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EL TAI CHI CHUAN

DE LA FAMILIA TUNG,
un tesoro tradicional

Begoña Revenga

D entro de la escuela Yang de Tai Chi Chuan, creada por el legendario Yang Luchan,

existe una rama particular casi desconocida en nuestro país hasta hace pocos años, el
estilo Tung. Su fundador fue Tung Ying-chieh (Dong Yingjie según la transcripción pinyin),
uno de los principales discípulos de Yang Cheng-fu y continuador de sus enseñanzas.

Tung Ying-chieh (1886-1961)

Tung Ying-chieh nació en la provincia de Hopei, al norte del río Amarillo. En su juventud estudió el Tai Chi Kai
He (abierto y cerrado) también conocido como "estilo duro", que no procede de la escuela Yang original, sino
del estilo Wu/Hao, desarrollado por Wu Yu-xiang en la primera mitad del siglo XIX.

Su maestro, Li Hsiang-yuen, le aconsejó que estudiara con Yang Cheng-fu (1883-1936), una de las figuras
más destacadas del Tai Chi Chuan de la época. Así, Tung se trasladó a Pekín para trabajar con él y muy
pronto se convirtió en su ayudante y amigo. Yang Cheng-fu fue el principal artífice de la difusión del Tai Chi
Chuan en China al abrir poco a poco una práctica hasta entonces limitada a círculos muy restringidos. De este
modo el Tai Chi Chuan se hizo accesible a un gran número de personas y llegó a extenderse por toda China y
más allá de sus fronteras.

Durante muchos años Tung acompañó a Yang en sus viajes


divulgativos por las distintas provincias de China. Su estrecha relación se prolongó a lo largo del tiempo, lo
que permitió a Tung perfeccionar su arte de forma progresiva y natural. Había poca diferencia de edad entre
ellos y su amistad duró diecisiete años, hasta el momento de la muerte de Yang "el Venerable" en 1936.
Escribieron juntos varios libros, entre los que destaca Aplicaciones del Tai Chi Chuan, publicado en Shanghai
y que incluye las últimas fotografías de Yang Cheng-fu. Tras la muerte de éste, Li Hsiang-yuen, consciente del
renombre que había alcanzado Tung, fue a verle para completar sus enseñanzas.
Tung Ying-chieh continuó enseñando la forma lenta a sus alumnos en Cantón (Kuang-chou). Durante la
invasión japonesa de China enseñó en Hong Kong y en la época de la Segunda Guerra Mundial en Macao.
Fue en este periodo cuando desarrolló las formas rápidas del estilo, además de dedicarse a la escritura y la
pintura. En 1948 publicó un libro titulado Explicaciones del Tai Chi Chuan.

Después de la guerra regresó a Hong Kong, donde en 1947 se reencontró con su hijo mayor, Tung Hu-ling.
Desde Hong Kong, padre e hijo llevaron el Tai Chi Chuan a Tailandia, Malasia, y Singapur. Tung Ying-chieh
enseñó el arte por todo el Sudeste Asiático hasta su muerte, en 1961.

Tung supo conservar la versión original y completa de la tradición de la escuela Yang, pero no dejó de
desarrollar y perfeccionar su arte. A lo largo de los años fue dando forma a un estilo propio, sutil y estable al

mismo tiempo, fuerte, flexible y elástico. En este marco desarrolló diferentes


técnicas para aplicar una energía tal que permitía lanzar a una persona a varios metros de distancia y
neutralizar ataques.

Después de asimilar la forma lenta larga enseñada por Yang Cheng-fu, creó para estudiantes avanzados la
forma rápida y la familiar, que alterna movimientos rápidos y lentos. Desarrolló el tuishou (empuje de manos) y
el sanshou (series de aplicaciones marciales), así como diferentes formas para sable, espada, doble bastón y
pértiga larga (de unos tres metros).

A su muerte en 1961 le sucedieron en la transmisión del estilo su hijo mayor, Tung Hu-ling y el primogénito de
éste, Tung Kai-ying. Ambos aprendieron de él desde la infancia y le acompañaban habitualmente en sus
viajes.

