Ciencia Materiales y Piezas Arqueologia
Ciencia Materiales y Piezas Arqueologia
Ciencia Materiales y Piezas Arqueologia
Y SU IMPACTO
EN LA ARQUEOLOGIA
VOLUMEN III
Editado por:
ISBN: 970-773-269-5
Los editores de esta obra deseamos, de nueva cuenta, hacer patente nuestro agradecimiento
a la Academia Mexicana de Ciencia de Materiales por el apoyo brindado para la impresión
de este volumen III del libro “La Ciencia de Materiales y su Impacto en la Arqueología”. Al
mismo tiempo que esperamos que continúen apoyando este tipo de obras cuyo fin es divulgar
el estudio y aplicación de los materiales.
Agradecemos a todos los autores de cada uno de los artículos en este volumen incluidos,
quienes han dado lo mejor de sí en esta labor de estudiar, analizar y preservar toda la riqueza
cultural que nos legaron nuestros antepasados.
Agradecemos también el apoyo brindado con sus valiosos comentarios a la Dra. Claudia
E. Gutiérrez Wing, Ing. Luis Torres, Dr. Ventura Rodríguez, M. C. Yuriria Silva Velázquez e
Ing. Manuel E. Espinosa.
Nuestro agradecimiento también a la comunidad académica que ha de leer este libro,
disponiéndose a considerar y discutir las ideas en él contenidas. Considerando el propósito
constructor de tales ideas, y la necesidad indiscutible de promover su discusión, ese es el
mejor premio de los editores y autores.
Se agradece a CONACULTA.-INAH-MEX por permitir utilizar las imágenes que apa-
recen en la portada de este libro.
Septiembre de 2006
CONTENIDO
RESUMEN
El azul maya es un pigmento excepcional. Su invención ha sido asociada con los mayas
entre los siglos VII-VIII o antes y ha sido extensamente usado por prácticamente todos los
pueblos mesoamericanos. También ha sido usado en el primer siglo de la época colonial en
México (s. XVI), y hay evidencia de su uso posterior en Cuba. El azul maya está ligado
desde su redescubrimiento a muchas incógnitas, tanto desde el punto de vista químico, como
histórico-arqueológico; origen, fabricación, fechado y causas de su extinción. En este tra-
bajo se exponen algunos resultados obtenidos en el estudio del azul maya en dos direcciones.
Primero, la caracterización de muestras arqueológicas por distintas técnicas, con el objetivo
de conocer su composición y tratar de obtener información sobre la tecnología de fabricación
y el origen de los materiales. También es importante conocer los pros y contras de cada téc-
nica con vistas a una identificación simple y no-destructiva del pigmento. Una segunda
dirección apunta al entendimiento de la naturaleza del enlace químico entre la arcilla pali-
gorskita y el colorante índigo, tanto desde el punto de vista estructural (dónde se localizan
los átomos) como funcional (cuales son los grupos químicos que interaccionan). Como
podrá apreciarse, son problemas difíciles en los que todavía queda mucho por decir.
ABSTRACT
Maya blue is a marvelous pigment with extraordinary properties. It was invented by the Maya
around VII-VIII century and it was used by many Mesoamerican peoples in prehispanic
times. It was also used during the first period of the conquest for the decoration of convents
and churches, and there is an evidence of its use in Colonial Cuba. The mysteries and
problems concerning Maya blue are far from being solved. The chemical reasons of the
unusual stability of this palygorskite-indigo complex, and the unsolved enigmas of the origin,
fabrication, dating, utilization and extinction of this pigment drove us to start a multidiscipli-
nary research program for trying to find some answers to these questions. We present results
and discussion on the study of this pigment in two directions. From the study of archaeolo-
gical samples with different techniques, we tried to get information on the composition,
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D. Mendoza / J. A. Arenas / J. L. Ruvalcaba / V. Rodríguez
fabrication technology and provenance of the materials. It is also important to evaluate the
advantages and inconvenients of each technique for a non-destructive identification of
the Maya blue pigment. A second direction points to the study of the chemical bonds
between the palygorskite clay and indigo colorant. Both the structural point of view (how
the indigo is inserted in the clay matrix) and functional point of view (which chemical
groups are interacting) are discussed. It is concluded that there is a long road to do in this
direction.
