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Las ONG
CAPÍTULO 3
1
La falta de afán de lucro, unida al hecho de que no se arriesgue capital propio -sino el de los
donantes-, lleva a J. P. Jacob -citado por Olivier de Sardan (1995: 191)- a sugerir, en tono
irónico, que las ONG pudieran ser vistas como empresas que no asumen riesgos o que, al
menos, los transfieren a quienes pretenden ayudar con sus actuaciones.
2
Con esta denominación, empleada por vez primera en los años ‘70 y que ha alcanzado cierta
popularidad, se intenta expresar una forma organizativa distinta a las empresas y a las
administraciones públicas.
168 Parte 2
Las ONG de desarrollo (ONGD) que nos ocupan, compartiendo los rasgos
comunes a todo el sector, son aquellas cuyo objetivo explícito pasa, sin entrar por el
momento en detalles, por favorecer el desarrollo de países considerados
subdesarrollados y atender y prestar apoyo a la población menos favorecida de éstos,
a través de la implantación de políticas, programas de cooperación u otras
actuaciones específicas.
Acudiendo a las definiciones que realizan las propias instituciones implicadas y
circunscribiéndonos a la realidad española, la Coordinadora de Organizaciones No
Gubernamentales para el Desarrollo - España (CONGDE), que a mediados de 2000
agrupaba a 105 entidades -de las que 8 eran coordinadoras territoriales-, entre las
que se incluyen las más representativas3, señala que "las ONGD son organizaciones
autónomas, legalmente constituídas y sin fines de lucro, que trabajan en cooperación
internacional para el desarrollo. Están formadas por ciudadanos y ciudadanas que
creen que, además de la ayuda entre gobiernos, es necesaria la cooperación solidaria
entre pueblos" (CONGDE, 1995: 4). En el 'código de conducta' aprobado en 1997 se
insiste de nuevo en su composición al afirmar que "las ONGD, como expresión de la
solidaridad existente en la sociedad, jugamos un papel importante en el ámbito de la
cooperación internacional precisamente por ser la sociedad la que nos asigna este
cometido". A su vez, se recalca el carácter no lucrativo de las mismas: "la totalidad de
los ingresos obtenidos deben beneficiar a la población sujeto de los programas de
desarrollo, ser utilizados en actividades de educación y de sensibilización y, en último
lugar, ser destinados al funcionamiento de la propia organización" (CONGDE, 1998b).
Por su parte, la Federació Catalana d’ONG per al Desenvolupament (1997: 5-7), en su
código ético, afirma que “las ONGD forman parte, sin agotarlo, del fenómeno
asociativo voluntario de la sociedad civil” y se caracterizan -al menos así debería- por:
i) “disponer de un grado mínimo de estructura estable”; ii) “no perseguir ningún afán
de lucro”; iii) “disponer de un cierto grado de apoyo público y presencia social”; iv) “el
carácter voluntario y motivado de sus recursos básicos”; v) “su independencia
institucional y decisoria de cualquier instancia gubernamental o intergubernamental”;
vi) “disponer de mecanismos transparentes y participativos”; vii) “estar abiertas al
3
La Coordinadora de ONGD - España fue creada a finales de los años ‘80 por siete
organizaciones con el ánimo de coordinar a "las ONG que trabajan en cooperación
internacional para el desarrollo, bien con proyectos para países del Tercer Mundo, bien
realizando educación para el desarrollo y sensibilización aquí, en España". Paralelamente,
existen otras "16 coordinadoras autonómicas de ONGD que, en conjunto, suman unas 300
organizaciones dedicadas a la solidaridad internacional". La Federació Catalana de ONGD
acoge en su seno a 69 entidades (CONGDE, 1998a, 1999a y 2000).
El rol de las ONG de desarrollo 169
escrutinio y debate públicos”; viii) “su voluntad de actuar como agente de cambio
social”; ix) “actuar por la solidaridad internacional y el desarrollo”; y x) “la práctica
coherente entre los fines y los medios empleados para superar las desigualdades
Norte-Sur”.
Asimismo, y a título de ejemplo, algunas de las más destacadas ONGD
españolas, en sus documentos programáticos o cartas de presentación se
autodefinen del siguiente modo: "organización no gubernamental de desarrollo,
aconfesional, apolítica y apartidista que trabaja (...) con el objetivo de contribuir a la
erradicación de la pobreza [y] mejorar las condiciones de vida de los niños, familias y
comunidades más desfavorecidas del Tercer Mundo a través del impulso de proyectos
de desarrollo integral" (Ayuda en Acción); "Fundación independiente y sin ánimo de
lucro, que trabaja para aliviar la pobreza de las poblaciones más desfavorecidas del
Tercer Mundo y proporcionarles medios para que ellas mismas puedan alcanzar su
propio desarrollo" (Intermón); "organización no gubernamental sin fines lucrativos que
aporta su ayuda a las poblaciones en situación precaria y a las víctimas de catástrofes
de origen natural o humano, sin ninguna discriminación de raza, sexo, religión,
filosofía o política. (...) Desde un pensamiento aconfesional y apolítico, atiende a toda
persona no beligerante que lo necesite (...)" (Médicos Sin Fronteras); u "organización
sin ánimo de lucro, independiente, tanto confesionalmente como políticamente. Su
actuación se basa en el respeto de los derechos humanos y la dignidad de las
personas" (Medicus Mundi)4.
La Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI)5, por otro lado,
destaca la labor de colaboración de las ONGD con las administraciones públicas,
dando a entender que son útiles en la resolución de déficits sociales que los
Estados -y el libre mercado- no pueden satisfacer: "Su trabajo [muestra] la positiva
4
La declaración de independencia que se suele repetir en las definiciones cabría relativizarla
en ocasiones. Tal como se observará más adelante, existen ONG que están vinculadas
institucionalmente a la Iglesia (caso de Manos Unidas, que declara explícitamente ser católica,
de Cáritas...) o que son afines a ella; otras que dependen directamente de organizaciones
políticas o sindicales (v. gr., Fundación Largo Caballero, Paz y Solidaridad...); o incluso otras
más que, paradójicamente, son de carácter oficial, esto es, actúan al amparo del Estado o de
órganos de la administración pública (Cruz Roja o CEAR).
5
La Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) es un organismo autónomo
adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores, a través de la Secretaría de Estado para la
Cooperación Internacional y para Iberoamérica (SECIPI), encargado de gestionar la política
española de cooperación internacional para el desarrollo, sin perjuicio de las competencias
asignadas a otros departamentos ministeriales.
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Ortega Carpio (1994: 39-40) señala que el primer documento oficial que hace
referencia al término ONG es la Carta de las Naciones Unidas (capítulo X, artículo
71), que faculta al Consejo Económico y Social a "celebrar consultas con
organizaciones no gubernamentales que se ocupen de asuntos de la competencia del
Consejo". Sin embargo, en esta definición la utilización del término queda restringida a
organismos de carácter internacional -cuando en realidad la mayor parte de las ONG
dedicadas a la cooperación para el desarrollo son de carácter nacional o local-, tal
como se desprende de la resolución 28 (X) de la ONU, de 27 de febrero de 1950, en
la que con la expresión ONG se designa a "toda organización internacional cuya
constitución no sea consecuencia de un tratado intergubernamental".
Pero las primeras organizaciones humanitarias privadas que más tarde
pasarán a denominarse, por oposición a los organismos intergubernamentales de
Naciones Unidas, ONG (perdiendo el término su acepción jurídica y adquiriendo la
dimensión sociológica actual), aparecen ya durante la II Guerra Mundial con el
objetivo de mitigar los desastres bélicos y asistir a sus víctimas6. En esos momentos,
el mayor protagonismo lo tienen organizaciones religiosas norteamericanas tales
como el Catholic Relief Service (CRS), fundado en 1943, que coordinaba la acción de
las parroquias católicas, y el Church World Service entre las protestantes. Entre las
organizaciones laicas, tienen un papel destacado el International Rescue Commitee
6
La Cruz Roja Internacional, nacida en 1863 a instancias de Henri Dunant a causa de la
conmoción que le produjeron los heridos de la batalla de Solferino, constituiría un caso
excepcional por la fecha de su fundación y por su precoz arraigo, que culmina en las
operaciones de socorro que lleva a cabo durante la I Guerra Mundial. Un caso aun más atípico
-hasta el punto de que es difícil considerar que sea propiamente una ONG, a pesar que
algunos autores así la tratan- es la Orden de Malta, fundada en el s. XI con el pretexto de
proteger a los peregrinos que viajaban a los Santos Lugares y que aún hoy en día continúa
desarrollando actividades de beneficiencia. Baiges et al. (1996: 95-6) también apuntan la
posibilidad de incluir en el terreno de la cooperación las acciones en los sectores educativo y
sanitario promovidas por las misiones en la época colonial.
172 Parte 2
7
Gardner y Lewis (1996: 107), citando a Edwards y Hulme (1992), indican que el número de
ONG registradas en los países de la OCDE pasó de 1.600 en 1980 a 2.970 a inicio de los ‘90.
Las cifras coinciden en buena medida con las de Baiges et al. (1996: 96): 1.600 en 1980,
2.500 en 1990 y 3.000 en 1995. Entre 1980 y 1990, los recursos manejados por las mismas
pasaron de 2.800 a 5.800 millones de dólares (Gardner y Lewis [ibíd.]). Smith (1996: 29), de
acuerdo con Cernea (1988), sitúa en 900 millones de dólares el presupuesto de las ONG en
1970 y en 4.000 millones en 1985. Asimismo, Moran (1996: 6), que reproduce datos de
Tecnoserve (1989), se refiere a la existencia de más de 4.000 ONG en los países de la OCDE
en los años ‘70, cifra que se dobla a lo largo de los ‘80. Fisher (1996: 58), a su vez, calcula en
unas 200.000 las 'grassroots organizations' (organizaciones o grupos de base que, con
independencia de sus orígenes -históricos o actuales, intra o extracomunitarios-, de las formas
que adopten -asociaciones de desarrollo local, altruistas o de interés, genuinas o de
representación; cooperativas...- o de su ámbito de actuación, trabajan para mejorar o
desarrollar sus propias comunidades) existentes en el mundo a inicios de los ‘90 y entre
30.000 y 50.000 el número de 'grassroots support organizations' (constituidas por gente
externa a la comunidad, pero que trabaja en colaboración con ella sea aportando recursos,
ayuda técnica...) en el Tercer Mundo, la mayor parte de ellas creadas en los últimos 25 años.
También resulta difícil conocer con exactitud el número de ONGD que operan en España.
Como ya se ha señalado, la CONGDE (1998a) se aventura a dar una cifra aproximada de 300,
de las que casi un centenar estarían federadas en la Coordinadora. De Felipe y Rodríguez de
Rivas (1995) dan cuenta de 218 ONG, de las cuales 158 trabajarían específicamente en temas
de cooperación con el Tercer Mundo.
El rol de las ONG de desarrollo 173
8
Hancock (1989: 79-110) incluye en el grupo de lo que califica como 'aristocracia de la ayuda'
a las organizaciones CARE, World Vision, Project Hope, War on Want, Oxfam, Christian Aid y
Médecins Sans Frontières (MSF) -creada por B. Kouchner en los años ‘70 y la última en
incorporarse al grupo de las elegidas, siendo además la única que no tiene raíces
anglosajonas. El citado autor cuantificaba las donaciones recibidas por éstas en 2.400 millones
de dólares. Benthall (1993), por su parte, sitúa entre las más relevantes a Cruz Roja, CARE,
World Vision, Oxfam, Christian Aid, Save the Children Fund y Médecins Sans Frontières, y
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de Acción Católica y de la que procede Manos Unidas, que cuenta con personalidad
canónica y el reconocimiento de la Conferencia Episcopal; de Medicus Mundi, rama
española de la organización internacional del mismo nombre, que aparece en 1963
alentada por la reunión en Londres de la Asociación Internacional de Médicos
Católicos; del Institito de Estudios Políticos para América Latina y África (IEPALA),
cuyos orígenes se remontan a 1958 en Montevideo y que constituyen en España, en
1965, un grupo de profesionales católicos progresistas; o de Justicia y Paz, fundada
en 1968.
En el cambio de rumbo en la línea programática de las nuevas ONG influyen,
sin duda, los acontecimientos políticos y las convulsiones sociales que marcaron a la
década de los ‘60 -especialmente en su segunda mitad- y que, aunque sea
levemente, también repercutieron en España: es el momento de los movimientos
civiles, del cuestionamiento de la autoridad del Estado y de los fundamentos de la
sociedad industrial (mayo francés, primavera de Praga, protestas contra la guerra del
Vietnam) y también de la celebración del Concilio Vaticano II, que impulsa la
participación de los laicos en el seno de la Iglesia (De Felipe y Rodríguez de Rivas,
1995: 77).
Con la llegada de la democracia y las profundas transformaciones políticas
experimentadas, se produce una inflexión. Si desde 1864, fecha de la adhesión de la
Cruz Roja española al I Convenio de Ginebra, hasta los años ‘40, cuando nace
Cáritas, no puede contabilizarse la fundación de ninguna ONG; y si hasta 1979 se
crean -de acuerdo con los datos que manejan Zavala Matulic (1994: 217) y Baiges et
al. (1996: 96)- 1,2 ONG de promedio anual, en la década de los ‘80 se produce la gran
irrupción, constituyéndose 51 ONGD de las federadas en la Coordinadora española.
Además, el advenimiento de la democracia coincide con el inicio de la
cooperación oficial española en su condición de país donante y con la apertura
progresiva de un diálogo institucional entre la Administración y las ONG (hasta la
fecha, prácticamente sólo se habían mantenido relaciones con Cruz Roja, por su
naturaleza oficial, o con los organismos asistenciales de la Iglesia). Con la creación,
en 1988, de la AECI, órgano ejecutor de la política española de cooperació para el
desarrollo, y con la incorporación del país a la Comunidad Europea en 1986, se facilita
el acceso a los canales de financiación y, con ello, se amplían las expectativas de las
ONG9.
Aunque a finales de los ‘70 e inicios de los ‘80 priman las cuestiones de
política interna sobre las de carácter internacional (las ONG que aparecen en este
periodo se hallan próximas a círculos políticos o tienen un marcado acento
intelectual, como CIDOB -aunque nacida 1973, se constituye en Fundación en 1979-;
CIPIE, creada en 1981; AIETI, en 1981; o incluso el Movimiento 0.7%, en 1983), a
medida que se consolida definitivamente el sistema democrático, y como producto de
las nuevas preocupaciones sociales de los ciudadanos, comienzan a arraigar ONG
internacionales -vinculadas a matrices extranjeras y no condicionadas por las
circunstancias políticas nacionales-, tales como Ayuda en Acción, filial de la
organización inglesa Action Aid, fundada en 1980, o Paz y Cooperación, adscrita
desde 1982 al Bureau Internacional de la Paz de Ginebra y a la Federación Mundial
de Ciudades Unidas. Más adelante verán la luz las ONG profesionales,
preferentemente ligadas al sector sanitario (tales como Médicos Sin Fronteras o
Médicos del Mundo, organizaciones de origen internacional implantadas en España,
respectivamente, en 1986 y 1990), pero también a los más variados ámbitos de
actividad (veterinarios, pedagogos, arquitectos, ingenieros... e incluso payasos sin
fronteras).
En 1986 -como se ha escrito- se fundó formalmente la CONGDE, gestada en
años anteriores durante las campañas de recogida de firmas demandando que el
gobierno destinara el 0.7% del Producto Interior Bruto a la ayuda al desarrollo,
siguiendo la recomendación formulada por Naciones Unidas. Una de las razones que
precisamente aconsejaron su creación como entidad jurídica fue la necesidad de
instaurar la figura de un interlocutor formal para establecer unas bases de diálogo
estables con las administraciones públicas.
Paulatinamente se irán incorporando a la CONGDE otras organizaciones que
han alcanzado un cierto arraigo o presencia pública, como ACSUR-Las Segovias o
Entrepueblos, constituidas respectivamente en 1986 y 1988 al calor de la revolución
sandinista; Alternativa Solidaria-PLENTY, creada en 1986; HEGOA, SODEPAZ o
9
Se ha llegado a aventurar la hipótesis de que en la creación, en tiempos recientes, de
algunas ONG -especialmente las de menor tamaño- pudieran haber influido más las
subvenciones otorgadas y las facilidades de financiación que objetivos definidos en el terreno
de la cooperación. Este fenómeno, no circunscrito al ámbito español, ha llevado a algunos
autores a afirmar que detrás del origen de numerosas ONG está el 'espíritu de despilfarro' de
los donantes (Akbar Zaidi, 1998: 77).
176 Parte 2
Vetermón, en 1987; etc. Asimismo, y participando del auge del sector, surgirán
también otras ONG próximas a partidos políticos (v. gr., Solidaridad Internacional, que
aparece en 1986, e IPADE, en 1988, ambas vinculadas al PSOE; o más
recientemente la Fundación Cánovas del Castillo, en la órbita del PP) y a sindicatos (a
la Fundación Largo Caballero, fundada en 1978 y que depende orgánicamente de
UGT, se le ha sumado a partir de 1989 Paz y Solidaridad, dependiente de CC.OO.,
así como otras más)10.
La aparente eclosión del movimiento de solidaridad en España, producida en
los años ‘90, no sólo queda reflejada en la creación de numerosas organizaciones,
sino también -y muy especialmente- en la intensa movilización de voluntarios y en la
captación de recursos. A título de ejemplo, los citados De Felipe y Rodríguez de Rivas
(1995: 80) señalan que en verano de 1994 las ONG españolas se situaron a la cabeza
de Europa en la recaudación de fondos para Ruanda (a finales de agosto se habían
recaudado 2.840 millones de pesetas), desbordando todas las previsiones y
superando, por su cuantía, a Alemania, Bélgica, Francia e Italia, que se distinguen por
ser los mayores donantes ante situaciones de emergencia. Y más recientemente, a
finales de 1998, recaudaron en apenas un mes la increíble cifra de 17.704 millones de
pesetas para ayudar a las víctimas del huracán Mitch (CONGDE, 1999b).
10
Aunque es en esta época cuando nace el mayor número de ONG laicas, no se puede
desdeñar la cantidad de ONG de inspiración cristiana que paralelamente aparecen en escena:
CODESPA, promovida en 1985 por un grupo de empresarios próximos al Opus Dei;
PROSALUS, surgida en 1986 como una iniciativa de la Orden Hospitalaria de San Juan de
Dios en España; Madreselva y PROYDE, creadas respectivamente en 1984 y 1988 de la mano
de los salesianos, etc.
El rol de las ONG de desarrollo 177
ámbito, resulta difícil improvisar una definición del mismo. Aunque haya quienes lo
identifiquen con lo que denominan ‘sector voluntario’ (‘voluntary sector’), de hecho lo
habitual es también definirlo en términos de exclusión: en efecto, se trata de un sector
que no pertenece a la esfera de lo público ni depende de las administraciones
públicas, de lo que se deduce que nace de la iniciativa privada; y se trata de un sector
no lucrativo (‘non-profit motivated’), de lo que se infiere que el carácter voluntarista es
-a pesar de que la significativa profesionalización que está afectando a numerosas
ONG pudiera desmentirlo- un elemento constitutivo de dicho sector (Green y
Matthias,1997: 1-38).
Debido al carácter polisémico de la expresión y a falta de claridad en su
definición, Jerez (1997:15) sólo arriesga a anunciar que el ‘Tercer Sector’ es un
espacio difuso “en pie de igualdad a nociones como el mercado y el Estado” en cuyo
seno se constituye una ‘nueva sociedad civil’11. Aunque espacio residual -alternativo al
Estado y subsidiario del mercado-, es un ámbito “socializado y de socialización activa
y voluntaria”, en el que se expresan las solidaridades que son su fundamento ético,
que se enfrenta a la pasividad, ineficiencia y lejanía que han desarrollado las
burocracias públicas modernas y a los fallos y a las injusticias que derivan del libre
mercado (Salinas Ramos, 1997: 120)12, permitiendo satisfacer necesidades no
cubiertas por aquellos y, en otro plano, reorientar sus trayectorias disgregadoras y
11
Existe mayor consenso cuando se trata de definir los rasgos de las organizaciones que
pertenecen a este sector: al carácter privado, a la falta de ánimo de lucro y al trabajo voluntario
deben añadírseles una estructura formal que responda a criterios hasta cierto punto
institucionalizados y capacidad de autogobierno, esto es, aptitud para controlar el desarrollo de
las actividades propias; a su vez, deben prestar servicios públicos -y, en general, ofrecer
respuestas novedosas ante problemas particularmente difíciles de resolver desde el Estado o
a través del mercado- y deben ser portadoras de valores constitutivamente sociales. Se
moverían en el interior de este espacio organizaciones asistenciales o de caridad; movimientos
sociales (de reivindicación de bienes materiales o simbólicos, tales como el sindicalismo, el
feminismo, el ecologismo...); asociaciones civiles (de ámbito vecinal, de carácter deportivo,
culturales, de ocio...); las ONG, con sus distintos anclajes institucionales y sociales; y las
fundaciones y otras entidades de naturaleza filantrópica (Jerez y Revilla, 1997: 30-1). Este tipo
de organizaciones, sean de carácter asistencial o marcadamente reivindicativas (en el primer
caso -como señala Fuentes (1996)- con planteamientos particularistas, actuando en
sustitución -o como complemento- de la acción del Estado, y en el segundo con
planteamientos más universalistas que reflejan una problemática social e hipotéticamente en
confrontación con el Estado), se estructurarían en mayor medida en forma de 'redes' -en
general con un elevado grado de descentralización-, más aptas para dar respuesta a las
transformaciones sociales acaecidas, que en la forma de movimientos políticos a la vieja
usanza (Alonso y Jerez, 1997: 210).
12
Es interesante observar que mucha de la literatura que defiende las cualidades del Tercer
Sector enfatiza sólo el fracaso de Estado -esto es, su incapacidad para repartir los beneficios
del desarrollo entre la población-, pero en cambio raramente lo considera como un medio para
corregir el fracaso del mercado.
178 Parte 2
13
Para Riechmann (1994: 28), los sujetos que actúan en dicho espacio -un espacio público en
el que se articulan las identidades- son 'productores de conocimiento social': median en la
transformación del conocimiento cotidiano en conocimiento profesional y, a su vez, suministran
nuevos contextos para la reinterpretación del conocimiento profesional.
El rol de las ONG de desarrollo 179
14
Para Luhmann, el concepto de ‘complejidad’ sirve para determinar formalmente la relación
sistema/entorno. La creciente complejidad en las relaciones entre un sistema y su entorno
determina que éstas puedan llegar a ser precarias (su pervivencia depende de la capacidad
del sistema para seleccionar y reducir así su complejidad). Ello explica que en los sistemas
políticos con elevada complejidad los medios tradicionales de poder devengan cada vez más
inservibles y deban minimizarse.
15
Beck (1997: 181-4), en un sugestivo ensayo en que destaca la dimensión política de la
globalización y descubre las falacias que la encubren, remarca que la cooperación
180 Parte 2
18
Tal como se observará cuando se trate el tema del voluntariado, esta elevada motivación
halla su fundamento en el hecho de que, en general, los miembros de las ONG trabajan en
favor de una causa; esto es, actúan impulsados por creencias e ideologías y desean,
fundamentalmente, transmitir sus valores a la sociedad confiando en que sean adoptados por
el mayor número de personas. En teoría ello permite que las ONG puedan acceder con mayor
facilidad a recursos sin coste (caso del trabajo voluntario no remunerado) o a bajo coste.
19
La ayuda oficial al desarrollo, y así se reconoce desde el Comité de Ayuda al Desarrollo
(CAD), ha caído a niveles históricos. A ello hay que añadir el flujo decreciente de capitales a
los países pobres -en el contexto de la crisis de los mercados emergentes- y el descenso en el
precio de las materias primas (Financial Times, 10-2-1999). Según informaciones recogidas
por El País (14-8-1999), desde 1992 la ayuda a los países subdesarrollados se ha reducido en
15.000 millones de dólares, hasta situarse, en 1997, en el cómputo de 43.800 millones de
dólares. Según los datos que manejan Randle y German en Intermón (1998: 115), se cifra,
para el referido año, en 47.600 millones de dólares. Estados Unidos, el segundo donante
mundial tras Japón, habría pasado de destinar el 0,21% de su PNB a tan sólo el 0,09%.
España sería uno de los pocos donantes que habrían aumentando las partidas dedicadas al
desarrollo, pese a que en términos porcentuales se ha pasado del 0,28% del PIB en 1992 y
1993 hasta el 0,24% previsto para 2001 -que suponen unos 251.755 millones de pesetas-,
confirmando que el aumento de la ayuda es una consecuencia del incremento del PIB más
que el resultado de un esfuerzo superior (El País, 17 y 20-10-2000). En 1998, la ayuda oficial
al desarrollo de los países del CAD se situó en el 0,23% de su PIB; la media de los países
comunitarios estaría en el 0,34%. Por otra parte, y de acuerdo con los datos de Intermón (op.
cit.: 28), el total de los recursos de las ONG españolas no ha cesado de aumentar, pasando de
14.000 millones en 1991 a 42.000 millones en 1996 (en pesetas constantes de 1997), de los
que 24.000 millones son fondos destinados por las administraciones públicas (poco más de
4.000 millones en 1991) y, de ellos, unos 11.000 millones pertenecen a subvenciones de la
SECIPI -que se calcula que ascenderán a 13.500 en 2001 (El País, 17-10-2000). La oficina de
ayuda humanitaria de la Unión Europea (ECHO), por su parte, ha destinado a las ONG
españolas, de 1996 a 1998, unos 17.000 millones de pesetas, a través de la firma de 282
contratos (El País, 23-2-1999).
182 Parte 2
20
Relacionar el surgimiento de las ONG y de los nuevos movimientos sociales con el cambio
axiológico hacia lo que algunos autores califican de postmaterialismo pudiera llevar a pensar
-como apunta Riechmann (1994: 42)- que nos hallamos ante 'movimientos de lujo',
protagonizados en su mayoría por personas que al tener cubiertas todas sus necesidades y
disponer de recursos sobreabundantes pueden permitirse el activismo político o dedicarse al
altruismo, sin caer en la cuenta de que, en general, las luchas que llevan a cabo y las acciones
que realizan responden a problemas globales objetivos, que incluso amenazan la continuidad
de la civilización.
El rol de las ONG de desarrollo 183
21
En referencia al Grameen Bank, léase Yunus (1997).
22
Akbar Zaidi (op. cit.: 80) cita a Edwards y Hulme (1996), a Kaimowitz (1993) y a Wiggins y
Cromwell (1995) para ilustrar que en muchas ocasiones los suministros de las ONG,
especialmente cuando se trata de tecnología agrícola o de semillas, resultan más caros que
los que proporciona el sector público.
184 Parte 2
23
Para Akbar Zaidi (1998: 80) la 'profesionalización' de las ONG ha transformado la "política
de lo simbólico" que solían personificar en una "política de rituales".
24
Para Petras (1997), "[l]a mayoría de las ONG son auxiliares de los gobiernos y sirven para la
despolitización de la lucha y para aplicar soluciones superficiales a grupos limitados, todo ello
a costa de posibles transformaciones sociales. (...) Hoy, el imperialismo americano, el FMI y el
Banco Mundial gastan billones [se entiende miles de millones] de dólares financiando las
ONGs para tirar por tierra la lucha de clases, la salud pública y el pleno empleo".
El rol de las ONG de desarrollo 185
25
Hay ONG, incluso ONG locales, que progresivamente van adoptando la faz de instituciones
financieras encargadas de conceder microcréditos a bajo interés. Durante nuestra estancia en
Bolivia, tuvimos conocimiento de FONDESCO, una entidad que originariamente tenía la
responsabilidad de aportar financiación a los proyectos impulsados por CIPCA, pero que
paulatinamente ha ido adquiriendo autonomía en la gestión y ha acabado asemejándose a un
banco, con capacidad de conceder créditos con criterios comerciales. El caso aludido del
Grameen Bank en Bangladesh debería interpretarse en este mismo sentido.
186 Parte 2
26
El hecho de que la solidaridad esté de moda e incluso el hecho de que la gente pueda
llegar a ser muy generosa y solidaria ante acontecimientos puntuales o situaciones de
emergencia, no supone en ningún caso que éste sea un valor dominante en nuestra sociedad.
De Felipe y Rodríguez de Rivas (1995: 84) citan un estudio publicado en 1994 por el Ministerio
de Asuntos Sociales en el que se pone de manifiesto que entre los valores que más inculcan
las familias a sus hijos se encuentran consumir (transmitido por el 84,1% de los padres
encuestados), competir (82,6%) y ser interesado (72,5%), frente a compartir (17,4%) y ser
entregado (24,8%). Lipovetsky (1992: 130) expone los resultados de una encuesta europea
que muestra que sólo el 15% de la población sitúa el altruismo entre las cinco virtudes más
valoradas.
El rol de las ONG de desarrollo 187
27
Es de destacar que el discurso de los valores adquiere vigor correlativamente al
agotamiento de los grandes proyectos políticos (los valores -como observa de Lucas [1998:
133-4]- se esgrimen como algo auténtico, incólume, opuesto a la presencia espúrea del
Estado). Pero si la acción caritativa ha sustituido la labor social del Estado, lo humanitario -
como apunta Bruckner (1995: 266)- corre el riego de prescribir la política a costa de ser
manipulado por ésta.
28
Aunque los conceptos de solidaridad y de caridad sirvan para designar formas de acción
filantrópica que Casado (1992: 65-71) califica como 'heteroayuda' (esto es, donaciones de
bienes o servicios o de esfuerzo personal sin contrapartida obligatoria) para distinguirlas de la
'ayuda mutua' (cuyos beneficios revierten en los propios autores), el segundo término, que
evoca una virtud teologal consistente en amar al prójimo por compasión y que ha acabado
confundiéndose con la sopa boba que repartían en el pasado algunas órdenes religiosas a los
indigentes, progresivamente ha perdido aceptación en detrimento del primero, que autores
como Ferrand-Bechmann (1995: 19-26) juzgan como su sustituto laico y un paso adelante en
la conciencia de las gentes. Sin embargo, para Sánchez Ferlosio (1998), que analiza el
espectro semántico de una y otra palabra, caridad ha conservado un carácter fraterno mucho
más amplio (el propio término filantropía, que en su origen griego significa amor al género
humano, se ha homologado al de caridad). Así, observa que caridad admite perfectamente
'caridad con el enemigo', mientras que 'solidaridad con el enemigo' connota de inmediato
felonía o traición.
188 Parte 2
El significado de la solidaridad
29
Durkheim (1893) argumentó que la 'solidaridad mecánica', en la que la cohesión social se
fundamentaba en la identificación común de los individuos, era gradualmente reemplazada por
una 'solidaridad orgánica', propia de la sociedad industrial y que obedecía a las necesidades
de la división del trabajo, en la que la cohesión social se basaba en la interdependencia de los
individuos.
El rol de las ONG de desarrollo 189
30
En el sentido de unidad en la acción reivindicativa, la noción de solidaridad aparece en
Inglaterra a mediados del siglo XIX (derivando de la forma francesa 'solidarité', utilizada en la
terminología legal a finales del siglo XVIII) al convertirse en un concepto central, relacionado
con la idea de clase social, en el desarrollo del movimiento cartista y sindicalista (Joyce, 1991,
citado en Castellanos, 1998: 97).
31
Para Apel, en tanto que los problemas que se plantean son de civilización y no de
naturaleza técnica, es la razón práctica -y no la razón técnica- la que debe responsabilizarse
del desafío pertrechándose en una ética universalmente válida (lo que no impide que puedan
dejarse los ideales concretos de vida de cada pueblo o cultura en manos de las distintas
concepciones morales).
190 Parte 2
32
De Sebastián (1996: 16-7) aclara que la solidaridad no sólo es un discurso o un sentimiento,
sino también -y ante todo- una cualidad de la acción que, en cuanto tal, sólo en la misma
acción puede realizarse.
El rol de las ONG de desarrollo 191
Esta sociedad que el propio Lipovetsky define como del 'postdeber' desvaloriza
el ideal de la abnegación, el espíritu de disciplina y, en cambio, anima la satisfacción
de deseos inmediatos. La pragmática moral, a la que se refiere Ricoeur (1998),
alrededor del dilema puedo/no puedo (si puedo, entonces debo ayudarles) se atenúa
y se plantea en términos de deseo. Entregarse al prójimo con devoción deja de ser un
bien en sí mismo. Evidenciando el predominio del gesto externo sobre la virtud
33
Baudrillard (1978: 9-80) sugiere que el dominio de la simulación por parte de los media
erosiona los referentes y lleva al colapso de aquellas polaridades discursivas que sostenían el
significado: imaginario/real, subjetivo/objetivo, privado/público, vida/muerte. Turner (1992: 56-
7) se hace eco de ello.
