Celtis Tala
Celtis Tala
Celtis Tala
ISDF N° 186.
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CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA
PHYLUM: Magnoliophyta
CLASE: Magnoliópsida
ORDEN: Rosales
FAMILIA: Cannabáceas
GENERO: Celtis
TAXONOMÍA Y ETIMOLOGÍA
El árbol de Tala lleva por nombre científico Celtis tala Gillet ex Planchon, syn. Celtis
spinosa Spr. = Celtis sellowiana Miq. = Celtis ehrenbergiana Gillet
Se lo conoce con otros nombre populares según la zona geográfica donde lo
encontramos, tala árbol, tala blanco, tala crecido, tala del asador, churqui tala
(Córdoba); tala amarillo (Tucumán); yuasi-í, ibirá yuazú (en guaraní significa tronco
grande o espina chica)..
ORIGEN Y HÁBITAT
El Tala es originario de Sudamérica, Argentina
En la Argentina se lo halla desde el norte del país hasta el sur de Buenos Aires: Jujuy,
Salta, Catamarca, Tucumán, La Rioja, Santiago del Estero, San Juan, Mendoza,
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Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Córdoba, San Luis, Santa Fé, La
Pampa, y Buenos Aires .
Es una especie ampliamente presente en las barrancas costeras del río Paraná, formando
la comunidad denominada subdistrito fitogeográfico del tala, una subvariante del
distrito fitogeográfico del algarrobo, perteneciente a la provincia fitogeográfica del
espinal.
Esta amplia población alcanza su distribución más austral, en los alrededores de Mar del
Plata, en la costa marítima argentina.
También, hasta los años cuarenta , fue común encontrarlo en la ciudad de Buenos Aires,
uno de cuyos antiguos barrios, Villa Talar, llevó ese nombre justamente por la
predominancia de este árbol.
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Vista satelital de la subregión fitogeográfica del Tala.
El género fue descrito por Carlos Linneo y publicado en Species Plantarum 2: 1043.
1753.1 En dicha publicación la especie tipo es: Celtis australis
El Tala es un árbol ya que posee un tronco principal bien definido con una estructura
leñosa y ramificaciones que forman una copa. Tiene porte mediano, puede llegar a
medir unos 11 metros de altura, posee una copa globosa muy ramificada y sus ramas
son en forma de zig-zag con espinas. Posee un diámetro de hasta 8 metros y
generalmente es torcido y espinoso.
Tiene hojas simples, verde brillantes, alternas, caedizas, aovadas, trinervadas, con ápice
agudo y base redondeada, ligeramente asimétricas; margen aserrado en el extremo
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distal, de 1-3 cm de largo. En época invernal sus hojas se caen para volver a crecer en
primavera.
Flores en cimas axilares breves, paucifloras, color verdoso amarillento, muy pequeñas;
las masculinas basales con 5 estambres con filamentos glabros y gineceo abortado,
reemplazado por un mechón de pelos claros; las hermafroditas con 5 tépalos libres,
oblongos caedizos, el androceo similar al de las flores masculinas y ovario súpero,
glabro, estigma bífido.
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plantar ejemplares en plazas, parques y áreas parquizadas públicas y la prohibición de
podarlos o extraerlos.
La norma sancionada es concordante con la Ley N° 3.263 y por el artículo segundo
también se promueve la difusión en el ámbito educativo.
"La designación permitirá no sólo mantener vivos los recuerdos de sus orígenes, sino
que también remediará en parte nuestro olvido, como también lo agradecerán las aves
nativas, como el Jilguero Dorado, el Boyerito, el Cardenal, el Pepitero de collar y la
Monterita cabeza negra, las orugas y las crías de las mariposas de la ciudad. Estamos a
tiempo de impulsar gestos reparadores para poder revalorar esta especie y estimular su
inclusión en la agenda educativa y ambiental de los porteños", se argumentó en el
despacho de la Comisión de Ambiente que fue aprobado con 53 votos positivos. ( La
Postal Capital. “un pasito más hacia la comunicación Barrial”)
USOS
La madera del tala es dura y pesada; la pequeña envergadura de su tronco impide su uso
en grandes piezas. Se emplea para tareas de ebanistería de poco tamaño, como cabos de
herramienta, o como leña y para la elaboración de carbón y celulosa. La madera del Tala
presenta una coloración amarillo ocráceo. Es poco recomendable para usos en contacto
con el suelo sin un tratamiento previo.
