Las Drogas en Los Adlescentes y Jovenes
Las Drogas en Los Adlescentes y Jovenes
Las Drogas en Los Adlescentes y Jovenes
LOS
ADLESCENTES Y
JOVENES
LAS DROGAS
La adicción es muy similar a otras enfermedades, como por ejemplo una enfermedad
cardíaca. Ambas perturban el funcionamiento normal y sano de un órgano del cuerpo,
tienen graves efectos perjudiciales para la salud y son, en muchos casos, prevenibles y
tratables. Sin tratamiento, pueden durar toda la vida y causar la muerte.
Para sentirse bien. Las drogas pueden producir sensaciones intensas de placer. A esta
euforia inicial le siguen otros efectos que varían según la droga que se consuma. Por
ejemplo, con estimulantes como la cocaína, después de la euforia siguen sensaciones de
poder, autoconfianza y más energía. En contraste, a la euforia que causan los opioides
como la heroína le siguen sensaciones de relajación y satisfacción.
Para sentirse mejor. Algunas personas que sufren de ansiedad social, estrés y depresión
comienzan a consumir drogas para intentar sentirse menos ansiosas. El estrés puede ser
un factor importante para comenzar y continuar el consumo, y también influye en las
recaídas (es decir, la vuelta al consumo de drogas) de los pacientes que se están
recuperando de la adicción.
Si las drogas hacen que la gente se sienta bien o mejor, pero ¿cuál es el problema?
Cuando una persona comienza a drogarse, tal vez perciba lo que parecen ser efectos
positivos. También puede creer que puede controlar el consumo, pero las drogas se
pueden apoderar muy rápido de la vida de una persona. Con el tiempo, si el consumo de
la droga continúa, otras actividades placenteras se vuelven menos placenteras y la persona
tiene que consumir la droga solo para sentirse "normal". Controlar la necesidad de
consumir la droga se hace difícil, aun cuando el consumo cause muchos problemas para
el consumidor y para sus seres queridos. Algunas personas pueden comenzar a sentir la
necesidad de consumir mayores cantidades de la droga o consumirla con más frecuencia,
incluso en las etapas iniciales del consumo. Estas son las señales que indican que hay
adicción.
La decisión inicial de consumir drogas por lo general es voluntaria. Pero con el consumo
continuo, la capacidad de una persona para auto controlarse se puede deteriorar
gravemente; esta disminución del autocontrol es el sello distintivo de la adicción.
Los factores biológicos que pueden afectar el riesgo de una persona de convertirse en
drogadicta incluyen los genes, la etapa de desarrollo en la que se encuentra, e incluso el
sexo y la raza. Los científicos estiman que los genes—incluidos los efectos que los
factores ambientales tienen en la expresión génica de una persona (llamados epigenética)
representan entre un 40 % y un 60 % del riesgo de adicción de una persona. Además, el
riesgo de consumo y adicción a las drogas es mayor en los adolescentes y en las personas
que sufren de trastornos mentales que en otros grupos.
Los factores ambientales son los que se relacionan con la familia, la escuela y el
vecindario. Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de una persona se cuentan:
Los compañeros y la escuela. Los amigos y otros compañeros pueden tener una
influencia cada vez mayor durante la adolescencia. Los adolescentes que
consumen drogas pueden convencer hasta a quienes no tienen factores de riesgo
de que prueben las drogas por primera vez. Tener dificultades en la escuela o
poseer pocas habilidades sociales puede aumentar aún más el riesgo de que un
niño consuma drogas o se vuelva adicto.30
¿Qué otros factores aumentan el riesgo de adicción?
Las primeras interacciones de los niños con la familia son cruciales para su desarrollo
sano y para el riesgo que tienen de consumir drogas.
El consumo desde muy joven. Si bien el consumo de drogas a cualquier edad puede causar
adicción, las investigaciones indican que cuanto más joven es la persona cuando comienza
a drogarse, más posibilidades tiene de sufrir problemas graves.31Esto puede deberse al
efecto perjudicial que las drogas pueden tener en el cerebro que está todavía en
desarrollo.32 También puede ser el resultado de una combinación de factores tempranos
de carácter social y biológico, entre ellos la falta de un hogar o una familia estable, el
abuso físico o sexual, los genes o una enfermedad mental. De todas maneras, el hecho es
que el consumo a temprana edad es un fuerte indicador de problemas futuros, incluida la
adicción.
