Sobre Grooming
Sobre Grooming
Sobre Grooming
Estos individuos utilizan los chats y las redes sociales como vehículos para tomar contacto con sus víctimas
VIERNES 25 DE MAYO DE 2012
Las nuevas tecnologías y en especial las redes sociales han revolucionado el mundo de la comunicación y,
aquel que no es consciente de este cambio, está mirando el campo vecino. Mayores y menores de edad
sustentan nuevas relaciones a través de plataformas digitales como Facebook donde intercambian
contenidos de todo tipo (opiniones, comentarios, fotos y videos) en un océano que nunca se agota. Todos
quieren jugar el partido "social media" que presenta un particular peligro para los chicos y adolescentes: el
delito de grooming.
La palabra "grooming" es un vocablo de habla inglesa y se vincula al verbo "groom", que alude a conductas
de "acercamiento o preparación para un fin determinado".
El grooming comprende todas aquellas conductas ejecutadas "on line" por pedófilos (los groomers) para
ganar la confianza de menores o adolescentes mediante la utilización de una identidad usurpada, fingiendo
"buena onda", empatía, identidad de intereses o contención emocional con la finalidad de concretar un
abuso sexual.
Estos individuos utilizan los chats y las redes sociales como vehículos para tomar contacto con sus víctimas.
Generalmente crean una identidad falsa (puede ser la de "un famoso") en Facebook o Twitter utilizando su
imagen, y desde ese lugar toman contacto con el menor para emprender el camino del engaño que finaliza
con una violación o abuso sexual.
En otros casos, el pedófilo se hace pasar por otro adolescente y mediante mecanismos de seducción busca el
intercambio de imágenes comprometedoras de contenido sexual, que luego son utilizadas para extorsionar a
las víctimas con la amenaza de su exhibición a familiares o amigos.
En todos los casos, el objetivo de estas acciones es uno solo: mantener un encuentro real con el menor o
adolescente para abusar sexualmente del mismo.
El grooming es moneda corriente en la actualidad y cobra a diario víctimas que guardan un promedio de
edad que comprende de 10 a 17 años. Los padres y las instituciones educativas deben tomar conciencia de
esta modalidad delictiva que tiene particular cuna en las redes sociales, las que decididamente no
constituyen una moda pasajera: han venido para quedarse.
"En todos los casos, el objetivo de estas acciones es uno solo: mantener un encuentro real con el menor o
adolescente para abusar sexualmente del mismo"
El primer caso de repercusión en la Argentina data del año 2010, cuando un joven de 26 años fue detenido
en el barrio de Floresta acusado de haber seducido a una chica de 14 años a través de Facebook y haberla
violado. El abusador se había hecho pasar por un joven estudiante aficionado a la cocina internacional. Pero
los casos se replican en la práctica profesional.
Este delito, que ha sido reconocido en varios países (Reino Unido, Australia, Estados Unidos, Canadá y
Alemania, entre otros), no está previsto en nuestro Código Penal, pero afortunadamente los legisladores
argentinos han tomado cartas en el asunto, aunque no con carácter definitivo.
En efecto, el Senado de la Nación aprobó el 2 de noviembre de 2011 un proyecto de ley que incorpora el
artículo 128 bis al Código Penal y contempla la figura del grooming bajo la siguiente redacción: "Será penado
con prisión de seis meses a cuatro años el que, por medio de Internet, del teléfono o de cualquier otra
tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer
cualquier delito contra la integridad sexual".
La senadora Sonia Escudero presentó el dictamen. El proyecto aprobado (S-2174/11) tiene como
antecedentes los proyectos presentados por la senadora María José Bongiorno y los senadores María
Higonet y Carlos Verna.
"Este delito, que ha sido reconocido en varios países, no está previsto en nuestro Código Penal, pero
afortunadamente los legisladores argentinos han tomado cartas en el asunto"
Los expertos convocados al debate (el que escribe este artículo; el fiscal general Ricardo Saenz y el Doctor
Daniel Monastersky) coincidimos en la necesidad de actualizar en forma integral la última reforma del Código
Penal con una descripción de la figura del grooming y otros institutos que requieren ser contemplados o
actualizados en nuestra legislación tales como el sexting, el ciberacoso, la usurpación de identidad on line y la
neutralidad en Internet de la mano de un necesario ajuste a nuestra ley de propiedad intelectual en relación
a los derechos de autor en Internet.
Esperemos que la Cámara de Diputados convierta en ley el proyecto en cuestión en forma inmediata. La
integridad sexual y psicológica de los menores y adolescentes es el bien jurídico protegido: nada más y nada
menos.