34
Cada cual, según sus preferencias, puede participar sin esfuerzo en lo que Bruckner (1995:
261) califica como la ‘gran fiesta del corazón’. El propio acto de consumo transforma al
ciudadano en mecenas (basta tomar una taza de ‘café solidario’, pagar con una tarjeta de
crédito de una entidad financiera que destine algún porcentaje del valor de la compra a
subvencionar a una ONG o asistir a un concierto de rock contra el hambre en el mundo). La
solidaridad no sólo adopta formas indoloras, sino también lúdicas: el agente moral se
compromete en favor de una buena causa al tiempo que se lo pasa bien. La caridad se
convierte en diversión; cualquier señal de dolor ajeno deviene ella misma espectáculo (‘reality
show’). En las llamadas ‘maratones televisivas’ destinadas a recaudar fondos, que combinan
192 Parte 2
privada, de los hechos que pueden ser exhibidos, el humanismo ‘sin fronterista’ no
quiere a los hombres, sino lo que desea es presencia pública para ocuparse de ellos.
Como afirma Bruckner (1995: 260), “el filántropo moderno se transforma no en amigo
de los pobres, sino en amigo de la pobreza” (a aquéllos, a lo sumo, se los compadece
mientras sigan siendo desgraciados; pero a la que se rebelan se los teme). O,
expresándolo con otras palabras, “en el indigente sólo se percibe al indigente, no al
hombre” (Bruckner, op. cit.: 255)35. No existe aquí -como sostiene San Román (1996:
146)- una identificación con el 'otro' partiendo de lo que es, ‘otro-yo’ (la categoría
‘nosotros’ contrasta con un ‘ellos’ también constituido por seres humanos de los que
no nos interesa su humanidad, sino sólo su pobreza): se confunde el ser con el tener.
Como confirma Finkielkraut (1996: 125-6), la "predilección por los menesterosos
anónimos es más fruto del principio de precaución que del arrebato fraternal. En el
plano intelectual al menos, esta moral de la urgencia extrema es una moral del confort
extremo”.
En nuestra sociedad -enseña Rorty (1989: 210)- no hay espacio para una
solidaridad que se legitime en grandes teorías metafísicas, que se apoye en el
reconocimiento de un yo nuclear -la esencia humana- compartido por todos los seres
humanos (por otra parte, ello tampoco debería ser en sí mismo deseable, ya que la
idea de un componente humano central y universal podría, a su juicio, restar libertad
al individuo). La solidaridad, como la conciencia, es pura contingencia, está sujeta al
tiempo y al azar. Pero sin embargo el individualismo extremo (el propio compromiso
se concibe bajo los parámetros de la lógica individualista de nuestra sociedad) y la
crítica de las ilusiones ideológicas del pasado pueden habernos llevado a aceptar una
suerte de ética que, aunque visible, no deja tampoco de ser una ilusión ética. En dicho
sentido, el alcance limitado de la solidaridad ‘sin fronterista’ parece ser más el fruto de
una ética de mínimos que de una imposibilidad fáctica de llevarla a cabo; parece más
36
Para Bajtin el acto ético, como mecanismo de constitución, afirmación y supervivencia del
'yo' en su relación con el 'otro', está basado en una idea de responsabilidad, ineludible para
cada persona, que no es de naturaleza jurídica, sino ontológica, y que deriva de las formas
con que se percibe el mundo a través de la relación con este 'otro'. Cada acto que se lleva a
cabo cambia algo en la estructura del mundo, en la posición del 'otro' y en nosotros mismos.
37
Cuando se habla de desastre cada vez hay mayor consenso en limitar las referencias a su
condición de agente físico y en ponderar sus características sociales. A pesar de que en
algunas circunstancias puedan existir desastres producidos por elementos físicos que, al
menos parcialmente, se desarrollan con independencia de la acción humana (los terremotos o
los ciclones tienen un cierto componente de azar), sin embargo el daño que ocasionan
difícilmente resultaría explicable si no se buscan otras causas de naturaleza social
(Quarantelli, 1998). Las 50 mil muertes directas que, según NN. UU., causaron a lo largo de
1998 las catástrofes naturales (El País, 14-7-1999), sólo se entenderían por las condiciones de
precariedad en que viven las poblaciones afectadas. Asimismo, los más de 35 millones de
refugiados y desplazados necesitados de asistencia que recorren el mundo (CIDOB, 1997: 7),
fruto de persecuciones políticas o de los innumerables conflictos bélicos que azotan el planeta,
son el mejor ejemplo de que el desastre no acontece fortuitamente, sino que se construye.
194 Parte 2
38
A pesar de que cuando se habla de ayuda humanitaria de emergencia se hace hincapié en
las actuaciones que, con carácter de urgencia, buscan salvar vidas que corren peligro -o, en el
mejor de los casos, retrasar o prevenir el riesgo-, de hecho la mayoría de los actores reconoce
que la acción humanitaria, de naturaleza técnica, no puede separarse de la ayuda al desarrollo
-al menos a medio plazo- so pena de arriesgarse al fracaso. Así, por ejemplo, para Mendiluce
(1997: 173-6) “no se puede continuar con una división cada día más artificial, contradictoria e
ineficaz, al tratar de clasificar nuestra acción entre emergencia y desarrollo”. La propia actitud
de muchas ONG, que “actúan o dan la imagen de bomberos apagaincendios”, es en parte
responsable del error. Aunque pueda ser necesario que existan entidades especializadas en
dar respuesta a situaciones de emergencia, la acción humanitaria, que en definitiva -como
recuerda Kabunda (1999: 78)- entra en funcionamiento cuando falla la ayuda al desarrollo, no
concluye hasta que no se cortan los lazos de dependencia y las mismas víctimas no se
convierten en agentes de regeneración (véase también Anderson [1998]).
39
Lleva razón Cortina -citado por Moratalla (op. cit.: 257)- cuando mantiene que al no incidir en
las causas de la injusticia, la ética mínima de la acción humanitaria nos sitúa ante las puertas
de una ética mínima de la acción política. Si nos reafirmamos en que las grandes catástrofes
humanas de hoy tienen un origen político, correspondería reconocer -como admite Bonino
(1997a: 16-7 y 1997b: 5)- que sólo desde la acción política es posible hallarles solución. En un
mismo sentido, Fisas (1995) asevera que la compasión no basta y que es preciso vincular la
acción humanitaria a la política.
El rol de las ONG de desarrollo 195
posición adoptada históricamente por la Cruz Roja-, pero no por ello está dispuesto,
por lo general, a ser beligerante y a tomar partido activamente: en apariencia -y la
naturaleza de la ayuda humanitaria ofrecida tras la masacre de Ruanda en 1994 lo
pone en evidencia40- no hay víctimas buenas o malas, ni desventurados que posean
la razón o que carezcan de ella, progresistas o reaccionarios, todos se valoran del
mismo modo y todos ellos, sin matices, son considerados y presentados -como
escribe Sogge (1999: 166-75)- como seres objeto de conmiseración incapaces de
hacer frente por sí solos a sus problemas.
El modo en que las instituciones humanitarias expresan la necesidad de ayuda
es, en este sentido, suficientemente elocuente. Por ejemplo, desde Médicos Sin
Fronteras (MSF), tal vez la entidad con la que mejor se asocia hoy en día, desde un
punto de vista mediático, la ‘ayuda de emergencia’, se nos presenta un panorama de
catástrofe permanente extremadamente simplista, en el que la única esperanza la
proporciona dicha ONG, que patrimonializa la ética del compromiso y aparece, según
se deduce del fragmento siguiente, como un moderno héroe de la compasión:
40
Basta recordar que las organizaciones humanitarias se hicieron cargo de la atención de
campos de refugiados en el ex-Zaire controlados por las milicias hutu que habían perpetrado
acciones genocidas y desde los que continuaban hostigando al enemigo. Éste y otros casos
semejantes invitan a reflexionar entorno a las contradicciones en que incurre la asistencia
humanitaria, enfrentada al peligro permanente de que sea aprovechada por una de las partes
o por un gobierno autoritario para avivar un conflicto que se pretende apaciguar. Fisas (1995)
resalta la manipulación política de que fueron objeto los refugiados hutu. Loescher (1993), por
su parte, y desde un punto de vista más general, trata el asunto de la asistencia a los
refugiados, enfatizando la vertiente política de la misma. Shawcross (1996), Schopper (1996) y
Oberreit (1999), desde la experiencia y el compromiso con MSF, y Martin (1998), desde
Amnesty International, abordan las dificultades con que tropiezan las organizaciones
humanitarias al tratar de conciliar el deber de ayudar a las víctimas y la denuncia de las
violaciones a los derechos humanos. Brauman (1996 y 1998) advierte de que el riego de ser
expulsado del país en que se trabaja a causa de una actitud de denuncia no sólo comporta
que se corten los canales de ayuda, sino también eliminar el efecto disuasorio de la presencia
internacional ante posibles actos de violencia. Desde posiciones semejantes, Eade [ed.] (1996)
trata los problemas que entraña la ayuda humanitaria en situaciones bélicas.
196 Parte 2
41
Benthall (1993: 26-9) llega al punto de afirmar que los desastres son, en buena medida, una
construcción de los medios de comunicación, ya que sin ellos no serían conocidos y, por tanto,
no existirían -salvo para sus víctimas. La actuación de las propias organizaciones humanitarias
está sujeta a las exigencias de los media (éstos inspiran las conductas a seguir y, a su vez,
obligan a las organizaciones a adoptar estrategias que les permitan tener presencia en ellos).
Kouchner (1991: 194), de un modo paralelo, mantiene que “sin imagen no hay indignación: la
desgracia sólo se abate sobre los desgraciados”. Pero aún siendo cierta esta tesis, sin
embargo es indiscutible que la profusión de imágenes acaba provocándonos hastío y
haciéndonos tolerar lo que en sí mismo es intolerable.
42
La autoría de la expresión ‘injerencia humanitaria’, acuñada según parece en 1968, se
atribuye por lo general a Bernard Kouchner, fundador de Médecins Sans Frontières (MSF) y de
Médecins du Monde, que la emplea para vindicar la ayuda prestada por médicos franceses a
las víctimas del conflicto bélico de Biafra. La resolución de la ONU (núm. 43/131), referida al
Nuevo Orden Humanitario Internacional, que data de 1988, quiso trasladar la doctrina de la
injerencia humanitaria al derecho internacional. Sin embargo, el uso de la fuerza sigue
recibiendo justificación cuando se producen amenazas para la paz y la seguridad
internacional, pero no cuando existe sufrimiento de la población.
El rol de las ONG de desarrollo 197
43
Rubio Llorente (1999) escribe que para justificar la legalidad del derecho de injerencia
(violación de la soberanía de un país al no contar con el consentimiento del gobierno afectado)
se aducen argumentos semejantes a los empleados por pensadores escolásticos como
Suárez en relación a la ‘guerra justa’. Pero la apelación a la vieja idea de la ‘causa justa’
supone, de hecho, un abandono del Derecho (una vulneración de las normas que regulan el
derecho internacional) en favor de la especulación moral en la que imperan valores subjetivos
(Hobbes ya puso de manifiesto que no hay nada tan subjetivo como la noción de justicia, que
cada cual maneja a su antojo: a la postre, el contenido justo -o no injusto- de una causa lo
determina la voluntad del poderoso). Aunque la razón invocada para intervenir, sea asistiendo
a poblaciones en peligro o incluso bombardeando un país, apele a la necesidad de defender
los derechos humanos (que se constituirían en un 'derecho más alto' o, de acuerdo con Sotelo
[1999], en un derecho natural aplicable por encima de todos los derechos positivos, que
otorgaría apariencia jurídica a la injerencia), para Rubio Llorente ésta, aún suponiendo que
fuera válida desde el punto de vista moral, escaparía sin embargo del ámbito objetivo del
198 Parte 2
OCDE calcula que los países miembros del CAD destinaron a ayuda de emergencia, en 1995,
un total de 3.062 millones de dólares, de los que 1.346 corresponden estrictamente a ayuda
alimentaria). Las ONG replican aclarando que en buena medida la culpa de la competencia
recae en la actitud de los donantes, debido a que si no se está presente en las emergencias
no se existe para ellos. Durante la crisis de Ruanda, por ej., se dieron cita 120 ONG, la
mayoría de las cuales carecían de objetivos definidos: estaban allí sólo por currículo. Muchas
de ellas fueron acusadas de amateurismo, ineficacia, despilfarro..., cuando no de capitular
ante las presiones políticas o de captar al personal local más capacitado en perjuicio de otros
sectores (Lobo, 1998). En tal sentido, Rey (1999: 129-52) mantiene que aunque las
contribuciones económicas hayan provocado el crecimiento del número de actores implicados
en la acción humanitaria, ello, en lugar de mejorar la eficiencia, ha ocasionado mayor
confusión y dispersión.
CAPÍTULO 4
1
Aunque la mayor parte de las llamadas ONG son asociaciones o fundaciones, existen otras
figuras institucionales tales como las corporaciones de derecho público o casos particulares
como el de Cáritas. Si diversas son las clases de fundaciones, también lo son los tipos de
asociaciones: Casado (1996) distingue entre agrupaciones de hecho, asociaciones de régimen
general, de régimen especial o entes asociativos de derecho canónico. La forma jurídica que
adoptan las organizaciones no es un asunto irrelevante, ya que define su estructura interna, su
responsabilidad social y penal y el ámbito y alcance de su actuación. Ella determina no sólo la
acción de sus miembros (funcionarios, voluntarios, cooperantes o colaboradores), sino
Las ONG en España 203
también su modo de financiación y de control de los recursos económicos. Así, los estatutos
de las asociaciones, por lo general, obligan a convocar asambleas generales en las que
participan los asociados o representantes, que eligen a sus directivas, elaboran los programas
de trabajo y, en su caso, modifican los propios estatutos. Las fundaciones, en cambio, cuentan
con un patronato que programa las actuaciones de acuerdo con su carta de creación.
2
Mediante dicho Acuerdo, las entidades creadas al amparo del derecho canónico reciben
personalidad jurídica no sólo con efectos eclesiásticos, sino también civiles. Casado (1996:
271) escribe que, según datos de la Conferencia Episcopal, ésta había reconocido hasta la
fecha a 74 asociaciones de fieles, a pesar de que sólo una minoría se dedicaba a actividades
sociales. Por la magnitud de sus actuaciones y por su presupuesto merece destacarse el caso
-ya citado- de Manos Unidas.
3
Benito Ruiz (1992: 175-6) aclara que mientras que la asociación, persona jurídica de base
corporativa, puede modificar en cualquier momento su objeto y sus fines -basta con que se
den las condiciones previstas en sus estatutos-, en cambio, en teoría, la fundación está sujeta
a unos fines establecidos por sus fundadores, no modificables por las personas que la
representan y administran. Sin embargo, matiza que en ésta última confluyen, de hecho, dos
voluntades: una trascendente que procede del fundador y otra inmanente que surge de la
propia fundación una vez instituida. Mientras que la primera predeterminaría los fines, la
segunda concretaría las formas.
204 Parte 2
encargada de regular lo que hoy llamaríamos fundaciones (la citada ley emplea el
término ‘establecimientos’) benéfico-asistenciales. A pesar de ello, históricamente ha
resultado difícil referirse a un único régimen legal debido a las particularidades de
cada entidad (en España subsisten entidades fundacionales de origen medieval) y a la
multiplicidad de fines que promueven. Recientemente el régimen fundacional ha sido
objeto de reforma mediante la Ley 30/1994, de 24 de noviembre, de Fundaciones y de
incentivos fiscales a la participación privada en actividades de interés general.
Asimismo, las comunidades autónomas con competencias en la materia han
aprobado normas propias.
A su vez, el propio Estado, a través de la acción política, ha sido fundamental
en el impulso de la cooperación para el desarrollo en España. El primer antecedente
en materia de cooperación surge con la aprobación en 1976 de los créditos FAD
(Fondo de Ayuda al Desarrollo), que se conceden desde 1977 y que hasta los
primeros años 80 han sido el único instrumento utilizado por la cooperación oficial4.
En 1987, el Consejo de Ministros aprueba las denominadas ‘Líneas directrices
de la política española de cooperación al desarrollo’, cuyos principios rectores inspiran
la cooperación española5. En 1990 se instituye el Plan Anual de Cooperación
Internacional (PACI). Tras la entrada de España, en 1991, en el Comité de Ayuda al
Desarrollo (CAD) de la OCDE, en 1992 el Congreso de los Diputados aprueba con la
unanimidad de todos los grupos parlamentarios el ‘Informe sobre los objetivos y líneas
generales de la política española de cooperación y ayuda al desarrollo’, cuyo
preámbulo señala que “España exige de los países beneficiarios de la Ayuda la
4
El programa FAD tiene por objeto conceder a gobiernos de países en desarrollo créditos
preferenciales, ofrecidos como ayuda ligada, esto es, con el compromiso de que sean
utilizados en la compra de bienes y servicios españoles. Se trata, por lo tanto, de un
instrumento que sirve a los intereses de la política exterior, ideado para reforzar nuestra
presencia en dichos países y para fomentar las ventas de productos nacionales. Esta
manifiesta vocación comercial del programa FAD lo convierte en un instrumento escasamente
idóneo para la cooperación al desarrollo.
5
Las directrices definidas en dicho documento son las siguientes: orientación de la ayuda a la
satisfacción de las prioridades humanas básicas de la población; apoyo al crecimiento
económico autosostenido; potenciación de las relaciones exteriores de España y fomento y
expansión de la cultura hispánica; utilización preferente de personal, bienes y equipos
españoles; equilibrio entre las acciones multilaterales y bilaterales; necesidad de impulsar el
diálogo Norte-Sur; asunción del objetivo de destinar un 0,7% del PIB a ayuda al desarrollo y
compromiso de aproximarse a la media de los recursos que destinan los países del CAD
(Gómez Gil, 1996: 18).
Las ONG en España 205
utilización convenida por éstas, así como un compromiso firme y efectivo por parte del
Estado ayudado a favor de la democracia y el respeto de los valores humanos“6.
En años recientes, no puede olvidarse, en lo que atañe a las ONG de
desarrollo, que los organismos públicos han desplegado una labor positiva de
promoción del sector a través de la creación de infraestructura administrativa y de
canales de financiación ad hoc. Ya se ha mencionado que en 1985 se crea la
Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica (SECIPI),
adscrita al Ministerio de Asuntos Exteriores y, en 1988, la Agencia Española de
Cooperación Internacional (AECI), que toma la iniciativa de convocar concursos
públicos destinados a subvencionar proyectos de desarrollo presentados por ONG7,
pronto imitados por otras administraciones públicas (comunidades autónomas,
diputaciones y ayuntamientos).
Sin embargo, aun cuando las responsabilidades de la Ayuda Oficial al
Desarrollo (AOD) recaen en el Ministerio de Asuntos Exteriores, cabe precisar que
son los Ministerios que ostentan las competencias en materia económica quienes
hasta el momento han concentrado aproximadamente el 80% de los fondos
destinados a ayuda al desarrollo (Larramendi y Núñez, 1996: 41).
Como conclusión, cabe destacar que en 1998 las Cortes Generales aprobaron
la durante mucho tiempo esperada Ley de Cooperación (núm. 23/1998), que articula
en un único texto el conjunto de medidas e instrumentos que han ido configurando
nuestra política de cooperación al desarrollo y pretende adaptar la normativa a los
retos actuales, dando protagonismo a los agentes sociales no oficiales. La propia ley,
en su parte expositiva reconoce que
7
A finales de 1989 comienza a funcionar un servicio de cooperación no gubernamental en la
Oficina de Planificación y Evaluación de la SECIPI, encargado de estudiar y gestionar los
proyectos presentados por las ONG en las convocatorias anuales.
Las ONG en España 207
Tipologías
8
Con anterioridad ya se ha aclarado que el poder se ejerce no ya a través de la represión,
sino de la persuasión (el uso de la fuerza no es una expresión del poder, sino del fracaso en
obtener la complicidad). La dominación social y étnica de las ONG no se asentaría en la
coerción, ni siquiera sería, necesariamente, de carácter burocrático -en el sentido weberiano
de dominación regida por la racionalidad despersonalizada de un aparato-, ya que incluso
puede exigir un conocimiento personal y personalizado de la otra parte (hasta el punto -tal
como indica Martínez Novo [1999: 157]- de ser preciso el conocimiento de la lengua del otro,
de sus formas mentales de percepción, de sus códigos simbólicos y hasta la interiorización de
un imaginario en algunos puntos compartido). Sin embargo, las relaciones de reciprocidad que
se establecen serían desiguales, semejantes a las del patronazgo: mientras que los agentes
del desarrollo tienen en teoría la obligación de distribuir bienes y otorgar favores, los sujetos
del desarrollo sólo poseen en la práctica el derecho de suplicar y de implorar.
Las ONG en España 209
Sin embargo, aun sin desmerecer los puntos de vista de Temple, que serán
tratados y analizados con mayor detenimiento en el siguiente capítulo, el ejercicio de
clasificación de las ONG que a continuación se propone, con menor carga ideológica,
dará preferencia a los factores organizativos y al tipo de actuación que realizan.
Centrándose en el panorama español y, en concreto, tomando como referencia las
ONGD pertenecientes a la CONGDE, éste se efectuará en base a una serie de
elementos que con posterioridad serán tratados con mayor amplitud en sendos
apartados: sector social de vinculación, formas jurídicas que adoptan, formas de
participación del personal, tipo y número de proyectos que realizan, sectores y países
en que operan, población beneficiaria, dimensión e implantación, canales de
financiación y destino de los fondos...
9
Martínez Sánchez (1998: 69), sobre una muestra de 41 ONG, establece que el 40% de ellas
son religiosas, un 12% político-sindicales, un 17% solidarias (incluye en este epígrafe a
ACSUR, Entrepueblos...), un 7% internacionales (Ayuda en Acción, Médicos Sin Fronteras...),
un 10% universitarias (Món 3, Hegoa...) y un 7% oficiales (Cruz Roja, CEAR y CIDOB). Carece
de datos para definir al restante 7%.
212 Parte 2
SECTORES DE VINCULACIÓN
confesionales
otras
profesionales
políticas sindicales
Formas jurídicas
FORMAS JURÍDICAS
institución sin
ánimo de lucro
fundación
federación de
asociaciones
confederación asociación
Formas de participación
214 Parte 2
La forma en que las ONG utilizan los recursos propios y ajenos determina el
funcionamiento interno de la organización y, en última instancia, el modo de gestión
de los proyectos.
Acudiendo de nuevo a los datos que proporciona la CONGDE (1999a), y aun
dejando para más adelante otros aspectos organizativos, se desea señalar que sobre
el total de personas que participan, de uno u otro modo, en la vida interna de las ONG
federadas, un 44% serían socios y el restante 56% colaboradores y donantes. Según
las mismas fuentes, la suma de socios y colaboradores totalizaría la cifra de
1.416.126 personas.
Para interpretar correctamente estos datos debe tenerse en cuenta que las
fundaciones carecen de socios (sólo cuentan con colaboradores y donantes) y,
asimismo, que en el caso de algunas asociaciones el número de colaboradores
supera con creces al de socios (Médicos Sin Fronteras, por ejemplo, posee 350
socios y reconoce contar con 108.700 colaboradores; Manos Unidas posee 7.000
socios y unos 80.000 colaboradores y, como caso extremo, Ayuda en Acción cuenta
sólo con 26 socios y en cambio tiene 109.879 colaboradores)10. El hecho de que
algunas ONG, aun estando constituidas formal y jurídicamente como asociaciones,
cuenten con un nucleo de socios tan restringido (lo que implica que sólo unos pocos
estén capacitados para definir las directrices de la organización), provoca que en la
práctica su modo de funcionamiento no se aleje demasiado del de las fundaciones.
Por otra parte, Cruz Roja, la ONG que cuenta con el mayor número de socios en
España (602.167), posee un funcionamiento interno sui generis debido a sus vínculos
con la administración del Estado (en la asamblea general de marzo de 1999, por vez
primera -y gracias a la reforma estatutaria de 1997- el presidente no fue designado
por el Gobierno, sino elegido por las bases).
Si se atiende al estatuto del personal que trabaja en las ONG -que será
analizado más ampliamente en un próximo apartado-, cabe indicar que un 22% del
total es contratado y un 78% voluntario (CONGDE, 1999a). Aunque fuera razonable
pensar que el voluntariado, en términos porcentuales, es superior en las pequeñas
ONG, incapaces de contratar personal, no sucede necesariamente de este modo, ya
10
Algunas ONG limitan el acceso a la condición de asociado o exigen el cumplimiento de
determinados requisitos. Por ejemplo, Médicos Sin Fronteras establece la necesidad de que el
candidato previamente haya trabajado al menos seis meses en el exterior o un año completo
en la sede central o en alguna de las delegaciones.
Las ONG en España 215
que las mayores (especialmente Intermón y Manos Unidas11) consiguen atraer a más
personas dispuestas a prestar sus servicios desinteresadamente.
En la realización de proyectos de desarrollo en el extranjero, en la práctica
totalidad de las ONG estudiadas hay mayor presencia de personal local que de
técnicos expatriados.
FORMAS DE PARTICIPACIÓN
socios
colaboradores
y donantes
contratados
voluntarios
11
De una manera particular en el caso de Manos Unidas, el voluntariado -que cifran en varios
miles de personas- se nutre de los fieles que asisten a los servicios religiosos.
216 Parte 2
12
Manos Unidas es la ONG que gestiona un mayor número de proyectos: 733. A continuación
se sitúan Cruz Roja (322), Intermón (304) y Medicus Mundi (205). Las restantes ONG
españolas estarían a considerable distancia. Los datos pertenecen a 1997 y han sido extraídos
del directorio de la CONGDE (1999a).
Las ONG en España 217
13
Las ONG contribuyen mediante la transferencia de fondos (aproximadamente el 60% de la
financiación), de recursos humanos (30%) y de equipos (10%).
218 Parte 2
Financiación
14
No se relaciona Cáritas, con un presupuesto de gastos de 3.719,9 MPTA, porque dedica a
desarrollo sólo una parte reducida (cerca del 35%) del mismo.
Las ONG en España 219
FINANCIACIÓN
cuotas y
donaciones
fondos públicos
Otras actividades
Más del 30% de las ONG federadas -las mayores, con la excepción de
Médicos Sin Fronteras, Médicos del Mundo, MPDL y Acción Contra el Hambre-
cuentan con algún tipo de centro de recursos, sea biblioteca, hemeroteca, videoteca o
centro de documentación (CONGDE, 1999a). Asimismo, y según las mismas fuentes,
una amplia mayoría de estas ONG (cerca del 65%) posee algún tipo de publicación
periódica, habitualmente un boletín a través del cual se dirigen a sus socios o
donantes (entre las grandes, no consta que lo tenga Médicos del Mundo). Hay que
señalar que algunas ONG también editan publicaciones no periódicas (libros,
dossiers...), entre las que destacan, por la calidad del producto, Hegoa, Intermón,
Médicos Sin Fronteras, CIDOB o IEPALA (las dos últimas, especializadas en
investigaciones sobre el desarrollo, no son miembros de pleno derecho de la
CONGDE).
Por último, en la necesaria labor de sensibilización del Primer Mundo, algunas
ONG organizan cursos en los que se aborda, desde distintas perspectivas, la
problemática del Tercer Mundo, así como cursos de formación de voluntarios (por ej.,
SETEM imparte un curso a las ‘brigadas de trabajo’ que forma, y ACSUR-Las
Segovias y SODEPAZ a quienes participan en sus programas de ‘turismo solidario’).
Merecen ser destacados los cursos que dirigen CIDEAL, Médicos Sin Fronteras,
Hegoa, Món-3 y CIDOB (éstas tres últimas organizan masters universitarios).
Clasificación
15
Los datos, que corresponden a 1997, han sido extraidos de la información que proporciona
el directorio de la CONGDE (1999a) de 1998.
16
La fecha de fundación de las ONG citadas aparece en las tablas, entre paréntesis, tras el
nombre de la organización.
222 Parte 2
(1) Sólo se consideran las delegaciones en países del Tercer Mundo, rechazándose las representaciones en otros países de
Occidente
(2) Farmacéuticos Sin Fronteras, FERE, Federación Española de Ingeniería Sin Fronteras, Medicus Mundi, SETEM y UNEFA son federaciones de asociaciones
CLASIFICACIÓN DE LAS ONGD SEGÚN PRESUPUESTOS Y TIPO DE PROYECTOS
1
Para Vernis et al. (1997: 66) la determinación de la misión de la ONG es la respuesta que
ésta da a las preguntas de ‘¿quiénes somos?’ y ‘¿qué hacemos? que se formula a sí misma.
Las ONG en España 229
-como se ha afirmado- una ‘fuerza conductora’ constituyente, esto es, unos principios
filosóficos que les dan naturaleza, con un elevado componente abstracto, que una
manifiesta declaración de voluntades con contenido práctico. En su definición suelen
repetirse vocablos o enunciados polisémicos, que forman parte del ideario, cuyo
significado es en exceso ambiguo: ‘solidaridad’, ‘cooperación’, ‘formación’ y
‘capacitación’, ‘prestación de ayuda para solventar las necesidades comunitarias’,
‘aportación de recursos materiales’, ‘promoción del desarrollo’, ‘dotación de
infraestructura’..., conceptos y expresiones todos ellos que reflejarían su sentido
vocacional y el conjunto de valores que las anima.
Los valores forman la base de la cultura corporativa de las ONG (en general
son establecidos por los fundadores y compartidos por el resto de los miembros) y
proporcionan una explicación a los comportamientos. Aunque resulten de difícil
definición, son la guía ideológica, las creencias morales que imprimen carácter a la
misión y al resto de las actuaciones que se llevan a cabo.
Cualquier organización posee sus propios valores y los que caracterizan a las
ONG son específicos, si no necesariamente en su naturaleza, al menos en su uso (la
particularidad de dichos valores se demuestra en el hecho de que éstos intervienen de
un modo decisivo en las estrategias de comunicación y de captación de voluntarios o
profesionales -deben reunir un determinado perfil ideológico y moral-, en la realización
de determinadas acciones -han de encajar en la filosofía de la organización- y
supuestamente en los planes de financiación2). Una primera aproximación a los
valores que defienden las ONG lleva a destacar la solidaridad, la tolerancia, el
pluralismo, la libertad, la justicia, el respeto, la participación..., es decir, los mismos
grandes principios generales que, a pesar de las diferencias que puedan existir entre
las ONG -que se reflejan en su carácter confesional o laico y en su adscripción
político-ideológica-, se enuncian con uniformidad en el ideario y en la descripción y
justificación de su misión3.
2
A pesar de ello, sintomáticamente un buen número de ONG no duda en acudir a fuentes de
financiación lejanas ideológica y culturalmente (administraciones públicas, empresas...). Un
responsable de una ONG al que se entrevistó, excusando tal actitud, manifestó que “a veces
un buen fin justifica los medios”.
3
Aun tratándose de valores fundamentales inmanentes a toda sociedad democrática, éstos
adquieren en las ONG mayor presencia (se constituyen en su leit motiv) y presumiblemente su
respeto y cumplimiento es mayor que en otros sectores.
230 Parte 2
4
Para ser precisos, junto a los objetivos de carácter externo (desarrollo de programas y
proyectos de cooperación) coexiste el propósito de promover el sistema de valores que guía a
la misión, así como también de impulsar el crecimiento interno de la organización para
aumentar la capacidad de influencia. En los documentos de la CONGDE (1999a), cuando se
habla de ‘objetivos’ en realidad se está aludiendo a lo que aquí se denomina ‘misión’.
5
Para Vernis et al. (1997: 66), determinar los objetivos implica para una ONG preguntarse
‘¿dónde está?’ y ‘¿qué desea hacer?’. A su vez, la formulación y adopción de la estrategia a
seguir obliga a preguntarse ‘¿cómo se debe actuar para alcanzar los objetivos?’.
Las ONG en España 231
6
La información que se expone ha sido extraida, principalmente, de los datos que proporciona
la CONGDE (1999a) y de documentos elaborados, básicamente con fines publicitarios, por las
mismas ONG aludidas (se ha procurado que las citas reproducidas fueran textuales, aun
cuando en algunos casos se ha adecuado su morfología al contexto). Debido a que no es
nuestra intención realizar un catálogo exhaustivo de definiciones, sino señalar patrones
generales, la selección efectuada reúne sólo una pequeña porción de las ONG existentes, en
la que se incluyen las mayores y más relevantes, así como una muestra de otras ONG
pertenecientes a los distintos sectores de vinculación considerados en el apartado anterior.
