Rabello de Castro. Resúmenes

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I.S.F.D. y T.

Nº 25

PROFESORADO EN EDUCACIÓN ESPECIAL

4TO. AÑO

INTERACCIONES SOCIALES

RABELLO DE CASTRO, L. “INFANCIA Y ADOLESCENCIA EN LA CULTURA


DEL CONSUMO”

TIEMPO INSTANTÁNEO: LA AHORIDAD

Discrepando sobre el tiempo

Una de las características de la contemporaneidad es la existencia y la percepción de


diferentes modos de vida que componen una sociedad heterogénea y compleja. La
infancia y la adolescencia van agendando modos de subjetivación donde la estética
temporal se presenta a través de una multiplicidad de representaciones. La estética
temporal son las múltiples apariencias del tiempo. La tesitura contemporánea del tiempo
interviene en la estructuración de la subjetividad de la infancia.
La infancia y la adolescencia son modos de mirar el tiempo, si las consideramos como
parcialidades de una totalidad, el ser humano. De esta forma la infancia y adolescencia
se consideran un llegar a ser, un pasaje con destino a la madurez.
En diferentes entrevistas realizadas a los niños, se puede ver la cuestión de la
previsibilidad, lo que los niños hacen hoy está encarado como causalidad en relación
con el futuro, aquí el tiempo es visto como una potencia destinadora, donde si hacemos
esto obtenemos aquello.
La ciencia contemporánea desestructura la concepción clásica de previsibilidad y
reversibilidad temporal, en la cual se puede prever lo que viene después de lo que se dio
antes; ya no se pueden ignorar los fenómenos imprevisibles que suceden en el intervalo
entre la causa y el efecto.
La teoría del caos o de la complejidad reinterpreta al mundo a través de un diálogo vivo
con la naturaleza, donde el azar, lo imprevisible y la historia adquieren nuevos sentidos.
Lyotrad piensa la cuestión de la temporalidad desde la evaporación de los grandes
relatos. Estos relatos serían aquellos que forman la “trama” dominante por medio de la
cual nos insertamos en la historia, teniendo un pasado definido y un futuro previsible.
Hoy, en la cultura de consumo, hay una extrapolación del conocimiento local a un
contexto global, y en esa perspectiva la evaporación de los grandes relatos abre un
abanico con capacidad de capturar la naturaleza de las discontinuidades, en
contraposición a la linealidad, y a otros reordenamientos temporales.
Decimos que este tiempo discontinuo es un tiempo heterogéneo, el antes y el después
instalan una fragmentación.
Según Maffesoli en la cultura del consumo las relaciones se dan a partir de un objeto.
Este objeto posmoderno aparece valorizando el presente en detrimento del futuro y, a
través de su función de acontecimiento, ese objeto viene a concentrar tiempo y espacio.
El presente se torna un instante eterno, el tiempo se acorta y el presente se futuriza.
Virilio dice que en esta época el instante es el marco principal, el tiempo tiene una
duración técnica. Hoy en día el tiempo está influenciado por la tecnología, creando un
falso día electrónico, día secundario que sólo existe a través de los medios de
comunicación. El niño entra en el ritmo veloz de la máquina y por eso hasta su hablar se
vuelve fragmentado.
Dentro de la perspectiva de la cultura de consumo, Simmel habla de la cultura objetiva y
de la cultura subjetiva. La cultura objetiva sería aquella en donde el objeto se diseñaría
para el sujeto por su instrumentalidad, distante, por ende, del ajuste continuo y
teleológico entre sujeto y objeto que sería el espacio de la cultura subjetiva. En la
cultura objetiva hay una disolución de la presencia del sujeto. En la cultura subjetiva
habría una relativización del consentimiento a ese tipo de régimen, un incremento en la
capacidad de crítica y lucidez, y la posibilidad de mirarse en el espejo y reconocer el
propio rostro.
Merleau- Ponty dice que el tiempo puede estar atravesado por “ondas temporales” que
se dan cuando el tiempo pasado se “presenta” en el presente.
El tiempo subjetivo es aquel vivido por el sujeto, y el objetivo es una visión organizada
del tiempo, mesurable. Este tipo de tiempo sustenta dos tipos de filosofías: una
acumulativa y finalista y otra que es puntual y contingente.
Hoy en día el tiempo se interpreta como una “mercancía”, expresándose por su uso o
desuso. Tener tiempo y no tenerlo pueden ser referencias tanto deseables como
lamentables para la modelización de la cotidianidad de la infancia y adolescencia de
hoy.

