En la historia peruana, en sus etapas cruciales como son la independencia (1780-1826) y la guerra con Chile (1879-1883) nos encontramos con personajes que desempeñando altos cargos de gobierno llevaron a cabo acciones controversiales por las motivaciones y consecuencias que de ellas se derivaban y por lo que fueron objeto de severos cuestionamientos desde el mismo momento que dichas acciones se llevaron a cabo. Dichos acontecimientos constituyen, hasta el día de hoy, tema de discusión, y muy apasionada, entre los historiadores, aficionados a la historia, periodistas, etc.
Uno de los casos y que motiva esta nota, es el de José Bernardo de Tagle y Portocarrero, IV Marqués de Torre Tagle, a quien el Congreso peruano, el 16 de febrero de 1823, nombró Presidente de la República, deponiendo a José de la Riva Agüero a quien ese mismo Congreso, con anterioridad, se había visto obligado nombrarlo Presidente debido al Motín de Balconcillo (fines de febrero de 1823) y quien, además fue acusado de reo de alta traición (8 de agosto de 1823). El Congreso le pasaba la factura, y con creces, a Riva Agüero.
Bolívar en el Perú desde el 1 de septiembre de 1823 le encargaría a Torre Tagle la delicada misión de abrir negociaciones con los realistas. A raíz del cumplimiento de esta misión Torre Tagle sería acusado de “reo de alta traición”, refugiándose en los Castillos del Real Felipe del Callao donde permanecía la resistencia realista al mando de Ramón Rodil.
En la historia peruana, en sus etapas cruciales como son la independencia (1780-1826) y la guerra con Chile (1879-1883) nos encontramos con personajes que desempeñando altos cargos de gobierno llevaron a cabo acciones controversiales por las motivaciones y consecuencias que de ellas se derivaban y por lo que fueron objeto de severos cuestionamientos desde el mismo momento que dichas acciones se llevaron a cabo. Dichos acontecimientos constituyen, hasta el día de hoy, tema de discusión, y muy apasionada, entre los historiadores, aficionados a la historia, periodistas, etc.
Uno de los casos y que motiva esta nota, es el de José Bernardo de Tagle y Portocarrero, IV Marqués de Torre Tagle, a quien el Congreso peruano, el 16 de febrero de 1823, nombró Presidente de la República, deponiendo a José de la Riva Agüero a quien ese mismo Congreso, con anterioridad, se había visto obligado nombrarlo Presidente debido al Motín de Balconcillo (fines de febrero de 1823) y quien, además fue acusado de reo de alta traición (8 de agosto de 1823). El Congreso le pasaba la factura, y con creces, a Riva Agüero.
Bolívar en el Perú desde el 1 de septiembre de 1823 le encargaría a Torre Tagle la delicada misión de abrir negociaciones con los realistas. A raíz del cumplimiento de esta misión Torre Tagle sería acusado de “reo de alta traición”, refugiándose en los Castillos del Real Felipe del Callao donde permanecía la resistencia realista al mando de Ramón Rodil.
En la historia peruana, en sus etapas cruciales como son la independencia (1780-1826) y la guerra con Chile (1879-1883) nos encontramos con personajes que desempeñando altos cargos de gobierno llevaron a cabo acciones controversiales por las motivaciones y consecuencias que de ellas se derivaban y por lo que fueron objeto de severos cuestionamientos desde el mismo momento que dichas acciones se llevaron a cabo. Dichos acontecimientos constituyen, hasta el día de hoy, tema de discusión, y muy apasionada, entre los historiadores, aficionados a la historia, periodistas, etc.
Uno de los casos y que motiva esta nota, es el de José Bernardo de Tagle y Portocarrero, IV Marqués de Torre Tagle, a quien el Congreso peruano, el 16 de febrero de 1823, nombró Presidente de la República, deponiendo a José de la Riva Agüero a quien ese mismo Congreso, con anterioridad, se había visto obligado nombrarlo Presidente debido al Motín de Balconcillo (fines de febrero de 1823) y quien, además fue acusado de reo de alta traición (8 de agosto de 1823). El Congreso le pasaba la factura, y con creces, a Riva Agüero.
Bolívar en el Perú desde el 1 de septiembre de 1823 le encargaría a Torre Tagle la delicada misión de abrir negociaciones con los realistas. A raíz del cumplimiento de esta misión Torre Tagle sería acusado de “reo de alta traición”, refugiándose en los Castillos del Real Felipe del Callao donde permanecía la resistencia realista al mando de Ramón Rodil.
