Abraham Maslow
Abraham Maslow
Abraham Maslow
Biografía
Nacido en Brooklyn, Abraham Maslow fue el mayor de siete hermanos cuyos padres
eran emigrantes judíos procedentes de Rusia. Era lento y ordenado, y recordaba su
niñez como solitaria y bastante infeliz. En sus propias palabras: «Yo era un niño
pequeño judío en un barrio no judío. Era un poco como ser el primer negro en una
escuela de blancos. Estaba solo e infeliz. Crecí en las bibliotecas y entre libros».
Maslow iba a estudiar Derecho, pero finalmente fue a la Escuela de Postgrado de la
Universidad de Wisconsin para estudiar psicología. En diciembre de 1928, antes de
terminar sus estudios, se casó con su prima mayor Bertha Goodman, y durante esa
época conoció a su principal mentor, el profesor Harry Harlow. Comenzó una línea
original de investigación, estudiando el comportamiento sexual y de dominación de
los primates. BA en 1930, obtuvo su maestría en 1931 y su doctorado en 1934, todos
en psicología y en la Universidad de Wisconsin. En ese año propuso la teoría
psicológica llamada hoy en día «Jerarquía de necesidades de Maslow», una teoría
sobre la motivación humana. Un año después de su graduación, volvió a Nueva York
para trabajar con Edward Thorndike en la Universidad de Columbia, donde empezó
a interesarse en la investigación de la sexualidad humana. Allí encontró a otro mentor
en Alfred Adler, uno de los primeros colegas de Sigmund Freud.
Los psicólogos humanistas postulan que todas las personas tienen un intenso deseo
de realizar completamente su
potencial, para alcanzar un nivel de
«autorrealización». Para probar que
los seres humanos no solamente
reaccionan ciegamente a las
situaciones, sino que tratan de
realizar una tarea mayor, Maslow
estudió mentalmente a individuos
saludables en lugar de a personas
con serios problemas psicológicos.
Esto le proporcionó información para
su teoría de que la gente vive
«experiencia cumbre», momentos
sublimes en la vida en los que el
individuo está en armonía consigo
mismo y con su entorno. Desde la perspectiva de Maslow, las personas
autorrealizadas pueden vivir muchas experiencias cumbre durante el día, mientras
que otras tienen esas experiencias con menor frecuencia.3
Maslow ideó una ayuda visual para explicar su teoría, que llamó «jerarquía de
necesidades», consistente en una pirámide que contiene las necesidades humanas,
psicológicas y físicas. Subiendo escalón a escalón por la pirámide, se llega a la
autorrealización. En la base de la pirámide se encuentran las «necesidades básicas»
o «necesidades fisiológicas», que incluyen la alimentación (comer y beber), la
respiración, la eliminación (orinar, defecar, sudar, etc.), el descanso y el sueño y, en
general, el mantenimiento involuntario e instintivo de las funciones corporales que
hacen posible la vida. El siguiente nivel es el de las «necesidades de seguridad y
protección»: seguridad, orden y estabilidad. Estos dos primeros escalones son
importantes para la supervivencia de la persona. Una vez que los individuos tienen
satisfecha su nutrición, cobijo y seguridad vital, tratan de satisfacer otras
necesidades. El tercer nivel es el de «necesidad de amor y pertenencia», compuesto
por necesidades psicológicas; cuando los seres humanos han cuidado de sí mismos
físicamente, están listos para compartirse a sí mismos con otros. El cuarto nivel se
alcanza cuando los individuos se sienten cómodos con lo que han conseguido; este
es el nivel de «necesidad de estima», que incluye el éxito y el estatus,
fundamentalmente en la percepción propia (autoestima), aunque también en la
percepción que los demás le transmiten (heteroestima). La cima de la pirámide es la
«necesidad de autorrealización», y se supera cuando se alcanza un estado de
armonía y entendimiento.5
Biografía
En 1924 se casa con Helen Elliot con la que, enseguida, tuvo dos hijos: David y
Natalie. Fascinado y estimulado por las teorías de Otto Rank y la corriente europea
del Existencialismo, Rogers publicó en 1939 su primer libro: The Clinical Treatment
of the Problem Child. Gracias a esto obtuvo una cátedra de psicología clínica en la
Universidad Estatal de Ohio.
