Libélulas

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Pocos son los que se acuerdan de las libélulas cuando hablamos de insectos auxiliares en la agri-

cultura. Sin embargo, las libélulas son muy frecuentes si se dan las condiciones necesarias. Con
Platycnemis sp ellas las moscas (la del olivo y la fruta lo son), mosquitos, pulgones alados y otros chupadores
esperando
los primeros
de savia, polillas, mariposas y un largo etcétera tienen un depredador más, que -a diferencia de
rayos de sol la mayoría- les acecha desde y en el aire. Además de ser un buen aliado, su presencia es un
sobre la
cubierta buen indicativo del estado en el que se encuentran las aguas de nuestro entorno
de un campo
de cítricos
e las aproximadamente 120 especies de libélu- tes, a otros como "zapatero" en Andalucía, estos insectos
la que viven en Europa, 77 están presentes en reciben numerosas denominaciones, pero veamos quiénes
la Península. Son insectos de colores llamati- son. Las libélulas y caballitos del diablo forman el orden
D vos y movimientos acrobáticos que ya volaban de los Odonatos, caracterizados por tener grandes alas rí-
entre dinosaurios, pues hay fósiles de aquella época con gidas que no pueden doblar ni replegar. Su cabeza y tórax
libélulas similares a las actuales (bueno, algo más gran- son pequeños comparados con su largo abdomen, dándo-
des), con casi un metro de envergadura. Las que tenemos le un aspecto delgado y alargado. Poseen un aparato mas-
hoy no son tan escandalosas pero siguen cautivándonos ticador con mandíbulas aserradas y ágiles. Las antenas
porque las consideramos símbolos mágicos, de buena brillan por su ausencia, algo que -además de por las alas y
suerte, o simplemente por su belleza: junto con las mari- por su robustez- diferencia a estos insectos de las hormi-
posas son los insectos más reproducidos en joyería. gas león. En realidad tienen dos antenas muy pequeñi-
Son muchas las historias, cuentos y leyendas a lo lar- tas (si afinamos la vista se ven), pero se han atrofiado en
go de todo el mundo que hablan de la libélula. Conozca- favor del excelente sentido de la vista. Hasta ahora las
mos a estos insectos, inofensivos para nosotros, que ayu- características son comunes, pero este orden se divide en
dan a librarnos -entre otros- de molestos mosquitos y ca- dos subórdenes con claras diferencias: Anisóptera y Zy-
tadores de nuestros cultivos. góptera.
El suborden Anisóptera engloba a las verdaderas libé-
¿Quién es quién? lulas. Destacan su corpulencia y potente vuelo. Sus gran-
des ojos ocupan prácticamente toda su cabeza y se tocan,
Desde nombres bucólicos como dragonfly (mosca dra- o casi, en la parte superior de ésta. Las alas delanteras son
gón) o damselfly (mosca damisela) para los angloparlan- ligeramente desiguales a las traseras y, cuando están posa-

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Nuestros aliados

das, las mantienen abiertas a ambos lados de su cuerpo o


hacia abajo en forma de tejado. Pueden llegar a ser bas-
tante grandes, midiendo hasta casi 10 centímetros.
El suborden Zygóptera engloba a los llamados caballi-
tos del diablo. Su constitución, y también su vuelo, es
más débil que el de las libélulas. No superan los 5cm de
longitud y los ojos son más pequeños, situados a ambos
extremos de la cabeza, a modo de martillo. Las cuatro
alas son de igual tamaño y forma, manteniéndolas plega-
das verticalmente por encima de su cuerpo.
Saber esto parece innecesario, pero a la hora de bus-
car información o bibliografía sobre las especies que ten-
gamos por nuestra finca, ya no lo es tanto.
Crocothemis erythraea hembra, una especie muy frecuente
Agua, tierra y aire

