Secado de Plantas
Secado de Plantas
Secado de Plantas
La fitoterapia utiliza los principios contenidos en las distintas partes de la planta con
acción beneficiosa para una dolencia determinada para la preparación de extractos.
Se incluyen como material o “droga vegetal” a plantas terrestres y también a las
algas.
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Historia de la Fitoterapia
Prácticamente todas las culturas tienen tradición en utilizar las plantas para
elaborar remedios, utilizando las flores y vegetación de su entorno. Los herboristas
en el pasado eran tratantes y recolectores de hierbas; conocidos como terapeutas
florales o fitoterapeutas. Gran parte de la medicina moderna se respalda en las
prácticas primitivas a base de plantas y hierbas.
La medicina herbal está ligada a la historia de la humanidad, hemos aprendido
empíricamente a base de pruebas ensayo-error y con la observación de los
animales. Todas las culturas han venido utilizando el poder de la plantas como
remedio a sus enfermedades comunes.
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Recolección, secado y almacenaje de las plantas
medicinales
Recolección
Las plantas recolectadas deben estar lo más limpias de tierra y malas hierbas
posible, para no disminuir su valor y librarlas de impurezas. Al recolectarlas no hay
que amontonarlas, las plantas cuando están frescas pueden estropearse debido a
la gran cantidad de agua que contienen.
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Secado
El almacenaje requiere un sitio seco, bien ventilado y sin luz directa. Idealmente
conservaremos las plantas el máximo de un año, el tiempo entre una recolección y
la siguiente.
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Preparación y utilización de las hierbas
Los remedios naturales con las plantas, gran parte de ellos, pueden prepararse en
casa. Lo que no exime de la responsabilidad: el diagnóstico y prescripción debería
realizarlo un herborista cualificado o un médico.
Las hierbas son naturales, lo que no quiere decir exentas de gran potencial activo.
Son poderosos instrumentos de curación y su exceso o mal uso puede resultar
tóxico.
Para extraer el máximo beneficio, es importante prepararlas correctamente. A
continuación se enumeran los métodos más utilizados:
Infusión: con las flores, hojas y tallos, preferentemente tiernos, que liberan
fácilmente los principios activos al agua hirviendo. Esta la añadimos y dejamos
la mezcla en contacto durante 5-10 minutos, antes de filtrarla. Las mezclas
acuosas no se conservan más que unas horas, pasadas las cuales deberá
desecharse.
Decocción: con los tallos leñosos, las raíces, las semillas y las cortezas. Se
aconseja machacar la parte de la planta en cuestión para facilitar la salida de los
principios activos. Cubrir el material vegetal con agua y llevar a ebullición, tapar
o cocer a fuego lento durante un tiempo que variará según la dureza del material,
de 5 a 15 minutos habitualmente. Filtrar y beber mientras aún está caliente. Al
igual que las infusiones, deberá desecharse pasadas unas horas.
Tinturas o extractos alcohólicos: son mezclas muy concentradas que
obtenemos de poner en contacto las hierbas picadas con alcohol, generalmente
vodka, en un recipiente con tapa y cubrirlas. La proporción de hierba y líquido en
volumen es de 1:5. Dejar reposar durante dos semanas, sacudiendo el recipiente
dos veces al día. Pasado este tiempo, se escurrirá la planta, guardando la tintura
en un bote topacio bien cerrado y protegido.
Compresa: preparación para uso tópico que permite a la piel dañada o inflamada
absorber los principios activos presentes en una infusión o decocción realizada
previamente donde mojamos un trapo de algodón o lino bien limpio.
Seguidamente ponerlo en contacto con la piel a tratar.
Cataplasma: preparado de uso externo parecido a la compresa, con plantas
que tratadas adquieren una consistencia blanda. En este caso se cubren las
hierbas o parte de la planta preparados en una pasta homogénea con un trapo
y se aplica sobre la piel a tratar. Es importante mantener el calor.
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Tratamientos con Fitoterapia
Las afecciones en las que frecuentemente se utiliza el poder de las plantas para
tratarlas son:
alergias
ansiedad
artritis
cefaleas
infecciones renales y urinarias
insomnio
hiper o hipotensión arterial
problemas cutáneos
problemas digestivos
trastornos menstruales
etc.
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Precauciones y contraindicaciones de la Fitoterapia
La medicina herbal tiene un grado de seguridad mucho mayor que los fármacos en
la mayoría de las personas, sea cual sea su condición y dolencia; incluyendo niños,
embarazadas y personas mayores. Sin embargo, las plantas medicinales son
poderosos instrumentos de curación y algunas de ellas son tóxicas si se consumen
en altas dosis. Es necesario tener la prescripción médica o de un herborista,
especialmente si se deben administrar a personas sensibles.
En caso de seguir un tratamiento convencional y fitoterapéutico a la vez, es
necesario consultar con el médico.
vía AnnaRoyoSaludTerapia
Una vez que recolectas tus hierbas medicinales, tienes dos opciones: usarlas
inmediatamente o guardarlas para utilizar después. Si no las necesitas
inmediatamente, debes preservarlas bien para que no pierdan sus
constituyentes activos ni sus propiedades. Es importante hacerlo pronto,
porque el proceso de descomposición de la planta empieza rápido.
Puedes preservarlas fácilmente en casa mediante secado o congelación.
Índice del Contenido
Secado
Métodos de secado:
Congelación
¡No lo hagas!
Almacenamiento
Consejos
SECADO
El secado de las hierbas medicinales requiere un ambiente determinado:
temperatura estable de alrededor de 90 a 110 ºF (32-43 ºC), mínima humedad,
buen flujo de aire y resguardo de la luz directa del sol. Temperaturas mayores
de 110 ºF provocan que los aceites esenciales aromáticos se disipen, lo que
puede ser desastroso si la intención es aprovechar las propiedades aromáticas
de la hierba.
Es importante preservarlas pronto, porque el proceso de
descomposición de la planta empieza rápido.
MÉTODOS DE SECADO:
-Si el lugar es naturalmente muy húmedo o la estación es lluviosa, es preferible
utilizar un deshidratador o secador de alimentos. Úsalos a una temperatura de
entre 90 y 110 ºF.
-Un método tradicional, simple y eficaz para hierbas de tallo herbáceo es
atarlas en pequeños manojos con una banda de goma (sin apretar), y con
ayuda de pinzas de madera colgarlas boca abajo de vigas, alambres, cuerdas u
otro material para que queden suspendidas. Coloca los cortes de raíces y
hongos enfilados de forma individual, y tallos y cápsulas de semillas en
pequeños manojos. Pon una bolsa de papel alrededor de estas para recoger
las semillas cuando se desprendan.
El lugar debe estar seco, semioscuro y libre de polvo e insectos. Las
hierbas deberían secarse en un lapso de 24 a 48 horas. Si se les deja más
tiempo, las enzimas de los tejidos vegetales descompondrían los valiosos
compuestos químicos, que son los que tienen efectos en el cuerpo.
-Otra forma de secado es colocar las hierbas en una cesta o base de un
material natural, limpio, seco y con agujeros que permitan el flujo de aire.
Instala la cesta o base entre sillas o taburetes o cuélgalas con cuerdas de
modo que se mantengan en suspensión, y coloca las hierbas. Sepáralas un
poco para que se sequen uniformemente.
Es un método adecuado cuando se trata de hierbas con hojas y flores amplias
y pesadas. Las raíces también se secan muy bien en cestas.
-Un horno convencional puede servir si se trata de porciones subterráneas de
hierbas que necesitan secarse durante más tiempo; por ejemplo, el jengibre
(Zingiber officinale), que tiene gruesos rizomas. Coloca los segmentos en la
bandeja del horno y ponlos a secar a 50 o 60 ºC durante 2 o 3 horas.
CONGELACIÓN
Quizá el método más sencillo de procesamiento y preservación es el de
congelación, y lo mejor es que de esta forma la mayoría de las hierbas tienden
a conservar casi todas sus propiedades físicas y químicas, como su color y su
sabor. Corta las hierbas, colócalas en bolsas con cierre hermético y guárdalas
en el congelador. También puedes machacarlas hasta convertirlas en puré,
ponerlo en moldes para hielo y, una vez que los cubitos estén congelados,
sacarlos de los moldes y almacenarlos en bolsas con cierre hermético.
Una idea muy utilizada es la de colocar trocitos de hierbas en moldes para hielo
y cubrirlas con agua, así, puedes añadir los cubitos directamente a una taza de
agua hirviendo para hacer fácilmente un té.
El método de congelación es ideal para hierbas de hojas blandas como la
menta (Mentha x piperita) y el perejil (Petroselinum crispum). Afecta el color y
la textura de la albahaca (Ocimum basilicum) ya que es una hierba muy
sensible al frío; sin embargo, conserva su sabor y sus constituyentes activos.
¡NO LO HAGAS!
-El horno de microondas puede secar las hierbas, pero altera sus propiedades.
