Liquidacion Cardiostress
Liquidacion Cardiostress
Liquidacion Cardiostress
NOTAS:
4º. Deliberación y Decisión de la Asamblea o Junta de Socios. Puesta
en discusión la propuesta expuesta por la Gerente, los Socios discuten sobre
los motivos expuestos por el Gerente para disolver la sociedad, propuesta
que deciden aceptar.
Por lo anterior, la JUNTA GENERAL DE SOCIOS, autoriza al Gerente para que
suscriba la Escritura Pública de disolución ante Notario Público y su
correspondiente registro en la Cámara de Comercio.
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Modelo Acta de Disolución aprobada por Junta General de
socios
Acta n. °
A los ___ días del mes de _____ del año ___, siendo las _____am/pm, en
las instalaciones de la empresa _________ , estando presente el ____% de
Accionistas/Socios, con el fin de tratar la disolución y su correspondiente
liquidación de la sociedad_________ (S.A., SAS, Ltda., etc.), previa
convocatoria hecha por el Gerente.
_____________________ ____________________
Presidente Secretario
2.- Una vez iniciado el trámite citado, el Máximo Organo Social, conforme lo
establecido en el artículo 228 ibídem, nombrará a un liquidador principal con su
respectivo suplente, con el fin de que adelante el proceso liquidatorio de la
compañía.
En este orden de ideas, siendo consecuentes con lo expuesto, debe colegirse que
es potestativo de la Junta de Socios reunida conforme las normas legales y
estatutarias pertinentes, y teniendo en cuenta la mayoría decisoria establecida
para tal efecto, proceder a realizar los nombramientos de las personas que
considere idóneas para desempeñar el cargo de liquidador principal y suplente de
la compañía siendo claro que ante la renuncia del principal, asume las funciones
el suplente, a partir de la fecha en que se cancele la inscripción del anterior en
el registro mercantil.
Valga anotar que el ejercicio del cargo que nos ocupa, debe estarse a los
parámetros establecidos por la ley o por los estatutos, en cuanto hace a las
incompatibilidades o inhabilidades que expresamente se consagren. En los
anteriores términos se ha dado contestación a su consulta, no sin antes
manifestarle que los efectos del presente pronunciamiento son los descritos en el
artículo 25 del Código Contencioso Administrativo
Rta/ Para efectos de disolver y liquidar una sociedad constituida por escritura
pública pero no registrada en Cámara de Comercio, se aplican los artículos 218 y
siguientes del C.Co, pues el hecho de que no esté registrada no le quita su
categoría de sociedad mercantil, al determinarlas por las actividades que
desarrolla, por consiguiente, la normatividad mencionada se aplica a todas las
sociedades comerciales, aún a las sociedades de hecho que carecen de escritura
pública (artículo 506 ibídem).
Rta/ La legislación que regula la liquidación voluntaria (Artículos 218 a 259 C.Co),
así como la que reglamenta el trámite de liquidación obligatoria (Ley 222 de 1995
Artículos 149 y siguientes), no establecen un término para la liquidación de las
sociedades mercantiles. En tanto que en la liquidación judicial el artículo 627 del
Código de Procedimiento Civil, señala que el juez una vez en firme el auto que
aprueba el inventario y el balance, fijará un término prudencial al liquidador para
hacer la liquidación, el cual no excederá de seis meses prorrogables a solicitud de
este, artículo 637 ibídem.
Rta/ El liquidador como administrador que es, está sujeto al régimen consagrado
en la Ley 222 de 1995. Por tanto, deberá abstenerse de participar en actos que
impliquen conflicto de intereses con la sociedad, (Artículo 23 numeral 7 ibídem).
No obstante, si existe autorización del máximo órgano social para que el liquidador
adquiera los bienes a liquidar, y dicha operación no perjudica los intereses
sociales, sino por el contrario, resulta en beneficio de la compañía, éste podrá
realizar tal adquisición.
