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Resumenes Teoría General Del Derecho-Primer Parcial

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Capítulo V: El derecho como unión de reglas primarias y secundarias.

Un nuevo punto de partida: Resumen de los primeros 4 Capítulos:

1. Aunque entre todas las variedades de derecho son las leyes penales, que prohíben o
prescriben ciertas acciones bajo castigo, las que más se parecen a ordenes respaldadas por
amenazas dadas por una persona a otras, tales leyes, sin embargo, difieren de dichas ordenes
en una aspecto importante: que por lo común también se aplican a quienes la sancionan y no
solamente a otros.

2. Existen otras normas: aquellas que confieren potestades jurídicas para decidir litigios o legislar
(potestades públicas) o para crear o modificar relaciones jurídicas (potestades privadas), que no
pueden, sin caer en el absurdo, ser interpretadas como ordenes respaldadas por amenazas.

3. Existen reglas jurídicas que difieren de las órdenes en su modo de origen, porque ellas no son
creadas por nada análogo a una prescripción explícita.

4. El análisis del derecho en términos del soberano habitualmente obedecido y necesariamente


libre de toda limitación jurídica, no da razón de la continuidad de la autoridad legislativa,
característica de un moderno sistema jurídico, y la persona o personas soberanas no pueden ser
identificadas con el electorado o con la legislatura de un estado moderno. El artificio para
reconciliar el carácter auto-obligatorio de la legislación con la teoría de que una ley es una orden
dada a otros, fue considerar a los legisladores cuando actúan en su capacidad oficial, como una
persona que ordena a otras, entre quienes se incluye a los propios legisladores en su capacidad
privada. Esto complementado con la noción de una regla que define lo que hay que hacer para
legislar.

Reglas del tipo básico o primarias: Aquellas que prescriben que los seres humanos hagan y
omitan ciertas acciones, lo quieran o no. Imponen deberes. Se refieren a acciones que implican
movimiento o cambios físicos.

Reglas secundarias: Aquellas que establecen que los seres humanos pueden, haciendo o
diciendo ciertas cosas, introducir nuevas reglas del tipo primario, extinguir o modificar reglas
anteriores, o determinar de diversas maneras el efecto de ellas, o controlar su actuación.
Confieren potestades, públicas o privadas. Prevén actos que conducen también a la creación o
modificación de deberes u obligaciones. Lo que se trata de demostrar en los siguientes capítulos,
es que la mayor parte de las características del derecho pueden ser clarificadas mejor si
entendemos estos dos tipos de reglas y la acción reciproca entre ellos.

- La idea de Obligación:

Interpretación Predictiva de la Obligación: Algunos teóricos (entre ellos Austin) han definido a
la obligación de hacer algo en términos de la probabilidad o riesgo de que la persona que tiene
la obligación sufra un castigo o un mal a manos de otros en caso de desobediencia.

Objeciones:

1) Esta interpretación oscurece el hecho de que las desviaciones respecto de las reglas no son
simples

fundamentos para la predicción de que sobrevendrán reacciones hostiles o de que un tribunal


aplicara sanciones.

2) Si fuera verdad tal interpretación no se podría decir que una persona esta obligada pues el
hecho de poder huir del castigo o mal lo dejaría libre de tal obligación.
Para comprender la idea jurídica de obligación, hay que tomar en cuenta la noción de reglas
sociales, mismas que hacen de ciertos tipos de comportamiento una pauta o un modelo. No es
lo mismo “Yo debía” que “Yo tenia la obligación de”.

La insistencia en la importancia o seriedad de la presión social que se encuentra tras las reglas
es el factor primordial que determina que ellas sean concebidas como dando origen a
obligaciones. Sentirse obligado y tener una obligación son cosas diferentes, aunque con
frecuencia concomitantes.

Punto de vista externo de las reglas: Cuando la persona se ocupa de las reglas como un mero
observador que no las acepta.