El titulo de este artículo no está escrito al azar. Estos


tres elementos, y en ese orden, describen a grosso modo el
ciclo de vida de los Odonatos. Comienza en el agua, don-
de hacen la puesta de huevos, que caen al fondo o que-
dan adheridos a las plantas acuáticas. Cuando eclosio-
nan, las larvas comienzan a alimentarse de pequeños or-
ganismos acuáticos, aumentando el tamaño de sus presas
según van creciendo. Crían en aguas calmas y estancadas
(balsas, charcas estacionales o permanentes, lagunas,
abrevaderos...) así como en aguas con corriente más o
menos rápida (ríos, riachuelos, arroyos, acequias...). Hay
especies que necesitan aguas bien oxigenadas, frescas y en
movimiento. Pero otras pueden sobrevivir en aguas es-
Crocothemis erythraea macho, delatado por su coloración roja,
tancadas pobres en oxígeno, alcalinas y con temperaturas
sobre un caballón de zanahorias
de 30 C, como por ejemplo algunas charcas estacionales.
Pero en todos los casos se ven afectadas por los vertidos un momento o varias horas según la especie, pudiendo
continuados procedentes de ganaderías intensivas y de la volar durante este periodo. A la hora de poner los hue-
industria en general. Y no digamos por el efecto que si- vos, la pareja —todavía en tandem— localiza el lugar ade-
guen teniendo las aplicaciones de herbicidas y otros pro- cuado y mientras el macho queda en la superficie, la
ductos utilizados de forma indiscriminada —e impune— no hembra sumerge su abdomen o todo el cuerpo en el agua
sólo en la actividad agraria. Por todo ello, podemos con- para ir colocando los huevos. Esto también pueden ha-
siderar a los Odonatos y la presencia de unas especies u cerlo volando.
otras, como bioindicadores de las aguas.
Tras un periodo de varios meses, e incluso años según
especies, las larvas desarrolladas salen del agua y tocan
tierra trepando vegetación arriba o por cualquier otro
elemento. Unas veces a pocos centímetros, otras a más de
un metro, se detienen y comienzan el proceso de muda.
Al salir el adulto, tardan varias horas en estirar y endure-
cer las alas para salir volando tras calentar motores. Has-
ta ese momento son muy vulnerables a las aves, anfibios y
reptiles. Estas mudas son fáciles de encontrar sobre todo a
finales de primavera y durante todo el verano, momentos
en los que hay más salidas de adultos.
Tardan varias semanas en ser sexualmente maduros.
Algunas especies varían de color hasta ese momento. El
apareamiento es un tanto aparatoso pues el macho agarra
a la hembra por el cuello —con unas pinzas situadas en el
extremo de su abdomen— y la hembra curva bajo ella el
suyo, enganchándolo bajo el segundo segmento del abdo- A la izquierda, dibujo representativo de una larva de Caballito
men de su pareja, donde se localiza el esperma. Esto dura del diablo. A la derecha, dibujo representativo de una larva de libélula

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Libélulas: agua, tierra y aire

Aficionadas
a la comida rápida
Moscas, mosquitos, pulgones, pequeñas cigarritas, poli-
llas y mariposas entre otros insectos voladores, constitu-
yen el menú de los adultos de libélulas y caballitos del dia-
blo. Son voraces y ansiosos consumidores. Tanto es así que
la mayoría de las veces no se posan para comer a menos
que la presa sea grande, como una mariposa o polilla. Lo
hacen en el aire, sobre la marcha, terminando en unos po-
cos bocados. Mastican toda su presa hasta formar una bo-
la que luego tragan. Las larvas tienen un apetito similar,
pero su dieta la componen renacuajos, alevines, larvas de
mosquito y otros organismos acuáticos.

