5 Historia Del Derecho y Responsabilidad Profesional
5 Historia Del Derecho y Responsabilidad Profesional
5 Historia Del Derecho y Responsabilidad Profesional
RESPONSABILIDAD PROFESIONAL
DEL ABOGADO E HISTORIA DEL
DERECHO.
Queda prohibida la reproducción parcial o total de este libro, por medio de cualquier proceso
reprográfico o fónico, conocido o por conocerse, sin previo permiso escrito del Autor y del
Editor.
Esta edición y sus características son propiedad de Hernán Alejandro Olano García.
Abogado, con estancia Post Doctoral en Derecho Constitucional como Becario de la Fundación Carolina en la
Universidad de Navarra, España; estancia Post Doctoral en Historia en la Universidad del País Vasco como Becario de
AUIP; Doctor Magna Cum Laude en Derecho Canónico; es Magíster en Relaciones Internacionales y Magíster en
Derecho Canónico y posee especializaciones en Bioética, Derechos Humanos, Derecho Administrativo y Gestión Pública,
Liderazgo Estratégico Militar, Gestión Ambiental y Desarrollo Comunitario y, Derecho Constitucional. Es el Director del
Programa de Humanidades en la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas de la Universidad de La Sabana, donde es
Profesor Asociado y Director del Grupo de Investigación en Derecho, Ética e Historia de las Instituciones “Diego de
Torres y Moyachoque, Cacique de Turmequé”. Es el Vicecónsul Honorario de la República de Chipre en Colombia.
Miembro de Número de la Academia Colombiana de Jurisprudencia, Individuo Correspondiente de la Academia
Colombiana de la Lengua, Miembro Correspondiente de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales y
Miembro Honorario del Muy Ilustre Colegio de Abogados de Lima. Cabildero Inscrito ante la Cámara de Representantes.
Correo electrónico [email protected]. Cuentas en Twitter e Instagram: @HernanOlano Blog:
http://hernanolano.blogspot.com
INTRODUCCIÓN:
La asignatura busca comprender el campo de los deberes que implica la profesión de abogado,
mediante el estudio de las regulaciones éticas que la enmarcan y sus expresiones normativas,
identificando el sentido de ellas dentro de una visión clara de la ética personal y social. Se trata,
así, de una reflexión sobre la profesión de abogado en su origen, su práctica, su fundamento y
una explicación a fondo del estatuto profesional.
Competencia general:
Comprender el campo de los deberes que implica la profesión de abogado, a partir del estudio
de las regulaciones éticas que la enmarcan y sus expresiones normativas con el fin de que el
jurista actúe personal y profesionalmente de manera ética.
Núcleos temáticos:
1. El oficio del jurista: Nociones generales de la ética del profesional del derecho.
2. La profesión de abogado en la historia.
3. La deontología jurídica y los principios: independencia profesional, libertad, decoro,
diligencia, corrección, lealtad profesional y procesal, reserva.
4. La regulación específica: los deberes, faltas disciplinarias y sanciones en el Estatuto
Profesional del Abogado y las consecuencias penales de las mismas.
5. Jurisdicción y competencia en materia disciplinaria para abogados y funcionarios y
empleados judiciales.
6. Instrumentos internacionales relacionados con la ética profesional (Declaración de Delhi,
Declaración de la I.B.A. International Bar Association, Declaración de la U.I.A. Unión Internationale
des Avocats).
7. Derecho Disciplinario o Derecho Sancionador, Ley 734 de 2002.
8. Sujetos de especial responsabilidad disciplinaria: Los Notarios.
Interesado en algunos aspectos del Derecho Procesal, he querido realizar una recopilación de
las Familias Jurídicas, una asignatura poco estudiada actualmente en los centros universitarios,
debido a los afanes de la globalización, que imponen el pensamiento de que todo ya es
conocido y de que los fundamentos históricos del Derecho son cosa de otros tiempos.
La asignatura busca también comprender el campo de los deberes que implica la profesión de
abogado, mediante el estudio de las regulaciones éticas que la enmarcan y sus expresiones
normativas, identificando el sentido de ellas dentro de una visión clara de la ética personal y
social. Se trata, así, de una reflexión sobre la profesión de abogado en su origen, su práctica, su
fundamento y una explicación a fondo del estatuto profesional.
Y, como competencia general, se busca comprender el campo de los deberes que implica la
profesión de abogado, a partir del estudio de las regulaciones éticas que la enmarcan y sus
expresiones normativas con el fin de que el jurista actúe personal y profesionalmente de
manera ética.
El estudio de la historia del derecho se encuentra con el del derecho natural, ius naturale,
entendido como una ley que siempre es justa y equitativa, al margen de las costumbres y de los
usos morales y jurídicos locales.
La historia del derecho, se define como “el estudio del hombre y la mujer de manera paralela al
tiempo y a los fenómenos del derecho”2.
Hay que tener en cuenta, según Londoño Hidalgo3, unos lineamientos de lo que es la
historiografía del derecho en Colombia:
1 Basado en las conferencias dictadas por el autor en 1993 en la Maestría en Derecho Procesal de la Universidad de
Medellín, Medellín, Colombia.
2 LONDOÑO HIDALGO, Julio Mauricio. Teoría de la Historia del Derecho en Colombia. Colección Monografías # 33,
Pontificia Universidad Javeriana – Editorial Temis, Bogotá, D.C., 2014, p. 23.
3 LONDOÑO HIDALGO, Julio Mauricio. Op. Cit., p. 28.
c) Sin continuidad: no hay una secuencia de obras. Hasta ahora se evidencia esfuerzos en
ese sentido como en el caso de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes.
d) Escasa en su circulación y difusión: algunos de los trabajos más importantes o están
agotados o sus ediciones son de muy corta difusión.
Y es que “durante muchos años la historia del derecho fue estudiada no por profesionales de la
historia ni por muchos juristas, sino que se estudió también por los docentes y, en general, en
muchos casos existieron estudios pequeños que a la luz de hoy son historia del derecho, que
provenían de los libros de enseñanza. Estos libros tienen mucha importancia, ya que eran
memorizados por los estudiantes y a su vez estos lo hacían con sus hijos, pues formaron parte
de una profunda raíz llena de nacionalidad, de héroes y de historias llamativas de entonces”. 4
Para poder estudiar nuestra historia del derecho, como objetivos específicos, busco que el
estudiante de Derecho, e incluso el profesional, capte las semejanzas y diferencias del proceso
en el Derecho Comparado y tenga unas nociones básicas de ellos, que por su propia cuenta le
permitan ahondar en el tema cuando sea necesario, pues en la gran mayoría de las
Universidades, el Derecho Comparado se ve como algo inalcanzable dentro del desarrollo del
programa fijado, pero no como la ciencia de carácter internacional e interdisciplinar, que tiene
por objeto el estudio del método comparativo y los sistemas jurídicos del mundo, de ahí, que
por ejemplo en Colombia, el número de profesores de Derecho Procesal sea tan escaso y en
últimas, las Universidades deban recurrir a los litigantes para que ensenen lo que los
poquísimos tratadistas colombianos han referido sobre el tema en sus elocuentes obras,
notándose en ellas el gran vacío de bibliografía y material complementario para desarrollar las
asignaturas relacionadas con HISTORIA DEL DERECHO, que prácticamente por tiempo, se
reducen al estudio de unos principios que rigen el Derecho.
La gran parte de las publicaciones halladas, se limitan casi en su mayoría a definir el Derecho
Comparado y a subrayar el interés y las dificultades que presentan los estudios jurídicos
comparados. Tanto es así, que inclusive dentro de nuestro mismo Continente es casi imposible
conseguir datos por ejemplo en lo relativo con la tan conocida Acción de Tutela, hasta el
punto que el Presidente de la Corte Suprema de Justicia del Uruguay, me hizo en 1994 una
fuerte recriminación por haber dicho en la segunda edición de mi libro " Acción de Tutela,
Práctica Forense y Jurisprudencia ", que allí esa figura no se consagraba constitucionalmente,
aunque sí lo estaba en la Ley ordinaria, la cual me había sido difícil encontrar, razón por la cual
sólo enuncié lo pertinente a esa República.
Sin embargo, pese a que el Derecho Comparado, cobra cada día más vigencia, incluso, nuestra
Carta Constitucional colombiana, en su Preámbulo, cita como uno de los fines del Estado
Colombiano la integración Latinoamericana y del Caribe, no se ha encontrado la manera de
acercarnos al estudio jurídico de otras Naciones, pues como un Presidente de la República lo
dijo, somos un país de Leyes y nos asfixiamos en ellas sin siquiera aplicarlas, entonces, ¿qué tal
que nos complicáramos con lo de los demás Estados ? (Ernesto Samper Pizano).
Voy a presentar, exponiendo desde un punto de vista histórico, las diversas concepciones que
se han sucedido por lo que se refiere a la naturaleza y utilidad del Derecho Comparado para el
ejercicio del Derecho Procesal, para analizar el concepto de Familia Jurídica, según lo
entienden los comparativistas y, finalmente, se presentará una serie de derechos que pueden ser
considerados como típicos y representativos de una familia que podría considerarse como la de
los derechos religiosos fundamentalistas.
Con tal propósito, debemos también tener en cuenta que según la teoría de Jorge Vélez García,
Presidente de la Academia Colombiana de Jurisprudencia, se adoptan en ésta materia varios
criterios respecto del manejo y traducción de los textos reproducidos en lengua extranjera, a
saber:
" -Como regla general, se traducen al castellano de la manera más precisa posible todas las
expresiones y conceptos en otro idioma, pero al mismo tiempo, se tratará de preservar el
sentido técnico o semiótico propio de la institución o figura jurídica de que se trate;
-En algunos casos se ha creído suficiente dar el sentido aproximado mediante explicaciones
expresadas antes o a continuación del vocablo o texto;
-En otros se deja intacta la voz extranjera, dada la irrelevancia o superfluidad de su uso, o la
manifiesta claridad de su sentido: y,
El Diccionario de la Real Academia dice: Probar. Del Latín Probare. Hacer examen y
experimento de las cualidades de personas o cosas. Examinar si un cosa está arreglada a la
medida, muestra o proporción de otra a que se debe ajustar. Justificar, manifestar y hacer
patente la certeza de un hecho o la verdad de una cosa con razones, instrumentos o testigos,
etc.
Así, pues, iniciaremos esta primera parte del curso, procurando que el abogado esté en
capacidad de ubicar posteriormente las raíces de las instituciones, mediante el siguiente
esquema a desarrollar:
A. Historia.
-Formación Histórica del Derecho Español: Elementos Primitivos, Romanos, Germánicos,
Canónicos, Musulmanes, Judíos, Franceses, Italianos e Indiano.
-Época Romana del Derecho Español.
-Época Visigótica del Derecho Español.
-Época Musulmana del Derecho Español.
-El Siglo XIX
-El Período 1918 a 1945
-La Época actual
-Funciones del Derecho Comparado
-Entendimiento Internacional
F. El Derecho Romano-Germánico:
-El Derecho Romano vulgar, el justinianeo y la escuela de glosadores y pos glosadores.
-El Derecho Germánico y la romanización de los derechos germánicos.
-El Derecho Romano-Canónico.
Sin embargo, otras naciones de Europa lanzaron códigos que se apartaron del modelo
napoleónico. Así, hizo su aparición el Derecho Comparado con el modesto título de "
legislación comparada " y con ese mismo espíritu, nació en París en 1869, la " Sociedad de
Legislación Comparada " e igualmente, con la misma línea, se creó en 1876 una Oficina de
Legislación Extranjera, dependiente del Ministerio de Justicia de Francia, a fin de informar a
los magistrados sobre los sistemas jurídicos extranjeros y de esa forma facilitar la comparación
de las Leyes mediante la traducción de los códigos extranjeros.
Claro que el interés de la comparación se limitó a los sistemas jurídicos que se basarán en la
tradición romanista y que se hubieren adherido a la fórmula de la codificación.
Aún para el año 1900, tan sólo un inglés llamado Sir Frederick Pollock, participó en el primer
Congreso Internacional del Derecho Comparado, junto con juristas de la Europa Continental y
pese a que el Congreso disipó un tanto sus esfuerzos en discusiones en torno a la naturaleza y
al objeto del Derecho Comparado, de sus trabajos surgió la siguiente idea: " el objeto del
Derecho Comparado es lograr la creación de un Derecho común legislativo, un Derecho para
el siglo XX, común a toda la humanidad civilizada".
De esa forma, se recobró el universalismo del que ya hablamos y se estableció una misión para
la ciencia jurídica: La formulación de ese Derecho común, aunque en mi parecer, el Derecho
Común en Europa sólo se vino a aplicar desde 1992, año a partir del cual el antiguo continente,
se convirtió , en contra de los pronósticos, en el nuevo eje de las relaciones exteriores del
Mundo, pues una vez finalizada la Guerra Fría, las naciones de Europa del Oeste, que habían
sido línea del frente en la contención del comunismo, se fortalecieron mediante su Unión, con
audaces iniciativas en pro de la cooperación internacional y con la cual se busca más el
consenso, que la propia intervención y, la concertación en lugar de las acciones unilaterales.
Para 2003, el ingreso de Grecia, Polonia, e incluso Turquía, a la Unión Europea, mezcla las
distintas familias del Derecho en uno solo que busca ser más eficaz, aunque para mi gusto, un
tanto peligroso, por el desconocimiento de las raíces cristianas europeas, que han consolidado
su Derecho desde que hace dos mil años llegaron Simón Pedro y Saulo de Tarso a Roma, con
el mensaje de Jesús.
Luego, vino la creación de la Sociedad de las Naciones, lo que supuso, por vez primera en el
mundo, la existencia de una organización supranacional en la cual se cifraron las mayores
esperanzas de los países, a tal punto que bajo sus auspicios, se creó en Roma en 1926 el
Instituto Internacional para la unificación del Derecho Privado, que se reúne desde esa época
en un Congreso al cual asisten varios colombianos desde hace tiempo y que incluyen algunos
aspectos de los mismos en el ya institucional Congreso Colombiano de Derecho Procesal.
Pero pronto se tuvo que abandonar cada uno de los proyectos forjados, pues los tiempos no
eran aún maduros para llevar a cabo una verdadera unificación internacional del Derecho y lo
más que se podía aspirar era que se pudieran lograr pequeños resultados entre países ligados
por una tradición jurídica común.
Sin embargo, a pesar de todo, el Derecho Comparado salió fortalecido de esta prueba, pues se
inicia el intercambio entre el Derecho Europeo Continental, con los derechos Inglés y
Norteamericano.
La Época Actual:
La Segunda Guerra Mundial supuso, un replanteamiento de las relaciones internacionales, de
tal forma, que después de 1945, el Derecho Comparado hubo de tomar en consideración no
sólo los sistemas jurídicos de Occidente, sino también los derechos del mundo entero. En
ciertos aspectos, quizá baste limitar el estudio a los sistemas europeos continentales, los únicos
que interesaban a los juristas de 1900; pero, en otros muchos aspectos sí tomamos en cuenta
otros problemas, pues resulta anacrónico un campo de estudio tan limitado, ya que los Estados
continentales europeos de tradición romanista, ya no son los más poderosos del mundo, pues
desde 1945, lo son por un lado, los de lengua inglesa, por el otro, la Ex Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas y, finalmente, aparecen China y Japón, los cuales representan el primero a
un gigante dormido y, el segundo al ave Fénix.
El estudio del Derecho hoy día, debe actualizarse e internacionalizarse, pues los juristas, no
podemos ignorar el nuevo equilibrio de las fuerzas, operado desde el cuadro mundial de la
economía, más que de la política.
Pero, al margen de toda preocupación por unificar el Derecho, se ha configurado así un nuevo
campo de acción para el Derecho Comparado. Pero eso no es todo, el Derecho Comparado,
constituye un elemento indispensable para llevar a cabo la renovación de nuestra ciencia
jurídica; debe servirnos para conocer mejor, comprender y profundizar en nuestro propio
Derecho latinoamericano.
Pretender encerrar la ciencia jurídica dentro de las fronteras de un Estado y querer exponerla o
perfeccionarla sin tomar en cuenta la teoría y la práctica extranjeras no significa otra cosa que
limitar las potencialidades del jurista para el conocimiento y la acción.
El Derecho, en cuanto a la ciencia social, no puede, al igual que ocurre con la historia, la
economía, la teoría política o la sociología, ser estudiado exclusivamente desde una perspectiva
puramente nacional. El nacionalismo jurídico es más bien "provincialismo" según René David
Aclarando lo dicho, lo que se quiere decir, es que aunque el estudio del Derecho nacional, es
de por sí complejo, el Derecho Comparado es, como la Historia del Derecho: totalmente
necesario.
De este modo, y como lo veremos, existen en ciertos países como Estados Unidos o la
Confederación Helvética, Derechos Estatales o Cantonales por un lado, frente a un Derecho
Federal. Sin embargo, esta pluralidad no es exclusiva de los Derechos Federales, ya que por
ejemplo en España frente al derecho común, existen en Cataluña y Aragón, derechos
particulares o derechos forales o, en el Reino Unido, el Derecho Escocés es diferente al
Derecho Inglés.
Una tradición jurídica o legal, como dice John Henry Merryman5, “no es un conjunto de reglas
acerca de los contratos, las sociedades anónimas y los delitos, aunque tales reglas serán casi
siempre, en cierto sentido, un reflejo de esa tradición. Es más bien un conjunto de actitudes
profundamente arraigadas, históricamente condicionadas, acerca de la naturaleza del derecho,
acerca del papel del derecho en la sociedad y el cuerpo político, acerca de la organización y la
operación adecuadas de un sistema legal, y acerca de la forma en que se hace o debiera hacerse,
aplicarse, estudiarse, perfeccionarse y enseñarse el derecho.”
Pero, cuáles son las diferentes familias existentes en el mundo contemporáneo? Pues la
clasificación de los derechos en familias nos sirve para valorar la utilidad que puede
proporcionarnos, en uno u otro caso, la comparación, pues gracias a ella podemos entender
5 MERRYMAN, John Henry. La tradición jurídica Romano-Canónica. Colección Breviarios, Fondo de Cultura
Económica, décimo tercera reimpresión, México, D.F., 2011, p. 17.
mejor los rasgos característicos, en ocasiones latentes, de nuestro propio Derecho y además,
nos ayuda a comprender, con toda la utilidad que ello supone, la diversidad de concepciones
jurídicas que existen en el mundo.
Si queremos saber cuántas son las familias jurídicas, primero debemos analizar la noción de
Derecho. Esta noción implica un cierto grado de imprecisión, ya que jamás nos hemos puesto
de acuerdo acerca de la definición del mismo, como ya lo dijimos, pero, pese a todo, las
controversias que se han producido en torno al problema dejan libre una amplia base de
entendimiento, ya que sólo parecen limitarse a los caracteres que deben poseer una regla
determinada para que la podamos considerar como norma jurídica. Pero el Derecho, en su más
amplia acepción, no está constituido únicamente por el conjunto de esas normas, las cuales
varían de época en época y de país a país.
Al respecto, Roscoe Pound en "El Espíritu del Common Law" ha mostrado que, en el
Derecho, además de normas jurídicas, existe todo un conjunto de conceptos y de métodos de
investigación, así como también cierta concepción del mundo, de las relaciones sociales y de la
justicia.
La clasificación de los derechos en familias no debe hacerse por las semejanzas o diferencias
que presenten determinadas normas, por importantes que puedan ser aquellas, pues cuando se
quiere caracterizar un determinado sistema jurídico, lo verdaderamente decisivo no puede
residir en lo que, por naturaleza, es circunstancial y contingente.
I. LA FAMILIA ROMANO-GERMÁNICA:
A esta familia pertenecen los países en los que la ciencia jurídica se ha construido sobre la base
del Derecho Romano, cuya fecha de origen es el año 450 a.C., supuesta fecha de publicación
de las XII Tablas en Roma.
En los países de esta tradición, las normas jurídicas se conciben como normas de conducta
vinculadas estrechamente a preocupaciones de justicia y de moral (incluso en algunos enclaves
dentro del mundo del Common Law, como Luisiana, Quebec y Puerto Rico). La ciencia jurídica
tiene como tarea fundamental la determinación de cuáles son esas normas y debido a razones
históricas, el Derecho es elaborado especialmente con el fin de ordenar las relaciones entre los
ciudadanos; las restantes ramas del Derecho, se han elaborado posteriormente y con menor
rigor, siempre a partir del Derecho Civil, que continúa siendo el centro por excelencia de la
ciencia jurídica.
Las familias del Derecho Romano-Germánico tuvo su cuna en Europa y se fue constituyendo
gracias al esfuerzo de sus universidades, las cuales elaboraron y desarrollaron, a partir del siglo
XII, una ciencia jurídica común y adaptada a las necesidades del mundo moderno, sobre la
base de las compilaciones de Justiniano.
Cabe anotar aquí, que el adjetivo Romano-Germánico, se eligió para rendir homenaje al
esfuerzo de las Universidades latinas y germánicas.
Claro que algunas personas únicamente hablan de los Derechos Romanistas, lo cual puede
aprobarse, aunque no pone suficientemente de relieve la aportación de la ciencia germánica que
también ha sido fundamental en la formación del sistema, o igualmente implicaría el riesgo de
hacer perder de vista el hecho de que las normas de los derechos que pertenecen actualmente a
la familia son totalmente diferentes de las normas del Derecho Romano.
Fuera de Europa, que es su lugar de origen, los derechos vinculados con esta familia han
adquirido, sin embargo, rasgos propios, los cuales exigen, desde el punto de vista sociológico al
menos, ser clasificados en grupos distintos. Hay muchos países en los cuales se "recibieron" los
derechos europeos, pero en los que existía con anterioridad a esa recepción, una civilización
autóctona, con sus propios modos de pensamiento y de vida y sus propias instituciones.
El hecho adhiere mayor relevancia en el caso, por ejemplo, de los países musulmanes, donde la
recepción de los derechos europeos y su adhesión a la familia Romano-Germánica ha sido
muchas veces parcial, quedando un sector de las relaciones jurídicas regido por los principios
del " Derecho Musulmán”.
Y, en lo que se refiere a los países de América y de África, debido a sus condiciones de todo
tipo, totalmente diferentes a las Europeas, no han conducido a una diferenciación de los
derechos de dichos países en relación con los derechos que les sirvieron de modelo.
La familia Romano-Germánica tiene tras de sí una larga historia, vinculada lógicamente al
Derecho de la antigua Roma, aunque desde el punto de vista científico, su origen debe situarse
en el Siglo XIII, habiendo rebasado las fronteras del Imperio y conquistando con su estilo y
con la técnica jurídica de la " codificación ", casi todo el mundo.
La familia del Derecho Romano-Germánico se extiende hoy día por todo el mundo, rebasando
lógicamente de manera amplia las antiguas barreras del Imperio y en especial ha conquistado
toda la América Latina, una gran parte de África, Japón e Indonesia. Esta expansión se ha
debido a la colonización o a las facilidades para implementar la técnica jurídica de la
codificación.
Tanto la dispersión del sistema como la propia técnica de la codificación, causante, para
muchos, de la confusión entre Derecho y Ley, han hecho que fueran difíciles apreciar los
elementos unitarios que subyacen a Derechos muy diversos, los cuales, a primera vista, se
presentan como Derechos Nacionales enteramente diferentes entre sí.
Claro que, volviendo al tema, el sistema de Derecho Romano-Germánico sigue teniendo hoy
día como centro principal de irradiación a la Europa Continental, pese a que, como
consecuencia de la expansión o la recepción, numerosos países no Europeos se hayan adherido
al sistema y se hayan apropiado de algunos de sus elementos.
Claro que lógicamente, desde la perspectiva del Siglo XIII, el Imperio Romano ha dejado de
existir, sin embargo han subsistido las compilaciones de Justiniano (Código, Digesto, Institutas,
publicados entre el 529 y el 534, complementados más tarde por las Novelas) o también el
Breviario de Alarico del año 506.
Luego viene el período de los Bárbaros y a partir del Siglo VI se elaboran Leyes en la mayoría
de tribus Germánicas y el proceso sigue hasta el Siglo XII, aunque éstas por minúsculas, y las
Romanas, por eruditas, fueron sustituidas por obras más sencillas y accesibles, buscándose
forjar un derecho aplicable a todos, fuesen estos de origen Latino o Germánico, aunque hubo
un pequeño receso por la invasión Árabe del año 711, que obligó a que las autoridades públicas
no trataran de fijar por escrito el derecho existente, sino que se limitaran a intervenir
ocasionalmente para resolver los problemas planteados.
Después, triunfó en las Universidades a lo largo de los Siglos XVII y XVIII una nueva escuela,
la Escuela del Derecho Natural, que introdujo la idea de los derechos subjetivos, inexistentes
en la tradición romanista. Sin embargo, tal hecho no significó la destrucción de la unidad
fundamental del sistema Romano-Germánico, ya que el Derecho natural, también buscó
fortalecer la comunidad jurídica Europea mediante la renovación de los principios de la familia
jurídica Romano-Germánica, cuya esfera de influencia se ve también considerablemente
ampliada.
Si bien es cierto que el renacimiento de los estudios de Derecho Romano es cosa distinta de la
recepción de éste mismo Derecho, no es menos cierto que la influencia de las Universidades
tuvo como resultado en caso todos los países, por lo que se refiere al propio fundamento del
Derecho, un incremento del elemento autoritario y una influencia creciente del Derecho
Romano o de normas inspiradas en este, de tal forma, que el Derecho enseñado por las
Universidades si es supranacional; se manifiesta como obra de la razón, por encima de las
contingencias o de las tradiciones locales. Así, en cuantas materias sea preciso un Derecho
nuevo, un Derecho internacional o supranacional, se recurrirá a él, ya que las costumbres están
estrechamente ligadas a un territorio determinado y no puede exigirse que el extranjero las
conozca.
Las costumbres constituyen el Derecho propio de una sociedad cerrada, en tanto que el
Derecho Romano corresponde a una sociedad abierta.
Finalmente en este punto, podemos decir que el Derecho existe independientemente de los
mandatos de la autoridad; el soberano no puede ni crearlo ni modificarlo. Su papel es
puramente administrativo; sólo puede intervenir a fin de organizar y facilitar la administración
de la justicia, con el propósito de colaborar a la formulación de un Derecho que no es creado
por él.
En sentido estricto, el soberano no hace Leyes, así es como la Escuela del Derecho Natural
rompe con la omnipotencia del soberano y sólo le atribuye la función de reformar el Derecho,
a fin de acabar con los errores del pasado y, a proclamar la autoridad de normas que se ajusten
al Derecho Natural.
Otro resultado alcanzado por el sistema Romano-Germánico con apoyo de la Escuela del
Derecho Natural, ha sido la codificación.
La codificación constituye la técnica que permitió hacer realidad la fusión entre el Derecho
teórico y el Derecho práctico y de esa forma producirse cada uno de los códigos que significó
también la expansión de la familia Romano-Germánica más allá de sus fronteras naturales,
aplicándose por ejemplo las principales figuras de esta familia, en las primeras clases
organizadas en la Universidad de San Marcos de Lima, creada en 1551 y en la Universidad de
México, fundada en 1553.
Sólo en la esfera del Derecho Privado podían las jurisdicciones instituidas o reconocidas por el
Estado desempeñar su función y dar solución imparcial a los litigios. Si una de las parte del
litigio era la Administración, todo el sistema se veía falseado, tanto en el plano de la teoría
como en el de la práctica; en la teoría, porque interés público e intereses particulares se
encuentran en distintos planos y no pueden medirse con la misma vara, como lo dice René
David; en la práctica, porque constituye un serio problema que los Jueces puedan dictar sus
decisiones de modo imparcial e independiente en un litigio en el que se enfrentan el Estado y
un particular.
Es así, como se impone día a día el deber de proseguir nuestros esfuerzos para elaborar y
perfeccionar el Derecho Público, pues este no tiene en nuestros países el mismo grado de
perfección del Derecho Privado, el cual continúa siendo el verdadero Derecho y, por tanto, la
formación del jurista y el imperio del Derecho sólo pueden ser asegurados por el estudio del
Derecho Civil, al cual nosotros dedicamos cinco años, mientras que a la práctica
administrativa, dejando aparte la teoría, sólo se le dedica un semestre en las Universidades
Colombianas, al igual que muy superficialmente se sabe que la Corte Constitucional, como
suprema guardiana de la integridad y supremacía de la Carta le corresponde la revisión
jurisdiccional de las normas que la contravienen, pero no sabemos cómo es que se desarrolla el
Artículo 241 de la Constitución, ni menos, como se ejercen las acciones de tutela, aún después
de doce años de su implementación.
Claro que tampoco en el Derecho Público existe una identidad de estructura entre los diversos
ordenamientos jurídicos, aunque las nociones básicas que lo integran son relativamente
accesibles a los juristas que conocen cualquiera de los Derechos que forman parte del sistema
Romano-Germánico, ya que se hallan en situación de captar de modo inmediato la utilidad que
representa cada nueva institución y el lugar que ocupa en el sistema a que pertenece.
Esa falta de identidad de estructura, ha hecho que sólo hasta ahora el Derecho Público cobre
vigencia, pues en la gran mayoría de países de la familia Romano-Germánica, el Derecho
Público sólo ha alcanzado un grado de desarrollo y de perfección muy inferior al del Derecho
Privado, salvo tal vez el caso de Francia, donde el Derecho Administrativo ha tenido mucha
importancia, admirándose sobre manera la obra de su Consejo de Estado, al cual, los mismos
juristas Ingleses le rinden homenaje.
Pero no obstante lo anterior, algunos procesalistas franceses incluso dicen que el Derecho
Público no tiene el grado de perfección ni el mismo valor que el Derecho Privado; ya que este
continúa siendo el verdadero Derecho y, por tanto, la formación del jurista y el imperio del
Derecho sólo pueden ser asegurados por el estudio del Derecho Civil.
disciplinas jurídicas, hasta los conceptos elementales. En este nivel, sólo puede afirmarse la
similitud si reconocemos importantes reservas, cuya amplitud y alcance no hemos tratado de
ocultar.
Así, es que ahora observamos las semejanzas o divergencias de estructura desde otro punto de
vista: la forma en que se concibe la norma jurídica, el alcance, la naturaleza y los caracteres que
se atribuyen a dicha norma.
Más allá de las posibilidades y de las funciones judiciales, la norma jurídica aparece como el
producto de una reflexión fundada, en parte, sobre la observación de la práctica y, en parte,
sobre consideraciones de justicia, moral, política y armonía del sistema, que el Juez quizá no
tuvo en cuenta. Mediante la reflexión se trata de formular una norma, y tal concepto, al igual
que el de Ley, nos sugiere un cierto grado de generalización: la norma debe ser lo
suficientemente general como para servir en el futuro de principio con el que decidir la
solución de los casos concretos.
dificultades concretas que les plantee la vida, sino normas más generales y ordenadas
sistemáticamente, de las que puedan deducir con el menor trabajo posible, la forma en la cual
deban resolver la dificultad planteada.
Nuestra concepción de norma jurídica y del lugar que debe ocupar en su relación con los
principios y la solución del caso concreto constituye uno de los aspectos fundamentales y no
debidamente subrayados que crea una estrecha comunidad entre las actitudes y los
razonamientos de los juristas de todos los países que integran la familia Romano-Germánica.
Constituye pues, una de las manifestaciones más claras y más importantes " la generalidad" , la
cual, atribuida a la norma jurídica explica que se conciba, en todos los países, la tarea de los
juristas como una labor de interpretación de las fórmulas legislativas, al contrario de lo que
ocurre en los países del Common Law, en los que la técnica jurídica se caracteriza por el
procedimiento de " las distinciones", según la cual se aspira a que el Juez formule, del modo
más preciso posible, la norma que determina la solución de un litigio, en tanto que en los
países de la familia Romano-Germánica se estima deseable que la norma deje un cierto margen
de acción al Juez, pues su función se limita a establecer cuadros para el Derecho y a
proporcionar directiva al Juez, para que este se abstenga de ir más allá. Es decir, se crean unos
límites al sistema de la libre valoración de la prueba, otorgándoles un poder discrecional en la
aplicación de las normas.
No es de por sí tarea fácil llevar a cabo una exposición de la teoría de las fuentes del Derecho
propias de la familia Romano-Germánica, ya que son numerosos los derechos que constituyen
esta Familia, y cada uno de ellos posee su propia originalidad. Además, dentro de cada
ordenamiento nacional, la materia sigue siendo compleja y susceptible de prestarse a discusión.
En cuanto a la ley, los diversos países de la familia Romano-Germánica aparecen hoy unidos
por una misma idea acerca de su poder preponderante. Sin embargo, pueden advertirse algunas
diferencias entre ellos por lo que respecta al problema, por ejemplo en lo que atañe al control
de la constitucionalidad de las leyes, la codificación, la distinción entre la Ley y reglamento y la
interpretación misma de la Ley. Todas estas diferencias tienen, por supuesto su importancia,
pero ninguna de las particularidades señaladas puede constituir un argumento para excluir de la
familia Romano Germánica al ordenamiento jurídico en que se dan; tampoco consideramos
dichas particularidades lo suficientemente importantes como para poder hablar de un grupo
latino, germánico, italo-heleno o escandinavo, con autonomía dentro de la familia.
Pero, más importantes que todas estas diferencias, son las semejanzas existentes entre todos
esos ordenamientos jurídicos, los cuales se derivan, sobre todo, del papel considerable
atribuido a la Ley dentro de los mismos.
En todos los países de la familia Romano-Germánica la Ley parece abarcar la plenitud del
orden jurídico; tanto los juristas, como la propia Ley, están dispuestos a reconocer
teóricamente la existencia de lagunas en el ordenamiento legislativo, pero en la práctica son
insignificantes. Sin embargo, la realidad que se esconde tras esta actitud es muy diferente y
capaz de sorprender a quienes creen en la fórmula de la doctrina.
La Ley forma el esqueleto del ordenamiento jurídico, pero son otros factores los que también
dan vida a este esqueleto, como que la Ley no se agota en su texto, ni siquiera cuando se la
somete a los procedimientos sumamente excesivos, que se emplean muchas veces en su
interpretación, a través de los cuales se releva el poder creador de la jurisprudencia y de la
doctrina, debido a que según René David, " los códigos son para el jurista únicamente en
punto de partida, no una meta”.
Por su parte, la Costumbre es simplemente, uno de los varios elementos que nos permiten
hallar la solución justa a determinado problema, pues si no se recurriera a ella, sería imposible
determinar cuándo la conducta de una persona es culposa, cuándo un determinado signo
constituye una firma, cuándo pueden hacerse valer circunstancias atenuantes, cuándo es o no
posible moralmente procurarse la prueba escrita de una obligación, o cuándo un bien es o no
un recuerdo de familia.
Todo el análisis de la costumbre se encuentra con una visión más exacta si, volviendo a la
tradición, dejamos de confundir la Ley y Derecho. Si la Ley no se confunde con este, sino que
es concebida como un simple medio para llegar al conocimiento del Derecho, nada se opone a
que se reconozca, junto a los textos legislativos, la utilidad de las restantes fuentes.
Tiene fuerza de Ley sólo aquella costumbre que introducida por una comunidad, haya sido
aprobada por el legislador, conforme a las normas que la rigen.
Con relación a la Doctrina, podemos decir que durante mucho tiempo ha sido la fuente
fundamental de la familia Romano-Germánica y sólo muy recientemente ha sido sustituida por
la Ley, al producirse el triunfo de las ideas democráticas y de la codificación.