232 Parte 2
AYUDA EN ACCIÓN
MISIÓN/OBJETIVOS Mejorar las condiciones de vida de los niños/as,
familias y comunidades más esfavorecidas del Tercer
Mundo a través del impulso de proyectos de desarrollo
integral
IDENTIDAD Y VALORES Organización apolítica, aconfesional e independiente
CÁRITAS
MISIÓN/OBJETIVOS Promover y coordinar la comunicación cristiana de bienes
en todas sus formas y ayudar a la promoción humana y
al desarrollo integral de todos los hombres y mujeres.
La lucha contra la pobreza, concretando su compromiso
social con los colectivos más desfavorecidos del Tercer
Mundo
IDENTIDAD Y VALORES Organización de carácter confesional que desarrolla la
acción caritativa y social de la Iglesia
Las ONG en España 233
CODESPA
MISIÓN/OBJETIVOS Promocionar el desarrollo de los países del sur
-especialmente Iberoamérica- mediante proyectos de
desarrollo productivo
IDENTIDAD Y VALORES Organización de carácter laico y profesional
ENTREPUEBLOS
MISIÓN/OBJETIVOS La cooperación internacional para el desarrollo
IDENTIDAD Y VALORES Asociación laica, nacida de los Comités de Solidaridad con
Centroamérica
234 Parte 2
FERE-COOPERACIÓN INTERNACIONAL
MISIÓN/OBJETIVOS Desarrollar y promover la educación de los pueblos por
medio de la dotación de infraestructuras y el apoyo a los
procesos y ciclos educativos: escuelas, bachilleratos,
formación de maestros, formación profesional, programas de
alfabetización y aulas de promoción social
IDENTIDAD Y VALORES Organización confesional vinculada al mundo de la
enseñanza y la educación
FE Y ALEGRÍA
MISIÓN/OBJETIVOS Impulsar y promover la educación de los sectores más
desfavorecidos de América del Sur a través de la
formación de hombres, profesores y niños/as conscientes de
sus potencialidades, agentes de cambio y protagonistas de
su propio desarrollo, para lograr un desarrollo sostenible y
una sociedad más justa, solidaria y democrática. Sensibilizar
y promover el voluntariado
IDENTIDAD Y VALORES Organización confesional de carácter humanitario
FUNDACIÓN ANESVAD
MISIÓN/OBJETIVOS Realización de proyectos de desarrollo, principalmente
sanitarios y sociales. Luchar contra la lepra (prevención y
profilaxis), amparar a refugiados y desplazados, ayudar en
catástrofes y calamidades. Educar para el desarrollo
IDENTIDAD Y VALORES Organización de carácter laico
HEGOA
MISIÓN/OBJETIVOS Fomentar el conocimiento y la investigación de los países en
vías de desarrollo y lograr un cambio de actitud individual
y social en la comprensión de los problemas de otros países
IDENTIDAD Y VALORES Asociación vinculada al ámbito universitario
INTERMÓN
MISIÓN/OBJETIVOS Contribuir a generar cambios que hagan posible el
desarrollo sostenible de los países del sur y que permitan
alcanzar unas estructuras sociales justas en las
relaciones entre los pueblos y fomenten, a la vez, una
cultura de solidaridad. Cooperar económica, técnica y
organizativamente en proyectos de desarrollo, educar para el
desarrollo, concienciar a los distintos sectores de nuestra
sociedad
IDENTIDAD Y VALORES ONG no confesional de inspiración cristiana
MANOS UNIDAS
MISIÓN/OBJETIVOS Financiar proyectos de desarrollo en los países del Sur.
Sensibilizar a la opinión pública y a los órganos de poder
sobre la realidad del Tercer Mundo, con el objetivo de
impulsar cambios estructurales y de actitud que promuevan la
justicia
IDENTIDAD Y VALORES Organización católica
MEDICUS MUNDI
MISIÓN/OBJETIVOS Promover y gestionar proyectos de desarrollo sanitario
basados en la atención primaria de la salud en los
países del Tercer Mundo. Reforzar las organizaciones
locales y formar personal autóctono. Sensibilizar a la
opinión pública e instituciones del Norte sobre la
problemática sanitaria y social del Sur
Las ONG en España 237
SETEM
MISIÓN/OBJETIVOS Educar y sensibilizar a la sociedad española, especialmente
a la juventud, sobre problemas de la cooperación y el
desarrollo. Formar y enviar voluntarios/as a países del Tercer
Mundo. Apoyar iniciativas de desarrollo en estos países
IDENTIDAD Y VALORES ONGD de carácter laico
SODEPAZ
MISIÓN/OBJETIVOS Apoyar la emacipación de los pueblos del Sur y dinamizar en
nuestro entorno una conciencia crítica al modelo
desarrollo/subdesarrollo vigente
IDENTIDAD Y VALORES Asociación de carácter laico y progresista que entiende la
solidaridad como una lucha junto con otros pueblos para
cambiar su realidad mediante nuestra propia transformación
SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
MISIÓN/OBJETIVOS Realizar proyectos de desarrollo en el Tercer Mundo.
Educar y sensibilizar a la opinión pública en favor de la
cooperación
238 Parte 2
En general, se observa que las definiciones propuestas son poco explícitas (no
dejan de ser retóricas) y comparten el mismo repertorio de temas comunes. No se
cuestiona la necesidad del desarrollo y persiste una visión economicista que incide en
los déficits materiales, aun cuando SODEPAZ y alguna otra ONG reconozcan sin
subterfugios que la ‘emancipación de los pueblos del Sur’ exige generar una
conciencia crítica en nuestro entorno (ésta también sería la razón por la que diversas
ONG sitúan entre sus objetivos prioritarios sensibilizar a la opinión pública de nuestro
país en relación a la problemática del Tercer Mundo).
Asimismo, incluso aquellas ONG que reclaman abiertamente un desarrollo
participativo no dejan de destacar su protagonismo, lo que en sí mismo resulta
paradójico, puesto que mayor actividad del agente del desarrollo supone,
implícitamente, mayor pasividad del receptor. Sólo Paz y Tercer Mundo y SODEPAZ
prefieren utilizar verbos como ‘acompañar’ o ‘apoyar’, en lugar de referirse a ‘realizar’,
‘impulsar’, ‘intervenir’, ‘promover’ o ‘gestionar’ actuaciones.
Por último, cabe señalar el intento, por parte de un buen número de ONG, de
resaltar su independencia y autonomía y mostrarse ajenas a grupos de presión: aun
cuando es cierto que algunas de ellas no renuncian a manifestar y plasmar por escrito
su carácter confesional o político-sindical, también lo es que en otras múltiples
ocasiones se utilizan, para enmarcar la identidad, vocablos como ‘independiente’ o
‘laico’, incluso a pesar de que existan vínculos estrechos con organizaciones políticas
o con sectores de la Iglesia.
Las ONG en España 239
7
En el caso de las ONG, esta tendencia es aún si cabe más acentuada debido a que la
‘mitología corporativa’ y la ‘dirección emocional’ que distinguen a algunas organizaciones (Van
Maanen, 1991: 58-76) adquieren una presencia destacada en el funcionamiento interno de
aquéllas (reflejándose, como se observará más adelante, en las políticas de comunicación e
imagen), procurando que todos sus miembros puedan llegar a considerarse coprotagonistas
de la acción (es decir, de la lucha que libran contra la pobreza o por unas condiciones de vida
más dignas).
8
Castoriadis (1975) advertía que las organizaciones, en cuanto que instituciones, son redes
simbólicas sancionadas socialmente en las que se combinan un componente funcional y otro
imaginario.
9
Cabe señalar que Meyerson y Martin (1987) comentan, en el caso estudiado, el ‘aislamiento
relativo’ del personal destacado en África, que se manifiesta en la ignorancia de lo que sucede
Las ONG en España 241
establecen entre los distintos miembros del colectivo y, por extensión, entre las
diversas ‘subculturas’.
Para ambos autores, así pues, el consenso no sería algo natural y
permanente, sino que sólo se desarrollaría alrededor de asuntos específicos y tendría
unas bases transitorias. Como consecuencia de ello, el discurso de la organización no
sería unívoco, no estaría constituido por una sola voz (un discurso de consenso
negaría el carácter polimorfo de aquélla)10.
Linstead (1993: 49-70), partiendo de una lectura de Derrida, va más allá al
afirmar que las organizaciones pudieran incluso ser consideradas como textos
multiautoriales (esto es, compuestos por una multiplicidad de autores) en los que se
inscribirían las distintas subjetividades que están implicadas. De acuerdo con esta
concepción, en la cultura de la organización importarían menos las estructuras, las
redes, los organigramas, que el discurso, con sus normas y poder; en suma, resultaría
más relevante la ‘producción de organización’ (y la ‘organización de la significación’)
que la ‘organización de la producción’11.
en las esferas políticas y que se agrava por el desconocimiento de la lengua y estilo de vida
local (Frost et al., 1991: 157).
10
A pesar de que en cualquier organización predominan, sin duda, narrativas monológicas que
expresan una voz autorial dominante -la del staff directivo- y utilizan un sistema consistente y
homogéneo (v. gr., destacan la misión heroica que desempeñan), que presuponen ciertas
realidades en detrimento de otras posibilidades, sin embargo sólo es posible llegar a percibir
en su totalidad la cultura de la organización desde la heteroglosia.
11
Puesto que el mundo organizacional no es el mundo natural, el discurso organizacional se
limita a expresar los modos de pensar sobre la organización, es decir, las ‘metaconcepciones’
que se refieren a las formas sociales a través de las que se alcanzan los objetivos.
242 Parte 2
administrativos), así como la información y los datos que fluyen a través de dichas
líneas (Martínez Sánchez, 1998: 119). Tal definición, de raíz durkhemiana, percibe la
‘estructura organizativa’ como un mecanismo de control que prescribe normas de
conducta. El rol de la dirección consistiría en determinar los objetivos y administrar las
tensiones que inevitablemente surgen en el seno de la organización.
A pesar de que en este apartado se relega la vertiente propiamente analítica a
un segundo plano, no se desea dejar escapar la oportunidad de contraponer el
anterior punto de vista a la idea de que la ‘estructura organizativa’ y todas las
‘regularidades modeladas’ que construye son, ante todo, vehículos encargados de
transmitir significados elaborados intersubjetivamente (Nijsmans, 1991: 17). De ahí
que, como se ha señalado, la administración de la ‘estructura organizativa’
básicamente debiera ser considerada como una forma de discurso, sujeta a los
procesos de inclusión y exclusión que caracterizan a todo discurso (Carter y Jackson,
1993: 95).
No obstante, aceptando esta salvedad, en el presente apartado se propone el
objetivo, mucho más modesto, de describir someramente rasgos relevantes de la
cultura organizativa de las ONG estudiadas, descubriendo su estructura formal
(organigrama) y los sistemas de dirección, coordinación y planificación, esto es, de
implementación de las decisiones estratégicas.
Puesto que los propios objetivos de las ONG, cuyas metas
sociales -substancialmente distintas a las de las organizaciones con ánimo de lucro- y
peculiariades financieras (disponen de recursos sin coste gracias a las aportaciones
de los donantes y al trabajo voluntario y no están obligadas a realizar beneficios)
dificultan la medición de resultados, no es posible utilizar en su análisis herramientas
contables como las que se usarían para auditar a una organización empresarial
cualquiera, sino tan sólo describir los fundamentos de su cultura organizativa.
Sin embargo, tan profundas singularidades no impiden -y éste es un primer
aspecto que se desea destacar- que, paradójicamente, un buen número de ONG
-especialmente las mayores- trate en buena medida de imitar el modelo empresarial
adoptando algunas de sus particularidades organizativas (formalización de la
estructura interna y constitución de cadenas de mando, profesionalización,
organización científica del trabajo...) o, cuando menos, coincida en la necesidad de
reproducir algunas de sus actitudes, con el convencimiento -tan extendido en nuestros
días- de que contribuirán a aumentar la eficiencia y, por ende, a optimizar los
beneficios sociales. En este sentido, son suficientemente elocuentes, por ejemplo, las
Las ONG en España 243
palabras de Mendiluce (1997: 245), quien, tras mantener que es preciso buscar “un
modelo propio de gestión que entre la telemática y la ingeniería financiera, el
manegement y la eficacia no nos deje sin alma”, afirma:
12
Almansa (1999: 21-2) distingue tres tipos de organigramas: a) el jerárquico, que determina
los niveles formales de poder y autoridad y, consecuentemente, la responsabilidad dentro de la
organización; b) el funcional, que establece las relaciones entre las diversas áreas y que está
determinado por los sistemas y procedimientos de los que están dotadas las ONGD; y c) el
informal, que, aunque no explícito, refleja las líneas reales de mando y de relación funcional en
244 Parte 2
el interior de cada institución, y que tiene su origen en el desfase entre los perfiles teóricos de
los puestos de trabajo y los perfiles reales de las personas que los ocupan.
13
Vernis et al. (1997: 34-5) señalan que la dinámica de crecimiento interno de toda
organización tiene, al menos, cuatro peligros que interesa destacar por cuanto pueden afectar
al desarrollo de las ONG. Éstos son los siguientes: i) reproducción de estructuras jerárquicas y
autoritarias, que ponen en cuestión los valores de democracia e igualdad; ii) pérdida de
identidad y empobrecimiento de las relaciones personales; iii) fortalecimiento de los códigos
burocráticos -y debilitamiento de los códigos morales- como consecuencia de la formalización
de las relaciones internas, lo que supone otorgar mayor importancia al cumplimiento de
normas y a la obtención de resultados que a la satisfacción de principios éticos; y iv) falta de
participación del personal en la toma de decisiones.
Las ONG en España 245
órgano decisorio e impone las líneas estratégicas (a pesar de que es justo reconocer
que en muchas ocasiones son los mismos acontecimientos -hambrunas, desastres
naturales, conflictos bélicos...- los que establecen las prioridades) o, cuando menos,
el marco de referencia organizacional. Por otro lado, la propia falta de cultura del
asociado y del donante contribuye a que las relaciones entre éstos y la estructura
organizativa sean extremadamente débiles.
Aunque abunden las reuniones -por lo general formales y regladas- entre las
distintas unidades y supuestamente se trabaje en equipo, en última instancia la toma
de decisiones trascendentes está, por lo común, bastante centralizada y restringida a
unas pocas personas14.
Los datos recabados corroboran, asimismo, la impresión destacada por
Martínez Sánchez (1998: 108) de que los sistemas de dirección se caracterizan por
ser situacionales; es decir, por estar más determinados por el tipo de tarea a realizar
(cuanto más compleja, más directrices) que por principios u otras consideraciones
previas. Por otro lado, las ONGD españolas cuentan con un sistema de liderazgo que,
lejos de basarse en el carisma personal (la opinión pública apenas conoce los
nombres de sus máximos responsables)15, se asienta en el deseo de influir sobre las
personas para que cooperen en la consecución de unos objetivos específicos -cuyo
cumplimiento guía las normas de conducta. En efecto, desde la dirección se persigue
más la entrega emocional, la adhesión, el espíritu de equipo (‘team building’), la
solidaridad, que la imposición de normas coercitivas (por lo demás, es sabido que la
empresa posttaylorista favorece el ‘desarrollo personal’ necesario para mejorar los
logros humanos y relega a un segundo plano el control del tiempo de trabajo)16.
14
En el caso de las ONG españolas que son filiales de otras con sede en el extranjero (v. gr.,
Ayuda en Acción) o que pertenecen a redes internacionales (Intermón/OXFAM, Médicos Sin
Fronteras...), el máximo centro de decisión se halla en los órganos de dirección nacionales,
existiendo por lo general una autonomía absoluta (las direcciones internacionales ejercen, en
el mejor de los casos, tareas de coordinación). Asimismo, algunas ONG españolas se
estructuran -tal como se ha visto- en forma de federación de asociaciones (SETEM, Medicus
Mundi...), lo que supone trasladar la capacidad ejecutiva en las direcciones de las ONG
regionales legal y formalmente constituidas (en dichos casos la dirección nacional sólo ejerce
de órgano de coordinación y, en algunos supuestos, de representación).
15
En el mundo de la cooperación para el desarrollo, acaso la única persona que haya
conseguido labrarse una reputación carismática sea Bernard Kouchner, fundador en Francia
-tal como ya se ha indicado- de Médicos Sin Fronteras y de Médicos del Mundo.
16
El escaso número de normas, su vaguedad, su carácter descriptivo más que prescriptivo, no
sólo es congruente con la idea apuntada por Nijsmans (1991: 17) de que los imperativos
profesionales muy a menudo son más poderosos y prevalecen sobre los principios
intrínsecamente organizativos (cuando existe un stock de conocimientos profesionales
246 Parte 2
orienta -más que impone- el camino a recorrer) y que se muestran muy receptivas a la
incorporación de nuevos valores (consideran importante la capacitación permanente).
El carácter participativo que las define no es incompatible con la posible existencia de
severos mecanismos de control interno; asimismo, y puesto que es preciso contar con
las personas adecuadas para cada puesto, los sistemas de selección del personal son
rigurosos. A su entender, reunirían los rasgos descritos, entre otras, las ONGD
siguientes: ACSUR-Las Segovias, Cáritas, CIDEAL, Edificando Comunidad de
Nazareth, Entrepueblos, HEGOA, IEPALA, Intermón, Manos Unidas, Médicos del
Mundo, Medicus Mundi, Médicos Sin Fronteras, OCASHA, PROSALUS y SETEM, es
decir, la práctica totalidad de las ONGD españolas de mayor relieve.
Aun sin desmerecer los razonamientos de Martínez Sánchez y sin descartar la
validez -al menos parcial- de los tipos de organización que esboza, cabe señalar, no
obstante, que éstos son el resultado de las respuestas efectuadas por un total de 41
ONGD -sobre una muestra de 69- a un cuestionario elaborado con el objetivo explícito
de poder conocer más exhaustivamente el perfil organizativo y la imagen básica del
conjunto de las ONGD españolas, y no el resultado, más concluyente, de la
observación etnográfica. Debido a que quienes contestaron el cuestionario fueron
responsables de primer nivel de las organizaciones (directores, coordinadores,
secretarios generales, directores de proyectos...), deseosos de presentar una imagen
positiva de las mismas, en lugar de miembros pertenecientes a los distintos
estamentos u otras personas que se interrelacionan con ellas, y aun aceptando que
dichas organizaciones son relativamente transparentes y homogéneas y que cuentan,
en general, con estructuras muy planas y con pocos niveles jerárquicos, a nuestro
juicio la información transmitida puede estar parcialmente sesgada y, en
consecuencia, los rasgos descritos -que sirven para construir la tipología- pueden no
corresponder exactamente con la realidad.
Las observaciones practicadas y las entrevistas personales efectuadas a
diversos miembros y colaboradores de las ONGD estudiadas, todos ellos con vínculos
y responsabilidades distintas, nos llevan a plantear algunas matizaciones. Abundando
en la idea antes mencionada de que no sólo es ‘cultura organizativa’ aquello que es
compartido, sino que también lo son las inconsistencias y las ambigüedades, la
heterogeneidad, la descohesión y la diversidad de intereses contrapuestos, creemos
que es menester rescatar también aquellas voces a veces olvidadas que, apartándose
de la supuesta imagen de consenso con que se presenta habitualmente el mundo de
la cooperación, divergen y aportan puntos de vista diferentes.
248 Parte 2
17
Como es lógico suponer en organizaciones que no priman el afán de lucro y en las que, en
general, las retribuciones se sitúan de manera consciente por debajo de las del mercado
laboral, cabría entender la promoción más en términos profesionales que salariales.
Las ONG en España 249
18
Es justo reconocer que las críticas que aquí se reproducen por su valor intrínseco fueron
minoritarias. La amplia mayoría de nuestros interlocutores vertió opiniones favorables a las
organizaciones a las que pertenecían, valorando positivamente la labor que desempeñan y
mostrándose satisfechos con el trabajo que realizan.
250 Parte 2
Organigramas
Ayuda en Acción
Asamblea de Socios
Junta Directiva
Comité Ejecutivo
Socios Prensa
Voluntariado Recepción
La sede central española se localiza en Madrid. Existe una ‘oficina’ en Barcelona -la única en España- con
responsabilidades en Cataluña y las islas Baleares (el resto del territorio depende orgánicamente de la sede
madrileña). Los restantes grupos organizados deben reunirse en domicilios particulares.
Ayuda en Acción es parte de ActionAid Family y trabaja de forma coordinada con ActionAid (Reino Unido, Irlanda y
Grecia), Aide en Action (Francia) y Azione Aiuto (Italia). Desde España sólo se gestionan los proyectos que tienen por
destino América Latina. Desde el Reino Unido se gestionan los proyectos destinados a África y Asia, sobre los que
ejerce un control directo, a pesar de que también reciban financiación del resto de las organizaciones afiliadas.
Cooperacció
Asamblea de Socios
Administración
La estrecha relación con ACSUR-Las Segovias se pone de manifiesto en el hecho de que el Director de ésta forma
parte de la Junta Directiva de Cooperacció.
Las ONG en España 251
Intermón
Patronato
Dirección General
Servicio
de Redacción Unidad de Área de Área de
Coordinación Unidad de Coordinación
Madrid Distribución Recursos Humanos Administración
Regional de Emergencias Regional de
y Finanzas
América Latina Asia y África
La sede central está ubicada en Barcelona, excepto el departamento de artesanía y comercio, ubicado en Valencia, y
la unidad de relaciones institucionales, en Madrid. De las sedes y comités territoriales dependen diferentes comités
locales, compuestos por personas voluntarias estables que se constituyen como equipo operativo (se prevé que en
2001 existan, como resultado de un proceso de expansión territorial, 30 comités locales).
252 Parte 2
Manos Unidas
Comité Ejecutivo
Proyectos Proyectos Cofinanciación Operaciones de Servicio Educativo (74 delegaciones Area de Área de
América Latina Asia y África Enalce territoriales) Socios Voluntarios
Servicio de
Tecnología Apropiada Relaciones Externas Gestión Financiera
El Comité Rector, que junto a la Asamblea de Delegados es el órgano de gobierno de Manos Unidas, está presidido
por el Obispo Consiliario de Acción Católica. El Comité Ejecutivo, respondable de ejecutar los acuerdos adoptados en
los órganos de gobierno, tiene su sede en Madrid.
Asamblea General
Junta Directiva
Delegaciones Dirección
Territoriales General
Del. Valencia
Responsables de proyectos
Del. Bilbao
Servicio de logística
Servicio médico
Del. Málaga
Del. Oviedo
Las organizaciones nacionales se coordinan en una Oficina Internacional, de la que forman parte los presidentes y los
directores generales de las entidades asociadas, con sede en Bruselas (MSF-Grecia fue expulsada durante la guerra
de Kosovo al quebrar su independencia y actuar bajo bandera griega). En España, la sede central de MSF se ubica en
Barcelona. Está en discusión su constitución como fundación.
Las ONG en España 253
Medicus Mundi
Secretaría
MM International
Secretaría
Fundación de la Federación
Asamblea General
Junta Directiva
Secretaría Técnica
Proyectos Dirección
Farmacia Secretaría
Contabilidad
Comunicación
La Secretaría de la Federación Medicus Mundi tiene su sede en Madrid. Aunque Medicus Mundi-España es una
federación de asociaciones, por motivos operativos ha sido creada una Fundación orgánicamente dependiente.
254 Parte 2
SETEM
Asociación Fundación
Asamblea de socios Patronos
Consejo Directivo
Vocalías y de
Consejos Administración Comunicación Formación y Coordinación Campos de Voluntariado de Sensibilización Comercio Justo
Consejos de zona
zona Recursos Humanos Territorial Solidaridad larga duración y Política
Comités locales
Represent. locales
Zona
ZonaI:I:Barcelona-ciudad
Barcelona-ciudad
Aunque SETEM actúa como una federación de asociaciones, existe por razones operativas una Fundación
orgánicamente dependiente.
Las ONG en España 255
4. El voluntariado
19
La gratuidad del trabajo es el factor que, en última instancia, establece la frontera que
separa la actividad del voluntario del trabajo social, que se estructura en una profesión.
20
Los voluntarios no sólo desarrollan su actividad en ONG, sino también en otros tipos de
organizaciones sin afán de lucro, tales como los organismos paraoficiales de carácter
multilateral (por ej., hay presencia de voluntarios en proyectos ejecutados o apoyados por la
FAO, la UNESCO, la OIT, el PNUD...).
256 Parte 2
21
Este argumento no se contradice con el hecho de que la especialización de los servicios
haya obligado a que muchas entidades que nacieron como organizaciones de voluntarios
hayan acabado contando con un índice elevado de profesionalización.
22
Es preciso distinguir la figura del ‘voluntario’ de la del ‘cooperante’. El propio redactado de la
Ley 23/1998, de cooperación al desarrollo, se presta a la confusión. Mientras que el artículo 37
declara que “en la gestión o ejecución de programas y proyectos de cooperación para el
desarrollo a cargo de entidades públicas o privadas españolas podrán participar voluntarios
que ejecuten sus actividades a través de las mismas”, sin entrar a definir su identidad (se
aclara que será de aplicación supletoria la Ley 6/1996, del voluntariado, aun cuando en ésta
no existan referencias explícitas al ‘voluntariado en cooperación’), el artículo 38 enuncia de
modo vago que “son cooperantes quienes a una adecuada formación o titulación académica
oficial, unen una probada experiencia profesional y tienen encomendada la ejecución de un
determinado proyecto o programa en el marco de la cooperación para el desarrollo”. Por su
parte, la denominada Asociación Española de Cooperantes define al ‘cooperante’ como la
“persona mayor de 18 años que presta sus servicios en el ámbito de la cooperación, tanto si lo
hace a través de los programas de iniciativa oficial como si lo hace a través de programas
promovidos por ONGD o cualquier otra iniciativa pública o privada del ámbito de la
cooperación para el desarrollo”. Tal vez una definición algo menos ambigua se halla escrita en
la Recomendación de la UE, de 13 de junio de 1985, que precisa que los ‘cooperantes’ son
“personas enviadas a los países en vías de desarrollo por medio de ONGD reconocidas, en
condiciones de retribución similares a las condiciones locales para aportar una contribución
positiva al desarrollo de dichos países” (Pérez-Soba Díez del Corral, 1997: 117). A nuestro
modo de ver, mientras que un ‘cooperante’ es una persona que ha adquirido un compromiso
serio de trabajo a favor del Tercer Mundo y que, por tanto, realiza estancias prolongadas en
estos países -hay quien fija un mínimo de dos años-, a la vez que posee una cualificación
profesional adecuada para el puesto que va a ocupar, en cambio un ‘voluntario’ (destacado en
el exterior) es quien, sin poseer una cualificación específica, realiza estancias breves en algún
país del Tercer Mundo -por lo general, de unos pocos meses-, más con el objetivo de conocer
de cerca la realidad social del país de destino y de formarse que de ejercer un papel influyente
en algún programa de desarrollo.
Las ONG en España 257
23
Aunque el desarrollo del voluntariado se ha notado -a pesar de los vaivenes- en todos los
países, lo cierto es que, en general, en el mundo anglosajón, en el que el Estado
históricamente ha tenido menor protagonismo en materia social, está más arraigado
-asumiendo a menudo formas ‘corporativas’- que en las sociedades latinas (Petrus, op. cit.:
44).
258 Parte 2
en los distintos ámbitos sociales; en Francia, más de cuatro millones, cuyas acciones
representan más de doscientos veinte millones de jornadas de trabajo24; en Italia, a su
vez, se contabilizan más de tres millones de voluntarios; y en la República Federal de
Alemania, ya en los años 70 un 4% de la población adulta trabajaba activamente en
organizaciones sociales.
En España se manifiesta la misma tendencia en cuanto a crecimiento del
voluntariado, a pesar de que la situación presente aún dista considerablemente de la
de nuestros vecinos europeos25. A falta de otras cifras fiables, es preciso referirse a
que la llamada Plataforma del Voluntariado, que agrupa a las principales
organizaciones de este sector, afirma contar con más de 350 mil voluntarios (De
Felipe y Rodríguez de Rivas, 1995: 84). Asimismo, las organizaciones que componen
la Coordinadora de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo - España
(CONGDE) contarían con unos 10 mil voluntarios (que representan -como se ha
indicado anteriormente- el 78% del personal que presta servicio en ellas), a los que
cabría agregar otros pocos miles pertenecientes a otras ONG.
Por su parte, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) [1995], en una
encuesta acerca de los sistemas de valores de los españoles, señala que el interés
por lo asociativo en nuestro país, que se había iniciado en la transición política y había
quedado algo aletargado en los años 80 -como en el resto de Occidente- a causa de
la crisis de valores de la postmodernidad, adquiere un renovado impulso en los 90
(aun cuando las preferencias se inclinen hacia un tipo de organización con menor
dimensión sociopolítica), sobre todo entre la gente joven, entre quienes se constata un
potencial no despreciable de vocaciones de voluntariado: más de la mitad de ellos se
lo ha planteado en algún momento. Además, la citada encuesta refleja que un 39% de
24
Lipovetsky (1992: 141-2) escribe que, en 1989, el 18% de los franceses declaraba estar
dispuesto a colaborar como voluntario en una organización de ayuda al Tercer Mundo y un
12% a participar en acciones de desarrollo en un país del Tercer Mundo. Por otro lado, más de
ocho mil personas ofrecen anualmente sus servicios a Médecins Sans Frontières.
25
El número de organizaciones de voluntarios en España también es, en términos
comparativos, inferior al de la mayoría de los países de nuestro entorno. Basta observar que
mientras que en Francia existe una asociación por cada 101,6 habitantes, en cambio en
España (en la que, de acuerdo con las cifras del Registro Nacional de Asociaciones que
maneja Azúa [1996: 283-4], había en activo, en 1994, un total de 144.221 asociaciones, de las
que 10.841 serían de ámbito nacional, y unas 1.500 fundaciones) la relación es de 1:261,9
(proporción que, no obstante, es ligeramente superior a la de EE.UU.: 1:286,7). En cuanto a
las ONGD, según el Directorio de la OCDE, cuando en España existían 46 organizaciones
registradas (1990), en Francia había 289, en el Reino Unido 156, en Bélgica 171 y en Italia
139 (De Felipe y Rodríguez de Rivas, op. cit.: 84).
Las ONG en España 259
los jóvenes en una franja de edad comprendida entre los 15 y los 24 años pertenece
actualmente a alguna asociación (en especial a grupos deportivos y a sociedades
locales) y otro 24% ha pertenecido a ellas alguna vez (los porcentajes para la
población adulta serían respectivamente del 31% y del 19%)26.
Dichos resultados no acaban de coincidir con otras estimaciones referidas por
Casado (1992: 85). De acuerdo con ellas, el 11% de los españoles han realizado
actividades voluntarias en alguna organización de objeto social, con una media de 1,6
horas de dedicación. Según una encuesta realizada por FOESSA citada por este
último autor (op. cit.: 83), el 7,4% de las familias españolas contarían con algún
miembro que ejerce de voluntario (y un 18,1% de estas mismas familias contribuiría
económicamente a obras sociales con regularidad). Asimismo, y según el Consejo de
la Juventud de Barcelona, el 75% de los 325 mil jóvenes barceloneses habría formado
parte, en algún momento, de alguna asociación (El País, 23-4-1999).
Por otra parte, en relación a la ayuda al Tercer Mundo, Díaz-Salazar (1996: 31-
2), que reproduce los resultados de una encuesta de Demoscopia, advierte que a
pesar de que casi la mitad de la población española (el 46%, cuando la media en la
Unión Europea es del 40%) se muestra dispuesta a dedicar su tiempo en una acción
concreta y determinada a favor de éstos países (un 66% se declara dispuesta a dar
dinero), en cambio sólo el 18% se muestra decidida a participar en campañas
permanentes de solidaridad internacional. Esta predisposición a participar es, no
obstante, considerablemente superior al nivel real de pertenencia a ONGD, ya que en
1992 sólo el 5% de los españoles pertenecía a alguna.
Paralelamente, en términos económicos el peso del sector asociativo también
se manifestaría en el hecho de que la riqueza que genera supone el 0,59% del PIB,
proporcionando casi cien mil puestos de trabajo, que representan el 1,41% de la
población activa ocupada en el sector terciario (Azúa, 1996: 287-8), aun cuando otras
fuentes elevan considerablemente los porcentajes (El País, 4-11-1998).
