Prefijos y Sufijos Utiles Anatomia
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Prefijos y Sufijos Utiles Anatomia
Introducción
1.1 Concepto
Fue Robert Koch, en 1882, al utilizar una nueva técnica de tinción, el primero que
por fin pudo ver al "enemigo oculto". En el año 1895 Wilhelm Konrad don
Roentgen descubre la radiación que lleva su nombre, con lo que la evolución de la
enfermedad podía ser observada.
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hace que la tuberculosis se convierta en una enfermedad curable en la mayoría de
los casos.
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2. Desarrollo
2.1.1 Epidemiología
Los últimos datos facilitados por esta Organización, pertenecientes al año 1997,
son impresionantes: se estima que la prevalencia de infección en el mundo era del
32 % de la población (1.860 millones de personas). Alrededor de 1.870.000
personas murieron de tuberculosis, con una mortalidad global del 23 %, aunque
sobrepasaba el 50 % en algunos países africanos donde la coinfección por VIH es
muy alta.
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A nivel nacional se estima que alrededor del 30 % de la población se encuentra
infectada por Mycobacterium tuberculosis, es decir, tiene un PPD positivo. En un
estudio publicado en 1998 en el que se recogían los datos de 13 comunidades
autónomas que comprendían el 67 % de la población española, la tasa de
incidencia en España era de 38,4 casos/100.000 habitantes, variando entre las
distintas comunidades autónomas (de 70,7/100.000 h en Galicia hasta
16,2/100.000 h en Castilla-La Mancha). La incidencia de enfermos bacilíferos
oscila entre 8,8/100.000 h en Navarra y 28,8/100.000 h en Galicia.
Se estima que cada año se producen en nuestro país entre 15.600 y 17.500
nuevos casos de tuberculosis, lo que arroja unas tasas de 40-45/100.000
habitantes, aunque sólo se registran la mitad de ellos por los todavía importantes
defectos de los programas de control de tuberculosis de las distintas CC.AA.
Si a esto unimos el hecho de que España es el país de Europa con mayores tasas
de sida, el binomio VIH-TB se ha convertido en un problema de primera magnitud
en este país. La infección por VIH es el principal factor de riesgo para el desarrollo
de tuberculosis, siendo 100 veces mayor el riesgo en los coinfectados por ambos
microorganismos que en las personas infectadas por TB que son VIH negativas. A
la inversa, también es importante la repercusión que la tuberculosis tiene sobre la
evolución de la enfermedad por VIH: observaciones clínicas sustentadas por
estudios en el laboratorio han identificado a la tuberculosis como un factor que
acelera el curso de la infección por VIH, de tal modo que los pacientes VIH-
positivos que padecen tuberculosis tienen una progresión más rápida a sida y se
mueren más precozmente que los que no padecen tuberculosis, aun a pesar del
tratamiento adecuado.
El número de casos de tuberculosis entre los pacientes infectados por el VIH o con
sida es muy variable de unos países a otros, reflejando la prevalencia de la
infección en la población general. En España, aproximadamente, la mitad de los
pacientes con infección por el VIH padecen tuberculosis a lo largo de su vida.
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ejemplo, dicha prevalencia se estimó en 2,5 %, entre los pacientes atendidos en
los hospitales madrileños la proporción de pacientes infectados por VIH entre
todos los diagnosticados de tuberculosis mediante cultivo ascienden a más de un
30 por ciento. España tiene actualmente la tasa de coinfección VIH-M. tuberculosis
más elevada del mundo occidental. Por ello, a lo largo de los distintos apartados
de todo el tema, dedicaremos especial atención a lo que en ocasiones se ha
denominado "la doble epidemia".