La Doctrina forja el vocabulario y los conceptos jurídicos que van a ser utilizados por el
legislador y en el hecho, aún más evidente, de que es ella la que establece los métodos con los
que va a descubrirse el Derecho y a interpretarse las leyes. Además, la Doctrina puede tener
una gran influencia sobre el legislador, pues muchas veces, este se limita a consagrar tendencias
doctrinales y a promulgar normas que previamente han sido preparadas por la misma Doctrina.
La Doctrina tiene, en realidad, una importancia primordial, ya que es la que crea en los diversos
países, los diferentes instrumentos de trabajo de los juristas, quienes exponen las formas de
aplicación práctica del Derecho y se esfuerzan, a la vez por criticar o justificar sus conceptos,
mostrando su evolución o las tendencias del Derecho.
Otros dicen que el papel de la jurisprudencia, tanto en lo que se refiere a su alcance como a sus
limitaciones, sólo puede comprenderse en función de una determinada sicología judicial, que
depende, a su vez, de la forma en que son reclutados los Jueces y del modo en que ellos
mismos conciben la función judicial.
En tal sentido, podría afirmarse un principio general como característica de la familia Romano-
Germánica: Que, la justicia es dictada por Jueces profesionales, inamovibles, que consideran la
función judicial como una carrera y el cuerpo judicial como un cuerpo autónomo respecto a la
administración, al Estado y a los propios prácticos del Derecho. Otra característica general del
sistema es la obligatoriedad de la existencia de un Ministerio Público que colabore con el Poder
Judicial.
En Colombia, la Jurisprudencia ha jugado un papel muy importante en los últimos anos, desde
la expedición de la Carta de 1991, ya que la Corte Constitucional ha jugado un papel
trascendental en la ya referida “ Judicialización de la Constitución ”, frente a lo cual, tendencias
reformistas surgidas en 2003, han considerado algunos aspectos protagónicos de la Carta, que
realmente constituyen en ocasiones un “ choque de trenes ”, surgido de una clasificación de
nuestro Tribunal, que puede estar dado en distintos modelos institucionales de Corte
Constitucional, los que son clasificados por el Profesor Alfonso Santiago (hijo)(3), sobre la
base de dos criterios:6
• Considerando la relación institucional que tiene la Corte... con los poderes políticos, pueden
distinguirse tres supuestos:
• Corte adicta: carece de independencia real con relación a los otros poderes del gobierno;
• Corte independiente: goza de genuina independencia y capacidad de decisión, siendo
plenamente consciente de ello, y
• Corte hostil: está enfrentada con los poderes políticos.
Teniendo en cuenta la intensidad con que la Corte... ejercita la función de control, cabe
distinguir otros tres supuestos:
• Corte permisiva: es la que, por el motivo que sea, no ejerce su función de control;
• Corte moderadora: se verifica cuando ella ejercita adecuada y acotadamente su función de
control político, y
• Corte activista: es la que sobrepasando la función de control, asume la iniciativa política.
Alfonso Santiago, vinculando los modelos de Corte adicta con los de Corte permisiva y el de
Corte independiente con el de Corte moderadora, crea finalmente cuatro modelos
institucionales, de los cuales omitimos la explicación extensa de este autor, para considerar que
en cierta forma, la Corte Constitucional colombiana se adapta al último sistema en lo que se
refiere a esa judicialización de la Constitución, e incluso en cuanto a la creación de situaciones
anómicas. Esos modelos de Santiago, se resumen así:
• La Corte permisiva. Es la que no realiza su función de control político o lo ejerce muy tímida
y parcialmente. Hay, por tanto, un mal cumplimiento del rol institucional asignado a la Corte...
en el sistema político.
• La Corte moderadora. Pensemos que son cuatro los elementos principales que caracterizan a
una Corte moderadora: su independencia, la clara conciencia de su misión institucional, la
autolimitación para respetar debidamente el ámbito de competencia de los poderes políticos y,
por último, el acierto de sus decisiones.
6 SANTIAGO (hijo), Alfonso. Los Modelos Institucionales de Corte Suprema. En: SANTIAGO (hijo), Alfonso y
ÁLVAREZ, Fernando. Función Política de la Corte Suprema. Obra en homenaje a Julio Oyhanarte. Ditorial Ábaco de
Rodolfo Depalma y Facultad de Derecho de la Universidad Austral, Buenos Aires, 2000, p. 43.
Finalmente, los Principios Generales, son los que subrayan la subordinación del Derecho a los
imperativos de la justicia, en la forma en que esta es concebida en un momento y en un lugar
determinado.
La teoría de las fuentes del Derecho se nos presenta, en definitiva, en todos los países de la
familia Romano-Germánica como una teoría que está destinada y es adecuada a hacer realidad
la concepción tradicional que en estos países reivindica el reinado del Derecho, cuya búsqueda
constituye una tarea que debe realizarse en común por todos los juristas, actuando cada uno en
una esfera determinada y mediante el empleo de sus propias técnicas, pero inspirados todos en
un ideal común, el de alcanzar en cada caso la solución más conforme con el sentimiento
común de la justicia, fundado sobre una conciliación de los intereses de todo orden, tanto de
los particulares como de la colectividad.
Además del Derecho inglés, la familia del Common Law comprende, salvo ciertas excepciones
(Escocia y Sudáfrica), los derechos de todos los países de lengua inglesa o que han estado
asociados, o aún lo siguen, a Inglaterra, aunque en algunos países se han conservado
tradiciones, instituciones y nociones que les son propios.
Todo el estudio del Common Law debe comenzar por un estudio del Derecho inglés, ya que el
Common Law está marcado profundamente por su historia de ese Derecho inglés.
El Common Law, ha sido elaborado por los Jueces, en el curso de dirimir los conflictos entre
los particulares, y este origen es hoy todavía evidente.
La norma jurídica del Common Law, menos abstracta que la de los derechos Romano-
Germánicos, es una norma que proporciona solución a un proceso, no una norma de conducta
general para el futuro. Las normas relativas a la administración de la justicia, el procedimiento,
la prueba, así como las relativas a la ejecución de las decisiones judiciales, tienen el mismo
rango, sino superior, es más bien debido a que con ellas se busca el restablecimiento de la paz.
Además, el Common Law está vinculado en sus orígenes al poder real; y se ha elaborado en los
casos en los que la paz del reino estaba amenazada, o cuando alguna otra consideración exigía
o justificaba la intervención del poder real; por tanto, se presenta esencialmente como un
Derecho público, y los litigios de los particulares sólo interesan a los tribunales del Common
Law, en la medida en que afectan el interés de la Corona o del Reino.
El Common Law conserva una estructura muy diferente a la de los derechos Romano
Germánicos, pero los métodos empleados en ambos mundos tienden a acercarse; la norma
jurídica, especialmente, tiende a concebirse cada vez más en los países de Common Law al
estilo de la norma Romano-Germánica, con la consecuencia de que muy a menudo se ofrecen
soluciones de contenido muy semejantes, inspiradas en una misma idea de justicia, a los
problemas que plantea el Derecho en el seno de las dos familias.
Conviene también anotar aquí, que existe un Common Law de Europa (Inglaterra e Irlanda) y
un Common Law Extraeuropeo, que ahora podríamos llamar Extra-Comunitario. Fuera de
Europa en ciertos países musulmanes o en la India, sólo se ha producido una recepción parcial
del Common Law y, en los casos en los que se ha producido la recepción, es preciso ver en qué
medida su aplicación se ha visto afectada por su coexistencia con tradiciones procedentes de
una civilización anterior.
Pero, antes de continuar con el estudio más específico del Common Law, debemos anotar, que
nos detendremos lógicamente en cada una de sus partes, en el Derecho inglés y en el Derecho
de los Estados Unidos de América, al cual lógicamente dedicaremos un poco más de tiempo.
El Derecho Inglés:
Desde el punto de vista técnico, el Derecho inglés está limitado en su esfera de aplicación a
Inglaterra y el país de Gales. No es ni el Derecho del Reino Unido y ni siquiera el de la Gran
Bretaña, puesto que Irlanda del Norte, de una parte, Escocia, las Islas de la Mancha y la Isla del
Man, no están sometidas al Derecho inglés, así, la expresión Derecho Británico, no debe
emplearse.
De la misma forma, como característica básica está la de observar el contraste que hay entre la
concepción estricta del Derecho inglés, considerado como un cuerpo de normas jurídicamente
obligatorias en un país, y la universalidad del mismo Derecho cuando es considerado como el
modelo inspirador de los ordenamientos jurídicos de una buena parte de la humanidad.
El Derecho inglés ocupa, sin duda, un puesto importante dentro de la familia del Common
Law, pues no sólo ha sido Inglaterra su cuna, sino que todavía sigue siendo hoy el Derecho
inglés un modelo para numerosos países, ya que ha sido un Derecho que se ha desarrollado de
forma autónoma, sin haber sido renovado por el Derecho Romano o por la codificación, ya
que su contacto con el continente Europeo fue mínimo hasta el siglo y, su influencia muy
limitada.
Lo cierto es que los ingleses buscan de valorar su carácter tradicional, de la gran sabiduría del
Common Law, de su adaptabilidad, de su valor permanente y de las correspondientes
cualidades de los juristas y del mismo pueblo inglés.
En este primer período se definió el Common Law como el Derecho común a toda Inglaterra,
en oposición a las costumbres locales. También se crean en este período la asamblea de los
hombres libres, denominada Country Court o Hundred Court (ya que Hundred es la
subdivisión del Condado) y, esos tribunales se encargaron de aplicar para resolver un litigio, las
costumbres locales, limitándose a decidir de acuerdo con esa costumbre, quien tiene la razón.
Poco a poco esos tribunales son reemplazados por jurisdicciones señoriales, como las Courts
Baron, Court Leet y Manorial Court, además de las jurisdicciones eclesiásticas, que aplicaban el
derecho canónico, común a toda la cristiandad, hasta ser creados los tribunales de
Westminster, en el siglo XIII, denominados así a causa del lugar donde tenían su Sede.
También y como es lógico, existían tribunales reales, tendientes a acrecentar y a ampliar los
poderes del rey como ejecutor de la justicia en su reino.
Sin embargo, hasta el siglo XIX los tribunales reales no se convirtieron en " jurisdicciones de
derecho común ", pues someter un litigio a la jurisdicción real no se consideraba un derecho de
los particulares, sino más bien un privilegio, cuya concesión era necesario pedir a la autoridad
real por intermedio del Canciller, solicitando se le expida un writ (breve), gracias al cual
quedaba abierta la vía de la jurisdicción real.
A partir del siglo XIV, se vio como los particulares que no han podido obtener justicia por
parte de los tribunales reales o que se vieron defraudados por la solución dada al caso, se
dirigieron al rey para pedirle por vía de gracia que interviniera " para dar satisfacción a la
conciencia y con espíritu de caridad”. En estos casos el recurso pasaba normalmente por el
Canciller, que era el confesor del rey y, encargado, por tanto, de guiar su conciencia, se lo
transmitía al monarca cuando lo consideraba oportuno, para que resolviera en consejo. Sin
embargo, este recurso creó un conflicto que poco a poco se fue institucionalizando en contra
del Canciller.
Así, los tribunales reales no tienen en ese momento, una competencia universal y
normalmente, los litigios se llevaban a los tribunales de los hundreds o de los condados, pues el
rey sólo ejercía la " Alta Justicia " y se sentía con autoridad para conocer de un caso, si se
encontraba amenazada la paz del reino o cuando las circunstancias hiciesen imposible que la
justicia se viera satisfecha mediante los procedimientos normales.
Pero, ya para el final de la Edad Media nuevamente con la influencia del Canciller, éste y los
Jueces buscan atraer para sí el mayor número de asuntos, debido a los beneficios que les
procura la administración de justicia, acrecentándose la autoridad del rey y ampliando sus
poderes de justiciero soberano en el reino.
Por otro lado, las presiones del pueblo, hacen que cada día se amplíe la vigencia de los
tribunales reales, que son en últimas los únicos que pueden contar con medios efectivos para
lograr la comparecencia de los testigos, tomarles juramento y ejecutar eficazmente sus propias
decisiones.
Sin embargo, la intromisión de los Tribunales Reales, suscitó la oposición de los señores
feudales, que deseaban reservarse los beneficios de la justicia y contemplaban con inquietud los
progresos realizados por la autoridad real.
El tercer período: corresponde a los años 1485 a 1832 cuando se logró el mayor florecimiento
del Common Law, sin embargo, este se ve obligado a aceptar un compromiso con un sistema
complementario, y en ocasiones rival, que se manifiesta en " las normas del equity ", pues la
inadecuada organización de la jurisdicción del Canciller, así como su lentitud hacen que junto a
las normas de los tribunales reales de Westminster, surjan las normas de los Tribunales del
Common Law, igualmente " jurídicas " y tan estrictas en su aplicación como lo es la misma
equity o equidad.
El cuarto período: que, iniciado en 1832, llega hasta nuestros días, es el período moderno,
durante el cual el Common Law debe hacer frente a un desarrollo sin precedentes de la Ley y
debe adaptarse a una sociedad rígida, que procedió en principio a efectuar una considerable
obra de limpieza (abrogación de leyes caídas en desuso) y de ordenación (consolidación),
purificando al Derecho de soluciones arcaicas y esforzándose más por la sistematización de las
normas, lo cual representa una transformación fundamental en la historia del Derecho inglés.
En cuanto a la Estructura del Derecho Inglés, este difiere profundamente de los Derechos de
la familia Romano-Germánica, ya que su estructura que posee, es la que determina la dificultad
para su estudio. Dicha diferencia estructural es total, pues en el plano de las grandes divisiones
del Derecho, no encontramos ni la distinción Derecho Público-Derecho Privado, ni las
divisiones, tan lógicas para nosotros, entre Derecho Civil, Administrativo, Comercial o
Laboral; en lugar de esas grandes divisiones encontramos otras, como la fundamental entre
Common Law y equity, o la de propiedad real y personal, en un plano inferior, el de los
conceptos, nos hallaremos igualmente desorientados al no encontrar ni siquiera la idea de
patria potestad, ni la de reconocimiento de hijos extramatrimoniales, ni la de usufructo, ni la de
persona moral, ni las de dolo o fuerza mayor, viendo esos puestos ocupados por conceptos
nuevos aún para nosotros como trust, bailment, estoppel, consideration, o trepass , que nada
nos dicen. Al no corresponder a ninguno de nuestros conceptos, las nociones jurídicas inglesas
son intraducibles a nuestros idiomas, al igual que ocurre con los términos relativos a la fauna o
flora de un clima diferente. Cuando se nos quiere traducir a toda costa, se desnaturaliza su
sentido.
Por último, debemos señalar, la importancia atribuida por los juristas ingleses a la eficacia de
las decisiones judiciales. En primer lugar, en Inglaterra nada se opone a que los tribunales, a fin
de asegurar el respeto del Derecho, dirijan órdenes a la Administración. Los tribunales ingleses
no se limitarán a anular el acto administrativo ilegal; ordenarán a la Administración mediante
una orden de mandamus, la adopción de una medida administrativa justa adaptada a las
circunstancias; ordenarán a la policía, como a cualquier otra persona, mediante el writ de
habeas corpus , la puesta en libertad del individuo detenido o arrestado ilegalmente. Tales
procedimientos son característicos del Derecho inglés, en cambio, apenas se preocupa por las
declaraciones abstractas que afirman principios de justicia sin preocuparse de su sanción
práctica.
Pasando a otro aspecto, debemos también anotar que los juristas ingleses conciben sus
derechos fundamentales como un derecho jurisprudencial o Case Law.
Así, el Derecho inglés es un sistema abierto " que da por supuesto un método que permite
resolver cualquier cuestión que se plantee con base en un caso análogo; pero si es alguna
cuestión nueva, el jurista se ajusta los más posible a las circunstancias propias de cada caso
concreto y toma muy en cuenta esas razones para distinguir la situación actual de las
presentadas en el pasado. Quiere decir esto que a una situación nueva corresponde y debe
corresponder, según el jurista Inglés, una norma nueva”.
En cuanto a la Jurisprudencia, está enmarcada como la fuente principal del Derecho inglés,
pues en Inglaterra existen no solo funciones jurisdiccionales y autoridades judiciales, sino
también un poder judicial, que, por su importancia y rango, se encuentra en el mismo plano
Como dato curioso, en los tribunales ingleses no existe un fiscal, pues a los ingleses les parece
inconcebible con la autonomía y dignidad del poder judicial la presencia de un agente que
represente al poder ejecutivo y además, solo en Londres existe un Tribunal Superior, si
exceptuamos la competencia atribuida en materia de equidad, a dos tribunales situados en
Durham y Manchester. También hay unos abogados llamados commissioners, asimilados a los
Jueces mientras dura su comisión, los cuales hacen giras judiciales por las provincias
solucionando conflictos. Los abogados también están concentrados en Londres con cerca de
4.000 barristers y junto a ellos los sollicitors, que desempeñan un papel similar al de los
procuradores o personeros municipales y al de los notarios.
La High Court of Justice está formada por tres divisions o divisiones, cuyos sobres son:
-La División del Banco de la Reina (Queen's Bench Division Q.B.) con 38 Jueces.
-La División de la Cancillería (Chancery Division Ch.) con 8 Jueces.
-La División de Testamentos, divorcios y asuntos marítimos. Probate, Divorce and Admiralty
Division, con 17 Jueces.
Los asuntos se dirigen normalmente a alguna de las Divisiones de la High Court of Justice y
sus decisiones son recurribles ante la Court of Appeal, que cuenta con 12 Jueces.
Sin embargo, contra las decisiones que pronuncie la Court of Appeal, puede recurrirse ante la
Cámara de los Lores.
Los Tribunales de Justicia representan en Inglaterra un verdadero poder, pues fue en ellos
donde se elaboró el Common Law.
La Costumbre. Para empezar, debemos desechar la idea, tan corrientemente aceptada, de que
el Derecho inglés es consuetudinario. Esta idea tiene su origen en la creencia sustentada por
numerosos juristas Europeos en una rígida dicotomía: el Derecho es, o un Derecho escrito,
basado en textos codificados, o un Derecho no escrito y, por tanto consuetudinario. el
Derecho inglés no ha sido nunca un Derecho consuetudinario; es un Derecho jurisprudencial.
El Common Law ha determinado la desaparición del Derecho consuetudinario de Inglaterra,
contenido en las costumbres locales.
Una Ley del año 1265, vigente hoy día, exige que para que una costumbre sea aplicada, debe
tener carácter inmemorial, es decir, que existiera en el año 1189 y, hoy en Inglaterra una
costumbre no es considerada jurídicamente obligatoria si se prueba su inexistencia en 1189.
La Ley. En principio, debe señalarse que no existe en Inglaterra una constitución escrita; lo que
los ingleses llaman Constitución es el conjunto de normas, de origen legislativo y, más
frecuentemente, jurisprudencial, que garantizan las libertades fundamentales de los ciudadanos
y que ponen límite al arbitrio de las autoridades.
Es cierto que Inglaterra no cuenta con códigos, pero su Derecho escrito es, con escasas
diferencias, tan importante y desarrollado como en el resto del mundo. Lo único cierto es que
el legislador Inglés no tiene tras de sí la misma tradición que sus demás colegas Europeos, pues
tiene dificultades para formular normas jurídicas de ámbito general, ya que tienen un aspecto
más casuístico, que trata de ubicarse más en el plano jurisprudencial, considerada como la
única norma auténtica del Derecho inglés. De otra parte, los principios contenidos en la Ley
sólo son plenamente admitidos por los juristas ingleses y auténticamente integrados en el
sistema del Common Law una vez han sido aplicados, reformulados y desarrollados por las
decisiones jurisprudenciales.
La Razón. El carácter histórico del Derecho inglés se pone particularmente de resalto cuando
se consideran sus categorías, sus conceptos y el papel eminente que se reserva en él a la
jurisprudencia. Según HOLMES, “the life of the law has not been logic; the life of the law has
been experience". Para constituir el sistema jurídico en el que se integra el Common Law, ha
sido preciso buscar en cada caso la solución más conforme con la razón, constituyendo un
factor determinante en el descubrimiento de dicha solución, el deseo de asegurar la cohesión
de las decisiones de la justicia, todo lo cual supone un cierto recurso a la lógica.
Y ya para terminar, existen en la práctica diferencias entre los Derechos de los distintos países
del Common Law. Lo comprobaremos al estudiar el Derecho de los Estados Unidos de
América.
No nos ha parecido, sin embargo, inútil terminar nuestro estudio del Derecho inglés poniendo
de relieve esta concepción no nacional de un Derecho, fundado en la razón, que caracteriza al
Common Law. De hecho, esta razón, frente a la concepción soviética del Derecho, constituye
el elemento de base que confiere unidad a los Derechos de mundo occidental, elevándolos por
encima del decisionismo de las políticas nacionales.
En ellos, la norma jurídica se continúa considerando como una norma general de conducta y
las divisiones jurídicas como el vocabulario, siguen siendo, en gran medida, los propios de la
ciencia jurídica edificada sobre la base del Derecho Romano por obra de las universidades
europeas.
Junto a estas semejanzas, sin embargo, se dan diferencias, debido al carácter revolucionario que
se les atribuye a los derechos socialistas, en oposición al carácter estático de los Derechos
Romano-Germánicos. Además, los derechos socialistas no buscan tanto hacer reinar el orden
como en transformar totalmente la sociedad, mediante la creación de las condiciones de un
orden nuevo en el que las ideas mismas del Estado y Derecho se fusionaran.
La fuente exclusiva de las normas del Derecho Socialista, se encuentra en la obra del legislador,
en cuanto es expresión de una voluntad popular, dirigida de cerca por el partido comunista.
Así, el Derecho depende estrechamente de las condiciones imperantes en la economía, según
lo definió en su oportunidad el marxismo-leninismo. De acuerdo con esta Doctrina, todos los
bienes de producción han sido colectivizados. Como consecuencia, la esfera de las relaciones
entre ciudadanos, en la nueva sociedad, se restringió y el derecho privado perdió su primacía,
pues casi todo se convirtió en derecho público.
Rusia, luego de la revolución, inició una sociedad de tipo nuevo. En la sociedad a la que se
aspiraba, lógicamente se aspiraba a una sociedad comunista presidida por el signo de la
fraternidad, en la cual, erróneamente, tanto el Estado, como el Derecho, resultaban
innecesarios, debido a un nuevo sentido de la solidaridad social surgido como resultado de la
desaparición de los antagonismos del mundo capitalista.
Hasta el fin de la Guerra Fría, el ideal de una sociedad comunista no pudo ser concretado al
máximo en la URSS, donde únicamente se logró construir un mundo socialista, caracterizado
por un Estado en el que se colectivisaban los medios de producción, en lo económico y, por la
omnipotencia del mundo comunista, en el plano político.
Según Engels, ha existido una sociedad primitiva sin clases, en la que todos los individuos se
encontraban en la misma situación con respecto a los bienes de producción; más tarde, debido
a la división del trabajo social, la sociedad primitiva se dividió en dos clases. Una de estas clases
se apoderó de los medios de producción apropiándoselos y despojando de ellos a la otra clase
cuya explotación inició. Es entonces cuando nace el Estado y el Derecho, ideas que aparecen
estrechamente relacionadas para los marxistas.
Así, el Derecho consiste en una norma de conducta humana que se caracteriza por ir
acompañada de la coacción, es decir, de la intervención estatal. El Estado es una autoridad
social que, mediante la amenaza o el empleo efectivo de la coacción, asegura el respeto a dicha
norma.
No existe Derecho sin Estado ni Estado sin Derecho; en realidad son dos vocablos diferentes
que designan una misma verdad.
Dicen también, y ustedes lo saben mejor que yo, que el Derecho es el instrumento que, en la
lucha de clases, sirve para salvaguardar los intereses de la clase dominante y para mantener la
desigualdad social en beneficio de esta. Quiere decir lo anterior, que Engels define el Derecho
como el conjunto de normas sociales que aseguran el imperio de la clase dominante sobre la
denominada en todas aquellas de sus relaciones que no podrían mantenerse sin recurrir a la
opresión ejercida por un Estado sólidamente organizado.
Por otro lado, el Estado es la organización de la clase dominante, mediante la cual esta asegura
su opresión sobre la clase explotada, a fin de salvaguardar sus intereses de clase.
Pero, debemos considerar el actual Derecho soviético como un Derecho original en relación
con los Derechos Romano-Germánicos?
Sin embargo, en relación con el Derecho soviético, este se regía por una doctrina que en la
antigua URSS, era considerada como la expresión evidente, e indiscutible de la verdad y de la
razón: el marxismo-leninismo, desde cuya perspectiva se estudiaban en esas naciones todos los
problemas, tanto jurídicos como económicos y políticos.
Y en relación con el Derecho, esta doctrina determinó que era una superestructura, que viene a
traducir a la realidad los intereses de quienes dominan en una determinada sociedad y es
empleado como un instrumento por quienes ejercen en la sociedad económica su dictadura,
debido a que disponen de los bienes de producción. También dijeron que el derecho es un
instrumento para oprimir a la clase explotada y es, necesariamente injusto, ya que hablar de
Derecho justo es recurrir a una ideología, es decir, a una representación falsa de la realidad, por
tanto, el Derecho es, en verdad, la negación de la justicia.
Como se ve, la concepción marxista del Derecho, es totalmente opuesta a nuestra tradición.
Para comprender su significado y entender la forma en que concebían los dirigentes soviéticos
a la sociedad comunista del futuro, es preciso conocer la teoría que se profesaba sobre el
origen y el significado del Estado y del Derecho, lo cual se logra a través del libro " Los
orígenes de la Familia, La Sociedad y el Estado ", escrito por Federico Engels en 1884, ya
citado aquí.
Por eso, lo esencial de la doctrina marxista reside en la convicción de que el antagonismo entre
las clases es la causa de todos los males que aquejan a la sociedad; se pueden y se deben
suprimir las clases sociales mediante la prohibición de la propiedad privada de los medios de
producción y la puesta de dichos bienes a disposición de la colectividad, la cual los explotará en
el interés de todos.
Pero, bien merece atención que nos detengamos así sea poco, en la Historia del Derecho Ruso
y soviético, que cuenta con dos etapas:
En Rusia, la historia propiamente dicha comenzó a finales del Siglo IX, cuando una tribu
procedente de Escandinavia, Los Varegos, dirigida por su Jefe Riurik, instauró su dominio en
el año 892 creando un incipiente Estado que duraría hasta el año 1236, fecha en que fue
destruido por los mongoles. El acontecimiento más importante de su historia es su conversión
al cristianismo en el 980 bajo el reinado de San Vladimiro y el primer momento jurídico Ruso
aparece allí cuando se redactaron por escrito las costumbres que se tenían, con el propósito de
hacer penetrar en ellas el poder de la Iglesia.
Como se dijo, en el 1236 llegaron los mogoles y dominaron hasta el año 1480 en el reinado de
Iván III en una guerra de liberación que duró cien años. El dominio mogol se tradujo es un
estancamiento del Derecho y en un incremento de la influencia del clero y del Derecho
Bizantino ya que en el año 1056 se había consumado el cisma con Roma y Rusia por la
herencia de Constantinopla por la defensa de la fe verdadera, se considera como la " tercera
Roma ".
Una tercera división del Derecho Ruso se produce de 1480 hasta el advenimiento en 1689 de
Pedro el Grande. En ese período, Rusia se somete al poder despótico de los zares para escapar
de la anarquía y preservar su independencia contra las agresiones procedentes de occidente.
La cuarta etapa en esta división del Derecho Ruso, se extiende desde la accesión al trono de
Pedro el Grande en 1689 hasta la Revolución de 1917.
Este primer período se divide a su vez en tres fases: El período del comunismo revolucionario
de 1917 a 1921; el período de la Nueva Política Económica de 1921 a 1928 y el período de la
colectivización de la agricultura y de los planes quinquenales de 1928 a 1936.
Claro que debido a su situación actual no nos detendremos más en esta escuela procesal, que
ha tenido igualmente influencia y desarrollo en la escuela Yugoslava del Derecho.
Podría decirse que no existe hoy en día ningún Derecho que no haya tomado alguno de sus
elementos de una de estas tres familias.
Estas tres familias estudiadas están ligadas íntimamente al desarrollo de la civilización Europea,
y todas ellas reflejan modos de pensamiento y de vida, expresan ideas y consagran instituciones
que se han conformado en el medio histórico y cultural Europeo.
Pero, nos encontramos con un problema totalmente diferente en Asia y África, donde no se ha
producido en toda su extensión la penetración Europea.
Conviene, sin embargo, señalar, junto a estas tres familias, ciertos sistemas, de naturaleza más
religiosa o filosófica que jurídica en estricto sentido, cuyas normas regulan en determinados
países las relaciones humanas, en su totalidad o en alguno de sus aspectos.
En realidad, dichos sistemas no constituyen familias propiamente dichas, pues son
independientes entre sí y ninguno de ellos agrupa una pluralidad de derechos nacionales.
Si hablamos de Derechos para referirnos a estas familias o sistemas o sistemas, esto se debe a
que no contamos con una definición más apropiada. Así se hace corrientemente en la práctica,
debido a que el cuerpo normativo en que integran y los conceptos y técnicas que los
constituyen, están destinados, en el espíritu de sus miembros, a desempeñar la función que, en
otras partes se reserva al Derecho.
El más importante de estos sistemas es el Derecho musulmán, seguido del Derecho Hindú, el
cual no es el Derecho de la India; está constituido por el conjunto de preceptos que se
imponen, con fuerza legal, a todos los fieles de la religión Hindú, cualquiera que sea el país en
que se encuentren.
Un tercer sistema, comparable a los anteriores, lo representa el Derecho Judío. Sin embargo, el
ámbito de influencia de este último es infinitamente menor que el de los dos sistemas
anteriores. Por ello, independientemente de la importancia histórica o filosófica que pueda
tener, no nos detendremos en él.
Finalmente, no ocurre lo mismo con el África Negra y Madagascar. En estos países nunca
floreció una civilización jurídica comparable a la del Extremo Oriente presentándose en esas
regiones una mezcla de Common Law con sistema Romano-Germánico, debido a la conquista
de esos territorios, confundidos además con creencias religiosas que suponían cierto obstáculo
a la recepción de los derechos y concepciones jurídicas de las familias que ya estudiamos.
EL DERECHO MUSULMÁN:
A diferencia de los derechos estudiados, éste no constituye una rama autónoma del
conocimiento, sino que como lo vimos, es una de las facetas de la religión Islámica. Esta se
compone por un lado, de una teología que establece los dogmas y fija las creencias del
musulmán; además, se compone de un Char, que prescribe a los creyentes lo que deben o no
deben hacer, concentrándose por tanto, en la idea de las obligaciones que incumben al hombre
y no en la de los derechos que le puedan corresponder, concepto que al igual comparten el
Derecho Hindú, el Derecho Hebreo y los Derechos del Extremo Oriente.
La concepción Islámica es la de una sociedad esencialmente teocrática, en la que el Estado sólo
se justifica como servidor de la religión revelada, así, el Derecho Islámico solo puede ser
Es el más importante de estos sistemas religiosos y se trata más bien, a imagen y semejanza de
lo que el Derecho canónico representa para los cristianos o el Derecho hebreo para los judíos,
pues es el Derecho de una comunidad de fieles que profesa el islamismo y no el sistema
jurídico de un estado musulmán determinado, sin embargo, en la Constitución de la República
Islámica de Irán, promulgada el 15 de Noviembre de 1979, se lee en su Preámbulo lo siguiente:
"En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso " he aquí que enviamos nuestros
enviados con las pruebas, e hicimos bajar con ellos el libro y la balanza para que se levanten
con la equidad " (Corán. LVII, 25).
Así, por su vocación de sustituir el Derecho, es, más que un sistema jurídico, un conjunto de
normas relativas a las relaciones humanas, que se derivan de la religión musulmana.
Debido a su vinculación con una religión revelada, a la originalidad de sus conceptos y a la
teoría de las fuentes que le son propias, el Derecho musulmán se distingue claramente de las
familias jurídicas consideradas hasta ahora, pues en aquellos países cuya civilización ha sido
modelada por el Islam, los principios del Derecho musulmán han influido considerablemente
en la práctica sobre la interpretación o aplicación de las normas importadas de Occidente o
inspiradas por las concepciones Occidentales.
El Corán es el conjunto de revelaciones que Allah dijo al último de sus profetas, Mahoma.
La Sunna representa el modo de ser y de conducirse el profeta Mahoma, cuyo recuerdo debe
servir de guía a los creyentes y lo constituyen los actos y palabras de Mahoma, según han sido
transmitidos por una cadena ininterrumpida de intermediarios.
Pero lo cierto, es que el Derecho musulmán es inmutable y numerosos Estados con población
musulmana continúan afirmando en sus Leyes, y a menudo también en sus constituciones su
fidelidad a los principios del Islam. Así por ejemplo Marruecos, Albania, Túnez, Siria,
Mauritania, Pakistán e Irán, como lo vemos. También los códigos civiles de Irak, Siria y Egipto
invitan a los Jueces a calmar las lagunas del Derecho, acudiendo al Derecho Musulmán y sus
principios.
EL DERECHO DE LA INDIA:
Este es un segundo sistema de Derecho tradicional, cuya autoridad es reconocida y venerada
por una gran comunidad. El Derecho Hindú, en realidad no es el Derecho de la India, sino el
Derecho que de la comunidad que, en la India o en otros países del Sudeste Asiático, se
adhiere al Indoísmo, es decir a la religión brahmánica, que propone entre sus adeptos, una
determinada concepción del mundo que implica una estructura social a través de castas y un
cierto sentido de vida consagrado en textos sagrados que vienen del 1500 a. de C. y que se
llaman los Strutis, que comprenden el Rigueda (los cuatro vedas), Los Vendagas y los
Upanishads, todos los cuales constituyen la propia verdad y la fuente de todo conocimiento y
que describen los principios de organización, de moral y de conducta que deben observar los
hombres en una sociedad en armonía con el ordenamiento Divino.
Sin embargo, este Derecho tiende a ser reemplazado actualmente por un Derecho Nacional
cuya aplicación debe ser independiente de la fe religiosa de los interesados.
EL DERECHO CHINO:
La concepción tradicional del Derecho en China es muy diferente de la concepción Occidental
y en su concepción, El Derecho representa una función secundaria. El fundamento del orden
social no lo constituye el Derecho, sino los ritos, los cuales prescriben a los individuos en todas
las circunstancias de la vida un comportamiento en armonía con el orden natural de las cosas.
Para los Chinos, las Leyes se consideraban como algo malo en sí mismo, porque los individuos
al conocer las Leyes, se arrogan derechos y tienden a prevalecerse de ellos, abandonando, al
propio tiempo, las normas tradicionales de honestidad y moral, las únicas que deben guiar su
conducta.
También para los Chinos, el Derecho es totalmente deplorable y su aplicación supone una
alteración del orden natural de las cosas y el cual, por tanto, sólo debe utilizarse en último
extremo y en la menor medida posible.
Además, ahora el ideal comunista de una sociedad sin Derecho concuerda mejor con la
tradición China que ya hemos citado.
sana doctrina marxista, por tanto, los jueces están subordinados a los soviéticos locales y no a
la Ley, pues China sigue viviendo una época de comunismo revolucionario.