Punto de vista interno de las reglas: Cuando la persona, miembro del grupo las acepta y usa
como guías de conducta. Una de las dificultades que enfrenta cualquier teoría jurídica ansiosa
de hacer justicia a la complejidad de los hechos, es tener en cuenta la presencia de ambos puntos
de vista y no decretar, por vía de definición, que uno de ellos no existe.

Así, podría decirse que la teoría predictiva de la obligación precisamente hace eso de decretar
que un punto de vista no existe, lo cual constituye el contenido general de las críticas a tal teoría.

- Los elementos del Derecho:

Estructura de reglas primarias de obligación:

Condiciones:

1) Reglas restrictivas (no matar, no robar, no engañar).

2) Solo una minoría puede ser del tipo de personas que no respetan las reglas

Defectos: 1) Las reglas no forman un sistema, no se las reconoce como tal.

2) Carácter estático de las reglas, no se pueden cambiar sino en la misma forma como se crearon.

3) Ineficiencia de la difusa presión social para hacer cumplir las reglas.

El remedio para cada uno de estos tres defectos consiste en complementar las reglas primarias
de obligación con reglas secundarias que son de un tipo diferente. Las reglas primarias se ocupan
de las acciones que los individuos deben o no hacer, estas reglas secundarias se ocupan de las
reglas primarias. Especifican la manera en que pueden ser verificadas en forma concluyente,
introducidas, eliminadas, modificadas, y su violación determinada de manera incontrovertible.

Remedios:

1) Introducción de una “regla de reconocimiento”. Especificara cuando la regla sugerida se hace


indiscutible.

2) Introducción de “reglas de cambio” que facultan a introducir nuevas reglas primarias y quitar
las previas.

3) Introducción de “reglas de adjudicación” designan quien puede juzgar y bajo que


