Historia Del Juguete en Medellín 1910-1940

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Historia del juguete en Medellín 1910 - 1940

El juguete como mediador en la transformación de los conceptos de infancia

Trabajo de grado para optar por el título de

Magister en Estudios Humanísticos

Estudiante:

Juliana Cuervo Calle

Asesor:

Ph.D. Raúl Alberto Domínguez Rendón

Universidad EAFIT

Departamento de Humanidades

Maestría en Estudios Humanísticos

2017
Hoja de aprobación

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Agradecimientos

Gracias…

A Rafael Castaño, quien en su museo me hizo recordar lo mágico que es el mundo de los
juguetes y me acompañó en este proceso desde sus inicios. Cada uno de sus aportes fue
inmensamente valioso para escribir estas páginas.

A mi asesor Raúl Domínguez, por creer desde el comienzo en mí y en mi trabajo, y por


acompañarme de la manera más comprometida en este camino.

A mi familia, por creer siempre en mí.

A Abelardo… siempre a mi lado en las largas jornadas de lectura y escritura.

A los colaboradores de la Sala de Patrimonio Documental de la Universidad Eafit, quienes


facilitaron y apoyaron mi trabajo de investigación.

A todas las personas que de una u otra forma acompañaron este proceso.

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Contenido

Introducción general ............................................................................................................... 6


Aspectos metodológicos ......................................................................................................... 9

CAPÍTULO 1 ....................................................................................................................... 12
El rol del juguete y el juego en la construcción histórica de un concepto de infancia ......... 12
Introducción .......................................................................................................................... 12
1.1 El juguete como potenciador del juego en los niños y portador de representaciones de
la realidad social y cultural. .............................................................................................. 12
1.1.1 Revisión crítica del concepto de juguete: De materialidades que representan
concepciones del mundo adulto a invenciones infantiles regidas por el juego ............. 14
1.2 Infancia: Un concepto con múltiples matices y cambios en el tiempo ....................... 19
1.2.1. El concepto de infancia en Colombia y sus principales transformaciones ......... 21
1.3. El juego como actividad para la socialización, la formación y la educación en la
infancia.............................................................................................................................. 25
Conclusión ............................................................................................................................ 28

CAPÍTULO 2 ....................................................................................................................... 31
Medellín en 1910 – 1940: Los sucesos industriales y productivos que afectaron a los niños,
juegos y juguetes de la época ............................................................................................... 31
Introducción .......................................................................................................................... 31
2.1 Medellín entre 1910 y 1940, en su transición a la modernización.............................. 32
2.1.1 ¿Qué caracterizó el acelerado proceso de transformación que vivió Medellín
entre 1910 y 1940? ........................................................................................................ 34
2.1.2. Medellín a comienzos del siglo XX y su población diversa y contrastante ....... 36
2.1.3. Transformaciones físicas de Medellín en sus procesos de modernización ......... 38
2.1.4. El objeto industrial: Surgimiento y desarrollo en el país .................................... 41
2.1.5. Medellín: De la próspera esencia comercial a la emergente actividad productiva
e industrial ..................................................................................................................... 45
2.2 Los juguetes en Medellín entre 1910 y 1940: producto de importaciones y de una
emergente producción local .............................................................................................. 51
2.2.1 ¿Qué se inculcaba a partir de los juegos y del uso de los juguetes a los que tenían
acceso los niños de las primeras décadas del siglo XX en Medellín?........................... 58

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Conclusión ............................................................................................................................ 69

CAPÍTULO 3 ....................................................................................................................... 72
El juguete como artefacto: análisis material, formal y funcional (usuario).......................... 72
Introducción .......................................................................................................................... 72
3.1 Vida rural y sus representaciones a través de juguetes locales y artesanales: ............ 74
Juguetes producidos y usados a finales del siglo XIX y la primera década del s. XX.
Análisis desde sus componentes material, formal, funcional (de uso). ............................ 74
3.2. Arribo de mundos infantiles importados e industriales ............................................. 81
Juguetes pertenecientes al periodo comprendido entre 1910 y 1920. Análisis desde sus
componentes material, formal, funcional (de uso). .......................................................... 81
3.3. Los inicios de una industria nacional juguetera ......................................................... 94
Juguetes producidos y usados entre 1930 y finales de la década de 1940. Análisis desde
sus componentes material, formal, funcional (de uso) ..................................................... 94
Conclusión .......................................................................................................................... 102

Conclusiones generales....................................................................................................... 106


Referencias ......................................................................................................................... 109

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Introducción general

“Cada pueblo tiene sus juguetes. Los mismos se han desarrollado a la par que la
civilización, renovándose por una parte, pero también conservando matices étnicos
que le hacen irrepetibles. No es festinado afirmar que el camino más corto para
conocer una nacionalidad son los juguetes infantiles”. (Cunsong, 2005, p. 58)

La presente investigación se centró en la comprensión del juguete como una


representación de realidades sociales y culturales y, a su vez, como mediador entre el juego
y el niño. Para lograr esto, se planteó como objetivo general evidenciar la correspondencia
entre los modelos de infancia en Medellín entre 1910 y 1940 y las transformaciones en las
características de los juguetes usados en esta época, analizados desde sus componentes
materiales, formales y funcionales (de uso). Es de destacar aquí que la principal diferencia
con respecto a otros estudios sobre el juguete, es el enfoque en las características materiales,
formales y de uso de éste como artefacto y, a su vez, en su relación con los tipos de infancia
que surgieron y se promovieron en la época analizada. Se definió entonces estudiar el juguete
en relación con la infancia en Medellín, en un periodo de tiempo específico (1910 – 1940) en
el cual se suceden profundos cambios en todos los ámbitos de una ciudad que se está
modernizando (como se mostrará en el capítulo 2). A lo largo de esta tesis, se enfocará el
estudio del juguete desde la categoría de cultura material, en tanto que los objetos y
artefactos, cualquiera que sea su naturaleza, configuran redes de sentido con las personas y
con otros artefactos, siendo mediadores de relaciones sociales. Como eje del desarrollo del
proyecto, se definió la hipótesis general de que durante la primera mitad del siglo XX en
Medellín, se formaron unos modelos de infancia específicos que se fueron transformando a
la par que sus juguetes, vistos como artefactos analizados desde lo material, formal y
funcional, lo cual evidencia una correspondencia entre las características de las
materialidades (juguetes) y las concepciones de infancia.

Para alcanzar el objetivo general y comprobar la hipótesis, la investigación se dividió


en tres partes. En cada una de ellas se buscó alcanzar un objetivo específico y responder
algunas preguntas puntuales. La primera parte (desarrollada en el primer capítulo) se centró

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en comprender desde la teoría y, a partir de diferentes perspectivas, los conceptos de juguete,
infancia y juego, para luego establecer las relaciones entre ellos. En esta primera etapa se
buscó comprobar la hipótesis de que el juguete es el principal mediador en el proceso de
formación y socialización del niño desde una concepción de la infancia.

La segunda parte (desarrollada en el segundo capítulo), se centró en comprender el


contexto espacio/temporal en el que se enmarcó la investigación. Acá se estudiaron los
principales sucesos industriales y productivos que sucedieron en las primeras décadas del
siglo XX, para luego entender de qué forma éstos influyeron o afectaron a los niños, sus
juegos y juguetes en este periodo. En esta segunda etapa se planteó la hipótesis de que durante
las primeras décadas del siglo XX, el juguete usado en Medellín sufrió una serie de
transformaciones en su materialidad, su forma y su función, las cuales influyeron en los
cambios del concepto de infancia existente hasta ese momento.

Por último, la tercera parte de la investigación (desarrollada en el tercer capítulo) se


centró en el estudio de los juguetes como artefactos. En esta última etapa se buscó definir las
principales características de los juguetes usados entre 1910 y 1940 en Medellín, como
artefactos analizados desde los componentes materiales, formales y de uso (usuario). La
hipótesis planteada para esta etapa fue que durante el periodo estudiado se evidencia una
correspondencia entre los cambios en las dimensiones material, formal y funcional del
artefacto juguete y las concepciones de la infancia y del juego. Lo que se trató de mostrar, es
que el tipo de juguetes que aparecieron en la época (importados o nacionales), influyeron en
los conceptos de infancia y en las prácticas lúdicas.

El estudio sobre los juguetes puede abordarse desde un sinfín de perspectivas; sin
embargo, es un tema del que se ha escrito poco y éste es, precisamente, uno de los principales
retos y aportes de esta investigación. Entre los teóricos que se han ocupado del tema del
juguete, quizá el más representativo es Benjamin (1928 y 1930), quien entiende el juguete
como producción activa de la cultura. Por su parte, autores como Baudelaire (1914) y Jaulin
(1981) abordan la relación entre juegos y juguetes desde una perspectiva sociocultural. Bayle
(1969) expone la importancia del juguete en la vida del niño, a partir de su influencia en la
educación. Borja (1982) estudia los juguetes y las ludotecas en el contexto europeo. Ridao
(2008), investiga el tema de los juguetes desde la teoría de la comunicación en Latinoamérica.

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Por su parte, en el contexto colombiano, se pueden resaltar estos trabajos: Jaramillo (1987),
quien en su investigación recopila los juguetes artesanales y los juegos tradicionales
específicamente en el Eje Cafetero colombiano. Por su parte, Cárdenas (2012) y Aristizábal
(2015), se ocupan de la relación de la infancia y los juguetes en Colombia.

De otro lado, sobre la infancia, se encuentran muchos más registros pero son, en su
mayoría, relativamente recientes pues es un tema al que solo hace unas décadas se le ha
venido dando real importancia. Sobre éste, a nivel mundial resaltan autores como: Aries
(1992), quien trabaja la historia del niño y la vida familiar en Europa; Gutman y Coninck
(2008), quienes han abordado la infancia moderna en Estados Unidos, y Narodowski (2007)
que la ha estudiado en el marco de la pedagogía moderna. En el contexto colombiano, se
encuentran registros desde diversas perspectivas: Nieto (1924 y 1935) y Robledo (2007) se
han acercado al tema desde la educación y la literatura infantil colombiana. Por su parte,
Pachón & Muñoz (1991), Zapata (1998) y Rodríguez & Manarelli (2007) abordan temas
relacionados con la historia de la infancia enmarcada en Colombia y América Latina; Romero
(2007) ha trabajado la infancia específicamente desde el marco de la legislación y su historia
y Jaramillo (2007) ha estudiado temas relacionados con los niños y la guerra. Quizá el estudio
sobre infancia más completo que se ha hecho en el país es el realizado en 2012 por Londoño
y Londoño, quienes analizan la infancia en los últimos 100 años. Parte del resultado de estos
últimos fue divulgado por la Biblioteca Luis Ángel Arango (2013), a través de una completa
cronología de la Infancia en el país.

Sobre el Juego, el estudio más reconocido internacionalmente es el de Huizinga


(1954) quién lo analiza desde la célebre categoría de Homo Ludens u hombre que juega. En
el contexto de la educación, el juego ha sido trabajado por autores como Montañes, Parra,
Sánchez, López, Latorre (2000). En Colombia, Cárdenas (2012) relaciona el juego como la
actividad más importante en el desarrollo de los niños y Jaramillo (1987) aborda el juego
desde las tradiciones de regiones específicas del país.

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Aspectos metodológicos

Esta investigación se sitúa en tres perspectivas de estudio: la historia, los estudios


culturales y el diseño industrial. De cada una de estas, se tomaron herramientas para su
desarrollo que se evidencian en las fases metodológicas descritas a continuación y en el
desarrollo del trabajo. La conexión entre estas tres perspectivas permitió una mirada enfocada
en la cultura material, que articula el diseño industrial con los estudios culturales. Esta
investigación es de carácter cualitativo y la metodología se dividió en tres fases:

La primera fase se denominó Documentación, la cual se centró en dos actividades


específicas: Recopilación teórica sobre el tema, abordando epistemológica y teóricamente
los conceptos infancia, juguete y juego, principalmente desde la historia, la filosofía y los
estudios culturales; y la revisión de antecedentes locales, nacionales y mundiales,
relacionados con estudios sobre el juguete. De esta primera fase cabe resaltar los principales
exponentes teóricos que soportan los conceptos más relevantes de la investigación y que
serán ampliados en el capítulo 1. El concepto de cultura material es trabajado entre otros,
desde Miller (2008) y Broncano (2012) quienes afirman que dentro de la cultura material, los
objetos son constructores de identidad y que toda cultura es material. En Broncano también
se soporta el concepto de artefacto, para quien es una estructura física que configura redes de
sentido y actualizan las trayectorias de la vida humana. Por su parte, los principales
exponentes de estudios sobre el juguete son, en primer lugar Benjamin (1928), quien define
el juguete como producción activa de la cultura y afirma que su origen no es casual, sino que
es producto de características culturales que están en constante cambio; en segundo lugar,
Gröver para quien el juguete está estrechamente ligado a un momento histórico y a los valores
del contexto al que perteneció; y en tercer lugar, Aristizábal (2015), quien desde la
perspectiva de los estudios culturales en Colombia, sostiene que el juguete no hace parte de
la cultura material infantil para infantilizar sus rutinas, sino para justificar los roles sociales
de los niños como trabajadores y estudiantes. Sobre la infancia, son de resaltar Pachón y
Muñoz (1991), quienes afirman que cada momento histórico ha tenido un tipo de niño
coherente con la sociedad vigente y, en el contexto nacional, Rodríguez y Monarelli (2007),
explican que en el país, en las primeras décadas del siglo XX, se forman unos ideales de
niños juiciosos y sumisos en los que incidían instituciones como la iglesia, la escuela o la

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familia. Por último, con respecto a los principales exponentes sobre el juego en los que se
soporta esta investigación, se encuentran Huizinga (1954) para quien éste es una actividad
inherente al ser humano y fundamenta la importancia de esta práctica, afirmando que todo
juego tiene un significado; y desde un contexto latinoamericano, Ridao (2008) propone el
juego como soporte y documento histórico, pues afirma que al revisar los juegos de una
sociedad en específico, se develan los modos de ser y su evolución.

Luego de esta revisión teórica de los principales conceptos de la investigación, se


desarrolló la segunda fase que se denominó Revisión de archivo. En ésta, se seleccionaron
algunas publicaciones seriadas de la época (revistas y prensa) que estuvieran dirigidas a un
público femenino o infantil y que circularon en Medellín por ese entonces. En ellas se
identificaron dos tipos de material: El primero consta de publicidades de productos dirigidos
a los niños, centrando la búsqueda en las que promocionaban juguetes. El segundo se
compone de artículos dirigidos a las madres o a los niños en los que se especificaba cómo se
debía ser o actuar y cuál era el rol que les correspondía como niños o niñas y futuros adultos
Algunos ejemplos de ello, que serán expuestos y analizados con detalle en el segundo
capítulo, son artículos que trataban temas sobre el niño y la niña de bien, las labores de las
niñas en casa o las responsabilidades de los niños en la escuela o el trabajo. De las
publicaciones revisadas (periódicos El Heraldo Antioquia, El Tiempo, La Defensa; Revistas
Progreso; La Niñez; El Gráfico; Letras y Encajes y Lecturas), se eligieron muestras
aleatorias que pertenecieran a alguna de las cuatro décadas estudiadas y que correspondieran
principalmente a las ediciones de noviembre y diciembre, pues se encontró que en la época
de navidad los juguetes y los niños cobraban mayor importancia, en comparación con los
demás meses del año, por lo que eran las ediciones en las que más información se podía
encontrar al respecto. En esta fase se revisaron también archivos y colecciones de fotografías
de niños de la época (Archivos impresos y digitales de Benjamín de la Calle; Archivos
impresos de Melitón Rodríguez. Colección Biblioteca Pública Piloto; Colección Rodrigo
Betancur Montoya; Colección José Jesús Betancur Vélez y archivo de la historia fotográfica
de Medellín). La búsqueda se realizó en la Biblioteca Pública Piloto y en la Sala de
Patrimonio Documental de la Universidad Eafit. En estas fotografías, se buscaba tener
registros de los niños que posaban con sus juguetes, o simplemente a lado de sus hermanos
o familias para posteriormente establecer relaciones entre sí y con el resto de material

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recopilado. Por último, se identificaron registros sobre el desarrollo industrial de Medellín
en directorios comerciales y de las nacientes empresas de la cuidad, así como en textos
relacionados con la historia de Medellín y su proceso de modernización.

La tercera y última fase se denominó Análisis de juguetes de la época. Ésta se centró


en dos actividades: La primera fue la recopilación y selección de muestras de juguetes por
décadas que, de acuerdo al estudio previamente realizado, fueran considerados
representativos para el periodo de tiempo elegido (los criterios de selección y las muestras se
detallas en el capítulo 3). La segunda actividad fue el análisis de cada juguete físico, desde
sus componentes materiales (revisando sus materiales, procesos, ensambles y acabados),
formales (identificando sus colores, texturas, cantidad de piezas, dimensiones generales, y lo
que representa) y funcionales o de uso (analizando el contexto de uso, el usuario, el género
al cual estaba dirigido, las actividades realizadas con él y las relaciones con otros artefactos)
Dicho análisis se soportó en la teoría de Broncano (2008) sobre el artefacto y las muestras
fueron obtenidas en el Museo del Juguete de Medellín de propiedad del señor Rafael Castaño.

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CAPÍTULO 1

El rol del juguete y el juego en la construcción histórica de un concepto de


infancia

Introducción

El presente capítulo tiene por objetivo comprender las principales características de


los conceptos juguete, infancia y juego y las relaciones que se establecen entre sí. Para esto,
es necesario realizar una revisión del juguete, desde una mirada teórica y conceptual a partir
de diferentes perspectivas desde las que ha sido abordado: la historia, la psicología, la
educación, la antropología y la filosofía, las cuales aportarán en la presente revisión. Se
tienen en cuenta además, posturas de diversos contextos y épocas, para evidenciar posibles
contrastes, interacciones y cambios entre unas y otras. Se mira el juguete como mediador
entre el juego y el niño y como representación material de realidades sociales y culturales.
Por su parte, se abordan los conceptos de juego e infancia también desde diversas
perspectivas. Dicho análisis servirá para comprender si el juguete es el principal mediador
en el proceso de formación y socialización del niño desde una concepción específica de
infancia.

Antes de entrar en el concepto del juguete, vale la pena enmarcarlo en el contexto de


la cultura material y de los artefactos, para entender las perspectivas sobre las cuales se basan
las definiciones revisadas.

1.1 El juguete como potenciador del juego en los niños y portador de representaciones
de la realidad social y cultural.

Para esta investigación, y antes de entrar en el concepto de cultura material, es


necesario primero definir el concepto de cultura. La cultura se comprende como el conjunto
de arreglos causales que crean los espacios y ámbitos de posibilidades en los que habitan los

12
humanos (Broncano, 2012). Dentro de esta definición, se entiende que toda cultura es
material, porque no hay otro modo en que se constituya como espacio de posibilidades. Para
ampliar esta definición, el autor explica que los seres humanos reescriben su historia y
arreglan el mundo, creando patrones causales y rutas que constituirán a su vez, sus
identidades personales y colectivas. Por otro lado, la teoría sobre cultura material del
antropólogo Daniel Miller (2008), propone que los objetos son constructores de identidad, lo
que justifica la importancia de este concepto, pues para él los objetos crean sujetos, más que
a la inversa.

La cultura material está conformada por objetos y artefactos1. Estos últimos son
definidos como estructuras físicas diseñadas que cumplen ciertas funciones y que refieren a
la intencionalidad humana, siendo además “portadores de esos espacios de posibilidades que
los humanos crean, pero no son solo de su aspecto físico o funcional, sino de redes de sentido
que actualizan las trayectorias de la vida humana” (Broncano, 2008, p. 21).

Por su parte, Appadurai (1986) en su texto “La vida social de las cosas”, explica que
los objetos nos transforman y tienen un importante papel en la configuración de los sujetos y
las relaciones sociales. De acuerdo con el autor, los objetos y las cosas tienen una vida social
y circulan en ambientes culturales e históricos particulares, lo que invita a dejar de verlos
como inertes y que cobran vida solo cuando entran en contacto con personas.

Los artefactos son productos de sistemas de necesidades sociales y culturales, por lo


que nada puede ser un artefacto aisladamente: por un lado, no pueden existir sin humanos y
por otro lado, la presencia de un artefacto supone que hay más artefactos. Estos nacen en
redes y estarán insertos en múltiples relaciones de intercambio, de materia, de energía o de
información (Broncano, 2008, p. 22). Los objetos y artefactos son entonces producto de
relaciones y a su vez generadores de relaciones. Con respecto a las que se establecen con los
juguetes vistos como artefactos, Walter Benjamin sostiene que “los niños no constituyen una
comunidad aislada, sino que son parte del pueblo y de la clase de la cual proceden. Así pues,

1
Para esta investigación, se entenderán los juguetes como artefactos y como objetos de manera indistinta, puesto
que ambas definiciones (expuestas en el texto) comparten la característica de explicar las materialidades como
producto de relaciones, pero a su vez como generadores de estas.

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sus juguetes no dan testimonio de una vida autónoma; son un mudo diálogo entre ellos y el
pueblo” (1928a, p. 88)

Este trabajo no se enmarca en el estudio minucioso del juguete desde sus


características físicas, funcionales o materiales de forma aislada, sino que a partir de ellas
busca reconocer alrededor de los juguetes como artefactos, los rasgos de la cultura y los
modos de vida de una época específica mediante el estudio de las relaciones que se tejen
entre dichos artefactos (los juguetes) y las personas (los niños) a través de las formas más
comunes de interacción entre ambos (el juego).

Los juguetes son los primeros modos de relación del ser humano con el mundo
objetual. Estos representan y ofrecen mundos adultos en miniatura y marcan de forma
definida múltiples diferencias sociales y culturales. Son objetos materiales cargados de
valores, de connotaciones culturales y de ideas preconcebidas. Aunque podría decirse que
son pensados y fabricados para jugar, de acuerdo con Borja (1982), se puede afirmar que en
sus usos y significados se convierten en elementos de una práctica social que enseña a los
niños a adaptarse al mundo adulto inculcando estructuras ideológicas, culturales y mentales
de las sociedades.

Los juguetes han sido definidos y redefinidos de muchas formas, han mutado a partir
de nuevas y diferentes consideraciones sociales, temporales, técnicas y culturales,
dependiendo también de la perspectiva desde la cual se miren. A continuación se exponen
algunas de estas definiciones y enfoques.

1.1.1 Revisión crítica del concepto de juguete: De materialidades que representan


concepciones del mundo adulto a invenciones infantiles regidas por el juego

La palabra juguete proviene del término latino iocus que significa broma. Si se revisa
el término a través de la historia se encuentran notables cambios en su significado. En el
Diccionario de Autoridades de 1734, el juguete es definido como “juego chistoso, chanza o
burla entretenida”. En esta definición cabe resaltar que no es reconocido como un objeto o
materialidad, sino como una actividad o situación relacionada con lo divertido (Diccionario
de Autoridades, 1734). Más adelante la RAE lo define como “una alhajilla vistosa y de poco

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valor que regularmente sirve para entretenimiento: Como las que se suelen dar a los niños”.
En esta definición aparecen los niños como sujetos directamente relacionados con los
juguetes y estos últimos son entendidos como materialidades de poco valor, lo que es
coherente con la escasa importancia que hasta el siglo XIX se le daba a la infancia (sobre su
valoración se profundizará en el siguiente apartado). En esta definición se habla además de
su apariencia que los diferencia de otro tipo de objetos al ser “vistosa”. Las definiciones más
recientes lo enmarcan como un objeto con el que los niños juegan y desarrollan ciertas
capacidades: “Un objeto de diversión y atractivo con que se entretienen los niños” (RAE,
2016). En esta definición se encuentran dos aspectos importantes: El juguete puede ser
cualquier tipo de objeto y aunque la condición lúdica está presente en todos los seres
humanos, aquí se sigue enmarcando el juguete como un objeto propio del niño, dejando por
fuera (por lo menos si se toma de forma textual la definición) a los adultos como personas
que juegan y que pueden tener un juguete.

De acuerdo con las definiciones anteriormente mencionadas, el juguete puede estar


en principio definido de forma simple, dejando por fuera la relevancia y relación estrecha
con aspectos sociales o culturales. Sin embargo, al analizar detenidamente lo expuesto por
diversos autores, se resaltan otros valores y se contemplan otras perspectivas. Walter
Benjamin, filósofo alemán que estudia el juego y el juguete, lo entiende como producción
activa de la cultura (1928). Esta definición establece entonces que el origen de un juguete no
es casual, sino que más bien es producto de características culturales que cambian
constantemente. Por su parte, el filólogo Gröber afirma que los juguetes están condicionados
por la cultura económica y por la técnica de las colectividades (Gröber, citado por Benjamin,
1928, p. 93), lo que reitera que la existencia de un juguete, así como sus características físicas,
sus materiales y lo que representa su configuración, están estrechamente ligados con el
momento histórico y los valores del contexto al cual pertenece. Asimismo, Baudelaire (1914)
concuerda con esta postura en la que los juguetes representan las formas de vida de acuerdo
a un tiempo y contexto específico, sosteniendo que los juguetes son la representación de la
vida real en miniatura. Esta copia material de las formas de vida, justifica en gran medida
que estos sean materia de estudio, pues al comprender el cómo son y explorar los por qué de
sus características tanto físicas como de relaciones y usos, se pueden identificar y entender
muchos aspectos de una cultura, un grupo social o una época determinada. Como ejemplo de

15
esta carga simbólica sobre las representaciones de las formas de vida se puede revisar la
muñeca, pues en nuestro contexto, a través de ella se impregna a la niña de ideologías,
proyectando por ejemplo una imagen de mujer contemporánea y difundiendo valores sobre
el culto por la estética corporal (Ridao, 2008).

