Hola Soy El Padre Daniel Rayas

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Hola soy el padre Daniel Rayas, y soy uno de los padres espirituales de tu

seminario de Zacatecas. Yo especialmente acompaño a los jóvenes que


inician su experiencia de ser seminaristas durante el primer año, también
llamado Curso Introductorio. Y me dedico a ser un hermano mayor, maestro
y guía de los jóvenes en su vida espiritual, en su experiencia de encuentro
con Dios y de las realidades interiores y divinas.

Dios me ha dado tres grandes misiones, desde que soy sacerdote, hace casi
6 años: la primera misión que me dio, fue la de servir a la gente de Fresnillo.
Después me invitó a que profundizara más sobre la vida espiritual, y estudié
eso en Roma durante dos años, y desde que terminé, me ha encomendado
esta nueva misión, de ser un padre en el espíritu, para los jóvenes que se
sienten llamados a ser sacerdotes.

En realidad el llamado que Dios me hizo, no se resume en un único


momento, sino que fueron muchos eventos, que me fueron revelando tanto
el deseo que había en mi corazón de entregarme a los demás para su
salvación, y el deseo de Dios de invitarme a esta misión. De muchas maneras
y durante mucho tiempo, fui descubriéndome a mí mismo y lo que hasta el
día de hoy todavía creo que es lo que Dios quiere de mí. Pero todo empezó
cuando tenía 16 años, que fue la primera vez en que caí en la cuenta de que
Dios me amaba, y en ese momento en que “me abrió los ojos por primera
vez” me di cuenta de que yo durante todos esos años, jamás le había dado las
gracias de manera sincera. Conmovido por esa luz, que se convirtió en la
primera oración consciente que hice a Dios, en mi vida, salió de lo profundo
de mi corazón, el deseo sincero y desinteresado de entregarme a él. Que
hiciera de mí lo que él quisiera, como el único agradecimiento que estuviera
a la altura de todo el amor que Dios me había manifestado desde siempre.
Primero: descubran de qué tiene sed su corazón, qué es lo que
verdaderamente quieren. Pero no se dejen llevar por los impulsos egoístas,
que nadie que vive para sí mismo, termina siendo realmente feliz. Sólo quien
vive para alguien más, encuentra en eso la verdadera felicidad. O dicho de
otra manera, rechacen todo lo que sea egoísta, y busquen vivir por amor
auténtico. Porque fuimos hechos para amar; y amar quiere decir siempre
darse, regalarse a los demás, dar tu vida por otro, sea una esposa o esposo,
hijos, hermanos, pobres, enfermos…

Segundo: descubre quien eres, lo que tienes, lo que puedes, porque Dios
ya te ha dado todo lo que necesitas para cumplir tu misión. Y si todavía no
lo tienes, sabrás que es lo que Dios quiere, porque te lo irá dando; a veces de
manera gratuita, y otras veces con mucho esfuerzo de tu parte. Pero cuando
Dios te invita a algo, él paga los gastos. Dios ya te ha dado, y te sigue dando,
lo que necesitas, para que puedas cumplir lo que espera de ti. Pero siempre
con su ayuda.

Tercero: experimenta, vive la vida en su diversidad con pasión, entrega y


santidad. Jamás descubrirás si eres bueno para algo, si no lo intentas. Una
experiencia saludable, siempre te abre los ojos.

Te invito, a que descubras tu propio llamado. Sea el que sea. Mientras que
encuentres al amor, la mejor manera de amar, serás feliz. Dios te está llamado
a la vida plena, la vida eterna. Búscalo. No te desanimes. Dios contigo.

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