Novena Del Niño Jesús
Novena Del Niño Jesús
Novena Del Niño Jesús
Preguntar a los niños : ¿Dónde nació Jesús? ¿en qué circunstancia? ¿por qué
nació en Belén y no en Nazaret? ¿Qué hacían en Belén?¿ Alguien les alojó en su
casa esa noche?
Papá o mamá : ¿Se dan cuenta que para Dios no hubo ni hotel, ni clínica, ni
hospital para nacer? Y tuvieron que pasar la noche en un establo, donde se
guardan los animales.
Hoy vamos a traer la casita y las pajas donde colocaremos el resto del pesebre en
los próximos días. (Los niños colocan la casita o el toldo y las pajas donde se irá
armando el resto del pesebre).
Cuando nos portamos mal, hacemos lo mismo que hicieron los judíos con Jesús y
María: los alejaron, los expulsaron de su vidas y no les permitieron quedarse en
sus casas.
Te pedimos perdón Señor porque no te hemos recibido con alegría y amor en
nuestros corazones.
Porque hemos hecho sufrir a otras persona y niños.
Porque nos olvidamos de rezar y no compartimos con los demás.
Momento del Cuento: (adaptado de Los Soliloquios de Belén de Papini)
Habla el dueño del establo: ”En la posada no les han querido dar alojamiento, y no
sólo en la posada, en ninguna casa los han acogido para pasar la noche. Yo les
he dicho que sí. Claro que no en mi casa, sino en el viejo y destartalado establo
que tengo a la entrada del pueblo. Los pobres parecen que viajan sin mucho
dinero. Se ven tan débiles, tan frágiles. Me he dejado conmover, especialmente
por ella, con esa cara humilde, con esos ojos de niña que más parece un ángel. Y
parece que llevara un gran secreto contra su pecho, como otra joven llevaría un
ramo de flores.
No he tenido valor para negarles el establo. Si la joven parece a punto de dar a luz
al niño que lleva en su vientre. A lo mejor he actuado mal, estoy un poco
arrepentido porque la verdad es que no los he visto jamás por estos lados. Y con
los forasteros hay que tener cuidado. Pero están ahí sentados en el establo, en
silencio, como si rezaran a un Dios invisible o esperaran un milagro.
El pobre hombre parece buena persona. Ayuda y atiende a su mujer con tanto
respeto como si ella fuese una reina y él un criado. No entiendo nada, van por el
mundo solos los dos, sin un sirviente y sin una mujer que le ayude a ella a traer al
hijo al mundo. ¿Por qué habrán salido de viaje estando ella embarazada? Llevar a
esa pobrecita niña por los caminos de Judea en este mes frío y en sus
condiciones, no es propio de un hombre juicioso.
El establo es viejo y está sucio, pero al menos tiene un poco de paja limpia por ahí
en un rincón. Y un techo sobre la cabeza para librarse del frío de la noche.
Además los animales les darán calor con su aliento.
Comentamos el cuento.
Oración final:
Para terminar, rezamos el Padrenuestro tomados de las manos, pidiendo por las
familias, el país, la escuela, el colegio, los amigos, los compañeros, los pobres que
no tiene casa, ni techo y pasan frío y hambre.
DIA 2: EL REY DEL UNIVERSO NACE EN UNA
PESEBRERA
Esa noche, la más hermosa de las noches del mundo, nació Jesús. Así lo narra el
evangelio de San Lucas: “En esos días, el emperador dictó una ley que ordenaba
hacer un censo en todo el imperio. Todos iban a inscribirse a sus respectivas
ciudades de origen. También José, como era descendiente de David, salió de la
ciudad de Nazaret de Galilea y subió a Judea a la ciudad de David llamada Belén,
para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
Cuando estaban en Belén, le llegó el día en que debía tener su hijo. Y dio a luz su
primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en una pesebrera, porque no había
lugar para ellos en la posada.”
Esa joven madre que inclina su rostro bellísimo y pálido sobre su hijo, casi me
hace llorar. Y ese hombre, con cara de buena persona que contempla a la mujer y
al niño como si estuviera arrebatado de felicidad es un sueño. Y los pastores con
el rostro más enrojecido por la alegría que por el reflejo de las llamas del brasero.