Así, hemos dado un pequeño recorrido por las diferentes Familias Jurídicas, que nos permiten
tener una visión más amplia del Derecho y que espero sea una monografía que se amplíe más
adelante por los procesalistas colombianos y latinoamericanos de los países donde se difunda el
presente estudio.
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D.C., 1994.
Los muiscas era el grupo más numeroso y más extendido del país y el que había logrado el más
alto nivel de complejidad social y política al norte del imperio incaico, aunque su grado de
evolución fuese inferior al de ellos, pues si bien el menor desarrollo de la técnica se evidencia
en la falta de construcciones de piedra y de instrumentos de metal, aunque el historiador
Lehmann, ha creído ver en ellos un resto de emigraciones toltecas, sobre todo por su maestría
en trabajar la cerámica y la orfebrería que sin embargo se considera como de calidad artística
inferior a la de otros grupos de Colombia que no lograron, en cambio, la extensión territorial ni
la complejidad política de los muiscas.
En el momento de la conquista española, los muiscas habitaban entre los dos afluentes
principales del río Magdalena: el Bogotá y el Sogamoso, que bañaban los valles de altura, en
los actuales departamentos de Cundinamarca y Boyacá, ubicados entre los 1800 y los 3000
metros de altitud sobre el nivel del mar. En esta región se daban las mejores cosechas y
comprendía unos 30000 Km2, siendo su localización entre los 4 y los 7° de latitud Norte y su
población entre medio millón y un millón de personas.
Conocidos por los europeos con ocasión de la penetración al interior del país, que lideró el
Licenciado Gonzalo Jiménez de Quesada, en 1536, fueron sometidos finalmente en 1538,
después de que Jiménez de Quesada pactó el cese de hostilidades con el Zaquesagipa, un zipa
cuyo ejército había cercado a los españoles en Bacatá (hoy Bogotá). La condición consistió en
atacar a los panche, enemigos tradicionales de los chibchas.
Las poblaciones chibchas más importantes estaban integradas dentro de tres reinos, el de los
zipa, el de los zaques y el de los iraca. A su vez estos se identificaban con linajes del mismo
nombre, sirviendo éste para designar no sólo a los linajes sino a sus respectivos jefes.
Los muiscas no alcanzaron a tener un régimen político centralizado, pues vivían en régimen de
reinos dirigidos por jefes aristocráticos que, así mismo imponían tributo a sus vasallos, aunque
en tiempos de la conquista española, el de Bogotá, que se había impuesto a varios, estaba a
punto de realizar una gran unidad política, incluso contra los sufragáneos del zaque de Tunja7
(o Hunza), que era el rival más poderoso, e incluso el Cacique de Turmequé era uno de sus
principales seguidores.
7 Tunja, como poblado hispánico, fue fundada el 6 de agosto de 1539 por el capitán malagueño Gonzalo Suárez Rendón,
en el mismo lugar en el que residía el Zaque, caudillo chibcha cuyos dominios se extendían por el Norte hasta los del
señor de Tundama y por el Sur con los del Cacique de Somondoco. La primitiva ciudad chibcha fue conquistada por los
españoles el 20 de agosto de 1537 y a su inmediato poblamiento luego de la fundación española, contribuyeron su fértil
suelo y su conciencia artística, tanto que en 1567 ya se iniciaba la construcción de la Catedral consagrada al apóstol
Santiago El Mayor, patrono actual de la arquidiócesis.
El Emperador Carlos V le concedió por Real Cédula del 30 de marzo de 1541, el título de ciudad y su escudo de armas:
Águila bicéfala coronada, leones rampantes, torres almenadas, granada y el Toisón de oro.
La tierra era trabajada por ambos sexos, y constituía una propiedad individual que se transmitía
de viudas a hijos; la principal herramienta era la pala de madera. Las laderas era el mejor sitio
para sembrar, aunque, el fondo de los valles les era benéfico. En la extensa zona pantanosa de
la sabana de Bogotá se cultivan "en cierta manera de camellones altos que hacen a mano, con lo cual
protegían los plantíos de la excesiva humedad, mientras que las zanjas pueden haber servido para la pesca,
puesto que se decía tenían fundadas sus pesquerías por zanjas y corrales" 8. La región de Bogotá era la
más surtida de pesca y, aun cuando se practicaba algo de caza de venados y conejos, su
alimentación fundamental era de tipo vegetal.
Tejían telas de algodón, bien fuera blancas o pintadas con pinceles, cepillos o cilindros de
cerámica en relieve, todas las cuales se usaban para vestir o para comerciar con ellas. Por
ejemplo las mujeres y hombres llevaban una falda ceñida a la cintura con un prendedor de oro
y una manta sobre los hombros. Igualmente, Boyacá en lengua chibcha significa "cercado de
mantas". Cuando no llevaban las mantas, que poco a poco derivaron en la actual ruana, mezcla
de ellas y de capa castellana, se pintaban el cuerpo de rojo y de negro otras en ocasiones.
Había centros mercantiles en los cuales se organizaban mercados cada cuatro días como en
Tunja. Además trataban con tribus vecinas, principalmente en dos ferias, lo cual constituía la
gran escala de su comercio internacional, una a orillas del río Magdalena en la tierra de los
yaporoges, a la que acudían llevando mantas, sal y esmeraldas, por oro. En Sorocotá (actual
ciudad de Vélez) era cada ocho días el otro mercado, donde también llevaban oro las tribus de
las vertientes del Magdalena. En general, no se usaban medidas de peso ni dinero, aunque hay
referencias al uso de tejuelos o discos de oro.
Como ya se citó aquí, faltaban a los muiscas las construcciones de piedra, con lo cual las casas
eran montadas sobre postes y provistas de paredes de cañas que embadurnaban con lodo. Los
techos los cubrían con paja y los tejados bien eran triangulares o circulares. En general, no
había diferencias entre los edificios públicos y las casas particulares, excepto por su tamaño. El
interior de la casa se equipaba con camas hechas de caña entramada, taburetes bajos, algunos
con respaldo, y los aperos del trabajo, pero normalmente las casas tenían pocos muebles, como
se puede notar en Sogamoso, donde aún se conservan en pie varias casas, custodiadas durante
muchos años por el antropólogo Eliécer Silva Celis y su señora Lilia Montaña de Silva.
Los palacios de los caciques, eran "como un alcázar cercado y con muchos aposentos dentro, y es cosa
mucho de ver la pintura y polidos primores de los tales edificios y los patios y otras particularidades. Estaban
rodeados de muchas cercas de por fuera y por de dentro y de tal arte que quieren parecer... laberintos. En las
entradas colgaban chágualas (placas de oro) que tintineaban al abrir las puertas, y en las entradas y esquinas
erigían grandes postes con una como gavia en lo alto que usaban para cierto tipo de sacrificios. De los palacios
salían carreras de siete u ocho pasos de ancho con valladares a los lados, que llevaban a la entrada de los
santuarios donde iban los caciques a sus oraciones y sacrificios. Al ver varios de estos palacios extendidos por el
Altiplano Cundiboyacense y la Sabana de Bogotá, los conquistadores la nombraron a ésta el Valle de los
Alcázares."9.
El matrimonio era generalmente monógamo, pero las clases altas practicaban la poligamia,
hasta el extremo de que algunos caciques tenían hasta cien esposas, pero incluso los hombres
del común tenían, cada uno, dos o tres. En esta clase de matrimonios, el hombre vivía por
separado de sus esposas; en cambio éstas habitaban juntas en la misma vivienda.
Una de las mujeres, sin duda, era la principal y con ella se celebraba el matrimonio con más
pompa. Las demás, también contraían nupcias en una ceremonia, pero debían servir a su
esposo, hilando y acudiendo a la labranza y, especialmente, preparando los bollos y la chicha
para las fiestas que ofrecía el cacique.
Los pueblos eran realmente asentamientos esparcidos por todo el territorio en aldeas que
correspondían a diversos linajes. Las aldeas comprendían de diez a cien casas, con los
agrupamientos mayores cerca de la casa del cacique.
Varios de estos pueblos bajo la autoridad del cacique más poderoso de entre ellos, formaban
provincias o cacicazgos mayores mencionados ya aquí, como las unidades políticas
fundamentales. Estos caciques de provincia tenían de diez mil a treinta mil vasallos. Había
varios cacicazgos principales en el territorio muisca. Cada cacique se suele designar con el
nombre de su provincia. El zipa, o soberano de Bogotá, cuya provincia era la más extensa y
poblaba de todas, había sometido otras provincias, entre ellas Fusagasugá, Ubaque, Guatavita
y Ubaté, estableciendo su dominio sobre toda la sabana de Bogotá.
El otro cacique poderoso era el zaque de Tunja que dominaba la región circundante como
Turmequé, tierra de nuestro personaje, a quien en breve nos referiremos. Cerca estaba el Iraca,
9 FRIEDE, Juan. Documentos Inéditos para la Historia de Colombia. Compilación. Bogotá, 1960.
cuyo cacique, el Sogamoso, se describe a veces como sacerdote. Se dice que el zipa de Bogotá
podía sacar más de cien mil hombres de guerra, y el zaque de Tunja unos sesenta mil.
Concluyese aquí, que poseían una muy buena organización militar y se añade que usaban como
armas principales: lanzas, dardos con cerbatana, la honda, la macana y los escudos de madera,
aunque algunas unidades mercenarias utilizaban el arco y la flecha, sobre todo cuando se
enfrentaban a los feroces caníbales panches y colimas del valle del Magdalena.
A las batallas, por ejemplo, llevaban los muiscas también algunas momias de sus ancestros,
para que los protegieran. Y, si podían apresar al señor de los contrarios, se lo llevaban a su
tierra para sacarle los ojos y ultrajarlo hasta que muriese; también tomaban prisioneros y
sometían como esclavos a los flecheros panches y colimas, que tenían los caciques para su
servicio, y para servidores ocupados como cargadores o para enterrarlos con los muertos, con
los cual, les acompañarían a su viaje al más allá.
Ese más allá era nada menos que el propio centro de la tierra, al cual llegaban los muertos
cruzando un gran río en balsas de telarañas, y allá cada provincia tenía sus términos señalados.
Por otro lado, los que morían de calenturas, dolor de costado, cámaras de sangre, en la guerra
o de parto, iban a descansar al cielo. Debido a esta creencia ofrendaban trementina y mantas en
el sepulcro, construyendo una choza sobre él. Los cuerpos de los caciques muertos recibían
trato especial, pero de forma distinta según el rango y las provincias a las cuales pertenecieran.
Por tanto, era frecuente embalsamar el cuerpo y enterrar con él mujeres y esclavos, como lo he
anotado, aunque la leyenda también advierte que los de Bogotá arrojaban, en un ataúd de oro
el cuerpo del zipa a una laguna.
En cuanto a los nobles que habían de suceder a un cacicazgo, pasaban por un período de
preparación en el templo, que incluía continencia y ayunos y duraba seis años. En Guatavita,
por ejemplo, antes de asumir su cargo el nuevo cacique, iba a una ceremonia a la laguna que
lleva ese nombre y, esperaba que saliera el sol, el cual se reflejaba en su cuerpo cubierto de
polvo de oro, para después bañarse en la laguna y dejar que brillara el precioso mineral sobre
las aguas. Esta leyenda, representada a través de la figurilla de la balsa muisca, que se puede
apreciar en el Museo del Oro de Bogotá, parece ser la que dio origen al mito de "El Dorado",
que hablaba de la existencia de un reino fabuloso donde gobernaba un cacique cubierto de oro,
lo cual era una de las motivaciones para que los españoles lo buscaran por varias partes de
Sudamérica. Con lo anterior, se suma además que las cuevas, las montañas, los ríos y los lagos
poseían un carácter sagrado y se les rendía culto.
Los caciques también recibían de sus súbditos, tributos en especie y en trabajo. En especie
principalmente recibían mantas y oro, palas de cavar y coladores de paja para la chicha, frutas,
verduras, etc., pero también muchos otros bienes, algunos de los cuales sólo venían de lugares
determinados. Las contribuciones en trabajo se daban para labrar las tierras del cacique y para
construirle sus casas y cercados.
El tributo principal se daba una vez al año, en marzo, cuando acudían a hacerle la labranza
todos los capitanes con su gente. A estos príncipes les correspondía dar mayor cantidad de
tributo, varias mantas y tejuelos de oro, mientras que los hombres del común daban por lo
general mantas u otros productos, según sus posibilidades. El cacique les daba a todos de
comer y beber, y daba al capitán una manta pintada y lo "embijaba, que era honra entre ellos"10. De
este modo, la labranza en común era también una ocasión festiva con aspectos rituales.
En otras ocasiones de trabajo en común para el cacique, como hacer las casas o celebrar alguna
fiesta, también le daban contribuciones en especie de menor cantidad, lo cual también ocurría
cuando cosechaban las mazorcas del maíz.
El cacique podía de esta forma obtener una cantidad considerable de bienes, que sin embargo,
en ocasiones se disminuía, por la obligación del cacique de dar de comer y beber a quienes le
colaboraban.
Finalmente, en lo que tiene que ver con la RELIGIÓN de los chibchas, antes de la
evangelización católica, podemos decir aquí, que en las fuentes sobre la religión muisca se da
lugar eminente al culto del Sol (Sué) y a la Luna (Chía), oficiados ambos por sacerdotes de
origen aristocrático. En otros varios mitos se mencionan además seres sobrenaturales con sus
nombres propios y algunas de sus atribuciones, aunque se dice muy poco de la importancia que
tuvieran en el ritual.
Hay referencia a un dios creador del universo, Chiminigagua. Pero el mito más mencionado es
el de Bochica, dios y héroe cultural, principio del bien y de la vida, comparado con
10 Ibídem.
Quetzalcoatl, el mexicano, o con el dios inca Viracocha. Según los de Bogotá, que había
tenido a su cargo la enseñanza del tejido y pintado de las telas en los primeros tiempos de los
chibchas, en los cuales predicó la observancia de las costumbres. Indica también la leyenda que
llegó al país muisca desde el oriente, recorriendo cada uno de sus pueblos y dejando impresas
sus huellas en varios lugares por donde había pasado. Finalmente, antes de desaparecer, dio
paso con su bastón de oro, a las aguas del río Bogotá, creando el Salto del Tequendama, desde
donde también condenó a Chibchacún a cargar como atlante la tierra, (que antes había estado
sobre postes) por haber inundado toda la sabana de Bogotá. Este Chibchacún era otro mito y,
se le consideraba como el patrón de orfebres, mercaderes y labradores.
Otro mito se acuñó en tierras del zaque de Hunza (Tunja); allí se decía que hubo una primera
mujer llamada Bachué, quien emergió de la laguna de Iguaque con un niño, con quien una vez
creció se unió, siendo tan prolífica que daba a luz cuatro o seis hijos en cada parto, con los
cuales se pobló el mundo. Y, después de muchos años cuando ya estaban viejos ella y su
marido, exhortaron a los hombres a guardar las leyes que les habían dado y, convirtiéndose en
serpientes, se metieron en la laguna.
La tradición del zaque, frente a la del zipa, también le atribuía un poder sobrenatural al cacique
Sogamoso, que tenía el poder sobrenatural de cambiar los temporales. En uno de los mitos de
la creación, el cacique de Sogamoso se convierte en la luna y su sobrino, el de Ramiriquí, en el
sol.
Otros tres, por no citar más, eran Cuchaviva, llamado "el aire resplandeciente" o "el arco del cielo"; y
lo tenían como abogado de las parturientas y de los enfermos de calenturas. Nencatacoa era el
"dios de las borracheras, los pintores y los tejedores de mantas" y se invocaba para que fuese fácil
arrastrar los troncos más pesados que se usaban para las edificaciones. Por último, Chaquén,
quien era el dios de los reglamentos que se daban para las carreras rituales y también le
dedicaban los adornos de las fiestas y los plumajes que se usaban en fiestas y guerras.
Todo esto muestra la existencia de dioses conectados con elementos naturales y con
actividades en la división social del trabajo. Los sobrenaturales se representaban en forma de
ídolos, que tenían en templos o en casas particulares. Los templos estaban cerca de los palacios
de los caciques y unidos a ellos por caminos cercados. De igual forma había santuarios en las
lagunas como la de Tota, o la ya mencionada de Guatavita, hasta donde se podía llegar por
caminos separados para cada una de las provincias.
El sumo sacerdote, llamado mohán o jeque, se reclutaba del seno de la nobleza y junto con los
demás sacerdotes, eran educados para el cargo durante doce años, en los cuales se sometían a
privaciones, penitencias y ayunos que tenían por objeto prepararles para dicha función, tiempo
al cabo del cual les horadaban las narices y orejas y les ponían adornos de oro. En este tiempo,
debían mantenerse castos, excepto el sacerdote principal, que podía llegar a tener varias
esposas. Los sacerdotes que no se casaban, transmitían la condición de tío a sobrino.
Cuando el sucesor era de edad mediana, lo enviaban a una casa especial donde los candidatos
se adiestraban con un indígena mayor, que les enseñaba las ceremonias y sacrificios.
Al culminar su enseñanza, llevaban al iniciado a un baño en una quebrada y con mantas nuevas
lo llevaban a la casa del cacique, quien lo investía como jeque dándole el calabacito de coca
típico de su oficio y se hacía una gran fiesta. El nuevo jeque pasaba entonces a residir en una
casa cerca del templo o en el campo y, sólo salía de ella para las ceremonias. Lo mantenía su
comunidad, que le labraba su sementera y para vestir recibía mantas de los que iban a hacer
ofrendas en el templo.
También los jeques actuaban como médicos y adivinos, a cambio de lo cual custodiaban las
ofrendas de sus fieles. Tomaban infusiones vegetales y mascaban tabaco para hacer preguntas
al sol sobre todos los asuntos importantes, como hacer caminos, diagnosticar, hallar objetos
perdidos o ir a la guerra, e interpretaban sus respuestas, según movimientos que sentían en las
coyunturas del cuerpo.
Efectuaban estos jeques varias clases de sacrificios para complacer a sus dioses, por ejemplo
cuando se construía una casa, se arrojaba una niña a los hoyos donde se erigían los postes de
entrada, los cuales, servirían posteriormente para hacer sacrificios con el objeto de alimentar al
sol.
Otra clase de sacrificio humano era el de los llamados mojas, que eran niños de cinco o seis
años, que se adquirían en un templo donde los criaban y, que estaba ubicado a quince jornadas
del país muisca en los llanos. Creían los muiscas que el sol ordenaba se les cortase a estos
muchachos la piel en torno al ombligo y que la sangre que les salía, se la tomaba el sol. Al
comprar a los mojas, llevaban dos o tres a los santuarios, donde cantaban en las ceremonias y
se les tenía por sagrados, pues se les consideraba como intercesores ante el sol. No se les
dejaba pisar el suelo y todas las mañanas los llevaban a lavar en un río o fuente y, cuando
llegaban a la adolescencia, les cortaban la cabeza y los reemplazaban por otro, pues si llegaba a
tener una relación carnal, su sangre se convertía en inútil para el sacrificio.
A sus enemigos, los panches, también los sacrificaban al sol en altas cumbres que miraban al
oriente. Los jeques llevaban allí la víctima, la tendían sobre una manta y la degollaban con un
cuchillo de caña, a veces eran dardaneados con una tiradera o lanza dardos. Recogían la sangre
en una totuma y untaban las peñas en que daban los primeros rayos del sol, pues esto se hacía
en días claros al amanecer. El cuerpo lo dejaban en un mástil, o lo metían otras veces en una
cueva para que el sol lo consumiera. No obstante estos relatos, los muiscas o chibchas
consideraban abominable el canibalismo.
Poco se sabe, sin embargo, del calendario ritual muisca. Dividían el año, llamado chocán o zocán,
en lunas o meses de treinta días, y para ciertos usos dividían el mes en tres partes de a diez días,
lo cual parece "semejante al sistema incaico"11. No se sabe si cada mes tenía su nombre, pero sí
que el año comenzaba en nuestro enero y, según el mito de Sogamoso, la transformación de
los caciques en sol y en luna, pudo haber ocurrido para un diciembre, pues los españoles en sus
crónicas, presenciaron durante esas épocas de fin de año, la celebración de una fiesta llamada
huan en la cual salían doce personajes vestidos de rojo, y en medio de ellos otro de azul, ante lo
cual, el cacique ofrecía un convite "con mucha chicha para consuelo, pues se salía de cada casa con
tristeza y se entraba del todo en la alegría y en el olvido de la muerte"12
Otras fiestas se relacionaban claramente con fenómenos astrales. Entre los escasos restos de
piedra de la región muisca, hay columnas que se dedicaban a las observaciones astronómicas.
El grupo más importante de ellas, está en Saquenzipa, conocido como "El Infiernito" cerca a
Villa de Leyva. Son unas veinticinco columnas alineadas de Este a Oeste y, desde este lugar en
el solsticio de verano, se ve salir el sol sobre la laguna de Iguaque, de donde surgió la diosa
Bachué, a la cual ya me referí anteriormente. Este hallazgo, también tuvo como promotor al
arqueólogo Eliécer Silva Celis.
Otra ceremonia de las más solemnes tenía lugar probablemente en junio. Durante la primera
parte del mes se quemaba toda la basura de las casas y sacaban las cenizas al campo, para que
fueran fértiles durante la segunda cosecha del año. Igualmente, si el año era seco y se preveía
hambre por falta de agua, algunos jeques ayunaban durante algunos días, al cabo de los cuales
subían a un cerro sagrado, quemaban sahumerios y esparcían por el aire las cenizas con que se
habían de condensar las nubes y llover.
Todas estas pequeñas referencias sobre la sociedad muisca o chibcha, las he presentado aquí,
para que se cuente con una pequeña idea del pueblo al que pertenecía Don Diego de Torres y
Moyachoque; pueblo que al ser sometido por los españoles, se convirtió en uno de los más
católicos de la actual Colombia, y raza que a través de su memorial, buscó ser protegida en sus
Derechos Humanos, por nuestro Cacique de Turmequé en la Corte de Felipe II.
En el caso de nuestro derecho colombiano, hubo unas fuentes del Derecho Indiano, que
corresponde a las leyes dictadas en Castilla, así como las leyes dictadas por nuestras autoridades
provinciales. Igualmente tuvieron valor las disposiciones dictadas por los propios indígenas,
siempre y cuando no contraviniese a Dios ni a las leyes de Castilla, conforme a la Real Cédula
dictada en Valladolid en 1555 por Carlos V.
Si bien este código no fue desde el punto de vista formal un cuerpo de leyes, su tendencia
esencial era moralizante y fue la auténtica expresión de un orden jurídico aborigen y hasta él se
remonta la honrosa tradición jurídica de los boyacenses.
13 RIVADENEIRA VARGAS, Antonio José. Tradición, ciencia y vocación jurídica en Boyacá, Universidad Santo
Tomás, Seccional Tunja, Colección investigando, Tunja, 1999, p. 48.
Otro caso citable para nuestro medio colombiano de un documento que hizo parte del acervo
no escrito, puede ser el denominado Código de Nemequene, expedido en los últimos años del
siglo XV por el zipa Nemequene, quien dictó sabias normas de administración pública y
estableció preceptos morales que obligó a cumplir a sus súbditos bajo pena de fuertes castigos.
Tales normas indican ya la existencia en el grupo muisca de un avanzado concepto de
juridicidad, que se concretó en su código, el cual incluyó un régimen de privilegios según las
categorías sociales, normas fiscales y un sistema de castigos para reprimir la comisión de faltas
contra el orden social establecido y contra la moral pública como las siguientes14:
Impúsose la pena de muerte al homicida, alegando que sólo Chiminigagua, que daba la vida, podía perdonar al
que la quitaba.
Con la misma pena se castigaba al que forzaba alguna persona del otro sexo, si era soltero. Siendo casado,
debía sufrir la pena del talión en el sentido de que dos hombres se acostasen con su mujer, presenciando dicha
unión. Esta pena era considerada peor que la misma muerte.
La unión sexual fuera del matrimonio o los límites de la familia, era severamente castigada. El adúltero era
sepultado vivo con reptiles venenosos y una gran piedra cubría el lugar del suplicio para extinguir su memoria.
El incestuoso era metido en un hoyo angosto lleno de agua y con sabandijas, que se cubría con una losa para que
pereciera miserablemente.
El reo de pecado nefando (excentricidades sexuales), moría con ásperos tormentos, y el que de ordinario le
aplicaban consistía en empalarlo con una estaca de una palma espinosa hasta que le salía por el cerebro. 15
El desertor era castigado con vil muerte. Al que se mostraba cobarde en el servicio militar, se le obligaba a llevar
vestidos de mujer, y a ocuparse en los oficios que son propios de ella, por el tiempo que dispusiera el zipa.
El hurto se sancionaba con pena de azotes. Al ladrón de bienes de mayor valor o reincidente, se le cegaban los
ojos perforándoselos con espinas punzantes.
Las faltas leves se sancionaban con penas de azotes para los hombres y para las mujeres afeitarles la cabeza o
rasgarles el “chircate” o manto que las cubría.
El deudor moroso en las contribuciones, tenía la obligación de recibir y mantener en la puerta de su casa un
tigrillo o un puma y al guarda que los llevaba hasta tanto no pagase la deuda.
El fisco heredaba los bienes del que fallecía sin herederos forzosos.
14 GHISLETTI, Louis V. Los Mwiskas, una gran civilización precolombina. Tomo II. Biblioteca de Autores
Colombianos. Ministerio de Educación Nacional, ediciones de la Revista Bolívar, editorial A.B.C., Bogotá, 1954, pp. 135
– 136.
15 En una cita que se hace del libro Urabá heroico de Ernesto Hernández, se relacionan también estos delitos y castigos
entre los kunas, por ejemplo: “la sodomía era pecado abominable entre los kunas. Al que le quitaba la virginidad a una
doncella lo herían con una varilla de espinas”, Cfr. LONDOÑO HIDALGO, Julio Mauricio. Op. Cit., p. 72.
Cuando una mujer moría de parto, si vivía la criatura debía el marido criarla a su costa. En caso de muerte de
ésta, daba la mitad de la hacienda a los suegros, hermanos o parientes más cercanos de la mujer a título de
indemnización.
A la gente común no le era permitido usar sino ciertos vestidos adornos y joyas, como ocurría con los
mandatarios y guerreros que guarnecían las fronteras, los llamados güechas. Sólo los usaques podían hacerse
oradar las orejas y narices, y llevar pendientes las joyas que quisiesen. Tampoco estaba dado a todos la cacería
del venado y el consumo de carne.
El Chibcha se casaba una vez con intervención de sus caciques y sacerdotes. Después podía tener cuantas
mujeres fuera capaz de sostener. Las doncellas bien parecidas eran ofrecidas al Cacique y éstas andaban
descalzas en el cercado hasta que el Cacique quisiera acostarse con ellas.
El cacicazgo se transmitía de tíos a sobrinos hijos de la hermana. A los 15 o 16 años se les enviaba al Cuca,
donde eran formados en habilidades que asegurasen el eficiente ejercicio del cargo. Cuando faltaba el heredero del
cacique, el Zipa hacía la designación escogiéndolo de entre los más esforzados, valientes y de buenas costumbres.
Reparaban muy poco en no hallar doncellas a sus mujeres y, en algunas, era motivo para aborrecerlas si las
hallaban con integridad, porque decían que eran mujeres desgraciadas, ya que no hubo antes quien hiciese caso
de ellas. Sin embargo, en el casamiento era prohibido el adulterio.
Era prohibido al marido tener relaciones con su mujer hasta mucho tiempo después de haber alumbrado.
Ningún cacique podía entrar en ejercicio de su cargo hasta no ser confirmado por el zipa de Bacatá.
Cuando moría la mujer principal del cacique, era obligatorio, que teniendo en cuenta que ella era la que
mandaba y gobernaba la casa, podía dejar mandado a su marido que no se juntase con otra mujer, por lo menos
en cinco años, incluso con las otras mujeres que le quedaban.
Las personas principales no estaban sujetas a las leyes comunes. Para ellas se establecieron penas ligeras de
vergüenza, como romperles la manta y cortarles los cabellos, lo que se consideraba grande ignominia, pues ponían
lo uno y lo otro en sus templos.
Nemequene (en muisca Hueso de León), también instituyó una Corte a cargo del Cacique de
Suba, quien era la última instancia para los negocios “jurídicos”, conocidos por los demás
caciques feudatarios del Zipa.
Este acervo jurídico precolombino es una muestra de que nuestro país, siempre ha sido un
Estado de derecho.
Desafortunadamente, hasta ahora se rescata de los anaqueles esta historia, que por ser del
pueblo Chibcha y no del Inca o del azteca, permaneció durmiendo el sueño de los justos, hasta
que los historiadores boyacenses tuvieron acceso a ella.
En el libro de Otto Morales Benítez “Derecho Precolombino: Raíz del nacional y del continental”16,
encontramos relacionados algunos aspectos que tienen que ver con el derecho en otras
regiones de Colombia distintas a la región central del país como en el Valle del Cauca dónde
también existían leyes muy claras sobre el manejo de la guerra y códigos que determinaban
algún tipo de acciones. Así, por ejemplo, sobre los Catíos se recogió por los cronistas este
verso:
En las tribus del Cauca se limitaba el derecho penal a una responsabilidad objetiva, que tomaba
como punto de partida del castigo, un daño efectivamente causado.
En los Ansermas también existía la venganza marital y duros castigos por los hurtos. Pero, vale
la pena mencionar, que también existía una “sanción moral” impuesta por el cacique a través
de la “reprensión pública” para solucionar algunas reyertas.
Más al sur, la cultura Quillacinga, conformada por los chotas, tulcanes, tusas, Ipiales, Funes,
yascuales, túquerres y quillas, había unos mismos usos y costumbres con normas comunes
similares a las de otras comunidades indígenas del país.
Entre los Nasa o Paeces, también fue evidente una cosmovisión, en la cual “subyacen
elementos claves del sentido de justicia”17 Entonces, lo primero era no cometer ninguna falta
y si ésta ocurría, debía procederse a dialogar y buscar consejo. Por eso, “entre los paeces la
conciliación, el arreglo, el acuerdo, la convicción y la comprensión constituyen elementos
básicos de tratamiento de los conflictos y hacen parte inherente de las relaciones sociales y de
la estructura societal, partiendo del nivel intrafamiliar, continuando interfamiliarmente,
pasando por el te´wala y llegando, incluso, hasta el cabildo y el consejo de los mayores.” 18
Entre los UWa o Tunebos la función de intermediación en los convenios o contratos, era
función del chamán, quien tenía la capacidad de negociar y relacionarse con otros chamanes y
otros grupos llevando la vocería de su comunidad.
16 MORALES BENÍTEZ, Otto. Derecho Precolombino: Raíz del nacional y del continental. Ediciones Academia
Colombiana de Jurisprudencia, Bogotá, D.C., 2007, pp. 185-212.
17 MORALES BENÍTEZ, Otto. Op. Cit., p. 197.
18 MORALES BENÍTEZ, Otto. Op. Cit., p. 201.
Por su parte, los pijaos tenían algunas normas curiosas, por ejemplo, las viudas se casaban con
los viudos, para no transmitir la muerte del anterior esposo; la virginidad de las doncellas para
el matrimonio era una exigencia total y su falta se castigaba con la muerte. El adulterio era
castigado encerrando a la mujer en una choza para ser “aprovechada” por los hombres solteros
de la provincia, después de esto, la sacaban para enterrarla hasta la cintura y apedrearla hasta la
muerte.
Igualmente los guanes aplicaban algunas disposiciones jurídicas como que al ladrón reincidente
se le amarraba un palo y se le tiraban flechas; si el que disparaba le podía acomodar una flecha
en el ojo o en la boca, se le entregaba a ese verdugo como premio una manta. A los niños
traviesos se les aplicaba ají en los ojos. A la mujer adúltera la hacían beber un zumo de la planta
del borrachero y si luego daba muestras de sensualidad, significaba que había cometido la falta
y la mataban.
Finalmente, al norte del país, entre las tribus del Valle de Upar y la península de la Guajira, los
chimilas tuvieron algunas disposiciones jurídicas como las siguientes:
“…De ordinario cuando había querellas entre las familias o entre el marido y la mujer, el Sumo Sacerdote
intervenía para acabar con las dificultades. El matrimonio era obligatorio desde que el hombre era púber. No se
le permitía derrochar su trabajo, ni podía asistir a fiestas de ninguna clase hasta tanto no tuviera la calidad de
pater familia. El matrimonio lo presenciaba el sacerdote y el cacique entregaba a la mujer en nombre de la
familia y de la raza. La infidelidad de la mujer, se castigaba con la horca y la falta de convivencia la decretaba
el cacique con la separación de cuerpos en forma radical. El cacicazgo era hereditario, pero si el cacique no tenía
hijos habidos con su mujer legítima, podía nombrar uno de los habidos fuera del matrimonio, pero que fuera el
más valiente…”19
Entre los taironas, se observaban igualmente varias reglas jurídicas y se les aplicaron las
siguientes disposiciones españolas sobre derecho laboral, y derecho sucesoral:
Derecho Laboral:
Debían trabajar y se les pagaba un real de jornal;
No podían atender sus labranzas en época de cosechas;
Debían llevar herramientas propias;
Sus mujeres debían asistir sin alimentación ni salario a la siembra y limpia de
sementeras;
Debían ellos mismos transportar las cosechas hasta los depósitos, ubicados a
más de tres kilómetros de distancia;
Debían conducir los caballos sin montarlos;
Lo que pescasen en ríos o mares, debía pagar un tributo;
En tiempo libre, los hombres tejían, las mujeres hacían las siembras y los niños
mayores hilaban;
Había jóvenes de ambos sexos, escogidos como sirvientes de los españoles, sin
salario hasta su muerte.
Derecho Sucesoral:
Cuando fallecía un cacique principal sin herederos, el encomendero tomaba lo
que dejaba.
Era este Don Diego de Torres, hijo primogénito de la princesa Catalina de Moyachoque -
hermana mayor del Cacique de Turmequé- y del conquistador andaluz Juan de Torres, quien
luego de servir al Cesar Carlos en su casa real y en las campañas que éste emprendió en Italia,
vino a las Indias con la expedición de Gonzalo Jiménez de Quesada, "bien aderezado de armas y
caballos y otros pertrechos, como hijodalgo notorio que era, en el cual descubrimiento y pacificación padeció
muchos trabajos y necesidades, habiéndose distinguido especialmente en la recia batalla que se libró en el
Pantano de Vargas (en el sitio de Bonza) con el Cacique de Tundama, en el cual recibió un flechazo en la
rodilla izquierda y así herido y estando en parte muy peligrosa, gracias a su heroico valor, pudo ponerse a salvo
sin recibir nuevas heridas, habiendo quedado con la pierna rígida y cojo para toda la vida"20
Al fundarse el 6 de agosto de 1539 la ciudad de Tunja, se le repartió solar y edificó una casa
que aún se conserva hoy en la esquina occidental de la carrera 12 con calle 19 y, la cual aún es
testigo de la digna categoría de hijodalgo de su primer propietario, en la cual sostuvo a su
costa, con vestidos, armas y caballos a muchos soldados, luego de ser elevado al rango de
regidor perpetuo de la ciudad y encomendero de Turmequé, poblado en donde conoció a la
que fue su segunda esposa, "una mujer de especiales atributos físicos y de personalidad recia, cuyo carácter
rebelde personificaba la altivez de su raza dominada por la tropelía española de la Conquista"21, que
además fue descrita como "carne y espíritu de la muisca tradición"22 y así pasó ésta "de las verdes
sementeras al patio empedrado y al jardín florecido de su mansión".23
Así, en ese hogar nació Don Diego, quien pasó su infancia y su adolescencia en casa de sus
padres en Tunja, su madre le enseñó el idioma de sus antepasados y su padre, al cumplir la
edad de ocho años, lo puso en la escuela que para mestizos hijos de los españoles, tenía en su
casa Don Diego del Águila, en donde, como él mismo lo cuenta "con mucha disciplina y azotes
aprendió a amar a Dios y al Rey".