Desde ese año hasta su muerte en 1987 por un ataque cardiaco, trabajó en La Jolla,
California3
Pensamiento
Las proposiciones que están al comienzo de la serie son las más alejadas de la
experiencia del terapeuta y, por lo tanto, las más sospechosas, mientras que las que
aparecen hacia el final se acercan cada vez más al centro de nuestra experiencia.
B. El desarrollo del yo
Allport nació en Montezuma, Indiana, el más joven de los cuatro hijos de John
Edwards y Nellie Edith (Wise) Allport. Cuando Gordon tenía 6 años, la familia se
había mudado muchas veces y finalmente se estableció en Ohio. Hizo la educación
primaria en colegios públicos de Cleveland, Ohio, donde su familia se instaló cuando
tenía seis años. Su padre era un médico rural que tenía la consulta y hospital en la
casa familiar. A causa de las instalaciones inadecuadas que había en los hospitales
de esa época, el padre de Allport convirtió su casa en un hospital improvisado, en el
que residían tanto pacientes como enfermeras. Gordon Allport y sus hermanos
crecieron rodeados por los pacientes de su padre, las enfermeras, y material
quirúrgico, y a menudo, tanto él como sus hermanos ayudaban a su padre en la
clínica. Allport relataba que "Atender la oficina, lavar botes y tratar con pacientes
fueron factores importantes de su entrenamiento temprano" (p. 172). 3 Durante este
tiempo, al padre de Allport se le utilizó como propaganda en un artículo de Samuel
Hopkins Adams en la revista Revista Collier sobre curas medicinales fraudulentas,
más tarde lo reeditaron como el libro The Great American Fraud: Articles on the
Nostrum Evil and Quackery. Mientras gran parte del libro está en focado a gran
escala, publicitaba en gran medida la medicina patentada disponible en el cambio de
siglo, el autor sostiene que Allport "nunca hubiera podido encarnar este artículo si no
fuera por los esfuerzos de ciertos facultativos de Cleveland." Allport fue criticado por
diagnosticar y tratar a los adictos de morfina por correo, simplemente con cartas, en
vez de citarles en persona. Tras recibir una carta de Adams detallando su falsa
dolencia, Allport le contestó por correo, diagnosticando a Adams como adicto a la
morfina y le envió la dosis del "Sistema del Dr. J. Edward Allport", destinado a curar
a los adictos a la morfina. Análisis en la medicina revelaron que su ingrediente activo
no era nada más que morfina adicional, empaquetada con una botella de whiskey
rosado "para mezclar con la morfina, cuando bajara el nivel". Adams se refirió a
Allport como "un curandero que pretende ser médico, y que resulta "no menos
canalla" y "mucho más peligroso incluso" que otros vendedores ambulantes
fraudulentos que curan adicciones, mencionados anteriormente en el libro. 4
La madre de Allport era una profesora de colegio, que se esforzó en fomentar sus
valores de desarrollo intelectual y religión. Uno de los biógrafos de Allport cita "él
creció no sólo con la religión protestante sino también con la ética de trabajo
protestante, que dominaba en su casa". El padre de Allport, que era escocés,
compartía esta perspectiva, y trabajaba según su propia filosofía "Si todas las
personas trabajaran tan duramente como pueden y recibieran tan sólo una mínima
financiación para sus necesidades familiares, entonces habría suficiente riqueza en
el mundo."3
Los biógrafos describen a Allport como un chico tímido y estudioso que tuvo una
niñez bastante aislada. Como adolescente, Allport desarrolló y dirigió su propio
negocio de impresión mientras trabajaba como editor del periódico del instituto. En
1915, se graduó segundo de su clase en el Instituto Glenville a la edad de dieciocho.