Y esa criatura dulcísima tendida sobre las pajas, que contempla a todos los
adultos como si quisiera atraerlos hacia sí.
Este no es hijo de un hombre. He oído decir a los pastores que les fue anunciado
el nacimiento de un Dios. Cuanto más lo miro, más me convenzo que es verdad.
Los hombres no tienen esos ojos, no despiden ese resplandor.
¡Y pensar que lo he visto nacer, yo, pobre bestia de carga, despreciado por todos!
Soy el último de los animales de la tierra, soy un pobre saco de piel llagada y de
huesos molidos por las cargas, pero no me eches Niño, permíteme también a mí
ser testigo del nacimiento de un Dios misterioso, que quiso nacer en una
pesebrera”.
Comentamos el cuento:
¿Qué les ha parecido?. ¿Qué les llamó la atención?. ¿Algo nuevo en la relación al
día anterior?.
Oración:
El niño Jesús también recibió visitas y las primeras, fueron unos pastores que
cuidaban sus rebaños en las colinas. Así lo cuenta el evangelio de san Lucas:”
Cerca de Belén había pastores que pasaban la noche en el campo cuidando sus
rebaños. De pronto se les apareció un ángel del Señor y la gloria del Señor brilló
alrededor de ellos y tuvieron mucho miedo. Pero el ángel les dijo: “No tengan
miedo porque les traigo una buena noticia que será motivo de gran alegría para
todos. Hoy les ha nacido en el pueblo de David un salvador, que es el Mesías, el
Señor. Como señal, encontrarán ustedes al niño envuelto en pañales y acostado
en un establo.”
Mientras escuchan el canto del Gloria los niños colocan ángeles y pastores
alrededor del pesebre.
Habla el pastor: “¡Qué rabia más grande tengo, mis compañeros me han dejado
solo. Apenas han hablado con aquellos jóvenes desconocidos y se han largado
cerro abajo sin decirme a dónde iban. Yo estoy viejo y ellos corren más rápido que
yo, pero sé y conozco el mundo un poco mejor que ellos.
¿Quiénes serían aquellos jóvenes luminosos? Aquí en el pueblo nunca los
habíamos visto antes. Deben ser forasteros y de los forasteros no es bueno fiarse.
Hay que ponerlos a prueba primero, interrogarlos, preguntarles su nombre y de
dónde vienen ... , pero mis compañeros, sin experiencia alguna, a las primeras
palabras que ellos han pronunciado, han levantado los brazos como alas y han
salido corriendo como el viento.
En cambio estos pastores, compañeros míos se han quedado aquí con la boca
abierta mientras ellos les hablaban y les han creído todo lo que les dijeron. Y ¿qué
han sabido? Que allá abajo, en alguna gruta ha nacido un Rey. Pero por lo que yo
sé, los reyes no nacen en una cueva, ni en un establo sino en elegantes palacios o
castillos.
Y parece que este Rey desciende nada menos que del rey David y es Hijo de
Dios. Pero nuestro Dios, que yo sepa, no tiene hijos: es el Señor único, Creador
del cielo y la tierra y no hay otros dioses fuera de El. En cuanto a la familia del rey
David, después de mil años, mucho me temo que no quede en la tierra ni su
sombra. Y estos imprudentes corren, como locos perseguidos para ver el milagro.
Sin embargo, también yo quiero ir allá abajo; nunca se sabe.... En una de éstas es
verdad.......
Comentamos el cuento.
¿Qué les ha parecido?. ¿Qué les llamó la atención?. ¿Algo nuevo en la relación al
día anterior?.
Oración: Rezamos el Padrenuestro con las manos tomadas y pedimos a Dios por
la gente del campo: los pastores, los campesinos, los mineros, los que se
sacrifican por servir a los demás.