INTRODUCCIÓN
El azul maya fue redescubierto por Merwin cuando estudiaba pinturas murales del Templo
de lo Guerreros en Chichén Itzá [1]. Se verificó que se trataba de un pigmento desconocido de
extraordinaria resistencia química, por lo que se pensó que se trataba de algún mineral
desconocido. Se encontró por difracción de rayos X que contenía el mineral paligorskita
(entonces llamado atapulgita, nombre todavía en uso para aplicaciones industriales). Sin
embargo, la paligorskita es una arcilla blanca llamada sak lu´um (tierra blanca) en Maya, lo
cual no explica la coloración. Se pensó que podría tratarse de otro mineral azul de la familia
de la paligorskita, pero su búsqueda resultó infructuosa. A finales de los 50, Shepard [2,3]
sugirió la posible presencia de un colorante orgánico como origen del color, dado que el azul
maya no resiste la calcinación. Ya en los 60, Van Olphen [4] propuso que el azul maya estaba
hecho de paligorskita e índigo. Mezcló varias arcillas con índigo, y obtuvo pigmentos estables
(es decir, que no se decoloran con ácidos concentrados) en el caso de mezclar arcillas de
naturaleza fibrosa con estructura de canales (paligorskita y sepiolita) con índigo, luego de ca-
lentar. Debido a que arcillas laminares no producían pigmentos estables sugirió que la
estructura de canales era fundamental para la estabilización. Hizo notar la importancia del
calentamiento y la influencia del tamaño de las partículas, y afirmó que el índigo no pe-
netraba en los canales por falta de espacio. El fue el primero en preguntarse sobre el meca-
nismo químico de interacción arcilla-índigo, y este misterio no está aún resuelto cuarenta
años después. Kebler et al. [5], de forma independiente a Van Olphen, sintetizaron y carac-
terizaron varias muestras de azul maya con distintas técnicas, y sus resultados van de acuerdo
con los de Van Olphen, excepto en la propuesta de cómo se localiza el índigo en la arcilla:
sugirieron que el índigo penetra en los nanotúneles de la arcilla reemplazando el agua
zeolítica, que es expulsada en el proceso de calentamiento. Otros trabajos en los años 70
identificaron depósitos de paligorskita en la península de Yucatán, que probablemente fueron
usados por los mayas para fabricar el pigmento [6,7]. Alberto Tagle [8] demostró la pre-
sencia de un equivalente químico al azul maya en pintura colonial de La Habana.
En las décadas de los 80 y 90 se trató de obtener el azul maya con métodos al alcance
de las tecnologías prehispánicas. Reyes-Valerio [9], basado en estudios de documentos his-
tóricos, reprodujo exitosamente un método para fabricar azul maya. Recientemente se ha
reavivado la discusión de si el índigo penetra en los canales, como sugirieron Kleber et al.,
o sólo los tapona, como indicó Van Olphen. A favor de la primera hipótesis están los trabajos
estructurales de Chiari et al. [10] soportados por modelos computacionales [11,12]. A favor
de la segunda hipótesis está el completo trabajo de Hubbard et al. [13]. Otra hipótesis estruc-
tural consiste en explicar el color azul por la presencia de nanopartículas de hierro prove-
nientes de la planta añil (fuente del índigo) y la formación de superestructuras en el azul
maya que no se encuentran en la arcilla bruta [14]. La idea de las nanopartículas metálicas,
en particular de Fe, como origen de la coloración del azul maya ha sido rechazada por varios
autores [10,12,13,15] que demuestran que el origen del color azul es el índigo. Esto lo sugiere
también el hecho de que es posible preparar azul maya con índigo sintético, que no contenga
hierro. Otro trabajo propone la presencia de goetita en el azul maya [16]. Nuevos análisis
sobre azul maya arqueológico y sintético sugieren que el hierro en el azul maya sustituye
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LA CIENCIA DE MATERIALES Y SU IMPACTO EN LA ARQUEOLOGÍA - VOL. III
iones de Mg y/o Al en la capa octaédrica de la paligorskita [17], lo cual sucede en todas las
paligorskitas naturales.