Evita usarlo.
-No destroces las hierbas. Puedes cortarlas; por ejemplo, los escaramujos de
las rosas se secan mejor si se cortan por la mitad, pero en general estrujar los
tallos, pétalos y hojas altera sus propiedades.
ALMACENAMIENTO
Cuando las hierbas ya estén secas, guárdalas en un recipiente de vidrio con
tapa hermética en un lugar fresco, seco y alejado de la luz solar directa. Anota
el nombre de la hierba y la fecha en que se almacenó. De esta manera pueden
preservarse durante al menos un año, pero ante cualquier cambio de color u
olor mejor deséchalas, porque seguramente habrán perdido o alterado sus
propiedades.
CONSEJOS
-Si las flores son grandes, como las de la caléndula (Calendula officinalis),
puedes separar los pétalos y secarlos por separado en cestas. Si son
pequeñas, como las de la lavanda (Lavandula angustifolia, L. officinalis), se
dejan en sus tallos y se ponen a secar boca abajo con el primer método
descrito.
-Si observas moho o manchas oscuras en las hojas, deséchalas, porque ya no
tienen utilidad en la preparación de remedios caseros medicinales. Mejor
recolecta de nuevo.
-Utiliza recipientes perfectamente limpios y bolsas o recipientes con cierre
hermético (esto impide la penetración de humedad, bacterias y hongos).
Fuentes
Deni Bown. (1996). Enciclopedia de las hierbas y sus usos. España: Grijalbo
Mondadori.
Doreen Shababy. (2010). The wild and weedy apothecary.Llewellyn
Publications.
Rosemary Gladstar. (2012). Medicinal herbs.A beginner’s guide.Storey
Las cebollas y los bulbos se deben recoger en otoño, época en la cual se acumulan allí
sus reservas, es decir inmediatamente después de que maduren las semillas.
Los tallos ganan al ser recogidos al comienzo del invierno, cuando las hojas han
terminado su pe nodo ce actividad y, por lo tanto, ya no envían a la corteza ni a la
médula los productos de su elaboración.
Las yemas serán recolectadas al final del invierno o al comienzo de la primavera,
antes de que la savia reanude su ascensión a través del vegetal.
Las hojas deben recogerse en el momento de su pleno desarrollo, cuando la planta
está cubierta de botones o capullos, pero antes de la floración.
Las flores se deben coger antes de la plena floración y antes de la fecundación, que se
traducen por la marchitez de los pétalos (los botones de los zarzales tienen más eficacia
que las flores).
Los frutos nunca se cogerán demasiado maduros; así pues, se deben recolectar antes de
su madurez completa. Las semillas tienen que alcanzar su madurez.
Las plantas enteras jamás serán transportadas en sacos, donde corren el riesgo de sufrir
un comienzo de fermentación.
Para conservar las plantas, basta con dejarlas secar: se extienden hojas o flores sobre
papel o se cuelgan de un hilo, a modo de guirnaldas.
Es preferible efectuar la desecación a la sombra (salvo para las raíces, que vale más
efectuarla al sol) en un granero, en una era o en cualquier otro local vasto y bien
aireado, expuesto a los rayos solares. Cuando los órganos de una planta son carnosos, es
mejor hacer la desecación en estufa calentada progresivamente de 20 a 40° C. Conviene
evitar que esta temperatura sea superada con el fin de no «cocer» o alterar los órganos
de la planta.
Las raíces se lavarán antes de ponerlas a secar. Toda tierra que pudiera adherirse a ellas
debe quitarse con cuidado.
Una vez arrancada la película que las recubre, lo mejor es cortar las raíces en tiras o en
rodajas.
Debe desecharse toda planta que, después de secarla, haya perdido sus colores naturales.
A esto se lo llama “1nflujo de la luna en los cultivos” que es la influencia que ejerce
este satélite en las plantas de jardín y de huerto.
El influjo lunar en la productividad y en la calidad de los cultivos se manifiesta a
través del ascenso o descenso de la savia …
El influjo lunar en la productividad y en la calidad de los cultivos se manifiesta a través del
ascenso o descenso de la
savia (alimento de la planta). La luz proveniente de la luna -según la intensidad propia de
cada fase- interviene en la germinación y crecimiento de las plantas, debido a que los
rayos lunares tienen la capacidad de penetrar a través del suelo.
Los antiguos agricultores creían que no solo era importante considerar las fases de la luna
en el momento de la siembra, sino que también era relevante esta influencia en los
tiempos de cosecha, ya que si esta se efectuaba en el momento oportuno duraría por
mucho más tiempo. Esto tiene relación con la forma en que el cultivo almacena el agua en
diferentes momentos del ciclo lunar.
El primer día observamos la luna y tendremos un indicio con respecto a la altura de ésta,
podemos tomar como referencia por ejemplo un edificio. Luego, al día siguiente la
volvemos a observar pero esta vez dos horas más tarde. Si está más baja que el día
anterior la luna estará en fase descendente y si está más alta se encontrará en fase
ascendente.
¿CÓMO IDENTIFICAMOS LAS FASES DE LA LUNA?
Podemos distinguir cuatro fases: luna llena (la luna se ve un círculo blanco), luna
nueva (la luna está
totalmente negra), cuarto menguante (cuando la luna forma una C) y cuarto
creciente (uniendo las dos
puntas se forma la letra D).
Luna Nueva
Eliminar las malas hierbas.
Quitar las hojas marchitas.
Aplicar fertilizante a las plantas de hojas verdes.
No regar las plantas de interior.
Resulta favorable para abonar y arar el suelo.
Óptima fase para la siembra de césped si se acompaña de tiempo lluvioso.
Durante esta fase está recomendado llevar a cabo labores como el control de raíces
adventicias, eliminando aquellas plantas que no deseemos en nuestra huerta, además
puede llevar a cabo otras tareas de mantenimiento de los cultivos.
Cuarto Creciente
Es la fase más propicia para cultivar los terrenos arenosos, limpiar las hojas, podar, abonar
y plantar cualquier variedad de planta de flor.
Las plantas abonadas y cuidadas en esta etapa crecen más rápidamente.
Es poco recomendable regar las plantas de flor.
Durante esta fase la savia asciende desde las raíces hasta la parte superior de la planta.
Si siembra durante
esta fase el desarrollo será más rápido, el follaje crecerá mucho más que las raíces. Por
eso sería buena idea favorecer el desarrollo de éstas. También es más común que las
plantas sean menos resistentes a las enfermedades o plagas.
Cuarto Menguante
Podemos quitar las hojas marchitas.
Regar por abajo la planta de flor y pulverizar la planta de hoja verde.
Es la mejor fase para realizar trasplantes y acabar con los insectos y las malas hierbas.
Es recomendable para sembrar las verduras que crecen bajo tierra.
Durante la luna menguante notaremos que la planta tiene más esplendor, y tanto es así
que tiende a fructificar mucho más. Es un período en el que la savia desciende hacia las
raíces.
Luna Llena
Invita a la recolección.
También es un buen momento para fertilizar las plantas y regar.
Trasplantar las plantas de interior.
En esta fase puede haber un aumento de las plagas. Además la savia se encuentra
principalmente concentrada en el follaje de la planta, es por eso que este aece más
rápidamente, aunque hay menos fructificación que en otras fases lunares.
¿CUANDO CONVIENE…?
Reproducir las plantas
Por esquejes e injertos: las etapas entre cuarto creciente y la luna llena son más
beneficiosas porque los esquejes brotan mejor y respecto a los injertos, se evitan los
problemas por infecciones y facilita la cicatrización.
Germinar semillas: los mejores momentos son en cuarto creciente y luna llena.
Podar
Para evitar que la planta o árbol pierda savia, está recomendado podar durante luna
menguante. Para facilitar que vuelvan a brotar es mejor podar entre luna nueva y luna
creciente. Si queremos que los árboles desarrollen más el follaje tendremos que podarlos
en luna nueva. En casos en los que queramos reducir el desarrollo del follaje para
favorecer la fructificación debemos podar durante la luna llena o el cuarto menguante. En
términos generales, si queremos que las plantas o árboles den más frutos podaremos en
cuarto creciente, y si queremos reducir el crecimiento podamos en cuarto menguante.
Sembrar
Las plantas o árboles de fruto se siembran en cuarto creciente, a excepción de las que se
espigan, que se siembran en cuarto menguante.
Las plantas o árboles que cultivamos por sus flores o semillas las sembraremos en cuarto
menguante.
Es aconsejable sembrar entre luna creciente y luna nueva aquellas plantas que crecen y
fructifican sobre la tierra, y entre cuarto menguante y luna nueva las plantas que fructifican
bajo tierra.
Las semillas que tardan más en germinar se siembran en cuarto menguante.
Las semillas que germinan pronto se siembran en cuarto creciente.
¿CUÁNDO NO CONVIENE … ?