No obstante, el supuesto auge del voluntariado -aunque quizás sería preferible
hablar del asociacionismo- tampoco es en sí mismo casual y cabe contextualizarlo en
el controvertido marco de la crisis de legitimidad que surge con el desmantelamiento
26
Según otra encuesta del Ministerio de Asuntos Sociales (1995: 101), un 32% de los jóvenes
habría colaborado a lo largo del año, esporádica o asiduamente, con organizaciones sin ánimo
de lucro con fines sociales. Por su parte, Pérez-Soba Díez del Corral (1997: 112) cita otras
fuentes que reducen el porcentaje de participación, situándolo en el 22% o incluso en el 12%,
aunque éstas coinciden en señalar que una mayoría de ellos (alrededor del 54%) estaría
dispuesta a pertenecer a alguna.
260 Parte 2
27
Traducción del catalán del anuncio del Ayuntamiento de Barcelona publicado en El País (17-
9-1999).
Las ONG en España 261
28
Aunque el agente voluntario pueda defender, en su vida particular, intereses personales,
desde un punto de vista moral es valorado positivamente debido a que posee otros intereses
-que se juzgan de altruistas- que escapan del ámbito privado.
Las ONG en España 263
menudo -sobre todo entre los más jóvenes- una condición laboral precaria o falta de
empleo29.
No obstante, y puesto que la existencia de problemas sociales, así como la
insatisfacción personal, no necesariamente deben convertirse en acicates para
movilizar al voluntario (el descontento pudiera manifestarse bajo muchas otras
formas), no hay que descartar como factor dinamizador la propia capacidad de
atracción y movilización que, mediante políticas activas o de modo espontáneo,
desarrollan las ONG -pese a que distan mucho de haber llegado a adaptar los cauces
de participación a las exigencias de quienes desean participar30-, sin olvidar el hecho
contrastado -y comentado- de que desde el mismo sistema se han fomentado las
vocaciones.
29
Debido a que cada voluntario o cooperante tiene sus propias razones para serlo, resulta
extremadamente difícil establecer tipologías. Moratalla (1997: 266-8), sin embargo, reúne una
serie de fisonomías, en exceso estereotipadas, de las que se sirve para clasificar a quienes se
dedican a la cooperación para el desarrollo en el exterior. Son las siguientes: 1. El ‘africano’.
Designa al cooperante que se muestra completamente identificado con la cultura de la
sociedad en que interactúa, sea de África, Asia o Latinoamérica. Su contrastada experiencia lo
ha convertido en un interlocutor inestimable para la población autóctona. 2. El experto
bondadoso. Deseoso de expiar las culpas etnocentristas de los colonizadores y de los
misioneros, muestra una imagen en extremo dialogante. 3. El ‘misionero’. Trabaja junto a los
religiosos y comparte su ética y sus formas de vida. 4. El ‘sesentayochista’ reciclado. Aún
comparte los ideales revolucionarios de su juventud y aspira a llevar a cabo profundas
transformaciones sociales por otros medios. 5. El profesional. Experto que hace valer en
exclusiva sus competencias técnicas, sin inmiscuirse en otro tipo de problemas. 6. El
neovoluntario. Entiende la ayuda que presta como un desarrollo de su propia personalidad y
se muestra deseoso de enriquecerse con nuevas experiencias y conocimientos. 7. El
emigrante accidental (o, utilizando el apelativo de Chambers [1983: 26-30], ‘turista en
desarrollo rural’). No llega a integrarse en un medio que percibe como hostil, a pesar de que
intenta aprovechar las ventajas climáticas, turísticas o económicas que se le proporcionan.
30
Continúa siendo frecuente oír a jóvenes que declaran ignorar las vías que existen para
participar en cooperación. Tal vez para reparar esta carencia, la ONG Solidarios para el
Desarrollo, en su publicidad, pregunta abiertamente en titulares: “¿Quieres ser voluntario? ¿No
sabes dónde acudir?” (véase la figura 1 en el ‘Apéndice documental’), para concluir -en otro
anuncio- que “con sólo 3 horas a la semana... tú también puedes ser voluntario”.
266 Parte 2
Ayuda en Acción
31
En este apartado se describe la situación del voluntariado en aquellas ONGD que, tal como
se ha indicado, han sido estudiadas con mayor detenimiento, haciendo hincapié en sus
singularidades y rasgos distintivos.
32
En nuestro país sólo es remunerado el personal de plantilla dedicado a ejercer funciones
ejecutivas y administrativas (71 personas, según datos de la CONGDE [1999a]). Por otro lado,
la figura del cooperante exterior, definida en los términos antes referidos, es, salvo casos
aislados, inexistente, puesto que quienes trabajan en los proyectos que se impulsan en el
extranjero son asalariados (cuadros técnicos locales conocedores de la realidad e idiosincracia
de la zona) que, en número de 189 (CONGDE, ibíd), residen en el país en que se desarrollan.
33
La existencia de estos grupos de voluntarios locales, que muchas veces se reúnen en
domicilios privados, adquiere una enorme importancia debido a que -tal como reconoce la
entidad- permite que la infraestructura de la organización sea la mínima imprescindible y que
los gastos dedicados a personal sean también muy reducidos. En Cataluña y Baleares Ayuda
en Acción cuenta con más de 200 voluntarios, distribuidos en 17 grupos extendidos por buena
parte de la geografía
34
El hecho de que no exista la figura del cooperante exterior supone la que la solidaridad se
dirija hacia unos ‘otros’ a quienes posiblemente nunca será factible conocer directamente.
Las ONG en España 267
Para poder actuar como voluntario es preciso que los candidatos acudan a
unos cursillos de formación, que habitualmente se imparten en dos sesiones, que se
organizan periódicamente en las sedes de Madrid y Barcelona.
Los voluntarios de Ayuda en Acción deben trabajar en equipo, coordinando sus
acciones y asumiendo las responsabilidades que les corresponde; a la vez se les
requiere que “[potencien] al máximo su creatividad a la hora de poner en marcha sus
actividades para que éstas estén llenas de originalidad y se consiga el ahorro de
costes y [sirvan], de este modo, consecuentemente, para satisfacer la finalidad de la
organización de transmitir la mayor parte de los recursos a los proyectos” (Boletín, 42:
12).
Ayuda en Acción cuenta específicamente con un departamento de voluntariado
cuya misión es la de coordinar el trabajo de los grupos de voluntarios constituidos,
268 Parte 2
Cooperacció
preparadas, reciben más de lo que pueden ofrecer: la supuesta ayuda que prestan, en
lugar de beneficiar a las comunidades receptoras, contribuye sobre todo al
enriquecimiento de uno mismo con nuevas experiencias y al desarrollo de la propia
personalidad. Acaso su mayor aportación al bienestar de los pueblos del Tercer
Mundo se produzca a posteriori a través de la divulgación de los problemas de las
sociedades que han podido conocer, coadyuvando a crear una conciencia social en
nuestro país (de hecho, una parte considerable de quienes han participado en las
‘estancias solidarias’ continúa colaborando con Cooperacció).
De cualquier manera, este tipo de ‘voluntario’ en propiedad merece, más que
cualquier otro, la calificación -reseñada por Chambers (1983: 26-30)- de ‘turista en
desarrollo’ o, aún mejor, la de ‘turista solidario’.
Intermón
Manos Unidas
Manos Unidas manifiesta contar con más de 15.000 voluntarios -cifra que la
situaría, de manera destacada, a la cabeza de las ONGD españolas-, de los que 290
prestarían sus servicios en la sede central de Madrid y el resto en las delegaciones
territoriales (CONGDE, 1999a). A pesar de que esta cifra se nos antoje algo
exagerada, ya se ha aclarado que Manos Unidas, como entidad vinculada a la Iglesia
católica, es capaz de atraer a su seno a un número considerable de fieles que asisten
a los servicios religiosos.
Esta capacidad de influir poderosamente en un determinado segmento social
resolvería la paradoja de que la primera ONGD española en número de voluntarios no
lleve a cabo políticas activas con el ánimo de captarlos. En efecto, sus campañas
publicitarias, en las que se repiten lemas como “depende de ti” o “tú lo haces posible”,
van destinadas a conseguir donativos o socios-colaboradores que contribuyan
regularmente con sus cuotas, pero en cambio no buscan de manera explícita y
patente -al no tener necesidad- aportaciones en forma de trabajo voluntario.
Los voluntarios que se incorporan a la organización realizan, principalmente,
cuestaciones y tareas auxiliares -por su condición, es de suponer que, en general, el
voluntario de Manos Unidas sea una persona poco preparada, pero muy entregada-,
Las ONG en España 271
Para Médicos Sin Fronteras la oposición que se plantea entre la figura del
‘voluntario’ y la del ‘profesional’ es artificial y, en cualquier caso, carece de sentido en
el marco de su organización. En efecto, a pesar de que Médicos Sin Fronteras cuente
en la oficina central de Barcelona y en las delegaciones españolas con voluntarios
(personal no remunerado estable) en sentido estricto (45 y 30 personas
respectivamente [CONGDE, 1999a]), que colaboran con la plantilla de contratados (64
personas) en las tareas administrativas y en la supervisión de los proyectos, de hecho
los sanitarios y técnicos nacionales que ejercen en el extranjero (aproximadamente un
centenar35), aún sin dejar de ser de uno u otro modo voluntarios, también serían
profesionales, ya que reciben una remuneración (unas 200.000 pesetas mensuales)
por su trabajo. En una conversación mantenida con la que era vicepresidente de
Médicos Sin Fronteras, ésta precisaba que la condición de voluntarios de los
cooperantes era indiscutible, ya que pese a trabajar en unas condiciones muy
precarias -incluso a veces arriesgando su seguridad física- aceptaban cobrar unos
salarios relativamente inferiores a los del mercado36.
Nuestra interlocutora nos reveló que, en general, el ‘voluntario-profesional’ de
Médicos Sin Fronteras está fuertemente comprometido y tiene una elevada
35
En la ejecución de los proyectos, junto a los cooperantes españoles y de otras
nacionalidades, trabaja personal local contratado, en número aproximado de 550 (CONGDE,
op. cit.).
36
Cuando se preguntó a nuestra interlocutora si no podía suponer una contradicción el hecho
de que el nivel de vida del cooperante, pese a la limitación de los ingresos que perciben, fuera
muy superior al de la población a la que asiste (como ejemplo extremo le fue comentado el
caso, que nos había sido relatado, de un cooperante destacado en Kenia a quien fue regalada
una botella de champaña francesa por su aniversario), contestó que se debía tener en cuenta
que su situación era transitoria y que, como tarde o temprano debía retornar a su país de
origen, se le debían proporcionar medios económicos suficientes para garantizar el regreso.
Aún así, comentó que algunas actitudes deberían reprobarse y que ella misma, en
circunstancias singulares, se había visto obligada a expulsar a algún miembro.
272 Parte 2
consciencia social, aunque reconoció que, a semejanza de lo que acontece con otras
ONG, también se ofrecen personas con problemas de adaptación que buscan hallar
un sentido a sus vidas, a los que se procura ayudar integrándolas en algún proyecto.
El ‘voluntario-profesional’ que actúa en un proyecto que se desarrolla en el
exterior debe comprometerse por un periodo mínimo de seis a doce meses. No es
indispensable ser experto en medicina tropical o en salud pública y comunitaria para
trabajar en ciertos proyectos, aunque se considera siempre un valor adicional en un
proceso de selección, que se realiza desde el departamento de recursos humanos, en
el que se valoran aptitudes y competencias. Puesto que se reconoce que la formación
preceptiva recibida por el personal sanitario es claramente insuficiente para actuar en
países con pocos recursos o en zonas en conflicto, la propia ONG se encarga de
instruirlo, impartiendo no sólo conocimientos técnicos específicos, sino también
organizativos. Así, como aclara Pérez (2000) -a la sazón director de formación en
España-, se invita a los voluntarios, antes de que marchen, a un curso en el que,
aparte de presentar la organización, se explican las condiciones de vida y de trabajo
en el terreno y se les informa de los protocolos y recursos utilizados en sus proyectos.
A medida que estas personas adquieren experiencia y responsabilidad, esta primera
formación se va completando con otros cursos especializados en gestión de proyectos
de emergencia, nutrición, vacunación, epidemiología, cirugía de guerra, saneamiento,
mecánica, capacitación, dirección y administración... Estos cursos suelen ser cortos
debido a la necesidad de no demorar la incorporación de los participantes en los
proyectos. En ocasiones, se ayuda financieramente al personal experimentado para
que realice cursos externos que tengan un interés estratégico para la organización
(salud pública, acción humanitaria, economía de la salud...).
Aunque las actividades específicas de los puestos dependen del tipo de
proyecto, por lo general se precisa el concurso de médicos, enfermeros y matronas,
logistas, administradores financieros y, de un modo menos sistemático, cirujanos,
anestesistas, epidemiólogos, técnicos de laboratorio, etc. El trabajo se realiza en
equipo (es imprescindible el conocimiento de algunos de los idiomas de mayor
difusión internacional).
Médicos Sin Fronteras, como otras muchas ONG, reclama exclusivamente en
su publicidad que la gente apoye la labor humanitaria que realizan a través de
donaciones económicas (sean aportaciones puntuales o las regulares de los ‘socios-
colaboradores’), desdeñando solicitar la incorporación de voluntarios.
Las ONG en España 273
Medicus Mundi
Medicus Mundi es una de las ONG españolas que en teoría más importancia
da al voluntariado, hasta el punto -como nos manifiestó su jefe de comunicación en
Cataluña- de que en sí misma se considera básicamente como una organización de
voluntarios, que prefiere potenciar esta condición -que se contempla como algo
intrínsecamente positivo- a admitir abiertamente la profesionalización, aun a costa de
impedir un mayor crecimiento de la entidad. “Voluntarios, un paso adelante en nuestra
trayectoria” -reza uno de sus lemas.
Para Medicus Mundi, los voluntarios deben plantearse como objetivo
“contribuir a la sensibilización de los jóvenes hacia los problemas que padece el
Tercer Mundo; difundir los proyectos y acciones [de MM] en nuestro país para
concienciar a la mayor parte de la población (...); [y] contribuir a potenciar el
compromiso solidario personal, indispensable para el progreso de los pueblos”
(Circular interna).
No obstante, en su seno coexisten los voluntarios con los profesionales. Según
datos de la CONGDE (1999a), Medicus Mundi cuenta en España con 445 voluntarios,
15 en la oficina central y el resto en las delegaciones territoriales, y con 57
asalariados. En Cataluña, por su parte, poseen 137 voluntarios (50 en Barcelona -
aunque sólo 15 de ellos participan en las actividades con regularidad-, y el resto
distribuidos en los grupos que se han constituido en Figueres, Lérida, Terrassa...),
contra 7 personas contratadas. Los miembros de la junta directiva también son
voluntarios por cuanto no reciben remuneración alguna por el cargo. A su vez, en las
sedes de los proyectos en el extranjero cuentan con 870 voluntarios locales, que
colaboran con los cooperantes españoles (médicos, enfermeras, farmacéuticos,
biólogos, logistas que, en número de 82, han sido contratados para un periodo mínimo
de dos años) y con los asalariados locales (1.976) (CONGDE, 1999a).
Medicus Mundi, por tanto, no envía voluntarios al extranjero para estancias
breves. Éstos desempeñan sus actividades en nuestro país, dando apoyo a la
infraestructura asociativa en temas administrativos, redacción, prensa y publicaciones,
difusión (participación en campañas), seguimiento y evaluación de proyectos, etc.
Un estudio elaborado por la propia asociación en Cataluña permite dibujar el
perfil del voluntariado de Medicus Mundi en aquella comunidad: se trata básicamente
de mujeres con una edad comprendida entre los 18 y los 48 años, que desempeñan
su actividad profesional en el sector sanitario y que han sido ‘reclutadas’ merced al
274 Parte 2
SETEM
Hablar en este caso del voluntariado supone, en primer lugar, referirse a los
‘campos de solidaridad’ que se organizan con el objetivo -tal como se manifiesta en un
folleto- de brindar a los jóvenes “[l]a posibilidad cada año de conocer directamente los
países del Sur a través de las organizaciones que los acogen, de comprender las
causas de su situación injusta y de adquirir un compromiso desde nuestro país para
hacer un mundo más igualitario y habitable”37. En el mismo folleto se escribe lo
siguiente:
Más allá del viaje y la estancia en un país del Tercer Mundo (en los meses de
julio o agosto), el programa de ‘campos de solidaridad’ de SETEM es un ciclo que
también comprende un periodo de formación previo (obliga a superar un curso de 40
horas y a participar en reuniones de reflexión y debate) y una etapa posterior de
difusión y sensibilización a desarrollar en el propio país (el participante debe
comprometerse, a lo largo del año siguiente, a organizar actividades para dar a
37
Cuando nos hemos referido a las ‘estancias solidarias’ de Cooperacció ya se ha señalado
que, en propiedad, quienes participan en estas actividades no debieran se considerados
‘voluntarios’, sino en el mejor de los casos ‘turistas solidarios’. SETEM en ningún caso se
refiere a ellos como voluntarios. Como en el caso de Cooperacció, los gastos del viaje van a
cargo de los participantes (los pasajes aéreos son tramitados por la propia ONG).
Las ONG en España 275
38
El activismo de los voluntarios de SETEM, su perseverancia en la venta de camisetas u
otros artículos con el anagrama de la organización, sus campañas publicitarias y el carácter de
los cursos de formación de los voluntarios, que suelen realizarse los fines de semana -y de los
que alguien aseveró que “guardan semejanza con los antiguos ejercicios espirituales”- tal vez
hayan contribuido -y así nos lo reconoció, aun estando profundamente en desacuerdo, el jefe
del departamento de ‘campos de solidaridad’ en Cataluña- a que esta ONG sea designada
entre sus críticos con el nombre de ‘SECTEM’, dando así a entender que posee connotaciones
sectarias.
276 Parte 2
Del conjunto de actuaciones que llevan a cabo las ONGD, los proyectos de
desarrollo constituyen la parte más relevante, trascendente y compleja: son, de algún
modo, la razón última, el peldaño final del resto de las actividades de la organización.
En apartados anteriores ya se ha insistido en que, en general, los proyectos de
las ONG se caracterizan por su marcado asistencialismo y por suplir a las
administraciones públicas en sus obligaciones. Por otro lado, se ha esbozado una
tipología de las ONGD españolas en función de los proyectos que realizan,
atendiendo a la clase de acciones que desarrollan, los sectores de población a los
que se dirigen, el volumen de recursos que movilizan... De este modo, se ha
observado que aunque los proyectos de un buen número de ONG -especialmente las
más relevantes- intentan abarcar la mayoría de los sectores o campos temáticos
(agricultura y alimentación, capacitación, educación, salud, infraestructuras y vivienda,
emergencias...), cada vez es más destacada la presencia de ONG profesionales (tales
como Médicos Sin Fronteras o Educación Sin Fronteras) que se especializan en
ámbitos de actuación concretos. También se ha advertido que a pesar de que los
proyectos, por lo común, intentan atender al mayor número de población, algunas
ONGD centran sus actuaciones en grupos específicos (indígenas, infancia,
refugiados...). Asimismo, se ha comentado que, desde el punto de vista geográfico,
los principales destinatarios son los países de habla hispana (tal como se ha referido,
la CONGDE [1999a] señala que casi el 60% de los proyectos gestionados por las
ONGD federadas tendrían este destino). Por último, se ha podido ver que la mayor
parte de las ONGD españolas se dedican a impulsar proyectos de desarrollo con un
contenido genérico, aunque unas pocas entidades importantes (MPDL, Cruz Roja,
Solidaridad Internacional, Médicos Sin Fronteras, Médicos del Mundo...) dedican un
porcentaje elevado de sus recursos a ayuda de emergencia.
En este apartado se analizará, de un modo específico, el carácter de los
proyectos y de las actuaciones que llevan a cabo las ONG estudiadas. Sin embargo, y
con carácter previo, es menester reflexionar, ni que sea brevemente, acerca de las
causas que llevan a una ONG a actuar de uno u otro modo y en uno u otro lugar, y
analizar las implicaciones que se derivan. Ello supone preguntarnos cómo se decide
-y quién decide- el destino de los recursos, según qué criterios y de qué forma, y qué
consecuencias tiene. ¿Poseen las ONG libertad suficiente para actuar a su antojo o,
por el contrario, son instancias exteriores, ajenas a las mismas, las que, en última
instancia, disponen?
Las ONG en España 277
39
Ya se ha comentado que los medios de comunicación no sólo crean la tragedia al convertirla
en noticia, sino que son también los responsables de transformar en protagonistas de la ayuda
humanitaria a colectivos específicos -acaso buscando una rentabilidad publicitaria-, generando
a su alrededor un cierto ‘efecto atracción’ que redunda en cambio en detrimento de otras
poblaciones.
Las ONG en España 279
Cuando se trata de plantear y realizar una actuación, sea cual sea el proyecto
(a pesar de que el esquema propuesto es especialmente válido en relación a las
ayudas de emergencia, es también extensible a la mayor parte de las situaciones), las
ONG funcionan de acuerdo a un plan que sigue unos ritmos secuenciales que pasan
por
a) definir una crisis (una situación de padecimiento);
b) establecer la necesidad de intervención, esto es, una obligación de
proporcionar ayuda, para solucionarla;
280 Parte 2
Aparte de que los propios proyectos que impulsan las ONGD puedan ser en sí
mismos actos de concienciación pública, la mayor parte de ellas -el porcentaje se cifra
entorno al 75%-, además, manifiesta realizar tareas específicas de sensibilización
social y de educación para el desarrollo.
No obstante, cabe señalar que, en general, las ONGD dedican su mayor
esfuerzo a los proyectos de desarrollo, tratando de ser eficaces en la implementación
Las ONG en España 281
Ayuda en Acción
El objetivo final que buscan los proyectos de Ayuda en Acción -tal como
declara su ideario- es el ‘desarrollo integral’ de las comunidades beneficiarias. Ello
supone que “se trabaja en la misma zona y al mismo tiempo aquellas áreas que hacen
posible que mejore la calidad de vida de las comunidades: educación, sanidad,
organización comunitaria y producción” (Dossier de Formació per a Voluntaris/es: 16).
40
Peredo Pombo (1999: 159), para resaltar las contradicciones de la labor de sensibilización,
advierte que aun cuando las campañas abiertas emprendidas por ONG con pocos recursos
puedan influir en un determinado sector de la sociedad, a la postre serán las ONG mayores las
que acaben beneficiándose del trabajo realizado, ya que, debido a que la gente confía en lo
que más conoce, serán las que acaben recaudando más fondos.
41
En este apartado se describen las formas de actuar de algunas de las ONGD que han sido
estudiadas con mayor detenimiento, haciendo hincapié en sus singularidades y rasgos
distintivos.
282 Parte 2
42
Esta cita, así como las siguientes mientras no se especifique lo contrario, corresponde a
información publicada en la página web de Ayuda en Acción (www.ayudaenaccion.com).
43
En el caso de que un proyecto sea financiado por un organismo público, el departamento de
financiación oficial redacta los preceptivos informes -intermedios y finales- y se recopilan las
facturas para justificar los gastos.
Las ONG en España 283
44
En un boletín se citan las siguientes palabras de un responsable de proyecto: “[A diferencia
de otras ONGs] Ayuda en Acción tiene la enorme ventaja de permitir a los responsables de los
proyectos programar las actividades de desarrollo a largo plazo: 12 años, y que así se pueda
trabajar con eficacia. Las otras ONGs suelen financiar necesidades puntuales que, aunque
urgentes y necesarias, no posibilitan un programa de desarrollo y asistencia eficaz” (Boletín,
43-44: 3).
284 Parte 2
45
A pesar de que generalmente Ayuda en Acción, como cualquier organización, rehuye hablar
de los errores cometidos en sus proyectos, un miembro de la entidad expuso dos ejemplos
ilustrativos de sendos fracasos -y que ya han sido comentados en el capítulo 2- que se
relacionan con la cuestión del suministro de agua. En uno de los casos, un proyecto realizado
en una aldea de la India que pretendía instalar conducciones de agua potable en los hogares,
hubo de ser interrumpido porque las mujeres -las amas de casa- estropeaban reiteradamente
los grifos debido a que preferían ir a recoger el agua en la fuente, puesto que éste era el único
lugar en que podían reunirse libremente. En el otro caso, referido a otro proyecto destinado a
potabilizar el agua en una población de Ecuador, hubo de posponerse la actuación, aun a
pesar de que de su realización dependía en buena medida la salud de los habitantes, porque
éstos daban mayor prioridad a la construcción de una escuela, debido a que así las mujeres
podían dejar a sus hijos bajo la custodia del maestro y de este modo podían dedicar el mayor
tiempo disponible a trabajar e incrementar los ingresos familiares. Tal y como reconoció el
citado responsable de Ayuda en Acción, ambos ejemplos demostrarían que es desaconsejable
llevar a cabo proyectos sin conocer profundamente la idiosincracia local y sin saber cuáles son
Las ONG en España 285
Cooperacció
Para Cooperacció los proyectos de desarrollo, sean cuales sean sus objetivos
específicos, son instrumentos que “[p]ermiten dar apoyo a procesos de organización
de los sectores populares, sosteniendo la formación y el fortalecimiento de
organizaciones de base y procesos de cambio social”. En un intento de apoyar
“acciones de desarrollo alternativo al discurso neoliberal imperante”, se priorizan
aquellos “[p]royectos que se basen en formas colectivas y solidarias de trabajo, que
planteen formas de lucha organizadas para el acceso a la tierra, que tengan una
perspectiva de género, etc...”. Los proyectos se proponen “[huir] del asistencialismo,
que actúa sobre las consecuencias y no sobre las causas de los problemas, y del
verticalismo, que establece acciones desde arriba sin tener en cuenta las necesidades
y deseos de la población a la que se dirigen y sin su participación”. Aunque cooperar
significa “dar apoyo a estrategias de crecimiento de los países que nunca han podido
crecer”, a su entender “[n]o basta con transferir dinero, [sino] de lo que se trata es de
construir estructuras de cooperación inteligentes, enraizadas a las necesidades de los
países receptores y tendentes a fortalecer su tejido productivo, asociativo y
democrático” (www.pangea.org/acci). Por todo ello, para Rabella (1998: 10), director
de la ONG, “más importante que los ‘proyectos’ son las contrapartes, nuestros socios
del Sur que deben llevarlos a cabo (...)”.
Los proyectos de desarrollo de Cooperacció inciden, con preferencia, en cuatro
áreas definidas: i) apoyo a los movimientos campesinos, procurando consolidar su
estructura organizativa y dinamizar su economía (los proyectos buscan el
fortalecimiento organizativo y productivo de cooperativas, empresas asociativas y
grupos campesinos de base); ii) educación popular, cuyo objetivo es permitir que
46
Para defenderse de algunas críticas que apuntan al carácter en exceso comercial que
poseen algunas de las actuaciones de Ayuda en Acción, un responsable de la misma
manifestó que las actividades, ciertamente, “son llevadas a cabo con el fin de recaudar fondos
para los proyectos, pero sobre todo para sensibilizar a la opinión pública”.
288 Parte 2
47
Véase el detalle de los proyectos y de otras actuaciones en el ‘Apéndice documental’.
48
“Hay dos factores decisivos que han llevado al hecho de que Cooperacció se decidiera a
ejecutar proyectos de ayuda humanitaria [conjuntamente con ACSUR-Las Segovias]. De un
lado, se detectó que mediante lo que denominamos ‘proyectos de desarrollo’ no se llegaba a
algunos sectores de población muy desfavorecidos que no tenían capacidad de integrarse en
una acción a largo plazo. Para poder ser beneficiario de un proyecto de desarrollo a menudo
hay un mínimo de exigencias que deben cumplirse (poder devolver un crédito, poseer tierras,
etc., es decir, tener una mínima capacidad para que sea viable una acción a largo plazo). En
muchos casos, la población no puede ofrecer ni este mínimo de garantías o requisitos. De otro
lado, un factor que ha ayudado a entrar a trabajar en este nuevo ámbito de la cooperación es
el aumento de recursos por parte de la Unión Europea (principal cofinanciador) hacia este tipo
de proyectos. (...)” (Cooperacció. Papers d’informació, 12: 5).
49
Los vínculos orgánicos que unen a Cooperacció con ACSUR-Las Segovias se manifiestan
en el hecho de que numerosos proyectos reciben el apoyo conjunto de ambas organizaciones.
Las ONG en España 289
Intermón
50
Véase el detalle de los proyectos y de otras actuaciones en el ‘Apéndice documental’.
51
Esta cita, así como las siguientes, corresponde a información publicada en la página web de
Intermón (www.intermon.org).
290 Parte 2
Para Intermón los proyectos no son hechos aislados, sino que “se enmarcan
dentro de estrategias más amplias coordinadas entre sí y que se complementan”. A
título de ejemplo, valga señalar que “el objetivo no es conseguir agua potable, sino
conseguir el desarrollo social y económico de una zona determinada, a partir del
propio análisis de la realidad de los beneficiarios”.
El trabajo que realizan pretende potenciar “la organización social y la
productividad y [hacer] posible un desarrollo sostenible”. Manifiestan que su intención
es que las actuaciones se realicen “a través de medios adaptados a la zona, tanto en
personal como en equipos y suministros, técnicas...” Deben ser las propias
comunidades quienes definan el tipo de proyecto que desean que se lleve a cabo y
las acciones concretas que se deben emprender. En definitiva,
IDENTIFICACIÓN
SELECCIÓN
(en función de la gravedad de la
situación y de la capacidad de
operar por parte de la comunidad)
EJECUCIÓN
EVALUACIÓN
mayor conocimiento institucional, aumentar la base social [y] recaudar fondos” para los
proyectos: merecen destacarse la organización de seminarios, conferencias,
exposiciones, fiestas..., el fomento del ‘comercio justo’, la educación para el desarrollo,
la edición de publicaciones, etc.52
Manos Unidas
Para llevar a cabo su acción, Manos Unidas se fija dos líneas prioritarias de
trabajo: i) sensibilizar a la población y a las instituciones españolas sobre los proyectos
del Sur, mediante la educación para el desarrollo; y ii) colaborar con los pueblos del
Sur en la realización de proyectos de desarrollo, mediante un apoyo de tipo financiero,
técnico y humano (Folletos Informativos, 0: 33).
Para esta ONG “los proyectos de desarrollo constituyen una de [sus] líneas
fundamentales de trabajo (...) Es a través de ellos donde se aunan las iniciativas, las
ideas y los esfuerzos de muchas personas con un objetivo común: conseguir un
mundo más digno para todos los seres humanos (...) [S]on instrumentos idóneos de
mejora de las condiciones de vida y de desarrollo humano de las poblaciones del Sur
(...), [u]na vía privilegiada de diálogo entre interlocutores del Norte y del Sur para la
construcción de unas relaciones más justas”53.
Los proyectos de Manos Unidas no son de gran envergadura ni persiguen
grandes metas, sino que se plantean objetivos precisos y específicos -tales como la
construcción de un pozo, de una escuela, de un dispensario..., o crear una
microempresa...- que, a su valor intrínseco, añaden el de “[fortalecer] el tejido social y
[promover] al grupo humano como sujeto colectivo”. No obstante, también se
promueven proyectos de desarrollo integral que impulsan la autosuficiencia de la
comunidad.
Dichos proyectos “responden a una iniciativa concreta planteada por quienes
conocen los recursos y circunstancias de la zona”. En efecto, la dilatada experiencia
52
Véase el detalle de los proyectos y de otras actuaciones en el ‘Apéndice documental’.
53
Esta cita, como las siguientes hasta que se indica lo contrario, corresponde a información
publicada en la página web de Manos Unidas (www.seker.es/munidas).
294 Parte 2
54
Véase el detalle de los proyectos y de otras actuaciones en el ‘Apéndice documental’.
55
Un dirigente de Médicos Sin Fronteras al que se entrevistó comentó que la voluntad de
llevar a cabo proyectos de desarrollo integral pocas veces podía concretarse, ya que en las
zonas de conflicto en las que actúan “no es posible desarrollarse”, apostillando que además en
África es verdaderamente difícil realizar tales proyectos al “carecer de un tejido social, de una
sociedad civil que posibilite su posterior consolidación” (añadió que las ONG de inspiración
religiosa tienen la labor más fácil, ya que, a diferencia de las laicas, cuentan con el apoyo de
las comunidades eclesiásticas locales, que pueden asegurar la continuidad del proyecto). Aun
manifestando que las ‘causas’ en las que actúan no admiten elección (“los conflictos aparecen
y no es posible cerrar los ojos...”), reconoció que aquellas ONG que inciden en las
emergencias reciben mayor cantidad de donaciones.
298 Parte 2
Medicus Mundi
56
En particular, se denunció que MSF-Bélgica había malbaratado ayudas de un montante
superior al del presupuesto nacional de Ruanda.