En la historia peruana, en sus etapas cruciales como son la independencia (1780-1826) y la guerra con Chile (1879-1883) nos encontramos con personajes que desempeñando altos cargos de gobierno llevaron a cabo acciones controversiales por las motivaciones y consecuencias que de ellas se derivaban y por lo que fueron objeto de severos cuestionamientos desde el mismo momento que dichas acciones se llevaron a cabo. Dichos acontecimientos constituyen, hasta el día de hoy, tema de discusión, y muy apasionada, entre los historiadores, aficionados a la historia, periodistas, etc.
Uno de los casos y que motiva esta nota, es el de José Bernardo de Tagle y Portocarrero, IV Marqués de Torre Tagle, a quien el Congreso peruano, el 16 de febrero de 1823, nombró Presidente de la República, deponiendo a José de la Riva Agüero a quien ese mismo Congreso, con anterioridad, se había visto obligado nombrarlo Presidente debido al Motín de Balconcillo (fines de febrero de 1823) y quien, además fue acusado de reo de alta traición (8 de agosto de 1823). El Congreso le pasaba la factura, y con creces, a Riva Agüero.
Bolívar en el Perú desde el 1 de septiembre de 1823 le encargaría a Torre Tagle la delicada misión de abrir negociaciones con los realistas. A raíz del cumplimiento de esta misión Torre Tagle sería acusado de “reo de alta traición”, refugiándose en los Castillos del Real Felipe del Callao donde permanecía la resistencia realista al mando de Ramón Rodil.
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El Marqués Bernardo de Torre Tagle: ¿Patriota o traidor?
Torre Tagle y la independencia de Lambayeque.
Jorge G. Paredes M. Febrero 2019
En la historia peruana, en sus etapas cruciales como son la independencia (1780-
1826) y la guerra con Chile (1879-1883) nos encontramos con personajes que desempeñando altos cargos de gobierno llevaron a cabo acciones controversiales por las motivaciones y consecuencias que de ellas se derivaban y por lo que fueron objeto de severos cuestionamientos desde el mismo momento que dichas acciones se llevaron a cabo. Dichos acontecimientos constituyen, hasta el día de hoy, tema de discusión, y muy apasionada, entre los historiadores, aficionados a la historia, periodistas, etc. Uno de los casos, y tal vez el más conocido incluso fuera del campo especializado de los historiadores, es el Mariano Ignacio Prado quien en plena guerra con Chile, en diciembre de 1879, se decidió emprender “viaje” a Europa para, según lo expresado por él a sus más cercanos colaboradores en el gobierno, agilizar la compra de armamento. Que fue una idea descabellada, está fuera de toda duda. Que fue una huida como muchos historiadores, y no historiadores, sostienen, es realmente tema de discusión hasta el día de hoy entre los detractores y defensores de la decisión de Prado. Otro caso, y es el que motiva esta nota, es el de José Bernardo de Tagle y Portocarrero, IV Marqués de Torre Tagle, a quien el Congreso peruano, el 16 de febrero de 1823, nombró Presidente de la República, deponiendo a José de la Riva Agüero a quien ese mismo Congreso, con anterioridad, se había visto obligado nombrarlo Presidente debido al Motín de Balconcillo (fines de febrero de 1823) y quien, además fue acusado de reo de alta traición (8 de agosto de 1823). El Congreso le pasaba la factura, y con creces, a Riva Agüero. Por lo tanto, a Torre Tagle le cupo llevar a cabo el recibimiento de Bolívar cuando este llega al Perú el 1 de setiembre de 1823. Pocos meses después, Bolívar le encargaría a Torre Tagle la delicada misión de abrir negociaciones con los realistas. A raíz del cumplimiento de esta misión Torre Tagle sería acusado de “reo de alta traición”, refugiándose en los Castillos del Real Felipe del Callao donde permanecía la resistencia realista al mando de Ramón Rodil. Hay que tener presente que Bolívar llega al Perú cuando este país se debatía en una terrible anarquía, con dos presidentes y dos congresos en dos ciudades del Perú (uno en El Callao bajo el liderazgo de Torre Tagle y Sucre, y el otro en Trujillo liderado por Riva Agüero). Bolívar muy pronto se desembarazó de Riva Agüero y sus seguidores. El caso Torre Tagle es sumamente complejo. Porque siendo la situación militar peor que la política, Bolívar era consciente que sin la ayuda que debía