El Juramento Profesional
El Juramento Profesional
El Juramento Profesional
Dice así:
"Juro por Apolo Médico, por Esculapio, Higea y Panacea, y por todos los
Dioses y Diosas, a quienes pongo por testigos de que cumpliré, lisa y
llanamente, con todas mis fuerzas e inteligencia el siguiente juramento
y obligación escrita: Tendré a mi maestro de medicina en el mismo lugar
que a mis padres, partiré con él mis haberes y, si necesario fuere, yo
proveeré a sus necesidades, a sus hijos los tendré como a mis hermanos,
y si ellos quisieren aprender el arte de curar se lo enseñaré sin paga
de ningún género y sin obligación escrita: instruiré con preceptos, con
lecciones orales y con los demás medios de enseñanza a mis hijos, a los
de mi maestro y a los demás discípulos que se me unan por convenio y
juramento, conforme esta determinado en la ley médica, y a nadie más.
Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más
provechoso, según mis facultades y mi entender, absteniéndome de
cometer todo mal y toda injusticia. A nadie daré veneno, y si alguno me
propone semejante cosa, no tomaré en consideración la iniciativa de una
tal sugestión. Igualmente me abstendré de aplicar a las mujeres
pesarios abortivos. Pasaré mi vida y ejerceré mi profesión con
inocencia y pureza. No haré la operación de la talla, sino que dejaré
esta obra a los maestros que de ella se ocupan. En cualquiera casa que
yo entre lo haré para utilidad de los enfermos, absteniéndome de toda
falta voluntaria y de toda acción injuriosa o corrupta, y, sobretodo,
de la seducción de las mujeres y de los jóvenes, ya sean libres ya
esclavos. Cualquiera cosa que yo vea, oiga ó entienda en la sociedad,
sea en el ejercicio de mi profesión o fuera de él, y que sea
conveniente que no se divulgue, la guardaré en secreto con el mayor
cuidado, considerando el ser discreto como un deber en semejantes
casos. Si observo con fidelidad mi juramento, séame concedido gozar
felizmente de mi vida y de mi profesión, honrado siempre entre los
hombres; y si lo quebranto y soy perjuro, que caiga sobre mi la suerte
contraria".
Muchos siglos después, el judío cordobés, Maimónides, sobre la dura
experiencia de su vida, formuló en líneas más breves la guía moral del
médico. Maimónides nació en 1135, y se vió obligado a emigrar por la
intransigencia mahometana. Pasó al Africa del Norte, se estableció en
Fez, y más tarde se trasladó a Palestina y a Egipto. Fue en Acre
durante las cruzadas médico de Ricardo Corazón de León; luego éste
ofreció a Maimónides el puesto permanente, que fue rehusado por el
médico.