La Gracia Del Derecho2 PDF
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A GRACIA
DEL DERECHO
ECONOMIA DE LA CUL-
TURA EN LA EDAD
MODERNA
Reservados todos los derecho
C Centro de Estudios Constitucionales
C Antonio M. He panha
NIPO: 005-93-024-4
ISBN: 84-259-0949-X
Depósito Legal: T0-1822-1993
AmtnhaG~a.
Aos seus direltO\,
De vinte e cinco ano~ leito..
A/lr70SIO \1 llf SPA!I.IV,
INDICE
PREFACIO .......................................................................................... 11
J. Sabios y rú~uco-.. Ln dulce violcnctn de la r.v.ón jurídica ......... 17
11. Repre~entactón dogmjuca y proyectos de poder....................... 61
9
PREFACIO
Los ankulos que a continuación ..e publican cubren diet ai\o de una
biografía intelectual. No '>iguen segura y feli11nentc una linea evolutiva in
rupturas. ni representan el desarrollo. si~temático y monótono. de un pro)ectO
inicial Sin embargo. no me ha parecido impo rble encontrar una ciena
unidlld que jusufique su publicación conjunta. Una unidad que acaso sea el
re ultado de alguna precomprensión pcl'onal de la hi tona y de la vida que,
pe-.e a lo cambio., de lecturas. de pru.ioncs intelectuales y de in piraciones
teóric~ vanables. ha poclido perdurar a Jo largo de ~ ta dtcatJa de trabajo. O
que quilás sencillamente derive de una re lectura de mi mi mo por mí mi mo
que. t\ post factn. viene a unificar inlef'\lencione que, de ICuerdo con u
proyecto original. deberfan permanecer separada.l .
Sea como fuere, y con los matices propio de la crrcun tancias e
intenciones paniculares de cada texto. es un principro de convergencia el que
va a onentar ec;ta breve pre~ntación de lo e tudro que ahora se publican.
Los do:. primero,, ..Sabr()) y rú tic())_:· y "Representación do¡m.ltica.•."
fueron en su origen eprsodro de una inve tigación mái amplia. Preparaba
entonces mi te'>t'> doctoral< 1), y detectaba. con cieru perplejidad, que algunas
de lru. temáticas centrales para la reconstitución del sistema de poder de la
~iedad de Anuguo Régimen no aparedan eltplfcitamente en lo tratados de
aquello:. grupo rntelectuale'> -empezando por lo juristas- que mli habían
reflexionado sobre la sociedad y el poder. Una de estai temática¡ era la teoría
del gobremo y de la admini'>tracion. casi silenciada por la trat.adf tica má
especializada, la cual, en contropanida. rebo~ba referenciu a la jusucia. Otra
problemática ausente era la del derecho practicado en JO) niveles rrW bajos,
pero también más cotidiano y eficace!>, de la disciplina colectiva.
11
ANTONIO M HESPAN HA
12
LA (UlACIA Uf:l. Of-.RF.CliO
13
ANTO'IlO M HESPAN HA
2. Este e>~udio e ha coollll~ de ouo. aquí no publicado• .¡ue o;e owpa de e.~e mismo
lcnómcno en el tglo '-IX Lu rnYJiur1611 ) lo.f ~c-cmumn1 d~ p...J~r. en Carlos PE1lT (ed.).
Du~clro primdo y rn'OiuwSn bur!lursa. Madnd. Pon!., 19119, pp. 15·52.
14
1 GR ·\rl \ OU, OLRI:Clln
15
1
SABIO Y RUSTICOS.
LA DULCE VIOLE CIA DE LA RAZO'\ J RII>I CAO)
17
-
AI'<TO'IIO M. HESPANHA
2. La h1~1onografí:a que normal~nlt 'lt ocupa de !al. fuent~ del dertCho ponu~ no se
1 \tente ba.'lallte atraída por el Nudio del dertCho coru.uerudinarío o el.COJO vigtntt tn la periftna.
!.Al, ht'>toriadort" del dertCho mi• ~n."bl~ a e<>t:t cuc tión han ido M . PAULO MEREA (cf
j
Qut'IIioncJri<l fobrt' " d•rclto w nwrtudut,ino portu!(uis, C01mbra 1913 ('In que t~IA tn'cwgact6n
l sobre la!> CO\tumbl'e, locaJe, ~)11 tenaoo cootanWICión) y Marccllo CAETAI'>O. Mvnt>flrafias SQ/1"
•
1
o• rvnr tlhru PcJrfURUt<c• Plonn ( J Lt'boa 1935. programa para traba.JOl> acadtmacos: cf. lm'lbibl
ti prtfacao a F.-P. AU.1EIDA l..Al'GHANS. Estudos dt d~rmo mumnfi<JI Aj posturas, Lisboa
1938). En la bibliograffa m~ recaente, las rtfertncias a la co tumbrt e realitan desde la
pcript<:lllill de una hc.tona de la tt1•rfo de la\ fuente. (jel1lJ1tuu:ación ~'pc.:to a la le). prtSCnpcaón
y con.hcaones de vahdet): G BRAGA DA CRUZ. "O dlrttto \Ub>tdlártO na he tória do diteito
ponug~s·. Rt'1·. ¡><~rt. hist. 14 (1973) 242. n.6S. 290. n. liS; N E G0\1ES DA SILVA. Hm&río
dt1 d1rtuo portuguls. La'boa 191!0. 217 \~ .• 303 "'· ) 415 \\ Por rt&la ¡tneral no~ suele
con aderar el problema del ~pi ~egue prúct~e"' de las fuente .
18
LA GRACIA 01!1. OCRIX'IIO
l V mfra. n .l2.
4 Sol>re la\ redattiones de costumb~ mun1cipalc.•. N.E. GOMES DA SILVA, lluttSrw ,
e n p. 218 ' ·; A. ALMElDA COSTA, EsttJIIIItll mumnpuu. 01cinnJr"' tk hWDria tk l'ortll&a},
l.i boa 1963-1971.
5. Ord. Man.l, 44, 43/45; l. 64/69; Ord. Fil. 1, 65, 1flJ/].5{1'\
19
1mptde hoy conocer la ratio d~cidendi y la argumentación del juez. Por lo
demás. la práctica totalidad de las sentencias escritas permanece todavía
inédita, pero precísese que su publicación no nos permitiría tampoco alcanzar
un grado suficiente de conocimiento del método interpretativo del juez
iletrado, pues -y contra la regla vá lida en general para el derecho
portugués<6>- éste no estaba obligado a motivar su decisión.
A este problema de las fuentes. que ha dado pie a la historiografía
trndicionaJ para ignorar el derecho local y la aclividad de las magistraturas
populares. debe añad1rse la imagen que la propia literatura de la época ha
legado de ese mundo juríd1co marginado.
La doctrina de lo siglo'> XVU y XVlll no es muy locuaz respecto de la
práctica juridica local. Hay que tener en cuenta que los principales juristas
portuguese pertenecen al umverso del derecho culto o reaJ; son profesores de
un1versidad, juece de tribunales superiores (desembargadores) o abogados
en la corte: en cuaJquier caso, letrados y oficiales del rey<7>. Varios de ellos
habran labrado su carrera en provincias, y algunos llegan a recordar
cuestiones vividas entonces<S>. Pero en estos casos la visión de la vida
JurCd1ca local se ve ya sesgada por su formación universitaria o por la
S1tunc1ón profesionaJ o política derivada de su condición de oficiaJes del rey.
Su atenc16n no suele dirigirse hacia las justicias locales y cuando lo hacen -a
propósno. por ejemplo, del comentario aJ libro r de las Ord~nar6~s- manejan
casi exclusivamente fuente de derecho común. ajena a la realidad
ponugue a. y reproducen fórmulas doctrinales estereotipadas<9>, bajo las
cuales a duras penas se nd1v10an la naturaleza y la dinámica de la vida
JUrCd•ca local. Los conceJOS (conc~lhos) portugueses, su derecho y sus
magistrados aparecen en estos teJ<.tos disfrazados de municipios romanos o de
Ciudades italiana del Trl'c:~nto. Cuando la realidad local portuguesa parece
tun chocunte como para suscitar una atención particular, ésta se halla
normalmente absorbida por una óplica propia del jurista culto que Liende a
6 Ord, Man .. 3, 50. 6 y. ~n camb10. Ord. Fil.. 7: Sobre la regla ponugu~ de mouvar las
~nttn<:llb (contrana a la del derecho común), J M. SCHOI.Z. üleraturg~o¡chichtliche und
\erglcldiCnde AnnJCrlungcn rur ponug1~i"hcn Rcchtspm:hung 1m Anc1en Rt!gtnJC*. Rr• port
hnr, 14 (1973) 125 '··) Mom"O J:UIII pars smrtnllae. Am lklt~r:o CongreJ1tl della S« 11 St
D1r,. Firenze 1976.11, 581 ' ·
7. La h1 toria del cuerpo de JUn ta\ ponugue-;e~ del Antiguo Rt!gunen e<ili aún pot hacer;
ind1caci~ bio-btbhográfica.,. 01ogo 8 MACHADO. Bihliotheta lusiloM, Li\boa 1741 -1759.
8. Por e,JCmplo, Jo5o Pedro RIBEIRO, Tris r~la(&s dr al~uru potrttiJ de d1r~ito. sendb ju1:
dt'foro ~m PinMI, Lisbo3 1643.
9. Aunque n pnmera vista paretca que las fónnulns estereotipada\ provenu::nt~ de la
luenuura juridica chh1ca ucnen que ver con la ruul\3 o la ped:lnteria de lo~ juri\la.\, la verdad es
que 'u ut1h:WC:1ón no ~ulta 111<hlo:n:nte desde el punto de H\ta pohuco. V., en e te sentido, P.
COSTA. lurisdiC'fl<). St'tMnllca drl potere polmro nt'lla pubblinmra m~d1nule (110-1433).
M1lano 1969. 202.
20
LA GRACIA DEl. OERECIIO
21
ANT0:'\1 0 M HESPA!';HA
¡1
adopcarlo como jalone~ sucesivos de un proceso de "modem
iución" civilizadora o de
"rac•onahr.ac•ón progre" va (y deseable) de la vtda social. Procediendo
de este modo se legiuma
la u11h1ac•ón de M. Weber cambu!n por pane de un pensamienco
crítico, incluido el de
onentactón maui~ta. Tras unu d~cadas de manejo ideológico
de su obra -ya sea para
con~•derarla como la refucación más ~!ida del material
ismo hiMórico", según la opmión de T.
PARSONS (en \U estud10 sobre la ~tico proo:sunte y el espfritu del
copttalismo, "Capnlllism in
recent gCf'I!Wl lneraiW't . Journal e>/ pol11u:a/ t<·onomr. 37 (1929)
40) o para mal comprenderla
de forma dogmauco y mecantctsca. por pane del pensnmtenco mnrxisco
de entregue!Tll!> (cf.. v.g ..
G<org LUCKACS. Dit ürstóru n,t dtr Vemunfr. Berlm 1955, en
especial pp.44-488; Hans
MA VER. Dte Knse dtr dtUlschtn Sraatslehre '·on Bismart.. bts Weimar,
en: Karl Man tmd das
Elrnd drs Gmtrs, Mehscnheim 1948. 48-75) - no hay duda de
que M Weber reclama hoy la
acención de las mt' d1verqs comences de pensa.nuenco. Por una pane
esW\Ias ceorias SISt~mJC&S,
11ue aprox1man la 1dea de autorregulac1ón de lo~ \iscema\ a In noc1ón
de equilibrio o coherencia
1n1c:ma de 10\ cipo~ ideales v.eberíanos y que cre1:n comp:mir con Weber
una ó¡xica comparuci ta
y ancihl\lónca (anugen~c.ca) de los \i~cema ~ociales (v.g.. Talcon
PARSONS. SoC'ieMs,
tl'(l/lltionury antl campar athe pusprct tl'tS, Englewood/Prenc
ice Hull 1966). Cerea de ello~.
aunque mb atrafdos por una perspecciva neoevoluCIOniSta, estin
los autores que mceocan
1dennficar los "c\trat~· h1stóric~ de la e"oluc1ón de las wc1edades
humanas (v.g., R. BENDlX,
NutiOII·bw/dmfl und cill:t'ruhJp, New Yorl 1964: KinRs ur peap/e.
Po~<<tr and mandare to rule,
Berkeley 1978). para dc:<embocar en una teoría de la modernización
(en un ~udo a vece\
li necamencc normauvo o mcluso oriencado hacia una "1kn1ca de moderní
7ación social" exigida por
lo' problemas que plancea, sobre todo despu~s de la guern. el
de!>IITOIIO social del cercer
mundo) ef.. soM e~te punto. O ROn!, Soc:tfiiORical t)poloJ(y ond hworico
/ t'Cplanation • en:
R. BENOlX y G ROTII (ed.), Sclwlorslrip Clltd parttsattshtp,
.1 Berkeley 1971 ). Finlllmence, el
pen..arruenco ~isla. hoy libera.lo de un ecooomte1smo y monocau
1 sali'>lllO de "fa ~recha. ~
en.:uentra llll1lb1t!n en cond1c1one~ de Incorporar la herencia de un teórico
de la sociedad que no
l dejó de mantener relacione con el pen'lllmienco mant$ll. La
tanco evidente, -si no ya en la obra de Gramsci (ex1s1e un c1erto
herenc1a weberiana es aquf por
paralelismo eocre su
contrnJlO'tCión entre "dommac1ón" y "hegemonut" y la di~tinc1ón weberian
a encre "poder duro"
(Mucht) ) "dommae1ón" CHerrschaft)-. 'egurameme ,¡ en el
marxismo francb de los a/\os
~n1.1. e'pecialmente en la obra de N Poulanl b,
en la que clccma weberiano de la leglllmación
JUego un papel fundamencal Se ha llegado Ul(;JUSO a afirmar
que "el conJunlo de la socíologia de
la relí¡íón de Weber C\ fllcilmence compatible con l(b e..quem~~> marx1
Marn.fm An hwurico l and crrtual study, New Yorl 1961. cu
w· (0. LICHTHElM,
.• por G. ROTii, Thr hworiro l
rrlationsjhlp to murxism. cil~ 229). Sobre las relacione. ~~&;ruale,
entre la WCIOiog!a de M Weber
y el ~¡ mo. ademis del C\tudiO de G. ROih que se acaba de cuar
(es un:a magnifica slntesl5 de
la\ reloci~ enln: el nmmo Weber y la U'ad1C1ón man.ista, ceniendo
en cuenta que Weber fue
coos1dera.lo rnanl\ta por alguOO!o de 'U coocemportlneol.. v.g., E.
TROELTSCH, el cual hace
una cnuca dellll4lrlt~mo que nada tendria que ver con la mterprecac:ión
de Marx hoy dominante),
ct K. LOWITH, Mat Weber y Korl Man ( 1932), en·
O WRONO (ed.). Max Webrr.
Englev.ood/Preun.:e Hall 1970; J KOCKA, ·Karl M~ und Mu
Weber Ein mecodologlscher
\'c:rglelch", en: úttSchr iftfitr dtt xe:wmtr Stouts..tSsttu·hoft 122 (1966)
328-57: J. JANOSKA-
BE DL, MethudoiOJ(tUhe Aspel:.te clts ldtalrypuJ Mo.t
"-eber und dit So:tolu~ie der
Gescht rhtr, Berhn 1965: \ M. BADER, J. BERGER
et alu. Etnfuhr unt in dtt
Grsrl/$ 1·haftst hnlrtt. 2· Geulls rhaft. Wtrtsch aft und
Staot bei Marx und Weber,
Frankfunl\1atn-Nev. Yor1. 1976. M(., reciencemente, ) ~obre el
luJar de M. Weber en la
reOe"ón !>OC•Oióg1ca concemporúlea. además de R. BENDIX y G.
ROTI-I. Schfllorshtp..... c11 .•
cf. SCHLUCliTER. Mat \rd)('r Wissenstlwfupro~ramm. Franlrun
/MIIIl 1979 (con unporun~
22
LA GRACIA DEL DCRECIIO
23
entre sanciones "penale s" y sanciones "civiles " -y, de aquí, la "penali
zación"
de cue'itiones hoy palmariamente civiles (como. v.g., el encarce lamient
o por
deudas), o la "civili7..ación" de ao;untos de naturaleza penal (v.g., la
admisión
de formas purame nte privada s de reparac ión penal). Esta caracte
rística
fundamental de toda discrepancia expltca, además , la intervención
activa del
tribunal y de la misma sociedad (por medio de sus elemen tos más respetad
os,
lo Jumoratior~s. lo'> ancianos) en la búsqueda de un equilibr io de
intereses
que permita resolver el connict o con garantías de futuro<l5).
B. La debilid ad de los medios instituc ionaliza dos de coerció n
es una
segund a caracte rística que explica el hecho de que la solució
n de los
conflictos venga a descans ar en una "violen cia dulce" del discurso
, orientada
hac1a la obtenc ión de un consen< ;o que permit a no sólo satisfa
cer
momentáneamente los intereses en juego sino también alcanza r un
equilibr io
estnble. Este objetivo se puede lograr por diversa s vías. De una pan.
gracias a
una potente Inversi ón retóric o-argu mentat iva e incluso emocio
nal
encaminada a sentar las bases del con~enso. El discurso jurídico se
pertrecha
entonces de todo los lugare comune s sobre los que existe acuerdo
, moviliza
toda la rique1a emocio nal y tóp1ca posible y, lejos de encerra r la
cuestió n
dentro de un estuche técn1co y abstracto (neutro. desde el punto de
vista de
las conven ciones colectivas). e'itlmula continu amente su conexió n
con otros
regi!>tros axiológicos de ltl vida social. tratando de dejar con claridad
sentado
que la obtenc1ón del acuerdo (y, por tanto, la corresp ondient e obligac
ión de
las panes) constitu ye un requisit o social impresc1ndible. De otra
parte, la
estrateg ia misma de la decisió n ha de hacer factible el acuerdo
entre las
partes; en C'>te sentido , la dec1sió n no debe ser odjud1 cotorio
sino
mediadora(l6>. es decir. fundada en conce iones y gananci as mutuas.
C Tercera caracterí'>tica. el débil grado de instituc ionaliza ción
de la!>
instancias que deciden la. cuestio nes JUrídicas. Se concret a en los
Siguientes
rasgo': En primer lugar. el nrraigo ocia! de la.\ instituciones jurisdic
cionale s,
las cuales no e tán compue stas nt son pres1didas por oficiale s de
carrera -
profeSi onales escogid os por su cualific ación técnica - sino por
persona s
(honoratiorcs. notable ) e'cogid a por '>U prestigio \OCia! y que simulta
nean
además e tas func1ones JUdiciales con otras de carácte r soc1al. En
segund o
lugar. el uso no técnico del lenguaj e JUrídico: <;u escaso tecnicismo
evita el
d1stanc1am1ento entre el tribunal y su audilorio<l7l, y permite , por
tanto. un
cieno control y parucipac1ón del público en el proceso y. a fin de cuentas
, en
t.S. Cf. Bo.t'entu ra de Sou.a SA.''TOS . O dunuw ' o f'<)d,r_ , cit .. 17 ~~-·
Segwmos en
todo e tolas conclw.tonc~ del aUior.
16. Sobre e'l~ con.:eptos. tbulem. 2t n. 19.
17 tbtdem. e u .• 34 .
24
LA ORACIA DEL DCRFOIO
25
A!'ITOSJO M. II ESPAN HA
26
LA GRACIA DEL DfRECIIO
derecho oficial y culto. En el terreno del derecho proceo;al, porque hay reghu
técnicas de procedimiento que se hallan en las antípodas de la organi1nci6n
del proceso tradicional: en primer lugar, la utili7actón de un lenguaJe tc.'cmco
como el latfn; en segundo lugar, la intervención reglada de las panc1> en el
proceso (necesidad de representación por un abogado o procumdor judicial,
restricción en el uso de la palabra); en tercer lugar, la estructura de Jo, medio..
de prueba (predominio de la forma escrita) y el si rema de ~ancione~
(emergencia de medidas de naturaleza penal -como la pri!>tón- en wtilución
de las sanciones de naturaleza "privatisra", sólo dtrigtd~ a la reparación de la
ofensa). Por todo esto el proceso escrito era visto como algo extrailo. que no
suscitaba la adhesión sino el rechazo de las panes.
25. J. GOODY, Tht' dtlfJU'SIIcOtl()n of thr SO\"<Jgr tn1n.l, Cambñge 1977, J GOODY y lu
WAlT. "Tbe conscquences of literacy·. COftlPUr<Jtnt' studlt'J In history tZnd l«lt'lf, .S (1963).
Sobre JiU obra. v el prdac;to de la uaducciÓn francesa de su hbro (/...a raiSOII grapltil¡w, Pam
1979), de J BAZl~) A . BE."iSA.
27
r
28
LA GRACIA DEL DI.:RCCHO
29
ANTO~IO M HESPANHA
30
LA GRACIA DFL DERFCIIO
31
ANTONIO M IIESPANIIA
32
LA ORA(' lA DEL DFRCCIIO
doctnna clásica del derecho común. Para Bártolo. son nhtico:. todo~ aquellos
que viven fuera de las ciudades o de lalo tierras importante ("omnes qut
habitant extra muros civitatis vel castri, tamcn tdem mtellegercmu' de castri
e1 commitatuis ubi non esse copia homtnum ct sic non ~unt ca,tra
msignia")<37l. Pero es aún más expresiva la definición de Alejandru de lmola.
que alude abiertamente a los atributos que definen el \lnlus e-.pecial de lo
rú.,ttcos: la ignorancia y la brutalidad ("rusttcu., proprie eM, qu1 opere, &
conversatione est rusticus")<38l.
Y es que, como se verá más adelante, la palabra "rústico" no era neutra en
el discurso bajomedievaJ. Más allá de la simple referencia al mundo rural,
albergaba una connotación netamente peyorativa: equivalía a "gro,ero",
'rudo". "ignorante" y se oponía a un ideal de cullura literaria cada \'eL mis
dominante<39>.
En la literarura jurfdica, el mundo de los rústico'> irrumpe, pue , como
universo dotado de tal singularidad que la aphcac1ón al pie de la letra del
derecho común se hace poco menos que impo'>ible. La actitud del junsta
'>itb1o frente a él es una mezcla de simpatia -má!i retórica que real y suscitada
por esta situación epigonal de la primitiva inocencia-} de alll\a
condescendenci a con su ignorancia '1 elotupidel, aderezada con un mal
disimulado hastío por la insignificanCia de lo.. tema~ que plantea. mrú tico
em, por un lado, esa criatura franca, ingenua, 1ncapaz de hncer daño. ¡oqucte
a la hora de evaluar correctamente las cosas en ténninos económico ). por
ello, susceptible de ser engañadn<40>. Pero también era ignorante ) grosero:
dt' prmlt'J(IIS rustícorum. Colonia.: Agnppmae 1.582, Re~WIU CHOPPI~l S. Dt' pnnlcKIIJ
ru111corum. Pan~u~ 1.57.5; Des pmtltJI" drs pcrsonnr~ \1\0nt uu.f champs, P&ris 1634 (Ulld.
fran'e~a); lo. ALB INI, Opusculum dt' ugtmím ru.rttcorum, Magunuae 1601 : lu uu Jkruún¡;
BOl'HMER. DI' lrbt'rtotc mrptiftcto rustimrum m Gumum<J,llalhae 17.H: SacuiiH I·LACCUS,
Dr nwrcorum rtJ(imtn, Maguntiae 1601 ; J. Walh. GOEBFI., /Je wrt d: tudlcJO tustu·orwnfon
Gtrmomoc, Helm\tadl 1723; Benedictu' CARPZOVIUS, DtSplllatlo dt prurclpulJ rusttcon;m
pnult'1W. Li~ 1678; l. SUEvt, lr<Jct<Jtu~ dt' pn lcgu.r nutlcorum. Coloniac 1582, Y omu
ol>rv, centradas e pccialmeme en las obhg~~Cto ,e, feudales de los nlsucos o de: 1~ ampestiiOS.
37 BARTOLUS. Comm od Dt~. mfim ID. 2, 29, 7, 11, 21. en. ~ol.l\', l. 184 vg.. n. 4,1ctra
r: i~nuca es la definac•ón dada por BALDUS ("ru,ucu~ dacuur quohbet b.1bt~.~m cxua lllUf!))
cavuata), vel habatan' an castro, m quo eM hominum penuna· (Com:m [) dt /¡ur roé1r 1
confittantur, § codtnllt, en" t.lll. p. 170).
38. Aleundc:T de I\10LA. Cotutlla, Lu¡;Juna 1.56'\. ~ol. 6 con l. n. 3
39. cr. Aleundcr MURRA Y, RtoJon anJ worry in tltt middlt ogcJ, 01Jord 197 237
con numc:rtbOS ejemplo, extra.tdoo. de daf~ntcs gtnetO!I hlmlfiQS,
40. ·syn«ra men' ag.ricola & apena pl"'l(be~t excusauuncm a dolo" escnbc R CIIOPPL'""US
IDt pmtlt~us rustiwrum. en.. l, J, p. 2, c. 4); de donde~ dc::ducla que c:l dolo no se pn::sumfa
en 1~ contraJO\ de lm nNic<b ru la u\ura en Jo, cenws. que at~blln au1orizad0$ pan rescindir la
\c:nta efecllllda a be,o precio. que les ~con el Juramento en casos en los que J:IIJr1ll:llmcn
11e c.xagla pruebe documental (por ejemplo, la prueba del p:1g0 de la cosa. ya que se pcmab3 que
el rú\Uco no "Cría lo ufi"enlement.: pn:caudo como para uagar algún JUUifiCIIUC). que 111
33
AVJ'O)I;IO \1 HESPAN HA
34
LA GRACIA DEL DERECHO
43. lA au1ore~ wnbu!n dan cuenl3 de los "defrctos" de '"" nlsucm. para dio. o bien 1c:
lb di\ltrgencia ' culturales idcológJCa! (o a~iológ!Clll) entre IIJ1lbo$ DliU1doi
o bíen
d~IK."aal
loman como referencia laJ. e 1ra1egib de resLsltne~a uuh~ por el mundo UlldlciONII (nm
referiremos mAs tarde a ellas). V una md1cac:ión de: las "mal:~• cuahlblo" de los nhJICO$ en
CASTIU..o DE BOBADI.U .A Pollllt.1 poracorrrg iJoru H, ll, p 3'. n. 62.; IIObre NH "pcado$"
~ eotnUilC'I. Hennc:~ DESUSA Sll!Mt&l, JS31 led A;ilcn 1967), fOl . 21b. n.42..
44. "In rustJCO es1 praesump~a LUns •&llOmlllA". ALEXAND ER Dfi !MOLA, COIUfliD. at~
1.6. c. l. n.4, "iura 1gnorare pre umuur. BALOUS. Of•tra .... cu.,t.2, p. 100. En lodo c:110 Y como
"eremos m.ú ldelame, no se presumia la ignoranc.a del derecho natural o de scmes. al malO$ en
~dogmas "pnmanos"; la 1gnorancii de Jos ·~ · era por el conmmo exc~le. ya que:
"saepe euam peniOrt') hallucman1ur" (J.W.GOEBEL. Trartatuf Jr ruu • CII,.I93J4 )
4S. J .W.GOEBEL. Trae tatus dr iur~.. . cu..I9S.
35
AAIO'II IO M HESPA~HA
36
l..A GRACIA DEL DERECII()
37
ANTQ:-¡JQ \1 IIESPA NHA
38
LA GRACIA DEL DEREC'IIO
medieval sobre las fuentes del derecho, según In cual el derecho particular
(ms proprium) se imponía sobre derecho común (i11s commwlr)lbOI.
Desde el punto de víc;ta legal, el texto de la' Ordma(·áes otorgaba una
neta primac1a al derecho local sobre el derecho común. En efecto, el derecho
local, positivo o consuetudinario prevalecía en tanto que derecho patrio ohre
el derecho común.
Las relaciones entre el derecho local y el derecho real no eran tan clams.
Veamos en primer lugar lo que sucedía con el derecho local escrito (e~>tntutos,
poswras). Sí se atienden a las Ordtnat;óes, la única eñal de primacía del
derecho real la da el mandato según el cual el proceso de elaboración de
posturas debía respetar la forma de la ley; pues, en lo que respecta al contcnu.lo
de éstas, tan sólo se exigía su compatibilidad con los mtereses de la comunidud
y con el bien común, reqUI'>ito éste cuyo cumplimiento debía ser examinado en
el momento de la confirmacion real exigida (al menos tácitamente) por la ley
(Ord. , Fil., 1, 66, 28). De otra parte, la\ entidade~ locales habían obtenido, ya
en Cortes del s. XV(61), la garanria de que sus estatutO\ serían re,~tado por
los corregidores y otraS potestades SCiioriales<62)
Menos palmaria era la posición de la doctrina a propó,ito de las relaciones
y jerarquía ex1stentes entre la costumbre (especialmente l<t local)) 6la ley. Se
aceptaba que la costumbre local prevalecía sobre el derecho común1 -H: ahora
b1en. la opinión dominante considemba en camb10 que la co,IUmbrc no JlOlHa
ir en contra de la ley nac1onal ("con\uetudo habet vim leg1~. ubi lex non
di,pona!''(64)). Sin embargo, y si .,e repasa la literatura de la c!poca. no es
60. V .• <.Ob~ el "pan.culari\mo• de la 1eona de la~ (utnte\ del dtm:IMl. en ~pccl:tl para
Ponu¡;al. el capuulo cOITC!>poncheme de m1 1/mtSriu dos tnll1tu~ Ót's E.p«czr Mrtlinul ~ mDtl~nttJ.
~ 1982.61 . Cont~ de 149K, 111. 11.
62. Ord Af.,l. 27; Ord Man ., l. 46. 9. Ord F1l~ l. 66. 28·31.
63. "Con,ueludo '" loco dicatur 1U' commune• (J . CABEDO. ProNtt'orllm
nhttn·auonum .Jupremi stllatur rtf(ni /..uJIItJIIIar. ed. con•. AniUCflliX 1734. pan l •.J 211, n.5);
M. GO~<;ALVES DA SILVA, CommtnJuno ud OrduliJIIOnrJ , Ul)'»lpo!le 1732. (ad Otd.. 111,
64 pr.). n.35 y li1e~1ura C1t.llb; no obl>lante, bi cos1umlft no prevuleu trmte al derec'bo diuoo o
na1ural. pue' si a 1 fue~ aqu(!lla no podrfa Kr n..:1on.sl", dcj:lndo de ~un11 enumcc-t 1m
~quh1IO$ UIJidO\ por la doctnna (cf. A. CAROOSO 00 A\1ARAL, U!Nr rmlustmlu •
Conimbric..e 1740. v Con.\ueludo. n. 3).
64. "COD\Ueludo esl 'ervaoda quando non dalur lell 10 co ciUU ahqutd d••pona~s" (0
PEREIRA. Pront¡IIJMJnum JIUÍdtt'lmf ••• Ulywponc 1664. n '32.1: no te admite b ~ rmuo
kgmr re-peciO de w (()mi3S de 01or¡ar testammlO (}. CABEOO. Pr«tlt'tVfiRf o/MnvtwmmJ • P
l. n. 3: cf. Ord Fil. 4, 76). '' c.&be conua el dem:'ho común, petO sol.1mcnlC 11 no e.uszc DOrJna de
derttho ~al aphcable (GO!II\ALVES DA SILVA. Commtntcma • Cit., lid On1 111, 64, pr~ n3S);
I.A. PEGAS C"trrml'nlarta ad OrdtnoJwntJ , 1om. 5 (ad ord 1, 65. 131. &1 I.S. n.2. Eüsl&:n no
ot..1.1me. opt"- contntn.u: Th VAll.ASCO. AllqLIIwnrs Slip('' \YJTUIJ mmtrilu. Cmim!ricac
1131. all. 56. n 3 ("con•ueludo pamn ~•m habet cum legc:_ & raen hcuum quoc:l al~ m
llhcnum"): J. CABEDO. Pra.,,, a'""' flhll'f'\'<Jitonum ••• p. l. d 110. n.2 ("c:amuctudo mn ltgb
obcinet"): M . GO!~ó<;ALVES DA SILVA. ComMrntana • lac Cll, n J6 ílex Cl comuaudo acqualis
39
ANTONIO M HESPANIIA
an la 'idot
Por otro lado. es verdad que los correg idore' in,pcccionab
de in.,trui r a los jueces en el arte
jurfdica local, incluyendo en su tarea el deber
pudo haber favorec 1do la aplic<t ción por parte
de juzgar(681, y que e te hecho no debe
locales del derech o culto y reall691 . Sm embar go.
de los tribunales con
técmco ... e enfren taba
olvidarse que la lenta transición hacia un derecho no hablar
nte cultura JUrfdic a o litcran a (por
un obstáculo insalvable: la deficie
casi de analfabeti mo) de los juece...
magi,trado\
En efecto, ni la doctrina ni las Ordenaroes exigiun a los
. Y n1 tan ,¡quie ra tenfan que
locales un conocimiento del derecho escrito cll mo de
de!.de el s1glo XV el proble ma del analfab
saber leer y escribir<70l:
partid ano del
los juece s era llevad o a Cone s, y los "pueb lo"" eran no parece
IJteran u Pero
nombramiento de jueces con una cierta cultura 71).
haber o;ido e ta la pauta duran te los ssglos XVI > XVII Come ntando In
jurista de la época habla de la ruJtici tas ) de la ignora ncia ck
Ordtnafóes, un ley
eti,mo <72J. En 1642, una
los jueces ordinarios, asi como de u analfab
s ord1nana , pero
prohibe el acceso de los analfabetos a la' magbtratura
ore-. no~ hacen dudar de la eficaci a de esta medsda, la cual,
testsmonios posteri
además. segufa sin exigtr conocimientos de derecho.
de lo JUCCe.'
En conclusión, se puede decir que ya <.ea por la incapacidad
r el derech o culto, ya 'ea por la concepc16n
para comp rende r y uuliLa
que lo cntcrio de
dommante sobre las fuentes del derecho. el hecho es
te di,tint os de lo emple ados por
decbtón de los tnbunales locales eran ba.,tan sdtan los
o de las gr..mde :. ciudad es. en donde re
lo tribunales de la corte n
el real dt frutaba
JUeces cultos y en donde tanto el derecho común como carnb1 o, el
ucfa. En el plano local. en
de">de el siglo XIV de una clara suprem
wfÓtJ obligaron
derecho tradicional del lugar era decisivo. Aunque la'> Orcltr
juece s (inclu .,o a lo~ juece \ ordin élnm. jueces . iletrnd o
a todos los
promovido~ por elecctón) a observar la., ·orden a~óe e lei do reino e
y dcbta ser moned a corrien te el uso
posturas e ordena~óes do concel hom>"
41
~JI/T0-..10 M HESPANHA
42
LA GRACIA Ol:.L DERECHO
43
M"lO ,IO M HESPAMIA
45
Al'fT0 '(10 M HESPANHA
46
LA GRACIA DEl. DERECHO
47
A'~,I0'-10 M HESPA.'IHA
48
LA GRACIA DEL DEROCIIO
m
derecho y de poder rivalizar con los abogado" culto~ era condenada
paliativos. Algunos autores portugu eses propone n así que se termine con
do
estos "picapleitos a los que vulgannente se 1~ denominaba procuradorts
número y se les elimin e de la repúbl ica, por constit uir una p1ute
extremadamente peligrosa"(I04). Otro autor subraya que dichos procuradore11
eJercen sin disponer de título aJguno y sin haber tan ~iqu1era s1do examinados
por un colegio profesional, tal y cómo sucedía en Españn<IOSI.
El romanticismo de la historiograffa decimonónica. m4\ 'u ob e Ión
de
-propi a de su tiempo - por justific ar históri camen te la pohtic a
descentrali:ración, han terminado por conver tir a e'ta' magist ratura'
las
populares en el exponente de la naturaJeza democráuca e igualitana de
comunidades locales mediev ales. S1 se desmill fica la descripc ión ht tórica.
an
esta visión cae por !>U propio pie, porque estos magi-;trados ~e reclutab
res de la socieda d local. Inclu o in
exclusivamente en los estratos superio
necesidad de tomar en conside ración la exclusió n electom l de judio,, moros,
la
conversos y jornaleros (mechanici. muctnarii)(I061, el hecho e que
ba a los mdwre s ttrrac en el
naturaleza del sistema elector al asegura
ta
monopolio de los cargos judiciales y administrativo' electivosll07), H
se legitima ba ideológ icamen te en virtud del principi o · meliore et
práctica
nobiliores sunt eligendi ad officia publica". que la doctrina interpretaba en
un
"profesional"0 08l. E'>tas magtstra tura!> permitía n. en fin.
sentido "sociaJ" y no
de
el ejercicio del poder polftico y social a un restringido grupo local
notable!>. ya fueran nobles o villanos; es decir. a aquello s que la historia
do·
peninsular del XIX denominará "caciques" y que -wn Jo.. que han domina
tanto en ese momen to cómo después - las diferent es esferas de la vida local:
la economía, por su condición de grandes propietarios de tierras (muchA
.
veces adquiridas gracias a la expropiación de b1enc<> del común); la poiC1ica
CARVALHO. Dt Ufkl tt d~ olttra qU<JrTa Foh .,J.a Jtdltt'tndil, ad
non. p 292.
t04. Joh
n IOO (cn 0¡Nra, f\'
JOS. f. CALDAS PEREIRA . Comm . aJ ftgmr sr mrauxrm. v , /utsro.
Coloniae Allbrogo rum 1745, p H5). En codo ca,o. la oprnr6n
de los espallole ) IObre ~un
ILLA , Polltlca para
procurad ores no era mu) favorabl e : cf. CASliL LO DE BOBAD
ro"tgültJ rts.... l. 3, c. 14, n. 33 S>.
106. M. A. PEGAS, Commcmaria, c. S (ad l. 671 gl . 1, c. 1, n 1 s.s.:
1bi.l 1111 1, 87) gl l . c.
, M.A PEGAS,
J. o 3, en donde se cican la. leyes de 16t2 > 1649. Cf .. sin embar¡o
Commt:n tana, crl.,l 14 (ad 1,67), n JS s~.
RS Id otfrd a, &t
107. M.A PEGAS, Ct•mmtntario. c. S (ad 1. 67) gl. 1, e, 1.• n 4{"nobdH
re1pubiK:« maga•tralus ~oc:andi" ); htiLllup res en donde uno de
los JUCCC era fon~ un
6.6. 16t2 len M. A PEGAS,
noble (cf, O . A .• t. 23, 45). Cf.. camba~n el Reghmen co de
. ttl. 1740, p.2114 .
Com~nttJrra, loe, cil.l )' M , PHAEBO Ot'CISII>II tS C'OfiS,
la .cleccaOn de len
10!!. la idea según la cual la\ cualidad es personal es c.Jeben guiar
a un c:ar¡o es b;ucancc moderna: J. VICE."'S VIVI:.S, ÚJ iJtrllttJira QJiflrlinUt nJliWI lki
bplllUllC>
1 Du1 mrdinn'O olft.uJ
stcolr X\1 t X\ 1/, en: E. ROTELL I y P. SCHJERA , Lo stato móJmw.
ntes al aorntnmi enlOde t:Um
modtrl'lil , Bok>gna 1971; Sobre IOt\ pnncrpios doctrinale s concanac
car¡~. cf. cambr~n Jo&> Pt'dto RlBEtRO , Ol>ras, cae .. 1729.
49
mediante el monopolio de los cargos municipales y la protección, a distancia
pero eficaz. de algún noble en la Cone; la vida cultural y espiritual, gracias a
su e~trecho vínculo con el clero local, en ocasiones entendido por ellos como
un derecho de patronato.
Pese a la falta de investigaciones sobre el tema, no parece que se corra
demastado riesgo si se sostiene que estas magistraturas locales re pondían
sobre todo a los intereses de la nobleza rural -o de aquellos villanos
propietarios y candidatos a la nobleza-, y que en consecuencia servían para
mantener su dominio sobre la vida local. Esta interpretación sobre la
organt7ación social de estas magistraturas puede ayudar a entender la
polémica suscitada por la creación y difusión de jueces foráneos, contra los
cuales se rebelaban las élites locales representadas en Cones<I09> y a favor de
los cuales probablemente se pronunciaba el pueblo llano{IIO>.
El problema de la ubicación de los jueces ordinarios en la jerarqufa social
constituye otra perspectiva que vendría a completar este cuadro.
La literatura de los siglos XVI y XVII no t.ronsmite una imagen favorable
de lol> JUece!l ordinarios. Pero :.e podría decir que eMa visión negativa alcanza
a todas las profesiones jurfdicas en general: a los juristas instruidos les
reprocha la pedantería y la inmolación de la justicia material en aras del
formulismo y la etiqueta; a los relatores y escribanos, su corrupción y su poco
respeto de la voluntad de las partes (el hecho de que "escuchan una cosa y
escriben otra"): a los jueces. su corrupci ón y su ignorancia<lll>. La
representación lueraria má celebre de un jue7 ordinario es la del Jui: do
Bl'ira, de Gil Vicente (el autor más famoso del teatro portugués de critica
social del siglo XVI ( 1465-1537)): pueblerino zafio y sin e tudios, a su modo
e. pabilado. JUet que lo es gracta a Jao; innuencias de su mujer, una joven
!U nante y hermosa, Pero Marques aplica la jusucia del "cadr y prescinde
de
las Ordmor6~s y la Ley.
Una imagen no muy distinta de los jueces es la que brinda la legislación
del XVII que se ocupa de la provisión de puestOl> de JUeces foráneos: son
pre!>n de lo~; que mandan en cada localidad y velan por tanto por sus
intere:.es; proceden arbitrariamente y dan la e palda a la JUSticia (o quizás
meJor: a los criterio:. de justicta del derecho real y del derecho culto); son
analfabe tos. no saben derecho y se dejan manejar por abogado s y
escribanos012).
50
LA ORACIA DEL DI:JtECIIO
tema: el de la'
Esta última referencia nos conduce, para tenninar, a otro
el resto de profes iones juridic a\, e'peci alnxnt e
relacio nes de los jueces con
con los escrib anos y abogadosCI13l.
n un papel más
Probablemen te, los escribanos y los notario s desempeñaba
que los jueces . En eMe nave) fueron
impor tante en la vida jurCdic a local
s del derech o escrito lll4>, ya que ..abian leer
durante siglos los únicos técnico
aban la práctic a notaria l y los usos forense '>. Su mnuencia
y escribir y domin a de
liJ'ó la práctic
sobre los jueces se intensificó aún más cuand o se genera
liS>. La literat ura de la época no'
regist rar doc umen talme nte los actos< •
mente fiel: tienen en un puño a lo juece
transm ite una image n segura
ces de compr ender la docum entació n escrita : .,obom an
analfabetos e incapa
an de ingresos muy
por añadidura a las partes; son venaJes y ricos y disfrut
superiores a los de los jueces< 116).
~n el aboga do.
Junto al escrib ano y al notari o se encue ntra tambi
a(ll7) en el derech o ponug ués, el abogad o es desde el
lnstirución muy antigu
..itaria . cuahdad 6ta
siglo XVII un técnic o del derech o con formación univer
delant e de IO!i juece~ . Algun o
que sin duda le reviste de gran autori dad
la dignid ad de oficio en una función de
autores llegan incluso a fundamentar
ud propia de los jueces ignora nteslll ll).
correc ción de la ineptit
en ,l. 111, e 14, pcr
113. V., CASTILLO DE BOBAD ILLA, Pulflira para ctl"tRtJ orts-.
tOtum (t. 11, p. 2311 ~.).