Más tarde, con el fin de perfeccionar su educación, recibió clases de religión, moral y gramática
en el Convento de los Padres Dominicos, completando los estudios que por aquella época
20 ROJAS SOLER, Ulises. El Cacique de Turmequé y su época. Imprenta Departamental de Boyacá, Tunja, 1965, p. 7.
21 RODRÍGUEZ GUSTAVO HUMBERTO. Boyacenses en la Historia de Colombia. Bocetos Biográficos. Editorial
A.B.C., Bogotá, 1994, p. 26.
22 CAMARGO PÉREZ, Gabriel. Pueblos y Jornadas Boyacenses. Editorial U.P.T.C., Colección de la Academia
Boyacense de Historia, Tunja, 1994, p. 68.
23 Ibídem, p. 68.
hacían los jóvenes de la colonia. Don Diego comenzó entonces a venerar a su monarca, pero
así mismo a venerar las cosas de su tierra, con el libro abierto del campo, donde más tarde
"comprendió la injusticia del tratamiento de servidumbre dado a sus hermanos de raza, almojarifazgos, y otros
tributos exigidos a indígenas y criollos, con pregones en los labios y látigo en las manos discriminados como
siervos sin alma"24.
Habiendo obtenido su Padre la encomienda por dos vidas -es decir, para explotarla él y sus
descendientes- y siendo Regidor Perpetuo de Tunja, sintiéndose un poco viejo y enfermo,
resolvió hacer venir de España al único hijo de su primer matrimonio, Don Pedro de Torres,
quien llegó al Nuevo Reino el año de 1557, cuando su medio hermano Don Diego, contaba
apenas con ocho años.
Don Pedro, que en ese entonces tenía veintitrés años, fue encargado por su padre de la
administración de la encomienda, a la cual se dedicó con entusiasmo, haciendo abrir nuevos
potreros para los ganados y cultivando extensas sementeras de trigo, papa y maíz. Años más
tarde, contrajo matrimonio con Doña Ana de Contreras, emparentada con las principales
familias de Tunja. Igualmente, desempeñó varios oficios honrosos como el de Alguacil Mayor
y Regidor Perpetuo de la ciudad, por muerte del Capitán García Arias Maldonado.
Muerto su padre en 1570, a sus treinta y seis años, Don Pedro recibió la jugosa encomienda de
los indios afectos al Cacique de Turmequé y Don Diego, de veintiuno, paralelamente entraba a
ejercer el Cacicazgo de su tribu por la línea de su madre, tal como lo explicamos en los
primeros capítulos, asumiendo con el típico y sonoro nombre de Rurmerqueteba, pues aunque
Don Diego era mestizo, los naturales, entre los que gozaba de gran simpatía, lo proclamaron su
Cacique, no obstante no haberse sometido a los ritos y ceremonias a los que eran sometidos
los herederos del cacicazgo, no sólo porque admiraban de él su talento, sino por el mucho
aprecio que les mostraba. Y así, para conseguir su objeto, se desplazaron a Santa Fe e hicieron
su presentación ante la Real Audiencia para que se le reconociera como su legítimo Cacique.
Por su parte, la ambición de Don Pedro creció con los años y, siguiendo el ejemplo de los
demás encomenderos, exigía a los indios de su repartimiento, duros servicios personales a los
que no estaban obligados. Esa conducta de su hermano, no era bien vista por Don Diego,
quien por razón de la legislación de su tiempo había quedado bajo la protección de su hermano
mayo como hijo de familia, pero sin derecho a suceder en los bienes de su padre.
24 Ibídem, p. 26.
Para esa época, el Presidente de la Real Audiencia, Don Andrés Díaz Venero de Leyva, ya
conocía a los hermanos Torres y había cobrado especial agradecimiento hacia Don Diego por
su participación destacada en los regocijos públicos de que había sido objeto con motivo a la
visita a la ciudad de Tunja en 1568, por tal razón influyó en su favor ante los señores Oidores
de la Real Audiencia y, más tarde, del propio Consejo de Indias. Y así, después de haber
efectuado las informaciones y verificada la documentación de rigor, la Audiencia de Santa Fe
pronunció un Auto por el cual se declaraba como sucesor del Cacique de Turmequé a Don
Diego de Torres y Moyachoque y se le daba posesión del Cacicazgo, confiándole el cuidado y
defensa de los naturales, labor a la cual se dedicó desde el primer momento, instruyendo a sus
súbditos en sus deberes y obligaciones, haciendo que recibieran el bautismo, abandonando sus
ídolos y cumpliendo con sus obligaciones. Pero al mismo tiempo, les hizo conocer que tenían
unos derechos por defender frente a aquello que considerasen abusivo o injusto.
En aquél momento se vivía una situación política y económica muy favorable en el Nuevo
Reino de Granada y mucho más en la ciudad de Tunja, por tal razón, el primero de enero de
1568, el Presidente Venero de Leyva y el Oidor, Licenciado Juan López de Cepeda, insistían en
la necesidad y conveniencia de pasar a esta ciudad la Real Audiencia, enviando un memorial al
Rey, que decía: "Hanos parecido que convendría que V.M. fuese servido dar licencia para que esta
Cancillería se mude algún tiempo a la ciudad de Tunja, que es en este mismo Reino y está poco más distante de
veinte leguas de ésta de Santa Fe, para el sosiego y bien de los naturales que en Vuestro Real Nombre allí están
encomendados. Suplicamos a V.M. nos envíe a mandar lo que en esto debemos hacer, particularmente en cada
cosa de lo que aquí decimos"25
Y sin embargo, no fueron de la misma opinión los miembros del Consejo de Indias, por lo cual
se contestó al Presidente que por el momento no convenía que la Audiencia se mudase a
Tunja. Sin embargo, el presidente de la Real Audiencia y el ya citado Oidor, resolvieron,
mientras llegaba la respuesta, hacer una visita a la ciudad, por tal motivo, se dispuso una
brillante cabalgata, encabezada por el propio fundador de Tunja, el Capitán Gonzalo Suárez
Rendón, y los Capitanes Juan de Avendaño, Diego Rincón, Martín de Rojas y Diego de
Paredes, quienes salieron a su encuentro para recibirlo en la venta de Esteban de Albarracín,
(en lo que hoy es el municipio de Ventaquemada), cinco leguas distante de Tunja "y en la tarde
de aquel día, el Presidente en medio de lucida comitiva y al son de alegre repicar de campanas, hizo su alegre
entrada en la ciudad, en donde era esperado por todos los vecinos. alojado en la casa del Capitán Gonzalo
Suárez, recibió la visita de las autoridades civiles y eclesiásticas y de las personas principales de la localidad.
Al día siguiente, domingo, el Presidente asistió a una misa solemne oficiada por el Presbítero Juan de
Castellanos, quien acababa de recibir el título y mercede de Beneficiado de la ciudad, que por Real Cédula del
19 de julio de 1568, le había sido concedido por el Rey Don Felipe II.
Terminado el banquete en su honor, servido en la misma casa del Capitán Suárez y, al cual habían sido
invitados los Priores de los Conventos y los Regidores y Alcaldes, se dio comienzo a los regocijos públicos que se
le tenían preparados, para cuyo efecto se cercó la plaza y se levantó un tablado frente a las casas del Cabildo,
desde donde el Presidente y su comitiva pudieran presenciarlos. Un reducido grupo de jóvenes caballeros en
briosos corceles, armados de lanza y adarga, después de describir en el centro de la plaza una serie de vistosas
figuras, hicieron simulacros de justas, distinguiéndose en aquel torneo por su agilidad y destreza el joven Diego
25 Ibídem, p. 6.
de Torres, quien recibió especial felicitación del Presidente. A continuación se lidiaron toros, con lo cual se dio
por terminada la fiesta."26
Asumió entonces Don Diego el Cacicazgo, como ya se dijo y Don Pedro, su hermano, asumía
su Encomienda y la explotación del beneficio que había sido conferido a su ya difunto padre.
Sin embargo, la Real Audiencia depuso a Don Diego de su Cacicazgo cuatro años más tarde.
El Cacique de Tibasosa corría igual suerte.
En tales condiciones, las intrigas y solidaridad interesada por parte de los encomenderos,
regidores tunjanos y oidores del Nuevo Reino, continuaban enfilados contra los mandatarios
de Turmequé y Tibasosa, don Diego de Torres y Don Alonso de Silva27, ambos mestizos y
acusándolos ficticiamente de abusos contra sus propios medios, con base en ello, la Real
Audiencia también pidió apresarlos en la cárcel de Santa Fe.
Gran sentimiento causó, no sólo entre los indios de Turmequé, sino entre todos los de su
Comarca la sentencia que deponía a Don Diego de su cargo, porque todos ellos habían visto
en él al amigo y defensor de sus intereses, que siempre había procurado amparar y defender
ante los encomenderos y las autoridades del reino, que les infringían grandes abusos y malos
tratamientos.
En virtud de una sentencia, también fueron destruidos los cercados y bohíos que Don Diego
tenía en Turmequé, en donde alojaba y atendía con frecuencia a los españoles que viajaban de
Santa Fe a Tunja, para lo cual había sido comisionado Juan Lozano de La Cueva, Alguacil de
Tunja.
Sin embargo, los indígenas habían construido a Don Diego en la parcialidad de Chiramita (hoy
verdea de Chiratá en Turmequé), un pequeño bohío y una gran labranza, en donde se alojó
provisionalmente y en donde convocó a todos sus súbditos a comunicarles su intención de
partir para España a obtener del Rey la revocatoria de la sentencia, y a darle cuenta de los
ultrajes y agravios de que eran objeto, a efecto de que se les relevara del servicio personal al
que eran obligados por los encomenderos y no se les desposeyese de sus tierras de labor.
Entre tanto, en Turmequé recibe aviso de que la Audiencia ha ordenado ejecutar la detención,
y sin esperar, tomó el camino de la selva hasta llegar a Cartagena tras largos meses de penuria a
26 Ibídem, pp. 6 y 7.
27 Don Alonso de Silva, era hijo del conquistador Francisco de Silva, antiguo compañero de Jiménez de Quesada, y de la
hermana mayor del Cacique de Tibasosa, con derecho a heredar el cargo de su tío, de conformidad con las leyes muiscas.
También estudió en la escuela de Don Diego del Águila, donde fue compañero de Don Diego de Torres. En marzo de
1571 asumió el Cacicazgo y confirmado por la Real Audiencia el 30 de abril de 1572. Sin embargo, como se dice, fue
destituido en 1574. Su vida, no tan agitada como la del Cacique de Turmequé, ha sido descrita en un libro del historiador
Jorge Palacios Preciado.
través del Carare y en canoa por el Río Grande de La Magdalena. Avisado en Tamalameque
por un emisario del Cacique de Tibasosa -su hermano de infortunio- de que la Real Audiencia
había expedido otra orden diciendo que debía apresársele en el lugar donde se encontrase,
cambió de ruta y se dirigió a Riohacha y después regresó a Cartagena, en donde permaneció
oculto hasta poder embarcarse rumbo a La Habana en el galeón de Pedro Méndez.
El galeón en el que se desplazaba, zozobró, con tal que accedió milagrosamente a las costas de
Haití y pasó a Santo Domingo, en donde con el auxilio de Gregorio González de Cuenca,
Presidente de La Real Audiencia -quien lo recomendó ante los miembros del Consejo Real de
Las Indias-, después de largos meses de espera, logró embarcarse el 29 de junio de 1577 y llegar
a España a principios de agosto, después de dos años gastados en su primer viaje.
De San Lúcar de Barrameda se dirigió a Sevilla, donde finalmente llegó con muy escasos
recursos, pues en el viaje había gastado no sólo tiempo, se había perdido tres veces y había
tenido que pagar fletes marítimos en seis ocasiones, pero como él lo dijo más tarde: "El sólo
pensamiento de la triste y miserable condición de los indios, y el deseo de remediarla, me dieron doble ánimo y
esfuerzo para proseguir en el viaje, aún cuando en él hubiese gastado toda la vida, pues me parece que si hubiera
vuelto atrás, Dios no me podría hacer bien, ni me ayudaría en cosa alguna."28
Mientras tanto, no habiendo podido la Real Audiencia ejecutar la captura, los Oidores acusaron
ante la Corte a Don Diego y remitieron una carta al Rey, en la cual exponían lo siguiente:
"Entre las demás cédulas que V.M. envió, vino una para que los mestizos no fueran caciques, y porque en
España está uno que se llama Diego de Torres, que conviene que no vuelva a este Reino, porque es muy buena
lengua y muy buen hombre de a caballo y diestro en las armas y más querido por los indios de lo que conviene, y
por ser hijo de uno de nuestros primeros conquistadores, le podrá S.M. hacer allá alguna merced..."29
28 Ibídem, p. 26.
29 Ibídem, p. 27.
30 Ibídem, p. 27.
sus vasallos, para prohibir lo que estaba prohibido en el Perú y en Nueva España, porque por
no haber orden, se habían muerto mucho de los naturales con los muchos trabajos y servicios
prestados, según sus palabras, solicitándole también que fuesen adoctrinados en el Culto
Divino y en la Ley Evangélica, porque a causa de los excesivos trabajos que tenían, no
conseguían hacer esto y no se formaba el efecto que el Rey pretendía, que era que fuesen
cristianos y viniesen a la lumbre de la Santa Fe Católica.
Felipe II tomó el dicho memorial entre sus reales manos, y dijo a este confesante, que
mandaría al Consejo de indias que tuviera mucho en cuenta todo lo solicitado, expresándole
además al Cacique que acudiese a él siempre que quisiese, ordenando al Lugarteniente de
Cámara, que le permitiera la entrada a Don Diego cuando lo solicitara.
El Rey, entre tanto, le ordenó igualmente por tres veces que "se levantara", estando el Cacique
de rodillas, porque, precisamente, ese era el estilo que se acostumbraba en la Corte, con tal que
Don Diego, en uno de los interrogatorios que le hicieron, utilizó esta frase cuando le
preguntaron que cual era la razón para haberse insubordinado y, él contestó que el mismo
Felipe II le había expresado en tres oportunidades "que se levantase".
Como Felipe II le había manifestado la intención, de que podía ser recibido cuantas veces
desease en el Palacio Real, Don Diego puso en sus manos muchísimos memoriales, uno de los
cuales encontramos a continuación, no sin antes señalar que el principal de ellos se citará en el
próximo Capítulo.
"El Cacique de Turmequé, en el Nuevo Reino de Granada, por todos los naturales del dicho Nuevo Reino.
Sacra, Católica y Real Majestad: V.M. tiene proveídas muchas Cédulas y Provisiones Reales en favor de los
indios naturales, que en aquellas partes tan lejanas de la Real Persona de V.M. residimos, para el buen
gobierno de todos, así, por lo que toca a lo espiritual como a lo temporal, las cuales Cédulas Reales, en no se
haber cumplido conforme a la real intención de V.M., padecemos gravísimas molestias y vejaciones en todo,
especialmente los que habitamos en el Nuevo Reino de Granada, en donde yo soy Cacique de los pueblos de
Turmequé, y como tal Cacique y por mí, por aquellos miserables naturales mis súbditos, y por los demás de
aquel Reino, por descargo de mi conciencia doy cuenta a V.M., para que mande remediarles como Rey
cristianísimo:
1° Servicio Personal. Está mandado por Cédula Real de V. M. que se quite el servicio personal como se
ha quitado en la Nueva España y el Perú. No se ha cumplido en el Nuevo Reino y es causa por donde se
menoscaban y mueren muchos naturales en las cargas y servicios personales y otras cosas en que de ordinario los
traen ocupados sin ningún vagar.
2°Doctrina. Está mandado por Cédula Real de V.M., que llevado el tributo en que fueren tasados los
indios de su encomienda, les tengan personas religiosas que les administren y enseñen las cosas de la Santa Fe
Católica. No se ha cumplido ni cumple, por donde es causa que mueren muchos naturales sin lumbre de Fe ni
bautismo, cosa de gran lástima.
3°Agravios. Está mandado por Cédula Real de V. M., que los encomenderos de indios, después de haber
cobrado sus tributos, no tengan más entrada y salida en los repartimientos de los pueblos de indios por sí, ni por
sus esclavos ni calpizques, que son los verdugos de los pobres naturales. No se ha cumplido ni guardado, antes
asisten y habitan en los pueblos de indios con sus hijos y mujeres, de lo cual reciben los pobres naturales
grandísimas vejaciones y molestias, porque los dichos encomenderos los ocupan por un cabo y los hijos por otro y
las mujeres por otro, y los calpizques y esclavos por otro, que no les dejan a los pobres naturales tiempo y lugar
para hacer sus haciendas y esta asistencia que los encomenderos hacen en los pueblos de indios es el principal
impedimento que la doctrina que se había de tener de ordinario, como está mandado por las Ordenanzas Reales
de V. M.
4° Está m andado por Leyes y Ordenanzas de V.M., que ningún encomendero tenga ganados en los
repartimientos y pueblos de indios en perjuicio de los naturales y de sus tierras y labranzas. No se ha cumplido y
estamos tan agraviados con esto, que no solamente de habernos tocado las mejores tierras y labranzas que
tenemos para sus trigos y granjerías, nos tienen tan ocupadas las tierras de todo género de ganado, que así no
hallamos en donde labrar para nuestro sustento, porque para hacer una labranza, la habremos de cercar con
palizadas y fosos y con todo esto no nos podemos valer y defender de daños que los dichos ganados nos hacen,
habiendo en otras partes lugares y tierras donde los podrían tener sin hacernos tanto daño, y todo, es a fin de no
ocupar sus esclavos en ello, porque teniendo sus ganados dentro de nuestras labranzas, hay mayor mal que los
encomenderos hacen nuevas imposiciones en la guarda y pastoramiento de ellos, que ha de ser a causa de los
pobres naturales los daños que los ganados hacen, y corre este pastoramiento de una parcialidad a otra y son
causa estas imprecisiones, que de ordinario los naturales, por los dichos daños, andan en mil pasiones y se
descalabran y matan unos a otros y, es la mayor lástima que se puede imaginar que no se contentan con una
sola molestia, sino que ha de ser nudo sobre nudo para que perezcan los pobres naturales.
5° Fraudes en Tributos. Está mandado por Cédula Real de V. M., que la retasa que hizo el Licenciado
Angulo de Castejón, Oidor que fue de aquella Real Audiencia, sobre los tributos que habíamos de dar a los
encomenderos, no se guardase hasta que por otros visitadores se tornase a visitar la tierra y se retasase en lo que
fuese justo. No se ha guardado ni cumplido esta Cédula y de no haberse cumplido la Real Cédula, habemos sido
muy engañados, y aún V.M. en los reales quintos y derechos que pertenecían al Real Patrimonio, lo cual ha
sido por alternativa que hizo habrá dieciséis años, poco más o menos, de lo cual tengo dado cuenta por los
memoriales que de ante Vuestro Real Consejo de Indias están representados, en los cuales se declara la razón,
cómo y de qué manera pasa, a que me remito.
6° Iglesias y Ornamentos. Está mandado por Real Cédula de V.M., que los encomenderos tengan
iglesias en los pueblos y repartimientos que les fuesen encomendados; que tengan ornamentos y todo lo necesario
para el Culto Divino. No se ha cumplido ni cumple, porque las iglesias que están en los dichos repartimientos
sirven de cárceles privadas, en donde aprisionan a los pobres indios como es notorio, a los que han estado en
aquellas partes.
7° Dé Cómo engañan a S.M. en las encomiendas de indios. Está mandado por Cédula Real y
merced de V.M., que los indios que se dieren en encomienda sean por dos vidas y no más. No se cumple esta
Real Cédula, porque mandado V.M. que tales mercedes se extiendan con las personas que han sido
descubridores o conquistadores o sus hijos, se han hecho muchas nuevas encomiendas en personas no beneméritas
en la tierra, que ha sido en gran daño al Real Patrimonio y a los naturales doblada vejación, porque como
personas que no han sido descubridores ni conquistadores, ellos, ni sus padres ni abuelos, sin ninguna piedad nos
molestan y agravian, todo a fin de enriquecerse mientras les dura la dicha encomienda y favor, que casi las más
encomiendas las poseen hoy personas que las han alcanzado por haber sido parientes de Oidores, o por haber
sido sus paniaguados y encomendados que llevaron déstas partes cuando fueron proveídos para el gobierno de
aquellas partes y, hechas las nuevas encomiendas con mil cautelas y dolos, así por casamientos como por servicios
fingidos que dicen haber hecho en otras partes, para que con este color se entienda habérseles hecho las tales
encomiendas, justamente, y podría V.M. remediar estas cautelas, pues tanto conviene al servicio de V. M. y al
bien de aquellos miserables naturales, que el Visitador que ahora han proveído para visitar aquella Real
Audiencia, que es el Licenciado Monzón, visite las dichas encomiendas y se informe si son cumplidas las dos
vidas en que V. M. les tiene hecha merced a las personas que descubrieron y conquistaron la tierra y, si de la
dicha merced han excedido, habiendo de ser vaca la dicha encomienda y puesta en Vuestra Real Corona, y con
qué título usan de las tales encomiendas y, se aclare en todo la verdad y a cada uno se le gratifiquen los servicios
en donde sirvieron a V. M. y no se permita que para que a uno se le haga nueva encomienda en tierra
apaciguada y conquistada, hayan fingido haber servido en otras partes y dádoles nuevas encomiendas. Y por
haber hecho de ellas dejación, se les encomiendan los pueblos que están ya en Vuestra Corona Real, porque
venido a saber cómo es éste engaño, sabrá V.M., que queriendo un gobernador u oidor, u otra persona así usar
de esta industria, y aprovechar a los suyos en perjuicio de V.M., hacen en tales personas que vayan a unas
entradillas que dicen en tierras inhabitables y sin provecho, donde hay algunos indios desnudos de poco provecho,
y forman algún pueblo en nombre de V. M., y le ponen algún nombre de ciudad y hacen sus capitulaciones entre
ellos de nueva conquista, y vienen con sus apuntamientos y capitulaciones a la Real Audiencia o al Gobernador
y les dan luego título de encomenderos y con el cual título procuran casamientos con hijas de conquistadores o
mujeres viudas que han sido de conquistadores en la tierra, donde son las encomiendas de buena tierra y
provecho y, hechos los dichos casamientos, para que se les haga nueva encomienda de las que las mujeres posean ,
hacen los maridos dejación a Vuestra Real Corona de la encomienda que se les hizo en la nueva conquista, y
por virtud de esta dejación, se las ponen en su cabeza y las poseen con este título hoy día, como lo podrá ver el
citado Visitador, y venido a averiguar la dejación que hizo a V.M. en la nueva conquista, han sido de cuatro o
cinco indios, o cosa que no le representa a V.M. un tan sólo maravedí, y ellos se quedan con tan sólo tres o
cuatro mil pesos de renta que es notable engaño. Y si esto no hallare el dicho Visitador ser así, como lo tengo
escrito y especificado en estos agravios a V.M., mande al visitador que me corte la cabeza. He dado noticia a
V. M. de esto porque somos muy agraviados con estas nuevas encomiendas por las razones que tengo referidas, y
los que son hijos de conquistadores, les mueve razón de quejarse que no son gratificados.
8° Indios Mitayos, Agravios. Una Ordenanza hizo el Doctor Venero de Leyva, Presidente que fue en
aquella Real Audiencia por vía de gobierno, para que hubiese indios mitayos que se alquilasen en los pueblos de
españoles, pagándoles cierto jornal. Aunque su celo fue bueno de acertar en buen gobierno, recibiendo los
naturales muchos agravios con la dicha ordenanza y haber sido en tan gran perjuicio de ellos, V. M. mandó por
Real Cédula que los naturales no fueran maltratados, y que se guardase y cumpliese lo que conforme a estas
ordenanzas estaban proveídas cédulas reales para las otras partes de las Indias, las cuales se guardasen y
cumpliesen en aquel Reino, no llevándolos al dicho alquiler contra su voluntad, ni a ello fuesen apremiados, no
tan solamente no se han guardado ni cumplido ésta cédula, más dan el cargo de administración de ellos a
personas allegadas y paniaguadas de los Oidores y Fiscales de aquella Real Audiencia, los cuales, por el interés
que se les sigue los apremian y molestan a que se alquilen por fuerza y contra su voluntad, sacándolos de su
natural, que es una cosa que los miserables sienten mucho, y se ausentan de su tierra y se van a partes remotas,
donde perecen y mueren. Y es el mayor mal que a los pobres indios que llevan a alquilar, les hacen la paga en
latón o alquimia, o menos el tercio el jornal que ganan, usando con ellos como miserables y faltos de quien
vuelva por ellos y, para recoger el dicho alquiler hay otra mayor vejación y, es que envían para cada pueblo
muchos alguaciles indios ladinos y algunos españoles que no tienen oficios con vara de justicia, que con achaque
de recogerlos, los roban y cohechan y les hacen otros mil desafueros dignos de gran castigo y remedio en ello.
9° Río Grande de la Magdalena. Agravios. Está mandado por Cédula Real de V. M., que en el
Río Grande la la Magdalena, a causa de las canoas, han perecido muchos naturales bogando en ellas, por lo
cual mandó V.M. que no se permitan ni consienta que los naturales padezcan en las dichas bogas. No tan
solamente no se ha puesto en ejecución la dicha Cédula y mandato de V.M., más los mismos jueces que la
debían mandar cumplir y ejecutar y, juntamente el Fiscal, como protector de los naturales lo debía de pedir, han
tenido y tienen tratos en las mercadurías que van de estos reinos de España y, para subir las dichas mercaderías
al dicho Nuevo Reino, han permitido y permiten consentir la dicha boga en perjuicio de los pobres naturales que
así han perecido un millón y más de indios, que había en el dicho Río Grande en infinitas poblaciones, las
cuales han quedado y quedan todas yermas y despobladas, que verlo es gran compasión y lástima, especialmente
considerando que han perecido tantas almas, sin lumbre de fe y de bautismo, cosa en que la Real Conciencia de
V.M. está muy encargada, porque hay muchos puertos y caminos por donde se han podido y pueden escuchar la
dicha boga, sin que suban doscientas leguas por el río arriba. Hay un puerto por la Nueva Ocaña y por el
puerto de Vélez, que dicen que con caballos y mulas pueden subir las dichas mercaderías al Nuevo Reino, sin
que se use de tan gran crueldad, como es notorio a todos los que aquellas partes vienen a ver tanta abundancia
de caballos, que ya ocupan y embarazan las sementeras y más, que los vecinos del dicho pueblo de Nueva Ocaña
se han obligado y obligan a sustentar recuas para el dicho efecto y poner la dicha ropa y mercaderías en el Nuevo
Reino, al mismo precio y flete mucho menos precio. Y consta que si las subiesen con las dichas canoas y de esto
entiendo que Vuestro Real Consejo de Indias tiene noticia de ello por informaciones que de allá han venido, y se
puede remediar sin que los naturales que han quedado no perezcan del todo. V.M. mande que los jueces que
ahora fueran, vean los dichos caminos y pasos y en todo pongan remedio, de manera que Dios Nuestro Señor
sea servido y, la Real Conciencia de V.M. sea descargada.
Otras muchas cosas tenían que dar cuenta a V.M. por mí y por aquellos miserables indios. Por los memoriales
que día a V.M. y que remito al Real Consejo de las Indias, hablo largamente y en los cuales doy relación de
todo; particularmente suplico a V.M. por servicio de Dios, ponga poner en todo remedio como yo, y todos
aquellos miserables naturales mediante Dios y el favor de V.M. y mi venida, espero el remedio como los pobres
naturales lo están esperando, y así V.M. lo encargue al juez visitador y a los demás que ahora van y tengan
particular cuenta de favorecerlos y amparar en todo lo que fuere justicia, pues el dicho juez visitador tanta
experiencia tiene del gobierno de aquellas partes, que ha veinte años que lo usa, y de mí, particularmente V.M.
le encargue no me desampare hasta ponerme en mi natural, porque ninguna persona me perjudique ni agravie
por haber venido ante la Persona Real de V. M. y dado cuenta de lo que convenía al servicio de Dios y al de
V. M. y al bien de aquellos naturales, pues lo he hecho con celo cristiano y por volver por mi natural y patria y
entiendo que en ello he hecho servicio a Dios y a V. M., cuya Católica, Sacra y Real Persona, Nuestro Señor
guarde y acreciente en muy, muchos y mayores reinos y señoríos, como éste mínimo vasallo de V.M. desea.
En Madrid, a doce de noviembre de mil quinientos setenta y ocho años. S.C.R.M., basa los Reales Pies de
V.M., su humilde ciado y vasallo, EL CACIQUE DE TURMEQUÉ."31
Este tan sólo era uno de los tantos memoriales que el Cacique entregó al Rey Felipe II. En el
próximo capítulo, habremos de citar el más importante y fundamental del presente trabajo.
Entre tanto, pasaban los días y habiendo agotado todos sus recursos y, en vista de la
benevolencia con que había sido recibido por el Rey, resolvió el 10 de enero de 1578 presentar
un nuevo memorial, en el cual solicitaba al Monarca que se le mandase socorrer por las
necesidades que pasaba en la Corte de Madrid, a causa de que hacía veinticinco meses que
había salido de su "natural y se había perdido en las navegaciones y pasado muchos infortunios"32, con tal
que solicitó que se le diesen alimentos, conforme a la calidad de su persona, ya que padecía
gran hambre y necesidad y con mucha infamia de su persona, y que con ello el Rey le haría
gran limosna y merced.
El memorial fue pasado al Consejo y allí, se ordenó dar información sobre lo referente a la
necesidad del auxilio que necesitaba y al efecto se le solicitó presentara resuelto un
cuestionario, que se efectuaría a los testigos que certificarían sobre su precaria situación.
Con esos testimonios, Don Diego se dirigió a Felipe II, para manifestarle que, habiendo tenido
significada la necesidad de que padecía, y que por Su Alteza le había sido mandado dar
información de ella, el Real Consejo de las Indias determinó que se le dieran veinte ducados de
penas de estrados, por una sóla vez, y cuatro reales diarios de entretenimiento, hasta cuando
llegase la flota que se aspiraba de tierra firme; con esto pudo solucionar sus más urgentes
necesidades.
Transcurrieron los días y, las acusaciones a las cuales habíamos hecho referencia aquí, de la
Audiencia de Santa Fe, en las cuales pedían al Rey que no dejase volver a las Indias a Don
Diego, sólo surtieron efecto por cuanto por ellas se le consideraba un buen jinete y maestro en
armas, y así, por éste y otros medios, logró que el Rey lo ocupase como picador de los caballos
de su Corte, oficio en el cual se desempeñó por casi un año.
Sus continuas solicitudes al Consejo, para que se pidiera a la Real Audiencia la remisión
inmediata de su proceso, por la pérdida del Cacicazgo, dieron como resultado la expedición de
una Real Cédula, por la cual se ordenaba de manera terminante, el pronto envío del juicio
contra Don Diego por la próxima flota que partiera para España.
Las continuas acusaciones de Don Diego, así como las innumerables quejas que se recibían de
las Indias contra el Presidente y Oidores de la Real Audiencia, los Oficiales reales de Hacienda
y demás autoridades y encomenderos, sobre incumplimiento de las obligaciones de la Corona y
maltratos a los indios, determinaron a Felipe II nombrar un Visitador General de amplísimos
poderes, para vigilar y suspender de sus cargos a quienes resultasen inculpados. Para tal efecto,
escogió a propuesta del Real Consejo al Licenciado Don Juan Bautista Monzón, "persona seria y
experimentada en los negocios de las Indias, que a la sazón desempeñaba una plaza de Oidor en la Ciudad de
los Reyes y, que en virtud de licencia, había venido por aquel tiempo a la Corte de Madrid"33
"Entre las cosas de mayor trascendencia que para los Indios del Nuevo Reino logró el Cacique Don Diego, fue
la orden dada al Visitador para suprimir el servicio personal que a más de las demoras y cargas a las que
estaban sujetos los indios, eran obligados por sus encomenderos, sin remuneración alguna, sacándolos de sus
tierras y haciéndolos servir como bestias de carga, teniendo que alimentarse por su propia cuenta, en cuyo trabajo
morían por centenares"34
33 Ibídem, p. 72.
34 Ibídem, p. 72.
Se le auxilió también para el viaje y, un terrible temporal impidió en San Lucar de Barrameda la
salida de la flota a tiempo.
A tiempo que llegan, también arriba de nuevo el Cacique Don Diego de Torres, quien al
arribar a Cartagena, se informa de la mala voluntad que contra él tienen los encomenderos, por
lo cual demora su viaje al interior. En esta Ciudad se entrevista con el Visitador Monzón, quien
era su amigo.
Don Diego, aprovecha su tránsito por diferentes regiones para entrevistarse con varios
caciques.
En esto, ya rondamos el año de 1579. Con el regreso de Don Diego a su Patria, a Tunja y a
Turmequé, a su paso por Soatá, Duitama y Sogamoso, los indios lo escucharon y lo rodearon.
Los encomenderos se alarmaron y las autoridades igualmente, porque sus actuaciones ponían
en grave peligro la sumisión de los indios, acostumbrados como los tenían, a sufrir en silencio
la más dura y cruel servidumbre.
"Las autoridades de Santa Fe tenían un doble motivo: Conservar el estado de cosas existentes en favor de sus
parientes y amigos, los encomenderos y, desconceptuar al Visitador ante el Rey, haciéndolo responsable de un
fingido levantamiento, entorpecer la visita y evitar que se averiguasen sus crímenes y excesos"35
El Cabildo de Tunja escribió al Presidente, diciendo que con base en sus órdenes, habían
recogido todas las armas que poseían los mestizos y, entre ellas ocho arcabuces, ocho rodelas y
mucha cantidad de espadas y de otras armas, avisando también que todos los indios se
encontraban alterados y que posiblemente la causa de todo ello era por la presencia de Don
Diego de Torres, ya que según les había también comunicado un fraile, llamado Bartolomé
Domínguez, de la Orden de los Franciscanos, por lo que había sabido en confesión
sacramental, daba aviso que convenía se guardase la ciudad de Tunja y las demás del Nuevo
Reino y se pusiera mucha diligencia en ello.
Así, el 30 de marzo de 1580 se dió mandamiento de prisión contra Don Diego de Torres por
sospecha que de él se tenía, que había andado por los repartimientos de los indios, diciéndoles
que no debían pagar, ni hacer ningún servicio a los encomenderos y, además, porque
"supuestamente traía una Real Cédula en la que se le restituía del Cacicazgo de Turmequé", siendo
inconveniente que él u otro mestizo fuesen caciques.