57
Médicos Sin Fronteras decidió suspender, en diciembre de 1999, sus programas
humanitarios en Cuba debido a las trabas burocráticas y a los excesivos controles
administrativos impuestos por las autoridades de la isla (El País, 14-12-1999) y, en enero de
2000, la sección española abandonó Guinea Ecuatorial “ante la imposibilidad de realizar sus
tareas humanitarias desde la libertad de acceso a la población civil (...)” (El País, 2-1-2000). En
1998 se suspendió, por motivos de índole semejante, la ayuda humanitaria a Corea del Norte
(Boletín, 31: 13) y fue expulsada de Afganistán por denunciar la vulneración de los derechos
humanos (Boletín, 30: 13); anteriormente, en 1997, abandonó Ruanda y, más de una década
atrás, rechazó intervenir en la zona kmer roja. Es de destacar que Médicos Sin Fronteras
siempre ha deseado enfatizar su indepencia política -en sus orígenes están las críticas a Cruz
Roja por su falta de independencia-, rasgo que de algún modo también la diferencia de
Médicos del Mundo, escindida de la primera y en principio más próxima a la socialdemocracia.
Asimismo, el principio de neutralidad que se evoca en su carta fundacional no excluye, en
efecto, la denuncia ni la toma de posición, que puede conducirla a negarse a actuar en
determinadas localizaciones a pesar de que, desde una perspectiva estrictamente médica, la
situación de la población pudiera aconsejar intervenir.
58
Véase el detalle de los proyectos y de otras actuaciones en el ‘Apéndice documental’.
300 Parte 2
59
Esta cita, así como las siguientes mientras no se precise lo contrario, reproduce información
aparecida en documentos intitulados publicados por Medicus Mundi.
60
Según nuestro interlocutor, mientras que Médicos Sin Fronteras o Médicos del Mundo -de
las que censura su política comunicativa- aceptan dirigirse a cualquier lugar en el que se
produzca una emergencia, en cambio Medicus Mundi sólo lo hace allá donde ha actuado
previamente y, por tanto, donde posee una estructura organizativa mínima y conoce con
suficiente profundidad la situación social. Comenta que si durante la crisis en la región de los
Grandes Lagos aceptaron actuar en los campos de refugiados, en colaboración con otras
ONG, fue porque ya conocían la región (en la que sólo habían trabajado, hasta el momento,
los misioneros y tal vez no más de una docena de ONG).
Las ONG en España 301
- asistenciales
- organización de servicios
- formación de personal sanitario
- emergencia
b) según la extensión:
- local
- de distrito
- regional o nacional
c) según el ámbito de actuación:
- exclusivamente sanitario
- intersectorial
d) según su cuantía y duración:
- microproyectos
. de 500.000 a 3.000.000 PTA
. un año, ampliable a dos
- macroproyectos
. más de 3.000.000 PTA
. más de un año
Sea cual sea la clase de proyecto, la ejecución del mismo corresponde,
siempre que sea posible, a la contraparte local de Medicus Mundi (“[d]esde el inicio
del proyecto [hay] una transferencia real de las responsabilidades de la ONG del
Norte hacia la institución responsable del proyecto en el Sur”), de manera que a ésta
le queda reservada la tarea de hallar canales de financiación, proporcionar
asesoramiento técnico y participar en la evaluación y seguimiento del proyecto y en el
control financiero.
Medicus Mundi apoya con preferencia aquellas propuestas presentadas por
ONG locales de base que requieran para su realización la colaboración de personal
nativo y que se desarrollen en un régimen de gestión mixto en el que participe el
Estado. En cualquier caso, es primordial que se produzca un reconocimiento oficial de
las autoridades locales administrativas y/o sanitarias o, cuanto menos, que no exista
previamente un proyecto oficial análogo al que se promueve u otro proyecto privado
sin posibilidades de coordinación. A su vez, es requisito indispensable el cumplimiento
de ciertas condiciones económicas (Bases para la evaluación de nuevos
302 Parte 2
61
En las citadas Bases para la evaluación de nuevos proyectos/acciones de Medicus Mundi
España en los países en vías de desarrollo se precisa que “los Centros de Salud con
hospitalización y servicios quirúrgicos primarios no deberían soportar unas cargas de
funcionamiento superiores a los 3$ USA/persona cubierta/año (...), sin considerar
amortizaciones de inversión”; que “[l]os medicamentos esenciales (...) no deberían estar
gravados en más de un 20% sobre el precio de costo, [ya que] éste es un margen beneficiario
suficiente para financiar en buena medida las estructuras sanitarias”; que “los gastos del
personal europeo, y su mantenimiento, así como los gastos de concepción del proyecto, viajes
y otros que no repercutan directamente sobre la población (...) no deberían superar el 25% del
total anual” ; y otras condiciones de la misma suerte.
62
Véase el detalle de los proyectos y de otras actuaciones en el ‘Apéndice documental’.
Las ONG en España 303
SETEM
63
Cita extraida de la página web de SETEM (www.eurosur.org/setem).
304 Parte 2
64
Véase el detalle de los proyectos y de otras actuaciones en el ‘Apéndice documental’.
Las ONG en España 305
65
Cooper (1992: 254-8) escribe que las organizaciones son organizadoras de información, que
ejercen control sobre los flujos y que, a la vez, construyen las formas en que ésta aparece:
esto es, también la representan (entendiendo, por supuesto, que la representación no es la
reproducción de ‘cosas’ o ‘significados’, sino su organización en el espacio y en el tiempo).
Las ONG en España 307
Comunicación y marketing
66
Aunque se incidirá de nuevo en este aspecto cuando sea tratado en el próximo capítulo el
tema de la financiación de las ONG, es preciso señalar que las organizaciones humanitarias
están en sí mismas obligadas a comunicarse y dialogar con los donantes y con quienes les
dan apoyo, puesto que, en definitiva, éstos las juzgan esencialmente en función de la pureza
de sus intenciones y de la sinceridad de su compromiso (se ‘remunera’ la carga ética de la que
son portadoras), y ello exige que puedan y deban conocerlas. Los boletines informativos, la
publicación de las cuentas anuales, los informes de actividad y los testimonios de la acción
sobre el terreno, al margen de ser una obligación moral, sirven para someter la actuación de la
ONG a la apreciación de sus benefactores.
67
Almansa (1999: 19-20), por su parte, indica que las ONGD generalmente establecen dos
ámbitos de comunicación: uno orientado a la transmisión de ‘mensajes de contenido’ y otro de
‘mensajes de refuerzo institucional o marketing’. Ortega Carpio (1994: 195), a su vez,
mantiene que, de hecho, sólo las mayores ONG, no tan sometidas a la presión de recaudar
fondos para subsistir, están capacitadas para emprender auténticas campañas de
308 Parte 2
Comunicación
Financiación
sensibilización ante la opinión pública (las menores básicamente se dirigirían a ésta sólo en
busca de financiación).
68
Los resultados de la investigación de Martínez Sánchez (1998: 191) confirman que sólo el
26,8% de las ONGD españolas encuestadas (ANESVAD, Ayuda en Acción, Cáritas,
CODESPA, Cruz Roja, Intermón, Jóvenes del Tercer Mundo, Manos Unidas, Médicos del
Mundo, Médicos Sin Fronteras y PROSALUS) afirma diseñar su imagen corporativa dentro de
un plan estratégico (un 19,5% reconocen no hacerlo y el 53,6% no saben o no contestan).
Asimismo, el 34,1% de dichas ONG -entre las que cabe destacar a Ayuda en Acción,
Intermón, Manos Unidas, Medicus Mundi y Médicos Sin Fronteras- cuenta con un
departamento específico de comunicación y/o imagen (el 31,7% reconocen no tenerlo, sea
porque tales funciones recaen en el director general -35% relativo- o bien en otras personas; el
34,2% no sabe o no contesta). Por último, sólo el 14,6% de las ONGD entrevistadas -Cáritas,
Cruz Roja, Intermón, Manos Unidas, Medicus Mundi y Médicos Sin Fronteras- afirman contar
con un conjunto de normas y procedimientos para el diseño de imágenes y comunicaciones.
69
“Pon tu dinero donde lo veas crecer”; “Por poco que des, dará mucho de si” -rezan, por
ejemplo, sendos eslogans publicitarios de la Fundación Vicente Ferrer y de Solidaridad
Internacional. El marketing, que se desarrolla en el marco de lo que Shell (1994: 4) califica
como ‘mercado primario de desarrollo de fondos’, reclama un contexto de sensibilización
permanente. Busca generar en el receptor del mensaje -en el posible donante- una necesidad
-la de querer actuar correctamente-, un sentimiento de generosidad y una satisfacción
personal profunda. Unicef, aun no siendo una ONG, anuncia: “Este niño no tiene casa. No
tiene ropa. No tiene comida. Pero tiene varias cuentas corrientes”.
Las ONG en España 309
proyectar una visión más positiva o, cuanto menos, más favorable a las conveniencias
de la ONG70. Abundando en este aspecto, nuestro trabajo de campo nos ha
proporcionado claros indicios de que, ciertamente, un buen número de ONGD revelan
una marcada inclinación, que redunda en detrimento de otra suerte de atenciones, a
vender el atractivo y la credibilidad de sus causas, hasta el punto de que valoran una
campaña en términos positivos no por sus resultados sociales, sino sólo si
proporciona los recursos esperados.
El plan de comunicación exige que la organización deba definir el tipo de público al
que busca dirigirse y cuál es susceptible de ser influido, qué colectivos se
desea que colaboren en los proyectos y qué sectores sociales pueden
mostrarse interesados en su financiación. Asimismo, contraponiendo la imagen
corporativa interna con la que posee su público objetivo, deberá juzgarse la
conveniencia de modificarla para ajustarla, sobre la base de la filosofía
corporativa, a los propósitos del plan. La organización de la comunicación, la
clase de mensaje que se difunda y los medios que se utilicen para su difusión
dependerán de los objetivos que se establezcan71.
El mensaje no es más que la plasmación gráfica o auditiva de la idea que se
busca comunicar. La conceptualización de dicho mensaje debe ser congruente con la
estrategia corporativa y debe servir para facilitar el reconocimiento y el
posicionamiento de la entidad72. Consta de dos elementos: i) lo que dice (información,
70
A fin de evitar la inclusión de mensajes e imágenes engañosas o catastrofistas en las
campañas de recaudación, las ONG han ideado códigos de conducta restrictivos, a los que se
adhieren voluntariamente, que serán analizados en el apartado quinto del capítulo siguiente. El
llamado ‘Código de conducta, imágenes y mensajes a propósito del Tercer Mundo’, adoptado
en Bruselas por la asamblea general del comité de enlace de las ONGD europeas ante la
Comunidad Europea en 1989, es el modelo en el que se inspiran la Coordinadora de ONGD-
España (CONGDE) y la Federació Catalana d’ONG per al Desenvolupament en la elaboración
de sus respectivos códigos deontológicos de 25 de octubre y de 26 de junio de 1997.
71
Sean cuales sean las peculiaridades del mensaje, para que éste sea verdaderamente
efectivo debe procurar -tal como ya se ha argumentado- crear en el receptor el convencimiento
de que la ONG que lo emite está legitimamente capacitada para hablar del ‘sufrimiento’
ajeno (en definitiva, la primera razón de ser de cualquier ONGD es la existencia de un
’sufrimiento’ que es preciso combatir), transmitiendo en sus propuestas la idea de que los
problemas tienen solución o están en vías de ser solucionados. El propio mensaje -como
señala Cabat (1996: 149)- debe ser un un formar-parte de dicho ’sufrimiento’, creando así un
efecto de presencia real (autoridad y legitimidad deben ir acompañadas de proximidad y
familaridad).
72
El mensaje, no obstante, nunca está totalmente adueñado por el anunciador. El propio
soporte publicitario es suficientemente complejo, pudiendo incluso, eventualmente, llegar a
despertar sospechas. Bruneau (1996a: 157-8), por ejemplo, relata el caso significativo de una
campaña emprendida por la Association Internationale Contre la Faim (AICF) -también en
310 Parte 2
nuestro país por la sección española- en la que se presentaban dos imágenes del rostro de
una joven antes y después de su renutrición (véase la figura 2 en el ‘Apéndice documental’).
Aunque esta publicidad provocó indignación en algunos ámbitos, aduciendo que había sido
manipulada, ambas fotografías correspondían verdaderamente a la misma persona.
73
La mencionada investigación de Martínez Sánchez (1998: 182) confirma que sólo el 24,4%
de las ONGD españolas (entre las encuestadas cita a ANESVAD, Ayuda en Acción, Cruz
Roja, Intermón, Manos Unidas, Médicos del Mundo, Médicos Sin Fronteras, Medicus Mundi y
PROSALUS, a las que nosotros acaso añadiríamos Acción Contra el Hambre, Aldeas
Infantiles SOS, AMREF, Cáritas, Educación Sin Fronteras, Intervida, MPDL, Mundo Unido,
Proyecto Solidario, Save the Children, Solidaridad Internacional, Solidarios para el Desarrollo y
Survival -muchas de ellas entre las grandes) realiza esfuerzos de comunicación y utiliza la
publicidad en prensa para divulgar sus proyectos o actividades.
Las ONG en España 311
La imagen gráfica
74
Asimismo, en este mismo capítulo ya se ha argumentado que para ‘ser solidario’ no se
precisa un compromiso profundo que requiera estar allí para ayudar, ya que -como dicta un
312 Parte 2
sensibilidad del sujeto representado- también buscan dar una visión más
esperanzadora, presentando los resultados positivos de la cooperación (escuelas y
hospitales construidos, niños cuyos labios esbozan una sonrisa agradecida...)75.
No obstante, a fin de discriminar la atención del receptor, de modo que ésta se
dirija hacia un aspecto concreto que se desea destacar del mensaje (v. gr., la situación
de pobreza, de hambre...), las ONGD, sometiéndose a las obligaciones que impone la
publicidad, en general se valen de un lenguaje escasamente reflexivo que prioriza la
efectividad de la imagen impactante76. Pero tal cual sucede con todo tipo de publicidad,
las formas utilizadas para aproximar el mensaje a la audiencia, tratando de despertar en
ella algún tipo de emoción -tal vez un sentimiento de compasión- que la identifique con
la problemática que se expone, corren el riesgo de acabar devaluando su contenido y
restándole credibilidad77.
anuncio (véase la figura 3 del ‘Apéndice documental’)- desde aquí también se puede ‘echar un
cable’.
75
Véanse las imágenes del ‘Apéndice documental’.
76
Las imágenes y fotografías que se muestran, el propio contenido de los mensajes,
difícilmente serían asimilables en la mirada del receptor -provocando en él quizás un choc
emocional intenso, pero no por ello estéril-, de no ser por la legitimidad y autoridad con que se
reviste la ONG a la hora de exponerlas.
77
La responsabilidad de la dificultad de conciliar el carácter ficticio de la imagen resultante con
su construcción realista no recae en el público receptor, sino en la propia organización de la
representación, que exige que se privilegie determinado tipo de lecturas.
78
Gilbert y Mulkay (1984: 145-8) utilizan una línea argumental semejante para referirse a las
imágenes incorporadas a la narrativa científica. Asimismo, cabe señalar que, en buena
medida, las características indicadas también son de aplicación a los textos verbales -esto es,
a cualquier tipo de narrativa del desarrollo.
Las ONG en España 313
Ayuda en Acción
79
La interpretación de una imagen no es un proceso descontextualizado que se realiza en la
mente del receptor, puesto que es relevante la propia experiencia, que participa en la
formulación del significado.
80
En este apartado se describe cómo gestionan la imagen las mismas ONGD estudiadas,
haciendo hincapié en sus singularidades y rasgos distintivos.
81
Las fórmulas de ‘apadrinamiento’ como método de financiación de las ONG serán tratadas
en el próximo capítulo.
314 Parte 2
Forman parte del plan de medios tanto los canales personalizados como los
canales masivos.
En relación a los primeros, los envíos por correo son utilizados básicamente
para dirigirse a aquellas personas que ya tienen -o han tenido previamente en el
pasado- algún tipo de vínculo con la asociación. Ayuda en Acción envía hojas
informativas periódicas y boletines trimestrales, en los que se publican noticias acerca
de la vida asociativa y de las actuaciones que se impulsan; informes semestrales
destinados a los ‘padrinos’, en los que se describen los progresos alcanzados por el
niño apadrinado; y nuevas peticiones de ‘apadrinamiento’, dirigidas a quienes
Las ONG en España 315
aparecía de modo destacado la labor realizada por Ayuda en Acción. También otras
cadenas han dado cuenta del trabajo de la asociación mediante la emisión de
espacios informativos diversos (Antena 3, en el ámbito nacional; las autonómicas TVG
-que emitió un reportaje acerca de los proyectos de Ecuador-, ETB, Canal 9 -que
dedicó un programa a los proyectos desarrollados en Kenia-, Canal Sur o TeleMadrid;
o incluso las de ámbito local -tal es el caso de BTV). Sin embargo, por su considerable
impacto mediático, sin duda merecen una mención especial las participaciones de
Ayuda en Acción en diversas ‘maratones televisivas’ -en alguna se alcanzaron las 24
horas de emisión ininterrumpida-, las cuales, al margen de ofrecer una oportunidad
inestimable para dar a conocer la organización a la opinión pública, han permitido
realizar numerosos ‘apadrinamientos’ (en una de ellas, superando las previsiones más
optimistas, fueron apadrinados 45 mil niños).
Pero no solamente el medio televisivo se ha encargado de divulgar el trabajo
de Ayuda en Acción. También la radio (Cadena SER, Onda Cero...) y la prensa (la
misma organización cita a El País, ABC, La Vanguardia, El Mundo, Avui, El Punt,
Integral...) han hecho lo propio a través de la difusión de noticias y la publicación de
artículos de contenido diverso.
Una de las estrategias empleadas por Ayuda en Acción para influir en los
medios de comunicación pasa -tal como reconocen- por invitar a reporteros y a
periodistas a visitar los proyectos que impulsan a fin de que puedan conocerlos con
mayor profundidad y así incentivar la realización de reportajes. Según el cómputo
realizado por la propia asociación, la atención prestada por los medios de
comunicación a lo largo de 1996 quedó plasmada en la publicación de 147 artículos
en la prensa escrita nacional y 344 en la de ámbito regional, así como en la
realización de un total de 68 entrevistas y reportajes en 19 cadenas de televisión y en
innumerables emisoras de radio.
Al margen de la utilización de los mass media, otra de las fórmulas utilizadas
es la edición de folletos, que se distribuyen en los actos en que interviene, y la
confección de carteles de propaganda (fueron colocados en las marquesinas de los
autobuses y en otro tipo de mobiliario urbano). El argumento central de dichas
campañas de nuevo es el fomento del ‘apadrinamiento’.
Abundando en las estategias de comunicación, cabe señalar, en otro sentido,
que aun cuando el merchandising busque básicamente la obtención de rentabilidad
económica, no por ello, en cuanto que hace uso de la imagen para la consecución de
sus objetivos, impide dar a conocer la organización a un amplio público. Desde este
Las ONG en España 317
punto de vista, tal vez uno de los aspectos que más han contribuido a la popularidad
de Ayuda en Acción sea su faceta de organizadora de ferias comerciales -como
actos públicos que son, sirven para mostrarse a la ciudadanía- y, en especial -al
menos en Barcelona-, de la feria que se celebra en las fechas navideñas, en la que se
venden preferentemente productos de regalo donados por instituciones y particulares.
En Madrid, en tiempos recientes, tuvo relieve mediático una subasta de objetos
personales donados por famosos del mundo de la política, el deporte y la farándula.
Asimismo, es de destacar la comercialización de productos diversos, tocados con el
anagrama de Ayuda en Acción (como los mecheros que se expenden en estancos y
que llevan gravada la leyenda “apadrina un niño”, las camisetas, gorras, relojes,
juguetes, pins y libros cuya venta se realiza por catálogo, o las postales de felicitación
navideña), a menudo asociando este nombre al de empresas comerciales y entidades
financieras (Banco Central Hispano, Airtel, Lladró, Philips...), las cuales deben
destinar un porcentaje de las vendas o ingresos obtenidos a sostener proyectos de
Ayuda en Acción.
Por último, no debe olvidarse que la organización y participación en fiestas
populares y en diversas actividades deportivas o de ocio, en cuanto posibilitan que
Ayuda en Acción entre en contacto con capas de población no definidas con carácter
previo para transmitirles -de modo no personalizado- el mensaje deseado, constituye
también otra de las herramientas de comunicación empleadas. Actuaciones de este
tipo podrían ser, a modo de ejemplo, los ‘Encuentro[s] solidario[s] por el Tercer
Mundo’ que se celebran anualmente82.
82
Véase ‘Descripción de los proyectos y otras actuaciones’ en el ‘Apéndice documental.
318 Parte 2
logotipo antiguo
logotipo actual
“La mano sintetiza el Desarrollo” -prosiguen. “Una mano que se ofrece, que
trabaja, que denuncia y una flecha símbolo del movimiento, actividad y fuerza, cuya
punta se dirige a la Acción”. Dicha mano, que mantiene el mismo color que el nombre
para reforzar el aspecto único del logotipo, “[s]urge como receptora y a la vez vehículo
potenciador de la ayuda (...)”. Asimismo, “la flecha en un color vivo es el símbolo
activo del proceso, sale del nombre arropando la mano y regresa mucho más fuerte”
(Boletín, 48: 31).
A su vez, el color habitualmente anaranjado del fondo estaría en consonancia
con su vocación de imparcialidad (recordemos que Ayuda en Acción se define
‘aconfesional’ y ‘apartidista’), con una actitud de compromiso que, no obstante, rara
vez incluye incluye la denuncia política contundente y tomas de posición radicales.
Más que el deseo de querer resolver el caos del mundo, de cambiarlo situándose en
un plano político, lo que buscarían es dar la sensación de estar en disposición de
ocuparse del prójimo y de aliviar su sufrimiento.
En definitiva, el primer mensaje que plausiblemente quisieran transmitir es el
de la pureza de sus intenciones (reforzada, a nivel de imágenes publicitarias, por la
profusión de niños, símbolo de la inocencia); de que, aun siendo ‘profesionales’ de la
Las ONG en España 319
esperar. Valga de ejemplo el siguiente anuncio, que formó parte de una campaña
publicitaria iniciada en 1998 y prolongada en años posteriores83:
Si estás harto de ver imágenes como esta [se observa el rostro de una niña
con la expresión triste] envianos un cupón como este.
Apadrina un niño.84
Aquí el reclamo viene a decir: ‘actúa, date prisa antes de que cualquier otra
cosa te disuada’. No hay lugar para la intención, ni se admiten los matices. Apelando
a la conciencia individual, al buen sentimiento, lo único que se debe responder es si
se desea o no ver niños tristes y, por tanto, si se está o no dispuesto a ayudar.
Más contundente es aún, en este sentido, el anuncio que reza:
En esta ocasión, se plantea utilizar -tal como explicitan- un tipo de código algo
menos común en la publicidad de las ONG: “[N]o sólo tenemos en cuenta la
saturación informativa de la trágica realidad a la que está sometida la sociedad, sino
la uniformidad a la hora de comunicar estos mensajes, siempre a través de los
mismos códigos y contenidos, apoyándose en imágenes de niños demacrados y
83
La agencia de publicidad Ruiz Nicoli, que colabora desinteresadamente desde 1994 con
Ayuda en Acción, es la encargada de diseñar sus campañas publicitarias.
84
Véase la figura 4 en el ‘Apéndice documental’.
85
En general, las campañas publicitarias se lanzan en otoño y se intensifican a medida que se
aproximan las fiestas navideñas, más proclives a la ‘caridad’.
86
Véase la figura 5 en el ‘Apéndice documental’.
Las ONG en España 321
87
Véanse las figuras 6, 7 y 8 en el ‘Apéndice documental’.
88
Véase la figura 9 en el ‘Apéndice documental’.
322 Parte 2
reúne la ventaja de ofrecer una publicidad poco costosa y altamente rentable (basta
pensar en el éxito de las llamadas ‘maratones televisivas’ organizadas con esta
finalidad).
Los mensajes que utiliza Ayuda en Acción en su publicidad para fomentar el
apadrinamiento -aún a pesar del aparente giro dado en sus última campañas- apelan
de algún modo -tal como se observa en el ejemplo que se cita a continuación y en
otros ya mostrados- al sentimiento; buscan despertar la sensibilidad del donante
potencial, su piedad.
Para este niño vivir es una loteria. Tanto, que su suerte también depende de
un cupón.
Actúa. Apadrina un niño.89
Cooperacció
89
Véase la figura 10 en el ‘Apéndice documental’.
324 Parte 2
logotipo
90
Anuncio traducido del catalán. Véase la figura 11 en el ‘Apéndice documental’.
91
Véase la figura 12 en el ‘Apéndice documental’.
326 Parte 2
Construyamos la esperanza.
La autosatisfacción con la que el mundo desarrollado acomete el cambio de
milenio topa con una realidad alarmante: el siglo XXI se iniciará con la
evidencia de que unos cuantos países serán cada vez más ricos, mientras que
la mayoría serán cada vez más pobres (...)
Los fondos destinados a la cooperación internacional se han de incrementar.
Pero no basta con la transferencia de dinero una vez al año. A la injusticia y a
la desigualdad no se las vence con caridad. De lo que se trata es de construir
estructuras de cooperación inteligentes, enraízadas a las necesidades de los
países receptores y que tiendan a fortalecer su tejido productivo, asociativo y
democrático. El colonialismo de las armas no puede ser sustituido por el
colonialismo de las limosnas. Cooperar no quiere decir tranquilizar la mala
conciencia del mundo industrializado. Cooperar significa dar apoyo a las
estrategias de crecimiento de los países que nunca han podido crecer.
La lucha contra la pobreza es también un combate por el desarrollo tal como lo
entienden los países receptores de la ayuda internacional (...)92
92
Anuncio traducido del catalán. Véase la figura 13 en el ‘Apéndice documental’.
93
Véase la figura 14 en el ‘Apéndice documental’.
Las ONG en España 327
acto seguido pasa a dar las respuestas) y con la ayuda de diversas técnicas
tipográficas (negritas, distintos tipos de letra), se propone dar a conocer la
organización y despejar dudas respetando elementales reglas de simplicidad. En el
interior se adjunta un cupón para que, tras la lectura, si uno lo cree conveniente,
pueda efectuar una donación94 o, en su caso, pedir la admisión como socio.
Intermón
94
Cabe precisar que, en otro cupón de donación, se indica en la cabecera, sin duda como
señuelo, que la asociación emitirá un certificado que permitirá desgrabar un 20% de la
aportación en la declaración de renta.
328 Parte 2
95
Véanse las figuras 15, 16, 17 y 18 en el ‘Apéndice documental’.
Las ONG en España 329
96
Para Vaccaro (1996: 131), las cartas siempre constituyen el elemento central de la
publicidad por correo. Véanse los textos 1, 2 y 3 reproducidos en el ‘Apéndice documental’.
330 Parte 2
artesanales en las tiendas con que cuenta la organización también ha valido para
divulgar su imagen.
logotipo antiguo
logotipo actual
Desde 1956, INTERMÓN (...) trabaja para solucionar las causas de la pobreza
de las poblaciones del Tercer Mundo, proporcionándoles los medios para
alcanzar la autosuficiencia y conseguir por ellas mismas su propio desarrollo.
97
Véase la figura 19 en el ‘Apéndice documental’.
98
En una entrevista realizada en una cadena de televisión, los creadores de dicho spot, la
agencia de publicidad Ogilvy One-Barcelona, aclaraban su significado con estas palabras:
“Trabajando en el camino de la metáfora imaginamos la semilla, que es lo que necesita la
gente del Tercer Mundo para sobrevivir. El hecho de que esta semilla tome la forma de dinero
quiere significar que nuestra colaboración individual, por pequeña que sea, puede contribuir a
que esta gente pueda ver cumplidos sus proyectos”.
99
Véanse las figuras 20 y 21 en el ‘Apéndice documental’.
Las ONG en España 333
100
Traducido del catalán. Véase la figura 22 en el ‘Apéndice documental’.
101
Traducido del catalán. Véase la figura 23 en el ‘Apéndice documental’.
334 Parte 2
El obrero que fabricó esta alfombra [se presenta la imagen de un tapiz] tiene 7
años. No tiene nada más.
Miles de niños y niñas trabajan explotados en el Tercer Mundo. Tú puedes
evitarlo apoyando un Comercio Justo y practicando un consumo
responsable.103
102
V. p.p. 112
103
Véanse las figuras 24, 25 y 26 en el ‘Apéndice documental’.
104
V. p.p. 112
105
Gasper y Apthorpe (1996: 9) advierten que la estructura narrativa en forma de cuento es
común a muchas descripciones que atañen a actuaciones de desarrollo. De acuerdo con el
Las ONG en España 335
Manos Unidas
valioso análisis de Propp (1928), en toda narración los personajes reunen diversas funciones
que caracterizan su ‘esfera de acción’. Al ‘héroe’ -que Bajtin (1979: 123-164) define como
“totalidad de destino”- corresponde la función de salvación, llenar carencias y satisfacer
necesidades; le corresponde, en suma, el cumplimiento del deber, por arduo que sea (la
‘esfera de acción antagónica’ toma la forma de un ‘mal’ que debe ser doblegado). Lévi-Strauss
(1960), no obstante, sin restar mérito a las tesis de Propp, acaso las juzga en exceso
formalistas, por cuanto opina que en lugar de la existencia de un único relato arquetípico -tal
como se deduciría de los planteamientos anteriores- habría una multiplicidad de relatos, cada
uno con características propias.
106
Aunque en otras ocasiones, para poder efectuar donaciones, se proporciona un cupón que
se dobla en forma de sobre, siempre consta que se podrá desgrabar el 20% de la aportación
en la declaración de renta.
336 Parte 2
107
Ya se ha señalado que Manos Unidas procede del movimiento Campaña contra el Hambre,
promovido en 1960 por sectores de Acción Católica, y que cuenta con personalidad canónica y
el reconocimiento de la Conferencia Episcopal.
108
Véanse las figuras 27 y 28 en el ‘Apéndice documental’.
109
V. p.p. 124
Las ONG en España 337
110
Véase la figura 29 en el ‘Apéndice documental’.
111
Esta cita, así como las siguientes, reproducen información publicada en el Butlletí
Extraordinari Campanya XXXVIII (p. 19-20) de Manos Unidas.
338 Parte 2
aportaciones económicas. Acepta que “la inserción gratuita de los anuncios es una
valiosa colaboración que prestan estos medios” y reconoce que su consolidación en la
sociedad española se debe, en parte, al apoyo que en su momento recibió de la
televisión (De Felipe [1981] advierte que desde 1966 -y, al menos, hasta 1979- TVE
se encargó de difundir gratuitamente el spot de la Campaña contra el Hambre). Hoy
en día recibe un apoyo inestimable de la cadena COPE, que emite con regularidad
cuñas publicitarias.
Por otro lado, “a fin de impulsar la difusión de informaciones sobre los países
del Sur en los medios de comunicación, Manos Unidas convoca cada año sus
concursos de prensa, radio y televisión, para premiar los mejores trabajos
periodísticos relacionados con los problemas del hambre y el subdesarrollo del Tercer
Mundo, sus causas y posibles soluciones, como también con la tarea de Manos
Unidas”. Quizá ello haya contribuido a que esta asociación también haya aparecido en
los citados medios de comunicación en calidad de invitada -aunque,
comparativamente, menos que otras ONG que cuentan con menores recursos y
capacidad de trabajo-, siendo entrevistado alguno de sus directivos y/o viendo
divulgados aspectos de las actividades realizadas bajo la forma de noticias. Es de
destacar que en el año 2000, La 2 de TVE emitió un documental titulado ‘Los
Excluidos’, que constaba de seis episodios y que se proponía servir en imágenes la
discriminación e injusticia en el Tercer Mundo, coproducido con Manos Unidas.
Otras fórmulas utilizadas para darse a conocer a la opinión pública son la
publicación de folletos, que se distribuyen en los diferentes actos en que participa, y
de carteles, que se fijan en el mobiliario urbano, en las vitrinas de algunos comercios
e incluso en las puertas de las iglesias. Anualmente se convoca un concurso con el
objetivo de elegir la imagen que, unida al eslogan correspondiente, se constituirá en
eje de las campañas publicitarias y que, por consiguiente, aparecerá en los carteles y
en los folletos.