Cloi~A!ianlcs de dcredlo
114. Una parte de IOlt nOtanOlt y escribanOlt habría e.~tado form.ld.t JlOf
(cf. CASTIL LO DE BOBAD tLLA, Polillcll f'<l'O rc'"'8W<Nt'J , 1, 6, 17). l'.s&a era
~
con R:$pcclo • 1oi C'ltrb of aw:rs. J
una ~nuación sim1lar a la de Inglaterra, Cl>pc.;ialmente
clerk.s of auius - M>me anon)'~ memben of the lcp1
COCKB URN, "Seventeenth century
profe-~10n , Álntrtt"an JOUrnal of ltxal history 13 ( 1969) J 1S M .
del dem:hu culto en el medio
l iS. Sobre la Importancia de los nOtarios como divulgadores
n .: sobre el n:g1wo dQcumc nUJ de
local, F. WIEAC KER, Prii'Otrtcltts~U<htchtt - cil.. p 120
acto~. •bid., pp. 28. 94. 184.
cu•rtnt a ve<:r 'upeno r a los
116. El salario de un notario podía llegar a ser rretnla o
JUdicia les infenor e • especialmente los
mgre•o s oficiak ' de un Juez. Sobre lo' empleo •
para Europa, Filemón ARRIB AS ARRAN Z. /..l>s wrrbun m ¡Nhltt"os en Casttlla
Cl>Crlbanos, v.
Ctnttna rro dt la Lt) dtl flotOrttl do , Stcrl6t r pnmrra ÜtlldtO J
durante ti si,(lo XV, en.·
E.fludtM sohrt ti nfkio dt rsrriba no en
hist6rtc os, Madnd 1964; J. MARTTNEZ GJJON.
ibid. l. 263·340 ; f . ELSF..l'O ER. Not.srr IUtd SwltJr ltmlxr.
Casulla dwt~nte lo Edad Modern a,
Oplade n 1962: J. COCKBURN,
Zur Gtuhi chu drs sch .. ei:rrtu htn Noturta ts. KOin·
Portugal. v, ll<kmis del apltulo de
StH•ntt tnlh ·ctniUI} (/trt.s. op. cil en. 113, p. 31 S \\ ,), Para
BARRO S. Hutáriu do admtNl tru'áo - · ctl ~ {sobre IOdo para la Edad Media), la
H. DA GAMA
<Jphia rrlttctl do notarrado
li1era1ura citada por Jo•~ Marra ADR IAO, Ensaio dt bthltogr
poru'ul s. lt•boa 1924. RIBF.IRO.A P'cJrur.fodt
117. Sobre la ht\toria de laabog ada en Ponugal. Lu•• d.t SILVA
el XVlll, Jeromm o DA SU. VA ARAUJ O. PcrJ«n u tl<h"OC"atsu.
odi"01ado. Lt.OO. 1925. Para J .
1743 (trad. pon. Boletín do Mtnt~ltño da J"''Uc,"ll, 19691
118. MA PEGAS. Ctmtmcntaria, CÍL,I. 4 Cad 1, 41!), gl. l. n.
9.
51
Como ya se ha mencionado, el juez no dependía irremediablemente de los
e~cribanos, notarios y abogado s a la hora de entende r los escritos o
informarse sobre el derecho escrito o culto aplicabl e, pues también podfa
echar mano de asesores o técnicos en derecho libreme nte escogid os
y
pagados por él. Aunque desde un pumo de vista deontol ógico estaba
moralme nte obligado a recurrir a un asesor cuando se supiera incapaz de
re-.olver una cue~tión. parece que el nombramiento de asesores no era muy
frecuente. Esto se debía a la dificultad para encontrarlos en el medio local y
a
la imposibilidad de pagarlos dado~ los escasos recursos de los jueces(lt9>.
Vista la situació n. parece evident e que el prestigi o social de estos
magtstrado~ no podía ser muy grande. sobre todo una
ve1 impuest a la
presencia de un derecho escrito y culto en el plano municipal. Hasta nosotros
han llegado varias prueba' indirectas: por un lado, la renuenci a -alegand
o
cualquie r privilegto como pretexto- a hacerse cargo del pue~to (fenóme no
extensible a todo' los cargos municipales en general); por otro, la pobrísim
a
e~umactón del valor (u "honor" ) del puesto a efectos fiscales.
Resultar ía
entonce!l que el úntco atractivo -descontado el poder polítiCO que procuraba el
cargo a nivel local- vendría de la mano de lo diversos beneficio~ ilegales que
podrian obtenerse de una administrnción JUdicial dominada, según las fuentes.
por la corrupción. A lo que cabría añadir el estatuto nobiliario que - según
transmite la doctrina jurídica dommante- confiere la detentación de un cargo
municipalll201.
Resulta de interés también el problema de las relaciones entTP los jueces
ordinario., y el universo de los juristas tn\truido... formado ' en las tradiciones
escolare s del derecho común y que toman decision e. según parámet ros
jurídicos legales o doctrinales. Para ello se habría que seguir el hilo conducto
r
que proporciona la discu..,ión en el seno de una literatura técnica de alcance
internacional.
Actualmente no se puede saber gran cosa sobre la actitud de los jueces
ordtnan os ante los juri,tas de formaci ón académ ica. Cómo se verá
a
conunuactón, cabe pensar que en un primer momento de la recepción de ese
derecho culto se opuso una franca resistencia que se tramform ó con el paso
del tiempo en un eJercicio latente ) di imulado de animadven.ión. el cual no
era mcompatible con una 'itmultánea sensación de admimción ante un saber
jurídico que habfa logrado acampar a us anchas en la cone y los tribunale
s
superiores.
119. Sobre la figura del aloe'>UC'. supra. n. 87) l3JTibién M. A. PEGAS. ComtMIIIanu , t. 5.(1d
l. 6S ) gl 12. 0\, 5-7.
120. V \Uprl, n 105.
52
LA ORACJA DEl. DI!RECHO
53
campo de la formación de todos los cuadros políticos y administrativos
, tanto
de la administración cenrral como. cada vez más, de la administración
local-.
se termina ba negand o el derecho a la existen cia de esta práctica
jurídica
tradicional, en ara:. de un progreso de La rn7.ón, de un proceso civiUz.a
dor y de
una teleolo gfa de la historia que. de forma similar , todavía hoy
siguen
cumpli endo la func aón de deslegi timar los diverso s fenóme nos
cultura les
minoritario!.. En este senudo, toda profundización en la idea de que
sólo el
saber jurídico (tal y como se concibe en los medios cultos de las
6pocas
medieval y moderna) sumamstra un fundamento legítimo a la Rechtsf
indung
sirve de cauce para la expropi ación de los poderes periféricos y
puede ser
equiparable a otras formas contem poránea s de centrali7ación del poder<t2
3>.
Esta estrategaa de devaluación cultural del mundo tradicional empiez
a san
ir mth lejos con el simple uso de las palabra "rústico " y "rústica
". La
naturale1.a despectiva del terrmino ha sido puesta de un modo muy
elocuen te
de relieve por A. Murrny en su obra ya citada. En su opinión, "en
lo textos
en los que .,e confron tan las clases sociales . un "rústico " era sinónim
o de
persona pertenecaente a los "rangos infenores". de tal modo que los
rústicos
de una ciudad podían ser contrap uestos a los nobles. Al mismo
tiempo, la
palabra adquier e un sentado aproxim ado aJ de "estúpi do". "rudo"
o "mal
educado". En la época de Dante y Petrarca. tanto en romance como
en latfn.
el "rú..,tico" práctica mente convave con el "asno" y con la "bestia"
"hombr es ru'>tico\ y bestial es" es una figura común del discurso
: el ¡,ar
<• 4 >.
Correla tivamen te la palabra connota ba simplic idad de espíritu . que
es una
'limplicadad abocada al ridículo } a la explotacaón. "¡Oh, Dio -se
puede leer
en un texto satírico del s. XII-. tu que has sembra do la di cordia entre
el sabio
y el rusuco. otórganos la gracia de vivir del trabajo de éste, de gozar de
us
mujeres. de holgar con sus hajas y de festeJar el dan de u muene!"02S>.
Los jurista\ recogen toda esta negativa cosecha de la palabra y así en sus
textos se hace habitual la equiparacaón del rústaco con el ignorante
y se llega
incluso a jusufic ar la especificidad de su estatuto: el rústico se lo merece.
Por
este hecho. todo los autores coincid en en afirma r que los pn,·ile¡
:ta
rusncorum sólo pueden beneficiar a los "rudos y groseros". con exclusión por
tanto de los malvados o de los que se ampara n en esa condición para
encubri r
12J V.. en c~tc ~nttdo. ) n:•pecto de la c~pondcncus entre la constuuc
ión de un saber
ah\uacto 'Y otra\ formas de centrati7:~ei6n del poder en la fpoca moderna.
Gcrd SPilTLl3.R.
Ab!.tral.tt• W"~ als Hc:mchafhbasi•. í'.ur Enwehung,¡esch•chtc:
büroUllhschcr He~haft
tm Baucm taat l"rcu,sen •, Kolnu u11srhnft for So: iolog1r 11nJ Sn:wlpS)t
:holo111t 32 ( 1980).
124. En un IC'\10 flamenco de linaJe del s. XII ~ puede leer quc un prtnc•pe
tk'lllldo es "un
degenet'ldo, un rú.,u.:o. como un ammal" (<:11..00 por A. \1URRAY,
Rrason urtd SO<'Itl) .•.• cu ..
2J8), m11~ntru que un tc:~to ..alinc.:o alem.tn imni1.a wbre Jo, flomo..c:¡o;uales
de: este modo: "c:ólo
los CÚ\11(0~ ... que: pueden ser con\tdc:rlldo' como anímale , pueden ~nurse
a gu~ao ...c:n tu
rclxiOIIQ coo mujeres" hl>•d ).
125. C11. por A. MURRA Y. Rruson onJ SliCitt\ .• cll , 239.
54
LA GRACIA DfL OCRLO IO
55
ANTONIO M IIE..SPANHA
56
LA ORACIA DEl. DERECHO
pnncípios. o 110 ba
orum _ c•t.. c. 194, n 2l/l4. st d nbtio
138. lec. M ENOCHIO. Dr prml~f(iiJ rumc le lfllp;¡ ta, porque ~
ndo ha~Jtrlo . at1CII )'1 110
Whc iudo ~!(TilO pUdie
hecho JU 1gnor
y ~.por aanao. contra o.~rura no consu
ltM • los sabio$•. fn
~ hombres tienen el <~e¡co de \abtr n~C que losCUTqidan:&
511.8: l. 60. J015CIIalan e;~~proame
Portugal.lll.ti Ordrnar;&s (Ord. Fil .. l. ¡abtt ".
s ae pteoc upan de
deben en~ de s.abcr ·~¡ lo& juece
rwltcofWI'I ..., e u .. l . 1, p. 2. c. S.
139. Cf R. CHOPPINUS, Dr pnl'l lrgm
57
AN10NIO M HESPANHA
58
LA GRACIA DEL OERtCHO
59
ANTONIO M. HESPANitA
60
n
Y
REPRESENTACION DOGMATICA
PROYECTOS DE PODER ( 1)
4. Sot>n: la opo~ICIÓO entre wbu~n común" e "mten!~ general", v. mi pn:fac1o ala colección de
anlcu~ p.,.J.., ~ instllur\&s na Eurapc1 d~ Antl~t• Rt~IIM'. Lbboa. GullltrU.ian. 1984.
5. Se debe 'lt'ilaW una ,ez mú llUC ~os resultAdo!. tcndrin COC'I>«UCill:&aS e'ltnldiscunavas.
dado que la docmna m Ou) e a ~u 'e' · YsobR todo en tsla ~poca · en la pr-kuca Juri<bct.
62
LA GRACIA DEL DERECIIO
63
ANTO~IO M IIESPANHA
64
LA GRACIA DEL OlRF.CIIO
IO. Cf n.6.
65
Al'<íOSIO M HESPANHA
66
LA GRACIA DCL DtiRfCIIO
67
A:-iTOJ\10 M IIESPANHA
poder, no <.e descartan sino que -.e amplían y adaptan para poder salir
al paso
de las nuevas realidades surgidas en el 1erreno de la organización
política y
soc1al. Lo que significa que el di<>eurso sigue estando en condiciones
no sólo
de disfruta r de toda la carga "legitim adora" consust ancial a la
ideolog ía
"juri\di ccional ista" sino 1ambién de transm itir aquélla a las estruct
uras
JUrídic o-políti cas modern as. la'> cuales se convier ten desde entonce
s en
modelos dogmáticos tradicionales.
Exam1 nemos brevem ente los proces os que permit en
tales
transformaciones discur.ivas. En el fondo de lo que se trata es de promov
er la
ampliación del campo semántico del concepto de jurisdicción: que
éste sea
capa1 de abarcar actividades cada vez más alejadas de la función
de juzgar
sin perder por ello su condición de soporte legitimador de un poder
entendido
como reah1ución de la juslicia. En el horizonte de e ...!e proceso se
encuentra
la definic1ón de iunsdic tin de Bánolo , la cual. y pese a todas las crilicas
que
ha recibido. sobre todo por parte de los modemos08>. siempre constitu
ye el
punto de rcferencta de toda la acu' idad dogmática pos1erior. Como
es sabido.
Bártolo retoma la tradición anterior y define genericamente a la iurisdic
tio
como "potest os de puhltco mtrodu cto: c·tun necess itote iurts
dicemi .
oequitoti.\ statuendae"<t9l. Y contmú a, dentro de la línea tra1ada
por la
doctrin a estable cida sobre el particu lar, disting uiendo en el seno
de la
iumcltc uo generl' .wmpltl el imperium ("turisdtcuo quoe officio mc/icis
nohili
l'Xl'I'Cl'lltr") y la turisdicuo simple.\ o spectc' .\umpra ("quae exerC'l't
ur oj]icio
iudtcts mc·rcenarw"P,Ol. Dentro del pnmero distingue a su vez entre
memm
impl'fium ( "mrisdictio quae oflicio iudicis nobili. ••idl'licet per acmsau
onem
e.H•rcttur. publicam utilillltl'm respiciens") y mí.wum imperium ("quod
officio
iucltns nohilt l'\C'I'UIIIr pri1·aw rescipitn.( ttlllllotem")<21).
Resultaba necesar io aludir a esta taxonom ía de los actos de poder
que
elabora el derecho comün (el arhar umsclictumis, del que 'e volverá
a hablar)
para dar~e cuenta de las '1a~ ) proced imiento -. que tolerab
an una
68
LA GRACIA DEL DERECHO
69
A!l.,-0'\10 M. HESPA'lilA
5. Conviene señalar ahora que esta concepción del poder como una
actividad de naturaleza jurisdiccional tiene consecuencias objetivas: es dectr,
consecuencias que derivan de la estrategia discursiva adoptada y que, por
tanto, no pueden ser examinadas desde el punto de vista de las finalidades o
intenciones extradiscursivas (como, por ejemplo, los objetivos políticos o
institucionales). La elección de ese marco dogmático de la actividad del poder
conlleva resultados que rt!)ponden más a la dinámica interna del discurso que
a su adecuación a objetivos políticos de tipo práctico. Y sucede a menudo que
estos resultados hacen sentir sus efecto· en el nivel de la realidad vivida. Asf,
cabe decir que los juristas del derecho común se convienen en prisionero~
(tienen que aceptar los desarrollos lógicos) de la estrategia "jurisdiccio-
nalista" que han adoptado a la hora de construir el poder.
Primera consecuencia a tener en cuenta: el sistema dogmático es incapaz
de integrar instituciones que no resulten describibles según criterios de
"justicia". Hemos visto que cabe hacer una interpretación extensiva de los
conceptos de iurisdictio e imperium, pero esta oponunidad sólo se da si
instituciones o cargos se colocan un disfraz jurisdiccional. Dicho de otra
forma, resultan imposibles de englobar aquellas actividades de poder (o
aquellos agentes del poder) que explícitamente se consideran como no-
JUrisdiccionales. Se quedan irremediablemente fuera del sistema jurídico-
dogmático del derecho común.
Esto permite ellplicar la opulencia doctrinal de la literatura del derecho
común a la hora de tratar la función jurisdiccional y los oficios de la
justicia(27l )' su indigencia cuando refiere funciones políticas no integrables
en el concepto de jurisdicción, como las fiScales-financieras, las militares, las
económicas y de policfa, etc.
Por esta razón las recopilaciones legales de carácter erudito -como por
ejemplo las Ordenaróes portuguesas- omiten cualquier referencia a
actividades no jurisdiccionales del poder: los empleados de la casa real
aparecen en la:; Ordenaróes Afonsinas pero no en la~ siguientes. y las
instituciones fiscales } financieras se mantienen en el ámbito de la legislación
extraordinaria, lo mismo que las militares. Habrá que esperar a las Luces para
ver a la teoría político-jurídica asumir la actividad del poder en toda su
polivalencia; cuando llegue ese momento los proyecto de codificación
versarán sobre materia.' "politicas" > no sólo "de ju,ticia". Volviendo a las
Ordenaróes. es muy típico que se refieran únicamente a los "oficios de
JUSticia" cuando se ocupan del carácter reservado de la creación de empleos
oficiales: seguramente esto no significa que el rey e\té dispuesto a renunciar a
27. Se indican lb obra' rruh rmpc¡rtanre:; en E. HOLTHOFER. Drt Littrotur :um g~m~rntm
und portikufortn Rtcht rn ftalrrn. Fradrt1ch. Spumtn und Pcmu.~ot. en H . CONG (dir).
llonJhuch drr Qutfftn unJ utrran•r drr ntlltr~n ture>{'<JiJchtn Pm-..rrtfht:s!ft.f<·hrchrt. 1. lUI.
Milnc:hen 1977.397 ~
70
LA GRACIA DEL DERECHO
71
A"TO'IIO M. HESPASBA
72
LA GRACIA OU. OfRI·CIIO
73
A'l'TO:"IO M HESPANitA
36. Comm. '" Dt~. \ rt.. dchnuio, e1 d..-octano1 .. pmem. 3d. L de 1ut, omm 1ud., c. e. ~'-
37. ~ejemplO'-: crear escnb.ulíób, reumr lo' c~lado-o (constftum. parlomrlllu m). resliiUir la
fimra, conli-cur lo' bu::nc~ tk le" delincuen1c• De fonna general. lodo lo que la
1eorfa del ius
rommunr reaervaba al prfnc•JIC! >, c\cntualmcn lc, Llmbrén al <oenado (consiltUM,
curia rt'gia) ) al
prorfutuJ pro(lt>rit (\frrC'y, trthun<JI rC'al, , omua rrttta. unotus palotltlus). Comcnlano
~:
VALASCO. In l . un{'C'num, en.. n 14X "·: Mt;SCORN I CYPRII, Dr iuru.ltm(ln t tt
tmpuio.
crl., n.79 ~~-- GlLLOTI BRIE.'IE'\SIS, Dr mmJIC'Iumt> rt itnp('ritH:ll .. n.IO •s.
38. Para ladislrndón en~ dr'f"•rtott••) rt>{(gotm, \'Al.ASC0. /11 / /111/'('TUUII. Cll. n .l72.
39. En los~ de 1011wa, pri~ión > ,,..J,, "cMrtio,lOl> aulorc..• dr~gucn en~ apliCaCiones
procesa!C'- y aplicacione~ penale\. Ct LliVERAi'\1, Arh<w iurisdtc-tu>mmr. cu .. n.25 ss. ap.
74
LA GRACIA OHL DERECHO
la misJio in
que tan sólo requieren summaria cognitio y sin coerctón (como
y el mi.\tu m imptr ium mínim um, cuya
posses sionem ex primo decre to) ación
ía siquie ra conoci miento de causa (v.g .. la autoriz
utilización no requer
para una manumisión).
seis grados,
Por lo que respecta a la iurisdicrio, de nuevo aparecen los grado
en función de la releva ncia de la causas . Al primer
establecidos ahora
es decir aqu~ll as que
(iurisdictio maxima) corresponden Jas causae /ibertans, ). la
person as (fama) Al segund o Cmaior
afectan al status o reputación de las impag o de
que podían compo rtar penas corpor aJes por
decisión en causas
c&~ Lidades debidas (prisión por deudas). Al tercero
(magna). el conocimiento
de causas de cuantía superior a 300 aurei. A los dos siguiente:. (minor y
mimm a), el de aquéllas de cuantí a todaví a menor ; y al último grado, la
mtnti ti plus
decisión de cuestiones donde "plus esser damni, quum emolu
expedirer quam haberetur")
al a é ta
Inmediatamente uno se da cuenta de que lo que hace anilici de esa
es su simetr ía. Resul taría realme nte difícil dotar
clasi ficaciones
ba~ada en la
regularidad (divisiones de seis grados) a una clastftcación concreto el
na aún más si se apreci a en
realidad. Esta impresión se confin
nte impreci o
carácter postizo de alguno de estos grados, de contenido realme
en relación con los grados contiguos<40). ar que las
Ahora bien: pese a su tono libresco e irreal, no hay que pen
os cultos. Juegan por el contra rio un papel en la
clasificaciones son ensueñ respec to
hablad o a este
praxis política por el sólo hecho de existir. Ya hemos en buena
a<41). Las clasafi cacion e\
de su función discursiva y extradiscursiv " del poder
parte basadas -por llamarlo así- en una ponderactón "cuantitativa
poder. que lo:. enfila
penniten fabricar un esquema jerarqui1ado de actos de ta otro que
máxim o (plma patura s) ha
desde un extremo que concentrc1 el lll$ fonna\
de poder. Dan ademá s la impre'> ión de que
sólo recoge bri1.nas ttiam
maior esr urique
superiores de poder engloban a las inferiores ("quod te a
lo, no dejaba de re:.ulta r chocan
minor esr", O. Yalasco), y esto, por ejemp a sobre
ament e corpor ativa de la vida polític a, fundad
ojos de una teoría estrict
órgano de poder,
la irreductibilidad y la especificidad de funciones de todo
or por encim a de ellos ("Sería
incluso de los que contaban con otro superi )<42 1••
mon<,truoso que la cabeza desem peñara las funcio nes de las manos•
de las f~~cton~
Es decir. que La repetición doctrinaJ de una taXonomía famth ar una
polftico-administrativas de este tipo consig ue que se haga
a que en última instanc ia concen tra el poder en La
imagen de la vida polftic res.
cúspide y desde aJif se desparrama por lo~ sucesivos grados inferio
15
A 'ITONIO \1 HESPA!' HA
76
LA GRACIA DEL DI'RE('JIO
77
ANTO~IO M IIESPA.'IHA
78
LA GRACIA OH. 01-Rl'C'ItO
ad.¡uiri~
79
Al''TO,I O M lt ESPANit A
80
LA ORACIA OCL OERFC!iO
67 Sobre eMe proceso de Oexib•htll~lón de la competenclll de los nupnnd ol. "~ para
Portugal. PEGAS. Colfllllt!nlaria. cit.t.4 (Id. l. 58). gl .12. n.l )' gl.l4 , n 6
81
A!'.'T0:-.110 M. HESPA!'."HA
82
LA GRACIA OO. OI'RECIIO
poder político
representa<72>) va cobrando en la época, ahora cuando el
ndo su radio de acción más allá de la C'-fera tr.k.licional del
central está amplia
iusririam dore.
onale • deja
Loyseau, más próximo quizás que Bodin a las fuente~ tradici
os son en el fondo lo~ de ''Jus11c 1a", pero qu~· en u
caer que los oficios genuin
actón, 50bre todo, de
época y por diversas razones "exógenas" (por la in,taur nd
llegan a reveM ir'e de la thgmd
la venalidad de cargos) las comisiones gu to de la
s ordina rias<7l l, En cualqu 1er caso, e te
propia de las magistratura nte
rio- el crecie
comisión por el disfraz no desdice -s1no todo lo contra
a la tradicio031 y
reconocimiento de una nueva forma de admintstrar. paralela
de domin ios d1fere ntes y nuevo ), liberada de hu
ordinaria, descubridora
en un nuevo tipo
formalidades del procedimiento ordinario y. basada. en fin,
de funcionario(74).
ordmurias y
Esta nueva administración encarga la reali1.ación de mi~ionc:.
-extrao rdinar ias en razón del uempo (no pcm1a nente ) y de la
extraordinarias Loyse au·,
ri, en la fórmul a de
materia, rarione temporis ve/ rarume suhjec
precar io o sm la ob~rva ncia de las fonnns
pero en cualquier caso lo hace en
comi-;ione., se
habituales (cognirio e\lra ordinem). La movilidad de la" ición de
esta misma indefin
explica justamente, y como ya se ha dicho, por
di,pon ibilida d de los cargo) hay que
'>tatus y de procedimiento: a la plena compl eta
sponib ilidad de la<; compe tenciac ; y la m6
sumar la plena di
maleabilidad en las formas<75>.
durante 1(1)
Precisamente esta nueva estructura, ya en pleno de,pliegue
se convi ene en el XVIII en el núcleo de la refle\tón
siglos XVI y XVII,
1~ mareo s teórico-
dogmática dominante. Con ello se provcx:a la revisión de cci6n de
poder y reclam a la constru
doctrinales previos a esta actividad de 'iC
trativa de
y autóno mo: la Clencia juridk o-adm ini
un anefacto JUridtco nuevo
del derech o.
cuya aparición se ha ocupado tradictonalmente la hiMoria
83
Mogistroturot Mogmraturot
MoRistraturot ordíMriot
dtltgotot extraordinariae
>
Temtorioles E.~rattmtonolts Ttmtoriolt's Exlraunitoriales
a
z
6
proesidu ~
~ pro1•inciamm
Maiores dliCC.f
doctores
rectores
reyes
Papa ~
~
Emperador
marchiona
1!/C.
en función en función
dtfmsorts col/egia
del
Mmores
CÍIII/0/ÍS matara _..,._ -- OCIO
del
liCIO
magtst:mtura\
de de
dtc'UriOIII!S especializada.~
delegación delegación
i11dices collegio
Mimmol!
pedontt m mora -- --
111
EL ESPACIO POLITICO <1>
l. L't'Sport p<lllllqllt ,Jum. l't\11(11'11 Rl.~lmt'. en E.ruJo.l i'nl IIO!TU'tt/Jftm tU1S l'rcfs /tiiJIIWI
Pauta Mtrlu t' Gwlhl'rmt Bragll da Cfll:. C01ml>ra. Faculcbdc de DacriD. 1984. PP 1·
85
ANTONIO M. HESPANHA
2. Descripc1ón y critica en P. CLA VAL, L't,·olu=iont storica dtlla gtografia 11mana. Milano
1974 (tmd. u. aumentada de Essa1 s11r l'b·ofiiiiOn dt! la g~ograpllit lwmaine, Paris 1964) y Espact!
t'ttt'rritoirt>, París 1978: R. COMBA. "Ilterritono come spazio vissuto. Richerche geogmphiche e
storiche nclla gcne~i d1 un tema di storia socia le". S.ociml t' .11oria JI ( 1981) 1 ss.: D. LOSCHAK.
Espace t!l conJr61e social. en JACQUES CHEVALJER (ed.). Ct'ntrc. püiphiric. territotrt, Pans
1978.
3. Esta idea-fuena de la "geopolftica". que panfa del determinismo geográfico (para la
geogrnfia polftica, sobre todo. F. RATZEL. Politischt geogropllit, München/Leipzig 1897),
alcontó su pleno dcsiUTOIIo cuando se convinió en una juStificación teórica del expansionisrno
alemán de los año!> tremm (cf. K HAUSHOFER. Grtn=tn in dtr dtutschtn Soziologit. Berlin
1927).
4. Sobre todo me refiero al rnov1m1ento de critica anuposllivista en el campo de las ciencias
humanas inaugurado por la ~cuela crfuca de Fmnkfun (ver como texto fundamental Th.
ADORNO. Du Positi,·i.fmusstrl'it m der dtlllschtn Sozio/ogit, Franlcfun/Masn 1969).
S. Segummente es la teona de fu relatividad de A. Einst.ein la fuente de inspiración, pero la
inlloducción de la 1dea en lateori:t hiStónco-:.ocial se debe 11 F. BRAUDEL ("il n'y a pas un temps
social d'une "tute et ~imple coul~. mais un temp~ socmt il mille vucsse\. h mille lentcurs"). Cf.
La lnn.~ue dt~rü, en Erms pour l'hiJioirt. Paris 1969. De toda~ maneras el tema habla s1do
lantado a la reOe:<ión soctológ1ca en el ~lcbre 11.rtlculo de E. DURKHEIM y M. MAUS. "De
quelques formes primirives de ci8S$ificmion". L'anntt sociologiqut 6 ( 1903).
6. Sobre esu1 idea. más la descripctón de su progreso en las c1eneias sociales. especialmente
la geogmfT11, ver In b1bliogrnfJa cuacb en la nota 2 y H. LEFEBVRE. La produrtion dt l'tspact'.
Pans 1974; M. CASTELLS. La qut'Siion urboint, Paris 1972: F. FOURQUER y L. MURARD.
Lt!s ~quiprmtnts d11 palll'Oir. Pari.~ 1976.
86
LA GRACIA Dfl. Dl.RI CIIO
ar el e'p.1Cio, se ptltdt
Si se parte de estos presupuestos a la hom de ,mali1
de conce pto,, modelo. y e trategins
uno servir entonces de toda una o;erie
y la semió tica, espec ialme nte en rdacu'tn C'on la
desarrollados por la lingüística o en práctica sod 1
histoncidad de los códigos simbólicos -y su hundimient
arbitr .uieda d de Jo.. ignos •) u
(dimensión pragmática de los signos)- o la o ,/u¡gr ollltm -m.
caract erístic a." del refere nte
independencia respecto de las
ndan con otrn
Para que estas nuev as corriente~ no se confu euro~ pm¡ he
epiMe molog ía
representac iones clásicas de la filo!lofía y de la
forma le ordenadorw de
cuales el espacio y el tiempo resultaban ser categoría:.
idea~ que a.:abamo de
la mente, es preciso insistir en la primera de las organi1.4 la exten i6n
o que
exponer, o sea, en la afirmactón de que el códig icaci6 n cultural)< ) se
(bruta) transformándola en espac io (inveM ido de signit
daendo e tn expre aón
entronca con la práct ica socaal de lo!> hombres, enten con u entorno.
-.í y
como el conjunto de relactones de los hombre-. entre
mico. Esto hay que
Estas relaciones no sólo se dan en el plano econó el e pacio es una
una cíena época la idea de que
decirlo porque durante
lo~ límite' de la prácuca
construcción humana ha sido constreñida dentro de
eMrec hado en dema.sra la vi ión de
económica, con el resultado de que se ha
adora de sentid o. Así. y c.le<.dc c.-.ta óptica, e ns
esta práctica humana otorg
\Crían 'olamente -o sobre
relaciones humunas estructurac.loras del espacio
. y el códig o que otorga relevnnciu
todo- relaciones económica.<; de produccaón
códig o de va lores econó mico,.. (producciÓn·
a la exten sión el prop io
dastribución-consumo)!9).
en l;h t1cnc:•a aodak . d J GREJ lAS,
7. Sobre lil ullh/a ción del model o ~m1óti~o
Sb•rtonqut ti sntnc ts scl(tol ts. Pan, 1976~ U. ECO. w strwturll oumtt , Roma 1968 No es
re pecao, pero 5e debe apunta r qiiC la esmcu
eMe el mome nto de citar toda la li1eratura al
ca 1mb6l ico del e$p.lCIO, ha} Oltll\ mú alej:ldn del
JlC"pcctiva ~mióu no agou1 el Wlbi \
. como, por ejenlplo, bs ele t
aphCill la alan.1 hsi, del tsp:ICJO
análi~i~ \lmbó hco que pueden o;er
pumr \'UJUD nt:t dt la pn1lnn, l>arb
FOUC AULT (\Obre lodo en ~u úhíma fa.;e : !iuntl lltr rt
i dt su•otr , 1976), Ci DEW UZE) F.
1975: llirtoi rt dt lo St\uo lllr. 1. /.u ~·ofont
Pan
phrini t. I:onii ..J('dtM, Pan\ 1972) y P. BOliH >IEt (F.nn.tu/
Gl.iAlTAR J !Copilali<mt ti scJu:o ~ele Esqui ur
arad rrform ulad.l)
ttnu Tlttor it dtr Praxis. Frankf un/Ma in 1979.
dt lo pr<Jcflqut. prhld lt dt mm bu.lts d'rthno logtt' ~:ob) ft', Gcnh e t972).
d'urrt thitm t
rr.:alu.ada por J GRIIM AS. Slmlotiqw
8. 1..3 di~llnción enue espad o" y e~tc:n"ón" e
ufa ya "espacto" y "atrnto rn),co n•iclc rmdo•
c11, 129 h .. En el d1scuno JUIÍdiCO. Baldu• d1~1ing
la partic1 ón polfl1t 1 del e.pac1 o: "¡pauu m terne mumtu m el armatu m
e\le último como
iumdic tionis".
Lefc:b\re y Qwc:l b. el m&ito de tw!a
9. Hoy que :unbu1r al manu~mo. y e!>peualmcnte 1
refle~1 6n geográ fica en la \lía de una comprr ns16n social cid espado. abon bien,
colocado la
llido de un modo ccono mkisu 1:1 pcnpe cuu de WlW al
tambit n el demi!riao de haber con•tre
~ t• IICCesi.Jad de hbefv 101 fac1oro
hacer depend er la Of&Anil.ación e!>pacial de factorr
t.ale5 como
(re)pe cao 1 los limJie. > espao: 1ate•)" , lu ·c~•senctu plan1 eadu por la
de produ cción
cr gen~nco y u01~crul de la produc ción de
inaem ac•ona h1ació n del capila l" o "el carica
fllei'OIIlCUUo" (en el COiliClt lO gentllC O
del ~pkiO polítiCO cQIItallpOrinco).
87
M'T0:-110 M IIESPANHA
88
I..A GRACIA DEL DERECHO
89
Ai'TO'I/10 M HESPA!'óHA
90
LA GRACIA 01:.1 DfRECHO
91
A'liTO!'. lO \t. HESPANHA
22. WEBER. Wímchuft 111kl G~J~IIsch4Jft ... , ciL. l. 167 . En el ~no de la dominación
aradtcton:ll, Weber dt~llnsue aun vano;. ub4ipo mis: la seronaocracia y el paanmoniali mo
onginano, can~eaeruad<h por la tnel'.t aencta de un aparato admtnt,ttalt\O; el patnmomaltsmo > el
~ulaanaao. CU)O n1l go úpi.:o e' la e•u\lencia de un apanuo poliuco-admtnt'ttall\0 ltgado aJ señor
por IMos de naaurale7.a per.onal: la domtnaci6n c:saamenaal (Itolkluch~ ll~rrfchoftl. que ..e da
cuando el clllldro admtnl'lrBIIVO \C !Wuella de 10!. poderel. de mando(} aún demro de e\tc: \ub4tpo
dl\llngue c:nare lo~ 'hac:ma' prcbc:ndal y feudal. según ~e: e~tc. rc:~pecltvamc:me. anae una
aproptnción arndicional o c:onaractuill ba,ada c:n la noctón miliaar de: honor); sobre esaa~
dl\lin.:tone~. ibid .. 1. 170 ''·
:!3. Wtrtuhafr und G~l~ll·uhujr ..•• <:11 .. l. 179 SS. La reproducción de la domtn.ación
ean,mattca oñgina ~u dt'Oiu, tón. Corno forma ~nvada. cercana )3 de la domtnactón aradtcional.
\C eocuenara c:l cari\IM hcredJWIO (f.rbc h.:mrroo).
LA GRACIA DEl. DERE<'IIO
el campo de ht
exposición (porque a ésta lo que realmente le preocupa eo,, en
gía más especí ficame nte poluica y, en el
estructuras de legitimación. la ideolo
entos de domin ación. el aparat o politic o-adnuni ~tratiH>}
plano de los instrum
~us fuentes de financiación). Es posible, por
tanto. continuar el nnáh 1
estructural de cada uno de estos sistem as de dom1n ación. tratundo de segu1r
~u rastro en otros n1vele!> de la represe ntaCIÓ n } de la práctica hum:ma.'
El reparto polftic o-adm inistra tivo del territo rio con toda seguridad no C.\
aJeno al sistema de poder encuadrable en la sociol ogía \\ebc:riana. Por un
gicas que actúan en cada uno de.: Jo, 51 temas
lado. las representaciones ideoló
tambié n la imagen del espaci o; por otro. este m1"mo e.'pac1o, que
confonnan
ideológ 1ca. contnb u)c a que
por sí solo ya es fonna simbólica de inculcac1ón Y. en fin,
idad del poder se rcafin nen.
las convicciones sobre la legitim cia e
se ejerce en el espaci o, que sufre pue-. su rc'isten
tenemos que el poder polític a.
medio de estrate gia
Intenta doblegarla. que intenta utilizarlo como ~u forma
rmar y ajusta r el espaci o n
Lo que signif ica que debe confo
e<,pecífica de ejercitarse.
porúnea del
Por todo esto puede decirse que la organwtc.:1ón contcm
con el lengua je de Weber , al 1 tema
espacio político seguramente responde.
legal-racional de domin ación.
La organizacion del territorio a primero vista ..e prc
enta ndscnta a la
c~peda lmcnte el tra~fon d<> de la 1dea
esfera de lo racional y objetivo. Este es c>hJCtivus
rio polític o debe respon der a circunM anciao;
según la cual el territo en u
monta ñas. eh:.):
del espacio "natural" ("fronteras naturales", rfos. tera
o human o ("fron
versión culturalista. a hechos objetivo~ del espaci
as de la
n econo mici,ta . a las ncccsi dadc' objeti\
nacionales"): y en su versió Esto~
iva~"). son
organi1ación económica ("zonas económicas . "área.\ product
to de la~ fronter os e,;teri om
principiOS cuya validez se admite tanto re:.pec . Y a~í una
como en relación con la división político-administrativa interna d1ferente
n polític o-adm mistra t1va del e~paci o reali1a da de
organiLació
a: "icnd o é te
mane ra pasa a <,er consi derad a arbitr aria y caótic con regla )
panicularmenLe el caso de la d1vi!>ió n temto nal african a. trv.Jlda
la potenc ias coloni zadora s. y en con,cc uenc1a , arbitra na, tanto
compás por
como de lo factores
de de el punto de vista de las realidades fí!>ica
culturales o las necesidades económ lcas<24 1. Y '>in ir má~ tejo!>. trc cuano s de
decir de la divisi ón tern tonal del antigu o régim en: e
lo mismo cabe
un modelo cnnesi ano de
considera caótica por irracional e incompatible con
cartográfica de
claridad geométrica y tipológica (rec;uérde"C la representación
marck iana), amén de contr.t ria a otro princip io e tructurnl
la Alemania prebis
de los objetl\~ poi~ dd
24. FJ car6c1er fun<:.onal de tl>llb d1vi~1ón del e~pacio re.,pecto
.Jor re<>1día en el hecho de que Na OI'J!lllliiJICión del opac10 polhiCO •-enfa ll romper w
coloma
• La ckstnll:ri6o de b QtPII1lXi6n
un•dades de poder ¡ncolon ull y coolnbuia en con~uencu
palluca au1óc100a.
95
ANTONI O M. HESPAN HA
96
LA GRACIA DEL DERECIIO
97
ANTONIO M. HESPANHA
28. Sobre e:.tll$ cornumdildcs domésticas. es obru fundamental. O. BRUNJ\'ER. Dos "gon:t
/Jous" und dit' alrturoptiiuht "6kononul.. ". en Nt'ul" Wt'gt' du VerfasstlllgS· und
So:iul¡¡t'scluC'hlt, Gottingen 1968.
29. Sobre el rol constiiUtivo del señor en la conformación del e~pacio poHuco, cf. H.
MllTElS. "Land und Hemch<lft" . Hisr. Zt'it 163 (194t) 54.
98
LA GRACIA DI L DERECHO
30. O. BRUN!'IER. Land und 1/~mthojr. Wien 1939, nwume J(IS :.s; ya en me scnudo, ti
BRU~!I.ER. Dc-ttflch~ Ruhrsg~s,·huhr~. Leip1ig 192!1. JI 384; para laah~. P \'AC :ARI, La
runttmtJIIfd com~ bosl' drl/'ordmum~nfll gmrulu () Jtl mnrutfo nt'lflrahr rnrdJMI'tllt', M1bno
1963, ma:<. !i7: para francia (el pa}.l como obJCIIVII(;IÓn remronal de uro <~11111lbrc), 1·. OIJVI~
MI\RIIl',/hlf<Jrlt' di' drott franrw.t, Parí\ t9S l. 31!7 ' ·
31 . La "ob.JC!Uv¡!fud· hace referencia o la di,t•nc•ón que h<lce O. Brunner entre 1m~
Land y llnnclwjr. el primero eswfa con,utu1do por un con¡unto de aanbuclooo Juri~
defiru~ a p:1n1r del Ob)C!tO (rín Gt'btrr rmht'lflu hrn Ht'rhrs), m•enun que b~ a!rt~
Contcnid.u en el segundo \endtfan detcmunllda.., y unrf~ por su ad$cripc1ón a un m YnO
sd\or (r.n Komplt'.A aon Hr"rnsrt'chrt). E'ta dl'llnción 5C diluye cn b scguo:b edición de IJittd
fl1ld llmuhiljr. de$~ de haber rec1bicJo w cniiCU'i de li. MJUeiS.. QUICII rubricad ~1 JUpOO
por los sdlorc5 en la conformación de 1~ un1dadc.s JUrídiCaS y ltl'l'itoriab Y IW. en dcoo. O
BI'Ullller tU\O a ~n reconocer en<egu•da la tmportiiiKiil que puede ICDCf b sumisi6a • un mnmo
SCftor en la ron'llllk:tón de una uadtCión cultur.al v poHuca conuln y, de uquí, en b fomxi6n de
un;¡ un•cbd temtonal De tod;b fonna.,, Jo funda~ntal de la 1h~III.Ción, 4ue tldemis mpoodc • b
cfuuncaón hngOIMi\:a entre Lond y Fununwm <rrrru rr ,.,,,,..,us) INIIUene w \1llidcz.. l..n el
ma mo !'Cnlldo. W. HAMEL. Dos \rt".!t'n dr1 Staotsltrln("(, Bcrlan 1933. 16 u . wbrnyando l:t
opo acaón. tambt~n pre'l:nte -comu vcremu\· en la docmna del de~cho romón, entre una
corx:epc,ón tlb.JC!Uva y otra 'ub)C!tiva del temtono.
;,\2. J. ALTHUSIUS. Pulitll'IJ mtrhoJtrt' dtgt,to (eJ C J. Fñedñchs), Cambfid e tau •
1932. 73.
99
A'ITONIO M. HESPANHA
100
LA GRACIA Dll. O!;RECHO
territorial que a su vez incide en una progre iva miniaturización del e pacio
político.
