Derechos Fundamentales y Jurisprudencia
Derechos Fundamentales y Jurisprudencia
Derechos Fundamentales y Jurisprudencia
RESUMEN : El autor analiza, asumiendo un rol crítico, las sentencias más importantes del
Tribunal Constitucional en materia de derechos fundamentales del recluso durante sus doce
años de vigencia, destacando sus aciertos y errores. Menciona que la jurisprudencia
constitucional ha establecido principios y criterios que las instancias judiciales y la
administración penitenciaria deben respetar, contribuyendo al fortalecimiento de un sistema
penitenciario respetuoso de los derechos humanos.
1. INTRODUCCION.-
* Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Socio del Estudio Paredes Abogados. Maestría
en Derecho Penal en la UIGV. Profesor de Derecho Penitenciario y Criminología en la UIGV. Profesor de la
Maestría en Derecho Penal en la Universidad Privada de Chimbote. Presidente del Instituto Nacional
Penitenciario (1995-1996). Asesor de la Alta Dirección del Ministerio de Justicia (1993-1994). Director
General de Asesoría Jurídica del Ministerio de Justicia (1994-1995). Miembro de la Comisión Multisectorial
del Plan Nacional de Prevención y Control de Drogas (1993-1994). Miembro de la Comisión de Extradición
Activa (1994-1996). Miembro Oficial de la Delegación del Gobierno del Perú ante el IX Congreso Mundial
de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, realizado en Egipto
(1995). Miembro de la Comisión Permanente de Calificación de Indultos (1995-1996). Miembro de la
Comisión de Indulto, Derecho de Gracia y Conmutación de Penas para los Casos de Terrorismo y Traición
a la Patria (2000-2001).
1
1.3. Por tal motivo, el objeto del presente trabajo es analizar las principales
sentencias que el Tribunal Constitucional ha emitido durante estos doce años
en materia de derechos fundamentales del recluso con el fin de destacar sus
aciertos y errores. Cabe destacar que esta doctrina jurisprudencial de nuestro
supremo intérprete de la Constitución contribuye al fortalecimiento de un
sistema penitenciario respetuoso de los derechos humanos, bajo los
lineamientos que impone el trato humano y digno para las personas privadas
punitivamente de su libertad.
1
Sentencia del Expediente Nº 4119-2005-PA/TC del 29/08/05, FJ. 14 y 25.
2
Sentencia del Expediente Nº 0012-2006-PI/TC del 15/12/06, FJ. 2 y 5. Sentencia del Expediente Nº
7451-2005-PHC/TC del 17/10/05, FJ. 2.
3
Sentencia del Expediente Nº 0050-2004-AI del 03/06/05. FJ. 72.
2
sociedad democrática y el Estado constitucional 4, siendo verdaderos mandatos
de actuación y deberes de protección especial de los poderes públicos 5. Por tal
motivo, los derechos fundamentales no solo protegen a las personas de las
intervenciones arbitrarias del Estado y de terceros, sino que también facultan al
ciudadano para exigir al Estado determinadas prestaciones concretas a su
favor o defensa, por lo que el Estado debe realizar todos los actos necesarios
para garantizar la realización y eficacia plena de los derechos fundamentales 6.
2.7. Esta sentencia no hace más que corroborar lo establecido por el artículo 1º
del Código de Ejecución Penal cuando señala que el interno procesado o
4
Sentencia del Expediente Nº 1042-2002-AA del 06/12/02. FJ. 2.2.
5
Sentencia del Expediente Nº 0976-2003-AA del 13/03/03. FJ. 5.
6
Sentencia del Expediente Nº 3330-2004-AA del 11/07/05. FJ. 9.
7
Sentencia del Expediente Nº 1417-2005-AA del 08/07/05, FJ. 4; Sentencia del Expediente Nº 0895-
2001-AA del 19/08/02, FJ. 5.
8
PAREDES YATACO, Emilio Iván. “La vulneración de los derechos fundamentales del recluso en la
legislación penitenciaria peruana”. En: Jus - Doctrina & Práctica, Nº 3. Lima, 2008. p. 131.
9
Sentencia del Expediente Nº 2432-2007-PHC/TC del 16/11/07, FJ. 14, en JUS-Constitucional, Nº 1.
Lima, 2008, p.148; Sentencia del Expediente Nº 2488-2002-HC del 18/03/04. FJ. 13-16.
