Manejo y Conservación de Suelos Libro
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UNIDAD 3
POR:
NICOLÁS BAUTISTA
BREYBER VILLAMIZAR
JUAN GARCÍA
DIEGO PÉREZ
JESUS RANGEL
TUTOR:
NORTE DE SANTANDER
2018
INTRODUCCIÓN
Actualmente, la producción de los suelos está muy relacionada con su aprovechamiento, por
lo cual se puede afirmar que el valor del suelo está atado a su uso.
El territorio ha sido sometido, desde la época de la colonia, a fuertes presiones por efecto de
los asentamientos humanos, las vías de comunicación como carreteras, la extracción de
madera, la agricultura y la ganadería semi-extensiva. Todo ello ha traído, como consecuencia,
la pérdida de las cubiertas vegetales, así como procesos erosivos con distintos niveles de
desarrollo.
En este sentido, las prácticas agronómicas de conservación buscan prevenir la erosión del
suelo mediante modificaciones en el método de cultivo de diversos rubros. Se debe realizar
un manejo integral de la fertilidad del suelo y de las labores de siembra, mientras las prácticas
físicas de conservación, buscan controlar el flujo de agua fuera de las parcelas agrícolas
mediante la construcción de obras físicas como canales de desviación, barreras de piedra y
reservorios, para disminuir la erosión del suelo directa y así mejorar la productividad del
suelo.
La erosión hídrica es la causada por las aguas lluvias al caer sobre terrenos desnudos, y que
en su escurrimiento por terrenos pendientes arrastran el suelo, para depositarlo en zonas bajas
e ir a enlodar y obstruir las fuentes de agua. Existen tres clases de erosión hídrica, según la
forma como el agua actúe en el suelo: Erosión por salpica miento, por escurrimiento y por
infiltración,
Cultivos en franjas alternas: El cultivo en franjas o bandas alternas consiste en plantar fajas
en los terrenos pendientes, más o menos anchas, de plantas que crecen muy juntas como
pastos, carretones o cultivos densos que no necesitan frecuente remoción del suelo, las cuales
alternen con bandas de cultivos limpios como el maíz, yuca. De esta manera las fajas de
cultivos densos o protectores, detienen el suelo deslavado de los cultivos limpios, ayudan a
la infiltración y quitan velocidad y masa a las corrientes defendiendo los predios inferiores.
Barreras vegetativas o de piedra: Estas son cordones de plantas vivas o piedra, las cuales se
colocan en curvas de nivel a 25 o 30 cm de distancia una de otra, de acuerdo a la pendiente
del terreno. Las plantas de vetiver y limoncillo son especiales para su uso como barreras
vivas. En la tabla número 10 se dan las distancias horizontales entre barreras.
Anillas de absorción: Estas se trazan a mano o con arado siguiendo el contorno de los
potreros, a intervalos regulares. Pueden aplicarse a todos los suelos, excepto los arenosos o
muy quebrados. Por este medio se obtiene control de deslave, disminución de la velocidad y
cantidad de agua erosiva, absorción y mantenimiento de la humedad y mayor capacidad de
pastoreo, especialmente en las épocas de sequía.
Prieto, Bolívar, Carlos Jaime. El agua: sus formas, efectos, abastecimientos, usos, daños,
control y conservación (3a. ed.), Ecoe Ediciones, 2009. ProQuest Ebook Central,
http://ebookcentral.proquest.com/lib/unadsp/detail.action?docID=3196043.
PRÁCTICAS CONTRA LA EROSIÓN EÓLICA
Reducir la longitud del campo en la dirección del viento: A medida que el viento recorre una
superficie, la va erosionando y se va cargando de partículas hasta que llega a su máxima
capacidad de transporte por saturación. A partir de ese momento, la cantidad de suelo
erosionado permanece constante. La longitud del campo a la que se alcanza el punto de
saturación depende de la velocidad del viento y de la erosionabilidad de la superficie. Así, a
mayor velocidad y erosión , menor será la distancia a la que se alcance la saturación. Por
tanto, lo más eficiente desde el punto de vista del control de la erosión eólica es mantener la
anchura del campo por debajo de una longitud crítica (longitud a la que se produce un 63%
de la máxima capacidad de transporte del viento; y que, para la mayor parte de los suelos,
suele ser inferior a 150 m (Fryrear y Saleh, 1996)
• Evitar el laboreo cuando la superficie del suelo está seca. La erosión eólica sólo se produce
cuando el suelo está suficientemente seco y es la fracción más fina del suelo la más vulnerable
a través de la producción y emisión de polvo a la atmósfera.