Por último, cabe señalar que Manos Unidas, a diferencia de otras ONG,
apenas realiza actividades de merchandising (tal vez la única excepción la constituiría
la comercialización de postales navideñas que, al margen de proporcionar ingresos,
sirven para difundir el nombre de la asociación).
logotipos
pero aún necesita muchos retoques (...). En la zona sur los obreros aún hacen
los cimientos. Los trabajadores están en plena actividad. Sorprende que haya
tan pocos obreros para tanto trabajo (...). Hay una persona que ha llegado a
pie de obra pero de momento se lo está pensando. Aún no ha decidido si se
incorporará o se irá a casa y seguirá por televisión, desde lejos, la marcha de
las obras. Sus compañeros le animan para que les eche una mano. Hay
mucho trabajo a hacer. Alguien debería decirle a esta persona que piense
menos en sí misma y un poco más en los otros, que deje de filosofar sobre
cómo arreglar el mundo y se ponga a construirlo con sus propias manos, que
cambie su vida para cambiar el mundo (...).
Somos conscientes que todos nuestros actos individuales influyen de alguna
manera en la situación global, por esto lanzamos el mensaje de “CAMBIA TU
VIDA PARA CAMBIAR EL MUNDO”.
112
Véase la figura 30 en el ‘Apéndice documental’.
113
Véase la figura 31 en el ‘Apéndice documental’.
Las ONG en España 341
Soldier kids.
Fáciles de manejar. Disponibles por separado. 250.000 modelos diferentes. A
partir de 5 años (...).
I love Sushila.
Sushila siempre dice sí. Sin documentación. ¿Quieres jugar con ella? Varios
modelos. A partir de 10 años.
Explotación sexual, niños en la guerra, trabajo infantil... 250 millones de
personas son utilizadas como objetos. Todas tienen nombre: esclavos.115
114
La agencia de publicidad Saatchi & Saatchi fue la encargada de diseñar esta campaña.
Parece que el contendido de los anuncios llegó a causar cierta alarma en la Conferencia
Episcopal.
115
Véanse las figuras 32 y 33 en el ‘Apéndice documental’.
342 Parte 2
116
Véase la figura 34 en el ‘Apéndice documental’.
Las ONG en España 343
destino- en cuyo interior el lector puede rellenar un cupón para hacer un donativo)117,
describen en pocas líneas el objetivo de la campaña e informan sintéticamente de
otras actividades que lleva a cabo Manos Unidas. A su vez, y con el propósito de
asegurar que existe transparencia en la gestión -algo imprescindible cuando se trata
de conseguir donativos-, también suelen incluir una serie de gráficos que muestran la
evolución de las recaudaciones, el origen y destino de los fondos... Por otro lado,
desde un punto de vista tipográfico, para dar relieve a los contenidos se emplean
distintos tipos de letra (negritas, cursivas), así como otras fórmulas de resalte.
Es preciso señalar que, en Cataluña, la publicidad y las comunicaciones de
esta ONG (que suele utilizar el nombre catalán de Mans Unides) están redactadas,
prácticamente en exclusiva, en lengua vernácula. Ello probablemente obedezca a la
aproximación, producida en el tardofranquismo, de la Iglesia local, con la que -como
es sabido- Manos Unidas mantiene estrechos vínculos orgánicos, a ciertos sectores
del catalanismo político y social.
117
En dichos cupones suele indicarse que “los donativos hechos a Manos Unidas desgraban,
con un 20%, en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y tienen la consideración
de gasto deducible en el Impuesto de Sociedades”.
344 Parte 2
Forman parte del plan de medios los canales personalizados, así como los
canales masivos.
118
Para el presidente de Médicos Sin Fronteras, “sólo cuando la sociedad civil se sensibiliza
ante la televisión y presiona, se movilizan las instituciones”. Al planteársele el dilema de si es
lícito difundir imágenes terribles para agitar las conciencias, responde: “Si atendemos al
derecho a la información y tras él surge la movilización, sí. Pero si el objetivo es sólo ganar
Las ONG en España 345
cuota de audiencia, no. ¿Dónde está el límite? Ahí hay otro dilema. En todo caso, no a la
ocultación. Ya hemos tenido bastante” (El País Semanal, 16-4-2000).
119
Empresas de todo tipo (telefonía, informática, entidades financieras, auditoría, líneas
aéreas, alimentación, supermercados, cadenas de tiendas...) han suscrito ‘acuerdos de
marketing’ con Médicos Sin Fronteras, que proporcionan a ésta recursos para financiar sus
proyectos y a aquéllas el prestigio de ver asociado su nombre al de una ONG que ha obtenido
el Premio Nobel de la Paz. En este sentido, cabe destacar que el acuerdo con la empresa de
telecomunicaciones Airtel se plasmó en una campaña publicitaria conjunta, con anuncios en la
prensa, que se realizó durante las navidades de 1998 (véase la figura 35 del ‘Apéndice
documental’).
120
En dicho spot, emitido a finales de 1998, y en el que el nombre de Médicos Sin Fronteras
se vinculaba al de Pepsi-Cola, tras anunciarse que el 1% del precio de cada lata de refresco
se destinaría a la ONG, aparecía un individuo, al que un subtítulo identificaba como socio de
ésta, que declaraba: “Puedes pensar que es una utilización mercantilista de una ONG. O
puedes pensar en hospitales, vacunas (...)”.
346 Parte 2
logotipo
121
La cruz que aparecía antiguamente en el logotipo, y que fue suprimida por la actual figura
humana, actuaba como instrumento identificador, como la señal que legitimaba la condición de
médico.
logotipo anterior
122
Para Cabat, tales representaciones, sin el complemento de unos signos que generen
confianza en el público y las inmunicen, producirían un choque emocional demasiado intenso.
123
El propio Cabat (op. cit.: 142-3) aclara que el anagrama de Médicos del Mundo -con quien
se tiende a establecer comparaciones- evoca la misma sensación de dinamismo. En éste,
aparece la figura de una paloma en vuelo -y que adopta la forma de cruz-, con la que se desea
transmitir un mensaje de esperanza, a la par que de profesionalidad. La circularidad del
348 Parte 2
En idéntico sentido, la leyenda “En Médicos Sin Fronteras tenemos 365 días
de emergencia al año”, que se repite en algunos anuncios y folletos y con la que se
intenta transmitir la idea de constancia en el trabajo, fue también utilizada como lema
de uno de los referidos spots televisivos.
Pero la experiencia contrastada, la rapidez en actuar y la perseverancia, no
son los únicos factores empleados, a nivel publicitario, para avalar su prestigio. A
éstos cabe añadir la utilización que se hace del galardón del Premio Nobel de la Paz,
recibido en 1999, que se encargan de recordar los siguientes titulares:
Después de haber luchado en tantas guerras, quien iba a imaginar que nos
darían el Nobel de la Paz.126
Es de destacar que en esta clase de anuncios Médicos Sin Fronteras suele
enfatizar su independencia tanto de los poderes políticos como económicos, para así
logotipo simbolizaría una comunión con el mundo, a la vez que reforzaría la imagen de
soberanía de esta ONG.
logotipo
124
Véase la figura 36 en el ‘Apéndice documental’.
125
Véase la figura 37 en el ‘Apéndice documental’.
126
Véase la figura 38 en el ‘Apéndice documental’.
Las ONG en España 349
127
Véase la figura 39 en el ‘Apéndice documental’.
128
Véase la figura 40 -así como las figuras 41 y 42, que pertenecen a la misma serie-, en el
‘Apéndice documental’.
350 Parte 2
130
Véanse las figuras 45 y 46, que corresponden a las dos caras de un folleto con el que se da
publicidad a la exposición, en el ‘Apéndice documental’.
131
Véase la figura 47 -así como las figuras 48 y 49, que pertenecen a la misma serie-, en el
‘Apéndice documental’.
132
Véase la figura 50 en el ‘Apéndice documental’. Las metáforas médicas se reproducen en
otros anuncios. Así, en uno de ellos, puede leerse, en lo que se supone que es un pedazo de
la caja de un producto farmacéutico: “Granulado. Actúa en 24 horas.” Y, a su vez, en un
tríptico publicitario se lee: “Uso tópico. Lea detenidamente las instrucciones de uso.”
133
Se advierte, no obstante, que paradójicamente “a veces la respuesta más evidente no es
siempre la correcta”. En efecto, si uno escoge -como es de suponer- la ‘opción a)’, el niño
podrá “[s]ufrir diarreas y cólera” debido al mal estado del agua. Véase la figura 51 en el
‘Apéndice documental’.
134
“Conecta con otra forma de ver el mundo. www.msf.es la web humanitaria” -reza el titular
de un anuncio de prensa, con el que Médicos Sin Fronteras muestra estar al día de las
352 Parte 2
novedades. Véanse las figuras 52 y 53 del ‘Apéndice documental’, que reproducen dicho
anuncio y la referida página web.
135
Para Cabat (1996: 143) se produciría una reapropiación del lenguaje postal, tratando de
exprimir la idea de ‘correo humanitario’. Véase el texto 4 del ‘Apéndice documental’.
Las ONG en España 353
público, sus experiencias personales136, pretenden, en mayor medida que otro tipo de
propaganda, tocar la fibra sensible de la población a la que se dirigen. Desde un punto
de vista formal, también emplean diversas técnicas tipográficas y distintos tipos de
letra para resaltar el contenido. En la mencionada carta, que sigue las reglas
epistolares clásicas, se recurre al subrayado de aquellos conceptos e ideas que se
juzgan centrales -queriendo dar la impresión de que el texto ha sido releído- con el
ánimo de que se les preste mayor atención; también se le añade un post scriptum. A
su vez, el referido diario está escrito sobre una superfície que imita la página de un
cuaderno (para reforzar la sensación de intimidad, se reproducen sendas diapositivas
que muestran al narrador, vistiendo su bata blanca, en plena actuación). Al final, en
cada caso se solicita al lector que colabore económicamente con la organización (sea
en calidad de socio -lo que supone efectuar donaciones con regularidad- o mediante
una única aportación). Al separar y doblar por la mitad dos de las cuatro o cinco caras,
plegadas en acordeón, de los folletos, éstas adquieren la forma de un sobre -no
necesita franqueo-, en cuyo interior hay un formulario que debe cumplimentar el
donante.
Cabe señalar, por último, que Médicos Sin Fronteras, en su política de
comunicación en Cataluña, usa sólo parcialmente la lengua vernácula (en general,
sólo se emplea en algunos folletos que se distribuyen localmente). La revista que
editan, por ejemplo, sólo se publica en versión castellana. Asimismo, el nombre que
recibe la ONG se utiliza más en castellano que en catalán. A veces -como sucede con
la mencionada revista-, la denominación, en español, que aparece en el anagrama, va
acompañada de la correspondiente traducción, en letras de tamaño reducido, al resto
de las lenguas peninsulares (catalán, gallego y vasco).
Medicus Mundi
136
Véase la figura 54 del ‘Apéndice documental’.
354 Parte 2
137
Véase la figura 55 del ‘Apéndice documental’.
Las ONG en España 355
138
Insistiendo en estos aspectos, en otro folleto, que lleva por título ‘Declaración de Medicus
Mundi’ y en el que se reproducen los principios aprobados, en 1995, por la Federación de
Asociaciones de Medicus Mundi-España, se manifiesta, por ejemplo, lo siguiente: “1. Somos
independientes (religiosamente y políticamente) [...]. 2. Nuestro modelo organizativo es
federal, participativo, plural y democrático, expresión de nuestra riqueza territorial. (...) 13. La
experiencia, seriedad, profesionalidad y eficacia de las acciones de Medicus Mundi han
garantizado la calidad de nuestras intervenciones. (...) 18. Expresamos la transparencia de
nuestra acción mediante auditorías financieras y de gestión, de carácter obligatorio en
nuestras asociaciones”.
356 Parte 2
logotipos
No cobra doble [se muestra la fotografía de una persona ante una máquina de
coser, realizando su trabajo] ...pero tiene derecho a la salud, a la educación y a
una vida digna.139
139
V. p.p. 153
Las ONG en España 357
SETEM
140
Medicus Mundi también ha publicado y distribuido unos folletos destinados a dar a conocer
las actividades de su sección de Farmacia, cuyo objetivo principal es proporcionar
medicamentos al Tercer Mundo a bajo coste y que respondan a las necesidades reales de la
población.
358 Parte 2
141
Véanse las figuras 56 y 57 del ‘Apéndice documental’.
Las ONG en España 359
logotipos
142
SETEM comparte la autoría de algunos de dichos folletos con otras ONG -de un modo
especial, con la Fundació Pau i Solidaritat.
143
Véanse las figuras 58 y 59, que reproducen cubiertas de dichos folletos, en el ‘Apéndice
documental’.
360 Parte 2
Mundial de Fútbol’98
Apúntate a un Mundial en el que todos ganen
Limpiemos la ropa de injusticias
El mismo tono se repite en las páginas interiores, donde es posible leer frases
como las siguientes:
144
Textos traducidos del catalán. Los tres primeros corresponden a la ‘campanya roba neta’,
coordinada por SETEM. Véanse las figuras 60, 61, 62 y 63 en el ‘Apéndice documental’.
Las ONG en España 361
145
Los textos reproducidos a modo de ejemplo, traducidos del catalán, están entresacados de
los folletos cuyas cubiertas corresponden a las figuras 62 y 63 del ‘Apéndice documental’. V.
p.p. anterior.
362 Parte 2
Aldeas Infantiles SOS, Educación Sin Fronteras, MPDL, Mundo Unido, Proyecto
Solidario, Solidaridad Internacional, Solidarios para el Desarrollo o Survival-, dejan de
ser noticia y ven desplazados sus anuncios -por lo común de pequeño tamaño- a los
rincones de páginas pares -menos leídas- sin una temática definida, que comparten
con otros muchos anunciantes147.
146
V. p.p. 89
147
Dichas observaciones resultan de la lectura diaria de El País y, con irregularidad, de otros
medios.
148
Los resultados indican que los medios más utilizados por la población para informarse del
Tercer Mundo son la televisión (72%), los periódicos (13%) y la radio (12%) [Díaz-Salazar,
1996: 25 y Peredo Pombo, 1999 : 105].
149
Véase El País (8-10-1998).
364 Parte 2
Sí 58 72 61 67 33
No 26 11 15 18 62
NS/NC 16 17 21 15 5
Por otro lado, hay coincidencia en señalar que alrededor del 70% (el 66% en
1994 y el 72% en 1998) de los ciudadanos considera conveniente dedicar el 0,7% de
nuestro PIB a la ayuda oficial al desarrollo (AOD). Las razones que se invocan para
ello son, a la vez, de tipo económico y humanitario. También se advierte que las
personas más jóvenes, quienen poseen estudios superiores y quienes profesan una
ideología de izquierdas se sitúan levemente por encima de la media. No obstante -y
en contradicción con lo anterior-, Díaz-Salazar (1996: 25-32) observa que un 42% de
la población opina que España ya dedica suficientes recursos para AOD, mientras que
un 37% piensa que son insuficientes (datos de 1994), y Peredo Pombo, apoyándose
en encuestas del INCIPE, confirma esta apreciación al indicar que, en 1995, sólo el
40% de la muestra apoya un aumento del presupuesto de cooperación al desarrollo o
que, en 1998, el 57% de los encuestados afirma estar de acuerdo con el
mantenimiento de las ayudas en los términos actuales y sólo un 19% es partidario de
150
No obstante, esta posición previa favorable a la ayuda debe matizarse con los comentarios
que aparecen en la valoración final de un informe elaborado en 1989 por encargo de la
CONGDE, citado por Peredo Pombo (op. cit. 101): “[e]l público español piensa muchas veces
que las poblaciones del Tercer Mundo son ellas mismas culpables de la situación en que se
encuentran, tal vez por malicia o por vagancia, o por complicidad con la mala organización; y
por otra parte aún en el caso de que no sean culpables, domina la impresión de que es inútil
aportar algo para socorrer a quienes después de socorridos van a encontrarse igual que
antes”.
Las ONG en España 365
151
Una gran gran parte de los españoles desconfía, sin embargo, del destino final de la ayuda.
Nada menos que el 86% piensa que otros se aprovechan de ella, un 82 % que no llega a
quienes la necesitan, un 71% que es inadecuada y sólo el 33% cree que ofrece buenos
resultados (Díaz-Salazar, 1996: 32).
152
Los resultados de una encuesta no publicada encargada por distintas ONG (Amnistía
Internacional, Ayuda en Acción, Greenpeace, Intermón, Manos Unidas y Médicos Sin
Fronteras), realizada a una muestra de 2000 personas, refleja que el 52,05% de la población
efectúa algún tipo de donación (de cuantía muy diversa y con distinta periodicidad) a las ONG
(entre las que se incluyen las ONG de desarrollo).
366 Parte 2
Los resultados de esta última encuesta también nos sirven para percibir que
existe una enorme confusión acerca de lo que es una ONG y, de un modo especial, lo
que es una ONG de desarrollo. En efecto, algunas de las personas interrogadas
citaron como supuestas ONG de desarrollo instituciones de la ONU (es el caso de
UNICEF), ONG medioambientales (Adena y Greenpeace), ONG pro-derechos
humanos (SOS Racismo) o algo -un acontecimiento- tan inaudito como la colecta del
‘Día del Domund’ (sic).
153
Aunque el acceso al poder del Partido Popular tras las elecciones legislativas de 1996 ha
supuesto que algunas ONG conservadoras afines hayan aumentado las subvenciones -y, por
el contrario, que otras hipotéticamente más próximas al PSOE las hayan visto reducidas-, las
ONG mencionadas, de distinta ideología, aún avanzando o retrocediendo posiciones en
función de los vaivenes políticos, han conseguido mantenerse a lo largo de los años en el
grupo de cabeza.
154
Para una información más completa de las subvenciones públicas que reciben las ONGD
españolas, véase el apartado cuarto del capítulo 5.
155
El hecho de que sólo se obtuviera respuesta de la Oficina de Planificación de la SECIPI, de
la Consejería de Presidencia de la Junta de Castilla y León y del Instituto de Bienestar Social
del Gobierno de Navarra impidió, no obstante, extraer conclusiones mínimamente fiables.
Las ONG en España 367
156
Puesto que la citada obra de Martínez Sánchez fue editada en 1998, y debido a que entre
la elaboración y la publicación definitiva suele transcurrir cierto tiempo, es posible que en las
fechas de la encuesta la responsabilidad política en la SECIPI correspondiera al PSOE.
368 Parte 2
157
A título de ejemplo, Martínez Sánchez (1998: 181) resalta que ASPA valora muy
positivamente a SODEPAZ, a la que le unen planteamientos ideológicos similares y con la que
comparte proyectos; Solidaridad Internacional a CIPIE; IEPALA a Paz y Solidaridad; la
Fundación Largo Caballero al MPDL; OCASHA a SETEM...
CAPÍTULO 5
El negocio de la ayuda
En dos decenios las ONG han pasado -en todo el mundo, pero de forma
singular en España- del status de asociaciones con una fuerte dosis de amateurismo
a ser entidades con un indiscutible arraigo y prestigio social.
Este crecimiento en fortaleza e influencia, en el que sin duda ha tenido un
papel relevante el abandono por parte del Estado de algunas de sus sus funciones
asistenciales y, de un modo especial -en lo que se refiere al auge de las ONG de
desarrollo-, el declive de la ayuda canalizada a través de las instituciones oficiales de
carácter multilateral, ha ido parejo, pese a las oscilaciones, a un aumento de los
recursos de que disponen y sin los cuales éstas no podrían desempeñar su rol.
La recaudación de fondos (sea de donantes públicos o particulares) es, en la
medida en que las ONG tratan de llevar a cabo proyectos y actuaciones desprovistos,
por naturaleza, de cualquier rentabilidad económica, algo consustancial a su propia
existencia. Sin embargo, no puede ignorarse que recaudar fondos implica, a su vez, la
necesidad de ‘vender’ un determinado producto (en definitiva, el donante accede a
entregar o niega, renueva o retira su aportación económica en función de las
cualidades y de la confianza que le merece el producto que se le ‘vende’).
Aunque tal vez sea demasiado osado afirmar que la solidaridad -en cuanto
sentimiento- se haya convertido en una mercancía, al menos los recursos que
moviliza entran de pleno en la esfera del mercado. En tal sentido, sería factible
considerar que la cooperación para el desarrollo, la ayuda entre los pueblos, ha caído
en el ámbito de un específico ‘mercado de la caridad’ (o ‘mercado del dolor’).
En este capítulo nos detendremos a analizar con profundidad las
características y vicisitudes de lo que aquí, en titulares, hemos convenido en
372 Parte 2
1
Ni siquiera el llamado ‘comercio justo’ escapa de la lógica del beneficio. Tras el éxito que
alcanzaron las tiendas de Oxfam en el Reino Unido, muchas otras ONG han tratado de repetir
la experiencia y han utilizado el factor ‘solidario’ -como también el ‘ecológico’- como estímulo
para vender ciertas mercancías (te y café, artesanías, textiles...) cuya producción, en
ocasiones, llegan incluso a controlar directamente.
374 Parte 2
2
Si las ONG aceptan las técnicas de mercado, las empresas comerciales, a su vez, se
acercan a la solidaridad e impulsan el llamado ‘marketing con causa’, en el que se mezclan
aumentos en las ventas con ayuda humanitaria. A título de ejemplo, basta observar que
muchos bancos destinan parte de sus comisiones a financiar proyectos solidarios, que una
firma de productos lácteos ofrece como reclamo un vaso de leche a los niños del África
subsahariana, que empresas de bebidas refrescantes y de tabaco colaboran con
organizaciones humanitarias... Aunque en España, pese a la avalancha de iniciativas, estas
actividades aún son incipientes, en cambio gozan de gran predicamento en EE.UU o en el
Reino Unido. Al tratar de asociar una marca a un determinado proyecto social, los sujetos de la
publicidad ya no son los productos que se anuncian (en definitiva, todos se parecen), sino las
empresas que los comercializan, que buscan diferenciar positivamente su imagen pública.
Bruckner (1995: 263), sin embargo, advierte que “cuando el mercado se pone al servicio de la
moral y pretende promover la solidaridad está poniendo a la moral a su servicio porque ésta se
ha vuelto rentable”. En efecto, un estudio publicado en 1997 por Business Week -y del que
informa El País (28-6-1998)- concluía que la mayoría de los consumidores norteamericanos -
el 76% de los entrevistados-, a igualdad de precio y calidad, prefería comprar los productos de
aquellas firmas que participaran en programas de interés social en la creencia de que las
empresas tienen la obligación de contribuir a causas sociales. En España, otro estudio
realizado por la Fundación Empresa y Sociedad (1997) arroja conclusiones muy similares:
nueve de cada diez ciudadanos se inclinaría por marcas que participasen en programas de
interés social.
3
Sogge y Zadek (1996: 71) indican que el marketing se encarga de filtrar las aspiraciones de
las poblaciones necesitadas, adecuando sus contenidos para que sean más fácilmente
aceptados.
4
En este mercado, el desequilibrio entre la oferta y la demanda no sólo se produce porque las
necesidades a cubrir son superiores a los recursos disponibles, ya que en ocasiones sucede al
revés, esto es, sobran recursos -que se despilfarran- ante la falta de proyectos firmes (los
economistas hablarían, en esta circunstancia, de ‘sobreoferta’). En este último sentido, Sogge
(1996a: 15) advierte del riego de que el exceso de oferta impulse a las ONG a comprometerse
en una sucesión de dudosos proyectos a corto plazo (no hay que olvidar, a título de ejemplo,
que en 1994 unas 200 ONG, la mayoría sin experiencia en emergencias y sin capacidad para
asistir a las poblaciones en peligro, se dirigieron a la región de los Grandes Lagos a causa de
la financiación que recibían) e incluso sospecha -el mismo recelo comparte Fisas (1998)- de
que hayan podido llegar a surgir ONG exclusivamente con el objetivo de acaparar
subvenciones, sin apenas contar con planes de actuación. Debido a ello, Rodríguez (1999: 12)
El negocio de la ayuda 375
guerra- son hasta capaces de “[dejar] morir de hambre (...) a sus propios pueblos, con la única
finalidad de poder obtener ayuda humanitaria (...)”, que usan en su provecho.
El negocio de la ayuda 377
8
Smillie (1996: 105), sin embargo, comenta que las ONG ‘transnacionales’, a diferencia de las
empresas homólogas, no suelen trasladar a su staff entre las distintas entidades afiliadas.
Además, los dictados de la sede internacional son ignorados con frecuencia en las sedes
nacionales.
378 Parte 2
Empresas
contratistas
Proyectos / Actividades
El negocio de la ayuda 379
2. La donación
9
Cabe destacar, por su relevancia, los estudios -referidos a fenómenos de muy distinta
naturaleza- del potlatch kwakiutl, de Boas (Codere, ed. [1966]), o del kula en las islas
Trobliand, de Malinowski (1922).
10
Nicolas (op. cit.: 17) observa que nuestra sociedad tiende a ignorar el ‘don ritual’
precisamente por su carácter ritual, es decir, por su pertenencia a un dominio de prácticas que
el hombre occidental se niega a reconocer como no sea circunscrito al ámbito de lo religioso o
como patología individual (ritos obsesivos).
380 Parte 2
11
Derrida (1991), que reivindica el empleo del término ‘don’ en una acepción marcadamente
distinta a la de los sociólogos y antropólogos (sostiene que la referida obra de Mauss no
trataría del don, sino de economía, de las formas de intercambio, de los contratos, del
sacrificio..., elementos todos ellos que tienden a anular el don), plantea la aporía de que el don
no sólo es imposible, sino que sería lo imposible.
12
En algunas sociedades africanas no existe distinción entre los verbos ‘ser’ y ‘tener’.
13
Como observa Malinowski (1922), en el kula el intercambio comercial sólo puede realizarse
tras el intercambio ceremonial (vaygu’a) que crea un orden previo.
El negocio de la ayuda 381
14
Para Nicolas (1996: 121), si el ‘don ritual’, fundado, a priori, en una norma, implica
simultáneamente al donante y al donatario, tejiendo una relación social duradera y solidaria
entre ambos, en cambio el ‘acto caritativo simple’, asimétrico, sólo buscaría satisfacer las
necesidades inmediatas, utilitarias, de los beneficiarios, sin considerar su puesto social ni otro
tipo de aspiraciones (se trata, de hecho, de un ‘gesto dominador’), y la ‘donación ética’,
intencional, sería esencialmente egocéntrica, ya que, al no poder ofrecer el receptor su
contradon, remite en realidad a un partenaire que es la propia conciencia (o, a lo sumo, la
divinidad).
382 Parte 2
podamos hablar de ‘don’ al referirnos a ellas15. Por los motivos apuntados tampoco
merecería esta consideración la labor supuestamente altruista que desempeñan
algunas ONG. Tal vez sólo pudiera merecerla, al menos parcialmente y -tal como se
observará- con algunas salvedades, el trabajo generoso -esto es, no remunerado- que
llevarían a cabo unos pocos voluntarios que prestan sus servicios en el Tercer Mundo.
A pesar de que Mauss, como advierte Temple (1986: 39), también llegue a
descubrir en nuestras sociedades industriales la existencia de una suerte de don, que
identifica como una vaga fuerza moral, que resultaría de un cierto sentimiento
revolucionario que poseerían las masas sociales, y que tendría su expresión en
determinadas actitudes solidarias, sin embargo -concluye Nicolas (1996: 17)- no se
reconoce en la ‘caridad humanitaria’ de hoy en día.
La donación interesada
15
Debido a ello, en lo sucesivo emplearemos el término ’donación’, en lugar de la voz ‘don’,
para referirnos al acto de liberalidad por el cual una persona, el donante, dispone de una cosa
-en este caso, usualmente recursos económicos-, en favor de otras, los donatarios.
El negocio de la ayuda 383
otro modo, alcanzar algún tipo de beneficio, sea económico o simbólico16. El hecho de
que existan universos sociales en los que está desaconsejado, por normas explícitas
o imperativos tácitos, el lucro económico, no excluye que los individuos puedan
movilizarse en busca de beneficios de carácter simbólico. Incluso las conductas más
abnegadas -tal es el caso del sacrificio o de la penitencia- pudieran ser interpretadas
como un intercambio -con la divinidad- que buscaría algún tipo de recompensa -v. gr.,
el beneficio del perdón divino o de la santidad17.
Desde esta perspectiva, Lacombe (1996: 40) reconoce que presuponer la
existencia del ‘don puro’ (que no espera recompensa y se justificaría en sí mismo)
implicaría necesariamente rechazar la idea de que el principio de ‘utilidad’ guía la
conducta de los seres humanos. Dufourcq (1996a: ix-xii), a su vez, desacredita, al
modo de Derrida (1991), la supuesta ‘gratuidad’ del don argumentando que el ‘don
puro’ escapa a la conciencia y, por tanto, no es situable18, y que en las figuras del
‘gasto improductivo’ (exceso de prodigalidad) y de la ‘ofrenda evangélica’ (caridad que
espera una recompensa divina) el donante cree estar en disposición de calcular el
valor de su donación y, por tanto, su contrapartida.
Por otra parte, el propio Bourdieu (1994: 165), siguiendo esta línea argumental,
opina que en nuestra sociedad, aún en aquellas circunstancias en que se produce un
rechazo del beneficio económico y de la lógica del precio y, por tanto, del cálculo, la
llamada ‘economía de los bienes simbólicos’, esto es, de las ‘cosas que no tienen
precio’ -en la que se inscribiría la solidaridad- quedaría arruinada, ya que el precio, en
definitiva, pervive como expresión de la donación -aun cuando sea de forma
simbólica, debiendo en tal caso enunciarse por medio de eufemismos19.
16
Caillé (1994: 55-172) rechaza parcialmente los argumentos de Bourdieu al entender que
niega que puedan existir sociedades que estén regidas por algún principio ajeno al del
‘beneficio’.
17
Para Mauss y Hubert (1899: 133), “si el sacrificante (...) dona es, en parte, para recibir. El
sacrificio se presenta bajo un doble aspecto. Es un acto útil y es una obligación. El desinterés
se mezcla con el interés”. Mauss y Hubert sólo advierten la ausencia de cálculo egoísta en el
sacrificio del dios, “ya que el dios que se sacrifica se da sin devolución”.
18
El olvido se constituiría en condición necesaria para la realización de la ‘donación pura’. V.
p.p. 11.
19
Cardús (1997) observa que a medida que el regalo -los obsequios que nos intercambiamos
en Navidad u otras fechas- ha ganado centralidad económica, ha ido modificando su
significación social. Sin embargo, si la sociedad de consumo vinculó el regalo, antes
excepcional y simbólico, a la satisfacción de necesidades, cada vez más superfluas, con el
tiempo, tras carecer la mayor parte de los obsequios de cualquier utilidad práctica, se produce
384 Parte 2
Las ONG -como también la Iglesia o cualquier otra institución que se mueve en
la economía de la ofrenda (o de la caridad), del voluntariado (o del sacrificio)-, aun
negando la ‘economía’ (esto es, la mercantilización de las relaciones sociales), no
pueden obviar que están inmersas en un universo en el que los intercambios
monetarios y la búsqueda de la optimización del beneficio rigen en buena medida las
conductas de los ciudadanos e, implícitamente, también las de ellas mismas (no hay
que olvidar que las ONG no sólo participan con sus actuaciones de la lógica del
mercado, desarrollando estrategias para ganar posiciones en él, sino que incluso ellas
mismas son creadoras de mercado)20. Así, las donaciones no dejan de ser
transacciones que se contabilizan en términos monetarios (aunque el intercambio se
transfigure en oblación, conserva la condición de acto económico). Asimismo, un
voluntario -como un militante o como un sacerdote-, a pesar de que, en teoría,
entregue gratuitamente su trabajo, es completamente conciente del valor económico
del esfuerzo que realiza y del tiempo que le dedica.
un peculiar regreso a los orígenes, de modo que lo que realmente acaba importando es más el
gesto que el objeto regalado, a pesar de que le hayamos añadido un alto precio.
20
Si la familia, tejiendo vínculos afectivos entre sus miembros, desmiente la base económica
sobre la que se asienta, del mismo modo las ONG construyen -tal como observa Bourdieu
(1994: 187) en relación a la Iglesia- un cierto tipo de cohesión que les permite negarse como
empresa (y, por consiguiente, creer y hacer creer que rechazan toda dimensión económica).
Por otra parte, Rodriguez Braun (1998), desde un posicionamiento neoliberal, sostiene que las
ONG no debieran ser vistas como empresas ni como una expresión de la generosidad
ciudadana, sino como un movimiento político que aspira a una ‘redistribución forzada’ de la
riqueza.
21
El término ‘caridad’ procede del latín ‘caritas’, de ‘carus’, que significa ‘amado’. En teología,
la caridad es una virtud que consiste en amar a Dios y, por extensión al prójimo (Dios ama a
los hombres). Aunque durante la Edad Media la caridad tenía el sentido de amor y compasión
cristiana, más adelante adoptó un significado menos abstracto para referirse a la limosna y la
asistencia a los pobres. Este nuevo significado queda reflejado en la expresión ‘obras de
caridad’ (Castellanos, 1998: 94-5).