Regar
Si queremos favorecer que las plantas tengan más frutos y más flores, deberemos
restringir los riegos durante la luna llena y el cuarto creciente.
Muchas veces nos preguntamos cómo podían guiarse los antiguos sin relojes, GPS
u otros modernos instrumentos que tenemos ahora …
Muchas veces nos preguntamos cómo podían guiarse los antiguos sin relojes, GPS u otros
modernos instrumentos que tenemos ahora. Simplemente miraban más al cielo, este se
podía ver nítidamente al no estar contaminado y con exceso de luces y la fuente más
confiable para saber el tiempo eran el sol, la luna y las estrellas.
Podemos tomar esa sabiduría antigua para que nuestras plantas crezcan mejor y además
cultivar de forma natural, sin agregar estimulantes químicos que contaminan el planeta.
Romero
Presentación
Historia
Características
Gastronomía
Romero seco
Romero en Flor
Romero en su estado natural
Análisis biológico para determinar las propiedades y la composición química de las plantas
26. Salvia
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La salvia es una hierba extremadamente útil, gracias a sus propiedades antiinflamatorias,
antioxidantes y fungicidas. De acuerdo con la fuente World´s Healthiest Foods (Alimentos
Más Saludables Del Mundo), “la reputación medicinal de esta planta incluso se encuentra
reflejada en su nombre, Salvia officinalis, derivado de la palabra latina “salvere”, que
significa ser salvado.” En el campo de la medicina, esta planta ayuda a promover la buena
digestión, aliviar calambres, tratar la diarrea, curar resfríos, reducir la inflamación y sanar
cortes y quemaduras leves.
Perú es uno de los pocos países que cuenta con una amplia despensa de insumos naturales,
capaces de prevenir males, aliviar todo tipo de dolencia e incluso curar paulatinamente
diversas enfermedades crónicas. Todos estos productos, muchos provenientes de
la Amazonía peruana, vienen sorprendiendo al mundo por los múltiples beneficios que brinda
al organismo. Las plantas medicinales peruanas son prueba de ello, varias han alcanzado una
alta demanda internacional por ser consideradas como nuevas alternativas naturales para
aliviar dolores o malestares que afectan la salud.
Dentro de la larga lista de plantas oriundas del Perú que se ofrecen al mundo se encuentran:
Uña de Gato:
Conocido como el “milagro amazónico de la medicina herbal”, esta planta es usada para tratar
males que atacan el sistema inmunológico como el cáncer y el VIH. Además, es un poderoso
analgésico, antidiabético, antialérgico y desintoxicante.
Esta hierba, cuyo nombre científico es Uncaria tomentosa, fue reconocida oficialmente por la
Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1994 como “planta medicinal”, debido a
los alcaloides de oxindole que contienen la corteza y las hojas, las cuales tienen propiedades
antinflamatorias y refuerzan el sistema inmunitario.
Por otro lado, su nombre se debe a los pares de espinas grandes encorvadas que crecen a lo
largo de la plata.
https://peru.info/es-pe/superfoods/detalle/super-una-de-gato
Sacha inchi:
Proveniente de la Amazonía peruana, esta planta posee diversas propiedades funcionales que
la cataloga como un alimento nutraceútico (productos procedentes de la propia naturaleza que
ayudan a la salud).
Su nombre científico es Plukenetia volubilis, y es utilizado como aceite el cual destaca por la
presencia de vitamina A, vitamina E y ácidos grasos esenciales como linolénico, linoleico y
oleico, denominados omega 3, omega 6 y omega 9, respectivamente; que actúan como
agentes reductores de triglicéridos y la hipertensión arterial. Además, reduce la inflamación
de las articulaciones.
Conoce más sobre este superalimento peruano en el siguiente enlace:
https://peru.info/es-pe/superfoods/detalle/super-sacha-inchi
Achiote:
Cuyo nombre científico es Bixa Orellana, esta planta contiene una pulpa de color rojo o
anaranjado intenso y hojas que cuentan con propiedades medicinales, las cuales actúan contra
los malestares de la garganta, vómitos, hemorragias, hemorroides y angina. Además, alivia
los dolores renales y actúa contra la malaria y el asma.
Dentro de los activos que brinda esta planta ancestral son los flavonoides, carotenoides
(vitamina A), vitaminas del complejo B y C, leuteína, pectina, norbixina, glucósido de
apigenina, entre otros.
Gracias a sus diversas propiedades, este recurso natural es considerado como una poderosa
alternativa natural, consolidando al Perú como el primer exportador en el mundo.
Hercampuri:
Oriunda de la sierra peruana y conocida por sus propiedades hepatoprotectora (libera más
bilis) y reductora de colesterol, esta planta es utilizada como un desintoxicante y diurético,
quemando la grasa del cuerpo -sin afectar la salud- regulando el metabolismo y reduciendo
los riesgos de problemas cardiovasculares.
Sus activos disminuyen los niveles de colesterol en la sangre, logrando que el sistema
cardiovascular este más saludable, debido a que estimula la secreción de los ácidos biliares.
Además, tonifica, regula, refuerza y desintoxica los riñones, dado que reduce el ácido úrico.
Marañón:
Cultivada en climas tropicales peruanos, esta planta que pertenece familia de
las anacardiáceas, que se caracteriza por adaptarse fácilmente en suelos pocos fértiles. Sus
frutos de color amarillo o rojo son conocidos como “la fruta de la memoria”, dado que
fortalece el cerebro.
Por otro lado, su consumo brinda grandes cantidades de vitamina C. Además, la cocción de
su corteza y hojas son empleadas para el tratamiento de cólicos estomacales, inflamaciones,
insomnio, diabetes, paludismo y hemorroides. Además, sus hojas ayudan a limpiar el colón,
mediante una infusión.
No cabe duda que el uso de las plantas curativas ha logrado evidenciar grandes resultados
positivos para el organismo y que nuestro país ha sido bendecido con 1,109 plantas
medicinales, de las cuales 980 especies provienen de la Amazonía. Frutos de la naturaleza que
vienen conquistando no solo el sector gastronómico, sino también el medicinal.
La razón más importante desde el punto de vista técnico por la que secamos las hierbas es
su conservación; por este método se promueve el mantenimiento de los componentes del
vegetal fresco y se evita la proliferación de microorganismos.
También hay aspectos comerciales: la desecación debe llevarse a cabo en las mejores
condiciones para que las hierbas no pierdan nada del aspecto que deben presentar, para que
cautiven y ejerzan la mayor atracción, así serán más apreciadas, más demandadas y, sobre
todo, mejor pagadas.
Pero la cantidad de agua a extraer no debe superar ciertos valores, la planta no debe
presentarse al comercio reseca y quebradiza, tal que al manipularla se convierta en polvo. En
general, en el comercio existen valores establecidos de contenido de humedad para cada
hierba o sus partes.
El aire es el que absorbe el vapor de agua que se retira de las plantas por lo que no debe
estar saturado, es decir, su humedad relativa debe ser baja, sea tanto que se utilice secado al
aire libre como secado mecánico, y deberá renovarse a medida que sea necesario en tanto el
producto no haya cedido el agua que contiene en exceso.
Los productos que se deben secar o los órganos de los vegetales que se someten a
desecado pueden ser hojas, flores, frutos, semillas, raíces, cortezas, o plantas enteras, que
ha menudo se hallan al estado herbáceo. Cada uno de estos órganos puede estar
completamente aislado de los otros o tener adherida una parte, como las hojas con una parte
de las ramas, la raíz completa o descortezada o bien con el rizoma, etc.
Cada producto reclama una desecación diferente, no solamente por la cantidad de agua que
contiene, sino por el aspecto que debe presentar; las hierbas y las hojas deben secarse por lo
común a temperatura moderada, en presencia de una cantidad grande de agua; las raíces,
cortezas y rizomas pueden desecarse a temperaturas algo mayores. Algunos productos
pueden ponerse al sol, como las raíces de angélica y belladona; otros deben secarse
únicamente a la sombra para que conserven el color natural, tal el caso de las hojas de
angélica que en caso contrario se tornarían amarillas, las flores de acacia que se
ennegrecerían, etc., en ambos casos evitando su exposición al rocio y la lluvia.
Podemos utilizar diversos métodos para el secado, sea que lo realicemos utilizando la
energía solar en forma natural pasiva o activa, o mecánica; de éstas dos últimas el más
utilizado es el secado por aire caliente forzado.
En los casos de desecación natural pasiva las hierbas son colocadas a la acción del aire a la
temperatura ambiente para que se desequen; en la desecación natural activa se utiliza aire
previamente calentado por el sol colectado en una superficie determinada y se lo fuerza hacia
un túnel conde se encuentran las hierbas. En el secado mecánico estricto el calor utilizado
proviene de fuentes no renovables, como gas, leña, etc.
Secado Natural
Si se cuenta con condiciones climáticas adecuadas, baja
humedad relativa y temperaturas elevadas, el secado
natural requiere poco gasto y es sencillo de realizar.