Existen otras perspectivas desde las cuales el juguete se entiende como huella de la
historia o como generador de conductas. Así, éste puede ser comprendido como un
documento que da cuenta de las características del periodo de tiempo específico al que haya
pertenecido y sobre el cuál se quiera comprender algo: “El juguete es un legado cultural de
costumbres y valores del pasado, a la vez que una vía de enlace con el propio entorno social
y cultural” (Montañés, Parra, Et. Al., 2000 p. 251).

Del mismo modo, Baudelaire expone una interesante postura, al afirmar que el
juguete es generador de costumbres y definidor de gustos. Lo que muestra una relación
influyente ya no de la cultura sobre el objeto, sino que dicha influencia sucede de forma
contraria: es el objeto y sus características quien tiene la capacidad de afectar y modificar
conductas y perspectivas en una cultura. Esta postura es ejemplificada por el autor
exponiendo que: “el juguete influye mucho en las aficiones del niño […] no debe ser
sorprendente que una criatura a la que sus padres le regalaran teatros y títeres, se acostumbre
a considerar estos espectáculos como la más deliciosa forma de lo bello (Baudelaire, 1914, p
4). Afín a esta mirada del objeto como elemento definidor de cultura, Verón explica que el
juguete definido como método de reproducción de pensamientos y posturas ideológicas, es
equiparado con el libro infantil, afirmando que en sus usos se obtienen resultados similares
al reproducir enseñanzas sobre las formas de vida. “El niño, el juguete, el libro infantil y la
pedagogía son sujetos, métodos y escenarios donde las ideologías que gobiernan el mundo
irradian su proyecto, de manera que este se reproduzca” (Verón, 2004, p. 2).

En concordancia con esta idea del juguete como contenedor y transmisor de ideales y
conductas, Ridao expone que “el juguete que acompaña la acción lúdica se convierte en
elemento portador de símbolos y signos”, estos son cambiantes y dan cuenta de valiosa
información sobre los aspectos que influyen el cómo es el juguete, lo que simboliza y cómo
es representado: “Las sucesivas transformaciones del juguete reflejan cómo se fue
constituyendo una morada en el mundo de las representaciones ideológicas, culturales,

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mentales y la influencia del avance tecnológico” (Ridao, 2008, p. 3). La autora concluye
que el juguete es un instrumento que permite al niño la apropiación simbólica de la realidad
de los adultos y sobre la apariencia de los juguetes, sostiene que ésta sufre innumerables
transformaciones e interpretaciones, de acuerdo a lo que el niño imagina al momento del
juego. Clasifica además el juguete en dos categorías: El juguete símbolo, en la que se
encuentran los fabricados por los propios niños, sus padres, o pequeños artesanos. Es decir,
de origen no industrial, con los cuales existían más posibilidades de crear, de imaginar, y de
otorgar al juguete funciones diferentes. Por su parte el juguete signo, el cual, por sus
características se podría relacionar con el juguete industrializado, cuyo surgimiento y
popularización varió en cada contexto entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del
siglo XX. En éste, según Ridao se pierden estas cualidades del juguete símbolo
convirtiéndose en copia fiel de realidades acabadas, sin dar lugar a la imaginación y a las
transformaciones en usos y funciones (2008, pp. 1, 2).

De forma contraria, Walter Benjamin afirma que la imitación es propia del juego, no
del juguete, y define como un error el considerar la carga imaginativa de los juguetes como
determinante del juego del niño, pues para él sucede exactamente al revés:

El niño quiere arrastrar algo y se convierte en caballo, quiere jugar con arena y se
hace panadero, quiere esconderse y es ladrón o gendarme. Por añadidura conocemos algunos
juguetes antiquísimos que prescinden de toda máscara imaginativa (es posible que en su
tiempo hayan sido, objetos de culto) la pelota, el arco, el molinete de plumas, el barrilete, son
todos objetos genuinos, “tanto más genuinos cuando menos le dicen al adulto”. Porque cuanto
más atractivos en el sentido común de la palabra sean los juguetes, menos “útiles” serán para
jugar; cuanto más ilimitada se manifiesta en ellos la imitación, tanto más se alejan del juego
vivo (Benjamin, 1928a, p. 88).

Asimismo, Borja explica que los significados y usos dados a los juguetes dependen
de su origen y de quien sea su creador (1994). Para exponer esta postura considera tres niveles
en el universo de los juguetes: En el primero se encuentran los creados por niños y niñas de
forma sencilla, donde el juego es más la construcción de éstos y no su posterior uso; nivel
que se relaciona con la primera clasificación definida por Ángela Ridao (juguete símbolo),
en el cual, los niños tienen la posibilidad de construirlos y reconstruirlos o simplemente darles
diferentes significados en su uso. En el segundo, el juguete se considera un instrumento que

17
es simple en sus formas, favorece la expresión y la imaginación, es el soporte del juego y su
producción puede ser artesanal o semi industrial. En el último nivel, se encuentra el juguete
industrial terminado, el cual representa un mundo tecnológico que fascina a los niños y niñas.
La estética de estos juguetes industriales, que llegan al niño, completamente acabados y con
unas formas y funciones claramente establecidas, remplaza la de los tradicionales y su uso
condiciona la actividad lúdica.

Existen posturas críticas sobre la función cultural del juguete, como la expuesta por
Benjamin (1928), quien durante la década de los 30 en Europa lanza una fuerte crítica a la
educación utilitaria, en la que se adoctrina al niño para copiar los comportamientos de los
adultos, afirmando que el juguete es usado como uno de los medios para que esto suceda.
Para este autor, la etapa de la infancia no debe ser para copiar comportamientos sino para
explorar y construir los propios a partir de vivencias. En investigaciones recientes sobre la
historia de la función del juguete en la sociedad, se evidencia que el uso expuesto y criticado
por Benjamin se daba en otros contextos: “El juguete se sumó a la cultura material de los
niños, no para infantilizar sus rutinas, sino para justificar sus roles sociales como trabajadores
y estudiantes. Eran objetos guía para la formación de ciudadano y trabajador del futuro”
(Aristizábal 2015, p. 23). Por el contrario, desde otra perspectiva, los juguetes no
configuraban los roles sociales y laborales de los niños en el futuro, sino que por el contrario
contribuyeron en los procesos de infantilización de los niños; Gutman y Coninck (2008),
definen que los juguetes son testimonios materiales de que la configuración de una
sensibilidad social sobre la infancia como etapa de la vida. Además los describen como
evidencia de que el proceso de infantilización de los niños fue progresivo, estableciéndose
con éste nuevos roles y un lugar para ellos en la sociedad. La idea de infancia tal como se
reconoce hoy en día no siempre fue la misma; por esto, para que se llegara a formular la idea
de juguete como un objeto que define la infancia y se infantilizara su diseño, producción y
uso, fue necesario considerar la mente infantil de manera particular, especial y única; lo que
implicó una preocupación sobre los niños entendiendo que tenían unas capacidades mentales
particulares y unos roles distintos a los del adulto (Aristizábal 2015, p. 27).

Si bien hasta el momento en las definiciones que se han expuesto, los autores
coinciden en que los juguetes son objetos y representaciones materiales de formas de

18
comprender el mundo, para Jaulin (1981), el juguete no es un objeto, o al menos, es un
objeto de tipo particular que no podría ser funcional. Será un tanto más juguete en la medida
en que deje un vacío de determinación que permita inventarlo y hacerlo variar. Explica
además que con lo que se juega es a lo que se juega. No se “utiliza” un juguete, se utilizan
variaciones, posibilidades y por tanto es más importante lo que representa y lo que se hace
con el objeto que el objeto en sí (Jaulin, 1981) Esto podría comprenderse al ver cómo para
un niño cualquier objeto es un juguete y a una misma configuración formal le encuentra un
sinfín de funciones y significados que irán variando de acuerdo con el juego.

1.2 Infancia: Un concepto con múltiples matices y cambios en el tiempo

El término infancia proviene del latín infans, que significa el que no habla, y de
acuerdo con el actual Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es el período
de la vida humana desde que se nace hasta la pubertad. Dicho significado no es el que siempre
se le ha atribuido a este concepto. La historia, la antropología social, la sociología y la
psicología se han preocupado por demostrar que el término no es totalizante, esto es, que no
existe un solo niño, que éste ha cambiado a lo largo de los siglos y es diferente según el grupo
social al que pertenezca, sobre todo porque las realidades sociales que han tenido alguna
influencia sobre el concepto, no han sido para nada estables (Pachón & Muñoz, 1991). De
acuerdo con ellos, cada momento histórico ha tenido un tipo de niño coherente con la
sociedad vigente: en siglos como el XII y el XIII, regidos por principios de organización
religiosa y militar, se da origen a los niños relacionados con las guerras.

Por su parte, los principios de la organización científica y educativa de los siglos XVII
y XVIII dan origen al niño escolar. En el siglo XIX, los principios de la organización
industrial de esta época, dan origen al niño trabajador y aprendiz. Posteriormente, la naciente
organización familiar, da origen al hijo de familia que realiza todas sus tareas en el hogar,
bajo la custodia de sus padres. En concordancia con lo que sucede hoy en día con los menores
en contextos como el colombiano, el fortalecimiento del Estado da origen a sus niños, que
pasan de estar al cuidado de sus padres a ser protegidos por personal especializado, que se
hace cargo de ellos en guarderías y otras instituciones. Cada momento mencionado

19
encomendó a alguna organización o institución el cuidado de los niños, lo que determinaba
qué representaba y cómo era el niño y la niña para la sociedad: la iglesia, el ejecito, la familia,
la escuela y el hogar han tenido que ver en las diversas concepciones de infancia. A
continuación definiré, de acuerdo a diversas épocas y puntos de vista, este concepto:

En España en el siglo XIII, la palabra infante era usada para nombrar a los hijos
legítimos del rey, nacidos luego del primogénito y, para el siglo XVI, se usó para designar a
un sirviente. En la Edad Media, eran comunes conceptos de la infancia como el de San
Agustín, para quien esta era una edad no inocente, que debía ser superada mediante la
educación basada en la vida de Cristo (Londoño y Londoño, 2011). En esta definición es
importante el carácter de “necesidad de superación” de esta etapa de la vida para pasar a la
adultez que era la que realmente importaba. Esta idea perduró por mucho tiempo y reforzaba
la poca importancia que se le daba al niño, considerándose de cierto modo inútil para la
sociedad. Por su parte, autores como Aries (1992) y Naradowski (2007), afirman que la
infancia es una construcción histórica que termina de ser elaborada en la modernidad, época
en que aparecen la infantilización y la escolarización como dos fenómenos paralelos, fruto
de los procesos de pedagogización. Contrario a estas posturas, Benjamin citado por Verón
(2004) se refiere a la niñez como:

Un universo autónomo dotado de características propias, capaz de crear y de observar


el mundo de los adultos. El niño es mirado por el adulto y desde esta mirada él constituye su
propia temporalidad, una lógica sensible y concreta así como una visión espontánea y
primera del mundo (p. 4).

Benjamin rechaza la postura de que la educación burguesa deba preparar al niño para
la vida adulta, afirma que debe ser una educación para vivir la etapa de la infancia como niño,
siendo niño y bajo su propia lógica, no siguiendo patrones establecidos por el mundo adulto.
Propone además una ruptura en la relación de poder establecida por el adulto sobre el niño,
quien debe tejer relaciones con el mundo que sobrepasan la dominación y la utilidad, estas
relaciones son llamadas vivencias. A partir de estas, el niño aprende: tocando, explorando,
negándose a la pasividad y al estar sentado. Es por esto que Benjamin no ve la infancia como
un estado por superar (1989, p. 108). Sin embargo, posturas opuestas eran muy comunes para

20
el siglo. XIX; en ese contexto instituciones como la iglesia y la escuela conciben al niño
como:

Un ángel o como un demonio, siempre bajo el esquema dual de niño bueno y niño
malo, niño juicioso y niño necio, niño sano y niño enfermo. En ciertos momentos se creía que
el niño nacía hecho y derecho, y en otros, que nacía como una tabula en la que cualquier cosa
podía escribirse (Pachón & Muñoz, 1991, p. 10).

Esta visión sobre el niño (bueno o malo, sano o enfermo, juicioso o necio), en la que
era bien visto el niño o niña que siguiera el ejemplo de los adultos, representados por diversas
instituciones y donde se castigaba a los que actuaran de forma contraria, se mantuvo por
muchos años.

Si se revisan concepciones actuales sobre la infancia, se encuentran notables


diferencias, principalmente porque se le da mucha más importancia a esta etapa de la vida,
considerándose como un momento especial de la vida, con ciertas condiciones específicas
muy diferentes a las de un adulto. Se resaltan conceptos como la seguridad del menor, la
calidad de vida, su desarrollo y bienestar. Según la Unicef por ejemplo, la infancia:

Significa mucho más que el tiempo que transcurre entre el nacimiento y la edad
adulta, se refiere al estado y la condición de la vida de un niño: a la calidad de esos años […]
implica un espacio delimitado y seguro, separado de la edad adulta en el cual los niños y las
niñas pueden crecer, jugar y desarrollarse (Unicef, 2005).

Luego de comprender en términos generales el concepto de infancia y sus cambios a


través del tiempo, es necesario para esta investigación, enmarcar el concepto de infancia
específicamente en el contexto colombiano, en el cual muchas de las concepciones
mencionadas coinciden.

1.2.1. El concepto de infancia en Colombia y sus principales transformaciones


Así como sucedía en muchos contextos, el centro de la preocupación por el niño se
centraba en su futuro como adulto. Para 1820, en textos que fundan la República, se podían
ver algunas incipientes intenciones de proteger al menor, pero para hacer de ellos ciudadanos
para los nuevos tiempos (Zapata, 1992, P. 36). Para 1844, por medio de un decreto oficial

21
del gobierno, se reconocen por primera vez en Colombia los asilos para niños. En dicho
decreto se destaca el carácter religioso de esta acción caritativa que se realiza en beneficio de
la infancia desvalida (Cerda, 1980, p. 30). A finales del siglo XIX, de acuerdo con
Aristizábal, (2015), se nota aún una marcada incertidumbre en el país sobre cómo tratar,
educar y pensar a los niños. No se tenía muy claro si se debía asemejar el pensamiento y
comportamiento de los niños a un humano pequeño o a un animal. A pesar de la poca claridad
sobre lo que realmente sucedía en esta etapa de la vida, lo que si estaba claro era que los
niños pasaban a ser considerados como adultos en el momento en que podían valerse por sí
mismos. Así, aproximadamente a partir de los siete años, debían desarrollar tareas y
desempeñar roles de cualquier adulto, por ejemplo como combatientes en la guerra. En el
caso de Colombia, la condición de los niños combatientes se extendió a lo largo de todo el
siglo XIX. La guerra para esta época, hacía parte de la cotidianidad de los infantes ya que
quienes no iban a los campos de batalla, hacían de la guerra su juego favorito: “El radicalismo
político y los juegos de guerra consentidos por los mayores, entretuvieron y prepararon a los
niños de nuestra sociedad, hasta el momento de tomar el camino hacia los campos de batalla”
(Rodríguez y Monarelli 2007, p. 236). De acuerdo con estos autores, los niños se alistaban
en las filas de la guerra generalmente por decisión de sus padres y en ocasiones lo hacían por
voluntad propia. A comienzos del siglo XX, esta condición del niño combatiente se difumina
en nuestro contexto y se comienzan a evidenciar pequeños pero significativos cambios de la
percepción del adulto hacia el niño.

Ya para las primeras décadas del siglo XX, las posturas especializadas frente al
concepto de infancia se enmarcan de manera mucho más fuerte dentro de idearios asociados
a las preocupaciones y promesas de los destinos de la Nación (Rodríguez y Monarelli, 2007,
p. 238). Se forman ideales de niños juiciosos y sumisos que debían obedecer y seguir el
ejemplo de sus padres, para luego ser adultos de bien. Instituciones como la iglesia, la escuela
o la familia regían las normas que se debían seguir para ser considerados como bien educados
(ver figura 1).

22
Figura 1. En diferentes publicaciones dirigidas a la mujer, dedicaban una sesión a los niños
en la que, más que entretenimiento, se comunicaba en su contenido normas y
direccionamientos sobre el deber ser. Acá definen normas de comportamiento de acuerdo a la
edad, afirmando que si no son cumplidas por los menores, de adultos serán “ladrones o hasta
asesinos”. Tomado de Revista Letras y encajes, enero de 1931, N. 54.

Al entrar en la década de 1930, Nieto (1924 y 1935), pionero en la utilización de


nuevos métodos pedagógicos en Colombia y fundador del Gimnasio Moderno, propendía por
poner al niño como centro del proceso de formación, sin dejar de lado su formación,
preocupación y cuidado pero con miras al futuro como adulto “buscando que viva un
ambiente de libertad fecunda, en una pequeña sociedad embrionaria que lo prepara para la
sociedad del futuro” (Cronología de la Infancia, Biblioteca Luis Ángel Arango, 2013). En
esta misma época, privilegios como ir a la escuela y no tener que trabajar, por mencionar solo
algunos, eran solamente para unos pocos. Los niños de las altas clases sociales eran quienes
podían acceder a estos beneficios pues la mayoría, debían seguir con sus obligaciones
cotidianas. La brecha social y económica era muy evidente pues en las calles contrastaban
los niños que bien vestidos asistían al colegio, mientras que muchos otros, pertenecientes a
la clase baja, vagaban por las calles, descalzos y mal vestidos, mientras otros realizaban
múltiples trabajos, y recorrían las ciudades como emboladores, vendedores de prensa,
artesanos o aguateros, para ayudar con el sostenimiento de la familia. Los niños ricos, por su

23
parte, pasaban navidades abundantes y daban limosna para ayudar a los niños pobres (Molano
& Vera, 1982, p. 32).

Para la época en mención, las políticas y prácticas en torno a la educación, protección y


guía de los menores del país eran coherentes con una imagen del niño “como un ser inacabado
carente y por lo tanto individualizado, producto de un recorte que reconoce en él una
necesidad de resguardo y protección” (Narodowski, 2007, p. 32). Aunque en este apartado
se busca contextualizar la infancia en Colombia, vale la pena nombrar lo que sucedía en lo
concerniente con las leyes del menor en un contexto más amplio, pues esto influía de una u
otra forma en lo que ocurría en el país. La legislación sobre menores en América latina,
durante el siglo XX, se enfocaba en disposiciones proteccionistas a niños abandonados o que
vivían en condiciones inmorales. Romero (2007) compiló una completa cronología en torno
a la legislación que buscaba proteger al menor. Entre los principales sucesos se pueden citar:

- El desarrollo del primer evento identificado en torno a las leyes y la infancia:


Creación de los Tribunales de Menores, en 1899, en Chicago.
- La celebración del primer Congreso Nacional sobre el Niño, en 1907 en Washington,
Estados Unidos.
- La primera propuesta de un código de infancia en Argentina, en 1916. Estuvo a cargo
de dos especialistas sobre derechos infantiles. No fue aplicado en ese entonces pero
fue el punto de partida para leyes posteriores de ese país.
- El establecimiento de la ley para la creación de casas de reforma y corrección para
menores en Colombia, en 1920.
- La primera declaración de los derechos del niño, en 1924. En éste vale la pena resaltar
que se define como derecho, su desarrollo material, moral y espiritual así como su
desarrollo físico, psíquico y moral.
- El desarrollo del Congreso Colombiano del Niño en Colombia, en 1936, en el que
participaron representantes de medicina y del departamento Nacional de Higiene.
Allí, se tratan temas relacionados con la psicología infantil y la educación (Romero,
2007).

Los anteriores son solo algunos acontecimientos relevantes, sin embargo no fueron los
únicos. La cronología muestra el surgimiento y acelerado desarrollo en la primera mitad de

24
siglo XX, de las leyes por y para la infancia en el contexto latinoamericano, que concuerda
con que es el siglo en el que la infancia es vista con mucho más protagonismo desde múltiples
perspectivas y, aunque fue un proceso lento, fue la época en la que la literatura, los alimentos,
el mercado textilero, los productos para el cuidado corporal, la medicina, entre otros, abrieron
sus puertas al mundo infantil. En este desarrollo comercial, se ve la creciente popularización
del juguete y aunque éste no fue una invención específica del siglo XX, si se desarrolló,
diversificó y masificó en diferentes periodos del siglo en mención, ampliando de forma
significativa la cultura material infantil.

A lo largo de éste capítulo he mostrado la interrelación entre los dos conceptos: El


juguete y la infancia. Ahora, en las relaciones que se tejen entre estos dos, se encuentra la
actividad del juego, a través de la cual el niño interactúa con el juguete para comprender el
mundo, socializar, ser educado o simplemente divertirse. A continuación, analizaré diferentes
definiciones de este concepto: El juego, y así alcanzar los objetivos propuestos de esta tesis.

1.3. El juego como actividad para la socialización, la formación y la educación en la


infancia

Si se revisa el origen de la palabra jugar, se encuentra que ésta proviene del latín
iocari, que significa “hacer algo con alegría”. De allí se deriva su significado que, para la
RAE, es “hacer algo con alegría con el fin de entretenerse o desarrollar ciertas capacidades”.
Sobre el juego se ha investigado ampliamente desde muchas disciplinas, sin embargo, quizá
el principal exponente del juego es el historiador y teórico de la cultura Johan Huizinga, quien
en las primeras décadas del siglo XX, estudió la importancia social y cultural del juego,
formulando la teoría del Homo Ludens u Hombre que juega. El autor resalta la relevancia del
juego en las personas, afirmando que ésta es una actividad inherente a la cultura humana.
Para Huizinga “el juego es más viejo que la cultura” y al respecto, explica que esta última
está siempre vinculada a sociedades humanas, sin embargo, los animales no debieron esperar
a que los hombres les enseñaran a jugar (Huizinga, 1954, p. 11). La importancia que el autor
da al concepto de juego se fundamenta en que “todo Juego significa algo” (p. 12), y afirma
además que hasta en el juego más sencillo se esconde mucho más que un fenómeno
fisiológico. El juego no está vinculado a ninguna etapa de la cultura ni a ciertas formas de

25
concepción del mundo. Para Huizinga, todo ser pensante tiene la capacidad de imaginar el
juego y llevarlo a cabo. El juego es una función del ser vivo que no es posible determinar ni
desde la lógica ni biológicamente, pero siempre está presente como forma de expresión social
y espiritual (p. 18). Ahora bien, al ser definido el juego de esta manera, el autor resalta
algunas características sobre el concepto: es una actividad libre, no es única de los niños sino
inherente a todas las personas, es una actividad social, no se realiza en virtud de una actividad
física, no es tarea ni deber, pero una de sus características principales es que “crea orden y es
orden”. El juego se aparta de la vida corriente limitándose espacial y temporalmente y por
tener esta condición delimitada, tiene un comienzo y un final, pero además la particularidad
de ser aprendido y recordado, lo que posibilita su posterior reproducción. Así, Huizinga
nombra como característica esencial del juego la repetición.

Dentro del universo del juego entonces, es claro que esta actividad no es exclusiva de
la etapa de la infancia, pues aunque en ella sea protagónico, en la vida adulta aparece de
forma permanente como una actividad social y cultural. Sin embargo, para esta investigación,
interesa poner la atención en el juego infantil, en esas relaciones niño – juguete, a través de
las actividades lúdicas que en ellas se llevan a cabo. Al respecto, Benjamin explica alrededor
de su concepción sobre el juego y de la lógica del mismo para los niños lo siguiente:

La ley que rige en el mundo de los juegos en los niños es la ley de la repetición. Para
el niño esto es el alma del juego, que nada lo hace más feliz que el “otra vez”. Para él no han
de ser dos veces, sino una y otra vez, cien, mil veces. Esto no es solo la manera de reelaborar
experiencias primitivamente terroríficas […] sino también de gozar una y otra vez y del modo
intenso de triunfos y victorias (Benjamin, 1928, p. 94)

En dicha relación entre juego e infancia, se evidencia una de las características en las
que Huizinga hace hincapié: la repetición como condición del juego. Benjamin relaciona esta
característica pero ya en el marco específico del juego infantil.

Por su parte, De Borja (1994), docente e investigadora sobre el juego y la lúdica,


retoma lo expuesto por autores como Huizinga y Benjamin al afirmar que la condición de
juego no es exclusiva de los humanos, pues se evidencia en algunas especies animales
también. Sin embargo, De Borja encuentra como diferencia fundamental entre la práctica
animal y humana del juego, que para nuestra especie es indispensable considerar la

26
importancia de los juguetes como soporte de la actividad, mientras que en los animales no es
tan notable esta necesidad material.

