en tres
categorías:
 Edafobios, aquellos que cumplen todo su ciclo biológico en el
suelo.
 Edafófilos, aquellos que no tienen que cumplir
obligatoriamente todo su ciclo biológico en el suelo, pero que
prefieren el ambiente de éste para vivir.
 Edafóxenos, organismos que se pueden encontrar
casualmente en el suelo, pero que no presentan ninguna adaptación
especial para vivir en él.
3.1.2. La microbiota del suelo

En este grupo se incluyen organismos microscópicos, tanto


vegetales (microflora) como animales (microfauna); a la
microflora pertenecen las bacterias (eubacterias y archaebacterias),
los hongos y las algas, en tanto que a la microfauna pertenecen los
protozoarios.
La microbiota del suelo se establece, preferencialmente, en la
rizosfera: región del suelo bajo la influencia inmediata de la raíz, la
cual se caracteriza por tener alta cantidad de carbono disponible. En
ella la cantidad de microorganismos disminuye al aumentar la
distancia a partir de la superficie de la raíz de las plantas y al
aumentar la profundidad en el suelo (Paul y Clark, 1989; Pritchett,
1991).
A continuación se describen los principales grupos de
microorganismos del suelo y sus características más sobresalientes.

3.1.2.1. Bacterias
Son los microorganismos más numerosos y más pequeños del suelo;
la mayoría son heterótrofos y son organismos importantes en los
procesos de descomposición de la materia orgánica y en el reciclaje
de energía y de nutrientes como N, P, S, Fe y Mn; el tipo más
importante, desde el punto de vista de los suelos, es el de las
Eubacterias.

Algunas bacterias son capaces de utilizar el nitrógeno atmosférico,


el cual puede pasar a la planta cuando ellas mueren, contribuyendo
a su nutrición nitrogenada; este proceso de fijación de nitrógeno,
por la importancia que tiene en el manejo biológico del suelo, se
ampliará más adelante. Dentro del grupo de las bacterias también
se presentan especies que producen antibióticos y toxinas para
otros organismos del suelo, así como patógenos de animales y
vegetales.
Un género de bacteria litotrófica, notable por su actividad oxidante
es el Thiobacillus; puede intervenir en reacciones como las
siguientes, según Brock y Madigan (1991):

 Oxidar Fe2+ a Fe3+, en medio ácido:

Fe2+ + ¼ O2 + H+ Fe
3+
+ ½ H2O

Fe3+ + 3 (OH)-  Fe(OH)3

 Si en el medio, el ácido dominante es el sulfúrico, el Fe3+ no


puede precipitar como hidróxido. Se forma un complejo
mineral sulfatado llamado jarosita [HFe3(SO4)2(OH)6] (Brock
y Madigan, 1991).

 Oxidar el ácido sulfhídrico:

H2 S + ½ O 2  S0 + H2O

 Oxidar el azufre elemental:

S0 + 1 ½ O2 + H2O  SO42- + 2 H+  H2SO4

 Oxidar la pirita:

FeS2 +3 ½ O2 + H2O  Fe2+ + 2 SO42- + 2 H+


 Oxidar cobre:

Cu2S + 5/2 O2 + 3 H+  2 Cu2+ + HSO4- + H2O

Las bacterias no sólo intervienen en procesos de oxidación; también


hay bacterias capaces de reducir Fe3+ a Fe2+, Mn4+ a Mn2+ y sulfato
a ácido sulfhídrico.
Todas las transformaciones que se mencionaron anteriormente,
producen cambios en las condiciones nutricionales y mineralógicas
del medio; estos cambios condicionan su evolución y el tipo de
organismos mayores que pueden establecerse en él.

Las condiciones ambientales que más favorecen el desarrollo de las


eubacterias en el suelo son:
 Humedad: Que el suelo se encuentre con un contenido de
agua entre 50 y 75% de su capacidad de campo o que el agua esté
retenida a tensiones entre 3 y 0.05 Mpa (Paul y Clark, 1989;
Burbano, 1989; Pritchett, 1991).
 Temperatura: Que esté entre 25 y 35oC; muy pocas
eubacterias se encuentran a temperaturas menores de 15oC o
mayores de 45oC (Brock y Madigan, 1991; Pritchett, 1991).
 pH: Cercano a la neutralidad o débilmente alcalino. Pritchett
(1991) sostiene que las condiciones de acidez en el suelo inhiben un
buen número de bacterias y otros microorganismos.
 La materia orgánica es indispensable para el suministro de
carbono.
Brock y Madigan (1991) discuten ampliamente la clasificación de las
bacterias, mostrando la agrupación que se ha hecho de ellas, con
base en los estudios secuenciales de su RNA ribosómico; de dicha
discusión se resume lo siguiente.
3.1.2.1.1. Eubacterias
Se presentan en 11 grupos de afinidad genética así:

 Proteobacterias: Bacterias fototróficas púrpura; se presenta


una gran cantidad de géneros importantes en el suelo como:
Rhizobium, Nitrobacter, Beijerinckia, Pseudomonas,
Nitrosomonas, Thiobacillus, Azotobacter, Desulfovibrio,
Bradyrhizobium, Agrobacterium, Derxia.
 Bacterias verdes del azufre: Fototróficas, sin géneros
importantes en el suelo.
 Bacterias verdes no sulfúricas: Fototróficas, sin géneros
importantes en el suelo.
 Cyanobacterias: Antes algas verde – azules; fototróficas;
géneros importantes en el suelo: Anabaena, Nostoc, Calothrix.
 Planctomyces / Pirella: Sin géneros importantes en el
suelo.
 Espiroquetas: Sin géneros importantes en el suelo.
 Bacterioides / Flavobacterium: Sin géneros importantes en
el suelo.
 Clamidia: Parásitos obligados; sin géneros importantes en el
suelo.
 Deinococcus / Thermus: Sin géneros importantes en el
suelo.
 Eubacterias Gram positivas: Géneros importantes en el
suelo: Clostridium y Bacillus. Además, a este grupo pertenecen los
Actinomicetos que son bacterias filamentosas comunes en suelos
neutros a alcalinos, bien drenados. Géneros importantes de
Actinomicetos son: Anthrobacter, Nocardia, Streptomyces
(productoras de antibióticos), Frankia (importante por su capacidad
de asociarse con especies forestales y fijar nitrógeno).
 Thermotoga / Thermosipho: Sin géneros importantes en el
suelo.

Los actinomicetos son organismos muy activos en la descomposición


de celulosa y de otros compuestos orgánicos más resistentes y
complejos del suelo, por lo cual son importantes en la
humificación de la materia orgánica; son aerobios.

Algunas cianobacterias como Nostoc tienen la capacidad de formar


asociaciones simbióticas con algunos hongos, llamadas líquenes,
muy eficientes en la utilización del nitrógeno atmosférico.

3.1.2.1.2. Archaebacterias

Son organismos que prosperan en condiciones ambientales


extremas; se presentan en 4 grupos así:
 Metanógenas: Relacionadas con el metabolismo del metano;
sin géneros importantes en el suelo.
 Halófitas: De ambientes extremadamente salinos; sin
géneros importantes en el suelo.
 Extremadamente termofílicas: De ambientes con
temperaturas altas extremas; sin géneros importantes en el suelo.
 Thermoplasma: De condiciones ambientales excepcionales:
Temperatura óptima: 55oC, pH óptimo: 2; sin géneros importantes
en el suelo.

3.1.2.2. Hongos

Son organismos que participan activamente en la descomposición


del litter en los suelos ácidos y en la humificación en ellos; son
heterótrofos y muy eficientes en la descomposición de
compuestos resistentes a las bacterias, como celulosa, hemicelulosa,
lignina, grasas y almidones (Pritchett, 1991).

Aparte de lo anterior, los hongos juegan un importante papel en la


nutrición de las plantas, porque forman asociaciones con sus raíces
llamadas micorrizas. Cochran et al (1994) sostienen que por lo
menos en el 85% de las plantas se presentan asociaciones
micorrícicas; además, compiten activamente con la planta por
nitratos y amonio. El micelio de algunos de ellos puede causar
hidrofobicidad en el suelo. Son abundantes las especies
fitopatógenas.

Ambientalmente, Burbano (1989) establece que las condiciones que


favorecen el desarrollo de los hongos son:

 Humedad: No resisten condiciones de sequía ni de


saturación.
 Temperatura: Entre 25 y 35 oC.
 pH: Ligeramente ácido a neutro; Pritchett (1991)
sostiene que se adaptan mejor que los otros
microorganismos a suelos ácidos.
 Requieren sustratos carbonáceos oxidables.

Brock y Madigan (1991) resumen la clasificación de los hongos en


los siguientes grupos:

 Ascomycetes: Género común: Saccharomyces.


 Basidiomycetes: Llamados setas; aquí se encuentran
géneros importantes de hongos formadores de
ectomicorrizas como: Amanita, Agaricus; Boletus.
 Zygomycetes: Llamados mohos del pan; los géneros
Mucor y Rhizopus son frecuentes.
 Oomycetes: Llamados mohos del agua; sin géneros
importantes en el suelo.
 Deuteromycetes: Conocidos como hongos
imperfectos; se presentan muchos géneros en el suelo,
algunos endomicorrícicos, como: Aspergillus,
Fusarium, Penicillium, Trichoderma, Rhizoctonia,
Botrytis, entre otros.