¿Desde qué momento se cuenta el término para enervar la causal de disolución
por pérdidas?
Se recibió su escrito radicado en este Despacho con el número 2010-01-027824 por medio del
cual eleva la siguiente consulta:
“- Qué pasos hay que seguir para efectuar una liquidación voluntaria.
El acta de la junta de socios donde se tome una decisión de liquidar la sociedad, debe
elevarse a escritura pública.
Qué otras cosas debe contener la escritura pública donde se opta por la liquidación (¿acá
debe estar incluido el invenbtario de los bienes de la sociedad y las deudas
correspondientes)?
El inventario que se presenta para la liquidación debe ser en el caso de los bienes raíces, por
su valor catastral, o por su valor comercial”.
Con excepción de la causal contemplada en el numeral 1º del artículo 218 del Código de
Comercio (vencimiento del término de duración de una sociedad) 1, la disolución de una
sociedad comercial observa las reglas de una reforma estatutaria, y como tal, según los
términos del artículo 158 de la misma codificación deberá hacerse por escritura Pública, la
cual deberá registrarse en la cámara de comercio del domicilio social, requisitos sin los cuales
no producirá efecto alguno respecto de terceros.
A la pregunta de la peticionaria tendiente a saber qué “…debe tener la escritura pública donde
se opta por la liquidación…” entiende el Despacho que la pregunta va encaminada a saber
qué documentos se deben protocolizar en la escritura pública de disolución, procede
expresar lo siguiente:
Toda reforma a los estatutos deberá ser aprobada por el máximo órgano social, de cuya
reunión se deberá levantar un acta, que es, junto con el certificado existencia y
representación legal de la entidad, los soportes para su consiguiente solemnización (que
obviamente quedan protocolizados en la escritura pública correspondiente), instrumento que
seguidamente habrá de inscribirse a la Cámara de Comercio del domicilio social, conforme lo
estipula el ya mencionado artículo 158, requisitos sin los cuales, como ya se había esbozado,
no producirá efecto alguno respecto de terceros.
Liquidación Social:
b) Los órganos sociales (junta de socios o asamblea general de accionistas, y junta directiva,
si la hubiere), continúan funcionando durante toda la etapa de la liquidación.
d) Una vez inscrita la disolución en el registro mercantil, es irreversible y ella debe concluir con
la extinción de la personalidad jurídica.
e) Las cuentas del liquidador en la las aprueban o imprueban directamente los socios.
Hecha la anterior reseña, y pasando a las obligaciones de la sociedad frente a los acreedores,
resulta oportuno precisar que respecto al procedimiento para la reclamación de créditos,
para lo cual es importante remitirnos al artículo 226 del Código de Comercio que establece
para el liquidador la obligación, entre otras, de presentar en las reuniones ordinarias de la
asamblea o junta de socios, un inventario detallado, el cual deberá quedar a disposición de
de los socios durante el término de la convocatoria.
A la luz del artículo 234 de la misma codificación, el inventario deberá incluir, además de la
relación pormenorizada de los distintos activos de la sociedad, todas las obligaciones a su
cargo, con especificación de la prelación u orden legal de pago (artículo 2488 y siguientes
del Código Civil), inclusive de las que puedan afectar eventualmente el patrimonio, como las
condicionales, las litigiosas, las fianzas, los avales, etc.
Tal inventario es susceptible de ser objetado por los acreedores por falsedad, inexactitud o
error grave (artículo 235). Tramitadas las objeciones y hechas las rectificaciones a que hubiere
lugar, o vencido el término en que puedan ser propuestas, el inventario será sometido a la
aprobación de la asamblea general o junta de socios.