Al revisar otras posturas sobre el significado del juego y su importancia cultural y


social, Ridao propone una mirada del concepto como soporte y documento histórico. Sostiene
que al revisar los juegos desarrollados por una cultura, se pueden develar sus modos de ser y
su evolución: “Los juegos son un espejo de cada civilización, han constituido el testimonio
del acontecer humano, sus imágenes las características de prácticas sociales y el progreso en
la dimensión espacio temporal” (Ridao, 2008, p. 3). En concordancia con esta postura, esta
tesis en parte tomará las características del juguete y sus usos (puestas en práctica a través
del juego) para identificar ciertos rasgos particulares en las concepciones de infancia en una
época y contexto específico.

Ahora, al analizar investigaciones sobre el juego, se evidencia una inclinación por


definirlo como inculcador y formador de patrones de comportamiento y hábitos. Para algunos
autores, de los cuales se citarán a continuación algunos ejemplos, a través del juego se
muestra a los niños la vida adulta y mediante su práctica se modelan roles para desenvolverse
en la sociedad. Al respecto, Benjamin afirma que: “El juego, y ninguna otra cosa, es la partera
de todo hábito. Comer, dormir, vestirse, levantarse, tienen que inculcarse de pequeño en
forma de juego, con versitos que marcan el ritmo” (Benjamin, 1928, p. 94). Asimismo, la
característica de repetición del juego, mencionada líneas más arriba, además del interés del
niño en realizar dichas repeticiones, refuerza su función educativa y formativa. Sobre esto,
Aristizábal (2015, p. 25) quien desde la perspectiva de los estudios culturales ha trabajado el
juego y el juguete en Colombia, afirma que: “El hábito entra en la vida como juego; en él,
aun en sus formas más rígidas, perdura una pizca de juego hasta el final”. Esta postura sobre
el juego, se afianzó específicamente en el contexto colombiano desde comienzos del siglo
XX. Del mismo modo Vasco, al referirse a los propósitos del juego en esta época, explica
que esta actividad tiene unas claras intenciones de inculcación de valores y de refuerzo de la
educación. Sostiene que a comienzos de siglo el juego se afianzó como una forma de incidir
sobre el niño: un sujeto que prometía la formación de los ciudadanos necesarios para el
progreso. Dicha postura iba de la mano con la intención de la nación de preparar a los futuros
ciudadanos con miras al progreso, al desarrollo, a la producción y a la industrialización: “El

27
juego recapitulaba los principios de la higiene física y mental, que generalmente se señalaba
como la alternativa para producir la riqueza del país” (Vasco 1934, p. 164, citado por
Cárdenas, 2012, p. 31).

En síntesis, el concepto de juego se puede encontrar explicado desde diferentes


perspectivas, entre las cuales es necesario mencionar la comprensión de éste como una
actividad inherente al hombre, el juego como condición social y cultural, como soporte de
sucesos históricos que da cuenta de formas de vida de diferentes culturas, como inculcador
de valores y herramienta para educar o, tal como se percibía a comienzos del siglo XX, como
una actividad que ocupa el tiempo productivo de los niños, llevándolos a malos hábitos,
entendiendo esta perspectiva dentro de un contexto en el que se le daba mucha importancia
al trabajo y la producción.

Luego de examinar los conceptos juguete, infancia y juego, y de acuerdo al objetivo


planteado desde el comienzo: Definir de qué forma se dan relaciones mediadoras entre los
procesos de formación y socialización de los niños desde una concepción de infancia y
gracias a la presencia del juguete.

Conclusión
En este capítulo me propuse responder ¿Cuáles son los significados del concepto de
juguete y cómo se relaciona éste con el juego y la infancia? Para encontrar la respuesta fue
necesario comprender los significados de los conceptos juguete, infancia y juego de forma
independiente. Sin embargo, la relación existente entre los tres es tan estrecha que en la
mayoría de sus definiciones, aparecen permanentemente enunciaciones que abarcan a los
tres, formando un conjunto que difícilmente se puede separar. Puedo afirmar entonces, que
el juguete aunque no es el único, si es el principal mediador en los procesos formativos del
niño a partir de una concepción de infancia específica, entendiendo que estos procesos se dan
en gran medida a través del juego. Esta postura frente al papel del juguete en relación con la
infancia y el juego la sustento en los argumentos anteriormente expuestos y resumidos a
continuación.

En primer lugar, desde la perspectiva en la que he abordado esta investigación,


comprendo que la cultura es material y por ello, conformada por objetos que construyen

28
realidades e identidades a partir de intenciones humanas específicas. Dichas construcciones
se definen a partir de relaciones entre los objetos y los sujetos, y dichos objetos a su vez
posibilitan las relaciones con el contexto circundante. Como parte de estas relaciones,
comprendo los juguetes como los mediadores entre las interacciones de los niños, tanto con
otros niños como con el mundo de los adultos y las estructuras e imaginarios sociales que en
éste se han construido.

Concluyo entonces que los juguetes posibilitan el desarrollo de prácticas sociales,


tanto de las propias construcciones que los niños elaboran del mundo, como de las réplicas
de conductas que interesan a los adultos que sean adoptadas por los niños. A través del juego
como escenario, y de los juguetes como herramientas del mismo, los niños comprenden y se
adaptan a organizaciones sociales y valores culturales del momento y contexto al que
pertenezcan. Los juguetes representan la vida en miniatura y por esto, en ellos se pueden leer
concepciones del mundo y de la forma como éstas van evolucionando con el tiempo.

Con respecto a la época en la que enmarco este proyecto (1910 – 1940), evidencio
que la relación entre juguetes, niños y juegos presenta tensiones. Ya que por un lado, se
construyeron posturas que veían en el juego y el juguete la posibilidad de educar e inculcar
valores positivos, para formar ciudadanos productivos, trabajadores y útiles; siempre dentro
del marco de una concepción de infancia en la que se entendía como la etapa en la que los
niños se debían formar para la naciente sociedad moderna e industrial. Desde otros puntos de
vista, el juego se controlaba, se restringía, pues se veía como esa actividad que les robaba a
los niños tiempo productivo en el que podrían estar educándose y formándose para ser adultos
de bien. Asimismo, las concepciones de niños y niñas estaban claramente delimitadas de
acuerdo al género y los roles que cada uno debía desempeñar en la sociedad; así por ejemplo,
la idea de que la niña debía pertenecer al hogar y los niños desempeñarse en arduas labores
fuera de éste, no fueron ajenas a los juguetes de la época. Dichas concepciones fueron
definidas y defendidas por instituciones como la iglesia, la escuela y la familia y fueron
además divulgadas por diversos medios publicitarios y literarios de la época2.

2
Algunas de las publicaciones de la época estudiada, en las que a través de publicidades de productos infantiles
como juguetes o de textos en diferentes secciones, mostraban dichas concepciones del niño y de la niña, se
revisaron en el trabajo de revisión de archivos y se nombran a continuación: Revista infantil Chanchito, Revista
infantil Rin, Revista Letras y Encajes, Revista El Gráfico, El Heraldo de Antioquia y La Defensa.

29
Como he mostrado, el juguete representa la mediación material en las relaciones de
los niños con la sociedad. Estas se dan en función de la comprensión propia que ellos van
construyendo de su entorno próximo pero, sobre todo, de acuerdo a las concepciones de
infancia que los adultos crean. Los juguetes son portadores de historias y registro de
discursos e ideales del mundo, mientras que el juego posibilita comprender las
interpretaciones que se hacen de los juguetes, asignando a éstos múltiples significados. A
través del juguete y el juego, los niños han sido dirigidos por caminos que la sociedad ha
requerido, para replicar las conductas sociales que los identifique como miembros de una
cultura.

30
CAPÍTULO 2

Medellín en 1910 – 1940: Los sucesos industriales y productivos que afectaron


a los niños, juegos y juguetes de la época

Introducción

El presente capítulo tiene por objetivo identificar las principales características del
desarrollo industrial de la ciudad de Medellín entre 1910 y 1940, el cual se enmarca en un
contexto de modernización de la ciudad, para establecer sus consecuencias sociales y
culturales, en relación con la infancia, el juego y el juguete. Para esto, es necesario conocer
las características de las personas que habitaron a Medellín en las primeras décadas del siglo
XX, así como las transformaciones físicas de la ciudad en su proceso de modernización, en
ese periodo. Por otra parte, dado que la atención de esta investigación está puesta en los
orígenes de los juguetes industriales de Medellín, antes de entrar a fondo en este tema y
contexto, se hace indispensable comprender qué es un objeto industrial y cómo se desarrolló
la joven historia de su producción nacional y regional en Colombia y Medellín.

Luego de comprender las generalidades del contexto señalado en su periodo de


modernización entre 1910 y 1940, se revisa de qué forma emerge en él el juguete industrial,
tanto importado como de producción local. Con respecto a este tema, se precisa en aspectos
como las formas de vida de los niños, los cambios en la concepción del concepto de infancia
en Medellín, se referencia la importancia y protagonismo que comienzan a tener los niños y
las niñas en la educación, la salud y la familia; así como en un naciente y próspero mercado
infantil en el que se encuentran los juguetes industriales, generalmente importados. Con
respecto a las funciones que cumplían los juguetes mencionados, se enfatiza en estos y su
relación con las clases sociales en Medellín en las décadas de estudio, así como en los
juguetes y su papel en la distinción de géneros y roles sociales en la ciudad, en esta misma
época.

Este recorrido es de mucha utilidad para definir si durante las primeras décadas del
siglo XX, los juguetes usados en Medellín sufrieron una serie de transformaciones en su

31
materialidad, su forma y su función que influyeron en el cambio del concepto de infancia
existente hasta ese momento.

2.1 Medellín entre 1910 y 1940, en su transición a la modernización

Durante las primeras décadas del siglo XX, Medellín vivió la principal
transformación de su historia, pasando de una pequeña aldea a una ciudad moderna. Muchos
de los cambios fueron drásticos y sucedieron en muy poco tiempo. Un ejemplo de ellos, es
el desarrollo de los componentes urbanos, que fueron los más notorios desde la fundación de
la ciudad en 1675, e incluso después de la década de los 30, hasta la actualidad. Además de
las transformaciones en la arquitectura y el urbanismo, se pueden mencionar también los
nacientes servicios públicos con los que se comenzó a contar en las zonas urbanas, el
transporte público y privado que se desarrolló y multiplicó de forma acelerada, el surgimiento
de nuevas alternativas de diversión y entretenimiento disponibles en la ciudad pero, sin duda,
una de las principales manifestaciones, fue el rápido desarrollo comercial e industrial de la
ciudad, pues surgen en Medellín, para esta época importantes industrias y almacenes con
mercancías de toda naturaleza y procedencia (Domínguez, 2004). Este apartado se dedica a
definir las principales características de las transformaciones de Medellín en su transición
hacia una ciudad comercial e industrial, haciendo énfasis en los aspectos mencionados, así
como a puntualizar de qué forma el juguete como mercancía se insertó en dichos cambios.

Los autores que aportan la información citada en este capítulo, relacionada con los
procesos de industrialización y modernización de Medellín, así como lo referente a la
contextualización de la ciudad en términos sociales y económicos, son en su mayoría
historiadores e investigadores colombianos contemporáneos. Así entonces, se encontró a
Botero (1984), quien estudia los orígenes de la industrialización en Antioquia y la sitúa en la
primera década del siglo XX. Botero destaca de ésta los aspectos sociales, políticos y
económicos que impulsaron dicho desarrollo. Otros autores relevantes son Jorge Orlando
Melo (1996, 1997, 2004), quien ha trabajado ampliamente la historia de Medellín; Sandra
Patricia Ramírez (2011), que se enfoca en una visión de la migración de las personas del
campo a la ciudad y, en el caso antioqueño, sitúa sus estudios en los primeros cincuenta años
del siglo XX, explicando sus causas y consecuencias.

32
Las versiones de lo ocurrido durante este periodo de la historia del país y en especial
de la ciudad de Medellín, coinciden en general: La época en la que se evidencia el acelerado
desarrollo de la ciudad (1890 – 1940), es en la que se sitúan todos con apenas algunas
diferencias. Coinciden además en afirmar que Medellín tuvo una marcada vocación
comercial antes que industrial, incluso cuando ya emergen las primeras factorías. En cuanto
a las consecuencias sociales del proceso de desarrollo y modernización de la ciudad, los
autores antes mencionados, afirman que es en esta época en la que con mayor fuerza se
afianzan y divulgan mensajes enfocados en la importancia del trabajo y en los cambios de
comportamientos y hábitos que supone dejar de vivir en el campo para pasar a una moderna3
ciudad.

Luego de entender lo que caracterizó el proceso de transformación de Medellín en las


décadas mencionadas, se abordará de manera más general, lo que sucedió con el surgimiento
y desarrollo de los objetos industriales, pues para el caso específico de esta investigación es
necesario comprender el marco general y la procedencia de estos objetos, presentes en la
época estudiada. Al respecto Muñoz (2002), quien aborda la historia del objeto industrial en
Colombia, tanto de producción local como importado, de la que interesa principalmente lo
enmarcado en las primeras décadas del siglo XX. Por otro lado, de una manera más puntual,
Franky y Salcedo (2008), exponen una interesante lectura del diseño industrial en el país,
haciendo un recuento histórico de su génesis y desarrollo, así como las relaciones que se han
establecido durante este tiempo con el contexto nacional. Estas dos miradas son relevantes

3
Para comprender de una mejor manera la perspectiva desde la cual se trabajan en esta investigación los
conceptos: moderno, modernidad, modernismo y modernización, se definen acá cada uno de ellos. Para
Marshall Berman (2013), ser moderno implica envolverse en un ambiente que promete la innovación de uno
mismo, del mundo circundante y que a su vez conlleva a dejar de lado lo que se es; entendiendo que lo moderno
es alimentado desde vértices que abarcan lo económico, lo político y lo tecnológico, acelerando el ritmo de vida
y generando nuevas formas de poder. Por su parte, desde su perspectiva, la modernidad es una postura filosófica
que se fundamenta en las ideas impulsadas por la burguesía del siglo XVII, y que conduce al individuo a adquirir
la conciencia del ser y de estar en el mundo. En palabras textuales de Berman, es una forma de experiencia
vital, en la que todo cambia y nada permanece en su sitio. Por su parte, define el modernismo como un
movimiento sociocultural que recoge las ideas de la modernidad, para configurar mediante ellas una esencia
artística y promociona, simultáneamente, el culto de lo nuevo por lo nuevo. Por último, la modernización se
caracteriza por poseer procesos históricos sustentados por una extraordinaria pluralidad de ideas y miradas que
procuran hombres y mujeres como sujetos y como objetos de la modernización para que hagan suyos los
elementos de la naturaleza que los rodea. En la modernización, se evidencian también nuevos y numerosos
cambios tecnológicos (Berman, 2013).

33
para comprender el estado general del desarrollo industrial a nivel nacional, lo cual sirve
como contexto de lo que sucedía con el juguete producido en el país como importado.

2.1.1 ¿Qué caracterizó el acelerado proceso de transformación que vivió Medellín entre
1910 y 1940?

Para empezar, vale la pena mencionar algunas características de la Medellín de finales


del siglo XIX, que pronto desaparecería dando paso al desarrollo. Sobre las últimas décadas
de este siglo, Payne sostiene que éste era un momento en el que aún se conservaban muchos
rasgos de su vida rural: Las calles eran empedradas y muy estrechas, el acceso era solo
posible al lomo de bestias, se cocinaba con leña y las actividades de diversión a las que se
podía asistir eran ofrecidas por una pequeña compañía de ópera. La naciente industria textil
estaba conformada apenas por unos cuantos telares (Payne, 1986, p. 117, 118 citado por
Ramírez 2011) y, aunque se vislumbran unos tímidos inicios de esta industria, para esta época
se evidencia el crecimiento de las actividades artesanales, dando paso a nuevas técnicas de
origen europeo para la fabricación de vestuario y mobiliario principalmente. Llegaron
entonces algunos extranjeros que introdujeron novedosas técnicas de ebanistería, herrería,
zapatería, sastrería, relojería y construcción. Con respecto a este auge artesanal de finales de
siglo, Rodríguez (2009) resalta que a pesar de que este si se evidenciaba, seguía
predominando fuertemente la comercialización y consumo de mercancías extranjeras. Sin
embargo, resalta la introducción y desarrollo de estas técnicas artesanales, que fueron la base
social con la que se daría paso a las manufacturas.

Si bien Rodríguez (2009) y Ramírez (2011) enmarcan los procesos modernizadores


principalmente en las primeras décadas del siglo XX, para Jorge Orlando Melo los que dan
paso a una ciudad moderna en Medellín, se dieron principalmente entre 1880 y 1930, época
en la cual, los cambios físicos trajeron consigo nuevas formas de habitar a Medellín. Surge
entonces un proceso con el que se buscó imponer en las personas una disciplina social
necesaria para los nacientes procesos que daban paso a una ciudad, que se desenvolvía en un
contexto hasta entonces rural, con los que era indispensable un cambio en los hábitos de las
personas de origen campesino para su adaptación a la vida urbana. Melo estudia tres
exponentes de la visión de estos procesos modernizadores que desde diferentes perspectivas,
34
dan cuenta de sus causas y efectos en obras paradigmáticas que hoy por hoy son huella de
este periodo de la historia nacional. El primer exponente es el empresario antioqueño Ricardo
Olano quien fue un reconocido industrial y promotor del desarrollo urbano de la ciudad, en
la primera mitad del siglo XX. Entre su legado histórico se encuentran cuentos, diarios y e
importantes revistas de la época.4 En estos escritos se evidencia una visión progresista y
utilitaria de Medellín, visión que era compartida y defendida por empresarios, industriales y
las familias de mayor estatus económico, pues veían en el acelerado desarrollo de la cuidad,
un futuro próspero para esta región.

El segundo exponente es Tomás Carrasquilla5 que, desde una perspectiva literaria y


muy diferente a la de Olano, mostró a través de sus novelas la ironía del entusiasmo por el
crecimiento y desarrollo de la ciudad, encontrando en un tono burlesco la manera de narrar
todo lo acontecido a nivel social, político y económico en estos procesos civilizatorios.
Carrasquilla evidenció los contrastes entre el pueblo y las personas elegantes y subraya la
inautenticidad de estos últimos.

Por último, Melo se refiere a Tulio Ospina Vásquez6, reconocido historiador,


ingeniero, político y fundador de la Academia Antioqueña de Historia, quien escribió en 1910

4
Entre las obras más destacadas del empresario Ricardo Olano se encuentra: Memorias (2004), que recoge en
dos tomos sus notas autobiográficas y da cuenta de forma detallada del acelerado desarrollo de Medellín, así
como de su vida. Además de sus Memorias, escribió y publicó lo que sería la primera guía turística de Medellín.
Guía de Medellín y sus alrededores (1916). Ésta era un cuadernillo con descripciones y fotos, cuya intención
era hacer sentir a los visitantes y turistas que llegaban a la bella villa un poco menos extraños. También fue
autor de folletos de propaganda cívica y artículos en periódicos (El Espectador, El Heraldo de Antioquia, El
Heraldo de Barranquilla, El Correo Liberal) y revistas (La Bohemia Alegre, El Cascabel, Progreso, La
Organización, Lectura y Arte, La Miscelánea, Colombia, Cromos). Fue además el Director de la Revista
Progreso (1911).
5
Entre las múltiples obras de Tomás Carrasquilla, es importante resaltar algunas de ellas en las que se evidencia
de forma marcada su visión sobre los procesos modernizadores de Medellín: Frutos de mi tierra (1896), novela
en la que se describe la Medellín de finales del siglo XIX y sus procesos de cambio que no le eran muy gratos
al autor. En la diestra de Dios Padre (1897), allí se resalta lo religioso y lo popular, y se encarna en un
campesino antioqueño cristiano, las costumbres y modos de la región. Grandeza (1910), novela que refleja el
ambiente de Medellín y asuntos, personas y acontecimientos cotidianos y vulgares. En 1914 Carrasquilla se
vinculó como colaborador a El Espectador de Medellín, con una columna semanal: cuadros, artículos, crónicas
y ensayos. En la trilogía Hace tiempos: Por aguas y pedrejones, Por cumbres y cañadas y Del campo a la
ciudad (1935) recopila sus más importantes sucesos autobiográficos.
6
Aparte del Protocolo Hispanoamericano de la Urbanidad y el Buen Gusto (1910), escrito por Tulio Ospina
Vásquez y nombrado líneas arriba; cabe resaltar acá otras publicaciones del historiador y político que recogen
información valiosa sobre la conformación de Antioquia, así como de su desarrollo: Reseña geológica de
Antioquia (1911), Reseña sobre la geología de Colombia y especialmente del antiguo departamento de
Antioquia (1911), Informe sobre límites del Departamento de Antioquia (1912) y Catálogo y bibliografía de
Antioquia (1913).

35
el Protocolo Hispanoamericano de la Urbanidad y el Buen Gusto que, aunque surgió en
medio de otros varios tratados de la misma naturaleza, se consideró para ese entonces como
uno de los más importantes, debido al renombre de su autor, quien afirmaba que se debía
reconstruir un mundo digno de trato, el mundo de la gente educada. Este protocolo buscaba
cobijar a ricos y a pobres pues, de acuerdo con Ospina, otros textos similares se salían de la
comprensión de muchos, dada su elegancia e incongruencia con el contexto al cual iba
dirigido. La común generación de manuales de buenas maneras y de urbanidad, se daba
debido a que los procesos civilizatorios hacían necesario educar o reeducar a los nuevos
ciudadanos, quienes debían estar a la altura de las nacientes actividades, contextos y
costumbres que se consideraban adecuadas (Melo, 2004, p. 2).

Así pues, se pueden encontrar múltiples perspectivas de lo relevante en esta época:


La visión de Medellín como un contexto utilitario que debía ser explotado, la mirada de una
ciudad en la que los procesos de desarrollo trajeron consigo comportamientos y formas de
vida no auténticas, y la visión de que dichos procesos debían estar acompañados de una
reeducación a los habitantes de la ciudad. Las características de la población de la ciudad de
Medellín hicieron parte de la forma en que estas visiones se desarrollaron. La conformación
de la población no fue homogénea, por el contrario se podía encontrar en ella diversos
orígenes y características que se mencionarán a continuación.

2.1.2. Medellín a comienzos del siglo XX y su población diversa y contrastante

La ciudad de Medellín comienza a ser habitada por migrantes de poblaciones


cercanas, quienes se ven atraídos por el clima, el desarrollo comercial y las nacientes
industrias. A pesar de que ya existían para 1920, pequeñas fábricas familiares que estaban
atomizadas en pueblos antiqueños como Sonsón, Yarumal, Abejorral, Marinilla y Rionegro,
en los cuales se desarrollaban productos como jabones, gaseosas o tabacos, los habitantes de
dichas poblaciones veían en Medellín un próspero futuro laboral (Ramírez, 2011, p. 2) Aparte
de la migración de futuros exitosos comerciantes o empresarios y de estudiantes o políticos,
la sociedad medellinense se conformó también por artesanos, albañiles, carpinteros o

36
herreros que tenían sus pequeños negocios. Además de ellos, se veía el surgimiento del
empleo informal, a través de las actividades ejercidas por barrenderos, lustrabotas,
prostitutas, entre otros (Ibíd, p. 16).

A pesar de los diversos orígenes de los nuevos habitantes de la ciudad, se podía


encontrar que la estructura social de Medellín posibilitaba cierta flexibilidad ya era posible
el acceso a la élite de quien saliera adelante por cuenta de la minería, la ganadería, la
agricultura o el comercio. Al mirar los orígenes de quienes posteriormente conformaron la
élite industrial y comercial de la década de 1930, se puede constatar que sus miembros o
familiares más cercanos, fueron pequeños comerciantes rurales, cultivadores de café y hasta
arrieros Payne (1986), citado por Ramírez (2011). Los pueblerinos son, entonces, gestores
del camino de la industrialización y por ende de la modernización y transformación urbana
de Medellín. Muchas de las exitosas industrias que incluso hoy existen, fueron creadas y
desarrolladas por ellos (Ramírez, 2011).

Entre los cambios más relevantes con respecto a las formas de vida emergentes, se
encuentra el especial interés por la educación, principalmente entre las familias adineradas y
las élites quienes veían en ella importante significación social. Esta educación buscaba
instruir en saberes específicos pero además inculcar valores y modales: “En la Escuela de
Minas, Tulio Ospina su rector, incluyó en los contenidos de las carreras, las lecciones de
enseñanza de su manual de urbanidad. En la Escuela de Artes y Oficios ocurría lo mismo.
Desde la educación se construían e impartían valores acordes a los procesos civilizatorios”
(Ramírez, 2011, p. 8). Las carreras con mayor renombre en las primeras décadas del siglo
eran Medicina (estudiada por quienes buscaban ascenso social) e Ingeniería (estudiada por
quienes querían crecer económicamente). Estas se impartían en la Universidad de Antioquia
y en la Escuela de Minas respectivamente. Otra carrera que impulsaba a las personas a migrar
a Medellín en busca de estudios era Derecho.

