Ciencia Materiales y Piezas Arqueologia

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LA CIENCIA DE MATERIALES

Y SU IMPACTO

EN LA ARQUEOLOGIA

VOLUMEN III

Editado por:

Demetrio Mendoza Anaya (ININ)


Jesús A. Arenas Alatorre (IF-UNAM)
José Luis Ruvalcaba Sil (IF-UNAM)
Ventura Rodríguez Lugo (CUV-BUAP)
Academia Mexicana de Ciencia de Materiales
29 Oriente 601-1, Col. Ladrillera de Benitez
C.P. 72540, Puebla, Pue., México

“Queda prohibida la reproducción total o parcial de la presente obra sin expreso


consentimiento del editor”

La Ciencia de Materiales y su Impacto en la Arqueología - Volumen III

© 2006, Demetrio Mendoza / Jesús A. Arenas / José Luis Ruvalcaba / Ventura


Rodríguez

D.R. © 2006 por Innovación Editorial Lagares de México, S.A. de C.V.


Álamo Plateado No. 1
Fracc. Los Álamos
Naucalpan, Estado de México
C.P. 53230
Teléfono: (55) 5240- 1295 al 98
email: [email protected]

Reproducción Autorizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Diseño de Portada: Enrique Ibarra Vicente

Cuidado Editorial: Alicia Benet Vélez

ISBN: 970-773-269-5

Primera edición Octubre, 2006


IMPRESO EN MÉXICO / PRINTED IN MEXICO
PRÓLOGO

Actualmente el desarrollo de un área de la ciencia requiere de trabajo multidisciplinario. Así


por ejemplo, la Arqueología en su afán de profundizar en el estudio de toda la riqueza cul-
tural legada por las culturas antiguas ha requerido del apoyo de otras ciencias, como la bio-
logía, química, física, computación, etc. Como resultado de esta interacción, ahora es común
que arqueólogos, restauradores, historiadores, paleontólogos interaccionen constantemente
con investigadores de otras disciplinas, intercambiando conocimientos y métodos analíticos.
Gracias a esta interacción, en las últimas décadas, en el campo de la arqueología surgió un
nuevo término: el de Arqueometría, que es un conjunto de métodos de análisis especializados,
aplicados a la caracterización de materiales para efectuar diferentes estudios y cuya infor-
mación permite obtener un mejor y más amplio conocimiento sobre las culturas antiguas. Un
hecho también importante es que la información obtenida a través de la arqueometría ha
permitido adoptar procedimientos más adecuados de conservación y restauración de mate-
riales.
Conscientes de la importancia de este tema y en su afán por contribuir con la arqueo-
metría y de manera más general, con la arqueología, la Ciencia de Materiales ha puesto a
disposición todos los conocimientos y técnicas desarrolladas. Más aún, en los eventos cien-
tíficos organizados por las academias de Materiales, incluyen eventos relacionados con el
estudio de materiales arqueológicos. Tal es el caso del congreso internacional que organiza
anualmente la Academia Mexicana de Materiales, A.C., que desde hace más de 10 años ha
incluido un simposio “Archaeological and Art Issues in Materials Science”, relacionado con
el análisis de todo tipo de vestigios arqueológicos, paleontológicos, e incluso de obras de
arte recientes.
Como una muestra de lo multidisciplinario que es la arqueometría, en este tercer volumen
de la serie se han compilado parte de los trabajos presentados dentro de dicho simposio
“Archaeological and Art Issues in Materials Science”, realizado en su edición 2005. Los lec-
tores podrán constatar a través de sus páginas la diversidad de materiales y métodos que
actualmente se emplean para conocer más sobre los vestigios legados por nuestros antepa-
sados. Es importante notar cómo una misma muestra es analizadas con diferentes técnicas
de caracterización, pero con un mismo objetivo: verificar su autenticidad. O cómo la pintura
mural sigue apasionando a investigadores de diferentes disciplinas y donde técnicas tradi-
cionales como la microscopía óptica son complementadas con técnicas tan sofisticadas
como la microscopía electrónica de alta resolución y técnicas nucleares. Así mismo, los
artículos mostrados en este libro permiten ver que los métodos computacionales se han con-
vertido en otra herramienta útil en el estudio de materiales, tales como pintura mural y cerá-
micos.
Definitivamente, a través de los artículos incluidos en este libro, los lectores podrán
constatar cómo la ciencia de materiales, ciencias computacionales, nucleares, etc., han hecho
que la Arqueometría alcance un importante desarrollo, no sólo en México, sino a nivel mundial.