El acoso virtual está de moda Por Silvia Parra
El ciberacoso se ha convertido en una epidemia mundial, y una de las mayores causas de suicidio entre los
adolescentes.
¿Usted sabe exactamente lo que hace su hijo mientras navega por horas en la red? ¿Le suenan términos
como Grooming, Ciberbullying, Sexting, Flaming? O ni remota idea de lo que le estoy hablando.
Padres, mucha atención porque estos conceptos han invadido la internet y las redes sociales y están
afectando la vida, la mente y el espíritu de un gran número de adolescentes. Así que mejor entérese cuanto
antes para que pueda actuar a tiempo.
Muchos recuerdan la triste historia de Amanda Todd, una niña canadiense de 15 años que se suicidó el año
pasado tras ser víctima en varias oportunidades de un ciberbullying. Todo comenzó cuando a sus 12 años, la
niña mostró por el chat sus pechos desnudos a un usuario. Un año después el hombre la chantajeó de
difundir la foto por Facebook si no hacía lo que él le pedía; al negarse, el hombre cumplió con su amenaza.
Así comenzó su pesadilla, un acoso psicológíco constante que la llevó a suicidarse.
Otro caso memorable se dio en el 2010 en Argentina, cuando a una niña de 10 años se le ocurrió abrir un
grupo de Facebook llamado “3 razones para odiar a Romina Perrone”. La página, que llegó a tener 5.000
seguidores, estaba llena de insultos y fotografías de Romina, su compañera de estudios en un colegio de
Buenos Aires, la pequeña víctima tuvo que recibir tratamiento psiquiátrico.
Y hace sólo dos meses, en abril, otra adolescente, Rehtaeh Parsons, de 17 años, decidió suicidarse tras meses
acoso y de constantes burlas de sus compañeros de clase luego de difundirse en la red una foto de su
presunta violación por cuatro jóvenes en una fiesta.
El ciberacoso se ha convertido en una epidemia mundial, y una de las mayores causas de suicidio entre los
adolescentes. Historias parecidas a las de Amanda, Rehtaeh o la de Romina las han vivido millones de
jóvenes alrededor del mundo. Sólo que muchos lo mantienen en silencio. En Latinoamérica el 55% de los
jóvenes han confesado haber sido víctimas del ciberbullying o ciberacoso escolar, según cifras reveladas por
la Organización de Naciones Unidas (ONU). Y en Estados Unidos, las estadísticas son más que alarmantes.
Allí, según datos oficiales, unos 160.000 estudiantes por día faltan al colegio por temor a ser hostigados.
A diferencia de aquellos tiempos en que las peleas de adolescentes se daban en los patios del colegio
durante el recreo y el resultado eran golpes, morados o hinchazones en el cuerpo, hoy, desde cuando el
matoneo se trasladó a la red, el tipo de violencia es emocional y el acoso se ha vuelto ominipresente; en
cualquier lugar donde haya conexión a internet los niños pueden ser agredidos o humillados, en su casa, en
la casa de sus abuelos, o en cualquier rincón del mundo.
Por eso padres, acompañamiento obligado, no más con el “ellos saben más de eso que nosotros”, “déjelos,
que ahí se entretienen por horas y no molestan a nadie”, tómese su tiempo, indague, entérese a qué peligros
está expuesto su hijo en internet, familiarícese con estos términos, sepa qué características presenta un niño
cuando es víctima del ciberacoso, averigüe qué entidades le pueden ayudar para evitar o luchar contra estas
agresiones. Hable con su hijo, sepa qué lo aflige, que aunque suene a un problema virtual, intangiblemente
está llegando a las entrañas del menor.
Diversas entidades nacionales y extranjeras brindan asesoría y protección contra el ciberacoso, desde el
Ministerio de las TIC y suportal www.enticconfio.gov.co, se ofrecen espacios de ayuda y de denuncia contra
el acoso escolar en la red, así mismo, puede hacer sus denuncias o encontrar ayuda en sitios web como
www.teprotejo.org, en @caivirtual y en la plataforma del centro cibernético policial www.ccp.gov.co/. Otra
entidad internacional que ofrece un espacio bastante completo es unafinalinea.org, aquí encontrará
experiencias de otros jóvenes que han vivido el acoso cibernético y cómo han logrado superar el problema,
información relacionada con los peligros en la red, consejos de especialistas y asesoría general para padres e
hijos.
Cyberbullying: agresión psicológica que se da a través de internet, teléfonos móviles, juegos en línea, para
enviar o publicar mensajes, correos, imágenes o videos con el fin de molestar, insultar y humillar a otra
persona.
