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Implicaciones
2010, epistemológicas
vol. 31, núm. de la noción de forma en la Psicología de la Gestalt
4 (diciembre) 37-50 37
Valencia (España). ISSN: 0211-0040
Resumen
La Gestalt aparece en las Universidades centroeuropeas durante las primeras décadas del siglo
xx. Se nos presenta como una psicología científica, que fundamenta sus conclusiones en los
descubrimientos de la psicofísica y en sus propias investigaciones experimentales. Al mismo
tiempo, se halla estrechamente vinculada al pensamiento alemán y, en concreto, a algunas de sus
teorías epistemológicas más representativas. En el concepto gestáltico de forma convergen estas
dos influencias. La teoría del conocimiento de Kant y la fenomenología de Husserl forman parte
de los antecedentes filosóficos de esta noción. Estos autores se identifican con una posición epis-
temológica conocida como fenomenismo, habitualmente contrapuesta al realismo característico
de la metodología científica. Pese a asumir los presupuestos básicos del enfoque fenoménico en
lo que a la percepción se refiere, los psicólogos de esta corriente abordaron su estudio de forma
experimental. Este trabajo se ocupa de las contradicciones que se derivan de este hecho.
Palabras clave: Gestalt, forma, fenomenismo, realismo.
Abstract
Gestaltism appears in European Universities along the early decades of the 20th century. It
turns up as a scientific psychology, which bases its conclusions on psychophysics’ finds and on
its own experimental research. At the same time, it is closely linked to German thinking and,
specifically, to some of its most representative epistemological theories. These two influences
coincide in the gestalt notion of form. Kant’s knowledge theory and Husserl’s phenomenolo-
gy are part of the philosophical background of this notion. These authors are identified with
an epistemological approach known as phenomenism, usually set against typical realism of
scientific methodology. Although Gestalt psychologists assumed the basis of phenomenism
* Una parte de este trabajo se presentó en el 23 Symposium de la SEHP (San Sebastián, España).
** Correspondencia: Universidad de Málaga, Facultad de Psicología. Departamento de Psicología Evo-
lutiva y de la Educación. Tlf.: 690 21 48 53, E-mail: <[email protected]>.
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about perception, they tackled its study in an experimental fashion. This work deals with the
contradictions arisen from this fact.
Keywords: Gestalt, form, phenomenism, realism.
INTRODUCCIÓN
Al igual que las restantes escuelas psicológicas de finales del siglo xix y principios
del xx, la de la Gestalt se sirvió de los métodos propios de la investigación experimental,
contribuyendo a la consolidación de la Psicología como disciplina científica. Esta forma
de proceder iba acompañada de la intención manifiesta de distanciarse del ámbito de las
humanidades, en el que tradicionalmente se venían abordando algunas de las cuestiones
que a posteriori atraerían la atención de la Psicología, en sus distintas escuelas y espe-
cializaciones: las facultades del conocimiento, la conciencia, el pensamiento, el juicio,
la afectividad, el desarrollo moral, la genialidad, la dimensión social del ser humano,
la educación, etc. Esto ocurría en un ambiente intelectual y académico marcado por el
positivismo, por los alentadores avances de las ciencias naturales, por el influjo ubicuo
de la teoría de la evolución y por la incipiente crisis de los grandes sistemas filosóficos,
ya presagiada por un pensador de fin de siècle como Nietzsche (1889).
En sus Principios de la Psicología Gestalt, Kurt Koffka (1935) se refería a esta dis-
ciplina como la última ciencia en conquistar su independencia. En el primer capítulo
de esta obra el autor hacía una revisión de las bases sobre las que se sustenta la ciencia:
el conocimiento científico no lo es de hechos individuales sino universales, de hechos
que forman parte de un sistema y que son racionalmente comprensibles; en la búsqueda
del conocimiento científico los hechos deben ser establecidos con la mayor precisión
posible; la demanda de precisión es lo que libera a la ciencia de los deseos personales
del científico; en ciencia uno no puede hacer lo que quiera, sino lo que los hechos
demanden; la adquisición de un conocimiento verdadero debe ayudarnos a reconstruir
un mundo que se desmorona, a indicarnos nuestra verdadera posición en el mundo, al
margen de nuestros prejuicios, etc. Koffka (1935) viene a decirnos que, en tanto que
ciencia biológica, la Psicología se sitúa en este marco, compartiendo estos principios con
el resto de las ciencias y persiguiendo sus mismos objetivos generales. Más adelante,
refiriéndose específicamente a la psicología Gestalt, apunta ciertas particularidades
suyas, ausentes en las demás ciencias: no se trata de una ciencia meramente explicativa,
sino que pretende comprender aquello que estudia; el análisis cuantitativo no descarta
el cualitativo; y en ella el mecanicismo no es incompatible con el vitalismo.