La insistencia por educar a las personas y moldearlos a la vida en la ciudad, se daba


porque era necesario adquirir unos hábitos y cumplir ciertas reglas que en la vida rural eran
innecesarias: la adopción de horarios, el cumplimiento de normas en el uso de los espacios
públicos, la asignación de tiempos y lugares para determinadas actividades, entre otras. Como
ya se mencionó, la escuela cumplió un papel importante en dicha labor, pero otra institución

37
que las impartía era la Iglesia Católica. Esta cumplía un rol fundamental en el control y
regulación de los niños, quienes comenzaron a pasar más tiempo en estos espacios educativos
y religiosos, donde les eran impartidas reglas de buena conducta y buenas maneras. Los niños
que no podían asistir a las escuelas (los pertenecientes a las clases bajas) eran formados para
servir como trabajadores en las nacientes industrias y se les inculcaba el respeto y valor por
el trabajo. Estas labores infantiles eran acompañadas por las mujeres, quienes eran la
principal mano de obra para la época, como se puede evidenciar en la figura 2 (Melo, 2004,
p. 3)

Figura 2. Hombres, mujeres y niños trabajadores de la fábrica de


Chocolates. Biblioteca Pública Piloto, 1923.

La creciente migración a Medellín de personas en su mayoría pertenecientes a los


pueblos cercanos, de diferentes clases sociales, generó una rápida transformación y
expansión de la ciudad. Se desarrollaron nuevas vías, barrios obreros, espacios para la
educación y la socialización, así como fábricas y espacios comerciales. En el siguiente
apartado se dará cuenta de dichos cambios físicos

2.1.3. Transformaciones físicas de Medellín en sus procesos de modernización

38
Aunque los procesos de modernización de Medellín continuaron aún en décadas
posteriores, cabe resaltar una importante diferencia con respecto a los primeros treinta años
del siglo XX. A comienzos de siglo, las transformaciones fueron tanto físicas como en las
formas de vida y los comportamientos de sus habitantes. Así los desarrollos en la
infraestructura fueron muy relevantes ya que influyeron directamente en los procesos
formativos referentes a las formas de vida y a los nuevos comportamientos de los ciudadanos.

Como se mostró al comienzo de este capítulo, el desarrollo urbano en cuanto a


infraestructura y arquitectura, en las primeras décadas del siglo XX, fue muy acelerado. En
1910, bajo un concurso impulsado por la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín (entidad
perteneciente a la élite antioqueña, fundada en 1899), se premió el mejor plano del
crecimiento de la ciudad, dando como ganador al ingeniero Jorge Rodríguez. En el desarrollo
de este plano, participó además un reconocido grupo de antiguos alumnos y profesores de la
Escuela de Minas y de acuerdo con este, el desarrollo de Medellín se daba bajo las premisas
de higiene, comodidad y estética (González, 2007). En esta planeación de la ciudad y en
general en los procesos de modernización, existieron dos elementos a resaltar: El primero es
el marcado interés por impulsar la cultura y el segundo es la relevancia dada a la educación.
Por ello, entre las primeras grandes obras pensadas para la ciudad, se incluyeron un centro
de cultura social (El Bosque de la Independencia, fundado en 1913) y una escuela de buen
gusto (Instituto de Bellas Artes, fundada en 1915). Además de estas, entre las principales
iniciativas que se pueden evidenciar, están la instalación de energía eléctrica en la ciudad, la
construcción de dos teatros, el diseño y construcción de barrios para obreros, la inauguración
de colegios en su mayoría controlados por órdenes religiosas recién venidas de Europa, el
naciente hospital San Vicente de Paúl (fundado en 1913), sectores y calles dedicadas al
comercio, entre otros (ver figura 3).

39
Figura 3. Antigua Calle del comercio, en esta se evidencian un sinfín de
almacenes cuyos nombres representaban la familia a quien pertenecían.
Historia Fotográfica de Medellín, 1910.

Aunque el tema de cual se ocupa esta tesis son los juguetes, es importante identificar
el contexto y la infraestructura que se conformaba en la época de estudio, ya que ésta incidía
en el naciente uso de algunos juguetes o bien en su popularización. Un ejemplo de esto es el
uso de patines, carritos y triciclos con los que se podían jugar de forma más fácil en los
andenes y calles de los nacientes barrios. Así entonces, sobre las viviendas, es importante
resaltar dos aspectos: La popularización de los barrios obreros, antes inexistentes en
Medellín, y el surgimiento de viviendas que se desarrollaban de forma acelerada, las cuales
no se caracterizaban por tener sofisticados diseños o por ostentar el uso de materiales
importados; pero sí era propio de ellas sus grandes espacios y amplios patios (Melo, 1996).
Además de estas características propias de las viviendas, resaltan también los desarrollos
urbanos en los espacios públicos, que como ya se indicó, influyeron en el juego y uso de
algunos juguetes.

Además de las características de las viviendas y nuevos barrios, es de resaltar el


aislamiento y encerramiento de Medellín con respecto a las demás ciudades, lo cual se debía
principalmente a su geografía. Esto fue transformado por el naciente y próspero comercio,
que obligaba a establecer nexos con los pobladores e instituciones de otras regiones
(Rodríguez, 2009). Entre las estrategias de conexión que emergen, resaltan la construcción
de ferrocarril de Antioquia, que daba salida al río Magdalena luego de superado el paso por

40
el Túnel de la Quiebra, y el de Amagá, que daba salida al sur del país. Del mismo modo, la
llegada de los primeros aviones a la ciudad. Se evidencia el paso de la movilidad en carretas
y caballos propia de 1910 y 1920, al uso del tranvía entre las décadas de 1920 y 1950.
Posteriormente, llegan buses y busetas a ocupar las calles de la ciudad. Este desarrollo en la
infraestructura y los transportes iba de la mano del paso de una Medellín fuertemente
comercial, a una ciudad industrial.

Antes de entrar específicamente a detallar las industrias que emergen en las primeras
décadas del siglo XX en Medellín, se dedicará un apartado a reconocer la historia del objeto
industrial en el país. Esto servirá para comprender, desde un contexto más general, las
posibles causas y consecuencias de su surgimiento, así como las situaciones en las que se
enmarca la industria local juguetera de la que se abordará con más detalle en el apartado 2.2.

2.1.4. El objeto industrial: Surgimiento y desarrollo en el país

Se reconocerá en este apartado el surgimiento y desarrollo del objeto industrial en


Colombia, pero primero es necesario comprender la función que cumple cualquier objeto en
un contexto determinado. Para definir el objeto como concepto general, así como el de
carácter industrial, se toma como referente Humberto Muñoz Tenjo (2002) cuyas reflexiones
abordan el origen, la apropiación, reproducción y creación del objeto industrial en el contexto
colombiano. Para este autor, un objeto es un elemento y manifestación de la cultura. En él se
sintetiza un estado de la tecnología, representando una época determinada y sus formas son
portadoras de mensajes sobrepasando la función.

Con el fin de complementar esta visión de Muñoz, se examinan otras definiciones del
objeto desde la perspectiva de algunos pensadores clásicos del Diseño: 7 Para Baudrillard
(1971), el objeto no es más que los diferentes tipos de relaciones y de significaciones que

7 Para profundizar en las definiciones de objeto según destacados pensadores, se pueden revisar, entre otros,
siguientes textos: Moles, A. (1972) Teoría de los objetos. Barcelona: Gustavo Gili; Baudrillard, J. (1987) El
sistema de los objetos. México: Siglo XXI.; Norman, D. (1990) La psicología de los objetos cotidianos. Madrid:
Nerea; Munari, B. (1993) ¿Cómo nacen los objetos? Barcelona: Gustavo Gili; Sánchez, M.
(2005) Morfogénesis del objeto de uso. Bogotá: Universidad Jorge Tadeo Lozano.

41
convergen, que contradicen, que se anudan sobre él. Asimismo, Abraham Moles (1972),
define que el objeto es un mediador de relaciones sociales, en el que, a pesar del anonimato
que implica la fabricación industrial, se plasman sistemas de comunicación de valores y de
formas de crear y comprender el entorno. Ahora, el objeto industrial es el resultado de un
estado de la sociedad y es la consecuencia de un prolongado proceso de desarrollo
tecnológico: La revolución industrial, periodo de descubrimientos que se incorporan a la vida
cotidiana de Occidente. Estos logros tecnológicos que permitieron la aparición del objeto
industrial, se combinaron con cambios sociales, culturales, políticos y económicos para
producir una revolucionaria transformación en los sistemas de vida de la sociedad occidental
(Muñoz, 2002, p. 22). Conociendo estas definiciones del objeto en general y del objeto
industrial, se describen las principales características de éste último: Para su producción no
se depende de una habilidad manual individual, sino de las posibilidades que permite la
máquina que lo produce, respondiendo a dos cualidades: la serialización y la producción
homogénea. En cuanto a los mensajes de los que es portador (siendo consecuente con la
cualidad comunicativa de todo objeto que se nombró líneas arriba), Muñoz define que éstos
niegan el pasado para sembrar la utopía del futuro, en la que la novedad tecnológica promete
la auto liberación del hombre (2002, p. 23). Es, entonces, mediante el objeto industrial que
se transmite la modernización y todos los beneficios y mejoras en la calidad de vida con los
que es anunciada dando paso, a través de éste, al interés por dominar el mundo exterior.

Pasando al contexto colombiano, Muñoz afirma que el objeto industrial apareció


como producto y no como proceso productivo, es decir, los elementos a los que se debió su
origen en la cultura moderna no están presentes en Colombia: La planeación, la producción
seriada, la comercialización dentro de un esquema capitalista, no acompañaron su puesta en
escena en el país. Se trató entonces, de una apropiación parcial o incompleta (2002, p. 29).
En el siglo XIX, se encontraban algunas manufacturas textileras, de loza o fundición y, ya
para inicios del siglo XX, las clases dirigentes se dieron a la tarea de estimular estos procesos,
con la intención de no quedarse atrás frente a otras sociedades, “con intereses económicos y
por razones moralistas, pues con ello se podía emplear a vagos y limosneros” (2002, p. 32).
Esta intención proteccionista de las manufacturas locales contrastaba con el afán por la
importación, de parte de las clases altas y las familias más adineradas, de objetos suntuosos
de origen europeo que, en muchas ocasiones, no cumplían funciones utilitarias pues solo se

42
exhibían (Muñoz, 2002). Dada la escasez de producción local, a finales del siglo XIX y en
las primeras décadas del siglo XX, se evidencian objetos importados por las élites, de los
cuales sus nuevos dueños desconocía la información en torno a su creación, así como sus
formas de producción. Estos objetos cumplieron una función clasificatoria de la sociedad:
reconocimiento de la élite pues, a través de su exhibición, se pretendía hacer la diferencia
con el resto de la sociedad. Algo similar ocurrió en específico con los juguetes importados
de origen industrial, de los que se hablará con más detalle en el apartado 2.2.1.1. Estos
distinguían a sus dueños quienes, generalmente, eran los niños de las familias más adineradas
de la ciudad. Así, en la prensa local se comienzan a popularizar de forma acelerada, en las
primeras décadas del siglo XX, frases como “por fin llegó a Colombia” o “importado con la
mejor calidad” lo que evidencia del auge de las importaciones (Figuras 4 y 5)

Figuras 4 y 5. Publicidades de objetos industriales importados. El primer anuncio es de


una bicicleta de acero importada de Europa, de la cual se garantizan repuestos. El
segundo es el anuncio de la importación, desde Estados Unidos, de una moderna
máquina, por parte de La Planta Municipal de Leche. Con la llegada de esta máquina
se promete a los consumidores leche purificada para niños. Revista Lecturas, 1929.

Estos objetos importados, en su mayoría, se caracterizaban por ser de una alta


complejidad tecnológica para las condiciones del momento y el lugar, por lo que en muchas
ocasiones no se sabía usar o se dificultaba su reparación a falta de repuestos o la tecnología
adecuada. Objetos como radios, teléfonos o máquinas de escribir, llegaban en muy pocas

43
cantidades y estaban a disposición de unos pocos, por lo que no se popularizaron y para la
mayoría eran desconocidos. Algunos usos eran coleccionarlos, exhibirlos o guardarlos y no
fueron del interés de industrias locales para su reproducción, dadas las limitaciones
tecnológicas (2002, p. 37).

Ya para la década de los 50, luego de la segunda Guerra Mundial y debido a la escasez
de importaciones, se ve la necesidad de desarrollar y producir productos pertenecientes a
sectores no tradicionales, entrando en campos de bienes intermedios. Esto sucedió con el
juguete de producción local industrial. Así, dado el cierre de las importaciones, se buscó la
manera de suplir las necesidades del mercado a través de la producción nacional. Los objetos
industriales nacientes en esta época tenían la particularidad de ser, en su mayoría, copias de
objetos importados, pero para su elaboración pasaban por procesos de síntesis formal,
eliminando las partes que no se podían reproducir o que se consideraban innecesarias. Estos
objetos se caracterizaban también por ser muchas veces de mala factura. El análisis de si esto
ocurrió con el juguete industrial se abordará en el capítulo 3, el cual se centra en el análisis
morfológico, formal y funcional de los juguetes más representativos de esta época.

Luego de comprender el surgimiento del objeto industrial colombiano, vale la pena


mencionar la real participación del diseño industrial en el país, la cual se puede encontrar a
partir de la década de 1960. El diseño industrial tiene como antecedentes el interés de un
grupo de arquitectos por el mobiliario para equipar sus modernas construcciones, la llegada
de jóvenes profesionales en diseño formados en el exterior y la aparición de empresas
productoras de bienes intermedios acompañada de un cambio en la mentalidad empresarial,
anteriormente caracterizada como tradicional y ligada a la herencia (Franky y Salcedo, 2008).

Ahora bien, la consolidación del diseño se da en la década del 1970 al


profesionalizarse en el país y, dado que como se mencionó antes, la producción local
industrial se multiplicó en la década de 1950, la participación del diseño se encontraba
atrasada. Acerca de esto, se exponen varias razones: Según los autores, en la modernización
u occidentalización, predominaba una cultura de herencia y tradición con la que difícilmente
se avanzaba hacia nuevos procesos radicales del diseño por lo que el pensamiento moderno
se concreta, y se hace realmente evidente, solo hasta la segunda mitad del siglo XX. Quienes
se preocupaban de la cultura material se dividían según Franky y Salcedo en dos grandes

44
grupos: Unos pocos que le apostaban a lo moderno y a la idea de progreso y una gran mayoría
que apoyaba lo vernáculo y la tradición, plasmados en objetos artesanales y de origen
indígena. En estas dos corrientes se entremezclaba, entonces, una tímida pretensión por ser
modernos, la fuerza notable de la herencia y las limitaciones de los recursos técnicos y
tecnológicos.

2.1.5. Medellín: De la próspera esencia comercial a la emergente actividad productiva


e industrial

Medellín ha sido considerada como una ciudad en esencia mercantil y, en diferentes


épocas de su desarrollo, dado este carácter, ha sido calificada como una ciudad fría en el trato
entre sus gentes, en la que las personas se reúnen solo para vender, comprar cosas o trabajar
y fuera del dinero, nada merece más atención. De acuerdo con Jorge Orlando Melo,
personajes como León de Greiff y Fernando González, eran reiterativos en este pensamiento
sobre Medellín hacia los años veinte (Melo, 1997, p. 3). Para ejemplificar dicha visión sobre
la ciudad, se reseña la poesía Villa de la Candelaria, en la que se describe la obsesión de sus
habitantes por acumular riquezas y por el trabajo sin descanso:

Villa de la Candelaria:
Vano el motivo
desta prosa:
nada…
Cosas de todo el día.
Sucesos
banales.
Gente necia,
local y chata y roma.
Gran tráfico en el marco de la plaza.
Chismes.
Catolicismo.
Y una total inopia en los cerebros…
Cual
si todo
se fincara en la riqueza,
en menjurjes bursátiles
y en un mayor volumen de la panza.

León de Greiff. 1914

45
Afín a esta visión sobre los marcados intereses de los habitantes de Medellín por los
negocios, el comercio y posteriormente por el trabajo y la producción, Rodríguez (2009),
afirma que para finales del siglo XIX y comienzos del XX, se evidenciaba una carente oferta
de actividades y espacios para la recreación en la ciudad debido, según el autor, a que los
intereses y esfuerzos de sus pobladores se concentraron en los negocios y el comercio: “Las
actividades mercantiles enfocaron la atención de las élites, a comienzos del siglo XX,
puntualmente en las importaciones de bienes de consumo y herramientas” (Rodríguez, 2009).

Sobre la génesis de Medellín como ciudad comercial y posteriormente industrial y los


hechos que impulsaron su desarrollo, existen diferentes versiones. Se reseñan acá dos de
ellas.

Fernando Botero, quien ha investigado ampliamente la industrialización en Antioquia


desde una perspectiva sociológica y económica, afirma que la minería y el café constituyeron
una fuente económica muy relevante en Antioquia y además impulsaron el comercio. El café
permitió la generación de grandes fortunas y el desarrollo de la región. Así mismo, afirma
que la burguesía comerciante fue la creadora de la industria en tanto, realizó grandes
inversiones para permitir su desarrollo. Para Botero, el auge del mercado cafetero fue
relevante como impulsor en la industria antioqueña naciente, sin embargo no fue el único
motor del nacimiento de las primeras factorías manufactureras. El autor muestra que ésta
surge de la crisis derivada de la Guerra de los Mil Días, con la cual se vio la necesidad de
invertir los capitales acumulados y concentrados hasta ese entonces dadas las múltiples
dificultades para importar mercancías (Botero, 1984, p. 177). Contrario a esta postura,
Rodríguez expone que el rumbo hacia el proceso de industrialización de Medellín fue en su
totalidad consecuencia de la formación de grandes capitales provenientes de la minería, el
comercio y el café, y además por la demanda de bienes de consumo en Antioquia y regiones
aledañas, así como por las nacientes vías de comunicación que rompieron el aislamiento de
la cuidad. La escasez y altos precios de productos importados, en parte por los problemas que
generó la primera Guerra Mundial y por las dificultades del transporte por la geografía
antioqueña, creó una coyuntura favorable para una sustitución de importaciones desde la
naciente industria local (Rodríguez, 2009).

46
Las principales industrias emergentes en este comienzo del siglo XX, tenían un
carácter familiar y por lo general, se reconocían por sus apellidos: Restrepo y Cía., Botero
Arango e Hijos, Fernando Restrepo e Hijos, Alejo Santamaría e Hijos, entre otras. Estas se
dedicaban a producir y comercializar principalmente textiles, cerveza, gaseosa, galletas,
fundiciones metálicas, chocolates, entre otras. (Melo, 2004, p.3) (Algunas líneas arriba,
específicamente en la figura 3 se muestran algunos nombres de establecimientos comerciales
cuyos nombres surgían de los apellidos de sus propietarios).

Para hacer un rastreo más completo y exacto del comercio y la industria existente en la
ciudad para la década de 1930, se consultaron publicaciones seriadas, textos especializados
y archivos fotográficos8. Específicamente en la publicación Antioquia Industrial, la cual
estaba a cargo de la asociación Industria Nacional Colombiana, cuya función era compilar
las principales industrias vigentes así como los grupos a los que pertenecían. Esta
publicación, además de servir como directorio en el que se encontraban las industrias,
fábricas y almacenes de la ciudad, se buscaba por medio de ella, impulsar el consumo de los
productos locales, por encima de los importados. De manera más precisa y, de acuerdo con
sus estatutos, la Industria Nacional Colombiana buscaba principalmente:

- Fomentar el consumo de artículos de producción nacional.


- Fomentar la producción de artículos que sean susceptibles de ser producidos
económicamente.
- Trabajar en reformas legales sobre aranceles, impuestos y gravámenes, de marera que
no se conviertan en un obstáculo para el progreso de la industria nacional ni para el
desarrollo de nuevas industrias.

8
Entre las publicaciones y las colecciones especializadas de fotografías de la época que se revisaron, se
encuentra: Archivo de Benjamín de la Calle y Archivo de Melitón Rodríguez (Ambos de la Biblioteca pública
Piloto, Colección Biblioteca Pública Piloto. 1923, 1929, Colección Rodrigo Betancur Montoya. 1999,
Colección José Jesús Betancur Vélez. 1948, Historia fotográfica de Medellín. 1910, 1920. La información y
evidencias de la naciente industria y mercado juguetero, así como su exhibición publicitaria y de los usos que
los niños daban a ellos en su cotidianidad en las décadas estudiadas, se encontraron principalmente en revistas
dirigidas en su mayoría a un público femenino, o a niños. Entre los más relevantes están: El Heraldo Antioquia,
El Tiempo, La Defensa, La niñez, Revista Progreso, Revista El Gráfico, Revista Letras y Encajes y Revista
Lecturas.

47
- Fomentar las industrias extractivas con el fin de facilitar la obtención de materias
primas.
- Trabajar por la expansión del comercio exterior de Colombia. (Hoyos, 1931, p. 5).

En su edición de 1931, se encuentra una completa lista de las industrias existentes (Ver
figuras 7 y 8)

Figuras 6 y 7. Industrias asociadas a la Industria Nacional Colombiana. Antioquia Industrial, 1931.

En esta lista de industrias asociadas a la Industria Nacional Colombiana, se puede


concluir que existía un predominio de las relacionadas con textiles y alimentos, entre las que
se pueden resaltar La Fábrica de Hilados y Tejidos, La Compañía Colombiana de Tejidos, la
Fábrica de Tejidos Santa Fé, la Compañía Nacional de Chocolates y Compañía de Gaseosas
Lux.

48
Cantidad en
Industrias asociadas Medellín para 1930
Industrias textiles 7
Alimentos 7
Bebidas 2
Cervezas 1
Talleres industriales sin especificación de tipo de producto 3
Café 1
Tabaco 1
Fósforos 1
Laboratorios y droguerías 3
Camas 1
Seguros 2
Vidrieras 1
Sombreros 1
Arte 3
Loza 1
Librerías y papelerías 2
Cuero 2
Calzado 2
Otros (sin clasificación) 7
Total de industrias asociadas (Medellín, 1931) 48

Tabla 1. Cantidad de industrias asociadas agrupadas por categorías, 1931. Fuente: Elaboración propia.

Dichas industrias se encontraban agremiadas de acuerdo al tipo de producto que


fabricaban y/o comercializaban, así, se reconocían para la década de 1930, 12 comités
gremiales, cuya alianza propendía por impulsar el consumo de los productos locales, pese a
que en algunas de sus comercializadoras se encontraran algunos productos importados.

Comités gremiales
Hilados, Tejidos y Tintorerías
Fundición y similares
Tabaco, Cervezas, Gaseosas, Fósforos, Chocolates
Industrias del Cuero
Laboratorios, Farmacias, Jabónes y Perfumes
Litografía, Imprenta, Papelería
Cerámica y Vidriería
Harinas, Galletas, Pastas alimenticias, Confites
Ebanistería, Maderas
Agricultura y Ganadería
Varios, pequeñas Industrias, Sombreros, Espejos, Peines, Peinillas
Manufactura de Ropa

Tabla 2. Comités gremiales de la Industria Nacional Colombiana, 1931. Fuente:


Elaboración propia

49
Aunque estas industrias acá reseñadas, no se relacionan de forma directa con la
manufactura del juguete, son importantes para comprender, el contexto de la producción
nacional, así como su acelerado crecimiento. Con estos ejemplos se puede ver a qué se
dedicaba específicamente la industria en Antioquia, y el marcado énfasis en la producción
textilera y de alimentos. Por otro lado, objetos como los juguetes no eran del interés de las
nacientes industrias, dada la poca demanda de estos al ser considerados mercancía de lujo, y
dada la dificultad para la consecución de la tecnología y las materias primas que posibilitaban
su producción.

Específicamente, en lo relacionado con las industrias que tenían alguna relación con
la fabricación juguetera, se reconoce en esta lista solo una comercializadora de juguetes: la
Papelería Búffalo, que hasta esta época solo distribuía unos pocos de origen importado pero
que para la década de 1940, luego de la segunda Guerra Mundial que produjo el cierre de las
importaciones, Francisco Ferrer uno de sus directivos, propuso a José Jesús Betancur que
comenzaran a fabricar sus propios juguetes, dando origen a la Fábrica de Muñecas (Ver figura
8) que funcionó aproximadamente cinco años, convirtiéndose luego en Industrias Búffalo,
insignia de la producción juguetera nacional de mediados de siglo (Relatos de un siglo, 1999).
Aunque esta industria no corresponde a la década de los 30, si lo es su antecesora
distribuidora, por lo que es pertinente mencionarla.

Figura 8. Niñas y mujeres obreras de la Fábrica de Muñecas


de Medellín. José Jesús Betancur Vélez, 1948. Imagen tomada
del periódico Rural Relatos de un siglo.

50
Con respecto a las características de las muñecas producidas en esta fábrica, se
encuentra en un texto del periódico Rural Relatos de un Siglo: Historias, momentos,
memoria, cuentos, instantes; una completa descripcíon de los materiales y los procesos por
medio de los cuales eran fabricadas (Ver figura 9).

Eran muñecas de yeso y los vestidos se rellenaban de paja. La cara, las manos y los
pies se fabricaban en serie usando moldes de yeso. Se pintaban a mano, y algunas partes de
la cara se pintaban haciéndo uso de uno compresor y un aerógrafo para darles los acabados
(Relatos de un siglo, 1999)

Figura 9. Muñecas elaboradas por la Fábrica de Muñecas en Medellín a


finales de la década del 40. Períodico Rural Relatos de un siglo, 1999.