10
Sentencia del Expediente Nº 010-2002-AI/TC del 03/01/03, FJ. 218. En: REYNA ALFARO, Luis.
Jurisprudencia penal constitucional. Jurista Editores. Lima, 2005. p.296.
3
condenado goza de los mismos derechos fundamentales que el ciudadano en
libertad sin más limitaciones que las impuestas por la ley y la sentencia
condenatoria. Y lo dispuesto en el artículo 3º del Reglamento del Código de
Ejecución Penal establece que la ejecución de las penas se deberán cumplir
respetando los derechos fundamentales establecidos tanto en la Constitución
Política como en los tratados internacionales 11. En consecuencia, en nuestro
sistema penitenciario el interno (sea procesado o condenado) cuenta con
iguales derechos fundamentales que una persona que vive en libertad, a
excepción de aquellos afectados por la condena y las leyes 12.
2.8. A esto hay que agregar que el Tribunal Constitucional ha señalado que
toda limitación a un derecho fundamental debe estar impuesta por una norma
con rango de ley, conforme lo dispone el artículo 2º, inciso 24, literal a de la
Constitución Política y el artículo 30º de la Convención Americana de Derechos
Humanos13. Por tal motivo, las limitaciones de los derechos fundamentales sólo
deben ser impuestas por la ley, siempre que no vulnere los dispositivos de la
Constitución Política del Estado.
3. EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD.-
4
las directivas no pueden regular materia relativa a derechos fundamentales por
el principio de reserva de ley que impone que cualquier disposición que tenga
por objeto la regulación de estos derechos, debe ser objeto exclusivo y
excluyente de ley, más no de fuentes normativas de inferior jerarquía 16. En
consecuencia, los reglamentos, las directivas y normas de inferior jerarquía
nunca podrán regular ni modificar los derechos fundamentales que goza toda
persona.
5
obligación estatal de realizar las medidas adecuadas y necesarias para que el
infractor de determinados bienes jurídicos pueda reincorporarse a la vida
comunitaria, y que ello se realice con respeto a su autonomía individual,
cualquiera sea la etapa de la ejecución de la pena 24.
24
Sentencia del Expediente Nº 010-2002-AI/TC del 03/01/03, FJ. 186-187. En: REYNA ALFARO, Luis.
Jurisprudencia penal constitucional. Jurista Editores. Lima, 2005. p.289.
25
Sentencia del Expediente Nº 2333-2004 del 12/08/04, FJ. 4.7. En: Jurisprudencia y doctrina penal
constitucional. Tribunal Constitucional. Palestra Editores. Lima, 2006. pp.162-164.
26
Sentencia del Expediente Nº 010-2002-AI/TC del 03/01/03, FJ. 218-219; Sentencia del Expediente Nº
2333-2004-HC/TC del 12/08/04, FJ. 2. En: Jurisprudencia y doctrina penal constitucional. Tribunal
Constitucional. Palestra Editores. Lima, 2006. pp.162-164.
27
Sentencia del Expediente Nº 0622-2002-HC/TC, FJ. 4.
28
Sentencia del Expediente Nº 4903-2005-PHC/TC del 08/08/05, FJ. 12.
6
no privación de ninguna parte de su ser, proscribiendo toda conducta que
inflinja un trato que menoscabe el cuerpo o el espíritu del hombre 29.
7
recurso, en tanto el interno había sido trasladado a otro ambiente del penal,
habiendo cesado la presunta violación de sus derechos constitucionales 34.
8
en el delincuente, por lo que resulta inconcebible que ésta venga aparejada de
tratos crueles e inhumanos que provoquen la humillación y envilecimiento del
interno. El someter a una persona privada de libertad a un aislamiento absoluto
durante un año (para los casos de terrorismo) es una medida irrazonable y
desproporcionada, constituyendo un trato inhumano, lo mismo que el exigir que
la persona privada de libertad se mantenga en celdas unipersonales durante
todo su período de prisión. Esta privación excesiva en el tiempo de la
posibilidad de relacionarse con sus pares genera una afectación
inconmensurable en la psiquis del individuo, con la perturbación moral que ello
conlleva, a la humillación y el rompimiento de la resistencia física y moral del
condenado, lo que resulta a todas luces inconstitucional violatorios del artículo
2º, inciso 1) de la Carta Magna40.
40
Sentencia del Expediente Nº 010-2002-AI/TC del 03/01/03, FJ. 221 y 223.