La forma en que se consume la droga. Fumar una droga o inyectarla en las venas aumenta
el potencial de adicción.33,34 Tanto las drogas que se fuman como las que se inyectan
llegan al cerebro en segundos y producen una poderosa oleada de placer. Sin embargo,
esa sensación intensa de placer se puede desvanecer en pocos minutos. Los científicos
consideran que este marcado contraste lleva a ciertas personas a repetir el consumo para
intentar recapturar el momentáneo estado de placer.
A medida que el cerebro madura, las experiencias van podando las conexiones neurales
excesivas y reforzando las que se utilizan con más frecuencia. Muchos científicos opinan
que este proceso contribuye a la reducción constante del volumen de materia gris que se
observa en la adolescencia (ilustrada con la transición de amarillo a azul en la imagen).
A medida que las fuerzas del medio ambiente ayudan a determinar qué conexiones se
debilitarán y qué conexiones crecerán, los circuitos que emergen en el cerebro se vuelven
más eficaces. Sin embargo, este proceso puede ser un arma de doble filo porque no todas
las tareas son deseables.
El ambiente es como un artista que crea una escultura cincelando el mármol y quitando
lo que sobra; de la misma manera que los artistas malos pueden crear obras malas, los
entornos con factores negativos (como drogas, malnutrición, acoso o falta de sueño)
pueden crear circuitos eficientes pero potencialmente dañinos que conspiran contra el
bienestar de una persona.
El cerebro continúa desarrollándose hasta la edad adulta y experimenta cambios drásticos
durante la adolescencia.
Una de las zonas del cerebro que todavía está desarrollándose en la adolescencia es la
corteza prefrontal, que es la parte del cerebro que permite evaluar situaciones, tomar
buenas decisiones y controlar las emociones y los deseos. El hecho de que esta parte
crítica del cerebro de los adolescentes esté todavía en formación los coloca en un mayor
riesgo de tomar malas decisiones, como por ejemplo probar las drogas o continuar
consumiéndolas. El consumo de drogas durante esta etapa del desarrollo puede causar
cambios en el cerebro que tienen consecuencias profundas y duraderas.
¿Por qué la adolescencia es una etapa crítica para prevenir la adicción a las drogas?
Sí. El término "basado en la investigación" o "basado en las pruebas" significa que estos
programas han sido creados sobre la base de pruebas científicas actuales, han sido
rigurosamente probados y se ha comprobado que producen resultados positivos. Los
científicos han creado una amplia gama de programas que alteran positivamente el
equilibrio entre los factores de riesgo y los factores de protección para el consumo de
drogas en las familias, las escuelas y las comunidades. Los estudios han demostrado que
los programas basados en la investigación, como los que se describen en las publicaciones
del NIDA Principios de la prevención del abuso de sustancias en la niñez temprana: una
guía basada en la investigación y Prevención del consumo de drogas en niños y
adolescentes: guía basada en la investigación para padres, docentes y líderes
comunitarios, pueden reducir significativamente el consumo temprano de tabaco, alcohol
y otras drogas.37 Además, si bien muchos factores sociales y culturales afectan las
tendencias del consumo de drogas, cuando los jóvenes ven el consumo como algo
peligroso, por lo general reducen el nivel de consumo.38
Las encuestas nacionales sobre el consumo de drogas indican que algunos niños ya
consumen drogas a los 12 o 13 años de edad. La prevención es la mejor estrategia.
Programas selectivos: para grupos de niños y adolescentes que tienen ciertos factores
que aumentan el riesgo de que consuman drogas.
El cerebro humano es el órgano más complejo del cuerpo. Esta masa de tres libras de
materia gris y blanca se halla en el centro de toda la actividad humana: necesitamos el
cerebro para conducir un automóvil, disfrutar de una comida, respirar, crear una obra de
arte magistral y disfrutar las actividades de todos los días. El cerebro regula las funciones
básicas del cuerpo, nos permite interpretar y responder a todo lo que experimentamos y
moldea nuestro comportamiento. En breve, somos nuestro cerebro: él es todo lo que
sentimos y pensamos, es lo que somos.