Grooming: estrategias que una persona adulta desarrolla para ganarse la confianza del menor a través de
internet con el propósito claro de obtener concesiones de índole sexual.
Sexting: envío de contenidos de tipo sexual (fotografías, videos) producidos por el propio remitente, a otras
personas por medio de teléfonos móviles.
Web apaleador: web creada para realizar ‘ciberacoso’ sobre la víctima, metiéndose con él/ella de manera
pública y ridiculizándolo/la. De esta forma se anima a los testigos a que hostiguen a la víctima.
Flaming: una discusión intensa y de corta duración que a menudo incluye lenguaje ofensivo, grosero y vulgar,
insultos y a veces amenazas. Ocurre a través de texto o mensajería instantánea, los blogs de los sitios de
redes sociales, salas de chat, foros de discusión o en los sitios de juegos en línea.
Ciberacoso: se impone profundizar el debate MARTES 26 DE NOVIEMBRE DE 2013
La ley por la que el grooming quedó tipificado como delito es un paso adelante que no clausura la discusión
sobre esta problemática
Apenas dos artículos conforman la ley por la que se tipifica como delito en el Código Penal el denominado
grooming o ciberacoso , es decir, aquellas acciones deliberadas de los adultos para ganarse la confianza de
menores de edad por medio de Internet o de medios electrónicos, de modo de poder obtener de ellos
concesiones que van desde intercambiar imágenes comprometedoras respecto de la intimidad de los chicos
hasta la concreción misma de un abuso sexual.
Precisamente, la flamante norma sancionada por unanimidad por el Senado de la Nación establece que será
penado con prisión de seis meses a cuatro años al que, por medio de comunicaciones electrónicas o de
cualquier tipo de tecnología de transmisión de datos, "contactare a una persona menor de edad con el
propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual". La Cámara alta insistió de ese modo en su
proyecto original, que había sido aprobado hace dos años. En el medio, Diputados le había introducido
modificaciones.
Esos cambios eran el resultado de varias jornadas de debate interdisciplinario en la Cámara baja, de las que
participaron diputados, padres de menores de edad, especialistas en tecnología y en derecho, y
organizaciones no gubernamentales. Básicamente, los diputados pretendían que fuera bajada la escala
penal, adecuándola a los parámetros estipulados para el delito de abuso sexual (que parte de reprimir con
reclusión o prisión de seis meses a cuatro años cuando se abusare de una persona menor de 13 años),
especificar con mayor precisión la acción por penar y aclarar que el autor del delito debía ser mayor de edad.
Según explicó la senadora Sonia Escudero (PJ-Salta y una de las autoras del proyecto finalmente sancionado),
la Cámara baja había "desfigurado" el tipo penal al reducir el castigo, diferenciar entre víctimas mayores o
menores de 13 años y tipificarlo como de acción privada.
Esas diferencias entre los legisladores también se observan entre padres y especialistas que entienden que,
tal como fue aprobada la ley, traerá muchos problemas de aplicabilidad, pues refiere a una intención y no a
un acto, mientras que podría favorecer a la cibervigilancia de los usuarios vulnerando derechos básicos. En el
otro extremo de los críticos se sitúan quienes entienden que las bajas penas estipuladas terminarán
consagrando la "pedofilia online", pues nadie irá preso por cometer semejante aberración.
Es cierto que el debate está lejos de cerrarse y que, de alguna forma, todos tienen algo de razón en sus
planteos. Pero no es menos cierto que, con la sanción de la norma en cuestión, la problemática del grooming
se ha incorporado como delito al Código Penal dando un marco a abogados y jueces que hasta el momento
no contaban con ninguna norma legal para poder decidir sobre los numerosos casos que reciben diariamente
y en una proporción creciente.
Si bien nuestro país no cuenta con cifras oficiales sobre la cuestión, estudios de la ONG Alerta Vida, una de
las más críticas a la norma, sostienen que siete de cada diez chicos en el país sufrieron algún tipo de acoso
virtual mientras navegaban por las redes sociales. En tanto, datos parciales de la ONU indican que la
producción y distribución de imágenes pornográficas de abusos de niños representan un negocio anual de
hasta 20.000 millones de dólares, mientras se calcula que cerca de 800.000 pedófilos están conectados a la
Red en todo el mundo.
El mecanismo que utilizan los delincuentes para acercarse a los menores de edad por medio de las redes
sociales reconoce casi siempre la misma estrategia: un adulto invita a un chico a establecer lazos de amistad
en Internet -interactuando con él mediante redes sociales, chats, foros, etcétera-, de modo de convencerlo
para que se preste a imágenes de índole sexual y comparta información íntima que el adulto luego podría
usar para extorsionarlo y amedrentarlo. La generación de ese ambiente de confianza incluye, en el peor de
los casos, la invitación al chico para que se traslade a un determinado lugar físico donde el adulto podría
abusar de él.