procedimiento1
Capitulo VI: Los fundamentos de un sistema jurídico.
1. Regla de reconocimiento y validez jurídica.
La teoría esbozada en el capítulo 4 de que los fundamentos de un sistema jurídico
consisten en la situación que se da cuando la mayoría de un grupo social obedece
habitualmente las ordenes respaldadas por amenaza de la persona o personas
soberanas, quienes a su vez no obedecen habitualmente a nadie, es incapaz de dar
cuenta de las características salientes de un sistema jurídico y por tanto merece la pena
la complementación de esta con un análisis desde el punto de vista en cuanto a la
relación entre reglas primarias y secundarias esbozada en el capitulo V.
En el caso de las reglas secundarias, se verá que; donde quiera se acepte tal regla de
reconocimiento, tanto los particulares como los funcionarios tienen criterios con
autoridad para identificar las reglas primarias de obligación. Como:
-La referencia a un texto revestido de autoridad.
-A una sanción legislativa.
-A la práctica consuetudinaria.
-A las declaraciones generales de personas especificadas.
-A decisiones judiciales pasadas, dictadas en casos particulares.
Se ve que en el mundo de Rex, no habrá más criterios de reconocimiento que vayan
más allá de lo que él como soberano sanciona, en este sentido es obviamente
incompleto.
En contraposición en un sistema jurídico moderno se aprecia una variedad de "fuentes"
de derecho, por tanto la regla de reconocimiento es paralelamente más compleja.
Existiendo criterios múltiples de identificación del derecho como lo es una constitución
escrita, la sanción por una legislatura, y los precedentes judiciales.
Además en la mayor parte de los casos se adoptan provisiones para posibles conflictos,
clasificando estos criterios en un orden de subordinación y primacía relativas (Comon
law subordinado a las leyes).
Por ejemplo en el sistema anglosajón a cual Hart hace referencia, se tiene que el
common law (jurisprudencia) o también la costumbre deben estar subordinados a la
legislación, de ahí que sea algo importante el no confundir los conceptos de
subordinación de reglas con los de derivación.
En la mayor parte de los casos las reglas de reconocimiento no son expresadas, sino
que su existencia se muestra en la manera en que las reglas particulares son
identificadas.
Pueden entenderse por tanto como reglas "orientadoras".
Al no estar expresada, sino que comprendida tácitamente, es que un análisis externo no
tiene lugar debido a que solo hará referencia a hechos y no a realidades internas del
sistema jurídico no observables como lo son las reglas de reconocimiento, es por tanto
que un observador externo solo dirá lo que ve, pero no podrá decir a través de que
(reglas internas) se dio tal o cual decisión dentro de un sistema jurídico.
En cuanto al argumento de validez con respecto a la eficacia de la regla, se puede dar
el ejemplo de una regla que es comúnmente mas obedecida que desobedecida y que
por tanto la validez de la regla no tiene porque provenir de la eficacia, a menos que la
regla de reconocimiento del sistema incluya entre sus criterios, como algunas lo hacen,
la provisión (algunas veces llamada regla de desuso) de que ninguna regla ha de valer
como regla del sistema si hace mucho que ha dejado de ser eficaz.
Por tanto se hace necesario distinguir entre la ineficacia de una regla particular, que
puede o no afectar su validez, y una inobservancia general de las reglas del sistema.
En este caso obviamente el sistema jurídico no habría existido jamás. Como dice Hart:
"Insistir en aplicar un sistema de reglas que nunca ha sido realmente efectivo, o que ha
sido desechado, será, excepto en circunstancias especiales mencionadas más abajo,
tan inútil como determinar la marcha de un juego por referencia a una regla de tanteo
que nunca fue aceptada o fue rechazada"
por otro lado: "Se pude decir que una persona que hace un enunciado interno referente
a la validez de una regla particular de un sistema presupone la verdad del enunciado
fáctico externo de que el sistema es generalmente eficaz".
Es así que por ejemplo una manera de alimentar esperanzas en la restauración de un
orden social anterior destruido por una revolución, y de rechazar el orden nuevo, es
aferrarse a los criterios de validez jurídica del viejo régimen.
Se podría decir también que la regla de reconocimiento posee un carácter último, y por
tanto, dentro de sí contiene un criterio supremo sobre la validez jurídica.
Se puede decir que un criterio de validez jurídica o fuente de derecho es supremo, si las
reglas identificadas por referencia a él son reconocidas como reglas del sistema, aun