Pedro Hugo Hernández Tejeda


Septiembre de 2006
AGRADECIMIENTOS

Los editores de esta obra deseamos, de nueva cuenta, hacer patente nuestro agradecimiento
a la Academia Mexicana de Ciencia de Materiales por el apoyo brindado para la impresión
de este volumen III del libro “La Ciencia de Materiales y su Impacto en la Arqueología”. Al
mismo tiempo que esperamos que continúen apoyando este tipo de obras cuyo fin es divulgar
el estudio y aplicación de los materiales.
Agradecemos a todos los autores de cada uno de los artículos en este volumen incluidos,
quienes han dado lo mejor de sí en esta labor de estudiar, analizar y preservar toda la riqueza
cultural que nos legaron nuestros antepasados.
Agradecemos también el apoyo brindado con sus valiosos comentarios a la Dra. Claudia
E. Gutiérrez Wing, Ing. Luis Torres, Dr. Ventura Rodríguez, M. C. Yuriria Silva Velázquez e
Ing. Manuel E. Espinosa.
Nuestro agradecimiento también a la comunidad académica que ha de leer este libro,
disponiéndose a considerar y discutir las ideas en él contenidas. Considerando el propósito
constructor de tales ideas, y la necesidad indiscutible de promover su discusión, ese es el
mejor premio de los editores y autores.
Se agradece a CONACULTA.-INAH-MEX por permitir utilizar las imágenes que apa-
recen en la portada de este libro.

Septiembre de 2006
CONTENIDO

NUEVAS INVESTIGACIONES SOBRE EL AZUL MAYA .....................................11


M. Sánchez del Río, C. Reyes Valerio, M. Picquart, E. Haro Poniatowski,
E. Lima, V. Hugo Lara, P. Castillo, H. Vázquez, V. Hugo Uc, S. Páez,
S. Menéndez Castro, K. Mahé Lugo Romera, P. Bosch, C. Solis

CARACTERIZACIÓN FISICOQUÍMICA DE PIGMENTOS Y SOPORTES


EN PINTURAS MURALES: CASO MAYAPÁN, YUCATÁN .................................21
Y. Silva-Velázquez, Carlos A. Peraza Lope,
J. Pablo Bautista Mosqueira y J. Arenas-Alatorre

THE PHYSICOCHEMICAL CHARACTERIZATION


OF CAVE PAINTINGS OF BAJA CALIFORNIA .....................................................45
Benjamín Valdez, Juan Cobo, Michael Schorr, Leonel Cota and Fernando Oviedo

ANALISIS MICROESTRUCTURAL DE DOS MURALES


PREHISPÁNICOS DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA
DE CHOLULA, PUEBLA, MÉXICO .........................................................................55
M. D. Iturbe Castillo, D. Tenorio, L. Carapia, M. Cruz Sánchez y E. Avila

RECOVERY OF THE KNOWLEDGE IN SCIENCE .................................................67


AND TECHNOLOGY OF THE MILLENNIAL MEXICO
Xim Bokhimi

PROCESAMIENTO DIGITAL DE LAS IMÁGENES


DEL MURAL DE “LOS BEBEDORES” DE LA ZONA
ARQUEOLÓGICA DE CHOLULA, PUEBLA, MÉXICO .........................................79
Y. Molina Hernández, M. I. Martín Ortiz y M. D. Iturbe Castillo

FRX PORTÁTIL Y PIXE COMO TÉCNICAS COMPLEMENTARIAS


PARA EL ANÁLISIS DE LIBROS ANTIGUOS: ESTUDIO
DE GUARDAS Y CANTOS DECORADOS ...............................................................91
Lucía Torner Morales, José Luis Ruvalcaba Sil y Carolusa González Tirado

WESTERN EUROPEAN INFLUENCES ON POST-BYZANTINE PANEL


PAINTING TECHNIQUE THROUGH BINDING MEDIA IDENTIFICATION ......105
Eleni Kouloumpi, Graham Lawson, Bill Pavlidis

ESTUDIO FÍSICO-QUÍMICO DE CERÁMICA DEL PRECLÁSICO


DE CUICUILCO “C”, MÉXICO. METODOLOGÍA PARA DEFINIR
PROCEDENCIA DE MATERIA PRIMA ..................................................................123
Alejandra Badillo Sánchez, M. A. Pérez Campa,
S. Sánchez Pérez, G. Jiménez Delgado, M. Aguilar Franco,
C. Zorrilla Cangas y J. A. Arenas Alatorre
LA CURVA TERMOLUMINISCENTE COMO PARÁMETRO
PARA COMPARAR CERÁMICA ARQUEOLÓGICA .............................................143
I. R. Domínguez Rodríguez, G. A. Ramírez Castilla,
P.R. González Martínez, G. Martínez Cornejo, D. Mendoza Anaya