El negocio de la ayuda 385
22
Dufourcq (1996b: 9-10) comenta que la donación se convirtió en un acto de distinción social.
Así, en Amsterdam, ya en el siglo XVII, las paredes de los orfelinatos se cubrían con los
retratos de los grandes donantes. Y en Francia, en el siglo XIX, se organizaban recepciones y
bailes caritativos en los hospitales y se realizaban suscripciones públicas.
386 Parte 2
La significación social de la donación, así como las formas que adopta, han
variado en el transcurso del tiempo y, por supuesto, también las razones últimas por
las que alguien dona (así como las propias técnicas de recaudación, mediatizadas por
las prácticas comunicativas). Tal como se ha señalado, en una sociedad como la
nuestra, en la que el deber no es imperativo y en la que no existen grandes ideales
colectivos, la conducta de los ciudadanos ante la donación, carente de solemnidad y
convertida en paraacto de consumo, difiere de la de épocas pretéritas23.
La Iglesia, las ONG y otras entidades que se nutren -en general, parcialmente-
de las donaciones de particulares, en mayor o menor medida dependen, para su
funcionamiento, de las decisiones que tomen los posibles donantes: éstos pueden o
no dar, pueden renovar o retirar su aportación.
En un momento en que las donaciones de los ciudadanos a las ONG se han
estancado o incluso tienden a declinar (España sería un caso excepcional,
probablemente debido a que las ONG son aún un fenómeno reciente), especialmente
en lo que atañe a la ayuda para el desarrollo24, es lógico imaginar que éstas muestren
23
El individualismo contemporáneo no es sinónimo de egoísmo ni se opone a la idea de
solidaridad: ésta se acepta con la condición de que el compromiso que se adopte no imponga
excesivas renuncias en el plano personal. Véase el apartado segundo del capítulo 3 (‘Las
ONG y la cultura de la solidaridad’).
24
Si los ciudadanos, por término medio, destinan mucho más dinero a los juegos de azar o al
cuidado de los animales domésticos que a ayudar a sus semejantes, las contribuciones
efectuadas son aún menores en lo que afecta a la ayuda al desarrollo. Aquéllos, en general,
prefieren que sus donaciones se dirijan al ámbito nacional que en beneficio del Tercer Mundo,
aparentemente más ajeno. Lipovetski (1992: 132) señala que de los 7 mil millones de francos
que dedican los franceses a acciones caritativas o solidarias, sólo 1,3 millones lo son para
aquellas organizaciones que trabajan con el Tercer Mundo; y que de los 85 mil millones de
dólares recaudados en 1985 en Estados Unidos, sólo se destinaban a esta finalidad 2 mil
El negocio de la ayuda 387
interés en descubrir los auténticos motivos por los que una persona llega a
identificarse con los valores que representan y que le impulsan a efectuar su donativo.
Es de suponer que en nuestro país las ONG hayan realizado
estudios -prospecciones de mercado- para conocer con detalle la opinión, las
actitudes y las motivaciones de los donantes y de la población factible de adquirir esta
condición con el propósito de ampliar su público, convertir donantes esporádicos en
permanentes y recuperar a quienes han acabado perdiendo la costumbre de contribuir
(las conductas no son inmutables y, por consiguiente, las ONG están en disposición
de impulsar estrategias que coadyuven a modificar el perfil de sus donantes). No
obstante, los datos recogidos en las encuestas suelen ser de uso interno y los
resultados apenas alcanzan a ser divulgados. De ahí que existan serias dificultades
para ofrecer información fidedigna al respecto.
Los datos que a continuación se presentan y que nos servirán de guía
orientativa pertenecen en su mayoría a una encuesta no publicada, elaborada
supuestamente en 1996 por encargo de Amnistía Internacional, Ayuda en Acción,
Greenpeace, Intermón, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras (todas estas ONG
situadas entre las mayores, a pesar de que dos de ellas -Amnistía Internacional y
Greenpeace- no sean, de hecho, de desarrollo), que se plantea definir el perfil general
del donante a partir de una muestra de 2000 personas. Cabe señalar, no obstante,
que en ella no queda propiamente reflejada la opinión de los donantes, sino
solamente algunos de sus rasgos o atributos personales y conductas25.
millones. (En 1996, según El País [28-9-1997], que cita al semanario Newsweek, los
norteamericanos donaron con fines caritativos 150.700 millones de dolares. Aunque el 70% de
los hogares norteamericanos dieron dinero para alguna causa, el 20% de la suma referida
procedió, gracias a la generosidad de las deducciones fiscales, de grandes fundaciones como
la Ford o la Rockefeller). Además, se aprecia un agotamiento cada vez mayor entre los
donantes, producto, en buena medida, de la pérdida de fe en la eficacia de la ayuda: Sogge
(1996b: 157-8) comenta los resultados de un estudio holandés, elaborado en 1994, que revela
que el 32% de los donantes consultados opina que los recursos asignados no se han gastado
de modo adecuado (en 1986, sólo el 16% compartía esta opinión).
25
Los resultados de esta encuesta nos fueron facilitados, a título personal, por un profesional
de una de las mencionadas ONG. Deseamos aclarar que se desconocen las condiciones en
que se ha efectuado la misma, por lo que se ignora la fiabilidad de la muestra. También
queremos señalar que algunos de los supuestos atributos, por ser demasiado genéricos,
resultan poco descriptivos. Se halla en falta la consideración de otras variables que pudieran
permitir dibujar un perfil del donante más preciso.
388 Parte 2
26
Un buen número de donantes es inducido por los mass media a donar cuando se produce
una ‘emergencia humanitaria’, hecho que contribuye a que las donaciones ocasionales
superen con creces a las regulares. Lipovetsky (1992: 137-8) señala, en el caso de Francia,
que si un ciudadano de cada cuatro efectúa regularmente donativos para causas humanitarias,
la relación pasa de uno a dos cuando se trata de dar dinero con motivo de algún hecho que de
lugar a una operación mediática excepcional.
27
Para el resto de las ONG estudiadas, el porcentaje de donaciones periódicas se repartiría
del siguiente modo: Intermón (32,9%), Médicos Sin Fronteras (18,8%) y Manos Unidas
(34,8%). Por regla general, la cuantía individualizada de las donaciones regulares es superior
a la de las ocasionales. Además, aquéllas permiten asegurar -tal como se observará en los
próximos apartados- una estabilidad económica a más largo plazo y, por consiguiente, poseer
una perspectiva de futuro más nítida.
El negocio de la ayuda 389
28
La definición de las áreas geográficas resulta sumamente imprecisa.
29
También existe una elevada imprecisión en la definición de las clases sociales. No consta su
nivel de ingresos.
390 Parte 2
Según datos de Intermón y Médicos Sin Fronteras que cita El País (20-3-
2001), la cantidad media de los donativos a las ONG españolas efectuados por
quienes no son socios (la disparidad en el caso de los donativos de los socios
imposibilitaría un cálculo no sesgado) se aproximó, en 1998, a las 13.000 pesetas.
Según las mismas fuentes, se habrían producido 1,7 millones de donativos (de esta
cifra quedarían excluidos los destinados a ayudar a las víctimas del huracán Mich)31.
Por nuestra parte, y en otro orden de cosas, hemos podido observar, a través
del conocimiento personal de algunos donantes y de las entrevistas mantenidas con
otros, que en las motivaciones que empujan a éstos a entregar dinero a una ONG se
mezclan el compadecimiento por el infortunio que padecen otras personas -este
sentimiento es semejante al que anima a la caridad cristiana- con el deseo de
contribuir, ni que sea en escasa medida, a reparar las injusticias. Sin embargo, la
donación no es, en modo alguno, un acto de contricción, sino que se convierte en algo
casi rutinario, que no exige esfuerzo. No hay apenas diferencias destacables en la
actitud y conducta de creyentes y no creyentes (aunque a unos los impulse un sentido
religioso y a los otros convicciones humanistas, no difieren en lo profundo). Hemos
podido constatar que incluso en el caso del ‘apadrinamiento’ de niños, en el que se
supone que debiera estar más presente la emotividad, el ‘padrino’ no deja de
mantener una posición distante respecto a su ‘ahijado’, limitándose a leer los informes
que recibe como quien revisa el extracto de las cuentas bancarias (pese a conocer su
identidad, en el fondo es plenamente conciente de que no existe vínculo filial alguno y
de que, de hecho, se trata de un perfecto desconocido). Este distanciamiento
30
En la referida encuesta no se contemplan las opiniones políticas del donante. Vaccaro
(1996: 123) afirma que en Francia existe una mayor propensión a efectuar donaciones entre el
electorado de derechas -en general, inclinado a la práctica religiosa- que entre el de
izquierdas. Entre quienes son más remisos a donar se apunta el argumento de que el Estado
no puede sustraerse de sus responsabilidades, se cuestiona la eficacia de las ONG e incluso
se descalifica el ‘don monetario’ -al que oponen la ‘donación de uno mismo’ o la militancia.
31
Estos guarismos, sin embargo, se nos antojan algo imprecisos, ya que si a la cifra de
donativos resultante (22.100 millones de pesetas) se le añaden los casi 20.000 millones
recaudados para las víctimas del Mitch, la suma total (aproximadamente 42.000 millones de
pesetas) coincidiría prácticamente con la estimación de ingresos que realiza la CONGDE
(2000) para el mismo año y en la que también se incluyen las cuotas que satisfacen los socios.
El negocio de la ayuda 391
32
Otra encuesta realizada por la propia Ayuda en Acción, en enero y febrero de 1999, a través
de entrevistas telefónicas a un total de 1.007 socios, y cuyos resultados se resumen en el
Boletín 49: 8 de dicha asociación, concluye que el perfil medio correspondería con el de una
mujer de edad comprendida entre los 26 y los 45 años, miembro de una familia de tamaño
medio (3-4 personas) y que contribuye con regularidad (lo hace, en un 92% de las ocasiones,
mediante el ‘apadrinamiento’) desde hace al menos tres años.
El negocio de la ayuda 393
3. La recaudación
33
Puesto que Bourdieu (ibíd.) centra sus análisis en la Iglesia, se refiere, en concreto, a una
‘verdad religiosa’.
398 Parte 2
La moral de la recaudación
34
Dicho autor habla de ‘empresa religiosa’. Aquí utilizamos la expresión ‘empresa humanitaria’
para enfatizar la dimensión económica de las ONG, tal cual lo hace Bourdieu en relación a la
Iglesia.
El negocio de la ayuda 399
deseo de absorción inmediata del segundo sin intermediarios, sin necesidad de ser
representado por terceros35.
Ciertamente, en la formación de la intención del donante, la figura del
mediador/recaudador -prosigue Dufourcq (1996c: 81-4)- está, en apariencia, ausente,
cuando no es percibida negativamente, siendo imaginado como un impostor o un
parásito (lo que explica, igualmente, que el propio recaudador trate de permanecer
invisible o, a lo sumo, de disimular su presencia ante el donante, aun invitándole a
donar).
Sin embargo -y he aquí la paradoja- el sufrimiento ajeno, cuyo deseo de
erradicar justifica la donación, no es susceptible de ser mostrado y percibido más que
a través de la mediación, como representación.
En efecto, el donante, desde la lejanía, no está facultado para percibir el
sufrimiento tal cual es en el momento en que se produce. Pero, por añadidura,
tampoco éste, sin haber sido filtrado, es decir, sin que haya perdido su pureza y haya
devenido una imagen, una representación, sería comprensible y, por consiguiente,
válido como reclamo para donar (provocaría estupefacción, rechazo, tal vez
indignación, pero probablemente no llegaría a convencer al donante).
Aunque el donante ignore o tienda a negar que no daría si previamente no se
le hubiera pedido, parece indudable que la propensión a donar requiere ser
estimulada (se trata de un potencial que debe ser activado). Formular la demanda es
pues, ante todo, un trabajo de representación del sufrimiento que permite despertar la
compasión -más que la conciencia- del donante: la propaganda, creando un efecto
tamizado de presencia real, le permite compartir el dolor ajeno.
Puesto que, según lo anunciado, para calibrar la actitud del donante -su
inclinación o su rechazo a dar- la capacidad de persuasión del recaudador es tan o
más substancial que la generosidad o egoísmo de aquél, cabe preguntarse dónde
deben establecerse sus límites. ¿Qué técnicas son aceptables para promover la
donación? ¿Hasta qué punto es permisible la simulación y la manipulación?36
35
Por las analogías que presentan ambas situaciones, valga recordar que en el apartado
segundo del capítulo 2 se ha comentado, en relación a los agentes del desarrollo, que éstos
asumen necesariamente un papel de intermediación, actuando de ‘tercer hombre’.
36
Los interrogantes planteados intentarán ser despejados en el apartado quinto de este
capítulo, en la sección destinada a tratar el tema de los códigos éticos y de conducta de las
ONG.
400 Parte 2
Disponer de una amplia base de donantes permite a las ONG diversificar sus
fuentes de ingreso y, por consiguiente, obtener una independencia económica que les
evite someterse a la inducción -injerencia política- de las instituciones públicas y al
tempo -a los plazos administrativos- que éstas imponen.
Puesto que la donación no suele producirse sin la mediación de un estímulo
externo que la active (en lo que aquí respecta, aun cuando la gente reconozca y
tienda a juzgar de injustas las fuertes desigualdades sociales que persisten entre el
Norte y el Sur, en cambio, en su mayoría, no suele actuar, movilizarse o contribuir
económicamente, por propia iniciativa, para intentar reducir tales injusticias), el
recaudador -la ONG- debe contactar con el donante potencial para informarlo de la
causa que sostiene e invitarlo a entregar su donativo, tal cual han estado haciendo,
con otras formas, las congregaciones religiosas durante siglos. El éxito de una
cuestación exige una correcta formulación de la demanda y dotes de persuasión que
permitan llegar a convencer al público al que se dirige.
Aunque tal vez en España la saturación del ‘mercado de la caridad’ no haya
alcanzado los niveles de Estados Unidos y otros países europeos37, la concurrencia
de numerosas ONG en pos de donaciones (un mismo ciudadano puede recibir la
solicitud de diversas organizaciones que presume semejantes a favor de una misma
causa, acumulando mensajes fácilmente confundibles y a menudo redundantes)38
37
Ya se ha comentado que en nuestro país la promoción activa de la donación a través
campañas es un fenómeno mucho más reciente. Los precedentes más lejanos hay que
buscarlos en las cuestaciones del Domund o de la Cruz Roja.
38
El ejemplo de la competencia entre Médicos Sin Fronteras y Médicos del Mundo es
revelador. No obstante, Bruneau (1996a: 155-7) descubre que la suma total recaudada en la
fecha por estas dos organizaciones dobla a la conseguida por Médicos Sin Fronteras antes de
la escisión. Este autor piensa que la recepción repetitiva de publicidad por parte de una misma
persona es más el producto de las insuficiencias en la técnicas de marketing (a sabiendas de
que un individuo puede apoyar económicamente más de una causa, algunas ONG, pese a la
competencia, comparten las mismas bases de datos y se intercambian las señas de sus
donantes, lo que conlleva el riesgo no sólo de que un ciudadano pueda ser contactado
El negocio de la ayuda 401
obliga, ciertamente, a que éstas deban diseñar con minuciosidad sus estrategias para
destacar entre sus competidoras y recaudar fondos.
Se entiende, en este caso, por marketing el conjunto de instrumentos que
capacitan a las ONG para entrar en contacto con sus donantes potenciales y
presentarles sus causas, objetivos y proyectos con la finalidad de incitarlos a adoptar
un compromiso financiero. La intención última del ‘marketing asociativo’39, en
definitiva, no es otra que la de conquistar donantes y, además, conseguir que
permanezcan fieles (hacer fiel a un donante supone asegurárselo, pero también obliga
a la ONG a ofrecerle sin interrupción la satisfacción interior que anda buscando)40.
Corresponde al marketing hacer comprensible la ‘causa’ elegida. Ésta debe ser
presentada de forma que sea capaz de generar unos ingresos que, al menos, sean
superiores a los costes del mismo. Para que éste llegue a ser rentable es preciso,
pues, construir una imagen de la misma que resulte adecuada y que le permita
adquirir notoriedad. Cuanto más seductora sea la causa perseguida, es decir, cuanto
más atractivos sean los productos que se venden y el modo de exhibirlos, cuanto más
publicitados, mayor será su capacidad de producir donaciones. Las cuestaciones de
urgencia, especialmente cuando involucran a víctimas profusamente mediatizadas,
reportan mayores ingresos que otras causas más desatendidas. El drama de Ruanda
de 1994 probablemente no contenga más sufrimiento que el de las guerras de Angola
o Sudán. Pero como consecuencia del distinto trato mediático que han recibido estos
conflictos -y no entramos aquí a valorar los motivos que discriminan a favor de la
primera situación-, la recaudación de fondos de la campaña de Ruanda excedió con
creces a la obtenida en los otros casos (Vaccaro, 1996: 124-5).
diversas veces, sino también que otros muchos escapen de la prospección) que un resultado
directo e inevitable de la concurrencia.
39
Utilizamos la expresión ‘marketing asociativo’ para distinguirlo de otras formas de marketing
supuestamente filantrópico que practican algunas empresas que, aprovechándose de que la
ética y la solidaridad venden, ofrecen en el mercado sus productos destinando, en el marco de
convenios de colaboración con ONG, un porcentaje de los beneficios de las ventas a éstas a
cambio de obtener un plus de aceptación y legitimación. Según esta formulación, que
condensa -como ya se ha apuntado- el ideal postmoderno de una solidaridad que excluye la
idea de abnegación, no cabría hablar de ‘donante’, sino simplemente de ‘cliente solidario’
(Castiñeira y Lozano, 1997).
40
De todos modos, se suele considerar que es mucho más laboriosa una prospección de
posibles donantes -supone convencer a un desconocido- que convertir en fieles a quienes
contribuyen de forma esporádica o lo han hecho en el pasado. Por otro lado, la adquisición de
nuevos donantes exige una inversión elevada que sólo llega a ser rentabilizada cuando las
aportaciones pasan a ser regulares.
402 Parte 2
41
En el apartado precedente (‘La donación’) se apuntaban tres razones que impulsan a una
persona a donar: i) la impresión de actuar correctamente; ii) el reconocimiento público; y iii) el
sentido de pertenencia a una organización. Para Martínez Sánchez (1998: 193-4), las técnicas
utilizadas en las campañas de recaudación de fondos (‘fund-raising’) se proponen básicamente
estimular los dos primeros impulsos (así, se tiende a acentuar el impacto de la donación y se
suele agradecer expresamente la colaboración de sus contribuyentes). En cambio, para
satisfacer el referido deseo de pertenencia, las ONG se apoyan en la imagen que difunden (la
identificación con una ONG se basa en la percepción que el público tiene de ella). En relación
a las políticas de imagen, véase el apartado sexto (‘La imagen de las ONG’) del capítulo
anterior.
42
Ortega Carpio (1994: 194-5), sin embargo, advierte que las campañas que emprenden
algunas ONG con la intención de sensibilizar a un sector de la sociedad (y aquí cabe señalar
que la actividad de sensibilización es inseparable de la recaudación de fondos, ya que sólo
cuando una persona adquiere conciencia del problema de la pobreza puede comprometerse
económicamente) pueden acabar beneficiando en mayor medida a otras entidades más
reconocidas que, sacando provecho de la confianza que despiertan entre el público, acaban
recibiendo las donaciones de quienes han podido ser convencidos.
El negocio de la ayuda 403
43
Para mayor detalle, véanse las descripciones realizadas en el apartado sexto del capítulo 4
(‘La imagen de las ONG’).
44
Véanse las figuras 64 y 65 en el ‘Apéndice documental’. Véanse también en el mismo
apéndice, como ejemplos de cartas petitorias, los textos 1, 2 y 3 que las reproducen.
45
Véanse las figuras 66, 67 y 68 en el ‘Apéndice documental’.
404 Parte 2
factibles otras cantidades con una frecuencia mensual, trimestral o anual), que
permiten al donante adquirir la condición de socio de esta ONG46.
El marketing, en todas estas situaciones, se desarrolla en un contexto de
sensibilización permanente. El mensaje que se transmite, las divisas que se
proclaman, insisten en la idea de que las aportaciones de todos, por pequeñas que
sean, son indispensables para resolver el problema de la pobreza y del subdesarrollo.
A menudo es el máximo responsable de la ONG quien efectúa la petición por escrito,
con el deseo de dar una mayor sensación de proximidad con sus donantes. La
solicitud de dinero se plantea de un modo razonable (no se pueden exigir imposibles
ni esperar del donante más de la cuenta).
Algunas ONG también editan impresos específicos para efectuar donaciones
(Intermón, por ejemplo, los distribuye en los mostradores de algunas entidades
bancarias) y -lo que es mucho más común- reservan con esta finalidad un espacio en
sus folletos de presentación que cumplimentarán quienes sean persuadidos. Como en
los casos ya relatados, suele dejarse abierto el importe de la contribución (se aceptan
distintas cantidades y opciones de pago). Se invita al lector a rellenar los formularios y
a enviarlos a continuación a las direcciones que se indican, advirtiéndole de que las
donaciones son desgrabables en la declaración de renta47. Cabe indicar que Intermón,
de manera novedosa, también reclama el legado de patrimonios (“Tú puedes cambiar
este mundo (si quieres) [...] a través de Legados, que perpetuan la trayectoria de
solidaridad de las personas”)48.
Por otro lado, cada vez resulta más usual (especialmente cuando se producen
emergencias que exigen que se intervenga con inmediatez, pero también en
situaciones ordinarias) que las ONG inserten publicidad en la prensa -e incluso en los
medios de comunicación audiovisuales- anunciando el número de una cuenta
46
Véanse las figuras 69 y 70, así como el texto 4 como ejemplo de carta petitoria, en el
‘Apéndice documental’.
47
Véase, por ejemplo, la figura 51 del ‘Apéndice documental’, que corresponde a un folleto de
Médicos Sin Fronteras.
48
Vaccaro (1996: 136-9), analizando el panorama francés, comenta que en aquel país el
‘mercado del legado’ está extremadamente concentrado. El acceso a él por parte de las
organizaciones de la última generación es, a pesar del enraizamiento que han alcanzado, muy
débil: así, por ejemplo, sólo el 0,4% de los recursos de Médecins du Monde procede de
legados, cuando para Secours Catholique dicho porcentaje se eleva al 15% (otras
organizaciones no circunscritas al ámbito del desarrollo muestran porcentajes superiores: para
la Ligue contre le Cancer es del 33% y para la Société Protectrice des Animaux del 70%).
El negocio de la ayuda 405
49
Véanse, a título de ejemplo, las figuras 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10, que ya han sido objeto de
comentario, en el ‘Apéndice documental’.
50
Véase de ejemplo la ya referida figura 12 en el ‘Apéndice documental’.
51
Véanse de ejemplo las figuras 18, 20, 21, 24, 25, 36, 37, 44 y 50 del ‘Apéndice documental’
que corresponden a publicidad de Intermón y de Medicos Sin Fronteras.
406 Parte 2
efectuar sus donativos (ordenando las formas de pago) o, ante la duda, para recibir
más información52. Por último, el único anuncio que hemos localizado de Medicus
Mundi, tras proclamar que las poblaciones del Tercer Mundo “[tienen] derecho a la
salud, a la educación y a una vida digna”, informa de una cuenta corriente a la que se
pueden ingresar los donativos53.
El apadrinamiento y el mecenazgo
Las ONG no sólo desean conseguir donaciones, sino que además, en pura
lógica, pretenden que éstas sean más regulares y estén menos sujetas a avatares
coyunturales, ya que así disminuye la inseguridad financiera. El ‘apadrinamiento’ de
niños y el ‘mecenazgo’, ‘patrocinio’ o sponsorización de proyectos acaso se han
constituido en los mecanismos más eficaces para la consecución de donante fieles.
La clave del éxito de estas fórmulas está en que a través de ellas se consigue que un
cierto número de donantes -en el caso del ‘mecenazgo’, una sola empresa- aporte de
un modo constante una suma substancial destinada a la organización, posibilitando a
su vez una reducción significativa de los costes de recaudación (los costes de
prospección para captar nuevos donantes siempre son -como se ha aclarado-
superiores a los de mantener un donante fiel)54.
Si se atiende a los recursos que proporciona, el ‘apadrinamiento’ ha sido uno
de los mayores aciertos en la historia de las ONG y la clave de su expansión en
muchos países. Aún después de los años, continúa en una vía creciente y hoy en día
constituye la primera fuente de ingresos privados de algunas de las mayores
52
Véanse, a título de ejemplo, las figuras 27, 28 y 30 del ‘Apéndice documental’.
53
Véase de ejemplo la figura 55 del ‘Apéndice documental’.
54
El ‘apadrinamiento’ requiere un esfuerzo publicitario por parte de la ONG relativamente poco
costoso -en el caso del ‘mecenazgo’, es nulo- en relación a la rentabilidad que proporciona. En
el límite que separa el altruismo del espectáculo, las llamadas ‘maratones televisivas’ son,
desde hace ya unos años, un instrumento gratuito de captación de fondos y han permitido
impulsar decididamente el ‘apadrinamiento’. A título de ejemplo, valga señalar que el programa
‘Moros y cristianos’ (Antena 3) logró en 24 horas de emisión la cifra de 60.000 apadrinamientos
-seis veces superior a la prevista inicialmente.
El negocio de la ayuda 407
55
Lobo (1998) comenta que sobre Intervida pesan graves sospechas. El artículo recoge las
críticas que vierte Tomás Mayo, a la sazón presidente de la CONGDE, para quien “cualquiera
que tenga un amigo en televisión puede montar una ONG que de dinero”. Lastres, presidente
de Intervida, aun reconociendo su amistad con un productor que le permitía colocar gratis sus
anuncios en un programa televisivo de gran audiencia, rechaza tales críticas e incluso las
suscitadas por el hecho de que su organización posea una empresa de reciclaje de papel -algo
que no admite el código de conducta de las ONG españolas. Se justifica afirmando que “con
esta empresa logramos reducir a cero nuestros gastos administrativos y dedicar todo lo
recaudado al desarrollo”.
56
Tanto para el donante como para la ONG el ‘apadrinamiento’ reune la ventaja de inscribirse
en el tiempo: si ésta, gracias a ello, tiene garantizados unos ingresos regulares al menos por
unos cuantos años, aquél, a su vez, sabe que su aportación económica tiene plazo.
408 Parte 2
Ayuda en Acción)57. Por contra, también es cierto que el hecho de que el modelo
focalice la ayuda en una persona y no en un problema general lo hace merecedor de
numerosas críticas58.
Las campañas publicitarias de Ayuda en Acción parten -como se ha señalado-
de una constatación que parece evidente: el donante, salvo ante las emergencias, se
muestra reticente a dar su dinero a causas etéreas, abstractas y, en consecuencia,
prefiere algún tipo de concreción59. Apelan a la conciencia de cada cual (en un
reportaje televisivo un representante de la entidad llegaba a mantener que quien aún
no es ‘padrino’ es porque “nunca ha sido lo bastante consciente”), a la par que atizan
el sentimentalismo. En el editorial de una publicación se lee: “[M]ás allá de nuestra
forma de disfrutar de la vida debe de haber un espacio para no olvidar a aquellos cuya
existencia es de un color muy diferente al nuestro. Además de esta mágica relación
de amistad con ‘nuestro niño apadrinado’, hay otros millones de familias y niños que
sueñan con un montón de ilusiones imposibles de alcanzar” (Boletín, 43-44: 2).
Sin embargo, ¿cómo funciona el ‘apadrinamiento’? ¿Quiénes son susceptibles
de ser apadrinados?
Cuando Ayuda en Acción lleva a cabo un proyecto de desarrollo en una zona
determinada, se abre la posibilidad de que puedan ser apadrinados los niños que
habitan en las comunidades en las que se localizan las actuaciones, siempre y
cuando sus familias accedan a ello.
El número de niños susceptibles de ser apadrinados depende, además, de los
recursos que sean necesarios para financiar el proyecto (en teoría, pues, el
57
Nuestro interlocutor proseguía afirmando: “Es una pequeña cosa, pero la única manera que
poseemos para demostrar que podemos transformar las cosas, que tenemos capacidad de
transformar, es poder demostrar que se pueden hacer pequeñas cosas”.
58
Responsables de Ayuda en Acción se defienden afirmando que el ‘apadrinamiento’ es
también “un maravilloso sistema de educación para el desarrollo. La gente se implica mucho
más, conoce mucho más” (Lobo, 1998). En la propia página web de la entidad aparece escrito:
“Permite conocer, de primera mano, a una persona que vive en un país del Sur. (...) Estimula
al donante a querer conocer más de cerca la realidad de los países en desarrollo (...). Abre un
proceso de educación e intercambio socio-cultural muy importante entre el Norte y el Sur. El
padrino encuentra una ventana abierta a la comprensión de los problemas del desarrollo, sus
causas y las soluciones aportadas. Crea un lazo humano entre personas de culturas diferentes
fomentando la tolerancia y la solidaridad entre los pueblos. Por tanto, el apadrinamiento no
crea, en ningún caso, una relación paternalista del padrino con el niño ni con los miembros de
la comunidad (...)” (www.ayudaenaccion.com).
59
Para mayor detalle, véanse en el apartado sexto del capítulo 4 (‘La imagen de las ONG’) los
comentarios relativos a Ayuda en Acción.
El negocio de la ayuda 409
60
El ‘padrino’ recibirá cartas del niño (por lo general dos al año) en las que éste le relatará
aspectos de su vida cotidiana (cuando el niño no sea natural de un país hispanoamericano, la
correspondencia será en inglés). En caso de que no sepa escribir, puede enviar un simple
dibujo (véase la figura 71 en el ‘Apéndice documental’). Estas cartas van acompañadas de los
informes que redactan los responsables del proyecto, que describen cómo se están
desarrollando las actuaciones. El propio ‘padrino’, si lo desea, también puede escribir al niño
(aunque nunca directamente, sino a través de la oficina que Ayuda en Acción posee en el país
en cuestión).
61
V. p.p. 32
410 Parte 2
nuestra parte, entre personas directamente implicadas nos llevan a pensar que, de
manera mayoritaria, no existe en ellas una opinión claramente formada ni
estructurada (se acude a declaraciones que apelan al sentimiento o se responde, sin
demasiada convicción, frases consabidas al estilo de “me parece una causa justa”).
El grado de compromiso que se establece hacia el ‘apadrinado’ no impone excesivos
sacrificios personales (es tenue, poco oneroso desde el punto de vista de la moral) y,
del mismo modo, tampoco obliga a reflexiones profundas.
62
Véanse, por ejemplo, los textos 1, 2 y 3 en el ‘Apéndice documental’.
63
V. p.p. 2 y p.p. 39.
64
Para mayor detalle, véanse las descripciones realizadas en el apartado sexto del capítulo 4
(‘La imagen de las ONG’) en lo relativo a Ayuda en Acción y a Médicos Sin Fronteras.
El negocio de la ayuda 411
65
Cabe recordar que en el mundo anglosajón se utiliza, para definir este tipo de prácticas, un
par de términos que nos parecen sumamente adecuados: ‘marketing con causa’ o ‘marketing
social corporativo’.
66
Lipovetsky (op. cit.: 265), sin embargo, matiza que ésta es una ‘comunicación por
procuración’: “[b]usca la visibilidad por la eufemización de la presencia (...). No [busca] hablar
de sí sino hacer hablar de sí”.
412 Parte 2
La elección de las formas de financiación es, para una ONG, una decisión
estratégica de envergadura. En efecto, el hecho de que los ingresos tengan unos u
otros orígenes, con sus ventajas e inconvenientes, puede llegar a marcar el carácter y
las actuaciones de la misma. El grado de riesgo y la dependencia que se asume será
menor cuanto mayor sea el número de fuentes.
Cualquier clasificación de las formas de financiación de las ONG lleva a
distinguir dos tipos de fuentes principales: a) fondos privados; y b) fondos públicos.
Aunque, en principio, disponer de fondos privados es, para una ONG, la mayor
garantía de independencia y constituye, además, una señal inequívoca del apoyo
social que pueda recibir, en cambio su peso específico en la financiación del conjunto
de las ONGD es relativo. Pese a que el porcentaje de los mismos sobre el total de los
ingresos que reciben difiere considerablemente de unas a otras, en general suele ser
modesto67. Esta situación no es exclusiva del panorama español, ya que puede
hacerse extensiva a la mayor parte de las ONGD de los países miembros del Comité
de Ayuda al Desarrollo (CAD).