En las primeras décadas del siglo, se presenta tanto la consolidación de la Medellín


comercial, como el nacimiento de la ciudad industrial en la que se convirtió décadas
posteriores. En este contexto, el juguete atravesó en la ciudad una historia similar. Para las
tres primeras décadas del siglo XX, se encontraban en la prensa, en los almacenes y
distribuidoras, casi de forma exclusiva, juguetes importados y, solo hasta finales de 1940
(como se pudo evidenciar en el ejemplo de la fábrica de Muñecas), se empiezan a vislumbrar
algunas producciones locales de factura simple, como se mostrará en el siguiente apartado.

2.2 Los juguetes en Medellín entre 1910 y 1940: producto de importaciones y de una
emergente producción local

51
Para comenzar y, antes de entrar puntualmente en el caso de Medellín, es importante
destacar algunos aspectos relevantes sobre la historia de la industria juguetera en el mundo.
Aunque no es posible dar cuenta de una cronología que enmarque toda la historia del juguete
y no es el interés en esta investigación intentar construir una, lo que se pretende en este
apartado es reseñar momentos relevantes del juguete principalmente en el siglo XX, en lo
referente a sus formas de producción y de uso, configuraciones y transformaciones, haciendo
énfasis en el contexto colombiano.

Es importante mencionar el contexto europeo, donde la historia del juguete se


desarrolló mucho antes que en América, y desde donde se daban la mayoría de las
importaciones, antes de que se pudieran producir los propios. En Europa, antes de contar con
una consolidada industria juguetera, la adquisición de los juguetes fabricados de modo
artesanal se hacía directamente con quienes los elaboraban: “en el siglo XVI se compraban
animales de madera en los talleres de los torneros, los soldados de plomo en los talleres de
los caldereros, las figuras de confituras en el negocio del pastelero, las muñecas de cera en la
casa de algún fabricante de velas” (Benjamín, 1928a, p. 86). Esto pues aún no existían lugares
especializados que se dedicaran únicamente a su fabricación; solo hasta el siglo XIX, la
producción de juguetes se convierte en una industria especializada. Por su parte, en
Colombia, los juguetes artesanales o autoconstruidos por los niños o sus padres se evidencian
de forma marcada a mediados del siglo XIX, cuando la mayoría de los niños, generalmente
pertenecientes al campo, “jugaban con objetos de la vida diaria o con sencillos juguetes de
barro, madera, semillas, huesos o cuero, que construían sus propios padres imitando animales
domésticos o sencillos artefactos del hogar” (Aristizábal 2015, p. 11). Estos juguetes de
origen artesanal9, predominaron en Colombia hasta la llegada del juguete industrializado.
Otra forma en la que estos se originaban, aparte de la fabricación familiar y doméstica, se
daba por parte de zapateros, sastres, herreros y carpinteros locales que aplicaban las técnicas
y materiales propias de sus oficios para la elaboración de estos objetos al igual que sucedía
en Europa siglos atrás (Londoño y Londoño, 2012, p. 82) (Ver figuras 10, 11 y 12).

9
Los juguetes de origen artesanal, de acuerdo con Euclides Jaramillo (1996), son aquellos que se elaboran a
partir de manufactura individual, no seriada y sin la intervención de maquinarias industriales para su
producción. Ésta estaba a cargo de pequeños artesanos que aprendían diferentes técnicas locales o provenientes
de otros países. En ocasiones, eran los mismos niños quienes los elaboraban haciendo uso de frutos, materiales
naturales y partes de otros objetos.

52
Figuras 10, 11 y 12. Juguetes artesanales elaborados en Colombia. De izquierda a derecha: (10) Maromero
en madera, pintado a mano. (11) Camión furgón de lata. (12) Mariposa para arrastrar en hojalata que bate
sus alas al rodar, pintada a mano. Colección particular Rafael Castaño, Museo del Juguete, 2014.

Continuando con el contexto europeo, Londoño y Londoño, (2012) afirman que a


finales del siglo XIX, surge en Nüremberg la industria juguetera más importante del mundo,
desarrollada luego en Francia, Inglaterra y España. Luego de la segunda Guerra Mundial la
industria se concentra en Estados Unidos y posteriormente en Japón. Ésta industria impacta
a Colombia de forma marcada solamente hasta comienzos del siglo XX, pues hasta entonces,
como se dijo anteriormente, predominaron los juguetes construidos por los padres, los niños
o artesanos locales. Complementando lo anterior, Cárdenas (2012, p. 33), señala que en las
primeras décadas del siglo XX los juguetes importados dirigidos a los niños ricos de
Colombia provenían en su mayoría de Europa, y afirma que Estados Unidos también
participó en el mercado de juguetes en nuestro país en esta época, pero de forma mucho más
tímida que los países europeos. A partir de 1930, la participación de Estados Unidos en las
exportaciones a países suramericanos se populariza mucho más, sobre todo para la época de
navidad (ver figura 13). Debido a este carácter de objeto importado y, por ello más costoso,
tener uno de estos juguetes era signo de lujo y de ser un habitante de la nueva vida urbana,
dejando atrás muchas características de las formas de vida del campo: “De este modo,
juguetes como triciclos y patines aparecían en la década de 1930 haciendo alusión a los
cambios en los paisajes de los barrios residenciales” (Cárdenas, 2012). Así, en estos objetos
(patines, carros, coches, patinetas) que comenzaban a usarse por algunos niños de las familias

53
más adineradas, se podían evidenciar muchos cambios, tanto de la ciudad como de las
emergentes formas de vida en ella (tema que se ampliará más adelante).

Figura 13. Anuncio publicitario en el que se resalta el


origen canadiense y estadounidense de los juguetes, a
su vez que se popularizaban objetos como patines,
coches y triciclos, lo que respondía a la masificada
vida urbana de esta época. La Defensa, diciembre,
1947.

Las comercializadoras de juguetes importados hasta la década de los 40, y luego de


producción local, multiplicaban su oferta en vísperas de la navidad. Los juguetes no eran aun
objetos de común adquisición y para muchos niños de la ciudad solo se tenía acceso a ellos
en época decembrina. Este marcado aumento en la oferta juguetera se evidencia al comparar
publicaciones como revistas femeninas o infantiles y periódicos de la época en los que se
encontraban muchos más anuncios entre noviembre y diciembre, mientras que en otros meses
del año estos eran realmente escasos, así como su oferta y compra (ver figuras 14, 15 y 16).

54
Figura 14. Anuncio publicitario Figura 15. Anuncio Figura 16. Anuncio publicitario de
de Juguetes importados para publicitario de Juguetes Industrias Búffalo en el que se oferta
navidad. El Heraldo Antioquia. importados de venta en el gran variedad de juguetes de producción
Diciembre, 1936. Ley en época de navidad. local, para comerciantes y clientes. La
El Heraldo Antioquia. Defensa. Diciembre, 1947.
Diciembre, 1936.

En Colombia, comienza la producción de juguetes en serie y de forma más masiva en


materiales como la hojalata, el hierro fundido, el celuloide y plástico a mediados de la década
de 1940. Una de las principales razones del auge de esta producción local, era la
imposibilidad de acceder fácilmente a las importaciones a causa de la Segunda Guerra
Mundial. Los primeros diseños obtenidos de forma local, eran réplicas en miniatura del
universo objetual de los adultos así como de modernas invenciones como carros o aviones
(ver figura 17). Entre las fábricas más representativas en el país se encontraban: Kico de
Barranquilla, fundada en 1928 (ver figura 18); Fábrica Nacional de Muñecas que nace en
1940; Plastiflex, fundada en 1941, que se consideró como la mejor fábrica de muñecos
colombianos; Industrias Búffalo que, como se mencionó anteriormente, nació como industria
en Medellín fabricando juguetes en hojalata y la fábrica Grulla, que producía juguetes de
caucho. Otra emergente industria que se puede mencionar dentro de la historia del juguete de
fabricación nacional es Industrias Estra que, aunque participa en esta un poco más tarde del

55
periodo estudiado en esta investigación, es pertinente incluirla dado que aunque en la
actualidad no produce juguetes, es en la actualidad una importante industria colombiana, y
su participación en los inicios de la industria nacional juguetera no es muy reconocida. Para
comienzos de la década de 1950, época en la cual la industria del plástico comienza a tener
relevancia en el país, Estra comienza a fabricar pelotas y balones de juguete con polivinilo,
con el cual se producían con una calidad muy similar a las de caucho pero a precios mucho
más económicos (Rodríguez 2007, citado por Londoño y Londoño, 2012 p. 163).

Figura 17. Anuncio publicitario de juguetes. En él Figura 18. Anuncio publicitario


se puede ver una amplia lista de juguetes de Kiko, una de las primeras
industriales entre los que resaltan materiales como industrias jugueteras del país.
el plástico o la tela; mecanismos como cuerda o Ofrecen los juguetes plásticos
mecanos y réplicas en miniatura de objetos como como algo “novedoso”. El
aviones o carros. La Defensa, 20 de noviembre, Tiempo, noviembre de 1942.
1947.

En cuanto a los significados que contenían los juguetes de la época en mención,


Aristizábal (2015), afirma que “La instrucción de oficios y labores se comienza a ver de
forma marcada con los juguetes industriales tanto importados como de producción local en
los que la relación entre niño y trabajo se ve más reafirmada y clara […] En los juguetes
industriales podrían reproducir más detalladamente y con mayor realismo, los trabajos útiles
de la vida adulta” (p. 11). Esta posibilidad de realizar réplicas de objetos de los adultos que

56
a su vez representaban roles y oficios, respondía entre otras razones, a las posibilidades que
ofrecían los materiales emergentes con la industrialización del juguete.

Así, materiales como la hojalata, el plástico o el celuloide permitían replicar detalles


en formas, texturas y colores, lo que antes era limitado a través de la producción artesanal o
aficionada. En la siguiente imagen de un anuncio publicitario, se mostrará cómo en una
extensa lista de juguetes de origen industrial e importados por la librería Buffalo en 1929, se
ofertan juguetes que representan oficios, roles de las niñas y desarrollos de la época. Algunos
juguetes materializaban oficios de los adultos y estaban dirigidos hacia un público masculino
(juegos de herramientas, carros de bomberos, cajas de construcción, camiones de cuerda).
Otros representaban el rol hogareño en el que se resaltaba el uso femenino, entre los que se
encuentran juegos de muebles para niñas, vajillas para niñas y muñecas que dicen mamá.
Además de estos diferenciados por géneros, se ofertaban invenciones como trenes,
automóviles de lata, aeroplanos, camiones de cuerda que representan en miniatura desarrollos
tecnológicos del mundo adulto de la época (Figura 19).

Figura 19. Anuncio publicitario de


la comercializadora de juguetes
importados Buffalo. El Heraldo
Antioquia, diciembre de 1929.

57
Los juguetes usados por niños y niñas en Medellín, principalmente por los
pertenecientes a las clases altas, que eran (como se mencionó anteriormente) quienes podían
acceder a ellos, fueron hasta la década de 1940, casi en su totalidad de origen importado, con
algunas excepciones a nivel nacional que ya fueron mencionadas. Las nacientes industrias
jugueteras nacionales y de Medellín específicamente, se consolidan en la segunda mitad del
siglo XX, en parte por la crisis que deja la Segunda Guerra Mundial y con ella la
imposibilidad de seguir importando, lo que impulsó a la fabricación local de muñecas,
balones, carritos y juegos de mesa principalmente. La comercialización de juguetes, tanto
importados como de origen colombiano, se popularizaba fuertemente en la época
decembrina, pues era el único momento del año en el que más niños tenían acceso a algún
juguete proveniente de un aguinaldo o de las tradiciones del niño Dios o Papá Noel, tal como
era publicitado en diferentes anuncios de los medios escritos de la época.

2.2.1 ¿Qué se inculcaba a partir de los juegos y del uso de los juguetes a los que tenían
acceso los niños de las primeras décadas del siglo XX en Medellín?

Para comenzar a hablar sobre los tipos de juegos que realizaban los niños y lo que
estos significaban en su formación, es necesario reconocer algunas características de sus
formas de vida en esta época.

En Colombia, la importancia que se le ha dado a la infancia ha variado


considerablemente a través del tiempo. En la época de la Colonia, la niñez no fue considerada
como una etapa en la que se debía poner el interés, pues mientras se estaba en ella se era visto
como un adulto en pequeño formato. Solo hasta finales del siglo XIX, esta etapa de la vida
humana comienza a ser relevante, pero es en el siglo XX cuando el niño pasa a ser
protagonista, considerándose este periodo como el siglo de la infancia, donde los menores
pasan a ser objeto de intervención del estado y la economía, gestándose una mentalidad de
derechos y no solo de obligaciones. El niño es entendido como el hombre del mañana y
responsable del bien futuro. Así, proteger, conocer y civilizar la infancia se convirtió en un
propósito que involucró acciones privadas y públicas (Londoño y Londoño, 2013, p. 113)

58
Para explicar de mejor forma estas transformaciones del concepto de infancia en este
periodo en Colombia, ya no desde la importancia otorgada a los niños como lo hace Londoño
(2013), sino desde la influencia de los contextos y las instituciones sobre la infancia, Pachón
y Muñoz (1991) hacen uso de metáforas que resumen el espíritu de cada época y su relación
con los niños. Así, definen que a lo largo del siglo se pasó de una metáfora rural de finales
del siglo XIX, a una religiosa y militar de comienzos del siglo XX, luego a una metáfora
científica y por último una tecnológica (1991). Debido a que el periodo de la presente
investigación se enmarca en la primera mitad del siglo, los acontecimientos que caracterizan
la época estudiada y, de acuerdo con lo planteado por los autores, los niños en este periodo
estarían permeados por una realidad primero rural y luego religiosa y militar. La metáfora
científica alcanza a permear los niños en la década de 1940, periodo en el cual ya era un poco
más común el acceso a la educación y la preocupación por su higiene y salud es ya mucho
más visible.

Estas metáforas que dan estructura a cada época del siglo XX, cobran sentido en la
medida en que se comprende que la transformación del concepto de infancia va de la mano
con los procesos de modernización del país. Los desplazamientos de los habitantes del campo
a la ciudad entre 1920 y 1930, implicaron procesos acelerados de urbanización y, a su vez,
conllevaron la necesidad de alfabetizar a esa nueva población urbana. A raíz de esto, se
multiplicaron las escuelas y se hicieron las primeras reformas educativas en las cuales el niño
pasa a ser el centro de atención (Robledo, 2007, p. 637). Es así como esos nuevos valores
otorgados a la infancia, hacen que ésta sea considerada como un periodo de la vida valorada
en términos del futuro y la esperanza de la nación. Comienzan entonces a popularizarse
creaciones pensadas para los infantes y es así como el juguete industrial comienza a aparecer
de manera más habitual en la vida de los niños, principalmente en los pertenecientes a las
élites, aunque aún importados.

Esta nueva percepción del menor, en la que ya ocupaba un papel relevante dentro de
la sociedad, se evidenció en enseñanzas de buenas maneras y costumbres impartidas en las
escuelas a los niños, en publicaciones periódicas dirigidas a un público infantil o, bien, en
secciones especiales para menores de las revistas y periódicos dirigidos a un público adulto.
Así, era común encontrar consejos para ser un niño o niña de bien. Por ejemplo, en la

59
publicación seriada La niñez, de 1917, se lista una serie de buenos comportamientos que se
aconsejaba a sus pequeños lectores:

Buenos consejos:

- Que nunca te vean ocioso.


- Si no puedes ocupar tu mente en ningún trabajo de la inteligencia, ocúpate en un
oficio manual.
- Cuando hables, mira a la persona a quien te diriges.
- No frecuentes sino buena sociedad.
- Que jamás te vean con persona viciosa, porque la buena reputación se debe
conservar a todo trance.
- No te dejes llevar por la tentación si no quieres caer.
- Al acostarte nunca dejes de examinar tu conciencia, y repasar lo que has hecho y
dicho durante el día, y no te duermas sin haber levantado tu espíritu a Dios
(La niñez, 1917).

Además de impartir lecciones de buen comportamiento y buenos consejos para ser


personas de bien, la modernización trajo consigo una latente preocupación por la higiene
personal y por la inculcación de costumbres de aseo corporal, de la que los niños hacían parte
fundamental. La importancia otorgada a la higiene infantil, influyó para la importación y
posterior producción de numerosos productos cosméticos y de aseo (ver figuras 20 y 21). Por
su parte, en lo referente a la alimentación infantil, se promocionan múltiples productos
alimenticios que prometían potenciar la fuerza, la vigorosidad y la salud de los menores como
futuros ciudadanos productivos. Generalmente, en los anuncios de este tipo se comunicaban
enseñanzas a padres y niños sobre buenos hábitos (ver figura 22). El mercado vio en los niños
recién llegados a la ciudad y que pertenecían a familias adineradas, un gran potencial
comenzando a diferenciar necesidades específicas en vestuario, alimentación, higiene, en sus
espacios domésticos y en sus juguetes, que distaban de las de un adulto. En la siguiente cita
se muestra un ejemplo de la forma en que, a través de revistas femeninas, se mostraba a las
mujeres las necesidades de los menores, arriba mencionadas:

El cuarto del niño, ese recinto sagrado que alberga a nuestros pequeñuelos, es en la
vida moderna objeto de una atención, de una ternura especial. Entre las innumerables

60
exposiciones de todas clases que anualmente se celebran en Berlín, siempre figura alguna
destinada a mostrar al mundo los últimos modelos de todo lo que de cerca o de lejos afecta a
los pequeños: desde biberones hasta lujosos cuartos infantiles. […] todo lo que hoy rodea al
niño es considerado desde un aspecto higiénico, pero también como fuerza creadora de
inteligencia y fantasía. […] En su cuarto los muebles deben ser claros y limpios, los juguetes
al alcance de las pequeñas manos y los objetos al alcance de las miradas curiosas. Esto con
el fin de ir despertando en el niño cualidades amables, aficiones, gustos, cariños y
aspiraciones (El Gráfico, 1933).

Figuras 20 y 21. Las nacientes normas de higiene y cuidado de la salud del menor, sirvieron
para abrir un mercado infantil antes poco explorado. Se promocionan un sinfín de productos
pensados para el cuidado corporal de los niños y niñas y en la generación de hábitos de
higiene: Anuncio de Polvo dentífrico importado de Estados Unidos, en el Periódico El
Heraldo de Antioquia, 1929. Anuncio de Talco Mennen, producto importado para el cuidado
de la piel de los bebés. El Heraldo de Antioquia, 1939.

61
Figura 22. La naciente inclusión
de los niños dentro del mercado
de productos alimenticios,
evidencia que la infancia cobra
importancia en el ámbito
comercial, al igual que en otros
que ya se han mencionado. En
este anuncio, vale la pena resaltar
el mensaje con el que se
promociona Quaker Oats
(Producto importado), en el cual
se resalta la preocupación por el
futuro adulto que está detrás del
niño, y de forma más específica
por su vitalidad y productividad
para la vida laboral: “¿cómo será
cuando llegue a grande? ¿Será
fuerte y activo o débil y
enfermizo?”. Revista El Gráfico,
enero 14, 1933.

Las distinciones sociales se evidenciaban también en la educación la cual, a pesar de


los notables cambios con respecto al siglo XIX, continuaba estando reservada para los niños
de las familias pudientes, quienes tenían profesores particulares o asistían a escuelas privadas
o religiosas. Por otra parte, los niños de familias sin muchos recursos económicos
generalmente se integraban al medio laboral a los diez años, ocupándose de labores agrícolas
o domésticas y era a partir de este momento en el que el niño cobraba más importancia y
atención por parte de los adultos, pues se consideraba como una persona productiva
(Rodríguez, 1997).

En este contexto, en el que el concepto de infancia se transforma y cobra mayor


importancia para entidades públicas y privadas, para la escuela, la Iglesia y para la familia,
el juguete cumple un papel fundamental en la definición de los comportamientos de los niños
en la ciudad, en la definición de los papeles sociales de cada género (niño y niña) y en la
distinción de las clases sociales altas.

62
2.2.1.1 El Juguete como diferenciador social, Medellín, 1910 - 1940

En las primeras décadas del siglo XX, la oferta juguetera en Medellín era muy
reducida. Los productos a los que se podía acceder eran en su gran mayoría importados, por
lo que sus precios eran elevados y esto los ponía solo al alcance de unos pocos. La oferta
juguetera se ampliaba de forma considerable solo en vísperas decembrinas, época en la cual
era más común que una mayor población infantil pudiera acceder a uno. Los niños
pertenecientes a familias adineradas, generalmente en las que sus padres viajaban a Europa,
recibían como regalos juguetes de origen industrial, que lucían en las fotos infantiles y
familiares. Así, en las páginas sociales de revistas femeninas y en prensa de la época, se
encuentran fotografías de niños y niñas con elegantes vestidos y acompañados generalmente
de algún juguete que connotaba estatus y distinción. Resaltaban entre ellos, muñecas y
peluches para las niñas y carritos para los niños, y generalmente se especificaba a qué familia
pertenecía el menor (ver figura 23).

Figura 23. Mariluz Uribe Jaramillo, niña


del Doctor Ricardo Uribe Escobar y de la
señora Lía J. de Uribe E. Posando con su
gran peluche. Letras y Encajes, diciembre,
1928.

Fotógrafos de la época, como Benjamín de la Calle o Melitón Rodríguez, en sus


colecciones personales, también guardaron la memoria de los niños registrándolos en
decorados estudios y acompañados por algún juguete. De este último tipo de fotografías, se
desconoce si los juguetes pertenecían a los niños que aparecen en las imágenes o si son parte
de la ambientación propuesta por el fotógrafo. Sin embargo, el acceso a las fotografías en
este periodo no era para una mayoría, pues también se asociaba con estatus, por lo que se
puede deducir que los niños allí registrados pudieron ser los dueños de esos juguetes (Ver
figuras 24 y 25)

63
Figura 24. Gabriel A. González y Figura 25. Niña Ana Teresa Tolosa,
hermanas, 1918. Fotografía de Benjamín 1929. Fotografía en estudio en la que
de la Calle, en la que se puede observar a posa con una muñeca de plástico. Para la
las dos niñas con bebés de juguete. época, se puede inferir que es importada.
Biblioteca Pública Piloto, 1918. Biblioteca Pública Piloto, 1929.

Así como las clases sociales se podían resaltar a través de la posesión de algún juguete
importado, como se verá a continuación, las distinciones entre niños y niñas también eran
reforzadas por la promoción y uso de juguetes de acuerdo al género.

2.2.1.2 Los juguetes como marcadores de distinción entre géneros y roles sociales en
Medellín, 1910 – 1940

Para comprender cómo el juguete ofertado en las comercializadoras de la ciudad, en


su mayoría aún eran de carácter importado, y cómo reforzaban las marcadas distinciones que
para la época se hacían entre niños y niñas, es importante reconocer cómo se marcaban estas
diferencias desde otros aspectos.

Una de estas formas encontradas fue el vestuario. Para las décadas de los 20 y los 30,
se ve cómo el vestuario que es ofertado y enseñado a confeccionar a las amas de casa, tienen
claras distinciones entre los géneros. Las prendas para las niñas son con mayores detalles en
sus bordados y acabados, sus colores son claros y en tonos pastel, se caracterizan por ser más

64
delicados, lo que resalta esta cualidad en el comportamiento de las niñas. Por su parte, los
vestidos para los niños, se elaboran sin mucho detalle o bordados y sus tonos son más oscuros
y neutros, lo que habla también de que los niños podían ser en sus comportamientos, más
rudos. Para dar cuenta de estas características, se revisaron algunos instructivos para la
confección de trajes para niños en el hogar, por género, como se muestra en las figuras 26 y
27, así como publicidades de insumos y telas para la confección de estas prendas, en la figura
28. Estas imágenes de los trajes de niños y niñas vienen acompañadas de un completo
instructivo, en el que se evidencia cómo las modas importadas de otros contextos, se deben
elaborar haciendo uso de bordados, piedrecillas y adornos, así como de telas con diferentes
colores vistosos e hilos perlados. Para los niños, explican que no debe confeccionarse prendas
con adornos, solo con algunas puntadas a mano para generar pequeños contrastes, lo que
estará en “armonía con la dignidad varonil del niño de 4 o 5 años”. El color que predomina
aquí es el marrón.

Figuras 26 y 27. Trajes para niña y para niño, con claras diferencias en sus diseños,
detalles y colores. Se resalta en el texto que acompaña la imagen del traje de niño,
la importancia de que por medio de su uso no se pierda la “dignidad varonil”. El
Heraldo Antioquia, 1929.

65
Figura 28. Anuncio publicitario de telas
Fabricato, de origen nacional. En la imagen se
puede ver que en el vestuario existen claras
diferencias entre géneros. El Gráfico, noviembre,
1934.