Grupos de riesgo
Como hemos dicho, España es una zona con una prevalencia considerable. Por
ello todos somos "grupo de riesgo". Desde el punto de vista epidemiológico es
importante conocer las personas que pertenecen a los grupos de riesgo más
frecuentemente expuestos a esta enfermedad:
Los médicos de Atención Primaria son una de las fuentes más importantes para la
detección y notificación de casos. Otras fuentes son los médicos de Atención
Especializada, los laboratorios de Microbiología,
los servicios de Anatomía Patológica, los registros de casos de sida, instituciones
penitenciarias, etc.
Etiología
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La gran mayoría de los casos de tuberculosis están producidos por Mycobacterium
tuberculosis, especie de la familia de Mycobacteriaceae, orden Actinomicetales.
Junto con otras tres especies muy relacionadas, M. bobis, M. africanum y M.
microti, forman el grupo de micobacterias tuberculosas (M. tuberculosis complex).
Transmisión
Las partículas de mayor tamaño, aunque tengan mayor número de bacilos, son
menos contagiosas, pues caen por gravedad o en el caso de ser inhaladas, son
eliminadas por el sistema mucociliar y la tos. Cuando una persona
con tuberculosis pulmonar o laríngea tose, estornuda, habla o canta, emite estas
pequeñas partículas.
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La posibilidad de que la enfermedad se transmita depende de cuatro factores:
- La duración de la exposición.
Así, por ejemplo, los niños, aunque posible, rara vez son la fuente de infección
para otras personas, pues tosen con menos frecuencia, con menos fuerza, e
infrecuentemente sufren formas cavitadas extensas. Una vez iniciado un
tratamiento correcto, en dos o tres semanas el esputo se esteriliza y la capacidad
de infectar desciende en gran medida. De aquí la importancia que tiene en el
control de la enfermedad el diagnóstico precoz, el aislamiento y el inicio del
tratamiento.
Igualmente, medidas que pudieran parecer tan superfluas como el cubrir la boca y
la nariz del enfermo al estornudar o toser disminuyen mucho la capacidad de
infectar. De estas y otras medidas hablaremos más tarde en las medidas de
control de la enfermedad. Las micobacterias son sensibles a la radiación
ultravioleta. Así, raramente, se produce el contagio en la calle, a la luz del día.
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de trabajo etc., serán los que más frecuentemente se infecten. En general, se
acepta que el 23-25 % de los contactos con un caso infeccioso se infectarán.
Patogenia
Una vez en los alvéolos, los bacilos son fagocitados por los macrófagos alveolares
no activados (Estadio I de la patogenia), donde se multiplican y producen la
liberación de citoquinas que, a su vez, atraerán a más macrófagos y monocitos
que de nuevo fagocitarán los bacilos. Se produce una acumulación de monocitos y
bacilos intracelulares (Estadio II o estado de simbiosis, también conocido como
Fase de Crecimiento Logarítmico) entre los días 7 y 21. La posterior necrosis
tisular y de los macrófagos (Necrosis caseosa, Estadio III) hace que se cree un
medio desfavorable para la multiplicación de los bacilos. Esto se produce
alrededor de la tercera semana, coincidiendo con la positivización del PPD.
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Si la secuencia en la patogenia continúa y se produce la licuefacción del material
(Estadio V) y éste drena a la vía aérea, se producirá la cavitación. En este medio
los macrófagos activados son ineficaces, por lo que se crean unas condiciones
idóneas para la multiplicación extracelular de los bacilos.
Este foco primario casi siempre es subpleural, y localizado en la región media del
pulmón (zona inferior de los lóbulos superiores y superior de los lóbulos inferior y
medio), donde el flujo aéreo mayor facilita el que se depositen esos bacilos
inhalados.
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persona. Así, en un estudio llevado a cabo en Sudáfrica y publicado en el New
England en 1999, se demostró, mediante técnicas de epidemiología molecular,
que en zonas de gran incidencia la reexposición a una segunda cepa es una
causa importante de enfermedad tras la curación de un primer episodio.
- Diabetes Mellitus.
- Silicosis.
- Gastrectomía.
- Bajo peso corporal (10 por ciento o más por debajo del peso ideal).