Consiguió una beca que le permitió acceder a la Universidad de Harvard, donde uno
de sus hermanos mayores, Floyd Henry Allport, hizo su Ph.D. en Psicología.5
Mudarse a Harvard fue una dura transición para Allport porque los valores morales y
el clima eran muy distintos de los que había en su casa. Aun así, consiguió su
diploma A.B. en Filosofía y Economía (no psicología) en 1919. Su interés en la
convergencia de la psicología social y la psicología de la personalidad era evidente
en el uso de su tiempo libre en servicio social en Harvard: Llevando un club de chicos
en Boston, visitante para la Sociedad de la Familia, servir como agente de vigilancia
voluntario, buscar casas a los trabajadores de guerra, y ayudando a los estudiantes
extranjeros.6
Más adelante viajó a la Robert College en Istanbul, Turquía, donde enseñó economía
y filosofía durante un año, antes de regresar a Harvard para seguir su Doctorado en
psicología en 1920 (además de hablar Alemán, Allport se mantuvo parcialmente
fluente en Griego moderno durante su vida). Su primera publicación, Personality
Traits: Their Classification and Measurement (Rasgos de Personalidad: Su
Clasificación y Medición) en 1921, tuvo de co-autor a su hermano mayor, Floyd Henry
Allport, quien se convirtió en un psicólogo social importante. Allport ganó su master
en 1921, estudiando bajo la tutela de Herbert Langfeld, y luego su Doctorado en
1922, en el camino de tomar una clase con Hugo Münsterberg antes de la muerte de
éste en 1916.
Biografía
Erich Fromm creció en Fráncfort del Meno, en el seno de una familia judía que seguía
estrictamente los preceptos de la religión de esa cultura: muchos de sus miembros
fueron rabinos. El propio Erich Fromm también quiso inicialmente seguir ese camino
de vida. Sin embargo, estudió primeramente derecho en Fráncfort, luego se trasladó
a Heidelberg para estudiar sociología, donde hizo su doctorado en 1922 bajo la
asesoría de Alfred Weber, acerca de la ley judía. Hasta 1925 asistía a clases de
Talmud con Salman Baruch Rabinkow. En 1926 contrajo matrimonio con la
psicoanalista Frieda Reichmann. A fines de la década de 1920 Fromm comenzó su
formación como psicoanalista en el Instituto Psicoanalítico de Berlín con un discípulo
de Freud que no era médico: el jurista Hanns Sachs. En ese tiempo, él y su esposa
abandonaron la vida religiosa ortodoxa judía. Desde 1929, Fromm ejerció como
psicoanalista "lego" (los por aquel entonces llamados Laienpsychanalitiker, término
alemán para referirse a los no médicos) en Berlín. En esta época comenzó su interés
y estudio por las teorías de Marx. En 1930 fue invitado por Max Horkheimer a dirigir
el Departamento de Psicología del recientemente creado Instituto de Investigación
Social (Institut für Sozialforschung).2
En 1931 se divorció de Reichmann, con quien mantuvo una estrecha amistad de por
vida. El 25 de mayo de 1934, tras la toma del poder por el partido Nazi, emigró junto
con otros miembros del instituto a los Estados Unidos. Las divergencias intelectuales
con otros miembros de la institución, especialmente Herbert Marcuse y Theodor
Adorno, llevaron a su desvinculación del mismo en 1939.3
Durante los años 40 Fromm desarrolló una importante labor editorial, pues publicó
varios libros luego considerados clásicos sobre las tendencias autoritarias de la
sociedad contemporánea y se desvió marcadamente de la teoría original freudiana.
En 1943 fue uno de los miembros fundadores de la filial neoyorquina de la Escuela
de Psiquiatría de Washington, tras lo cual colaboró con el Instituto William Alanson
White de Psiquiatría, Psicoanálisis y Psicología. En 1944 se casó en segundas
nupcias con una inmigrante judeoalemana, Henny Gurland; hacia 1950 se mudaron
a México, donde Gurland fallecería dos años más tarde. Fromm enseñó en la
Universidad Nacional Autónoma de México, donde fundó la Sección Psicoanalítica
de la escuela de medicina y el Instituto Mexicano de Psicoanálisis.
Entre 1957 y 1961 Fromm compaginó su actividad en la UNAM con una cátedra en
la Universidad Estatal de Míchigan. En 1965 se retiró; tras unos años de viaje, en
1974 se instaló en Muralto, en Suiza. Murió en su hogar cinco días antes de su
octogésimo cumpleaños.