cuando contradigan reglas identificadas por referencia a los otros criterios, mientras que
las reglas identificadas por referencia a los últimos no son reconocidas si contradicen
las reglas identificadas por referencia al criterio supremo.
Por ejemplo en Estados Unidos donde no se da un poder ilimitado en la legislación
(contraposición con reina de Inglaterra), si se da un criterio supremo de validez, que se
hace patente por ejemplo en el hecho de que no se puedan modificar las enmiendas
constitucionales que protegen los derechos individuales y la división federal.
La validez ultima existe en tanto se sigue cuestionando la validez de reglas inferiores
hasta llegar a ese criterio de validez supremo que ya no permite cuestionamiento porque
dentro de el descansa la validez entera del sistema (por ejemplo cuando se dice que
algo es ley por la autoridad conferida por la Reina de Inglaterra, ya no hay nada más
que decir, porque es un hecho ultimo, y no una reflexión sobre la validez de algunas
reglas con sus superiores), y a la vez es la que proporciona validez general al sistema.
Por tanto la existencia de una regla de reconocimiento pasa a ser una cuestión de hecho,
algo que se vuelve en cierta gorma incuestionable.
2. Nuevas preguntas.
Es menester recordar que la regla de reconocimiento última puede ser considerada
desde dos puntos de vista: uno de ellos se expresa en el enunciado externo de hecho
que afirma la existencia de la regla en la práctica efectiva del sistema; el otro, se expresa
en los enunciados internos de validez formulados por quienes la usan para identificar el
derecho.
En la medida en que las normas que son validas según los criterios de validez del
sistema son obedecidas por el grueso de la población, esto es sin duda todo cuanto
necesitamos como prueba de que un sistema jurídico existe. Pero precisamente porque
un sistema jurídico es una unión compleja de reglas primarias y secundarias, esta
prueba no es todo lo que se necesita para describir las relaciones con el derecho
implicadas en la existencia de un sistema jurídico. Ella debe ser complementada por
una descripción de la relación relevante de los funcionarios del sistema con las reglas
secundarias que les conciernen en cuanto funcionarios.
El hombre común en su aceptación de la obligación no se plantea un análisis interno de
la norma jurídica ni tampoco su concordancia con un criterio de validez, sino que actúa
bajo amenaza de ciertas penas. Por otro lado la labor jurisdiccional de los jueces debe
tomar en cuenta tales análisis en el sentido de si realmente pueden ser validas las
decisiones que tomen, y que en definitiva sean realmente validas.
Hay, pues, dos condiciones necesarias y suficientes mínimas para la existencia de un
sistema jurídico. Por un lado, las reglas de conducta vidas según el criterio de validez
último del sistema tienen que ser generalmente obedecidas, y, por otra parte, sus reglas
de reconocimiento que especifican los criterios de validez jurídica, y sus reglas de
cambio y adjudicación, tienen que ser efectivamente aceptadas por sus funcionarios
como pautas o modelos públicos y comunes de conducta oficial.
La afirmación de que un sistema jurídico existe es, por lo tanto, un enunciado bifronte,
una de cuyas caras mira a la obediencia por parte de los ciudadanos ordinarios, y la otra
a la aceptación de reglas secundarias como pautas o criterios comunes críticos de
conducta oficial (análisis interno), por parte de los funcionarios.
El nacimiento de un nuevo sistema jurídico se genera a través del cambio de los criterios
de reconocimiento, en cuanto a través de los hechos o realidad fáctica se genera un
nuevo criterio de reconocimiento distinto al inicial, a pesar de que muchas de las reglas
no cambien si debe considerárselas distintas por su ras existente en el criterio de
reconocimiento, por ejemplo en el caso de Sudáfrica en el hecho de que ya no "todo lo
dictado por la reina en parlamento es considerado derecho", o sea se produce un
desplazamiento de esta concepción debido a la realidad social y la actitud de los
funcionarios con respecto a ella, en tanto exista la capacidad de negarla como criterio
de validez.
El sistema de reglas y de reconocimiento de tales, implica que en una regla ese
reconocimiento se da solo por una parte de la regla en la que se especifique su
vinculación con el criterio de reconocimiento, por lo tanto dentro de la regla quedan
espacios abiertos u oscuros que generan vaguedad en el análisis y aplicación de la
regla, esto se ve con claridad en el capítulo VII.