DIA 4: LA ESTRELLA DE BELÉN (MT 2,
1-2 )
Las estrellas son creación de Dios también como las flores, los animales, el agua y
las montañas. Dios las creó pensando en nosotros porque, no hay vista más
hermosa que un cielo estrellado. Disfrutamos tanto a la vista de las estrellas que
normalmente enmudecemos frente a ellas. ¡Tan lejanas, tan brillantes, tan
hermosas!
Acción de gracias:
Gracias Señor por la naturaleza, las flores, las estrellas, la luna, los animales y las
montañas. Gracias Señor por tu creación.
Las estrellas somos una familia muy, pero muy numerosa. Nuestra casa es tan
descomunalmente grande que ocupa todo el espacio abierto que existe en el
universo. En nuestra familia hay astros, estrellas, cometas, satélites y luceros.
Todos los miembros de nuestra familia estamos hechos de luz. Así lo quiso el
Creador cuando nos inventó para poblar el cielo y alumbrar a sus hijos terrícolas
de día y de noche.
Pasaron millones de años y un día el Señor me dijo: “Quiero que vayas de oriente
a occidente y sirvas de guía a tres reyes sabios que han decidido buscar por el
mundo al Niño Dios recién nacido para adorarlo. Yo te indicaré en qué lugar te
detendrás para que ellos lo encuentren.
Yo, que había vivido siempre en el mismo lugar, me sorprendí de esta decisión
divina, pero, obediente a los deseos de Dios, me dispuse a partir. Pero antes de
hacerlo, busqué el traje con cola más largo y bonito que tenía y me lo puse para
tan importante ocasión. Atravesé ríos y valles, montañas y colinas, mares y
desiertos, ciudades y pueblos, bonitos unos y desérticos otros.
Pero ¿quién era yo como para discutir las decisiones de Dios? Fue así como
detuve mi marcha y me quedé tranquila sobre el establo a la entrada del pueblo.
Luego de un rato pude distinguir a una pareja de padres que, recostados sobre
paja, contemplaban absortos al niño más hermoso que yo había visto nunca. Era
el Hijo de Dios, el Mesías, el Salvador. Y como pude, recogí mi vestido largo con
cola y me incliné delante de El.
Comentamos el cuento.
¿Qué les ha parecido?. ¿Qué les llamó la atención?. ¿Algo nuevo en la relación al
día anterior?.
San Mateo lo cuenta así: “Al ver la estrella se alegraron los reyes y habiendo
entrado a la casa hallaron al niño que estaba con María, su madre. Se postraron
de rodillas para adorarlo y abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso
y mirra”.
No sabemos detalles de cómo sería ese encuentro entre los sabios del oriente y la
familia humilde de Nazaret. No sabemos lo que comentaron los vecinos y
parientes de esta vista tan importante. Porque a los pobres no suelen visitarlos los
reyes ni los príncipes, ni tampoco recibir regalos tan finos y tan caros. Sin
embargo, estos personajes, al ver al Niño pequeño y frágil lo reconocieron como el
Mesías, el Hijo de Dios y se inclinaron delante de Él para adorarlo. No suele
ocurrir esto en ningún lugar del mundo: que personas tan importantes como son
los sabios y los reyes se arrodillen delante de un recién nacido para adorarlo.
¿Es aquí donde vive el Hijo de Dios? le preguntábamos nosotros y ella negaba
con su cabeza y con su cola. Luego de unos días más de viaje, la estrella se
detuvo en un pueblito de Judea, más precisamente sobre la casa modesta de una
familia también modesta. Yo, Melchor y Baltasar, que así se llamaban mis amigos,
nos miramos confundidos sin lograr entender cómo el Mesías, podría vivir en
aquel lugar. La caravana nuestra con sus vistosos camellos y los cofres en que
venían nuestros regalos para el niño causaron tal expectación entre los vecinos
del pueblo, que creo que se vaciaron las casas y poco a poco un tumulto bullicioso
se paró a nuestro alrededor. Nunca habían visto antes una caravana de reyes
extranjeros, montados sobre camellos y acompañados de pajes y criados.
Ahora que soy viejo, me gusta recordar esa escena porque cada vez que lo hago
se me llena el corazón de gozo y de paz.
Comentamos el cuento:
¿Qué les ha parecido?. ¿Qué les llamó la atención?. ¿Algo nuevo en la relación al
día anterior?.