El cerebro está compuesto por muchas partes con circuitos interconectados que funcionan
juntas en equipo. Distintos circuitos cerebrales son responsables de coordinar y llevar a
cabo funciones específicas. Las redes de neuronas intercambian señales entre ellas y con
otras partes del cerebro, la médula espinal y los nervios que se encuentran en el resto del
cuerpo (el sistema nervioso periférico).
Para enviar un mensaje, la neurona libera un neurotransmisoren el espacio que existe
entre ella y la neurona siguiente. Este espacio se llama sinapsis. El neurotransmisor cruza
la sinapsis y se adhiere a los receptores de la neurona que recibe el mensaje en forma
similar a una llave que calza en una cerradura. Esto origina cambios en la célula receptora.
Otras moléculas llamadas transportadores reciclan los neurotransmisores (es decir, los
devuelven a la neurona de donde salieron en primer lugar), limitando o cancelando de esa
manera la señal entre las neuronas.
Las drogas interfieren con la forma en que las neuronas envían, reciben y procesan las
señales que transmiten los neurotransmisores. Algunas drogas, como la marihuana y la
heroína, tienen la capacidad de activar neuronas porque su estructura química es similar
a la de un neurotransmisor natural del organismo. Esto permite que se adhieran a las
neuronas y las activen. Si bien estas drogas imitan las sustancias químicas propias del
cerebro, no activan las neuronas de la misma manera que un neurotransmisor natural y
hacen que se envíen mensajes anormales a través de la red.
Otras drogas, como la anfetamina o la cocaína, pueden hacer que las neuronas liberen
cantidades anormalmente altas de neurotransmisores naturales o que, al interferir con los
transportadores, eviten el reciclamiento normal de estas sustancias químicas del cerebro.
Esto también amplifica o altera la comunicación normal entre las neuronas.
Las drogas pueden alterar zonas importantes del cerebro que son necesarias para
funciones vitales y pueden impulsar el consumo compulsivo que identifica a la
drogadicción. Las zonas del cerebro afectadas por las drogas incluyen:
Los ganglios basales, que cumplen una función importante en las formas positivas de
motivación, incluidos los efectos placenteros de actividades saludables como comer,
interactuar socialmente o tener actividad sexual, y también participan en la formación de
hábitos y rutinas. Estas zonas constituyen un nodo clave en lo que a veces se denomina
el "circuito de recompensas" del cerebro. Las drogas generan hiperactividad en este
circuito, lo que produce la euforia que se siente al consumirlas; pero cuando la presencia
de la droga se repite, el circuito se adapta y disminuye su sensibilidad, lo que hace que a
la persona le resulte difícil sentir placer con nada que no sea la droga.
La amígdala extendida cumple una función en las sensaciones estresantes como la
ansiedad, la irritabilidad y la inquietud, las cuales son características de la abstinencia
una vez que la droga desaparece del sistema y motivan a la persona a volver a consumir
la droga. A medida que aumenta el consumo de la droga, este circuito se vuelve cada vez
más sensible. Con el tiempo, una persona con un trastorno por el consumo de drogas no
las consume ya para lograr un estado de euforia sino para aliviar temporalmente ese
malestar.
Algunas drogas, como los opioides, también afectan otras partes del cerebro, tal como el
tronco del encéfalo, que controla todas las funciones indispensables para la vida, entre
ellas la frecuencia cardíaca, la respiración y el sueño, lo que explica por qué las sobredosis
pueden reducir sustancialmente la respiración y causar la muerte.
El placer o euforia el "high" que se siente al drogarse no se comprende muy bien todavía,
pero probablemente incluya oleadas de compuestos químicos que envían señales, entre
ellos los opioides naturales del organismo (endorfinas) y otros neurotransmisores en
partes de los ganglios basales (el circuito de recompensa). Al consumirlas, ciertas drogas
pueden generar oleadas de estos neurotransmisores mucho más grandes que las ráfagas
más pequeñas que se producen naturalmente en conexión con recompensas sanas como
las de comer, escuchar música, emprender actividades creativas o interactuar socialmente.