Otro factor de mioiaturización de las circunscripc•one~ políticas viene
dado por la naturaleza de las técni cas de comunicación polllico-
administrativa. Basadas en la oralidad, exigen el contacto per..onal y c'to por
fuerza limita el radio de la acción político-administrativa. Por regla general
en estos casos las cincunscripciones administrativas han de poder er
recorridas en un día. Aunque los límites varíen en función de la'i tccn•ca de
comun•cacJón y transporte y de las condiciones de acce'o a Jo centro
admimstrauvos, se puede decir que una circunscnpción re ultaba dcOUl~•ado
grande cuado su diámetro excedía de la!. 8 6 JO legua' (di tancia que
constituye, dicho sea de paso. un tandard frecuente en la literatura JUndsca
del derecho común)<34>.
Tal era la miniaturización del espacio político que en determmada épocn
las unidades polftico-espaciaJes no llegaban a abarcar todo el e~pac1o hl>ICO.
Muchas veces, en los límites del territorio no existía una fronter.J (/ml~f), mo
una e~ten sión vacía y sin significado político o jurídico, el bosque (Wu/d).
que el imaginario europeo de la Edad Media identificaba con el reino c.lel
mi<;terio y e l pe li gro(35). Lo que distinguía a la ttrrt> del lunn era
prec•"amente tal difuminación perif~rica, e~ta progresiva de 11parici6n de 1
marcas políticas del espacio a medida que uno abandonab3 la 1.ona central de
ll$entarniento tradicional de la comunidad y se adentrab3 en áreas respecto de
las cuales los lazos cuhurates eran más débiles. Y JU~to era uunbt~n e ta
difummación y esta apertura del espacio polftico la que posib1htah:t una
estrategia defensiva basada en la huida06>.
Junto a la miniaturización, encomramos la rigtdt>: y la mdnpmriht/t,Jatl de
la organizac ión político-administrati va del espacio. La ngide1 e~. para
empezar, la resultante de conectar el poder con la tradición. De la nu ma
manera que las relaciones soc io-polít ica~ implican (y se ba'an en) un contacto
XVII . Pua n~tro siglo. y a pro~uo del contaelo entte la concepción europea de IDI OJDC*O
racíonai•L.lldo e tntegrado y la concepción de e~p;!CIO de w sociedades uadidomb ~
(pre-capuah lb). v. M. BRUNEAU. Mo.lf dr pro.Ju(fiOn tt organuatiOtJ ad11UII $/ratl t dt
ft~u: lt cas dt Tho•landt. en C. BATALLO!" e1 alu. Etat. polll-oin tt tJP«t dam lt T~tr~
Mondt, Pan 1979.
J.& Sobre la5 retactone<> entre el cruictet oral o e$Cnto de 1» técn!Cli.S de c:omunicacié!o) la
dL\Inbuc1ón del e'pecio. v. P. CLA VAL. F.v><JCt ti pou•v•1r, e u. 102-3 y b bt"blwgrafia aiU citada
Cp. 91!). Sobre 1~ dimensiones de la di\1\Íón temtonal ckl e p¡teiO. v. 111fra
35. Sobre la contrapoMción entre IAnd. por un lado, y Wo/J (bosques) o Brrg (monul\1}
Cttrrat cullat ti mcu/lot. en la vers16n launa). O BRUNSER. IAnJ 11nJ 1/~trsc-hti/t. Cll 1 5 Y
b1bl alll cuada.
36. Cf G SPITTLER. "Athlnlkle' w,,sen als llemc.haftbasl Zur En!JlChunp~bidltc
búrokratJ'<:her Hemchaft tm Bauemstut Preu,sen~• . en Kolntr ltmchrVt f. So· loglt 11
So;~alptychologlt 32 (1980) 515.
101
Af\.'TONIO M. HESPANHA
duradero entre los gobernantes y los gobernados, las relaciones entre el poder
y el espacio presuponen el correspondiente transcurso del tiempo. El espacio
no es una realidad fungible y abstracta, s ino que forma un bloque con la
comunidad humana y con sus tradiciones. Su componente cultural y político
es muy acentuado, y por ello se habla de la "territorialización" del poder
político. Esta codificación política del espacio, lograda por el contacto entre
la comunidad y el territorio a lo largo de generaciones, pone cortapisas a la
alteración brusca del estatuto político del espacio y opone una sensible
res istencia a c ualquier intento de nueva división político-administrativa.
Refuerza todavía más esta rigidez el carácter patrimonial de la apropiación
del poder polrtico administrativo ci tado más arriba. Una vez otorgado o
apropiado. el rerritorio (es decir, el espacio "equipado" desde el punto de vista
político y administrativo) se arroga la inviolabilidad propia de los derechos de
naturaleza patrimonial , convirtiérndose en indi sponible frente a toda
modificación de su configuración espacial o de su estatuto jurídico.
Estas rigidez e indisponibilidad político-administrativas del espacio se
recogen en la idea según la cual e l territorio y la jurisdicción son realidades
que se adhieren mutuame nte ("i uri sd ic tio cohaeret territorio" ),
constituyendo la jurisdicción un atributo o cualidad del territorio. Esta idea,
presente -aunque no sin polémica- en el pensamiento político y jurídico de
comunidades configuradas por una estructura tradicional de poder, expresa de
un modo muy vivo esta marcada impronta potrtica del territorio que es efecto
de la lenta osificación de las re laciones entre el poder, la comunidad y el
territorio. Las antiguas costumbres sobre uso y reparto político del espacio - y
sus diversas siginificaciones politicas, jurídicas y administrativas- llegan a
hacerse tan normales para la comunidad que ésta comienza a considerar al
espacio como el portador (y hasta como el sujeto: "la tierra N está sometida a
la tierra NN") de un significado político natural e irreductible. Y es en
relación con esto como se habla hoy en día de la "territorialisation du
pouvoir"(37>.
La territorialización del poder consiste en que los vínculos políticos no se
establecen directamente en base a las re laciones personales; éstas están
mediatizadas por el territorio<3B>. Con otras palabras, son las estructuras
espaciales las que configuran política y jurídicamente a los individuos. El
37. V.G .. P. ALLIES. L'mwmtion du ltrrítoín. Grenoble 1980.
38. "P~ a la opo~ición entre poder (Htrrsc-hoft) y propiedad <Eígtntum), no se concebfa
-como lo hace la actual teorfa del E1.tado- un poder separado de las cosas. del territorio;
~ingularmente el poder no era CO!b1derado como unn relación unilater.ll 'qUe se impon fa solamtnte
a los sujét~. Se reconocfn por el contr.uio que el poder corporizaba las relacio~ políticas.. "
(W. HAMEL. Das 11 tstn dts Staats~tbmn, IBerlfn 1933): In diMinción n la que se refiere el
autor (entre mrisdtf/1(1 y d<>mm1um) ha 1do actualmente problematizada; v.. g., O. BRUNNER.
Lond rmd Hursdzoft. cit.. 240 ~s.). Para ltaha, pero con un alcance m~ general, P. VACCAR!,
Lo ttrril(lriolitd .... 1 s.
102
LA GRACIA DfL OI:.RECHO
propio lenguaje jurídico conrenía referencias directa'> a e~ta poli111 ción tkl
e'pacio (o si se prefiere, a esta territoriali13ción del poder): a.\1, el tcm10r10 e
pue..,to en relación con el ius terrendi de lo'> magistrados (cf. D. 50, 16, 239,
8) y la palabra districtum remite, vfa districtio. ajurisdtctioOCII En dcfinitl\a,
tenemo~> que Jo¡, téminos que sirven para designar la!> circun,cripciones
geográfico-administrativas hunden '>US rafees en palabra., que de ignan el
poder. Má<; aún. la conexión entre el espacio y el poder dc,borda el plano
linguístico y se derrama con fuerLa sobre las in!>lituciones: la 'ujcc•ón poht1ca
a menudo implica la fijación a la tierra (adscripción)C401; la panic1pación en la
comunidad políuca y jurídica eMá territonalmente condicionad:~ ( 4 1); lo
e . . tatuto-. políticos especiales tienden a crea.r espacio., e pec1fico (jud1arws.
nwururia.~. concentración de oficio~ en c1enas calles o barrio:. de la Ciudad);
la localitación espacial del delito dete rm~na ... u gravedadl4~1. Todos e to on
''800' de la jerarquización político-ax•ológ•ca del e<,pacio (e~ dcctr, de ~u
nque:a para el sistema de valores poHtico~oo). Pero es que hay nuh: puede
deci~e que los límites del territorio fij:1ban en término~ ab,oluto~ Jo, limites
del poder. No sólo por el hecho, más bien banal, de que la juriMiic~•ón no
podra '>Cr ejercida extra territonwn<43l, o,ino también porque lu:. hecho~
verificado'> fuera del territorio re<,ulluban !>er JUrídicamente 10 •gmlicante .
Como postrer ejemplo de eMa equtparación jurídica entre territorio y poder.
~irva por último el dato de que la doctnna llegaba ha~ta el extremo de
imenta~e la figura de Jos "territorio-. móvile-." para sahar el princ1p10 de
equiparación entre iurisdicuo y tt>rriwnum en Jo~ ca O> de JUrl dtcctón
ambulante (como pudiera ser la de un jefe militar).
39, "Dommus habet dislrictum 1d cs1 IUr!,dlclionem" lglo•a de lo• lJbTI /tt~dorum.
Con.wrlllcltnc.r uu ltbn Jttuiomm. Lugduni 1547, 1. 59): "lemtoñ & di!>IOCtum uppcllauonc non
'tn1an1 propne1o1c· q01a prima vcrba wn:mlm ~upcnurum cotrt1on1bu ", 01 l>ltAI>l S, ConJilta.
cons 176
40. 'Subduu) rauone feud1 po>-.e,slonc' \el rc1. vel rauonc con1rac1us ct delu:ti" (A DE
ISER:'I.IA. Suptr llStlmJftuóorunr. 156-1. 11. 41. n.7).
41 . Gl. ad c. un. CL 2. 2: BARTOLLS. (fJiru/tu, l, cons ~9 (en gcncm. Ll condición dlíd.l
pan la <klenn1nact6n de la wrni,lón al derecho era el Jugar de nacunlenlO o. Jft~ el
lugar de~ ldeocral. Ahora b1cn. a menudo M' c:'ISI:a una ~pecw vlliCIIIxión al termono como
la de ser prop~et<~no de bielle'> mmucblc' (d. un:mht• urUtJildo en w romrmbrn nxdienks
ponuguc:sa.., up~'1ón t,la que: ~ . A. PEG,\S, en us Co~nruriil ad Ord Mfl MJ Rtl lll
Ponug~Jfflut. Ullhlpooe 1747. t. rv. p. 5411. n-4 , dchne como "u,orau, & ind1~.
ahquid tn bonh").
42 V g lo, del nos comeudo, en o cen:;a de la cune.
43 Sobre la C::\pulsión 1em1onat como fonnJ de c'clu\ión Jurldrca. O RRUJIO!I.IiK. Lortd und
lltrfl<huft, cu .. IR5. ~IJI mi~m3 1dcil ju,ulíca el hecho~ que la ~omunkbd IÓIO calllp!C kn
crúnene, comeudo' en ~u lcrritono; paralclumcnle, el cnm1nal podl.l ncoger fi'CC'IXIllemcnte
cru~ el auugo y la e~patriac16n (e> dcc1r. el al>andono del tcmtono) Ewl ~ h2n J!Odido
cncon~~ar un:a c1erta ba.<e en el m~utuiU I'OI1l3J10 del m s J'<l Stltmlflll
103
ANTONIO M. HESPANHA
104
LA GRACIA DEL DI· RtCHO
105
ANTONIO M. HESPANHA
106
L .. GRACIA DIJ OERfCitO
52. lnciU\O M e~ta~ modificac10ne• ~e llevan a c~bo de un modo indlfecto. como JIOf
eFmplo, mcchante la &imelnlAéión de'" e uu<tura pollt~'O.admimwat.l\'a Ad . la aUU!II()Il!Ú
de
una circun•crtp ctón e' meramente formal "• por dc:fc:ccos de: su prop•o cqutpamtc:oto
•dmml\crauvo. ttene que rccurTir a funcaonano de oara ~trcunscnpct6n Adcmi' en UJU
estruc;rura pohtu:a patrimonulh,ta IOi fuoctonaraus de la cm:un.~npd"" c.1ominliJUc IJlCOI~ •
su p:atnmoruo el de~Y:Cho a CJei'CCf w~ compccenc~a.' en la ,ucunscnpcióo ~
53. Se tral& de un c6ptc.:o ell.tendt.lo: la cuactón de w f~ puede ~'a~C en 1 A. PEGA •
Commtnran a • • t , ti (ad 2. 35. 1, c. 22). n. 11 (p.47J. l.a palabra ponu De$ll pt'ni'R(DJ
(bl
107
ANTO~lO M HESPAl''HA
108
LA GRACIA DEL Of:.Rl:.CHO
SS. Para '50rtear 1~ obstáculO:. levantado,. por la ley N1C1onal (en esu tpoca Oni. Mm•• U. 26.
S3) a la adquisición de la jurisdiCCión por prescnpc1ón, ('ald.l• Pere1ra delpl~ga $U ekpme
ar¡umemación a paru.r del carácter occe$oño de la JUmdl"tón respecto lkl temrono r:.n su
opm16n lo que no podla ser adquirido por prescñpcíón dr prr ft lpon¡ue comtluwa. . - cjemplb,
11n derecbo mtuuus pusonor como el podroado o la junsd1cc•ónl podí.t .erlo en wuo qt~e p:ute
Úlbtmlte o cuahdad propia de una umver.altdad: la usucap16n de ~ ciucbd o de un castillo
abarca entonc:e$ tamb1tn la de su~ JUnsdíccione), mclu1do el rMro y millO unpato Y cl IILI
wpmomaus (d FRANCISCO PEREJRA DE CASTRO. Can.n/w, en Oprra. t IV, Coloníae
Allobrogorum 174!1, cons. 28, n 31 ,~.)
S9. F. CALDAS PEREIRA. CotiSIIIa .• cll.. com. 211. f.n eate con.sfluun (e I.S721. en el que
d autor SOlottene que 10'> Arzobispo) de Braga esW! en ti dered10 de •lllJICdir al com¡tdot mil b
entrada a la ciudad. loe favorecen 1~ derechos señonale5 de un modo muy radlcal p;ua lo que es b
doctnna pcmuguesa de la tpoca: rad1cal no Wlto por SU$ cocx:lusioncs -b jurisdic:ci6a resanda
al rey se reduce al derecho de corrru;Jo (n.54 ~) - como por el cJegnollo arpunen1Jli'll. en d
cual se acogen pnnc1p1os frontalmente contrano) al dc~ho naciooal (v.g.. b prescriptibilicbS de
lo$ derecho) de regaifa y de J~ junsdíCCIO~; 13 II'TCVCI"'ilblhd.ld plena de l.u dorlxiOileS bcdW a
la i¡lesia). Ver. \in embargo, la modemac1ón del autor en el const/IUm, 1. ~ " (ibid).
60. Cf M A PEGAS, Commtntuna .. cit., t. 9 (lid 2. Jl, JI. l. c. 26), P. oUó,n 327, F.
CALDAS PEREIRA. Á111J/)Iicw commttlhlnus tú rmpttMt tt ''t'ndlrlOIIt,CU.. c. 21, n. 13"
61 Sobre la titularidad de la compc:tc:nc1a pa.ra la d1v1s1ón temtorial. l.EITAO, Prruú
109
A~'T0'-110 M HESPA~HA
cualidad del príncipe -en tanto que árbitro supremo de los conflictos de
jurisdicción y de poder surgidos entre los cuerpos políticos que formaban el
reino- que como signo del reconocimiento de un poder real de libre
disposición del espacio. Pues el principe tenía la facultad de decidir las
cuestiones relativas a la división territorial, del mismo modo que con carácter
general le competía la realización de la justicia ("iustitiam dare"), pero esto
no significa que resolviera los conflictos de forma arbitraria. Tenía por el
contrario que seguir las reglas, cuasi sagradas, del derecho tradicionaiC61).
De un modo más teórico y menos estrictamente dogmático, esta misma
idea se recogía en la afirmación, directamente inspirada en el Digesto (D. l.
5, pr. -"Ex iure gentium introducta sunt bell~ di cretae gentes, regna condita.
dominia distincta. agris termini positi..."). de que la división política y
jurídica del espacio era anterior al derecho positivo y, por tanto, en este
sentido indisponible<62l. Tal afirmación se justificaba no tanto apelando a la
voluntad de los hombres como a las realidades objetivas de la vida en común
("vitae communis usu", Benedictus Aegidius). Por todo esto, venía a resultar
jurídicamente imposible privar a un pueblo o a una ciudad de su territorio, ya
que éste constituía el espacio natural de su existenciaC63>.
La indisponibilidad del territorio solo se predica respecto de aquellos
espacios políticos que coinciden con los verdaderos espacios de vida
comunitaria. Así pues. los espacios aglutinantes y de carácter artificial, como
los reinados, no re ultaban indisponibles. En efecto, lo reinados eran espaciO'>
compuestos, formado por una serie de territorio en su origen dispersos )'
conectados a un polo centr.1l por vínculos bastante débile'> de dependencia
política. Por esta razón. la "naturalidad" e indisponibilidad de su espacio no
L JO
I..A GRACIA DFL OERECIIO
un:~
re'uhaban tan evidentes, por mucho que la prolongada coe:~.i tcnc1a b.ljo
c1a de unidad. Incluso ,1 In
'>Oberanfa común promoviese una cierta concicn
cue uón no es pacífica, la doctrina tiende a reconoc er al rey el poder de ahen:lr
panes del reino, aunque fuera con Ciertas ltmiUlclonest64),
Este carácter tradicional de los límites territoriales no irnped1a que el
pues
espacio esruviera dotado de una c1erta fluide1 M:h b1en al l'Ontrnno;
leJOS de estar los límites de los espacio s polftico s dibujlld os con hne.•s
una
prec1-,as. resultaban ser. a la postre y como ya .,e ha d1cho. el re uhado l.le
ción pohtica del suelo. Alreded or de
progres1va difuminación de la demarca
un centro profundamente incrusta do en el territori o, \C van tratundo llrtuln
concéntricos cada vet. menos integrados en este último. La periferia e
un
s y pohtico mdctim dos: en
lugar de espacios abiertos y de estatutos JUrfdico
s no formaba n parte del territori o. pero re uha que
buena hd estos espacio
de
tampoco quedaban al margen de él. De alguna forma constituían 4rca
doctrina y In pnkuca fonnulan l!
expan<,ión legftima del espacio poHtico. La
egressu s (saidas . en portugu é medie' 1) par
van a utilizar la palabra
ctón
des1gnar estas 1onas de influencia propias de cada temtorio. Hn cornpara
, dc.l;ienu ) m
con el flmdus, estas saidas abarcaban la~ tierra'> incultas
ario del terreno sólo po<ha hacer \aler ciertos
dueño; sobre ellas el prop1et
derecho~. como el de extende r sus propios cultivos o el
t.lc proh1h1r h)
cullivos de los demás ("facultas dilatandi termmo. ,, & tu culturne ..}. Hle\ da
al plano del espacio político , esta figura doctrin al JUstific aba aquello
bles respecto de c~pacio s vecinos de icrto!> e inapropw do •
derecho'> ejercita
como las 1slas o el mru-(65>.
Examin emos ahora el impacto de la concepc16n tra~hctunalt ta del
..- en
territorio -} en particular de la fórmula "1un-.d•cllo cohaeret temtorium
el régimen de la prueba de la titularidad del poder político.
Grou.rl'. li.oln·Wtcn 1975. 126 ~.)..obre 1od.b ~ UC!r.b >lugares Jlu:tdosd
enrrodc lo\ l de
óo (te: triiU
)U lcrruono: y e\lo no yu porque el 1em1ono 1eng.1 algo que \et con la jurisclteci
ICtllpre l:a di<;CU\IÓIJ cJá.-.~11 -), SIIIO ~ lodo porq~ clt~ITIIO
OO .Jc un;& Clud.ld Je pcnalCCC m
IUTI!odiCIIODIS causa pnndp.1l1 1er fw. auamc:n ctwn
tlllón de 'u~ oc.:e"da dc' vualc ("hcel
cOO<.~\Iom' dom1nii illorum a!!Jtlrum. atque commun" uuh1~11' cm~u. non m~
prillcipalilcr"
1n~ocand o Ord Man ., IV . 67, 11) \i tambi~n para e lu 81 'H)JCI US A[GIDIU
Una tal mdcfinic1ón de lo'> trmiiC'> 1em1onah:' <y por IAnto JUTI~J<.""CIO!tlk:s)
~respecto de
atnbub m~ caso b
la ct.n detcnmnación de la competencia m hm•IIPIII Por oto la c1oc1riM
vcc1nm '"'· PF.DRO BARBOS A. In D 4k bldic J cu
competc:ncl3 a cada uno de: (o, 1cmtono:.
1n l. s1 po lQU311l, ( D. 5. 1. 7). p. 133. La concepción de un.1 lruntcr:a linc:ll COiliCmJib en cambio
ccxonldo en b íi"CCMCD debe
el problema de una forma compleuunerue dtMm&a· "· g.. d honucidio
c1udóld en cu)O temk>nO cayó la cabeD de b •ktim:l (el M..A..
$Cr JUZ¡..do por los Jue<:e' de la
PEGAS. Commt'llloria ... 1. 5 (ad l. 67 pr., gl 2), n. S l.
111
ANTONIO M HESPANHA
112
LA ORACIA DEL DERECHO
113
ANTONIO M llf.SPANIIA
114
lA GRACIA Dl'l DrRI·CHO
11 5
ANTONIO M. HESPANHA
116
LA GRACIA DEl DERECHO
82.V. ~upm. n. 72) l:IITibién HESPANHA. lltstório das trutittl{6C's.•.• en. El fonnulatio de
donacto~ reaJe, favorecía c:.ta mtcrpn:utción ("lendo em ate~Ao ~ SCtVi<.:io que dele tenho
m:ebido e C!t~ro 'tr a receber"l.
118
LA GRACIA DEL OH~EC"IIO
la 'ubordma ión
funda tanto sobre vínculos políticos territo riales como desde
tcrrito rium, quam gentes
per~o nal de los pueblos ("regnum non tantum
sc ripta obed ientia Rex non ro~~et daca
com prehe ndit , quam c ircun
regnare")t83). En el fondo se trataba de una nueva \C~ión de la tcorfa del
doctrin a juridic o·polftico
"seriorío natural"(84), conoc ida y extendida entre la
medieval de los reinos de Españ a.
entaiiHl en la
La estrate gia ccntra lindora encontraba otro apoyo argurn
a y de pu~
noción de patria communis. heredada de las fuente ' r(lman común e
refere ncia a la pntna
aplicada a la situac ión de la época. La
e,t", D., 50, J,
encontraba en el Diges to (" Roma communis nostra patria
3JIK5>). y desde los glosad ores ha sido utih1ada
para JU,tilic la jurisdrcci6n
ar
a. todo lo
ordina ria universal del Emperador y los reyes. En con,c.:cucnci l del
drspon ían de fuero ante el tribuna
súbditos en condiciones de apelar a probar la
tencia uni ve~a l de la corte real venía entonc es
reyl86>. Esta compe onales .
a de los territor io:. trudici
exrstencia de un territorio superior. por encim
muy fr.igile ~. tendida s sobre lonnas cspo·
Se tralaba aún de conexiones
rádiclli. de ejercicio del poder (apelacaón. JUrisdicción sobre cae
na catego-ría
inspec ción). 1~1 tcrrllo·rio real
de personas. ejercic io del derecho de visita o de
ía de modo ocao;io nal ) subsid rario.
era pues una suJ>tancra etérea que emerg
o 1 de
8. El proceso de intensificación de este territorio correrá paralelma!;mu
se verá somet ido a lo
reforzam iento del poder de la coron a; la
asrmetría~ sectoriales y regionales. A mbito~ de ejercicio del poder como
ida por una arraig ada tradici ón en los e\paci o polrlicos
ju\tici a, sosten
tradicionales, van a constituir ~ectores que ofrecen rc~i~tenciu
al desnrmllo de
al. Por el contra rio, la orgnnr1.nc•ón
la nueva redi stribución política espaci
en domin ios tale\ como clli.;co )' la orsunmterón
temtorial real logra avan1ar
de los cambi os estruc turales que tuvicm n lugar a finales de la
militar; al calor
8, b h ; elllulor w tctr UftJ
11). D. A PORTUGAL, D~ donutwnihus .•., w .. l . 11. e:.
territorWo detl't) Y w de
d~1tnc1ón c:onc:epcual entre la natul'llkl~ JUrídica de las pn:!Cm tone\
podere \ tradício nale\: mientra ~ que lo\ políllco ' tradKionale~ ~rfnn lrtro quarma . l<»
lo,
tntw funda/J
de~~ del ..oberano no configurarían ma' que U1131nl
mslllu(l lt'J • C1L
84. Sobre el "-.ellorlo natural". v HfSPA N IJA,IIIIUiruJ claJ
~~~ c r tambié n.D.s. 1.2yD .4.6.28
86. Sobre la 1dea de Roma c:omo ·rama común ") .wbre
1.1 e.uemidn de esa cmc1ictón alol
en la docrrma pnnu¡!IIC '!.lll, P BARBOSA, In D th
fu~ donde loo. re)'es tenían 'u c:one, v ..
2 (D. 5, 1. 2) n 2 ~,. (p. 77 ~' t Roma e111 1.1 pAtria común de todol b ~
Judtc 111 ... ad lett.
lugar donde mide el prfiiC'tpe QUI
en Janto que '>ede del imperio: y ahora la patria comun e' tl
VA F S01.;SA , Tr<Jrtot ui dt j(Jio t'«lnÚl Utro • P 111.
'>Uperion:m non rec:ognoscer": F. DE OLI
pnnc1pe e' el Jue.- -=u lar ordman o ele todos los súbditoS > lk todo d mno )• por
qu. 11. o.4 , El
-. en su Cone ,¡allí~ cnc:ucnl rllll (p. 111, qu 25) En~ tdR
ello. lodo<. pueden '>tr JU7gado /'onrJit, G6nu p
l'hl'dru dn
la 1dta dt Roma (Romtd u). v. r:. WteAC KER. Pni'Otr «hllgt:J
t%2.50<<,.
11 9
ANTOSJO M . HESPANH A
Edad Media, se trataba de dos nuevos ámbitos de ejercicio del poder respecto
de los cuales las formas tradicionales de redistribución del espacio venían
resultando cada vez más obsoletas. Finalmente, también hay que contar con
aquellos ámbitos sencillamente desconocidos para el ejercicio tradicional del
poder; sin previa demarcación política del espacio, resultan ser pertinentes
para e l desarrollo del territorio unificado y centralizado (asf sucede con la
educació n, la economfa o la sanidad). Aquí la corona organiza el espacio
libremente, aunque la verdad es que aún tarda en ponerse en marcha.
En Portugal , la institucionalización del espacio moderno se realiza a partir
de la "comarca". Espacio en el cual el corregidor ejercía su competencia. la
"comarca" fue en su origen un territorio ad hoc: su amplitud y Hmites los
establecía la carta de nombramiento del corregidor. Más tarde, la división
"comarcal" se estabiliza. En el siglo XVI, su número y límites son ya más o
menos fijos y se mantienen hasta las reformas del XIX.
Ahora bien, el impacto de la división territorial en "comarcas" era en
cierto modo contradictorio. Por un lado, tenemos que el peso del corregidor
en la vida local aumentaba a medida que se arrogaba poderes cada vez más
ex tensos (desde la tradicio nal esfera de justicia a la supervi sión de la
producción económica o la confección de estadísticas). Por otro, constatamos
sin embargo que el corregidor no llega nunca a despojarse de su condición de
magistrado de "corrección", es decir, de vigilancia. Y esto significaba que su
radio de acción no podía abarcar todas aquella s tierras exentas de
"corrección": se encontraban. pues, fuera de su alcance territorial. Por todo
esto, el territorio real resultaba ser un área discontinua y poco racional. Y
estos objetiv os también pueden predica rse de los almoxo rifados o
circunscripciones fiscales que sólo abarcaban aquellas tierras tributarias de la
hacienda real. Por lo que respecta a los territorios militares, hay que decir que
presentaban una cierta homogeneidad, sobre todo después de la "guerra de la
restauración" (1640~ 1 668). El reino estaba dividido en provincias, cada una
de ellas bajo el mando de un gobernador militar, y esta división se impone
sobre los espacios militares tradicionales (alcaidarias).
La imagen de un territorio al cual le corresponde una jurisdicción no existe
todavía, a pesar de todo. Teniendo en cuenta, además, que la jurisdicción (las
atribuciones) de los diversos magistra dos de la corona encargados de los
diferente sectores de la actividad polftica y administrativa no recala en unos
mismos espacios, entonces se puede afirmar que mstitucionalmente siempre se
pusieron trabas a la representación unjtaria de un espacio nacional.
Un vistazo a la historia de la cartografía prueba que la emergencia del
territorio tiene un carácter epigonal. Así, y pese a la riqueza de la tradición
cartográfica portuguesa. se ve que hacia finales del siglo XVII no es posible
encontrar una representación global y autónoma del reino. Antes de e a fecha
120
LA GRACIA DEL DERECHO
12 1
IV
123
ANTONIO M. HESPAN HA
124
LA GRACIA DEL DERECHO
de ese poder
incluso para los propios agentes. Es el impensado de la hí torill
lo que se vislumbra.
~ crin};idó
En el texto que sigue enfilamos un análisis de e<,te tipo aunque
~ripci ones polftico-
a al~u.nos ~lementos est.ructurales tan sólo: la circun pccialm ente,
icación admin isttattvü (e
adm~ms~ttvas,. los medt?s de comun
ntura) y. sobre todo, los a<,pect o cuanli tath del
el bmom10 orahdad-esc áreas de la
personal administrativo y de su distribución region al y por
administración.
A partir de aquf, intentaremos levantar una tipología
de los !il§tcm
inistrativos coexis tentes en la socted ad ponug uesa dtl . XVII.
polftico-adm !>l telllllS no
Como veremos, la incidencia regional y sec10rial de los diverw
s desem boca tanto en la proble m!tica de 1
es la misma, por lo que el análisi o·(6),
"áreas cultur ales region ales" como en el llamad o "Estad o modem
pohtic o-
Apre ciació n globa l de las estru ctura s de los oficio
adminlstrativos en Portu gal a media dos del siglo XVII
125
AI\TONIO M IIESPANHA
126
LA GRACIA DH, UERI:CIIO
que lt datos
23% en AJentejo y Algarve): e incluso más si 'e tiene en "uenta
de Viseu y Setúbal están incom pletos.
lll 1nna nu1
Miño. Beira y Extrcmadura constituyen. de e'ta forma,
equipada desde el punto de vi'>ta político-admmi'>trmi vo.
u de lo
Estas consideracio nes tienen su imponancia para el c~tudi bd
realida d, cada agente polttic o tiene una capacic
mecanismos del poder. En ~encue ntra
ad
hmitada de control. Desde el punto de vista espac1al. su capacid
In di tanelll. Las
limitada por la accesibilidad geogr.ífica. concretamente por
estable cían por ello patron e' para los espaCIOS
fuentes jurídicas medievales (dlrJo de
en un dfa
JUri'>diccionalcs, cuyo ámbito debería permitir 'U recorrido
rálico. la capacid ad de control
cinco leguas)<9>. Desde el punto de viMa demog i6n. 1,
en mtón invcf\a a la dcn,id ad de poblac
e\ también limitada, variando
s medie vales. el "tcmto no" es el "t pacio polít1cn mcnte
como decían los jurista
núcleo temton.l
t4uipado" (urrirorium est spatium armalllm iuri.,dic tionis), t'l
o exi-.ten te entre el M1ño y el ToJo.
del reino estaba constituido por el e'>paci
ontana y alentej ana, constit u)cn ~u ''perife ria·.
La-. OIJ"ru. riberas, tmnsm o, son. no
Lo!> datos potrtico-administrativol> con lo'> que eMamo lidiand
para pcnnit ir tale conclu siones . Ln
obstante. demasiado globale-. como inistrn ll\0
c1fras incluyen cargos perten ecient es a univer 'o" polític o-adm
a • que aharca n
dl\tintos, que utilizan tecnología' administrativa~ divcr
se
n divers ament e el e pac10 ) que
grupos sociales diferentes, que recorta
ti\•ns.
mtegrnn en estrategias política~ heterogéneas o incluso conllic
Bien mirad o, repres enta una deform ación idealb ta uponer que 1
constit u)C un i tema unaficado )'
administración -incluso la de hoy en día- cocx1 ten
coherente. En los equip amien to' polític os de todas las época
cada uno de ello
modeloo, que la historia va integrando progresivamente, la!i
guio;a comb ina el e pucio.
dotado de una lógica intern a que a su polluc o·
os y lo!> deMin atario' de la accicin
tecnologías, los equipamient poder. La
io del
administrativa dentro de una estrategia diferenciada de ejercic
arrinconamiento
evolución de los sistemas de poder no implica el completo
de un si.,tem a nuevo: ni uunpo co se da una
de uno ya exio,tente por la llegada
tan armón ica que permit a pensar en que ambos pa~n a formar un
integración
di p:u-es. a \cces
único cuerpo. La sucesión supone un eq01libio de elementos
nales, pero a veces en ubienu connicto.
ligados por reconversiones funcio ndo los
El análisis debe, por tanto. divers ificar e .. tc conjun to. di tinguie
cando a cada ~no un
si!>temas polftico-administrativos que integra. adjut.h 1m1en _to
cia. utiliz ando cterto equ1p1
domi nio territo rial de vigen En úlur113
dirigiéndose a un dctenn inado univer w social( IO).
institucionales,
bs relxJOOO entre npa.."'ii Y
9. Cf., entre no;otro,, Ord. F·il.. 1, 18: 1, <JI . 13; 111, 56. 6. sotR
politka del Anuguo Rét!tmc n, \ . d a~pCtulo 111 de este librO.
pudcr en la teoría
plunilicbd de lmliOOOS YOCD de
1O. E, la pluralidad de Sl\lc:mas de pockr cumport&. llSI, una
dt Lu fontUJCIOIICI pol!'ltelU
uni\cN>s de los 'úbditoo.. Cualqutera dt ~ta.\ pluralto. bdc « tfp!Cll
127
ANTONIO M. HESPANHA
128
LA GRACIA DEL DERECHO
a comamt de
radios, pues, superi ores a los 7 Km; e igual sucede en la Cl\tens
:. concej o corno cl
Ca~telo Branco , o en la de Guarda, dónde existen enorme
e~ sobre rodo en el Alcnle Jo y el
de Covilha, con más de 1200 Km2. Pero
''gigan tismo" del conceJ O: allí e,.aqen 4rus rnedw
Algarv e donde irrumpe el
los 300 Krn2, con radios de cercn de 10 Km. No e~tamo . aún, en
que rondan
ier modo, e
los límites extrem os de los 25 Km de rad1o, pero de cualqu
ov ían la inmed i ac ión en la relac1one
medio ambi ent es que prom
en los que se basaba el \lstem a políric o concej il quedaban
admini strativas y expre tón
no consli1 uyen la
desconectados. Los concejos del sur del país es
natura le:.; \On más bien unidad
político-territorial de la!. comun idades de la
creada s "desde arriba" . No respon den u la lógtca
políticas artifici ales, -
lógica de helero
auto-o rgani zació n de las pob l ac i on e~. sino a una n
design io., de poder que tambi~ v&encn
organización (por la corona ), sumisa a
no pudiendo
de fue ra. S iendo esto así. la admin istrac ión conce jil. ri:unente a
el univer so de las relacio nes de poder, recurre necesa
monopolizar
otros sistemas políti co-administrativo~. a mollla nt~ o a ju:umtA -12).
locales (el
Los mapas 11 y IV, al cartografiar la densidad de lo:. olic1os ión),
relació n con la superf icie, el segund o re<,pec to de la poblac
primero en del
de inciden cia
confirman lo que ya se ha dicho sobre las área~ nuclea re)
a raun
El único ra!)gO paradó jico e.' la elevad
sistema admin istrativo "local".
tambi~n la de
habitante/ofi cio que presentan las comarcas del Miño (y
hecho ,. De una parte, por la
Esguei ra). Esto se explica, posible mente, por dos
-de carácte r involu ciom:.t a respec to al eslad•o
abundancia de feudos y honores
las estruc turas del funcio nariad o y que se adscnben a
concej il- presenres en ello mis
referim os a
modelos anteri ores, patriarcales-comunitanos (nos almente
(v.g .. justici a admini •arada person
adelan te) de organización poJrtica SmO
de escriba nos propto s). Y. de otra. por el dillllJTll
por el señor, inexis tencia del 80% o
XVII ( alto
demográfico de estas zonas durante los siglos XVI y uando
al none de Vouga , except
mál., entre 1527 y 1700, para el litoral
debida a la
Barcelos): dada la rigide z de las estruc turas del fu ncionanado, do un
expeñ menta
naturaleza patrim onial de los oficios, éslas no habían
1ón; en cono,e cuenci a, e había
creci mie nto correl ativo al de la poblac .
erunagrecido el equipamiento potrtic o-adm mistra uvo de la zona.
polfti co-ad min b trati vas loca le~ no consti tuyen, tn
Las estruc turas
n ~ uperponen
embargo, un sistema homogéneo y unfvoco. En ellas tambié
en épocas distint as. ligado: . n umllet'S (lS poJruco-
empleos y procesos surgid os
basado s en variad as tecnol ogfao; admin istrativ as.
sociaJes diferentes,
En realidad, el sistema político "concejíl", tal como e~taba mstituc
ionabzado
12 A montan /1', en el ~nudo de forma. mi• DI'Cllicas
de orpnir.aci6n. rmuu: a (OI'IIW
ctonct 1ldean n (las aldeu
comunuarias de organmlctón. El "reconoctmiento" de JUmdtc
8/UCO. Guarda. ~ f:ron)
hmiladas. en alguno ~rmJIIOlt ext~. como el de Casu:lo
tl• ofJCUl.Aju:mstr. m d lttlllldo
hace posible su legtUmactón en relación con el $1\tema "COOC(J
uan~lier e ~u~ nda5 • 1» ~lUlo.
de formas llW modc~ de organiz ación. comptte
129
A"TOS IO '-1 HE.SPAMIA
130
1.,\ GRACIA Of.l U!RF.CIIO
16. Sobre la.\ con!.eeuencia' cuhur.tlcs del Jl3'0 al mundo de l1 comunicDción ocnca. ' J
GOODY. llrr domt'stícatíon of SOI'Ol/t mrncl. C.tmbrrdge J9n. y W. 0~0. Orollf)' aftd llfrrt117
Thr ttclllwlo11r;íng of tht 11·orld. Mc:thucn 19112.
17 Sobre eMe problema. \'er con má\ dctnllc d pnmcr ~apftulo de e.uc hbro
131
ANTONIO M. HESPAN HA
132
LA GRACIA DEL OERECUO
N= (E X 2)/5
L=N/15
A= L/8
O=Ax 2,3;
'>UStituyendo: O= ((((Ex2)/5)/15)/8)x2,3)));
21. l:ciliundo ellndt.r: das notas dt 1·dnoJ tohrlibtJ dt LiiOOcl tnm• <IS u111u 15$0 t 17<17,
Li\boa 1931-1949,4 vol~.
22. Rcpiciendo 1~ clk:ul~ por comarca; en Guimarllo. 23%, m Vuaoa. 12'1, en Pono. l7'iL
en \1ooc.:orvo. 9%, en Co1mbra. 20?(, en Esgueira. 12%: en VJseu, 14~. m Lamcgo. 9'it cn Pinbcl
ll'l: en Guama, 11%. en Cascelo Branco. 14%. en L.e•ria.. 9'l: en Tom.v. :!l'k: en Tonri Vcdm
24'1. en Sancarém. 39%. en Craco, Hn, en Evora. 23~: en Be_p. 19l1: en ()urlque. l~.en Eh'& •
24~ . en Portalegre, 36%: en Aviz. 21%: en Seníbal. 39<1-, en TaHta. 26'1. yen ~. l9'lb
133
ANTONIO M. HESPANHA
134
LA GRACIA DEL DERECHO
135
Aii<TOSIO M HESPANHA
apenura es. cienamente. un factor explicativo del recurso a la admin1\tración e..crita. Pero la.'
asimetrías regionaJe, ~erifi<:adl\ no pa..an sólo por ahí. Realmente 'ucede que las ZOI13.S que
1dentafteamoS corno de cultura pohtico-adminisrr:ui\'a oral pre~ntan valore. ..alariales bastante
infe~ a los e•peradoo. con:.1dcrando el e\lado de apertura de su economfa. O <;ea, inclu.'O para
cond1cione:. ecooómk-a.' con.\tante\. ~ ~ntan como zonas mvolucionada' de-de el punto de
""ta politico. hecho que viene a probar la eficac~a. en e~te campo. de Otro- factore,, al margen de
la apenura mercantil de la economfa. Como. por ejemplo, el hc:cho de que la!. Clrcunscripciooc:'
tengan una dimensión muy e~1gua, pue~ resulta que 11\.\ tie~"~"U peque"a' ~n. en general. má.'
contmrias al uso de la e<.entura como med10 de comunicación admim\truuva. Sobre el método de
enálisis est.adf~tico uuli1ado. v. la pre!.entación que hice de él en "L'idenufication d'aires juridico-
culturelles A l'aide de l"analy'e \lall\tique de la corrélntion Un rappon de recherchc".
R«ltl.fhistorisch~ Jourrw/2 ( 19!13).
27. V.. :.obre el tema. HESPANHA. Hist6ria das instlluf&S E."¡~Mas m'd'~'·a/ ~ moJ,rna
Coimbnl 1982.
136
LA GRACIA DEL DERI CHO
137
ANlONIO M. HESPANHA
final del siglo XVITJ (o. incluso, hasta el cambio efectivo que suponen
la~
reformas de Mouzinho da Silveira) para ver un planteamiento modern
o de la
reforma administrativa. Hasta entonce s la corona se contenta, por
un lado.
con tener un poder simbólico (eso sí, bien defendido) sobre el reino;
y. por
otro, con practicar un control de las fronter~. no tanto como límites
de un
espacio jurisdiccional o como líneas de defensa militar, sino como lugares
de
cobro y recaudación de los tributos más decisivos para La estructura
ftnanciera
del reino en este período: las alfOndegas. Creo que justame nte aquí
se detecta
el rasgo decisiv o a la hora de explica r la singula ridad de este
sistema
administrativo. Pues. al contrario de lo que acontece en Francia o en
Prusia,
tenemos que el interior del reino no resulta en los siglos XVI y XVII
dec1sivo
desde el punto de vista de las finanzas de la corona. De acuerdo con
estudios
que tuve ocasión de llevar a cabo sobre lasfolh as de receita do reino
de 1527
a 1680, el peso de los ingresos "internos" del reino (constituido, sobre
todo.
por los almoja rifatgo s. en los que se cobraba n las sisas) fue aminora
ndo
durante estos dos siglos (55% en 1527, 61% en 1557, 46% en 1588
) en
1593,24 % en 1607.2 6% en 1619,2 8% en 1625,3 7% en 1637, 15%
en 1632
y en 1660. y 11% en 1680). Esta debacle se explica si se tiene en cuenta
que
desde la primera mitad del siglo XVI la general idad de ramos de
sisas se
encuentra centraliz.ada (y, por tanto, fijada).