41
Sentencia del Expediente Nº 935-2002-HC/TC, del 20/06/02, FJ. 1-2.
9
para determinadas personas que no se adaptan a lugares ubicados en la
Cordillera de los Andes42.
42
Sentencia del Expediente Nº Nº 1429-2002-HC/TC, FJ.9-11.
43
Sentencia del Expediente Nº 010-2002-AI/TC del 03/01/03, FJ.188.
10
siquiera el Estado puede imponer coactivamente al recluso que ésta se
desarrolle o comporte de la manera que no desea y que él no quiere admitir 44.
8. EL DERECHO A LA INTIMIDAD.-
44
PAREDES YATACO, Emilio Iván. “La vulneración de los derechos fundamentales del recluso en la
legislación penitenciaria peruana”, En: JUS-Doctrina & Práctica. Nº 3, Lima, 2008. p.135.
45
GARCIA VALDEZ, Carlos. Comentarios a la legislación penitenciaria. Civitas. Madrid, 1982. p.193.
46
Sentencia del Expediente Nº 935-2002-HC/TC del 20/06/02, FJ. 4.
11
9. EL DERECHO A LA SALUD.-
12
penal. En cuanto al resto de internos del penal, se les debería proporcionar una
adecuada atención médica. Un aspecto cuestionable del criterio del Tribunal en
el caso del penal de Challapalca, es no haber considerado que el traslado de
una persona, regularmente habituada a vivir a nivel del mar puede implicar una
afectación al derecho de salud, y que el solo hecho de trasladar a una persona
a dicho penal afecta en sí mismo el derecho de salud del ciudadano, tanto de
los internos como del propio personal penitenciario 49.
49
Sentencia del Expediente Nº 1429-2002-HC/TC del 19/11/02, FJ.15. En: Jurisprudencia y doctrina
penal constitucional. Tribunal Constitucional. Palestra Editores. Lima, 2006. p. 159.
50
Sentencia del Expediente Nº 318-96-HC/TC del 06/08/96.
51
Sentencia del Expediente Nº 1231-2002-HC/TC; Sentencia del Expediente Nº 0726-2002-HC/TC del
21/06/02, FJ. 21. Sentencia del Expediente Nº 003-2005-PI/TC del 09/08/06, FJ. 157.
52
Sentencia del Expediente Nº 010-2002-AI/TC del 03/01/03, FJ. 119-120; Sentencia del Expediente Nº
6253-2006-PHC/TC del 29/08/06, FJ. 2.
13
10.2. En un proceso de habeas corpus, un interno alegó que se había atentado
contra su derecho de defensa al restringirse los días y horas de entrevistas con
su abogado defensor. El Tribunal Constitucional consideró que no hay lesión
del derecho constitucional toda vez que la administración penitenciaria
estableció que los días de entrevista de los reclusos con su abogado defensor
se realicen cinco días a la semana, habilitados de manera distinta de aquellos
en los que pueden hacer los familiares de otros internos del mismo
establecimiento penal, no siendo irrazonable sino normal que se regulen
administrativamente los días y horas de visita de los abogados en los
establecimientos penitenciarios53.
53
Sentencia del Expediente Nº 0726-2002-HC/TC del 21/06/02, FJ. 22.
54
Sentencia del Expediente Nº 5837-2005-PHC/TC del 30/11/05, FJ. 5.
55
Sentencia del Expediente Nº 010-2002-AI/TC del 03/01/03, FJ. 121-123. En: REYNA ALFARO, Luis.
Jurisprudencia penal constitucional. Jurista Editores. Lima, 2005. p. 272-273.
56
Sentencia del Expediente Nº 010-2002-AI/TC del 03/01/03, FJ. 128-130.
14
10.6. En el caso de dos internos procesados, trasladados de un penal de Lima
a otro de Puno, indicaban que dicha medida afectaba su derecho de defensa al
no poder encontrarse presentes en las diligencias del proceso penal en Lima, el
Tribunal Constitucional declaró infundado el recurso señalando que el traslado
no vulneraba dicho derecho, ya que la organización del Poder Judicial disponía
que para el delito por el cual se encontraban acusados se organizaban
juzgados y salas especializadas con competencia nacional. Asimismo,
argumentó que el traslado fue realizado por la autoridad penitenciaria en virtud
a que las personas habían tenido una regresión en su tratamiento, afectando la
seguridad del penal57. Es evidente que este criterio es cuestionable, en tanto
valida la posibilidad de que una persona pueda ser juzgada en un lugar lejano
de donde se encuentra.