En un momento se pensó que las oleadas del neurotransmisor dopamina que producen las
drogas era la causa directa de la euforia, pero los científicos ahora consideran que la
dopamina tiene más que ver con hacernos repetir las actividades placenteras (reforzar la
conducta) que con la producción directa del placer.
De la misma manera en que las drogas producen una euforia intensa, también producen
oleadas de dopamina mucho más grandes, lo que refuerza poderosamente la conexión
entre el consumo de la droga, el placer resultante y todas las señales externas relacionadas
con la experiencia. Las grandes oleadas de dopamina le "enseñan" al cerebro a buscar
drogas y a dejar de lado otras actividades y fines más sanos.
Los factores que se presentan en la rutina diaria o el ambiente de una persona que han
sido asociados con el consumo de drogas debido a los cambios que producen en el circuito
de recompensa pueden desencadenar deseos incontrolables de consumir drogas cuando la
persona se encuentra con esos factores, aun si la droga no está disponible. Este "reflejo"
aprendido puede durar mucho tiempo, incluso en personas que no han consumido drogas
en muchos años. Por ejemplo, personas que han estado diez años sin consumir drogas
pueden experimentar deseos intensos de hacerlo cuando vuelven a un vecindario o una
casa donde consumieron drogas en el pasado. Al igual que montar en bicicleta, el cerebro
recuerda.
¿Por qué las drogas son más adictivas que las recompensas naturales?
Para el cerebro, la diferencia entre las recompensas normales y las recompensas de las
drogas se puede comparar con la diferencia entre alguien que susurra algo al oído y
alguien que grita en un micrófono. De la misma manera que bajamos el volumen de una
radio que está muy alto, el cerebro de una persona que hace uso indebido de las drogas se
ajusta y produce menos neurotransmisores en el circuito de recompensa o reduce la
cantidad de receptores que pueden recibir señales. El resultado es que la capacidad de la
persona para experimentar placer con las actividades que estimulan la recompensa en
forma natural (es decir, que refuerzan el comportamiento) también disminuye.
Por eso es que una persona que abusa de las drogas acaba por sentirse apagada, sin
motivación, desanimada o deprimida y no puede disfrutar de cosas que antes le causaban
placer. A esa altura, la persona necesita continuar consumiendo drogas para sentir apenas
un nivel normal de recompensa, lo que solo empeora el problema y crea un círculo
vicioso. A menudo la persona también necesitará tomar cantidades mayores de la droga
para lograr la conocida euforia, un efecto que se conoce como tolerancia. El consumo de
drogas a largo plazo deteriora el funcionamiento del cerebro.
Las personas adictas a menudo tienen uno o más problemas de salud relacionados con las
drogas que pueden incluir enfermedades pulmonares o cardíacas, embolia, cáncer o
problemas de salud mental. Las escanografías, las radiografías de tórax y los análisis de
sangre pueden comprobar los efectos perjudiciales del consumo de drogas a largo plazo
en todo el organismo.
Por ejemplo, ahora es bien sabido que el humo del tabaco puede producir varios tipos de
cáncer, la metanfetamina puede causar problemas dentales graves (conocidos como "boca
de metanfetamina") y los opioides pueden originar una sobredosis y causar la muerte.
Además, algunas drogas como los inhalantes pueden dañar o destruir las células nerviosas
del cerebro o del sistema nervioso periférico (el sistema nervioso fuera del cerebro y la
médula espinal).
Las drogas y las enfermedades mentales con frecuencia coexisten. En algunos casos,
trastornos mentales como la ansiedad, la depresión o la esquizofrenia pueden surgir antes
de la adicción; en otros casos, el consumo de drogas puede desencadenar o empeorar esos
trastornos de salud mental, particularmente en las personas que tienen ciertas
vulnerabilidades específicas.43,44
Algunas personas con trastornos como ansiedad o depresión pueden consumir drogas para
intentar aliviar los síntomas psiquiátricos, lo cual con el tiempo puede exacerbar el
trastorno mental y aumentar el riesgo de crear adicción.43,44 El tratamiento de todos los
problemas coexistentes debe ser simultáneo.