Martínez Crovetto, R.: (1981:34), refiere que del "Tala" y "Tala blanco" se usan las
ramitas tiernas, se toma en casos de intoxicaciones. Menciona también que, contra la
tos, suele preparar una infusión con las hojas y azúcar quemada mediante un hierro
caliente. Agrega que las hojas frescas se refriegan sobre las partes de la piel afectadas
por el "empeine" para que así se curen y que, para despertar el apetito, algunas
curanderas recetan la decocción de la corteza, tomándola en pequeñas cantidades y, que
esta misma decocción, en lavados, es útil como desinfectante de heridas, que después
deben espolvorearse con ceniza obtenida de la corteza del aromito (Acacia aroma =
acacia caven)
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Parodi, D.: (1881: 49), la cita entre las plantas que la gente del pueblo usa en medicina
casera, aunque sin indicar su utilidad.
Amorín, L.: (1980:737), cita a Celtis tala Gill., entre las plantas de interés farmacéutico,
aunque esta especie no se halla inscripta en la Farmacopea Nacional Argentina.
Otros mencionan que se usa para curar disentería, casos de cólera, diarreas fuertes,
inflamaciones intestinales, diarreas sanguinolientas, y dolencias similares. Sus hojas se
usan como infusión.
CULTIVO
Esta especie es aprovechada por la gente a partir de la recolección de ejemplares que crecen
silvestres.
Poesía: EL TALA.
Es de la flora indígena; con sus ramas abraza
una porción pequeña; forma como una tienda,
en donde las espinas se cierran en coraza,
para que dentro duerma tranquila la leyenda.
Vive solo, en las piedras, no necesita apoyo;
es primitivo en todo como la vieja raza.
Cuando se llega al monte a lamer el arroyo,
es por cerrar un vado o herir a quien lo pasa.
Tiene una historia simple; un indio en la hora mala,
sin armas, indefenso, a la sombra de un tala
pensaba en su derrota... en su rabia impotente...
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en el jaguar triunfante... en la tienda deshecha...
y una rama de tala se dobló buenamente,
formando el primer arco que disparó una flecha.
Lorenzo Laborde ( 1892-1945)
Cerca de los grandes montes, la familia indígena levantaba su modesta vivienda, si así
podía llamarse, que le proporcionaba albergue de las inclemencias del tiempo,
aguardando aquellos días en que todo cambiaba, y el sol, con su calor, les permitía
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disfrutar con plenitud de la naturaleza. El encanto de estos seres lo constituía su
pequeña hija RAIHUE (que significa Flor Nueva), que correteaba todo el día siguiendo
las primarias ocupaciones de sus padres.
Un día, su curiosidad pudo más y ese anhelo de comprobar que encerraba ese misterioso
paisaje circundante, le hizo, en un descuido de sus padres, entrar al monte, y distraída
por cuanto la rodeaba, fue alejándose más y más, perdiendo de hecho la noción de su
morada. Llegó la noche y se dio cuenta que no sabía por donde regresar, arrepintiéndose
de haber desoído el sabio consejo de sus padres.
Estos, entretanto, con el auxilio de sus vecinos, se organizaron para recorrer el monte,
que por lo cerrado, no dejaba lugar a la observación y peligraba la vida de quien lo
penetraba. Rogaban entretanto a sus dioses, que permitieran el regreso a salvo de la
pequeña y perdonara su desobediencia, producto seguramente de su edad.
Una avanzada de los que iban tras la huellas de la pequeña, observando la rotura de las
ramas y alguna leve señal de su recorrido, llegado el día pudieron asombrarse de la
escena que apareció a su vista.
Los rayos del sol sobre las plantas de tala, iluminaban con vivacidad, diminutas joyas
amarillas, que lucían esplendentes con la humedad de la mañana.Y allí estaba RAIHUE,
en el claro del monte, comiendo con deleite aquella fruta que le había permitido
mantenerse en la aventura.
“He seguido pasando en la región del Tuyú la versión de los mayores, de que quienes
comen dicha fruta nunca pueden después abandonar este lugar”
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Bibliografía
Parodi, D.: (1881), Ensayo de Botánica Médica Argentina comparada. Bs. Aires, Fac.
de Cs. Médicas. Imprenta Pablo E. Coni. 49 - 103 pp
Dimitri, J.: (1987), Enciclopedia argentina de agricultura y jardinería. Ed. Acme SACI.
Bs AS. Tomo I. 323 p.
Hieronymus, G.: (1882), Plantae Diaphoricae Florae Argentinae - Bs. As., Ed. Kraft,
206 - 404 pp.
Amorín J.L.: (1988) Guía taxonómica con plantas de interés farmacéutico - Bs. As.
Rev. de Inf. Fcia. y Bioq. N° 737 - 80 pp.
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