Obra Dramatica 7

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La rosa egoísta

Descripción: Rosa, la flor más bella del jardín, expulsa al sapo por
pensar que es demasiado feo. Pronto su vanidad recibirá una gran
lección.

Personajes: Rosa, Sapo, Araña, Gusano, Caracol

ACTO ÚNICO

Se abre el telón y vemos un hermoso jardín en el escenario, repleto de


plantas y flores. En el centro se encuentra la rosa, bella como ninguna
y sentada sobre una mata de hojas. Justo debajo, el sapo bosteza
perezosamente.

Rosa: ¡Qué linda mañana! Me encanta amanecer en mi bonito jardín.

El sapo croa y la expresión amable de la rosa cambia por una de


desagrado.

Rosa: Ay, pero aquí sigue ese sapo tan feo que arruina mi imagen.
¿Por qué se tiene que sentar tan cerca de mí? ¡Oye tú!

Sapo: ¿Yo?

Rosa: Si tú, te estoy hablando a ti. ¿No crees que es muy inapropiado
que te sientes debajo de mí?

Sapo: ¿Inapropiado? Pues la verdad es que no veo porque.

Rosa: ¡Solo mírate! Eres demasiado feo. ¡No soporto verte! La gente
me admira de lejos pero no se me acerca porque tú los espantas con
tu fealdad. ¿Por eso sabes qué? Tienes que irte. ¡No te quiero más en
mi jardín!
El sapo agacha la cabeza con resignación.

Sapo: Está bien, si eso es lo que quieres, me iré.

El sapo sale de escena y la rosa sonríe satisfecha.

Rosa: ¡Ahora sí, mi jardín es el más bonito!

La rosa se dispone a tomar el sol muy contenta, cuando entra en


escena la araña. Esta se acerca hasta ella maliciosamente y le
acaricia un pétalo.

Araña: Vaya, vaya, hasta que te encuentro solita.

Rosa (asustada): ¿Quién eres tú?

Araña: Solo una araña muy hambrienta, hace mucho tiempo que
quería probar uno de tus pétalos. ¿Sabrán tan ricos como se ven?

Rosa: ¡No, por favor! ¡Déjame en paz!

El gusano entra por el otro lado del escenario y se acerca también a la


risa, riendo malvadamente.

Gusano: Seguro que saben deliciosos, yo también tengo antojo de


rosas.

La araña y el gusano juegan con los pétalos de la rosa, mientras ella


intenta quitárselos de encima. En ese momento llega el caracol
arrastrándose.

Caracol: ¡Eh, no pensaran comérsela toda! Tienen que compartir, yo


también quiero ver a que sabe la rosa.

Araña: Descuida, seguro que hay suficiente para todos.

Gusano: Sí, mírenla, está tan linda y enorme. Y huele tan bien. ¡Será
un festín riquísimo!

Rosa: ¡No, por favor!

El sapo aparece de repente y va saltando hacia ellos.


Sapo: ¡Déjenla! ¡Aléjense de ella, alimañas!

Los villanos retroceden asustados al ver al sapo.

Araña: ¡Ay no, el sapo está de vuelta!

Caracol: ¡Qué mala pata! ¡Pensé que se había ido para siempre!

Gusano: ¡Yo también, que injusto!

Sapo: Pues ya estoy de vuelta, ¡así que largo antes de que me los
trague a todos!

Los insectos se alejan corriendo despavoridos.

Rosa: ¡Ay, sapo querido! Muchas gracias por salvarme. Después de lo


mala que fui contigo, me siento muy avergonzada.

Sapo: Ahora entiendes que si estaba en tu jardín era para cuidarte de


esas alimañas, ¿verdad?

Rosa: Sí y lamento mucho haberte expulsado. Ahora sé que no


debería discriminar a nadie por su aspecto, ¿me perdonas, sapito?

Sapo: Claro que sí.

Ambos se abrazan.

FIN

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