Alvargonzález D. La Idea de Posibilidad en La Filosofía de Gustavo Bueno
Alvargonzález D. La Idea de Posibilidad en La Filosofía de Gustavo Bueno
Alvargonzález D. La Idea de Posibilidad en La Filosofía de Gustavo Bueno
DAVID ALVARGONZÁLEZ
teoría de Gustavo Bueno acerca de las interpretación que hace Bueno del
absoluto, sino que hay que hablar defendidas por Bueno en sus obras.
Sin embargo, Bueno, sin dejar de suscribir esa teoría (en la Tesela nº 32 de
2010), también invocó el argumento victorioso de Diodoro Cronos en algunas de sus
obras (2010b, 2010c, 2013, 2014a, 2014b). En concreto, el uso que Gustavo Bueno
hizo de ese argumento en relación con la polémica sobre la consideración ética del
aborto provocado parece entrar en contradicción con su propia teoría de la modalidad
y con otras partes muy relevantes de su sistema filosófico.
entre ciertos textos de Aristóteles y las proposiciones del argumento de Diodoro han
sido subrayadas y analizadas por Hintikka y Sambursky (Hintikka 1957 y 1964;
Sambursky 1959).
Diodoro, como es bien sabido, niega la proposición tercera y, afirma las dos
primeras, de modo que concluye:
d) (4) Nada hay posible que no sea verdadero en el presente o vaya a serlo en
el futuro.
a) Se debe hacer uso de las tres premisas del argumento. Gaskin considera que
hay algunas reconstrucciones del argumento, como la de Vuillemin (1996),
que no hacen uso de alguna de ellas (Gaskin 1995, 279).
Recuerdo que Gustavo Bueno comentó en alguna ocasión cómo este recurso
estilístico de utilizar un condicional cuyo antecedente no llega nunca a ser afirmado del
todo le había permitido, en los tiempos del primer franquismo, escribir muchas páginas
acerca de la existencia de Dios y otros asuntos parecidos: sólo hacía falta introducir el
tema del siguiente modo: “si suponemos que Dios existe […]”, “si suponemos un ser
necesario […]”, etc. Advertía Bueno que este procedimiento permitía explorar
posibilidades sin necesidad de comprometerse con la verdad de lo que se decía.
Javier Pérez Jara también considera que, cuando esta teoría se aplica al
futuro, es tanto como negar los futuros contingentes y afirmar que todo futuro
es necesario, aunque sea impredecible (Pérez Jara 2016). Esta posición se
coordina con las tesis, mantenidas en ocasiones por Bueno, según las cuales
no existe el futuro y los proyectos humanos son, en realidad, variedades de
recuerdos (la prolepsis como anamnesis) (Bueno 1992; 1995; 1996b, 419;
2004, 92).
Los temas resumidos en este apartado son una muestra, no exhaustiva pero
sí significativa, de algunas teorías del materialismo filosófico que resultan
incompatibles con la interpretación buenista del argumento victorioso de Diodoro
Cronos.
En todo caso, el aforismo “de posse ad factum non valet illatio” (invocado por
Bueno en 2010b) sí es compatible con la teoría modal de Bueno, tal como ha quedado
expuesta en el apartado segundo de este artículo, ya que de ninguna manera lo
existente puede entenderse como una consecuencia (lógica, causal) de lo posible.
Pero esto no significa que la posibilidad sea un no-ser ya que, como ha quedado
dicho, la posibilidad se define como com-posibilidad.
Diodoro niega que existan posibles que no hayan sido, sean o serán
verdaderos. La filosofía de la religión del materialismo es compatible con la idea de
que los númenes primarios, aun teniendo componentes míticos, tengan un correlato
real animal (Alvargonzález 2005). Además, supone la posibilidad de los dioses
secundarios definidos como voluntades e inteligencias que no son animales linneanos
pero que son corpóreos finitos (y, por tanto, posibles en cuanto corpóreos y finitos). Al
mismo tiempo que se afirma su posibilidad, se niega que hayan existido en el pasado
o existan en el presente y no se contempla ningún argumento para suponer que vayan
a existir en el futuro (Bueno 1996a). Este es un ejemplo claro de posibles que no se
actualizan nunca (afirmando la tesis tercera, negada por Diodoro). Lo no existente, por
tanto, no se identifica con lo imposible ya que puede ser posible y “contingentemente
no existente”.