Igualmente, el artículo 232 de la codificación mercantil, prevé que “Las personas que entren a
actuar como liquidadores deberán informar a los acreedores sociales del estado de liquidación
en que se encuentra la sociedad, una vez disuelta, mediante aviso que se publicará en un
periódico que circule regularmente en el lugar del domicilio social y que se fijará en lugar
visible de las oficinas y establecimientos de comercio de la sociedad.” Ello tiene su razón de
ser en orden a que los acreedores tengan la oportunidad de conocer de manera pronta esa
situación tan especial y definitiva de la sociedad, evitando que sus derechos puedan verse
vulnerados en razón a liquidaciones improvisadas o secretas en las que no tengan la
posibilidad de hacer valer sus acreencias, máxime que puede haber casos en los cuales la
misma sociedad, por múltiples motivos puede desconocer de la existencia de obligaciones a
su cargo, o que estando registradas dentro de la contabilidad de la sociedad, ésta no refleje
fielmente la totalidad de la mismas.
En conclusión, las obligaciones a cargo de la sociedad serán únicamente las que aparezcan
consignadas en el inventario, destacándose la importancia de su presentación de los mismos
en la reuniones de asamblea o juntas de socios (Artículo 226 del Código de Comercio), con
especificación, además, de la prelación de pagos, para que los acreedores, como ya se había
indicado en el presente oficio, tengan la oportunidad de ejercer los derechos a que haya lugar
en orden a que les sean reconocidas y pagadas sus acreencias.
Tal acta se protocolizará en una notaría del lugar del domicilio social, junto con las
diligencias de inventario de los bienes sociales y con la actuación judicial en su caso.
Como puede observarse de la norma en mención, una vez pagado el pasivo externo, se
distribuirá el remanente entre los asociados, distribución se hará constar en acta que se
levante con ocasión de tal previsión legal, la cual dará prueba suficiente de lo hechos que
consten en ella, y será el liquidador el responsable por la veracidad de la información en ella
contenida.
El inventario de la sociedad.
La constancia de aprobación del texto del acta por parte del órgano social; si para tal efecto se
nombró una comisión, el nombre de las personas que la integraron.
Deben registrarse por separado los activos que deban ser devueltos en especie a los
propietarios del ente y clasificar los pasivos según su orden de prelación legal. En el momento
en que conforme a la ley o al contrato sea obligatoria la liquidación de un ente económico, se
deben reconocer todas las contingencias de pérdida que se deriven de la nueva situación.
Cuando la ley así lo ordene se deben reconocer con cargo a las cuentas de resultado, en
adición a las contingencias probables, las eventuales o remotas.
Debe crearse un fondo para atender los gastos de conservación, reproducción, guarda y
destrucción de los libro s y papeles del ente económico.”
“(…)
Descripción
Casos especiales:
Casos especiales:
Organismo
Plazo
Tipo
La liquidación de la sociedad es el período que sigue al acuerdo de disolución.
Contenido
1 Período de liquidación
2 Los liquidadores
o 2.1 Cese de lo administradores
o 2.2 Nombramiento de los liquidadores
o 2.3 Cese de los liquidadores
o 2.4 Duración en el cargo
o 2.5 Facultades del liquidador
3 Interventores
4 Balances
7 La escritura
o 7.1 Manifestaciones que debe contener
o 7.2 Documentos a incorporar y descripción de bienes
8 Publicidad
9 La inscripción
o 9.1 De los liquidadores
o 9.2 De la extinción de la sociedad
10 Cierre registral
11 Legislació básica
12 Legislación citada
13 Recursos adicionales
o 13.1 En contratos y formularios
o 13.2 En doctrina
Período de liquidación
Conforme al art. 371.1 de la Ley de Sociedades de Capital (LSC), (antes art. 109 de la Ley de
Sociedades de Responsabilidad Limitada), la disolución de la sociedad abre el período
de liquidación.
La ley utiliza la expresión período, ya que, normalmente, habrá un lapso de tiempo entre el
acuerdo de disolución y el final de la liquidación. Pero, es posible que la la disolución y
liquidación puedan, en algunos casos, ser simultáneas (cuando la sociedad ya no tiene
deudas que pagar ni créditos que cobrar).