ANÁLISIS DE MOSAICOS DE PIEDRA VERDE


INCRUSTADOS EN DOS CRÁNEOS HUMANOS
A TRAVÉS DE SUS HUELLAS DE MANUFACTURA ..........................................161
Emiliano Ricardo Melgar Tísoc, Pablo Bautista M.

CRÁNEOS HUMANOS CON TESELAS DE TURQUESA:


¿ORIGEN PREHISPÁNICO O RÉPLICAS? ............................................................177
Y. Silva-Velázquez, Ma. Teresa Castillo Mangas,
J. Pablo Bautista Mosqueira, y J. Arenas-Alatorre

LA MICROSCOPÍA ELECTRÓNICA COMO UNA HERRAMIENTA


EN LA AUTENTIFICACIÓN DE MATERIALES DE CONCHA ............................189
Adrián Velázquez Castro

LA ESPECTROSCOPIA INFRARROJA EN EL ESTUDIO


DE LA CRISTALINIDAD DEL HUESO AFECTADO TÉRMICAMENTE ............203
C. Medina, V. Tiesler, J. A. Azamar, J. J. Alvarado Gil y P. Quintana

EL COPAL DE LAS OFRENDAS DE CHICHÉN ITZÁ


Y DEL TEMPLO MAYOR DE TENOCHTITLÁN ..................................................215
A. Montúfar López, C. E. Gutiérrez Wing, A. Torres Montúfar
y D. Mendoza Anaya

TESTIGOS DE METAL ..............................................................................................225


F. Franco Velázquez, Luis A. Torres Montes y D. Krasnopolsky de Grinberg

LA IDENTIFICACIÓN DE MATERIALES ARCILLOSOS


Y PÉTREOS UTILIZADOS EN LA MANUFACTURA DEL FRISO
MODELADO EN ESTUCO DE LA SUBII-C1 DE CALAKMUL,
A TRAVÉS DE ANÁLISIS DE DIFRACCIÓN DE RAYOS X ................................237
Claudia García Solís, Patricia Quintana, Francisco Bautista-Zúñiga

CARACTERIZACIÓN MECÁNICA DE FACHADAS


DE IGNIMBRITA EXTERIORES DE MONUMENTOS
HISTÓRICO-ARQUITECTÓNICOS DEL CENTRO DE MORELIA ......................253
E. Alonso, W. Martínez, J. C. Rubio, F. Velasco, L. Martínez y M. Ávalos

GC/MS EN EL ESTUDIO DEL PROCESO DE DETERIORO


DE MONUMENTOS HISTÓRICOS: CARACTERIZACIÓN DE LA COSTRA
NEGRA PRESENTE EN LA CATEDRAL DE SEVILLA ........................................265
J. Reyes, B. Hermosín, C. Sáiz-Jiménez
NUEVAS INVESTIGACIONES
SOBRE EL AZUL MAYA
Manuel Sánchez del Río1*, Constantino Reyes-Valerio2,
Michel Picquart1, Emmanuel Haro-Poniatowski1,
Enrique Lima1, Víctor Hugo Lara1, Patricia Castillo1,
Humberto Vázquez1, Víctor Hugo Uc1, Sandra Páez3,
Sonia Menéndez Castro3, Karen Mahé Lugo Romera3,
Pedro Bosch4, Corina Solis5

RESUMEN

El azul maya es un pigmento excepcional. Su invención ha sido asociada con los mayas
entre los siglos VII-VIII o antes y ha sido extensamente usado por prácticamente todos los
pueblos mesoamericanos. También ha sido usado en el primer siglo de la época colonial en
México (s. XVI), y hay evidencia de su uso posterior en Cuba. El azul maya está ligado
desde su redescubrimiento a muchas incógnitas, tanto desde el punto de vista químico, como
histórico-arqueológico; origen, fabricación, fechado y causas de su extinción. En este tra-
bajo se exponen algunos resultados obtenidos en el estudio del azul maya en dos direcciones.
Primero, la caracterización de muestras arqueológicas por distintas técnicas, con el objetivo
de conocer su composición y tratar de obtener información sobre la tecnología de fabricación
y el origen de los materiales. También es importante conocer los pros y contras de cada téc-
nica con vistas a una identificación simple y no-destructiva del pigmento. Una segunda
dirección apunta al entendimiento de la naturaleza del enlace químico entre la arcilla pali-
gorskita y el colorante índigo, tanto desde el punto de vista estructural (dónde se localizan
los átomos) como funcional (cuales son los grupos químicos que interaccionan). Como
podrá apreciarse, son problemas difíciles en los que todavía queda mucho por decir.