Secado Mecánico
El secado artificial o mecánico determina mayores gastos pero tiene ventajas, pues al
controlarse las variables del tratamiento, en el lapso de unas horas, es posible obtener un
producto homogéneo y de excelente calidad comercial.
Hay diversos métodos para deshidratar las hierbas, que pueden clasificarse, entre otras
formas, de la siguiente manera:
Al desecar una hierba húmeda con aire caliente, el aire que aplicamos aporta el calor para la
evaporación de la humedad y actúa como transporte para eliminar el vapor de agua que se
forma en la cercanía de la superficie de evaporación.
Haciendo un poco de teoría, si consideramos un sólido inerte, mojado con agua pura, que se
deseca en una corriente de aire caliente que circula paralelamente a la superficie de
desecación, y suponiendo además que la temperatura y la humedad del aire sobre la
superficie del sólido se mantienen constantes durante todo el ciclo de desecado y que todo el
calor necesario es aportado por dicha corriente de aire...
El contenido de humedad del sólido durante su desecación
muestra, por lo general, tres fases:
En este primer punto se muestran algunos esquemas de secaderos útiles para el secado de
hierbas; partiendo de los elementales a los más complejos; hay muchos otros; éstos son los
que más he visto utilizar.
Permite desecar en forma semicontínua con una gran capacidad de producción. Consiste en
un túnel que puede alcanzar a tener hasta mas de 20 m de longitud con una sección
transversal rectangular de hasta 2 por 2 m.
Estos sistemas pueden combinarse para lograr mejor control de las variables. La combinación
más empleada consta de un túnel primario concurrente seguido de un túnel secundario a
contracorriente. Las ventajas son que se consigue una acabado más rápido y un contenido de
humedad final bajo.
En zonas donde se dispone de energia solar abundante y la humedad relativa del aire es baja,
una inversión económica muy conveniente es la instalación de plantas de secado en las que un
volumen grande de aire es recogido y calentado por el calor del sol previamente a ser dirigido a
las hierbas. Se consiguen así altas calidades de producto a costos reducidos. Combina las
ventajas del secado mecánico (control de variables, velocidad de secado, limpieza del
producto, etc.) con el cuidado del ambiente y de costos.
Los sistemas activos de tipo túnel, pueden combinarse con la provisión de energía auxiliar
originada en el uso de combustibles para las horas en que la energía del sol es poca a se hace
ausente, lo que permite mantener activo el secadero aún en horas nocturnas.
Se presentan dos modelos, el primero tiene un costo menor y el segundo una alta eficiencia.
Rango en
Parte vegetal
%
Semillas y frutos secos: (coriandro,
30 - 40
anís)
Cortezas 12 - 15
Hojas 60 - 90
Raíces y rizomas 70 - 85
Flores y frutos 80 - 90
Un ejemplo: en el caso de hojas frescas cuyo contenido de humedad sea del 80% (es decir
20% de Materia Seca) de las que se necesitara alcanzar un producto final con una humedad
del 10%, se deberán evaporar 778 litros de agua por cada 1.000 kg de Materia Verde.
Conociendo esto para los casos en que se utilice algunos de los combustibles de la lista, se
puede hacer una primera estimación del consumo del combustible. En los casos en que la
fuente de calor sea el sol, el costo de la energía puede limitarse al costo de la energía eléctrica
para el motor del ventilador.
Combustible %
Alcohol etílico 5.830
Bagazo de caña de azúcar 2.200 a 3.300
Biogas 4.100
Rastrojo de maíz 3.200
Carbón mineral 5.200 a 7.750
Carbón vegetal 6.600
Cáscara de arroz 3.900
Nafta 10.500
Kerosene 10.300
Gas 9.000 a 10.000
Marlo de maíz (20% HR) 3.600
Asi, continuando con el ejemplo anterior y considerando que por cada kg de agua evaporada
consumo 600 Kcal, para evaporar 778 litros de agua necesitaré...
Ademas hay que considerar el Calor Sensible en el aire usado, que alcanza alrededor del 30%,
y del calor que se lleva la la hierba, otro 10%. En síntesis, para obtener los 222 kg de droga
cruda serán necesarios, más o menos, 65 kg gas; a esto se le debe sumar además el calor que
se pierde por la propia máquina, que dependerá de su eficiencia.
La cantidad mínima de aire necesaria (L) para transportar el volumen de agua dependerá de la
humedad relativa del aire ("aire seco"), la temperatura que alcance el aire al ser calentado y la
humedad del aire a la salida, cálculo que puede reducirse a: Qw (Cantidad de agua en litros)/
Entalpía del aire al final (kcal/kg aire húmedo) - Entalpía del aire al inicio(kcal/kg aire seco) = L
(Kg de aire seco). Para estos cálculos es muy útil contar con el Diagrama de Mollier.
La estimación del gasto en energía eléctrica la realizo considerando que necesitaré más o
menos 20 HP para secar 50 kg/hora; así tendré:
Desde el punto de vista de la economía en el uso del calor y del control de la humedad del
aire puede parecer beneficioso recircular parte del aire de los túneles. Sin embargo esto tiene
que evaluarse por su costo.
En algunas circunstancias se puede recircular entre un 50 y un 75% del aire, pero hay
situaciones en las que el procedimiento más económico consiste en no recircular aire o
recircular muy poco.
Los volúmenes de hierbas para cada secadero por unidad de tiempo son muy variables. Hay
dependencia del tipo de hierba (sean flores, hojas, tallos y la proporción en que éstos se
encuentren), la capacidad calórica del quemador y la humedad ambiental que haya en el
momento de secado, la época del año e incluso la hora del día, en los secaderos solares.
Algunos secaderos simples pueden ser construídos en forma casera con diversos materiales,
desde chapas aisladas con "telgopor" o mampostería, utilizando bloques o ladrillos, según la
capacidad económica del productor y su inventiva.
El costo de un secadero es muy variable, desde unos $ 25.000,00 uno construído en forma
casera con un quemador a gas (donde haya gas accesible) y un ventilador adquiridos en el
comercio (puede ser útil para unas 5/7 has. más o menos, según las hierbas a desecar y el
lapso de tiempo disponible para hacerlo), hasta varios cientos de miles de dólares en
secaderos con control electrónico y capacidades de trabajo medidas en cientos de toneladas.
La industria argentina puede proveer para todas las necesidades y las posibilidades
económicas.
Las ventajas y desventajas de cada uno varían en función de la solución que aporten a la
explotación en la que estén trabajando. Cabe aclarar que si hay energía solar disponible,
siempre será la más conveniente en todo sentido: el del dinero, el del ambiente y de la gente.
Pueden verse EQUIPOS de desecación reales que se muestran por gentileza de la empresa
TIME S.A.I.C., haciendo clic sobre el logo:
SECADO-METODOS
DESTILACION DE ACEITES ESENCIALES
Existen procedimientos perfeccionados para la extracción de aceites esenciales, pero el
productor rural encontrará que el mas adaptado a sus posibilidades es la destilación.
En el primero, las hierbas entran en contacto directo con el agua hirviente, es una especie de
cocimiento donde el material cargado flota o se sumerge según la densidad. El sistema de
calentamiento del agua puede ser: a fuego directo, camisa de vapor, serpentinas cerradas con
circulación de vapor o serpentinas abiertas o perforadas, también con vapor. Este método no
es el conveniente.
El espesor del material, reducido, permite también una mejor vaporización y destilación, así
como una aceleración del proceso.
En lo que respecta a las partes de la planta que se va a destilar , las flores, hojas y partes
blandas o delgadas pueden tratarse sin ningún tratamiento previo.
Las semillas o frutos deben ser triturados con rodillos lisos, cuya separación en la maquina
depende del grosor de aquellos y también del grado de desmenuzamiento que se necesite.
Las raíces, tallos y otros materiales leñosos, se cortaran en trozos pequeños o en astillas.
En cambio, las dimensiones del equipo siempre deberán estar en concordancia con las
cantidades de hierbas producidas y del tiempo disponible para su destilación
La retorta o
alambique
propiamente
dicho
Un equipo El
de destilado condensador
consta de El recipiente
cuatro donde se
elementos deposita el
básicos: condensado
La caldera
generadora
del vapor
Preferentemente del centro de esta tapa sale un tubo llamado "cuello de cisne" que es el
conductor de los vapores hacia el condensador.
Los tubos de conexión deben ser amplios y de acuerdo a la rapidez de destilación, mas grande
cuanto mas veloz sea esta.
Debajo de la parrilla o criba, se encuentra el tubo de entrada de vapor, cuidando que entre el
fondo y el tubo la distancia sea lo suficientemente grande, como para que se produzca aquí la
condensación de agua. La distribución del vapor se asegura por la disposición en espiral o en
cruz, de la prolongación del tubo alimentador, que tiene también, una serie de agujeros chicos
en la parte superior y a lo largo del mismo, dándole así uniformidad a la distribución. En el
fondo de la retorta, hay una válvula de drenaje de capacidad suficiente como para permitir que
cualquier cantidad de agua que se condense dentro de la carga y gotee hacia el fondo, pueda
ser extraída durante la destilación.