Tiempo de lo instantáneo: la “ahoridad”

Se cuestiona el tiempo como permanencia y como cambio, la conjunción de un tiempo


estático y de un tiempo dinámico. Se va a llamar nomadización temporal a ese recorrido
del individuo contemporáneo donde la coexistencia del pasado por la memoria y del
futuro por un proyecto se actualiza en un ahora donde las discontinuidades y las
diferencias no son descartadas.
La infancia y la adolescencia van a presentar o no una sumisión y una pacificación
respecto del orden vigente, y por esa vía, un modo de subjetivación que es como una
mimesis maquínica, donde las señales emblemáticas de la cultura de consumo se
actualizan a través de mecanismos de input y output, respetando el ritmo frenético de
una temporalidad del hoy, del aquí, del ahora, por eso se lo llamara “ahoridad”.
Si no queremos dominar la perplejidad de estar frente a la información y de reescribirla
con nuestras memorias y nuestros proyectos, trasponemos los umbrales de la
“subordinación del espíritu a las reglas y a los valores de la industria cultural” y
abrazamos la experiencia.
Esta concepción del tiempo no presta una lógica, pero sí la sustancialidad de la cultura y
del culto, por la inserción del sujeto con su memoria. Memoria de lo recurrente y de lo
simultáneo, memoria de un tiempo reversible, donde el sujeto percibe que lo que fue
puede volver.
El tiempo de la ahoridad incluye los aspectos de las concepciones temporales anteriores
pero, en una perspectiva no estancada por la datación. Es esta posibilidad de transición
entre retornos y avances, la que estructura la reversibilidad del tiempo, donde la
percepción supone el tiempo como secuencia y la memoria hace que el sujeto lo viva
como simultáneo.
El niño va a realizar sus proyectos de futuro de acuerdo con la realidad que está
viviendo.
Benjamín habla de una temporalidad que es del ahora, porque está siempre remitida a lo
vivido, a la memoria afectiva. Todo conocimiento histórico es conocimiento del
presente, conocimiento del tiempo en que esas experiencias se expresan. El pasado no
se encuentra fijo e inmutable, el presente va a reconstruirlo.
Entrevistando a niños y adolescentes, podemos decir que el tiempo presenta una buena
relación con el malentendido, invirtiendo posiciones, lugares, tiempos, donde el tiempo
dialógico parece caracterizado por el surgimiento de lo imprevisto. En este sentido la
construcción de la subjetividad hace prevalecer una errancia pulsional donde ese tiempo
instantáneo, huido, atemporal, tiene sentido porque “buscar en vano es tan importante
como tener la suerte de encontrar”.

CONSTRUCCIONES DE IDENTIDAD Y LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD


EN LA CULTURA DEL CONSUMO

- La cultura del consumo construye la identidad, y la felicidad está marcada por la


posesión de bienes materiales.
- Los medios modelan el imaginario de los sujetos y esta verdad debe ser
problematizada.
- Las identidades son múltiples, procesuales y parciales. Se introducen
modalidades específicas en la construcción de la subjetividad que deben ser
analizadas a través de:
1.- La alteridad: ámbito de la relación niño – adulto, el adulto da dispositivos
culturales y en ese ámbito se define el GUSTAR (lo interno, propio de cada
sujeto, lo significativo para él) y el HACER (lo impuesto por la exterioridad, lo
ajeno a una elección personal). En este sentido, el lugar social del niño está
caracterizado por la ambivalencia: puede hacer lo que le gusta (menos
obligaciones y responsabilidades) y también lo que es demandado (por estar bajo
la tutela del adulto). Lo culturalmente valorizado es el HACER: el tiempo es
valorado por la cantidad de producciones que puede desarrollar (cultura del
consumo), el tiempo es un bien precioso para ser consumido. Lo que “se hace”
permite determinar en qué clase social se está inserto, establece fronteras de
identidad.
2.- La objetalidad: se refiere al papel del consumo y la materialidad: el gusto se
articula con la posesión de bienes de consumo que simbolizan la pertenencia a
grupos; orientan la identificación con categorías de género; son categorizados
por los medios de comunicación social; establecen criterios descartables
(momentáneos, pasajeros). El sentimiento de pertenencia social se apoya en la
materialidad y a ella se somete el logro de la felicidad, pero esos objetos
proveedores de felicidad son muy inconstantes. Las posibilidades de consumo y
los objetos demarcan escalas que definen al consumidor en relación con el placer
y el prestigio del que puede gozar, esto lleva a una homogeneización de los
sujetos y a asociar status con felicidad.

- EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD DEL NIÑO DE HOY SE


DEBE TENER EN CUENTA LA INTENSA IDENTIFICACIÓN CON LA
MATERIALIDAD NECESARIA PARA LA CONSECUSIÓN DE UN LUGAR
SOCIAL EN TANTO CONSUMIDOR.
- Los niños parecen preocupados por tener dinero en el futuro para realizarse
como consumidores. EL ACCESO A LOS BIENES DE CONSUMO SE
PLANTEA HOY EN ELHORIZONTE DE LOS NIÑOS COMOVALOR
PRINCIPAL, ORIENTANDO ACCIONES Y ASPIRACIONES.
ESTETIZACIÓN DEL CUERPO: IDENTIFICACIÓN Y PERTENENCIA EN LA
CONTEMPORANEIDAD

CUERPO:
 Dimensión De los sentidos, emociones, placeres, sufrimientos.
 Pulsión, cuerpo erotizado, cuerpo de deseo (Freud)
 Cuerpo investido por el poder (Foucault)
 Actualmente: culto al cuerpo: desde el consumo es el mas bello y preciado de
todos los objetos, lugar privilegiado en publicidad, en la cultura de masas, en el
culto higiénico, dietético y terapéutico. Para ser cuidado y exhibido. Para ser
trabajado, permeable a las mutaciones, producido a partir de valores sociales y
culturales, por los recursos y la tecnología, esto permite un distanciamiento del
cuerpo “natural”. Factor de relevancia en la construcción de las nuevas
subjetividades.

Importancia de la ropa: en relación al concepto de hábito. Ropa como extensión de la


piel, como integrada a l modo de vivir, señala de la categoría social o grupo al q
pertenece, estar a la moda posibilita el acceso a encuentros sociales, funciona como
signo de pertenencia o de exclusión. Una de las causas de esto sería q la intensificación
de la producción de imágenes es una de las principales características de la época
contemporánea.
Cultura del consumo: énfasis puesto en la estética. Lo q se consume, los objetos q se
tienen o se usan definen al consumidor, trazando su perfil. La estatización de los
cuerpos denota un doble aspecto de la existencia: la estética q diferencia y la estética q
agrupa.
Las ropas son máquinas de comunicarse y la apariencia es causa y efecto de una
intensificación de la actividad comunicacional

Cambio de la lógica de la identidad (modernidad, modelo individualista, de


identidades estables, centradas en q el individuo, una vez q tiene una personalidad, se
afirma en ella hasta el fin de sus días) por la lógica de la identificación (pone en
escena a las personas de máscaras variables, donde el cuerpo y la apariencia son la
marca de una sociedad estética y pluralista, presupone un modelote identidades
múltiples, fluidas)

Conclusiones:

Cuerpo: lugar privilegiado de manifestación de la estética, donde la realidad se


enmascara y se revela a través de la superficie del cuerpo. Se muestra como objeto
propicio capaz de manifestar y transitar por todos los valores de la sociedad
contemporánea (expansión del consumo, búsqueda de bienestar y entretenimiento,
pluralidad fragmentada, valoración de las sensaciones, pluralidad de identidades).
Los jóvenes se permiten transitar por una fluidez de identidades aprovechando la
estatización del cuerpo, las mutaciones de la apariencia, en un juego de placer. No se
considera q la fluidez y la versatilidad de la apariencia implique necesariamente una
ausencia de sentido.
LA CIUDAD, EL NIÑO Y EL JOVEN: ¿DES - MAPEO COGNITIVO O
DESARTICULACIÓN SOCIAL?

CIUDADES:
 Actualizan nuevas posibilidades de relaciones sociales articuladas por la división
del trabajo y por los estilos de vida determinados por la sociedad de consumo.
 Son el espacio – tiempo donde se proyectan lógicas diferentes, conjuntos
contradictorios o no de negociaciones y conflictos sociales q contribuyen a la
construcción de las subjetividades.