ABSTRACT

Maya blue is a marvelous pigment with extraordinary properties. It was invented by the Maya
around VII-VIII century and it was used by many Mesoamerican peoples in prehispanic
times. It was also used during the first period of the conquest for the decoration of convents
and churches, and there is an evidence of its use in Colonial Cuba. The mysteries and
problems concerning Maya blue are far from being solved. The chemical reasons of the
unusual stability of this palygorskite-indigo complex, and the unsolved enigmas of the origin,
fabrication, dating, utilization and extinction of this pigment drove us to start a multidiscipli-
nary research program for trying to find some answers to these questions. We present results
and discussion on the study of this pigment in two directions. From the study of archaeolo-
gical samples with different techniques, we tried to get information on the composition,

1 Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa, México DF.


2 Instituto Nacional de Antropología e Historia, México DF.
3 Gabinete de Arqueología, Oficina del Historiador de la Ciudad, La Habana, Cuba.
4 Instituto de Investigación en Materiales, UNAM, México DF.
5 Instituto de Física, UNAM, México DF.
* e-mail: [email protected]

11
D. Mendoza / J. A. Arenas / J. L. Ruvalcaba / V. Rodríguez
fabrication technology and provenance of the materials. It is also important to evaluate the
advantages and inconvenients of each technique for a non-destructive identification of
the Maya blue pigment. A second direction points to the study of the chemical bonds
between the palygorskite clay and indigo colorant. Both the structural point of view (how
the indigo is inserted in the clay matrix) and functional point of view (which chemical
groups are interacting) are discussed. It is concluded that there is a long road to do in this
direction.

INTRODUCCIÓN

El azul maya fue redescubierto por Merwin cuando estudiaba pinturas murales del Templo
de lo Guerreros en Chichén Itzá [1]. Se verificó que se trataba de un pigmento desconocido de
extraordinaria resistencia química, por lo que se pensó que se trataba de algún mineral
desconocido. Se encontró por difracción de rayos X que contenía el mineral paligorskita
(entonces llamado atapulgita, nombre todavía en uso para aplicaciones industriales). Sin
embargo, la paligorskita es una arcilla blanca llamada sak lu´um (tierra blanca) en Maya, lo
cual no explica la coloración. Se pensó que podría tratarse de otro mineral azul de la familia
de la paligorskita, pero su búsqueda resultó infructuosa. A finales de los 50, Shepard [2,3]
sugirió la posible presencia de un colorante orgánico como origen del color, dado que el azul
maya no resiste la calcinación. Ya en los 60, Van Olphen [4] propuso que el azul maya estaba
hecho de paligorskita e índigo. Mezcló varias arcillas con índigo, y obtuvo pigmentos estables
(es decir, que no se decoloran con ácidos concentrados) en el caso de mezclar arcillas de
naturaleza fibrosa con estructura de canales (paligorskita y sepiolita) con índigo, luego de ca-
lentar. Debido a que arcillas laminares no producían pigmentos estables sugirió que la
estructura de canales era fundamental para la estabilización. Hizo notar la importancia del
calentamiento y la influencia del tamaño de las partículas, y afirmó que el índigo no pe-
netraba en los canales por falta de espacio. El fue el primero en preguntarse sobre el meca-
nismo químico de interacción arcilla-índigo, y este misterio no está aún resuelto cuarenta
años después. Kebler et al. [5], de forma independiente a Van Olphen, sintetizaron y carac-
terizaron varias muestras de azul maya con distintas técnicas, y sus resultados van de acuerdo
con los de Van Olphen, excepto en la propuesta de cómo se localiza el índigo en la arcilla:
sugirieron que el índigo penetra en los nanotúneles de la arcilla reemplazando el agua
zeolítica, que es expulsada en el proceso de calentamiento. Otros trabajos en los años 70
identificaron depósitos de paligorskita en la península de Yucatán, que probablemente fueron
usados por los mayas para fabricar el pigmento [6,7]. Alberto Tagle [8] demostró la pre-
sencia de un equivalente químico al azul maya en pintura colonial de La Habana.
En las décadas de los 80 y 90 se trató de obtener el azul maya con métodos al alcance
de las tecnologías prehispánicas. Reyes-Valerio [9], basado en estudios de documentos his-
tóricos, reprodujo exitosamente un método para fabricar azul maya. Recientemente se ha
reavivado la discusión de si el índigo penetra en los canales, como sugirieron Kleber et al.,
o sólo los tapona, como indicó Van Olphen. A favor de la primera hipótesis están los trabajos
estructurales de Chiari et al. [10] soportados por modelos computacionales [11,12]. A favor
de la segunda hipótesis está el completo trabajo de Hubbard et al. [13]. Otra hipótesis estruc-
tural consiste en explicar el color azul por la presencia de nanopartículas de hierro prove-
nientes de la planta añil (fuente del índigo) y la formación de superestructuras en el azul
maya que no se encuentran en la arcilla bruta [14]. La idea de las nanopartículas metálicas,
en particular de Fe, como origen de la coloración del azul maya ha sido rechazada por varios
autores [10,12,13,15] que demuestran que el origen del color azul es el índigo. Esto lo sugiere
también el hecho de que es posible preparar azul maya con índigo sintético, que no contenga
hierro. Otro trabajo propone la presencia de goetita en el azul maya [16]. Nuevos análisis
sobre azul maya arqueológico y sintético sugieren que el hierro en el azul maya sustituye