Según el art. 371.2 LSC, (antes art. 109.2 LSRL):
La sociedad disuelta conservará su personalidad jurídica mientras la liquidación se realiza.
Durante este tiempo deberá añadir a su nombre la expresión en liquidación.
Tenemos, pues, una disolución (automática o acordada) y su consecuencia es que se abre el
período de liquidación, cesan los administradores, entra en juego la intervención de los
liquidadores, cumplida su misión (liquidar) procederá la redacción de balance y su aprobación
por la Junta, concluyendo con la pertinente adjudicación del remanente entre los socios, el
otorgamiento de la escritura y la inscripción en el Registro Mercantil con la debida publicidad.
Explica la finalidad de la liquidación, de forma muy clara, la Sentencia de Tribunal Supremo
(STS) (Sala Primera) nº 664/2003, de 2 de Julio 2003, [j 1] diciendo:
La liquidación de la sociedad va dirigida a la determinación de la existencia o inexistencia de
un remanente de bienes repartibles entre los socios para, previa satisfacción de los
acreedores sociales, en su caso, proceder a su reparto y a la cancelación de los asientos
registrales de la sociedad; las operaciones de liquidación vienen sometidas, en su práctica, a
normas de carácter imperativo a las que han de ajustarse los liquidadores, sin que aquéllas
queden al arbitrio de éstos, pues tales normas están dadas en función de la protección de los
acreedores sociales.
Y también tiene gran claridad la doctrina de la Resolución de 23 de julio de 2001, de la
Dirección General de los Registros y del Notariado (DGRN) [j 2] que dice:
La liquidación no es sino un procedimiento independiente , aunque derivado de la
disolución, integrado por una serie de operaciones conducentes a extinguir sus
relaciones jurídicas de la sociedad tanto con terceros como con sus propios socios Para
culminar con la extinción definitiva de la aquélla. Durante ese periodo la sociedad
sobrevive, conservando su personalidad jurídica , pero sujeta a un status especial, por
cuanto con la disolución se pone fin a su vida empresarial activa (cfr. artículo 267.1) Para
pasar a realizar las actuaciones tendentes tan solo a lograr aquellos fines tal coma resulta de
la enumeración de facultades de los liquidadores contenidas en el artículo 272 de la Ley.
Analizaremos varias cuestiones.
Es liquidador la/s persona/s que nombre la Junta General, pero siguiendo las normas
estatutarias, si existieren; la mayoría, salvo otra previsión en los estatutos, será la normal
del artículo 198 LSC, (antes art. 53.1 LSRL); es decir, un tercio de los votos .... Y si nada
dicen los estatutos y nada dispone la Junta General, los administradores serán los
liquidadores.
En el caso de vacantes, debe tenerse en cuenta el art. 377 de la LSC que después se
menciona.
Ahora bien, disuelta una sociedad se debe proceder de manera inmediata a su
liquidación, para lo cual el órgano social correspondiente, deberá realizar el
nombramiento del liquidador, conforme lo consagran de manera expresa los
artículos 226 y siguientes de la legislación mercantil, teniendo en cuenta que
"Quien administre bienes de la sociedad y sea designado liquidador, no podrá
ejercer el cargo sin que previamente se aprueben las cuentas de su gestión por la
asamblea o por la junta de socios. Si transcurridos treinta días desde la fecha en
que se designó liquidador, no se hubieren aprobado las mencionadas cuentas, se
procederá a nombrar nuevo liquidador" (artículo 230 ídem.).
Finalmente, según los lineamientos del artículo 255 de la obra citada, las
personas designadas como liquidadores de una sociedad "serán responsables ante
los asociados y ante terceros de los perjuicios que se les cause por violación o
negligencia en el cumplimiento de sus deberes".
Puede ser una situación recurrente. Usted tiene una sociedad y desea liquidarla
voluntariamente, ¿cómo hacerlo? En esta guía se lo explicamos paso a paso.