Un alambique bien construido debe ser hermético; para esto deberá cuidarse el ajuste de las
juntas y el cierre de la tapa. La carga de material no debe estar comprimida; para obtener los
mejores resultados se pueden hacer separaciones, por medio de patas, de las cargas que
estén mas abajo. El objeto principal es buscar que el vapor atraviese correctamente la masa
vegetal y que no se deslice por las paredes de la retorta. Debido a que el vapor se difunde por
los lugares que le oponen menos resistencia, no son recomendables los cestos de alambres o
perforados, pues el vapor tiende a dirigirse a través de las mallas y entre los costados del cesto
y la retorta. Los mejores cestos son los que tienen costados de chapa sin agujeros, pero con el
fondo perforado. El empleo de cestos ayuda a la carga y descarga del material, sobre todo en
alambiques grandes.
La carga y descarga del alambique es un punto importante. Ahorra tiempo el contar con grúas y
que el lugar de cultivo esté cercano al de la planta de destilación.
El condensador continua a la retorta, allí vuelve a su estado liquido el vapor y los productos
volátiles.
El condensador mas usado es el compuesto por un serpentín que se ubica en un tanque,
aunque hay condensadores tubulares que son mas eficientes en el trabajo, en el que corre
agua fría que entra por la parte inferior y asciende en sentido contrario a los vapores de agua y
aceite esencial que circulan por los tubos.
Los tubos que forman este aparato se colocan en forma vertical u horizontal, su forma, longitud
y diámetro dependen de la condensación de las esencias que se procesan.
El agua de enfriamiento debe ser potable en lo posible, porque se eliminan así las probables
incrustaciones y depósitos, cuando están cargadas con sales. Los tubos mejores son los
construidos en acero inoxidable, pues evitan coloraciones indeseables en la esencia obtenida.
Antes de empezar…
Una forma fácil y útil de conservar hierbas aromáticas, para su uso en la cocina
o en artesanías, es secándolas. Muchas hierbas se prestan bien al secado y,
en algunos casos, puedes secar las hojas, flores y hasta porciones del tallo. El
secar las hierbas aromáticas de forma tal que conserven su sabor, depende de
saber cuáles hierbas son mejores para secarse, escogerlas en el momento
adecuado y de almacenarlas bien.
Método 1
Escoge las hierbas aromáticas que vas a secar
1.
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Escoge las hierbas aromáticas que vas a secar. Algunas hierbas son más
fáciles de secar que otras, debido a sus hojas más fuertes y a sus aceites. Sin
embargo, casi todas las hierbas aromáticas pueden secarse de una u otra
forma. La mejor manera de saber cuáles hierbas puedes secar mejor es probar
y experimentar, con la reserva de que algunas hierbas van a marchitarse y a
parecer un desastre color café al secarse, mientras otras conservarán bien su
color y textura.
Las hierbas aromáticas de hojas pesadas tienden a ser las que se secan más
fácilmente. Éstas incluyen al laurel, romero, tomillo y salvia. Un laurel seco o
una hoja de romero seco usualmente conservarán su color y forma sin ninguna
dificultad.
Las variedades con hojas más delicadas pueden ser un poco más complejas,
porque les afecta más fácilmente la humedad y pueden ponerse mohosas
rápidamente, si no se secan de forma adecuada. Los tipos de hierbas en
cuestión incluyen albahaca, perejil, menta, estragón y toronjil. Éstas necesitan
secarse rápidamente para prevenir que se enmohezcan.
2.
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Cosecha las hierbas aromáticas para secarlas justo antes de que sus
flores abran. Sabrás que la floración está a punto de ocurrir porque habrá
bastantes brotes. La mejor hora del día para cosechar las hierbas
generalmente es después de que el rocío se ha evaporado, pero antes de que
el sol tenga la oportunidad de evaporar los aceites volátiles en las hierbas. Esto
usualmente es temprano por la mañana, pero ajústate a las condiciones
específicas de tu ubicación.
A pesar de que el consejo general es cosechar las hierbas aromáticas antes de
que abran las flores, vale la pena experimentar. Algunas veces es mejor
cosecharlas después. Todo depende de la forma que le permita a las hierbas
conservar su forma y su sabor de la mejor manera. Si quieres secar flores,
entonces tiene sentido esperar a que la hierba floree primero.
3.
3
Prepárate para secar las hierbas aromáticas tan pronto como las hayas
cortado. Las hierbas se conservarán mejor si te ocupas de ellas de inmediato.
Si dejas que se marchiten o las dejas por ahí y recogen humedad o polvo, esto
dañará su sabor, su color y su apariencia.
4.
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Limpia las hierbas aromáticas en caso de que sea necesario. Algunas
hierbas pueden requerir enjuagarse primero y remover deshechos como pasto
seco o malezas. Puedes enjuagarlas suavemente con agua fría y darles una
pequeña sacudida para quitarles el exceso de humedad.
Deshecha las hojas con defectos, magulladuras o imperfecciones.
Método 2
Simple secado rápido para uso culinario
En este método se trata de tener hierbas aromáticas recién cortadas, secas ¡y
limpias! Es mejor llevar a cabo este procedimiento, por lo menos media hora
antes de cocinar con las hierbas, para permitirles un tiempo adecuado de
secado.
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Selecciona las hierbas con las que vas a cocinar.
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Tiende un trapo de cocina limpio en una superficie adecuada y asegúrate
que quede plano. Un banco de cocina o el fregadero son lugares ideales.
También puedes usar una rejilla para secar platos. Tiende el trapo de cocina
sobre la rejilla, esto permitirá una mayor circulación de aire.
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3
Lava las hierbas aromáticas suavemente. Usa la menor cantidad de agua
posible, para evitar aplastar o magullar las hierbas. Puedes extender las
hierbas en un colador bajo el agua corriente o sostenerlas bajo el agua.
Termina agitándolas suavemente sobre el fregadero para quitarles toda el agua
posible.
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Tiende cada ramita o tallo de la hierba aromática en el trapo de cocina. Si
tienes más de una ramita, extiéndelas a través de todo el trapo. Evita que
queden muy empalmadas.
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Déjalas secarse en una cocina cálida. Toca las hierbas aromáticas para ver
si están suficientemente secas. Cuando lo estén, úsalas como lo requiera tu
receta.
Método 3
Secado al sol o en exteriores
Este es el método de secado menos usado. La razón es que las hierbas
aromáticas tienden a decolorarse y a perder su sabor. Sin embargo, este
método puede ser útil para artesanías.
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Corta las hierbas aromáticas cuando el rocío se les ha secado.
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Amárralas en un manojo usando una liga de caucho. Cuida que las hojas y
las flores queden mirando hacia abajo.
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Cuélgalas en algún lugar del porche o de un gancho ubicado a pleno
sol.Déjalas secar por varios días, checándolas de vez en cuando.
Asegúrate de amarrarlas firmemente en caso de que haya mucho viento.
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Sécalas en exteriores dentro de una bolsa de papel. Después de hacer los
manojos, amarra una bolsa de papel alrededor de cada uno de ellos. Cuelga la
bolsa completa afuera. La bolsa las protegerá mejor del sol, además atrapará
las semillas que también se sequen, en caso de que quieras juntarlas.
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Quítalas cuando estén secas. Las hierbas aromáticas están secas cuando se
ponen crujientes y no se les siente humedad.
Método 4
Secado al aire en interiores
El secado en interiores es más usado porque conserva el sabor, el color y las
cualidades de las hierbas aromáticas mejor que el secado en exteriores. El
secado al aire es bueno para las hierbas de hojas delicadas. Es una forma fácil
en un solo paso, porque una vez que tienes las hierbas preparadas, sólo debes
dejarlas secarse sin tener que hacer nada más.
1. 1
Amarra las hierbas en un manojo. Ata una liga de caucho alrededor de los
tallos de tus hierbas. Las flores que tengan las hierbas deben mirar hacia
abajo.
Los tiempos de secado variarán si juntas diferentes tipos de hierbas
aromáticas, así que considera hacer solamente manojos de un mismo tipo de
hierba hasta que tengas más experiencia y puedas mezclarlas, sabiendo los
tiempos específicos de secado para cada una de ellas.
Método 5
Secado en el horno
Las hierbas aromáticas pueden secarse en el horno y ser adecuadas para
propósitos culinarios y medicinales.
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Enciende el horno a una temperatura muy baja, la más baja posible. Deja
la puerta abierta.
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2
Acomoda las hierbas seleccionadas en una bandeja para hornear.
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Coloca la bandeja en el nivel más bajo del horno. Déjalas secarse pero
voltéalas con frecuencia. Cuando se vean ligeramente crujientes, sácalas del
horno.