Rezamos el Avemaría tomados de las manos y pedimos a María y a José que nos
cuiden y nos protejan de todo mal.
DIA 6: VISITA DE LOS ABUELOS
Canto de inicio
Sería una buena idea que este día estuvieran invitados los abuelos)
Joaquín y Ana, los padres de María, abuelos por lo tanto de Jesús, estuvieron
dichosos con la noticia del nacimiento de su nieto en Belén. Lo único que empañó
esa alegría fue el hecho de que hubiera nacido en el viaje y no en su casa donde
ellos hubieran estado presentes en el momento de venir al mundo. Al estar lejos,
ellos no pudieron acompañar a la hija querida como les hubiera gustado en esta
ocasión tan importante.
Contaban los días con ansiedad para poder estrecharlo entre sus brazos y se
preguntaban una y cien veces ¿de qué color tendrá los ojos? ¿negros como los
nuestros, color de cielo, color de primavera, color de miel? ¿se parecerá a su
madre?
De boca de unos vecinos que también habían viajado a Belén, les llegó la noticia
que la noche en que había nacido habían ocurrido hechos extraordinarios y
misteriosos. La gente del pueblo hablaba de una estrella hermosísima y muy
luminosa detenida sobre un establo, de rondas de ángeles que bajaban y subían
cantando y danzando por los cielos, de reyes y pastores que lo habían visitado.
Cuando por fin María y José llegaron de vuelta a Nazaret, ambos abuelos salieron
al camino a recibirlos. Sus ojos quedaron maravillados al mirar al niño envuelto en
pañales. María se veía más dichosa que nunca y al acercárseles, les alargó el
tesoro que llevaba apretado contra su corazón.
La mirada y la sonrisa del recién nacido los cautivó. Los abuelos se arrodillaron,
sin saber porqué, delante de él y lo acurrucaron y mecieron con veneración. Ya
podrían morir tranquilos, habían sido testigos presenciales del milagro más
increíble del mundo: un Dios que se hace frágil y pequeño como cualquier hijo de
vecino.
(Este día se pueden colocar florcitas en el pesebre)
No entiendo nada de lo que pasa. Luz arriba y luz abajo. Parece que se está
haciendo de día y sin embargo, este no es el calor del sol.
Me parece que hace poco que he vuelto al nido y en esta época del año las
noches no terminan nunca. No puede ser la mañana. Aquí hay un misterio.
Y a mí, que mañana a primera hora tengo que salir en busca de alguna semilla
para no morirme de hambre, estas luces y estas voces no me convienen nada.
Las otras noches estábamos tan en paz que era una delicia. En verdad que no
entiendo lo que tiene que buscar la gente a esta hora para molestar a un pobre
pájaro que durante el día tiene que afanarse para ganarse la vida. ¿Por qué no
duermen tranquilos y se callan de una vez por todas?
Comentamos el cuento.
¿Qué les ha parecido?. ¿Qué les llamó la atención?. ¿Algo nuevo en la relación al
día anterior?.
Rezamos un Avemaría por los abuelos y abuelas y pedimos perdón por los niños
que matan a los pajaritos en sus nidos.
DIA 7 YA ESTAMOS CERCA: ¡VEN SEÑOR, NO DEMORES!
Canto de Inicio
Vamos a rezar delante de ellos para que intercedan por nosotros ante Jesús, su
Hijo.
Cuenta la leyenda que un día Dios decidió que un angelito que estaba en el cielo
naciera como un niño en la tierra. El angelito estaba preocupado y un montón de
preguntas bailaban en su cabeza. Así que decidió conversar con Dios para aclarar
sus dudas.
Ángel: “Me contaron que quieres enviarme a la tierra mañana, ¿pero cómo vivir
tan pequeño e indefenso como soy en ese lugar extraño?
Dios: No te preocupes por eso, respondió Dios, Elegí un ángel para ti que te está
ya esperando y te cuidará.
Ángel : Pero dime, aquí en el cielo no hago nada más que cantar y sonreír, eso
basta para ser feliz. ¿Seré tan feliz allá abajo como aquí arriba?