138
LA GRACIA DEL DERf.CIIO
~•quiera pasa por la sustitución de este si..,tema local; más bien lo que
pretende e,, dejándolo intacto en la medida de lo posible, e tablecer
Jn'lancias "externas" de control, según un modelo que la reciente teoría
udmanistrativa denomina de "autogobierno" (Selbstre~i~nmg , ulf·rul~).
Oe~de un punto de vi sta sistémico, el funcionamien1o inrerno de la
administración local constituía, para la admini-.tración real, un proceso en
hlack bo.\. Las pretensiones político-administrativas son comunicadas a la
comunidade.., mediante "intennediarios políticos" (MIIItlsmanner} . lo cuales
las traducen en ténninos propios de los procesos políticos interno . El outpul
-.e procesa sin embargo a la inversa: los "intennedaanos políticO,! " recogen la
re . . puesta comunitaria y la hacen llegar a los órganos de la adminhttación
centtat<30l. En el caso portugués, la función de Miuelsmonn es de empeñada
por la cámara o, en algunas ramas sectoriales de la admini !ración, por
órganos especaaJizados como los escribanos de las sisas, los e cribanos de
huérfanos, los tabeliáes o los capitanes (o sargentos) de la milfcias da
ordtnanra. La presencia dentro de este lote de los escribano~ e:. :.ignalicau~a
dc,de el pumo de vista del tipo de comunicacaón polílico-adminiwativa
lcndida entre la administración central y la local: la 11·aducción que hacfa
posible la comunicación entre uno y 0110 mundo coru.is1e frecuenlemente en
la lranscripción del mensaje local a una lengua escri1a, racionali1ada, corw1.1
por un detenninado patrón y que anuJa las particularidadc~ regionale pMll
reducir todo a fonnulaciones genéricas y omnicomprensavas.
Sólo en casos excepcionales la administtación cenital pre,.cande de es1a
t\lructuras locales injertadas y se desenvuelve de forma completa Y
nu1ónoma, desde el centro hasla la periferia. Es lo que sucede. por ejemplo.
con la admini'>tración aduanera, totalmente libre de servidore locales. Pero 1
no, la administración reaJ se pone siempre en marcha, a montalllt. desde 1115
Nrucruras polfticas de los concejos. . . .
Al margen de su mayor o menor eficacia práctica, la udmana\lr~a~n de la
corona im1i1uye un modelo adminis1ra1ivo que potencia el pre tagao de la
ICCnología "escrilural". La opcaón por la escritura implica 1~ inclu i6n en el
seno de un sistema de comunicacaón en el cual el rey con tatuye WlO de 5U
polos. y asr. y por muy lento que fuera el proceso. la presencia) ~ligio de
la administración de la corona impulsa conunuamente la escntura como
forma político-administrativa. .
E ta promoción de la e critura actúa dentro de 1~ propaas com~t~
~ocales Y provoca. más por la violencia simbólica que ~! la vtolencta
ln\litucional , una continua usura de las formas tradactonales de 1
udmani!.tración no escrita del sistema "palTlarcal-comunilario·. El esplendor
30. V., <;Obre este modelo admani\traaavo en la h•~aoria de la adnuni~ (lllllbU'J rts,unen.
•dmma\lracaón colonaal), G. SPITTLER. •Ab~aral..tu Wassen ab Hencbafu~IU z.ur
Ents~thungsgeschíchac: bUroknu.ilK:ber Hemcbaft im s..uernsaaat f>m¡ucn•, K6/11U z,,urluiftfoT
Scdotoflie ulld So:tuiP>.H hologlt 3 ( 19lSOl 574 ~s.
139
ANTONIO M. HESPANBA
3t. Prueba de ello es. por ejemplo, el re~:onoc:im1ento <k magistro~turas <k aldeas
(Ju«e
pedáneos), aunque a condici(Sn <k su ~ubsuoc1ón dentrO <k las magisuatu
rn~ del concejo.
32. He descrito detalladamente eMe proce..o en el pnmer capítulo de c'te
libro.
140
CUADRO 1 OFICIOS 1:."1/ 1640 (Por comáml~)
....
¡_!!!!..
TOTAL. ono~ ltA~IC~ Of' lA AD\il'oi~TRACIOII< P'OitUFJC. Of'IIAII.EA Ofl("JCIR<-u .. . se.
(4) (6) (7) (8) (9) (10) (11) (121 (13) (14) (IS) (16) (17) (18) (19) (20) 121)
(1) (2) (3) (Sl
1---
o 516 488 18
2
o
o
3
1
11
1
1
1
o
o
190
29
4S
S
32
3
176
2n
186 S036
364 11296
11
6
11
4
4
.4
_,.20 . .19
.23
.01
.02
1 83 62
2 319 290 26 11 2 12 1 o lOS 32 16 354 389 4341 8 7 .1 .16 .14 01
3 66 39 10 6 3 1 4 o 1 7 1 343 580 2263 13 8 2.4 .17 .lO .03
4 216 171 36 14 13 9 S o 67 14 9 297 376 178S 12 10 2.4 17 13 0.3
S 301 262 31 S 12 9 2 o 113 18 46 300 351 2966 S 5 .6 .21 .18 .02
6 296 276 20 11 2 S 30 o 67 27 8 170 183 2521 14 13 .1 •• 10 .10 .ol
7 298 265 29 17 o 9 60 o 67 23 6 o o o 20 18 1.9 . 14 .13 .ol
8 161 127 32 18 4 10 1 o 32 19 4 297 377 1496 8 1 1.7 .04 .03 .01
A 449 127 182 17 51 38 o o 31 29 54 237 839 S8S 19S .17 ..22 .33
8 653 ~lS7 27 6 8 8 173 o 129 23 16 110 122 2660 12 11 .6 .20 .18 .01
o 203 10 9 .5 .23 .21 .01
o 500 467 26 10 9 3 127 112 18 14 217 3898
.02
~ l1 397 :u2 ..\4 o 21 10 1 o 121 )3 16 131 157 15n 16 13 1.4 .23 .19
~· 183 1&1 1) o 2 S 4 o 84 J3 14 518 S65 729!1 3 3 .2 .26 .os .00
(j S81 llS9 22 2 3 9 8 o 326 112 60 116 118 4626 9 9 .2 .25 .2S .01
H 1142 637 ~ o 1 4 o o 215 SR 29 112 112 14403 13 13 .1 .21 .21 .00
1 ~H 608 ]J l 7 10 2 o ISO S2 23 129 IJ4 3S40 14 14 .S . 17 .16 .01
o 19 93 111 1\94 20 17 2.7 . 12 .10 .02
J ~21 433 ~ 33 C> 10 ~' 117 48
.os
1 7 o 62 22 1 214 255 26Q4 17 15 1.8 .06 .01
K
L.
227
3111
190
.H I
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1
7 6
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37
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.OS
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4n
122
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10
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.1 os
07
04
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01
01
382 342 3<1 1~ .5 9 Ul o ll.l 29 24 74 32 :1.128 32 29 3.2 .u .20 02
Q 2-'6 22• '14 1 9 • 21 o 6b 14 12 79 17 1395 IS 16 12 .12 .11 .01
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u 467 3~ .50 ) 19 7 41 18 109 lA ll 170 201 1500 71
\' 621 ~ 27 l 1) 1 6S o m ~) ~ 113 IZA 2604 lB 16 .1 . IS . 1~ .o1
X 410 276 61 1 46 6 1 o 106 n 12 112 167 'I.SS 24 16 ,4 .12 .os m
y
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14
.tO ~
9 4.3
.l
.~
.14
.OJ
.11
•112
.(M
142
LA GR,\CI \ Dfl. PFRF.CHO
MAPA 11
OFlCIOS POR COMARCA. (1640)
143
ANTONIO M. HESPANHA
MAPAill
LEYENDA
c:::=J menos de 0,10 or.Jkm'
EmmiJ 0,10- 0,15 ofJkm'
- 0,16 - 0,21 ofJkm'
- mis de 0,21 orJkm'
144
LA GRACIA OB OERf.OIO
MAPA IV
Relación población/oficiO~ (c. 1640)
(comprendiendo todo lo!> ofic1o~>
LEYENDA
r::::=:::J M» de 200 h.lbJotk.
- t>tt60alOOhAb Oflc,
- Dt tlO. 1!i9 &ub l'k.
- Mtnl>\dt tlOI!.lb•ofic·
145
AI'-'TO'I IO M HESPANHA
MAPA V
Relación entre los honorarios notariales y la población
(por comar cas, 1640)
·----
- --·
- ·.
··
·-
; - -- --
:-
----··
-- ·
. -·
·
·-·==-
. --!.
~=·
··
- :
-· ·
-·
.. ·-·-·
·- · ·····
~··
-·-···- ·
- --·
.._.
- ···
O Faltll de datos
menos de 17 rs.lhab .
17 • 22 rsJbab.
11 23-28 rs.lhab.
·-·-· · ·~ ·
a mas de 28 rsJbab .
146
LA GRACIA OI:L DERtCHO
MAPA VI. 1
Relación de los honorarios de lo"> escribanos/población
(entre Duero y Miño)
-
KA¡¡;¡¡
KUWG--
--- - - --
-:.!-??-=-,;........ ~
---~
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:::- :T•• _ =.:;cw;;
-
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-----·-----
-aa:aw:c
-
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-
.... :::·
~
· ~)
147
ANTO~IO M HESPAJ\HA
MAPA VI. 2
Relación honorarios de los escribanos/población
(comarca de Coimbra)
~~
~ --- ---
---
_....._...._-
---
-- -- -- --·---
a><rCc.\1. =~---
-
-
--
---
-- - ---
•
--- - LCM&L
---
--
-·
- •
---·-
--== OFolla de do tos
----
_ co.,.... § Intensidad dei!Wirso
=
;; al derecho ofiCial
g
(medido por lti
-
capitaciones de los
--
boMrano, nocariales y
1 judkblesl
148
LA GRACIA DEL DERECHO
... .
oc:a.-:o..,._
--.
HonorariO'i de 10'> escribanos nowú~
149
ANTOSIO M HESPANHA
MAPA VII
Oficios de la Administración Real Periférica
(por comarcas, 1640)
LEYENDA
Mancha ntgra dt la
izquitrda: AOIJANAS
Mandil 11fV1 de la
dtrtdla: JUSTICIA
150
V
LA ECO NOM IA DE LA GRA CIA (!)
bien refleJa el gu to
l. La cila que enca be7a este arlículo -que tan
o qui1ú s. quien abe, la obse 16n
precrosisla de la parenética manr ensta de 1 palabras l).
s ocult o~ en la ma1er ialidad
cabalística por los significado •ón obre el
una rcne~
puede constituir un hermoso punto de pantda para la dád1vn en la
, en fin, de
deber de dar y el espanto de denegar. sobre la moral "rozo nes" meno
que prelen de dcwe lar las
época mode rna. Reflexión ésta do encub ierUI! por
ca, aquél la' que a menu do han queda
evide ntes de la políti mpor ánea del
iogrd fía conte
la ilusión juridicisla y estatalizante de la histor
derec ho y las rnstituciones.
ada lectura de la fuClltes
. La literatura más rec•en le, gracia' a una renov
y 11Kx1ctrul (O Hrunner,
JUrídicas y potrlico-morales de las épocas medic,.al
a las nuev~ conce pc1one teónca sobre
P Schiera, B. Clave ro, D. Frigo) y
ca de las relac ione~ de poder (M. Fou ull), rc.1h1.a
la dimensión microscópi
de descifrnr los dJ\ctS OS
por el contra.rio avances muy imponanles en la tarea
152
LA GRACIA OU. DI· RECIIO
15.3
ANTONIO M. HESPANHA
las demás virtudes, en especial la verdad y la gracia (cf. Sto. Tomás, Summa
theol., Ila. Ilae, qu. 80)(10).
Tal vez el ejemplo más paradóji co de estas obligaci ones sociales que
derivan del prudente gobierno de uno mismo lo proporcionen los dones o
favo res. Actos por naturale za gratu itos, e llos conform an un universo
normativo minucioso y preciso, en el que la espontaneidad no ha lugar, al
tiempo que hacen las veces de engarces de cadenas infinitas de otras buenas
accione s, que, como veremo s más adelan te, te r minan por ser una
principalfsima agencia de estructu ración de las relaciones políticas (tanto
cuando actúan por su cuenta como cuando se dedican a reforzar al derecho y
a otras fuentes de normatividad y de poder).
154
LA GRACIA DEL DERKIIO
156
LA GRAC IA OFL Df RECHO
!57
A"-'T0:-110 M HESPAN ItA
158
LA GRACIA Ol'l. DliRF.CIIO
da~ no"a' bcnffe)tUI)as (..) Pero se no~ qu1 ernos secr delw segunmnu c ~~;
fattllas stavee\, trabalhemono> de a.\ outorglll' fíllendo que.- eiLu setam bcndf~
(lni
ed. ~de Obt ~
1
PEDRO. tramado da IIITIIItHtl Mn/tllllf)t J. c·on . en '1.1 A lli!DA
prfnofX':< út .-hi:. Puno. Lello & lrmao. 1981. 566}. Sobn: Ql& obnl de D ~) 11
.~
don que tnt:opom. G. PAPAG~O. La llfiiWIO h<.·mjt'llontJ. en MOZ"/.ARELU (cd
fkf PrttiCI('('.
28. Cf. f:r. tud. 111. 4: Et me., IV. 1: Sto TO\tAS, Sununa tl:tol • (I¡¡JJ
~? 119
• CIL
(aunque con •ensible> d1fen:nclll.\ que prv~ 1enen de las nue•-a5 rdxiOneS que se
la I•Mrafllas clásica y In clwmar cristiana).
159
como el pesar en el gasto (Et. Eud., 1232a)<29)
La acción de hacer el bien a
otra perso na -beneficium- const ituye una de
las mani festac iones principales
de la libertad, y fue asimi smo objet o de teoriz
ación por parte de Séneca, en
una obra (De bene ficiis ) que tamb ién se
sitúa en la base de la mora l
occid ental en las época s medieval y moderna(30
l.
La acció n benéf ica no es en ningú n caso espon
tánea y gratuita. Séneca
comi enza su tratado subra yando con énfas is su
carác ter reglad o y calculador:
debe ir acom pañad a de la mism a reflex ión sever
a que mere ce un contrato
oneroso<Jn. Pues, en efect o, no hay que dar
cualq uier cosa a cualquiera de
cualq uier mane ra y en cualq uier mom ento.
Esta acció n debe ser
rigur osam ente selec ciona da y metic ulosa ment
e practicada (ib, IV. 11, 5).
Incluso. cuand o es~ sopes ando las ventajas de
una hipotética legislación que
viniera a castig ar la ingra titud, Séneca llega a aJirm
ar que el dulce orden de la
beneficencia agradecida es más coerc itivo que
el orden explí cito del derecho:
si no se ha dicta do ningu na ley al respecto es
justam ente para logra r que la
liberalidad sea más gmve y la elecc ión de aquel
los a quien es favorecemos
más seria (ib., n. 14, p., 1, 72).
Sin emba rgo. hay que decir -advi rtiend o aquí
el parentesco de esta lógica
con la descr ita por M.M auss- que este cálcu
lo de la libera lidad es muy
disti nto del cálcu lo conta ble. Séne ca desc
r ibe con todo cu idado las
singularidade~ del cálcu lo bienh echor
: "(en la beneficencia) il n'y a point de
pertcs. car la perle suppo se calcul. La bienfaisan
ce ne fait point de comptes
en partie s double!>: elle se conte nte de dépen
ser. L'obl igé rend- il quelq ue
chose, c'est pur gain, sinon , la perle est nulle.
J'ai donn é cela pour donner,
sans plus. Nul n'inscrit ses bienfaits sur son livre
d'éch éance et neva , dans Ún
cupid e empr essem ent, a recla mer son díi;
faire , a l'heu re et a la date
marq uées, une somm ation . Jama is, ils n'occ
upen t la pensé e d'un homm e
160
LA GRACIA DEL DERECHO
32. Para dísungutr la buena acción del con111110 ~111alagt!Uuco, c:on upreu rtaei6a •
ln!arU D
sutendo a Anstóteles- de la primera a la Sttuacíón de de'tgu3kbd enm las pano. V
PEDRO, Traillado, cit., 575. el
33. La regla más tmponante en relactón c:on e to obhga a dar 1;nnpte lallendo en tumU
eMado del donante o del donatario (cf O PEDRO. Tra11tado, Ctl • 5 7 " C:OII
~ iCa
Interesante). Su hem1ano el rey D. Duane e!ttríbtó tambi~n aobre ei~C~~U en Utrl ~(JIISr
AL'o1EIOA (1981 ), ctt. n. 25, 298 ss).
34. V tambt~o D PEDRO. Troutado. eu., 286 dkl
nc
35. ·on trouve des pen.onnt!> qu• ne con..cnrcnr ll recevou que Iom clc:s rt dr.
veulem m u!moio ní confidenl du bien qu'on leur fail; cu gens-11, on peul lue íOr. CXl1 U:C:
coupable am~re-pen~. Si J"auteur d'un btenfatl ne dou lul c1on11tr ele pubbc: tt ~
cblu •
me>. ure oíl elle peut fattt phum il J"obhg~. en revancht, cehn qut ~~ daiS prc:ndtr
pubiJc
tl!moin" IDt Mn., D. 23. p. l, 48).
161
ANTONIO M IIESPANHA
Si tu veux trouver de la gratitude chez ton obligé, il no faut paste bomer a lui
faire du bien, mais encore a l'aimer" (De ben. II, 11, p.l, 35). Es este
obstinado pero sutil trabajo de seducción el que a la postre logra que el
destinatario de nuestros favores se ~>ienta y se proclame agradecido,
ampliándose entonces su capacidad para resrituir -en capital simbólico- lo que
le ha sido entregado.
Al igual que sucedfa con la amistad, la liberalidad es también punto de
origen de una espiral benéfica de carácter recíproco.
Y es que, al margen de que este amor al benefactor produzca un habitus de
servicio, tenemos por otra parte que la acción benéfica genera la gratitud, y ésta
a su vet. una servicial contraprestación que, movilizando a su vez un excedente
de liberalidad. reenvía de nuevo a la gratitud. Se trata de un juego de mutuos
reflejos, bien descrito por Sto. Tomás: "sicut dictum est, recompensatio
beneficii praecipue (>\!ndct ex affectu. Et ideo eo modo debet recompcnsario
fieri quo magis sit utili'>". (Summa theol., ITa. Jlae. qu. 106. a. 3, n. 6).
Como todas las vinudes (cf. Et. Eud.• 11, cap. 3, 1220b; n, cap. 6, 1106b,
l4-16),la liberalidad es el "justo medio" entre dos vicios: la prodigalidad. por
un lado: la avaricia, por otro (cf. Et. Eud., cap. 3, 1221a: m. cap. 5, 1232a).
De la naturaleza liberal y gratuita del don no se predica en absoluto la
arbitrariedad. Pues la economía de la ,r:ratitud constriñe al inferior a
intercambiar de un modo razonable (ratio, proportio), pero la economfa de la
dádiva hace algo semejante con el superior. Estas dos economfas confluyen
en una regla general de los illlercamhio~ de l'entajas sociales, todo esto para
una sociedad en la que el desequilibrio es un factor tan constitucional como el
carácter reglado. estabili:ado. consolidado -en una palabra. neturali:ado- de
este mi'>mo desequilibrio. Superior e inferior, tanto uno como el otro. están
entonces sujetos a la doble obligación de hacerse pre~>taciones mutuamente y
de hacerlns, además, con arreglo a lo genéricamente establecido (protección y
beneficio frente a re\•erencia y sen•icio). Porque eMo es lo que está inscrito en
la naturaleza de las cosas.
Por lo que respecta a la economía del don, los tratados de ética contienen
efectivamente una descripción preci\a sobre el modo de mantener a la
liberalidad dentro de sus justos (equilibrados. convenientes) Hmites: "el
hombre generoso, al dar, debe proponerse el bien, dando de una forma
razonable: debe saber a quien dar, ac,í como la cantidad conveniente y el
momento justo; en una palabra, debe cumplir toda.' la-. condiciones de una
donación juiciol>a: tampoco distribuirá su'> donativo' al azar, de manera que
siempre conserve algo para dar a quienes se lo merezcan, en las
circunstancias más convenientes y en lo' lugares y condiciones en que sea
honroso dar: porque corresponde a la naturaleza del hombre generoso el
hecho de carecer de exceso en la generosidad y de no conservar mál. dinero
del que distribuye" (Et Nic .. IV, l. 1120a} 1120b). La liberalidad excesiva o
162
LA GRACIA DEL. DI'RECHO
.16. D Antune' PORTUGAL. Trawl/u.\ donotwmhus r~gii.f, Ulyss•rone. 1673.1. ~11p. l. n.6.
37 "Non quolibel ••mor habet rnuonem am•c•uae, ~ti amor qui est cum benellttknua. quillldo,
scilicel, ''e umnmus nliquem ut e1 bonum velimu\ (... ). Sed nec bencvolenlin suflicn atl rauoncm
nmiciliae; \Cd requ1ritur quaedam mu1ua nmiciliae. quu1 amícu~ est amu.:o nmicu,. 'Jah\ autem
mutua bene,.olenua fundatur super ahquam comun•cationem. Cum ergo , .. allquam romurucutio
homm1 .1.11 Deum ~undum quod nob1' 'ua beautud1nem comuniau t-1 Unde nuuufestum ~~
clwita\ am•c•tia quaedam est homm•' ad Deum" <Summa th~ul., lla, llac. qu.2J. a.l l
38. "Actum hbernhtalls -escribe AlOr· ab actu choricati.\ di\linguuur, quo is qu1 hbemhs CM,
ideo de ollero bene meretur. hoc cM. •deo donat alcen, quía vuh hhcruhs e;~. qucmdmodum
etiam quis magnifitu) C\1, sumpiU\ el 1mpen\ae facu non ob ahu.J nl\1 ut magmficu; 'll in
wmpt¡lxb et unpetbh ( ... ). At vero is. qu1 elt chanwt.e d1ligu. facu pi'Olllmo bene, non u1 liberali,,
vel magnificus sil. ~ quia amat honunem propt.:r •11'-ummet . .\1atcna ub)tCta in qua hberalita~
ve~1ur C\1 occunia. &quodi~ ahud cemporaJe bonum acscimabile. Materia vero magnificentiae
sub~ta \une 1mpensac et sumpc~ m pcxuniis ec alii\ boms. quae pecuma ac,umamur. 'v1ateria
autem chantall>. c'l quoduJ\ bonum ammae, vel corporis. quo in pro:~.tmo confcnmu\, vel el
volumu\ ( .) Chant:~s au1em in volcndo. & conferendo bonum proJt1mo propiC:r -.etpsum
(Con\I~IÍI)", lnsfllutwllllm morallum. 1om. 11. p. 691!.
163
A!IITO'iiO M. HESPANHA
39. V en e'te sentido el dio;curso de Antonio Vtetra en el sermón ya citado: las recompensas
reales de lo<. actos mentorio~· son desdei'lables. Sm embargo, hay que tomar como clave de
lectum del mtsmo su crfuca a la d•stribución meLquina e inJUSta de las gmcias. V6ase J. F.
MARQUES. "A crítica de Vteim ao poder polhico na escolha das pessoti e concessllo de
merc!s. Rmsto d~ históno 8 (1988) 215-246.
40. Juan de AZOR. lnstitutionum morol1um. Romae 1600-1611, tomo 11. cap. 3, 700: v.
también el cap. "Quo ordine sít eleemo\yna largienda", cap. 13.715.
164
LA GRACIA DEI. DERECHO
de derecho natural y divino (con todas las consecuencias nonnativas que esto
supone, en especial la ausencia de restitución) e incluso, en caso de extrema
necesidad, una obligación jurídica de carácter civil y de cuyo cumplimiento
puede llegar a encargarse el juez(41).
41 ."Pauperes ex iure civile, aut canonico, contra divites actionem non habent, quamvis de
iure naturali et divino cogantur eleemosynam dare pauperibus", escnbe AZOR. (lnsmu11onum
m()rohum, cu., D. 715), adadiendo esto a la ~ibilidad de limosna eJugida u officio 1ud1c1S.
42. Baptista FRAGOSO, Rtgm1tn rtlpubficat chnsttafiJJt, Coloniae Allobrogum. 1737.
pars. 1, lb. l. djsp. 1, 3. n. 75.
43. O. Amunes PORTUGAL. Troctatus donatiombus. cit.. l. c. 1, n~. 6{1.
44. M. Alvares PEGAS, Commtntono od Ordinallonts RtRm PortuRaliat, Ulyssipone
1669-1703. 24.
45. O. de Lemos Faria e CASTRO. Polltica m()ral. t cml..., Lisboa 1749. l. 300.
165
Aii<T0-.10 :'>1. Hl.SPANH A
aerarium se agota. ya que cada vasallo rico es un tesoro del rey". Y. poniendo
una vez más de manifiesto el horitonte político de esta estrategia, concluye
diciendo que "la liberalidad hace al prfncipe dos veces rey, porque domina
tanto las voluntades como los cuerpos (... ): la fuerta victoriosa no doblega los
coratones; la generosidad que obliga domina las voluntades"<46>.
Esta práctica de la regia largitio recuerda sin duda las descripciones de
M. Mauss '>Obre los gastos suntuarios de los jefes o de los magnates en las
sociedade~ indígenas del Canadá o del Pacífico. Pero sobre
todo interesa
porque permite entende r bastante bien la verdade ra naturale za de los
problemru. financiero~ de la mayor parte de las monarqu1as modernas. Más
que de un problem a de falta de medios. el quid de la cuestión radica a
menudo en una evaluación e~tratégica del mantenimiento del equil ibrio entre
la neces1d ad de ahorrar y la 1mpeno .,a nece~idad de compor tarse
magnifi cament e, tal y como corresp onde al oficio de gobe rnar. La
magnif icencia es en primer lugar una obligac ión moraJC 47>. pero
inmediatamente un factor político de primera magnitud. no sólo en el plano
de la política interna (remuneración de los servicios de los vasallos) sino
también en el de la política exterior (donde una estrategia de reputación.
ostentación y magmficencia es siempre indi'>pensable).
En cualquier caso. la doctrina pone también coto a la magnificencia. aún
cuando, y como ya hemo'> visto. no falten autores para los cuales bono
largitio est summa largi11o. En pnmer lugar. el príncipe debe saber escoger el
momento de la dávida. Después tiene que considerar a las per'>onas. lo que
significa que ha de recompen..ar a los buenos ) cast1gar a los malos. A
continuación alarga su benéfica mano en ra1ón de la calidad o dignidad de los
donatarios. lo que significa que -teniendo cuidado de que todos reciban algo-
colma de honore., a los magnates porque su propio honor depende de la
dignidad de sus súbditos<4l!l.
Finalmente, debe sopesar con prudencia los recursos de los que dispone
pues no puede dilapidar su patrimonio, dado que e!>to obligaría a introducir
4á lb1dc:m. J02-J04.
47. Sobre lo' pe<:ado' de lo' re)e~) d lugar que en ello' ocupa la avan~ia.
ESCOBAR&. MENDOZA. Liha tlt~o/ogiut maruli.\, Lugduní 1659. tr. 11. ex.ll. p. 302cf. A. de
y AZOR
Jn.lfitllfion um nwralium. cll. n 31!. par.¡ 11. c. VIl (de' rl'gum l'lflll t'f pt•N·uus). En 11, fi!Cha.\ en
que escribe e,h: último autor la -enuda n«c,•dad d.: contrarre,lar lo:. ga.'>tos e~cesivo' de la, la
corona es1aba a la orden del dfa: no re'uha extra1\o. por tanto. qw la pro<.ligalidad aparc,en
in!>(; rila en el onlen de lo' pecado~: pro.,~X:a una pre,ión fi~al de'med•da e inju,ta ("undc: fit. u1
\ttugaha. & tnbuta a 'ubd•ti• e~iguntur maiore quam par sit, deb1ta contrahunlur plura. quam
aequum '''· & gr.l\ í~1mu' onenbu' populo grnvent". p. 1106).
4l!. lb1dem. n.IO ~s.
49. Una liberalidad prudente "!: JU<lilka. por eJCmplo. pi1111 e' itat que los rt)e' ten11an que
casar indignamente a ws hijo' por imp1>-ibilidad de pagar dou.•, adecuadas (cf. ibid.. n. 16).
Como es sabido. e1ota cue,tión preocupa también a lu' magnate' nobles.
166
L\ OR \CIA Ot·L DI 11.1'<'110
tributo~ injustos y con abuso de los biene~ aJeno:;l491. Toda' estas rc'triccione'
a la regia largitio se hacen regla geneml en la literatura moral ponugue...a y
española a panir de la segunda mitad del XV I, época ésta dominada por las
bancarrotas de la corona y por una crisis financiera per-.i,tente que se tmduce
en una '>ituación fiscal que se considera inju'>ta e in,oportable. En este
contexto. la magnanimidad -a la que se -;iguc reconociendo su condición de
virtud real por excelencia- tiene que ceder el paso a otm virtud má' principal:
la justicia. Pues resultaría del todo indecente que aquélla se dec,plegara a
expensas de bienes ilegítimamente enajenados a los súbdito....
167 .
ANTO'IIO M. HESPANHA
52. V. también Santo TOMAS. Summa thtol., qu. 106, a.3: grate accipere,
t.xibere
rt\'l!rtntiam ti honortm, fidtlt consilium, assidua con,·trsatio, strmo communis.
Más tarde, Juan
de AZOR (lnsututionum moral1m, cit., n. t536), uno de los más influyente
s moralistas de la
Iberia moderno, codlfica todavra los gestos que translucen la reverencia:
flexionar el cuerpo,
arrodillars e, descubrirs e ... Por el contrario. la adulación , entendida como
"excessiva laus seu
complacentia verbis vel facrum m commum conversatio ( ... ) sola complacend.i
intentiooe ( ...) vel
etiam ob aliquam utilitatem consequen di")era un pecado venial (Thomas
Vio CAJETANUS,
Ptcccatorum summula ( ... ) novissimt rtcognita ( ... ) atqut additionibus nonnullis
illustrata. in
quibus si quid a rtctpta ( .. ) dú·trsa. \"ti al1ttr quam postta a Conc. Trid, potribus
sancitur tst.
author docutrat, annotatur, Duaci 1613, s.v. Adula/lo, p. 19). Sobre las fórmulas
de conesfa,
signos externos de reverencia y de respeto y elementos de codificación social
en los ámbitos
dominados por redes sociales de ese tipo (sobre todo en el mundo conesano)
. vúse, en general,
C. OSSOLN A PROSPERJ (eds.), Lo Cortt ~ il "Comgian o". l. Lo scena
dtl ttsto. 11. Un
modelo europeo , Roma, Bulzoni, 1980, 2 vols.; P. MERLIN, "11 tema della
corte nella
storiografia italiana e europea", Studi Storici (1986) 203-244: MOZZAR ELLI,
"Famiglia" dtl
pr~nc1pt, cit. n. 21: par11 PonugaJ, y en especial par11 documenta
r l()) conceptos de "conesfa" y
"ceremonia", v. Miguel LeitaO de ANDRADE. Misctllanea odo sitio dt Nossa
Smhora da Luz
dt P~drogao, Lisboa 1629. max. 69 ss.: Rafael BLUTEAU , Vocabu/orio portugut:.
Latino(...),
Lisboa 1712-1721, s.v. "cone", "conesia", "ceremonia".
53. CASTRO, Polf11ca moral, t ci\•il. cu. n 43. Las reflexiones sobre este
tema entre los
comentarios portugueses modernos a la obn de Santo Tomás -principalmente
los de los famosos
conimbrictnsts- no son abundantes porque se han centrado sobre todo en la la.llae,
donde se
trata de la v.nud en general, y no sobre la Ila, Ilae, donde se teoriza
sobre las v.nudes
paniculares (cf. ANDRADE. Curso conimbrictnst, cit n.SO. max, LXXVI ss.).
168
LA GRACIA DEL DERECHO
fácilmente su vida por aquél que le ha beneficiado: si oye hablar bien de ~l. lo
cree; si ve lesionado su honor. Jo defiende; en su pre encía, se humilla; al
escuchar su nombre, se alboroza; y, sirviéndole, se complace y satisface"<S4>.
Pero tampoco olvida reseñar los continuos inconvenientes derivados de este
estado: "los que tienen pretensiones moran en La pobreza, porque no pueden
tener nada propio mientras dependen del favor de otro; además viven en la
obedjencia, ya que es tanta la sujección con la que deben que, queriendo ante
el señor parecer criados. ante los criados fingen ser esclavos, y ante Jos
amigos y parientes, sirvientes. "(55)
Ahora bien, tal y como apunta Paolo Pissavino en su lectura de Delia
Casa, la reproducción de la relación patrón-cliente exige una cierta
contención en ambos polos; se debe aspirar a reaJjzar en ella una especie de
justicia inmanente, la búsqueda del justo medio. También por parte del
humilior; de la misma forma que el poderoso ha de evitar la avaricia
(avaritia) o el desmán en e l ejercicio de su autoridad (1ra), él tiene que
contener su codicia (virtuosamente: con paciencia y humildad) pero tambi~n
su afán de sentirse servicial (adulatio)C56>.
La gratitud, como la liberalidad, como la caridad (y todas Las actitudes a
través de las cuales estas dos últimas se expresan), no es libre ni gratuita. Se
trata de una obligación moraJ y casi, como veremos, juridtca. Asf, desde el
punto de vista de la teologfa moral, su reverso. la ingratitud, es un pecado.
para Santo Tomás, mortal si falta por completo; ven1al si no conlleva ese
suplemento de liberatidad que vefamos le era consustancial. Aunque hay que
advertir que algunos comentaristas de su obra se apartan de esta
interpretación, apoyándose en la doble distinción entre justicia y liberalidad,
por un lado, y debitum Lega/e y debitum mora/e, por otro<57).
54. F. Rodngues LOBO, Cortt na aldtta, L•,boa 1618 (ed. con~. Ltsboa, Circulo do
Leilores. 1988), 201. V. wnbttn Infante D. PEDRO, Trautado. en .• 725 s. (1..a gnutud hacia el
príncipe y fonnas de manifestarla).
55. LOBO. Cortt no aldtia, ciL n.52, 222
56. PISSAVIN0./1 Dt officiis dtl dtlla Casa t a/c'tmt rajjronJt mttCJdnlogt(t, CtL, I, 74
57. S. TOMAS, Summa tlltol.. lla, llae, qu. 107 a. l. En el corre\pondJente comentario de
Thomas Vio Caietanus se opina de un modo más indulgente: la mgratitud no constituye nunca
pecado monal porque, al tratarse siempre de un d~buum moral~ o hontstaus, oo puede exisur
ofensa al prójimo (CAIETANUS. Secunda St(undot partis (." ) (om~ntarus, Antuerptae 1576,
p. 386, col. 2).
169
ANTONIO M IIESPANHA
170
LA GRACIA DFL I>I'Rl·CIIO
171
ANTONIO M. HESPANHA
172
LA GRACIA DEL DERECHO
confirm ar las donacio nes en favor de los pariente s más próximo s del
~gm~en
70. La úi mtnta/, que data de princip10s del siglo XV. 1mponc en Ponugal un
no p1erde nunca w
singular a la donación de b1enes de la corona El objeto de la donac1ón
y la donac1ón debe ~er confinnad a en casos de muene del
condición de bien de la corona
beoefic1ano o del rey donante (v. el capítulo VIl de ~te libro).
71. PEGAS, Comm~ntarta, cit. n. 67,1. 10. p. 511.
29 y a lo'
72. ib1d., n.l (citando a PORTUG AL. Tractaflts donauombus .... cll., J, e
contrario (por la
feudllli tas del derecho comun). aunque se trae a colac1ón una decisión de Mgno
pennaneci ó en
que se revolcaban donac1ones al duque de Aveiro, culpable de 1ta1ción porque
a ~u vet
España durante In restauración de la dinastia portuguesa en 1640): revocac;1ón que fue
dejada 5m efecto eo 1668 a raíz del tratado de p:ll con ~paña.
73. De nuevo h3y que recordar .¡qu• que el derecho portugués (~ la ut mrnta/) instituye
un orden sucesorio muy estncto (ma~ulimdad, pnmogennura, mchv~Jblhdad)
para los "b1ene'
de los dem:h~
de la corona": d•ferente, pues, tanto del derecho común como del de la ma)ona
feudales euro~. V. el cap. VD de e te libro
74. Cf. PEGAS, Comm~maría, Cit. n. 67. t. lO, p.514. n.7.
173
ANTO~•IIO M. HESPAN!lA
174
LA GRACIA DfL OFRECUO
de benefic io,,
estable cido (due process, quas1 iudicm m) para la conces ión
el servici o da lugar a una
E!.to se corresp onde con el principio !)egún el c ual
al. dotado tnclus o de réplica y
acción . o sea a un proces o casi JUdici
lado. la minuci osa regulac ión del proces o de conces tón
dúplíca!79). Por otro
otra cam de la
de merced es (merces) acorda das como pago de '>ervicto" e:. ,
de la recomp cn,a. La corona
progre siva implan tación de la obligat oriedad
corres ponden (o para no pagar dos veces lo
para evitar pagos que no le
procedimental
debido}, se ve forzada a erigir precavidamente todo un aparato
'> que rctribuy ccROl.
e institucional de registro de la!> gracias y servicio
ferible ;
Los servici os son en princip io de natural e1a personal e mtran,
vi nc ulan a las p e rsonas del acreed or y dcudor <!ll >. Sin embar go. la
dl'IJitu m má\ la
formu lación progre siva de la recom pensa como
e una paulati na transmi '>1billd ad del
patrim onializ ac ión que origina , favorec
ensa. La doctrina
derech o a hacerlo s valer ante el rey para obtene r una recomp
del 1671 o con
de finales del antigu o régime n, bien en base al rrgimc nro
o. confirm a entonc c... : (i) la
arreglo a los princip ios genera les del derech
io!. (el derech o a imoca rlos para solici tar
trans mis ibilida d d e servic
) por suces1 ón testam entaria o acto inler l'il'a.\(112l; (ii ) '> U
recom pensas
n ah illlrJtuto<l131;
transmitibilidad a los herederos legítimos en caso de succs1ó
divisio nes patrim oniales mter \'ÍI'O.\ (v.g .• en
(i ii) su inclusión a efectos de
de los bienes de los cónyug ues) o morti.\ causa. Por
caso de separación
que se apoder a de los
añadid ura , y siguie ndo esta lógica patnm oniul
e un pla10 de tretnta años. (0.
servici os. éstos pueden reclam arse durant
13.08. 1706).
ión y
Estr "dispositivo" -en sentido foucaulliano del término- de reificac ria
perpet uación en la memo
trasmi sibilid ad de los serv ic1os favore ce '>U
la aptitud para el
familiar y apuntala una lógica ya exi'>ten te y según la cual
lleva en la sangre o e~ el fruto del U'>O inveter ado. Se trata, pues. de
servicio se
otra que Aristóteles no
una virtud innata que tiene qui1á~ parangón en aquella
a Ntcóma co (IV, 6: e~ 'eo,pínt u de ervic1o".
nombr a pero describe en la Erica
alma solícita que constit uye la virtud interme dia entre la
esa disposición del
or y el disputa dor o
dulzur a y la acrimonia. cmre el .-.er obsequ1oso o adulad
,1671 . n. 21 .
79. Cf.• para Ponugal, el R~~im~n10 d~ cnnt t'Hwocl t' mtrds 19.1
de 24.7.1609. 22.8.1623:
80. Cf Ordrnurt)e.\ filipina., Cen ndetame Ord fil.), 11, 38. 42: le)c'
~p.).
pero sobre todo el citado regunento de 19.1.1671 en JJ A S.. loe.
81. CABEDO. Pruurca mm oh.rerru/lommr, tll. n. 61, 11, d..-c. 36.
n.l3.
por ~u cuenta. ·a fin de que
82. Con esta limitae16n: el whcitantc: debe ha~o--er también \Crvrdo
y que la gracia as1 obtcn1da
la e,peranta de la gracia' que pretende ,ll"'' a de e'timulo al SCI\IICIO
" Creg. 19.1.1671, an.21; dec. 28.12.16 76)
parezca míh men.'Cada que heredada
... cit. n 76, 11, 2. R. nota y
83. V 10!. requ.i itos de e'te ~upue~to en .\1ELO. ltrwtullnnrJ ruri1
n:g. 19.1 1671, an.l2 (necl:l>idad de tener sc:rvi~ios prop~) que
el parentesco no e"ced3 del
segundo grodo).
175
ANTONIO M. HESPA"'HA
84 El texto es uno de lo~ tem3S del Strmam dt ltruyro Quano Ft1ra da QUDrtsma
(1670),
del JeSUita ponug~> Antóruo Vietra, el más 1mpona01e cultivador de la pare~tica
portuguesa en
el siglo XVll.JU~tamente dedicado a lns peticione¡, de gracias (cf. VIEIRA, Stm16ts.
Pono, Lello
& lnntlo, 1959, n. 1, lll, 277 ss .. cf tambi~n 248 ss .• maxima 269). El autor,
conoc1do por su
desabndo prov1denc1absmo -ha ca~do en desgracia ante el rey Pedro D-. desacredit
a Cl>te Juego de
mtercambios de ..ervicios mundano\: nuestrru. peticiones no encuentran verdadera
sausfacción en
las respue~tas de los hombres sino en la conc1encia o en los de~1goos insondable
s de Dios. V..
para un análisis de la pareneusis de V1eira en este tema. MARQUES. "A crflica de Vieua
...·, Cit.,
n. 37.
176
VI
LA CORTE O>
171
Cada una de estas per.,pectiva<. pone el acento en cierto~ a~pectos de la
vida cortesana, por lo que conviene tener en cuenta que son vario~ los ángulos
de enfoque del fenómeno hi~tórico de la Corte, incluso si al final se llega a la
conclusión de que todos tienen que ver entre sí. Así, la valoración de la Corte
demro de la línea sociológica del N. Elias pone de manifiesto que los ritos y
conductns del ambiente cortesano -más en general: la cultura, el hahitus, la
economfa moral- constituyen una forma que de modo simultáneo previene,
eufemitu y sustituye a la violencia. La consideración, a su vet, de la Corte
como un mecanismo centralitado de disciplina que prepara el centralismo
cMatal puede llegar a resaltar los mismos elementos, pero singulurmente
insistiendo en el modo en virtud del cual exaltan la figura del príncipe y
constituyen un factor de atracción (simbólica, pero también geográfica) de los
poderes periféricos hacia el centro político. Finalmente, el estudio de la Corte
como un conjunto de mecanismos alternativos de legitimación, de
organitación y de ejercicio del poder se esfuerta por di'itinguirla
cuidadosamente de los d1spos1tivos políticos estatales. subrayando la
especificidad de sus tecnologías de legitimación (vg., su invocación de los
valores de la "casa" o de la "amistad"), de sus tecnologías de organ ización
(vg., la administración doméstica). de su forma de entretejer la'> relaciones de
poder (vg., el "clienteli~mo" o lo'> !'tistemas "informales" de poder).
A continuación intentaremos sistematizar estas distintu-. temáticas,
relacionándolas con cada una de la<., perspectivas indicada....