Ejército acuático de larvas

Las larvas están equipadas perfectamente para vivir y


cazar en el medio acuático. Con sus tres pares de patas
caminan por el fondo o se agarran a piedras y plantas, en
busca de un buen lugar donde acechar a su presa. Los co-
lores son similares a los del medio (marrones, verdosos,
grises), proporcionándoles un alto grado de mimetismo
que les beneficia para obtener comida y pasar desaperci-
Ischnura graellsii una de las especies más resistentes en cuanto bidas. Sus antenas son pequeñas en comparación con las
a las condiciones del agua de otros insectos acuáticos, no superando la longitud de
su cabeza.
Colonizan el espacio aéreo de toda la zona y colin- El cuerpo de los Zygöptera es alargado y estrecho, con
dantes. Incluso podemos encontrarlos a varios kilómetros tres branquias en forma de pala en el extremo de su abdo-
del punto donde se han criado. La vida de adulto dura men que utilizan también para desplazarse, al mover el
uno o dos meses y hasta bien entrado el otoño —e incluso cuerpo de un lado a otro. Pueden medir entre 1,5 y 3cm
en años suaves, llegado el invierno— podemos observar li- de longitud.
bélulas y caballitos del diablo patrullando nuestros culti- Sin embargo los Anisóptera tienen el cuerpo más an-
vos y alrededores. cho, incluida la cabeza, y además no tienen estas bran-
quias externas. Respiran insuflando agua en el interior de
su abdomen, donde están las branquias. Esta cavidad ab-
dominal la utilizan también para desplazarse: expulsan el
agua contenida en ella por el orificio anal, y con este im-
pulso avanzan. Es como si soltáramos la boquilla a un glo-
bo lleno de agua bajo el agua. Miden entre 2 y 4cm.
La boca la tienen equipada con buenas mandíbulas
que cortan y trituran a la presa. Pero todas las larvas de
Odonatos poseen un arma secreta: bajo la cabeza perma-
nece plegada una prolongación de su aparato bucal. Es
una especie de brazo terminado en unas pinzas que se de-
nomina "máscara". Cuando un objetivo se acerca lo sufi-
ciente, la proyectan en un movimiento rapidísimo, apre-
sando a la víctima y llevándosela a la boca.

Ejército aéreo

Como expertos cazadores aéreos, los Odonatos cuen-


tan con las herramientas necesarias para serlo. Sus gran-
Aparatosa postura amorosa la de los Odonatos. Así pueden estar horas des y complejos ojos les proporcionan una visión extraor-

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Nuestros aliados

dinaria. Controlan lo que pasa tanto delante como de-


trás, pues tienen visión de casi 360g . Pueden localizar un
insecto volando a varios metros de distancia, fijar la vi-
sión sobre él y seguirlo hasta darle alcance. Para ello uti-
lizan sus resistentes alas, movidas por unos potentes mús-
culos ubicados en su tórax. El vuelo puede ser rápido o
lento, en todas direcciones, incluso pueden volar hacia
atrás o pararse en un punto. En este sentido los caballitos
del diablo poseen un vuelo mas débil y aparatoso que las

Todo esto les ayuda también a anticiparse y escapar


de nuestros intentos de captura y de sus depredadores
(aves y reptiles sobre todo), aunque el éxito de éstos se
centra en las larvas y en los adultos recién salidos, cuan-
do el aire y el sol no les ha dado el punto de madurez para
salir volando.

¿Y cómo cazan? Las patas situadas junto a la cabeza, se disponen hacia delante
en forma de red o cesta. Un abrazo inesperado y mortal

Ya sabemos cómo lo hacen sus larvas, pero en los


adultos es otra historia. Los Odonatos tienen tres pares budo. La velocidad y precisión hacen que el insecto
de patas. El par de patas delantero es más corto que el del —cuando es alcanzado— quede dentro de esta "cesta", mo-
medio, y éste más corto que el último. Cuando vuelan mento en el que cierra las patas. Además, cada una de las
tienen las patas recogidas, pero cuando están a punto de patas tiene dos filas de pequeñas espinas a ambos lados
dar alcance a su presa las abren hacia delante. La desi- que apuntan ligeramente hacia delante, con lo cual au-
gualdad creciente en cuanto a la longitud de las patas ha- menta la eficacia en cuanto a la retención del insecto
ce que éstas formen una especie de cesta en forma de em- presa, que queda sujeto cerca de la boca de su depredador,

Otra forma de cazar en el aire es desde una percha de caza


(cañas, postes, vallas, arbustos...) desde la que tengan buena visión

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Libélulas: agua, tierra y aire

visión— y de cara al viento, para no ofrecer resistencia.