Las formas rápidas de Tung Ying-chieh

La forma rápida creada por Tung Ying-chieh, Kuai Chuan o "puño rápido", contiene numerosos movimientos
nuevos. Esta forma sigue los mismos principios y la misma secuencia de la forma lenta. Su ejecución dura
aproximadamente cuatro minutos. En la actualidad Tung Kai-ying suele enseñar esta forma a los alumnos que
han practicado la forma lenta al menos durante dos años y han alcanzado una cierta madurez, y recomienda
que se evite aprenderla demasiado pronto.

No se trata simplemente de una versión acelerada de la forma lenta, puesto que incluye cambios en algunas
posturas clave y la ejecución es diferente. Aunque se deba seguir un ritmo regular, los movimientos no tienen
todos la misma fluidez, ya que a veces se realizan paradas repentinas después de un empuje, reanudándose
la secuencia a gran velocidad.
A medida que el alumno avanza en la práctica y adquiere destreza y madurez, aprende también la forma
familiar, que difiere de las otras en bastantes aspectos. Está compuesta de movimientos lentos y rápidos y
añade técnicas nuevas desarrolladas gracias a la rica experiencia que poseía Tung Ying-chieh en el tuishou.
Las posturas son cortas y bajas e incluyen todos los principios de la forma larga de Yang Cheng-fu. Cada
postura corresponde a un movimiento de defensa personal activa. Al crearla, Tung se sirvió del modelo "lento
y rápido" del Tai Chi de los orígenes y la llamó "Forma Rápida de Tung Ying-chieh" (Ying-chieh Kuai Chuan).

Para su entrenamiento Tung recomendaba lo siguiente: "Se debe


almacenar la energía durante los movimientos lentos y expresarla durante los rápidos, lo que le da una mayor
vivacidad. Son necesarios al menos tres años de práctica del Tai Chi Chuan para llegar a comprender esta
forma rápida".

Estas dos formas, también llamadas Hua Chin (energía cambiante), mantienen los principios del Tai Chi
Chuan, es decir, la relajación, el movimiento de la cintura, la verticalidad del cuerpo, la diferenciación entre Yin
y Yang y la calma interior. Asimismo ejercitan la potencia del practicante y exigen una gran rapidez en los
empujes y los puñetazos. Ambas incluyen saltos que ayudan a mejorar la agilidad y permiten un mejor
acercamiento al adversario, reforzando a la vez el trabajo de las piernas y las patadas. Además se utilizan
golpes de talón en el suelo para distraer o sorprender al oponente.

Algunos movimientos incluyen un "paso que sigue": después de un paso del pie adelantado, el pie atrasado se
acerca apoyando la punta en el suelo. La idea es conseguir un mayor acercamiento para aumentar la eficacia
marcial de la técnica. Por lo general los pasos son largos, y en algunos movimientos la extensión de los
brazos es menor que en la forma lenta. Existen también barridos de piernas, patadas, y variantes de algunas
posturas de la forma lenta (por ejemplo en "Látigo simple", "Manos como nubes" o "La grulla extiende las
alas").

La práctica de estas formas ayuda a coordinar y comprender mejor los movimientos de empujar y desviar y su
aplicación en el tuishou, y su aprendizaje no está reservado a los jóvenes, sino que las practican alumnos de
todas las edades.