Paso uno. Realizar una reunión de Junta de Socios o Asamblea de Accionistas
que aprueben la disolución.
• Valor de la inscripción.
• Impuesto de registro a favor del Departamento de Cundinamarca y del
Distrito Capital de Bogotá, por una tarifa equivalente a cuatro (4) salarios
mínimos diarios legales vigentes.
Paso seis. Pagar pasivo externo. Esto también debe hacerlo el liquidador.
Asimismo, deberá realizar el pago de las obligaciones fiscales y efectuar la
declaración de renta final.
Paso siete. Distribuir remanentes entre socios o accionistas. Por parte del
liquidador.
Se debe tener en cuenta que la cuenta final de liquidación, como mínimo, debe
contener:
• Inventarios.
• Balance general.
• Estado de pérdidas y ganancias.
• Pasivos de la entidad.
• Se solicitó el estado de cuenta a la DIAN.
• Pago de pasivos.
• Indicación del remanente.
• Destinación del remanente.
Paso 10. Realizar el registro del acta de la cuenta final de liquidación ante la
Cámara de Comercio.
Para ello, debe presentarse copia del acta, totalmente legible para garantizar su
reproducción por medios electrónicos.
En esta diligencia, se deberá cancelar una tarifa de impuesto de registro del
0.7% sobre el valor de los remanentes de la empresa después de pagar su
pasivo externo. En el caso de que no haya remanente a repartir se pagará como
un acto sin cuantía.
Por la anterior razón, es indispensable cumplir con todos y cada uno de los
pasos contemplados en la ley para la liquidación del patrimonio social, y
porque la pretermisión de uno cualquiera de ellos, podría abocar a los
acreedores externos a ver burlada su acreencia, puesto que si no tienen la
oportunidad de conocer que la compañía está disuelta y en proceso de
liquidación, no van a tener la posibilidad de hacer valer sus acreencias o de
discutirlas si es que están siendo cuestionadas por la propia sociedad.
“PRIMERO: El artículo 457 del Código de Comercio, determina que una sociedad anónima
incurre en causal de disolución por pérdidas cuando las mismas disminuyen el patrimonio neto
por debajo del 50% del capital suscrito.
“SEGUNDO: El artículo 459 del Código de Comercio consagra que, cuando se generen
pérdidas que afecten el patrimonio por debajo del cincuenta por ciento del capital social, el
máximo órgano social deberá enervar esta causal de disolución, ya sea con la venta de bienes
sociales valorizados, con la reducción de capital suscrito, la emisión de nuevas acciones, o
cualquiera otra que manera que evite que la sociedad se declare disuelta y se proceda a su
inmediata liquidación.
“PETICIÓN
“2. Respecto a una capitalización de acreencias en una sociedad anónima, frente a asociados
o con personas ajenas a la compañía, la Superintendencia de Sociedades se ha pronunciado
en diversas oportunidades, entre los cuales encontramos el Oficio 220- 64315 del 20 de
noviembre de 2006, en donde en las partes pertinentes se expresa:
“En esa oportunidad, mediante Oficio 220- 14428 del 30 de abril del 2001, se expresó:
“En efecto, en el oficio citado así como en el 220-16747 de agosto 31 de 1994, esta Entidad
expone con amplitud el criterio conforme con el cual en el caso de capitalización de utilidades
o en la capitalización de acreencias no se requiere un reglamento de colocación de acciones,
entre varias razones, porque esta capitalización surge con un acuerdo previo entre la sociedad
y el futuro receptor de acciones que son emitidas no a través de un reglamento, sino derivadas
de una decisión previa del máximo órgano social, tomada en los términos de la ley y de los
estatutos, la que no responde a los lineamientos de una oferta y por tanto no requiere
ajustarse a los requisitos del artículo 385 del Código de Comercio.