De forma adicional, la psicología de la Gestalt se construía a partir de conceptos
firmemente arraigados en el pensamiento alemán, y cuyas implicaciones filosóficas en
modo alguno podían ser ignoradas. Entre estos conceptos figura el que da nombre a
esta corriente. El concepto de forma está referido a la estructura o totalidad organizativa
que constituye la experiencia perceptiva consciente. Debido a su interés epistemoló-
gico, la preocupación por la naturaleza de la percepción ha sido una constante a lo
largo de la historia del pensamiento en Occidente, desde la línea del conocimiento
que trazara Platón en el Libro VI de La República (390-370 a. C.) hasta las recientes
consideraciones de los fenomenólogos (Merleau-Ponty, 1947) y los filósofos analíticos
(Ryle, 1954) del siglo xx. En dicho pensamiento la legitimidad de las reflexiones que
se llevan a cabo se fundamenta en el análisis previo de las facultades y del método que
las hacen posibles. Inevitablemente, esto supone unas implicaciones que trascienden
los ámbitos cognoscitivo y metodológico.
Como antecedentes filosóficos del concepto gestáltico de forma suelen citarse la
epistemología kantiana y el método fenomenológico de Husserl (Boring, 1985; Pastor
y Tortosa, 1998). Ambas propuestas representan un intento por fundamentar nuestro
conocimiento del mundo. Paralelamente atribuyen una determinada naturaleza a este
mundo, del que el sujeto cognoscente forma parte. De este modo, es posible identificar
en ellas un planteamiento epistemológico y otro metafísico. En cierto sentido, el pri-
mero puede equipararse a las posiciones más representativas de la Gestalt (Wertheimer,
1912; Köhler, 1929); el segundo, en cambio, no es abordado de forma específica por
quedar fuera del ámbito de estudio de esta disciplina. Al tratarse de una psicología, a
la Gestalt le interesa principalmente el sujeto humano y sus atributos psíquicos. Sin
embargo, al presentarse como una disciplina científica y hacer suyos los métodos de
la investigación experimental, asume implícitamente una determinada concepción de
la realidad.
Tradicionalmente, se definen dos posiciones básicas desde las que abordar estas
cuestiones: realismo y fenomenismo. Ambas comprenden una doble dimensión, gno-
seológica y metafísica. Los partidarios de una y otra opción sostienen una particular
visión del conocimiento humano y del mundo. Algunos (Bunge, 2000, 2006; Putnam,
1987, 1988; Popper, 1985) han vinculado la ciencia al realismo, mientras que el feno-
menismo se encuentra relacionado con determinadas posturas filosóficas (Berckeley,
1710; Avenarius, 1876, 1908; Mach, 1886; Husserl, 1913; Merleau-Ponty, 1947).
Debido al modo en que se concibe el psiquismo humano y su estudio, en la psicología
de la Gestalt se da una singular combinación de ambas posturas.
Recientemente, Lehar (2003) lamentaba la escasa atención que los científicos en la
actualidad prestan a las implicaciones filosóficas de sus planteamientos epistemológicos.
En concreto, refiriéndose a las teorías de la percepción y de la representación neuronal,
argumentaba que éstas fundamentan su avance en la asunción, tanto explícita como
implícita, de los presupuestos del realismo directo. Sin embargo, es precisamente en las
teorías psicológicas de la percepción y la representación dónde han venido a recupe-
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rarse los presupuestos básicos del fenomenismo, como puede apreciarse en los propios
trabajos de los psicólogos de la Gestalt (Wertheimer, 1912; Köhler, 1929).
En este trabajo, asumimos como hipótesis inicial la existencia de ciertas incohe-
rencias entre a) el modo en que en la psicología de la Gestalt se conciben los fenómenos
(las formas) y b) el método al que se recurre para su análisis. Para poner a prueba esta
hipótesis llevaremos a cabo las siguientes tareas: 1) revisar las propuestas epistemoló-
gicas de Kant y Husserl, con objeto de determinar el alcance de su influencia sobre la
Gestalt; 2) analizar el modo en que en esta corriente se plantea el concepto de forma y,
en estrecha relación con él, el fenómeno de la percepción; 3) definir las posturas realista
y fenomenista, de forma que nos sea posible delimitar la posición que la Gestalt ocupa
con relación a ellas; y 4) hacer un balance final que nos permita extraer las oportunas
conclusiones con respecto al punto de partida.
Kanizsa (1979) suele ser percibido por cualquier sujeto adulto que se enfrenta a esta
imagen; en cambio, la figura de Rubin (1958) unas veces es percibida como un cáliz
y otras como dos caras enfrentadas. Adicionalmente, la complejidad incrementa la
ambigüedad de los estímulos, relativizando la forma que finalmente adquieren para
un sujeto, haciéndola más dependiente del acto perceptivo individual.