3.1.2.3. Algas

Son organismos fotoautótrofos importantes en el proceso de


colonización del material parental. Ellas inician el proceso de
formación de suelo. Además, en suelos ya formados, son una
fuente importante de materia orgánica (Burbano, 1989).
Las condiciones ambientales óptimas para su desarrollo son:
 Humedad: Debe estar entre 60 y 80 % de la capacidad
de campo del suelo, aunque soportan bien la
inundación.
 Temperatura: Se han encontrado en el rango extremo
comprendido entre - 11.5 y 87 oC.
 pH: Entre 5.5 y 8.5, aunque hay variaciones importantes
entre los diferentes grupos; así, las verdes se adaptan
bien a suelos ácidos; las verde-azules a suelos neutros ó
alcalinos y prácticamente no se presentan en suelos con
pH < 5.2 y las diatomeas prefieren suelos neutros y
alcalinos. En términos generales las algas no se
presentan en suelos con pH < 5.0.
 Sustrato orgánico: No lo requieren para su desarrollo.
 Luz: Es indispensable para que puedan realizar la
fotosíntesis.
 Sales: Resisten altas concentraciones en el medio.

Brock y Madigan (1991) referencian 6 grupos de estos organismos:

 Chlorophyta: Llamadas algas verdes; los géneros


Chlamydomonas, Chlorella y Ulothrix son comunes
en suelos ácidos.
 Chrysophyta: Conocidas como diatomeas, en suelos
neutros a alcalinos son comunes los géneros Navicula y
Pinnularia.
 Los grupos Euglenophyta, Phaeophyta o algas
pardas, Pyrrophyta o dinoflagelados y
Rhodophyta o algas rojas, no presentan géneros
importantes en el suelo.

3.1.2.4. Protozoarios

Son animales que digieren partículas de materia orgánica no


soluble, transformándola en soluble. Además, controlan poblaciones
de microorganismos en el suelo, ya que se alimentan de bacterias y
de algas (Burbano, 1989; Pritchett, 1991).

Las condiciones ambientales más adecuadas para su desarrollo,


según Burbano (1989) son:

 Humedad: Requieren suelo húmedo a saturado.


 Temperatura: Próxima a los 30 oC.
 pH: Entre 3.5 y 9.7, con un rango óptimo comprendido
entre 6 y 8.
 La adición de materia orgánica fresca incrementa
sus poblaciones.

Brock y Madigan (1991) referencian 4 grupos de estos organismos:

 Mastigophora: Son flagelados y en el suelo se


presentan géneros importantes como Euglena y
Monas.
 Sarcodina: Es el grupo de las amebas con los géneros
Amoeba y Entomoeba como importantes en el suelo.
 Ciliophora: Son ciliados; algunos géneros comunes en
el suelo son: Paramecium, Colpoda, Pleuronema y
Vorticella.
 Sporozoa: Todos son parásitos; en el suelo se
encuentra con frecuencia el género Plasmodium.

3.1.3. La meso y macrofauna del suelo

3.1.3.1. Generalidades

Los principales grupos de animales que pertenecen a este


componente biótico del suelo son los anélidos y los artrópodos;
los primeros se refieren a las lombrices de tierra y los segundos a
aquellos animales que presentan un esqueleto externo endurecido
que recubre todo su cuerpo, como una coraza y que son articulados.
Los principales representantes de los artrópodos son los insectos,
los arácnidos, los miriápodos y los crustáceos; otros grupos que se
destacan son los nemátodos (algunos pocos, por su tamaño, se
ubican dentro de los microorganismos), los moluscos y algunos
vertebrados roedores y mamíferos pequeños.

La mayoría de los animales de la meso y macrofauna del suelo, a


excepción de los anélidos, viven en la capa superficial del mismo.
Allí se acumulan los residuos orgánicos frescos que llegan al suelo y
que les suministran condiciones adecuadas de humedad,
temperatura y ventilación.

Los organismos que integran la meso y macrobiota del suelo


desempeñan un papel fundamental en la fragmentación,
transformación y translocación de materiales orgánicos en él.
Además, aportan considerables cantidades de biomasa al suelo y
mejoran algunas de sus propiedades físicas; también, en estos
grupos de organismos se presentan algunos animales que son
herbívoros y que pueden convertirse en plagas para las plantas, así
como otros que son parásitos o predadores.

3.1.3.2. La lombriz de tierra

Este animal pertenece al Phylum Anélido que quiere decir cuerpo


anillado y a la clase Oligochaeta que significa que poseen pocas
quetas o cerdas que salen de los anillos; es un animal vermiforme
(con forma de gusano), con su cuerpo anillado y con pocas cerdas
que salen de los anillos; es de sangre fría, por lo cual requiere de
humedad para regular su temperatura.

Parisi (1979) y Porta et al (1994) reportan que las lombrices de


tierra se agrupan en dos familias fundamentales: La Enchytroidae
y la Lumbrícidae. A la primera corresponden las lombrices
pequeñas y a la segunda, las más grandes; desde el punto de vista
de su aporte al suelo, las lombrices más importantes son las de la
familia Lumbrícidae; en esta familia se pueden diferenciar dos
grupos por el hábitat que ocupan en el suelo: Las epígeas, que
viven en la superficie del suelo, y las endógeas, que viven en el
interior del mismo.

Las lombrices son sapróvoras y requieren para su alimentación


abundante materia orgánica, con baja relación C/N y bajo contenido
de lignina, según Cochran et al (1994); según Porta et al (1994),
también requieren sustratos con buen contenido de carbonato de
calcio.

De acuerdo con varios trabajos citados por Escobar (1997), las


condiciones que favorecen el desarrollo de la lombriz de tierra son:

 El pH óptimo entre 5.5 y 6.5, aunque pueden crecer en


un rango entre 4.5 y 8.
 La temperatura óptima varía entre 15 y 25oC.
 La humedad: Indispensable para mantener su cuerpo
frío y húmedo; toleran saturación del suelo, pero con
presencia de oxígeno.

Chamorro (1990) encontró, en suelos del páramo de Sumapaz


(Cundinamarca), que el 80% de las lombrices se ubicaban en los
primeros 20 cm del suelo y la densidad de población la correlacionó
en forma significativa e inversa con el contenido de aluminio
intercambiable y directo con la CIC y con el contenido de carbono
orgánico de aquel.

Algunos géneros importantes de lombrices de tierra son


Lumbricus, Eisenia, Rhinodrilus y Martiodrilus.

3.1.3.3. Los artrópodos

En los artrópodos, los órdenes que se presentan con más frecuencia


en los suelos son: Díptera (moscas), Coleóptera (cucarrones o
escarabajos), Collémbola, Arachnida (arañas), Himenóptera
(hormigas), Isóptera (termitas), Diplópoda (milpies) y Quilópoda
(ciempiés); en los moluscos los principales son Helicoidea
(caracoles) y Limacoidea (babosas) (Pritchett, 1991; Cochran et al,
1994).

En todos los suelos no se presenta la misma cantidad y tipo de


fauna. Ésta depende de las condiciones ambientales en las cuales se
encuentra el suelo, así como de algunas de las propiedades de éste
y de su manejo.

El IGAC (1986), en suelos de los Llanos orientales de Colombia,


encontró que las lombrices se presentaban en abundancia en suelos
que tuvieran alto contenido de materia orgánica, buena humedad y
buena aireación; las hormigas preferían los suelos con alto
contenido de arena y las termitas con alto contenido de arcilla.

En Oxisoles y Ultisoles bien drenados de la Orinoquia, el IGAC


(1986) encontró que la cantidad de los organismos dominantes de la
meso y macrofauna decrecía en el siguiente orden: hormigas >
termitas > arañas > cucarrones, mientras que cuando los Oxisoles
estuvieron mal drenados, el orden de decrecimiento fue hormigas >
cucarrones > arañas. Chamorro et al (1986), también observaron
que en éstos Oxisoles mal drenados, la variedad en la meso y
macrofauna del suelo es menor que cuando tienen buen drenaje.

Se realizaron dos trabajos en condiciones climáticas extremas: Uno


en Entisoles e Inceptisoles de Arauca (Colombia), donde Zuluaga et
al (1995) encontraron la siguiente secuencia decreciente en la
abundancia relativa de organismos en el horizonte superficial del
suelo en sabana natural: Collémbola (71.6%) > Acarina (12.6%) >
Hymenóptera (3.77%) > Coleóptera (3.35%) > Díptera (2.45%); el
otro, en contraste, en Andisoles e Histosoles de páramos en los
alrededores de la Sabana de Bogotá, en bosque alto andino,
Chamorro (1989) encontró la siguiente secuencia: Díptera (> 50%)
> Arachnida (20%) > Coleóptera > Orthóptera > Collémbola.

En los resultados expuestos en el párrafo anterior puede haber


algún efecto del tipo de suelo y de la cobertura pero, obviamente,
no todas las diferencias presentadas las explican estos factores. Las
relaciones entre estos organismos, con el uso y con el manejo del
suelo, se tratarán más adelante en la asignatura de Monitoreo de la
Calidad del Suelo.

3.1.3.4. Nemátodos

Son los animales pluricelulares más pequeños del suelo. Por su


tamaño, durante sus desplazamientos, no alcanzan a generar en él
mayores disturbios.