12
LA CIENCIA DE MATERIALES Y SU IMPACTO EN LA ARQUEOLOGÍA - VOL. III

iones de Mg y/o Al en la capa octaédrica de la paligorskita [17], lo cual sucede en todas las
paligorskitas naturales.
También se ha estudiado la resistencia a los ácidos de pigmentos fabricados usando los
distintos métodos propuestos en literatura [18]. Se encontró que los pigmentos paligorskita-
índigo se hacen resistentes a los ácidos al calentarlos a sólo 80-90 °C, de acuerdo con el tra-
bajo de Reyes-Valerio [9]. Esta temperatura está por debajo de la necesaria para eliminar el
agua zeolítica, que está sobre los 130 °C. Hacen falta más estudios térmicos para discernir
cuánta agua es necesario eliminar para obtener la fijación del índigo. En efecto, los pigmentos
sepiolita-índigo se comportan de forma muy diferente ante los ácidos que los pigmentos pa-
ligorskita-índigo. Por una parte, es posible obtener pigmentos relativamente estables (que
resistan ácidos durante unos minutos) de sepiolita-índigo sin necesidad de calentar. Por otro
lado, todos los pigmentos de sepiolita (calentados o no) se decoloran, y la matriz arcillosa
se destruye al meterlos en ácido durante algunas horas a temperatura ambiente. Esto no
sucede con los pigmentos de paligorskita, que necesitan largos tratamientos (~24 h) en
caliente (90 °C) para deteriorarlos, y más de un día en ebullición para destruirlos completa-
mente. En consecuencia, si se admite, como parece ser consenso generalizado, que el azul
maya es un pigmento resistente a los ácidos, se debe definir azul maya como mezcla calen-
tada de paligorskita e índigo, y los pigmentos de sepiolita deben descartarse de la termino-
logía azul maya.
Es pues bien aceptado por todos los autores que el azul maya es un pigmento resistente a
químicos y biodegradación, compuesto por una mezcla de paligorskita con índigo, que es
necesario calentar para estabilizarla ante los ácidos. Durante este calentamiento se favorece
una interacción entre el índigo y la arcilla, como se demuestra por espectroscopia óptica
[15]. La estructura de canales de la paligorskita tiene mucho que ver en la resistencia del
pigmento. Parece que es necesario eliminar algo de agua zeolítica para propiciar esta
interacción. Tanto los aspectos químicos de esta interacción (qué parte de la arcilla interac-
ciona con qué parte del índigo), como estructurales (dónde se posiciona el índigo respecto
a los canales), y el porqué de la extremada resistencia de este compuesto son todavía temas
abiertos al debate científico.