Dios: Tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás
feliz.
Dios: Tu ángel te enseñará con cariño a hablar y te dirá las palabras más dulces y
más tiernas que hayas escuchado.
Ángel : He oído decir que en la tierra hay hombres malos ¿quién me defenderá de
ellos?
Una gran paz reinaba en el cielo, pero ya se oían voces terrestres y el niño
presuroso repetía con lágrimas en los ojos sollozando ¿cómo se llama mi ángel?
Comentamos el cuento:
¿Qué les ha parecido?. ¿Qué les llamó la atención?. ¿Algo nuevo en la relación al
día anterior?.
Rezamos el Avemaría por todas las mamás del mundo especialmente por las que
han perdido un hijo. Y por los hijos que han perdido a su mamá. Agradecemos por
todas las personas que cuidan niños “sin mamá” y mientras ellas están ausentes
por trabajo u otras razones: las tias de los jardines, las abuelitas, personas de
buena voluntad.
DIA 8: ESPERANDO AL NIÑO CON MARÍA Y JOSÉ
Oración : Perdón Señor por haber olvidado la razón por la que celebramos
Navidad.
Perdón Señor, por no preocuparnos de los más pobres que pasan Navidad tristes
sin amigos, sin cenas y sin trabajo.
Querido Niño Dios: Me gustó mucho escuchar la historia de tu nacimiento, que nos
contó la profesora esta mañana ¿sabes por qué?. Descubrí que tú y yo en algo
nos parecemos. Tú naciste estando tus padres de viaje, yo nací un día en que mi
mamá iba a lavar a la casa de una familia del barrio alto; era su último día de
trabajo. Tú naciste en un establo, yo, en la parte de atrás del bus donde viajaba mi
madre. Tus papás no encontraron un hotel, ni una casa donde alojarse, mi mamá
nunca ha estado en un hotel ni tampoco en una clínica. Creo que en tu nacimiento
no hubo médicos ni enfermeras, en el mío tampoco, sólo un carabinero buena
persona y una paquita que fue muy amorosa con mi mamá. María te envolvió en
pañales y en paja para calentarte, a mí me envolvieron en una toalla usada que
había en el retén. Y claro, en las comisarías no tiene por qué haber un stock de
pañales.
Dicen que apenas asomaste al mundo, unos pastores que cuidaban sus rebaños
en el cerro, se encargaron de hacer correr la noticia por el pueblo, y luego volaron
a conocerte y te llevaron huevitos y corderos de regalo. En mi población, apenas
nací, también las comadres se encargaron de dar la noticia por el barrio y unas
cuantas vecinas me llevaron tortillas de rescoldo y bolsitas de té. En realidad los
regalos que llevaron eran más bien para mi mamá.
Tú causaste una gran alegría a tus padres cuando naciste, yo también. Siempre
me han contado que mi papá se atrevió a pedirle a sus jefes un día libre para
ayudar a mi mamá y mi mamá estaba tan sonriente que todo el mundo le dijo que
se veía más linda que nunca, con su pelo negro y sus ojos claros.
Claro que si, nos parecemos en muchas cosas, ahora estoy pensando en que
hubo grandes diferencias entre tú y yo. En mi nacimiento no asomaron coros de
ángeles en el cielo, tampoco vinieron reyes a mi casa con regalos de esos que te
hicieron a ti. Nunca he visto ni siquiera un anillo de oro y tampoco frascos de
perfume en mi casa. Mi familia es pobre como la tuya, el dinero es poco como
para darse esos gustos. Dicen que la gente y hasta los reyes que viajaron de muy
lejos para conocerte se arrodillaron delante de ti cuando te vieron, y te hicieron
reverencias de esas que se les hacen sólo a los príncipes.
Te quiero pedir un solo regalo para mí en esta Navidad: que encuentres a una
persona de buen corazón que me regale una caja de herramientas para aprender
el oficio de carpintero. También me quiero parecer a ti en esto de la carpintería.