En concordancia con lo anterior, se analiza que las distinciones por género no solo se
veían reflejadas en el vestuario. En La Niñez, publicación periódica nacional de la década de
1910 dedicada a un público infantil, se muestra cómo se buscó inculcar desde la Iglesia, la
escuela y la familia, ciertos valores, claramente marcados de acuerdo al género: En la niña
se resalta su función en el hogar, su modestia, sencillez y el amor, como se puede ver en un
corto relato sobre los ideales de la niña de bien que se cita a continuación. Por su parte, en el
niño se resalta el estudio, el sacrificio, la renuncia al placer, el trabajo duro y el orgullo por
la patria, tal como se narra en una metáfora sobre el niño de bien; ambas pertenecientes a la
misma publicación de 1917:

66
La niña modesta:

No puede ser verdaderamente modesta sino la niña cristiana. Es decir, la niña


que ama a Dios más que a sí misma y los placeres del mundo. La niña modesta vence
la vanidad pensando que la belleza del cuerpo nada vale ante la del alma. La niña
modesta vence el orgullo pensando que toda belleza es don de Dios. La niña modesta
es un ramillete de sencillez, humildad, amor y alegría. La niña modesta perfuma el
hogar, santifica la sociedad y se asegura la felicidad verdadera. (La niñez, 10 de
noviembre de 1917)

La montaña azul:

Este hermoso niño está viendo a lo lejos, en su imaginación, una montaña


azul, muy azul. Es la cumbre de la vida. A ella se sube solamente con la virtud y el
estudio. Las faldas ásperas son: Hay que hacer esfuerzos, perseverar, renunciar a
algunos placeres y trabajar sin descanso si se quiere subir a ella. Pero este niño subirá,
porque es bueno y quiere honrar a Dios, a sus padres y a sí mismo. En esa cumbre
brilla la luz, se comprende el mundo y se vislumbra el cielo. ¡Subid a ella todos
vosotros, los niños de la patria! (La niñez, 10 de noviembre de 1917)

En ambos textos se resalta la vida cristiana y el respeto por Dios. En esta visión del
niño y la niña, se sigue conservando la idea de que la infancia era una etapa de preparación
y de formación para la vida del adulto y así poder esperar ser útil para la sociedad, ya fuera
dentro del hogar (mujeres) o en el trabajo (hombres).

Además de evidenciarse claras diferencias entre géneros así como en sus


comportamientos y funciones dentro de la ciudad modernizada, se puede ver cómo en
publicidades de juguetes, existen separaciones entre la oferta juguetera exclusiva para niños
de la de las niñas, siendo ésta última notablemente más escasa (ver figura 31).

67
Figura 31. Anuncio del periódico El
tiempo, diciembre, 1938. Oferta de
juguetes importados para niño y para
niña. Aunque la publicidad ofrece
juguetes para la ciudad de Bogotá, el
periódico El Tiempo era de distribución
nacional, por lo que dicha publicidad
llegaba a Medellín también.

Este ejemplo de publicidad, en el que se diferencian los juguetes de acuerdo al género,


no es el único encontrado en la búsqueda realizada. En la mayoría de anuncios, se hace
claramente la diferencia al nombrar algún juguete relacionado con las tareas del hogar y del
cuidado de los hijos, siempre nombrando el calificativo “para niñas”. Así, se pueden
encontrar “cocinitas para niñas”, muñecas y bebés “para niñas”, vajillitas “para niñas” y
planchitas “para niñas”, entre otras. (En la figura 19 del apartado 2.2, también se muestra
otro ejemplo en el que se ven las distinciones de juguetes de acuerdo al género).

Retomando la figura 31 sobre publicidad de juguetes, se analizan varias cosas: la


primera es la amplia y variada oferta a disposición de los niños, entre la que se encuentran
juegos de mesa, juguetes bélicos, carros, invenciones tecnológicas como teléfonos, telégrafos
o proyectores de cine, trenes y buques o juguetes para ser usados en el espacio público como
pelotas, triciclos o patines. Por el contrario, para las niñas, se mencionan solo unos pocos,
los cuales comparten la cualidad de ser de uso doméstico y de replicar labores femeninas del
hogar. A las niñas se les ofrece máquinas de coser, mobiliarios, estuches para labores,
vajillas, muñecas y muñecos. Lo que demuestra con claridad las intenciones formativas
diferenciadas tanto para niños como para niñas.

Aparte del papel del juguete como manifestación material de las distinciones sociales
de los niños más adinerados y de las claras diferencias entre los géneros del niño y la niña,

68
el juguete de la época se iba insertando y reforzando la educación que se le impartía a los
niños así como en su formación como ciudadanos de la naciente Medellín, a través de
mensajes relacionados con el valor por el trabajo, la productividad, la educación, los buenos
modales y el respeto a Dios.

Conclusión

En este capítulo me propuse identificar las características del desarrollo industrial de


Medellín entre 1910 y 1940, para establecer sus consecuencias sociales y culturales, en
relación con la infancia, el juego y el juguete. En lo referente al desarrollo de la ciudad, en
su infraestructura, concluyo que esto influencia sobre cómo, con qué y a qué juegan los niños.
El hecho de tener vías pavimentadas en los barrios, posibilitó la diversión de los niños de las
élites en el espacio público, con juguetes importados como triciclos, bicicletas, patines o
carritos. El acceso a energía eléctrica, facilitó que con el alumbrado público, los horarios de
juego de los menores en las calles se extendieran. La llegada de electrodomésticos
importados en las primeras décadas del siglo XX, para ser usados o exhibidos por las madres
de las familias más pudientes, sucedió en paralelo con la llegada de estos, pero ya como sus
réplicas de juguete para la diversión y entrenamiento de las niñas en sus futuras labores
domésticas.

Pude además evidenciar que los juguetes como objetos industriales importados entre
1910 y 1940, son resultado y consecuencia de los desarrollos, principalmente de Europa,
derivados de la Revolución Industrial. Esta posibilitó el uso de materiales novedosos que dan
cuenta de los desarrollos tecnológicos de la época en el contexto europeo; desarrollos que
tardaron en instalarse en Colombia hasta después de la segunda mitad del siglo XX,
principalmente a raíz de la crisis económica que implicó la Segunda Guerra Mundial. Antes
de la inserción de estos juguetes importados en la naciente sociedad paisa, los juguetes hasta
finales del siglo XIX eran en su mayoría de elaboración artesanal, a cargo de pequeños
artesanos que dominaban técnicas y materias como la cerámica, la madera, el cuero y los
textiles en general. La invención de los juguetes en esta época no estaba a cargo solo de
artesanos. Los padres e, incluso, los mismos niños se dedicaban a definir y producir sus
propios juguetes, haciendo uso de materias primas naturales o pequeñas partes de otros

69
objetos. Esta dinámica posibilitaba originalidad y autenticidad de los juguetes ideados. Dado
que los juguetes son representaciones materiales en miniatura del contexto y los objetos que
tienen a su alrededor, por lo general y antes de los procesos de modernización de Medellín,
los juguetes eran réplicas de animalitos, de sencillas herramientas domésticas o de trabajo
rural y muñecas. A medida que transcurren los años de las primeras décadas del siglo XX y
el contexto de Medellín se hace cada vez más urbano y menos rural, la presencia de juguetes
importados de carácter industrial se hace mayor y con ellos nuevos significados, nuevos
juegos, nuevas representaciones. Los juguetes industriales representan invenciones
tecnológicas de la época en la que se encuentren, enseres y objetos del hogar pero, a
diferencia de los artesanales, en estos se podían evidenciar muchos más detalles y realismo,
juguetes para uso en el espacio público como trenes, carros, bicicletas o patines, entre otros.
Con la llegada de estos objetos y al ser tan novedosos y de acceso solo para unos pocos, al
no contar en ocasiones con piezas de repuesto o personas conocedoras de su adecuado
mantenimiento, al no conocer en ocasiones cuál era el significado o función de alguno de
estos objetos se considera, tal como ocurrió con los objetos industriales que llegan a la ciudad
e comienzos de siglo, que su apropiación (por lo menos en esos primeros momentos) fue
parcial e incompleta, lo que implicó entre otras, su desuso al poco tiempo de la adquisición,
la realización de algunas modificaciones por parte de sus dueños buscando adaptarlos a su
nuevo contexto o la consecución, con el tiempo de insumos y tecnologías que posibilitaran
su mantenimiento y posterior réplica.

Para terminar, con respecto a la hipótesis planteada, sobre si durante las primeras
décadas del siglo XX los juguetes usados en Medellín sufrieron una serie de transformaciones
en su materialidad, forma y su función, que influyeron en el cambio del concepto de infancia
existente hasta ese momento, concluyo que esto si sucede, como lo mostré en este capítulo:
En la vida rural que caracterizó a Medellín hasta finales del siglo XIX e incluso en los
primeros años de la década de 1900, los juguetes al ser de elaboración casera o artesanal, no
constituían un diferenciador de élites o clases sociales; así como tampoco eran muy marcadas
las diferencias de género, pues se jugaba con objetos como réplicas de animalitos o sencillas
herramientas de campo. El mercado juguetero se empezó a potenciar y esto refleja el
protagonismo que comenzaron a tener los niños en la sociedad colombiana y antioqueña en
el proceso de modernización. Puedo decir entonces que los mensajes implícitos de los

70
juguetes industriales, llevan en esencia la exaltación de los procesos de desarrollo industrial,
técnico y tecnológico así como una valoración del desarrollo de las sociedades hacia la
producción y la eficiencia.

71
CAPÍTULO 3

El juguete como artefacto: análisis material, formal y funcional (usuario)

Introducción

En este capítulo, me propongo analizar los juguetes usados en la primera mitad del
siglo XX, como artefactos10 lúdicos vistos desde sus componentes materiales, formales y
funcionales (de uso)11. En dicho análisis, responderé la pregunta: ¿Cuáles fueron los
principales cambios en las características de los juguetes producidos y usados en Medellín
entre 1910 y 1940 y cómo se pueden definir desde los componentes materiales, formales y
de uso?, para finalmente comprobar la hipótesis planteada en esta última etapa de la
investigación: Durante el periodo estudiado se evidencia una correspondencia entre los
cambios en las dimensiones material, formal y uso (usuario) del artefacto juguete y las
concepciones de la infancia y del juego. El tipo de juguetes que aparecen (importados o
nacionales) en esta época, influyeron en los conceptos de infancia y en las prácticas lúdicas.

Para el desarrollo del capítulo y alcanzar los objetivos trazados, se diseñó una
estructura en la cual se desglosaron las características que pudieran dar información de cada
juguete. Las muestras analizadas se obtuvieron a través de la revisión de archivos históricos,

10
Es importante en este punto, enunciar la definición del término artefacto expuesta por Broncano (2008) y
sobre la cual se soporta el presente análisis: “Los artefactos son productos de sistemas de necesidades sociales
y culturales, por lo que nada puede ser un artefacto aisladamente: por un lado, no pueden existir sin humanos y
por otro lado, la presencia de un artefacto supone que hay más artefactos. Estos nacen en redes y estarán insertos
en múltiples relaciones de intercambio, de materia, de energía o de información” (p. 22). Los objetos y artefactos
son entonces producto de relaciones y a su vez generadores de relaciones, bien sea sociales, económicas,
políticas, técnicas y/o simbólicas.
11
Sobre las dimensiones material, formal y funcional (de uso) Broncano (2006) sostiene que: “Los artefactos
son objetos en los que podemos distinguir claramente tres niveles de diseño: El material del que están hechos,
la forma que adoptan y las funciones que cumplen” (p. 92). Sobre el componente material, explica que el análisis
de los componentes físicos o sustancias con los que está hecho un objeto, da información clave sobre la época
a la cual pertenece, así como de las técnicas empleadas para su elaboración. De la forma, sostiene que “Es el
modo en el que se conectan las propiedades de los materiales y las funciones adscritas a esos materiales” (p.
96) y que en ella se pueden reconocer componentes asociados a las funciones que cumple el objeto, pero también
a sus aspectos simbólicos. Por último, sobre la función explica que ésta es “el uso para el que se selecciona una
forma” (p. 97). Lo anterior sustenta el hecho de que, si bien, los tres componentes se analizan por separado,
cada uno se relaciona de forma estrecha con los demás.

72
colecciones de fotografías, álbumes familiares, publicidad y principalmente de la colección
del Museo del Juguete de Medellín12. El primer paso fue seleccionar los juguetes más
relevantes de cada época, a partir de varios criterios: Si se conocía de acuerdo a la
investigación realizada que su uso era muy común en el periodo analizado y porque sus
características formales, funcionales o materiales representaban otros similares, también
usados en la época. Se buscó además que en dicha selección por década, quedaran juguetes
dirigidos a ambos géneros, de origen nacional e importado, y en lo posible, artesanales e
industriales. Cada uno, se clasificó de acuerdo a la época a la que perteneció su producción
y/o uso, y se analizó a partir de tres categorías: Componentes materiales, componentes
formales y componentes del uso (ver esquema a continuación).

Luego, desglosé las tres categorías de análisis (componentes materiales, componentes


formales y componentes de uso), tomando en cuenta su origen industrial, artesanal,
importado o de producción nacional:

12
El Museo del Juguete de Medellín, Es una iniciativa del coleccionista Rafael Castaño, quien hace más de 40 años ha
recogido juguetes infantiles que le compra a los recicladores de la ciudad, o a sus antiguos dueños conformando así la mayor
colección del país con más de 2200 juguetes que fueron usados por los niños de la ciudad desde finales del siglo XIX hasta
la actualidad. Actualmente estructura el proyecto del Museo del Juguete de Medellín, catalogando los juguetes de su
colección. El museo del Juguete de Medellín fue la principal fuente de información, al facilitar todas las muestras físicas
para esta investigación.

73
Componentes materiales
Origen: / Época:
Materiales Procesos Ensambles Acabados Mecanismos
Fuente
imagen
Componentes formales
Origen: / Época:
Colores Texturas Piezas Dimensiones Qué representa la forma
Fuente
imagen
Componentes del uso
Origen: / Época:
Contexto Usuario Género Actividad Relaciones con otros
de uso artefactos
Fuente
imagen

La información que describe cada juguete, proviene de la observación propia,


complementada con algunos datos suministrados por el coleccionista de juguetes Rafael
Castaño (Museo del juguete de Medellín) y con la revisión de literatura disponible. El agrupar
los juguetes encontrados por épocas (finales del siglo XIX – primera década del siglo XX;
segunda y tercera década del siglo XX; y cuarta década del siglo XX hasta mediados de siglo)
sirvió para identificar los principales cambios en estos artefactos, desde sus componentes
materiales, formales y de uso, y su relación con las concepciones de infancia.

3.1 Vida rural y sus representaciones a través de juguetes locales y artesanales:

Juguetes producidos y usados a finales del siglo XIX y la primera década del s. XX.
Análisis desde sus componentes material, formal, funcional (de uso).

74
Como se explicó en el capítulo anterior, si se mira el contexto global, se encuentra
que en muchos lugares (Europa y Estados Unidos principalmente) a finales del siglo. XIX se
empieza a reconocer el valor del juguete como productor de subjetividades infantiles, en lo
relacionado con la educación moral de los niños, en la inculcación de buenos hábitos, en la
disciplina y el fortalecimiento del carácter, lo que hace que la producción y comercialización
de estos objetos para los niños, sea cada vez más valorada y común (Aristizábal 2015, p. 30).
Sin embargo, esta visión sobre el juguete tardó un poco más en llegar al país. Al revisar los
registros de los juguetes presentes en esta época, se encuentra que la mayoría eran de origen
artesanal y de producción local y su presencia era aún muy escasa. Los importados eran muy
desconocidos y la industria nacional juguetera todavía no existía. Además de ser objetos no
muy comunes comercialmente, poseer alguno de origen industrial era un privilegio de pocos,
pues los niños del campo o de las familias con menos recursos, ocupaban su tiempo
trabajando y para jugar construían sus enseres y objetos por sus propios medios: “El tren era
un rosario de latas de sardinas que se cargaban de arena. Los buques eran de papel […] las
muñecas eran de trapo con enormes ojos inmóviles y sin ningún secreto mecánico digno de
ser investigado” (Pachón & Muñoz, 1991, p. 253). Los escasos juguetes que eran comprados
a los niños de familias sin mucho poder adquisitivo, se regalaban principalmente en la época
de navidad y si eran de origen industrial también lo eran importados. Entre los juguetes que
se logró recopilar pertenecientes a este periodo, se seleccionó una muestra de cuatro que
fueron producidos y/o usados en Medellín en esta época, para analizar y mostrar en ellos las
principales características de la cultura material infantil del momento: ollitas de barro,
cauchera de madera, coche para bebé y alcancía de hierro.

Ollitas de barro

Componentes materiales
Origen: artesanal y local / Época: finales de siglo XIX - 1910
Materiales Barro cocido

75
Procesos Las ollitas se forman a mano. Todos los procesos
son manuales, de la misma forma que las ollas que
estos juguetes representan.
Ensambles No tiene ningún tipo de ensamble. Es monolítico.

Acabados No tiene ningún acabado. La apariencia es la del


material al natural.
Mecanismos Es un objeto sin mecanismos en su conformación

Ollitas de barro. Imagen


tomada de la Colección
particular Rafael Castaño,
Museo del Juguete.

Componentes formales
Origen: artesanal y local / Época: finales de siglo XIX - 1910
Colores Diferentes tonos entre naranja y café. Es el color
natural del barro y el proceso de cocido.
Texturas Arenosa. Propia del material con el que está
elaborada.
Piezas Una pieza. Objeto monolítico.
Ollitas de barro. Imagen
tomada de la colección Dimensiones 5 cm de diámetro por 6 cm de alto.
particular Rafael Castaño, Qué Representa de forma muy realista las ollas de la
Museo del Juguete. representa cocina tradicional, en la que comúnmente se
cocinaba con leña y se revolvía con utensilios de
madera.

Componentes del uso


Origen: artesanal y local / Época: finales de siglo XIX - 1910
Contexto Contextos rurales, principalmente al aire libre,
de uso aunque también en el espacio doméstico.
Usuario Usado por niñas y, dado el origen artesanal y local
del juguete, se relaciona con niñas de familias de
Ollitas de barro. Imagen poder adquisitivo bajo o medio.
tomada de la colección particular Género El objeto representa un objeto de la cocina, por lo
Rafael Castaño, Museo del que su uso era femenino.
Juguete. Actividades Cocinar. Dentro de las historias encontradas
alrededor de los usos de este tipo de juguetes,
resalta el juego con fuego. Las niñas muchas
veces representaban las actividades de la cocina
calentando de verdad alimentos o su
representación.
Relaciones Palitos de madera que representan cucharas,
con otros piedritas, madera, pequeños fogones construidos
artefactos por los niños, otras vasijas o utensilios.

76
Caucheras

Componentes materiales
Origen: artesanal, local / Época: finales de siglo XIX - 1910
Materiales Cuerpo de la cauchera: madera Elemento elástico:
Caucho amarrado al cuerpo.
Procesos Pieza de madera tallada a mano, pintada también
a mano representando una persona.
Ensamble La unión entre el caucho y la pieza de madera era
por medio de dos nudos.
Cauchera. Imagen tomada de
la colección particular Rafael Acabados Los acabados están dados por la pintura que
Castaño, Museo del Juguete. recubre la madera. No se evidencia otro acabado.
Mecanismos Se acciona de forma manual, halando el caucho
con una mano y sujetando el cuerpo con la otra.

Componentes formales
Origen: artesanal, local / Época: finales de siglo XIX - 1910
Colores Blanco, negro, piel.
Texturas Lisa, con presencia de algunos altos-relieves,
producto de la talla manual.
Piezas Dos piezas: cuerpo y caucho.
Cauchera. Imagen tomada del Dimensiones 16 cm de alto.
Museo de la colección particular Qué Un hombre vestido de manera formal.
Rafael Castaño, Museo del representa
Juguete.

Componentes del uso


Origen: artesanal, local / Época: finales de siglo XIX - 1910
Contexto de Rural. Espacios abiertos, el campo.
uso
Usuario Niños, principalmente de orígenes rurales y
pertenecientes a familias de poder adquisitivo
bajo o medio.
Género Por el tipo de actividad, se asocia más con el
Caucheras de diferentes
género masculino. Aunque por la época, es
formas. Imagen tomada de la
colección particular Rafael
probable que haya sido usado por ambos
Castaño, Museo del Juguete. géneros, puesto que las restricciones en el uso de
este tipo de juguete no estaban tan marcadas.
Actividades Tiro al blanco, cacería, bromas, juegos de
puntería.
Relaciones Los elementos que lanzaban por medio de ella.
con otros Otras caucheras con diversas formas,
artefactos generalmente de madera también.

Coche de bebé

77
Componentes materiales
Artesanal, importado (inglés) / Época: finales de siglo XIX -
1910
Materiales Madera Rattan, ensambles metálicos y cuero.
Procesos Madera doblada a mano, fabricación de los
ensambles también manual.
Ensambles Ensambles fabricados y dispuestos en el objeto
de forma manual (tarugos, pequeños remaches y
pegamento).
Acabados Dado el estado actual de la madera, se infiere
que pasó por un proceso de acabado superficial
Coche para muñecos. Imagen
con algún tipo de recubrimiento protector.
tomada del Museo de la colección
particular Rafael Castaño, Museo Mecanismos El techo del coche se pliega en forma de
del Juguete. abanico, para abrir y cerrar. Las ruedas giran
sobre un eje.

Componentes formales
Artesanal, importado (inglés) / Época: finales de siglo XIX -
1910
Colores Café (tono de la madera), negro.
Texturas Rugosa, natural de la madera y el cuero.
Piezas El coche está elaborado a través de la unión de
Coche para muñecos. Imagen pequeñas piezas conformadas a mano y unidas a
tomada de la colección particular las demás con remaches o pega (se
Rafael Castaño, Museo del contabilizaron más de 40 piezas).
Juguete. Dimensiones Medidas aproximadas: 32 cm de alto por 40 de
largo y 25 de ancho
Qué Coche para bebés, usado en las familias
representa adineradas de la época.

Componentes del uso


Artesanal, importado (inglés) / Época: finales de siglo XIX -
1910
Contexto de Contextos domésticos pertenecientes a familias
uso de clase alta de la ciudad.
Niñas, hijas de personas con alto poder
Usuario adquisitivo que probablemente viajaban y traían
a sus hijas este tipo de juguetes que para la época
no se vendían en Medellín.
Género Femenino. Es un juguete con el que se
representa la labor de madre, usado solo por
niñas.
Coche para muñecos. Imagen Actividades Pasear pequeños muñecos, dormirlos,
tomada de la colección particular alimentarlos, tal como sucedía en el uso de un
Rafael Castaño, Museo del coche real. Dado que la función de rodar no está
Juguete. muy bien solucionada, es probable que haya sido

78
usado en actividades de juego sin muchos
desplazamientos.
Relaciones Bebés o pequeños muñecos principalmente.
con otros Otros objetos que recrearan la tarea de cuidarlos.
artefactos

Alcancías
Componentes materiales
Importado (Estados Unidos) industrial/Época: finales del siglo XIX - 1910
Materiales Hierro colado.
Procesos Fundición del hierro en molde. Obtención de la
forma.
Ensambles Tornillos para ensamblar la tapa que permite acceder
al dinero ahorrado, lo que hace suponer que era
Alcancía. Imagen tomada abierto, generalmente por un adulto.
del Museo de la colección Acabados / El material no es intervenido mediante ningún
particular Rafael Castaño, Mecanismos acabado específico. Su apariencia está dada por el
Museo del Juguete. material (hierro). No tiene mecanismos.

Componentes formales
Importado (Estados Unidos) industrial/Época: finales del siglo XIX - 1910
Colores Café (tono de su material).
Texturas Lisa, con los altos y bajos relieves propios de la
forma de casita.
Piezas Dos: la casa completa y la tapa por la que se
retira el dinero ahorrado.
Dimensiones Aproximadamente 10 x 10 x 10 cm.
Alcancía. Imagen tomada
Qué representa Representa una edificación (entidad bancaria de
del Museo de la colección
particular Rafael Castaño, la época y el lugar de origen), representa la
Museo del Juguete. intención de educar para el ahorro. Muestra el
valor del dinero).

Componentes del uso


Importado (Estados Unidos) industrial/Época: finales del siglo XIX
- 1910
Contexto de Contextos domésticos pertenecientes a familias
uso adineradas de la época. Es un objeto que
probablemente permanecía en los cuartos de los
niños.
Usuario Niños de familias con alto poder adquisitivo,
cuyos padres probablemente viajaban al exterior
con fines laborales, comerciales y traían este tipo
de objetos a sus hijos.

79
Alcancía en forma de Género Se asocia más con el género masculino, quienes a
muñeco (existían en futuro serían los proveedores y administradores
múltiples formas, del dinero en sus hogares.
generalmente en el mismo Actividades Ahorro, inculcar la importancia del dinero y su
material). Imagen tomada del cuidado.
Museo de la colección
Relaciones con En la imagen se observa otro tipo de alcancía del
particular Rafael Castaño,
Museo del Juguete. otros artefactos mismo material y lugar de origen. Eran objetos
comunes entre las familias adineradas de la época.

En los juguetes analizados, se pudo evidenciar que los de origen local se elaboraron
mediante procesos artesanales, con formas simples y generalmente monolíticas o de muy
pocas piezas. Sus usos eran generalmente en contextos rurales y al aire libre. En algunos
casos se imitaba con ellos a través del juego actividades o labores como cocinar. Por su parte,
en los objetos importados se observa que para su desarrollo se hace uso tanto de procesos
artesanales pero ya más complejos y con más materiales en su conformación y también otros
de origen semi-industrial o industrial. Por lo general, estos objetos pertenecían a los niños de
clases altas, cuyos padres viajaban al exterior y los traían de regalo a sus hijos.