Capitulo VII: Formalismo y escepticismo ante las reglas.


Se establece que si bien los casos de derecho consuetudinario dejan espacios abiertos
en los que no se encuentran especificaciones claras sobre el que se debe hacer,
además en casos de derecho legalmente constituido existen casos de vacios por el
hecho de ser las palabras abstracciones de la realidad que en una u otra medida
desatiendan aspectos emergentes de la situación en cuestión a la cual se pretenda
aplicar la regla, se le quiere aplicar obviamente por considerarla el enunciado más
adecuado para establecer una obligación, pero a pesar de ello hay aspectos que no
puede definir o en ella misma las definiciones pueden ser ambiguas.
"En el caso de la legislación, como una característica general del lenguaje humano; la
falta de certeza en la zona marginal es el precio que hay que pagar por el uso de
términos clasificatorios generales en cualquier forma de comunicación relativa a
cuestiones de hecho.
Se establecen eso si de un modo general, porque si se pretendiera generar un derecho
que tomara en cuenta hasta los mas mínimos detalles de aplicación de tal regla en que
ya todo estaría dado, aquí es donde esta concepción mecánica del derecho choca con
la realidad en el sentido de que no se pueden prever hechos futuros distintos en algunos
aspectos pero similares en esencia donde la regla podría ser aplicada, ni tampoco el
cambio de propósitos que se plantee a través de la aplicación de tal regla, por tanto es
una condición necesaria el carácter general. Los hombres no son dioses, por tanto
además de lo anterior es humanamente imposible determinar con certeza todas las
circunstancias de aplicación o las formas en que podrá ser interpretada.
Por ejemplo; cuando se prohíbe el ingreso de vehículos en un parque, por una cuestión
de conservar la paz y la tranquilidad en este, excluyéndose por su puesto motos,
bicicletas y automóviles. Pero que pasa si llega un niño con un auto de juguete que
funciona a propulsión eléctrica, se le podrá negar el jugar con el en el parque, o mas
bien el hecho de que pudiera jugar en el parque hará más efectivo el propósito del
parque, o sea que cumpla la función para lo que está hecho, que bien podría ser
preservar la paz y la tranquilidad fomentándola con la presencia de los niños en cuanto
se genera un ambiente familiar dentro de el. Por tanto el carácter general se vuelve
necesario en cuanto los espacios de indeterminación de la regla abren paso a una
interpretación de tales espacios, y esa interpretación puede ser sustancialmente más y
mejor acorde a la realidad en la que la regla ha de aplicarse, o sea termina siendo algo
mas acertado, más adecuado al contexto.
Es así como una corriente formalista o conceptualista del derecho plantea que la regla
general tiene la misma aplicabilidad en todos los casos particulares, y esto sí que es un
error, porque al seguir al pie de la letra lo que die la regla, basándose en lo que más la
caracteriza (generalmente), se establece una definición rígida de tal regla, por tanto con
una capacidad de producibilidad sobre la aplicación de la regla, pero de una oscuridad
obvia, en cuanto el aplicarla de tal manera se contraponga a las exigencias sociales y
del contexto en el que la norma se desarrolle, es por esto que el sistema en que se les
da importancia además a los casos indeterminados es indispensables, ya que esta
indeterminación genera una flexibilidad de la regla, lo que la hace capaz de acomodarse
a las exigencias reales que tenga la gente, y no caer en un formalismo que no tome en
cuenta la real necesidad de una interpretación distinta.
Es así como la rigidez de las clasificaciones entrara de ese modo en conflicto con los
propósitos que nos animan al tener o preservar la regla.
La legislación debe establecer cuerpos administrativos que especifiquen la manera en
que la ley debe ser aplicada, estos cuerpos administrativos estarán medianamente
especializados para el caso particular en que se quiera aplicar la regla, mas no
pretenden predecir la decisión a tomar, sino que generar claridad con respecto a lo que
la legislación exige, y establecer métodos de control por los cuales hacer que las
especificaciones puedan llevarse a cabo.
Por esto es que se hacen tan necesarias las decisiones oficiales, en el sentido de que
como los extremos sobre la aplicación de una regla son fácilmente definibles, por
ejemplo cuando la legislación establece que se debe pagar un precio justo, existe una
determinación de extremos donde ciertamente se sabrá lo que pueda considerarse justo
o injusto en las circunstancias dadas, pero los casos de la realidad no están en los
extremos sino que en el centro y es por esto que se requiere que el cuerpo administrativo
u oficialidad elabora la regla especifica (del valor que sería justo pagar) en forma
discrecional, y que no cupiera la posibilidad de tratar el problema que crean los casos