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Quienes tengan un horno de leña, pueden colocar una rejilla encima de la
estufa de leña. Extiende las hierbas para que se sequen a su tiempo.
Método 6
Secado en horno de microondas
Si necesitas hierbas aromáticas secas rápidamente para una artesanía, éste es
un excelente método. Sin embargo, debido a la toxicidad del gel de sílice, este
método no es adecuado para secar hierbas con fines culinarios o medicinales.
Tienes que estar preparado para experimentar, porque los tiempos de secado
pueden variar mucho, dependiendo de las hierbas. ¡El usar el horno de
microondas para secar hierbas aromáticas puede ser una experiencia de
aprendizaje muy frustrante!
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Esparce una capa delgada de gel de sílice en la base de un recipiente apto
para microondas.
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2
Pon las hojas o las flores de las hierbas aromáticas sobre esta
capa.Distribúyelas uniformemente y evita que las hojas o las flores se toquen
entre ellas.
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Mete las hierbas aromáticas al microondas. Ajusta la potencia a una más
baja, ya sea a potencia media o en el programa de descongelar. Sécalas por 2
minutos y después déjalas reposar por otros 10 minutos más. Revisa el nivel de
secado. Si es suficiente, entonces usa las hierbas como las necesites. Si no,
sécalas por 1 minuto más.
Si el secarlas por 2 minutos resulta ser muy largo y las hierbas se han secado
demasiado, usa un nuevo grupo de hierbas y reduce el tiempo por 30
segundos. Experimenta hasta que encuentres el tiempo adecuado,
dependiendo del tipo de hierba.
Las hierbas aromáticas que tienden a secarse bien al aire, encogiéndose un
poco (como el tomillo), necesitarán menos tiempo en el microondas que las
hierbas que no se secan tan bien al aire (como la albahaca).
4.
4
Usa solamente en proyectos de artesanía y decoración. Como ya se ha
mencionado, el uso del sílice hace que las hierbas aromáticas ya no sean
seguras para su consumo.
Método 7
Secado usando desecantes
Las hierbas aromáticas secadas mediante este método son para uso en
artesanías o decoración. NO utilices este método en hierbas que quieras
consumir en usos culinarios o medicinales.
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Selecciona el desecante. Un desecante es una sustancia que extrae la
humedad. Algunos desecantes adecuados para las hierbas incluyen harina de
maíz, arena, raíz de orris, bórax, gel de sílice y hasta arena para gatos.
El gel de sílice es popular porque es ligero y no aplasta las hierbas; se
consigue fácilmente en tiendas artesanales. Sin embargo, cuando trabajes con
él usa una máscara para evitar respirar sus vapores.
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Escoge las hierbas aromáticas. Recógelas cuando la humedad no las vaya a
afectar, ni a las hierbas ni a sus flores.
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Espolvorea 2.5 cm de desecante en la base de un recipiente de plástico o
de vidrio. Ni el vidrio ni el plástico crearán humedad.
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Coloca las hierbas aromáticas en el desecante. Pon las flores separadas
unas de otras (sin que se toquen). Las hojas y los pétalos que estén muy juntos
requerirán separarse para asegurar que el desecante entre por todos lados y
seque cada parte de la hierba.
Si la forma de los pétalos o las hojas es importante, revisa que no se hayan
doblado y acomódalas de nuevo cuando reacomodes el desecante.
Puedes poner el desecante y las hierbas en una capa si así lo quieres, pero a
mayor peso encima, mayor riesgo de que la planta se aplaste.
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Sácalas del desecante en cuanto se sequen. Esto tomará sólo unos días. El
desecante dejará las hojas y flores de las hierbas aromáticas totalmente secas
y, por lo tanto, algo quebradizas. Para quitar el desecante de la planta sin
dañarla, usa un cepillo pequeño o un limpiador de fuelles de cámara
fotográfica. Manéjala con cuidado.
Evita secar de más las hierbas aromáticas o se desbaratarán al tocarlas.
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Úsalas sólo para proyectos de artesanía y decoración. Estas hierbas
aromáticas no son adecuadas para su consumo.
Método 8
Secado en su lugar
Algunas hierbas pueden secarse fácilmente donde estén colocadas, como en
un arreglo floral o como parte de un proyecto de artesanía.
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Escoge una hierba aromática apropiada para secar en su lugar. No todas
las las hierbas se secarán bien de esta forma, pero algunas flores y hojas lo
harán, por ejemplo la aquilea, el hinojo y el romero.
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Usa la hierba fresca para ponerla en la posición donde quieres
secarla. Por ejemplo, en un florero/ramo con otras plantas que estés
acomodando o agrega a un proyecto de artesanía como una guirnalda o a una
planta tejida.
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Ponla en un lugar seco, sin humedad. Permite que se seque como está, pero
chécala regularmente. Si ves señales de moho o cualquier otra cosa que no
esté bien, quita las hierbas.
Método 9
Secado por prensado
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Para información sobre el prensado de plantas, encuentra más
información en Cómo prensar flores y hojas. Las hierbas prensadas pueden
usarse para decorar proyectos de artesanías como álbumes de recortes,
impresiones enmarcadas, separadores de libros y collages.
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¡Listo!
Consejos
Es mejor secar las semillas de tus hierbas usando el método de secado al aire,
permitiéndoles caer en la bolsa de papel. Guárdalas en un recipiente
hermético.
Las hierbas que nacieron para secarse incluyen la lavanda (¡se verá bien por
años!), el romero (también durará años), el laurel, el lúpulo, el suave orégano
gris y la mejorana de matiz rosado.
Todas las hierbas machacadas o molidas deben de guardarse en recipientes
herméticos, fuera de la luz directa. Para obtener el mejor sabor al usar hierbas
secas para fines culinarios, úsalas dentro de los primeros 6 meses.
Otro método posible para secar las hierbas aromáticas es el congelarlas. Éste
tiene la tendencia a ser mejor para fines culinarios, donde el sabor es más
importante que la apariencia.
Puedes hacer una rejilla de secado muy simple con un trozo de madera (con
forma bonita, si así lo quieres) y con pinzas de madera pegadas de forma
uniforme por toda la superficie. Ponle un colgante en la parte de atrás y píntale
las palabras “hierbas aromáticas” o algunas hojas que te recuerden para qué
es. Coloca la rejilla en una pared adecuada. Sujeta las hierbas a cada pinza sin
que se recarguen unas en las otras. Las mejores hierbas aromáticas para este
tipo de rejilla incluyen el romero, el tomillo, el orégano, la salvia, la mejorana y
los capullos de flores.
Advertencias
Muchas hierbas aromáticas se encogerán y se verán cafés e indefinidas
después de secarlas. El secado de hierbas aromáticas es un arte de
autoaprendizaje, usando el método de prueba y error con las hierbas de tu
jardín. En algunas ocasiones, al secar las hierbas, tendrás que escoger entre
su fragancia, sabor o apariencia y decidirte por lo que de verdad te importe
cuando no puedas conservar las tres características.
Usa ligas de caucho en vez de hilo o cordón para secarlas. La razón es muy
simple: las ligas de caucho se aprietan alrededor de los tallos de las hierbas
que se contraen al secarse. El cordón no se aprieta, por lo que las hierbas
pueden escaparse y caer al piso mientras estén colgadas secándose.
El gel de sílice es venenoso. Mantenlo fuera del alcance de los niños y
mascotas, mantente alejado de sus gases al usarlo (ponte un máscara) y no
consumas ninguna hierba que hayas secado usándolo.
Las hierbas aromáticas húmedas se pondrán rancias y mohosas. Si esto
sucediera, tíralas.
Evita secar las hierbas aromáticas en áreas con humedad alta, como el baño o
la cocina. Tu cocina puede ser la excepción, si puedes mantenerla bien
calentita y extraer la humedad de inmediato.
Las temperaturas altas arruinarán a las hierbas aromáticas; evita usar
demasiado calor al secarlas.
Cómo
usar maca en polvo
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Cómo
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magullar cardamomo
Cómo
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Artículos rela
Las plantas curativas son tan abundantes que fácilmente podremos encontrarlas en algún
parque, en el campo o simplemente cultivarlas nosotros mismos, por ello es conveniente
saber los mejores métodos y momentos para recolectar las plantas medicinales.
Una vez que tengas tus plantas medicinales recogidas, límpialas de insectos, hojas
muertas y suciedad y almacénalas en un lugar oscuro y seco.
➝ Cultivo
➝ Recolección
La mejor época para recoger y conservar plantas medicinales comienza en abril y mayo
y se prolonga hasta el otoño. Para extraer la mayor cantidad posible de principios
activos es necesario escoger días claros, soleados, comenzando la recolección a final
de la mañana, con el objeto de que tallos, hojas y flores estén perfectamente secos, y
otorgando preferencia a los ejemplares más hermosos. De algunas plantas se recogen
flores y hojas; de otras los extremos en flor; de unas pocas se utilizan sólo las raíces, los
rizomas o los bulbos. Ello depende del género de la planta y de cuáles de sus partes sean
más ricas en principios activos.