Es una práctica aberrante que merece la atención no sólo de quienes deben dictar y aplicar las leyes, sino,
fundamentalmente, de padres y docentes. El acceso a Internet es hoy una preocupación creciente entre los
pediatras que ven que muchos padres no han tomado real conciencia del problema. Los médicos aconsejan
fomentar el diálogo con los chicos y supervisar los sitios en los que navegan ejerciendo en la vida online el
mismo nivel de supervisión que se practica en la vida real.
En ese sentido, los efectos de la ley por la que se tipificó el delito de ciberacoso representan un punto de
partida para el asunto. La prevención, en tanto, es esencial para que el delito no se consume.
Qué hacer si sos víctima de violencia MARTES 31 DE MAYO DE 2016 La Nación
Las mujeres somos víctimas de violencia cotidianamente. No sucede en un único país o región: es un
problema mundial. Las cifras globales alarman y como tales, transmiten la gravedad de una problemática
actual, vigente, universal. Diversos estudios sugieren que la mayoría de las mujeres en nuestro planeta son
víctimas de violencia de una pareja, ex pareja o un familiar. Nuestro país, no es la excepción. Según el
Informe de Investigación de Femicidios en Argentina, realizado por el Observatorio de Femicidios en
Argentina, "ADRIANA MARISEL ZAMBRANO", coordinado por La Asociación Civil La Casa del Encuentro, desde
el 1º de Enero al 31 de Diciembre de 2015 se registraron 286 Femicidios y Femicidios "Vinculados" de
mujeres y niñas y 43 Femicidios "Vinculados" de hombres y niños.
Esto eleva al número de 2.094 Femicidios en el periodo del año 2008 al 2015. En 8 años, hubo 2.518 hijas e
hijos que quedaron sin madre, de los cuales el 65% de ellos/as (1.617 son menores de edad). En este orden
de ideas, si bien el Informe analiza y contabiliza casos de femicidios (en definitiva, la expresión más extrema
de la violencia), es posible encontrar evidencia de los altísimos niveles de violencia que sufren las mujeres
argentinas cotidianamente, con sólo prestar atención a la cantidad de casos en que las víctimas habían
efectuado denuncias previas al femicidio contra el agresor. Ello se puede identificar como antesala al
femicidio, donde se encienden las alarmas, permitiéndonos concluir que la escalada de violencia que sufren
cotidianamente las mujeres en Argentina .
Hace años ingresé como voluntaria a La Casa del Encuentro y conocí al feminisimo popular y el increíble
trabajo que hacen las voluntarias profesionales asistiendo a las víctimas de violencia. Desde allí comprendí lo
compleja que es la violencia contra las mujeres y las diversas aristas a considerar. No es una problemática
que tenga una solución inmediata y requiere, sobre todo, una transformación social que involucra
principalmente al Estado pero también a la sociedad civil. Dimensioné el valor de la prevención de la
violencia mediante talleres, capacitaciones, campañas de difusión, el trabajo en sensibilización y la incidencia
en políticas públicas. Pero, por sobre todas las cosas, advertí que hay escalones previos antes de llegar a los
femicidios y que debemos intervenir desde el primer momento en que la mujer pida ayuda.
Esa ayuda es la que intentamos brindar las voluntarias desde La Casa del Encuentro. Se trata de una
Asociación Civil que busca erradicar toda forma de violencia, abuso y discriminación hacia las mujeres,
adolescentes, niñas y niños, desde una perspectiva integral y de género por los derechos humanos. Fue
fundada el 4 de octubre del año 2003, con el fin de diseñar un proyecto feminista por los derechos humanos
de todas las mujeres, niñas, niños y adolescentes. Tiene tres pilares fundamentales, lo político, lo social y lo
cultural desde la autonomía de pensamiento, acción y palabra. Está conformada por 40 voluntarias que todas
las semanas trabajan día a día en la reconstrucción de un mundo basado en la igualdad de derechos,
oportunidades y trato para mujeres y varones. Con ese objetivo, busca dar formación y capacitación en la
temática y, por eso realiza y dicta en forma cotidiana talleres, charlas y seminarios.
