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Las cualidades del trabajo de Peter Zumthor, cuidadoso y sensible, lento y respetuoso,
hacen de su casi perfecta arquitectura un objeto interesantísimo de análisis e investigación.
Más aun en estos tiempos en los que la disciplina arquitectónica, y la sociedad de consumo
en general, se encuentra inmersa en un vertiginoso ciclo de producción y exaltación de lo
“nuevo” y lo “original” y cada vez más alejada de las tradiciones constructivas y de la
sabiduría de los maestros constructores.
Por la rotundidad y sencillez de los cuerpos que forman su arquitectura, por la claridad
compositiva y espacial, por el tratamiento exquisito de los materiales, y también, por
supuesto, por el especial cuidado con que Zumthor ‘construye’ sus dibujos - que concibe a la
vez como herramientas de trabajo que nos acercan al objeto arquitectónico final y como
importantísimos elementos del proceso de diseño y construcción – parece pertinente
detenerse brevemente en algunos fragmentos de su obra, su pensamiento y su actitud en un
intento de aproximación a las claves de esa resistencia. Mientras la disciplina arquitectónica
‘globalizada’ continua sumergida en una tendencia que privilegia las experiencias
‘cuantitativas’ y ‘mediáticas’, el pequeño estudio/taller de Peter Zumthor en Haldenstein, una
localidad del cantón suizo de los Grisones (Graubünden), opera desarrollando lentamente
cada proyecto hasta el último detalle y privilegiando siempre la calidad del resultado final
como valor máximo y prioritario. Al margen de la alocada competición mediática global,
Zumthor escoge a sus clientes, prohíbe la reedición de su agotada monografía y se muestra
reticente a conceder entrevistas. En ocasiones, se permite el lujo de tomar distancia por
unos instantes y reflexionar críticamente sobre su propia actividad creativa y sobre la
esencia de la arquitectura, lo que ha dado lugar a una serie de textos, conceptos y
categorías sumamente interesantes desde elpunto de vista de la representación. El texto
que sigue explora y revisita algunas de estas categorías e ideas a través de la relectura y
traducción de algunos artículos del maestro suizo, poniéndolos en relación con su obra. En
particular, se ha traducido el artículo “Partituren und Bilder. Architektonische Arbeiten aus
dem Atelier Peter Zumthor. 1985-1988” que acompañaba a la exposición del mismo nombre
en la Architekturgalerie de Lucerna (publicado hasta la fecha unicamente en alemán) asi
como otro artículo y entrevista con motivo de la Casa Luzi.
Insuficiencia-Unzulänglichkeit
“Gebaute Architektur hat ihern Ort in der concreten Welt. Dort hat sie ihere Präsenz. Dort
spricht sie für sich.”2 (La arquitectura construida tiene su sitio en el mundo concreto. Allí
tiene presencia. Es allí donde habla por si misma; Peter Zumthor,“Partituren und Bilder.
Architektonische Arbeiten aus dem Atelier Peter Zumthor. 1985 1988” Architekturgalerie
Luzern ).
Los buenos dibujos de arquitectura serían entonces aquellos que contuvieran una serie de
puntos ambiguos en los que poder sumergirse y dejar que imaginación y curiosidad se
acerquen a la realidad prometida por el objeto representado. Cuando por el contrario, el
realismo y la artificialidad cobran demasiada importancia en una representación
arquitectónica, la representación misma se convierte en objeto de deseo y el anhelo del
objeto real se desvanece. Prácticamente nada remite entonces a la realidad que se
encuentra fuera de la representación, a Lo Real. La representación no contiene ya promesa
alguna sino que se refiere a si misma. En ultima instancia, es el dibujo (o el render
fotorrealista) el que es materializado, el que es construido físicamente en lugar de la propia
arquitectura, dando lugar entonces a una arquitectura que se parece cada vez más a los
dibujos que la representan, justo al contrario de lo que parecería razonable, resultando así
una suerte de “render construido”. Tanto la arquitectura de Zumthor como sus dibujos, son
bien diferentes.
El dibujo llama la atención por el fuerte contraste que provoca la presencia de la gran masa
negra que representa la montaña, y en la que se engloban los muros y otros elementos
constructivos que quedan en contacto con el terreno, enterrados o parcialmente enterrados.
Son igualmente negros los cerramientos que engloban los “bloques” que contienen los
diferentes ámbitos y programas y que organizan y definen los espacios del complejo.