También se ha estudiado la resistencia a los ácidos de pigmentos fabricados usando los
distintos métodos propuestos en literatura [18]. Se encontró que los pigmentos paligorskita-
índigo se hacen resistentes a los ácidos al calentarlos a sólo 80-90 °C, de acuerdo con el tra-
bajo de Reyes-Valerio [9]. Esta temperatura está por debajo de la necesaria para eliminar el
agua zeolítica, que está sobre los 130 °C. Hacen falta más estudios térmicos para discernir
cuánta agua es necesario eliminar para obtener la fijación del índigo. En efecto, los pigmentos
sepiolita-índigo se comportan de forma muy diferente ante los ácidos que los pigmentos pa-
ligorskita-índigo. Por una parte, es posible obtener pigmentos relativamente estables (que
resistan ácidos durante unos minutos) de sepiolita-índigo sin necesidad de calentar. Por otro
lado, todos los pigmentos de sepiolita (calentados o no) se decoloran, y la matriz arcillosa
se destruye al meterlos en ácido durante algunas horas a temperatura ambiente. Esto no
sucede con los pigmentos de paligorskita, que necesitan largos tratamientos (~24 h) en
caliente (90 °C) para deteriorarlos, y más de un día en ebullición para destruirlos completa-
mente. En consecuencia, si se admite, como parece ser consenso generalizado, que el azul
maya es un pigmento resistente a los ácidos, se debe definir azul maya como mezcla calen-
tada de paligorskita e índigo, y los pigmentos de sepiolita deben descartarse de la termino-
logía azul maya.
Es pues bien aceptado por todos los autores que el azul maya es un pigmento resistente a
químicos y biodegradación, compuesto por una mezcla de paligorskita con índigo, que es
necesario calentar para estabilizarla ante los ácidos. Durante este calentamiento se favorece
una interacción entre el índigo y la arcilla, como se demuestra por espectroscopia óptica
[15]. La estructura de canales de la paligorskita tiene mucho que ver en la resistencia del
pigmento. Parece que es necesario eliminar algo de agua zeolítica para propiciar esta
interacción. Tanto los aspectos químicos de esta interacción (qué parte de la arcilla interac-
ciona con qué parte del índigo), como estructurales (dónde se posiciona el índigo respecto
a los canales), y el porqué de la extremada resistencia de este compuesto son todavía temas
abiertos al debate científico.
Se han utilizado muchas técnicas para el estudio de pigmentos arqueológicos en relación con
la identificación y estudio del azul maya. Cada una tiene sus ventajas e inconvenientes, y
todas son útiles y complementarias. Se discute aquí la posibilidad de usar estas técnicas para
identificar el pigmento en muestras arqueológicas. Se pretende que esta identificación dé
una prueba irrefutable de la presencia del azul maya (es decir, identifique de forma irrevo-
cable sus ingredientes, paligorskita e índigo), y que, evidentemente, sea no destructiva (o lo
menos destructiva posible).
La técnica tradicional para determinar si es azul maya, es su resistencia ante agentes
químicos, sobre todo ácidos. Si la muestra resiste al ataque, es azul maya. Evidentemente es un
método muy destructivo que sólo puede aplicarse a materiales de pedacería sin valor artís-
tico, que puedan ser sacrificados. Muchos autores se basan en verificar la resistencia del pig-
mento ante un tipo de ácido durante unos minutos. Gettens [19] propone unas pruebas más
completas, con varios ácidos, de larga duración e incluso en caliente. Estas pruebas han sido
usadas por otros autores [20]. De las conclusiones del trabajo [18] podemos sugerir para
estas pruebas: i) úsese HNO3, de preferencia sobre HCl o H2SO4, ya que decolora más el
índigo, y ii) téngase la muestra al menos una hora y media sumergida en ácido concentrado
(del que se obtiene comercialmente, sin diluir).
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Los análisis químicos no son muy útiles para identificar el azul maya, ya que requieren
gran cantidad de muestra, son destructivos, y la identificación de la paligorskita puede con-
fundirse con otras arcillas.
Se han usado extensamente métodos de identificación de elementos por emisión de
rayos X (líneas características) en el caso de pigmentos, sea basados en Microscopía
Electrónica de Barrido (MEB) [21], o Emisión de Rayos X Inducida por Protones (PIXE)
[22]. Sin embargo, la identificación no-ambigua de la paligorskita es difícil porque puede
confundirse con cualquier otro filosilicato, y el índigo es muy difícil de identificar por estas
técnicas, dado al bajo número atómico de sus componentes.