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riesgo anual del 10 % de desarrollar tuberculosis (recuerda, el mismo que un
inmunocompetente en toda su vida). La mayor incidencia de tuberculosis en los
enfermos con infección por VIH es una consecuencia de las alteraciones de la
inmunidad celular que padecen estos pacientes. Además, se ha demostrado una
disminución progresiva de la respuesta proliferativa de los linfocitos T a la
estimulación con PPD y de la actividad citolítica mediada por las células T. No
parece, por otro lado, que la infección concomitante de los macrófagos por el VIH
y por M. tuberculosis contribuya a esta mayor frecuencia de infecciones.
En cuanto a la edad, los tres períodos de la vida asociados con más riesgo de
progresión a enfermedad son la infancia (sobre todo los dos primeros años de
vida), la década comprendida entre los 15 y los 25 años y la edad avanzada.
Además del efecto notable que la infección por el VIH tiene en la epidemiología y
patogenia de la tuberculosis, hay que mencionar también la influencia que la
infección y la enfermedad tuberculosa tienen sobre la historia natural de la
infección por el VIH. Casi todos los estudios que se han realizado en este sentido,
demuestran que la tuberculosis activa acelera la progresión de la infección por el
VIH y acorta la supervivencia de las personas que la sufren. La carga viral
plasmática aumenta entre 5 y 160 veces, y el recuento de linfocitos CD4
disminuye a una velocidad 5 veces mayor que en los enfermos VIH-positivos sin
tuberculosis. Se ha confirmado que la administración de profilaxis con isoniacida a
personas coinfectadas retrasa el desarrollo de infecciones oportunistas y aumenta
la supervivencia al evitar que desarrollen tuberculosis. En estudios de laboratorio
se ha corroborado esta observación clínica al demostrarse que la tuberculosis
produce una liberación de citoquinas que aumentan la replicación del VIH.
Los pulmones son los órganos más frecuentemente afectados por la tuberculosis.
Así, el 85 % de los casos son pulmonares.
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parenquimatoso subpleural al espacio pleural produce una reacción inflamatoria
con la acumulación de un exudado.
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Existe una clasificación clínica de la tuberculosis, propuesta por
la Sociedad Americana de Enfermedades del Tórax (ATS), basada en la patogenia
de la misma (ver Tabla I).
Según esta clasificación, nadie debería estar más de tres meses en la clase 5, es
decir, sin diagnóstico.
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Clínica
La instauración de los síntomas es gradual. Por ello a veces son bien tolerados
por el enfermo y pueden pasar en principio inadvertidos, o son atribuidos a otra
causa, como el exceso de trabajo. Otras veces se presenta como fiebre de origen
desconocido, en cuyo diagnóstico diferencial siempre ha de ser incluida, y sólo se
llega a esclarecer tras extensos y repetidos estudios.
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descrita en los libros clásicos como una complicación terminal en la era pre-
antibiótica, es hoy muy rara. Otra causa de hemoptisis es la sobreinfección por
aspergilus (aspergiloma) de una caverna tuberculosa crónica, en cuyo caso el
sangrado se produce sin que haya actividad del proceso tuberculoso.
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una meningitis aguda que puede progresar rápidamente al coma. La fiebre puede
estar ausente. En las tres cuartas partes de los casos habrá evidencia de
tuberculosis extra meníngea.
Linfadenitis tuberculosa
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M. tuberculosis; en niños, especialmente en menores de 5 años, las micobacterias
no tuberculosas son más frecuentes. El PPD suele ser positivo. El material para
las tinciones y cultivos se puede obtener a través de punción-aspiración con aguja
fina, aunque la biopsia tiene un mayor rendimiento.
Suele afectar a varios ganglios linfáticos que se fusionen para formar masas
mediastínicas voluminosas que en la tomografía axial computarizada se verán con
centros hipodensos y realce periférico tras la inyección del contraste.