Pensamiento
Tres libros son particularmente importantes para conocer el pensamiento del sabio
alemán. El primero es El miedo a la libertad, el segundo El arte de amar y el tercero
es El corazón del hombre. En ellos se manifiesta inconforme con su pertenencia a
una “escuela” nueva de psicoanálisis, para concluir diciendo que él propone una
estructura filosófica de referencia diferente, la del humanismo dialéctico. A pesar de
esto, se considera que los libros El miedo a la libertad, Ética y psicoanálisis y
Psicoanálisis de la sociedad contemporánea presentan también una continuidad en
lo que atañe al pensamiento psicológico de Erich Fromm, además de que en esta
última funda lo que él llama el psicoanálisis humanista, mientras que en Ética y
psicoanálisis sustituye el sistema freudiano de desarrollo de la libido por uno que se
basa en los procesos de asimilación y socialización del individuo. Él mismo
menciona, al inicio de Ética y psicoanálisis, que es menester leer ese libro junto con
El miedo a la libertad para comprender completamente su caracterología.
Fromm dice, en el prefacio de El corazón del hombre, que El miedo a la libertad fue
el fruto de su experiencia clínica y de la especulación teórica para comprender tanto
la libertad, como la agresión y el instinto destructor. El pensador distingue entre la
agresión al servicio de la vida, biofilia, y la necrofilia o agresión al servicio de la
muerte.
Para Fromm, que vivió en plena Guerra Fría, esta es el reflejo del síndrome de
decadencia, pues a pesar del enorme riesgo de muerte, prevalece el odio inspirado
en un narcisismo maligno, suicida; se impone entre los gobiernos de las
superpotencias.
Sin embargo, no todos los hombres han desarrollado de la misma manera ambas
condiciones, pues en la inmensa mayoría predomina el cordero, en tanto una minoría
es dominada por la condición de lobo, pero esta minoría ha sabido exaltar la
condición de lobo que existe en la inmensa mayoría, y cito:
Pero si la mayor parte de los hombres fueron corderos ¿Por qué la vida del hombre
es tan diferente de la del cordero? Su historia se escribió con sangre; es una historia
de violencia constante, en la que la fuerza se usó casi invariablemente para doblegar
su voluntad. ¿Exterminó Talaat Pachá por sí solo millones de armenios? ¿Exterminó
Hitler por sí solo a millones de judíos? ¿Exterminó Stalin por sí solo a millones de
enemigos políticos? Esos hombres no estaban solos, contaban con miles de
hombres que mataban por ellos y que lo hacían no solo voluntariamente, sino con
placer.
Fromm concluye que “El hombre ordinario con poder extraordinario es el principal
peligro para la humanidad y no el malvado o el sádico”, lo cual se puede concretizar
cuando se combinan en él las tres orientaciones que forman el síndrome de
decadencia y que “mueve al hombre a destruir por el gusto a la destrucción y a odiar
por el gusto de odiar.”
Desde luego que una mentalidad tan rica y creativa como la de Erich Fromm que
vivió intensamente su tiempo, que abrazó un marxismo alejado del totalitarismo
imperante y que rechazó un capitalismo feroz, que además fue un educador, un
literato de gran atractivo pues sus libros son de fácil lectura y que combinaba tanto
su experiencia clínica con su meditación filosófica, produjo un rico pensamiento
dotado de muchas aristas expuestas a lo largo de más de veinte libros que es
imposible encasillar en un capítulo como el de este artículo. Sin embargo, el barrunto
anterior es el centro que permanece reiterado tanto en sus libros previsores de la
sociedad como en el juicio a los grandes personajes de nuestra historia.
Son de importancia trascendental sus estudios acerca de la relación que existe entre
los sistemas políticos totalitarios y las religiones monoteístas. Según Fromm, las
religiones monoteístas educan a los individuos en la obediencia ciega a una
autoridad superior, que pone las normas por encima de cualquier razón o discusión.
Así, el individuo queda reducido a un mero servidor de un dios todopoderoso. Esta
mentalidad masoquista, adquirida desde la infancia, sería la base psicológica que ha
hecho que muchos hombres sigan ciegamente a dictadores como Hitler. Es
interesante percatarse de la gran similitud que tienen estas ideas de Fromm acerca
del monoteísmo con las de otro gran pensador: Joseph Campbell. Poco antes de
morir, Fromm publicó un libro que supuso un paso adelante en su pensamiento:
Anatomía de la destructividad humana. En este escrito planteó la idea de que el
hombre se decanta en su vida entre dos fuerzas: la biofilia y la necrofilia. La primera
es la fuerza que impulsa al ser humano a amar la vida y a crear. La necrofilia surge
cuando el hombre se decanta por el egoísmo, y conlleva la soberbia, la codicia, la
violencia, el ansia de destruir y el odio a la vida. Es de destacar el magnífico estudio
que Fromm hizo, en este libro, acerca de la personalidad de Hitler basándose en esta
teoría de la biofilia-necrofilia.