La teoría del cierre categorial supone que, en las ciencias, existe necesidad
por esencia, que se define por su composición con determinadas configuraciones de
cada campo científico. La idea de necesidad, entendida como “necesidad positiva”
(regional, no absoluta) se encuentra ejercitada, involucrada, en ciertos teoremas
científicos verdaderos: dado cierto contexto geométrico euclidiano, es necesario que
los ángulos del triángulo sumen dos rectos; dado cierto contexto físico, es necesario
que el bloque de hierro macizo se hunda en el agua; dado el contexto biológico del
organismo humano es necesario que sea mortal (utilizo deliberadamente ejemplos
tomados de Amonio en sus Comentarios al Sobre la interpretación de Aristóteles).
Esta necesidad esencial es la más fuerte que cabe concebir y es la que está implícita
en la doctrina del hiperrealismo materialista que supone la imposibilidad de separar los
aspectos ontológicos y gnoseológicos de la realidad. Aunque Bueno no llega a
identificar lo necesario con lo posible y lo existente, es evidente que todo lo necesario
tiene que ser posible. La necesidad esencial de las ciencias no es exclusivamente
retrospectiva y, como todo lo necesario es posible, nos encontramos aquí con algo
posible que es conocido a priori como posible. Si es así, entonces no toda posibilidad
es retrospectiva como reivindica Bueno al invocar el argumento victorioso.
Bueno elaboró una doctrina del “ateísmo esencial” referido al Dios de las
religiones terciarias que mantiene que el Dios de la ontoteología es esencialmente
imposible, ya que sus infinitos atributos entrarían en contradicción unos con otros
(Bueno 1989a). Por tanto, no hace falta recorrer exhaustivamente el pasado para
comprobar que el Dios terciario no ha existido y derivar su imposibilidad
retrospectivamente, como tampoco es necesario suspender indefinidamente el juicio
sobre el ateísmo para comprobar si, en el futuro, el Dios terciario se va a actualizar o
no. Bueno distinguió claramente el ateísmo esencial del ateísmo existencial (Bueno
1989a, 1996a).
(una afirmación, por lo demás, trivial), pero esto no significa, de ningún modo, que
todo lo ocurrido en el pasado sea necesario en el momento de ocurrir. Es una intuición
común, y es también un principio de toda disciplina histórica que se aleje del
determinismo total, que lo que fue posible en el pasado, deja de ser posible después
de un tiempo. La doctrina materialista reconoce que hay un pasado (irrevocable,
inalterable, como todo pasado) que, en su momento, fue contingente, aunque ya no lo
sea (vid. Aristóteles, Retórica III, 17, 1418a3-5). Los Kneale sostienen que ya
Aristóteles supo distinguir entre una necesidad relativa (relativa al tiempo en que se
habla), según la cual el pasado es necesario y otra necesidad absoluta, en todo
tiempo y lugar (W. Kneale y M. Kneale 1961, 113).
(nuclóvulo) con el objeto de obtener tejidos compatibles con el donante del núcleo. En
este momento, por tanto, Bueno defendió que el nuclóvulo no tenía una identidad
somática digna de ser preservada por motivos éticos.
Dos años más tarde, en los “XVII Encuentros de Filosofía” organizados por la
Fundación Gustavo Bueno, dedicados a la finalidad y la teleología, se celebró una
mesa redonda, moderada por Lino Camprubí, titulada “El debate del aborto a la luz de
la idea de teleología” en la que intervinieron Laura Nuño, Íñigo Ongay y yo mismo
(este debate tuvo lugar el día 31 de marzo de 2012, y se encuentra publicado en
Youtube). Íñigo Ongay, en sus intervenciones invocó el argumento de Diodoro Cronos
para defender que la mórula temprana ya tiene la misma individualidad que el feto
posterior: si la mórula no se gemela, como ocurre frecuentemente, aplicando el
argumento victorioso se podría decir que su individualidad era ya necesaria antes de
la implantación y que la gemelación era imposible puesto que no se ha verificado
(minutos 1:16, 1:44 y 2:02). En el coloquio posterior, Gustavo Bueno, que se
encontraba entre el público, también intervino defendiendo la pertinencia de ese uso
del argumento victorioso, y añadió que el argumento de Diodoro no se podía aplicar
“en general”, sino sólo cuando fuera referido a una disyuntiva concreta como podría
ser la del paso del río Rubicón por César: César no sería César si no hubiera pasado
el Rubicón y este feto no sería tal feto si la mórula se hubiese dividido para dar lugar a
dos organismos (en el minuto 1:26 y nuevamente en el minuto 1:41). La interpretación
según la cual el argumento victorioso va referido a un caso concreto en un momento
concreto, hace que cualquiera pueda aplicarlo o dejar de aplicarlo a conveniencia en
cada caso, sin necesidad de justificar cuándo esa aplicación es legítima y cuándo no.