~ . Rec.:u<!rde~ que en t534 la lroldUJ\l al caMellano Juan Bo>oeán. En gcnernl. o,obn: c'ta obro
CJCmplar y 'obre otra~ en rehtc1ón con la' cuale\ aquélla con,tuuyc: un arquí ·tC~to. "· C.
OSSOLA/A. PROSPERI (c~b.). ú1 Cortt' r 11 "Cnrtegimm" 1 ú1 sana dt'l tt'IIII. 11 Un modelo
t'llltlfll'fl, Roma. Bulzoni. 1980.
6. C. OSSOL.A. 11 líhw 1ft'l Cortt'[tillltr> ; t.\f'mplarita <" difnrmiu}. en OSSOLA/PROSPERI
(ed,.), l.A Cflrtt' t' ti · cortt'!(iano· . cit., t, .19.
178
LA GRACIA 011 . I>I'RFCIIO
7. Cf. lbidem.
8. La ex¡m:,i6n ~de G. FERR0:0•/1 (Spr,,::utur<J ~ slnrul<J:umt>, en: OSSOL\Jl'ROSPf·lU.
Lo cort' t' ,¡ ·cnrt,giallo· . en .. 135. quien subraya la profunda relación entre: c:'lc cuhn al
aruficiali\mo y el rclati11i,mo de r.Jfl platómca que dominó la l'llhura itah:ma dd cmqm·• t'll/0,
Sobre las raicc\ teológica\ de la legitimación del di,imulo (ic , de: la menllra), \. f'c:re1
ZAGORIN, WaJ.I uflymg. Dl.\.\llllllfution. ptt.\I'C"IItitm & wnjtmmt.\ in t'arl> nu><Ürn Ellro('l',
London, Harvilld U.P.. 1990.
9. Sobre la• rcladonc:' entn: la regula wu1 rrsuftuifi'W de Ca.,uglione > la polítka barnx:a, v.
R. VILLARI, f.fngio della dm111111f<J:wm:. Lo /olla pt>ftii( <J 11'/ U IUtUO, Bari, Later7.a, 19K7.
179
ANT0:-110 M HESPANHA
10, Paro más infonnación, v. P. PISSAVINO, ll De Olficiis del del/a Casa t! alcuni raffronti
mttodologiri, en: MOZZARELLI. "Fami¡?lia" del príncipe ..., cit.. l. 137 n.81. Sobre la Corte no
aldtia de Francisco RODRIGUES LOBO y su autor, v. Ricardo JORGE, Francisco Rodriguu
Lobo Estudo biogr6fico e rrltiro. Lisboa 1920; Carlos Alberto FERRElRA, "Francisco
Rodrigues Lobo. Fontes i~1tas para o estudo da sua vida e obra", Biblos 19 (1934) 220-318;
J~ Adrin.no de CARVALHO, "A leuura de 11 Galateo na Península ~rica: Damas1o de Frias,
L. Gracián Dantisco e Rodrigues Lobo", Rnma do Ocidente 79 (1970) 137-1-.; la misma
opos1c1ón entre la vida aruficial de la Cone y la vida natural y simple de lo~ pueblos surge
tamb1~n en el marco de la pol~mica ~obre el lujo, a propósito de las discusiones sobre las
pragmáticas ponuguesas contra el lujo de comienzos del siglo XVlll (v. Lu1s F. CARVALHO
OlAS. "Luxo e pragmáúcas ... ", Bol. ctinrtas tronómiras da Far. de Dtrl!llu de Coimbra 5
(1956) 137 SS.)
11. La idea de Corte de aldea, Cour de Village, 1•illegiauura recibe tambi~n la influencia de
las corrientes bucólicas de la litenuura clásica y humanfstica.
12. Sobre esta evolución, v, la admirable sfntesis de A. QUONDAM, La "forma del 1•h·ere".
Srhtdt ptr /'analisi del discorso cor11gia11o, en· OSSOLNPROSPERJ (eds.). La corte ..., cit., 5-
68. Tambi~n VTLLARl, Elo.ttto del/a dtSSrmulaztone, cit., 19.
13. Asf, al fmal del libro de ~llglione (cf. G. FERRONL Sprt':zotura e stmultuiont' ., cit., l.
121. 147): el conesano perfecto es v111uoso y ~t' educado según los principios de una polftica
verdadera, aq~Ua que "conduce al príncipe hacia el bien y le aparta del mal". V. bibliograffa
sobre esta corriente en P.M. SMITH, The anti·counier trend in si:cteenth rtntury France
ltttramre, Ge~ve 1966. En la Península lbc!nca, particularmente en Ponugal, esta corriente tuvo
mejor fonuna; todav{a a principios del ~. XVIII la "nueva Cone" del rey ponug~s Juan V era
cnticada por apartarse del "retiro, silenc1o e recato" (testimonio de J~ de Cunha Brochado); el
"comercio entre damas y gentilhombre~· e~taba censurado "con positivo anatema" (cf. António
Filipe PIMENTEL, Absolutismo, corte t pal6cio -Em torno dos palacios dt D Jodo V, en:
Arqul!ologfa do Estado. Comunira~·(Jes, L1sboa. História & Crftica. 1988, 688). Las "castas"
costumbres que mantienen rigurosamente separados o los sexos se mantienen h~ta finales del s.
XVIII (cf. las quejas de la joven espo\a del rey Jos~ 1 en: Caetano BEIRAO. Cartas de D.
180
LA GRACIA DEL DERECHO
181
i\''iTO'OIO \1 , HESPA"'HA
17. Sobre el tema. v. Píerp:lOio MERLIN. "11 tema della cone nella \loriograli" llahana e
europea" Smdí sroríc1 ( 1986) 203-244.
18 E'u1 mfluencaa de la Cone en la ge~tación del concepto de 'interés publico" debe ser
en
cualquier ca-.o contra,wd:l con la' raíce~ medaevaJe, de este concepto. e\pecaalmeme con el
par
ChnsiiLI•f imw v. lo introduccton de P PRODJ a H. KELLENBENZ/P PRODI (ed\.),
Fisco
rc•li.fli(lllr, SttJW nt'll'c'tci cnnft.wmwlt•. Bologna. U \llulino 1989.
19 \ . para relen!ndas l>ablio~ráfka, 'obre e-.to' a'pectlh. \1ERUl'\. -u tema della cone...".
Cll •• 212,~.
20. Cf.. v.g .. L. ()RNAGHI. l..tl "btlt<'RO th nwsc/11•rr" t lt onguu drlla po/mea mndrrna, en
\IOZ7ARELLI. "FtJml,l/lia" dt'l prmcipt• • Cll., 9 "'
21 Podémo~ d~Xtr lo ma~mo de 1~ fu~~<:aonano' ell\.'llrgado' de la admmt'W':leióo fmólllciera·
normalmeme -e trataha de pracucos" formado' sobre el terreno: en "monarquías comerciante<
;"
como In ponuguc....a dc\Cmpe~al>an un impunume rol poHtico.
22. V.. para Ponug;ll. la' leye~ que le' impedían mantener una acu'a vtda 'ocia! CCR.
16.12.1620; L 23.11 1612>: tener ahijadQ, y protegado' (CR 25.2.1629): Jugar (CR. 23.5.1628):
upanar;e de la estncta regulac1ón de ;u fom1a de ve,ur (A. 30.6.1652:. 13.4.1668, &7).
182
LA GRACIA DEL DI RECHO
t!l'a
otro, e l víncul o de ~erv t CIO cortc~ano es por <,u propia natural
los funcion arios del E..,tado: aquél .,e
radical mente distinto del que une a
fidelida d Jl'!r<>on al. é\te en la noción de -.el"\ 1cio
ba<>a en una relación de
a la
público . Dentro de este plano, y si 'e trata de encontr ar anteced ente'
como de la esfera de
burocra cia estatal. éstos no surgían tanto de la corte
cargos ejercid o' en cumi ... ión. En
lo~ grande s tribuna les letrado~ o de los
del
cuanto a otro tópico mencio nado, el de la exultac ión de la figura
que subraya r que c<.,ta imagen del rey 'obcmn o nunca ha
soberan o, hay
de la ca,a. de una
dejado de incorpo rar la de rey-pad re, la del rey-jefe
casa que de hecho no era otra cosa que la Corte misma.
,¡n
En este sentido. .,¡ querem os recono cer el rol cemral intdur que
e n la época modern a, parece más prudent e definirl o al
duda tuvo la Corte
en conexió n, .,¡n
margen de los (débile s) mecanismo~ proto-e.,tatales y
mt,,
embarg o, con el carácte r informal de la!> tecnologías política ' <:Ortc,a
do por e l plurali- .mo de los poderes formal-
En un mundo polftico domina
l'.tdora
oficiale s, la Corte constitu ye un lll'>trumento de d1'c1phna t:cntmli
. por lo
pero que funciona de un modo nuevo y en un nivel polít~~:o di.,tinto
tcs sin
que puede superpo ner-;e a los mecan hmos pohuco -. ya exi,ten
de\truir los<23J . En resume n, y al lado de la'i
llegar a suplan tarlos o
fonnale s. regulad as por el derecho . la Conc funcion a como
instituc iones
su-. elemen to-.
una instanc ia concrc tinda de poder per,ona1(2''· Sohre
constitu tivos hahlare mos a continuación.
de
Para empet. ar, la Corte consti tuye un model o e ... pccífic o
organiz ación política y adminis trativa.
Desde O. Brunne r. el model o cortesa no del ejercic io de poder
modelo domést ico 125l_ Los
(gobier no y admini stració n) se aproxim a al
m
reciente s trabajo ... de Daniela Frigo sobre el sentido político de la litcratu
la eMructura
2J. En ~u eMutlto 'obre la' Conc~ fame~tanas, L. Arcang~h muQtra cómo
a' JUn'-<iict aonaJc, pre.:cden tes (muntt:tp alcs o feudales) "'"
curial ~ \uperpon e a las estructur
io11r trrntorw lc· nrl
llegar a de~lruirlas: L. ARCANG El.l. Gwrmli:im11 fc·tulull r org01u::m
dumw d1 Purma (1545-158 71. en u Com {cJmrsíul lr •• • l. 91 · 121.
la pohtic-.1, tal y como la
24. En C\lc sentido, el e'tudio de la Cone se 101~grn ~n el Clotudto de
em•· nb..crvuble de
cont:cbfa el pen~amicnto moderno : e' decir, con un conjun1o empírlcam
la naturalu a humana que no pueden tmc¡;niN ! en el poder ~<talal.
~T~C<:ani~IJ!O'> ·greganoo." de
ELL.I, "l·'um•Kiia" dd
Cf., en este -.cm ido, ORNAGI II, Lo ..lmttgu di mascht·n•" ... en \10//AR
prí11< ípr.... eu l. 12
25. V .. sobre e\lc tema HESPAN HA. Pura um.1 trorl<l da hl<tón"
msmucumul do rlnugu
IIA, Pndu r IIUIIIIIÍfM \ 1111 Europa c/a ,\11/i~t> RtKifllt', Li,hl•a 19114.
RrJ:tme. en llF.SPAN
IR3
ANTONIO M. IIESPANHA
26. Daniela FRIGO. Lo dma~nsaone omministroti1·o n~flo rifltstont politico (suoli XVI-
XVIII). en : MOZZARELLI (ed.). L'omnrimstroZton~ ntllo Italia modtmo, Milano, Giuff~. 1985,
2 vols.; D. FR IGO. JI podrt difomiglio. Go1•trno dtllo coso t! go1•trno ci1•iLt ntllo trodiziont dtll'
"oeconomteo" tro Cinqut ~ Stittnto. Roma. 1985: D. FRIGO, "Disciplina rei familiariae":
l'oeconomja como modelo admam uauvo de Antiguo Regime".. Ptnilopt 6 (1991) 47-62.
27. Cf. P. PISSA VINO, JI Dt Officiis.... en: MOZZARELU (ed.) "Famiglio" tkl princtpt • en.
28. V. tnfra.
184
LA GRACIA DEL DERECHO
29. Ci1. por P. PJSSA VINO, 1/ Dt Ofliciis...• en: MO;zzARELLI (ed.), "Fominlla~ tltl
principt..., cil.
30. La idea de lradictón de servtCIO garanliza la homoaeneid ad tdeológica y de
comporaamiento (de "sentido práctico", por hablar como P. BourdJeu) entre slrvtente y patrón.
Esto está en el origen tanto de la preferencia por los hijos o farmhares de antiguos funcionanos
como de lo que D. Frigo denomina "circularidad de carreras" (t.e., el heeho de que el m1\mO
funcionarios o funcionanos de la mtsma famtha circulen por puestos de caracteriMic a'
completamen te diversas). En efecto, los lazos per onales prevaledan sobre lu uigenc1as
objetivas del puesto de trabajo (cf. aarnbi~n MOZZARELU (ed.), "Fumiglia dtl prmtipt.... cf., l.
239). Sobre la pol~mica en Ponugal entre ~nto y statu~ familiar y ~tal. v. la~ fuentes c1tadu
en: A. M. HESPANHA, Vfspuos dtl úwatdn. IIIJIIIUCtOnts y podtr polfttco (Portugal. stglo
XVII}, Madrid, Taurus, 1989, 419 n.8S y 426 n.ll2 (indicacione' ~uplemenWlu en la edición
ponuguesa original: Lisboa 1987. 1, 703 n.72: aarnbíl!n aqul puede ser con'ultoda la lista de los
cargO\ ele la Cone: n, 663). Para la Francia de FranciSCO l. cf. MOZZARELLI (ed.), "FomiRiia~
dtl principt... , cu., l. 232 (en todo caso los cargos de la Cone se hacen venaJe¡ dc$de el \ XVI,
perdiendo, pues, su status de d1sponib11idad). Sobre "tradición" y "servic1o" v. mfra.
31. En Ponugal, los oficios de la Cone eran los únicos en lo\ que su titular carecla de toda
protección frente al arbitrio del rey, pudiendo ser despedido) libremente (d. Manuel A. PEGAS.
Commtntaria od ordinationts Rtgm Portugalliot Uly sipone 1669-1703,1.8 (ad Ord. 11. 4). gl.
2,n.6n>.
185
Ar.TONIO M. III'SPA"'HA
186
l.A GRACIA OU. OI·RtCIIO
nm¡w r:
36. V D. FRIGO. L'offuma: imtl' del/u Jm•ramttl" /rJmifl/111 <' mrtt' d.-t Sm·mtt tm
\Obre la
utteunro. en: \10ZZAR LLLI (ed.). "Fumiglli1" del prmcipt __ cu .. 1, 306 \'. tambit!o,
rerribu~;tóo a lo\ -en:reranos. el memorial" <k Ohvare' ya cirad,,
37. De disiiOia manera en cada una de la' Cortes curo¡><:as. Sobre la~ diltren,ia ' entre
F1"81K1a e lnglarerra de~e e're punro de vísr;t. \ Roben J KSECIH .IAJ Cort<'
tlt Frunt '" nd X\ 1
.ftccoln. en: \10/.ZAR ELLI. La fumt~lia" del prtnnpt' • t:ir.l. 241.
38. Sobre e~rc modelo. HESPA1'HA. Wlf't"T<H cid l~•·tcucitt, ut .. 4t4 r.s.
39. Vid. HESPANHA, Ju.lfl(a ,. atlmini.ltra ¡tin ..., c:tt.
187
ANTONlO M. HESPANHA
188
LA GRACIA DEl. DERECHO
tón
Los espacio s de intimidad en la Cone estaban sometid os a graduac
los
y riguros amente sujetos a etiquet a, al tiempo que eran dispUiados por
gia política s person ales. S1 la
cortes anos como parte de sus estrate
en relación al rey era importa nte, no lo era menos, aunque por
proximidad
de
razones un poco diferentes, en relación con otros centros cortesano'
la figura del pretend iente, ese per<;ona Je
poder. Asf, es tfpica de la época
emente espera en la antesal a de los despac hos una decisió n
que pacient
los ministr os un memori al con sus
sobre su asunto y que intenta colar a
en un
pretens iones. Porque son escépti cas respec to del posible éxito
asunto gestion ado a distancia, las municipalidades envfan emisario~
a la
s que los procura dores en las
Cone para hacer valer sus causas, mientra
chan su presenc ia en la capital para obtener decisio nes
"eones " aprove
ntan.
favorables a ellos mismos, a sus amigos o a las tierras que represe
s locales deriva a menudo de sus lazos
Tambié n el poder de los notable
el
con la Cone, de su capacid ad para funcionar como intennediarios entre
y cotid1a no con el poder.
que está ausente y el que tiene un contacto físico
de los
El escrito r portugués Francisco Rodrig ues Lobo ( 1573-1620), uno
detract ores de la vida en la Corte, describ e. en su libro Corre na aldeia
nto e
( 1619; ed. util., Lisboa , Círculo dos leitores , 1988), ··o sofrime
entes, que, para tirarem fruto ods seus serv i~os,
diligen cia dos pretend
ac~oes e requeri mentos , se acolhem ao amparo dos grandes e ao amparo
os
dos ministros, a compan hia dos criados, e se sujeitam a todos os encontr
quem pede, sustent ados no doce engano de urna
e avisos que padece
esperan~a que lhes sai miutas vezes mentiro~a"
(ed. conc,. 209). Y
continú a describ iendo de fonna impresi onante su calvario : el estudio de
las relacio nes "privad as", el aprendi zaje de los Jugares estratég icos, las
esperas en la antesala de los despach os, en estanca as, capillas y pasillos,
halago en los labios, el ''memo rial" en la mano; "só
los gestos amables, el
em pé os servíos quem os arrima a boa parede, ponnai s arrastra dos
poe
tanto
que andasse m na opiniao da gente, já nenhum pretende discreto faz
de ministr os que o ou~am. criados que o admitam ,
cabeda l deles como
s que o chegue m e
amigos que o lebrem , ricosqu e o abonem , terceuo
da
peitas que o despachero. Para o que o avisado. depois de fazer o sinal
ao, primero sabe os que vaJem com o Princtp e, depois
cruz a s ua pretens
er os
disto os que tem lugar e entrada com os privado s, logo conhec
s abendo a sa la do valido , tomá-l a de
c riados mais mimos os; em
ser continu o no passeio deJa, aonde a todos a primera con esia
empreitada,
na boca, os oferecim entos na
e a mais humilde seja a sua, o riso sempre
de Pombal (1750-I? TI) es
"valimien to" del Conde de CaMelo Menor (1662·1668) y del Marq~s
o de un pñmer manistro
posible hallar apologías de un escriv4o da puridade (secretario o,ccreto)
tt do dtSpacho J. La idea de repre~en taci6n (en el ~entldo de
(pnmtlfO ministro asststtn
de la expul~i6n de la
manifestación de la dignidad) por la intimidad e~plicaba el carac1er punuivo
1 de la l!poca
cone. tan frecuente como pena de c8mara en las Corte~ e~pailola y ponugue$1
189
t\'\'10~10 M. HESPA~HA
~3. Que o1ro' factol\:s h;o,,e, e..:onómi..:<.h. peligro,, intriga) d.:-acon~jarian pnr compleJo.
4~. cr. '001'C el arhllrium llltilri.f lo ljUC e'-Cribo en u Prt>jrl dr CoJr p¿n<JI portu~UI.\ dr
1786. Un t'.f.\<ll d'anuh.\1' .\truuurdl t'. en: Ll' puliticht• c·rimmulr nd X\ 111
uculo, Milano.
Giullré. 1990.
~;'\ . E.'iCOger un conlltleme bu!nanh:nctonado o un -;cc;n:tano
cumemcn te puede o,er ~i~ivo:
"ambo' areceamo ' que \C foo,e ¡¡ mao de nunal\·are ,, muda-.se a minu1a: e C\cn:ve~se
coma fric1.a
que ele costuma: eque 'cria melhor e~perar mat' algun' dia': para que
ele <Pedro Soan~~.
miembro d.:l Con..elho de Ponugal) fO'-e o que e,cre\c•....: a cana . ~he algutcn
que iba en J>O'>
de un habito de una orden mihlar p<.mugue..a (Cll . por Fe manda OLIVA L. (c, l26)).
46. Cf. A. M IIESPANHA. ~ 1\prru1 llrll.rt•iatJn, cil., 17~ ' '
190
LA GRA('I,\ DEL Df·Rf.OIO
191
ANTONIO M. HESPANHA
192
LA GRACIA DEl. OERF·CIIO
193
ANTON IO \1. HESPANBA
194
LA GRACIA DEL DERfCitO
195
ANTONIO M. IIESPANHA
196
LA <.iRACI r\ OH DERECHO
72. Volker PRESS, La ~ortt prinrtpts~a m Gumama ntl XW t X\'11 StC'olo. en:
MOZIARELLI (ed.), "Famiglia" dtl pnnetpt, cu .• 1, 176.
73 Aunque. como no hay estudio\ concreto' M>bre los medio, no tmtuuctonale (o sea,
mdependtentes de los poderes seilorinle\ fonnale\), resulta imposible \aber st lo~ \eilores
consegufan establecer nexos de comuntcnctón entre el centro y la periferia (v.g .. mediante rede\
clientelnres). En un caso estudiado (el de la casn de PombaJ) sr que extstieron tale\ hvo\.
74. En el mismo sentido de valomr la ímponancia de los juristas como enlace entre el centro
y la periferia, v. A. STEGMANN, "La corte come centro ammint\lrativo. Gerarchia e
decenll'aliuallone amministrauva in Fmncia. da Francesco 1 a Luigt XVIII", Chtimn 1 0983)
11-30.
197
ANTONIO M. IIESPANIIA
198
LA GRACIA DEL DERECHO
199
ANTONIO M. HESPANHA
200
LA GRACIA DF.l. OfRfCHO
renta.,
compo sición de este univers o de personas; (iii) el alcance de las
uidas a los cortesa nos, en compa ractón con los gu'>LOs de la
distrib
de ser finalme nte compar ado'> con
Corona<87>. Todos estos datos han
de todo hay que seguir insistien do en que la Corte
otros. Pero por e nc ima
no es un espacio geográf ico (con una capital, Lisboa<88l), sino un espacio
social.
cf p;tm Saboya, D.
1557; quince mil en 1659; entre siete y ocho mil. en 1660; die1 mrl en 174-l);
ziont .. , en: "Fomiglio " dtl prmcrpt, en. n. 3, 1, 300-304 (202 en 156-l: 669 en
FRIOO, L'afftrma
de Wesfaha se prodUJO en Europa una tendencia a la
1736). Parece que después de la pa1
normativo dolado de un
e:<p;tn\tón del personal de la Corte, debida a su desarrollo como 'centro
. adema,, de lo' datO>
enorme poder de propagac•ón externa" (Ibídem. l. 302) Para Portugal
de SOUSA. Pmro1 do
disponibles en las obras impresas (v.g .. para el s. XVI, Antónro Caetano
ID. "ianucl), 4'13·524
hist6rra genealógica CÚI casa Real Portuguesa, 11. Coimbra 1947. 439-468
VELOSO . O illltrrtgn o dos gol·trrrud orts t' o bmt rttrruJo dt D
(D. Juan ill); J.M. QUEIROS
ss (gobernadores del reino
António. Lisboa. Academia Portuguesa de Historia. 1953,266 \s., 360
Ccf-· v.g~ A. M.
Ydmastía de la Casa de Austria), quedan fuentes de archtvc» todavfa por uplow
HESPANHA, As -.:lsptras .... l. 328 y 11. 663 &. (c. 1640)).
y
87. V. los datos de mi texto sobre las tinan.tas públicas portugue~a) en los sttzlos XVII(en
MA'ITO SO(ed.). Históno dt Pnrtugal. vol V. Lisboa. Cín:uJo do) Leuore
XVIII. en J.
la espera de un e!otud10
publicación): \Obre la e~tructura de las rentas de las casa nobl~. e'tamo' a
sistemático de Nuno G. Monteiro.
en la formacrón del
88. Sobres el papel desempeñado por las capuales }' la.' gJ'&Il<b ciudades
(~obre Portugal, v. mí
Estado moderno. v. el número especial de Hisrnry and .focitty IR (1989)
artículo "Cities and State in Portugal". pp. 707-720).
20 1
ANTONIO M. HESPANHA
AGURA 1
CTRCUITO DE INTERCAMBlOS ENTRE
LOS MIEMBROS DE LA CORTE
"CONSILIUM"
MIEMBROS DE LOS
DECISIONF.S (SEN'TEI'-oCIAS): CONSEJOS Y
BIENES ECOSO\IICOS • de jll\ticia TRIBUNALES DE LA
- CORTE
renw • de 1"'"••
' BIEI\ESSIMBOUCOS
• purua de SAil(lre CONTACT"OS CO~ LA PERIFERIA
(aloilllZ .ti mamm<t11oa~)
"GRACIAS' MENORES·
l
- pen1<>nes CONTACT"OS CON ROMA
202
vn
DE IUSTITIA A DISCIPLINA(!)
l. "D'd "lustitia" A "Disciplina". Textos poder e polflica penal no anugo Regime". Anuario d~
historia d~l duteha espo1íol 58 ( 1988) 493-578.
2. Ensoio do codrgo Criminal o que mondou proader o romha D Maria l. Lisboa, Tip.
Maigrense, 1823, XID + 459 pp. Ed. Miguel Serato, ex-con~ul de Ponugal en Rusta, quien
utilizó un manuscrito cedido por los heredero~ del autor. Codigo aimíno/, mt~ntodo p~/o
roinho D. Moría 1... Segundo tdi~4o castigado dos uros. Lisboa. Ttp. Simio Tadeu Fem:ira,
1823, XiX- 144. Ed Francisco Freire de Melo, quien posiblememe con la colaboración del
propio PascoaJ de Meto en los últimos llllos de su vida retocó la verMón ongtnaJ "ponrentura
com mais algum film. do que o de a depurar e corregir" ('Advenencía" de la 3• ed., IV),
tranfonnándola, según dicen los terceros editores, "por asstm dtzer, numa obra nova". No
incluye las "Provas" Código crimino/, int~ntado p~lo roinho D Morro /, com a.s pro1·os,
Co1mbra, Impresa da Universidades. 1844. Sigue. fundamentalmente, la pnmera edtción. pero
los editores prometen mclu•r aJ final un cuadro con las vanacione~ entre las dos edtctones:
hasta la fecha, no se incluye ninguna tabla en los eJemplru-es que yo conozco. El presente teAtO
sigue la tercera edición. Sobre Pascoal de Meto, v. Vitor FAVEIRO. "Meto Freire e a fonn.~
do direito público nacional", Bol. Dir Gtral Contribur6ts ~ 1mpostos 109 ( 1968) 7-69 y 110
(1968) 71-97.
203
A'ITO NIO M. HESPAN ItA
204
LA GRACIA DEL DERECHO
simplemente las fictiones iuris de los juristas: se trata de cosas que han
sido "construidas" pero que pasan por naiUrales.
Y, pese a esto, los textos no sólo son, en sf mismos, realidades de la
historia jurídica e instirucional. Pues a su vez mantienen una íntima
relación con otras realidades de las que se nutre cotidianamente dicha
historia social de las instituciones.
Comenzaré por este último aspecto. Una de las cuestiones palpitantes
en la actual historia penal europea es la de las grandes líneas de evolución
de la criminalidad en Europa, desde la Edad Media hasta nuestros días.
Mediante el estudio estadístico de los registros judiciales. se ha intentado
verificar o invalidar la hipótesis que afirmaba la existencia de una
transición desde una criminalidad violenta a una criminalidad patrimonial
(from vio/ence to theft)<6>. El problema estriba, sin embargo, en que
"hurto" o "violencia" son realidades conceptuales y no empfricas (en el
sentido más llano de la palabra). Y realidades concepwales que, como se
verá, van a sufrir bruscas alteraciones en el transcurso de la evolución
dogmática de la ciencia penal. Como los hechos sociales del pasado nos
llegan a través de textos -y de textos además cribados por las categorías
de la gran tradición dogmática europea-, resulta que al final esta tradición
textual constituye un elemento indispensable a la hora de acometer la
historia de los hechos empíricos.
Pero quizás todavía más importante que todo esto sea el hecho de que
los textos son hechos sociales historiables en sí mismos; es decir, que no
son tan sólo neutros receptáculos de ideas o de cosas que se ponen a
nuestra disposición, sino realidades internamente estructuradas y dotadas
-por decirlo así- de vida y lógica evolutiva propias. Los textos son
realidades que seleccionan las cosas (los objetos) de las que se puede
hablar; que atribuyen un determinado status socio-institucional al autor;
que prefiguran un cieno auditorio; que autorizan unas concretas formas
de argumentar o de razonar, excluyendo otras; que, en fin. dialogan
autónomamente entre sí, incitando a la lectura de otros textos y,
prohibiendo, en contrapartida, ciertas referencias a otros. Los textos crean
entonces una determinada imertexrua/idacP>.
Para evitar los malentendidos que puede ocasionar esta reflexión sobre
205
A!I<TOl'\10 M. HF.SPANHA
206
LA GRACI \ DEL DERECHO
tO. v .. \Obre esto~ tema.li, hoy tan ccntralc,, de la MX:iologfa del d•~uno JUrídico moderno.
c'pcdalmc:ntc los l11lbaJO' de R. AJELLO y ~u eo;cuela: R. AJELLO. Arc·u11u wru Dm11o r
f'<lllllcu ntf Ulltctnto uofiono. Napoh 1976; "Conunu1t.\ e tr:IJl\fonnv•one de1 valon g•urid1c1:
dal probablli\mo al problemntiCI\mo". Rmtm J/flrtco uuliono 97.3 ( 191!~) 8K4·930, P.L.
ROVITO. Rtspubfico dti toxau Giurwi r wcirtd ntffu Napoli dd Sriuntn, l. l.r garull!lt
11und1u, l'apoh 1981: V. SCIUTI-Rl.ISSI. '\Jtrtu tn Sirifio, /1 mmut,·r•o tog<llo nrffa soottd
ltuflaM dr1 ftn>fl X\ 1 r X\.11. ·apoh 19!13
207
A~SIO M HESPANHA
20R
lA GRACIA DEL DERECfiO
209
ANTONIO M HESPANHA
210
LA GRACIA DEL DERECHO
2 11
AST0 :'\10 \1. HESPANHA
212
LA GRACIA DEL DERECHO
de ciento doce casos), los adúlteros (tres de siete). los sodomital. (uno).
los raptores (tres de cuatro), los violadores (uno), los condenados por
masturbación (dos de seis), etc. (Cuadro 1).
Es verdad que la fuente que se maneja corresponde a un momento
muy concreto en el tiempo, pero también debe señalarse que existen otros
testimonios puntuales que apuntan en la misma dirección<22>.
Esta perspectiva se enriquece al ser confrontada con un re paso, esta
vez diacrónico, de la aplicación de la pena de muene. Recurrimos para
ello a las re laciones de condenados a la pena capital, sobre todo a la
confecc ionada e n e l s iglo pasad o po r He nriqu es Secco<23>. L n
exhaustividad de este listado no puede, naturalmente, asegurarse al cien
por cien , pero puede decirse que respecto del Sur del país y para e l
periodo que media entre 1693 y 1754 los lapsus debieron ser pocos, dado
que se utili zaro n los cuade rn os de los sacerdotes que en Li sboa
acompañaban al reo has ta el 1ugar del s upli cio. Resu ltando, como
ve re mos, ade más ci erto qu e los t ri bunales de la corte hacfa n
obligatoriamente en estos casos de tribunales de apelación respecto de
todas las justicias del centro y sur del reino.
El Gráfico m es el resultado de la aplicación del análisis factorial de
corres ponde nc ias a los da tos ante ri o res. Co n e ll o se pretendía
simultáneamente agrupar los tipos de delito según el tratamiento de que
eran objeto y agrupar las medidas penales de acuerdo con la gama de
crimenes sobre los que recaían. En el gráfico. los puntos correspondientes
22. Por ejemplo, las Ord. castigaban la bigamia con la muene (v.l9): stn embargo una fuente
de finales del siglo XVIII informa que "'hoJe, entre nós. e~Ul pena raramente ~ pode prac;ticar,
pois os lnqu•~idores da deprav~Ao herélica. que conhecem deMt crime pelo d1rei1o de preven<;fto,
punem os réus com a pena de ~oites, de dcslcrro lemporário e, por ~u~. com pena de galt!\ •
(Reputorio das Orde11a~,es t ltiJ do rl'illo dt: Porwgol (Collec~Jo de legi~la~ao anllga e
moderna do reino de Pon ugal). ed. cons. Coimbra 1857; v. "Pena de mone", IV, 27 9a). La
misma fueme (1, 443 (d)) refiere que un reo condenado a muene en la primera in~la11Cia por tomat
por fuen<a los biene~ del deudor vio sm embargo esUJ pena coomu1ada por la de muene civil
(deponación).
23. Relación que completamos con 1~ pocos casos recog1dos en la litenuura e~peciahl3da y
que no fueron incluidos en su momento. V. A. L. de Sousa Henriqu~ SECCO. Mtmoria.r do
ttmpo passodo t' prestlllt' para li,ao dos vmdouros. Co1mbra 1880, 227-626; cf. 1ambit!n A. Bra1
de OLIVElRA. "As e~ecu~Oes capiw.is em Ponu8al num curiO'iO manu'-COIO de 1843". Rmsto da
Btblíottu·a Nocional 1 (1982) 109-127, el cual, en lodo Ca$0, no tuvo en cuenta lO\ daiO> de
Henriques Secco: además de la relación de casos que aquf aparece. consideramos los referidos por
Melchor PHAEBUS. Det·isionn Stnams Rtgm Lusuomae ..•, Uly .. ~ipone, 1619: M anuel
BAR BOSA, Rtmtsstones doctorum de officus publtcts junsdicllont. ordint' JUdtctano.
contractíbus, ultimis '·oluntatibtu, & titlictis. Ulyssipone 1618. ed. cons. Corumbricae. 1730, ad.
V. 18. n.IO, pg. 298; F. da Cunha FRANCA. Addmones auratf(llt! tllwtrauonts ad ...Pracllcat
lusitanat' Emma11ut'lis Mt'ndts dt Castro. Lisbonae 1765. ad p. l, l. v, c.2, n.474, pg. 384;
Rt:pt>rtono .• 1, 442 (a); y wmb~n 1~ referid~ en la Ltmbran¡;a ... , l. 23 '., l. 29 y l. 36 v.
2 13
ANTO'IIO M. HESPAN HA
CUADRO I
Crímenes, condenas y absoluc ione
s de presos.
Relar;áo de Lisboa ( 1694 a 169
6)
( Lembranr;a dos criminozos ...
)
2 14
LA GRACIA DEL DERECHO
a las penas se marcan con una c ruz y los correspondiente a lo!> tipos
penales con un cuadro; en uno y otro caso. su tamaño e' proporc1onal al
peso de la respectiva columna o línea de matriz.
El gráfico revela:
a) una gran proximidad e n e l tratamiento penal de lo!> c nmenes de
adulterio, fal sedad e injurias (tendiendo a la deportación o a la liberación):
b) una fuerte tendencia a la puesta e n libertad de los acu.,ados de
crfme nes sexuales y de orden público;
e) un polifacético tratamiento de l huno (cuyo punto se encuentra muy
cerca del origen);
d) una tendencia pronunc iada a aplicar al homicidio (} a la lesa
majestad) la pena de deportación;
e) oposición entre Las penas de muerte y deportación. por un lado. y In
puesta en Hbertad, por otro, estando cada una de ellas en el extremo de
una escala penal que, de acuerdo con e l gráfico, se podrfa ordenar de la
siguie nte manera: mue rte, depo rtació n, galeras y desuerro (que s1guen
todavfa oponiéndose e n e l eje secundario) y libertad.
El carácter de los datos y e l tamaño de la muestra no permiten detallar
más el análisis.
El Cuadro u<24> y los Gráfico!> IV a VII sintetizan los re'ultado'> del
estudio estadístico realizado con estos datos. De éste concretamente se
desprende lo siguiente:
a) entre 160 1 y 1800 se llevaron a cabo en Portugal (¿en el Sur de
Portugal?) unas dos ejecuciones capitales por año.
b) s i la fuente fuera en la misma medida fiabl e a lo largo de lo~ años -y
en este sentido pensamos. pese a todo. que hay que d1s11nguir e l penodo
que transcurre entre 1601 y 1692 del que va de 1693 a 1800- tendríamos
que oponer un siglo XVII relativamente poco cruel (una condena capital
por año) a un siglo XVIII que aplicó con relativa frecuencia (cual ro vece~
por año) y casi hasta e l final (hasta la fase "humanitarista") la última pena.
e) Sin insistir muc ho en e l tema de la distribución tipológica de las
condenas, conviene decir (Gráfico Y) que casi el 50Clé de las ejecuciones
re ponden a una política de salvaguarda de los biene~ "públicos"
(crfmenes políticos. crímenes re ligiosos, crímenes morale.,)I2S>, mientras
24. En reh~e1ón con este cuadro 11 h.ay que preciW' que. como e) lóJ~<:o, no se puede uegllllU'
a ciencia c1ena la inexís1encaa de Oll'b con~na' a la pena capual al mar¡cn ~ lu ya recog1daA
en e.~as lisw.. En todo caso. la Co10C1denc1a fundrunenllll de 1od.u cll.u tnchca que te ltaUI de un
h~llldo exhau~livo de es1os CMOS y retenido en la memoria coleai\la, tnclu~ · Y es1o v1enc a
apoyar mi hipó1esis· por su cank:ICr inusual Adv1trta'>C que, bien por d1~~~~1ón e" presa de llli
Ordtnor;&s(v.¡.,Ord. fil., V. 19, 1: V 25, pr: V. 35,1, V. 137 1). b1en por el rurx1onam1cntode
la apelación de ofic1o, t~ las pcnlb de muene 5C dictaban en lo!. lribunalc:• cemral~ de ju,ucia
(Casa da Supllcor;úo y Cosa do Cm()
215
AJI,TONIO \1. HESP ANHA
2 16
CUADRO 11
Distribución de las condenas a muerte por tipoo; penales y períodos cronológicos (160 1-1800)
I(J(U-1610 1 1 2 1
1611·1620 1 2 ~
1621-1630 3 31 3 Q
1631·1640
1641·1650
1
14 13
1
1
1
S S
2
19 ~
;¡;:
16~1·1660 2 1 1 2
N
1 1 1 1 2 o
...,¡ 1661·1670 ~
li 7 1 1 1 3 9
1671·16-,()
1
o
IMI·I&IO 1 1 1 1 !;;J
6 1 4 1 1 1 1 4S 1!1 11 27 7 62
ló91·171Wl
1701·1710 '7 ol ~ 2 .2 24 Q 6 IS 1 1 36 Pi
4 40 5
1111·17:!0
1721·1130
4
5
1
·'
~ .~ 2 2
JI
14
IS
6
~
3
1
16
8 2 ¡
2S
42
1731-17·10
1741·1150
9
19 .~ 2
9
12
-'
1.1 10 ·'3 )
1
21
IS 4
6
3
16
11 1
6
7
1
S6
17SI·I760 oll .n 7 1 7 7 S 3 S 11 64
17111·1770 411 )4 1\ b 1 ~ SS
1771-lo'ill 2 2 1 1 S S ll
1781·1790 1~ IS Q 9 S 1 S 29
1791·11'00 9 1 S 2 9
1()01·1800 190 1111 Z5 JQ 47 U\ 41 12, 17S ()() liS 2 40 466
A'-I ON IO M HESPANHA
GRAFICO 1
218
LA GRACIA DEL DERECHO
GRAFICO II
~~'"-'
219
ANT0:'-.10 M HESPANHA
GRAFICO III
Tipos penales y penas aplicadas
~ • E2
m~
AD
DL~ FAL
X I"<J
110\1
o.
l \1J
o FUE
X gal
LEYENDA
mue (pen a de muerte)
dep (deportación)
de~ (destierro)
nbs (libre absolución)
gal (galeras)
HOM (homicidio)
LMJ (lesa majestad)
ADL (adulterio)
FAL (falsedad)
RESULTADOS
JNJ (injuria'>)
Población total: 293
FUE (fue17n)
VaJor máJumo de relación: 4
SEX (cr. sexuales)
Valor real de relación: 302
POL (cr. de policía)
%de l eje 1:73 %
BRU (brujería)
~del eje 2: 15~
HUR (hurto)
~ de los 3 eJes: 88~
220
LA GRACIA DEL DERECHO
GRAFICOIV
00 ~----------------~~------
10011~11M110011~111rn1n11~11ro11 1
16111631 1651 167116911711173117511n11791
22 1
ANTONIO M. HESPANJ.IA
GRAF ICO V
222
LA GRACIA DEL OCRl'CiiO
GRAFICOVI
60
50
2QJI- - - -
10
160116211641 11721174117611781
1611163116511671169117111731175117711791
223
ANTO'<IO M HESPN•ifiA
GR AF IC O VJT
'"' Q E2
IU I
JI o
, , ... , t IWI
IHiÚ '
1 \
1 ',
1 •
1
1
1
''
1
1
1
1
Xnw
"'
Leyenda:
PO L (Orden político)
RE L (Religión) Población total: 467
MO R (Moral) Va lor má xim o de relaci
ón: 5
VI D (Vida} Valor rea l de relación:
.8191
HO N (Hon or) de relación debida aJ eje
1: 50 .4
PA T (P atn monio ) de relación debida aJ eje
2: 23 .9
de relación debida a lo),
do ejes: 74.3
22 4
LA GRACIA DEL DERECHO
26. BARBOSA, R~mission~s doctorum .... cit .. ad Otd. V, 18, 3. n.IO (pg. 198).
21. PHAEBUS, D~cision~s s~natus R~gm LtlSttama~. cit., d . 156. "'· 5-10.
28. D. A PORTUGAL. Tractatul d~ donationibus r~RIIS . • Uli,~tpone 1673: ed. cons.
Lugduni. 1699, l. 2, C.25. N.S3/5.
29. Sobre esta di~custón, con eltpostctón y crrtica de los dtrerente) argumento~. v.
R~pmório... , ciL, maxim~ IV. 40 (a) y l. 434 {b).
225
ANTONIO M lfESP ANIIA
226
LA GRACIA DEL DERECHO
227
Ar-T ONl O M IIESPANHA
228
LA GRACIA DEL DERlCIIO
229
AI\TO 'IIO M HESPANHA
230
LA GRACIA DEL DERlCIIO
44 BARBOSA. Rtmissionu J(lf/llrum ..., cit.. ad. 1, 3. 9, n.2 (pg.ll) l:n el ms~mo scnu<lo.
CASTRO, Pracuca lusllana ... , cil..p.ll. l. l. c.2. n. 19 ''· (pg.l)/14): JU'ilshcandu la práCIIca
··ob delinquenus merico, & beneficio sn rem pubhcam" e snvocando el derecho comun. O 49,
16, S. 8.
45. Ibidem.
46. Sobre los ull·arós dt fiam;a. v., por lodO\. CASTRO Prucm u /u muna ... eu .. 1 ()'
1ambi«!n Il). l. S. c.l. npp. m (pg.l73). má' lo- comcnlanO<> de M.A . Pegas al pa.saJt 50I>rc el
proccdimienco (con uhenores referencsa, bibhográlicas).