Al igual que lo anterior, Fromm fue un firme defensor de los derechos de la mujer,
por eso se mostró siempre entusiasmado por las obras de Bachofen, así lo expresó:
“La comprensión plena de esta ideología patriarcal exigiría un análisis más detallado.
Baste decir que las mujeres constituyen una clase dominada y explotada por los
hombres en todas las sociedades patriarcales; como todos los grupos explotadores,
los hombres dominantes deben producir ideologías a fin de explicar su dominación
como natural, y por lo tanto necesaria y justificada. Las mujeres, como la mayoría de
las clases dominadas, han aceptado la ideología masculina, aunque en privado
sustentaban sus propias ideas contrarias. Parece que la liberación de la mujer
comenzó en el siglo XX, y que va acompañada por un debilitamiento del sistema
patriarcal en la sociedad industrial, aunque ni siquiera hoy existe en país alguno una
igualdad total, de facto, de las mujeres”.
Erich Fromm afirma, en su obra El corazón del hombre, que el ser humano actual se
caracteriza por su pasividad y se identifica con los valores del mercado porque el
hombre se ha transformado a sí mismo en un bien de consumo y siente su vida como
un capital que debe invertirse provechosamente. El hombre se ha convertido en un
consumidor eterno, y el mundo para él no es más que un objeto para calmar su
apetito.
Para que la sociedad de consumo funcione bien, necesita una clase de individuos
que cooperen dócilmente en grupos numerosos que quieren consumir más y más,
cuyos gustos estén estandarizados y que puedan ser fácilmente influidos y
anticipados. Este tipo de sociedad necesita miembros que se sientan libres o
independientes, que no estén sometidos a ninguna autoridad o principio o conciencia
moral y que, no obstante, estén dispuestos a ser mandados, a hacer lo previsto, a
encajar sin roces en la máquina social. Los hombres actuales son guiados sin fuerza,
conducidos sin líderes, impulsados sin ninguna meta, salvo la de continuar en
movimiento, de avanzar. Esta clase de individuo es el autómata, persona que se deja
dirigir por otra.
El humano debe trabajar para satisfacer sus deseos, los cuales son constantemente
estimulados y dirigidos por la maquinaria económica. El sujeto automatizado se
enfrenta a una situación peligrosa, ya que su razón se deteriora y decrece su
inteligencia; adquiere la fuerza material más poderosa sin la sabiduría para
emplearla.
Para superar ese peligro, el autor dice que se debe vencer la enajenación, debe
vencer las actitudes pasivas y orientadas mercantilmente que ahora lo dominan y
elegir en cambio una senda madura y productiva. Debe volver a adquirir el
sentimiento de ser él mismo y retomar el valor de su vida interior.
Pierre Faure
A partir de esta fecha las sesiones pedagógicas se multiplican por toda Francia y el
extranjero. La originalidad de estos cursos (15-20 días a un mes) fue la de haber
utilizado, desde su comienzo, las clases prácticas con los niños para poder seguir su
evolución y caer en la cuenta (en el plan pedagógico) de los instrumentos de trabajo
necesarios para que el alumno pueda asumir PERSONALMENTE el trabajo e
intercambiar el fruto del mismo con sus compañeros.
En 1949 funda una segunda escuela normal para educadores en Neuilly, asociada a
la primera: “Centre de Formation Pádegogique” de Neuilly, que continua hoy en
activo.
“Pierre Faure estudia los signos de los tiempos y, como todo buen pedagogo, critica
la escuela existente, se pregunta por su misión y trata de recrearla. Hombre ecléctico,
recoge ideas y experiencias para responder al reto de nuestro tiempo. Su línea de
trabajo se centra en las corrientes de la educación activa; revisa la escuela nueva,
rechaza todo extremismo y trata de evitar los desequilibrios que producen
generalmente las reformas educacionales.