El Visitador Monzón envió varias cartas al Rey y, comentó precisamente, que por pedir justicia
y suplicar se quitase el servicio personal, muchas personas habían inventado cargos contra Don
Diego. Así fue como lo defendió y enfrentó a la Real Audiencia, encabezada por su Presidente
Don Lope Díez de Armendariz. Estas cuestiones se resumían así: "Y los poderosos buscaban una
35 Ibídem, p. 123.
víctima en quien desahogar su cólera, y esa víctima no podía ser otra que el representante y defensor de los
indios, Don Diego de Torres, a quien debía acompañar más tarde en su infortunio, el sostenedor de la política
de la Real Corona, cruelmente afrentado y escarnecido por aquellos a quienes en nombre del mismo Rey, había
venido a visitar y a juzgar de sus crímenes."36
Mientras las autoridades de Tunja y Santa Fe, se esforzaban por tratar de obtener pruebas de
un fingido levantamiento, el Rurmerqueteba37, es decir, Don Diego, recibía el homenaje y las
visitas de los caciques e indios de la comarca, que presurosos acudían a él para rendirle
sumisión y recibir consejos, o quejarse de sus encomenderos.
Por aquellos días, en forma diplomática y obligante, se dirigía Don Diego al encomendero de
Chiramita, pueblo perteneciente a su Cacicazgo, para quejarse de quienes maltrataban a los
indios y, recomendárselos mientras iba a Santa Fe a pedir justicia. No ignoraba Don Diego,
que allí no lo esperaba la Audiencia para reconocerle su derecho, sino para mandarle poner un
par de grilletes y enviarlo a un calabozo.
Los indios tomaron represalias y se negaron a pagar sus tasas, con tal que la Real Audiencia
puso provisionalmente en libertad al Cacique para que los contuviese, a la vez que los mestizos
reclamaron su inocencia y pidieron que les devolvieran todas las armas que les habían sido
decomisadas en Tunja, pero en lugar de oírlos, se les mandó a todos a la cárcel. Se
desencadenó por todas estas razones la oposición contra el Visitador, quien ordenó poner
preso a los Oidores Rodríguez de Mora, a Andrés Cortés de Mesa, razón por la cual el
Arzobispo Zapata de Cárdenas escribió al Rey elogiándolo. Pero más se demoró esta actitud,
que otros en acusar a Monzón.
Monzón acusó de nuevo a toda la Audiencia y, el Arzobispo pidió que se les diera un castigo
ejemplar. El Visitador anunció entonces que enviaría a la Corte a Don Diego de Torres para
que informase a Su Majestad, debido a las buenas relaciones que había tenido en el pasado el
Cacique con el Soberano.
La amistad de Don Diego con la familia de Monzón, también había crecido mucho, y más
desde el matrimonio del hijo del Visitador, Don Fernando de Monzón con Doña Jerónima de
Urrego. Iba y venía el Cacique a Turmequé y permanecía mucho tiempo en Santa Fe, no
solamente en total libertad, sino agasajado e invitado por las más importantes personalidades
del Nuevo Reino, que veían en él a un enemigo peligroso que debía tenerse de su lado frente a
un posible ataque de los indígenas, además que enseñaba a la gran mayoría de hijos de familia,
a montar a caballo y a jugar cañas38, artes en los que era muy diestro.
36 Ibídem, p. 132.
37 Así llamaban los indígenas a Don Diego, porque Rurmerqué era el verdadero nombre chibcha de Turmequé y, Teba
significaba capitán.
38 El juego de cañas consistía en un simulacro de lucha entre varias cuadrillas a caballo y, usando las cañas por armas
para demostrar la destreza de los caballeros.
"Con ocasión de la celebración de las festividades de San Pedro, de aquél año de ochenta, organizó en Santa Fe
una fiesta de toros y unos juegos de cañas, en los que tomaron parte únicamente mestizos y, para lo cual el
Fiscal Orozco le buscó y proporcionó todos los caballos y aderezos necesarios, y así hubiera continuado
distinguido y obsequiado de todos, si la amistad con el Licenciado Monzón no lo hubiera envuelto en esa
corriente de odios y venganzas, que como terrible huracán se desencadenó entre Zorristas y Monzonistas, y
conmovió y agitó la sociedad santafereña de aquella época, con toda clase de chismes y de intrigas. Con tal que
siendo Don Diego el más interesado en que todo se averiguara y castigara y el mejor vasallo y servidor que S.
M. tenía en el Reino, convenía mucho que él mismo fuera a dar cuenta de lo que pasaba y a llevar a S. M. y al
Consejo de Las Indias, un informe detallado, que él ya había tenido escrito y que debía ir a preparar para hacer
el viaje lo más pronto posible. El Visitador daría a Don Diego un Alguacil para que lo acompañase hasta
Cartagena y le hiciera dar lo necesario en el trayecto. Aceptó Don Diego la propuesta que se le hacía y volvió a
Turmequé para prepararse para la marcha, a donde prometió Monzón enviarle los pliegos que éste debía llevar
y algún dinero para el viaje.
Días después llegaban a Turmequé Andrés del Mármol y Juan González Merino, con dos pliegos para S.M. y
el dinero con venido, habiéndose quedado allí González Merino, quien había sido nombrado Alguacil con
Vara Alta, para que acompañara a Don Diego, a fin de que nadie le interrumpiese el viaje y le hiciese
suministrar cabalgaduras, canoas y lo demás que fuere necesario. Al siguiente día saldrían de Turmequé Don
Diego, un muchacho mestizo llamado Lucas Velásquez y Juan González Merino rumbo a España. Era el
cuatro de octubre de mil quinientos ochenta."39
Don Diego, al marcharse, había solicitado a todos los indígenas que no dijesen donde estaba,
por ejemplo, en la encomienda de Chocontá los indios dijeron que lo habían visto pasar hacía
quince días hacia Bogotá y que no lo habían vuelto a ver regresar; otros dijeron que estaba por
los páramos de Suesca casando, otros que estaba en Muzo buscando esmeraldas y otros, que
hacía media luna que no lo veían. En Turmequé le informaron a los alguaciles que hacía más de
un mes que había salido de allí.
"En los días diez, catorce, diecisiete y veintitrés de noviembre, la Audiencia, visto que no lo encontraban por
ninguna parte, mandó dar el siguiente pregón: Sepan todos los parientes y amigos de Don Diego de Torres,
Cacique que se ha nombrado del repartimiento de Turmequé, cómo los Señores Presidente y Oidores de la
Audiencia Real de S. M., le citan, llaman y emplazan, que dentro del tercer o primero días siguiente, parezca y
se presente personalmente preso en la cárcel real de ésta Corte, a salvar y purgar de los delitos de que es acusado
por el Fiscal de S. M., de haber quebrantado las sentencias para que no entrase en el repartimiento de
Turmequé y otras cosas que si pareciere, según dicho es, los mismos Señores le oirán y guardarán su justicia, en
otra manera el dicho término, pasado su ausencia y rebeldía, habrán por presencia e irán por la causa adelante
hasta la sentencia definitiva, inclusive, y la tasación de costas, si las hubiere, para la cual y para los demás autos
de esta causa se señalan y, han por señalado los estados de ésta Real Audiencia, donde se le notificarán los
dichos autos y todo le parará tanto perjuicio, como si en su persona se hiciesen."40
Al referir Don Diego su viaje en una de sus declaraciones ante la Audiencia, dijo que cuando
Andrés del Mármol le llevó los pliegos del Visitador a Turmequé, le dijo que debía ir con
mucha prisa, pues las naves salían de Cartagena por octubre, con lo cual tomó el camino de
Pamplona, por la vía de Las Vegas para ir a Ocaña, en donde su Alguacil le dijo que tomasen
una canoa para ir hasta la barranca de Malambó, pero él no quiso y así se fueron a
Tamalameque, a donde llegaron el día de todos los santos y, a la salida de la misa, lo apresaron
en virtud de una resolución que le mostraron y, le pusieron en la cárcel con cepo, cadena y
guardas y le secuestraron los bienes que llevaba en la canoa. Por su parte, González Merino
mostró el nombramiento de Alguacil que le había dado el Licenciado Monzón y, en vista de
ello, el Alcalde le mandó soltar, pero en el mismo auto de primero de noviembre se decía que
de todas maneras se dejaba preso a Don Diego.
En el equipaje de Don Diego encontraron lo siguiente: "Unas calzas de terciopelo negro picadas, un
herreruelo negro de paño, una ropilla de rioja negra, aforrada en tafetán negro; unos talabartes de terciopelo
negro, unas mangas de jubón de raza negro, unos pantuflos de terciopelo negro, dos camisas de ruán de cofre,
nuevas; cuellos de Holanda, unos saragueyes de ruán de cofre, nuevos; iten se secuestró más de ochenta piedras de
esmeralda entre chicas y grandes, las cuales se hallaron en una petaca en que venían los vestidos del dicho Don
Diego de Torres, las cuales pesan siete onzas y dos adarmes. Iten más seiscientos cuarenta y cinco piedras
esmeraldas chicas y grandes, que pesaron doce onzas y media escasas. Iten un jarro de plata, que pesó veintitrés
onzas, es el jarro viejo. Un pañuelo de narices con setenta y tres piedras, esmeraldas y cincuenta pesos de oro.
Iten se halló en poder del dicho Don Diego de Torres, un lío de cartas y pliegos que dijo el dicho Don Diego, ser
un pliego del muy ilustres señor Licenciado Monzón, Oidor de S.M., el cual por mandado del dicho Don Diego
de Torres se dio y entregó al dicho Juan González Merino, y se pesó por mí, el escribano y pesó dos libras y dos
onzas y media, el cual parece iba para S.M., y de ello, conforme al título, doy fe, Yo el dicho escribano, y luego
fue entregado el dicho pliego según como venía al dicho Juan González Merino, el cual prometió llevarlo con la
diligencia y cuidado que de él se confía, por su merced, el dicho señor Licenciado, del cual el dicho señor Alcalde,
ansí del dicho González y del dicho Don Diego, recibió juramento en forma de derecho, si tienen algunos bienes
más de los inventariados, en ese caso, los cuales dijeron que no tienen otros bienes más de los inventariados y que
parte de ellos no son del dicho Don Diego, como es las esmeraldas, lo cual debajo de dicho juramento lo
declararon así y lo firmaron de sus nombres, todos los cuales dichos bienes se entregaron según dicho es, en
depósito a Gonzalo Ramírez de Acevedo... ..."41
El tres de noviembre, Don Diego pidió al Alcalde que, en vista de que lo tenía preso y no
podía proseguir su viaje, se le diese por la justicia una canoa e indios para encaminar los pliegos
y que los llevaran a Cartagena y que allí los embarcaran para España y que les pagarían a
quienes fueran. El Alcalde accedió a esta solicitud y le trajeron cuatro indios y Don Diego pagó
un peso a cada uno para que fueran con la canoa hasta la Barranca de Mateo, y ellos
acompañarían a González Merino con los pliegos. El Alguacil pidió entonces que se le dieran
prestado sobre las esmeraldas cincuenta pesos para terminar su viaje hasta Cartagena y que no
se le detuviera, porque el navío se hacía a la vela y no se podrían enviar los pliegos a España.
Ese mismo día, puso Don Diego otro memorial al Alcalde diciendo que estaba sin comer y
desnudo, que le mandara entregar la ropa y alguna cosa para comer. El Alcalde dispuso
entonces que se le diera la ropa de lienzo de vestir y dos pesos para que comiera. Pidió también
el Cacique, que le quitasen los grilletes, pues cuando fue apresado, él iba era en camino y no
huyendo de Santa Fe, y que no era justo se le tuviera con tantas seguridades a quien constaba
era del Nuevo reino y tenía además tierras y vasallos que le servían y que no era delincuente,
sino un enviado especial para llevar despachos a S.M.
Con base en esta petición, se quitó el cepo a Don Diego, dejándole la cadena.
"En la provisión que se dio en Santa Fe el catorce de octubre para prender a Don Diego, se decía que era un
hombre de buen cuerpo, no muy alto, robusto, un poco bizco de los ojos y de pocas barbas."42
Como la prisión de Don Diego resultaba un caso interesante y sobre todo había bienes de
donde hacer gastos, el Alcalde, que no debía ser muy práctico en estas materias, resolvió
mandar traer un letrado para que lo asesorara y, de la misma forma sospechaba que había
muchos más bienes en poder del Cacique, que habría escondido cuando lo apresaron, porque
había tenido noticias de que en Pamplona le había mostrado a algunas personas, más de una
docena de sortijas engastadas con sus esmeraldas, que parecían valer más de quinientos pesos,
según los testimonios de quienes las habían apreciado en esa ciudad y, que pertenecían a su
cuñada Ana de Contreras.
El Cacique estaba encarcelado en la casa de Manuel Martín y en realidad sí tenía otros bienes
más de los secuestrados. Junto con su criado Lucas, los había escondido en una pared, pero al
enterarse por los soldados que Don Diego había estado encerrado y que parece habría hecho
un agujero en la pared, sorprendieron al mozo posteriormente y "le echaran una soga por un palo, le
ataron las manos por detrás y le mandaron que declarase donde estaban las joyas y el oro. Dijo que nada sabía
y entonces el Alcalde mandó que lo colgaran de los brazos y le pusieran una piedra a los pies. Estando así le
pidieron que dijese dónde estaba el oro y las esmeraldas. No pudiendo resistir más el tormento, pidió que lo
bajaran para decir la verdad y que él dijera donde había enterrado las esmeraldas. Y habiéndolo llevado a
donde él dijo, sólo se encontró el hueco. El Alcalde mandó entonces que le partieran los brazos y el muchacho
aterrorizado dijo que no lo hicieran, que en su ropilla tenía un papel, que lo sacaran y que allí decía quien tenía
el oro y las esmeraldas y al sacarle, vieron que decía Andrés Martín Millán. Con esto volvieron donde Millán,
quien al principio negó, pero viéndose tan amenazado de que lo enviarían preso a Santa Fe, confesó y entregó un
tejuelo de oro de dieciocho kilates y dos granos de peso, que pesó doscientos trece pesos y medio, otro pedazo de
plancha de oro de ley de veintiún kilates y trece granos, que pesó cincuenta y nueve pesos, seis tomines; otro
pedazo de barra de dieciséis kilates, tres granos, que pesó noventa pesos y un pliego que pesaba dos libras, dos
onzas y tres cuartos de onza.
42 Ibídem, p. 192.
El dieciocho de noviembre el alcalde volvió a insistir ante el juez, para que le mandara indios y para pagar al
escribano y a los guardias de la cárcel, ese día mandó rematar en subasta pública por voz de pregonero, el jarro
de plata y la espada de Don Diego y, se le adjudicaron a Francisco Orozco por dieciséis pesos y tres reales el
jarro y en diez pesos la espada.43
Ya para el veintitrés de noviembre, el Alcalde entregó a los guardias el preso y las esmeraldas
que no habían sido rematadas, para que la Real Audiencia les pagara al venderlas en Santa Fe.
También les entregó un expediente formado en treinta y tres hojas de pliego, que tasaron a
cuarenta maravedís por hoja. Y salieron de Tamalameque entre nueve guardias y catorce bogas,
como si se tratara del más peligroso de los delincuentes y más gente se hubiera nombrado si la
hacienda del preso lo hubiera permitido.
El veintiocho del mismo mes, el Alcalde de Tamalameque nombraba otro guardia para Don
Diego, so pretexto de que en el camino, en un pueblo de indios llamado Santiago, el preso
había tomado una espada y metido debajo del toldo donde dormía. Al llegar a Honda
alquilaron once caballos para ir hasta San Sebastián de Mariquita, a razón de cinco pesos y
medio cada uno. Todo esto se hacía a costa de los bienes de Don Diego. Al llegar a Tocaima
alquilaron un negro y luego contrataron más gente para que fuera con ellos, como lo mandaba
la Real Provisión, que facilitó que se gastaran las cosas a mayor precio de lo que era uso y
costumbre, de manera que dejaron al Cacique sin nada de lo que llevaba.
Por fin, el veinticuatro de diciembre llegó Don Diego a Santa Fe, pero la entrada "no podía ser de
cualquier manera, era necesario llenar de oprobio al Licenciado Monzón y hacer en el preso un escarmiento
capaz de poner terror en todos los partidarios del Visitador y, para conseguirlo, atravesaron a Don Diego en un
caballo, lo ataron de pies y manos y lo pasearon en forma triunfal por la calle Real hasta la Plaza Principal, en
donde lo exhibieron a las miradas de todos, para llevarlo luego a la cárcel pública, en donde lo cargaron de
grillos y le remacharon una pesada cadena"44
Continuaron desarrollándose los acontecimientos así: "El dos de enero de 1581, elevó Don Diego un
memorial a la Real Audiencia, en el cual decía que hacía más de dos meses que estaba en prisiones muy graves,
lo cual le había resultado estar muy enfermo y las piernas con muchas llagas, que estaba presto a dar fianzas
bastantes de cárcel segura para que se le quitaran los grillos y la cadena. La Audiencia sustanció el memorial,
diciendo que diera fianza de diez mil pesos para quitarle los grillos y seguir sólo con la cadena. El cuatro de
enero, Pedro de Torres y el Capitán Gómez de Cifuentes, encomendero de Guacamayas, otorgaron ante notario
la fianza de diez mil pesos, comprometiendo sus bienes y sus personas"45
Entre tanto, otorgada la fianza, Don Diego esperaba que al menos le quitaran los grillos, pero
no fue así, los días 7, 10 y 12 de enero elevó memoriales quejándose de esa irregularidad sin
obtener respuesta de la Audiencia. En su último escrito decía que no solamente no se le habían
quitado los grillos y las cadenas, sino que el Alguacil de la cárcel le impedía a sus deudos,
parientes y amigos, lo vieran y visitaran, ni permitía le dieran lo que necesitaba, no obstante
haber dado tan crecida fianza. También su hermanastro Pedro de Torres elevó un memorial el
diez de enero a la Real Audiencia, expresando que hacía más de noventa días se encontraba
43 Ibídem, p. 194.
44 Ibídem, p. 199.
45 Ibídem, pp. 201-202.
preso sin haber cometido ningún delito sino fiar al Cacique y, que como ya había llegado su
hermano, lo dejasen ir a Tunja pues estaba enfermo y en Santa Fe no había quien lo atendiera.
Tres días después, le dieron la ciudad por cárcel.
Hasta el veintisiete de enero continuaron con el interrogatorio y recalcó a Don Diego que
muchos de los bienes que le habían sido decomisados, a él le pertenecían según la costumbre
de los Caciques y, que se las habían entregado dos indios que eran los depositarios de las
mismas en la tribu: Siatanguya y Suananunguya, que eran indios principales y residían en
Turmequé y, que muchos indios estaban presentes cuando a él se las entregaron.
Después de habérsele tomado la confesión, el Licenciado Zorrilla dio orden para que en la
cárcel no se le permitiera hablar en chibcha, ni se le permitiera escribir cartas y, que si alguna
cosa debía hablar a los indios, lo debía hacer con licencia del Presidente y Oidores de la Real
Audiencia, lo cual debía efectuar en castellano, so pena de ser detenido por confeso de todos
los delitos que se le imputaban.
"El cuatro de febrero, Pedro de Torres se quejaba ante la Audiencia, que habiendo dado diez mil pesos de oro
como fianza por su hermano, en vez de quitarle el grillo y cadenas, se había prohibido también dejarle papel y
tinta para que escribiera y alabara su lengua y, que en cambio, se le habían aumentado todas las prisiones y los
agravios, por lo cual retiraba la fianza. La Audiencia retiró este memorial porque venía en letra de Juan del
Junco y no de su Procurador. Contestó Don Pedro que iba así, porque su Procurador también estaba preso y
pedía se le oyera porque no quería ser más fiador. La Audiencia nada quiso resolver y mandó que los
memoriales se agregaran al proceso. Otros dos escritos elevó Don Pedro con la misma negativa respuesta.
Seis días después, volvía Don Diego a pedir que se le quitasen las prisiones y Don Pedro insistía para que se le
diera por libre al no haber producido ningún efecto la fianza. Los Oidores dieron entonces ésta lacónica
respuesta: Cuando haya jueces se resolverá."46
De la misma forma Don Diego seguía insistiendo en que le suprimiesen los tormentos, pues la
cadena era muy pesada y corta y por ella debía dormir en el suelo y contra la pared. Además, la
cárcel estuvo a punto de quemarse y él, perecer en ella, pues había sido avisado por el Alguacil
Mayor, Pedro de Suárez, que se cuidara, pues el fin de la Audiencia era matarlo en prisión, "o
darle garrote cuando no se acatase a media noche por ser amigo del Visitador".
Solicitó otra vez que le restituyesen el oro y las esmeraldas decomisadas en Tamalameque, al
igual que su ropa nueva.
46 Ibídem, p. 207.
La Sentencia de muerte se expidió en los siguientes términos: "En el pleito criminal que entre el
Licenciado Miguel de Orozco, Fiscal de esta Audiencia de S. M. y Don Diego de Torres, mestizo, ausente, de
la otra, sobre lo del alboroto y juntas y demás delitos que el dicho Fiscal le acusa y fuga y quebrantamiento de
cárcel, fallamos atento los autos y méritos de este proceso de pleito, que por la culpa que le resulta contra el dicho
Diego de Torres, mestizo, le debemos de condenar y condenamos a que donde quiera que pudiere ser hallado, sea
preso y traído a la cárcel de esta Corte e de ella sea sacado con voz de pregonero y sacado por las calles públicas
de esta Ciudad, en la forma acostumbrada, y en el rollo y picota de ella, sea ahorcado de manera que muera
naturalmente, más le condenamos en perdimiento de todos sus bienes, los cuales aplicamos a la Cámara y fisco
de S. M. y, por este nuestra sentencia definitiva, así lo condenamos y mandamos con costas. El Licenciado
ZORRILLA. El Licenciado CASTILLO."47
El Oidor Zorrilla y el Fiscal Orozco, dicen que sin embargo la mejor pena para el Cacique,
sería hacerle cuartos. El Licenciado Monzón dio cuenta de esta sentencia injusta contra Don
Diego, informando también al Rey que lo más lógico sería suspender a toda la Audiencia,
quienes incluso parece ser envenenaron al recién llegado nuevo Oidor Cristobal de Azcueta,
adepto a Monzón.
Don Diego, al huir, seguía con la idea de volver a España, pero desiste al poco tiempo, para
esconderse en una cueva hasta cuando tuviera ocasión de viajar, pero su evasión duró dos
años, razón por la cual le levantan falsos testimonios diciendo que andaba por las montañas de
Santa Fe convocando mohanes, hechiceros y adivinos. En su encierro, estuvo acompañado por
un indio mudo que le llevaba de comer y que nada le podía decir sobre las crueldades que se
estaban llevando a cabo por buscarlo.
"Desde cuando Don Diego huyó de la cárcel, la Real Audiencia despachó comisiones para prenderle a Muzo,
Vélez, Chita, Pamplona, Garagoa, Tunja, Sogamoso, Nemocón, Tenjo, Tabio, Chía y demás pueblos de la
Sabana, Chiquinquirá y Turmequé. A este último pueblo llegaron en horas de la noche, pero no hallaron
ningún indio...
...La Comisión permaneció allí dos días esperando a ver si podían prender algún indio, y no obstante haber
estado vigilando día y noche, no pudieron hallar ninguno. Al fin pudieron prender una india, que por legua de
Lázaro Vanegas, a quien llevaban por intérprete, dijo que haría seis días que el Cacique Cuiramaguya había
ido a hablar con Don Diego a Santa Fe, y que cuando había vuelto, había dicho que no había podido verle
porque se había huido y no sabía dónde estaba; que la causa de que no hubiera por allí Cacique ni indio, era
porque Don Diego les había mandado decir, que cuando él se fuera para Castilla, o se saliera de la cárcel y
fuese algún español a Turmequé, no se presentase ninguno y, que como habían sabido que iban españoles a
Turmequé en busca de Don Diego, todos se habían ausentado."48
También pudieron apresar a otro indio llamado Jochachasque, e interrogado por intérprete,
contestó que el Cacique Cuiramaguya había salido buscando a Don Diego, pero que no lo había
encontrado en la cárcel, que no sabía donde estaba, pero que podría estar en Chiramita en
donde su tío Taque.
47 Ibídem, p. 229.
48 Ibídem, p. 231.
La expedición entonces se encaminó hasta los dominios del pariente de Don Diego "al siguiente
día llegaron al cercado del Cacique y le tomaron declaración a un indio cristiano que dijo ser natural de
Siachoque y Alguacil del repartimiento de Chiramita, llamado Juan, quien dijo que había oído decir que por
orden del Cacique Taque, un indio llamado chibchacubaguya y otros, habían ido a Santa Fe a llevar un caballo
cargado de maní y miel y otras cosas para Don Diego y, que al día siguiente se había huído de la cárcel y no
habían podido verle ni hallarlo... ... que el Cacique, su tío, le dió otro poco de oro y que con él era con quien
hablaba cuando estaba escondido y por las noches venía a Chiramita, y entonces también les había mandado lo
mismo, es decir, que huyeran y que no apareciesen, para que así creyeran que todos los indios andaban huídas...
... La Audiencia comisionó entones a Martín Alonso Merlo, quien volvió a Turmequé con un piquete de
esclavos para buscarlo nuevamente; al saberlo el Cacique Don Francisco, Gobernador del Cacicazgo por
ausencia de Don Diego, huyó del pueblo y con él muchos de sus indios. Pero habiendo dejado allí a su hermano
Guchatoque, Merlo lo apresó y le amarró las manos atrás y, cuando el indio le dijo que porque lo amarraba,
Merlo le contestó que al otro día se lo diría y así lo tuvo aquella noche. Al siguiente día le ordenó que le dijese
donde estaba Don Diego de Torres y que le daría veinte pesos y veinte mantas, pero el indio le contestó que no lo
sabía; le amarró entonces una cuerda al cuello y lo llevó al pueblo de Icabuco (hoy Arcabuco), a donde también
llevó a una hermana del Cacique Don Diego, amarrada con un a cabuya y en llegando allí amarró a la india
de los brazos por los moyedos y la colgó de una viga del cercado del Cacique Icabuco, y así la tuvo colgada
hasta que se le entraron los cordeles de la cabuya por los brazos, habiendo quedado por siempre señalada del
tormento.
En Turmequé, los soldados de Merlo cometieron toda clase de atropellos, robando todo lo que encontraban sin
dejar ni las gallinas, tomando a las mujeres de los indios y a sus hijas para dormir con ellas y dándole gran
tormento a otras. La fidelidad de los indios para con su Cacique fue incorruptible, nadie quiso denunciar su
paradero."49
Don Diego escribió varias veces al Visitador Monzón desde su refugio y, protegido por un
sacerdote de apellido Valbuena, éste le suministra libros durante su retiro. Entre tanto, la Real
Audiencia ordenó al Fiscal Orozco que fuese a Tunja para hacer las averiguaciones sobre la
rebelión que supuestamente preparaba Don Diego. Se pusieron guardias y velas también todas
las noches en Santa Fe, esperando también un ataque y se hablaba de gentes armadas y con
caballos, que andaban por los caminos, que pondrían en peligro las ciudades, que no eran más
que mercenarios contratados por un hombre llamado Diego de Ospina, intitulado "El Capitán
del Sello", quien se dedicó a cuatro Leguas de Bogotá a disparar tiros de arcabuz y decir "éste ha
de ser para el bellaco del Visitador y este otro para fulano, nombrando cada uno de sus aliados a quien tenía
odio y de quien se pretendían vengar". Ante estas noticias, y esgrimiendo que eran los mestizos y
Encomenderos principales, los promotores de la revuelta, se incomunicó entonces a los presos
Pedro de Torres, Pedro Muñoz de Salazar, Juan Prieto Maldonado y otros, prohibiéndose
también a clérigos y frailes que hablasen con ellos. En Tunja se integró una lista de mestizos
sospechosos, al tiempo que Don Diego volvía a remitir mensajes, esta vez al Licenciado
Orozco y al Capitán Ospina, afeándoles su proceder.
Mientras acontecían estos hechos, el Regidor de Tunja, Don Pedro de Torres, fallecía en la
cárcel el 20 de noviembre de 1581, a quien no obstante los repetidos ruegos por las
enfermedades que en el frío y húmedo calabozo había adquirido, no le concedieron nunca la
libertad, pues como ya lo habíamos dicho, podía salir pero teniendo la ciudad por cárcel, debía
regresar en las noches al calabozo. Todos sus bienes le fueron confiscados y la Encomienda de
Turmequé, incorporada a la Corona Real.
"He aquí la lista de los bienes que se hallaron en el hato de Don Pedro de Torres, dada por su vaquero
Fernando Alonso, natural de la Villa de Bienvenida de España: Seiscientas cincuenta o setecientas cabezas de
ganado vacuno; trescientas cabezas de yeguas, potros y crías; cien cochinos y puercas; doscientas cincuenta cabezas
de cabras con sus crías; mil quesos, poco más o menos; cuarenta o cincuenta ases de lino; diez o catorce caballos
de arria; trigo, cebada y maíz en las trojes de los aposentos, sin poder calcular la cantidad; diez o doce yuntas de
bueyes de arada, con sus arados y rejas; dos arados y sementeras de trigo que se recogerán por navidad; dos
labranzas de maíz; una labranza de cebada para el mismo tiempo; unas ovejas que están en los páramos
próximos a Tunja, hacia el nacimiento del agua de La Fuente; la demora de los indios y dos esclavos."50
Moría Don Pedro de Torres dejando en el mayor desamparo a su viuda y a seis hijos pequeños,
de los cuales el mayor sólo tenía seis años. Cuatro años después de la muerte de Don Pedro, la
viuda elevaba ante Felipe II, por medio de un Procurador, un memorial en nombre de Juan,
Pedro, Alonso, Francisco, Isabel y María de Torres, sus hijos legítimos.
El poder que confería Doña Ana de Contreras para su representación, se encuentra archivado
en el Volumen 16, folio 74 v. a 75 r. del Archivo Regional de Boyacá, en Tunja.
50 Ibídem, p. 296.
Se puso precio a la cabeza del Cacique en quinientos pesos a quien lo entregara, pero no fue
posible apresarlo. Él envió una carta al Arzobispo, intercediendo por los presos
comprometidos en la supuesta conspiración, que sumaban más de diez entre Capitanes y
Conquistadores españoles.
La acusación del Fiscal Orozco contra el Visitador Monzón, el Cacique Don Diego y los
demás supuestos conspiradores, va tomando más forma, acusando además a nuestro personaje,
de llamarse "Señor Universal, Rey e Hijo del Sol", acusándolo de facineroso y de traición "Lege
Majestates Divinae et Criminen"52. En su defensa posterior, el Cacique negó que se hiciera llamar
así, "porque ni yo lo podía hacer, ni los naturales de aquella tierra ignoran que yo sea hijo de mi padre, nacido
y criado entre ellos y su pariente y sucesor en el cacicazgo."
Desde el 3 de septiembre de 1581, por Real Cédula firmada en Lisboa, se había nombrado al
Licenciado Juan Prieto de Orellana como Visitador General del Nuevo Reino en reemplazo del
Licenciado Monzón. Se le otorgaron amplias facultades y se ordenó a Monzón que entregase la
visita.
El Padre Fray Alberto Pedrero, Provincial de los Dominicos, fue otra víctima de los enemigos
de Monzón, por haberlos defendido a éste y a Don Diego en carta al Rey.
Finalmente, el Cacique se presenta ante el nuevo Visitador acompañado del Mariscal Venegas y
del Capitán Antonio de Berrío. El Visitador le ordena se vaya a la cárcel a donde lo acompañan
sus amigos, se le somete a un largo interrogatorio, sale de la cárcel con fianza y, en un valiente
alegato, analiza las declaraciones de quienes depusieron contra él, quejándose de las crueldades
cometidas contra los indios y de la rapacidad de los Oidores. Ante esta situación, Prieto de
Orellana organizó una visita a la provincia de Tunja, para averiguar lo concerniente a las
condiciones de los indígenas.
51 CASTELLANOS, Juan. Elegías de Varones Ilustres de Indias, Historia del Nuevo Reino de Granada. Canto Segundo.
Edición de Parra León Hermanos, Caracas, 1932.
52 Ibídem, p. 313.
Don Diego vuelve a ausentarse de su estado de libertad vigilada y, los indios de Turmequé
cuentan de los tormentos que les hacían para que lo denunciaran. Por ejemplo, Juan Rodríguez
de Vergara "a un indio llamado Rianemechica, le amarró las manos en la venta de Albarracín de
Turmequé, donde le preguntó por Don Diego de Torres y que le dijo que no sabía del e porque no le dijo dónde
estaba, le amarró los brazos por los molledos con una cabuya, e luego le echó un garrote a la cabuya, e le torció
hasta que le metió la cabuya por los brazos, de lo cual quedó manco de un brazo, e que lo llevó a Tunja al dicho
indio e de allá se volvió."53
En vista de las cartas del Visitador, le fue concedida a Don Diego, licencia para que se
embarcara, llevando consigo a su criado Alonso Torreblanca, previa certificación de los
oficiales de hacienda de no deber nada a S. M., ni ser deudor de los bienes de difuntos.
Fue recibido entonces en la nave de Alonso Martín, en mayo de 1583. Marchaba el Cacique
con tan sólo un arcabuz y pobre pero confiado con la justicia de su Rey y Señor, por quien
tantas persecuciones y cárceles había sufrido y a quien veneraba y amaba más que a su propia
vida; "resuelto a reivindicarse del sambenito de traidor, con que tan marcada injusticia le habían colgado sus
apasionados jueces y, decidido por el mayor empeño a elevar sus quejas y sus ruegos a favor de sus indios,
víctimas de tantas extorsiones, afrentas, injusticias y ultrajes, y quienes de manera tan firme y abnegada habían
sufrido tormentos y deshonras para ocultarlo y servir con absoluta fidelidad, en los aciagos días en que había
sido puesto precio a su cabeza." 54
Durante el transcurso del viaje a la península, parece ser no se presentó ningún contra tiempo,
pues en agosto de ese año, ya se encontraba Don Diego en Sevilla, donde permaneció algún
tiempo antes de viajar a la Corte de Madrid, en compañía de su criado Alonso de Torreblanca,
a quien se le concedió tres años más tarde, el 29 de octubre de 1586, una licencia especial para
regresar a Cartagena.
Al Oidor Zorrilla y al Fiscal Orozco, se les secuestran sus bienes y se les envía presos a España
por orden del Rey. Se constituyen una nueva Audiencia por orden del Visitador Prieto de
Orellana y, los nuevos Oidores, sin embargo, procuran ocultar a Felipe II la verdadera
situación de los indígenas del Nuevo Mundo.
53 Ibídem, p. 388.
54 Ibídem, p. 408.
Los Oidores Pérez de Salazar y Peralta, mandan poner presos al Escribano y al Alguacil de la
Visita.
Don Diego espera en Madrid a que se resuelva su causa en definitiva y, el soportando con los
escasos recursos de que disponía y soportando el medio extraña en que se hallaba. Su amigo, el
Cacique de Tibasosa, Don Alonso de Silva, le da poder para que allí se siguiera juicio criminal
contra los Oidores y el Presidente de la Audiencia.