47. Ord.fil V. 124 y 129; Alv. 21.1.156-HD.N. LEAO, Ú"IS otrat\1gantt".s•••• Li~ 1569. r<l.
con"" Counbra 1796.• 3, 3. 3) Alv. 6.12 1612.3 y 4. en Ordfil .. V. 12lS. se da otro lspo de garanlw,
aun más ge!Xrica: la uxur~a rtal Sobre fa¡, c-..na.' de \Cguro. ~u ~unen y oprc~. adrtÑs de
la.\ ruences legales. v. por codos, CASTRO, Prawt·a IIL!IIatkt. csL. P. l. L 5, c.f. opp. IJ, n 19 "·
(pg.l72) y P. 11. L. 5. c. t. app. U (pg.255); cambt~n. M 11. LEITAO, Dt Jllrt' lumann 111 trt$
traaatus. l. Dt" grat'tlmimbus. 2. Dt stciiTIIUttbus. 3. Dt' uu¡wullomhw, Commbricae 1645 y PJ .
de Ma.O FR.ELR.E.In.tntUIIO~S IUTIS C"fllfllflllllf IUSIIünt, L'lyu¡pone 1789b, N com. Conirnhncae,
tll53. c.l6. 1 ~.... ~icndo t-tc favorable a u mantcninucnlo y amphación (:!) 9}.
231
ANTONIO M. IIF.SPANHA
232
LA GRACIA DEL DeRECHO
50. Sobre 1~ poderes punniv~ de esw ordenes infra·te3les; Ci) :.obre el poder punauvo del
patu, FRAGOSO, R~gm1~n republicae c-hristianae. cit. l. 4, n9 89 y 111, disp.J. 2: A.C. do
AMARAL Summo s~u praxis iudicum, Ulyssipone 1610 (ed. ulil uber utiliss1mus judidbus et
odvoca1is, Coounbricae 1740) s.v. "pater". n° 34 ss.: cf. Ord.jil.. V, 38 y V. 95.4 y sus rupeclivos
comentadores: (ii) sobre el poder punitivo de lalglesia, v. el vol 11 de la mi'rrul obrap~r mrum.
233
AXTOSIO M. HESPAN! lA
234
LA GRACIA DI:L DERECHO
235
A!IITO'IóiO \1 HESPA1-óHA
236
LA GRACIA DEl. DERECHO
237
ANTO'IIO !\.1 HESPANHA
238
LA GRACIA DU. DERECHO
239
AII.TO~IO M. HESPANHA
240
LA GRACIA DI:.L DERECHO
c;eu cuho e obediencia; os que nao observam os bons costumes e urna vida
honesta, devem ser desprezados, fulminados com a deshonra e marcado' com
a infíimia; os que perturbam a seguranza pública, devem ser expulso!> da
cidade ou privados da Hberdade; os que ofendem a seguran~a dos cidadao~.
no seu corpo, bens ou fama, devem sofrer penas corporais, pecuniánas ou a
perda da reputa9ao"{81). Uno de los casos más clamorosos de desproporción
entre delito y pena lo constituían las penas excesivamente rigurosas y. por
encima de todo, las crueles: se proscriben, no sólo porque resultaban mútsle..,
sino también porque minaban la nueva legitimidad del casugo y del poder
(como dice Pereira y Sousa, "gastam a móla do govemo"(821).
Sin embargo, Las modificaciones en el plano de las intenciones politicas
de la corona no conllevan directamente modificaciones en el plano de la
estructura profunda del discurso penal; para que esto último ~uceda c., precio;o
que se produzca antes una recomposición de las características de la práctica
que los produce: un nuevo estatuto social, político o institucional de lo!o>
productores del discurso; nuevas expectativas en el auditorio; nueva!)
funciones sociales del discurso; conexión con los nuevos univer..os textuale!>
de referencia; irrupción de nuevos objetos.
Algunas de estas transfonnaciones sí que ya se estaban llevando a cabo.
En el plano del estatuto político e institucional de los autores. la oposición
entre el jurista y el político (entre prudentia iuris y razón de E.Hado), que
habfa marcado todo el siglo XVll, tiende a atenuarse. Con el proyecto
reformista del despotismo ilustrado, los juristas son convocado' no para
garantizar los equilibrios sociales eMablecidos sino para colaborar en la
construcción de un nuevo orden social y polftico. Entre nosotros. todo e~to se
desprende claramente de los objetivos marcados a la jurisprudencia en los
Estatutos pombalinos, los cuales tienen aplicación práctica durante el periodo
josefino y mariano, cuando numerosos juristas asumen funciones polfticas (en
el sentido de "funcóes de organiza9ao da cidade"{83)).
Por lo que respecta al auditorio. ha de decirse que la referencia a la
opinión pública cobra una importancia determinante: se trata de esos
"cidadaos ilustrados e amantes da pátria", de ese nuevo e'>tr:llo ocia!
culto, de extracción no universitaria y de formación y lecturas
enciclopedistas, con el cual los poderes políticos y culturales 'e proponen
81 . MELO.Inswutwn~s iuns crinunahs.... 1, 12. Advi~nasc: cómo a pantt de: ~le pnnc1p1o
de proporcionalidad entre el crimen y la pena. 'le apunta 'uülmente llxia una descnm111Ah1~16n
de los delito~ re ligio~~ y morales. Sobre el carácter C\petular de IM pct\!1'> y el simboh'mo penal,
Ch HINCKELDEY (ed.), Strufjusti: ,, alttr uit, Rolhcnburg a.d. Tauber 1980. 210 " ·
82. SOUSA. Cluss~s dJJS crimts.... cit., l. 19. n.JI.
83. Tendrfa que hacerse una prosopograffa del per,onal poHuco pombalrno. mariano y
juanrsta, mediante la cual -;e aclarao;en 1~ conlinuidade• y rupt~ coo el periodo antcnor y con
el nnllsmo.
241
ANTONIO M. IIESPANIIA
242
LA GRACIA Da DERECI~O
243
AJIITONIO M. IIESPANIIA
244
LA GRACIA DEL DERECHO
Por otro lado, cada uno tenfa sus referencias y aworidades texrualn Los
"modernos", la legislación de los soberanos ilustrados. la producción de las
academias y de las sociedades sa1·anres del siglo XVlll. a vece., reun1das en
colecciones (como, para la cuestión penal. la de Bris'>ot de Warville). a~í
como la literatura de la Staristik o Kameralwissenschaft, espec1almen1e
alemana y austriaca. Por su pane los "antiguos" tenfan como obras canónicas,
además de las fuentes del derecho común y propio, las de la literatura jurídica
del ius commune clásico y moderno y los escritos de teologfa morai<91J.
La misma dualidad se daba respecto de los criterio~ de validación de las
proposiciones. La literatura penal tradicional '>e apoyaba en el probabtlbmo,
el cuaJ partfa de una averiguación casufstica de la ra10nabilidad de las
soluciones, realizando una ponderación minuciosa de las circunstancia., de
cada hipótesis y de las reglas doctrinales, siempre provisionales y muchas
veces conflictivas, formuladas por la doctrina sobre el pan1cular en cuestión.
Es este probabilismo el que va a ser ahora puesto. por su permisibihdad, en
entredicho: pues "para tudo acha doutrina", como dice Pascoal de Melo.
Ahora, por el contrario, el principio de la solución ha de ser encontrado en lo'>
axiomas -como los formulados al comienzo de las lnstillltiones de Melo
Freire-, en los "principios da verdadeira medida dos delictos e suas penas"
(Introducción al Código ... , XXX). Por otro lado, esta nueva estructura de
fundamentación de las proposiciones garantiz~ba a los textos una legibilidad
mucho mayor y, con esto, una fáci l legitimación de las soluctones propuestas.
La vinculación de la ciencia penalista con uno o con otro de estol.
universos textuales era, por tanto, decisiva desde el punto de vista de aquello
que podfa llegar a ser dicho.
En el plano de las fuentes propiamente jurídicas, sobre todo por lo que
respecta al uso del derecho romano, se produce también una variación de los
universos de referencia, aunque, naturalmente, el derecho romano termtna
siempre por aparecer, de un modo casi obligado, en el CUI"'>O del trabajo de
justificación. Pero ahora es ya tratado con una libertad nueva: sus soluc1ones
son criticadas, sus fundamentos diseccionados. los límites históricos de '>U
racionalidad desvelados. En una palabra: el derecho romano pierde su
eficacia normativa. Y eso que, paradójicamente, se trata de un momento en el
91. Todo lo que acaba de ser dicho queda bien e~pre~do por Pa~al de Melo cuando
e~tpone los fundamento) de sus soluciones: ~... het de consultar as nossar lets e as "bi.nh;u, e a
pl1lctíca das n~&s; mal> prote)to desde Já nAo me emb~a. mullo com o qllC cUas dtum;
porque tendo o h"ro qumto das nosws Ordenan~s pouca~ regnli. que: se: apro•enem..., lers
crimmais e~U'31\geuas amda tem mullo menos. Come te protesto, e u~ da ltberdade. que me
~ própta, sem tlllnsgredir os seus JUMO~ hmites princtpalmenle a raJJo natural e C:t\<il da.~ penas. o
fim das sociedades. a segurll~Wja plibhca. o estado. genio. tndole. e character. ~ingular da ru~~lo
ponugueza. e wbre tudo a leí da humamdade. emendtda e combinada scmpre com a leí da JU~II~I
e da sc~a p!lbltca.. (Código.. XXXI).
245
ANTO NlO M. HESPANHA
246
ANTONIO M HESPANIIA
adecuada para ellos. Sea como fuere, esta sumisión en el plano expositivo del
derecho penal al derecho procesal va a constituir un fenómeno de larga
duración. Las más importan tes codificac iones europeas de derecho penal
adoptaron este modelo, y asf sucede con el libro séptimo de las Partidas
(~iglo XIII), con la Constitutio criminalis carolina (1521) y con los códigos
cnminale s austriaco (Josefina, de 1787) y toscano (Leopoldtna, 1786}.
Excepcio nes -y por e llo notables- son las Ordenaróes portuguesas, pues
siguen una sistemati zación "sustantiva"(94 >. La propia doctrina "e ve con
frecuencia atrafda por este orden en la exposición. que sigue el desarrollo
"cronológico" del proceso, iniciado con la denuncia o por pesqutsa de oficio.
seguida de la determinación de los hechos en el marco de un tipo penal (y de
aquf las necesida d de describir los crímenes en el momento ). la fa\e
probatoria y, finalmente, el pronunciamiento de la sentencta y su eJecuctón.
Esta sis temática alberga significa dos impHcito s -así como una
determinada comprensión del derecho penal que ella mt~ma inculcaba- que
no deben ser ignorado s. A primera vista lo que hace es eufemiza r la'
dimensiones extra-judiciales del problema penal, que quedan aparcadas entre
las cuestione s puramen te técnicas del proceso. Entonces. las relaciones
entabladas entre el problema penal y los valores político -defen~ del E.c;tado
y del orden público. intereses en juego, etc.-. que eran importanúsima.c; para
determinar el criterio romano de ordenación, tienden a ser elimmadas. Ahom
van a ubicarse mal dentro de las cuatro paredes del dtscurso penal. Por
añadidura, esta disposici ón "procesa l" contribuy e a destacar los aspectos
intra-individuales -los conflicto s de intereses privados- de las cuestiones
criminales.
Pascoal de Melo, al organizar su proyecto de Códtgo. rompe con eMa
tradición sistemátic a de las ordines legales (del derecho romano, del canónico
y del portugués), rindiéndose al orden sistemático que habfa encontrado en
los juristas alemanes u holandeses de las escuelas iusracionaJi,tru . asf como
en las institutiones de los penalista s italiano!> del último cuarto de siglo
XVIII. Estos, Cremano . Renazzi y otros. inician -como el mismo en \US
lnsmutio nes- su exposició n con capftulos dedicado s a los axtomas del
derecho penal, tales como la definición del delito y de la pena. Los primero
94. El modelo sistem,uco de JO) códigO) portug~) en materia penal puede haber e~llldo
influido por el labro VIl de !ti Siete Pan1das que, de:.~ de un ~lo título rewi~o a 1» matena¡
el
del proceso (VIl. 1). se ocupa de lo) crimene• y de las pena~>, no ~olviendo al proce~ 1w1A
o
final del libro. Pero las Orduwt;&s "purifican" &odav!a mi.\ el modelo. suprinuendo 1()) lfiCipll
twpu procesal!,~. Sólo las Ord man (V, 1) mcluyen una refesenda al proc:eiO al comien1o
del hbro. Sobre el problema de lb ordenac10ne) si~tem,ucas de la leg"I~IÓI'I europea,
111
a· 11
rderencaas, ~~~~ embargo. a la legi\lación peninsular, S SALMOSOWICZ. ··t.eopold•n
~s. y T.
cod!Ce penaJe toscano dell'anno 1786", Rn· 11. pu lt sc1tmt 11•undtct, 96 (19691 173
PAOOVA."' ll, LtttiiTo dtlfo Ltopoldmo Un'onohst struttiiTolt, en: l . BERLJ~GUER Ced.), La
"Lt()f'<>/dlno" ,cu.• l. 259-312.
247
A"'T()>,¡JO M HES PA!\ lfA
248
LA GRACIA DEL DERECHO
análi)IS va a
denominaremos "camp os penales"). De aquí en adelante nuestro
n. clasific ación
incidir en las estructuras discursivas que presiden esta creació
y disposición d iscursiva de los "crímenes".
les"(%)
Así, vamos a ir tomando cada uno de tos distintos "campos crimina
lru. relac1o nes
del proyecto de Pascoat de Melo. procurando desenmascarar
s como con los "obJeto s"
que allí se establecen, tanto con los campos vecino
en el interio r de cada campo .
(''tipos penales") que lo constituyen
contribuir a
Con los resultados obtenidos en la mano, esperamos poder
to de lac; grande s
identif icar los código s ideoló gicos (es decir, el conjun
discurs o penal, así como el tra.lado
catego rías axiológicas) subyacentes en el
de su línea histórica de evoluc ión.
249
ANTONIO M. HESPANHA
250
LA GRACIA DEl.. DERECIIO
o de la
Un ejemp lo de estos camb ios lo propo rciona . en el terrenaquellas
ahora se prescin de de
tipificación, la nueva regulación de la herejía:
ción puramente
notaS distintivas que respondían exclusivamente a una concep
del crime n. Por ejemp lo, se hacen superfluas las
religiosa (o teológica) a, cisma y
herejí
distinciones entre hereje confit ens o inconfirens, entre iones
introd ucen nueva s distinc
apostasía, mientras que por otro lado se ión entre
sidad social de los actos (como la distinc
relacionadas con la peligro
herejía simple y herejía sediciosa. Cód., V, 6)<HlOl .
uencms de
En el plano de la naturaleza y alcance de la pena, las consec
pto de crime n religt oso son tambtén
esta "secu lariza ción" del conce del orden
la pena debe corres ponde r a la pertur bación
importantes. Ahora (de la
a Dios. "A raz.ao
social establecido y no a la magnitud de la ofensa a el autor- é
propuesta de atenuación drástica de las penas por herejía ] -explic
deve ser á medid a da pertur ba~ao causad a na ordem
porque a pena e castigo
r a tranqutlidade
social, e tanto quanto for necessário para conseguir e mante
no é necess ário que o homem
pública; e para esta se manter e conservar, reltgto\0
s", 20). Por otro lado. el simbo lbmo
morra queimado" (Cód. "Prova idea
una vieJa
pterde todo su sentido: la muerte en la hoguera, conectada con el delito.
despro porcio nada con
de purificación, se considera ahora cruel y
más ~uaves sino
Por ello van a proponerse nuevas penas, no sencillamente , más que la
más acordes ante todo con una nueva simbo logía que refleje
cidos. La~ penas van
ofensa a Dios, la ofensa a los vínculos sociales estable tizactó n que
entonces a escenificar las consecuencia s del delito. en una drama
protag onista . Aquel que ponga en peligr o los víncu lo'
hace del criminal que
signif ica tener
social es va a ser ahora "des-s ociali zado" , lo que : perderá la
representar el papel de individuo ignorado por el orden social scación,
a (infam ia), la capac idad jurídi ca (confi
consid eració n públic
) y, finalmente,
incapacidad para suceder, inhabilitación para ejercer oficios encia social
terminará por ser expulsado má~ allá de los límites de la conviv
(deportación). (Cód , V).
iccional, la
Finalmente, y por Jo que respecta a la competencia jurisd conot..can
so obliga a que de él
secularización del concepto de crimen religio
251
ANTONIO M. HES PANHA
252
LA GRACIA DEL DERECIIO
103. La doctnna t"tablttla aquí una completJ ca¡uisoca, tmto de las ~llu:K'IO!Ie$ amorosas
úlumo los
que configuraban el adulterio como de 1~ hecho' que 1~ 10d1caban. En esu: n1~el
jun'tas ollan ~r bastante e~1ñc1os: para alguno. ni \iquiera era •uficu:me
c:l hecho de haber
ñgor c:n la
enconlrado a lo~ am&nlh en el lttho rofus e11m sola. nudur cum nud.J . Con C$le
de ocro. crimcnc' ~xua!Q tcorno la sodomCa o el
prueba -que "t encuentra 1amb1~n respecto
be.~ualismo· v A. GOMEZ. Com.s tnram m ltRtS Taun. Salaman1ic
ae lSSS: c:d. con\. Opera
pcnccuc1ón
omntJ. Venetns 1747. ad. 1, 80. n 33 s~.)· <,e procuraba con todoa !íeGuridad hm11ar la
legal y la
penal de tlttm. ICIOS: ...:guramenre eJU5tla una ruonable d1stanc1a entre el ngorumo
de ~uuación
permisividad ~xual de la sociedad. Aunque la docmna ocor¡anl. 1odavfa relevancia
BARBOSA.
adultenna a lo. ICI~ preparator iO\ de cono ("veluti mutul.\ amplex1bus, & O&CUiis";
RtMI.Uionn docronurt. en•• ad. V, 38, 2. pg.31).
104. V1d Jwme de: CORELIA. Pral'll<a dt wnJtssiorwrw_ , Co1mbra 1744,
p¡. 66, n\. 1·2.
253
ANTONIO M. IIESPANHA
254
LA GRACIA DEL OERECIIO
255
A\'TO~IO M. HESPANHA
256
LA CRACIA DEL DERECHO
257
ANT0:-110 M. tiESPA~HA
258
LA GRACIA DEL. DERECHO
118. La cuestión de saber si la ofensa a los !)dlores y a los magisu-.d~ cOihlllufa o no lesa
majesllld fue discutida has1a muy uude: la mayor parte de los aUiores respondr:t afl11TIAUvameniC.
con base 1exwal en D.. 48, 4. 1 -qu~ magislr3lus populi romaru. quive amperium, po~ICm
babea!. occidere: v. wnba\!n E.xtr. 2, 2 (Qw si m revelle$: comra nos ec offaciJ!Ies noruos). Para la
docUina, FARINACCIUS, Praxis .... cil.. q. 112. n.l76 r.s. (en el !tenlido de que el Cl'lmen
únacamcnle daba cobertura a las ofensas conlra domim qut supuiortm non rttOJifiOUant);
CABED<>. Pratticorwn obstrwnionum .... cil.. JI, d. 82, n.2: A. G0\.1EZ. \'artat rtS(l/uttollts....
Salamanticae 1552; ed. com. 0¡Mra omnia. VeneiÍÍ$ 1747, t. 3. c. 2, n.ll Cest~ do. úlumo$
autores se pronuncian en el mi.o;mo sentado).
259
ANTONIO M. HESPANIIA
260
LA GRACIA DEL DERECHO
El castigo de la fuerza tenía una larga tradición textual desde los títulos
48, 6. ad legem Corneliam de vi publica, y 48, 7, ad legem Corneliam de 1•i
pri1·ata, del Digesto. Con todo, esta distinción entre vi publica y 1·i pri1•ata no
da cuenta ni de Las personas o valores ofendidos ni de las intenciones de la
acción violenta, sino de determinadas características objetivas de la acción
(como, en concreto, el uso de armas). Por ello, los casos de violencia pública
abarcaban conductas tan diversas como el estupro, el allanamiento de morada,
la usurpación por la fuerza, la asociación de hombres armados para la
comisión de actos violentos o el abuso de poder por parte de un magistrado.
El rasgo común de todos estos tipos parece consistir en la vulneración del
monopolio "estatal" de la fuerza, en tanto que medio de garantizar una cierta
paz pública: se perseguían así todos los actos que violasen o amenazasen
gravemente a ésta, sea cual fuera el status o las intenciones de los autores.
Asf, la tradición romana de la punición de la violencia insinúa una malriz de
clasificación en la que Jos delitos de fuerza contra personas privadas
coexisten indistintamente con los delitos contra personas públicas o contra las
funciones del soberano y de sus magistrados en tanto que "pacificadores".
La tradición medieval portuguesa de castigo de la violencia básicamente
se apoyaba en la legislación (fruto, gran parte de ella, de la respuesta a
capítulos de cortes) que prohibía la venganza privada o que reprimía los
abusos de señores y clérigos (cf. Ord. af., V, 36; 45; 50; 66; 76{77; 95/97;
106). Junto a esta tradición "práctica", existe también una tradición "terrada"
basada en el Código Visigótico (VJJI, 1, de invasionibus et direptionibus:
diversos tipos de allanamiento de morada y de saqueo en hueste o por la
fuerza) y en las Partidas (VII, 10: fuerfa). Esta tradición letrada adaptaba la
casuística de las fuentes romanas al contexto político-social medieval, dando
otro carácter a los tipos penales correspondientes a las polfucas reales de
instauración de la paz y de monopolio de la fuerza legítima: prohibición de la
fuerza en los juicios, represión de las forras de los clérigos. de los señores y
de los oficiales (del fisco, especialmente), reglamentación de los desafíos, las
treguas y Las paces.
En resumen, el rey es fuente de "justicia" (en tanto que equilibrio del
orden social "espontáneamente establecido") e impone su ·•paz"; es decir,
prohibe cualquier violación de este orden, sobre todo la llevada a cabo por la
fuerza. Si hablamos con propiedad, el rey no impone su orden sino su pa::. Y
majestad 1D1perial); pan¡ In tradición legi~lativa ponugues:~. Ord af., V, ~: Ord man., V, 6, 1:
Ord.fil.. V. 12; evolución en el sentido de Cl.timación de lo<; a.spec:t~ polltJcos del dehto. En el
C6d.• (tiL XXV). por el contrario, se con~idera el crimen wbre todo desde el punto de vbt.a de
sus consecuencto patrimoruales.
261
ANTONIO M HESPAN HA
la impone , sobre todo, ante los poderos os, ante aquéUos que disponí
an de
medios materiales propios para alterar los equilibrios sociales.
En las Ordena ,oes más modern as, esta preemin encia de la paz
real da
paso a un mayor protago nismo del orden del rey. Así, entre las
conductas
violentas punible s cobran importancia las ofensas a los oficiales (cf.,
ma.'<ime.
Ord. af, V, 91; 104; Ord. man., V, 36; 75; Ord.fil .. 48/51), al tiempo
que las
ofensas a particu lares, pertene cientes desde siempr e a este "campo
", van
pasando a otros contextos (asf, la violación y el estupro , se tratan
dentro del
conjunt o de los crfmen es sexuale s; la usurpac ión violent a, dentro
de las
medidas procesales para recobra r la posesión). De este modo, se insiste
cada
vez. menos en la represión de la venganza privada (salvo en lo que
respecta al
duelo, Ord.fil ., V, 43) mientras que, por otro lado, se dedican varios
tftulos a
las ofensas contra el cuerpo o el honor de los magistrados y de los
oficiales
(que son los que pasan a hacer visible el orden real).
Esta emerge ncia instituc ional-b urocrát ica del orden político
real es
corresp ondida en el plano doctrinal con un reinterpretatio de la
distinción
romana entre fuerza "públic a" y "privad a". Resulta sintomática la
definición
de la primera de ellas dada por Cujaciu s y transcri ta en una edición
muy
conocid a del Digesto021 ): "quae contra ius infertur personi s publicis
. qui
imperiu m et potesta tem habent" . aunque añade "ad alias tamen
persona s
pertinet, qw vim cum armis inferunt". Es decir, que -y al margen un
poco ya
de que se utilicen las armas- el uso de la fuerza es más grave cuanto
más
"sedicio so" es. cuanto más djrigido contra un magistrado público
o contra el
orden polftico superior.
La organización de este campo de los delitos de fuerza aparece totalmente
trastocada en el proyect o de Pascoal de Melo (tits., 16-24). Ahora,
el gran eje
de clasific ación es ya el que distingu e la fuerza "públic a" -definid
a como
"violen cia atroz, cometid a com dolo mau, com armas ou sem armas,
contra a
seguran 9a pública , por pessoa pública ou contra pessoa pública
, ou em
lugares decorad os com um especia l carácte r sagrado " (lnst. iur. crim.,
IV. 1)-
de la fuerza "privad a", que es definiti vament e tratada en otros
•·campos",
como el de las injurias o el daño. El eje secund ario de la clasific
ación lo
constitu ye el carácte r indjvidual o colectiv o de la acción. Simultáneamen
te, el
matiz. sobre el u o de las armas pierde toda importancia (cf. Cód... ,
XVIJ. 19).
El hecho de que se tache al derecho anterio r de confuso , por haber
puesto
juntas conduc tas esencia lmente diferen tes. refleja justame nte esta
nueva
matriz de organiz ación tipológica y concept ual del campo. El casrjgo
de la
fuerza se convie rte asf en otro cauce de protecc ión del orden
polftico ,
121. Corpus iwru cMiis. ed D. Godof'ted~. Coloma Allobrogum 1615, ad. rubr-. m
48.6 y
48. 7. Por el contrlt10 , GOMEZ. \'anat' rt'sntunoflt's .... en.. se mant1enc:
f~el al cnlerio I'OINJlO
(v. m. cap. IV. pg. 76).
262
LA GRACIA Oli.L OI:AECHO
122. Ju 10 de!Rs de leb crlmenes de fuerza. la mtenúuca del proyec10 de PucoaJ de Melo
coloca 1 los "crúnenc$ polfucos". en el sentido de crlrnene Mque penwt.m 1 ordem póbbca e 1
economía" (•"~ do go~erno mr.emo da soc•edade"J. como el uso prohibido de las lmW
(t.23). caza y pe:;ca prohibí~ (t.24). vagabundos (t.lj), JUC$0 y teatros (1 26), lujo tt.27),
C001111bando (t.28). debtos edJIICIOS (t.29).
123. Las Panidas Mguen de cerca los texto~ romano' (VII, 9); en Ponugal. lot fuero.
ttp11ican algunas formas de mjuña y fijan para ellu lu re,pec.:uvas perw. pccW1larias En el plano
legi~latívo, sabemos -por una ley de 1335 (Ord. af, V, 59, 1)- que por esa ~poca la oc1io
m¡uriarum constitu!a una novedad: "que eUes (leb homb~J novamente usav111 u dnas lnJurW,
o que nos I'ICbS05 Regneb nom era acu turnado"). Se recurrió a ella Wl 1 menudo que el rey tuvo
que poner trabas 1 su eJCrcÍCJO.
263
ANTONIO M HESPAN HA
264
LA GRACIA DEL DERECHO
128. Según la opinión dominame. dar bofctad:ls COO\IIlufa una auotmJuna. qllt' daba lugar a
una pena arbitraria. "au! á mortc. de acordo coma pc~o,oa que comente amJun:a ou que: 1 recebe"
(v. Juan de A YLO~ l.A YNEZ. comtnwio 1 GOMEZ. \'anat' rc.soluriOtKs- Cll., 111, .S. cap. 4,
n 5. p. 91). Para Ponugal. ~ la ley de 15.1.1652.
265
ANTO'.UO M. HESPANHA
266
LA GRACIA DEL DERECHO
del cuerpo; otras, que proceden de antiguas tradiciones texruales (como, por
ejemplo, la especial carga punitiva de las ofensas realizadas con arma
arrojadiza, heredada de las DecretaJes, V, 15, De sagitariis).
En el Código (t.34), las heridas se convierten en objeto criminal
autónomo, si bien vecino de su "campo" de origen, las injurias (t.35). La pena
oo consiste en una multa a favor del ofendido sino en una sanción "criminal"
(galeras, trabajos públicos, prisión) que tiene a la indemnización civil como
accesoria. En una palabra, se constata el mismo movimiento de
"publicización" que ya se había detectado en el caso de las injurias.
AJ margen de esto, el cuerpo es objeto de una nueva valoración, que ahora
responde preponderantemente a criterios fisiológicos y funcionales ( 1-7). Las
heridas se clasifican por su gravedad: mortales, peligrosas, que provoquen
deformación o pérdida de miembro o, finalmente, heridas simples. Los
valores propiamente corporales cobran dimensión jurídico-penal autónoma.
El cuerpo, como organismo y como instrumento (sobre todo de trabajo), va a
adqu irir su propia dign idad y deja de ser un soporte de valores
simb6licos031), por mucho que las bofetadas (18) continúan siendo más
castigadas que las palizas (17).
267
ANT0 N10 M HESPANHA
268
LA GRACIA DEL DERECHO
137. La lllCiusión de lo' crlmenes de los ofic•ale~ en el campo de los crimcno de fa! Jedad
parece, hoy en día, Jolalmcnle arbnrana. se explica )JO embargo por una traduaón ICJttuaJ
proveniente, corno ya se dijo. del derecho romano. La faJ,•ficación de documcn1~ ejercía una
¡ran atracción: constitula el upo criminal mlis anuguo y m:~.) tfpico de una admmi\ITICIÓn
pro~-.vamcnte sus~eniAda en la C$Cnlura.
269
ANTONIO M HESPANHA
accio nes priva das para la inde mniz ació n del ofen dido (acti
iniuriarum , actio legis Aquiliae, que se corre o furti , actio
spon dían con los tres gran des
"cam pos" de crím enes de relev ancia patri
monial: hurto, injurias y daño). Este
carác ter fund amen talm ente "priv arist a"
de estas accio nes y de los intereses
que tutelan se mani fiest a por añad idura
en la opos ición entre delicia, que
daba n luga r a actio nes poen ales , y crim
ina, que dese mbo caba n en un
publicum iudicium, bajo la form a de una
quaestio. En cien os caso s, la
vertiente públ ica del delito (v.g., por el
cará cter viole nto de la cond ucta que
producfa el daño ) aparejaba una agravación
de la pena (del cuádruplo)(l38).
Las sanc ione s "crim inale s" que se encu
entra n en el sistema moderno de
repre sión de los delit os cont ra e l patri
mon io docu men tan una prog resiv a
"pub liciz ació n" del camp o, ya dete ctab
le en texto s juríd icos postc lásic os,
justi nian eos y aJtomedievales039).
Por este motivo, mientras que el dere cho
romano clási co tendía ante todo
a cons idera r el huno com o un delito priva
do, tratándolo "civilmen te" (poena
priv ada, si bien de duplum o quadrupl
um), el dere cho com ún med ieva l
básicamente lo considera com o un atentado
cont ra la paz, y por ello sum a a la
pena civil una sanc ión crim inal (pen a de
mue ne, ampu tació n de miem bro,
nage lació n). Com o dice n las Part idas
(VII , 14, 17): "torn ar... la cosa
funa da ... pech ar quat ro tanto com o aque
llo que valía... Otro sí deue n los
jugd ador es... esca rmen tar los funa dore s
publicamente coferidas de a~otes".
El crim en de hurto apar ece entonces fuert
emente atraído por el radio de
acción del crim en de fuerza, el cual tenfa
nítidas connotaciones publicistas. El
casti go del hurto busc a tanto el aseg uram
iento de la paz públ ica com o la
defe nsa del patri mon io. Así, las circu
nstan cias agra vant es de la pena no
tienen que ver tanto con el valor de la cosa
sustrafda com o con la grav edad de
la violación de la paz040>.
270
LA GRACIA DEL OI:.JUZCHO
rtwlt.lllonts .... Cll., ll, c. 5. n• 8. pg.79). La mayor paste de 10) juriuas modemos~egub opinando
asf (L. MOLINA. Dt 1usnria tt dt 1urt. 111, d. 695. n' 90. FARINACCIUS, Praxu , Cll•• 67,
n 147). En rodo ca~o. la opinio commums de lo, JUn\l&\ baJomed•e~alc~) era favorahle a la
COO)Ideración del valor de la cosa robada.
141 cr. Ord A/. V. 65.
142. Un caso de especial gravedad. no previ~ro expre~amenre en nuc:ura ley pero
incorporado a la rradición texrual del derecho romano. era el del huno 1mpmlmstmu• o plur
qt10m 1mprobissimus, pracl.lcado por lo• \llhc:adore~ de cammM (ladrlks fatn<>S(ll , ~ratsuuws.
tarronrs fam(JSi) y el de cwureña (D.. 47, 14, 1; Panidas, VIl, 14, 19); ca~ugados ambos con In
muerte.
143. El dallo ilícuo (damnum imura darum) -dolo-o o culposo- en en derecho romano un
dehto. el cual daba lugar a una acrio potnali.r Ccf A D'ORS. Elt!Mntns de dtrr< ho prnuJo,
271
ANTOSIO M HESPANiiA
272
LA GRACIA DEL DERECHO
con los que tales crímenes se relacionan -la religión (verdadera o establecida).
el poder. la moralidad, el honor, el patrimonio, la verdad. la paz- permitirían
la contemplación de las categorías mentales europeas y su evolución durante
ese período-bisagra que es la época moderna.
273
VIII
275
ANT OSIO M IIESPANHA
El confucionismo se ba.'ia en la
obra atribuida a K'ung Fu Tse (lati
Confucius), que vivió entre 551 y nizado,
478 a.C. a caballo entre el periodo
"Primavera y Otoño" (778 n.C.-481 denominado
a.C.) y el periodo de los "Estados
(480-222 a.C). Se trJta de la tran guerreros"
sición entre la época feudal clás
imperio autocrático de la dinastía ica y la del
Han (a partir del 206 a.C.)<J>.
La tradición le atri buy e los "Se
is c l á<,ic os" ((1 Ch ing o Lib ro
evolución; Shih, o Libro de la., de la
Odas: Shu. o Libro de historia;
Jo., ritos; Yüeh. o Música; Chun Li, o Libro de
chtu, o Anales de Primavera y Oto
Analectos<-4l. ño) y los
K 'un g Fu Tsc fue un trndtctonali
..,ta que propugnaba un reto mo
a las
2. Aunque a panar del ~ .. XVIll la
htcrarura polltico-filo$ófa..'ll china,
~~ todo por 1~ Je'UI!W., ha ant~~ amportad¡a y tnlducida
a la~ Cap ti cult a' europeas
J Sobr e la babliografi2 de K·ung
Fu T~ y el amhaente wcao·polluco
'uva da.\ Kuang<huan H\.1.10 (197 m el que~ desanoll6
9). 79 ~. Shalien H'o (197 5).
su penoditacióo. v. Wolfram Ebet 1 » . Para la ha$1001 chana y
hard ... llifta ry ,.¡ Clúl kl, Londoo.
ed rev .. t9n . Routlc:dge & Kcgan Paul, 4'
4. La atnbocióo de 1~ C$~
labr~ a Kung Fu he es conu
pod.rfan contc:nu eru.e l\alu tia ovc:nlda: algun<» de e:~
~~~~triares: OCJ'O\. pur el cont
wbre c:~ta cue,uóo. Shthhen H$11 rario. podrfan ser de 'us da\Cipul
( 1975) 1-4-24. ~pecíalmentc: el ~. V..
cuadro de la p. IR.
216
LA GRACIA DEL DERECHO
antiguas costumbres y rito~ (11) del período áureo de la dtnnstía Chou. Par-o~
lograrlo propone una incesante labor de restauració n del orden social recto
(chenR mi ng. "rectificac ión") y de educac ión del pueblo. basada en un
gob1emo inspirado en los principios de humantdad y recutud (jm) Su obra
fue completada por la de sul. disdpulos -entre los cuale~ lo!> más i mponantc~
son Tse Ssu (335 -289 a.C.)C5>, Me ng Tse (372-289 a.C.). lati nizado
Mencius<6>. H!-> ün Tse (335-238 a.C.)<7> y Tung Chung-~h u (177- 104 a.C)Hl)_
y ha mfluenciado en todo momento el pensamiento y la práctica política de
China hasta la actualidad(9).
Entonces todavía estaban vigentes las co<,tumbres ("rito!.", "i n~ti tuciooe~".
/i) de la dinastía Chou ( 1028-256 a.C.). aunque ya en fase de decadencia .
K' ung Fu Tse fue un estudioso (un ilustrado. ; u) de las antigua., costumbres
soc iales y cortesanas. Ante la imposibili dad de obtener ind icacionelt
suficientes ~obre las instituciones más anllgua' de la' dinll!>tía\ Yin } Sun~.
terminó por adoptar las de la dina.,lia Chou (Chou /i). la'> cualeo; pasan a
277
AI'ITONIO M. HESPANHA
278
LA GRACIA DEL DERF.CIIO
15. "!.H. c1elo.. y la uerra m,utuyen l.u forTT11U y el&obcm.lntc completa el proceso de
evolución" ("Grande Append1x" ol U•·ro du trans[ornwciJr~. J. l . <."up. 11 ). El confu~1on¡¡mo
denomma "1" a cua capacidad para comprender el orden cósm1co y los pnnc1p1os de ~u
evolución y que p0111b1hta la evaluación racional de los fenómenos (cf. Sb1hlien H~ ( IY751. 38
).
16. Lti relacion~ entre la obr.ervación de la oaturaku > la prktica de gob1cmo CAIIin
espectalmente contcnu:la:. en cll.n·ro da trutiS[tmNlr4o: sobre el tema Shthhen HJU (1975), ti2
279
A~TO!'IiiO M. IIESPANIIA
280
LA GRACIA 01-L DEREC'IIO
recoge
rectific adas. será recupe rada la tranqui lidad universat"<22l). Se
constitu ir el modelo del
también la idea de que e l mundo domést ico debe
las vtrtude~ y sentimi entos
mundo político gracias a la emulac ión real de
la piedad
propios del mundo fami liar: la leallad polfttca debe imitar a
imitar al amor entre hermano ~.
familiar, la solidaridad entre ciudadanos debe
nte<2H ("f~~IO di~o:e
el amor paternal debe inspirar la benevolencia del gobema
ce a tus
el Libro de la mudan :a sobre los deberes del buen hijo: 'Obede
se han de ejer~.:cr
padres, sé fraternal con tus hermano~. Estas cualida de'
ye, por tanto. el ejercici o del
también en el plano del gobiern o'. ¡Esto constitu
con fre~.:uen cta
gobiemo!")C241. También en el Libro de la Poesía se compara
el amor de los gobernantes al pueblo con el amor entre los amantes .
De lo que acabam os de dectr se extraen do<; tdea~ suplem entaria : la
a del
primera, la decisiva importancia de la benevolencia (jm) y de la bú~ued
el papel tan sub~idia rio que
JUSto medio en el arte de gobierno. L3 segunda.
juega el Estado desde el punto de vista de la con.,ecu ción del orden social.
ra
En cuanto al primer aspecto: la idea de benevolencia (jen) .,e encuent
(en el senttdo expresa do en el párrafo
C'ítrechamente ligada a la de amor
c~tá a la
anterior). A su vez la idea de "media " o de "justo medio" (c/um.t!l lo
en el pensam iento europe o de~de
de equilib rio (y e~to tambié n sucede
a escolás tica). Esta idea de equilib rio revierte
Aristót eles a la segund
co y
finalm ente en una tmagen de la socied ad como un todo orgáni
er el "justo medto" consi'le entonce~ . ju lamente , en no
equilibrado. Manten
en rcchat.a r
caer en los extremos. en no desequilibrar, en procurar consen, os,
"ajustad .l".
lo artificial, en desestim ar tnclu'>o una 'olución brillante pero no
~abio
Veamo s: "Erase una ve7 Shun. El era, sin duda, un hombre muy
Jo, demás y e::.tudia r '>US
(prudente). A Shun le gu~taba hacer preguntas a
a lo que e::.taba
respuestas, aunque éstas pudieran ~er superficiales. Separab
l>,
mal en ellas y adoptab a lo que estaba bien: ~e aleJaba de los extremo
establecfa la media, y entonce~ la aplicaba al gobierno del pueblo"< 2.S> . Para
al que
alcanzar ese "justo medio" hay que adoptar una metodología intelectu
que desde Añ tóteles e
los europe os tambié n conoce n: se trata de lo
ntación ", e~ decir, una forma de
denomina "tópica " y "teoría de la argume
22. luan Ou~an. pt 11, hex. 31,apuJ Shihlien lhü (19751 67.
dt gobierno, \ ,
2:l. Cf. Shlhlien H•u ( 1975) 66 ss.. 114 " - Sobre tllliiiOI' como tkna
la familia cumo fund.uncmo del F.sl:ldo. d . Arwlrcto s 111, ICVI.S:
Ana/~(/OJ, hv • .S, 1:ap 25. Sobre
X, 'JEl/ I.S. XI.~ .
24 Alltll«tOJ, hbro 2. cap. 21.
25 Chung Un•. cap. VI. apu.l Sh1hhen Hslí (1975). 121 ·122.
281
AN TO NIO M . HES PAN
HA
pe ns ar la po líti ca qu e
co ns ide ra los pro ble ma
posibles, para luego po s de sd e tod os los án gu
nderar co n la ma yo r im los
La exploración de IC>l> fun par cialidad<26l.
damentos psicológicos
"ju sto me dio " se co nti y ~ticos de la doctrina del
en e en el Chung Yung
me dio"), ob ra de los (o "D oc tri na (vía) del
pri me ros tie mp os del jus to
ad op ta un pu nto de vis confucionismo127l. En
ta tambi~n fam ilia r a ell a se
Arist óte les a la esc olá la fil oso fía eu rop ea de
sti ca: la co nsi de rac ión sde
eq uil ibr ad o (chung), de del ho mb re co mo un
tal mo do qu e tod a vir ord en
terminología específica) tud ("verdad", ch '~ng.
co nstituye el jus to medio en la
Las no rm as de vida, la entre los dos extremos<
do ctr ina y la vía (yung 28l.