Los nemátodos tienen un importante efecto sobre la descomposición


de la materia orgánica del suelo y sobre los ciclos de los nutrientes
en el mismo, aunque también hay una buena cantidad de ellos que
son parásitos y predatores de animales, así como fitopatógenos.

Según Porta et al (1994), el desarrollo de la mayoría de estos


animales se ve favorecido en los suelos de texturas medias a
gruesas y no prosperan bien en suelos con bajo contenido de
humedad; Madrigal y Duque (1972) citan algunos trabajos en los
cuales se estableció que temperaturas mayores de 40oC causaban
la muerte a la mayoría de estos animales y que la temperatura
óptima estaba entre 30 y 37oC y el pH entre 4 y 8.

Algunos géneros frecuentes en el suelo son:


 Sedentarios: Son aquellos que en alguna etapa de su
vida pierden su capacidad de locomoción como
Meloidogyne, Heterodera.
 Migratorios: Tienen capacidad de traslocación toda la
vida como Pratylenchus, Tylenchorrynchus,
Radopholus.
 Predatores de otros nemátodos: A éstos
corresponden algunas especies de los géneros Tryphila,
Mononchus, Dorylaimus, Seinura.
 Trasmisores de virus a plantas: A éstos pertenecen
algunas especies de los géneros Trichodorus,
Longidorus, Xiphinema.

3.1.4. Efectos de la biota sobre el suelo

Los organismos vivos del suelo cumplen variados papeles en la


evolución y en las características del mismo. Además, participan
activamente en su ecología y en sus posibilidades de uso.

3.1.4.1. Los microorganismos

Los microorganismos del suelo realizan una gran cantidad de


actividades en él. Intervienen en varios procesos y reacciones que
se dan en el mismo, relacionados con su génesis. Ellos:
 Aportan materia orgánica al suelo: La biomasa microbial
puede representar alrededor del 5% de la materia orgánica
total del suelo, con la ventaja de que es el tipo de material
que más rápidamente se incorpora al mismo (CAB
International, 1993). Cadena et al (1998) estimaron aportes
de biomasa microbial de hasta 608.28 mg de C g-1 de suelo,
en un Oxic Dystropepts de Santander de Quilichao
(departamento del Cauca), con base en parcelas
experimentales sometidas a labranza reducida.
 Forman y estabilizan estructura en el suelo,
especialmente los hongos con su micelio; los exudados y
metabolitos microbiológicos son cementantes bastante
eficientes.
 Intervienen en los procesos de transformación de la
materia orgánica del suelo, por ejemplo cuando producen
las enzimas necesarias para que se produzcan algunas
reacciones, como Amilasas para hidrolizar almidón o Celulasas,
para hidrolizar celulosa, producidas por algunas bacterias,
hongos y actinomicetos. También la producción de Fenolasa
para oxidar la lignina, por parte de algunos hongos (Burbano,
1989).
 Algunos Basidiomycetes utilizan la lignina o la celulosa
como fuentes de energía y de carbono. Se convierten en
importantes agentes de transformación de la madera en
bosques (Brock y Madigan, 1991).
 Pueden producir transformaciones en el suelo que
causan pérdidas de elementos o de compuestos en el
mismo; en este sentido, son ampliamente conocidos los
procesos de desnitrificación, los cuales producen
transformaciones de nitratos o nitritos, a nitrógeno molecular
(N2) o a óxido de nitrógeno, los cuales se pierden por
volatilización; este proceso lo hacen bacterias de los géneros
Agrobacterium, Bacillus, Pseudomonas, Thiobacillus, entre
otras (Munévar, 1991).
 Ejercen control sobre las poblaciones de
microorganismos en el suelo, ya que, por ejemplo,
muchos protozoarios se alimentan de bacterias y algas,
manteniendo el equilibrio microbiológico del suelo; además,
algunos hongos como Penicillum y algunos Actinomicetos,
como Streptomyces, producen antibióticos y participan con
estos mecanismos en el control mencionado (Burbano, 1989).
 Algunos microorganismos del suelo tienen la capacidad
de alterar algunos minerales como biotita, muscovita e
illita, contribuyendo así a la meteorización del mismo.

3.1.4.2. Los meso y macroorganismos

La fauna del suelo cumple un papel fundamental en la


transformación y translocación de la materia orgánica, así como en
la trituración y adecuación de ella, para que los microorganismos
puedan llevar a cabo en forma fácil y rápida su mineralización y/o su
humificación.

Romero y Chamorro (1991) trabajaron con lombrices de tierra y


diferentes sustratos. Encontraron que, con una mezcla de banano,
café, naranja, papaya y granadilla, 4091 individuos transformaron
4453.8 g de material en un año. También, Arango y Dávila (1991)
encontraron que 5 kg de lombrices Eisenia foetida (lombriz roja
californiana) descompusieron 270 kg de pulpa de café con 85% de
humedad, en 80 días. Estos resultados muestran la magnitud de las
transformaciones que pueden llevar a cabo estos organismos.

Aparte de lo anterior, un efecto importante que tienen estos


organismos sobre el suelo es el aporte de abundantes cantidades de
biomasa que incrementa notablemente la cantidad y variedad de la
materia orgánica en él; en la Tabla 12 se presentan algunos valores
de densidad de individuos (meso y macrofauna) del suelo, así como
de la cantidad de biomasa que producen, bajo diferentes
condiciones climáticas, de suelo y de uso del suelo.

Que son los micro maso y macro organismos?


Los Mesoorganismos son organismos multicelulares eucariotas cuyas
células no se han diferenciado en Tejidos como los Poríferos,
Hongos multicelulares, Musgos, etc o bien solo se han diferenciado
en Tejidos como los Cnidarios(Hidras, Medusas, Corales, Anémomes
de mar), o bien en Órganos solamente como los
Platelmintos(Planarias, Tenias).

Califica a cualquier organismo que puede ser observado a ojo


desnudo, es decir, sin necesidad de ayudas (lupas, microscopios
ópticos, microscopios electrónicos).

En cuanto al límite de tamaño, es poco probable que encuentres


una definición que lo contenga, ya que al tratarse del tamaño "que
puede observarse a ojo desnudo" variará mucho.
TABLA 12. Producción de biomasa (promedia de 7 muestreos
realizados durante 8 meses) por algunos meso y macroorganismos en
suelos colombianos.
SUELO REGION USO DEL INDIVIDUOS BIOMASA* REFERENCIA
SUELO POR m2 (g m-2 )
Andisol Páramo Chisacá Ninguno 18307 1636.03 Zerda y Chamorro (1990)
Andisol Páramo Chisacá Papa, Kikuyo 13234 748.03 Idem anterior
Inceptisol Páramo Chingaza Ninguno 8932 535.76 Infante y Chamorro (1990)
Inceptisol Páramo Chingaza Papa, Kikuyo - 588.42 Idem anterior
* Como peso húmedo de la fauna encontrada.

La fauna del suelo lleva a cabo otras acciones como son:

 Mejorar la agregación y, consecuentemente, la aireación y la


infiltración, sobre todo aquellos individuos de mayor tamaño,
debido a su desplazamiento en el suelo.
 Transportar materiales orgánicos al interior del suelo:
Lombrices, hormigas, termitas.
 Transportar materiales desde el interior hacia la superficie del
suelo, generando un intenso reciclaje de elementos en los
sólidos acarreados: Hormigas, lombrices.
 Mantener en equilibrio las poblaciones de otros organismos:
Predatores como algunos ciempiés, arañas, escorpiones,
coleópteros y colémbolos.

RECORDAR
Ø La biota del suelo la componen micro, meso y macroorganismos,
animales y vegetales.
Ø Los organismos más abundantes son los micro, compuestos por
bacterias, hongos, algas y protozoarios. La mayoría de ellos son
heterótrofos y aeróbicos.
Ø Los grupos de bacterias más importantes en el suelo son:
Proteobacterias, Cianobacterias y Eubacterias Gram positivas;
prefieren suelos con buena fertilidad.
Ø Los grupos de hongos más importantes en el suelo son:
Basidiomycetes y Deuteromycetes; prosperan mejor que las
bacterias en suelos ácidos.
Ø Los microorganismos aportan y transforman materia orgánica,
tienen parte activa en el ciclo geoquímico de muchos elementos y
transforman algunos minerales.
Ø Los meso y macroorganismos más importantes del suelo son:
Anélidos (lombrices), artrópodos (insectos, arácnidos, miriápodos y
crustáceos) y nemátodos (gusanos).
Ø Los meso y macroorganismos aportan, transforman y translocan
materia orgánica; reciclan nutrientes y mejoran el espacio poroso.

3.2. EL HOMBRE

Un organismo que tiene enorme injerencia en el suelo es el hombre,


puesto que utiliza este recurso de variadas formas y para muchos
fines; los efectos más sobresalientes que tienen algunas de las
actividades antrópicas sobre el suelo se resumen en la Tabla 13.
TABLA 13. Algunas actividades antrópicas y sus efectos en el suelo.

ACTIVIDAD EFECTO SOBRE EL SUELO

La fertilización Mejora productividad, aumenta producción de


biomasa y población de microorganismos,
incrementa el aporte de materia orgánica; en
exceso puede producir el efecto contrario al
causar toxicidades y/o contaminación.

El abonado orgánico Produce los mismos efectos que la fertilización.


Además, mejora la estructura del suelo con todo
lo que esto implica en las condiciones hídricas y
mecánicas de él.