Biografía
Obras
erickson Kohlberg
Momento después de haber nacido, el niño
tiene su primer encuentro social. Esto marca el
inicio del desarrollo social, que continúa
durante toda la vida, conforme ocurren mas
encuentros de este tipo y el niño participa en
tipos diferentes de interacción social. Si bien no
hay dos individuos que tengan exactamente las
mismas experiencias y aunque el desarrollo
social varía de una persona a otra, es posible
definir las etapas iniciales de desarrollo social.
La teoría que mas influencia ha tenido en este
sentido es tal vez la que propone Erikson, quien
describe ocho etapas de desarrollo. Erikson, fiel
partidario de Freud, basa su teoría en los tipos
de aprendizaje e interacción social que se
llevan a cabo en los diferentes niveles de edad,
más que en el desarrollo de sistemas biológicos. Por guardar relación directa con las
influencias de la sociedad, Erikson utiliza la denominación de etapas psicosociales.
Durante cada etapa el individuo se enfrenta a un tipo particular de crisis o conflicto
que debe resolver antes de poder avanzar a la etapa siguiente de desarrollo social.
Dependiendo de que se resuelva o no la crisis , se aprenderán ciertas características
sociales - o sus opuestos. 1.
Confianza en oposición a desconfianza
. La primera de las etapas psicosociales de Erikson es la etapa sensorial (que
comprende el primero o los dos primeros años de vida). Semejante a la etapa oral
de Freud, se refiere al período durante el cual los niños dependen de otras personas
del ambiente social para satisfacer sus necesidades. Si el cuidado y la alimentación
son adecuadas durante este período, aprenderá a confiar en quien lo cuida y se
sentirá seguro y dependiente. La crisis se presenta cuando de niño no recibe buena
atención durante la etapa sensorial o si el cuidado de los padres es incongruente. Si
no recibe la atención apropiada tal vez no aprenda a confiar en la gente y en su
medio ambiente. Quizá el niño maltratado se frustre, se sienta a disgusto e incluso
llegue a ser desconfiado, receloso y temeroso cuando adulto. En casos extremos la
desconfianza puede dar lugar a la depresión e incluso paranoia - temor excesivo por
todas las cosas y personas. 2.
Autonomía en oposición a vergüenza y duda
. A la segunda etapa del desarrollo psicosocial se la denomina etapa anal o muscular
(del año y medio o dos años de edad a los tres y medio o cuatro). Al igual que Freud,
Erikson señala que en esta etapa los niños aprenden a gatear, luego a caminar, y a
utilizar sus capacidades recién descubiertas. La conciencia cada vez mas completa
de su capacidad física produce un sentimiento de autonomía o independencia. Los
intentos de ejercer la autonomía al menos durante la primera parte de esta etapa, tal
vez se manifiesten en forma de berrinches, obstinación y negativas (en el sentido de
rehusarse a seguir recomendaciones u órdenes); por ejemplo, los pequeños de dos
años incluso cruzan resueltamente los brazos, a fin de evitar que un adulto los tome
de la mano para atravesar una
calle. A menudo se escuchan potentes y sonoros “¡No!” de niños de esa edad.
Con frecuencia surge la crisis de la etapa muscular, porque los padres temen dejar
que sus hijos muestren independencia; incluso algunos se angustian o se vuelven
excesivamente protectores cuando sus hijos empiezan a mostrar signos de
independencia. Si no se permite a los niños tener cierta autonomía desde temprana
edad, tal vez comiencen a avergonzarse de sí mismos y a dudar de su capacidad, y
en el estado adulto tal ausencia de autonomía puede manifestarse no sólo en
vergüenza y duda, sino en timidez; por tanto las personas que no lo han adquirido
en grado suficiente llegan a sentir que no tienen control sobre su vida y en
consecuencia temen tomar decisiones. 3.
Iniciativa en oposición a vergüenza y culpa
. La etapa genital o locomotora (de los cuatro a los cinco años de edad) constituye la
tercera etapa; se trata de una combinación de las etapas fálica y edípica de Freud.
Durante este período la conciencia del niño comienza a extenderse más allá del
propio cuerpo, hacia las personas y cosas que lo rodean.