“Así mismo, se expone que no se obtienen en ese evento recursos en el entendido, que no
ingresa liquidez o un activo representado en dinero efectivo diferente a los que ya tiene la
empresa, sino que se utiliza este medio para extinguir una obligación en contra de la empresa;
medida que al ser utilizada permite que el patrimonio aumente en la medida en que
desaparece un pasivo a cargo de la sociedad.
“Desde luego, esta Superintendencia ha entendido el respeto que debe darse al derecho de
preferencia que confiere la ley siempre que se busque la capitalización de la compañía, razón
por la cual, sobre este particular, ha expuesto su criterio también en los siguientes términos:
“En consecuencia, por los argumentos expuestos en los oficios citados respecto a la
capitalización de acreencias, es claro para este Despacho que amén del procedimiento
indicado los derechos de los accionistas siempre estarán garantizados cuando quiera que se
tomen decisiones encaminadas a capitalizar acreencias”.
“De lo expuesto resulta claro que la capitalización de acreencias a favor de accionistas o de
terceros, es una operación jurídicamente viable, donde no se requiere de elaborar reglamento
de colocación de acciones, basta que así lo decidan los accionistas reunidos en asamblea
general, renunciando al derecho de preferencia con las mayorías legales o estatutarias
establecidas para el efecto y que la compañía cuenta con acciones suficientes en la reserva”.
Finalmente, el artículo 456 del Código de Comercio, prevé lo atinente con la regulación acerca
de la absorción de pérdidas; ante lo cual pueden verse los oficios que este Despacho en ese
sentido ha proferido, fijando su posición doctrinal sobre este tema, tales como: Oficio 220-
027356 del 5 de junio de 2002, Oficio 100-006083 de febrero 22 de 2002. Todo eso sí, de
conformidad con el plazo establecido en el artículo 24 de la Ley 1429 de 2010, para efecto de
enervar la causal de disolución prevista en el numeral 2 del artículo 457 del Código de
Comercio.
Es decir, el plazo para enervar la casual de disolución es de dieciocho meses, sin embargo,
entre más pronto se enerve la causal, será mucho mejor para la situación financiera,
administrativa, y jurídica de la sociedad.
Adicionalmente, la ley no ha fijado plazo para la capitalización de las acreencias, salvo pacto
estatutario o decisión del máximo órgano social, como si lo ha fijado para enervar la causal de
disolución, lo cual deberá realizarse dentro del plazo mencionado, si se adopta aquella
alternativa.
Ahora bien, una vez hecha la capitalización de acreencias todo se confunde en un mismo
rubro denominado capital que puede ser utilizado en los términos previstos en la ley incluida
enjugar las pérdidas.
En los anteriores términos, se ha dado contestación a su consulta, en los plazos de ley, no sin
antes advertirle que los efectos del presente pronunciamiento son los descritos en el artículo
28 del Código Contencioso Administrativo.
TRÁMITE DE DISOLUCIÓN Y
LIQUIDACIÓN VOLUNTARIA DE UNA
SOCIEDAD
Más allá de los requisitos necesarios para llevar a cabo la disolución y liquidación
voluntaria de una sociedad, vale la pena resaltar algunas particularidades de este
proceso:
¿Es posible que los asociados puedan recibir anticipadamente el pago del
remanente, esto es, antes de que se haya cancelado en su totalidad el pasivo
externo de una sociedad?
Por regla general, los asociados solo tienen derecho al pago del remanente una
vez los pasivos externos de la sociedad han sido cancelados en su totalidad, en
proporción a su aporte. Sin embargo, excepcionalmente los asociados puedan
recibir antes que terceros acreedores la parte de los activos sociales que excedan
el doble del pasivo que aparezca en el inventario social al momento de hacerse la
distribución. Esta regla permite que los activos sociales puedan ser distribuidos
anticipadamente cuando la sociedad se encuentra fortalecida patrimonialmente, es
decir, cuando se cumple con la proporción indicada, sin ninguna formalidad
especial.