Factores Influyen Radiac UV
Factores Influyen Radiac UV
Factores Influyen Radiac UV
Los niveles de radiación UV que alcanzan la superficie terrestre viene condicionado básicamente por el
ángulo cenital solar (a su vez condicionado por la hora del día, posición geográfica y época del año), el
contenido total de ozono, la nubosidad, la altitud sobre el nivel del mar, los aerosoles, el albedo o
reflectividad del suelo, el ozono troposférico y otros contaminantes gaseosos.
La cantidad de radiación solar que llega a la superficie es muy dependiente de la elevación del sol.
En las regiones tropicales en que el sol se encuentra cerca de la vertical en los meses de verano los
niveles de radiación UV son muy altos. Por el contrario, en las regiones polares la elevación del
sol incluso en verano es poca y los niveles de radiación debidos a este efecto son bajos o
moderados.
Nubosidad
La reflectividad del suelo afecta a la radiación UV tanto en la radiación difusa como en la directamente
reflejada por la superficie. Los valores de albedo suelen estar por debajo de 10% para la vegetación pero
la variabilidad en caso de hielo puede alcanzar del 7 al 75% y para la nieve del 20 al 100%. La alta
reflectividad puede ser de gran importancia en la distribución geográfica y estacional de la radiación UV,
especialmente en climas fríos.
Los niveles de radiación UV están muy influenciados por la altura sobre el nivel del mar debido a la
disminución de la capa de aire que queda por encima. Así, La radiación ultravioleta aumenta con la
altitud del lugar aproximadamente un 10% por kilómetro de elevación. A igualdad de condiciones
meteorológicas, los lugares elevados reciben mucha más radiación que a nivel del mar.
Efecto de la altitud
Mientras mayor sea la altitud del lugar, menor es la atenuación de los rayos del sol por la atmósfera, por
lo que la radiación UV será mayor que a nivel del mar.
Se denomina ángulo cenital al ángulo que forma la dirección aparente del sol con la vertical local. Este
ángulo depende a su vez de la hora del día, la estación y la latitud del sitio. La influencia de este factor
tiene dos aspectos, uno de ellos puramente geométrico, ya que el flujo de radiación que atraviesa una
superficie cualquiera varía con la orientación de la superficie. Si esta es paralela a la dirección de
incidencia, el flujo de radiación es cero, mientras que si es perpendicular, resulta máximo. Además de
este efecto, el aumento del ángulo cenital implica que la radiación tiene que atravesar una capa
atmosférica más gruesa, y por consiguiente su atenuación será mayor.
La oblicuidad de los rayos del sol y el horizonte, depende de la latitud, y del día del año. La cantidad de
radiación UV de todas los tipos, que nos llega a la tierra dependen de la hora y del ángulo que los rayos
del sol forman con la superficie receptora. Cuando el sol está cerca del horizonte, su radiación viaja un
largo camino a través de la atmósfera, por lo que menos rayos UV llegan a la superficie de la tierra y
cuando el sol está en la parte más alta, sus rayos tienen menos camino que atravesar y caen con mayor
intensidad en la superficie de la tierra. En latitudes medias y altas, es de mayor consideración.
Tipo de superficie reflejante (albedo)
La reflexión de los rayos solares, varía según el tipo de superficie. Es por ello que se debe evitar salir a
tomar sol en la presencia de nieve, ya que esta refleja el 85 % de la radiación, y aunque se utilice un
sombrero y gafas, la radiación reflejada puede afectar. En el caso de los trópicos, la reflexión de la arena
(17%), aunque es considerablemente menor que la de la nieve, tiene que ser tomado en cuenta,
especialmente en los alrededores del medio día, con cielo despejado.
La intensidad de radiación ultravioleta producida por el sol tiene leves variaciones, asociadas a su período
de rotación aparente -27 días-, al ciclo de manchas solares -11 años-, y a la aparición de protuberancias y
explosiones en la fotosfera. Estas fluctuaciones afectan sobre todo las componentes más energéticas del
espectro, que no llegan a la superficie terrestre. Sin embargo, pueden afectar al ciclo de producción y
destrucción de ozono en la alta atmósfera, y en consecuencia, la transmisión atmosférica de otras
porciones del espectro ultravioleta.
Otro factor que determina la cantidad de esta radiación que llega a nuestro planeta es la distancia entre la
Tíerra y el Sol, la cual, debido a la forma elíptica de la órbita terrestre, oscila un 3,4% a lo largo del año.
Como la atenuación de la radiación es cuadrática con esta distancia, el resultado es una variación de
alrededor del 7% en la intensidad de radiación ultravioleta extraterrestre, y es máxima en diciembre, al
comienzo del verano austral.
Dentro de los factores atmosféricos, el más conocido es la atenuación que produce la capa de ozono. Se
puede dividir este fenómeno en dos fases; en la primera, una molécula de oxígeno absorbe radiación -ℎ𝑣
representa un fotón- de longitud de onda (𝜆) menor de 240 𝑛𝑚 y se disocia. Este oxígeno atómico, con
ayuda de alguna otra molécula, forma ozono (𝑂3 ) :
30 + 𝑋 → 𝑂3 + 𝑋
La segunda parte consiste en la disociación del ozono mediante la absorción de más radiación
ultravioleta, pero esta vez de longitud de onda más larga:
𝑂3 + ℎ𝑣 (𝑙 ≤ 320 𝑛𝑚) → 𝑂 + 𝑂2
La porción del espectro que comprende longitudes de onda entre 240 𝑛𝑚 y 320 𝑛𝑚 no se absorbe
uniformemente, por lo que algo de radiación ultravioleta de 𝜆 > 290 𝑛𝑚 llega a la superficie terrestre. Esta
banda es justamente la más seriamente afectada por la disminución de las concentraciones de ozono
estratosférico.
La atenuación de la radiación solar no sólo se produce por absorción sino también por la denominada
dispersión de Rayleigh. En el fenómeno de dispersión, el fotón involucrado no desaparece sino que es
desviado en su dirección de propagación. La distribución angular de la radiación dispersada es simétrica,
lo que implica que la probabilidad de que la luz sea dispersada en alguna dirección "hacia arriba" es
equivalente a la de ser dispersada en alguna dirección "hacia abajo". Para la porción ultravioleta del
espectro, la dispersión de Rayleigh resulta importante hasta el punto de que más del 40% de la irradiancia
de 300nm que llega a la superficie terrestre no proviene directamente del disco solar -radiación directa-
sino del resto del cielo -radiación difusa-.