diversos como si hubiera una única respuesta correcta, es decir, una solución que no
sea un mero compromiso razonable entre muchos intereses en conflicto.
Cuando la esfera a controlar es tal que resulta imposible identificar una clase de
acciones especificas que uniformemente deban ser realizadas u omitidas, y convertir
esas acciones en objeto de una regla simple, aunque el conjunto de circunstancias, si
bien muy variado, incluye características familiares de la experiencia común. Es aquí
donde pueden ser objeto de la decisión de un tribunal, capaz de discernir la regla a
aplacar más adecuada. Esto se conoce como segunda técnica.
Hay casos en los que no cabe una discusión para definir un estándar variable en un
momento, generalmente porque un elemento de la acción o lo que la regla establezca
con respecto a ella es más fuerte que otros factores, por ejemplo en el caso del
homicidio, donde si bien existe la legítima defensa y otros casos, no son más que casos
excepcionales, pero lo realmente importante es que el hecho de matar de por sí es un
hecho que opaca con fuerza otros factores que pudiesen considerarse, por tanto aquí
la autoridad debe establecer reglas especificas claras y no dar espacio al sopes amiento
de otros factores que puedan influir en la decisión.
El escepticismo frente a la idea de regla se plantea en términos de que o bien las reglas
existen si son observadas, podría decirse en un paraíso formalista, y si no, si es que
contienen espacios abiertos no son reglas, claramente esta es una visión errónea y el
argumento tampoco es satisfactorio con respecto a un análisis real.
Si se les da completa capacidad de decisión a los tribunales, en el caso de que no nos
atengamos a una regla dada, ellos deciden completamente con respecto a su arbitrio, y
en caso de equivoco o de haber tomado una decisión no pertinente, se debe recurrir a
un tribunal superior que en última instancia también estará conformado por seres
humanos falibles, por tanto es una concepción errónea el hecho de admitir que solo
existen reglas en tanto el tribunal las practique.
Incertidumbre de la regla de reconocimiento. El formalismo y el escepticismo son el
Escila y la Caribdis de la teoría jurídica; son grandes exageraciones, que resultan
saludables cuando se corrigen entre sí. La verdad se encuentra en el medio.
Se debe hacer una distinción entre la indeterminación de una regla particular (espacios
abiertos), y la indeterminación de la reglas de reconocimiento, que es la que entrega
validez.
Hay que hacer una distinción cuando se habla de una omnipotencia legislativa, pueden
haber de dos tipos continuada y comprensiva, la primera dice relación con el hecho de
que un parlamento es capaz de quebrar en algún momento su propia omnipotencia o
ilimitación en el sentido jurídico, y en el caso de la comprensiva, donde por el hecho de
ser un parlamento omnipotente tenga la capacidad de auto limitarse o destruir esa
omnipotencia.
Cuando se dice que se puede limitar la omnipotencia, no e san así, porque un
parlamento con antelación puede definir métodos o procedimientos para que en el futuro
ciertas reglas pudiesen ser derogadas, y aunque se deroguen el parlamento mantiene
esa ilimitación de haber definido la forma en que se haría tal acción.
Capitulo VII: Justicia y moral.
Se debe tener claro que la relación existente entre justicia y derecho, y justicia y moral
de partida no es la misma, el concepto de derecho se distingue pues, por los términos
de justicia y equidad (equidad también en un sentido general, lo que es característico
del derecho) de equidad en las decisiones más allá del análisis moral, además debe
distinguirse dentro de esto el proceso indemnizatorio que pretende llegar a un equilibrio.
Se hace presente una regla que dice que hay que tratar los casos semejantes de similar
manera y los casos diferentes de diferente manera (en pose de la equidad), el asunto
está en determinar las semejanzas y diferencias, la semejanza aparece como una
característica sobresaliente de la generalidad del derecho. Por tanto nuestro concepto
de derecha estaría constituido de esos dos elementos: tratar los casos semejantes de
la misma manera, ver en qué medida se pueden determinar tales semejanzas o a través
de ella también se puedan determinar las diferencias.
Decir que la norma que reprime el homicidio es aplicada justamente, es decir que se la
aplica con imparcialidad a todos aquellos, y solo a aquellos, que tienen en común haber
hecho lo que dicha norma prohíbe.
Deben existir principios de imparcialidad para asegurar de que en el derecho sea
aplicado a todos aquellos, y solo aquellos, que son iguales en los aspectos relevantes
saleados por el derecho mismo.
Ahora más allá de las semejanzas y diferencias en los casos, se hace necesario el
análisis de la determinación de semejanzas y diferencias en las propias reglas y aquí es
donde se entra en debate, por ejemplo, aquí se discute que es lo que se puede