CIUDAD CONTEMPORÁNEA:
 Lugar de la imprevisión y del caos.
 Negativización de la experiencia urbana: miedo, violencia, grandes distancias,
aislamiento, anonimato y soledad. Coexiste la ley y la violencia.
 Niños y jóvenes: situación de “privación urbana”: no participan en la
construcción del espacio urbano q les es impuesto, se restringen a espacios
planeados (clases altas, shoppings) o espacios de nadie (clases bajas, la calle).
 Estar en una gran ciudad requiere lidiar permanentemente con la
desambientación: el mapa cognitivo q nos hacemos de la ciudad es siempre
incompleto, fraccionado, inadecuado, las referencias espaciales se transforman
rápidamente, se desactualizan los relatos q hacemos sobre la ciudad por la
velocidad de la transformación del espacio lo q hace q el sujeto se sienta extraño
en su propio hábitat.
 Agigantada en sus dimensiones, refractaria respecto al conocimiento q pueda
tenerse de ella, imposibilidad de intervenir como una totalidad para el sujeto: se
vuelve para el sujeto como una situación laberíntica q genera angustia. Lo q
alivia esta sensación es la posibilidad de trasladarse en la ciudad. En este
sentido, niños y jóvenes están circunscriptos a los espacios q los adultos juzgan
adecuados para ellos. Sus desplazamientos están orientados por el consumo (el
shopping expresa una nueva forma de socializarse en la ciudad.
 Propicia una instrumentalización en las relaciones sociales y también la
expansión de la cultura objetiva q aliada a la técnica, hace q los afectos se
restrinjan a las cosas y objetos, en perjuicio de las relaciones personales: proceso
de objetivación de lo subjetivo.
 La cultura del consumo: responsable del lugar privilegiado ocupado por las
cosas. El deseo de consumir no se apaga y esto se considera como un elemento q
provoca un proceso de distancia y separación entre las personas, de construcción
de fronteras de identidad mantenidas a costa de un estado de ausencia
permanente q activa a su vez, el deseo de complementación a través de la lógica
introyectiva del consumo (círculo vicioso). El sujeto se autodetermina a través
de los proceso de separación individual y a través de su inclusión en un todo más
amplio q lo recibe y lo diferencia de los demás y q está dado por el acceso a los
bienes de consumo. El reconocimiento comprende la constatación de igualdades
y diferencias. La dinámica de inclusión – exclusión puede provocar problemas
en la naturaleza de los vínculos sociales en el espacio urbano.
 Incluye la figura del “extraño” q hace referencia a la variedad de los encuentros
interpersonales fortuitos, temporales, efímeros en los escenarios anónimos de la
vida cotidiana. Se recupera la figura del “enemigo” encarnado por todos los q no
pertenecen al grupo de iguales, al uno en q el grupo se convierte, q incluye a los
supuestamente idénticos y excluye a los diferentes. Los prejuicios y la xenofobia
son alimentados y dan lugar a un proceso eficiente de desarticulación social.

Alternativas:

- Reconstrucción del espacio público.


- Niños y jóvenes como poseedores de la posibilidad de actuar sobre los destinos
de la ciudad q se quiere construir.

ESPACIO URBANO Y TRANSFORMACIONES DE LA SUBJETIVIDAD DEL


NIÑO Y DEL ADOLESCENTE

 Espacio: conjunto indisociable de sistemas de objetos naturales, fabricados y de


sistemas de acciones, deliberadas o no. Debe incluirse la acción humana en sus
dos dimensiones: determinada por las características naturales del espacio y
determinante (modificadora) de estas mismas características.
 Mundo globalizado: se transforma el paradigma especio – temporal q regula las
relaciones cotidianas y se imponen nuevas condiciones de vida: simultaneidad
tiempo espacio q implica la posibilidad de q en diferentes partes del globo
ocurran fenómenos interrelacionados. El espacio incluye lo relacionado con el
consumo, el trabajo, el entretenimiento, la realidad virtual, la violencia urbana.
 La relación entre la nueva ciudad moderna y la nueva sociedad del consumo dio
origen a nuevas formas de subjetividad. Aparecieron lugares específicos para el
consumo, los grandes mercados, los shoppings.
 El espacio en la ciudad deja de ser público y se caracteriza por ser producto y
productor de la falta de relación social. Se percibe a la ciudad de manera
fragmentada, sus partes ya no se articulan para formar un todo. El vacío causado
por la falta de vivencia pasa a reemplazarse por un tipo de imaginario acerca de
la ciudad, basado y alimentado por los mcs. Esta cuestión está íntimamente
relacionada con la sociedad de consumo q crea nuevas necesidades para q los
nuevos productos y servicios sean consumidos. El individuo cambia su lugar de
actor por el de espectador, consumiendo bienes imaginarios.
 La casa deja de ser un espacio de permanencia y pasa a ser un lugar de pasaje.
Se valora el imperativo de la diversión y el lugar de entretenimiento es
predominantemente fuera de la casa.
 Se valora crecientemente el consumo del entretenimiento programado q es
vivido casi como una ocupación. Deja afuera a las personas de las capas mas
pobres de la población.
 Si admitimos q el niño es un ser histórico social cuyo proceso de subjetivación
es sobredeterminado y está sujeto a una relación dialéctica con su propia acción,
debemos creer en posibilidades cualitativamente diferentes e igualmente válidas
de producción de la subjetividad.
LA INFANCIA EN TIEMPOS DE MEGABYTES