Técnicas para la identificación del azul maya

Se han utilizado muchas técnicas para el estudio de pigmentos arqueológicos en relación con
la identificación y estudio del azul maya. Cada una tiene sus ventajas e inconvenientes, y
todas son útiles y complementarias. Se discute aquí la posibilidad de usar estas técnicas para
identificar el pigmento en muestras arqueológicas. Se pretende que esta identificación dé
una prueba irrefutable de la presencia del azul maya (es decir, identifique de forma irrevo-
cable sus ingredientes, paligorskita e índigo), y que, evidentemente, sea no destructiva (o lo
menos destructiva posible).
La técnica tradicional para determinar si es azul maya, es su resistencia ante agentes
químicos, sobre todo ácidos. Si la muestra resiste al ataque, es azul maya. Evidentemente es un
método muy destructivo que sólo puede aplicarse a materiales de pedacería sin valor artís-
tico, que puedan ser sacrificados. Muchos autores se basan en verificar la resistencia del pig-
mento ante un tipo de ácido durante unos minutos. Gettens [19] propone unas pruebas más
completas, con varios ácidos, de larga duración e incluso en caliente. Estas pruebas han sido
usadas por otros autores [20]. De las conclusiones del trabajo [18] podemos sugerir para
estas pruebas: i) úsese HNO3, de preferencia sobre HCl o H2SO4, ya que decolora más el
índigo, y ii) téngase la muestra al menos una hora y media sumergida en ácido concentrado
(del que se obtiene comercialmente, sin diluir).

13
D. Mendoza / J. A. Arenas / J. L. Ruvalcaba / V. Rodríguez

Los análisis químicos no son muy útiles para identificar el azul maya, ya que requieren
gran cantidad de muestra, son destructivos, y la identificación de la paligorskita puede con-
fundirse con otras arcillas.
Se han usado extensamente métodos de identificación de elementos por emisión de
rayos X (líneas características) en el caso de pigmentos, sea basados en Microscopía
Electrónica de Barrido (MEB) [21], o Emisión de Rayos X Inducida por Protones (PIXE)
[22]. Sin embargo, la identificación no-ambigua de la paligorskita es difícil porque puede
confundirse con cualquier otro filosilicato, y el índigo es muy difícil de identificar por estas
técnicas, dado al bajo número atómico de sus componentes.
La difracción de Rayos X (DRX) es la técnica ideal para detectar la paligorskita en el
azul maya. Sin embargo no “ve” el índigo, ya que el índigo no está en forma cristalina. Esta
técnica requiere un equipo experimental muy sensible y muy bien alineado para obtener
difractogramas directamente sobre la muestra con pigmento. Raspar el pigmento puede faci-
litar el experimento, pero se mezcla el pigmento con restos del soporte, además de ser des-
tructivo. Se ha sugerido también el atacar con ácidos la muestra, para disolver la calcita y
ser más sensible a la paligorskita. Otro problema es que la fase de la paligorskita aparece
mezclada con otras fases (calcita, otros pigmentos, etc.) sobre todo porque la superficie estu-
diada es a menudo grande, y la identificación de la paligorskita sin ambigüedad no es evi-
dente a veces. El uso de microhaces con radiación de sincrotrón permite una selectividad
espacial que no es posible con aparatos convencionales. Usando esta técnica se ha detectado
la paligorskita en el verde de Bonampak [23].
La microscopía electrónica de barrido (MEB) es una técnica muy útil para el estudio
de pigmentos, y ha sido ampliamente utilizada en México para estudiar pigmentos prehis-
pánicos. La paligorskita presenta al MEB una estructura fibrosa fácilmente identificable. Es por
lo tanto una técnica muy buena para descartar la presencia de azul maya si las muestras azules
no presentan estructura fibrosa. Si la muestra presenta estructura fibrosa, es altamente pro-
bable que se trate de azul maya, aunque no sea posible identificar el índigo, ni discernir si
se trata de paligorskita o de sepiolita, que igualmente presenta estructura fibrosa.
Otras espectroscopias se han usado para el estudio del azul maya. Estudios de Re-
sonancia Magnética Nuclear (RMN) [11,13] se han efectuado sobre muestras sintéticas para
tratar de elucidar la interacción arcilla-índigo, pero no es válida para identificar muestras
arqueológicas, entre otras cosas porque se requiere bastante cantidad de material. La espec-
troscopia óptica también se ha usado con el mismo fin [15], pero tampoco es suficiente para
la identificación.
La espectroscopia infrarroja (FTIR) se ha utilizado para identificar el índigo en el azul
maya [5], usando las bandas en la zona 1290-1485 cm-1 que corresponden a las vibraciones
ν(C-C), δ(C-H) y δ(N-H) del índigo. Esta técnica puede usarse también para identificar las
arcillas, mirando a las zonas de alto número de onda (3000-4000 cm-1), correspondiendo a
las vibraciones de los cationes octaédricos (Mg, Al, Fe) con los grupos OH ó H2O [24]. La
posición exacta de los picos y sus intensidades relativas varía de una arcilla a otra, pero una
banda estrecha a 3613 cm-1 es característica de la paligorskita. Esta banda puede apreciarse
en la Figura 1 para muestras arqueológicas y sintéticas. Algunos picos del índigo o de la
arcilla pueden alterarse en el azul maya debido a la interacción índigo-paligorskita, y pueden
servir para ahondar en la naturaleza de esta interacción. Sin embargo, muchos picos del índigo
caen en zona de alta absorción por la paligorskita, lo que impide su estudio. El efecto de esta
interferencia y sobreposición de picos de la paligorskita e índigo no se presenta en espec-
troscopia RAMAN: los picos de la paligorskita desaparecen si se ilumina la muestra con un
láser de longitud de onda en el intervalo de 500 a 600 nm, debido a una alta fluorescencia.
Witke et al. [25] encontraron diferencias importantes entre el espectro RAMAN del índigo
y el del azul maya, que asignaron a una posible pérdida de planaridad de la molécula de
índigo cuando interacciona con la arcilla. Nuestros resultados [26] muestran que estas