considerar un homicidio o no, y entran en juego características relevantes para poder
definir la norma jurídica en tanto capaz de mantener un carácter general y equitativo.
Resulta claro, en consecuencia, que los criterios de semejanzas y diferencias relevantes
pueden variar a menudo en función del enfoque moral fundamental de una determinada
persona o sociedad.
Una forma de poder hacerlo es distinguir aptitudes semejantes en los que serán los
sujetos imperados por el derecho, tales aptitudes los facultan para poder observar el
derecho, por ejemplo el derecho a voto para un mayor de edad y no para un niño.
Mas allá de a quienes es imperado el derecho hay otro aspecto fundamental que dice
relación con el establecimiento de compensaciones por un acto ilícito, en donde también
deben barajarse conceptos de semejanza y diferencia entre los casos existentes, del
siguiente modo: "De modo que cuando las normas jurídicas acuerdan compensación en
los casos que la justicia la reclama, ellas reconocen indirectamente el principio de "tratar
los casos semejantes de la misma manera" al disponer que se restablezca el status quo
moral en el que la víctima y el transgresor se encuentran en un pie de igualdad.
Hay casos en que el restablecimiento del status quo es superado, por una intención de
bienestar social, más allá de haber restablecido la igualdad, en este caso lo moralmente
valido estaría en discordancia con lo que se entiende por justo.
Obligación moral y jurídica.
Se podría decir que las reglas morales y jurídicas de obligación y deber tienen, pues,
ciertas notables semejanzas que bastan para mostrar que su vocabulario común no es
accidental. Tales semejanzas pueden ser resumidas como sigue. Unas y otras reglas
son concebidas como obligatorias con independencia del consentimiento del individuo
obligado y están sustentadas por una seria presan social en procura de la conducta
regular; el cumplimiento de las obligaciones morales y de las obligaciones jurídicas no
es considerado digno de encomio, sino una contribución mínima a la vida social, que ha
de tomarse como cosa corriente. Además tanto el derecho como la moral incluyen reglas
que rigen la conducta de los individuos en situaciones que se repiten constantemente a
lo largo de la vida, y no en ocasiones o actividades especiales, y aunque ambos pueden
incluir mucho de lo que es peculiar a las necesidades reales o imaginadas de una
particular sociedad, tanto el derecho como la moral formulan exigencias que,
obviamente, tienen que ser satisfechas por cualquier grupo de seres humanos para
poder convivir. Por ello es que en ambos hallaremos algún tipo de prohibición de la
violencia a las personas o a la propiedad, y algunas exigencias de honestidad y
veracidad. Sin embargo, a pesar de estas semejanzas, a muchos les ha parecido
evidente que hay ciertas características que el derecho y la moral no comparten, aunque
en la historia de la teoría jurídica se ha comprobado que ellas son muy difíciles de
formular.
Entre las características más sobresalientes de las reglas morales, está la de la
importancia que representan en una sociedad en cuanto preservación de lo que se
considera "esencial" más allá del sistema jurídico, además son inmunes al cambio
deliberado, o sea que no pueden ser cambiadas o modificadas a través de la voluntad
de un legislador, por otro lado existe un carácter voluntario de las transgresiones
morales, o sea el que alguien que ha transgredido una regla moral no sea sancionado
debido a que no pudo evitar cometer la falta, en el sentido de que la inobservancia era
algo que escapaba a sus capacidades en ese momento, en el derecho no es tan así, ya
que igual se exige la mayor parte de las veces una compensación o se establece una
sanción, a menos que la persona sea deficiente mental o tenga una incapacidad en su
coordinación muscular, pero incluso en algunos sistemas se considera que la menos
rea no se aplica, o sea la capacidad de justificarse de ese modo no es aceptable. otra
característica sobresaliente de las reglas morales es también lo que sonoche como la
forma de presan moral; En verdad bien se puede decir que la forma típica de presión
jurídica consiste en amenazas de castigo físico o de consecuencias desagradables para
el que no observa la regla, en la moral, en cambio, la forma típica de presión consiste
en apelar al respeto hacia las reglas, en cuanto cosas importantes en sí mismas, que
se presume compartido por aquellos a quienes se dirige la exhortación.
3. Ideales morales y crítica social. Otra cosa que puede distinguir a la moral es que es
capaz de superar las obligaciones y deberes y constituirse en ideales morales, por
ejemplo en el caso de un héroe que realiza una acción digna de alabanza, en donde
nadie le exigió hacerla, por tanto si no lo hiciera tampoco sería algo incorrecto o
censurable.

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