(ch ung) ue ne n qu e ser ) pa ra la arm on ía int
pro mo vid as po r el go eri or
pri nc ipi o-. co mo la ed bie rno co n arr eg lo a cie
uc ac ión . la co nfi an za no s
gobernados, la co incide mu tua en tre go be rna nte
ncia en tre las palabras s y
co n la po'1ción so cial y los actos, la conducta
(lo qu e los eu rop eo s lla acorde
moderna). las medidas ma rán "honra" en la ~po
de gobierno adecuadas ca
Veamos ahora el papel a cada situación. etc.<29l
del Estado y la'i tecnolog
de im;taurar la dis cip ías coercitivas a la hor
lin a soc ial . So bre est a
dic iendo qu e la arm on e pa nic ula r hay qu e em
ía soc ial de pe nd e po r pe za r
capacidad individual par en cim a de tod o de la
a en ten de r la naturalez previa
relac1ón §Oeial ({) y co a, imitarla en el plano
mp on ars e de un mo do de la
con los demás. Tambi~ benevolente (o amoroso.
resulta muy relevante la j~n)
ins titu cio ne s est ab lec ida observancia de costumbre
s (/i) qu e. au nq ue est án se
e'>tndalmcnte buena de inscritas en la na tur ale
la mayor pa ne de los ho za
mediante una acción edu mbres, han de ser reforz
cativa basada en el ide ada s
otras palabras: la co acc al de "rectificación"(30l.
ión es un medio subsid Co n
soc ial que sólo de be em iario de obtención del
ple ars t con aquella cla orden
ap ren de rll l. Y en cualq se de hombres incapaces
uier cas o la ley co act iva de
fac tor dis cip lin ari o de (/a ) nunca deja de ser
gra da do . ins ufi cie nte un
y rel ati va me nte ine fic
26. P1111 la
az< 32l ,
teor ía tópiCa eur ope a
Europa do v., m rewmen. tbp anh
.~111i1oRe 1• -. Li~ Gu lbe nl.i a (ed .). Po tkr e lttJfllli{MS
an. 198 4, pp. 31 ss.; 11t1
confuctOOr..mo. Sh., 121 pa n 11 misma ide a m
~. el
27. Ed moderna. J~ Le
Learmntt & The Do arr ue (ltl d. ~ ed.¡. CMf/~~erld . Con
ne t>/ tht Mean . Ne..., Yo fr~ cwn A11t1lew. Tite
e•egCC...~ y dac uon d. Do "er Publ~ $/d .• Grrot
ario de~ - lut o brh ngu e, not aS
28 Cf. Shthben H~ (197S>
298 ~' ·
29. lb.d em 206 "'
.JO. Tt>tlo m Shr hhe n Hsu
( 1975). 164 (ttllrJ/tctt>J,
31 Cf !e:~toen Slu bhm HsO XUJ, 3).
( 1975), 163 (ttll rJir cto ,,
32. Cf teotto~ en Kuans XV I, 9).
-Cb uan H'i ao (1979),
(1975). 125. 337 ~- y 37K !T~Chuan) y
Shr hhe n Hiil
282
LA GRACIA DEL DERECHO
la
descontado el hecho de que su legitimidad sólo puede ven1r dada por
ios de benevo lencia y rectitud en la acción de
concurrencia de los princip
gobierno(33l.
Esta oposición entre el /i (las costumbres, el derecho no escnto, las
instituciones tradicionales, la armonía establecida)<34l y elfo (el derecho
legislado y "artificialmente" engendrado por el poder) constituye un punto
central de esta filosoffa del derecho.
El papel reservado a los gobernantes en una organi1ación política
concebida de esta manera sólo puede ser residual.
Naturalmente, la educación es de su competencia. Pero. de'ide el mismo
momento en que los ideales educativos no los determina el gobernante porque
son previos a él, más bien ha de ser considerada como un poder-deber
la
Además, esta educación sobre todo debe proceder dulameme. mediante
amor. Aunque también es verdad. por otro lado. que el
benevolencia y el
pensamiento polftico confuciano insiste mucho más que el pen amiento
polftico europeo tradicional en esta función educativa de lo'> gobernantes,
debido a que en Europa se trata de una competencia atribuida de un modo
más directo a la Iglesia. En la representación confuciana de la sociedad china.
en cierto sentido mucho más laica, las tareas educativa\, aunque compartidas
lo...
por todos los cuerpos sociales, incumben con mucha mayor claridad a
gobernantes.
A éstos les atañe en definitiva asegurar la subsi\tencia del pueblo y
del
garantilar su bienestar material. incentivando la agricultura, cuidando
Pero. como ucede en la
abastecimiento, regulando los precios , etc<JSI,
nte entre el bieneM ar del
Europa tradicional, se distingue escrupulosame
pueblo y el b1enestar financiero de la corona, por lo que resulta cen urable
una
una política fiscal excesivamente dura<36l. El gobierno, en fin. organilÁl
milicia pues le compete la defensa frente a enemigo ~ externo s.
En todos estos ámbitos el rey debe comportar\e :.ervicialmente. Es
servidor de los Cielo:., de las coMumbres e tablecida'> y tambil!n del pueblo.
Por ello. el gobierno debe actuar para el b1en del pueblo y ~us accione deben
se
inspirarse en la igualdad y la imparcialidad. En '>intonfa con lo anterior. si
283
A~TO!'.IO M HESPA','liA
co mp ort a tir án ica me nte
pu ed e ser de pu est o, con
revolución. lo qu e se leg itim a la
1.2. Taofsmo
284
LA GRACIA DEL DERECHO
oca en
nuevos Estado s se enzarza n en una política de poder que desemb
guerras de expansi ón territori al.
Se forman dos corrientes en el pensamiento político ante eMa situación.
Una -caso de K'ung Fu Tse- pre1ende restaurar los antiguos nto~
(/t) de la
-a la vista de
dinastia Chou mediante una política de "rectificación"; otra tr.ua
artificia l.
la decade ncia del antiguo orden- de impone r un orden nuevo,
o la "polític a" o
basado social y políticamenlc en el "poder" (shih). teori1~d en
E~1a úluma e la
"métodos de gobiern o" (s/w) e impues to por la ley (/o).
(Shang
apuesta de los "legaliMas", entre los que se des1aca el Señor Shang
s ritos )
Yang<40)) y Han Fei Tse<41 l. Para ellos. salvagu ardar los ant1guo
o<4 2l
costumbres no tiene ningún sentido: no sólo los t1empos han cambiad
la e~pecie
sino que además los "viejos tiempos'' no fueron una edad de oro de
estaba ya corrom pida ("Si a los pueblos de la antigue dad les
humana, que
sino
eran indifere ntes los bienes materia les. no era por su benevo lencia
hoy luchan y
porque los bienes ex1stfan en abundancia. Si los hombres de
roban no es por su egohm o sino porque los biene., son eo;caso-."< 31).
4 l!n este
chinos, como lo!. pan1dar ios del ab'>Oiut ismo en Europa.
senlido, los legalistaS
oa
representaban opciones reformi'itaS en el plano social y polflico. acusand
o por el
los defenso res de un orden ético-social y JUrídico-polilico limitad
de "m -cio'>
..
derecho y los ritos establecidos (como K'ung Fu Tse o Meng K'o)
44 J.
o farsantes. por afirmar adhenn .e a doctnna s de hace tres mil años"<
de
El poder (sltilt) es considerado ahora un valor en sí mi-.mo. al margen
t'n)
esa vinculación a la ética y a la vinud del gobernante (a su bencvolencia,j
4 el
que era propia del pensamiento político confucioni,ta( S>. En C'>le sentido
40. Mueno en 338 a. C.: apa~ntemenlc no e¡;cnb•ó obra alguna tKuMgo<huan H 110
( 1979). 373/4).
41. Mucno en 233 a. C.: innuenciado por el1110i•mo >cstucüoso
de HWII Tte. ~pruml.l b
El Libro dt' 1/an f 't'l,
comente "pt\tm•~l.l· y "legali'ta• del confuctotu~mo; de l!l h.11 qoed.l;lo
escuel.ll lepl"ta tKuang-<huan lhtao (1979), 374 F.d IIIC)(Icma, Tht'
gran obra de ~íniCS•' de la
hla•n. ICjJCJ) 1959 (trad de W. K U10l
t:ompft'tt' ~<owLs vf /Ion Ft't Tse. London, Prob
tn chmt'sr phtfasoplry.
ExltiCt<b de Han Fe1 T<\C y Shang Yong en Wode Ba ktn (ed . ), Cfan1t:S
To«ova, r-;ew J~)'. Hehx Boo~. 1974),
42. Texto de Kuang-chuan HMao ( 1979), 391.
43. Han Fti T'\e, 1bidem. 391.
44 Ibídem. 408.
pudo amponer 511
4S. "Clueh (un t1nano tncompctcnte). en el papel de H•JO eJe lO$ C~e~.
te t>ucno y bio),
gobierno en todo el tmpcño: Yao (que <Je,pul!~ o,c ronvtntó rn un gobernan
at'IIIIXU)": 'la
nucnuu fue una JX"ONI comente no consiguió mantener a un penorw en buena
~ y urar de carroas clunlnle pandes
rvóo por 1.11 cual los caballos pueden SQpOfW' ~
dt~ re.-.nle en la fuena de ~us m~ulo, , El sel\or
que rema sobn: un &l.ldo de d.cz m•l
285
ANT ON IO M. HESPAN
HA
pen sam ien to po líti co leg
ali sta rec uer da el inm ora
políuco de Maquiavelo. lis mo del pen sam ien to
El gobierno dej a de ser
naturaleza de las institu una ciencia qu e indaga la
ciones sociales estableci
las reorganiza y qu e cre das y pas a a ser un arte que
a efectos jurídico-políticos
un m~todo (sh u) y un nuevos. Un arte qu e exi
pe rso na l po líti co esp eci ge
"co mi sar ios " de la do ali zad o -al est ilo de los
ctr ina ab sol uti sta eu rop
dependiente po r com ple ea de l ser vic io pú bli co
to de la dirección y del -.
vmculado a la ley y sin nin fav or reales, estrictamente
guna capacidad de autono
Por las mismas rarones. mfa en sus juicios<46>.
el derecho legislado (/a)
co mp let o y se po ne po ahora se independiza por
r en cim a del de rec ho tra
costumbres ("ritos". /1). dic ion al y de las bu ena
La ley pasa a concretar las s
prop1as del mé tod o de reglas de disciplina social
go bie rno (sh u); las ha
cumphm1ento: "Todos ce pa ten tes y de ob lig
los grandes temas qu e ad o
hombre. son el objeto de afectan a los gobemant
las leyes (fa ) o de los mé ~ de
La s ley es son rec og ida todos de gobierno (shu).
s en do cu me nto s. reg
territoriales del gobierno ist rad as en las ofi cin
y promulgada! a todo el as
go bie rno . qu e est in cam pueblo. Los métodos de
un ad os en su sen o, son
puedan adecuarse a toda., de sar rol lad os pa ra qu e
las contingencias de gob
lo.. súbditos po r comple ierno y se logre controlar
to. Por est.a razón, las ley a
se d1vulgan co n cla rid es funcionan mejor cuand
ad . mi en tra s qu e los o
ob\i0!>"147 1• Tal primado mé tod os no de be n ser
de la ley se plasma en tan
poder a la hora de cre ar una mayor dedicación del
y difundir el derecho (qu
·vi vid o" a "aruficial" y e pasa de ser "natural''
"oficial"). a-;í co mo en y
de Lribunale~ e instancia una exhaustiva organización
s de aplicación del derech
una política penal marca o estatal. acompañada de
damente represiva y discip
todru. las ideas qu e tba n linaria<481. De otra parte,
en la línea de vincular el
pa tro ne s de co mp ort am derecho legislado a otJO
ien to (ju ríd ico s. éti co <¡
abiertamente combatida s, rit ua les , etc ... ) son
.\. Como dice Sh ang Ya
ley, nadte debe venir a ng, "una vez establecida
incordiar con discUJ'SOS la
establecida la ley. el go mo ralistas"; o bien. "una \ez
bernante qu e se dedique
a cultivar los seis parási
tos
286
LA CRACIA DEL DERECifO
perecerá... ; los seis parásitos son culrura moraJ y virtud, p1edad filial y amor
fraternal, sinceridad y fe, castidad e integridad, benevolencia y rectitud.
antimilitarismo y vergüenza de hacer la guerra..; es dec1r, todo~ los modelo~
de comportamiento, incluidos los contenidos en los "Cinco Libro1>" de la
filosoffa polftica tradicional del confucionismo<49l. La!> misma' piedad y
benevolencia. que eran pautas de gobierno fundamentales para K'ung Fu Tsc:
y que opernban derogando la ley o dispensando de su cumplimiento, tienen
que quedar ahora pro criw<.SO>.
Esta misma exaltación del poder hace que tanto la fam1ha como la política
de piedad famiiiar queden supeditadas al Estadol51>; y lo m1smo sucede con
la ética de las relaciones interpersonales y con la política de la am•-.tad(52l.
Con ello el espacio de la privacidad cede totalmente su lugar al interés
público.
Cómo consecuencia de todo esto, los JegaJista'> no sólo rechatan la teoría
que legitima la desobediencia, tal y como había l>Jdo expuesto por K 'ung Fu
Tse. y la del tiranicidio, desarrollada por Meng K'o ("los sirviente!> 'irven a
sus señores; los hijos sirven a los padre : las muJeres sin-en a su.. maridos";
"aunque el gobernador ea indigno, los servidores no osarán le~1onar 'iU'>
intereses"), sino que también desautoriam la posibilidad de que lo'> súbdito'>
se pronuncien críticamente sobre lo1> méritos de ~us soberano (ni tan ~iquieru
cuando se critica indirecta mente mediante el expedien te de alabar a
otros)<53)(54).
De la mí ma forma que en el ab~lutismo europeo el derecho pasa a ser
una actividad gubernativa complementada por la polltica. también aquf se
intenta complementar el fa con "métodos". con un arte de gobierno (el -~hu)
que consiste en un conJunto de reglas que penniten al gobernante crear la,
condiciones más convenientes para el cumplimíento de la ley (dictar las leyes
más adecuadas. en una palabra) y para el control de los oficialeli a su
cargo<SS>. Estos métodO'> -<:omo sucede con lo arcano imptrli del absoluti mo
49. Tut01 de Sbang Yana) de Hilll Fei Tx en Kuang<huan tWao (1979}. 403J.ID4.
50. Tex~ de Han Fea T!oe en Kuans<hua n H\aao (tffll. 405 ti)' ni y 401.
SI . Textos de Kuang<huan HslliO {1979), 387.
52. Texto Kuana~ H a..o <t979J. 387/11.
.53. Tc:tto KuanJ<hu.vl H iao <t979). 385.
la
54. Esta ~·c•ón entre el monaiMlO de la tcorfa oon/IJ(;UI/lol del podtr y el amurahYnO de
Yan1 y Han Fer T!oe e rnalla(b por las escuet&li ne«onfuciol' l~tas drl penodo
ceorla• de Sbang
Suna y M•na (KILVIJ<huan H•iao t979 1116).
.SS. Cf KWIIl&<huan H aao (1979). 4t0 y ~s .
287
AST O'Ii iO M HESPA.'IiHA
europeo- co nstitu yen la
car a oc ulta y reservada
~ proponen ave rig uar la de la actividad de gobie
com pet encia y seriedad rno. Y
su poder ("p od a tus árb de los funcionarios, lim
oles de vez en cua nd o itar
grande~". aco nse y no de jes qu e se hag
ja metafóricamente Ha an mu y
ter mi na r po r no co nfi n Fei Ts e). res ist ir a la
ar en nadie<56>. Má xim adu lac ión y
po trt ico eu rop eo tam as ést as qu e el pe nsa
bié n co no ció en un a mi en to
"po líu cos " hac en fluir de su s co rri en tes : la
ent re Ma qu iav elo (s. XV qu e los
ilu \tra do (s. XVIII). ) y los teóricos del despo
rismo
Detrás de est as posicion
es po líti ca\ ani dan , nat
ab sol uta me nte pes1mista ura lm ent e, con cep cio nes
s so bre la na tur ale za
incapaz de ha cer espon de l ho mb re -é te es ma
táneamente el bien- qu lo e
a la ant:ropologfa optimist e se op on en frontalment
a de Me ng K 'o co mo al e tanto
Ts e (pu es ést e pa ne de relati vo pesimismo de
la ma lda d de l ho mb re Hsun
act ua r correctamente si pe ro lo co nsi de ra cap az
es previamente ed uc ad de
En la mi'>ma línea hay o par a ello)<57>.
qu e ubicar un arre de go
una políuca de po de r qu bie rno qu e se enm arc a
e propugna el fomento en
pu ed en inc rem en tar la est ata l de las actividades qu
cap aci da d bé lic a (es pe e
eJérci to y la producción cia lm en te la ag ric ult ura
y monopolio de mater . el
co mo la al. el hie rro ias de im po nan cia est rat
y el vin o). Pa ral ela me nte égica
pre ocu par .e de regular . los est ad ist as tie ne n
la 'id a eco nó mi ca y de qu e
de l E\ tad o. lo qu e da aum ent ar los recursos
ori ge n a un a lite rat ura fis cal es
rec uer da mu ch o a la eu \ob re est os temas<58>
rop ea de los "ar bit ris tas qu e
"cameralistac;" } la "c1 " y, po<,teriormente, de
encia de la policía". En lo
act ivi da de s, cspt."cial contrapartida. todao, las
mente las cu ltu ral es y dem ás
límite. '>Upnm•das'59X60 an íst Jca s. de be rfa n ser ,
>. en el
EJ legalismo llega a u ap
og eo con Li s.. u (c. 28
ap on ó mnovacioncs rra 0-208 a.C.)<61), au nq ue no
nscendentales a las pos
1ciones anteriores. A pa
nir de
.56. Tex tos m Ku ang 'hu
an
57. Cl. Kuang-chuan H\taoHsi ao ( 1979), 412. 41. 3,4 14, 415.
pe' ama-roo} el~ llev aba ( 197 9). J89 . ~t\tcn alg uno s puntos de con
al tao(yno a proponer tacto mu-e este
). Pe-ro d qut eum lO tmoí,ta Wl a.b5olu1o quk tbm
cot Nd en anuul cua lqu o polítiCO (d. ibidem , 420
m bas e • lo$ ntos o a la ier idea de •recuriCaCi
bme•'Oialcia y ~-útud ón" de 11.., C(NIIm~
dic aca ade 1~ le) e'l· lpor no hablar de u neg
auva opinión '>Obre la
5!1 . Cf. Kua ng< IMw l thi
ao (19 79) , 4.56 "
59. Te~IO en Kuang-<huatl H~t
_, (1979). 1~
60 . La imr cnm enc aa
ck est e uh er pn• ado
absoluu~aa europe
o. \Obre tod o m relacaón recuerda co alg o al ¡>e
con d ub er jurf dlc o. o\&mtcnto pol ltic o
ep¡ ,on o del lepllSIOO.
1\uang
u s.... •c. 280-lOX L C.l tCt . Ku ) ~ ~ de reli eve
por d
-chuat~ H~iao (19 79) ang <hu ao Hsi ao 119791
. 394 . 4361. Tex10
61 . 1'o;odejóescritos: '
· bio grú "g) ICliiOS en
8.u tim (19 74) , 237 S
..
288
LA GRACIA DEL DERECUO
Pese a este impacto del legalismo, sobre todo durante las fase. más
autoritarias d el imperio, e l confuc ionismo inspira permanentemente el
pensamiento poHtico y jurídico chino. Y lo que es aún má., Importante:
modela el im aginan o social chino sobre el derecho y la juo;ticia.
E.specialmente en tres aspectos:
En primer lugar, en la convicción de que el buen orden -.ocial repo a
esencialmente sobre la observancia de regla\ correctas de vida. tal } como
son aceptadas e n una sociedad. No sirve cualquier disciplina impue~ta
autoritariamente desde el exterior.
En segundo lugar, en la opinión de que las leyes on cuanto menos
inútiles y por regla general perjudiciales. Adem:h. como el confucaoni mo
reserva la disciplina legal (jo) para la clase!> más baja • porque re:.ulta
imposible disciplinarlas con los medio:. "dulces" de la educación, entonces~
impone el sentimiento de que el actuar impelido e~clusivamente por la le} e:.
e impropio de personas elevadas. Estas se mueven sobre todo al dictado de
códigos de honor, que pueden llegar a ser bastante riguroso<> aunque sólo
amenacen con la ~rdida del respeto social en ca<.o de sanción.
En tercer lugar, en la convicción de que lo:. litigio:. 'e deben resolver al
margen de los tribunales oficiales. mediante procedimiento arbitrales y
sol uciones de compromiso. Sucede entonces como en alguno cctore:. y
momentos de la cultura europea (los influenciados por un modelo ideológico-
j urldico parecido: el del derecho canónico<62)): a la hora de resolver lo
confl ictos tienen mucha más aceptación los procesos espontáneos que
conducen a compromisos que una jus11c1a oficial lejana. lenta y cara, que es
capaz de dar autoritariamente la razón a una de lac; parte pero inopu de
con~guir un consen~ perdurable entre todos lo:. interesados.
La perspecttva históricas que se acaban de abordar. al haber
289
Ar.T ON IO M. HESPANHA
63. l..o5 anal~w de este pmodo Olanudo "deceniO de Nmjina·. 1928-1937) dolaelln el
cario.:ter uuf~eial de c:.ta occ•dent.alíución, opuClota a d1 P"$ÍC:IOfleS culturulc.s pwfundisnnas,
desprovi~ta de cuadro humano~ entrenados • a la Ot\:ldental" para poder llevorl• a cabo y
restnna•da a las ciudades'"'-\ abiert&ll al e.1uenor (cf. Oeii 'Aqu•la ( 1981 ). 1741
64. R. DA VID, Los Rrandu 1/Stmras JUrfdtaJ.s C't>nltmporóncos (.Jrrulw rumparaJoJ,
Madrid. Aguilar. 1973.413-474.
6S ESCARRA. u dr01t c·huwu. Pekin-Paru, 1936. 106 Cctt. por Ddl'Aqwla ( 1981) 17641
291
AJiiTO!Io10 M HESPA11iHA
adopción indiscrimina
da de tec no log ías (m ate
occ1dentales<66>. A la vis ria les , políticas y jur ídi
ta de esto, no resulta sor cas )
socialista -más enraizad prendente qu e el ~gim
o en las bases cam pe sin en
nú cle os "co mp rad ore as y populares qu e en
s" y oc cid en tal iza do s los
ex ter ior - die ra en su de las ciu da de s ab ier
mo me nto , y no sólo tas al
dis tan cia r'> e de l oc cid po r el mo tiv o ide oló gic
en te ca pit ali sta , ma rch o de
occidentalización del der a atr ás en el pro ce so
echo. De esta fon na , y de
las concepciones legalista a pesar de la conc urrenc
s y autoritarias sobre el ia de
el periodo estahni!>ta (V derecho dominantes du
ijinsky), hubo una recept rante
ha cia idea'> qu e -surt1 ividad mucho más gra
das de un nu ev o eq uip nde
ev en tua lm en te pue.,tas aje teó ric o e ide oló gic
en prá cti ca de un mo oy
pe rve rso - era n ce ntr ale do inc on sec ue nte e inc
s de ntr o de las co nc ep lus o
pensamiento políticO-JU cio ne s tra dic ion ale s
rídico chino (especialm de l
En pn me r lugar. la funció ente del confucionismo
n pñmord1almente edu )<67l:
poder(681; a continuaci cadora (o reeducadora)
ón. la en cam aci ón del del
populares de JUSticia (lo de rec ho en las co nv icc
que <;e pasó a llamar un ion es
Finalmente. la promoc1ó a "línea de masas")(69)(
n del arbitraje co mo me 70> .
de co nfl ict o• .P 1 •. co dio ordinario de resolu
n la co rre .. po nd ien te ció n
comunitarios y co n la ins tit uc ión de tri bu na
intervención de jue ce s les
agentes y med1adore... y ase sor es no jur istas co
mo
66. Ct. Deii'Aqu•la (1981
), 115
67 .4, pe e de la aniUIOl.
idad ofiCial con11'11S el coo
68. Ahora en 1an1o que fucionl)mo.
función del Part1do: a•f
entendida como la uplica la educación no e~ sólo
ción de la linea del Partido con frecuenc1a
) dec reto ' e~uuale~ (m1 ~ino tamb1tn como
en1ras que en el c;onfu inculcación de 1» le) es
muc:htl aw .u~ de éstos). c1om~mo \e lrlt aba
de un derecho que esta
69 Stlbre el toocepto ba
de •t~nea de~·. cf.
((lnnula que ·>bliga a los Deli'Aqutla (19lsl), 196
tnbumle~ a juz gar .. para el cual la
de la Con~uluc1ón chm "~~egón la line a de
a de 1975) re'ponde al ~,· <recocida en
pnl el a.rúculo 25
~·lu.:•Or1 de con tro l(iJIIO de que "los cnt
\en J» no deben 5er imJlUC erio~ M.Mco~ par
podere~ púbhco,, 'IC~ ~ fuera. a la
MRO que tienen que por 1oi ócp no l que det tnW
el pueblo" (p. l9 J. ~r pr'C\Ja~~Xnte ef.l I los
bondoo.. dire cu o indtrec
tameute, por
70. A\f, lo' conflictO• entn:
tradicional europeo- com Individuo• ..on Vl)tO• -co
o •~ontec1m•ent<b que mo )"1 Jo fueron par
a el derecho
equilibrio de ~~lll depend 1mphcan a tod a la 'IOC
e de que~ resuell<b iecbd circundante; el
Por esu t nuó n.to dos ~ con juMi<:lll hOiucaón "aj~
cooOJCIO!o adquieren una ". "ad ecu ada ").
de la palllhra, en la po/ coonocadón poht.ica (en
u) y &lii deben ~r Cll con el ICIIlido mú C$1 nttO
Tung. So bu la Jlifta rc•s secuenclll lrl.llldos <Cf.
olllt:l6" dt' loUI rontra. el te~tto de M. o-Tse
27.2.19S7l. ~aturalmente JtcctOMS t'fl d St'II O dt'l
ha) que dar otn ve1 pw blo, OiK"UnO de
ectiende por "1e10lución por descontado que en la
polfi.JC prk dca poUuca se
71. Cf., 'Obre C'>IC ~pcc;tO,'I" lo que la pol n.u quiere entcllder.
[)eJ I'Aq Uil a (191!1
Cobm • Qimese mediiiU ), 177 . y bibl. alli Citad&
OII on tht e•e of rnodem (especialmente
1z.atíon", ColiforníD LlN
Rt' \W .· S4 (1966):
292
LA GRACIA DEL DERECHO
Ademd~ de las edic1ones de fuentes que se han Indicado para cada autor. e~iMe una
manejable coleccióo de ~rilo\ de los m& importante~ li16<.ofo:. chmos, que 1nclu)e fragmento:.
s1¡mflcauvos y relación blbhogr4fica bdsica de cada autor (aunque el libro no adopta la
prnpecuva de la fiJosofla polluca sino de la ftlosofla en general. por lo que al¡~ de lo.. textO!>
~ur intere:.an sólo mdimctamente).
El libro de Fung Yu-Lan, -" short histor') of chmc.!t ph1losoph) (ed. ~Xrl Boddel. New
Yorl-London. Free Press (Macm1llan Pubhshmg Co.), 1948 (con sucesl\ ., reediC:IOne\),
con>lltU)e una introducción a la filosofia chma desde su~ ongenes a la IK:tuahdad. Ex1~e otro
traducción (tambi6n por Dcrk Bodde) de la obro md\ gmnde del mismo autor: f-un¡· Yu·Lan.
Hmvry of chmtst philosophy , 1952-1953. Una úul selección de texto, puede encontrar\e en
Wade Ba,k.Jn. Classics m ChtntSt phtlosophy, Totowa. New Jef\Cy, Heli~ Bool~. 1974.
Concretamente sobre la filosofra polltic:a hay que menc1onar do:. obra\. el cllhu:o Kuan-
chuan Hsiao 1979 (trad por F. W. Mote). 1t htstorJ vf chmtsr polwcaltlu>ught, 2 vol ..
Princeton Umversity Press. 1979 (existen edlc•one• chmas) (tnclu)'e glosano, anglo-<haiiQS y un
ma¡mfico !ndice temát1co); y, m4s concretamente. ~bre el c:onfuciocmmo. Lconard Sh1hhen
H\il, Tht poluical phtlosophy of ronfucianism Jt/1 mttrprttatwn of tht S(K'tal urul polllu olttk<JS
ofConfudus, htsfarmlllntrs. and his tarly disc1plts, London. Cul7on Pre\\, 197S.
Más duectamente relacionado con la filosofia JUñd1ca, Enrico dell' Aquilla. 11 dmtto clfltst.
lntrodu;iont t pn·nctpi gtnrrali. Padova, Cedam, 1981, que con,uruye una buena «JIOSICtón de
la trad1c16n fiJosófiCo-juñdica c:hma, lbí como una slntc'" de 1~ van~~e~ líneas de la e'llohx.ión
IICtual del derecho chmo.
Sobre los problemas contempor'neo~ de pohuca del derecho abonado' en el ep!¡rafe
~oe¡undo. v., sobre la teoria de la modernización. M Wc1~r (ed.), Modmu:orwn · thr dpwnua
of flro ... rh. New Yort. Bu1c Boob, 1966 (en donde~ pubh<.-a el anlculo de Mlllc Gal.mter, "The
modem1ZAtton of law"). Una criuca, sobre todo dewe el punto de vtsta hiwSnco, ac: enc:uentra en
11.-U. Wehler, Modtrmsltrunflsthtortt und Guc:ltt(hu. GOtungen 197S. El tellll es abordado
tamb1~n en mi prefac1o a la c:olecctón de rextos. Jurnr;o . llwória t prmptrt'"'· L11boa.
Gulbenkían, en flbe fllllll de edic1ón. El problema de la tran fcrenc:1a de w ICCnololill JUIÍdJCU
europeas a contextos no europeo' fue tratado en la •Rtumon d'e~pens pour examuxr les
pc-em•en rt'ultab de recherchc entrepnse' sur b con(hlloni du t.rlll$fert de$ c:onruuuances·
(Venecia, 26-30 Junio de 1978>: pane de w comunicaciOOCI alll ~fueron publicad.u
en AA.VV, Dominar a com('<lrttr. Pans. UNESCO. 1983. Pata el caso as~uco, C'f. Bud'laum,
TradttUifi<JI and tTWdtrn tnsllluflons m -"Sta ond Afrtca, l..eu:lt-n. 1967. y Stu.ltts tn thr Ju,. of tht
Far Eost and Sourh-Eost ltsta, publ Washmgton Forctgn l..aw Soc~ety & Go:orge Washmgton
Umver~o~ty t.aw School. Wlbhington. 19S6.
Lubman, "Mao and the med1ation : politics and d1 pute resoluuon 10 communuit Ch1na",
Cabfornia t.-
Rtu~. SS (19671
293
IX
REVUELTAS Y REVOLUCIONES(!>
295
ANTONIO M HESPANI:fA
296
LA GRACIA DEl DFREC~IO
4 l..a idea de Roma como patrio cOMmums tenfa wnb1~n aphcacíón en el imbito del poder
cemporal. pero sólo 11:$pccto de ..:¡uello.. 1'1:1110'> o scl\orio$ que rccooodan b iuristiu·uo '~'"·
de w modo que Roma ua identifiCada como la curia Imperial donde qwaa que atuYICK. Pero
we no ua el caso de ro. reinos inte¡rldo!. en la Monarqul2. como wnpooo la Monarquía m
tomo el lmpeno.
S. Fernando BOU7.A AL VAREZ, Pnrtug11l tn /11 Mo~~<Jrqufo hup.inlr" ( 1580-1640J Ftll~
11. las r:orrts dt Toffi<Jr) lo glntsu dtl PortuRul C'atÓIICo. Madrid. Complu1cosc, 21 ·.S6.
6. Antón1o Manuel HESPMIOHA. A eones e o re1110. Da Unilo iR~·. Cuodtmos
lk histono MOtkrna La mn:r luspanlco dt 1640. 11 (1990), Uruv. Complutense. 21 ~56
297
AI\T O,IO M. KESPANHA
298
LA GRACIA DEL DERf:.CIIO
polftico conesano.
En los reinos europeos esta mediación podía llevarse a cabo de diversa'
formas, aunque sustancialmente le correspondía o bien a instituciones de tipo
feudal-señorial o bien a una administración real periférica ("provincial",
como los corregidores y, más tarde, los intendentes). Las propias estructuras
eclesiásticas, además de haber proporcionado lo'> modelos de organización de
la administración periférica real, constituyen también con frecuencia
in~tancias de mediación política. Y las asambleas de estados vendrán a
desempeñar también, en unos casos más que en otro~. idéntica' funciones.
El advenimiento de un espacio polftico "imperial" exige la concurrencia
de más de una instancia de mediación o, eventualmente. la recomposición de
pane de las redes polfticas anteriores. Debe decir.e desde ahora mi.,mo que la
mediación política no coincide necesariamente con la mediación 1n"itucional
y que. por ello, el problema que pac;amos a tratar ahora no coincide con el
anteriormente citado de la estructura constitucional del imperio.
Lo que nos interesa ahora saber. es el medio y el tipo de conexión
escogidos por el poder monárquico para enla1ar la red política centr.1l con las
redes políticas de los territorio'> integrado'> en la mi!>ma. Con otra' palabra11,
¡,quiénes son los mediadores seleccionados para reprc-.entar lo designio
poHticos del centro en las periferias? La respuesta depende, natur.t.lmente. del
modelo constitucional adoptado para la integración. Así, en principio. una
solución "unionista" como la portuguesa, en la que el reino "e mantenía
separado y se establecfa, en Lbboa, un virrey o un gobierno. apunta
justamente a éstos como intermediarios entre el rey (a\e~orado por u
Cono;ejo de Ponugal) y las insllluciones del reino. Pero puede tamb1én darse
una desviación de esta fórmula, optándose entonces por forma') de mediación
"paralelas" ("juntas" ad hoc para el gobierno de Ponugal. como las que
existen eventualmente desde 1612, o rede personaJe., de criaruru:.
relacionadas de un modo informal con Madrid, como sucede durante el
periodo del valimiento de Diogo Soare'>), con lo que las redes formaJe,
institucionales no llegan a coincidir con las redes polftica efectiva!>. Sea
como fuese. esta mediación re!'.ulta indí!>pensablc desde el punto de vi!ira de lo
gestión política del espacio "imperial " . al tiempo que concede a los
mediadores e cogidos un poder político deci~ivo. tanto en el plano del
"imperio" como en el de los "reino~" .
En este último nivel. se ensayaron diver,O'> modelo . A i, el> po'ible
enumerar unos cuantos tipos-ideales. en tomo a los cuales girarán de~pués la'
o,oluciones concretas. El primero de ellos e-. el nrreinal puro. en donde toda
la comunicación con el reino pa'kl por el virrey. el cual a ~u vez se compona
299
ANTONIO M HESPANHA
300
LA GRACIA DEL DERECHO
301
A.'ITOSIO M HESPANHA
302
LA GRACIA DEL DERECIIO
20. V•• para el ca¡o ~luano. w obra.' de R. Vllbti, P.L Rovtto. A . Ccmi¡liaro y A.
Musi.
21 . &ta red ~111uye acrualmeme el objeto de aten<:tón de Je.tn·F~nc SCtiAUB •u-
mque' du ~uer, Le, ~ventun: d'un admtnt\tratru r ponugai\ an tanps du Comte·Duc
d'Olivare\•, Cwxkrnm de ltmona lfiOtkrno Lo r risu ltisp(inka tk /640 11 ( 1991) 57-n. Pao
ya antc:normenre lo> puntos de tonelli<ln entn: la red "unpcrial" y la red "n:gnlcola· no~
ha cotn<:tdtdo con aqul!llos en princ:ipio <ei'lalado por el modelo vtrrema l Por Cjelllplo. b
probfenctón de JUDIU desde el ¡obierno del Duque de Lenna con()(trcuuó a mrnlklo lo'
tribunales superiore:. y creó nuevos pntos de coneJuón. situados mh llMJO c:n la ptrímKic:
INtltutJOnal del n:ino. V. wnbibl. OUVEJR.A. Podu e oposi,4o polítiC'tJ, cu .. 146
303
AJitl'ONIO M. HESPANHA
304
L.A GRACIA DEL DERECHO
o
perspecúva "nacionalista" hasta entonces dominante, para la cual el fenómen
de las resistencias particularistas seguía siendo colocado en la e~tela de la
historiografía romántica.
Aunque hay que decir que este modelo "fi caJista", cuando :.e aplica
mecánic amente, simplifi ca y empobre ce la realidad , pues reduce hao;ta la
exageración la complej idad, ya sea en el plano de las causas, ya sea desde el
punto de vista de los "efectos".
Por lo que hace referencia al plano de las causas: la fiscalidad es (y era.
aún más, en una sociedad particularista como In del Antiguo Régimen) un
fenómeno complejo.
Complej o, desde luego, institucionalmeme. De hecho, existían distintos
fisco rivales: de la corona, señorial, mumcipal, eclesiásuco. Y. en el seno de
todos ellos -pero sobre todo en el de la corona- cabían además vario modelos
para llevarlos a cabo. Estaban las fintas, tolhas y capitaciones generales, en las
cuales una suma global era dividid a entre todos; las contribu cione.
particul ares. en donde e l tributo recafa únicam ente sobre un grupo,
normalmente también bajo la forma de una to/Ju.l23>; los 1mpue~tos indirectos,
cobrados por la práctica de un acto (concretamente, una compraventa, en el
caso de las alcabalas o las sisas). Los estanco . cuando el titular del poder
tributario monopolizaba la comercialización de un prodtK:to (normalmente de
un producto de primera necesidad, como sal o alumbre, o "superfluo", como el
tabaco o las barajas de cartas); los tributos sobre determi nadas rentas
especiales, como las provenientes de oficios (m~tas anatas). o de la lgle.,ia
(rercios castellanas); las ventas obligadas de cienos géneros comercia
li1.ado.,
por la corona, como la pimienta . Los propios ¡uros, de cobrann t incierta,
susceptibles de ser reducidos o recolocados en rentas menos fiable y pue tos
en venta con frecuencia a la fuer1.a, no dejaban de representar una medida de
naturaleza fiscal. Como también tenía eMe significado la uulizaci6n de renta'>
consignadas a ciertos fines (como, en el caso ponugué:., el uno por dento de
las obras pías o el dinero de los huérfanos).
Está claro que todas estas disuncione~ eran relevantes desde el punto de
vista del impacto social del impuest o. Así, la importa ncia en térm1nos
o
absoluto s o relativo s de la fiscalida d señorial o eclesiás tica agravab a
a o
atenuaba el impacto de la fiscalidad real. Y. por encima de todo. promoví
23. Tambt~n los cntc:rio.~ de lb w/haJ dtferian · deMie cntenos ~t<tlut.vios wados.
como los
al de 18.) lallu
de lb Wlas franceSb (en donde cada cate¡oria social pagabe un valor fiJado),
como en algw101
propon:ionab ala renta evaluada, con mayor o mellO( euct•tu.l. caso por caso,
~dtlkn ponu~ an~ de 1640 y las el& unas ponuauesu do~
de la Realaunlción
305
ANTONIO M. HESPANHA
306
LA GRACIA DEL DERECHO
en la
que permitieran la dispensa de La prohibición de tributar l'stablecida
contm el desvío de Jo,
Bula da Ceia. También reaccionaban violentamente
o sustenro y educaci ón
fondos consagrados a fines benéficos, como obras pfas
de los huérfanos.
Los más ricos, y en especial las oligarqufas urbanas, estaban de acuerdo
r
con los impuestos indirectos. Estos, como es 'iabido, tienen un carácte
estos grupos podían practic ar el
reaccio nario, sobre todo cuando
con
autoconsumo (y, por tanto, escapar de las compraventas su,etas a tributo)
lares; descon tado el hecho de que por
más facilidad que los grupos popu
determi nados privileg ios (como em el ca.\tl, ya
añadidura podían hacer valer
ticos). Pero también sus posibili dades de evadil"ie de
referido, de los eclesiás
. De
las talhas. cuya aplicación pasaba además por sus mano'>, eran mayore'>
las quejas porque incluso re:.pecto de aquellas fintas que
hecho, no faltaban
En
sólo afectaban a los ricos los miserables resultaban ser contribuyentes.
estaban en
cualqu ier caso, añádas e que todos, eclesiá sticos incluidos.
orientad a'
principio sujetos a las tallws, como en general a todas lru. tarea'>
hacia el bien de la comunidad.
Los eclesiá sticos, por su parte, exentos como estaban (al meno en
.,
algunos reinos, como el portugu és) de la mayor parte de lo-; tríbulo-
la cuestión mientra s no ~ toca~n
permanecfan relativamente indiferentes a
de
sus rentas. Aunque cuando esto último sucedfa -que era, por otro lado, uno
los más fuertes deseos de los grupos no privile giados - reaccio naban
y
agriamente: desde el púlpito, con la pluma, por la vía judicial. A la larga,
o de exenció n tributar ia, aceptab an contribu ir con
para no arruinar el principi
i
donativos normalmenle inferiores a la suma que tendrían que pagar
dad, al tiempo que reaccion aban contra la aprop1a ción
tributaran con normali
por parte de la corona de las rentas de las capellanías vacantes. o del cmu
do
morto, y contra los intentos de desamortización de sus b1enes.
Frenre al fisco real, la actitud de los grupos nob1lian~ y burocráticos era
no
templada. En primer lugar, porque no les afectaba en exce..o: cuando
es1aban eximidos del pago. su renta disponible hacía soporta ble la carga.
año
amén de que el poder polítiCO consentía el pago difendo , durante
que, por otro lado. reo,uhab an c;er
consecutivos, de las prestaciones. Pero es
financie ramente a la corona, lo que
solidarios con el objetivo de sanear
resulta fácilmente comprensible: siendo beneficiarios de pen~ione~ y !ialario
...
en el caso de que los ingreso ~ re ultaran
eran los primeros perjudicados
en
insuficientes para cubrir los gasLos. E~te hecho no deJaba de \er tenido
los momen tos de apuro. procedi endo entonce. ;, a La
cuenta por la corona en
pago de juros, pension es y salario ... Y. en e.'tas ocasion es, se
suspensión del
307
ANTONIO M. HESPAN HA
309
A!I<TON IO M. HESPA!IiHA
310
LA GRACIA DEL Dl:RECIIO
los interesl!s de
sus intereses políticos (o, mejor, cuand o se tienen en cuenta
grupo s como '> U'> intcre-.c:. han
sus grupo s dirige ntes). Aunqu e tanto esto-.
de simpli ficar un poco, que Portugal
variado, puede decirs e, aún a riesgo
tégico~ el escena rio atlántk o. Y.
tenía particulares intereses polrtico-cstra en
resulta ba deci~iv a, pues consti tuía un nudo
en esta linea. la zona meridional
io de ultram ar. fuera americ ano.
crucia l de comunicacione~ con el imper
este punto de vista, cualq uier factor de
africa no o asiáti co. Desde
Por e-.to, ) en cu:rta
inestabilidad político-militar en la zona re\ultaba fatal.
crear estabi lidad polrti ca en el Atlán tico y. por
medid a, e l de!.eo de
continente americano,
derivación. de armon izar la explorac1ón conJUnta del
ntiles portuguese-.
estaba detrás del apoyo que impor tantes grupo s merca
poco tiempo de pué:.
presta ron a la unión dinást ica en 1580. Ahora bien.
nueva variante vino a
estalla ba la guerra con los "paf..es del Norte" y esta
defender los interc-.cs
sacrificar Jos intere:.es especfficos de esos grupo., par-.1
ante. -.e identificaban con
dinásticos -que, ..egún la percepción entonc es domin
n a convc rtir.e en víctim:t., de
los intereses "de Estado"-. con lo que pasaro
. era "do rei e náo do reino". La
una guerra que, según ellos mismos decían
arregla ría la situac1 ón puesto que,
tregua "de los doce años" (1609-1622) no
ecida. volvió a dejar .,¡n umpar o lo!>
dados los ténmn os en que fue establ
os portug ueses compr ometi do~ con el
interes es fundamentales de los círcul
las manoo , libres a lo-. holan dc,e:. para
come rcio ultram arino. al dejar
ucse' atlántico.. al
contin uar atacan do las flotas y los establecimiento'> portug
y de la China.
sur del Ecuador, en el Indico y en los mares de Im.ulindia
en términ os más genera le\, el hecho de que lo~ recurso!.