10.7. En otro caso de hábeas corpus interpuesto por una abogada para que se
deje sin efecto la resolución administrativa que le prohibía ingresar a un penal,
alegando que ello era una represalia por las denuncias que presentó en contra
de las autoridades de dicho penal, con lo que se afectaba el derecho de
defensa. El director del penal argumentó que la medida se realizó en virtud a
sus atribuciones (en tanto concluyan las investigaciones en las que la abogada
se hallaba involucrada) y que la demandante no acudía al penal por asuntos
legales, sino para fomentar actos de instigación que afectaban la convivencia
pacífica del penal. Para el Tribunal Constitucional los hechos se relacionaban
con una supuesta violación a la libertad de trabajo, ya que la prohibición de
ingreso afectaría el derecho a ejercer la abogacía, siendo dicho derecho
protegido por una acción de Amparo. A pesar de ello, en virtud del principio de
economía procesal, se pronunció declarando que no podía amparar la
demanda por haberse dejado ya sin efecto la resolución de la administración
penitenciaria, habiéndose operado la sustracción de la materia 58.
57
Sentencia del Expediente Nº 591-97-HC/TC, FJ. 5, 6, 21 y 22.
58
Sentencia del Expediente Nº 1267-2001-HC/TC, FJ. 2-3.
59
Sentencia del Expediente Nº 5837-2005-HC/TC del 30/11/05; FJ. 4.
15
11.2. Otro caso es el referido a la comunicación a través de locutorio de los
internos, el Tribunal Constitucional ha señalado que no implica trasgresión a la
comunicación personal, siempre que se garantice la confidencialidad de la
entrevista entre el abogado y su defendido, así como la prohibición de todo
control sobre algún aspecto de la estrategia legal diseñada para efectos del
proceso penal. Sin embargo, destacó que se deberán considerar parámetros
mínimos como los supuestos de aplicación, fundamentación de la medida, su
procedimiento o la duración de la medida para su viabilidad 60.
60
Sentencia del Expediente Nº 0774-2005-HC/TC del 08/03/05. FJ.21.
61
Sentencia del Expediente Nº 0774-2005-HC/TC del 08/03/05, FJ. 9; Sentencia del Expediente Nº
02345-2006-PHC/TC del 29/08/06, FJ. 9.
62
Sentencia del Expediente Nº 05954-2007-PHC/TC el 27/11/07, FJ. 8.
63
Sentencia del Expediente Nº 0726-2002-HC/TC del 21/06/02, FJ. 5 y 14.
16
las personas –incluido los reclusos- a la libertad religiosa. Este derecho a
profesar una determinada religión, da lugar también al derecho a practicar los
actos de culto y a recibir la asistencia religiosa correspondiente sin que se
atente contra el orden público o contra la moral pública, por lo que el Estado
debe protegerlo dentro de los límites previstos en la Constitución. En
consecuencia, el recluso no puede ser impedido de ejercer este derecho
fundamental, siempre que de ello no se deriven afectaciones a los derechos
fundamentales de los demás o se pongan en riesgo otros bienes
constitucionales64.
17
de la persona que se fundan en la dignidad del hombre, entre ellos, la libertad
sexual, que tiene relación directa con el derecho a la dignidad y el libre
desarrollo de la personalidad ya que a través de ésta el sujeto logra su
autorrealización personal. El prohibir su ejercicio merece un peculiar enfoque
valorativo, derivado del hecho de que supone privar a la persona de la libre
disposición de una de las dimensiones de la personalidad 68. Este derecho lo
tiene toda persona, sin importar su condición o comportamiento dentro del
penal. De lo contrario, se le estaría discriminando como persona, vulnerándose
también el inciso 2 del artículo 2º de la Carta Magna 69.
16. CONCLUSIONES.-
68
DIEZ RIPOLLES, José Luis. La protección de la libertad sexual. Bosch. Barcelona, 1985. p.24.
69
PAREDES YATACO, Emilio Iván. “La vulneración de los derechos fundamentales del recluso en la
legislación penitenciaria peruana”. En: Jus-Doctrina & Práctica, Nº 3. Lima, 2008. p. 144.
18
penitenciaria para dicho control, lo que contribuye a que nuestro sistema
penitenciario sea respetuoso de los derechos fundamentales del recluso.
19