de llegar de Colombia la suerte de la independencia peruana estaba perdida y, además, puesta en grave riesgo la independencia de toda Sudamérica. Por ello, para ganar tiempo, Bolívar decide abrir negociaciones con los realistas al mando del virrey La Serna. Esta misión delicada y reservada se la encarga a Torre Tagle, misión que termina con el Marqués al ser acusado de traición, al igual que con Juan de Berindoaga, Ministro de Guerra y Marina, el brazo ejecutor de dichas negociaciones, el parlamentario encargado de entrar en conversaciones, en negociaciones con los realistas que se encontraban en la sierra central del Perú. . ¿Fue realmente Torre Tagle un traidor? Este tema ha sido estudiado por diversos historiadores pero mucho de ellos con apasionamiento y visión prejuiciosa anti Torre Tagle. Son muy pocos los historiadores ecuánimes en sus análisis y, por supuesto, Jorge Basadre, el más conspicuo entre ellos. No podemos dejar de mencionar en este grupo a Paul Rizo Patrón quien examina el caso Torre Tagle en su artículo “Una aristocracia ambivalente. Torre Tagle y sus pares ante la independencia del Perú” (Rizo, Patrón, 2012). Asimismo, el concienzudo artículo de la prestigiosa historiadora Scarlett O’Phelan “Sucre en el Perú: Entre Riva Agüero y Torre Tagle” (O’Phelan, 2001) En el número 32 (2017) de la Revista del Archivo General de la Nación (Lima – Perú: Ministerio de Cultura), el historiador sanmarquino Jorge Luis Castro ha replanteado nuevamente el caso Torre Tagle con su artículo “El Marqués Bernardo de Torre Tagle: ¿Patriota o traidor? Torre Tagle y la independencia de Lambayeque” (Castro, 2017). El análisis de J. L. Castro se centra, primero, en analizar la participación de Toree Tagle en la independencia de Trujillo y si esta precedió o fue posterior a la de Lambayeque, hecho muy importante de dilucidar para apreciar si fueron las circunstancias las que obligaron a Torre Tagle a decantarse por el bando separatista o si, por el contrario, su convencimiento por la separación precede a la presencia e influencia de San Martín y la expedición libertadora del sur. El análisis de Castro es en este sentido muy valioso y esclarecedor. También analiza la participación de Torre Tagle con San Martín y el gobierno protectoral. Con San Martín tuvo Torre Tagle una gran amistad e incluso trabó lazos espirituales al convertirlo en su compadre al hacerlo padrino de bautismo de Josefa Manuela, hija de Torre Tagle, y que justamente recibió su primer nombre en honor a San Martín. Analiza J. L. Castro las relaciones de Torre Tagle con Bolívar, con el cual, como enfatiza el citado historiador, se dieron desencuentros e incluso desconfianzas. Estas diferencias son motivo, por supuesto, de diversas interpretaciones. Por lo general, se considera que la posición de Bolívar de franco republicanismo soberano impulsó a Torre Tagle a quitarse la máscara de “patriota” y manifestarse como lo que siempre había sido, un recalcitrante conservador fidelista pro monarquista hispano y que por ello aprovecha el encargo que le hace Bolívar de abrir negociaciones con los realistas para volver a sus filas de las cuales tan solo se había separado por cuestiones acomodaticias e incluso estratégicas. Por ello se había sentido a gusto con el monarquistas San Martín y por ello apoyó a los que depusieron al furibundo antipeninsular Monteagudo, en julio de 1822. Y por ello, asimismo, motivo de su distanciamiento con la causa liderada por Bolívar. Otros, en cambio, aunque en forma minoritaria, ven a Torre Tagle como expresión de un convencido patriota separatista de un peruanismo larvario como también lo fuera José de la Riva Agüero, otro de los personajes controversiales de la historia peruana. Ya García Camba, en sus Memorias, hace referencia a un “partido peruano” del cual formaba parte Torre Tagle. Tanto en el Caso Torre Tagle como en el de Riva Agüero hay un factor que debe ser analizado con sumo cuidado heurístico y hermenéutico. Es el factor Bolívar y la intervención de los ejércitos libertadores, foráneos por la naturaleza de su conformación: rioplatenses, chilenos y colombianos. ¿Ejércitos de ocupación? Considerar asimismo que tanto San Martín y Bolívar confiaban más en sus compatriotas que en los nacionales. Si bien es cierto que todos