LUCIEN FEBVRE
COMBATES POR LA HISTORIA
Traduccién castetiana de
FRANCISCO J. FERNANDEZ BUEY
uw ENRIQUE ARGULLOL
Dura
CS, “ce
EDITORIAL ARIEL
BARCELONA - CARACAS - MEXICOy amplios. Se precisa una visién clara de las cosas. Es
necesario trabajar de acuerdo con todo el movimiento
de su tiempo. Hay que tener horror de lo pequefio, de
Jo mezquino, de lo pobre, de lo atrasado, En una pala.
bra: hay que saber pensar.
Eso es lo que, por desgracia, falta a los historiadores,
sepamos reconocerlo, desde hace medio siglo, Y eso es
lo que no debe faltarles ya. De lo contrario, a Ia
gunta “ghay que hacer historia?” yo os dirfa muy claro:
responded que no, No perdais vuestra vida. No tenéis
este derecho. Por lo demés, una vision clara y amplia
de Tas zelaciones que wnen a ln historia con lax demas
ciencias no es un impedimento para captar los proble-
mas coneretos y pletesros ie forma positive £ pede.
tica. {Al cantrariof Eso es lo que intentaré poner de ma-
nifiesto Ta préxima vez. ¥ si acaso los historiadores to-
man mas gusto e interés por esas lecciones que por su
introduccién, les pedirfa que pensaran, simplemente,
que toda sirve. Y que una buena cultura general es
para el arquitecto quiza mas wit! que nna buena prdc-
tica de los secretas de la albaiileria,
Eso es lo que yo queria deciros hoy sin afectacién,
¥ dar las gracias porque lo habéis escuchado sin fa.
tiga.
DE CARA AL VIENTO
MANIFIESTO DE LOS NUEVOS “ANNALES”
Desde 1929, los Annales han ido apareciendo con-
tinuamente. ;
Ni un solo afo, fueran las que fuesen las calamida-
des que se cernian sobre Francia y el mundo, los An-
nales desertaron de su doble tarea cientifica y eduea-
cional. ;
Los Annales contingan. En un clima nuevo, con fér-
inulas nuevas, Y un nuevo titulo,
“Qué guste el cambio! Primero se Mamaron
Annals a Fteroik, ‘Economique et Sociale. Después
‘Annales @Histoire Sociale. Mas tarde Mélanges d'His-
toire Sociale. Y ahora ANNALES sin mas. Con el lar
go subtitalo siguiente: Economies, Sociétés, Civilisa-
tions.”
Podriamos responder que esos cambios fueron en
parte fortuitos. Pero gpara qué cxcusarnos? Bloch y yo
{uisimos, en 1829, wos Annales vivientes. ¥ yo espero
jue los que por largo ticmpo atin prolonguen nuestro es-
fherzo prolongaréa tambien nuestro deseo, Porqiie vivir
es cambiar.
Semtimos gtan admiracién ~-y es para admirar—
ante esas grandes revistas que sc instalan en una parcela
del saber con Ia conciencia tranquila, con la indiferente
39placidez de una pirdmide de Egipto. Alli estén. Y allt
se quedan, De lejos dan la impresién de una imagen
majestuosa. Pero de cerca son tumbas. En el centro de
sa masa, las pirdmides tienen cautivo a un muerto ilus.
tre y momificado. ;Viva el cemento y el vidrio transpa-
rentel Cuando su unién no responde ya a las nuevas
necesidades, se le echa abajo sin pena ni remordimien,
to. Se reconstruye. Se vuelve a dmpezar. Ee otro f
pulso: Ia fuerza en expansién de esas grandes ciud:
des de América que cada diez aiios reedifican sus
avenidas y echan nueva piel.
Los Annales cambian, porque a su alrededor todo
cambia: los hombres y las cosas. En una palabra: el
mundo. El mundo del $8 no era ya el del 29. Qué
decir del mundo del 42 0 del 46? Qué decir que sea
justo y eficaz?
Porque, cominmente, vamos orquestando el tema
roméntico “de las ruinas. Vamos descontando las cen.
trales eléctricas, los viaductos y los pucntes, los barrios
de las ciudades y los pueblos olvidados. ¥ aiiadimos con
Jos ojos abiertos por la inguietud, en voz baja: “Y ta
bomba atémica... E) mundo esti arruinado!” gArrui-
nado? Hay algo distinto y mis grave que las ruinas: la
Protisiosa accleractén de la velocidad que acerca vio~
lentamente los continentes, est aboliendo los océanos,
suprime los desiertos y pone en brusco contact grupos
humanos cargados de electricidades contrarias, Jos tas
obstinados hasta ahora en “conservar las distancias” en
moral como en fisica: contacto brusco, cortacircuito.-.
Por eso es por Jo que, en esencia, nuestro mundo
esta destruido, Yer vital darse enenta, Quies oles
ojos para Tas ruinas se consuela pronto: “Paciencia...
Al cabo de uno, dos, diez afios, todo se habré restau.
tado, Todas las’ estacioncs dle metro volverin a estar
abiertas. Se habrin arreglado las carreteras. Y. habré
pl&tanos en todas las fruterias”.— Falsa seguridad,
Asimismo, hay una cierta forma de pensar sobre la
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i we nos perturha también peligrosamente:
rele blcma de"cambios. Ya. se ha resuelto en el
dmbito de las fronteras nacionales. Se trabaja para resol-
yerlo a nivel continental. Se resolverd, claro esti, a
nivel de todo cf planeta, Cuestién de tiempo, de estu-
dio, de material. Principalmente de material..." Es Ja
jlusién del ingeniero. ¥ también del politico, redeado
de funcionarios a quienes se ha tenido uc onsefiar
a para qne sepan manejar a los hombres,
see certo que hay problemas técnicos. ¥ problemas
econémicos. Pero el problema que cuenta para ol futur
ro de Ja humanidad es el problema humano. Problema
que en 1982, al volver de una visita a la Exposicidn
Colonial donde habia visto manifestarse, irresistible, la
nueva osadia, yo planteaba en los términos siguientes:
“EI historiador vuelve a bajar a la ciudad, meditando
sobre todos los desarraglos que se producen en la his-
toria, las variaciones alternadas de las distancias entre
razas, entre pucblos: unas, las distancias materiales, se
hacen cada dia més pequefias; otras, las distancias mo-
rales, son enormes, quizas infranqueables”.— Ahi resi-
de el drama, El drama de !a civilizacién. En 1932 se
anunciaba. En 1946 est4 en juego.
“Nosotras, civilizaciones, sabemos ahora perfecta-
mente que somos mortales.” Esta frase, que Valéry
escribié a finales de los afios veinte, tuvo una gran reso-
nancia, Para el historiador, por lo demds, no era una
voz completamente nueva: el viejo Ballanche (para 20
citar mAs que un ejemplo) ya habia dicho textualmente
lo mismo en 1817. En uno y otro casa, reflexién de
sinjestrados. Claro ‘que Ballanche podia tener tal opi-
nién porque era ciudadano de una Europa prestigiosa
y que se sentia y se proclamaba Ia tierra civilizada por
excelencia, a pesar de las risitas burlonas de Fourier,
Pero gy Valéry? Ya en tiempos de los Regards sur le
monde actuel el problema no es tanto saber si nuestra
civilizacién, que seguimos Hamando Ja civilizacién, va
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