La difracción de Rayos X (DRX) es la técnica ideal para detectar la paligorskita en el
azul maya. Sin embargo no “ve” el índigo, ya que el índigo no está en forma cristalina. Esta
técnica requiere un equipo experimental muy sensible y muy bien alineado para obtener
difractogramas directamente sobre la muestra con pigmento. Raspar el pigmento puede faci-
litar el experimento, pero se mezcla el pigmento con restos del soporte, además de ser des-
tructivo. Se ha sugerido también el atacar con ácidos la muestra, para disolver la calcita y
ser más sensible a la paligorskita. Otro problema es que la fase de la paligorskita aparece
mezclada con otras fases (calcita, otros pigmentos, etc.) sobre todo porque la superficie estu-
diada es a menudo grande, y la identificación de la paligorskita sin ambigüedad no es evi-
dente a veces. El uso de microhaces con radiación de sincrotrón permite una selectividad
espacial que no es posible con aparatos convencionales. Usando esta técnica se ha detectado
la paligorskita en el verde de Bonampak [23].
La microscopía electrónica de barrido (MEB) es una técnica muy útil para el estudio
de pigmentos, y ha sido ampliamente utilizada en México para estudiar pigmentos prehis-
pánicos. La paligorskita presenta al MEB una estructura fibrosa fácilmente identificable. Es por
lo tanto una técnica muy buena para descartar la presencia de azul maya si las muestras azules
no presentan estructura fibrosa. Si la muestra presenta estructura fibrosa, es altamente pro-
bable que se trate de azul maya, aunque no sea posible identificar el índigo, ni discernir si
se trata de paligorskita o de sepiolita, que igualmente presenta estructura fibrosa.
Otras espectroscopias se han usado para el estudio del azul maya. Estudios de Re-
sonancia Magnética Nuclear (RMN) [11,13] se han efectuado sobre muestras sintéticas para
tratar de elucidar la interacción arcilla-índigo, pero no es válida para identificar muestras
arqueológicas, entre otras cosas porque se requiere bastante cantidad de material. La espec-
troscopia óptica también se ha usado con el mismo fin [15], pero tampoco es suficiente para
la identificación.
La espectroscopia infrarroja (FTIR) se ha utilizado para identificar el índigo en el azul
maya [5], usando las bandas en la zona 1290-1485 cm-1 que corresponden a las vibraciones
ν(C-C), δ(C-H) y δ(N-H) del índigo. Esta técnica puede usarse también para identificar las
arcillas, mirando a las zonas de alto número de onda (3000-4000 cm-1), correspondiendo a
las vibraciones de los cationes octaédricos (Mg, Al, Fe) con los grupos OH ó H2O [24]. La
posición exacta de los picos y sus intensidades relativas varía de una arcilla a otra, pero una
banda estrecha a 3613 cm-1 es característica de la paligorskita. Esta banda puede apreciarse
en la Figura 1 para muestras arqueológicas y sintéticas. Algunos picos del índigo o de la
arcilla pueden alterarse en el azul maya debido a la interacción índigo-paligorskita, y pueden
servir para ahondar en la naturaleza de esta interacción. Sin embargo, muchos picos del índigo
caen en zona de alta absorción por la paligorskita, lo que impide su estudio. El efecto de esta
interferencia y sobreposición de picos de la paligorskita e índigo no se presenta en espec-
troscopia RAMAN: los picos de la paligorskita desaparecen si se ilumina la muestra con un
láser de longitud de onda en el intervalo de 500 a 600 nm, debido a una alta fluorescencia.
Witke et al. [25] encontraron diferencias importantes entre el espectro RAMAN del índigo
y el del azul maya, que asignaron a una posible pérdida de planaridad de la molécula de
índigo cuando interacciona con la arcilla. Nuestros resultados [26] muestran que estas
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LA CIENCIA DE MATERIALES Y SU IMPACTO EN LA ARQUEOLOGÍA - VOL. III
diferencias no son específicas del azul maya, ya que diferencias similares se obtienen con
muestras índigo-paligorskita no calentada (es decir, no estable ante los ácidos) y con mezclas
de índigo con otras arcillas, como sepiolita o montmorillonita. Con lo cual, esta técnica sirve
para identificar el índigo en el azul maya, pero no el pigmento azul maya en sí, ya que su
espectro RAMAN puede confundirse con el del índigo mezclado con otra arcilla.
Esta discusión muestra que solamente la espectroscopia infrarroja es capaz de identificar
simultáneamente los dos ingredientes del azul maya. Las otras técnicas dan información
complementaria, pero ninguna sola basta para una identificación sin ambigüedad del azul
maya.