Habla ndo ya
o de la Monarquía
financiel'O'> de un reino fueran puestos al servicio de otro
de engor dar e,)te
en gener al, repres entab a un factor añad1 do a la hora
en los ternto no
sentim iento de subah emiza ción. Esto claram ente pasaba
rio., en dinero . espc:¡;ic' y
italianos de la Monan.¡ufa, tan pesadamente tributa
Mona rquía en el norte de
hombr es. y tan utiliza dos en las guerra s de la
e~ de
Europa. Pero también. y por r:vone s objetivas diffcil
diluci dar'31 , en
u hombr es enviad os a
Portug al, donde se invent ariaba n todas lao; sumas
España y a Flandes.
a por decir que
En este plano de los "intere~es de los reinos", falta todaví
ente sectori aliL.ad o. al tiempo que
su esgrim a e realizaba de un modo fuertem
ertos grupos que. media nte un conoc ido
era protagonizada y difund ida por c1
identif icaban como 'iUYO!> los derecho
proceso de retónc a social y poHtica.
311
ANTONIO M. lfES PAN HA
3 12
LA GRACIA DEL DERECHO
ión.
rigurosamente tipificada como organiza su reacc
La revue lta inform e (com ordo) es sólo una de esru. formas. Que resut~o.
(de aquel la no estru ctura da
típica , preci same nte, de la masa inorg ánica
rt, pueb lo llano . E un
corpo rativ amen te) de la plebe : sega dors, lazza
ltuos o. inclu so extremadamente
movi mien to sin forma y sin cabez a, tumu
lo meno s, propt a de hombres que
violento; de una violencia de bestias o, por
Aristó teles< 'l6>. Eclosiona por
no han sido hechos para obedecer, según referfa
s más pobre! ~ de la población:
las razones que normalmente atañen a los grupo
sobre btene ~ de consumo
las crisis de abastecimiento, la subida de impuestos
uesru . de 1637) , o lo~ simples
(como la carne o el vino, en las revueltas ponug
ra, todo aquel lo que los pobre s
rumo res de su inmin encia ; en una palab de mal
básic as, como un sínto ma
entie nden , desde sus neces idade s más s de
y si los hay \e escon den detrá
gobie rno. No exist en los cabec illas; mbm o
elinho de la revue lta de Evora de ese
nombres míticos {como el Manu
normalmente de testafei'ITO)
año). Asf, cuand o aparecen jefes visibles se trata
an, según los códig os ester eotip ados de la
de otros grupo s que no podrí
ra comprometen-e con tales
sociedad moderna, ni desencadenar ni tan siquie
ue alpic ada de modelo'>
movimientos<37>. Su táctic a es amor fa, aunq
s. como la reuni ón del pueblo al tañer la
componamentales y de rituales típico
tumulto, el <;aqueo e incendio
.:ampana, las acciones nocturnas, el griterío y el
mal gobierno. el pillaje, la
de las casas de los supue stos responsables del
s. Su objet ivo es el de
destr ucció n de archi vos y la libera ción de preso
osticado sólo en el nivel más
enmendar al mal gobtemo, normalmente diagn
el rey continúa siendo '>Cde
inmediato de los responsables locales, dado que
de su ignor ancia de las
de la justic ia, aunq ue ahora víctim a even tual
consejero!i ("Viva il re di
situaciones locales o de los engaños de los malo~
ra, en 1644)0 8 >. Al igual
Spagna y mora il malogoverno", gritaban en Noce
se extingue: a veces ba\ta la
que irrumpe, la revuelta tambi~n súbitamente
o una reliquia o con la salida
presencia de una procesión con la sagrada fonna
de sus ~ímbol~ de autoridad
en procesión de los notables locales, revestidos
J: y otras por puro y simple
y, llegado el caso, dispuestos a repan ir monedas<39
313
ANTON IO M. IIESPAN HA
314
LA GRACIA DEL DERECIIO
Mente de vinculo~
sobre todo porque, de una parte. se basaba en una red preexi
porque se fonnal i1aba median te juramento, lo
personaJes e íntimos y. de otra,
cualid ad mora! -la de cumpl ir la palabra dada·
cual a su vez exigía una cierta
con el núcleo duro de la~ v1rtude s nobiha na\.
que muchos identificaban
casos típico s, ubicad os en lo' extrem o.. del
Pero a1 margen de estos
en la sociedad
abanico social. tenemos que los grupo~ resi!>tentes d1sponían
el derul w.
del Antiguo Régimen de un instrumento paniculannente eficaz:
La sociedad moderna estaba basada, mucho máo, 4ue
la actual. en el dere~:ho.
ia (y no la
En el sentid o siguiente: porque eran el derecho y la justic
políti co) lo-. que
oport unida d, la comp etenc ia téc ni ca o el proye cto
y aporta ban la nonna
suministraban la legitimación fundamental del poder
o en la justici ay
exclusiva del "buen gobie rno": de un gobierno fundad
o y reprod ucción de Jo.
dirig1do a su realización, es decir. orientado al rc~pet
y aparta do de todas lao,
equilibrios políticos establecidos (la qui<•tarao)
los derech os de los panicu lares
"novedade~" que los subvirtieran y ofendie¡,en
resultaba m:b
(de los individuos o de los grupo s). Por esto mismo, nada
ncia que demos trara que se Clttaba
eficaz que una estrat egia de resiste
contra la justici a o que se estaba innova ndo
gobernando contra el derecho o
a panir de aquí todo era po~ibl e: desde la
de un modo imprudente. Además.
o in exerci tin). con las consec uencia s politic as
acusación de tiranía (in tillllo
a. la rebeldía e.
que esto ~uponía , hasta la legitimación de la desobedienci
inclu~. el tiranicidio.
de regreso al
"Restauració n"o "revolución" (en el sentido copemicano
ar e!>ta fonna
punto de origen)<42) ~n Jos nombres más adecuado" paro design
de conmo c1ón polític a. De hecho. la prote5ta
más general y más generalizable
a) contenía una
contra la tiranía (contra el gobierno que va contra la justici
Jo que penn1tia
protesta más general contra la alteración del orden tradicional,
patibles: por
aunar las queJas de todo'> y cada uno. aunque fueran incom
pero tambié n otras
ejemplo, las reclamacione~ contra nuevos impuestos.
en que ofendí an a la
contra la exención fiscal de cienos estad~. en la medida
, y dado que lo que
iguald ad ante el tribut o. De la mi sma forma
polític a que .. ubvin iera el
verdad eramente estaba baJO sospec ha era toda
ellado que el "bloqu e evoluc ionista "
orden de las cosalt, no resultaba descab
de eo;e orden , ocupa ban po .. icione s
estuviera dirigido por los que, dentro
ucione s" de la soc1ed ad tradici onal del
dominantes. Por todo eUo, las "revol
y conservador. al
Antaguo Régimen han tenido siempre un 'oentido orgánico
315
ANTONIO M HESPA:-.'HA
"Lu~~
43. pelO \elho , n!lo ptiO 00\0 "
A MU Sl Lo rU<>Ira dt' 4faw ml'll o, r-e luch a por lo VIeJO. 110 por lO nUC
\0"). como dice
Cit .• IS4.
44 Cf. HESPANHA, Vf1¡><ras dl'I
L~Haw'l, c11" 392
4S. Para diJm auca men te pued en
traer ;e a colac1ón 1~ proce~
Alcn quer contra la ~ 1611 de JudiCial~ del conceJO de
uem h a un ~llor ~rellano, fun
e~tatuto de Tom ar, o los dament~ en la violac:ión
t'lflhar~os del prtKt~raJor del
con"ocar con~ reduc1da) o de ac:ep do f'O''O de Li>boa cont ra
ur nuc:'~ 1111puc:UO'> ,111 cooe s En ut06 la tenta uva de
re pond fa. ramb u!n. con med1 c:a!IO!I, la corona
o JUrfdlcO tcon le tec1ó n a
coo~ocatona de junw de la dem anda en 'ede JUdi cial,
~l.
46. Cf. SObre la jU)UCia y el
proc eso com o mod elo ck Or&a
pohlk.11S, A. M. HESPAl HA. Ju.s11 Oiz.tCión de IU ICIItuckS
ra t' uJm• m-rtr U{ao t'ntr t o ""''l o Rnu
H1spatUO E.nlr t dat' lhos prop•
<JJ y dnt- clws IIU(JofiOit's. Mila
M t' a Rnv llif& l, en
47 Cf MUSI. Lom 'Oita tkMa salli dto, no. A. Ci1uffn!, 1990.
ett1 194-19.5.
316
LA GRACIA DEl,. DERECHO
o administrativo y
garantías que aseguraba la competencia de cada órgan
(usurp atio iurisdtcuonis).
celosamente la defendía de cualquier usurpación
itos admi nistra tivo (lo
permitía a aquel los que domi naban los circu 1osas
a los asunt os con pernic
papel istas) poner indefinidamente trabas
respec to de las más urgent e:. y
consultas y preguntas de toda fndole, incluso de
Un ejemp lo típico de este modo
tajantes instrucciones de la corona.
portug ueses que consig uieron , desde
proceder lo proporcionan los oficiales
s anata (ya ante:.
1632 a 1640, paralizar la entrada en vigor de las media
ar los bienes posefd os en el momento de
habían torpedeado la orden de declar
aquel que lea la correspondencia
la toma de posesión(48)). Mientras que
y la Cáma ra de Lisbo a en la crucial
cruzada entre el gobierno de Madrid
admir arse ante las sutiles , pers1sten1es y
década de los treinta, no dejará de
Cáma ra para conse guir ir retras ando la
eficaces artes empleadas por la
adas desde Madr id. inclus o de aqu61 1as que
ejecución de medidas orden
das de inmediato.
aparejaban la imposición de severas penas si no eran aplica
ncia consis tfa en el adoct rinam iento autonomma.
Otra estrategia de resiste
o por la hteratum
Ha sido muy estudiado para Portugal el papel desempeñad
satírica volanre) a la
(desde la historia a la poesía. pasando por la literatura
te el peno do de la
hora de fome ntar el sentim iento autonomista duran
c;e ha dirig1do al rol
monarqufa duaJC49). Más recicntemenre la atenc1ón
utihL.'lba menos la
jugado por la oratoria sagrada(SO), la cual en este caso
la fe católica contra la
argumentación puramente religiosa (v.g., la defensa de
católica" propugnada
herejfaCSI)) y llamaba más a la defensa de la "polfrica
a frente a un gobie rno impfo o diab61 ico
por la teología moral postridentin
ndo rodas las distan cias -las e pecfficas
(léase criptomaquiavélico). Salva
cada audito rio, su mayo r o menor M:ns1bilidad a
caracrerísricas culturales de
vinud del cual era
cada tópico y el modo acuvo (e~ dec1r. re1nterpretador) en
atarios·. esta rarea de
recibido por cada segmento del universo de su\ destin
ularismos propio.. de
adoctrinamiento podía contribuir a superar los panic
la litemtura (o. mejor.
cada una de las anteriores estrategias. Asf, a través de
mejor , de cada uno de ..us
de cada género luerario) o de la oraroria sagrada (o,
e opasrcJD pollttc·o.
48. Cf. HESPAN HA. Vfpuas d~l úvtotd n. cil, 43 y
OLIVEIRA. Podt:r
cit.l3 2 u/tro,. mM . As rdeo.
49 Cf. Hemanr CIDADE. A lrtuaturo pnrtllf(ueso e a ~xpc1nsao~
fll
317
AI'\"TOSIO M HESPAJ'IjHA
318
I..A GRACIA DEL DERECHO
, al margen de
secesión pocJfa ser fácilmente socavada desde su mismo interior
fuerza militar de la Monarquía.
terminar en última instancia derrotada por la
explica ble porque alh convergen
En esta línea. el "caso flamenco" resulta
la resisten cia. especia lmente el factor
importantes factores de movilización de
embarg o, más difícil y merece ser
religio so. El "caso portug ués" es, sin
a menos que se acepte la tesi'> que habla de
cuidadosamente estudiado. Pues,
iento nacion alista (lo que person alment e me
La existencia de un fuerte sentim
s indicio s que
parece anacró nico. amén de que dispon emos de alguno
resulta en princip io fácil de explicar no
desmienten clammente la tesis)C55>, no
ésta no ha sido todavía seriamente
ya la conjur a de 1640 (aunqu e incluso
posible que se sopona rn una guerra de casi
estudiada) sino la unidad que hizo
potenc ia europe a, evitand o el aplasta miento
treinta años contra la mayor
todas la\ plaza,
militar en el continente europe o y concitando la secesión de
ión de Ceuta} en relació n con España , al tiempo que
de ultramar (con excepc
gos de la
se recupe raba la parte princip al de las tomada~ por los enemi
s. impU'>O
Monarqufa (en concreto, los holandeses). Una guerra que, adcmá.
la que pudo o'ar
desde el principio una carga tributaria mucho más pesada de
activa en la
pedir el Conde DuqueC56), y que. a pesar de ser militarmente poco
e entre las
primer a década , arrojó enorm es costes human o • especi alment
.. como por el
poblac iones de La fronter a, tanto por las ratzias españo la
319
ANTONIO M. HESPAN HA
320
LA GRACIA DEL DIJlECHO
tradictonal en la poliw:a fihpma con Ponu¡!al, di! vtolcnc&a con contempofll~ . re.spoodtcnd
o
~UI últuna al ICI'OOf de que loe fuet1 altnl\IC la polfuca COIICIIiadora di!J Rc:y f'rudc:nle) K Q)etll
.A
en la •~entura intc:gra..ioniSia di! Oli"ares, .!.Indo cn~'C:$50bnldas rvona a lo5 ponugt~C$0
mf me parc:~c: que C:~la llanud.t pohllc:a de: CO!lltmpont.ación re$pmdÍa lod3• Ca aJ modelo b:uTocO
di! hl pohuca del dt~tmulo, af.~lllndo un di!~ de: perdón. de rc:cor-.:th.ación y de cnmJCnd.:a
que,
de hecho, no dejaba de ser una aparicnt•• d•ñgic.b a la manipulació n de los p11p05 dangemes
ponu¡uaes. ya ruetan amigot. o rebelde:~. Alguna de la documc:lllllci6a atada dep bien claro que
di! lo que !le uaUtba era de monw más bien un etct:nano de •lusiOileíl (cf. v 1~ p 1:Z..r.
por lo
demAs, ~to con~htu!a uno de 1ot. ~ngralacn1~ fundaniCn•.ales de 1• "nueva J'OIItac:a" ohvansu que
di~p.uar' lll rebelión ponug!K$ll. Algo puc:dc:. en todo caso, que cambaara
a pmar de 165 •
cuando K renuevan m ~pcRIWIJ de: um postrera rerncvrporación lk Portugal
321
EPILOGO:
EL PODER, EL DEREC HO Y LA J USTIC IA
EN UNA E RA PERPLEJ A
No tengo oLrO remedio que empeLar esta lección. que va il d1scurrir entre
duda .. perplejidades y propuestas sin cenctas, con una cuestión de método:
¿podrfa ser una ora rOo de sapiencia<' l una confesión de 1gnorancía? De
ignorancia que no es tan sólo la ignorancia del orador. ~ino la ignorancia
colectiva de una época que ve Uegar el ocaso de vieJas cenet..a~. de cene~
que nacieron. por lo menos. hace doscientos años.
Sea como fuere, la denominación "oración de 1gnorancia" rc\uha aún con
todo demasiado provocadora. Preferirfa por ello llamarla "oración de
prudencia", siempre y cuando enriqueLcamos la palabra prudencia con \U
valor clásico de "ciencia de la práctica"; o sea. como un ejerciciO de humilde
Y libre observación de la inabarcable riqucta de lo reaL
Tra1aré aqui un segmento de los real tan sólo. Pero que quit.as sea hoy el
más problemálico, pues en él los mitos o las generosa'> itu ..iunes de un
progreso ininterrumpido se encuentran claramente en decadencia. ,'\.1e es1oy
refiriendo a las formas de imaginar y organi/.ar el poder. de delinear el lugar
del derecho, de establecer estrategias de realitación de la ju,ticia, de proponer
potrticas para la política.
Conviene desde ahora mismo señalar el objetivo de mi intervención. emrc
otras cosas para prevenir al auditorio. ya que va a consistir en un brebaJe ácido
y corrosivo en alguno' puntos: sólo debería ser ingerido bajo riguro'a
pre<;eripción facultativa. B.to es asi porque a trnvés de uno:. cuanto temas de
reflexión procumré mo trar cómo el paradigma político y juridico toda\Ía hoy
l. E.~le lUlO f~ una ICCCIÓO inaugural (orariJtl tft'. JUptrnt /a) pronunci.'lda el 13 de d11.imJ~
de JQC}J con mou•o de la openura oficio! del cur..o en d Uruvm.1d.ld Au!Óilomllluí1 de C~
de Li'bol. El ruto onguw...0 poder. o d~uo e a ;u u~ numa era de pctpk\M.Iades". va a ser
puhhado en la Rn UIIJ Jo lubmniJtrurbo de M.xao
323
A'IT OS IO M .. ESPANH
A
dominante (al que por com
odidad denominaré el "pa
disminuye drásticamente radigma estatalista")(2l
la capacidad de traducir
jurfdicos la sociedad en que en términos polfticos y
vivimos. Y disminuye tam
capacidad para imaginar esc bién, por tanto, nuestra
enarios difere ntes de organi
Comienzo, amparado en tación social.
mi perspectiva de historiad
siguiente tema de reflexión or. por proponer el
: ¿Será verdad que el po der
más -y que por ello deberf
a constituir el objeto central qu e ho y en dfa cuenta
est rat ég ico s de ref orm a de todos los proyectos
po
estrategias de intervención lfti ca- es el po de r de l Es tad o? ¿Y que las
tienen exc lusivamente qu política o los proyectos para su recomposición
e dirigirse a la reforma del
según los modos de hacer Estado y encauzarse
política típicamente ligados
desde la democracia repres a él (particularmente
entativ
Permítac;eme que para pre a y los partidos)?
parar un pnncipio de res
poco en mi área de eMudi puesta me apoye un
o. la historia polftica, y dé
pasado. una rápida ojeada al
El E!>tado, en tanto que cen
una imagen muy rec1en te tro monopolizador de la
del pen amien to político, política, constituye
hi!>toriador itahano del pod hasta el punto de que un
er (Pictro Costa) ha pod1do
rec1ente. la s11uac1ón m!ltitu describir. en un libro
cional de la Italia decimonó
un "E sta do 1maginario" nica como la propia de
O>. es de cir , co mo una
mstituCIOnnl y pr.ictica de ép
un modelo de concentració oc a de rea liz aci ón
que no exi stí a más que n y nivelación polfticas
en la imag1nac1ón de una
pcnsadore\ del poder. nueva generación de
La sociedad tradicional eur
político mucho más atento opea poseía en ec;te sen tid
a los mccani<;mos práctico o un imaginario
se reali1a el poder: cotidi a través de los cuales
anamente. respecto de una
polo!. <;ociales y me dia enorme pluralidad de
disciplinana\<4 ~. nte un a inm en sa div ers
ida d de tec no log ías
Tomcmo\, por ejemplo. piM
os de la realidad humana
2. Sobre la conuapo5ición en apanenc1a tan
entre lo. ¡vac :hgmó\.\ "corporauvo" y
del amagm;u-io polhaco "e:.Wala,~;~" en b
y JUridaco mcd ae\a l y mo hi)(()Óa
tksf~l(all:ar;.1<1, rtf~ derno. v. A.M . IIESPAJI<H
gaf¡zar;Jo. ama p~rs~CIII'a hlfi iÍfiC A. Uga ii:U fl1o .
(ed .l. l.c1 , ¡us tu;o , fllittiM O·J «wl ógu ·a, en A M
HESPANIIA
IJ<JJ~. ltiJt.Srio ~
" M¡¡nuai\ URJH:I"'II4rao pr( )sp nth a (en pre par
'" de la Fun doc tón Cal ació n par a la colcccaón
'upc rv•v cnc u1 del mo del ou, le Gulbcnl.1an). Li\
o cor por aii\ O en el '' tem boa 1992; ~obre la
tiES PA NH A. L.J Tt'\'!>lu a poh uco P\lMugue~ del
nJn y los mrcu11unws ~iglo XIX. v.
pm ·uJ <I) rn·nlunJ11 dtl pod t'r. en Cario~ PETIT (ed
l>urgui'S<J, Madrid . M.
Pons. 19 9, 15·5 2, Para .), Dtr uh o
actual del pvadagm:t C:'l3 una balance del e'l.'ldo
1a11'l3, v. el cap uul o
3. PICIJ'O COST \. Lo stot VI de eMe hbro.
o llfll> tugl ltl.lr u.• MtUI{QTt'
ono<cnttl r ""' "' r11m, Mal ~ poradi&fi'IJ MIIJ c:ul
ano. G•ulln!. 19 6 /llro ftiUT idlcO fra
4 . ~ole modelo COI
'pCJnlllvo de ~ 'JOCiecbd. '~
d~,f~ttafl:arJo. cu .• ade uW de HESP:t.NHA,
la ma )or pan e de la ot>r úgo ll:o (Jo .
f.11••d<>. ra:6 n d~ flkl llid a de B. CL A \'ER O. e'pc
uo, ru:611 dt" hist (ti'I J. o:talmenle : Ra:t5n dt
1991. 15·60. \fad nd , Cen tro de Esfud.
o. Con~IIIICJOOale•.
324
LA ORACIA DEL DI'RECiiO
S. Sobre el tema de la nmJ•tad como vinculo polluco e tructurantr, v,. de n~·o, d capitulo
VI de t5tt hbro 'i CLA YERO, Amidnra Antropolog(a rot6/1ca dt la t'CtJI!t>mhl modcrn.a, Milano.
Gtuff~. 1991. 187 so.
6. Cf.• v.g., J. BOISSEVAI~ 1 C. MITCHELL. Nn,.•orl; uMiysu studits In Ju,ton
IIIJtroctrt>n. Tbe H3gue. Mou1011, 1973.
325
ANTONIO M HESPANHA
326
LA GRAC'IA DEL DERECHO
327
ANTO"JIO M IIESPANHA
13 Cf.. w~ e$1. l ~
tu;.'>I'A~HA . IA"g~tlt:o(l2o,
t•. Cl. DOi rlllt< lt ' ' com pam r,
PMU , Ul" l-'iC O, 198 0. don
drslr8Qlt!Of6o, '"
ron cnc •n pn.',.cnllida.s a l;h de se ~nrn las pniKip&les
wR6umon~ d'e, pen •
m:h cnh es sur la conclitlon$ puur uam me r les ~m1crs
de transfat des t'OIUWss:llk rt uiUIU de
de cbtl l.'llt w de F. OST y ~w IU,ü.SCO. VeneciA
G lJL"'j08LE: ~ punto de 1971!), 5íendo
f~ \', H6' \ 11. , Au!tura~ vtm no e.\, m lodo QUO , ~
~tluopohttlJt"~ P
~ illtr mat wna ks
d.
(ed ), Btm Jgr :ut ltrc lma Br.1tluurgt1t, m 1U l.A\tJ>t::
lllltr o¡w logt t, Stu tl¡ll n,
Rudrrbocllf Ethnolo aJ<.-ilc Ede 19 • H MF.DICII:, w\11
nntm ,.oe¡scn als llen uuf orlk )lunare 1m
Grs rlúc
htr" Gr~rllJC'Iuift, JO (198 4) nm¡ an
4~ Sot. uil¡c ;Kh ieht e".
259·.319 Para la fun una del
dml .ll m el E.'t mno Orie nte,
OoX
can p:uucul.u ~r~,. al rruo orde nam1e111o juridJCO
ROC HA, MA \iab ilúb dc do de MliCllO. \ . J .A de Oth-elra
wacma jurfdJCO de ~t~a~u·. Rtn
ikl de odm i111 Jtr0 f4o (
1992).
L.A GRACIA DEL DERECHO
c:tectiva.., fácilmente mostraría que el poder casi siempre sone<~ :11 Esl4ldo y a
la~ imtituciones que le son subsidiarias. Así la disciplina e~tatal y• .,obre todo,
la del derecho y la justicia oficiales contempla sólo una mínima panc de la.,
relacione~ y connictos sociales. y esto a pesar de que claramente ha alcan~.ado
un c~tadio limite en su crecimiento<l5>. Y, paralelamente. lo~ enorme~ v;lcfos
de: la vida política y jurídica oficiales siguen colmándo~ de fonnas atá"ka' y
c'pontáneru. de controlar y reglamentar. Más que por el derecho oficial, la
sociedad de nuestros días sigue estando controlada por redes interpcMnaJe.,
ba-.adas en el amor, en la amistad o en el intercambio de favores : por
complejo!. nonnativos espontáneos; por "sentidos pr:íct1cos" (P. Bourdieu), o
:ooea. por estrategias estereotipadas a la hora de actuar ) componar;.e. A pesar
de ser ignorados o anatemizados por la polftica bien pcn,antc o el derecho
oficial, e~tos complejos normativos gotan de una enonne capacidad de
autosustentación y permanencia; así que con frecuencia re ..tan eficacia y
eficiencia a las estrategias de extensión del orden polilico y nonnativo eo;talal.
A la hora de diseñar potrticas para el derecho y la ju~ricia, roc.Jo e to debe
"er romado en consideración. Una escueta lista de los problema-s actuale.'
planteados al derecho y a In justicia puede dar •den de las uporíac; del
parndigma C!>tataliMa en estos dos campo~.
Con~ideremos por un momento In "~upremacía del derecho", ese tópico
con el cual se pretende describir el papel estructurnnte que el dcre~.:ho estlllD.l·
oficial debería jugar a la hora de organi1ar la !)OCiedad.
ParadóJicamente, el sentimiento de centralidad del derecho anora tanto
entre aquéllos que en él creen y postulan '>U ubicación principal dentro de las
e~trategias de ingenierfa \Ocial como entre los que apue tan flOr unu
reducción de su impacto en la regulación de la .,ociedad. En uno > otro cnso
tal reducción de lo nonnativo a lo jurídico produce re~ulrados mix111icadore
y. por esto mi~mo, negat1vos.
Lo, que propugnan una vida poH1ica orientada por la ..supremacía del
derecho" infrJvaloran el modo en vinud del cual una con~truccifln JUnd•ca
empobrece y fabifica lo real; con orra~ palabro~. la cupacitW.I que tiene el
derecho para enma-;carar y eufemu.ar el contenido irreducuhlemcnte polhioo
de lo., connic1os ~iales061. A~í de.~dc Juego procede cuando. al ..e ot1luar" el
"caso jurídico". despoja al conte:\IO \ ivido de :.u rique1a )' elabor11 un
'ucedáneo má:> o menos emocional > políticamente asépuco de las relaciones
15. Para ~ prot>tem.iuca de los lfm•~CS del tegaiL,mo. v M CAPPE.lJ.éTTI (cd.), Mds d
lo JUllll~ ~~ Ewt-prmidtnu, Pan , Economica. 1'}84
16. Para un :anill,i. poHuco de la pricuca del dcrcchtl. el. v.,s., P 80\IRDIEU. Ml..a force
du droit Stmtnu pow une M~CiolnBie du champ ¡utid~quc", Acus dt lo ru.Mrdw rn .u-knc~A
sodaln b4 (19116) l-19 r, con un l'e81Stro d•~lnto. Boa\ entura ~u SAl'."TOS, O discurw,. Ci
potkr &uatn S<>hrt' a S«IDicgw d4 rrt6nco JUTúltctJ, ea l.studos ~m ltnmt'notnn DO Prc( JJ
Tt'uttra R1~tro, C01mhn 1980.
329
A'I,'TO!IóiO M Ht:.S PAN IIA
.HO
LA CRACIA DEL DERECHO
331
ANTO~IO M IIESI'ANIIA
332
LA GRACIA DEL Dl Rl CitO
per uadídos de que pueden hablar como los segundos, no 'on ~in emhargo
comprendido~ por éstos porque les hablan de cos~ que le~ -.on ajen~ y en un
lenguaje que lo es todavía más: mtentras que los que optan (o 'on obligado a
optarl por la vida se ven condenados al silencio en la pohuca y se con~títuycn
en objeto de la mtsma, por mucho que 6ta acabe por decirle' bien poca co..a.
,\hora bien, pese a esto, a pesar de todo. cada acto de la vida en común -en
ca~a. en el lugar de trabajo. en la escuela. en los ratos de ocio- con1inúa
tendo un acto político. De una política que todos hacemo.. 'in saberlo; o,
mejor aún. que hacemos stn que la manera establecida de hacer política no
permita '>aberlo. De ahí la urgencia de 'íeñalar los "límite:. de la políuca" -tal
y como la entendemos actuaJmente: su mcapat:idad para penetrar en 1.1 'ida
concreta de las personas. interesándolas- para poder justamente rchabilít.tr e'a
d•mensión polftica de la vida cotidiana de cada uno. intentando dolarla de una
vo1.; para permtttr. en una palabra, que las preocupacione-s comune~ de las
persona comuneo; (el alojamiento. el caos del trálíco, la dtscrimtnnctón
~xual o é1nica, la opresión familiar, la veje1, la mi.,eña) ~ .,i1úen en el centro
de la política, ellas mismas. contadas por \U'> protagoni,ta'i, por todos
aquello!> que 1~ viven. Y deJen de ser -como son hoy- 'implemente lema
hablados por otro~ a dístancta y objeto de tn'>trumenlalil.nción partid• 111 o
electoral.
Parece, en fin. que regre<>amo, a una poliuca que decisivamente se enr:ti7JI
de nuevo en la acción microfhtca. en la terapeutica homeopática. en lo
componentes tndtvJduales y. JUnto a esto y en última in\lztncin, en la 'írtud
(ese concepto central en In 1eoria política del libcrali')mo dá tco, de Saíni·Ju 1
a Kant). A una polftica que. parn volver a ponerse al alcance de los hombres.
apela otra ve1 a los !>tnlimiento... a las cualidade... per.;onald ) a ese suularte
-que lo~ antiguo~ 1eoñz.aron bajo la etique1a de phront'sis o de prudmrta- de
aber conducir..e virtuosamente en las reluciones con igo mi mo, con u
prójimos y con la república.
¡,Tendrá todo esto algo que ver con lo) discurso., morali t.nS en tomo al
contenido éuco de la poliuca·! Ciertamente no. i e 10 , ignifica enmarañar de
nuevo a lo-. hombres en la., rede' de un ::.~ tema hecho de \81ores que les
conforten psicológicamente y Je, inmunicen contra los ñesgo mherenle o
toda elección: i esto. vaya, 'ignifica proceder a una operación cosmética de
relegtumación de modelos de organización y parttctpación en el poder en los
que cada ve1 meno'> pel"!..na'> actúan. Pero ciertamente i, i por el contrano
cuando \e habla de ese modo e quiere afirmar que la poUtica odmtte
opcione~ individuale) en ,u núcleo má~ duro, ) que esto no sólo ampltca un
redoblado cuidado para no coanar por mis tiempo ese espac1o irreductible de
hbertad y de elección de cada uno ,¡no también una atención n:nmada por la
ciencia prác1ica de oñentar la acción: es decir, por una pedagogía de l:s
hberud personaJ y por una educación de la sen ibílidad que conlle\an por
333
ANTO'IIO M. IIESPANHA
.334
INDICE DE MATERIAS
335
AVI'O'IiiO M IIESPANIIA
axiomática 244-245
(v. "espacio", "territorio'')
azote\ 212. 230
ceremonial 112, 168, 177. 279 ss.
chancillerías 32
bandoleri\mo 215 . 270, 27 1
Clumg ming 271 ,278 ,285
barraganía 255
chicana 59
barroco 179, 191
Christus 1jisc us 182
be'>tiali~mo 252 cicatr1ces 266
bienes (penalmente protegido.,) 215 -
ciudades 81, 302
216 cla.,ificaciones 73-7 6, 209 , 272
btgamia 213
codificación 291 ss., 204
blasfem•a 249, 252
coe rtio 66, 160
bofetada<; 264-265
- m(){/ica 14
bosque v. l\lald
brujería 248, 251 - en China 282
coleg1os 81
comarcas 114. 120, 126
cameralismo 61. 245. 288
comercio 31 1
c-umpo~ penales 249 (v. "derecho penal")
cap1tal Simbólico 63. 65, 113. 162,207 - e'>píritu de 155
comi,ario' 82-83, 174, 183, 187.
caridad 199, 154. 157. 162. 163-165,
260 .286 .300 .303
207
compañ•a de Jesus 318
carbma 93. 106, 260
comumeac16n
carrera
- enu-e paniculares 268
- func1onarial 185
-política 94, 101, 188 ,299 -301 .
-JUdicial 120
canografía 120·121 309
comunidad domé tica 98, 152, 178.
ca"a v. ··comunidad domé,tica"
CU\thJad 256 181, 183 S~, 265 ,281
concejo~42. 128 ss.
castigo 69. 206 . 266
concubinato 252, 254
- difuminación penal 2~
conflicto 23
- efectos ..ocialc.., 251-252
- de competencias 72
-e unp amm 74
confucioni mo 276 "·
- en la monarquía "c-,tatali,ta"
conJura 314-31S
236 ' '· conrrato 155. 160
• intencionada incfecth •dad del
control 'oc•al 2~. 329
228 correg•dore~
ca,ui<.mo 244 114 115. 120
ca.r.a 263 Con e 177 '"·· 194 "
- ambulante 113
ccntralit.ución 19, 117- 119
- como compendio de la sociedad
-mi to de la 13
199
336
LA GRACIA DEl. DERECHO
337
ANTO~IO M IIESPA!IóHA
33
LA GRACIA DEl. OERH.'HO
339
A~TO~IO M HESPANHA
341
A!'.TO SIO M. HESPANHA
poresta.f 73-7 5
rapto 214
pre~ncia de la autoridad 1O1, 188, rectificación v. Che ng mmg
259 ,302-303 ,309 regi a larg lfio \'. "magnammadad"
Pdn cipe 74, 79, 313 (v. regionalismo 98, 107
"magnificencaa")
relacione~
- acreedores del 172
- de producción 87
- atrado 232
- polfticas 154
- ru.pecto y com post ura 260 rehg ión 152, 238, 273
- ccntrolidad 197
- crímene~ cont ra la 249-251
- clemente 228 reputación 161
- doble adentidad 194
resistencia 14
- imagen 260
- conc sana 314
- interés del 182
-per iféri ca 97-9 8
hum or del 179-180
retórica 28
- mnje~tad 191 s!>. reverencia 168
pma ón 213
revoluciones 315 ss.
pnva1egaos
revueltas 301, 304 . .
- de los rú!>tico~ 37 ss., 54 55
robo 271
- del reino 369 ss. rust lcita s 21, 33 ss., 235
- loca lc\ 42
- de los juec e 41
probabili-,mo 245
- y dere cho penal 35 .• 135.
proc ew
140 ,235
- dilacione~ en el 232
- judicial 25
abiduría 278
- penal 206 '"·· 240-245, 278 ~cretnrio-. 147. 186- 187
- nhti co 37 ss
secr eto 155. 186 ,314
prodigalidad 163
seculari7ación 250, 251
propiedad 1O • 109
-.edacaón 216, 260
pro, titu ión 254. 255
Seg und a Esco la.,t ica 14, 281 , 282
prot obu rocr acaa 268 . 269 (\' .
. 318
"admanastración")
semiótica 87
pro\lnCHl 99, 114, 120
St>ll!i prat u¡ut 152. 185, '329
prudt>ntia iuri.\ 241
'>enrimaento auronomistn 317
prueba 2~6
"señ ono natural" 119
c;e~icio 185. 200
- cará cter antidoral 172
quietud 31 S
- com o vinu d 175- 176
- econ omí a del 157, 167- 168
racionalismo 327 , 331
• formas de 182-183
342
LA GRACIA DEL OERECIIO
343
INDICE ONOMASTICO
Abel. R.J. 30
Am aud , A.-J. 22
Accursius 38, 104
Arribas Arranz, F. 51
Ado mo. T. 86
Ati enz a Hemá.ndez, l. 153
Adriao. J.M. 51
Ayl on Laynez. J. de 265
Afn1ctus, M. de 244
Azo r. J. de 163, 164, 168
AJello. R. 207
Alonso, M. P. 236
Bnder. M. 22
Albmi. l. 33
BaJd~ de UbaJdts 35, 37.
Alexander de lmola 33, 35, 36 38, 43, 44,
71. 76. 80. 87, 104. 108 . 11 5,
All ih P. 97, 102 117
Bar bo n. M. 214 ,22 9.2 25. 231
Ahh usiu . J. 99 ,24 4,
Almeida. M. Lopes de 159, 161 251 .25 3
Bar bo a, P. 44
Am aml , A Cardo~ do 39. 233
,23 4, Barreto. A. 298
235 ,23 6.2 49. 252 ,2.5 4,2 56
Barros, H. da Gama 46. 51
AmbrosiO. San 229
Bano1w, de Sax ofer mto 18. 33.
Andrade, A Banha de 160, 168 38,
68. 71. 72, 73, 74. 76. 80. 104.
And mde M. Leitlio de 168, 194
, 195 10 • 115. 117
Angelus 69
Basl..:in, \\ . 285 . 288
Aquilla. E dell ' 274 . 291
Batallon. C. 101
Aqumo. Sto. Toma.-. de 154. 159
, Bauml. H. 26. 29. 55
162. 163. 165. 167. 168. 169.
Baz m. J. 25
170. 171, 199 .32 5
Bebiano, R. 192. 193, 195
Amujo. J.dn S1lvn 51
Bet car ia, Marqué-. de 243
Arcnngeh, L. 183
Bec hatd . F. 42
Añ!.tótele 157. 158, 159. 161.
164. Bed..• U. 327
165. 167. 168, 175. 184. 199.
Bed .for d. W. 195
281 ,28 2,3 13. 325
Beirao. C 179
LA ORAC IA OEL DERECIIO
345
ANTOS IO M HESPANHA
346
t.A GRACIA OEL DERECHO
347
A"'TT~IOM HESPA!"HA
348
LA GRACIA DEL DERECHO
Murrny, A. 33, 54, 55 58. 60. 72, 81, 165. 172. 173. 174,
185.227,229,231,2~
Muscomi Cyprii, H. 68, 74
Musí, A . 124,300, 303, 3 10,31 2, Peña, J.F. de In 186
3 13,3 16.31 8 Pereirn, B. 39, 69. 108
Pereira, F. Caldru, 49, 107. 109, 111.
Nader, L. 23 114, 117. 174
Natividade, A. 153 Pereirn, J. Femandes 192
Negre iros, J.F. de 244 Pemot, J.F. 30
Pesel, M. 43
Oldrndus 103 Petit, C. 14, 324
OJival, F. 190 Petrarca 54
Olivares, Conde Duque de 186, 187. Petrus de Bellnpertica 44
188,3 03,3 19,3 20.3 21 Phaeb us,M .40,4 6,49. 108,116.
Oliveira, A. Braz de 60, 213, 295, 213,225
300,3 02.30 3,306 ,310, 313, Phytilis. J. 61
314,3 17,3 18,32 0 P11io da Medicma 108
Oliveira, M. Lope!> de 225 P1mentel, AF. 180, 192, 195
Olivier Martin, F. 99 Ptssavino, P. 157. 158, 168, 180,
Ong, W. 12, 131 184, 185, IH6, 199
Omaglli, L. 177, 182, 183, 184, 196 Pohlman, R. 91
Ors, A. d' 271 Polby, N.W 30
Osorio, J. 46 Pombal, Marq u6 de 189,216
O sol~ C. 168.1 78, 180.1 99 Porshnev. B. 82
Ost, F. 328 Portugal, O Antones 67, 76, 111,
Onineau, Y. 193 114, 115. 116. 118. 119. 163.
165. 171. 173,225.230
Padovam, T. 247 Pospt<>ll, L 30
Pagden, A. 313 Press, V. 197
Papagoo, G. 159, 196, 199,2 00 Pnodi. P. 182.186,193.296
Prospen. A 168, 17M, 180
Parsons. T. 22
Pastrana, Duque de 1 17 Pufendorf, S 243
Pedro. Infante de Portugal 159, 161,
167, 169. 170 Quaritsch. H. 79
Pedro Leopoldo, Gran Duque de Quintela, l. da Co u 232
Toscana 203 Quond:un, A. 180
Pedro U de Portugal. 193
Pegado, G. 244 Rru.zel, F. 83
Pegas, M. AJvares 36, 37, 39, 40, 41. Rau, V 195
42,4 4.45 ,46,4 9,5 1,52, 55,5 6, Rebelo, F. 152
349
ANTO~IOM HESPAAIIA
Rebelo. P. 224
Silv a, J. J. de Andrade e 195, 227
Reinhardt. W. 156
Silv a, M. Gon cale s da 39, 42
Reinking 104
Silv a, N. Esp inos a Gom es da 18.
Ren ani, F.M. 225 , 247 19,
38.4 0,42 ,237 ,238
Ribetro, H. T. Pint o 193
Smi th, P.M. 180
Ribetro, J.P. 20,4 9
Soare!., D. 299 ,303
Ribeiro, L. da Silva 51
Soares, P. 190
Ribot Garcia. L. 306 ,310
Soto, D. de 235
Robert. D. 204
Sou sa, A. C. de 201
Rocha. J.A. de Oliv eim 328
Sou sa, F. Olivae 115, 119
Rotelli. l:.. 49
Sou sa J. J. C. Pere ira e 226, 238,
Roth. G. 22
239 . 240, 241 , 248
Rou.,~au, J. J. 277
Sou sa (de Lobao), M. de Almeida
Rov uo. P. L. 207 ,303 .310 e
174
Ruffili. R 177
Spn tler , G. 23, 3 1. 25, 26, 54.
59.
101, 139
Snlmonowic1, S. 247
Star key , D. 188
Sammarco, O. 318
Stegmnnn. A. 197
SantO'-. B. de Sou a 21. 23. 24. 25.
Stevelberg. E. 96
289 .329
Stenvnsborg. H. 205
Saphiro, M . 30
Subtil. J. M. Lopes 204, 238
Sbri ccoh . M. 44, 124 .258
Stryk. S. 243
Sch aub . J - r. .303
Struve, G D. 243
Schicrn, P. 49. 60. 61
Suáre1. F. 153, 298
Schipn. M . .313
Suevi, l. 33
Schnappcr. B. 30
S un-Yatsen 291
Schol1, J.M . 20, 123. 2().1
Su~oa. H. de 35
SciUtt Ru. !ot, V 207
Secco. A L. de Sou!-.3 Hen ñqu es
Tab or. J. O. 108
21'3 .226
Tarréo,, S. 295
Séneca 158. 160. 16l. 164. 167. 16&
. Ta, "'. T 186
199 .229 Tell Lafont. G.A. 42
Serrano Gon1alez. A. 327
Teu bne r. G. 298
Ser rno .J.6 0
Te1ner. F. 42
Serrtio. V 192
Thomasiu~. C. 243
Shnng Ynng 285, 2 6. 287
Tiraquellus, A. 32, 34. 38, 244
Shthlien HsU 276 , 278, 279. 2. O.
Tisc iu... D. 55
281. 282. 283
Toh.ana. JJ '30, 135
Stlva. A. Delgado da 255
Tom a'> Valiente. F. 56. 186. 188.244
350
LA GRA<:IA DIL DlRf.CHO
351