Al aplicarlo, lo único que estamos haciendo es prescribir que determinado
acontecimiento es necesario una vez que se ha producido. En concreto, por lo que
hace al debate sobre la legitimidad ética del aborto provocado, si aplicáramos el
argumento victorioso en el momento que nos pareciera oportuno, entonces se
arruinaría cualquier defensa del óvulo fecundado ya que el individuo humano
resultante de ese cigoto sólo será posible cuando efectivamente llegue a formarse, si
llega a formarse (y, si tiene lugar un aborto, no llegará a formarse con lo cual habría
sido un “organismo imposible”). En ese debate sobre el aborto y la teleología orgánica
se pone de manifiesto cómo el argumento de Diodoro Cronos es incompatible con
cualquier idea de teleología que tenga que explicar un estado de cosas en virtud de un
futuro que está abierto y que puede conseguirse o malograrse. El caso de la
gemelación de la mórula temprana, como ya he argumentado en otro lugar, no hace
referencia a una necesidad lógica (definida, por ejemplo, en el contexto de la lógica de
proposiciones), sino a una posibilidad biológica: de acuerdo con nuestros
conocimientos actuales de biología, sabemos que esa mórula se puede gemelar como
Apéndice
Acéptese, por tanto, que los saberes de los astrólogos son de este tipo: «si
uno, por dar un ejemplo, ha nacido cuando sale la Canícula, ése no morirá
en el mar». Ten cuidado, Crisipo, para no dejar indefensa tu causa, sobre
la que mantienes una gran lucha con Diodoro, vigoroso dialéctico. Y es
que, si es verdadero lo formulado mediante la condición «si uno ha nacido
cuando sale la Canícula, ése no morirá en el mar», también es verdadero
lo de que «si Fabio ha nacido cuando sale la Canícula, Fabio no morirá en
el mar». Por tanto, se opone entre sí lo siguiente: que Fabio haya nacido
cuando sale la Canícula y que Fabio vaya a morir en el mar. Y, ya que se
plantea como cierto, en el caso de Fabio, que nació al salir la Canícula,
también hay oposición entre lo siguiente: que Fabio existe y que morirá en
el mar. Luego también la siguiente formulación consta de términos
contradictorios: «Fabio existe y, además, Fabio morirá en el mar», pues es
algo que, según lo supuesto, no puede ciertamente ocurrir. Luego aquello
de que «Fabio morirá en el mar» es de tal especie que no puede llegar a
ocurrir. Luego, cuanto se diga en falso con referencia al futuro, no puede
llegar a ocurrir.
Mas tú, Crisipo, no quieres aceptar tal cosa, y tu mayor enfrentamiento con
Diodoro se refiere a esto precisamente, porque él dice que sólo puede
ocurrir aquello que es verdadero o que llegará a serlo, y dice que es
necesario que ocurra aquello que llegará a pasar, y que no puede ocurrir
aquello que no llegará a pasar. Tú dices que pueden ocurrir incluso las
cosas que no llegarán a pasar, como que esta gema se rompa, aunque
esto nunca llegará a pasar, y dices que no era de carácter necesario que
Cípselo reinara en Corinto, pese a ser eso lo que se había revelado mil
años antes a través del oráculo de Apolo. Mas, si admites que estas
predicciones son de carácter divino, tendrás que incluir entre las cosas
tales que no pueden llegar a ocurrir aquello que se diga en falso con
Ib., p. 17.
Bibliografía
— BUENO, G. (1989b) Sobre el alcance de una ‘ciencia media’ entre las ciencias
humanas estrictas y los saberes prácticos positivos. El Basilisco 2:57-72.
— BUENO, G. (1993) Teoría del cierre categorial, vol. II. Oviedo: Pentalfa.
— DENYER, N.C. (1981) Time and modality in Diodorus Cronus. Theoria 47:31-
53.
— GASKIN, R. (1995) The Sea-Battle and the Master Argument. Aristotle and
Diodorus Cronus on the Metaphysics of the Future. New York, Berlin: Gruyter.
— HINTIKKA, J (1957) Necessity, universality, and time in Aristotle. Ajatus 20: 65-
90.