➝ Conservación
Contenido
Objetivo: Contar con alternativas para secado de plantas medicinales, y los cuidados que
deben tenerse en cuenta.
Principio: Las plantas no deben secar a más de 40° C, la mayor parte de las hojas se deberán
secar al abrigo de la luz, muchos frutos y raíces pueden ser secados en secadores solares
lentos.
Secado al sol
Ciertos frutos, raíces y algunas hojas pueden exponerse directamente al sol.
En ambientes secos naturales o artificiales al abrigo de la luz se pueden secar la mayor
parte de tallos, hojas y algunos frutos.
Fuentes de calor
Capacidad:
Se puede realizar el secado de plantas medicinales sin deteriorar los principios activos
ni perder sus propiedades curativas.
Ventajas:
Desventajas:
Autor ITACAB
Institución que publica: Centro de Recursos para la Transferencia Tecnológica
Institución o Persona que elaboró la síntesis: Centro de Recursos para la Transferencia Tecnológica
Páginas
Idioma Español
Email: [email protected]
Recolecta y conserva
adecuadamente tus plantas medicinales y
aromáticas
Una vez que tenemos plantado nuestro jardín, huerto o balcón de plantas
medicinales y aromáticas, lo regamos, podamos y mantenemos las
condiciones ideales para su óptimo crecimiento y llega el momento de
recolectarlas. Como no vamos a utilizarlas a la vez, la conservación de las
mismas supone la mejor forma de utilizar sus propiedades.
Hojas: En la gran mayoría de las aromáticas, son las hojas las que se
recolectan y en este caso el mejor momento suele ser antes de la
floración. Hay excepciones como el tomillo, el hisopo o el espliego por
ejemplo cuya mejor época de recolección es después de la floración.
Flores: Es obvio que si queremos las flores, será en la floración. Aun así,
hay pequeñas variaciones que marcan la diferencia. Una recomendación
básica es recolectar por la mañana, ni muy pronto ni muy tarde.
Demasiado pronto por la mañana el contenido en humedad es alto (rocío)
y esto dificulta la conservación. Al mediodía el calor es demasiado y la
transpiración de la planta es mayor.
Frutos: El punto de madurez será el momento de recolección para la gran
mayoría de frutos.
Raíces, tubérculos…: Las raíces, tubérculos o bulbos, se suelen
recolectar en otoño o a principios de invnierno.
Fuente: commons.wikimedia.org
En las plantas aromáticas a diferencia de las medicinales buscamos el aroma,
no tanto el principio activo y el momento de recolección óptimo es algo más
flexible en el tiempo aunque podemos seguir las mismas recomendaciones
porque al fin y al cabo, el aroma es otro principio activo. Hojas de albahaca o
menta, yo las recojo durante todo el año y tienen siempre aroma.
cortar las puntas de los brotes y hojas sueltas para la gran mayoría de
plantas. Este despunte genera además, mayor frondosidad a la planta en
los nuevos rebrotes.
Plantas como el cebollino, la menta,o la melisa, el corte debe ser desde
abajo. En estas, hay que tener especial cuidado de no cortar
demasiado para no debilitar la planta.
Las plantas de las que podemos echar mano todo el año, no hay que
preocuparse en exceso de la cantidad a recolectar porque iremos
cortando en función de las necesidades y la capacidad de generación de
brotes suele ser superior. Las que se recolectan “en masa” para su
conservación debemos tener en cuenta lo que dejamos plantado para su
regeneración posterior.
Consejos de conservación
Secado
Para el secado adecuado de plantas medicinales y aromáticas de forma
doméstica existen varias opciones. Dos de las más famosas y comunes son las
siguientes:
Aceites y vinagres
Esta es otra muy buena forma de mantener los aromas en el caso de las que se
vayan a utilizar como condimento. Todos los compuestos pasarán al aceite que
luego usaremos para condimentar ensaladas y platos diversos.
RECETA 1
Esta receta es realmente sencilla y solo requiere hacer una base con agua y
azúcar a la que después se agrega una tintura.
NECESITAS:
1.1 kg de azúcar.
½ l de agua.
½ l de tintura de hierbas.
Cacerola.
Recipiente de vidrio.
PREPÁRALO ASÍ:
1. Para hacer la base del jarabe, coloca primero el azúcar en una cacerola.
2. Pon a hervir el agua. Una vez que esté lista, agrégala a la cacerola con el
azúcar.
3. Pon a cocer la mezcla a fuego lento y revuelve constantemente hasta que el
azúcar se disuelva. Apaga el fuego al hervir y aléjalo del calor inmediatamente.
4. Vierte la mezcla en un recipiente de vidrio.
5. Para hacer el jarabe, mezcla una parte de la tintura con tres partes de la
mezcla de agua y azúcar.
6. Coloca el líquido espeso en un recipiente con tapa y guarda en un lugar seco
y fresco. Puedes preservarlo en el refrigerador.
7. También puedes agregar unos 350 gramos de azúcar a ½ l de una infusión o
decocción y calentar a fuego lento hasta que el azúcar se disuelva
completamente.
RECETA 2
NECESITAS:
60 ml o 2 onzas de hierba fresca o seca.
¼ de agua.
½ taza de miel.
Colador.
Recipiente o botella.
Cacerola.
PREPÁRALO ASÍ:
1. Mezcla la hierba y el agua en la cacerola, pon todo a fuego lento y tapa solo
un poco. Apaga el fuego cuando el líquido alcance la mitad de su volumen
original.
2. Cuela la hierba y vierte el líquido de nuevo en la cacerola. Puedes usar la
hierba como composta.
3. Agrega la miel al líquido. Si te gusta más dulce, puedes añadir un poco más.
4. Calienta la mezcla a fuego lento durante unos 20-30 minutos. Procura
revolver constantemente.
5. Retira del fuego la cacerola y coloca el nuevo jarabe en una botella o
recipiente. Si lo guardas en el refrigerador, puede preservarse durante varias
semanas y hasta 3 meses.
Si deseas que el jarabe dure mucho más tiempo, puedes agregarle un poco de
ácido cítrico.
Atención: En Estados Unidos se recomienda no administrar miel a niños
menores de 1 año, porque podría contener esporas de una bacteria llamada
Clostridium botulinum que afecta el sistema digestivo. Esta bacteria es
inofensiva para los adultos, pero para los bebés no, por lo que es mejor
sustituir la miel por otro endulzante.
SON PERFECTOS PARA JARABES:
-Rosa mosqueta (Género Rosa). Frutos.
-Marrubio (Marrubium vulgare). Hojas y flores.
-Moras (Género Rubus). Frutos.
-Trébol rojo (Trifolium pratense). Flores.
Fuentes:
Rosemary Gladstar. (2012). Medicinal herbs. A beginner’s guide. Storey
Publishing.
David Hoffmann. (1998). The herbal handbook. A user’s guide to medical
herbalism. Estados Unidos: Healing Arts Press.
James Green. (2000). The herbal medicine maker’s handbook. A home manual.
Estados Unidos: Crossing Press.
Rosemary Gladstar. (2008). Herbal recipes for vibrant health. Storey Publishing.
Nombres
Remedios caseros
Preparación y uso
Las cantidades también pueden variar si se desea, para que quede un jarabe más espeso y dulce lo
que haremos es rebajar la cantidad de 1 litro de líquido a medio litro con el medio kilo de azúcar
integral o miel.
Una vez hecho todo esto lo conservaremos en un frasco de cristal y ya lo podremos utilizar. La dosis
ideal de jarabe varía entre dos o tres cucharadas al día dependiendo de la dolencia a tratar agitándolo
siempre un poco antes de usarlo.
La receta del siguiente jarabe es de las más conocidas y típicas para la tos, este es un jarabe muy
concentrado y al que se le tiene que añadir azúcar y miel, aquí la preparación y los ingredientes:
Cortar 1 kg de cebollas en trozos medianos y cocerla a fuego lento durante tres horas en 1 litro
de agua.
A la que además añadiremos 250 gr de miel y 250-300 gr de azúcar integral.
Cuándo se enfríe lo filtraremos y lo guardaremos en un tarro de vidrio.
Tomar 3 cucharas repartidas durante el día.
Comprar jarabe de miel y plantas
Como su nombre lo indica, el jarabe simple es muy fácil de hacer. Los únicos
ingredientes que se necesitan son azúcar y agua. Dado que es necesario
cocinarlo, no tiene esos molestos granos de azúcar, lo cual hace que se
convierta en un edulcorante habitual en aquellas bebidas en las que la textura
resulta fundamental. Una vez que aprendas a prepararlo, podrás probar otras
variantes y agregarle el sabor que quieras.
Ingredientes
1 taza (220 g) de azúcar blanca granulada
1 taza (240 ml) de agua
Método 1
Preparar jarabe simple
1.