Tung Hu-ling (1917-1992)

El hijo mayor de Tung Ying-chieh ha sido una de las mayores figuras del Tai Chi Chuan del siglo XX. Su
nombre significa "Tigre de las Montañas" ya que nació bajo el signo del Tigre en Ren Xian, provincia de Hopei,
cerca de la ciudad natal de Yang Luchan.
Tung Ying-chieh tenía una máxima para la práctica del Tai Chi Chuan: "Seguid las reglas, digerid las reglas,
inspiraos en las reglas, no os desviéis de las reglas nunca". También decía: "Para llegar a ser hábiles debéis
seguir el instinto. Los movimientos y el reposo, sombras y luces, aperturas y cierres, todo se ordena poco a
poco. Es entonces cuando el instinto se revela plenamente". Esto describe a la perfección el Tai Chi de su
hijo, que en cada movimiento realizaba lo que su padre decía sobre la energía circular del cuerpo en su

conjunto: "Cuando esta energía sube en espiral desde la cintura, pasando


por los brazos relajados y las manos flexibles, éstas se mantienen relajadas pero siguen siendo potentes y
enérgicas. Es por ello que el Clásico del Tai Chi Chuan no habla de fuerza en las manos sino de fuerza que se
manifiesta en las manos y en los dedos".

El Tai Chi de Tung Hu-ling era poderoso y lograba esa mezcla de suavidad y de fuerza considerada la más
difícil de alcanzar. En el estilo Yang se da gran importancia a la flexibilidad y es fundamental eliminar toda
tensión en las muñecas y en las manos. Cuando las manos de Hu-ling se movían respondiendo al menor
movimiento circular de la cintura, se convertían en "manos mágicas".

En el capítulo referente a la Kuai Chuan en el libro de su padre de 1948, son las fotos de Hu-ling las que
ilustran los movimientos: posturas muy bajas y flexionadas llenas de energía y vitalidad. Sus demostraciones
eran un espectáculo de altísima calidad. Cuando realizaba las aplicaciones de la forma frente a un adversario
era difícil distinguir los movimientos descritos en los libros. Utilizaba movimientos muy cortos haciendo surgir
una potente energía desde la cintura, y se deshacía del oponente sin que éste pudiera darse cuenta de lo que
había pasado.

En sus demostraciones de espada cada movimiento se desarrollaba en una espiral ascendente que se
propagaba por el brazo hasta llegar al extremo del arma, utilizando la fuerza flexible del cuerpo entero. Sus
gestos, su expresión, su potencia, su vitalidad, sus movimientos circulares se aunaban en una exquisita
manifestación estética.

Tung Hu-Ling enseñó junto a su padre en Hong Kong, Tailandia, Malasia y Singapur, y en 1958 escribió un
libro titulado Aplicaciones del Tai Chi Chuan. Tras la muerte de Tung Ying-chieh, él y su hijo mayor Kai-ying
continuaron transmitiendo sus enseñanzas en estos países. Desde 1968 también impartió clases en Honolulú.

Tung Kai-Ying (1941-)

Primogénito de Hu-Ling, representa la tercera generación del Tai Chi Chuan de la familia Tung. Nació en
Hopei, en 1941 bajo el signo del Pequeño Dragón. Su nombre, puesto por su abuelo, puede traducirse como
"el sucesor" o bien "La continuidad del Valeroso".
Comenzó a estudiar el Tai Chi Chuan a la edad de ocho años y fue instructor en Hong Kong bajo la dirección
de su abuelo. En 1962 fue invitado a enseñar en Malasia, Kuala Lumpur, Singapur y más adelante en
Bangkok. En 1969 llegó a Hawai para ayudar a su padre.

Desde 1971 reside en Los Ángeles y sigue contribuyendo a la difusión del estilo en distintos países de Asia,
Europa y América sin afán publicitario invitado por sus alumnos, algunos de los cuales le siguen desde hace
cuarenta años. Su gran aportación es haber sabido conservar cuidadosamente la pureza del estilo Yang
realizando un trabajo de investigación en profundidad pero sin cambiar la forma. Su estilo está enriquecido por
la influencia original del estilo Hao que hemos mencionado anteriormente.

Sobre el aprendizaje aconseja: "Muchos estudiantes no saben qué forma de Tai Chi Chuan aprenden, ni quién
es su profesor. La manera correcta de aprender es conocer al profesor, al profesor del profesor, y a toda la
genealogía", explica.