reconocen que la iniciativa de abrir negociaciones con los realistas fue idea y decisión de Bolívar quien encargó (¿confió?) a Torre Tagle la ejecución de la misión a través de un bien seleccionado encargado de llevar a cabo las negociaciones y que fue Juan de Berindoaga. Bolívar no quiso asumir esta misión porque según él no convenía a los intereses de la causa que la máxima autoridad política y milita estuviese envuelto y comprometido en las conversaciones, en las negociaciones. Que el objetivo de dicha tramoya negociadora era tan solo ganar tiempo, resulta diáfano del texto de múltiples cartas de Bolívar donde explica el porqué de dicha misión. En carta suscrita dese Pativilca, el 9 de enero de 1824, dirigida a Torre Tagle le dice: “Con esta fecha escribo al coronel Tomás de Heres una larga carta, que él enseñara a Ud: es relativa a mi nuevo proyecto. Él es de tal importancia, que yo quisiera que, ni el mimo papel lo supiese, porque en cuanto se sepa se perdió el Perú para siempre. El negocio rueda sobre una negociación que se debe entablar con los españoles, y que se debe manejar dar de un modo admirable para poder sacar ventaja de él. Suplico a Ud. que la medite bien y que le ejecute mejor. Yo no la inicio porque no conviene, porque entonces los enemigos se alientan. Importa ahora que la cosa salga de Ud. y no de otro. Por lo demás lo digo en carta de Heres. Sobre todo, recomiendo a Ud. mucho que el oficial parlamentario sea un hombre tan seguro como sagaz, y que sea necesariamente peruano. Yo continúo todavía algo malo. Esperaba mejórame rápidamente, y no es así. Por esta causa es que escribo este proyecto de negociación, que yo había pensado comunicárselo a Ud. luego que llegase a esa capital. Ahora hay ventaja de que es mejor que yo no esté allá, mas el proyecto entre los dos saldría mejor; pero ¿qué se ha de hacer si las circunstancias son muy urgentes y yo no sé cuándo podré irme? No puedo perder, pues, un instante; el tiempo en el día es precioso, y su empleo puede darnos la vida o la muerte. Adiós, mi querido Presidente, soy de Ud. de corazón. Bolívar” (Bolívar, 1950, Vol. I p. 868). Ese mismo 9 en la carta a Heres a la cual le hace referencia a Tagle, Bolívar le escribe: “Voy a confiar a Ud. una comisión que debe Ud. desempeñar con finura y puntualidad. Se trata de hacerle entender al presidente Tagle el estado de las cosas como están, para que se penetre de la necesidad de entrar en una negociación de armisticio con La Serna y los demás españoles del Perú. Dígale Ud: 1° Que nuestro ejército no puede dar una batalla con los enemigos hasta que no aumentemos nuestra fuerzas con 6 u 8000 colombianos por lo menos; […]. 2° Que estos 8000 colombianos no pueden venir aquí antes de seis meses […]. 3° Que si en el ínterin vienen los españoles, nosotros perderemos indudablemente nuestro ejército […]. 4° Que los españoles no debe hacer ningún movimiento sobre Lima, sino que, con todas sus fuerzas, deben venir sobre Huánuco, de allí pasar a Huaylas, y después a Trujillo en busca de nosotros, […]. 5° Que para obviar todos estos inconvenientes y peligros, yo no encuentro otro medio que el que se trate con los españoles sobre un armisticio, para dar tiempo al tiempo, y ver si podemos reunir todo el ejército colombiano que espero. 6° Que el presidente pase una comisión al congreso sobre este negocio diciendo sencillamente que él sabe que los españoles están pronto a entrar en negociaciones pacíficas con nosotros; que La Serna ha pedido permiso a su gobierno para tatar con nosotros sobre la base de la independencia […]. (Bolívar, 1950, Vol. I, pp. 868-873). En los estudios sobre el Caso Torre Tagle se suele pasar por alto la actitud de desconfianza que le impuso el cumplimiento de dicha misión porque era consciente que él y los peruanos que se vieran comprometidos en la misión estarían expuestos a riesgos de suma gravedad como el de darle la espalda y dejarlos aislados como si la misión fuera solo cosa de ellos. Esto no es una presunción porque sabemos, por el propio testimonio de Bolívar, que Torre Tagle le solicitó a Bolívar un documento que le acreditase que la misión era llevada acabo por orden expresa del propio Libertador. Veamos la prueba: “Pativilca, 7 de febrero de 1824 Al Excmo. Señor José Bernardo Torre Tagle. Mi