Los recursos privados pueden proceder de particulares (personas físicas) o de
empresas o de otras organizaciones no lucrativas (personas jurídicas)68.
67
Según datos de la CONGDE (1999a), en 1997 únicamente el 39% de los ingresos de las
ONGD españolas (19.380 millones de pesetas) procedía de la solidaridad ciudadana, cuando
en 1991 el porcentaje era del 64% (7.283 millones de pesetas). Sólo 23 de las 88 ONG
incluidas en el estudio -del que se hace eco El País, 6-5-1999- recibían más dinero de sus
socios y colaboradores que de organismos públicos. En 1998, esta tendencia se invirtió como
consecuencia del éxito de las recaudaciones para socorrer a las víctimas del huracán Mitch,
ascendiendo los ingresos privados a 42.407 millones de pesetas (el 56% del total) [CONGDE,
2000]. Para muchas de las grandes ONGD internacionales, las subvenciones públicas también
suponen mayores ingresos que las donaciones privadas. Por ejemplo, Senarclens (1999: 17)
señala que, en 1995, el 60% del presupuesto de CARE-USA procedía del gobierno
norteamericano.
68
En el apartado anterior ya nos hemos referido a los procedimientos -el ‘mecenazgo’ o
‘patrocinio’- que utilizan las ONG para captar fondos de las empresas. Algunas ONG -véanse
las declaraciones de un responsable de Médicos del Mundo en El País (17-7-1998)- incluso
El negocio de la ayuda 413
han llegado a manifestar que el futuro del sector depende de que las empresas inviertan en
cooperación. Pero también cada vez resulta más frecuente -no sólo en Estados Unidos, sino
incluso en España- que el propio sector no lucrativo -a través de fundaciones, la mayoría
vinculadas a empresas- financie a otras organizaciones del mismo sector. V. p.p. 24.
69
El grado de participación del llamado socio en las actividades de las ONG varía de unas a
otras en función de su estructura jurídico-organizativa, sus estatutos y su permeabilidad. Ya se
ha comentado que, a diferencia de las asociaciones, las fundaciones no cuentan propiamente
con socios, pese a que algunas suplen su ausencia con la figura del socio-colaborador, que
contribuye regularmente a su sostén aun cuando no pueda influir directamente en la vida
orgánica (cabe recordar que la identidad de una fundación no la construye la voluntad de los
sujetos singulares que la integran, sino el fin al que sirven). Para mayor información, léase el
apartado primero del capítulo 4 (‘Marco político, organizativo e institucional’).
414 Parte 2
concentración de esfuerzos que sirven a las ONG para estrechar los vínculos de
comunicación con sus simpatizantes o con el público en general.
Aunque la colecta de fondos ha sido tradicionalmente explotada por las ONG
religiosas (Manos Unidas y Cáritas las realiza a través de las mismas parroquias),
esta fórmula está siendo utilizada con éxito -con el apoyo de anuncios de prensa,
vallas publicitarias y mailings, que proliferan ante las emergencias- por todas aquellas
organizaciones que tienen capacidad operativa suficiente para impulsarla.
El ‘apadrinamiento’ y la sponsorización de proyectos suponen -como indican
Vernis et al. (1997: 102)- una situación intermedia entre la cuota fija y la donación
puntual: aunque incluyen el factor de repetición propio de la primera, el donante, sin
embargo, no adquiere un compromiso directo con la organización, sino sólo en el
devenir de aquellas actuaciones que se encarga de financiar.
La venta de productos (de material didáctico o de elementos de
merchandising) es una modalidad de captación de fondos que, pese a ser incipiente
-representa un porcentaje bajo del total de los ingresos recaudados- y aun siendo
secundaria en las estrategias de financiación y comunicación de las ONG, muestra
también una tendencia al alza. Algunas entidades, como Médicos Sin Fronteras o
SETEM, incluso poseen catálogos con el surtido de mercancías que venden
(camisetas, libros, vídeos...). Otras, como Intermón o IEPALA, mantienen líneas
editoriales (aunque en estos casos la labor educativa prima sobre la comercial). La
venta de artesanías o de mercancías producidas bajo condiciones de ‘comercio justo’
en las propias sedes o a través de pequeñas redes de establecimientos (caso de
Intermón o de SETEM) se ha convertido en una novedosa fuente de ingresos70.
70
Puesto que, en el caso del ‘comercio justo’, los beneficios obtenidos revierten en el pago de
un precio justo a los productores, algunas ONG mantienen que este tipo de ventas no pueden
considerarse, en propiedad, una fuente alternativa de ingresos.
El negocio de la ayuda 415
La solidaridad subvencionada
71
Pese a la reivindicación de que las administraciones deben dedicar un mayor volumen de
recursos a la cooperación para el desarrollo, hasta la fecha los fondos públicos destinados a
las ONG españolas no han dejado de crecer. En 1997, la recaudación por este concepto fue
de 30.182 millones de pesetas, aumentando un 27% en relación al año anterior y, en 1998, de
33.344 millones, aumentando en términos porcentuales un 10,5% (en 1991 era de 4.077
millones de pesetas) [CONGDE, 1999a y 2000 y El País, 6-5-1999]. De hecho, de los
resultados de la encuesta de Martínez Sánchez (1998: 97) se desprende que las ONG
españolas, en general, tienen la sensación de que la disponibilidad externa de recursos,
principalmente públicos, es suficiente y de que, salvo excepciones, no es excesivamente
difícil obtener ingresos.
416 Parte 2
72
Por otro lado, las ONG también resaltan aspectos distintos de su imagen en sus relaciones
con uno u otro tipo de donante. Mientras que al dirigirse a la ciudadanía intentan destacar, en
buena medida, la pureza y sinceridad de su compromiso, ante el donante público procuran,
sobre todo, hacer valer su capacidad técnica, su eficacia y profesionalidad (Quéinnec, 1996:
180).
73
No se incluyen los créditos FAD porque con ellos se subvencionan clientes: los intereses
preferenciales permiten reducir el precio que éstos pagan por la adquisición de bienes
nacionales y, por consiguiente, devienen un instrumento para promover las exportaciones. Los
beneficiarios no son las ONG -que censuran con asiduidad el marcado acento comercial de la
cooperación española- ni las poblaciones.
74
Puesto que la financiación pública habitualmente representa un porcentaje sobre el total del
presupuesto de los proyectos, existe el riesgo -advierten Sogge y Zadek (1996: 88)- de que las
ONG tiendan a sobredimensionarlos.
El negocio de la ayuda 417
75
Ortega Carpio (1994: 216) comenta que la subcontratación encierra “[e]l peligro de que
consten como no gubernamentales proyectos que en realidad son gubernamentales y que por
cuestiones de política exterior difícilmente podrían ejecutarse”.
76
Aunque entre 1983 y 1989 se producen subvenciones a las ONGD, las convocatorias no se
publicaron en el BOE (sólo pudo acceder a ellas un número restringido de ONG). Ortega
Carpio (op. cit.: 217) considera que la creación de la SECIPI y posteriormente de la AECI fue
decisiva para dar un carácter formal a la convocatoria.
77
La normativa establece que los sujetos pasivos del IRPF pueden manifestar en la
declaración del impuesto su voluntad de que un porcentaje del mismo (el 0,5239% de la cuota
íntegra) se destine al sostén de la Iglesia católica y/o a otros fines de interés social. El RD
825/1988, de 15 de julio -modificado por el RD 223/1991, de 22 de febrero-, en el artículo 2,
establece que “[s]e considerarán ‘otros fines sociales’ los programas de cooperación y
voluntariado sociales desarrollados por la Cruz Roja, y otras organizaciones no
gubernamentales y Entidades sociales sin fines de lucro, dirigidos a ancianos, disminuidos
físicos, psíquicos o sensoriales, personas incapacitadas para el trabajo o incursas en
toxicomanía o drogodependencia, marginados sociales y en general a actividades de
solidaridad social, para cubrir necesidades generales de interés general. Asimismo, tendrán la
consideración de fines de interés social los programas y proyectos que las mencionadas
Organizaciones realicen a favor de las poblaciones más necesitadas de los países
subdesarrollados”. Las subvenciones a programas de ayuda al Tercer Mundo representan un
20% del total que se dedica a fines sociales.
418 Parte 2
78
El importe total de los recursos destinados a esta convocatoria fue, en 1999, de
3.129.157.186 pesetas, que permitieron atender 364 solicitudes (la subvención media por
proyecto resultó ser de 8.956.586 pesetas).
79
En cuanto a temática, el tipo de proyecto subvencionado coincide con el resto de los que
llevan a cabo la mayor parte de las ONG. Se plantea la duda de saber si las ONG eligen sus
proyectos en base a las expectativas de financiación. En el ‘Apéndice documental’ consta la
relación de proyectos que realizan las ONG estudiadas.
80
La citada norma ha sido modificada parcialmente por una Orden de 30 de julio de 1996 y
una Resolución de 21 de noviembre de 1997. La gestión de los proyectos queda regulada por
sendas Resoluciones de la SECIPI, de 22 y 26 de mayo de 1997, por las que,
respectivamente, se establece el procedimiento para la presentación de los informes de
seguimiento y finales de los mismos y se instituyen las formas de justificación y control de los
gastos. En 2001, las citadas bases han sido sustituidas por unas nuevas. V. p.p. 110.
El negocio de la ayuda 419
81
Los proyectos destinados a socorrer a las víctimas del huracán debían centrarse
preferentemente en el ámbito educativo, salud y vivienda, valorándose que dichos proyectos
se ubicaran en zonas de actuación identificadas por la AECI y se coordinaran con las
actuaciones que la propia agencia estuviera desarrollando.
420 Parte 2
CONVOCATORIA ORDINARIA
1993 1994 1995 1996
(en PTA)
82
En los convenios-programas que se suscriben entre la AECI y las ONG para cada uno de los
proyectos objeto de subvención se incluye, de acuerdo con las directrices del Comité de Ayuda
al Desarrollo (CAD) de la OCDE, una cláusula anticorrupción.
83
El periodo autorizado de ejecución de los proyectos suele situarse entre los 12 y 24 meses.
El negocio de la ayuda 421
1999
ONG Subvención
1 CESAL 549.109.000
2 Medicus Mundi 512.627.000
3 FERE 480.262.000
4 Médicos del Mundo 400.651.000
5 Cruz Roja 330.629.000
6 Intermón 307.525.000
7 Solidaridad Internacional 298.259.000
8 Paz y Tercer Mundo 254.991.000
9 IEPALA 248.439.000
10 CEAR 231.987.000
(en PTA)
84
Véase en el ‘Apéndice documental’ la relación completa de las ONG beneficiarias y las
características y cuantía de los proyectos subvencionados en las distintas convocatorias de la
Administración del Estado de los ejercicios comprendidos entre 1993 y 1999.
422 Parte 2
Intermón es la única ONG que se sitúa en cada convocatoria entre las diez
primeras beneficiarias (en 1994 y 1996, en primer lugar). Le siguen CODESPA,
Manos Unidas y Medicus Mundi, que aparecen en el grupo de cabeza en seis
ocasiones cada una.
Si se atiende a la distribución geográfica de las subvenciones con cargo a la
convocatoria ordinaria, se observa una marcada concentración de las mismas en
beneficio de Latinoamérica, que reúne un porcentaje que bascula entre el 55 y el 60%
del total85.
1993
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
1994
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
85
Véase en el ‘Apéndice documental’ el destino geográfico de cada uno de los proyectos
subvencionados en las distintas convocatorias de la Administración del Estado de los ejercicios
comprendidos entre 1993 y 1999.
El negocio de la ayuda 423
1995
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
1996
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
1997
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
1998
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
1999
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
86
Pese a que, en sus inicios, la AECI intentó utilizar dicha convocatoria para subcontratar a las
ONGD para la realización de proyectos de cooperación oficial, la oposición de éstas llevó a la
Administración a cambiar sus objetivos y a equiparar, en realidad, ambas convocatorias
(Ortega Carpio, 1994: 225).
426 Parte 2
ASIGNACIÓN IRPF
1993 1994 1995 1996
(en PTA)
Las ONG que han resultado más beneficiadas por dichas subvenciones en el
periodo 1993-1999, fueron, en orden decreciente, las siguientes87:
87
V. p.p. 84
El negocio de la ayuda 427
1999
ONG Subvención
1 Intermón 283.999.000
2 Medicus Mundi 282.017.000
3 Cáritas 222.082.000
4 Fundación Juan Ciudad 216.001.046
5 CODESPA 198.114.777
6 Promoción SocialCultura 191.485.000
7 Cruz Roja 180.417.000
8 Manos Unidas 150.830.000
9 CEAR 131.872.000
10 Médicos del Mundo 124.408.998
(en PTA)
CODESPA es la única ONG que en cada convocatoria se sitúa entre las diez
primeras beneficiarias, aunque en ninguna de ellas ocupe la primera posición.
Intermón, Medicus Mundi y Solidaridad Internacional aparecen en esta clasificación en
428 Parte 2
seis ocasiones (Intermón la encabeza en 1993, 1994, 1998 y 1999 y Medicus Mundi
en 1996)88.
Si se atiende a la distribución geográfica de las subvenciones con cargo a la
convocatoria del IRPF, se constata una mayor concentración de las mismas a favor de
América Latina, que reúne un porcentaje, aún si cabe, superior al que resulta de la
convocatoria ordinaria y que en muchos años se sitúa por encima del 60%89. La
subvención media por proyecto, en función del destino geográfico, tampoco presenta,
en este caso, grandes oscilaciones (no es posible destacar ninguna área como
receptora de los proyectos más costosos).
1993
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
1994
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
88
Ortega Carpio (1994: 227) observa, en el periodo que estudia, que la ONG que presenta
más proyectos en colaboración con otras entidades es Intermón, que trabaja conjuntamente
con ONG confesionales, pero también con otras que cabría calificar de solidarias y
profesionales. A su vez, constata que las llamadas ONG oficiales realizan consorcios mixtos,
pero únicamente con ONGD políticas y afines al partido del gobierno, como es -en las fechas
analizadas- Solidatidad Internacional. Por nuestra parte, observamos que a partir de 1995
cada vez un menor número de ONG presenta proyectos en colaboración con otras.
89
V. p.p. 85
El negocio de la ayuda 429
1995
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
1996
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
1997
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
1998
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
1999
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
CONVOCATORIA ORDINARIA +
ASIGNACIÓN IRPF
1993 1994 1995 1996
90
Cabe señalar que en 1999, a las convocatorias habituales, se añadió otra de extraordinaria,
con el objetivo de contribuir a paliar la situación de emergencia motivada por el conflicto de los
Balcanes, dotada con 1.400.000.000 pesetas, que se repartieron 18 proyectos
subvencionados. Asimimo, a las subvenciones recibidas por las ONG cabría sumar parte de la
dotación económica de 3.129.157.186 pesetas de la convocatoria abierta y permanente, de
la que se benefician además otras entidades benéficas y sociales, comunidades indígenas,
centros de formación y capacitación, universidades, particulares...
El negocio de la ayuda 431
(en PTA)
91
Resulta significativo que las 14 ONGD que ingresan más de 1.000 millones de pesetas
al año -resultado de sumar fondos públicos y privados- concentren -según datos de la
CONGDE (1999a) ya referidos que cita El País (6-5-1999)- el 72% de todos los ingresos que
percibe el sector. En 1997, en cinco casos (ACSUR-Las Segovias, MPDL, Solidaridad
Internacional, CODESPA y Acción Contra el Hambre), las subvenciones públicas superaron el
90% de su presupuesto. Véase el detalle de los ingresos de dichas organizaciones en las
tablas 1 y 2 del ‘Apéndice documental’.
432 Parte 2
92
Médicos Sin Fronteras renunció a recibir subvenciones de gobiernos implicados en la guerra
de Yugoslavia. Con esta decisión pretendía -según el comunicado que difundió- “defender los
principios de imparcialidad y neutralidad de la ayuda humanitaria” (El País, 16-5-1999).
93
V. El País (2-11-1998).
El negocio de la ayuda 433
subvenciones y la planificación de las acciones que llevan a cabo las ONG, lo que
comporta problemas administrativos y de tesorería que las perjudican. Por ello,
algunas voces reivindican que puedan suscribirse convenios-marco que aseguren la
realización, sin contratiempos, de un trabajo a largo plazo94. Otras críticas apuntarían
a la limitada capacidad de gestión de la AECI (su reforma sería necesaria, en mayor
medida si está llamada a administrar más recursos), que se uniría a la falta de unidad
de dirección de la cooperación española (antagonismo entre los ministerios de
Economía y de Asuntos Exteriores)95.
94
Martínez Sánchez (1998: 194) reproduce los siguientes comentarios de un responsable de
Ayuda en Acción: “Tal y como están ahora las presentaciones de proyectos a centros oficiales
para su subvención, no coinciden los plazos. Nosotros cerramos nuestro ciclo presupuestario
en diciembre y las ayudas suelen salir durante los meses de junio-septiembre. Además, el plan
anual va dentro de un plan estratégico a largo plazo. No puedes poner en marcha proyectos
que no sabes si te los van a financiar o no, ni despertar expectativas en la comunidad con
grandes proyectos que luego no se concretan (...). El problema de los plazos es crítico, pero
somos conscientes que no podemos desaprovechar esa fuente de financiación”.
95
Para conocer con mayor profundidad este tipo de críticas, léanse los artículos de Gallego
Málaga (2000) y de Vera Villacián (2000) -éste último director del departamento de estudios de
Intermón.
96
Los ‘hermanamientos’ con municipios del Tercer Mundo, sin embargo, no siempre se
plantean en términos de cooperación.
434 Parte 2
97
Dichas cifras, correspondientes a 1998, proceden de una encuesta realizada por la FEMP.
98
La CONGDE ha presentado ante la opinión pública, en 2000, una propuesta para la
homogeneización de criterios en la cooperación descentralizada.
99
Las citadas cifras, correspondientes a 1998, proceden de la Oficina de Planificación y
Evaluación de la SECIPI.
100
Pese a que las bases que regulan la convocatoria se publican en el Diari Oficial de la
Generalitat de Catalunya (DOGC) desde 1991, en cambio la concesión de las subvenciones a
las ONGD no aparece publicada hasta 1995.
101
Cataluña es, según Intermón, una de las autonomías que destina un menor porcentaje de
su PIB a ayuda oficial, hasta el punto de que los ciudadanos aportan a las ONGD el doble que
sus instituciones (El País, 2-9-2000). CIDOB (2000: 162) cifra la ayuda de la Generalitat en
2.343 millones de pesetas, de la que las ONG canalizan 1.225 millones. En el presupuesto de
la Generalitat para 1999 (Ley 20/1998, de 29 de diciembre) constaban 1.630 millones de
pesetas para actuaciones en el ámbito de la solidaridad internacional realizadas por la propia
Administración o por otras entidades que actúan en dicho campo. Gomis (2000) juzga en
términos negativos este panorama.
El negocio de la ayuda 435
102
Para obtener subvenciones para proyectos de cooperación al desarrollo, las entidades que
concurrían debían acreditar que su constitución legal se había realizado, al menos, en un plazo
de dos años. Para los proyectos de educación, formación y sensibilización, el acceso a la
convocatoria no quedaba limitado a las ONGD, sino que se extendía a todas las entidades sin
afán de lucro inscritas en el registro del Departamento de Justicia u otros registros oficiales y
que cumplieran los requisitos previstos.
436 Parte 2
GENERALITAT DE CATALUÑA
1995 1996 1997
1998 1999
(en PTA)
(*) Incluye 150.000.000 PTA que corresponden a la convocatoria para la reconstrucción de los países
afectados por el huracán Mitch
103
En la convocatoria de 1999 se determina que la subvención máxima que puede concederse
a un proyecto no puede superar los 30 millones de pesetas, salvo en el caso de que el
proyecto sea presentado conjuntamente por diversas entidades.
104
Véase en el ‘Apéndice documental’ la relación completa de la ONG beneficiarias y la
cuantía y características de los proyectos subvencionados en dichas convocatorias en el
periodo 1995-1999.
438 Parte 2
(en PTA)
Intermón es, en cada una, la ONG que recibe una mayor subvención. Medicus
Mundi aparece en cuatro ocasiones entre las cinco primeras (en 1995, en una
posición delantera compartida con Intermón; en 1996 y 1997, en segundo lugar) y
Manos Unidas y Vetermón tres veces.
Del resto de las ONG estudiadas de modo preferente, cabe señalar que
SETEM se halla en todas las convocatorias (a excepción de la extraordinaria de 1999,
a la que no concurre) en posiciones adelantadas en la escala de beneficiarias. Algo
más retrasada, aunque igualmente ventajosa, es la situación de Ayuda en Acción.
Cooperacció, en cambio, ocupa en general posiciones intermedias (en 1997 no se le
concede subvención, pero es una de las pocas agraciadas en la convocatoria del
Mitch). Por último, Médicos Sin Fronteras, pese a que ocupa, por lo común,
posiciones relativamente adelantadas (fue, con Intermón, la mayor beneficiaria de la
convocatoria extraordinaria de 1999), no recibe subvenciones en 1995 y 1997.
La mayor parte de las subvenciones que concede la Generalitat a las ONG es
para la realización de proyectos dirigidos a América Latina, pese a que el porcentaje
que resulta es sustancialmente inferior al de las convocatorias de la Administración
del Estado. La región subsahariana es el segundo destino105.
105
Véase en el ‘Apéndice documental’ el destino geográfico de los proyectos subvencionados
por la Generalitat de Cataluña en sus convocatorias. Es de destacar que existe un porcentaje
El negocio de la ayuda 439
1995
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
1996
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
1997
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
1998
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
1999 (*)
núm.proyectos % subvención % subvención/proyecto
(en PTA) (en PTA)
(en PTA)
(*) Incluye la convocatoria para la reconstrucción de los países afectados por el huracán Mitch
106
El Fondo Europeo para el Desarrollo, sin embargo, destina un 30% de las ayudas a
infraestructuras y sólo un 3% a servicios sociales básicos. Además, la necesidad de recursos
para la reconstrucción de los Balcanes está motivando un descenso de la ayuda comunitaria
para los países pobres. Los fondos previstos para 2001 destinados a los países del sur del
Mediterráneo se reducen un 13%. En los casos de Latinoamérica, Asia y África y en lo que se
refiere a la ayuda humanitaria, el descenso se sitúa entre el 11% y el 2% (El País, 7-11-2000).
107
ECHO suscribió, en 2000, cerca de 800 contratos para la realización de acciones, cifra
inferior a la de años anteriores (en 1997 fueron 1.309; en 1998, 1.416; y en 1999, 1.288). Los
organismos de Naciones Unidas, a título individual, fueron quienes captaron un mayor volumen
de recursos. Al margen de las entidades que componen, a nivel internacional, Cruz Roja, la
primera ONG beneficiaria fue Action Contre la Faim (Francia), que recaudó en el citado año
17,5 millones de euros, situándose a continuación Oxfam (Reino Unido), con 10,6 millones de
euros. La ONG española que recibió más ayudas fue el MPDL, con 6 millones de euros
(ECHO, 2000).
108
Países de África, el Caribe y el Pacífico, firmantes de los convenios de Lomé, con los que la
Unión Europea mantiene un trato preferencial.
442 Parte 2
109
Compárense estas cifras con las que corresponden a los ingresos comunitarios percibidos
por Intermón (199.000.000 ptas), Manos Unidas (383.154.361 ptas), Médicos Sin Fronteras-
España (136.546.000 ptas), que en términos porcentuales suponen aproximadamente el 5%
de sus respectivos presupuestos, o por Medicus Mundi-España (195.639.000 ptas, que
representan el 9,5% de sus ingresos) [CONGDE, 1999a].
El negocio de la ayuda 443
Post Scriptum
110
Orden del Ministerio de Asuntos Exteriores, de 31 de enero de 2001.
444 Parte 2
acumulado subvenciones públicas durante el mismo período por una cuantía mínima
de 2.000 millones de pesetas u obtenido financiación privada de 10.000 millones111.
También se exige, como en el resto de las situaciones, disponer de una implantación
social suficiente, que se valorará en función del número de voluntarios, socios,
colaboradores o donantes de que dispongan.
Aunque las ONG, en general, han juzgado positivamente esta normativa, no
por ello dejan de recelar. En especial, se teme el apartado en el que se manifiesta que
“las acciones que se subvencionen deberán complementar las emprendidas por la
cooperación oficial española”. En tal sentido, I. Carreras, director general de Intermón,
adelantaba lo siguiente:
Los puntos de acuerdo son muchos, el plan es un gran avance. Sin embargo,
esperamos poder seguir siendo ONG, es decir, que se mantenga nuestra
independencia y capacidad de iniciativa. No somos subcontratas del Gobierno
ni queremos serlo. Se debe mantener la autonomía que tenemos para realizar
nuestros propios proyectos. Es justo que, si dan subvenciones, busquen
puntos de contacto entre las organizaciones y la Administración, pero esto no
significa sumisión (El País, 14-1-2001).
111
La Resolución de 20 de febrero de 2001, de la Agencia Española de Cooperación
Internacional, por la que se convoca el concurso para la concesión de ayudas y subvenciones
a las ONGD, correspondientes a 2001, establece que de los fondos disponibles se destinará
un máximo del 30% para estrategias de cooperación; un máximo del 45% para programas
-más el monte sobrante, si lo hubiera, de los fondos destinados a estrategias; y un mínimo del
25% para las subvenciones de proyectos.
112
Intermón ha denunciado que la cantidad recibida está un 30% por debajo de sus
previsiones y lo ha vinculado al hecho de no haber apoyado al gobierno en el Consejo de
Cooperación. Carreras, en declaraciones a El País (8-5-2001), manifiesta que “la calidad de
nuestro trabajo está contrastada por diferentes tipos de gobierno, pero ahora parecen reinar
otros argumentos políticos, y da la impresión que el gobierno no acepta que una ONG sea no
gubernamental. Se valoran ONG de trabajo abnegado y callado, pero no como la nuestra, que
quiere promover un cambio y mejoras políticas en el Tercer Mundo. Pero el 70% de nuestros
6.500 millones de presupuesto son fondos privados, así que salvamos nuestra autonomía”.
El negocio de la ayuda 445
113
Sogge (1996b: 157-8) revela los resultados de un estudio holandés que así lo atestigua. V.
p.p. 24.
114
No sólo habría motivos para dudar del carácter ‘no gubernamental’ y apartidista de las
mismas si se atiende al origen público de una parte considerable de sus recursos o a su
actividad subsidiaria del Estado en materia de política social; también si se observa que
algunas de las mayores ONG europeas han mantenido posiciones próximas a las de sus
gobiernos en episodios recientes (por ejemplo, demorando la intervención cuando los hutu
perpetraban las matanzas de Ruanda o, con posterioridad, tomando partido en el conflicto de
los Balcanes).
446 Parte 2
Códigos de conducta
Por fortuna, muchas ONG se están dotando de códigos éticos que regulan sus
actuaciones. La CONGDE obliga a todas las entidades adheridas a aceptar las
normas de conducta que aprobaron en la asamblea general extraordinaria de 25 de
octubre de 1997. Tomando en algunos aspectos como modelo -particularmente en lo
que atañe a la publicidad- el denominado ‘Código de conducta, imágenes y mensajes
a propósito del Tercer Mundo’, adoptado en 1989 por la asamblea general del comité
de enlace de las ONGD ante la Comunidad Europea116, el código de la CONGDE se
115
A través de la Resolución de la SECIPI de 22 de mayo de 1997 se establece el
procedimiento para la presentación de los informes de seguimiento y finales de dichos
proyectos. V. p.p. 80.
116
Este código, tras conminar a las ONGD del Norte a “hacer un examen de conciencia sobre
su trabajo (...)” y a “dar voz al Tercer Mundo en la elaboración de los mensajes y de las
imágenes”, recomienda “1. Evitar imágenes catastrofistas o idílicas, que incitan más a la
caridad limitada a las fronteras de la buena conciencia que a la reflexión. 2. Toda persona
debe ser tratada como un ser humano y las informaciones (...) deben presentarse de modo
que se preserve su identidad cultural y su dignidad. 3. Los testimonios de las personas
interesadas deben ser utilizadas con preferencia a las interpretaciones de un tercero. 4. Debe
ponerse de relieve la capacidad de la gente para hacerse cargo de sí misma. 5. El mensaje
debe ser concebido de manera que evite toda globalización y generalización en la mente del
público. 6. Deben aparecer claramente reflejados los obstáculos internos y externos al
desarrollo. 7. Debe subrayarse la interdependencia y corresponsabilidad internacional en el
El negocio de la ayuda 447
encarga de definir la identidad de las ONGD, sus campos de trabajo, los criterios
generales de actuación y de organización interna y las pautas a seguir en materia de
comunicación y en cuanto al uso de imágenes.
El documento aprobado precisa, entre otros aspectos, que una ONG debe
reunir las siguientes características identitarias:
La comunicación para las ONGD debería ser -de acuerdo con el citado código-
un instrumento de sensibilización y educación para el desarrollo y no un medio a
utilizar para la captación de fondos. En tal sentido, serviría para “promover la toma de
conciencia sobre los problemas del desarrollo; conocer y comprender las causas de la
pobreza y sus posibles soluciones (...); [y] aumentar la voluntad de participación
ciudadana en los procesos de cooperación para el desarrollo (...)”. Para ello, las
ONGD, en su trabajo de comunicación, han de respetar las siguientes pautas:
El negocio de la ayuda 449
117
En el sentido apuntado, el presidente de Médicos Sin Fronteras-España declaraba en una
entrevista publicada en El País Semanal (16-4-2000): “No demonizamos las contribuciones
que vienen de las empresas privadas. No somos puristas. Cualquier dinero es aceptable
siempre que no merme la independencia de la organización. Es la condición”. Por su parte, la
CONGDE se advertía, en boca de su entonces presidente, de algunos de los peligros de la
financiación empresarial: “[R]echazamos iniciativas como el Fondo Fortuna, por vincular
tabaco y solidaridad. Urge el debate, porque ahí están las empresas de transgénicos, o las que
usan otras como pantallas para vender armas” (El País, 17-5-2000).
450 Parte 2
118
Bruneau (1996b: 240) elogia la apuesta de Médecins du Monde de constituir un comité de
donantes. Este órgano consultivo, compuesto por quince personas designadas anualmente en
una asamblea general de donantes, se reune una vez al mes y examina el funcionamiento de
la organización y constata, desplazándose sobre el terreno, la cualidad de las intervenciones.
119
Véase el apartado sexto del capítulo 4.
El negocio de la ayuda 451
de Ayuda en Acción, que reproduce Martínez Sánchez (1998: 182-3), en las que se
reflejan algunas de las contradicciones en que incurren las ONG:
[H]ay grandes batallas en esta casa porque todos los de Ayuda en Acción
queremos hacer otra publicidad, pero al final, te encuentras con la disyuntiva.
Hemos hecho anuncios contando qué es Ayuda en Acción. Damos una imagen
buenísima, pero no conseguimos recursos (...). El público que tenemos es el que
tenemos y no el que queremos tener. (...) La imagen de Ayuda en Acción es
sensiblera, emotiva; no nos gusta que esto sea así. Pero sí tenemos una
contradicción y sí tenemos un problema. ¡Ojo!, hay organizaciones que no tienen
nada que ver con la infancia y utilizan la imagen de la infancia porque al final no
les queda otra, porque al público no le mueves con otra cosa. Tenemos una
imagen que no tiene nada que ver con lo que hacemos, y no hemos sabido
resolverlo aún.
Este problema lo tenemos casi todos. Llega un momento en que nos vemos
arrastrados a dar una imagen que no es la que queremos dar. Pero, ¿qué precio
pagas por la imagen que quieres dar?: tener menos proyectos y que la
comunidad se quede esperando a que la sociedad del Norte reaccione ante una
serie de mensajes.
[S]u estilo publicitario chocaba con el código y con el mandato del Comité de
Enlace de la Comisión Europea. Simplemente lo que sucede es que las
imágenes sobre la gente del Sur deben respetar la dignidad de esa gente, y no
crear confusión, no utilizar tácticamente la compasión. Aspiramos a una
solidaridad, claro, pero una solidaridad reflexiva. En el cado de ANESVAD,
hemos acordado que el Comité de Seguimiento trabajará con ellos para
verificar si, en la práctica, su estilo de publicidad se adecúa al código ético (El
País, 16-4-2001).
120
La falta de respuesta pudo estar motivada, en parte, por la crisis interna sufrida por esta
organización, que se cerró con el abandono de destacados miembros de su directiva -así
como de numerosos voluntarios- por desavenencias con la Conferencia Episcopal (El Mundo,
20-11-2000).