En las fotografías de niños y juguetes de esta época (entre finales del siglo XIX y la
primera década del siglo XX ), recopiladas en esta investigación, se pudo inferir que los
juguetes que allí aparecen son de origen importado (ver figuras 32 y 33), representan objetos
del mundo adulto que aún no llegaban al país y aunque los niños fotografiados eran de las
familias más adineradas, y por ello tenían acceso a este tipo de juguetes, también es muy
probable que estos objetos hayan sido parte de la ambientación del estudio fotográfico,
debido a que en diferentes fotografías aparecen los mismos objetos.

80
Figura 32. Niña Stephany Duperly. Figura 33. Fotografía familiar en estudio. 1895,
Fotografía en estudio. 1895 fotógrafo Melitón Rodríguez. Biblioteca
Biblioteca Pública Piloto. Pública Piloto.

3.2. Arribo de mundos infantiles importados e industriales

Juguetes pertenecientes al periodo comprendido entre 1910 y 1920. Análisis desde sus
componentes material, formal, funcional (de uso).

A pesar de que en el periodo de tiempo anterior, ya se podían ver algunos objetos


industriales e importados en el país, a partir de 1910 se pueden encontrar de forma más
común. Entre las décadas de 1910 y 1920, con la entrada de la modernización, el juego y los
juguetes comienzan a ser aceptados y más valorados en el país por sus propiedades
educativas. Así por ejemplo, desde la medicina y la educación se avala y recomienda el uso
de estos objetos: “Que no sean muy pequeños, que no estén revestidos de pintura que se
pueda desprender, que no sean de cristal, que no sean complicados pero tampoco monótonos,
y que posibiliten la diversión y la educación. El juguete irá acorde al sexo del niño” (Londoño
y Londoño 2012 p. 156).

81
Los juguetes se constituyeron entonces en artefactos para propender por formas de
infancia y formas de adultez acordes a las aspiraciones sociales y políticas predominantes en
el país:

Son objetos que en las prácticas cotidianas resultaban útiles para estigmatizar a los niños
pobres. Los juguetes posibilitaban la imbricación de posturas sociales, políticas, económicas,
históricas y culturales. Mientras que los niños que podían acceder a los juguetes industriales,
se consideraban como los sujetos proclives a la emulación de las grandes naciones, los niños
de barrios populares, según la relación de sus juegos y juguetes con la calle, se percibían
como riesgos sociales (Cárdenas, 2012, p. 33).

Los juguetes importados adquieren importancia para las familias más adineradas,
estos se pueden evidenciar en las fotografías de niños y niñas nacidos en el seno de familias
solventes que posan al lado de alguno de ellos: Muñecas, aviones, carros, caballos de madera.
Los mensajes allí implícitos se relacionan con el privilegio de no tener que trabajar y en vez
de esto, poder disfrutar del juego (Londoño Vega y Londoño Vélez, 2012 p. 163).

Luego de comprender este contexto del juguete en este periodo (1910 – 1929) se
seleccionó una muestra para analizar en ellos las principales características de la cultura
material infantil en Medellín, a partir de las mismas tres categorías: material, formal y de
uso. Entre ellos se revisaron artesanales, locales, industriales y de origen importado:
Animalitos de yeso, animales de peluche, planchitas, maquinitas de coser, carros, muñecos
articulados y animales de peluche con ruedas para montarlos, etc.

Animalitos de yeso
Componentes materiales
Origen: artesanal, local / Época: 1910 - 1929
Materiales Figura monolítica elaborada en Yeso, pintada a
mano.
Procesos Uso de molde de fabricación artesanal. Pintado a
mano acabado brillante.
Ensambles No tiene ningún ensamble. Conformado por una
sola pieza.
Perro de Yeso. Imagen Acabados Acabado liso y brillante. Colores similares a los del
obtenida de la colección animal y el pasto. Representa un animal que habita
particular Rafael Castaño, en el campo.
Museo del Juguete. Mecanismos No tiene ningún mecanismo.

82
Componentes formales
Origen: artesanal, local / Época: 1910 - 1929
Colores Café, beige Verde (cuerpo), negro y rojo
(facciones).
Texturas Lisa con los relieves propios de la figura y el
material.
Piezas Una sola pieza. Objeto monolítico
Dimensiones Aproximadamente 12 por 8 cm.
Perro de Yeso. Imagen Qué Un perro, probablemente usado para pastoreo en
obtenida de la colección representa labores del campo. Algunas figuras pequeñas de
particular Rafael Castaño, animales eran usadas para ambientar el pesebre en
Museo del Juguete. navidad, pero usadas por los niños para sus juegos
en otras épocas del año. Dado el contexto rural que
aún predominaba en Medellín y sus alrededores,
eran muy comunes los animalitos de juguete que
representaban los paisajes, actividades y actores de
dichos contextos.

Componentes del uso


Origen: artesanal, local / Época: 1910 - 1929
Contexto de Usados principalmente en un contexto rural, al aire
uso libre o en el espacio de las casas.
Usuario Principalmente niños y niñas pertenecientes a
Pavo celuloide. Otros familias no adineradas, dedicadas a labores del
animales de usos similares, se campo.
podían encontrar en esta época. Género Ambos géneros
Probablemente ambientaban Actividades Imitar las labores con y para los animales, pastoreo,
también el pesebre. Imagen su cuidado y alimentación. Ambientación de los
tomada de la colección pesebres navideños.
particular Rafael Castaño, Relaciones Otros animales de juguete, en materiales similares
Museo del Juguete.
con otros u otros como celuloide o madera. En su mayoría de
artefactos origen artesanal.

Este tipo de juguetes (animalitos pequeños de origen artesanal), al ser usados en


contextos rurales y por niños y niñas de familias no muy adineradas, no se encuentran de
forma fácil en fotografías de la época, ya que las fotografías eran un privilegio para los más
pudientes. Generalmente los juguetes que ambientaban las fotografías eran de carácter
industrial e importado. Por esto, solo se encontraron algunas muestras físicas en colecciones
particulares.

83
Conejo de peluche
Componentes materiales
Origen: artesanal, con algunos procesos industriales, importado /
Época: 1910 - 1929
Materiales Relleno de paja comprimida, cuerpo de tela
peluche, vestido de tela, hilos para las uniones.
Procesos Se corta y arma la forma del conejo con ayuda de
una máquina de coser. Algunas partes evidencian
costura a mano; se rellena todo el cuerpo de paja, de
forma que quede firme la forma del conejo. Se unen
las demás partes por medio de costura.
Ensambles Costuras (hilos y aguja).
Conejo peluche. Imagen
tomada de la colección Acabados Detalles como botones, ojos y boca se realizan con
particular Rafael Castaño, costura a mano.
Museo del Juguete.
Mecanismos No tiene mecanismos.

Componentes formales
Origen: artesanal, con algunos procesos industriales, importado /
Época: 1910 - 1929
Colores Beige, rojo y verde. Tal vez sus colores hayan
estado asociados a la época de navidad (en la que
era más común regalar a los niños juguetes).
Conejo peluche. Imagen Texturas Suave por su superficie de peluche. Se sienten al
tomada de la colección tacto relieves propios de su relleno de paja.
particular Rafael Castaño, Piezas Cuerpo, orejas, zapatos, cordones, medias,
Museo del Juguete. chaqueta y pantalón.
Dimensiones Aproximadamente 55 cm x 25 cm
Qué representa Su forma representa un animal (conejo), entre
las niñas era muy común el uso de este tipo de
peluche, sus juegos estaban asociados con su
cuidado. Sus colores están asociados a la
navidad. El hecho de que la figura del animal
(conejo) estuviera vestido, relaciona su
significado más con el de un hijo, que con el de
un animal en sí.

84
Componentes del uso
Origen: artesanal, con algunos procesos industriales, importado /
Época: 1910 - 1929
Contexto de Usado en espacios como la casa, o muy común en
uso la ambientación de estudios fotográficos de la
época, siempre al lado o cargados por niñas.
Usuario Niñas de clases altas. Eran traídos por sus padres
del exterior.
Género Femenino.
Actividades Asociado al cuidado, tal como se hacía con
muñecas y bebés. Usado en estudios fotográficos.
Relaciones Su uso podía estar asociado a objetos que
Conejo peluche. Imagen con otros representaran actividades y escenarios
tomada de la colección artefactos domésticos (los peluches representan hijos).
particular Rafael Castaño, Otros peluches de animales, también podían estar
Museo del Juguete. presentes en los juegos.

En las siguientes fotografías de la época se pueden ver conejos y otros animalitos de


peluche con características muy similares a las descritas. Todas pertenecen a las décadas de
1920 y 1930. En las cuatro aparecen niñas y, por sus vestidos y la época en la que fueron
tomadas, se puede decir que pertenecen a la clase alta y seguramente los peluches eran de su
propiedad.

85
Figuras 33, 34, 35 y 36. De izquierda a derecha: Imagen de calendario Singer,
1927. Fotografía de niña con conejo de peluche, Revista Letras y Encajes, 1928
.Niñas con oso de peluche. Fotografía en estudio, 1928, Biblioteca Pública
Piloto. Niña con oso de peluche en estudio, 1931, Biblioteca Pública Piloto.

Planchita de carbón
Componentes materiales
Origen: importado, semi-industrial / Época: 1910 – 1929

Materiales Hierro, lámina metálica, madera y tornillos


Procesos Fundición del hierro. Conformación del mango de
madera, tallando a mano, pintura a mano de la pieza
en madera.

Planchita de carbón. Ensambles Los ensambles entre las piezas metálicas y con la
Imagen tomada de la colección madera son con tornillos.
particular Rafael Castaño,
Museo del Juguete. Acabados La madera fue pulida y pintada. El hierro no tiene
ningún acabado superficial.

Mecanismos La plancha se puede abrir, tal como las de las


mujeres adultas de la época, para poder introducir
el carbón.

86
Componentes formales
Origen: importado, semi-industrial / Época: 1910 - 1929
Colores Gris y rojo.
Texturas Liso en su mango, rugoso en sus piezas de
hierro.
Piezas Cuatro piezas: Mango de madera, soporte
metálico del mango, tapa de la plancha, base de
la plancha (contenedor del carbón). Además
tiene 5 tornillos y un eje que le permite a la tapa
abrir y cerrar.
Planchita de carbón. Dimensiones Aproximadamente 15 cm x 8 cm.
Imagen tomada de la Qué representa Formalmente, desde sus materiales representa
colección particular Rafael casi de forma exacta una plancha de la época.
Castaño, Museo del Juguete.
Era un artefacto doméstico usado por las
mujeres.

Componentes del uso


Origen: importado, semi-industrial / Época: 1910 - 1929
Contexto de Doméstico.
uso
Usuario Niñas de la época. Jugaban siguiendo los
comportamientos e imitando a sus madres.

Género Femenino. Al ser un objeto para las labores


Planchita de carbón. domésticas, era usado solo por niñas.
Imagen tomada de la
colección particular Rafael Actividades Planchar la ropa de las muñecas, imitar los oficios
Castaño, Museo del Juguete. domésticos femeninos.

Relaciones Ropita de sus muñecos, otros utensilios


con otros domésticos. Dada su estructura y materiales, es
artefactos probable que haya sido usada con calor, imitando
de forma más cercana las reales.

87
Carritos
Componentes materiales
Origen: importado Estados Unidos, producción industrial, pintado
a mano / Época: 1910 - 1929
Materiales Hierro colado
Procesos Fundición del hierro y conformación de la pieza en
un molde.
Carritos de hierro colado.
Imagen tomada de la colección Ensambles El carro está conformado por dos partes simétricas
particular Rafael Castaño, unidas por un tornillo. La pieza que conforma el
Museo del Juguete. carro, está ensamblada a las ruedas por medio de un
eje metálico que cruza de lado a lado entre una y
otra.
Acabados Pintado a mano. Esto se evidencia en las facciones
de los muñecos y en sus manos.
Mecanismos Las ruedas giran levemente.

Componentes formales
Origen: importado Estados Unidos, producción industrial, pintado
a mano / Época: 1910 - 1929
Colores Rojo, negro, piel claro.
Texturas Rugosa, propia del hierro. Para su tamaño, son
muy pesados por el material.
Carritos de hierro colado. Piezas 5 piezas: las dos mitades del carro, los ejes, las
Imagen tomada de la
ruedas.
colección particular Rafael
Castaño, Museo del Juguete. Dimensiones Medidas aproximadas 8 x 6 cm. 5 cm de alto.
Qué representa Vehículos de carreras pertenecientes a 1910 y
1920.

Componentes del uso


Origen: importado Estados Unidos, producción industrial, pintado
a mano / Época: 1910 - 1929
Contexto de En las calles o en el espacio de la casa.
uso
Usuario Niños de familias de un nivel económico medio
Carritos de hierro colado. -alto, ya que al ser importado, no era fácil
Imagen tomada de la adquirirlo.
colección particular Rafael Género Masculino. El uso de carritos se asocia con este
Castaño, Museo del Juguete. género.
Actividades Carreras, empujarlo por caminos o por cualquier
superficie.
Relaciones con Otros carros de materiales similares u otros
otros artefactos como madera o celuloide. Caminos
improvisados o construidos por los niños.

88
Máquina de coser
Componentes materiales
Origen: importado, producción industrial, pintado a mano / Época:
1910 - 1929
Materiales Madera, hierro, lámina metálica
Procesos Conformación de algunas piezas por fundición, la
lámina se dobla a mano, se ensambla con tornillería
Máquina de coser. Imagen y remaches metálicos.
obtenida de la colección Tornillos y remaches metálicos, tanto para la unión
Ensambles
particular Rafael Castaño,
Museo del Juguete.
entre las piezas metálicas, como con las de madera.
Sus ensambles y conformación de las piezas,
permitía que fuera usada para coser pequeñas
prendas de muñecos.
Acabados Pintada con pintura a base de aceite. Acabados y
detalles a mano, representando las marcas gráficas
de las máquinas de las mujeres adultas.
Mecanismos La máquina cosía de verdad. Todas sus piezas
funcionaban, imitando de forma muy fiel la función
de las máquinas grandes para adultas.

Componentes formales
Origen: importado, producción industrial, pintado a mano / Época:
1910 -1929
Colores Café, dorado, vino tinto, negro (los mismos
tonos de las máquinas de verdad).
Texturas Lisas, con algunas rugosidades propias del
material
Máquina de coser. Imagen Piezas Cada pieza era conformada por separado y
obtenida de la colección ensamblada luego a las demás. Es un objeto con
particular Rafael Castaño, muchas pequeñas partes (más de 20).
Museo del Juguete. Dimensiones Aproximadamente 12 x 16 cm.
Qué representa De forma muy realista y fiel, representa las
máquinas de coser de la época usadas por las
mujeres. Era un objeto comúnmente usado en
contextos domésticos para la confección de la
ropa de la familia.

Componentes del uso


Origen: importado, producción industrial, pintado a mano / Época:
1910 - 1929
Contexto de uso Principalmente usadas en contextos domésticos.
Usuario Niñas pertenecientes a familias de clase media y
Máquina de coser. alta. Al ser de origen importado, no todas podían
Imagen obtenida de la acceder a una.
Género Femenino.

89
colección particular Rafael Actividades Aprender a coser, haciendo la ropa de sus
Castaño, Museo del Juguete. muñecas y peluches. Labores propias de las
mujeres de la época.
Relaciones con Telas, hilos y ropitas de muñecos.
otros artefactos

Muñecos articulados
Componentes materiales
Origen: importado suiza, producción semi-industrial, pintado a
mano / Época: 1910 - 1929
Materiales Metal, yeso y telas.
Procesos Cada pieza del cuerpo es fabricada industrialmente,
sus uniones permiten movimientos en todas las
direcciones. Sus cabezas, manos y pies son
elaborados en yeso y pintados a mano.
Muñecos articulados. Ensambles El ensamble entre pieza y pieza de su cuerpo es a
Imagen obtenida de la través de unas circunferencias por encaje a presión.
colección particular Rafael
Las piezas de yeso están fijadas por una pieza
Castaño, Museo del Juguete.
metálica que las atraviesa.
Acabados Las piezas de yeso son pintadas a mano y protegidas
con un esmalte o laca. Las piezas metálicas
conservan su color natural. Los vestidos son
cosidos a máquina.
Mecanismos Todo el cuerpo se puede mover por sus piezas
unidas por circunferencias.

Componentes formales
Origen: importado suiza, producción semi-industrial, pintado a
mano / Época: 1910 - 1929
Colores Café, piel, negro, vino tinto y beige.
Texturas Lisa.
Piezas Cada brazo y pierna está compuesto por 8 piezas
en promedio. Las cabezas, brazos y manos están
elaborados por separado.
Dimensiones Muñeco: 12 cm. X 6 cm. Muñeca: 15 cm x 8 cm.
Qué representa Figuras humanas. Por sus zapatos, sus vestidos
y accesorios, se relacionan con un contexto
Muñecos articulados. urbano - laboral. Su origen es suizo, por lo que
Imagen obtenida de la seguramente representan los modos de vestir de
colección particular Rafael la época.
Castaño, Museo del Juguete.

90
Componentes del uso
Origen: importado suiza, producción semi-industrial, pintado a
mano / Época: 1910 - 1929
Contexto de De acuerdo con entrevista a su propietario actual,
uso Rafael Castaño, estos muñecos eran usados en
casas de muñecos. Usados en contextos
domésticos.
Usuario Niñas de clase alta, de familias adineradas a
quienes les podían comprar más fácilmente
juguetes de origen importado.
Muñecos articulados.
Imagen obtenida de la Género Femenino.
colección particular Rafael Actividades Dada su característica de poderse mover de forma
Castaño, Museo del Juguete. muy fácil, sus juegos podían estar asociados a
imitar actividades o movimientos de las personas
en sus tareas cotidianas.
Relaciones De acuerdo con testimonios, se asocian a casitas
con otros de muñecos.
artefactos

Burro Steiff
Componentes materiales
Origen: importado, Alemania. Producción semi-industrial, / Época:
1910 - 1929
Materiales Tela, cuero, paja, metal, madera, mecanismo para el
sonido.
Procesos Se conforma la estructura del burro con la tela de
peluche uniendo las partes con costuras. Se rellena
con paja o algún material textil. Se pega a las barras
metálicas que a su vez están sujetas a las ruedas de
madera.
Ensambles Costuras, tornillos y remaches, soldadura.
Acabados La apariencia es la de los materiales: tela, peluche
Burro Steiff. Imagen y madera pintada para las ruedas.
obtenida de la colección Mecanismos En su lomo tiene un mecanismo de cuerda que se
particular Rafael Castaño, hala para producir sonido.
Museo del Juguete.

91
Componentes formales
Origen: importado, Alemania. Producción semi-industrial / Época:
1910 - 1929
Colores Beige, verde, vino tinto, amarillo, azul, blanco.
Texturas Suave, peludo.
Piezas El burro está conformado por una pieza, sus
orejas pegadas por separado, cuatro barras
metálicas como base y cuatro ruedas de madera,
Burro Steiff. Imagen ajustadas con tornillos y tuercas.
obtenida de la colección Dimensiones 60 cm x 40 cm (dimensiones que permitían a un
particular Rafael Castaño, niño subirse en él)
Museo del Juguete. Qué representa Un burro para montar.

Componentes del uso


Origen: importado, Alemania. Producción semi-industrial / Época:
1910 - 1929
Contexto de Generalmente usado en los estudios fotográficos
uso para ambientar las fotos en las que aparecían
niños y niñas. También pertenecían a niños de
Burro Steiff. Imagen
clase alta y familias adineradas, cuyos padres
obtenida de la colección
particular Rafael Castaño,
viajaban a Europa con fines comerciales.
Museo del Juguete. Usuario Niños y niñas de las clases altas.
Género Masculino y femenino.
Actividades Subirse en él y pasear (su silla muestra que era la
principal actividad realizada con él).
Simplemente posar a su lado en las fotografías de
la época. El juguete tenía sonido.
Relaciones Otros animales con características similares para
con otros el juego o para ambientar las fotografías.
artefactos

En la siguiente imagen se puede ver el Burro Steiff, acompañando a cuatro


hermanitos. Al ser fotografía de estudio, es posible que éste no sea de la propiedad de los
hermanitos; sin embargo, si pertenecían a una familia adinerada, probablemente si sea de
ellos. Fotografías con animalitos similares a éste eran muy comunes en la época. Eran
ubicados tanto al lado de niñas como de niños.

92
Figura 37. Fotografía de hermanitos con algunos juguetes, en la que se puede
apreciar un burrito Steiff como el anteriormente descrito, 1932. Biblioteca
Pública Piloto.

En los juguetes analizados, se pudo evidenciar que para la época se encuentran


juguetes de origen artesanal (nacionales o importados) pero estos no aparecen en fotografías
o publicidades; solo en colecciones particulares. Estos juguetes pertenecían principalmente a
niños de familias poco solventes y tal vez habitantes de entornos más rurales, su
conformación seguía siendo simple, con pocas piezas, procesos sencillos y acabados no muy
detallados. Por su parte, a pesar de la permanencia de los juguetes artesanales como los
descritos; predominó en este periodo el consumo de juguetes importados, pero solo por unos
pocos niños. La inexistente producción nacional, obligaba a comerciantes a importar juguetes
de Europa y Estados Unidos principalmente, para venderlos en sus almacenes de variedades,
sobre todo en época de navidad. Por otro lado, quienes pertenecían a la élite, traían de sus
viajes juguetes como muñecas para niñas y carros para los niños.

Los juguetes importados de origen industrial comienzan a evidenciar un sinfín de


mensajes que con su uso se quería transmitir a niños y niñas. Las planchitas que planchaban
de verdad y que físicamente eran réplicas exactas a las de las mujeres adultas y sólo variaba
en ellas su tamaño; o la maquinita de coser que cosía de verdad y también era una fiel copia
de las reales, funcionaban más como objetos de “entrenamiento” con los que las niñas
aprenderían las labores que más adelante desempeñarían en sus roles de amas de casa. Otros

93
objetos que se pueden relacionar con estas futuras labores femeninas eran los peluches, que
desde la publicidad y las fotografías se asociaban a las niñas. Estas se pueden relacionar con
el cuidado y la protección maternal, pues eran representaciones de hijos o bebés a quienes se
debía cuidar. Por su parte, los carritos importados mostraban a los niños lo que el mundo
industrializado traería consigo. Los niños jugaban con modelos de automóviles que muchas
veces no habían llegado en su versión real al país. Por último, sobre los juguetes articulados,
de cuerda o con algún movimiento, se puede concluir que se propendía a través de su uso,
por juegos más activos en los que los niños estaban invitados al constante movimiento y
actividad; lo que se puede asociar con la formación e inculcación del trabajo sin descanso, la
productividad y las venideras formas de vida aceleradas.

3.3. Los inicios de una industria nacional juguetera

Juguetes producidos y usados entre 1930 y finales de la década de 1940. Análisis desde
sus componentes material, formal, funcional (de uso)

En este tercer periodo estudiado, se pudo evidenciar que se comienza a gestar una
industria del juguete local. Se popularizan aún más los juguetes importados pero,
específicamente en la década de 1940, se comienzan a producir algunos en la ciudad y el
país, aunque de forma aún tímida. Luego de esta década, el crecimiento de la industria
nacional fue más acelerado y cada vez más diversificada su producción. Esta actividad
encontró apoyo en el gobierno, lo que se puede evidenciar en el patrocinio de la Feria
Nacional del Juguete entre 1943 y 1950, por parte del Ministerio de Fomento, buscando
estimular la producción nacional. (Londoño Vega y Londoño Vélez, 2012 p. 164).

De los juguetes producidos y usados en las décadas de 1930 y 1940 que se encontraron
en la investigación, se seleccionó una muestra para analizar en ellos sus principales
características, a partir de las mismas tres categorías: material, formal y de uso. Se revisaron,
tanto de origen importado como nacional. Todos con intervención de procesos industriales
en su fabricación: Carros de pedal, muñecas, Meccano, juguetes de producción nacional e
industrial.

94
Carro de pedal
Componentes materiales
Origen: Industrial, Estados Unidos / Época: 1930 - 1940
Materiales Hojalata, metal, caucho, madera pintura, tornillería.
Procesos Corte, doblez y conformación de las piezas por
separado. Dobleces de la tubería. Uniones con
tornillos y remaches. Las ruedas son en madera con
Carro de pedal. Imagen un recubrimiento en caucho.
obtenida de la colección Ensambles Ensamble con tornillos, remaches y puntos de
particular Rafael Castaño, soldadura para algunas piezas.
Museo del Juguete. Acabados Pintura a base de aceite brillante.
Mecanismos Pedal para que el carro se desplace. El manubrio
direcciona del carro (izquierda, derecha).

Componentes formales
Origen: Industrial, Estados Unidos, / Época: 1930 - 1940
Colores Rojo (cuerpo del carro), plateado (tubería, farolas y
manubrio) y beige (borde de las ruedas)
Texturas Lisas, con algo de rugosidad propia del material. El
asiento tiene algunas líneas en bajo relieve. El
manubrio es liso y frio. El carro es muy pesado,
debido a los materiales.
Piezas La carcasa del carro está compuesta por siete
grandes piezas en hojalata. A sus lados tiene dos
barras en tubería, 4 llantas con un recubrimiento en
Carro de pedal. Imagen caucho, un manubrio de una sola pieza y dos
obtenida de la colección pedales con sus barras que permiten el
particular Rafael Castaño, desplazamiento. Las principales piezas son 17.
Museo del Juguete. Dimensiones Aproximadamente 1.10 x 60 cm. De alto, 40 cm.