"Las posturas pueden estudiarse en tres o cuatro meses de aprendizaje serio. En todos los movimientos el
cuerpo está relajado y en calma, pero se busca la concentración. Como los de un gato, son ligeros y firmes. Al
retroceder, se debe tocar el suelo empezando por los dedos de los pies; al avanzar debemos apoyar primero
el talón. El resorte esencial del movimiento se encuentra en la cintura. Los principales movimientos de los
miembros son lentos, y los de la cintura deben ser fluidos. La cintura asemeja un gran eje. Miembros, manos y
codos forman la circunferencia de la rueda".

En una entrevista realizada por Anya Méot, una de sus principales alumnas, Tung Kai-ying nos habla de cómo
debe abordarse la práctica de la forma y también da algunas ideas sobre cómo trabajar en tuishou. El consejo
principal que nos ofrece es la práctica cotidiana y regular, la repetición perseverante sin la cual no existe el

cimiento para el descubrimiento del Arte ni la facilidad en los movimientos.


Pero según sus propias palabras, "Se debe practicar de manera reflexiva. Pasar el tiempo simplemente
entrenando no basta, es necesario profundizar en la forma. De lo contrario no se puede progresar. El Tai Chi
Chuan debe aprenderse con buen sentido, con la conciencia del camino que hay que recorrer. Es más que un
simple combate, es un Arte".

En cuanto al tuishou, nos habla de diferentes formas de actuar. La regla principal es no utilizar fuerza contra
fuerza, sino preferiblemente usar una pequeña fuerza para desviar una grande. Es posible utilizar una energía
elástica que envuelva al oponente impidiéndole reaccionar, neutralizándolo, pero en determinados casos será
necesario utilizar una fuerza repentina que realmente se adelante a la acción del adversario en el momento
preciso. "Es parecido a lo que se llama en los duelos o en los westerns el arte de 'desenfundar el primero'. Es
como la emboscada que devasta al enemigo. Apenas ha comenzado el ataque del adversario, antes de que
su brazo se haya extendido, es cuando se debe cortar repentinamente su impulso. Entonces no puede
cambiar la dirección de su golpe y debe someterse. Para aprender la técnica de esta fuerza repentina es
necesaria una enseñanza auténtica, y tener presente que tanto al hacer tuishou como en combate, los
métodos y las técnicas vienen del interior".
Para que ello sea posible, la vigilancia y la atención son fundamentales. Es necesario conocer al adversario y
seguirle para ser realmente libre en el movimiento, no querer conseguir lo que está lejos sino lo próximo. "Se
debe saber que estar tranquilo y esperar el momento oportuno para golpear es, literalmente,

'la suerte al alcance de la mano'. Pero debatirse sin objetivo y sin


esperanza, buscando huecos arriba y abajo, es cometer el error de cambiar lo cercano por lo lejano".

La habilidad en el empuje de manos no está determinada únicamente por las capacidades físicas de cada
uno. Si alguien es más fuerte o más rápido por naturaleza, de entrada tendrá ventaja. Pero Yang Luchan,
llamado Yang el Invencible, era de constitución frágil y no tenía ninguna ventaja. Sin embargo aplicando los
principios del Tai Chi fue invencible toda su vida".

Por último nos habla de la importancia de la práctica consciente: "La conciencia supervisa todas las
actividades. Cuando está presente, los progresos son rápidos. Cuando está ausente, la actividad cesa. Al
practicar Tai Chi Chuan, uno debe elevar su conciencia. Se debe tener en cuenta tres puntos: la atención, la
concentración y las posturas correctas. Cuando se respeta estos tres puntos se puede progresar rápidamente.
Hay una sensación diferente cada día. Si las posturas son incorrectas, si faltan la atención o la concentración,
practicar es tan inútil como encender el fuego bajo una marmita vacía. No puede haber un buen
resultado".

"El Tai Chi Chuan debe ser aspiración a la serenidad


y a la revelación de uno mismo.
Es en verdad un ejercicio interior y también un método
de defensa personal elaborado y eficaz.
Su práctica regular permite adquirir
una sutileza que no tiene fin".
Tung Kai-Ying

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