(a)
(b)
Figura 1. (a) Espectros FTIR del índigo (línea discontinua), paligorskita (línea
puntilleada) y azul maya (línea continua) en la zona donde se aprecian las bandas
del índigo detectables en el azul maya. (b) se muestra la región donde se encuentra
la banda de la paligorskita a 3613cm-1: en línea puntilleada está el espectro
de la paligorskita, en línea continua el del azul maya sintetizado por nosotros,
y en línea discontínua el de una muestra arqueológica
de azul maya de un mural de Cacaxtla.
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(a)
(b)
El estudio de la química del azul maya es importante no solamente desde el punto de vista
histórico o arqueológico sino también desde el área de la química de nuevos materiales que
contienen derivados orgánicos sobre substratos inorgánicos (arcillas o materiales micropo-
rosos). El azul maya es un complejo organoarcilloso en el que las propiedades del índigo
cambian debido a su fijación sobre la arcilla, tanto en la reactividad química (resistencia a
los ácidos) como en la coloración (típico azul turquesa del azul maya). El entender bien el
porqué de estos cambios ayudaría al diseño de nuevos materiales, y la posibilidad de usar
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LA CIENCIA DE MATERIALES Y SU IMPACTO EN LA ARQUEOLOGÍA - VOL. III
otros colorantes y productos orgánicos sobre otros substratos (arcillas o zeolitas, por ejemplo).
Hemos comprobado que pigmentos estables se pueden conseguir cambiando el índigo por
otros indigoderivados, como el thioíndigo, 6,6’dibromoíndigo, e índigo deuterado. Casi
todos los autores están de acuerdo en que existe una interacción o reacción entre el índigo
y la arcilla. Algunos mantienen la interacción entre los grupos carbonil (C=O) y amino (NH)
del índigo con grupos silanol de la arcilla [13] y/o agua estructural de la arcilla [11], o entre
el carbonil y el agua estructural de la arcilla [10], o incluso entre el carbonil y la capa
octaédrica de la arcilla [12]. Reinen et al. [15] dieron pruebas por espectroscopia UV-VIS
de que existe un proceso de interacción entre el índigo y la arcilla activado por el calenta-
miento. Sin embargo, se han reportado pigmentos de sepiolita-índigo resistentes durante mi-
nutos a los ácidos, sin necesidad de calentar [13,18]. Además, la resistencia del pigmento
paligorskita-índigo es excepcional [18], y habría que explicar por qué la estabilidad no es
tanta en sepiolita-índigo y no existe en montmorillonita-índigo, por ejemplo, cuando se ha
visto por RAMAN que hay una cierta interacción, como en el azul maya [26]. Es más, la
porosidad de la paligorskita se reduce cuando se forma el azul maya, por lo que los túneles
se llenan o se taponan. El porqué de esas diferencias entre el comportamiento entre pigmentos
de paligorskita y sepiolita está aún por dilucidarse. Nuevos estudios más precisos que los ya
reportados con espectroscopias FTIR, RMN, microporosidad, análisis térmicos, así como
difracción de rayos X o neutrones darán sin duda, en los próximos años, mucha más luz
sobre el azul maya.
Agradecimientos
REFERENCIAS
[1] H.E. Merwin. “Temple of the Warriors at Chitchen-Itza, Yucatan”. E.H. Morris, J.
Charlot, and A.A. Morris, Editors. Carnegie Institution of Washington: Washington,
D.C. (1931), 355-356.
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laboratory, Carnegie Institution of Washington, (1962), Washington D.C.
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[4] H. Van Olphen. “Maya Blue: A Clay Mineral-Organic Pigment?”. Science 154 (1966),
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[5] R. Kleber, R. Masschelein-Kleiner, J. Thissen. “Étude et Identification du Blue
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[6] D. E. Arnold. “Sakalum in Maya Culture and its Possible Relation to Maya Blue”. 1967,
University of Illinois, Department of Anthropology Research Reports: Urbana, Illinois.
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[8] A.A. Tagle, H. Paschinger, H. Richard, G. Infante. “Maya Blue: Its Presence in Cuban
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[9] C. Reyes-Valerio. “De Bonampak al Templo Mayor. El Azul Maya en Mesoamerica”. Co-
lección America Nuestra. Vol. 40. Mexico D. F.: siglo XXI editores. 1993,157.
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D. Mendoza / J. A. Arenas / J. L. Ruvalcaba / V. Rodríguez
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