14
LA CIENCIA DE MATERIALES Y SU IMPACTO EN LA ARQUEOLOGÍA - VOL. III

diferencias no son específicas del azul maya, ya que diferencias similares se obtienen con
muestras índigo-paligorskita no calentada (es decir, no estable ante los ácidos) y con mezclas
de índigo con otras arcillas, como sepiolita o montmorillonita. Con lo cual, esta técnica sirve
para identificar el índigo en el azul maya, pero no el pigmento azul maya en sí, ya que su
espectro RAMAN puede confundirse con el del índigo mezclado con otra arcilla.
Esta discusión muestra que solamente la espectroscopia infrarroja es capaz de identificar
simultáneamente los dos ingredientes del azul maya. Las otras técnicas dan información
complementaria, pero ninguna sola basta para una identificación sin ambigüedad del azul
maya.

(a)

(b)

Figura 1. (a) Espectros FTIR del índigo (línea discontinua), paligorskita (línea
puntilleada) y azul maya (línea continua) en la zona donde se aprecian las bandas
del índigo detectables en el azul maya. (b) se muestra la región donde se encuentra
la banda de la paligorskita a 3613cm-1: en línea puntilleada está el espectro
de la paligorskita, en línea continua el del azul maya sintetizado por nosotros,
y en línea discontínua el de una muestra arqueológica
de azul maya de un mural de Cacaxtla.

15
D. Mendoza / J. A. Arenas / J. L. Ruvalcaba / V. Rodríguez

Resultados del análisis de muestras cubanas

En este apartado se presenta la aplicación de tres técnicas discutidas anteriormente (MEB,


FTIR y DRX) para el estudio de cuatro muestras de pintura mural azul provenientes de casas
de La Habana Vieja: Casa Pedroso (muestras S1 y S2), Casa del Marqués de Pedro Ameno
(S3) y Casa del Comendador (S4). El objetivo del estudio es confirmar o no la presencia de
azul maya en estas muestras, relacionándolo con el único trabajo publicado sobre el posible
uso del azul maya en Cuba, fuera del área mesoamericana [8]. Los resultados de MEB
muestran, claramente, ausencia de fibras en S1 y S2, y presencia de éstas en S3 y S4 (Fig.
2). Hay que hacer notar que en ciertos casos la estructura fibrosa de la paligorskita no está
directamente sobre la superficie sino bajo una capa cristalina más o menos espesa. En par-
ticular, esto sucede cuando se trata de pintura mural “al fresco” en la que el pigmento se
encuentra recubierto por una capa cristalina de calcita. Nuestros análisis no detectaron azul
maya en las muestras de la Casa Pedroso. Las muestras de las otras dos casas probablemente sí
contienen azul maya. Los resultados de FTIR van en la misma dirección, mostrando un pico
en 3613 cm-1 asociado para las muestras S3 y S4, pero no se observa en S1 (Fig. 3).
Con DRX, midiendo directamente sobre la muestra de pintura mural sin raspar ni
atacar con ácidos, se obtuvieron difractogramas en que los picos de la paligorskita, sí existen,
aunque están muy debilitados debido a la presencia de otras fases (Fig. 4).