Las masas negras de estos muros incluyen y funden todas las capas técnicas, refuerzos y
sistemas portantes en hormigón armado, muros de piedra, instalaciones, revestimientos, y
otros elementos cuya explicación se evita (para ello quedan, como veremos, otro tipo de
dibujos), de forma que los “bloques” que organizan el espacio, se perciben clara y
rápidamente como tales, como una serie de “cajas negras” que encierran un programa. El
contraste extremo entre estas masas negras de los muros y el blanco del resto del espacio y
de las aperturas a través de las que se relacionan el interior y el exterior de las cajas negras,
permite reconocer también con mayor rapidez y facilidad la posición de los puntos de acceso
y/o huecos acristalados.
Esta radical forma de representar los pequeños volúmenes que forman el edificio, facilita
una asociación del mismo con el medio, con el lugar, e induce a establecer relaciones
sensoriales y materiales con la propia montaña. El propio dibujo re-presenta y alude ya
algunas de las caracterísiticas del espacio arquitectónico al que dará lugar, el peso y
gravedad de unos muros espesos, la solidez y carácter masivo de la piedra, la oscuridad
tranquila y sombría de las diferentes salas de baño, etc...
Este proceso de reducción del dibujo se lleva hasta tal extremo que alguien podría quizá
echar en falta algún dispositivo gráfico que marcara la diferencia entre interior y exterior, lo
cual parecería hasta cierto punto una objeción razonable. Existen sin embargo varias
razones para apoyar la ejecución del dibujo tal y como aparece en la versión adjunta: por un
lado, la condición intermedia o indefinida del vaso de la piscina exterior que cuenta con una
parte en el espacio interior del complejo desde la que se accede al exterior; por otro, la
coincidencia del cerramiento acristalado con la frontera entre el exterior y el interior,
imposibilitando la inclusión de otra línea o conjunto de líneas que pudieran denotar
gráficamente esta transición; y finalmente, la posible lectura del edificio en su totalidad como
un espacio pétreo y excavado, en el que el contraste válido es el de vacío-lleno, entre partes
“macizas” o masivas y partes “excavadas”, quedando la relación interior-exterior en un plano
secundario, como una condición circunstancial, y no siendo por tanto necesaria, o al menos
no tan relevante, su representación.
Resulta un dibujo eficaz, sintético y muy explicativo, con una capacidad y fuerza
comunicativas enormes en comparación con el pequeño número de elementos gráficos
empleados.
Zumthor define al menos tres categorías de representación gráfica que presentan o hacen
aparecer la arquitectura de formas diferentes y que sin embargo siempre tienen como
objetivo la materialización, la realización del objeto representado. El dibujo en planta de las
Termas de Vals (fig.01) es un claro ejemplo de la categoría intermedia de “dibujos de
proyecto” (Projektzeichnungen), que suelen ser representaciones de carácter general y
temporal de una o varias ideas importantes. Estos dibujos normalmente están pensados
para terceros, promotores, administraciones o jurados de concursos, y su objetivo principal
es otorgarle a la arquitectura ideada una presencia temporal sobre el papel que manifieste la
esencia y el carisma del objeto al que se alude. Juega entonces un papel importantísimo
todo aquello que aun no es posible representar, así como los espacios reservados para lo
ambiguo, elementos que si son utilizados con precisión y cuidado, pueden inducir a quien
observa el dibujo a completar lo que falta mediante asociaciones personales e intuiciones
que sin embargo se ajustarán a la expresión del dibujo (cuando éste sea eficaz), y por tanto
a la propia arquitectura, manteniendo al tiempo el misterio del anhelo por el objeto real que
aun no existe.
En una fase previa del proceso proyectual, que sin embargo se prolonga y entremezcla con
las demás, constituyendo una categoría gráfica fundamentalmente operativa con una
presencia constante a lo largo de todo este proceso de generación de proyecto, Zumthor
define una primera categoría que engloba los dibujos de ideación a los que él denomina
Entwurfzeichnungen. En ella quedarían incluidos todos los dibujos, como los bocetos y
croquis, que se manifiestan como pequeñas huellas de un proceso de aproximación y
descubrimiento del objeto buscado.
Los dibujos de este tipo encierran las claves, éxitos y errores del proceso de este proceso de
acercamiento, y en la mayoría de los casos esconden la información más valiosa “entre
líneas” y requieren por tanto de aclaraciones para los no iniciados. Repasarlos, observarlos,
constituye entonces una experiencia reveladora, equiparable según Zumthor a la de ojear un
diario.