Laringitis tuberculosa
La ronquera, el dolor de garganta o ambos, son los signos que suelen llevar el
enfermo a consultar. En la era preantibiótica solía ser una forma secundaria a una
tuberculosis pulmonar extensa por la siembra de la mucosa durante la
expectoración, y se presentaba con úlceras dolorosas en epiglotis, faringe,
amígdalas y boca, y frecuentemente afectando al oído medio.
Hoy en día más de la mitad de los casos se deben a siembra hematógena. Esta
forma de tuberculosis es muy contagiosa. Responde bien a la quimioterapia y
tiene un pronóstico favorable.
Tuberculosis genitourinaria
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piuria estéril, pero en ocasiones se presentan infecciones urinarias recurrentes con
el crecimiento de bacterias típicas en los urocultivos llevando a la confusión en el
diagnóstico durante mucho tiempo.
Tuberculosis osteoarticular
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vertebrales vecinos, con acuñamiento anterior y con destrucción del disco
intervertebral. Esto provoca una cifosis, generalmente sin escoliosis.
Aproximadamente, la mitad de los enfermos presenta algún grado de debilidad o
parálisis en las extremidades inferiores, incluso después de iniciado el tratamiento.
Esto se puede deber más a fenómenos de aracnoiditis y vasculitis que a una
invasión de la médula por una masa inflamatoria
Tuberculosis gastrointestinal
Puede afectar a cualquier parte del tracto digestivo desde la boca al ano. Suele
aparecer como consecuencia de la deglución de secreciones respiratorias. Sin
embargo, sólo en el 25 % de los casos hoy en día se encuentran indicios
radiológicos de tuberculosis pulmonar activa o pasada, de forma que el
diagnóstico se lleva a cabo como consecuencia de una laparotomía exploradora.
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con la enfermedad inflamatoria intestinal. La tuberculosis es la causa más
frecuente de hepatitis granulomatosa. Ésta raramente se presenta aislada, y suele
verse en el seno de una tuberculosis diseminada.
Peritonitis tuberculosa
Pericarditis tuberculosa
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subxifoidea. Aparte del tratamiento quimioterápico, la utilización de corticoides a
altas dosis puede estar indicada, asociándose a una reducción de la mortalidad.
Tuberculosis miliar
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características de secreción inadecuada de ADH, asociada frecuentemente a
meningitis. Es frecuente observar aumento de las cifras séricas de fosfatasa
alcalina y transaminasas. La tuberculosis miliar fulminante puede asociarse con un
síndrome de distrés respiratorio del adulto y una coagulación intravascular
diseminada
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enfermedades subyacentes a la que erróneamente se les atribuye los síntomas
del enfermo.
Tuberculosis ocular
La tuberculosis puede afectar a cualquier parte del ojo. Las manifestaciones más
frecuentes son la uveítis y coriorretinitis. La queratitis fluctúenla es muy sugestiva
de tuberculosis y puede servir de diagnóstico diferencial con la sarcoidosis, de las
que clínicamente es difícil de diferenciar.
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oportunistas. La fiebre es un signo prácticamente constante mucho más frecuente
que en los pacientes inmunocompetentes. El paciente puede acudir con un cuadro
agudo de pocas horas o días de evolución, similar a una infección bacteriana
clásica, o con cuadros de varios días de evolución, caracterizado por fiebre y
síntomas sistémicos inespecíficos.
Los abscesos viscerales, aunque ya fueron descritos en la era previa al sida, son
una complicación más frecuente en estos enfermos que en los no infectados.
Suele ocurrir en el seno de tuberculosis diseminada con gran carga bacilífera, y
generalmente en estados de inmunodepresión avanzada. Las manifestaciones
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clínicas van a depender del órgano afectado: se han descrito en la próstata, bazo,
hígado, riñón, músculo psoas y piel. El diagnóstico de sospecha suele ser
radiológico, y en ocasiones se confirma con la aspiración del material purulento.