En campos agrícolas Cuando nos planteamos estrategias para la conservación del suelo, el
principal objetivo no es retener cada partícula de suelo dentro del campo, sino limitar su
pérdida a unas tasas que no pongan en peligro la productividad del suelo; es decir, mantener
el suelo como recurso útil y permanente (Troeh y Thompson, 2005). Como hemos señalado
anteriormente, el interés por controlar la erosión eólica tiene también un carácter económico
con ventajas que afectan no sólo al agricultor sino a la sociedad en general (Tabla 1). Las
técnicas de control de la erosión eólica en campos agrícolas pueden agruparse, según su
efecto, en medidas destinadas a reducir la erosividad del viento o la erosionabilidad de la
superficie del suelo. En cuanto al primer grupo de medidas, cualquier sistema que reduzca la
velocidad del viento en la superficie reduce la erosión eólica. A continuación, se señalan
algunas de las medidas que el agricultor puede aplicar con este fin:
• Labrar perpendicularmente a la dirección del viento dominante. Los caballones dejados por
la labor crean un micro relieve que, dispuesto en ángulo recto a la dirección del viento,
protege la superficie del suelo en el periodo que transcurre entre la preparación del suelo y el
establecimiento de una adecuada cobertura de cultivo. Sin embargo, en la práctica, la mayor
parte de los agricultores en Europa labran en la dirección del lado más largo del campo ya
que, de esta forma, se reduce el tiempo de las operaciones, aspecto más valorado que el
control de la erosión (Riksen et al., 2003).
• Reducir la longitud del campo en la dirección del viento. A medida que el viento recorre
una superficie, la va erosionando y se va cargando de partículas hasta que llega a su máxima
capacidad de transporte por saturación. A partir de ese momento, la cantidad de suelo
erosionado permanece constante (Fig. 3). La longitud del campo a la que se alcanza el punto
de saturación depende de la velocidad del viento y de la erosionabilidad de la superficie. Así,
a mayor velocidad y erosionabilidad, menor será la distancia a la que se alcance la saturación.
Por tanto, lo más eficiente desde el punto de vista del control de la erosión eólica es mantener
la anchura del campo por debajo de una longitud crítica (longitud a la que se produce un 63%
de la máxima capacidad de transporte del viento; Fig. 3) y que, para la mayor parte de los
suelos, suele ser inferior a 150 m (Fryrear y Saleh, 1996). En grandes campos, el cultivo en
franjas o fajas (stripcropping) dispuestas transversalmente a la dirección del viento
dominante permite reducir la superficie expuesta al viento. Esta práctica consiste en dividir
el campo en bandas estrechas alternando dos o más cultivos o cultivo con barbecho. De esta
forma, se intercalan cultivos protectores o rastrojos con barbecho o cultivos susceptibles a la
erosión. En Europa esta práctica no es habitual quizá porque el agricultor la desconoce o
porque no se ajusta a la organización de su finca agrícola. Por el contrario, en las áreas
semiáridas de las Grandes Llanuras de EEUU, el cultivo en franjas, alternando cultivo con
barbecho, es una práctica común para reducir el riesgo de erosión eólica durante el periodo
de barbecho con suelo desnudo.
La compactación es un fenómeno que afecta al suelo debido a que una fuerza externa
comprime las partículas del suelo, terminado estas entre sí muy unidas unidades y esto genera
poca filtración de agua y de intercambio gaseoso en el suelo, factor que pone en desventaja
a las plantas para que se desarrollen en estas condiciones.
El diagnóstico para compactación de suelo se puede realizarse con varios ejercicios sencillos
entre ellos la capacidad o velocidad de filtración del agua sobre una superficie determinada,
con la ayuda de un penetro metro, la evaluación del sistema radicular de una de las plantas
que se encuentren en este suelo y hasta a simple vista de las áreas que tiene superficies duras
y que le cuesta mucho a la vegetación cubrir estas zonas.
Los controles se pueden realizar disminuyendo el paso de maquinaria agrícola, el sobre
pastoreo, aplicación de labranzas que mejoren el suelo para lograr una mejor profundidad
efectiva, siembra de plantas con sistemas radiculares fuertes y profundos para que genere
cavidades por donde pueda fluir el agua y el aire, incremento de la fauna del suelo entre ellos
las lombrices.
BIBLIOGRAFIA
Prieto, Bolívar, Carlos Jaime. El agua: sus formas, efectos, abastecimientos, usos,
daños, control y conservación (3a. ed.), Ecoe Ediciones, 2009. ProQuest Ebook
Central,
http://ebookcentral.proquest.com/lib/unadsp/detail.action?docID=3196043.
https://www.sac.org.co/images/contenidos/Cartillas/Cartilla%20Suelos.pdf