El Silencio Perfecto para Ensayo
El Silencio Perfecto para Ensayo
El Silencio Perfecto para Ensayo
EL SILENCIO PERFECTO
Tomamos a manera de introducción de este apartado algunas definiciones del poeta Paul
Celan:
1.
silencio
yo me uno al silencio
yo me he unido al silencio
y me dejo hacer
me dejo beber
me dejo decir»
2.
En una crítica a un libro del gran ensayista y poeta e íntimo amigo de Pizarnik, Héctor
Murena, Alejandra dice: «Al esperarlo todo de la palabra es muy posible que solo llegue
la fe en el silencio». Como ocurre con la mayoría de los escritores, en su crítica parece
estar hablando de ella misma. Y cita la gran novela Hiperión de Hölderlin. “Desearías
un mundo por eso lo tienes todo y no tienes nada». Y demostrando un conocimiento del
tema que delata esa «filiación existencialista» ignorada por la mayoría de los estudios
que le fueron consagrados, cita palabras de un poema en prosa de Heidegger que se
llama La voz del camino: «Y la voz nos conduce a la patria donde están nuestros
orígenes», que en Heidegger y en Hölderlin hacen a la Grecia presocrática. Con todos
estos recuadros resulta inevitable pensar en la cercanía de Alejandra con el
existencialismo.
Habíamos dicho que esa « flor no lejos de la noche», no aún en la noche pronto
habitaría ese «espacio privilegiado de lo oscuro». En el concepto heideggeriano la
noche es sagrada porque los dioses han huido, y en su elegía Hölderlin menciona en el
mismo plano, en retirada, a Hércules, a Dionisio y a Cristo. Es la noche del mundo. El
predominio de la técnica. El mundo contemporáneo. El triunfo del concepto de eficacia
relegando la angustia de la existencia. En esta circunstancia, en la que Heidegger
incluye al amado Rilke de Alejandra: los poetas como custodios del ser. Los que ponen
en riesgo lo más preciado: el lenguaje. La frase es célebre: «Poesía es fundación del ser
por la palabra ». Siguiendo con Heidegger «Poesía no es un modo más elevado del
habla cotidiana. El hablar cotidiano es un poema olvidado y agotado por el desgaste y
del cual apenas podemos oír». Justamente: el habla como son del silencio. En este punto
uno está tentado de considerar a Alejandra como una de los « poetas en tiempos de
penuria» que cantan en la noche del mundo. Una más que peregrina de tierra en tierra en
la noche sagrada como los sacerdotes del dios del vino.
3.
escribiendo
he pedido, he perdido.
he implorado tanto
desde el fondo de los fondos
de mi escritura.
4.
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.
También se nombra o alude como «la de los ojos abiertos». Escribe: «Hay que salvar al
viento», verso que luego rectificará en una carta a su analista. Se nombra como «la
enamorada». Estos poemas aún la conectan con cierta tradición iniciada por Alfonsina
Storni, tal vez incluso con cierto orden patriarcal. No es aún la Alejandra desaforada y
temible de los últimos libros.
Escribe con cierta candidez que conforma un estilo que le es propio: «pequeña estatua
de terror». Le dedica un poema a Rubén Vela, compañero del grupo Poesía Buenos
Aires, de quien estuvo enamorada y a quien luego dedicará Las aventuras perdidas.
Cierra el libro con dos poemas esenciales: Poema para Emily Dickinson y Solo un
nombre. Este es el primer libro que firma con su segundo nombre: Alejandra. Puede
advertirse claramente que la poeta, de veinte años, es algo más que una promesa.
(…) y ya que dije vivir debo hablar de poesía, de la mía de la que estoy haciendo
de la que está haciéndome...Comienzo a tener conciencia de ella, la quisiera lo
más sencilla posible, desnuda, esencial, inocente».
En 1958 aparece Las aventuras perdidas dedicado a Rubén Vela y con epígrafe del
poeta expresionista Georg Trakl:
dato que no es menor porque esa ardiente enamorada del viento que nombra Trakl
parece uno de los sujetos textuales que Alejandra usó para decirse en los poemas. En ese
breve fragmento, Trakl parece ser más Pizarnik que Pizarnik misma. Destacamos
algunos recursos utilizados por la poeta:
sin ti
el sol cae como un muerto abandonado
sin ti me tomo en mis brazos
y me llevo a la vida
a mendigar fervor.
Movimientos del sujeto, duplicación del yo que se toma en sus propios brazos para
llevarse a la vida. Subrayamos otro poema crucial. El que dedica a su psicoanalista León
Ostrov y que tiene un título por demás acertado: El despertar. Allí, en medio de
imágenes audaces, repite una y otra vez como una plegaria aterrada:
Señor
que haré con el miedo
que haré con el miedo.
Esta forma de plegaria nos dice qué va a hacer con el miedo: poesía. Una obra. Y esta
posición es una ética si volvemos a esta línea de Hölderlin: «Es poéticamente como el
hombre habita esta tierra».