El encalamiento Mejora la nutrición vegetal y el ambiente para los


microorganismos aunque es posible que se
alteren las relaciones poblacionales entre grupos;
puede mejorar la estructura y alterar las
características del intercambio iónico de bases.

El riego Cambia el comportamiento hídrico; incrementa la


velocidad de procesos como solubilización,
hidratación e hidrólisis, aumentando la alteración
de minerales y de materia orgánica; si se hace
bien mejora productividad; mal hecho puede
producir salinidad o sodicidad y el consecuente
deterioro físico y químico; también puede
producir erosión.

El drenaje Aumenta la aireación y por tanto acelera procesos


de mineralización de materia orgánica y alteración
de ciertos minerales; favorece la estructuración;
en exceso, en ciertos suelos, puede causar
dificultades para el humedecimiento posterior.

La mecanización Mejora la aireación con todos sus beneficios,


hecha adecuadamente; aumenta las posibilidades
de la planta para explorar el suelo con el
consiguiente aporte de materia orgánica y el
reciclaje de nutrientes; si se hace
inadecuadamente, se deteriora la estructura y se
puede llegar a compactar el suelo; además, se
pueden generar problemas de erosión.

El uso irracional (Tipo y/o intensidad de uso no Genera deterioro severo en sus propiedades, lo
adecuados a las posibilidades del suelo). que se refleja en una pérdida de productividad y
de cobertura vegetal, aumentando la
susceptibilidad a la erosión; la aplicación intensiva
de insumos a un suelo con baja productividad
puede generar problemas de contaminación,
tanto del suelo mismo, como de otros recursos
como el agua.

Las construcciones Eliminan el suelo completamente, casi siempre.

3.3. LA VEGETACIÓN

3.3.1. Generalidades

Como ya se mencionó, la vegetación está conformada por los


organismos que mayor influencia tienen sobre el desarrollo del
suelo. Éstos controlan el aporte de materia orgánica en él, tanto
en lo relacionado con la cantidad, como con la calidad o tipo de
materiales adicionados.

El contenido de materia orgánica de un suelo, en un momento


dado, depende del aporte de materiales orgánicos que se haga a
dicho suelo, así como de la velocidad con la cual éstos se
descomponen; la cantidad de materia orgánica que se aporta al
suelo es bastante variable y depende sensiblemente del tipo de
cobertura vegetal, como se aprecia en la Tabla 14.

Los resultados obtenidos por Arias, citado por Young (1994),


ilustran la variabilidad que se presenta en la velocidad de
descomposición de residuos orgánicos en relación con su
procedencia, como se ve en la Tabla 15. En este caso, la vida
media es el tiempo que tarda una determinada cantidad el
material en perder la mitad de su peso.

TABLA 14. Aporte de residuos vegetales al suelo, por parte de diferentes


coberturas, como materia seca en t ha-1 año-1 o por cosecha, según el caso.
(Según varios autores).

COBERTURA VEGETAL MATERIA SECA


ACUMULADA (t ha-1)

Bosque Tropical Húmedo Brasil 7.3

Venezuela 4.6

Colombia 12.0

Sorgo 2-8

Maíz 1-6

Arroz 4

Maní 2.5 - 3.5

Algodón 1.5 - 4.0


TABLA 15. Vida media de hojas de especies forestales útiles en agroforestería en
el piso premontano de Colombia, según Arias, citado por Young (1994).

ESPECIE VIDA MEDIA (días)

Albizia carbonaria 60

Gliricidia sepium 80

Sesbania grandiflora - agati 80

Erythrina sp. 120

Cajanus cajan 120

Cassia grandis 180

Pritchett (1991) reporta que la hojarasca producida en los bosques


caducifolios se descompone relativamente rápido y que se
transforma en un humus enriquecido, en tanto que la hojarasca
aportada por los bosques de coníferas es bastante resistente a la
descomposición y fuertemente ácida.

Zinke, citado por Birkeland (1980) encontró que en suelos arenosos


de dunas de California, bajo cobertura de Pinus contorta de 45
años de edad, se presentaban diferencias de pH de 1.5 y más entre
el suelo por debajo del árbol y el suelo muestreado en áreas sin
vegetación. El mismo autor encontró también que el contenido de
nitrógeno en el horizonte superficial del suelo bajo los árboles era
casi el doble del contenido en el suelo por fuera de la influencia de
aquellos.
Estudios tan específicos, como los citados anteriormente, son
escasos en Colombia; puede mencionarse el de Cortés et al (1990)
en Andisoles de la Sabana de Bogotá, en el cual se encontró que las
coníferas y los eucaliptos causaban deterioro estructural en el suelo,
debido a que inducían cambios drásticos en su comportamiento
hidrológico.

En suelos del oriente antioqueño y del altiplano de Popayán, Moreno


(1987) encontró que los valores de los contenidos de Mg y K fueron
significativamente menores en Andisoles bajo plantaciones de Pinus
patula, en comparación con los mismos suelos bajo pastos; la CICE
y el Al también fueron menores en Andisoles bajo P. patula,
comparados con los valores obtenidos en aquellos suelos bajo
bosque natural. El pH de los Andisoles bajo P. patula fue
significativamente menor que el pH que se presentó en los
Andisoles bajo bosque natural y bajo pastos.

(La CICE se calcula por la suma de los cationes (Ca2+, Mg2+, K+ y Al3+). La CICE se refiere a la CIC que posee el suelo a un PH
determinado. En casi la totalidad de los suelos de la zona cafetera la CICE se reduce con el aumento de la acidez.).

3.3.2. Caracterización de la vegetación natural

Para definir la vegetación natural de una zona, con el objetivo de


identificar este factor de formación del suelo, puede recurrirse a la
propuesta de “Formaciones vegetales de Colombia” de Cuatrecasas,
expuesta por Malagón et al (1995). Esta propuesta se resume a
continuación:
 Selva basal: Ubicada entre 0 y 1000 msnm. Tiene una
temperatura media anual que oscila entre 23 y 30 oC y una
precipitación total anual mayor a 1800 mm. Presenta árboles
siempre verdes de hasta 40 m de altura y 1 m de diámetro,
sostenidos por raíces tabulares o zancos. El sotobosque lo
componen hierbas gigantes y arbustos grandes. Son
numerosos los bejucos leñosos, las palmas y las epífitas.
 Selva subandina: Entre 1000 y 2400 msnm. Presenta
temperaturas promedias anuales entre 16 y 23 oC y
precipitaciones regularmente distribuidas mayores a 1000 mm;
la fisonomía del bosque es muy similar a la de la selva basal,
aunque disminuye la presencia de árboles con raíces tabulares
y la altitud más frecuente de estas plantas fluctúa entre 15 y
30 m; también disminuye la cantidad de palmas grandes,
lianas y epífitas leñosas; se empiezan a presentar árboles con
hojas pequeñas (micrófilas).
 Selva andina: También llamada “Bosque andino”. Forma una
banda entre los 2400 y los 3800 msnm que permanece
húmeda debido a la alta nubosidad y niebla y a las bajas
temperaturas medias anuales que varían entre 6 y 15 oC.
Presenta una precipitación total anual que oscila alrededor de
1000 mm; con el ascenso disminuyen los árboles y
predominan las micrófilas y nanófilas; hay gran exuberancia
de epífitas, principalmente Bromeliaceaes y orquídeas, además
de musgos y líquenes.
 Páramo: Amplias regiones desarboladas en las partes altas
de las cordilleras que van desde el bosque andino hasta las
nieves perpetuas (4700 msnm). Presentan condiciones
meteorológicas muy contrastantes y drásticas con
temperaturas medias anuales que varían entre 2 y 12 oC, en
términos generales. La vegetación dominante corresponde a
Poaceaes mezcladas con arbustos pequeños de hojas
coriáceas y plantas cespitosas, almohadilladas y arrosetadas.
 Sabana: Llanuras cubiertas por vegetación baja,
principalmente Poaceaes y algunos arbustos y árboles muy
esparcidos. Se presentan en regiones bajas y cálidas, donde la
estación seca es más o menos larga.
 Formaciones xerófitas: Características de zonas muy secas,
donde dominan los árboles pequeños y los arbustos
achaparrados de hojas coriáceas y cutícula gruesa. Son
abundantes las plantas espinosas y las cactáceas de gran
tamaño y densidad; las gramíneas que se presentan
generalmente se marchitan en la época seca.
 Manglares: Son asociaciones de arbustos o árboles
perennifolios y halófitos, que forman una selva densa de gran
altura en las áreas costeras tropicales y cerca a los estuarios
de los ríos.
 Formaciones de márgenes de ríos: Compuestas por
vegetación heliófila, comprenden principalmente gramíneas
monoespecíficas de tallos rastreros y estoloníferas; en etapas
intermedias de colonización se encuentran cañabrava, sauces
y platanillos y, cuando la colonización es avanzada, hay
presencia de árboles grandes con muy poca variedad de
especies.
La cobertura vegetal natural puede haber sido reemplazada por
algún tipo de uso comercial. En este caso, se describen el tipo y la
intensidad del uso que se está haciendo de la tierra. El tipo de uso
se describe nombrando el tipo de explotación que se tiene en el
suelo. Si dicho uso es agropecuario, debe aclararse el tipo específico
de uso, por ejemplo, pastos mejorados, pastos naturales, cultivo de
algodón, cultivo de papa, etc.