1
Llena una cacerola con cantidades iguales de agua y azúcar y luego
mezcla.Ten en cuenta que el azúcar se disolverá, así que al final obtendrás un
poco menos de lo que pensabas. Si comenzaste con 1 taza (220 g) de azúcar y
1 taza (240 ml) de agua, obtendrás 1 ½ taza (360 ml) de jarabe simple.[1] Si
necesitas una cantidad mayor o menor que esa, ajusta las proporciones en
consecuencia.
2.
2
Pon a hervir la mezcla. Deja que la mezcla llegue al punto de ebullición a
fuego medio o medio alto. Muévela de vez en cuando para ayudar a disolver el
azúcar.
3.
3
Cocina la mezcla a fuego lento hasta que se vuelva transparente y el
azúcar se disuelva.[2] Revuélvela de rato en rato con un batidor o una cuchara.
Probablemente esto tome de 3 a 5 minutos.
4.
4
Retira la mezcla del fuego y déjala enfriar. Si vas a preparar el jarabe simple
para una receta, puedes usarlo en cuanto se enfríe; de lo contrario, sigue
leyendo para aprender a almacenarlo.
5.
5
Vierte el jarabe simple en un frasco o botella de vidrio. Si eliges utilizar una
botella, lo primero que debes hacer es colocar un embudo a través del cuello
de la misma, para poder vaciar el jarabe con mayor facilidad.
6.
6
Almacénalo en el refrigerador. Ahora, puedes usarlo para endulzar té helado,
café, limonada y cócteles. Durará 4 semanas aproximadamente.
Método 2
Preparar jarabe simple de sabores
1.
1
Llena una cacerola con cantidades iguales de azúcar y agua. Empieza con
1 taza (220 g) de azúcar y 1 taza (240 ml) de agua. Mezcla ambos
ingredientes.
2.
2
Pon a calentar la mezcla hasta que alcance el punto de ebullición, luego,
cocínala a fuego lento hasta que el azúcar se disuelva. Esto tomará de 3 a
5 minutos aproximadamente. Revuelve la mezcla de vez en cuando.
3.
3
Retira la cacerola del fuego y añade algunas especias y hierbas
frescas. Puedes usar hierbas en polvo o deshidratadas; sin embargo, evita el
uso de especias molidas, puesto que serían muy difíciles de filtrar. Si quieres
probar con varios sabores distintos, primero vierte el jarabe simple en frascos y
luego agrega las hierbas o especias que desees. A continuación, te brindamos
algunas ideas para ayudarte a empezar:
4 ramas de canela partidas por la mitad.[3]
1 cucharada de ralladura de limón, lima, pomelo o naranja.[4]
1 cucharada de hierbas deshidratadas, como tomillo, lavanda o pétalos de
rosa.[5]
de 3 a 4 ramitas frescas de romero, tomillo o lavanda.[6]
1 taza (20 g) de menta fresca u hojas de albahaca.[7]
½ vaina de vainilla. Primero debes retirar las semillas y luego incorporarlas. [8]
4.
4
Tapa bien la cacerola y espera 30 minutos. Durante este tiempo, las hierbas,
especias o las flores que agregaste, reposarán y soltarán sus sabores en el
jarabe simple.[9]
5.
5
Cuela las hierbas, especias o flores. Quizá se vean lindas en el frasco, pero
reducirán el tiempo de caducidad del jarabe.[10] Coloca un colador o tamiz de
malla fina sobre el frasco o botella y vierte el jarabe simple. Descarta las
hierbas, especias o flores que queden en el colador.
Si vas a llenar una botella, quizá sería bueno que primero coloques un embudo
en el cuello de la misma.
6.
6
Cierra bien el frasco o botella y almacena el jarabe simple en el
refrigerador.Úsalo para endulzar o darle sabor al té helado, café, limonada y
cócteles. Durará una o dos semanas aproximadamente.
Consejos
Para obtener un jarabe simple más espeso, utiliza 2 medidas de azúcar por 1
de agua.
Si quieres un poco más de dulzor utiliza azúcar rubia en lugar de azúcar
blanca.[11]
Para obtener un jarabe menos dulce y no tan espeso, usa 1 medida de azúcar
por 2 de agua. Si quieres que quede muy aguado, utiliza 3 medidas de agua
por 1 de azúcar.[12]
Para preparar una variante de jarabe sin cocinar, llena un frasco con
cantidades iguales de agua caliente y azúcar caster o extrafina (no azúcar glas
ni en polvo), tápalo bien y agítalo para mezclar.[13]
¡Puedes usar miel para preparar jarabe simple! Solo sustituye el azúcar con
miel.[14]
Advertencias
El jarabe simple tiene un tiempo de caducidad. Si aparecen hongos o empieza
a despedir un olor raro, deséchalo.
Evita descuidar el jarabe mientras se cocina; el azúcar puede quemarse y
caramelizarse.
Este método es el más conocido y utilizado y, sin duda, el más fácil de elaborar. La infusión es un método
muy eficaz para obtener los principios medicinales de algunas plantas aromáticas sobre todo cuando se trata
de hojas, flores o tallos.
Para que verdaderamente sea una infusión, no debemos hervir la planta. El procedimiento es el siguiente:
se pone agua a calentar y, en cuanto echa a hervir, se retira del fuego y se añade la planta, tapándola y
dejándola reposar aproximadamente 10 minutos. En el caso de plantas ricas en taninos (como el té verde,
una plantas con numerosas propiedades), conviene dejarlo reposar tan solo unos 40sg, ya que los taninos
se pierden y se torna un gusto más amargo.
La infusión se puede preparar con plantas secas o con plantas frescas aunque hemos de recordar que la
planta seca es más concentrada que la fresca (ya que la fresca contiene gran cantidad de agua).
Aproximadamente, una cucharadita de planta seca equivaldría a 3 de planta fresca. Algunas de las plantas
más indicadas para elaborar infusiones son:
o Manzanilla
o Menta
o Tila
o Romero
o Tomillo
o Melisa
o Salvia
o Hinojo
o Eneldo
o Anís
o Castaño de Indias
o Cardo Santo
o Cardo Mariano
o Cola de caballo
o Té verde
o Ortiga
o Clavo
o Hamamelis
Decocción
La decocción se utiliza para obtener las propiedades de partes no aromáticas o partes duras de una
planta, como las raíces, cortezas, etc. Para ello, se pone la parte de la planta desmenuzada en un cazo con
agua fría y se lleva a la ebullición, dejando hervir aproximadamente 10-20 minutos a fuego muy lento. El
asunto del fuego lento es muy importante para que el agua resultante contenga un máximo de propiedades
medicinales. Algunas plantas indicadas para la decocción son:
o Jengibre
o Diente de león
o Saponaria
o Cáscara sagrada
o Equinácea
o Ruibarbo
o Arpagofito
o Regaliz
o Bardana
o Sauce
Tintura
Desde hace miles de años el alcohol se utiliza como disolvente para extraer los elementos medicinales
de algunas plantas, ya que los principios activos quedan “atrapados” en el alcohol, y al mismo tiempo,
este alarga la conservación del producto de manera natural durante largos períodos de tiempo.
Aunque se pueden hacer formulaciones profesionales con medidas específicas para cada tipo de planta,
podemos establecer unos factores comunes que nos servirán para elaborar remedios caseros de forma
general. Para ello, lo mejor es usar vodka o vino.
Para elaborar una tintura mezcla 120gr de la planta seca que quieras usar y añade 500ml de vodka o vino
en un recipiente de vidrio. Déjalo macerar en el exterior pero que no le de el sol (la oscilación de temperatura
entre el día y la noche favorece la extracción de los principios activos), durante dos semanas. Pasado ese
tiempo, cuela los restos dejando solo el líquido obtenido y consérvalo en un recipiente de vidrio opaco lejos
de la luz y el calor.
Para tomarlo existen varias alternativas. O bien lo tomas en gotas directamente (generalmente entre 2-4ml,
3 veces al día), o bien lo disuelves en un vaso de agua, o bien lo añades a una infusión, etc.
o Caléndula
o Cola de caballo
o Cardo santo
o Ulmaria
o Regaliz
o Hamamelis
o Hipérico
o Menta
Jarabe u Ojimel
Elaborar un jarabe u ojimel es la mejor opción cuando se trata de tomar plantas con un sabor fuerte o
desagradable, creando un producto dulce que contenga los principios activos de la planta original. Los
ojimeles se elaboran mezclando la planta con miel y vinagre e hirviéndolo hasta que se consigue una textura
de jarabe.
Por ejemplo, uno de los más utilizados es ojimel de ajo. Para elaborarlo, mezcla 50gr. de ajo cortado en
rodajas, 250ml de vinagre y 300gr de miel y déjalo hervir hasta que adquiera consistencia de jarabe. Luego,
consérvalo en un recipiente de vidrio y tómalo como si fuera un jarabe (unas dos cucharadas soperas) o
para hacer gargarismos.
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