Una Tarde de Invierno
El sonido de la ciudad entraba al aula, las ventanas abiertas permitían
al mismo tiempo el ingreso del viento frío. La clase había comenzado
hace unos minutos, escuchaba las palabras del profesor pero no les
daba ningún sentido dentro de mi mente. Habían sucedido demasiadas
cosas, estos últimos días habían sido una lucha por mi supervivencia.
Mi mente estaba perdida en medio de una enorme oscuridad, y poco a
poco yo también me perdía dentro de sus brazos que tan
cariñosamente me atraían dentro de ella.
-¡Hey! ¿Estás bien? –sus palabras resonaban en mi mente, me sentía
débil, triste, solo.
-Estoy bien, no te preocupes, Helena… -después de decir aquello el
silencio se adueñó del ambiente. ¿Acabo de llamarla Helena? ¿En que
estaba pensando?
-¿Helena? ¿Quién es Helena? –su mirada lo decía todo, estaba molesta
y confundida.
-Lo siento, sólo se me vino ese nombre a la cabeza, no conozco a nadie
llamada así… -y era verdad, no había conocido a nadie con ese nombre
hasta aquel momento, pero era un nombre que significaba mucho en
mi vida.
-Ah bueno de ser así no hay ningún problema, no te preocupes –sonrió,
pero a la vez su sonrisa se vio forzada, tanto que incluso llegó a dolerme
por dentro.
-Empieza a hacer frío, ¿por qué no cierras la ventana? –el clima estaba
muy cambiante últimamente, pasaba del calor al frío y viceversa, pero
ahora el frío predominaba.
-¿De verdad sientes frío? A mi me parece que el clima está perfecto –
se notaba que estaba a gusto con ese ambiente, tal vez con lo fría que
era no sentía el frío de afuera.
-Soy de sangre caliente, así que si siento frío… -estaba pensando en
aquello pero ese pensamiento se transformó en palabras.
-¿Qué intentas decir con eso? –se veía enojada.
-No intento decir nada, sólo era una broma, lo siento –me puse de pie,
todos voltearon a mirarme- Profesor, puedo salir un momento? –no me
explicaba que era lo que hacía en ese momento.
-Claro alumno, puede salir –me dijo señalando la puerta del aula.
-Gracias –diciendo esto volteé hacia ella- Nos vemos luego –crucé la
puerta del aula y no di vuelta atrás, sentía una presión en el pecho, me
sentía terriblemente sólo, sentía que había hecho algo malo. Pero,
¿había hecho algo malo? ¿O sólo era mi imaginación?