Enfermedades cardíacas
Embolia
Cáncer
VIH o sida
Hepatitis B o C
Endocarditis
Celulitis
Enfermedades pulmonares
Más allá de las consecuencias perjudiciales para la persona adicta, el consumo de drogas
puede causar problemas graves de salud para otros. Algunas de las consecuencias más
graves de la adicción son:
Efectos negativos del consumo de drogas durante el embarazo o la lactancia: El consumo
de drogas o medicamentos por parte de una mujer embarazada puede hacer que el bebé
sufra de abstinencia al nacer, una afección conocida como síndrome de abstinencia
neonatal (SAN). Los síntomas serán distintos dependiendo de la droga que consumió la
madre, pero pueden incluir temblores, problemas para dormir y alimentarse, y hasta
convulsiones.45Algunos niños que estuvieron expuestos a las drogas tendrán problemas
de desarrollo relacionados con el comportamiento, la atención y la facultad de pensar.
Hay investigaciones actualmente en curso que están explorando si estos efectos en el
cerebro y el comportamiento se extienden a los años de la adolescencia y causan
problemas continuos de desarrollo. Además, algunas sustancias pueden pasar a la leche
materna. Los científicos todavía están estudiando los efectos a largo plazo en un niño que
está expuesto a las drogas durante la lactancia.
Efectos perjudiciales del humo de segunda mano: El humo de tabaco de segunda mano
expone a las personas que se encuentran cerca del fumador a por lo menos 250 sustancias
químicas que se sabe son perjudiciales, en especial para los niños. La exposición
involuntaria al humo de segunda mano aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y de
cáncer de pulmón en personas que nunca han fumado. Además, los riesgos de salud que
se sabe tiene la exposición al humo de tabaco de segunda mano hacen surgir la pregunta
de si la exposición al humo de marihuana de segunda mano tiene riesgos similares. Hasta
ahora se han realizado pocas investigaciones sobre este tema. Sin embargo, un estudio
halló que algunos participantes que estuvieron expuestos a marihuana con alto contenido
de THC en una habitación sin ventilación reportaron efectos leves de la droga, y otro
estudio mostró pruebas positivas de orina en las horas inmediatamente después de la
exposición. Es poco probable que la exposición al humo de marihuana de segunda mano
arroje resultados positivos en una prueba de detección de drogas, pero es posible.
Tratamiento y recuperación
Al igual que sucede con otras enfermedades crónicas, como el asma o algunas
enfermedades cardíacas, el tratamiento de la drogadicción por lo general no constituye
una cura. Pero es posible manejar la adicción en forma satisfactoria. El tratamiento
permite que las personas contrarresten los efectos perjudiciales de las drogas en el cerebro
y el comportamiento y recuperen el control de su vida.
No, el carácter crónico de la adicción significa que para algunas personas la recaída es
decir, volver a consumir la droga luego de intentar dejarla puede ser parte del proceso, si
bien los tratamientos más nuevos están diseñados para ayudar a evitarla. Los índices de
recaída en el consumo de drogas son similares a los índices de otras enfermedades
crónicas. Si una persona deja de seguir el plan de tratamiento, es probable que sufra una
recaída.
Los índices de recaída de las personas tratadas por un trastorno de consumo de drogas se
comparan con los de las pacientes tratados por presión arterial elevada y asma. La recaída
es común y similar para todas estas enfermedades. Por lo tanto, los trastornos por
consumo de drogas se deben tratar como cualquier otra enfermedad crónica. La recaída
sirve como una señal de que es necesario retomar, modificar o cambiar el tratamiento.
¿Cuáles son los medicamentos y los dispositivos que ayudan a tratar la adicción a las
drogas?
Hay varios medicamentos y dispositivos que pueden ser útiles en distintas fases del
tratamiento para ayudar al paciente a dejar de consumir drogas, continuar con el
tratamiento y evitar las recaídas.
Ayuda para evitar las recaídas. La ciencia nos ha enseñado que los factores de estrés
relacionados con el consumo de drogas (como la gente, los lugares, las cosas y los
estados de ánimo) y el contacto con las drogas son los desencadenantes más comunes
de una recaída. Los científicos han creado terapias para interferir con estos factores
desencadenantes y ayudar a los pacientes a continuar su recuperación.