La tercera categoría hace referencia a los dibujos técnicos (de obra, o de trabajo)
(Werkzeichnungen), que para Zumthor tienen una importancia y un valor especialmente
esenciales al “tranquilizar la inabarcable abstracción geométrico-técnica de la idea
arquitectónica”. Son dibujos que definen con precisión la ubicación de las piezas en el todo,
su dimensión, los materiales y el tratamiento de las superficies, así como las conexiones,
encuentros y uniones entre ellas. Se aproximan de alguna forma al carácter de los dibujos
de anatomía, mostrando una cierta tensión interior, un cierto misterio, que los cuerpos
arquitectónicos terminados ya no revelarán (fugas, geometrías ocultas, fricción de los
materiales, fuerzas internas…)
Partituras e imágenes
Zumthor ha comparado estos dibujos técnicos, planos de obra, plano de trabajo, con las
partituras musicales. Por su alto grado de abstracción, son la representación más exacta de
la composición arquitectónica y la base imprescindible y sólida de la posibilidad de su
ejecución. Únicamente aquello que no aparece en la partitura se deja de la mano de la
práctica constructiva, del mismo modo que ocurre con la interpretación que de las partituras
hacen los intérpretes músicos.
Para Zumthor la arquitectura debe reflexionar sobre las tareas y posibilidades que le son
propias, evitando convertirse en símbolo de otras cosas alejadas de su esencia. En una
sociedad que celebra más y más lo “no-esencial”, la arquitectura puede ofrecer una cierta
resistencia y “oponerse al desperdicio de formas y significados, hablando su propio
lenguaje”.
Tanto la arquitectura como los dibujos de Peter Zumthor reflejan una volunta de producir
cosas simples y sencillas, de aportar respuestas sencillas y honestas a un problema
concreto. Es probablemente esta honestidad y sencillez la que le permite, combinada con su
especial sensibilidad, aproximarse a “la intrínseca esencia del objeto que debo crear,
confiando en que la obra construida sea suficientemente precisa para el lugar y la función
asignados, y desarrolle su fuerza sin necesidad de elementos artísticos”, aproximarse al
“núcleo duro de la belleza”.
si sucede en el proyecto de la casa Luzi, situada al borde del casco antiguo de la aldea de
Jenaz, en el cantón suizo delos Grisones, en una zona densa, de calles estrechas, llena de
robustas casascampesinas (Bauernhäusern) y a veces, masivas y viejas construcciones en
madera maciza(Blockbauen), oscuras, casi negras, quemadas por el sol.
4. Casa Luzi
En otro momento, Peter Zumthor explica también las dos principales motivaciones en
relación con esta vivienda: “En lo alto, no muy lejos del camino del nuevo edificio, hay una
vieja escuela. Una escuela. Una bella, magnifica, sencilla y simple ‘Strickbau’ . Fue
construida por uno de los entonces destacados arquitectos del cantón de los Grisones, a
quien también se deben varios hoteles en St. Moritz y Davos. Parece razonable que un
arquitecto produzca cosas simples y sencillas. Y justamente eso quería yo. Afrontar un
problema y responder con algo sencillo y honesto. Preferiblemente desde el anonimato. Esta
era la motivación más personal. Y la otra tenía que ver más con la construcción, con la
simplicidad constructiva de la técnica/tradición/arte del ‘Strickbau’. Cuando uno la
estudia/contempla, se da cuenta de su carácter realmente arcaico. Este sistema constructivo
tiene sentido en el siglo XVII cuando las ventanas en los muros de carga eran aún
pequeñas, pero cuanto más grandes se van haciendo las ventanas, tanto más se debilita la
robustez del ‘Strickbau’. Y a este respecto hemos encontrado una solución en esta casa” .
Zumthor resuelve esta paradoja mediante masivos y sólidos bloques en las esquinas, y unos
cuerpos centrales totalmente acristalados. Unos huecos de 6 metros de ancho que se abren
mediante puertas correderas y batientes, protegidos de la intemperie mediante profundas
terrazas, que hablan también de los deseos de los clientes con respecto a la luz y al
espacio.
Peter Zumthor: “Los espacios son como en el cine, las cuatro vistas son magníficas. Nada
molesta. Es extraordinario. Es como el cine.”
Para la redacción del presente texto se ha utilizado la información obtenida en la reciente exposición
monográfica sobre Peter Zumthor en el Kunsthaus de Bregenz, y especialmente, el texto “Partituren und
Bilder. Architektonische Arbeiten aus dem Atelier Peter Zumthor. 1985-1988.”publicado por la
Architekturgalerie de Luzern, y el artículo de Robert Fabach ‘Sieben Bilder zur Ökonomie der
Aufmerksamkeit oder wie sich Ort und Welt gegenseitig nähren. Zum Haus Liliane und Valentin Luzi von
Peter Zumthor.’(Siete imágenes acerca de la Economía de la Atención (Delicadeza) o cómo el Lugar y
el Mundo se alimentan mutuamente. Acerca de la Casa de Peter Zumthor para Lilliane yValentin Luzi)