Los otros regalos que me atrevo a pedirte son para mi familia: para mi papá que
pueda llegar más temprano a casa, para mi mamá que siga siendo buena y bonita
como cuando nací y para mi hermanita Natalia que se mejore de su pulmón.
Comentamos el cuento.
¿Qué les ha parecido?. ¿Qué les llamó la atención?. ¿Algo nuevo en la relación al
día anterior?.
Rezamos un Avemaría tomados de la mano pidiendo por los niños que nacen
enfermos, los niños que no tiene mamá ni papá, que no conocen a Jesús.
Canto de inicio
Mamá o papá: Como pueden ver la espera ya
termina. Estamos contentos de haber rezado
esta novena, y de tener el pesebre y el árbol
listos para recibir a Jesús. Mañana por la tarde
iremos todos juntos a la Misa de Navidad y de
vuelta traeremos al Niño Dios en nuestros
corazones. Y sólo entonces colocaremos la
figura del Niño en el pesebre entre María y
José. Encenderemos las luces del árbol,
cantaremos villancicos y en nuestra casa
habrá ambiente de cumpleaños, porque el 25
es el CUMPLEAÑOS DE JESÚS.
Esto es algo que escribo en mi diario de vida. Nadie lo sabe, es como un secreto
que guardaré para siempre. Me llamo María José, tengo 10 años y tengo lista mi
casita del alma para recibir a Jesús en la comunión mañana en la noche. El alma
es algo que no se ve, pero puede ser perfectamente un hogar para alguien que es
también invisible como mi Dios.
Me gusta jugar con muñecas, yo las visto, las baño, las peino, las paseo en el
coche y les hablo como si fueran de verdad. Debe ser por esto que hace unos días
se me ocurrió que yo podría prepararle a Jesús una habitación en mi corazón para
recibirlo bien, con cunita, sábanas de hilo, ropita de lana y de seda y hasta
zapatitos.
Ustedes se preguntarán cómo lo logré. Muy fácil. Lo primero de todo será barrer
mi casita invisible (mi alma) de las suciedades que se acumulan cuando nos
portamos mal y corrí donde el sacerdote y le confesé mis peleas, mentiras,
envidias y rabietas que tengo de vez en cuando. Mi casita quedó blanca como la
nieve.
Luego me dije ¿Cómo consigo una camita para el niño? Y se me ocurrió que
dando algo mío muy querido la tendría. Y regalé la más bonita de mis muñecas a
una prima que es un poco peleadora conmigo. Curioso pero no me costó tanto
como había imaginado. Al día siguiente pensé ¿cómo lo hago con las sabanitas y
la ropa de cama?. Podría ser ayudando a mi mamá a acarrear la ropa sucia del
canasto al lavadero. Y así lo hice. Mi mamá se sorprendió mucho porque nunca
había hecho yo ese simple servicio. Y sentí que en mi corazón se instalaba una
alegría que crecía y crecía.
Pero faltaba todavía la ropita del niño: pañales camisitas, baberos, chombitas de
lana y zapatitos. Descubrí que comiendo todo lo que no me gusta, podría servirme
para alcanzar esta meta. Y me pasé toda una semana comiendo porotos,
ensalada de zanahorias, tortilla de acelgas y pan negro del que come mi mamá sin
hacer el más mínimo reclamo. Nadie lo quería creer en mi casa pero yo calladita
no más guardé mi secreto hasta hoy que se lo cuento a mi diario de vida.
También quería tenerle al Niño un caballito balancín para cuando fuera un poco
mayor. ¿Cómo lo logré? Rezando durante 5 noches un rosarito; algo que yo
inventé y que consiste en rezar 1 Padrenuestro y 3 Avemarías. Esto fue lo que
más me costó porque soy dormilona y apenas me acuesto me quedo dormida.
Hoy mi mamá me ha dicho: “¡Cómo has cambiado últimamente niña mía!. Pareces
un ángel”. Yo quise contarle el secreto pero luego me arrepentí. A lo mejor lo
comparto con ella algún día pero no ahora.
Comentamos el cuento.
¿Qué les ha parecido?. ¿Qué les llamó la atención?. ¿Algo nuevo en la relación al
día anterior?.