Antón de Elquiz, se retracta in artículo mortis de las acusaciones contra Don Diego y, otros
como Juan Lanchero, quien lo había acusado de rebelión y alzamiento y quien había sido
declarado perjuro, por lo cual el Visitador Prieto de Orellana lo remitió preso a España, razón
por la cual le suplica Lanchero al Cacique su intercesión para ser mejor tratado en la cárcel de
España. Sobre ese particular, citamos aquí su testimonio:
"Al Ilustre Señor Don Diego de Torres, Cacique de Turmequé, que es en el Nuevo Reino de Granada. En la
Villa de Madrid, en la Corte Real. Muy Ilustre Señor, Dios cuando padecía por los pecadores, no tan
solamente rogaba por ellos, sino también por los que le crucificaban rogaba a su Eterno Padre. Así que por
esta, quiero suplicar a Vuestra Merced, le quiera imitar en hacerme merced de interceder allá por mí con
algunos señores, en que me envíen recaudo para que yo sea mandado de aquí, porque si Vuestra Merced me
viese, aunque he sido para con Vuestra Merced otro Judas, tuviera compasión de mí, porque a más de cuatro
meses que no sé qué cosa es camisa, porque las que traía las vendí para comer hasta el capote y otras cosas que
traía, de suerte que me quedé en puribus y para comer agora un bocado, he de andar y fregar platos y servicios.
A Dios doy muchas gracias por todo y esto me ha venido de su divina mano, para que me conozca, cuán de
veras estaba por fuera del camino verdadero. Suplico a Vuestra Merced, trate con el Señor Iñigo de Aranza,
que ya que haya de ir con prisión, trate con quien pueda ser, que yo vaya con una cadena como cuando salí de
Santa Fe y un hombre de guarda, pues estoy ya donde he de verme fuera de trabajos con morir o vivir y por
amor de Dios, no lo eche en olvido y confío que Dios Nuestro Señor, la Ilustre Persona de Vuestra Merced
guarde como debe y yo lo deseo. De Sevilla, de la cárcel y de abril seis de mil quinientos ochenta y cuatro años.
Ilustre Señor, muy de Vuestra Merced, su menor servidor, Juan Lanchero." 55
Don Diego de Torres contestó a esta carta perdonándolo y, ofreciéndole interesarse por él ante
Aranza y sus amigos. Ésta y otras muestras de caballerosidad que se notan a través de toda la
accidentada vida del Cacique, son prueba de que por sus venas corría la noble sangre de sus
antepasados indígenas.
Ya por el mes de octubre de 1584, tenía Don Diego una Audiencia personal del Rey Felipe II,
a quien presentaba, junto con dos mapas de las provincias de Santa Fe y Tunja, el célebre
Memorial de Agravios, que habría de hacerlo famoso, "con lo cual, entraba a ocupar un sitial de
honor, entre todos aquellos próceres que en los aciagos días de la conquista, se presentaron ante el Trono de
España, en defensa de los derechos de los naturales, víctimas de la desenfrenada ambición y codicia de
conquistadores, gobernadores y encomenderos de los dominios españoles en América"56
Luego nos referiremos específicamente a los veintidós títulos del Memorial de Agravios en el
próximo Capítulo.
55 Ibídem, p. 414.
56 Ibídem, p. 417.
Siguió sin embargo el juicio paralelo a Don Diego y, en mayo de 1586, los Miembros del
Consejo Real de las Indias, habiendo visto el pleito que se hizo por el Presidente y Oidores de
la Real Audiencia de Santa Fe, en el Nuevo Reino de Granada, contra Don Diego de Torres,
dijeron y mandaron que el Cacique tuviese esa Corte de Madrid por cárcel y que no saliera de
ella sin mandato de los Magistrados, bajo pena de mil ducados para la Cámara de Su Majestad.
Al tiempo de estos acontecimientos, Don Diego contrae matrimonio (no se conoce la fecha
precisa) con Doña Juana de Oropesa. Probablemente fue en Madrid a fines de 1583 o a
principios de 1584, pues ya en junio de 1585, en otro memorial del Cacique al Rey, le ayudara
pues tenía a su mujer enferma.
57 Ibídem, p. 483.
Don Diego dispuso de la mejor manera de la última voluntad de su amigo, el nieto del
Emperador de Los Incas, consignada en el testamento que desde la cárcel, había otorgado el 12
de enero de 1589.
Ya para finalizar el año de 1589, acosado por la necesidad Don Diego acude de nuevo a su
benefactor, Felipe II, pidiéndole que tratara de remediarle la situación para poder salir de la
Corte, por no tener otro recurso sino la merced de Su Majestad.
En los primeros meses de 1590 la situación de Don Diego era ya insostenible, y las
obligaciones de su hogar, la miseria y la pobreza lo cercaban por todas partes, por lo cual se vio
en la imperiosa necesidad de acudir otra vez al Rey, quien ordena le entreguen otros cien
ducados.
El Historiador Ulises Rojas Soler, dice finalmente: "Finalizaba el año de 1590 y aún no se había
dictado la sentencia, tan largo tiempo esperada y, cuando ya Don Diego creía estar cercano el día en que se
restableciese en su Cacicazgo para poder volver con su mujer y sus hijos a sus queridas y lejanas tierras de
Turmequé, en forma inesperada, en la Capital de España, le sorprendió la muerte el día cuatro de abril de
1590. Moría en la flor de la edad, cuando apenas contaba con cuarenta años y, cuando seguramente acariciaba
planes para una vida hogareña y tranquila en medio de sus súbditos, respetado, querido y servido de todos
aquellos para quien había sido en otros tiempos su Jefe irreemplazable y su constante y apasionado defensor."58
Iñigo de Aranza se encargó con toda solicitud de darle honrosa y cristiana sepultura a Don
Diego y, la Real Corona sufragó todos los gastos del entierro del infortunado Cacique, que
sumaron 262 reales, pero como el Consejo Real no diera más que 200, se tuvo que hacer
limosna por el saldo.
Al saber Felipe II de la muerte de Don Diego, dispuso que se dieran 200 ducados para hacer el
bien por su alma, he hizo merced a su viuda y a sus hijos, por el resto de su vida, de 300 pesos
de renta anual en tributos de indios en el Nuevo Reino de Granada.
Sin embargo, toda esta retribución se demoró muchísimo en llegar, pues transcurrieron
bastantes años en los que Doña Juana de Oropesa envió múltiples escritos suplicando que por
su mucha necesidad y tener tantos hijos, se le hiciese merced de alguna ayuda de costa,
peticiones que le fueron negadas.
58 Ibídem, p. 504.
Sólo treinta y tres años después de lo ordenado, habiendo pasado dos reinados, hasta el de
Felipe IV, el 19 de enero de 1628 le concedieron a la pobre y anciana viuda del Cacique, la
aprobación de cobrar las rentas impagadas y los impuestos de la encomienda de Soracá.
"Dieciocho años había luchado también Don Diego en defensa de los derechos de quienes él consideraba como
sus hermanos en la sangre y en el infortunio. Calumniado y perseguido de los poderosos, enfrentado siempre
valerosamente a la adversa fortuna, reclamando a voces lo que todos callaban por cobardía y, exponiendo su vida
a todas horas con valor y entereza ejemplares. Moría sin ver coronados sus esfuerzos a favor de los indios, ni
realidad sus personales aspiraciones. Pero su lucha no había sido estéril, porque muchas de las Ordenanzas y
Cédulas Reales dictadas en favor de los naturales del Nuevo Reino de Granada, fueron fruto de sus inteligentes
exposiciones, de sus encendidas quejas y de sus actuaciones ante el Soberano Monarca y su Real Consejo de las
Indias."59
Así culminaba la triste vida de Don Diego de Torres y Moyachoque, Cacique de Turmequé,
cuya tenacidad y constancia, deben ser rescatados como ejemplo digno de ser recordado, pues
representa muy probablemente, al primer defensor criollo de los Derechos Humanos de los
Indígenas del Nuevo Mundo.
Por el mes de octubre de 1584, en su segundo viaje, obtenía el Cacique de Turmequé, una
nueva audiencia personal con el Rey Felipe II, a quien presentó su célebre Memorial en
defensa de los derechos humanos de los indígenas de América, acompañado con dos mapas de
las Provincias de Santa Fe y de Tunja. Éste Memorial, aunque desconocido en España y
convertido en Leyenda en América, quiere aquí reivindicar a través de su contenido, a quien
nunca pudo regresar al Nuevo Mundo, para desarrollar su labor, pero gracias a él, se expidieron
Cédulas Reales que procuraron aliviar de alguna forma, los abusos y crueldades que se
cometían contra los naturales del Continente.
Cosa interesante, es la solicitud que eleva al Rey en el punto once del Memorial, solicitando la
designación de un Protector General de los indios, lo cual sería entonces una especie de
antecedente del Defensor del Pueblo que hoy día conocemos.
Esta figura política del Protector de Indios, fue introducida en América sólo hasta 1596, es
decir, doce años después de presentado el Memorial de Don Diego. El Protector, estaba
facultado para ser audiencia en los delitos, disponer de escribano y alguacil, podía imponer
penas de azotes públicos, resolvía pleitos entre indígenas, así como los que se producían entre
indios y españoles, pero su principal obligación y cometido, radicaba en averiguar de qué
manera se cumplían las leyes y provisiones expedidas en favor de los indígenas.
"Sus informes trataban del sistema de gobierno que tenían los indios, el trato que recibían, su conservación,
disminución o aumento relativo, grado de libertad, enseñanzas y doctrinas que recibían. La posición del protector
debe entenderse, por consiguiente, como una manifestación del esfuerzo y atención de la Corona por insertar al
59 Ibídem , p. 514.
indio en la sociedad española en América. Es verdad que la protección se hizo necesaria a partir del momento
mismo de establecerse la relación múltiple entre españoles e indios. En muchos casos esta protección se improvisó
quedando en manos de frailes y clérigos, pero conforme se iba afianzando la administración española, la función
la ejercieron los funcionarios y sobre todo la estructura de la justicia."60
Los llamados protectores de indios eran pues, un eslabón entre la justicia de la Corona y las
comunidades indígenas, convirtiendo a ambas partes en responsables mutuos de sus
respectivas acusaciones. Pero sin duda, la creación de esta institución, se debe a Don Diego de
Torres y Moyachoque, cuyos planteamientos presentamos en este capítulo.
El famoso Memorial de 1584, se divide en veintidós capítulos, que se resumen, según los
títulos asignados por Don Diego, así:
1. En lo que toca a la doctrina que se hace a los indios y el fruto que se ha hecho y se hace.
2. Sobre que los indios han sido muy engañados en el tributo que han de dar a los españoles.
3. Sobre que no se ha tasado a los indios conforme a la voluntad de S. M. y el agravio que se
les ha hecho.
4. De cómo son más maltratados los pueblos que son de V. M. más que los otros que no lo
son.
5. De cómo los indios no son tratados como personas libres como lo son y como S. M. manda.
6. De una manera de criar hijos de españoles en mucho perjuicio de los indios.
7. De cómo las Ordenanzas Reales solamente se entienden con los que no tienen indios
porque el que los tiene y posee en encomienda se sirve de ellos como si fueran esclavos.
8. De una contratación que hay de indios llevándolos los españoles a vender a otras Provincias
contra lo ordenado por Su Majestad.
9. De cómo han inventado mil géneros de servicios personales los encomenderos en que
consumen y acaban los indios y cuenta el Cacique sobre esto lo que sucedió en el primer viaje
que hizo a estos Reinos.
10. De cómo los naturales del Río Grande de la Magdalena se han acabado y empiezan por
otra Provincia.
11. Sobre lo que se trata ahora de nuevo, si convenía hubiese Corregimientos o no y da el
Cacique su parecer.
12. De cómo son oídos los indios por la Real Justicia cuando se van a quejar a la Real
Audiencia.
13. De un agravio que particularmente se hace a los caciques sobre los tributos que han de
pagar sus naturales.
14. Del perjuicio que los indios han recibido en haberles encomendado a personas no
beneméritas y cómo ni más ni menos ha sido V. M. engañado en esto.
15. De cómo quedando el Gobierno de la Audiencia por muerte del Licenciado Briceño en los
Licenciados Auncibay, Cetina y Doctor Mesa, robaron a los naturales sus haciendas y sobre
ellos murieron muchos de los caciques e indios.
16. De cómo ordenaron otro modo de rebusca por si a los míseros indios se les había quedado
algún rastro de oro.
17. De una orden que se dio para que los indios se alquilasen y el engaño que en ello se hace a
los pobres indios.
60 Ibídem, p. 132.
18. De cómo la tierra quedó en mayor opresión que jamás ha estado por las pasiones de los
jueces.
19. Satisfacción que el Cacique hace por si hubiese alguna duda en alguna cosa de esta relación.
20. De cómo los indios son engañados por ser miserables y simples. Dice de dos engaños que
un encomendero hizo a dos visitadores.
21. Del segundo engaño para que los indios manifestasen muchos tributarios no teniéndolos.
22. De cómo el Cacique, habiendo escrito como tal cacique descarga su conciencia.
"RELACIÓN que Don Diego de Torres, Cacique, hace a su Majestad sobre los agravios que a los naturales
del Nuevo Reino se hacen por las personas a quienes su Majestad los tiene encomendados; y de la manera que se
consumen y acaban, las cosas que conviene remediar y, el poco fruto que con ellos se ha hecho en su conversión.
1° En lo que toca a la doctrina que se hace a los indios y el fruto que se ha hecho y se
hace.
En lo que toca a la doctrina evangélica que es el fin principal que V. M. pretende se cumpla y guarde para la
conversión y salvación de aquellos miserables naturales, no ha habido ni hay efecto alguno por el mucho desorden
que hay en el asiento de las doctrinas y reparticiones que cada día hacen, que acontece dentro de un mes mover de
las dichas doctrinas a dos y tres sacerdotes y la causa de estos movimientos ha sido y es los ordinarios servicios
personales en que ocupan a los míseros indios que no tienen lugar de acudir a oír la doctrina evangélica ni los
sacerdotes ni religiosos poderla administrar con aquella quietud y amor que es razón y ansí no tienen sosiego ni
mano para ningún efecto y los indios perseveran en sus antiguas costumbres.
2° Sobre que los indios han sido muy engañados en el tributo que han de dar a los
españoles.
Vuestra Majestad tiene ordenado y mandado sobre los tributos que han de pagar los naturales de aquellas
partes a sus encomenderos sea de manera que no reciban por ello agravio alguno para que entiendan que después
que están debajo de vuestro real amparo y gobierno, son mejor tratados que en tiempo de sus caciques y señores lo
fueron, para que con más amor tomen las cosas de nuestra Santa Fe Católica, no se ha hecho conforme a
vuestra real intención en las visitas y tasaciones que se han hecho hasta aquí de lo que han de dar y tributar han
sido muy agraviados y engañados los míseros indios, porque conforme en las tasas y retasas que en las dichas
visitas se han hecho y ordenado, cada indio en la Provincia de Tunja y en la de Santa Fe, que es donde algunos
naturales han quedado, es que pague cada indio en un año un peso oro y una manta de algodón que vale otro
peso poco más, de manera que el que tiene quinientos indios le está tasado llevar de ellos mil pesos y no más, y
certifico a V. M. que hay pueblo de indios que no tiene setenta tributarios que en cada año paga valor de más
de tres mil pesos de buen oro y tienen esto por flor y gran hazaña, siendo manifiesto robo y contra lo que V. M.
tiene mandado y este daño y perjuicio ha redundado de las dichas visitas que se han hecho porque en ellas han
engañado a los Visitadores y a los miserables naturales haciéndoles dar copias de indios más de lo que tienen,
no teniendo la tercia parte de lo que les han hecho parecer en las dichas Visitas y como no saben los pobres
naturales manifestar el agravio y engaño que ansí se les ha hecho, carecen de remedio y si algún desventurado
principal de ellos se ha movido a pedirlo lo han destruido y asolado, por lo que padecen como personas
miserables y ovejas mudas.
He dicho esto para que V. M. entienda cómo son tratados aquellos miserables naturales y cómo podían
conservarse e ir en aumento que es lo que V. M. quiere y desea, porque si a los pobres les toman sus tierras y
labranzas, que es de donde han de sacar el tributo que les mandan pagar y lo demás que los miserables han
menester para sustentar sus personas, mujer e hijos a que han de acudir y de que lo han de sacar para cumplir
con los españoles hánse hallados por atajados y miserables viéndose tan desventurados y por otra parte como los
excesivos servicios personales en que de ordinario los fatigan y traen, que muchos de ellos han desamparado sus
tierras y naturaleza y se van a partes remotas en donde miserablemente han perecido sin lumbre ni fe de
bautismo, cosa de gran lástima y en que está encargada vuestra real conciencia y todo esto se puede ver
ocularmente que está careciendo de remedio tan necesario.
4° De cómo son más maltratados los pueblos que son de V.M. más que los otros que
no lo son.
También manda V. M. por ley nueva y ordenanza real que el pueblo o pueblos de indios que vacaren o fueren
puestos en Vuestra Real Corona, sean mejor tratados y conservados que los demás que no lo son, para que
entiendan que viniendo a Vuestra Real Corona han de ser en más aumento y conservación, ansí para lo que les
conviniere para lo espiritual como para lo temporal. Certifico a V. M. que se hallará de ser verdad no haber
pueblo de indios más perseguidos, vejados ni molestados y pobres, que son los que se han puesto en Vuestra Real
Corona, en especial los pueblos que son de la Provincia de Tunja donde yo soy Cacique, porque si el
encomendero los molestaba era él solo y sus criados y finalmente reconocían a uno por superior, mas los que
vienen a Vuestra Real Corona no saben a cuál es al que han de agradar, porque el Gobernador los manda, el
Contador lo mesmo, el Tesorero ni más ni menos y el Corregidor que es en aquella Provincia, de manera que
cada uno de estos por decir es pueblo de V. M. y dicen: "A mí me compete el mandarlos" y el otro dice "A mí
mejor". Y por este orden cada uno quiere enviar su criado o hacedor para aprovecharlos en los pueblos de V.
M., porque a unos los envían por administradores, a otros para recibir los tributos y cada uno de estos lleva
excesivos salarios, porque llevan Alguaciles y Sota-Alguaciles (subalternos o sustitutos) y otros mil ladrones
que roban y destruyen los pueblos de V. M., que como son criados y allegados de las personas que están dichas,
los miserables indios no saben a dónde acudir a buscar remedio de los agravios que por estos les son hechos, si no
es clamar al cielo y llorar su desventura, porque debajo del agravio que les hacen en sus personas gozando de sus
mujeres e hijas, usan particularmente una crueldad terrible en los que son pueblos de V. M., que para tener
seguros sus salarios y ser de ellos bien pagados, cuando van a estas comisiones, toman cierta cantidad del tributo
que tienen junto para cumplir con V. M. y dicen a los miserables indios: "Hermanos tantos días traigo de
salario a vuestra costa para que dentro de ellos me cumpláis por entero el tributo que debéis a S. M. Y si no lo
cumplís se me alargarán más días de salarios", y los miserables indios, viendo que del tributo que tenían junto
para V. M. se han asegurado en parte de ellos para su salario, buscan de nuevo otro tanto y más lo que restan
debiendo; y como se les dobla la deuda no pueden cumplir al tiempo que les está puesto; y como al alguacil se le
han cumplido los días de su comisión, escriben luego a sus amos que, por ser grandes bellacos y vagabundos los
indios no han cumplido con el tributo y que les añadan más días de salarios para cobrarlo y dándoles los días
que ellos piden y cuantos más días les van añadiendo, tanto más al doble van sacando de el dinero que tienen
junto los miserables indios para V. M. y acostumbran una maldad en esto que consiste en que si ellos han de
llevar ciento de salario, ellos sacan del montón doscientos y piden se les prorroguen días, o si no ellos se dan tal
maña en quedarse con todo lo que han tomado, porque no solamente sirven estos alguaciles a lo que son
enviados, sino de comerles las gallinas que los pobres indios crían para sus granjerías, que todo es a costa de ellos
y el sustentarlos a ellos y a sus criados y a veinte caballos que llevan para engordar mientras están en los dichos
pueblos; se hacen jueces de las causas que en los tales pueblos de indios se ofrecen, que porque un indio riñe con
otro o porque jugó entre semana, o porque pisó el sol, les condenan a ciertas penas diciendo que se aplica para la
justicia y son ellos la justicia; y como el indio no se halla de presente, no conoce la pena que ansí les condena, y
dice luego el juez que a su cuenta lo cargará en lo que tiene asegurado para sus salarios y que en el ínterin lo
busque y acuda a su cacique para que no haga falta el tributo que se ha de dar a S. M. y ansí los miserables
indios con estas maldades y robos no pueden cumplir y los Oficiales de vuestra Real Caja piden que lleven presos
a los caciques por rebeldes y que no quieren pagar el tributo a V. M. y con esto los sacan de su naturaleza más
de setenta leguas que hay de ida y vuelta a la ciudad de Santa Fe y los llevan presos y a su costa y los tienen en
la cárcel real, que acontece estar presos más de cinco o seis meses padeciendo extremas necesidades, hasta que se
duelen de ellos viendo que es crueldad y los sueltan, porque enferman y mueren en aquellas vejaciones y ansí
siempre han quedado debiendo cantidad de tributo, por lo que está dicho no pueden cumplir y siempre tienen esta
calor de enviar jueces para aprovecharlos y robando y destruyendo los pueblos de V. M. que es la mayor lástima
del mundo, pues si V. M. supiese de la forma que son adoctrinados y enseñados en las cosas de nuestra Santa
Fe Católica, todo es lástima y desventura y digno de que V. M. ponga remedio en semejantes pueblos, que a
vuestra real corona vinieren las personas religiosas que en ellos hubieren de asistir, mande V. M. que sean
aprobados y doctos en doctrina, vida y ejemplo, porque ansí conviene al servicio de Dios Nuestro Señor y al
descargo de vuestra real conciencia y bien de aquellos míseros indios.
5° De cómo los indios no son tratados como personas libres como lo son y como S. M.
manda.
Por nuevas leyes y ordenanzas reales hechas para las Indias tiene V. M. ordenado y mandado que los indios
naturales de aquellas partes sean tratados como personas libres como lo son y que no reciban agravio alguno en
sus personas, haciendas, mujeres e hijos. Hállase en la ciudad de Tunja usarse un cautiverio y crueldad
diabólica contra lo que ansí V. M. tiene ordenado y mandado, y es que cada mujer de encomendero de indios
tiene en sus casas muchas mujeres que sacan de los pueblos que tienen en su encomienda para que les hilen hilo,
tejan y labren y hagan otros servicios y granjerías que han usado tener dentro de sus casas y estas mujeres las
más son hijas de indios principales que es una cosa que los pobres naturales sienten mucho, ver a sus hijas,
sobrinas y deudas en un cautiverio tan perpetuo y servicio tan ingrato, que toda la vida viven debajo de llave, que
no ven sol ni luna, haciéndoles padecer extrema y miserable vida, sólo por el interés que se les sigue de sus
granjerías que aún no se acuerdan de que estas mujeres han de recibir el santo bautismo y enseñadas en policía
cristiana, porque consideran en la crueldad y cautiverio que las tienen, que si tantica molestia diesen para este
ministerio que tanto importa para su salvación, se les huirían y perderían sus granjerías y con esto siempre las
tienen encerradas como está dicho y si algunas se pueden salir de esta cárcel perpetua, no osan ir a su naturaleza
al amparo de sus padres y deudos, por no verlos padecer en crueles castigos, toman por mejor partido caminar a
los desiertos, y irse al abrigo de vuestra Real Audiencia por poder vivir y como son mujeres y personas
miserables, muchas de ellas les toman los pasos y caminos y las vuelven a poder de sus amos, a las cuales les
echan cormas61 y otras prisiones porque no se salgan de aquel servicio en que las tienen y usan con ellas las
mayores crueldades y tormentos que se puede imaginar, castigándolas de manera que mueren de ello y las
entierran en corrales y huertos, como parecerá por algunos escritos e informaciones que en aquella vuestra Real
Audiencia y ante otras injusticias se han hecho y presentado de parte de sus deudos y parientes, mas al cabo ha
perecido siempre la justicia y defensa de estos miserables naturales y se hallará que de semejantes crueldades se
han ido muchos naturales de aquella Provincia y sirven a los españoles en la ciudad de Santa Fe,
desnaturándose de sus padres, deudos, tierra y naturaleza, por vivir, si pudiesen, como personas libres y ansí es
cosa averiguada en la ciudad de Santa Fe, el más servicio de los españoles ser de aquella desdichada Provincia y
esto se usa y se usará hasta que V. M. provea de remedio.
7° De cómo las Ordenanzas Reales solamente se entienden con los que no tienen
indios porque el que los tiene y posee en encomienda se sirve de ellos como si fueran
esclavos.
Por las Ordenanzas que están hechas por la Real Audiencia y Gobernadores de aquel Nuevo Reino sobre lo
que se ha de pagar a cada indio por el servicio que hiciere al encomendero o a otro cualquier español cada un
año, le está señalada cierta cantidad de lo que se le ha de pagar en mantas de algodón y camisetas; estas
61 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la Lengua Española. Decimo novena edición. Madrid, 1970. P. 363.
Corma. Especie de prisión compuesta por dos pedazos de madera, que se adaptan al pie del hombre o del animal para
impedir que ande libremente.
Ordenanzas solamente las cumplen los particulares españoles que no tienen ni poseen indios, porque algunos de
los que los tienen en encomienda piensan que no solamente les deben los miserables el servicio que les hacen, más
si les fuese posible después de muertos tener alguna granjería de la carne momia y sus huesos, cosa averiguada es
que no lo perderían, porque sabrá V. M. que como dice la Ordenanza o retasa que habla sobre el servicio,
daréis a vuestro encomendero tantos indios de servicio para gañanes62 y pastores y otros servicios, con que
vuestro encomendero ha de pagar a cada uno de ellos en un año tanta cantidad por su trabajo y la ración
ordinaria para su sustento, cúmplase esto por algunos encomenderos en esta manera: que como los indios no
saben leer ni entienden lo que está ordenado y mandado por las dichas Ordenanzas, aunque los jueces por
intérprete mandan se lo den a entender, el encomendero solamente les da a entender: daréis tantos indios para
que sirvan de gañanes y pastores, y el con qué y cumplimiento de ello, lo callan y no quieren que los miserables lo
entiendan y usan con ellos frandes crueldades, porque los que ocupan en ser gañanes, si por mal de sus pecados,
algún buey se derrumba por alguna quebrada o barranca o en alguna ciénaga o le sucede cualquier desgracia, no
lo quiere mejor vendido el encomendero, porque luego echa presos en las cárceles privadas que ellos tienen a los
gañanes y ansí toda la parentela junta el valor de él en oro y pagan el buey que por su desgracia murió, como
podría morir el mismo encomendero sin tener culpa el miserable indio, que si el buey valía diez pesos la paga ha
de pasar de veinte y ansí ni más ni menos lo usan con los que guardan los demás ganados, vacas, ovejas, cabras
y de todo género de ganados y están obligados los mismos pastores a pagar los daños que los dichos ganados
hacen en las sementeras y con esto y el que le cabe ser pastor, anda con toda su parentela pastoreándolo y
guardándolo de los leones y perros monteses que hay muchos, que acontecen si se descuida y entra algún león,
degollar más de doscientas cabezas de ovejas o cabras, que el encomendero, como está dicho, no las quiere mejor
vendidas, y ansí los pobres indios, como piensan que no nacieron para otra cosa, es mayor lástima ver estos
pastores por el invierno, que es cuando suceden mil desgracias, ansí de arroyos y ríos que crecen, como de
desbarrancarse y de los leones y perros que en este tiempo hacen los daños, que andan, cualquier pecho por
heroico que fuese, se apiadaría de ellos y esto lo ha de hacer sin que por ello se le pague cosa alguna al indio,
como por las Ordenanzas está mandado se les pague en cada un año por su servicio y ansí el indio ha de
sustentarse a su costa y vestirse de lo que hallare o sus parientes le dieren y con esto ha de estar obligado a
asegurar los ganados de cualquier suceso de fortuna que a sólo Dios es dado la seguridad de ellos y obligan al
mísero indio los suplan y pague o muera y acabe. Con esto los consumen y los acaban y les deben este servicio a
los miserables indios.
8° De una contratación que hay de indios llevándolos los españoles a vender a otras
Provincias contra lo ordenado por Su Majestad.
Por ley nueva y ordenanza real manda V. M. inviolablemente guardar y cumplir sobre que no se saquen indios
de tierra caliente para llevarlos a la fría y los de fría a la caliente, por ser causa de que mueren sacándolos de su
naturaleza, no solamente se puede contar de estos las mayores crueldades y poca cristiandad que en esto se usa de
ventas públicas de muchachos y muchachas de una parte y de otra que es lástima, pero los mismos que había de
remediar se hallará que sus deudos y allegados lo usan y consienten en ello por donde V. M. se puede enterar
que sin duda alguna la verdad de lo que aquellos pobres indios padecen no se ha remediado ni remedia, ni puede
haber llegado a oídos de V. M. ni a los de vuestro Consejo de Indias; sabrá V. M. que en esta Corte hay
personas que siendo Oidores en aquella Real Audiencia, llegando a su noticia que otro Juez su compañero tenía
hecha una junta de indios que habían acudido al abrigo de vuestra Real Audiencia a pedir justicia, los cuales
estaban ensartados en cadenas para llevarlos a media noche y transportarlos a la Provincia de Antioquia y
otras partes, que es ciento y cincuenta leguas de aquel Reino, a donde es ordinario llevar esta mercaduría;
procurando saber los dichos Oidores si era verdad los llevó un vecino de la ciudad a una casa en donde hallaron
en un aposento cantidad de indios e indias ensartados en cadenas para la noche siguiente transportarlos como
está dicho; los miserables indios como oyeron el nombre de vuestra Real Justicia, a grandes voces clamando
dijeron: Paui! Paui!, llamando a vuestros Ministros, que les valiesen, que les tenían allí para morir, que Paui
quiere decir padres, padres, y habiendo hallado esto ocularmente las personas que tengo dicho, que están en esta
Corte (el Oidor Zorrilla y el Fiscal Orozco), por ser cosas que tocaba a ellos mismos, que era el Oidor que
presidía por más antiguo a quien tocaba y era en ello, se calló y solapó y en lugar de remediarlo, se indignaron
contra el dicho vecino que los había llevado allí, notándolo de malsín63, dándole a entender que aunque ellos lo
procurasen, no debían malquistar64 a nadie, siendo la persona o personas que eran en ello; de esta información
se hizo muy bastante por el Visitador primero y el segundo, en donde se verá muy claramente, porque no había
sido la primera presa que habían hecho; de ahí puede entender V. M. aquellas vuestras ovejas mudas lo que
padecen y yo por haber hablado en favor de ellos lo que he padecido y padezco, de más de las informaciones que
sobre esto se hicieron, en esta Corte se podrá saber de las personas que tengo dichas, que no oso nombrar hasta
que sean llamadas para ello y se les pregunte, lo que entiendo no lo negarán porque semejantes hechos han sido y
son tan públicos que sólo esto de llegar a noticia de V. M. y vuestro Real Consejo faltaba, y Dios me es testigo
de todo y verdaderamente no puedo entender con qué conciencia han podido llevar semejantes jueces el salario que
V. M. les ha dado, descargando con todo ello vuestra real conciencia haciendo la confianza que V. M. de ellos
hace en aquellas partes.
cada día la empobrecen y arruinan con acabarle los naturales y ansí vendrán a menos vuestros vasallos y rentas,
como se ha visto por experiencia en otras Provincias y yo lo he visto por mis ojos, que parece que fue Dios servido
que viniendo yo sobre esta causa de las Provincias de mi patria y naturaleza a buscar el remedio para
convalecerlas, navegando para estos Reinos en el año setenta y cinco, en la Bermuda nos dio una tormenta que
fue forzoso arribar a las Islas con mucho peligro y duró hasta que tomamos la costa de Cuba en donde vi una
ciudad yerma y despoblada de grandes edificios ( al parecer la Villa de Baranoa) que no habitaban en ella
sino lechuzas y otras aves, que en su prosperidad me dijeron haber sido la más poblada y cebada de naturales
que había habido ciudad de españoles en todas las Indias y que al presente no se hallaría un tan sólo natural de
aquella Isla y de allí pasé a la Isla Española en donde caminé por tierra más de ochenta leguas para venir a la
ciudad de Santo Domingo en donde estuve más de ocho meses esperando pasaje para estos Reinos y en las
ochenta leguas de tierra que atravesé hallé sitios y lugares de pueblos que habían sido de naturales, los cuales
estaban yermos y despoblados llenos de ganados silvestres y otras fieras del campo, que si no eran algunos negros
que por allí habitaban, un tan sólo natural que fuese de aquella tierra no pude ver y en un lugar de españoles
que había un ingenio de azúcar, hallé un viejo que me dijeron ser tan antiguo que alcanzó a ver aquella grande
isla en su prosperidad, al cual preguntándole yo por curiosidad, qué naturales tuvo aquella isla que tan yerma y
despoblada estaba, me certificó como cristiano y remitiéndome a los papeles de aquel tiempo en donde se podía
ver que sólo aquella isla, por los repartimientos que en cada español se hicieron, se había hallado número de un
millón y ochocientos mil naturales, de que me quedé admirado, en entender que en tan breve tiempo se hubiesen
acabado tanta infinidad de naturales y considerando en este terrible espectáculo, que dió gran lástima pensar que
lo mismo había de venir a mi patria y naturaleza y aunque en la tormenta y peligro que había pasado, temí de
navegar para estos Reinos, considerando en lo que tengo dicho, me causó doblado ánimo y esfuerzo para
proseguir mi viaje y gastar toda mi vida en él, hasta venir a dar cuenta a V. M. y no volver atrás, porque se me
representaba que si volviese atrás jamás Dios me haría bien, ni en ninguna cosa me ayudaría y ansí aporté al
cabo de tres años que salí de mi naturaleza a estos vuestros Reinos e hice lo que debía y era obligado, de donde
me ha redundado tanta persecución y trabajos como es notorio y todo lo doy por muy bien empleado y sólo Dios
me es testigo cuál es la causa que en esto me ha movido y ansí yo espero en su Divina Majestad remedio y
consuelo de todo lo que he padecido, pues ha sido servido de haberme librado de los mayores peligros que hombres
se pueden haber librado y me ha vuelto ante vuestra real presencia a donde me tengo por muy bien pagado y
satisfecho, porque a V. m. le cabe en esta causa su parte, como les cabe a aquellos míseros naturales y esto es
averiguando de dos que padecen en esta causa, el uno es V. M. y el otro nosotros miserables, porque esto se ve
por experiencia con los jueces que V. M. ha enviado para remediar aquella tierra, nunca hallan otro culpado ni
delincuente sino a V. M. porque todo se hace a costa y gasto de vuestras reales rentas y no averiguan ni
remedian cosa alguna y vienen a cargar por otra parte sobre el segundo paciente que son los miserables naturales
que nunca alcanzan remedio ni justicia de sus agravios, consumiéndose cada día como se consumen y acaban,
que mientras no envíe v. M. a remediar esto a costa de culpados y personas que tengan experiencia en las cosas y
negocios de aquellas partes, jamás V. M. tendrá hacienda ni justicia, ni vuestros vasallos vivirán en orden ni
gobierno, conforme a vuestra real intención y vendrán cada día a menos vuestros vasallos y rentas reales y
nosotros miserables en nuestras personas y vidas estará siempre muy encargado en vuestra real conciencia.
10° De cómo los naturales del Río Grande de la Magdalena se han acabado y empiezan
por otra Provincia.