Ahí se quedan hasta que algún insecto pasa y es localiza-
do (a varios metros) momento en el que la libélula levan-
tará el vuelo y regresará al mismo punto, ya con su presa
bajo las patas. Son territoriales, expulsan a cualquier se-
mejante que invada su zona.
Los caballitos del diablo normalmente cazan lanzán-
dose sobre un insecto que esté posado o se mueva sobre
las plantas, por lo que también entran en su dieta insec-
tos no voladores. El momento del día con mayor activi-
dad depredadora es el atardecer.

En nuestro terreno

Después de lo descrito, no hace falta decir que libélu-


las y caballitos del diablo son excelentes aliados para no-
sotros. Su acción complementa la del resto de organismos
Simpetrum fonscolombit centinela sobre este olivo aguardando alguna entomófagos que se encuentran en los agroecosistemas.
mosca, prays u otro insecto confiado
Además, lo hacen en el agua y en el aire, medios donde
pocos de los insectos beneficiosos que conocemos lo ha-
que comienza a comer de forma inmediata. Si la presa es cen. Podremos observarlos ir y venir, siguiendo los caba-
grande —como una mariposa, polilla e incluso otro Odo- nones o las calles del cultivo, sobre las copas de los árbo-
nato más pequeño— se posan para comer. les, siguiendo su rutina de vuelo en busca de su objetivo.
La caza en el aire suelen hacerla de dos formas. La pri- Si hay Odonatos, hay agua cerca, en la misma finca o a
mera es patrullando una zona concreta, siguiendo un pa- varios kilómetros. Constituye el factor limitante, pues
trón de vuelo. Lo más espectacular es cuando encuentran crían en ella. Por lo tanto, añadamos una razón más a las
una nube de mosquitos o moscas. Comienzan a dar pasa- muchas que hay para conservar el agua de nuestro entor-
das muy rápidas, cruzando por el medio una y otra vez, no, ya sea una charca estacional, un riachuelo o cualquier
hasta que sacian su apetito. En verano, cuando andamos otro punto de agua natural o artificial. No obstante, las
sobre la hierba o recolectamos en la huerta, es curioso ver- libélulas deben estar donde han de estar y es en esas zo-
los lanzándose sobre todo lo que va levantando el vuelo. nas donde hay que favorecer y conservar su presencia. La
La otra forma de cazar en el aire es desde una percha modificación y alteración de lugares desérticos, donde es-
de caza. Muchas especies buscan un punto con buena vi- casee el agua, con la introducción de regadíos e infraes-
sibilidad del entorno. Suele ser la parte más alta del ele- tructuras, pueden atraer y aumentar súbitamente estos
mento donde se pose (caria, poste, valla, planta, arbusto, depredadores allí donde nunca se han dado, lo que puede
árbol...). Siempre de forma horizontal —para una mejor afectar a numerosas especies locales y con ello a la comu-
nidad originaria. Tampoco hemos de permitir que, a las
aguas donde crían, lleguen vertidos que pongan en peli-
gro su existencia.
En huertas pequeñas podemos crear charcas o lagunas
artificiales con algo de vegetación para facilitarles un lu-
gar de cría. Incluso podemos colocar perchas de caza, en
caso de que escaseen, pinchando cañas delgadas en los al-
rededores del cultivo.
Las larvas son uno de los principales recursos alimen-
ticios para gran parte de las aves acuáticas y de los anfi-
bios. Su abundancia supone mayor riqueza en organismos
acuáticos de los que se alimentan, lo que se traduce en
mayor diversidad y complejidad de la comunidad de seres
vivos en la zona.
Alegrémonos si la presencia de estos insectos alados
es rica y frecuente, pues el agua, la tierra y el aire cobra-
ran vida.

Este zygóptero (Calopterix sp) habita en corrientes frescas y oxigenadas Nota


con rica vegetación. Típico en huertas de montaña que lindan con arroyos Ver "¡Hormiga o León?" La Fertilidad de la Tierra ti' 30

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