La concepción de la percepción que encontramos en Koffka (1922) resulta cla-
rificadora a este respecto. De acuerdo con ella, la percepción involucra tres procesos
psíquicos distintos: sensación, asociación y atención. La sensación es aquello que está
ligado al estímulo, lo que nos permite detectar su existencia. La asociación es lo que
vincula causalmente un elemento a otro. La atención es la responsable de que tomemos
conciencia de unas sensaciones y de otras no. Mientras que la sensación depende de
los órganos sensoriales, algo poco modificable y sobre lo que no ejercemos control vo-
luntario, el funcionamiento de la asociación y la atención está ligado a la idiosincrasia
de cada sujeto. La asociación se rige fundamentalmente por la memoria, la atención
por los intereses particulares. El planteamiento de Koffka (1922) señala el elemento
subjetivo del acto mediante el que se perciben las formas.
Puede concluirse que los psicólogos de la Gestalt coinciden en afirmar que toda
experiencia consciente es fenoménica, es la experiencia de un fenómeno. La caracteri-
zación de dicho fenómeno como totalidad indivisible, como forma, es algo sobre lo
que no existen discrepancias, siendo éste el punto de partida sobre el que esta escuela
se constituye como tal. No ocurre lo mismo con la procedencia o localización de las
formas en el acto perceptivo. El debate teórico a este respecto ha ido evolucionando a lo
largo de los años. A la luz de los resultados experimentales, especialmente los relativos
a fenómenos de ambigüedad perceptiva e ilusiones ópticas, la naturaleza de las formas
se ha vuelto algo más indeterminado, más dependiente de factores individuales y, en
definitiva, más relativo. En esto, el fenomenismo de la Gestalt se aparta significativa-
mente tanto de Kant como de Husserl.
REALISMO Y FENOMENISMO
realismo gnoseológico puede ser ingenuo o crítico. El ingenuo presupone que el conoci-
miento es una reproducción exacta de la realidad: las cosas son tal como las percibimos. El
realismo crítico también admite la existencia de una realidad objetiva, pero sostiene que
nuestro conocimiento de ella no es absoluto, sino meramente aproximado. En términos
metafísicos, el realismo sostiene que las cosas existen al margen del conocimiento que
tenemos de ellas, fuera e independientemente de nuestra conciencia.
Desde el enfoque realista, los términos de las teorías científicas están referidos a
entidades no observables, pero que se suponen existentes. Esto hace posible determinar
si una teoría es verdadera o falsa, en función de que constituya una representación
adecuada o no de la realidad. En el realismo científico, variante del realismo crítico,
convergen las dimensiones gnoseológica y metafísica. De acuerdo con esta perspectiva,
existe una realidad objetiva, siendo la finalidad de la ciencia describirla y explicarla
mediante la aplicación del método científico. No obstante, el conocimiento científico
de la realidad es siempre parcial e incompleto. La propia concepción de la ciencia actual
implica que toda teoría sea siempre algo provisional. Esta es la postura que encontramos
en filósofos de la ciencia como Mario Bunge (2000, 2006), Hilary Putnam (1987,
1988) o Karl Popper (1985).
El fenomenismo, en sentido gnoseológico, afirma que sólo podemos conocer
los fenómenos. La realidad sólo es cognoscible en tanto que fenómeno, como la re-
presentación mental que tenemos de ella. En su variante metafísica, el fenomenismo
sostiene que no hay realidad más allá del fenómeno; no existe un en sí de las cosas,
sino únicamente fenómenos, representaciones subjetivas. En su forma más extrema el
fenomenismo niega la existencia del mundo físico y no admite más realidad que la de la
experiencia, entendida como el conjunto de percepciones subjetivas. Esto nos conduce
al idealismo, a la negación del mundo unida a la afirmación de que sólo existe la mente
y sus ideas. El fenomenismo idealista invierte la tradicional relación entre percepción y
objeto: la primera es causa del segundo, y no viceversa. Esta visión fue sostenida, entre
otros, por Berckeley (1710). Aunque no todo fenomenismo es idealista. Tanto Kant
(1871) como Husserl (1913) creyeron en la existencia de una realidad objetiva, fuera
de la mente individual. Kant la consideró incognoscible; Husserl la hizo emerger de la
interacción de las conciencias individuales. Ambos autores se alinean con el fenome-
nismo gnoseológico, a la vez que se aproximan al realismo en el plano metafísico.
Los psicólogos de la Gestalt pueden considerarse fenomenistas en sentido gno-
seológico. Su objeto de estudio son las experiencias personales de los sujetos (Külpe,
1893). Para aprehender estas experiencias recurren al método desarrollado por Hus-
serl (1913) –convenientemente adaptado–, instando a los sujetos a captarlas en sí
mismas, tal como aparece en la mente, sin alterarlas ni deformarlas (Köhler, 1938).
Paralelamente, entre los autores más representativos de la Gestalt encontramos una
caracterización de la Psicología (Koffka, 1935) en la que confluyen las dimensiones
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CONCLUSIONES
REFERENCIAS
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Printed by Aaron Rhames for Jeremy Pepita.
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Bunge, M (2000). La investigación científica. Su estrategia y su filosofía. México: Siglo
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