 La existencia de una pluralidad de estímulos es tan avasalladora que transforma


la experiencia y propone otros caminos de subjetivación que se instituyen a
partir de los nuevos espacios, como el de los mass media, el consumo y la
sobrevaloración de la técnica. De esta manera la sociedad se reorienta. Las
películas, las marcas, la tv, los videos, las propagandas se configuran en una
multiplicidad de ritmos que atraviesan los espacios urbanos, comportamentales y
psicológicos de las personas. El progreso tecnológico es concebido como un
valor de intercambio, en un mundo en el que el hombre se iguala a la máquina,
reproduciendo su funcionamiento, expresándose en términos de eficacia y
productividad y sometiéndose a un sistema científicamente determinado. El
trabajo se vuelve cada vez mas especializado, fragmentado, rutinario e integrado
a un sistema de mecanización que el hombre no reconoce como suyo. E
surgimiento de individuos consumidores es el reflejo de un sistema social, que
tiene en los medios de comunicación uno de sus mas expresivos mensajeros y
que no discrimina entre niños y adultos.
 Los juegos lanzados, cada vez mas sofisticados, “hacen de todo”, transformando
al niño en espectador pasivo de su desempeño. Los juguetes de hoy caracterizan
la pedagogía de la recreación que se anticipa a los propios deseos del niño o
corresponde al deseo de los adultos que dirigen la industria del entretenimiento y
de la diversión. Hay poca creatividad, las fórmulas ya están listas, el espacio de
la fantasía es dirigido y queda poco tiempo para descubrir cosas. Son muchos los
estímulos, el tiempo debe ser bien aprovechado. El espacio de la libertad, la
espontaneidad, el no compromiso, en la infancia, parece que cada vez se
estrecha más. La cuestión de la “competición” es fuerte y bien estimulada.
 Con los padres mas ausentes en lo cotidiano, corriendo detrás de sus demandas
personales y profesionales, el “espectáculo de los sueños” surge como una
ilusión que llena el vacío de las ausencias, la promesa de la alegría. Cada vez
más la exhuberancia de la técnica impide el lugar de la experiencia, del contacto,
del descubrimiento. Los padres van buscando un equilibrio, cosa que parece
difícil porque las variables son muchas. Así que, por sentirse culpables por el
ritmo acelerado de sus vidas, que muchas veces no les permite estar cerca de sus
hijos, y por el hecho de estar sujetos a la presión de los medios de comunicación
acaban por comprar en exceso compensando con eso la ausencia y traduciendo
el afecto en regalos. Muchas cosas son consumidas sin un análisis crítico,
solamente por la promesa de entretenimiento y felicidad.
 La tv, los juegos de video, las computadoras son parte de una educación
multimedia pertinente a este siglo y cabe a los padres orientar y obtener de estos
medios lo mejor. También debe ser problematizada la posibilidad que tienen los
padres, dentro de la actual estructura familiar, de viabilizar el tiempo y la
disponibilidad para eso.
 La fascinación que la televisión ejerce sobre los niños tiene mucho que ver con
el hecho de que se presenta para ellos como un objeto completo, que no frustra y
no se aleja. Sin embargo, el espacio para la duda y la angustia es un factor básico
en la construcción del yo, y así el individuo va estructurándose en una lógica de
realización de deseos, que universaliza el pensamiento, produciendo de este
modo tal “encanto” que culmina con la alienación.
 En una sociedad masificada, donde los deseo son “administrados” y
uniformemente ordenados, ser niño, en el sentido de ser alguien que busca, que
no sabe, que se equivoca, que se arriesga, se traduce en ser otro, desconocido,
cuya “alteridad” no se adecua al mundo de intereses programados.
 El niño se califica y es feliz a través de las posibilidades de tener y de consumir,
en un contexto donde la felicidad y lo efímero son permanentes.

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