De Río Grande de la Magdalena que tanto se ha procurado ansí por frailes como por otras personas y yo de mi
parte di memorial de ello a V. M. para que se atajase una crueldad tan terrible que los consumía y acababa
que era la boga, que es peor que forzados ni otros trabajos los mayores que puede haber en el mundo, jamás se
ejecutó ni cumplió lo que V. M. por muchas cédulas y provisiones tiene mandado cesase la dicha boga y perecen
del todo sin remedio y queda aquel río que estaba poblado de infinitos naturales que no cabían, yermo y
despoblado, que no se hallarán en él sino multitud de monos y otras bestias del campo y el remedio que buscan
ahora, que es digno de que V. M. lo mande atajar y remediar, es que como no hay naturales en el río van a
buscarlos cincuenta leguas a las sierras y los traen y hacen que sirvan como los demás han padecido, que con ser
naturales nunca lo pudieron sustentar menos los sustentarán los pobres serranos que los mudan de su naturaleza
que es fría y los traen a tierra cálida y enferma, por donde vendrán en breves días a perecer del todo los unos y
los otros, pudiéndose remediar con que anden en caballos y mulas, pues tanta cantidad hay de ellos en aquel
Nuevo Reino y muchas ciudades se obligan a sustentar recuas para ello y entiendo que sobre ello se ha pedido de
parte de las ciudades de Ocaña y Pamplona y la de Tunja que se hallarán en esta Corte las informaciones; en
camino muy bueno por donde se puede desechar y excusar la dicha boga, porque yo lo he andado personalmente y
en la ejecución de esto y atajar tanta crueldad se hará mucho servicio a Dios Nuestro Señor y descargará vuestra
real conciencia y se conservarán los que han quedado que creo que son contados o ninguno de los naturales, que
había más de cincuenta mil indios que eran.
12° De cómo son oídos los indios por la Real Justicia cuando se van a quejar a la Real
Audiencia.
Pues lo que pasa en la justicia que se les hace y cómo son oídos de aquellos para desagraviar de lo que piden y se
quejan, sabrá V. M. que informado alguno de estos míseros indios que V. M. tiene en Santa Fe personas que
les desagravien de los daños que se les hicieron y que esta es vuestra Real Audiencia el desventurado indio por
sus pecados, algún indio ladino o español doliéndose de ellos les da noticia de esto pensando que los favorece en
encaminarlos a quien los desagravie de lo que les ven padecer, no entendiéndolo que por el buscar la justicia les
hacen un mal, por que yéndose a quejar el miserable natural a vuestra Real Audiencia, viniendo a noticias de
66 Ibídem, p. 329. Cómitre. Persona que en las galeras vigilaba y dirigía la boga y otras maniobras y a cuyo cargo estaba
el castigo de remeros y forzados.
sus encomenderos o de quien los tiene a su cargo, para que no se le dé crédito a lo que el miserable indio dijere
alcanzan cartas de deudos y parientes de los Secretarios y Oficiales y otras personas que residen en aquella Real
Audiencia, diciéndoles que si por allá aportaren indios con quejas, entiendan que es maldad y mentira, porque
los naturales no querían acudir a la doctrina cristiana y porque idolatraban y hacían otras maldades, se
andaban huyendo y que no les diesen crédito ninguno y hacen esto con tan buena diligencia, que hacen a los
doctrineros que escriban lo mesmo, como por la mayor parte de estos clérigos y frailes procuran más de dar
contento a estos hombres crueles y no hacer lo que son obligados como sacerdotes, les dan cartas para ello, y el
desventurado indio llegando ante vuestros Jueces, como no saben hablar sino por intérpretes y por señas que
hacen, descubren sus espaldas que llevan bien señaladas de llagas y azotes y las manos y pies ni más ni menos
lisiadas de los tormentos que padecen, en el mismo instante que la pura fuerza de la justicia y la razón ayuda al
celo de vuestro Juez, por lo que el miserable indio les muestra y significa, entiende lo que quiere y pide con gran
ira se indigna el dicho vuestro Juez contra los que aquel agravio hacen y con intento de remediarlo hace llegar
luego intérpretes para que el miserable diga quien lo agravia y como la información de esto ha de pasar ante los
Secretarios y Oficiales de aquella Audiencia, luego saben de qué Provincia es y muestran las cartas y dicen que
por no le consentía idolatrías y hacer otras cosas contra la fe católica y que sobre ello les habían castigado y
perseverar en sus malas inclinaciones, se quejaban sus amos, y con estas diligencias claro se ve que han de dar
más crédito a los que se llaman cristianos y no a aquel que es idólatra y de mala inclinación, y ansí con la
misma furia que el mesmo Juez se movió a querer remediarlo, cob la mesma manda que luego le echen con el
diablo y le digan que vuelva a su natural a oír la doctrina evangélica y que si otra vez vuelve con aquellas
novedades lo harán colgar de un palo. El desventurado indio al cabo de su jornada se ve con este consuelo y
muchos de ellos no osan volver a su naturaleza, quejándose de los que le enviaron a la justicia y desesperan con
esto y se ahorcan, y ansí entienden que la justicia no es para ellos sino para los españoles y entienda V. M. que
cualquier Provincia que sea, de todo aquel distrito de vuestra Real Audiencia, se hallará estar ligados y
emparentados con los Secretarios y Oficiales que para la administración de la justicia residen en la dicha vuestra
Real Audiencia y siendo esto así, como es verdad, aunque vuestros Jueces quieran saberlo y remediarlo, está este
nublado y defensa tan terrible que hay entre la justicia de V. M. y los agravios que padecen aquellos miserables
naturales, que no se puede hacer efecto ni cosa que sea justa ni cristiana, ni los miserables alcanzan justicia,
pues si entienden y saben que indio ladino fue en alumbrar aquel mísero indio agraviado para que fuese a pedir
justicia, si fue indio ladino luégo le procuran haber a las manos y le hacen un juego que de allí adelante mentar
el nombre de V. M. y la Real Justicia no osan y si es español le hacen luégo cabeza de proceso de que anda
poniendo en malas costumbres a los indios y otras cosas que le arguyen y en dos palabras le destierran de aquel
Reino y aún le cuesta sus haciendas y lo mismo les sucede a algunos religiosos que con cristiano pecho les
favorecen y amparan y ansí aunque los hombres vean hacer moneda falsa y otros delitos contra vuestra Real
Hacienda y vasallos, no han de osar decir que es mal hecho, sino hacerse mudos los hombres porque se vea su
experiencia que cualquiera que le haya parecido mal lo que se hace contra vuestra Real Corona lo destruyen y
asuelan y hablo esto como testigo de vista, que ha pasado por mí y por otros que han venido a esta vuestra Real
Corona acudiendo a vuestro real amparo y Consejo de Indias, que si lo que en esta materia podría yo decir y
averiguar en estos reinos, sería nunca acabar si lo hubiera de escribir.
13° De un agravio que particularmente se hace a los caciques sobre los tributos que
han de pagar sus naturales.
Particularmente hacen un agravio muy notorio a los pobres caciques y es que como los pobres naturales por las
causas que están dichas y referidas en todo este memorial no pueden cumplir el plazo que les está señalado el
pagar el tributo a sus encomenderos, por lo que deben sus naturales, traen a los caciques y les tienen en las
cárceles públicas entre los negros esclavos y otras gentes que por delitos graves estén allí presos y con la hediondez
y molestia que allí padecen, muchos de ellos afligidos de verse así tratados, siendo como son nobles y regalados,
los más de ellos enferman y mueren, que es una cosa digna de que V. M. lo mande remediar, porque basta a los
caciques principales sacarlos de su naturaleza y detenerlos en las ciudades hasta que cumplan sus naturales con
lo que son obligados, que sobra prisión, porque sienten mucho de tenerlos fuera de su naturaleza, sin que se use
tan gran crueldad con ellos, habiéndolos de regalar y honrar por ser como son vasallos de V. M. y en aquellas
partes ser de los nobles de la tierra y V. M. tener obligación de lo mandar ansí, pues todos son vasallos de
V.M.
14° Del perjuicio que los indios han recibido en haberles encomendado a personas no
beneméritas y cómo ni más ni menos ha sido V. M. engañado en esto.
La más principal de las causas de crueldades y persecuciones y trabajos y menoscabos que hacen padecer y
padecen aquellos naturales del Nuevo Reino de Granada, han sido las encomiendas que se han hecho en
personas no beneméritas ni con quien V. M. habla porque se han hecho a criados y allegados de los que han
gobernado aquella tierra, que por modos ilícitos y contra lo que V. M. tiene mandado, se han hecho
encomiendas y puesto en cabeza de hombres muy bajos, así por casamientos como por otros medios, en gran
perjuicio de vuestro patrimonio real y como personas de las calidades que tengo dichas, entienden que tarde o
temprano lo ha de entender V. m. o los del vuestro Consejo y se ha de remediar y temiendo esto, como personas
que poseen con mala fe y en tanto perjuicio del real patrimonio, en el interin que les dura el favor o la posesión,
procuran de acabar los míseros naturales con excesivos géneros de granjerías y servicios personales en que les
consumen y acaban y esto es verdad y se hallará haber sucedido en estas encomiendas por los medios dichos,
calpisques67, arrieros, canoeros, fulleros68 y otra gente vagabunda que jamás ha servido ni sirve a V. M. ni tal
se hallará y como hombres de semejantes calidades y que no les obliga a seguir ni usar de alguna virtud, viven
con aquellos miserables indios como hombres sin Dios ni Rey, porque se desbaratan en sus conciencias, como por
sus obras y hechos se manifiesta que si a cualquiera de estos les hiciesen exhibir por qué orden alcanzaron
aquellas encomiendas que tienen, se hallará haberse hecho fraude al real patrimonio por modos ilícitos y con
colores engañosos, finalmente que en esto se averiguarán grandes fraudes, que debe de ser general en todas las
Indias, quitándolo a los que lo merecieron y a sus hijos y nietos y a V. M. que es digno de que V.M. lo mande
remediar. Asegurándome V. M. otros dos años de cueva yo diré cómo se atajará esto sin que ninguna de las
partes lo sienta y V. M. sea restituido en lo que le tienen usurpado.
15° De cómo quedando el Gobierno de la Audiencia por muerte del Licenciado Briceño
en los Licenciados Auncibay, Cetina y Doctor Mesa, robaron a los naturales sus
haciendas y sobre ello murieron muchos de los caciques e indios.
Demás de esto, por sus pecados o por lo que Dios Nuestro Señor es servido, estando yo ausente y en esta Corte
clamando por ellos, ante V. M. y ante los del Real Consejo de Indias, como parecerá por los escritos y
memoriales y querellas que di y presenté, se verá largamente de todo lo sucedido en el Gobierno de aquel Reino y
Audiencia Real por muerte del Presidente de ella, por los Licenciados Auncibay, Cetina y el Doctor Mesa,
hombres de poca edad y menos experiencia en el Gobierno de Indias, viéndose poderosos en el mando de todo
aquel Nuevo Reino, de tal manera que en ellos se sembró la codicia, que, buscando modos y maneras para que
pudiesen satisfacer y hartar su ambición y sed que tenían de oro y esmeraldas, so color de que idolatraban los
indios y que convenía al servicio de Dios y de V. M. quitarles los ídolos en que adoraban salió el uno de ellos
por la Provincia de Santa Fe y el otro por la Provincia de Tunja; hicieron las mayores crueldades y robos que
hombres han hecho, pidiéndoles a los miserables indios y caciques que exhibiesen ídolos de oro, dádoles tormento
de garrocha y de cuerda por los genitales y otra forma de tormentos ignominiosos, que muchos de ellos murieron
muerte natural y los que eran señores principales de verse ansí afrentados entre sus naturales, tenían por mejor
irse a los desiertos y ahorcarse de los árboles, desesperando de todo, como parecerá por bastante información que
67 Ibídem, p. 231. Calpixque. Capataz encargado por los encomenderos del gobierno de los indios de su repartimiento y
el cobro de los tributos.
68 Ibídem, p. 641. Fulero. Chapucero, inaceptable, poco útil. Dícese de la falsa, embustera o simplemente charlatana y sin
seso.
en esta Corte se hallará, que sobre ello hicieron el primer Visitador y el segundo, mas al cabo de lo que ves
católico Rey, los miserables murieron y sus haciendas les robaron, dejaron sus mujeres viudad, sus hijos
huérfanos y otras mil lástimas, porque viendo padecer en los tormentos los míseros indios a sus principales y que
la pretensión y fin de estos Oidores y sus criados y otras personas era el oro, por redimir a sus deudos y las
mujeres a sus maridos, quitaban las patenas y gargantillas y otras joyas que traían de oro en sus personas, las
cuales fundían haciendo carátulas y otras formas de ídolos para salvarlos si pudiesen y llegó a tanto desorden
esto, que cualquier español que tenía a cargo indios usaba de estos menesteres y granjerías y gozaban del tiempo
y sacaron de esta manera gran suma de oro, de todo lo cual ninguna cosa se manifestó para que de ella V. M.
fuese pagado de sus reales quintos, antes se solapó en no manifestarlo porque no se entendiese la cantidad que
habían robado a los pobres indios y usaron de un modo para distribuir esta suma grande de dineros; pregonaron
públicamente que cada uno pudiese marcar todo el oro que tuviese fundido sin pagar los derechos pertenecientes a
V. M., una cosa la más terrible y escandalosa que jamás en aquellas partes se había hecho, porque no se
contentaron con robar y matar a los miserables indios y caciques, sino que a V. M. usurparon vuestro real
patrimonio, porque resultó de semejante tiempo y libertad que cada cual tenía su fundición y aún marcas con que
marcaban barras y tejos fuera del ensayo y fundición de V. M. que de estas cosas y delitos y de otros
atrevimientos les supo tan mal la Visita que V. M. envió a aquel Nuevo Reino y sucedió lo que ha sucedido en
desobedecer a vuestro Juez Visitador y tener en tan poco vuestras reales firmas y quedar nosotros miserables
robados y destruidos, muertos nuestros deudos y parientes, que si V. M. esto no manda remediar, crecerá mayor
mal y los pobres lo sabremos de pacecer como siempre en nuestras personas y vidas y V. M. en vuestras reales
rentas y aún en vuestra real conciencia, porque todo lo que está dicho clama a Dios y a V. M. pidiendo remedio
y justicia.
16° De cómo ordenaron otro modo de rebusca, por sí a los míseros indios se les había
quedado algún rastro de oro.
Pues usaron de otro remedio y consuelo para los míseros indios por si les quedaba alguna rebusca y rastro de oro,
dio orden el Presidente doctor Armendáriz como Gobernador, que ningún indio trujese yegua ni caballo sin un
cierto yerro que inventó para aprovechar a sus criados y les señaló que por cada cabeza que herrasen llevasen dos
tomines de oro, que aún si se guardase como está dicho, era medio mal, mas so color de esto, salía la persona a
quien vuestro Gobernador quería aprovechar a usar del yerro por los pueblos de los indios y se hallará por
información en esta vuestra Real Corte qué se hizo por los Visitadores, llevar a peso de oro y otros robos que
hacían a los pobres indios so color de esta comisión; sacaron en ambas Provincias gran suma de oro, que es la
mayor lástima y crueldad que se puede pensar y ansí los míseros naturales con estas cosas y otras muchas que
especificarlas en particular sería prolijidad, están pobres y míseros que no pudiendo vestirse como solían de ropa
de algodón, que es lo que tienen, cubren ahora sus carnes con unas mantillas que hacen de lana y viven trabajosa
y miserablemente, como se puede ver todo a vista de ojos y esto ha causado mucha parte de afligirse los naturales
y acabarse viéndose tan perseguidos por tantos modos y maneras vejados y molestados.
17° De una orden que se dio para que los indios se alquilasen y el engaño que en ello se
hace a los pobres indios.
De más de lo que está dicho, usan una crueldad con aquellos miserables naturales del Nuevo Reino de
Granada, que tengo por mayor crueldad y robo público, que las que hasta aquí se han dicho y pasa en la
Provincia de Tunja donde yo soy Cacique, y es que los Gobernadores con buen celo, entendiendo sería en pro de
los naturales y república de los españoles, dieron orden que cada pueblo y cacique diese cierta cantidad de indios
que llaman mitayos69 para que en la plaza de la ciudad de los españoles se alquilen por quince días para que
provean a la ciudad de leña y yerba y otros servicios personales pagándoles su trabajo, con lo cual fuerzan a los
69 Ibídem, p. 883. Mitayo. Indios que en América daban por sorteo y repartimiento los pueblos para el trabajo. Indio que
llevaba lo recaudado de la mita.
pobres naturales a que lo cumplan y por los dichos quince días se les señaló cuatro tomines que llaman de oro
corriente, que es de una ley y quilates que jamás han visto cristianos tratarse semejante moneda, porque certifico
a V. M. que me aconteció sobre esto una lástima y simpleza con vuestros indios principales que a cualquier
pecho cristiano causará compasión entender lo que se usa con aquellos míseros naturales que aunque sea largo en
este capítulo para que V. M. entienda lo que pasa sobre esto, lo diré, y es cómo los indios no conocían la ley ni
quilate en este metal de que se hacía paga por el trabajo de los quince días de mitayo, hacía poco que se habían
repartido entre todos los indios que eran bautizados Bulas de la Santa Cruzada y sobre ello les había yo dicho
la mucha merced que por medio de V. M. el Santo Padre les hacía en enviarles tantas indulgencias y gracias
como se contenían en aquellos papeles y Bulas que les daban, que lo tuviesen a mucha ventura haber alcanzado
tiempos que nunca nuestros antepasados merecieron alcanzar ni gozar ni otras cosas que les día a entender,
como Dios fuese servido traerme a la memoria, y ansí no conociendo la ley en el dicho oro que por los quince días
les habían pagado a cada indio por su trabajo, acordaron preguntar que si aquel metal era de la tierra del Santo
Padre o cosa que por ello ganaban algunas indulgencias y perdones y que venían a mí para que les determinase
sobre ello porque si era ansí, sólo a los indios bautizados les competía y obligaba aquella servidumbre y trabajo
de los dichos quince días, y como yo ví que era maldad del que les había hecho la paga, viendo que era el metal
que me enseñaron pedazos de candelero que les habían hecho recibir por paga en lugar de oro y luego les
desengañé, diciéndoles que era mal hecho, que no era ninguna cosa de las que pensaban y la intención del
Gobernador de V. M. era que se les pagase por su trabajo en muy buena moneda de oro y no en aquel falso
metal y les dije que daría noticia de ello y de otras cosas que sobre esto pasaban a vuestra Real Audiencia para
que lo remediasen y ansí lo hice, siendo Presidente en aquel Reino el doctor Venero de Leyva, como parecerá por
los escritos y pedimentos que hice, porque los trabajos que en esta perversa orden, demás de estos engaños que les
hacen por ser simples y miserables, les lastima lo que usan con ellos, porque sabrá V. M. que usan los españoles
y aún los clérigos en ellos una granjería excesiva de ganancia, de alquilar indios mitayos que por los quince días
que los alquilan por los dichos cuatro tomines, los ocupan en cosas y servicios que les sale al cabo de ellos a más
de ochocientos por ciento, porque hacen que el pobre indio traiga por cada un día una madera para maderar
casas, la cual, el alquilador la vende por cinco o seis tomines de buen oro y aún más, y como el miserable indio
piensa que este servicio es deuda de obligación forzosa que ha de cumplir, el que tiene parientes ocupa en todos
aquellos quince días su parentela de acarrearle esta madera y cumplen con lo que les piden y ansí se ayudan
unos y otros, diciendo que por su tasa pasarán lo mismo por ellos, y el que no la tiene, alquila otros que le
ayuden y le cuesta al miserable indio al tres doble de lo que paga de tributo, y si es indio pobre y no
emparentado, es la mayor lástima de la forma que padece, porque me ha acontecido topar indio en el camino de
estos alquilados, llevando la carga de trecho en trecho, yendo y viniendo para acercarse a la ciudad, no teniendo
persona que le ayude sino su mujer y un hijuelo que llevaba la comidilla y un hermanillo a cuestas y del trabajo
la pobre mujer haber malparido y tenerla junto al camino real muriendo el desventurado indio, afligido, viendo
que por tres partes le amenazaban tres sentencias, a la una, que si no llegaba a la ciudad al tiempo que era
obligado, el Administrador lo había de azotar amarrado en el rollo, como lo tienen de costumbre, faltando de
esta cruel y perversa servidumbre, y la segunda, ver perecer a su mujer en aquel desierto, que era en donde hace
un frío intolerable, y a la tercera, el temor que tenía del doctrinero que le había de azotar porque sacó el hijo de
la doctrina para que le ayudase, que en la ley divina y humana les estaba bien permitido valerse de sus hijos, y
al cabo de todo esto, no poder remediar el miserable indio ninguno de estos trabajos y viendo semejantes
crueldades forzado de esta compasión y lástima de aquellas miserables personas, les iba a la mano y les decía a
vuestros Jueces que se remediase porque era un proceder de consumirlos y acabarlos, y ansí por volver por ellos y
procurar de que se cumpliese vuestra real intención en aquello que habla sobre el aumento y conservación de los
naturales, nació contra mí el odio que siempre han tenido los que ansí maltratan y consumen aquellos
naturales, mostrándolo bien en los trabajos y persecuciones que he tenido, sólo por esto y por darles a entender a
aquellos pobres indios que tenemos Dios y un Rey cristianísimo, que de semejantes cosas y engaños y robos no
son servidos y que sobre ello están ordenadas leyes y ordenanzas en todo cristianísimamente proveídas para la
conservación, paz y quietud en todos sus reinos y señoríos y odiado por esta asistencia y celo.
18. De cómo la tierra quedó en mayor opresión que jamás ha estado por las pasiones de
los Jueces.
Pues el remedio que al presente tienen en el dicho Nuevo Reino de Granada con los Jueces nuevos que enviaron
para atacar y remediar lo que está dicho, certifico a V. M. que casi no oso tratar de ello, que parece que por los
pecados de aquellos míseros naturales sucede y se rodean las cosas, de forma que aunque los hombres recibamos
mil agravios por las personas que de acá son enviadas y las signifiquemos acá de la forma que realmente pasan y
suceden, entiendan los que no oyeron semejantes quejas y peticiones, no ser ni pasar ansí, y que hablemos y nos
quejemos de vicio, considerando que ninguna cosa nos contenta, y porque sabrá V. M. que si los que precedieron
a vuestro Visitador fueron crueles y desobedecieron vuestros mandatos y aporrearon y maltrataron a vuestro
Visitador, los que le sucedieron y están al presente en aquella Audiencia, especialmente un Licenciado Salazar,
que es el que preside, ha dado en perseguir y destruir y afrentar a todos aquellos que fueron en favor de vuestro
Visitador y obedecieron vuestros mandatos, que no ha sido parte el segundo Visitador para remediarlo, porque
fue muy público ansí como llegaron a sucederles en las plazas, los que habían estado en ellas viendo que habían
errado contra V. M. temiéndose del castigo que por sus delitos y culpas merecían, se postraron a los pues del
dicho Licenciado Salazar llorando y diciendo que en su mano estaba su remedio, y edificó tanto en él esta
humildad que le hicieron , que luego puso por obra el dicho Licenciado Salazar a hacer por aquellos que
desobedecieron vuestras cédulas y pisaron vuestra justicia y destruyeron vuestros vasallos en la honra, hacienda y
vidas y atemorizó la tierra con perseguir a los que habían servido y padecido por V. M. y que ninguno osase a
pedir contra los que tanto mal y daño hicieron y ansí se hallará ser verdad que mostrando la tierra mucha
alegría y contento con los Jueces nuevos que V. M. había enviado a tiempo qye tanta necesidad se tenía de ellos,
dijo un desventurado español: "Bendito sea Dios que tenemos justicia en la tierra!!" y acertó estar allí un criado
del dicho Licenciado Salazar que le replicó diciendo: "Que cómo antes no la había habido". Y respondió el
desdichado como tengo de vista: "No por cierto, porque hasta aquí los hombres no vivíamos seguros en nuestras
casas ni obedecían cédulas del Rey ni a sus Jueces, porque a su Visitador lo prendieron y le pelaron las barbas y
le encerraron en donde ni veía sol ni luna y amanecían Oidores y Secretarios muertos que decían que les había
dado apoplejía y a otros que sobre un plátano bebió agua de que habían muerto". Y hablando este hombre
simplemente la verdad porque ansí había pasado, fue luego a decirlo al dicho Licenciado Salazar y sin más
réplica lo hizo subir en una bestia y le dieron doscientos azotes por las calles que, sabido lo era, no fue parte el
nuevo Visitador para impedirle, por ser el tiempo que era, siendo una cosa como fue tan sin consideración y
fundamento y que no servía más que para escandalizar y aterrorizar la tierra y que nadie no osase pedir contra
los Jueces pasados, no paró en esto, que para más claro mostrar su intención, a un Notario del Santo Oficio de
la Inquisición que habían tenido preso y mandándolo atormentar por los fines que a los Jueces pasados les
pareció, quejándose éste tal ante los Jueces nuevos, significando el agravio que se le había hecho, el dicho
Licenciado Salazar señalándose entre los demás, le amenazó que le haría dar doscientos azotes y este fue el
consuelo que le dieron de lo mucho que padeció el pobre hombre en vuestro real servicio, y estando asimismo con
los demás presos un sobrino del Licenciado Monzón (Don Luis), vuestro Visitador, viendo que se afligían
todos los presos al cabo de tanto tiempo que padecían esperando el remedio, les consolaba en semejantes
respuestas escribiendo un billete al dicho Licenciado Salazar dándole cuenta del desconsuelo que tenían los
pobres presos habiendo esperado con tanto trabajo el consuelo que por V. M. se esperaba y el billete escrito por
una orden muy cristiana suplicándole se compadeciese de ellos, luego inmediatamente el dicho Licenciado
Salazar, formó que había sido desacatado haberle escrito sobre aquello por billete, sin más causa ni razón
condenó al sobrino de dicho Visitador en seis años de galeras y sacado a la vergüenza, y por esta orden a un
Sotelo, que es procurador desde que se fundó aquella vuestra Real Audiencia y ha servido muy bien y siendo de
los primeros conquistadores, por haber sido parte de vuestro Visitador y pedido justicia en la dicha Visita, le
privó y quitó el oficio de tal Procurador, so color de lo que a él le pareció, porque a todos los que habían sido en
favor de la Visita, les procuró buscar delitos y procesos de tiempos pasados para so color de ellos, destruirlos y
asolarlos, como lo hizo con vuestro Tesorero, Don Iñigo de Aranza, que por haberse mostrado muy servidor de
V. M. le achacaron ciertos delitos y acumularon procesos de ahora veinte años, y a un Gonzalo Velásquez de
Porras porque pidió justicia ante el Visitador contra los Jueces pasados, le arguyó que era hombre amancebado y
lo tuvo tres meses con unos grillos que bastaba un destierro o pena pecuniaria, cuando fuese verdad semejante
delito, siendo hombre casado y viejo y hacer tanto tiempo que se servía en aquella vuestra Real Audiencia, el
cual no contento con esta molestia, le privó del dicho oficio de portero y quedó en este estado harto afligido y
miserable, y para que en todos los géneros de gentes y naciones cesasen el pedir agravios contra los Jueces pasados,
pidiendo yo justicia ante él sobre ciertos agravios que los naturales de mi cacicazgo recibían, que por Cédula de
V. M. mandaba fuesen desagraviados, presentando la dicha vuestra Real Cédula, en cumplimiento de ella
respondió lo que V. M. verá por un testimonio que de ello pedí al escribano de vuestra Real Audiencia, sin más
causa ni razón, como ciego de notoria pasión e interés que tomó contra vuestros vasallos y prosiguiendo su furia,
ni más ni menos, a un cacique del pueblo de Sopó que es de los principales que hay en aquel valle, porque llegó a
sus aposentos un mozuelo alguacil que iba a una comisión y maltrató a unos indios, que es cosa muy usada,
llevando varas semejantes mozuelos, so color de ella hacer mil agravios a los pobres indios, el desventurado
cacique le fue a la mano diciendo que no los maltratase pues V. M. había enviado justicia a la tierra y que no
pensase que era como lo pasado que andaban con capitanías de soldados robando y destruyendo los pueblos sin
fundamento alguno más de por pender al Visitador del Rey y acertó a ser el dicho alguacil paniaguado70 de los
Jueces pasados, el cual, no contentándose con haber maltratado el dicho Cacique por las razones que le oyó
contra los jueces pasados, hizo relación de ello al dicho Licenciado Salazar y como fue cosa que había tocado en
la testa, luego dio orden de que se hiciese cabeza de proceso contra el desventurado cacique, arguyéndole que
había sido inobediente a la justicia y sin más réplica, el dicho Licenciado Salazar hizo que a este señor principal
se le diesen doscientos azotes por las calles públicas y ansí se ejecutó, que fue una cosa que jamás han hecho
vuestros Gobernadores, que causó grande lástima ver el llanto que hacían sus vasallos por las calles viendo a su
cacique ansí enfrentar tan públicamente que muchos de ellos se ofrecieron a recibir cada uno de por sí lo que su
cacique había de padecer o que lo pusiesen en precio, que ellos lo rescatarían aunque diesen y empeñasen sus
hijos, y fue muy notado que no bastaron estas lástimas para atajar la crueldad y la ira del dicho Licenciado
Salazar, no mirando que aquel cacique aunque fuera verdad lo que con maldad le argüían, lo había hecho como
persona libre y a un mozuelo de poca suerte, que bastaba por ello a una condenación pecuniaria y cuando mucho
destierro de su cacicazgo algún tiempo, pues él favorecía y no tenía por inobediente el haber pelado las barbas y
arrastrado a vuestro Juez Visitador y no haber obedecido vuestras cédulas y firmas reales, más como está dicho,
fue con fines muy profundos, porque hasta dignidades, clérigos y frailes que él entendió haber sido en favor de la
Visita, los afrentaba de palabra y por otros modos con tanta libertad que escandalizó y atemorizó todas
aquellas Provincias, que aunque le hubieran hecho los mayores agravios y muerto todo su linaje, nadie
procuraría de buscar remedio para ser desagraviado y ansí cesó naturales como no naturales el no boquear más
ni decir que habían recibido agravios por los Jueces pasados, sino callar y mirar al cielo y desear la presencia de
V. M. y yo que esto digo, lo hice ansí, que aunque fuí el más lastimado, porque mataron a un hermano mío y
destruyeron nuestras haciendas, que eran las mejores que había en aquel Reino, dejando su mujer viuda con sus
hijos huérfanos por criar, muy pobres, que son mis sobrinos y a mí me asolaron del todo, que sólo Dios me libró
de ellos en una cueva dos años, en donde esperé el remedio que por V. M. todos esperábamos; no solamente no
osé pedir el castigo de la muerte del dicho mi hermano ni los daños y agravios que me habían hecho, más decir
que había sol, no osé boquear, porque no veía la hora de apartarme de ellos y parecer ante V. M. y ante los de
vuestro Real Consejo de las Indias, en donde espero ser oído y desagraviado con muy cumplida justicia, la cual
humildemente pido a V. M. así por mí como por los demás que por este memorial parecen padecer, pues en ella
se hará mucho servicio a Dios Nuestro Señor y se descargará vuestra real conciencia y aquella miserable tierra y
Provincias se convalecerán e irán en aumento y no en tanta disminución como cada día vienen de que es muy de
servicio de Dios Nuestro Señor y de V. M.
70 Ibídem, p. 969. Paniaguado. Servidor de una casa, que recibe del dueño de ella habitación, alimento y salario. El
allegado a una persona y favorecido por ella.
19° Satisfacción que el Cacique hace por si hubiere alguna duda en alguna cosa de esta
relación.
Habiendo visto vuestra Majestad por este memorial lo que padecen los naturales de aquel Nuevo Reino, se
podría en alguna manera dudar considerando de qué en efecto han sido los Visitadores que de la Real
Audiencia han salido a visitar las Provincias como está ordenado salga siempre a visitar el Oidor más moderno,
satisfaciendo a esta consideración, de más de lo que podría satisfacer con sólo remitirme a las informaciones que
sobre lo tocante en esta relación están presentadas en este Real Consejo, más para que V. M. entienda mejor,
cómo en ninguna manera los tales visitadores jamás han podido averiguar la verdad de lo que los indios padecen
y son tratados por las grandes inteligencias y cautelas con que los dichos encomenderos han engañado a los tales
Visitadores, quiero poner dos engaños notables que por un encomendero fueron hechos a dos Visitadores que
fueron , el uno, el Licenciado Angulo y el otro el Licenciado Cepeda, yendo a visitar la Provincia de Tunja, en
donde yo soy Cacique y pasó en esta forma:
20° De cómo los indios son engañados por ser miserables y simples. Dice de dos
engaños que un encomendero hizo a dos Visitadores.
Sabrá V. M. que informado este vuestro Real Consejo por frailes y clérigos de cómo los indios de aquella
Provincia, contra lo ordenado y mandado por V. M. lo consumían y acababan en el Puerto del camino de
Vélez del Río Grande que entonces era la descarga de las mercancías de aquel Reino a donde por no poderse
andar con arrias de caballos los encomenderos enviaban de mil en mil los indios para llevar a cuestas las
mercancías y como era tierra cálida y muy doblada y los indios ser de tierra fría, no volvía la tercia parte de
ellos, envió V. M. sobre esto una Cédula en que mandaba saliese un Oidor de la dicha Real Audiencia a
visitar aquella Provincia y castigase lo que en esto eran culpados y en todo pusiese remedio para la conservación y
buen tratamiento de los indios, y a esta ejecución salió el Licenciado Angulo y entendido por un encomendero de
la dicha Provincia que había consumido la mayor parte de los indios que tenía en encomienda en el dicho
Puerto, y que sin duda lo privaría de la renta que le daban si el dicho Oidor sabía la verdad y para remediarlo
usó de una prevención diabólica, que antes que el dicho Visitador entrase en la dicha Provincia, fue al pueblo de
su encomienda e hizo rebusca de indios que le habían quedado y juntos díjole a sus principales que sólo los
había hecho juntar para avisarles de una cosa que a ellos les convenía mucho, la cual era que un Oidor había
llegado de estos Reinos de España y que había dejado una cantidad de ropa que tenía en el puerto de Vélez y
que para hacerla traer venía él en persona a la dicha Provincia a informarse qué pueblos de indios
acostumbraban a dicho Puerto, para que fuesen a traer la dicha ropa y que pareciéndole a él que en los viajes
que ellos habían hecho se morían por el camino, por remediarlos de este peligro había dicho que sus indios no lo
acostumbraban a andar ni sabían del camino, porque los quería conservar y mirar por ellos y ansí ni más ni
menos lo dijesen ellos, que jamás habían ido al Puerto y que con esto se reservarían de aquel trabajo; los
miserables indios, entendiendo esto por su encomendero, no solamente le agradecieron, más los principales le
ofrecieron presentes y le rogaron y persuadieron que no se mudase de aquel propósito, que ellos le servirían en su
tierra en todo lo que les quisiese ocupar, pagando sus tributos y guardando sus ganados y que de ellos hiciese lo
que quisiese y no consintiese que el dicho Oidor los enviase al Puerto donde pereciesen como perecieron los demás
sus parientes y amigos. El dicho encomendero les dio su fe y palabra, que por su parte no consentiría semejante
cosa, que les avisaba de una cautela que el dicho Oidor había de usar con ellos, por hallar los indios que habían
ido al camino del Puerto les había de hacer entender que venía a castigar al encomendero que hubiese enviado
indios al Puerto y que se lo haría pagar de sus bienes y hacienda a las madres y a los padres y a todos aquellos
que les hubiese muerto pariente o amigo y para que entendiesen que era ansí, le confesasen la verdad de cómo
sabían el camino para enviarlos luego por la dicha ropa, que estuviesen alerta; los pobres le replicaron que como
él no le dijese al Oidor, que por su parte a ellos les convenía negarlo, y hecho esto entró el dicho Visitador en la
dicha Provincia y yendo particularmente a este pueblo, hizo llamar al cacique y a los demás indios y por
intérpretes el dicho Oidor les dijo a lo que iba y que le dijesen la verdad cuántas veces los había enviado su
encomendero al Puerto y cuántos indios habían muerto; los pobres con la prevención de su encomendero, negaron
en tal forma que aunque los pusieran a tormento no los confesaran, y como el dicho Oidor visto aquello y que
aquel encomendero era uno de los que él llevaba en la memoria de los culpados, sospechando que los había
amenazado, dijo a los indios que no tuviesen temor de su encomendero ni de alguna amenaza que les hubiese
hecho para que dejasen de decir la verdad, que él los desagraviaría, persuadido de esto el dicho Oidor, diciendo
que los indios de su encomienda se quejaban de que les persuadía a que dijesen contra él lo que no había ni
pasaba y ansí viendo esto y que no podía averiguar más, el dicho Oidor pasó adelante a los demás pueblos, que
por el mismo rastro estaban prevenidos por sus encomenderos.