En suma, desde La Casa del Encuentro trabajamos desde diferentes aristas la problemática de la violencia
hacia las mujeres. Ello, ya que entendemos que la lucha contra la violencia hacia las mujeres requiere de un
abordaje integral. Es responsabilidad del Estado velar por el cumplimiento de las leyes existentes, crear
dispositivos en la materia, investigar, asistir a las víctimas y sancionar los hechos de violencia. Sabemos que
el factor cultural incide en las acciones de quienes llevan adelante la investigación y resolución de las causas
judiciales por Femicidio, y que las leyes solas no solucionan la problemática. De hecho, nuestro país cuenta
con leyes de avanzada y que ofrecen protección para las víctimas, la cuestión central es que las mismas
tienen que ser respetadas, ejecutadas y aplicadas correctamente. Todavía persisten los prejuicios y mitos
hacia la victima de violencia, tanto desde el personal policial hasta el judicial, sigue existiendo discriminación
y falta de información. Los avances en la lucha por la protección integral para prevenir, sancionar y erradicar
la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales son muchos
y cada vez más visibles. Pero todavía falta. Sigamos trabajando para que podamos decir juntos y juntas: Ni
una menos, Nunca más.
Ni una menos MIÉRCOLES 08 DE JUNIO DE 2016 La Nación
Una multitud marchó desde el Congreso Nacional hasta la Plaza de Mayo en contra de la violencia de género
convocada bajo el lema "Ni una menos". Hombres, mujeres y chicos se movilizaron hacia la histórica plaza
para pedir que no maten más a sus madres, a sus hermanas, a sus tías o primas. La marcha se replicó de
manera masiva en plazas y avenidas de todo el país. Entre los asistentes se vio a muchos familiares de
víctimas de femicidios y a un grupo de periodistas mujeres que promovieron la iniciativa. Además,
concurrieron representantes de organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos.
La fría estadística, que reduce a números tragedias reales con nombres y apellidos que destrozan familias,
muestra una aterradora realidad. La ONG La Casa del Encuentro, pionera con sus mediciones, reveló que
entre el 1° de junio del año pasado y el 31 de mayo último hubo 275 femicidios: un promedio de tres mujeres
asesinadas cada cuatro días. La mayoría de las víctimas tenían entre 19 y 50 años y casi en el 80 por ciento de
los casos conocían a sus asesinos: esposos, parejas, novios, ex relaciones de todo tipo, padres y padrastros,
vecinos e incluso hijos. Según ese informe, en 59 casos no se verificó un vínculo aparente.
La estadística refleja un drama al que el Estado aún no ha conseguido poner freno, incluso cuando en los
últimos años se han dictado leyes específicas, como la tipificación del delito de femicidio, y se han creado
dependencias oficiales para abordar la problemática, como el Consejo Nacional de las Mujeres, que encabeza
Fabiana Tuñez, histórica militante en la lucha contra estos aberrantes delitos.
Los femicidios son desgraciadamente cada vez más comunes y en el debate público sigue plantada una visión
que tiende a culpar a las víctimas. No faltaron las voces que, por ejemplo, juzgaron a las turistas argentinas
Marina Menegazzo y María José Coni, asesinadas en la playa ecuatoriana de Montañita, por "viajar solas",
argumento similar al que culpa a la mujer que porta prendas llamativas y luego es víctima de violación.
La violencia contra las mujeres está reconocida como una violación de los derechos humanos en muchos
acuerdos y tratados internacionales, regionales y compromisos nacionales que deberían servir como
herramientas y garantías reales para trabajar hacia la prevención de estos abusos aberrantes. Sin embargo, a
varios años de firmados esos acuerdos, delitos como las violaciones, abusos y acosos sexuales, la violencia
doméstica, la trata de mujeres y de niñas, la prostitución forzada, la esclavitud sexual y la violencia en
situaciones de conflicto armado siguen siendo practicados con impunidad.
Sobre el particular cabe recodar lo manifestado por el ex secretario general de las Naciones Unidas Kofi
Annan cuando señaló: "La violencia de género es quizá la más vergonzosa violación de los derechos
humanos. Mientras continúe, no podemos afirmar que estemos logrando progresos reales hacia la igualdad,
el desarrollo y la paz".
Tristemente, las mujeres y niñas siguen siendo instrumentos en las guerras y, en sociedades pacíficas, no
pueden viajar por su cuenta ni estar en ambientes seguros, libres de acosos.
La violencia de todo tipo que se ejerce contra la mujer ha sido y sigue siendo invisible en muchos casos, a tal
punto que la propia cultura se ha encargado de normalizarla y naturalizarla.
Ha llegado el momento, sin que se produzcan más dilaciones, para poner fin a la violencia en su contra y que
ello se convierta en una prioridad para toda la sociedad.