La detección de múltiples imágenes radiológicas hipodensas de diferentes
tamaños en órganos como el bazo o el hígado en el seno de un síndrome febril es
muy sugestiva de tuberculosis diseminada. Hay que sospechar la presencia de un
absceso en los casos en que la fiebre persiste a pesar de un tratamiento correcto,
o que reaparece tras un período de defervescencia. Se suelen resolver con
tratamiento médico o con este más drenaje. Rara vez es necesaria la Cirugía.
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diagnóstico de tuberculosis diseminada y, en pacientes en los que no se puede
recoger otras muestras, o éstas son negativas para la micobacteria, permite el
diagnóstico de infección. No parece que la presencia de micobacteriemia implique
peor respuesta terapéutica o peor pronóstico en los pacientes VIH positivos con
tuberculosis.
Diagnóstico
Historia clínica
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como los casos de tos prolongada que no remiten a pesar de tratamiento
convencional.
Entre estos datos se incluyen la fiebre prolongada sin datos de focalizad infecciosa
y en ausencia de documentación de otra etiología (fiebre de origen desconocido),
de la cual la tuberculosis es la primera causa en España y otros países,
adenopatías en múltiples territorios, especialmente intratorácicas o
intraabdominales, sobre todo, si se acompaña de fiebre, infiltrados radiológicos de
apariencia miliar y meningitis linfocitaria de evolución subaguda.
Exploración física
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enfermos con tuberculosis pulmonar suelen ser escasos, salvo que la afectación
sea extensa. En algunos enfermos es totalmente normal, en otros se pueden
auscultar estertores en la zona afectada, que se acentúan después de la tos. En
caso de cavitación se puede escuchar un soplo tubárico. En otras, se auscultan
sibilancia como consecuencia de la estenosis de algún bronquio.
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Patología Presentación Antecedentes Analítica Radiología
Hemograma
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Analítica
Radiología
Radiografía de tórax
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aquellas imágenes que no cambian en radiografías seriadas durante 3 ó 4 meses
si son más sugestivas de una tuberculosis antigua (o de otro proceso). Es
frecuente ver en estas lesiones antiguas retracciones del hilio pulmonar o
desviación de la tráquea.
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(especialmente recibe pentamidina en aerosol como profilaxis) y las neumonías
bacterianas.
La ecografía abdominal
TAC y RMN
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Son más sensibles para hallar lesiones cavitadas en el parénquima pulmonar, que
no son visibles aún en la radiología simple. La tomografía axial computadorizada
de alta resolución del tórax es más sensible para tuberculosis miliar que la
radiografía simple. Se pueden observar numerosos nódulos de 2 a 3 mm
distribuidos por todo el pulmón. Sin embargo, aunque sensibles, estos hallazgos
no tienen por qué ser específicos. Pueden aparecer también en otras
enfermedades infecciosas (Haemophilus influenzae, Mycoplasma neumonía,
Cándida albicans), y no infecciosas (sarcoidosis, adenocarcinoma metastásico,
linfoma, amiloidosis, neumoconiosis).
Microbiología
Baciloscopia
Para ello deben recogerse tres muestras de esputo, especialmente por la mañana
(aunque en su defecto pueden utilizarse las del día anterior, conservadas en
frigorífico, y protegidas de la luz) y, si es posible, antes de iniciar el tratamiento
anti-tuberculoso.
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Es importante instruir al paciente sobre como recoger la muestra, e informarle de
que las secreciones nasofaríngeas y la saliva no son lo que pretendemos
conseguir, sino un esputo de vías respiratorias bajas, resultado de la tos. Ésta se
puede provocar con varias respiraciones profundas. Si es posible, la primera
muestra debería obtenerse bajo la supervisión de personal sanitario
(convenientemente protegidos). Se recogen en un recipiente estéril de plástico con
la boca ancha y cierre hermético. Como todas las muestras, en fundamental la
identificación para evitar confusiones.