Con respecto a la intensidad con la cual se hace la explotación


detectada, ésta define el mayor o menor grado de manipulación y,
por tanto, de alteración que se está haciendo en el suelo. Puede
describirse como intensiva, semi-intensiva o extensiva; en el
orden en que están expuestos los términos anteriores, decrece la
intensidad de uso. Una mayor intensidad de uso implica una mayor
probabilidad de deterioro para el suelo y, por tanto, debe estar
acompañada de un mayor número de prácticas de manejo
preventivo contra aquella posibilidad.

3.4. LA MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO

Todos los residuos de origen vegetal y animal que llegan al suelo


conforman la materia orgánica del mismo; la principal fuente de ella
son los residuos vegetales, los cuales aportan energía y alimento a
los organismos del suelo, al tiempo que son la materia prima para la
formación de los coloides orgánicos (humus) que se acumulan en
el suelo.

La materia orgánica de los suelos es el producto de la descomposición química de las excreciones de animales y microorganismos,
de residuos de plantas o de la degradación de cualquiera de ellos tras su muerte.
3.4.1 Tipos de materia orgánica del suelo

Los materiales orgánicos que se encuentran en el suelo se agrupan


de acuerdo con su grado de transformación, como se muestra en la
Tabla 16, elaborada con base en información tomada de Burbano
(1989).

TABLA 16. Principales grupos de materiales orgánicos del suelo

Materia orgánica fresca Materia orgánica no Materia orgánica húmica (MH) {Coloides
(MF) húmica(MNH) orgánicos}

Hojas Celulosa (15-60 %) Ácido fúlvico

Tallos Hemicelulosa (10-30 %) Ácido himatomelánico

Raíces Lignina (5-30 %) Ácido húmico

Flores Azúcares, aminoácidos y Humina


ácidos alifáticos (5-30 %)

Frutos Grasas, aceites, ceras, resinas


y otros pigmentos (1-8 %)
Proteínas (1-15 %)

Según Motta et al (1990), los compuestos húmicos, generalmente,


representan entre 50 y 85% de la materia orgánica total del suelo.

3.4.2 Transformación de los materiales orgánicos


En general, los principales procesos que se presentan con la materia
orgánica en el suelo se pueden esquematizar como sigue:

NUTRIENTES + MH

MINERALIZACIÓN (TºC, C/N, O2)

MF NH + CO2 ↑ + H2O HUMIFICACIÓN (TºC, C/N, sin O)

DESCOMPOSICIÓN MH + NUTRIENTES
(BIOTA, O2, TºC)

El proceso de mineralización consiste en la transformación de


compuestos orgánicos a compuestos inorgánicos. Son de gran
importancia para la nutrición de la planta las transformaciones del N
y del S que llevan estos nutrientes a formas fácilmente
aprovechables por ella. Orozco (1999) define la mineralización del N
como “la transformación del N contenido en compuestos orgánicos,
hasta su liberación al suelo como NH3”.

La humificación consiste, según Kumada (1987), en un conjunto


de procesos que transforman la materia orgánica en compuestos
que tienen una alta capacidad de absorción de la luz visible y unos
altos contenidos de grupos orgánicos carbonilo y carboxilo.

Durante las reacciones de descomposición de los restos orgánicos


se produce una oxidación rápida y violenta (entendida
exotérmicamente) de éstos con una consecuente liberación de
elementos nutritivos para la planta, principalmente NH3, NH4+, NO3 -,
SO42-, PO43-, Ca2+, Mg2+, K+, Na+, además de agua y CO2.
Después de que pasa esta primera etapa de alteración y,
dependiendo de las condiciones ambientales y de la calidad de la
materia orgánica aportada, el proceso de transformación tiene dos
posibles vías:

Una, la mineralización, con un aporte intenso de nutrientes y un


bajo aporte de materiales susceptibles de ser humificados y otra, la
humificación, con un aporte pobre de nutrientes, pero con un alto
suministro de materiales disponibles para la polimerización y
acumulación en el suelo como humus.

Las condiciones de alta aireación, es decir, el buen suministro de


oxígeno, así como las altas temperaturas (dentro del rango
mesotérmico), el buen contenido de humedad, la adecuada
fertilidad del suelo y los residuos orgánicos poco lignificados, es
decir, con relación C/N baja favorecen los procesos de
mineralización y reducen drásticamente la acumulación de
materia orgánica en el suelo; situaciones en las cuales se presenta
déficit de oxígeno, baja temperatura, materiales leñosos (relación
C/N alta) y exceso de humedad (deficiente aireación), favorecen los
procesos de humificación y de acumulación de la materia orgánica
en el suelo.

Cabe aclarar, que los procesos de descomposición, mineralización y


humificación, normalmente, se presentan simultáneamente en el
suelo; simplemente, se afirma que el suelo está sometido a
procesos de humificación, por ejemplo, cuando los procesos que
sufre la materia orgánica, del mismo, la llevan a producir
preferencialmente humus en lugar de compuestos inorgánicos; salvo
casos muy especiales, como condiciones climáticas desérticas, por
ejemplo, permiten el desarrollo de mineralización, casi
exclusivamente.

Como se ha mencionado en diferentes apartes anteriores, la


materia orgánica fresca (MF) es un componente importante para
suministrarle alimentación y energía a la meso y macrofauna del
suelo. La materia orgánica no húmica (MNH) es la principal
fuente de energía y de carbono para los microorganismos del suelo.
Sin embargo, desde el punto de vista físico-químico, es la materia
orgánica húmica o humus (MH) la fracción orgánica más
importante del suelo pues, al adquirir ésta propiedades coloidales le
trasmite al suelo propiedades únicas, razón por la cual a
continuación se tratará este componente con más detalle.

3.4.3 El humus

Es el conjunto de compuestos orgánicos amorfos, poliméricos, de


alto peso molecular y de color amarillo hasta gris oscuro o casi
negro, que se acumulan en el suelo como consecuencia de su
resistencia a la transformación. Se diferencian y agrupan de acuerdo
con su solubilidad, peso molecular y grado de polimerización, según
varios autores citados por Burbano (1989), como se muestra a
continuación:

3.4.3.1 Tipos de humus

 Ácidos Fúlvicos: Son compuestos de bajo peso molecular,


alta acidez (entre 900 y 1400 meq/100g), bajo grado de
polimerización, solubles en álcali y en ácido.
 Ácidos Húmicos: Son compuestos de alto peso molecular,
baja acidez (entre 500 y 870 meq/100g), alto grado de
polimerización, solubles en álcali, pero precipitan en medio
ácido; presentan una fracción soluble en etanol que se conoce
como Ácidos Himatomelánicos.
 Huminas: Se refieren a la fracción del humus más resistente
a la descomposición que no es soluble, ni en ácido, ni en
álcali; Paul y Clark (1989) sugieren que está compuesta por
mezclas de ácidos fúlvicos y húmicos con otros componentes
no solubles provenientes de plantas y microorganismos, como
celulosa, lignina, paredes celulares y carbón.

3.4.3.2 Propiedades del humus

Desde el punto de vista químico, es un material ácido con: Alta CIC,


en su mayor parte variable; alta capacidad buffer y alta acción
quelatante, que le permite formar complejos bastante estables con
los elementos metálicos presentes en el suelo.

Físicamente, por ser un material coloidal, presenta una alta


superficie específica; es amorfo; tiene colores oscuros; presenta
baja adhesividad y baja plasticidad y tiene una alta capacidad de
retención de humedad; su densidad aparente es baja.

Kumada (1987) muestra cómo, a medida que avanza el proceso de


humificación, se incrementan los contenidos de carbono y de
oxígeno en el humus y decrecen los de hidrógeno y de nitrógeno;
además, la intensidad del color oscuro se hace mayor y va
adquiriendo una organización definida (estructura) en los estados
más avanzados de evolución.

3.4.4 Importancia de la materia orgánica en el suelo

La materia orgánica, en todas sus diferentes formas, tiene efectos


marcados en casi todas las propiedades del suelo; entre los que más
se relacionan con la evolución del mismo pueden destacarse:

 Color: La acumulación de humus, en el suelo, le transmite su


color oscuro; este color aumenta la absorción de radiación y
facilita su calentamiento, mejorando la eficiencia de los
procesos químicos que actúan en dicho suelo, así como el
establecimiento y desarrollo de organismos en él.
 Humedad: Al aumentar el contenido de humus, se
incrementa la cantidad de agua que puede almacenar el suelo,
sobre todo si es un suelo arenoso; además, mejora,
notablemente, las relaciones hídricas del suelo, al mejorar la
infiltración y reducir las pérdidas de agua por evaporación;
todo lo anterior contribuye a aumentar la actividad química y
biológica del suelo y por tanto su evolución.
 Estructura: La acumulación de humus en el suelo favorece la
formación de agregados esferoidales relativamente grandes y
estables. Con esto se mejoran la aireación, la porosidad, la
permeabilidad, la velocidad de infiltración, el drenaje y el
desarrollo radicular; además, se reducen la susceptibilidad del
suelo a la erosión y la densidad aparente.
 CIC: Su valor se incrementa en el suelo al aumentar el
contenido de materia orgánica, debido a que la humificación
incrementa el número de grupos carboxilo (-COOH) y fenólicos
(-OH) que pueden disociarse, adquiriendo cargas negativas. Al
incrementarse la CIC del suelo, se reducen y hasta evitan las
pérdidas por lixiviación.
 pH: Su valor puede disminuir al aumentar el contenido de
humus, si el suelo tiene baja capacidad amortiguadora del
poder acidificante que tenga el humus, ya que este está
compuesto por ácidos orgánicos principalmente; así mismo, la
disociación de grupos funcionales de la materia orgánica libera
H+; al reducirse el pH, a ciertos valores, también se produce
solubilización de Al3+, el cual contribuye a aumentar la acidez
del suelo.
 Disolución de minerales: Algunos compuestos húmicos son
capaces de disolver filosilicatos como biotita, muscovita, illita,
caolinita.
 Compuestos órgano-minerales: El humus puede unirse a
coloides inorgánicos, formando complejos órgano-minerales
de diferente grado de estabilidad; los materiales involucrados
en los complejos tienen una menor tasa de alteración que
aquella que tendrían, si estuvieran independientes en el suelo.
 Microorganismos: La acumulación en el suelo de ciertos
tipos de compuestos orgánicos, como lípidos principalmente,
llega a ser tóxica para algunos de los microorganismos del
suelo y afecta aquellos procesos en los cuales intervienen
(Nikonova y Tsiplionkov, 1989).
 Hidrofobicidad: Algunos tipos de humus, al acumularse en el
suelo, le imprimen a éste características hidrofóbicas,
alterando sus relaciones hídricas (varios autores citados por
DeBano, 1981).

RECORDAR

Ø El hombre, como organismo, puede ser agente de formación de


suelos, aunque, con mucha frecuencia, en lugar de eso, lo deteriora.

Ø La vegetación es el organismo que mayor incidencia tiene en el


desarrollo del suelo.

Ø La vegetación es la principal fuente de materia orgánica para el


suelo y el tipo de vegetación controla la cantidad y calidad de
materia orgánica que se acumula en él.

Ø El tipo de materia orgánica que más interesa en el suelo es la


materia orgánica húmica, debido a que su estado coloidal le
proporciona gran actividad físico-química.
Ø La materia orgánica evoluciona, en el suelo, en dos direcciones:
Mineralización o Humificación; la aireación y la humedad controlan
estos procesos.
Ø La humificación enriquece el suelo en materia orgánica, la
mineralización no.
Ø El humus lo componen: Ácidos fúlvicos, ácidos húmicos y
huminas.
Ø El humus le trasmite al suelo colores oscuros, alta capacidad de
almacenar agua, estabilidad estructural, alta CIC, bajo pH y, en
algunos casos, hidrofobicidad.
4. EL RELIEVE
El relieve puede considerarse, de una manera simple, como el
conjunto de formas que se presentan en la superficie de la tierra. Su
estudio compete a la Geomorfología e implica establecer las
relaciones que se den entre las formas de la superficie terrestre
(geoformas), los materiales asociados a dichas formas y el efecto
que tienen sobre ellas y los procesos que les han dado origen y que
las han remodelado a través del tiempo.

4.1. TIPOS DE RELIEVES

De acuerdo con Arias (2001)1, las formas y la dinámica del relieve


se definen en un entorno donde confluyen influencias climáticas y
geológicas y la intensidad con la cual han actuado estas influencias
es utilizada, frecuentemente, para clasificar los tipos de relieve.

En la clasificación de los tipos de relieve se presentan diversas


escalas espaciales de aplicación: hay desde relieves globales y de
escala continental o megarrelieve como la cadena montañosa de los
Andes suramericanos, hasta relieves regionales o macrorrelieve,
como serían las áreas colinadas del altiplano del oriente antioqueño;
relieves locales o mesorrelieve, como en el valle aluvial de un río
pequeño; microrrelieve como en un complejo de orillares o
nanorrelieve en un hormiguero.
En los megarrelieves hay una fuerte influencia de fuerzas y de
procesos geológicos. En los macrorrelieves las geoformas pueden
1Arias, A. (2001). Profesor Universidad Nacional de Colomb ia. Medellín. Comunicación personal.
expresar la influencia de la litología y/o de las estructuras
geológicas, generando un relieve estructural. Cuando los tipos de
relieves están asociados a entornos ambientales se presentan las
zonas morfoclimáticas, pudiéndose hablar de relieve glacial, relieve
periglacial, relieve de sabanas, etc.

En las escalas espaciales menores, y más relacionadas con la


variabilidad y evolución de los suelos, las geoformas reflejan el
efecto de los procesos generados por lo que llama Villota (1991) los
agentes modeladores del relieve, quien los define como aquellos
elementos móviles que son capaces de desprender, transportar y
depositar materiales en la superficie del terreno. Los agentes son:
agua corriente y lluvia, gravedad, viento, hielo, oleaje y algunos
organismos y los procesos son meteorización, remoción, transporte
y depositación.

Donde los procesos de remoción, con o sin meteorización, son


dominantes, se generan relieves denudativos o erosionales y donde
predomina la depositación, se forman relieves de acumulación o
deposicionales.

Cabe aclarar que un relieve actual puede estar sometido a unos


procesos de alteración, que no necesariamente son los mismos que
lo originaron; por ejemplo, el relieve desarrollado en un abanico
aluvial que, en su origen es deposicional, hoy puede estar siendo
sometido a procesos de erosión que lo están desgastando y
convirtiendo en un relieve erosional.
4.2. LA VERTIENTE

Arias (2001)1 define una vertiente como aquella porción de territorio


limitada por una divisoria de aguas en su parte superior y por un
canal aluvial o por una llanura aluvial en su parte inferior. En
términos generales, a lo largo de una vertiente se pueden
diferenciar sectores que son sometidos a procesos diferentes de
desarrollo del suelo. En las partes bajas de ella, se favorecen los
procesos de acumulación de materiales (partículas sólidas, iones,
compuestos químicos, agua), en tanto que en las partes intermedias
y altas predominan los procesos de denudación y pérdidas. Los
relieves deposicionales se desarrollan, principalmente, en las zonas
bajas del terreno, mientras que en las altas se generan relieves
erosionales; obviamente, este comportamiento general tiene gran
cantidad de variaciones locales y puntuales, debidas a controles
ejercidos por el grado, forma, longitud e irregularidad de la vertiente
estudiada, así como por parte del tipo de materiales subsuperficiales
que la componen.
A propósito del control que ejerce el material litológico sobre el
relieve, Jaramillo (1997a) observó, en una zona seca del municipio
de La Pintada (Antioquia), que las partes más sobresalientes y
escarpadas del relieve, con vertientes rectas y uniformes, se
desarrollaban en estratos de areniscas cuarcíticas, en tanto que las
1Arias, A. (2001). Profesor Universidad Nacional de Colomb ia. Medellín. Comunicación personal.
partes bajas, con vertientes onduladas e irregulares, están
configuradas en arcillolitas; ambos tipos de rocas forman parte de
un mismo paquete de rocas sedimentarias inclinadas que, al quedar
expuestas a los agentes modeladores del relieve, respondieron en
forma diferencial a ellos de acuerdo con su mineralogía,
composición química y demás propiedades petrográficas y
geomecánicas.

4.3. CARACTERÍSTICAS DE LA VERTIENTE

Los tipos de vertiente se diferencian teniendo en cuenta los


siguientes atributos básicos: forma, gradiente y longitud.

4.3.1. Forma de la vertiente

La forma de la vertiente se define con el aspecto que toma el perfil


topográfico que se presente a lo largo de la máxima inclinación de
ella. Se describen tres formas básicas: rectilínea, cóncava y
convexa. Esta característica está muy relacionada con procesos de
erosión – sedimentación y con condiciones de drenaje en los suelos.
Con mucha frecuencia, el perfil de una vertiente es una combinación
de varias de las formas básicas descritas.

4.3.2. Gradiente de la vertiente


El gradiente es la inclinación que presenta la superficie del terreno
con respecto a un plano imaginario horizontal; generalmente, se
expresa en porcentaje. En Colombia son de uso amplio los rangos
de inclinación que se presentan en la Tabla 17 para calificar el
gradiente de las vertientes.

TABLA 17. Clasificación del relieve de acuerdo con el gradiente de las


pendientes y la morfología del terreno, según el IGAC (Modificada parcialmente
en los nombres de Mosquera, 1986).

FORMA DEL TERRENO NOMBRE DEL GRADIENTE (%)


RELIEVE
Plano horizontal <1
Plano horizontal o Plano subhorizontal o casi 1–3
subhorizontal plano
Ligeramente inclinado 3–7
Plano inclinado Inclinado 7 – 12
Fuertemente inclinado 12 – 25
Ondulado (con ondulaciones Ligeramente ondulado 3–7
cortas) Ondulado 7 – 12
Fuertemente ondulado 12 – 25
Quebrado (con diferentes Ligeramente quebrado 7 – 12
forma, Quebrado 12 – 25
inclinación y longitud de Fuertemente quebrado 25 – 50
pendiente)
Escarpado (inclinación fuerte Escarpado 50 – 75
y larga, diferencias de nivel Muy escarpado > 75
apreciables)

4.3.3. Longitud de la vertiente

Esta propiedad controla, en buena medida, la escorrentía y la


erosión hídrica acelerada del suelo; para su descripción se utilizan
términos relativos como “larga” o “corta” para una determinada
unidad fisiográfica; lo anterior implica que una vertiente considerada
como larga en una determinada localidad, no necesariamente
también es larga en otra localidad diferente. Aquellas vertientes más
largas generarán mayor escorrentía y tendrán más altas
probabilidades de producir erosión que las más cortas, bajo las
mismas condiciones climáticas y litológicas.