Figura 2. Imágenes de MEB para cuatro muestras de pintura mural cubanas. 1) S1


a diez mil aumentos. No se observan fibras. 2) S2 a cinco mil aumentos. No se
observan fibras. 3) S3 a diez mil aumentos. Se observan fibras. 4) S4 a diez
mil aumentos. Se observan fibras.

16
LA CIENCIA DE MATERIALES Y SU IMPACTO EN LA ARQUEOLOGÍA - VOL. III

Figura 3 Espectros FTIR de la muestra de azul maya de Cacaxtla


y de muestras de tres casas cubanas (S1, S3 y S4). Se observa una banda
a 3613 cm-1 que corresponde a la paligorskita en S3 y S4, además
de la muestra referencia de Cacaxtla, lo que confirma los resultados de MEB.
Estos espectros están medidos directamente sobre las muestras arqueológicas
(sin raspar, pulverizar o destruir), usando un dispositivo
ATR (Attenuated Total Reflection).

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D. Mendoza / J. A. Arenas / J. L. Ruvalcaba / V. Rodríguez

(a)

(b)

Figura 4. (a) Difractograma de la muestra referencia de Cacaxtla,


junto con posiciones e intensidades de los picos de la calcita y la paligorskita.
(b) ídem para la muestra cubana S2, donde hay calcita, y algún compuesto
más no identificado; la señal de la paligorskita se
encuentra dentro del ruido del difractograma.

Hacia un modelo sobre la química de azul maya

El estudio de la química del azul maya es importante no solamente desde el punto de vista
histórico o arqueológico sino también desde el área de la química de nuevos materiales que
contienen derivados orgánicos sobre substratos inorgánicos (arcillas o materiales micropo-
rosos). El azul maya es un complejo organoarcilloso en el que las propiedades del índigo
cambian debido a su fijación sobre la arcilla, tanto en la reactividad química (resistencia a
los ácidos) como en la coloración (típico azul turquesa del azul maya). El entender bien el
porqué de estos cambios ayudaría al diseño de nuevos materiales, y la posibilidad de usar

18
LA CIENCIA DE MATERIALES Y SU IMPACTO EN LA ARQUEOLOGÍA - VOL. III

otros colorantes y productos orgánicos sobre otros substratos (arcillas o zeolitas, por ejemplo).
Hemos comprobado que pigmentos estables se pueden conseguir cambiando el índigo por
otros indigoderivados, como el thioíndigo, 6,6’dibromoíndigo, e índigo deuterado. Casi
todos los autores están de acuerdo en que existe una interacción o reacción entre el índigo
y la arcilla. Algunos mantienen la interacción entre los grupos carbonil (C=O) y amino (NH)
del índigo con grupos silanol de la arcilla [13] y/o agua estructural de la arcilla [11], o entre
el carbonil y el agua estructural de la arcilla [10], o incluso entre el carbonil y la capa
octaédrica de la arcilla [12]. Reinen et al. [15] dieron pruebas por espectroscopia UV-VIS
de que existe un proceso de interacción entre el índigo y la arcilla activado por el calenta-
miento. Sin embargo, se han reportado pigmentos de sepiolita-índigo resistentes durante mi-
nutos a los ácidos, sin necesidad de calentar [13,18]. Además, la resistencia del pigmento
paligorskita-índigo es excepcional [18], y habría que explicar por qué la estabilidad no es
tanta en sepiolita-índigo y no existe en montmorillonita-índigo, por ejemplo, cuando se ha
visto por RAMAN que hay una cierta interacción, como en el azul maya [26]. Es más, la
porosidad de la paligorskita se reduce cuando se forma el azul maya, por lo que los túneles
se llenan o se taponan. El porqué de esas diferencias entre el comportamiento entre pigmentos
de paligorskita y sepiolita está aún por dilucidarse. Nuevos estudios más precisos que los ya
reportados con espectroscopias FTIR, RMN, microporosidad, análisis térmicos, así como
difracción de rayos X o neutrones darán sin duda, en los próximos años, mucha más luz
sobre el azul maya.

Agradecimientos

Es un placer agradecer a Annik Vivier su constante estímulo y ayuda para el desarrollo de


este proyecto. Gracias también a Mercedes Suárez, Emilia García-Romero, Pauline
Martinetto y Eric Dooryhée por su participación en trabajos sobre la paligorskita y azul
maya aquí mencionados. Se agradece el uso de las instalaciones de la división CBI de la
UAM Iztapalapa, en particular el equipo FTIR del laboratorio de docencia de química.

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