Contar El Cuento Latinoamericano
Contar El Cuento Latinoamericano
Contar El Cuento Latinoamericano
El primero de los cuentos y el que le da título al libro: “Cuentos para niños insomnes”,
aparenta estar construido en una época bastante característica en la historia de la
Republica Dominicana, una época donde reinaba el terror y la desesperación colectiva,
una etapa histórica que se prolongó por treinta y un años consecutivos de miedo y
subyugamiento por parte del régimen del tirano Rafael Leónidas Trujillo. La voz
principal del cuento parece estar siendo dirigida desde la perspectiva de un adulto que
rememora (o reflexiona) sobre la opresión y el resentimiento que todos parecían tener al
régimen impuesto por el dictador; la historia parece girar en torno a una figura que le
infundía respeto y cariño a la vez, “Papa Niño”.
En un sentido más amplio, el cuento nos hace sentir esa niebla oscura y espesa que se
esconde pero que ya no es un secreto, es una aproximación psicológica de los
sentimientos de los personajes ante la impotencia que le hace sentir la humillación y el
resentimiento de no poder hacer nada ante el verdugo que lacera con el látigo duro e
incisivo la espalda del pueblo.
El segundo de los cuentos que comprende este interesante volumen es una sospecha que
ya venía presintiendo desde la lectura del primer cuento, pues, teníamos la convicción
de que se trataba de la resucitación o presentación de algunos mitos y creencias
generalizados en una gran parte de la población dominicana, esencialmente la de la zona
fronteriza. Oscar Pérez construye en “Muerte en la grupa” una de las tantas leyendas
que pululan en las zonas rurales de boca en boca y que el paso del tiempo no ha podido
desmitificar por completo.
Muerte en la grupa, es ante todo el contacto del hombre con la muerte cercana, el
enfrentamiento con su destino y sobre todo con sus miedos. Fabián, el protagonista de
este relato, es el prototipo de hombre fuerte, salvaje y endiablado de la sociedad que
describe el autor; las hazañas de nuestro “héroe” son contadas con aparente vehemencia
y orgullo por los moradores de su comunidad.
El fantasma del SIM y los sudores de Miguel es uno de los tantos rostros que nos
revela y presenta Oscar Pérez sobre la tiranía trujillista en el país, la dura situación
política que imperaba, la población vivía en un estado de miedo permanente, todos
compartían un signo común, todos esperaban en cualquier momento ser visitados por el
llamado servicio de inteligencia y perder la esperanza de salir con vida ante aquel
desafío cruel le presentaba el destino regido por la mano amenazadora y déspota.
Este relato es un claro ejemplo del desasosiego y el ofuscamiento de la gente en la isla
en tiempos de la tiranía trujillista. La gente era perseguida bajo cualquier sospecha que
se antepusiera a los ideales de la dictadura, los testaferros del régimen eran los
encargados de ejecutar a cualquiera que era mínimamente sospecho de algo que atentara
directa o indirectamente con el gobierno dictatorial.
La gente tenía que valerse de las más grandes astucias para poder aparentar normal ante
los ojos de los verdugos, exactamente lo que Miguel hace al final del relato con la
aparente borrachera.