4.3.4. Orientación de las vertientes

El SSDS (1993) recomienda incluir esta característica en la


descripción de las vertientes, definiéndola como la posición que
presenta la superficie del terreno con respecto a la posición del
norte, por lo cual se describe como un ángulo de hasta 360o, con
respecto a dicho norte. La importancia de definir esta orientación
radica en que ella puede controlar la exposición de la vertiente a
diferentes condiciones climáticas como cantidad de horas de luz al
día o vientos, por ejemplo; el efecto de ésta propiedad es muy
significativo en zonas con estaciones.

4.4. EFECTOS DE LA VERTIENTE SOBRE EL SUELO


4.4.1. Sobre la erosión

Tanto el gradiente como la longitud de la vertiente influyen sobre


las pérdidas de suelo por efecto de la escorrentía, como puede
verse en la Tabla 18; entre mayor sean la longitud y el gradiente,
mayor es la pérdida de suelo, ya que el agua de escorrentía
adquiere mayor velocidad y energía y el tiempo de contacto del
agua con el suelo es menor. Se reduce así la posibilidad de que el
agua se infiltre en él.
TABLA 18. Efecto de algunas características de la vertiente sobre la erosión
hídrica de un suelo de coluvios en Chinchiná (Colombia); resultados promedios
de 8 años; precipitación promedia anual de 2701 mm. (Con base en resultados
de Federacafé, 1975).
EFECTO DEL GRADIENTE EFECTO DE LA LONGITUD
GRADIENTE PÉRDIDA DE LONGITUD (m) PÉRDIDA DE
(%) SUELO (t ha-1) SUELO (t ha-1)
23 119 5 152
43 327 10 207
20 306

El SSDS (1993) establece el posible comportamiento de la


escorrentía superficial del agua, teniendo en cuenta el gradiente de
la vertiente y la conductividad hidráulica saturada (Ksat) del
suelo como se muestra en la Tabla 19.

TABLA 19. Comportamiento de la escorrentía superficial en terrenos de


diferentes clases de conductividad hidráulica saturada del suelo, con base en el
gradiente de la vertiente, según el SSDS (1993).

GRADIENTE CLASES DE Ksat


(%) Muy alta Alta Mod. alta Mod. baja Baja Muy baja
<1 Despreciable Despreciable Despreciable Baja Media Alta
1–5 Despreciable Muy baja Baja Media Alta Muy alta
5 – 20 Muy baja Baja Media Alta Muy alta Muy alta
> 20 Baja Media Alta Muy alta Muy alta Muy alta
Cóncava Despreciable Despreciable Despreciable Despreciable Despreciable Despreciable
4.4.2. Sobre las condiciones de drenaje

La forma de la vertiente tiene un gran efecto sobre la posibilidad


que tiene el suelo de evacuar los excesos de agua que recibe. Las
áreas que presentan superficies cóncavas no podrán remover
aquellos excesos por escurrimiento superficial, debiéndose producir
la eliminación de ellos a través del suelo o mediante la evaporación
desde su superficie.

En las áreas planas, el escurrimiento superficial del agua es lento o


no se presenta. Queda el suelo sometido a encharcamientos y a
largos períodos de saturación con agua, que pueden imprimirle
características como colores grises, moteos, poco desarrollo
estructural, pH relativamente alto (casi neutro) y contenidos altos
de bases; también pueden presentarse problemas de toxicidad, con
algunos elementos que se tornan muy solubles en condiciones
reductoras, como el Fe y el Mn o con otros, que en esas condiciones
forman compuestos tóxicos, como el azufre.

4.4.3. Otras relaciones con el relieve

Otro aspecto que se debe considerar en el análisis del relieve es la


posición en que se encuentra el suelo en aquel. Los suelos que se
ubican en las partes más bajas del relieve son los que reciben los
materiales que se están perdiendo en las partes altas por lo que
presentan un proceso permanente de enriquecimiento.
En los suelos de las partes bajas entonces, se puede retardar el
desarrollo del perfil pedogenético si el aporte de materiales es
permanente y de magnitudes considerables. Además, en esas
condiciones es más probable que se presenten suelos enterrados
o suelos con intercalaciones de capas que generen contrastes
granulométricos en el interior del suelo.

Al contrario, en las posiciones altas del relieve es más probable la


remoción de material alterado por procesos de erosión, lo que
dificulta el desarrollo de suelos espesos y favorece la presencia de
suelos superficiales, frecuentemente limitados en sus
posibilidades de uso por la presencia de material lítico cercano a la
superficie del terreno. También en estas condiciones y con la
conjugación de otras circunstancias, como climas secos por ejemplo,
es más probable encontrar suelos decapitados, es decir, que han
perdido sus horizontes superficiales.

En condiciones de climas secos, además, el material erosionado en


las partes altas se acumula en las depresiones, formándose
depósitos espesos de materiales terrosos que ofrecen mejores
posibilidades al desarrollo de la vegetación y al aporte de materia
orgánica al suelo, debido a que tienen un mejor medio para el
enraizamiento y una mayor capacidad de acumulación de agua que
las áreas que ocupan las posiciones más altas.

El relieve explica también, parcialmente, por qué los suelos de los


valles aluviales son normalmente de mejor fertilidad que los suelos
de los paisajes altos adyacentes. En los suelos del valle, el nivel
freático se encuentra mucho más cerca de la superficie que en los
otros paisajes lo que impide que la lixiviación sea tan intensa en
ellos como en las áreas vecinas por lo que conservan por más
tiempo sus nutrientes.

González (1983) concluyó en sus análisis mineralógicos de arcillas


de suelos derivados de cuarzodioritas del batolito antioqueño, que
cuando el suelo se presentaba ubicado en áreas altas del relieve,
con buenas condiciones de drenaje, se formaba gibsita a partir de la
plagioclasa, mientras que en las partes bajas de las vertientes, con
mal drenaje, se presentaba un aporte lateral de sílice que no
permitía la formación de gibsita, sino de caolinita, a partir de las
mismas plagioclasas.

Al nivel de meso y microrrelieves, se pueden presentar diferencias


importantes en las características de los materiales parentales, como
resultado de la acción de procesos como selección granulométrica.
En una llanura aluvial de un río típicamente meándrico, por ejemplo,
la granulometría del dique es más gruesa que la del basín y la de
éste más que la de una cubeta de decantación. Estas diferencias,
debidas a diferente posición dentro del relieve, se manifiestan en
variaciones en las condiciones de drenaje, en la susceptibilidad a la
erosión, en la textura, en la disponibilidad de agua, etc., que
finalmente van a definir suelos distintos en cada posición.
Aparte de las relaciones anteriores, las diferencias que se presenten
entre suelos ubicados en diferentes posiciones dentro de un relieve
específico, pueden estar reflejando diferencias de edad entre los
mismos. Arias et al (2000) encontraron diferencias pedogenéticas
muy drásticas entre suelos desarrollados en diferentes posiciones en
el relieve, originadas por diferencias en las edades de las unidades
de relieve que definieron.

RECORDAR
Ø La vertiente es la unidad básica del análisis del relieve.

Ø En la parte baja de la vertiente tienden a desarrollarse suelos más


espesos que en el resto de ella.

Ø Los elementos forma, gradiente, longitud y exposición de la


vertiente, caracterizan el relieve.

Ø El relieve interviene activamente en la erosión y en la condición


de drenaje del suelo.
5. EL TIEMPO

El proceso de formación del suelo sobrepasa en mucho el tiempo


que define una generación humana; la edad del suelo se limita al
tiempo durante el cual han actuado los procesos pedogenéticos en
él.
Para definir la edad del suelo se debe tener claro que hay otras
edades que se relacionan con ella como son:

 La edad de las rocas que corresponde a la edad del período


durante el cual ellas se formaron y que es del o anterior al
terciario (ver Tabla 20) y mucho mayor que la del suelo.
 La edad del material parental: si éste es el saprolito de una
roca, su edad es mucho menor que la de la roca original; si es
un sedimento, su edad corresponde a la edad del depósito y
generalmente es posterior al período terciario; en cualesquiera
de los dos casos, la edad del suelo es menor o, a lo sumo,
teóricamente, igual a la del material parental.
 La edad del relieve: la geoforma en la cual se está
desarrollando el suelo, en general, tiene una mayor edad que
la del suelo, aunque según criterio de Porta et al (1994) que
ubican el tiempo cero de la pedogénesis en el momento en el
cual se formó la superficie geomorfológica sobre la que está
evolucionando ese suelo, suelo y geoforma tendrán la misma
edad. A criterio del autor de este texto, se pueden tener
geoformas más jóvenes que los suelos que hay en ellas, como
por ejemplo en el caso de procesos de degradación que
actúan en un determinado relieve afectando los suelos que ya
están en él y que están produciendo nuevas geoformas sobre
ellos: el carcavamiento en colinas o en partes distales de
abanicos aluviales grandes produce cambios en el relieve que
son sobreimpuestos a los suelos que ya estaban ahí.