Aparte del esputo, numerosas muestras orgánicas pueden ser procesadas: orina
(igualmente tres muestras de días distintos, la primera de la mañana), LCR,
Líquido pleural, aspirado ganglionar, pus, biopsias, sangre. Deben ser recogidas
en envases estériles y enviadas al laboratorio de microbiología lo antes posible, o
refrigeradas a 4º C hasta el envío.
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El diagnóstico rápido se realiza mediante el examen directo o baciloscopia.
Habitualmente, se realiza con la técnica fluoro crómica de Auramina,
cuya lectura es más rápida, completa y sensible que la de Ziehl-Neelsen, que
debe ser reservada para comprobar los cultivos crecidos. Estas técnicas de tinción
se basan en que las micobacterias son bacilos ácido-alcohol resistentes (BAAR),
debido a su envoltura lipídica que impide la acción del decolorante alcohol-acido.
La sensibilidad de esta prueba va a depender en gran medida de la experiencia de
quien la realiza, y varía ente el 60 y el 75 % para muestras respiratorias, siendo su
VPP para el diagnóstico de tuberculosis mayor del 90 %. Para otras muestras la
sensibilidad no llega al 50 por ciento. Los informes de las baciloscopias de
muestras respiratorias deben incluir una cuantificación para orientar al clínico
sobre la respuesta al tratamiento: en cruces (+, ++ o +++), o en BAAR/100 campos
de inmersión.
En piel puede expresar tanto una infección por M. tuberculosis como por
micobacterias no tuberculosas. En los pacientes VIH en cualquier tipo de muestra
una auramina positiva suele corresponder también a tuberculosis, aunque la
posibilidad de micobacterias no tuberculosas es mayor que en los
inmunocompetentes. Todas las muestras remitidas, aunque la auramina sea
negativa, son cultivadas en medios especiales (Lowenstein-Jenssen, Coletsos o
similares). En estos medios habituales el aislamiento del microorganismo puede
tardar de 2 a 8 semanas (más rápido en los medios a base de huevo como el
Coletsos, que en los que no lo llevan).
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En toda muestra se lleva a cabo la identificación de la cepa aislada.
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50 % si la baciloscopia es negativa. La especificidad es mayor del 95 % tanto en
baciloscopias positivas como negativas.
Otros métodos
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El ADA en líquido pleural con cifras mayores de 40 UI presenta una sensibilidad y
especificidad muy altas, mejoradas aún más cuando el cociente ADA1/ADA total
es menor de 0,42, ya que es el ADA2 el que aumenta en el derrame tuberculoso.
La determinación de la actividad de la adenosina desaminasa en el líquido ascítico
presenta una sensibilidad del 86 % y una especificidad del 100 %.
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2.2 Materiales e insumos
Rotafolio
Papelógrafos
Volantes
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3. Conclusiones
Si se tienen en cuenta las personas que piensan que no contraerían la
tuberculosis y aquellas que aun pensando que pueden enfermar no acudirían al
médico, se pone de manifiesto la importancia de la investigación activa con la
finalidad de detectar a tiempo posibles casos de enfermos de TB.
Una gran mayoría de las personas con alguna referencia sobre la TB, al ser
diagnosticadas, realizarían el tratamiento indicado, sin embargo, una cantidad
importante de ellas no lo haría, lo que puede ser indicativo de la necesidad de
continuar profundizando en la extensión del conocimiento acerca de la
enfermedad en la población.
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Bibliografía
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respyn2.uanl.mx/iv/3/articulos/tbexp_co.htm
https://cuidateplus.marca.com › Enfermedades › Infecciosas
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kKHa8uC
https://www.google.com/search?q=que+es+la+tuberculosis&rlz=1C1CHBF_esBO8
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LdChcQ
https://candidiasisweb.com/tipos/otras-infecciones/por-bacterias/tuberculosis.php
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Anexos
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