Luego del devaneo de Alejandra entre las carreras de periodismo, letras y filosofía, Ana
María Barrenechea cuenta esta anécdota: « Estábamos en la 9 de julio y Viamonte y a
veces había un coche de caballos que nos paseaba de noche. Paseamos por la ciudad y
al pasar frente a la Facultad de Filosofía y Letras y Alejandra en esa exultación
escupió sobre Viamonte en un ataque de ruptura con lo académico y nos moríamos de
risa » .Tal vez la universidad neurótica de los cuerdos se nutre de las revelaciones de los
locos, existe por parte del sistema una apropiación neurótica y repetitiva de las
creaciones de unos pocos.
«Alejandra era mucho menor que yo... la conocí cuando tendría 34 años y ella
18, en un bar que se llamaba La Fantasma, bueno, ella se acercó para
preguntarme si yo era yo, y darme unos poemas que tenía, y que correspondían al
primer libro que publicó después, un libro que ella misma hizo desaparecer; lo
retiró de todas las personas a quien se lo había dado, no estaba de acuerdo con
ese libro. Era un ser muy especial Alejandra, si estaba en una reunión trataba de
ser un poco el centro, de ser brillante, conversadora, alegre, pero cuando se
quedaba con las personas que tenía mucha confianza se desmoronaba. Era muy
angustiada, era agónica casi por naturaleza. Sumamente angustiada. A mí me
pedía certificados, cuando se sentía muy mal me llamaba por teléfono a cualquier
hora, entonces yo le daba certificados que decían por ejemplo: "yo, gran sibila
del reino, certifico que a Alejandra Pizarnik no se le cruzará ninguna mala
sombra, ningún pájaro negro se posará sobre su hombro; a su paso se abrirán
todos los caminos luminosos...". Entonces eso le duraba unos días, después me
decía: "bueno, ya se me gastó, por favor hazme otros».
« (…) era como si ella lo esperara todo de la palabra y muy poco de la vida en sí.
No sé, uno no puede construirse una casa permanente con la palabra, uno
necesita muchas otras cosas».
5.
Hacia 1960 hace su viaje iniciático a París, hecho crucial en su vida y en su obra pues es
allí donde terminará por definir el “tono” de su poesía. Leemos fragmentos de algunas
cartas a su terapeuta León Ostrov en 1960, mientras trabaja en varios de sus mejores
poemas: « o lo hacés y trabajás como una mujer adulta o vas al Sena y das el sonido de
un cuerpo menos»,
Subrayamos este párrafo: «Dos semanas sin ver nada, sin visitar a nadie, sino como
empujada por alguien o algo terriblemente fuerte y yo me decía trabaja, si trabajas te
vas a salvar. ». «No tengo miedo de morir tengo miedo de esa tierra ajena, agresiva,
tengo miedo del viento”. Invierte el «hay que salvar al viento» por «hay que salvarse del
viento».
«Trabaja», ese imperativo que el vital escultor Rodin dio como cura y clave a su
discípulo Rainer María Rilke; «Trabajar es vivir sin morir»
«Yo no sé hablar como todos. Mis palabras suenan lejanas y vienen de lejos»
Y ese silencio perfecto tan buscado parece plasmarse en los poemas breves de Árbol de
Diana (1962) donde la poeta parece haber hallado la tónica de su voz.
1.
«He dado el salto de mí al alba.
He dejado mi cuerpo junto a la luz
y he cantado a la tristeza de lo que nace. »
3.
«solo la sed
el silencio
ningún encuentro »
13
«explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome »
18
«como un poema enterado
del silencio de las cosas
hablas para no verme »
23
«una mirada desde la alcantarilla
puede ser una visión del mundo »
28
«te alejas de los nombres
que hilan el silencio de las cosas»
31
«Es un cerrar los ojos y jurar no abrirlos. En tanto afuera se alimenten de relojes
y de flores nacidas de la astucia. Pero con los ojos cerrados y un sufrimiento en
verdad demasiado grande pulsamos los espejos hasta que las palabras olvidadas
suenan mágicamente. »
38
«Este canto arrepentido, vigía detrás de mis poemas:
este canto me desmiente, me amordaza. »
Con respecto a este último poema vale relacionar que Rilke escribe en sus Sonetos a
Orfeo: « El canto es existencia» « Cantar es ser. »
Es decir el poetizar procura existencia. Dice un verso de Rilke: solo el canto sobre la
tierra celebra y consagra.
6.
En el libro El alma romántica y el sueño, de Albert Beguin, que muchos señalan como
el libro favorito de Alejandra, hay un bello análisis de Hölderlin, con la cita de un
poema del autor:
Es decir, todas las frases del final de este poema de Alejandra pertenecen a Hölderlin, lo
que es asombroso porque es “ciento por cien Pizarnik” y nadie podría pensar que el
gran poeta alemán escribe de modo similar a Alejandra. Este ejemplo perfecto de
intertextualidad nos muestra que la poesía es un campo mucho más extraño, vasto y
misterioso de lo que podemos imaginar.