Qué Es una réplica a menor escala de un carro último


representa modelo de la época. A él solo podían acceder las
familias muy adineradas.

Componentes del uso


Origen: Industrial, Estados Unidos / Época: 1930 - 1940
Contexto de El hecho de que un carro de pedal se pudiera usar,
uso da a entender que las calles de la ciudad ya eran
aptas para este tipo de actividades. Algunos barrios
ya constituidos tienen andenes y calles
pavimentadas que permitieron que fuera usado por
fuera del espacio doméstico.

95
Usuario El juguete era para niños. No era común su uso por
parte de las niñas.
Género masculino
Actividades Cortos desplazamiento de los niños de forma
autónoma, dado su mecanismo de pedal. Juegos
como carreras, a niños grandes que van al trabajo,
entre otros. Se puede ver también como parte de la
ambientación de fotografías de estudio de la época
en las que estuvieran niños.
Relaciones En la época, incluso desde una década anterior a
con otros esta, se pueden ver muchos otros carros de juguete,
Carro de pedal. Imagen artefactos tanto de este tamaño, como para impulsar con la
obtenida de la colección mano. Materiales como hojalata litografiada o
particular Rafael Castaño, madera eran comunes. Comienza a verse, para los
Museo del Juguete. años 40, de forma muy escasa, algunos en plásticos
pero con muy pocas piezas y detalles formales o
acabados.

Muñeca
Componentes materiales
Origen: Importadas, Europa / Época: 1930 - 1940
Materiales Madera/cartón, aglomerado y prensado,
recubrimiento cerámico, tela, pelo sintético, hilos,
ojos móviles, alambre (mecanismos internos),
relleno de paja o textil.
Procesos Los procesos son manuales. La forma de la muñeca
(cara, manos y pies), se toma de un molde de yeso.
Estas piezas se fabrican en un material aglomerado,
comúnmente llamado “cartón piedra”. El pelo se
pega con costuras, anterior a este proceso, se hacía
usando cola directamente entre las partes. Se cose
el tronco y pega a las extremidades y cabeza. Los
Muñeca. Imagen obtenida de vestidos eran elaborados por modistas en sus
la colección particular Rafael
máquinas de uso doméstico.
Castaño, Museo del Juguete.
Ensambles Internamente se une con caucho y alambre para
permitir que estas tuvieran pequeños giros al ejercer
fuerza sobre ellas. Costuras para su pelo y tronco de
tela.
Acabados La superficie de la muñeca se realiza con una fina
capa cerámica, con la que se logra un acabado
pulido y uniforme.
Mecanismos Internamente tiene un contrapeso de plomo, unidos
con un alambre en el centro de los dos ojos, para
que abran y cierren.

96
Componentes formales
Origen: Importadas, Europa / Época: 1930 - 1940
Colores Piel, café, colores pasteles en sus vestidos, beige en
el tronco, café claro en su pelo.
Texturas Lisa, suave, sus extremidades son rígidas, su tronco
es blando por el material.
Piezas Se pueden contar 11 piezas por separado: cabeza,
ojos, pelo, manos, pies, zapatos, tronco.
50 cm aproximadamente. Su tamaño está pensado
Muñeca. Imagen obtenida de Dimensiones
la colección particular Rafael para que pudiera ser cargada por las niñas.
Castaño, Museo del Juguete. Qué Una niña bien vestida y peinada, por lo que puede
representa representar una de ciudad, para ser usada también
en estos contextos urbanos. Representa las hijas que
las niñas juegan a cuidar, vestir, alimentar, a sus
hijas, copiando lo que sus madres hacen.

Componentes del uso


Origen: Importadas, Europa / Época: 1930 - 1940
Contexto Usadas principalmente en contextos domésticos, en
de uso su mayoría pertenecientes a barrios de la ciudad
(contexto urbano).
Usuario Niñas pertenecientes a las familias más pudientes,
dado que eran de origen importado eran costosas.
Muñeca. Imagen obtenida de Algunas se podían conseguir en almacenes y
la colección particular Rafael
distribuidoras de la ciudad (principalmente en
Castaño, Museo del Juguete.
diciembre) y algunas eran traídas por sus padres de
sus viajes.
Género Femenino. Su uso esta exclusivamente asociado a las
niñas
Actividades Representan las hijas en los juegos de muñecas.
Acompañan los juegos de realizar labores de amas
de casa.
Relaciones Todo los demás juguetes relacionados con labores
con otros domésticas, cunitas, coches, vestiditos, máquinas de
artefactos coser, utensilios de cocina, planchitas, entre otros.

97
Figuras 38, 39 y 40 (de izquierda a derecha). Niñas posando con muñeca. 1932. Niñas posando
en fotografía de estudio con muñeca vestida de forma muy similar a una de las niñas
(probablemente su dueña) 1935, Biblioteca Pública Piloto. Publicidad en la que se promocionan
varias muñecas de diferentes materiales y características “De todos los tamaños y todos los
precios, de felpa, de trapo, de celuloide y de pasta”. El Heraldo de Antioquia, 1936.

Meccano
Aunque el Meccano es producido por primera vez en la década de 1910, su llegada al
país y relativa popularización no se da sino hasta finales de 1920 y con mayor fuerza en la
década de 1930. El modelo que se analizó es específicamente el modelo Erector de 1936, de
origen Inglés. Este perteneció a algún niño de la época, habitante de la ciudad de Medellín.

Componentes materiales
Origen: industrial, importado, Inglaterra / Época: 1936
Materiales Piezas laminares de metal con agujeros, piezas
metálicas de diversas formas. Tornillería, ruedas
Procesos Las piezas se cortan, doblan y perforan por medio
de procesos industriales.
Ensambles Tornillería de diversos tamaños según necesidad de
ensamble, tuercas.
Meccano, Catálogo. Acabados Pintura a base de aceite en colores vivos (primarios
Imagen obtenida de la y secundarios). Algunas piezas se dejaban sin color.
colección particular Rafael Mecanismos Los que permitiera el modelo y las piezas que traía.
Castaño, Museo del Juguete. Ruedas que permitían desplazamientos, poleas y, en
algunos, casos motores.

98
Componentes formales
Origen: Importado, Inglaterra / Época: 1936
Colores Primarios (amarillo, azul, rojo); Secundarios
(verde, naranja); plateado y gris. Cada pieza es
de un único color. No se ven combinaciones o
partes pintadas con otros colores.
Texturas Lisas, fría, los modelos armados quedaban
Meccano, piezas e pesados para la manipulación por parte del niño.
instructivo en caja. Imagen Piezas No se puede precisar el número exacto de
obtenida de la colección piezas. Sus principales características son: su
particular Rafael Castaño,
material metálico y que todas sus partes se
Museo del Juguete.
podían ensamblar a otras, por las perforaciones
o las formas que tenían. Se pueden dividir en
dos grupos: piezas y ensambles.
Dimensiones Varias dimensiones, algunas piezas son muy
pequeñas, por lo que eran más fácilmente
manipulables por niños que por las manos
grandes de un adulto.
Qué representa Sus posibilidades constructivas eran múltiples,
asociadas a desarrollos industriales, técnicos,
científicos, o de infraestructura. Su función era
familiarizar a los niños con este mundo
industrial y aportar en su formación de futuros
ingenieros, constructores o científicos.

Componentes del uso


Origen: Importado, Inglaterra / Época: 1936
Contexto de Uso en espacios cerrados, domésticos.
uso
Usuario Niños, de familias con poder adquisitivo. Dado
su carácter importado y la cantidad de piezas, era
Meccano, figuras de carros un juguete costoso. Se asocia al uso masculino.
y aviones. Imagen obtenida de Incluso sus publicidades están dirigidas a
la colección particular Rafael hombrecitos y nunca se ve una niña haciendo uso
Castaño, Museo del Juguete. de uno de ellos.
Género Masculino. (en su catálogo las ilustraciones del
modo de uso son en su totalidad con niños de
género masculino)
Actividades Armar, construir, diseñar.

Relaciones Herramientas como llaves, destornilladores, y


con otros manuales de instrucción con modelos para armar.
artefactos

99
Juguetes industriales, producción nacional

Como se explicó en el segundo capítulo (apartado 2.2), la producción nacional de


juguetes de carácter industrial, comenzó de forma más masiva en materiales como el caucho,
la hojalata, el hierro fundido, el celuloide y plástico, en la década de 1940. Sus formas eran
simples, sin mayores detalles y con pocas piezas. Estos iban dirigidos principalmente a niños
de familias de un nivel económico medio, a quienes se les compraba principalmente en época
de navidad.

Figuras 41, 42 y 43 (de izquierda a derecha): Pelota de caucho de origen francés (Foto
obtenida del Museo del Juguete, s.f.); Fotografía de niñas con balones 1934, Biblioteca
Pública Piloto. Publicidad juguetería de caucho Compañía de productos de caucho Grulla
S.A., Medellín. Periódico El Tiempo, 1948

Un ejemplo de esta naciente industria es la pelota de caucho. Sobre esta se


encontraron muestras anteriores a la década del 40 pero de origen importado (ver imagen 41).
Algunas de estas eran vendidas en la ciudad, en almacenes de variedades junto con otros
juguetes también importados. Sobre la producción nacional, se identificó Industrias Grulla
como una de las principales fábricas de la década de 1940. Si se analiza su publicidad (1948),
se puede observar que las pelotas de caucho estaban dirigidas a niños, idea que se ilustra en
la representación gráfica de niños realizando actividades más dinámicas (parte inferior de la
publicidad), mientras que las niñas jugaban con muñecas en actividades más tranquilas y
pasivas (ver imagen 43). Sin embargo, a pesar del contenido de estos mensajes publicitarios

100
sobre su uso se puede ver cómo, al parecer, ésta no estaba dirigido exclusivamente hacia el
género masculino (Ver figura 42).

Otro ejemplo de la emergente industria local, es la fabricación de pequeñas figuras en


celuloide y plástico que de forma monolítica, sin mayores detalles y de un solo color,
representaban enseres y muebles domésticos, pequeñas muñecas, entre otros. En las
siguientes imágenes se pueden ver algunos ejemplos de los juguetes que se comienzan a
producir a nivel local y nacional (ver figuras 44, 45 y 46). Como un ejemplo, se encontró la
Empresa Gacela de finales de la década de 1930 ubicada en Itagüí, Industria dedicada a la
producción de juguetes y productos plásticos (ver figura 47).

Figuras 44, 45 y 46, de izquierda a derecha: Muñeca de producción nacional, década de 1940. Mueble de
celuloide de producción nacional (ambas imágenes del Museo del Juguete). Publicidad de Fábrica nacional
Kico, Periódico El Tiempo, 1947

101
Figura 47 Industrias Gacela. Dedicada a la producción de
juguetes y otros objetos en plástico, (1938), Antioquia.
Biblioteca Pública Piloto.

Conclusión
A partir del estudio realizado en este capítulo, pude definir las principales
características de los juguetes usados entre 1910 y 1940 en Medellín, como artefactos
analizados desde los componentes materiales, formales y de uso (usuario), el cual era el
objetivo propuesto en este apartado. Logré evidenciar que los juguetes son artefactos
constituidos por materiales, formas y relaciones y, además, producto de necesidades y
lecturas de un contexto en un momento específico. Estos juguetes no estuvieron en uso de
forma aislada; pues hacen parte de redes de relaciones y son a su vez generadores de estas,
tal como lo expone Broncano (2006) en su teoría sobre el artefacto. Los juguetes usados
durante los periodos de tiempo analizados, responden a unas concepciones de infancia
puntuales y funcionan como un mediador entre el ambiente y los niños.

Luego de comprender esto, pude responder la pregunta que se planteó para este
capítulo: ¿Cuáles fueron los principales cambios en las características en estos juguetes y
cómo se pueden definir desde los componentes materiales, formales y de uso?, así como
validar la hipótesis que se propuso al respecto: Durante el periodo estudiado se evidencia una
correspondencia entre los cambios en las dimensiones material, formal y uso (usuario) del
artefacto juguete y las concepciones de la infancia y del juego. El tipo de juguetes que
aparecen (importados o nacionales) en la época, influyeron en los conceptos de infancia y las
prácticas lúdicas. Aunque la investigación se centró entre 1910 y 1940; para el análisis

102
respectivo, tomé una década antes y una después de este periodo, para así evidenciar rupturas
y mayores transformaciones. Entre 1890 y 1950 encontré tres momentos que nombré así:
Vida rural y sus representaciones a través de juguetes locales y artesanales, que corresponde
al periodo comprendido entre 1890 y 1910; Arribo de mundos infantiles importados e
industriales, que comprende lo ocurrido con los juguetes en Medellín entre 1910 y 1930); y
por último: Los inicios de una industria nacional juguetera que se enmarca entre 1930 y
1950. A su vez, evidencié dos tipos de infancia en el contexto de la cultura material: el niño
tradicional, perteneciente a un primer periodo que va aproximadamente desde finales del
siglo XIX, hasta 1910 y un niño moderno, que pertenece a las décadas de 1930 y 1940. En el
tiempo comprendido entre estos dos periodos, consideré nombrarlo como un niño en
transición, pues en sus características se entremezclan tanto el tradicional, como el moderno.

El anterior análisis de cada juguete por separado, de acuerdo a la época en la que se


desarrolló y predominó su uso, la sintetizo en el siguiente cuadro, en el que se recogen las
principales características por componente y época.

Juguetes de acuerdo al periodo analizado:

Identificación 1890 –1909 1910 - 1929 1930 – 1949


de Vida rural y sus Arribo de mundos Los inicios de una
características representaciones a infantiles importados e industria nacional
comunes de los través de juguetes industriales juguetera
juguetes, por locales y artesanales
periodo:
Predominaron Predominó el uso de En la naciente
materiales para materiales como: producción nacional
Componentes desarrollos manuales  Hierro predominó:
materiales o semi industriales:  Latón  Caucho
 Madera  Yeso  Celuloide
 Barro  Celuloide  Latón
 Cerámica  Textiles  polímeros
 Cuero  Paja
-Los artesanales -Mayor detalle y fidelidad -Los juguetes
tienen formas en las formas y nacionales comienzan a
Componentes simples, componentes. emerger, sin mucho
formales abstracciones sin -Representan objetos detalle, con procesos
muchos detalles. ligados a futuros oficios y simples.
-Muchos de ellos roles en la vida urbana: -Mayores detalles en
(artesanales)  Planchas los juguetes
 Herramientas importados.

103
representan la vida  Bebés -Los importados
en el entorno rural:  Máquinas de coser representaban con
 Tareas del  Animales como mayor fidelidad, los
campo mascotas acelerados avances
 Animales tecnológicos de la
época:
 Carros
 Construcciones
arquitectónicas
ingenieriles
 Experimentos
científicos
-En su uso (animales -Mucho más marcado el -La intención de su uso
por ejemplo) no está uso de los juguetes por se relaciona con
tan marcada la género. reforzar la educación y
distinción de género. -Los juguetes articulados o formación de los niños
-Los juguetes con algún movimiento, son de la época.
importados eran de mayor aceptación entre -Las funciones de los
escasos y solo usados padres, y profesionales de juguetes que se
Componentes por unos pocos. medicina y educación; dado comienzan a producir
funcionales (de -Sin mecanismos, sin que se relacionan con la son muy simples.
uso) movimientos. preparación para la -Los juguetes para
Objetos simples sin productividad. construir, armar o retar
mucho detalle en sus -Las niñas tienen sus la mente, estaban de
funciones. juguetes, claramente mayor forma, dirigidos
asociados al entorno y uso a un público infantil
doméstico. Las actividades masculino.
son más pasivas.
-Los niños de las clases
más altas son preparados, a
través del uso de los
juguetes, para el trabajo.
Tipo de Niño tradicional13 Transición de un Niño Niño moderno15
infancia tradicional a un niño
moderno14

13
El niño tradicional es, en esta investigación aquel que vive en el campo y por lo tanto sus costumbres son
rurales. Es el niño de Medellín de finales del siglo XIX y primera década del siglo XX. En la tabla denominada
tipo de infancia se explicitan sus características, así como las de la época denominada de transición y las del
niño moderno.
14
Dentro de la investigación, se encuentra una transición entre un niño tradicional y un niño moderno, pues por
el momento que vive Medellín entre 1910 – 1920, no se distinguen de forma predominante rasgos de uno o de
otro niño, sino unas transformaciones de su periodo de modernización y transformación de lo rural a lo urbano.
Dichos cambios se evidencian en los tipos de infancia que habitan Medellín para la época.
15
El niño moderno, se comprende para esta investigación, como el habitante de la Medellín que adopta formas
de vida urbana y habitó Medellín entre 1930 y mediados de siglo.

104
Luego de este análisis del artefacto juguete, se logró encontrar dos tipos de infancia a los que
se denomina: niño tradicional y niño moderno y de los cuales se muestran a continuación sus
características.

Tipos de infancia:

Elemento Niño16 tradicional Niño moderno


analizado finales de siglo XIX mediados de siglo XX
Contexto Niño de campo Niño de la ciudad
Mercado El niño no es visto como un mercado Se incrementa el desarrollo de productos
con necesidades de productos pensados para los niños (vestuario,
específicos. alimentos, útiles escolares, textos, y
juguetes).
Espacio Jugaba en el espacio público. Jugaban más en el espacio privado
(doméstico).
Actividades Niño que ayuda en las labores del Algunos trabajan, predominan las
en su campo – al migrar a la ciudad actividades escolares.
cotidianidad Emergen nuevas actividades la
escuela para los más pudientes, y las
actividades laborales para algunos
otros.
Género Niños y niñas que juegan con los Niños y niñas claramente separadas
mismos objetos de forma indistinta. según roles, actividades y oficios a
desempeñar.
Nivel Si pertenecen a la clase alta, tienen Al comenzar la producción nacional, se
económico/s mayor posibilidad de acceder a un amplía la posibilidad de acceder a un
ocial juguete. juguete.
Edades En el proceso de migración a las En los niños de familias pudientes el
ciudades los niños obreros, dejaban juego acompañaba las labores
sus artesanales juguetes para ir a educativas, por lo que se extiende hasta
trabajar a muy temprana edad. una edad más avanzada.
Educación Sin mayor acceso a la educación. Mayor acceso a la escuela.
Relación de El juego y los juguetes no son Se reconocen las posibilidades del juego
sus juguetes considerados como algo muy y los juguetes en la formación y la
con la relevante y significativo en su educación.
educación desarrollo (esto desde la perspectiva
de profesionales en la educación, la
medicina, etc.)
Origen de Predomina la autoconstrucción de sus Posee juguetes industriales importados.
los juguetes juguetes. A partir de 1940, se generaliza mucho
usados más la tenencia de juguetes industriales –
nacionales.
Tipo de Predominan los colectivos. Predominan los individuales.
juegos

16
Al nombrar “niño”, me refiero a ambos géneros (niño y niña), a no ser que se especifique en alguna de las
características mencionadas, que es niño - masculino.

105
Conclusiones generales

En esta investigación, planteé como objetivo general evidenciar la correspondencia


entre los modelos de infancia en Medellín entre 1910 y 1940 y las transformaciones en las
características de los juguetes usados en esta época, analizados desde sus componentes
materiales, formales y funcionales (de uso) y asumí como hipótesis general que durante la
primera mitad del siglo XX en Medellín, se formaron unos modelos de infancia específicos
que se fueron transformando a la par que sus juguetes, vistos como artefactos analizados
desde lo material, formal y funcional; lo cual evidencia una correspondencia entre las
características de las materialidades (juguetes) y las concepciones de infancia.

Para el cumplimiento de dicho objetivo y poder comprobar la hipótesis, orienté el


trabajo en alcanzar unos objetivos específicos que, considero, se cumplieron
satisfactoriamente. En la primera parte de la investigación, el objetivo definido era
comprender los conceptos juguete, infancia y juego, para entender de qué manera éstos se
han relacionado. Gracias a ello mostré que la relación existente entre los tres conceptos es
tan estrecha que conforma una amalgama difícilmente separable. De igual modo, pude
entender también que el juguete es el principal mediador en los procesos formativos del niño
a partir de unas concepciones de infancia específicas, entendiendo que estos procesos se dan
en gran medida a través del juego como práctica netamente social. Sin embargo, también es
importante aclarar que pese a su importancia como mediador, existen otros artefactos que
participan en la formación de los niños. Adicionalmente, desde esa comprensión pude
evidenciar que los juguetes posibilitan el desarrollo de prácticas sociales elaboradas a partir
de las propias construcciones que los niños hacen de sus mundos, pero siempre determinadas
por las conductas que los adultos les imponen a los niños en su proceso formativo y de
preparación para la adultez. Los juguetes representan la vida en miniatura y, por esto, en ellos
se pueden leer concepciones del mundo y la forma como éstas van evolucionando con el
tiempo. Por ello, a través del juego como escenario y de los juguetes como herramientas del
mismo, los niños comprenden y se adaptan a organizaciones sociales y valores culturales del
momento y contexto al que pertenecen. Como resultado puntual de esta parte de la
investigación pude analizar los conceptos infancia, juego y juguete y las relaciones existentes
entre sí, tal como se había propuesto al inicio.

106
Seguidamente, buscando alcanzar el segundo objetivo específico: identificar las
principales características del desarrollo industrial de Medellín entre 1910 y 1940, así como
sus consecuencias sociales y culturales en relación con la infancia, el juego y el juguete;
evidencié que las transformaciones de estos tres conceptos han sido permanentes a lo largo
de la historia, pues cada uno de ellos ha adquirido diversos matices acordes a la época. En
esta investigación me centré primordialmente en lo sucedido al respecto, entre 1910 – 1940
en Medellín, época que no fue ajena a la confrontación entre posturas que, de un lado, veían
en el juego y el juguete la posibilidad de educar e inculcar valores positivos, para formar
ciudadanos productivos, trabajadores y útiles; y, por el otro, posturas desde las cuales, el
juego y el uso de juguetes se controlaba y restringía ya que se afirmaba que restaban tiempo
productivo a los niños para sus actividades de trabajo y educación. En síntesis, pude
establecer que en un contexto caracterizado por el desarrollo industrial y la presencia de
procesos modernizadores, los juguetes producidos (de origen importado o nacional) y usados
en esta época, respondieron a unas concepciones de infancia específicas y funcionaron como
mediadores entre el cambiante ambiente y la cotidianidad de los niños. Como resultado
puntual en esta fase de la investigación, se logró identificar las principales características de
Medellín entre 1910 y 1940, vista desde la industrialización y las consecuencias sociales y
culturales que produjo y que influyeron sobre el juguete y las prácticas del juego, tal como
también se propuso al inicio.

En la última parte, luego de dar cumplimiento al tercer objetivo específico: Analizar


los juguetes usados en la primera mitad del siglo XX como artefactos lúdicos, que poseen
una dimensión material, una formal y otra funcional (de uso); pude identificar tres modelos
de infancia presentes en la ciudad de Medellín en la época estudiada: Niño tradicional, niño
en transición y niño moderno. Como se mostró en el tercer capítulo, el primer tipo de niño
corresponde a un periodo denominado Vida rural y sus representaciones a través de juguetes
locales y artesanales, que corresponde al periodo comprendido entre 1890 y 1910. El
segundo, denominado Arribo de mundos infantiles importados e industriales, que comprende
lo ocurrido con los juguetes en Medellín entre 1910 y 1930); y el tercero, denominado Los
inicios de una industria nacional juguetera que se enmarca entre 1930 y 1950. En cada uno
de ellos reconocí unas formas de vida, unas costumbres y una cultura material puntual que
los define de forma diferente, lo que me permitió corroborar que durante el periodo estudiado

107
se presenta una correspondencia entre los cambios en las dimensiones material, formal y uso
(usuario) del artefacto juguete y las concepciones de la infancia y del juego; además, que los
juguetes no estuvieron en uso de forma aislada ya que hacían parte de redes de relaciones y
fueron a su vez generadores de estas. Como resultado puntual en esta etapa de la
investigación, se logró concluir con un análisis de los juguetes de la época como artefactos
analizados desde la producción, la forma y los usos. Análisis que permitió la construcción de
tres modelos de niños de esta época en correspondencia con las características de su cultura
material.

Finalmente, culminado este primer acercamiento al extenso mundo del juguete como
artefacto y definidor de concepciones de infancia, quedan múltiples cuestiones aún por
responder y resolver. El tema del juguete puede ser abordado en futuras investigaciones en
las que se continúen relacionando los estudios culturales e históricos, con el diseño industrial;
pues este proyecto reafirmó en mí la fundamental y estrecha relación que existe entre estas
disciplinas. Desde esa perspectiva, se abren algunos campos de interés en el tema tratado en
esta tesis: ahondar en temáticas que relacionen desarrollos industriales en el juguete con
momentos históricos específicos; identificar y caracterizar los materiales que definieron los
diferentes periodos industriales del país; trabajar puntualmente algún tipo de juguete como,
por ejemplo, la muñeca en nuestro contexto; rastrear industrias nacionales específicas y su
evolución y, para terminar, indagar y recuperar una historia del juguete artesanal y tradicional
presente en algunas comunidades especiales del país. Como se ve, se trata de temas
apasionantes de los cuales aún queda mucho por conocer y que demandarán enfoques teóricos
y apuestas metodológicas novedosas en el campo de las ciencias humanas y sociales.

108
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