Opioides
o Metadona
o Buprenorfina
o Naltrexona de liberación prolongada
o Lofexidina
Nicotina
o Tratamientos de reemplazo de nicotina (disponibles en forma de parches,
inhaladores o goma de mascar)
o Bupropión
o Vareniclina
Alcohol
o Naltrexona
o Disulfirám
o Acamprosato
Las terapias conductuales ayudan a las personas que están bajo tratamiento por
drogadicción a modificar sus actitudes y comportamientos relacionados con el consumo
de drogas. Como resultado, los pacientes son capaces de afrontar situaciones de estrés y
varios factores desencadenantes que podrían causar otra recaída. Las terapias
conductuales también pueden aumentar la eficacia de los medicamentos y ayudar a que
el paciente continúe con el tratamiento durante más tiempo.
¿De qué manera los buenos programas de tratamiento ayudan a los pacientes a recuperarse
de la adicción?
Como la adicción puede afectar tantos aspectos de la vida de una persona, el tratamiento
debe abarcar las necesidades del individuo como un todo para tener éxito. Para asistir en
la recuperación, los asesores psicológicos pueden elegir entre una variedad de servicios
que cubren las necesidades médicas, mentales, sociales, laborales, familiares y legales
específicas de cada paciente.
Para abordar todos los aspectos del consumo de drogas y sus consecuencias perjudiciales,
el programa de investigación del NIDA comprende desde estudios básicos del cerebro y
el comportamiento de una persona adicta hasta la investigación de estrategias clínicas y
servicios de la salud. El programa de investigación del NIDA crea métodos de prevención
y tratamiento y asegura su eficacia en situaciones de la vida real. Como parte de este
objetivo, el NIDA está comprometido a una investigación que aborda las vulnerabilidades
y las diferencias de salud que existen entre las minorías étnicas o que surgen de la
diferencia de sexo.
Red de ensayos clínicos (Clinical Trials Network, CTN): Realiza pruebas prácticas
de los tratamientos para el consumo de drogas basados en la investigación dentro del
contexto de programas comunitarios de tratamiento en todo el país.
Estudios del tratamiento del abuso de drogas en el sistema de justicia penal (Criminal
Justice Drug Abuse Treatment Studies, CJ-DATS): Con la conducción del NIDA,
CJ-DATS es una red de centros de investigación que, conjuntamente con
profesionales de la justicia penal, proveedores de tratamientos para las drogas y
organismos federales, crea métodos integrados de tratamiento para los infractores del
sistema penal y lleva a cabo pruebas de detección de drogas en varios lugares del
país.
Estudio sobre el desarrollo cognitivo del cerebro adolescente (The Adolescent Brain
Cognitive Development Study, ABCD): ABCD es el mayor estudio a largo plazo del
desarrollo del cerebro y la salud infantil en Estados Unidos; en él se realiza el
seguimiento de más de 11,000 niños sanos de 9 a 10 años de edad hasta que llegan a
la adultez temprana para observar el crecimiento del cerebro.
Para que sepas: noticias reales sobre las drogas y tu cuerpo (en inglés): Una serie
educativa sobre las drogas creada por el NIDA y SCHOLASTIC INC. para
estudiantes de 6. ° a 12. ° grado.
NIDA para adolescentes (NIDA for Teens) (en inglés): Un sitio web para
adolescentes con información y datos sobre drogas apropiados para la edad; incluye
recursos para docentes y padres.
NIDAMED (en inglés) es una colección de recursos para profesionales de la salud sobre
las causas y consecuencias del consumo de drogas y la drogadicción y sobre los adelantos
realizados en el control del dolor.
Principios del tratamiento del trastorno por consumo de drogas en los adolescentes: una
guía basada en la investigación (en inglés): Esta guía se ocupa de la urgencia de tratar los
trastornos por consumo de drogas en los adolescentes, brinda respuesta a preguntas
comunes sobre cuáles son los tratamientos para los problemas de drogas en los jóvenes y
describe métodos eficaces de tratamientos basados en la investigación.
Principios del tratamiento del abuso de drogas para personas en el sistema de justicia
penal: una guía basada en la investigación (en inglés): Esta guía del NIDA con base
científica para el tratamiento de la adicción en personas que se encuentran dentro del
sistema de justicia penal ofrece principios esenciales de tratamiento. La guía incluye
respuestas a las preguntas más frecuentes e información sobre recursos disponibles.
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