querido Presidente. He visto con la mayor satisfacción el resultado de la misión del señor general Berindoaga, porque ha sido perfectamente conducida por el negociador. Hemos logrado con este paso sondear el ánimo y el estado de los enemigos. El general Berindoaga hizo muy bien en dar a los enemigos la idea de un nuevo tratado que pudiera serles favorable. Con esto pueden ello esperar algo de las negociaciones. Por lo demás, todo me ha parecido igualmente bien. Entiendo que Ud. ha deseado tener un documento mío que justificase mi aprobación a la medida de entrar en negociaciones con los enemigos. Este documento es justamente deseado, y yo estoy pronto a darlo de un modo solemne. Mas diré a Ud., con franqueza, que la duda de Ud. sobre mi probidad no le ha ocurrido hasta ahora sino a mis enemigos, y desde luego no cuento a Ud. en el número de ellos. […] Al general Berindoaga, que voy a escribirle muy largamente, y que reciba, mientras tanto, las expresiones de mi satisfacción por su excelente comportamiento en la misión que acaba de llenar. Acepte Ud. las expresiones de mi distinguida consideración y particular afecto Bolívar” (Bolívar, 1950, Vol. I, pp. 910-911). Consideramos que la exigencia de Torre Tagle de recibir del propio Bolívar un documento que le sirviera de paraguas protector ante cualquier eventualidad imprevista habla bien a las claras dos cosas: que era consciente de lo riesgoso de la misión y que no confiaba plenamente en Bolívar. La carta de Bolívar a Torre Tagle es francamente intimidatoria. Decirle que solo sus enemigos habían puesto en entredicho su probidad, era una forma disfrazada (no sutil) de acusarlo de enemigo o potencial enemigo. Cualquiera, en la posición de Torre Tagle, quedaría preocupado por tal reacción. Por otra parte, en la misma carta Bolívar escribe como que si de él no hubiera partido la idea de las negociaciones y que él solo se limitó a estar de acuerdo con ellas, con dar su aprobación. ¿Esconde mala intención dicha actitud de Bolívar? En la vida de Bolívar hay acontecimientos controversiales que han merecido la reprobación de estudiosos de su vida. Es el caso del historiador francés Pierre Vayssière en su libro “Simón Bolívar. El sueño americano” quien ha estudiado lo que él denomina “el lado oscuro” de Bolívar, refiriéndose a tres casos concretos: la entrega de Miranda en 1812, el deshonor de Ocumare en 1816 y la ejecución de Manuel Piar en 1817. Los casos Torre Tagle (1823) y Berindoaga ¿forman parte de este “lado oscuro” de Bolívar? Hay indicios razonables para explorar en ese camino. Por otra parte, al Libertador, con el grande y poderoso ego que poesía no le debió parecer nada bien dicha solicitud. ¿Quién era ese peruano para poner en entredicho, para dudar de sus decisiones, de sus intenciones, de su probidad, para querer protegerse de él? ¿La acusación de traición de Torre Tagle y Berindoaga fue una jugada maestra de ajedrez político de Bolívar para desembarazarse de Torre Tagle y del grupo peruanista tal como lo había hecho con Riva Agüero? El tema es polémico y el artículo de José Luis Castro que ha motivado esta breve nota analiza con solvencia académica y desapasionamiento el caso Torre Tagle. Consideramos que es de lectura obligatoria. La polémica continuará pero nuevas visiones ayudarán a una mejor comprensión de los acontecimientos. Notas -Bolívar, Simón (1950). Obras Completas. Compilación y notas de Vicente Lecuna con la colaboración de la señorita Esther Barret de Nazaris. Vol. I, (Caracas: Ministerio de Educación Nacional de los Estados Unidos de Venezuela). -O’Phelan Godoy, Scarlett (2001). Sucre en el Perú: entre Riva Agüero y Torre Tagle”. En: O’Phelan, Godoy, Scarlett, compiladora (2001). La independencia del Perú. De los borbones a Bolívar. (Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú – Instituto Riva Agüero, pp. 379 – 406). -Rizo Patrón, Paul (2012). Una aristocracia ambivalente. Torre Tagle y sus pares ante la independencia del Perú. En: Mc Evoy, Carmen, Mauricio Novoa y Elías Palti, editores (2012). En el nudo del Imperio. Independencia y democracia en el Perú. (Lima. Instituto de Estudios Peruanos – Instituto Francés de Estudios Andinos, pp. 295-313). -Vayssière, Pierre (2008). Simón Bolívar. El sueño americano. (Buenos Aires. El Ateneo).