De acuerdo con lo anterior, no se puede esperar “ver” la formación


de un suelo, aunque tampoco es correcto, en el caso de suelos
desarrollados a partir de rocas, darles la edad geológica (ver Tabla
20) que presenta el material litológico a partir del cual se ha
formado; Buol et al (1997) establecen que muy pocos suelos son
anteriores al Pleistoceno; se ubican, entonces, la mayoría de ellos,
en el Cuaternario, período que ha sido dividido en dos Épocas:
Holoceno, que corresponde a los últimos 10.000 años y es el
tiempo en que se han desarrollado las civilizaciones humanas
actuales y, Pleistoceno, la cual se extiende hasta 1’600.000 de
años, según la Sociedad Geológica Americana, citada por Tarbuck y
Lutgens (1999).
TABLA 20. El tiempo geológico.
ERA PERÍODO EDAD (años antes ACONTECIMIENTOS
de hoy)* RELACIONADOS
CON LA VIDA**
CUATERNARIO 1’600.000 Desarrollo del hombre,
extinción de
grandes mamíferos
CENOZOICO TERCIARIO 66’400.000 Desarrollo de los
mamíferos, aparición del
hombre
CRETÁCEO 144’000.000 Extinción de los
dinosaurios, desarrollo
de las fanerógamas
MESOZOICO
JURÁSICO 208’000.000 Apogeo de los
dinosaurios, aparición
de las aves
TRIÁSICO 245’000.000 Aparición de los
dinosaurios y de los
mamíferos, expansión de
cicadales y coníferas
PÉRMICO 286’000.000 Desarrollo de los
reptiles, expansión de
los insectos y los
anfibios, abundancia de
coníferas, extinción de
los trilobites
CARBONÍFERO 360’000.000 Aparición de los
reptiles, expansión de
los tiburones, apogeo de
los crinoideos,
abundancia de insectos y
de plantas esporíferas
productoras de carbón

PALEOZOICO DEVÓNICO 408’000.000 Aparecen los anfibios,


desarrollo de los
primeros bosques,
abundancia de corales
SILÚRICO 438’000.000 Aparecen las plantas y
los animales terrestres,
desarrollo de los peces
ORDOVÍCICO 505’000.000 Expansión de los
moluscos, apogeo de
los trilobites, sólo vida
en el mar
CÁMBRICO 570’000.000 Predominio de los
trilobites, abundancia de
invertebrados marinos
PRECÁMBRICO El tiempo desciende Poco conocidos
hasta más de
4’600.000.000 de años
* Edad según la Sociedad Geológica Americana, citada por Tarbuck y Lutgens (1999). Para efectos de edad geológica, “hoy”
corresponde al año de 19501.
** Información resumida de Strahler (1979).

Desde el punto de vista de la pedogénesis, como ya se mencionó, el


tiempo que interesa es el que corresponde al período cuaternario;
Villota (1997) reporta una clasificación del tiempo geomorfológico
para el período cuaternario, elaborada con base en trabajos de Van
Der Hammen (1976) y de Van Eysinga (1975), la cual se reproduce
parcialmente en la Tabla 21.
TABLA 21. Clasificación del tiempo en el Cuaternario y principios del Terciario, para fines
geomorfológicos. (Tomada parcialmente de Villota, 1997).
PERÍODO ÉPOCA EDAD (años) TÉRMINO
FISIOGRÁFICO DE EDAD
RELATIVA
Neoboreal 600 ACTUAL

Holoceno superior
2.600 SUBACTUAL

Holoceno medio
7.100 RECIENTE
CUATERNARIO
Holoceno inferior 9.400
SUBRECIENTE
Tardiglacial
11.500
Pleistoceno superior 12 000 – 730 000 ANTIGUO
Pleistoceno inferior 730.000 – 1’800.000
TERCIARIO Plioceno 1 800 00 – 3 600 000 MUY ANTIGUO

1
Parra, L. N. Profesor Universidad Nacional de Colombia. Medellín. Comunicación personal.
El tiempo requerido por los diferentes rasgos pedológicos para
manifestarse es muy variable y depende del rasgo específico que se
trate; por ejemplo, Buol et al (1997) reportan que la formación del
solum de un Oxisol con 1 m de espesor, en África, puede gastar
75.000 años, en cambio, el endurecimiento de arcilla para formar
laterita, después de su exposición al aire, demanda sólo alrededor
de 35 años.

Pedológicamente, edad y grado de evolución no tienen en mismo


significado: No necesariamente aquel suelo que tiene más edad
(años), tiene más desarrollo o, en otro escenario, no
necesariamente los suelos derivados de dos materiales parentales
que tengan la misma edad, deben tener el mismo grado de
evolución pedogenética.

Lo expuesto en el párrafo anterior se ilustra con los suelos


observados por Jaramillo (1997a) en los alrededores del municipio
de La Pintada (Antioquia), desarrollados a partir de estratos de
rocas sedimentarias. Tanto la arenisca como la arcillolita forman
estratos contiguos dentro de la misma Formación Amagá; estos
estratos fueron plegados y luego colocados en la superficie del
terreno, uno al lado del otro, lo que implica que tienen la misma
edad, partiendo desde el momento en que empezaron a
meteorizarse y, luego de esto, a formar suelos. Sin embargo, los
suelos derivados de la arenisca sólo desarrollaron, en el tiempo de
evolución que llevan, un perfil de suelo Ap – C que lo caracterizó
como Entisol, mientras que los suelos derivados de la arcillolita, en
el mismo lapso de tiempo, generaron un perfil Ap – A – Bt1 – Bt2,
caracterizado como un Alfisol, con un grado de evolución muchísimo
mayor que el del Entisol.

Las diferencias anotadas en los suelos del párrafo anterior obedecen


a un control importante ejercido por la composición del material
parental sobre los procesos pedogenéticos, y no a diferencias en
edad entre dichos materiales ni entre el tiempo que llevan
sometidos a procesos de evolución en la superficie del terreno.

En muchas ocasiones no se conoce la edad exacta del suelo que se


estudia, pero puede establecerse una secuencia temporal de suelos
con apoyo de la geomorfología. Ésta ayuda a la realización de
interpretaciones acerca del efecto que ha tenido el tiempo sobre su
desarrollo y sus propiedades.

La interpretación del enrojecimiento del color del suelo, como


consecuencia de la evolución, debe hacerse con precaución pues,
aunque en condiciones normales de oxidación, al avanzar el
desarrollo del suelo, éste se va enrojeciendo, también es cierto que
el color rojo no es exclusivo de suelos altamente evolucionados; si
los óxidos de Fe se encuentran bien distribuidos en el suelo o como
películas recubriendo otros sólidos, pequeñas cantidades de ellos
pueden imprimirle al suelo colores bastante rojos; en éste caso, el
color rojo está acompañado por valores altos de pH, de bases y de
minerales primarios meteorizables, que no se presentan cuando el
color rojo esté mostrando un alto grado de evolución en el suelo.
La discusión de los párrafos anteriores muestra un aspecto práctico
relacionado con la evolución del suelo: a medida que éste aumenta
su evolución, aumenta la remoción de nutrientes en él y la
formación de minerales de baja actividad, con lo que se reduce su
calidad como medio nutritivo para las plantas, es decir, a mayor
evolución, menor fertilidad.

RECORDAR

Ø El tiempo, para la pedogénesis, abarca el período Cuaternario


(1’600.000 años atrás).

Ø Para el cuaternario se ha establecido una cronología relativa, de


lo menos a lo más viejo, así: Actual, subactual, reciente,
subreciente, antiguo y muy antiguo.

Ø Edad (años) y grado de evolución de los suelos no tienen el


mismo significado.

Ø Al incrementar el grado de evolución, el suelo reduce su fertilidad,


aumenta el tono rojo, presenta mejor desarrollo del perfil y de la
estructura y disminuye el contenido de minerales meteorizables.
Los factores de formación del suelo tratados, se presentaron de una
forma independiente. Esto no implica que así funcionen en la
realidad; esta presentación facilita la asimilación de los conceptos,
pero no refleja el comportamiento de ellos en la naturaleza.

En cualquier suelo actúan todos los factores de formación


simultáneamente. Siempre es posible definirle a un suelo un clima,
un material parental, un relieve, unos organismos y un tiempo y no
es posible encontrar uno al que le falte alguno de los factores de
formación. Ellos ejercen los controles que les corresponden e
interactúan entre sí para lograr el objetivo final que es el suelo.
También es cierto que muchas veces no es tan evidente la acción
que está ejerciendo un determinado factor sobre un suelo específico
y que alguno de los factores tenga un mayor control sobre el
desarrollo del suelo, con respecto a los demás.

RECORDAR
Ø LOS FACTORES DE FORMACIÓN DEL SUELO SON: CLIMA –
MATERIAL PARENTAL – ORGANISMOS – RELIEVE – TIEMPO

Ø LOS FACTORES DE FORMACIÓN DEL SUELO CONTROLAN EL


TIPO DE PROCESOS INVOLUCRADOS EN EL DESARROLLO DEL
SUELO Y LA INTENSIDAD CON QUE ELLOS ACTÚAN.

Ø LOS CINCO FACTORES DE FORMACIÓN DEL SUELO ACTÚAN


SIMULTÁNEAMENTE EN ÉL, AUNQUE PUEDEN HABER ALGUNOS
QUE LO HAGAN MÁS INTENSAMENTE QUE LOS DEMÁS
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