21° Del segundo engaño para que los indios manifestasen muchos tributarios no los
teniendo.
En la visita que hizo el Licenciado Angulo, como no parecieron los indios personalmente, sino por los números
que los encomenderos les hicieron dar a cada cacique, no dándoles a entender con qué fin se hacía la dicha visita
dijeron número de dos tercios más de indios de los que realmente tenían, con el cual engaño fueron muy cargados
en los tributos, como en un capítulo pasado está referido y como esta maldad fuese tan notoria y divulgada por
algunos religiosos para que se remediase y entendiese por la Real Audiencia, envió a visitar a la dicha Provincia
al Licenciado Cepeda que era Oidor, al cual se le dio instrucción de que en cada pueblo se visitasen
personalmente los indios, porque no hubiese fraude en el número de ellos y se reservasen los viejos e inútiles que
no podían dar tributo y averiguarse el engaño que con ellos se hizo en la Visita pasada, para que se castigase y
llegado a la dicha Provincia el dicho Oidor, hizo llamar a todos los encomenderos y les dio a entender a lo que
V. M. le había enviado y que él quería personalmente hacer descripción de los indios que cada pueblo tenía y
que para que mejor se hiciese lo que pretendía, cada encomendero hiciese memorial de los indios que tenía
casados y que pudiesen pagar tributo para que con más brevedad se hiciese, y ansí con mucha diligencia cada
cual fuese a su repartimiento a hacer sus memoriales y el encomendero suso dicho, como le fue bien en la
Visitada pasada con la prevención que hizo en tanto perjuicio de los pobres indios, que no solamente los había
engañado en la otra Visita, como está dicho, pero en el número que les hizo dar fue muy excesivo al dar dos
partes más de los que tenía por disimular la poca cantidad de indios que le habían quedado y porque se le
acrecentase el tributo habían sido muy damnificados, y para soldar esto y sacar todo el número que a él le
pareciese personalmente ante el dicho Visitador, usó de este ardid: cargó seis caballos de mercadurías de España
que eran lienzos, ruanas71, botones colorados, cuchillos y machetes, hachas, paños de grana y otras granjerías de
que los indios apetecen y fue con toda esta mercaduría al pueblo de su encomienda y en una casa, al modo de
una tienda, expuso y colgó todas aquellas mercadurías e hizo llamar a los caciques con sus indios y estando
todos juntos, apareció ante ellos el dicho encomendero, fingiendo tener gran tristeza, y como los desdichados indios
no sabían a qué eran llamados, y teniendo a la vista aquellas mercaderías, ostentosamente presentada la forma
que estaban en la dicha casa y encontrar entre ellas cosas que todos apetecían, y por otra parte al dicho
encomendero vestido de luto y suspirando, desearon tener el fin que este entremés tenía, lo cual el dicho
encomendero no se lo había querido decir, hasta que por ellos fuese movida ocasión y por los indios ladinos, sus
propios criados, se les diese a entender; los caciques le preguntaron por quien traía aquel luto y dando grandes
suspiros, díjoles que por un grande amigo que se me ha muerto en España, que se llamaba Pedro Valenciano,
que vosotros bien conocéis porque fue vuestro primer encomendero y al tiempo de su muerte, recordando algunas
demasías que con vosotros hizo, para que Dios hubiese mérito de su ánima, mandó que se restituyese a este
pueblo cierta cantidad de dinero, para lo cual mandó el Rey a este Oidor que ahora ha de venir aquí, y les
trujese empleados en ropa para distribuirlas entre todos vosotros; y ansí he traído esta ropa que vosotros véis en
esta casa por mando del Oidor y he de hacer un memorial de cuantos indios sois, para que por sus nombres los
haya de llamar a cada uno individualmente y al que fuere casado se le dará más parte y al que mayor familia
71 Ibídem, p. 1161. Ruana. Especie de capote de monte o poncho. Tejido de lana. Manta raída. Tela de algodón
estampada en colores que se fabrica en Ruán, ciudad de Francia.
tuviere, mucho más, de manera que se reparta esta ropa entre todos vosotros y a cada uno se le ha de dar su
parte de la suerte y manera que pudiere, que por eso el Rey mandó a ese Oidor traer todos los géneros de cosas y
ansí conviene que sin falta vengáis todos aquí, para que se haga el memorial y no falte ninguno porque mejor se
descargue la conciencia del pobre difunto Pedro Valenciano. Con este parlamento los miserables indios quedaron
muy admirados y gratos por la restitución que les había hecho
Y como era verdad que dicho Juan Valenciano había sido el primer encomendero de aquellos pueblos,
creyéndose así se movió entre ellos un bullicio de que su parte había de ser en lienzo, según unos; y otros querían
su parte en hachas para cortar leña y otros en cuchillos y machetes y los que eran capitanes querían su parte en
paños de grana y botones, y finalmente que cada cual pedía lo que más apetecía y deseaba tener y ansí los que
tenían conocidos en otros pueblos hicieron venir y que dijesen que eran igualmente vecinos del mismo pueblo y que
pidiesen tal presea, concertándose entre ellos la parte que cada cual debería pedir.
De tal manera se movió esa codicia entre ellos, que muchos de ellos iban a preguntar al encomendero, que si uno
tuviese tres o cuatro hermanos, si a todos les había de dar parte de la restitución y el dicho encomendero les decía,
que como fuesen de veinte años arriba, aunque fuesen hijos, había de llevar tanta parte como el que más y con
esto hubo indio que trujo de diez o quince leguas forasteros de la edad dicha, a los cuales les hacía decir ser hijos
suyos o hermanos, con tal que partiesen. Hízose una junta con la codicia que el encomendero les presentó con la
dicha invención, que no siendo el pueblo de 400 vecinos, halló personalmente 1800 indios, el cual como él sabía
que no podía tener tanta cantidad y que cada día aparecían muchos para que los asentase en el memorial, dijo a
los caciques que le esperasen que no habría harta ropa en aquello que había traído para cumplir con todos y que
se quería llegar a donde estaba el Oidor para que hiciese traer más e ansí que ninguno faltase de los que estaban
en el memorial para cuando el Oidor viniese, porque no fuese menester hacer otro memorial y se le mudase el
propósito al dicho Oidor y dejándoles con este engaño el encomendero, llevóse su memorial y lo exhibió ante el
dicho Visitador, que no pocos fieros y aspavientos hizo con el memorial contra los que habían publicado que los
indios habían sido engañados y otras cosas, dándoles a entender que aquellos eran los que habían sido
engañados y no los indios y como esto se había de dar a entender por intérpretes, grande fue el engaño que el Juez
del Rey padeció y los pobres indios también porque lo que el Juez dice no se les declara, ni lo que los indios dan
a entender al Juez, porque para éstos sobornan a los intérpretes grandemente y con esto, exhibido el dicho
memorial, el Visitador fue al pueblo del suso dicho y halló toda la cantidad que en el memorial se había escrito,
esperando su restitución y otros más que tenían prevenidos, costeando a los que eran forasteros más tiempo de
quince o veinte días y con la llegada del dicho Oidor tuvo inteligencia en dicho encomendero e intérprete para
hacer entender a los indios y habiendo comunicado el número de ellos con el dicho Oidor, por si habría bastante
recaudo para todos, le había dicho que él quería ver todos los que estaban en el memorial y que no habiendo
para todos no se les repartiesen porque no hubiese división entre ellos y que tenían por mejor acordado de que
trújense la demás ropa que quedaba en la costa para que todos fuesen iguales y con este embuste los indios
pasaron personalmente y sin que el Juez entendiese la maldad que hubo en ello se pasó de largo, y si lo entendió,
lo disimuló como lo suelen hacer, que por no tener enemigos en sus residencias no los osan enojar y permiten más
agraviar al indio, que no les ha de pedir nada, como al encomendero que es poderoso, ansí quedaron los indios
con la costa que hicieron a los forasteros y cargados de tributos por el número que dieron de indios sin tenerlos.
Por estos dos engaños que a estos dos Visitadores hicieron, puede ver V. M. que lo mismo se usa con los demás
al tono de esto, que sería nunca acabar especificarlos.
22° De cómo el Cacique habiendo hecho esto como tal Cacique descarga su
conciencia.
Esto es Católica Majestad, lo que pasa y se acostumbra con aquellos míseros indios, que son vasallos de V. M.
como los demás naturales de Castilla; y que si no se remedia y ataja este veneno, que tan aprisa consume y
aniquila a los indios, en breve tiempo quedarán yermas y despobladas de naturales todo el territorio de aquellas
Provincias, que han quedado como las demás que se ha dicho; y el Real Patrimonio de V. M. vendrá a menos,
porque no habiendo naturales no habrá rentas ni aprovechamiento alguno de aquellas tierras. Y ansí por lo que
ha convenido y conviene al servicio de Dios Nuestro Señor y al de V. M., y en de cargo de mi conciencia, como
uno de los Caciques de aquella tierra, hago este memorial por la obligación que tengo.
Fecha en Madrid, año de mil y quinientos y ochenta y cuatro. Don Diego de Torres, Cacique."72
Después de todo el texto del memorial, aparecen otros dos cortos documentos, que se
conservan en el Archivo General de Indias, Patronato número 196 y en el Fondo sobre la
Audiencia de Santa Fe, número 528, libro 1°, página 110 v. y que aparecen firmados por el
secretario de Felipe II y por el mismo Rey de España:
"Este memorial se vio por S. M. y los señores del Consejo y mandaron dar Cédula de S. M. para que se envíe
al Presidente y Oidores del Nuevo Reino de Granada para que vean todos los capítulos que en él hay y muy
particularmente de lo en ello y en cada uno de ellos contenido y hagan la averiguación cerca de ellos necesaria y
todo ello con su parecer lo envíen a S. M. y al Consejo para que en él visto se provea lo que convenga. En
Madrid a 22 de enero de 1586 años. El doctor Núñez. Ante mí, Juan de LEDESMA."73
"EL REY. Presidente y Oidores de mi Audiencia Real que reside en la ciudad de Santa Fe del Nuevo Reino
de Granada. Con esta os mando enviar un memorial de capítulos que dio en nuestra Corte don Diego de
Torres, Cacique de Turmequé de esa tierra, de algunas cosas en que refiere son agraviados los indios de ella;
como entenderéis por el dicho memorial que fue visto en mi Consejo y porque quiero ser informado de lo que pasa
en lo contenido en los dichos capítulos y cada uno de ellos, luego como recibiéredes esta Cédula y el dicho
memorial le veréis y muy particularmente os informareis y haréis averiguación de todo ello y hecha me la
enviareis en la primera ocasión con vuestro parecer juntamente con el dicho memorial dirigido al dicho Consejo
para que visto en él se provea lo que convenga. Fecha en Valencia a primero de febrero de mil y quinientos
ochenta y seis años. YO EL REY. Por mandado de S. M., Antonio de Eraso."74
Admirable y verdaderamente una joya testimonial de los acontecimientos ocurridos durante los
primeros años del Nuevo Reino de Granada, son los que encontramos en este Memorial de
Don Diego de Torres y Moyachoque, Cacique de Turmequé. Es además un documento que
presenta ese "Encuentro de Dos Mundos" en el que se convirtió el siglo XVI, que supone no sólo
unos supuestos esenciales de novedad y de cambio, sino también los planteamientos básicos de
una realidad espititual y una unión en la Fe que tanto preocupa a Don Diego en su Memorial.
72 TORRES Y MOYACHOQUE, Diego. Memorial al Rey Don Felipe II. Archivo General de Indias, Sevilla, Sección de
Patronato, legajo 196, R.16 y legajo 231. Confrontar con ROJAS SOLER, Ulises, “El Cacique de Turmequé y su época”,
pp. 417 a 450; y con CÁRDENAS ACOSTA, Pablo E., en Repertorio Boyacense, pp. 298 a 330.
73 Ibídem, p. 451. Confrontar en el Archivo General de Indias de Sevilla, Sección Patronato, legajo 196.
74 Ibídem, p. 451. Confrontar en el Archivo General de Indias de Sevilla, Sección Audiencia de Santa Fe, legajo 528,
libro 1°, p. 110 v.
López de Gómara, en su Historia General de las Indias, dijo: "La mayor cosa después de la creación
del mundo, sacando la Encarnación y Muerte del que lo creó, es el descubrimiento de Indias, y así las llaman
Nuevo Mundo”76. Esta cita, significa ni más ni menos, que al comenzar España el dominio de la
mayor parte de este Mundo Nuevo, se inicia también una serie de problemas que tuvieron de
ser solucionados de una manera especial. Por tanto, sobre este segundo capítulo, nos
referiremos en parte a las instituciones y órganos directivos de España durante la época de la
conquista, y sobre las normas que se expidieron en lo referente a la administración del Nuevo
Mundo, para entrar posteriormente en la actividad de Ginés de Sepúlveda y Las Casas, frente a
la situación del indio americano, y desenvolver más adelante, nuestra madeja sobre el Cacique
de Turmequé.
Al dominar España rápidamente la mayor parte del Nuevo Mundo, se inicia una amplia e
intensa labor colonizadora, cuyo ejemplo, aunque con menor impulso por entonces, siguen
otros reinos, y así se forman los dominios europeos de las Indias Occidentales, que a poco más
de tres siglos, se convertirían en un complejo de nuevas nacionalidades.
Mientras esto ocurría, el gobierno del Nuevo Mundo era ejercido directamente por las
autoridades que ya existían o se fueran creando para dirigirlo. De entre ellas, hay que destacar -
en el siglo XVI- las tres principales: el rey, el Consejo de Indias y la Casa de Contratación.
EL REY:
Durante los primeros cien años del Nuevo Mundo, descontando a los Reyes Católicos y a
Doña Juana, dos monarcas ocupan el centro de la escena durante toda aquella centuria: Carlos
V (1516 a 1556) y su hijo Felipe II (1556-1598).
Del primero, podríamos tan sólo decir, que nacido en Gante el 24 de febrero de 1500, fue
Don Carlos coronado Rey de las Españas desde el 5 de abril de 1517, como asociado al Trono
de su madre, incapacitada por demencia. Se le coronó como Titular del Sacro Imperio Romano
Germánico, en Aquisgrán el 22 de octubre de 1520, siendo además Duque de Borgoña, Rey de
Lombardia y de los demás Estados patrimoniales de los Habsburgo, Rey de Aragón, de León,
de Navarra, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de
Cérdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Albarves, de Algeciras, de
Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, de las Islas y Tierra
Firme del Mar Océano, Duque de Atenas y de Neopatria, Conde de Barcelona y del Rosellón,
Señor de Vizcaya y de Molina 77, tanto que el sol, nunca se ponía en sus dominios. Esto le
obligó a estar fuera de España durante la mitad de su reinado, haciéndole adquirir una
mentalidad europeísta, que aspiró a la instauración de un mundo cristiano. Para ello, tuvo que
75 KUNZ, Josef L. La filosofía del Derecho latinoamericana en el siglo XX. Editorial Losada, S.A., Buenos Aires, 1951,
p. 17.
76 TUDELA, José. El Legado de España a América. Ediciones Pegaso. Madrid. 195, p. 2.
77 GONZALEZ-DORIA, Fernando. Diccionario Heráldico y Nobiliario. Editorial Bitácora, Madrid, 1994.
luchar, prácticamente de manera permanente, contra Francia, los protestantes y los turcos.
Como rey, fue "de espíritu decidido, realizador, hábil y enérgico, y sus ausencias de España no le impidieron
adoptar medidas fundamentales para las Indias" 78. Estableció el Cesar Carlos su Consejo en 1524 y
lo intervino personalmente en 1542, sancionando este mismo año las Nuevas Leyes, a las que
nos referiremos y, que contenían reformas de gran trascendencia. También organizó la
administración local del Nuevo Mundo creando las audiencias, los virreinatos y las
gobernaciones, sin dejar de ocuparse, además, de los graves problemas que después surgieron
en las conquistas como las de Perú y México.
Por su parte, Don Felipe II, al cual también haremos referencia cuando hablemos de nuestro
Cacique de Turmequé, heredó únicamente las posesiones españolas y sus dependencias,
además de los Países Bajos, en donde tuvo que luchar ampliamente. "Reconcentrado y taciturno,
viajó poco y fue un administrador minucioso, dedicado con raro empeño a sus funciones. Estudiaba hasta los
menores problemas, lo cual causaba no pocas dilaciones. Pero siempre procuraba el acierto, y en lo referente a las
Indias perfeccionó su gobierno tanto en el orden general como en el de las provincias, dejando establecido un
régimen que iba a perdurar con pocas variantes hasta las reformas del siglo XVIII. Pero también ha de
anotarse que al final de su vida comienza la decadencia de España en el orden económico, industrial, y hasta
como potencia rectora en Europa, al producirse la dispersión de la Armada Invencible en 1588." 79
El dominio de los reyes sobre las tierras de ultramar, se derivó entonces de la concesión
pontificia de 1493, aunque este título fue discutido por Fray Francisco de Vitoria en 1539 y
luego por otros autores. Pero lo que importa reseñar aquí, es que los nuevos territorios
descubiertos y progresivamente colonizados, requerían un ordenamiento jurídico y, al
incorporarse las Indias al reino y a la Corona de Castilla, implicó como consecuencia forzosa,
el que se extendiera al Nuevo mundo el derecho vigente en la península.
Pero esta intención de los Reyes tuvo que ceder muy pronto ante los imperativos de la realidad,
pues no hubo demora en mostrarse que la legislación castellana respondía muy poco a las
necesidades de la sociedad en formación, pues la doctrina limitaba el poder de los monarcas en
función de los principios superiores que éstos debían acatar. Los preceptos de moral y religión,
eran normas fundamentales, y si el rey dictaba disposiciones que los contrariaban, estos "no
tenían fuerza ninguna, ni deben ser recibidas en ninguna manera. Según una ley de las Partidas. Y, si
mandaba algo contrario a derecho, la tal carta sea obedecida y no cumplida" 80 Era un mundo totalmente
nuevo y totalmente distinto el que venía a incorporarse a los dominios hispánicos, pues las
autoridades de Indias podían pedir la revocatoria de las ordenes reales cuando las considerasen
injustas o inconvenientes. Y también los súbditos tenían, en garantía de sus derechos
particulares, recursos legales destinados a impedir su violación.
Si el rey era un soberano absoluto, es preciso reconocer que en la práctica ejerció sus facultades
con moderación y espíritu de justicia durante el siglo XVI. Y esto también se debió al régimen
imperante. El monarca, como encargado del gobierno del reino en toda su amplitud, casi
nunca actuaba sólo o por iniciativa propia. Era asesorado continuamente por el Consejo, las
Juntas especiales que convocaba, otros organismos o sus propios colaboradores, entre los
78 HISTORIA GENERAL DE ESPAÑA Y AMÉRICA. Tomo VII. Editorial Rialp, S.A., Móstoles, 1982.
79 Ibídem, p. 603.
80 Ibídem, p. 604.
Sin embargo, las autoridades coloniales gozaron de un cierto margen de autonomía legislativa,
en virtud de unas facultades delegadas del poder central y reguladas cuidadosamente en su
ejercicio.
En consecuencia, pronto nació y se desarrolló un nuevo derecho, constituido por los preceptos
y disposiciones promulgadas con destino a los territorios indianos. Este derecho especialísimo
que constituyeron las Leyes de Indias fue creciendo extraordinariamente, toda vez que los
territorios descubiertos aumentaban sin interrupción el mapa por colonizar, y, a su vez, nacían
también diferencias entre los múltiples pueblos indígenas. No es de extrañar así que el derecho
indiano llegara a alcanzar un volumen considerable y, al mismo tiempo, una definida
personalidad.
Sin duda, el peso de la legislación americana lo llevó la Corona, con mayor intensidad
conforme se fue superando la fase de las iniciativas privadas de los conquistadores. "En un
principio esta legislación parece obedecer, de modo bastante inmediato, a las informaciones suministradas por la
correspondencia de los funcionarios, en especial de los Gobernadores; también a las informaciones y peticiones de
los colonos y procuradores de los Cabildos y, al mismo tiempo, a la inspiración doctrinal de teólogos y canonistas
exteriorizada en aquellas Juntas extraordinarias, que tan decisivo papel jugaron en el primer siglo de la
colonización." 81
EL CONSEJO DE INDIAS:
Como algunos saben, durante los primeros años que precedieron al descubrimiento -y sin
perjuicio de los derechos concedidos al Almirante Colón-, los asuntos de las Indias fueron
dirigidos por los reyes y por el Obispo Juan Rodríguez de Fonseca, quien a sus cargos
eclesiásticos unía el de ser miembro del Consejo de Castilla, y a éste le ayudaba su Secretario,
López de Conchillos, quedando todas las cuestiones judiciales para la competencia del citado
Consejo, aunque en ocasiones la institución se ocupaba de los asuntos de justicia y a veces
intervenía en otros, sin que para eso hubiera un procedimiento establecido. Luego, este sistema
fue haciéndose más frecuente, y como algunos consejeros se ocupaban especialmente de los
problemas de ultramar, surgió un grupo, que desde 1519 fue llamado el Consejo de las Indias,
organismo independiente, dotado de personal propio y calificado como verdadero artífice del
cuerpo fundamental de la legislación y política indiana.
Demetrio Ramos 82 ha sostenido sin embargo, que la creación del Consejo de las Indias
coincide con el final del gobierno de los Colón y el consiguiente afianzamiento del poder real.
Claro, que a la voz de muchos, sin duda fue una resolución personal de Carlos V, en la cual, al
parecer influyó la creciente importancia del Nuevo Mundo para el Imperio y "el hecho psicológico
de la desconfianza, que en un principio político determinado, se ofrecía indudablemente como el más a propósito,
y aún cabe decir como insustituible, para un mundo tan extenso, tan distanciado de la metrópoli y tan
81 FONT, José María. En: El Legado de España a América. Ediciones Pegaso, Madrid, 1954.
82 RAMOS, Demetrio. El problema de la fundación del Real Consejo de las Indias y la fecha de su creación, en El
Consejo de las Indias en el siglo XVI, Valladolid, 1970, p. 35.
irregularmente comunicado con la misma. Los Soberanos extremaron su celo y rigor en esta fiscalización y
control de la actuación de sus delegados en aquellos dominios para evitar todo exceso y arbitrariedad, cortar todo
abuso en el ejercicio de su cargo y contener la ambición y codicia que con frecuencia les dominaba. La eficacia de
estas medidas para el logro de estos propósitos no siempre y en todas partes alcanzó la meta deseada; pero en
conjunto la administración colonial refleja una sabia ordenación orientada y encaminada a la realización de la
justicia"83
Ricardo Zorraquín Becú 84, dice que inicialmente no se dictaron ordenanzas para determinar
las funciones del nuevo Consejo y su modo de actuar. Sin duda se ajustaría a las normas que
regían para el de Castilla y sólo al cabo de unas décadas contó con unas Ordenanzas propias
para su régimen interno.
Las primeras Ordenanzas, nacieron como consecuencia de la visita efectuada al Consejo por el
Emperador en 1542 y, están incluidas en las Nuevas Leyes en las cuales se determinaron diversos
puntos acerca de la forma de actuación de la Institución, trámites y requisitos, represión de
conductas corruptivas, etc., insistiendo en su misión fundamental de velar por el gobierno de
las colonias y buen tratamiento de los indios; de esta visita otro resultado fue la destitución de
dos Consejeros. Estas Ordenanzas rigieron hasta 1571, año en el cual Felipe II, también como
consecuencia de una visita efectuada por Juan de Ovando, aprobó otras Ordenanzas del Consejo,
preparadas por este último como primer libro de una proyectada recopilación legislativa que no
llegó a término, pero que desde luego buscaban subsanar problemas surgidos dentro del
Consejo, como el desconocimiento que sus miembros tenían de los problemas de las Indias y
de la legislación vigente. En época ya de Felipe IV, una nueva visita dio lugar a más
Ordenanzas en 1636, con admisión de numerosas innovaciones en el funcionamiento interno
del Consejo que la marcha de los tiempos había impuesto.
En el cuadro de la administración central, el "Consejo Real y Supremo de las Indias" como se llamó
desde el siglo XVII, formaba parte de los Consejos reales o centrales de la Monarquía, con una
importancia y significación similares respecto a los territorios indianos a lo que el de Castilla
representaba para los castellanos o el de Aragón para los aragoneses. Pero en la orientación y
aún en las medidas políticas del régimen de las Indias, debe tenerse aquí en cuenta además la
decisiva actuación e influencia de las grandes Juntas consultivas, integradas por teólogos,
juristas y hombres de gobierno, en las que los miembros del Consejo de Indias representaban
sólo una parte.
La planta de personal del Consejo, se integraba por un Presidente, siete o nueve Consejeros, un
Fiscal, un Secretario, tres Relatores, cuatro Contadores, un Receptor, dos Escribanos de
Cámara, un alguacil del Consejo y otro de Corte, Cronista Mayor, Cosmógrafo Mayor,
Capellán, tres porteros y varios Escribanos, aparte del Gran Canciller de las Indias, cargo que
se creó en 1528, extinguido en 1575. El Presidente y Consejeros solían ser escogidos entre
personas doctas y experimentadas, abundando teólogos y juristas, y también entraban en el
mismo Oidores y funcionarios coloniales, aunque no en el grado que hubiera sido de desear y
proponían algunos.
83 Ibídem, p. 411.
84 ZORRAQUÍN BECÚ, Ricardo. La organización de las Indias en la época de los Austrias. En Historia General de
España y de América. Tomo VII. Editorial Rialp S.A., Móstoles, 1982, p. 605.
Las atribuciones del Consejo se resumían de modo unitario en el gobierno y justicia colonial,
abarcando en estas esferas la totalidad de la vida política y administrativa con respecto al
Nuevo Mundo. En el orden del gobierno su actuación era amplísima, ya que le competía el
apresto de las flotas para descubrimientos y comunicaciones ordinarias con las Indias, los
nombramientos de Gobernadores, Virreyes, personal de Audiencia y, en general todos los
oficiales reales de las colonias, así como el examen de su actuación, la presentación para
obispados, la administración de la hacienda y la organización general de las colonias.
Igualmente, las fuentes integrantes de la legislación metropolitana, encargada al Consejo,
ofrecen una verdadera variedad en su contenido y organización. Por ejemplo, Las Provisiones
constituían el tipo de carta real más solemne, con el sello mayor de la Cancillería y la firma del
rey y sus consejeros, conteniendo disposiciones de justicia o gobierno. Al tipo de Provisión
pertenecía la Pragmática Sanción, con alcance general y con un valor equivalente a la de ley
votada en las Cortes. Las Reales Cédulas versaban exclusivamente sobre asuntos de gobierno.
Unas y otras con muchos elementos comunes en su disposición interna, eran redactados por el
Consejo de Indias, pasando luego a la firma del rey y refrendación de su Secretario. En los
casos de nueva ley, o reforma de disposiciones vigentes, el Consejo formulaba previamente al
Rey una consulta, con el dictamen de los consejeros y del Fiscal, antecedentes de hecho y de
derecho, etc. El Monarca respondía al margen y la Provisión o Cédula se ajustaba a los
términos de la consulta.
Pero sin duda, merece la pena decir que en cuanto al gobierno eclesiástico, el Consejo fue
también autoridad de tipo supremo, pues se encargó de defender el real patronato, presentar al
rey los candidatos para llenar las dignidades y prebendas, y de dictar, consultando al monarca,
la legislación destinada a regir la vida de la Iglesia sin inmiscuirse, por cierto, en los asuntos
espirituales. Conocía también de los recursos de fuerza que podían presentarse en España
sobre cuestiones concernientes a las Indias, y debía, desde 1538, dar el pase o exequatur para
que las bulas y breves de la Santa Sede se aplicaran en América, pudiendo retener los que
fueran contrarios al patronato. Pero no tenía ninguna intervención, en cambio, en los asuntos
de la Inquisición y la Santa Cruzada, regidos por sus respectivos Consejos.
En materia de guerra, el Consejo tuvo a su cargo todos los problemas relacionados con las
expediciones, las conquistas, la organización militar y la defensa de los territorios. En 1594 se
creó la Armada del Océano para proteger a las flotas que cruzaban el Atlántico, y en 1600
quedó organizada la Junta de Guerra de Indias, formada por miembros de los Consejos de
Indias y del de Guerra, que absorvió todos los problemas militares e incluso tuvo competencia
en las causas del fuero respectivo. El Consejo de Indias ejercía también la función de
superioridad sobre todos los tribunales ordinarios que funcionaban en el Nuevo Mundo, y
tenía la jurisdicción suprema en las causas judiciales.
LA CASA DE CONTRATACIÓN:
En el cuadro de organismos de la Corona para América, aparece en este punto una institución
que nació en la necesidad de crear una autoridad que vigilara el comercio con las Indias y la
organización y despacho de las expediciones. Por tanto, el 20 de enero de 1503 se dictó una
primera ordenanza creando tres cargos principales; un factor, un tesorero y un contador, los
cuales, al principio, quedaron encargados de fomentar las relaciones mercantiles de la Corona,
acopiando en los almacenes del Alcázar del Puerto, en Sevilla, todo lo necesario para el tráfico
de ultramar.
La organización y funcionamiento de esta Casa, fue objeto de múltiples ordenanzas, con las
cuales, en principio se encargó a los funcionarios de la misma a vigilar los barcos y hacer un
registro de las mercaderías que se enviaban o recibían de las Indias. Disposiciones posteriores
permitieron un tráfico más amplio, aunque siempre vigilado, que se extendió incluso a los
pasajeros, que para embarcarse, debían registrarse, evitando que esta facultad la ejercieran los
prohibidos (es decir, herejes, judíos, moros, etc.), salvo que se contase para ello con una
licencia especial de la Corona.
En los años que precedieron al de 1510, se dictaron ordenanzas más estrictas, en las cuales se
introdujeron reglas más minuciosas respecto del examen de los navíos; el registro de los barcos
y la provisión de mercaderías y abastecimientos para las flotas y las necesidades coloniales, la
organización de las flotas o expediciones colonizadoras, el control y fiscalización de las
mercaderías y del oro, los bienes de personas fallecidas en América que tuvieran herederos en
la península, las licencias de inmigración extranjera, etc. Como lo dijo C.H. Haring, "La Casa de
Contratación fue definitivamente, no una casa de negocios abierta y manejada para el provecho privado de la
Corona, sino un departamento del Gobierno, un Ministerio de Comercio, una Escuela de Navegación y una
Aduana para el comercio colonial".85 Estas funciones fueron entonces reglamentadas a través de
una legislación recopilada en 1552.
85 HARING, C.H. El Comercio y la Navegación entre España y las Indias en época de los Habsburgos. Edición de la
Academia Nacional de Historia de Venezuela, París, 1939, p. 36.
Durante el reinado de Felipe II, la Casa de Contratación tuvo una muy amplia organización, a
punto tal que para 1557 se nombró un Presidente, que tenía la responsabilidad de promover el
despacho de las flotas. En 1583, se formaron adicionalmente dos salas, una de justicia con
oidores o jueces letrados y la otra era de administración, con los tres primitivos oficiales,
estando las dos bajo la coordinación del Presidente.
LA PRIMITIVA ADMINISTRACIÓN:
En este punto, hace falta referirnos a la estructura administrativa en los territorios indianos,
que en principio estuvo a cargo de los mismos capitanes y descubridores, convertidos en jefes
administrativos de los distritos constituidos por los territorios conquistados o pacificados, a
modo de señorío personal o patrimonio propio, jefes militares de expedición y capitanes con
mando sobre tropas y fortalezas; su cargo era recibido vitaliciamente o, a lo más, por dos vidas,
siempre que el sucesor fuera hábil y aprobado por la Corona. Este sistema, como fruto lógico
del lugar donde florece, fue desplazándose poco a poco, para en su lugar ser reemplazado por
un sistema más burocrático, a través del cual se configura la verdadera presencia del Estado y la
asunción por el mismo del efectivo dominio y facultades soberanas en el Nuevo Orbe.
1511. Pero, no todas las regiones aceptaron poseer audiencias, sino en algunos sitios
virreinatos, y en otros un presidente a cargo del mando político de la provincia.
La Casa de los Austrias, fue consecuente al idear una proyección de los órganos e institutos
peninsulares adaptadas a las circunstancias especialísimas de las provincias de América, en
busca de la fórmula justa de gobierno de aquellas colonias, que ofrecían tal complejidad de
problemas por resolver y estudiar.
Estos órganos básicos de la administración indiana fueron los Virreinatos y las Reales
Audiencias, que entre ellos articulaban una cierta unidad institucional, pensada desde España,
como centro rector de la administración indiana.
LOS VIRREINATOS:
El Virrey era el presidente y como tal, cabeza visible de la Audiencia principal de su distrito,
interviniendo en sus actuaciones disciplinarias y gubernativas.
En las dos regiones más importantes de las Indias, se crearon virreinatos, con el objeto de
afirmar mejor la autoridad de la Corona y, reconociendo de igual manera, la conveniencia de
que en Nueva España y Perú, hubiese autoridades de elevada jerarquía, tal vez por la misma
razón de las culturas allí encontradas a tiempo de la conquista.
Sobre cada región de las mencionadas, separadas por el istmo de Panamá, había un Virrey
representante personal del Monarca, personaje de rango nobiliario, "al estilo de los Lugartenientes
generales o Virreyes de los dominios mediterráneos de la Corona de Arangón, que ejercía un amplio conjunto de
facultades, extendidas a los diversos órdenes del gobierno y la justicia. Pero dentro del territorio de cada
Virreinato se agrupaban varios distritos o Audiencias, cuerpos letrados para la administración de justicia, al
modo de las Chancillerías o Audiencias castellanas. Eran las Audiencias los pilares básicos de la
administración indiana, los órganos fundamentales de los que se sirvió el Estado español en la labor civilizadora
de la nueva sociedad americana. La preparación, el prestigio y la rectitud de sus Oidores, garantizaban una
justa aplicación de las leyes y una adecuada realización de los propósitos formulados por los gobernantes de la
Península en orden a la solución de los mil problemas planteados por la colonización."86
La Audiencia que se ubicaba en la capital del Virreinato, poseía una cierta preeminencia o
superioridad jerárquica sobre las demás restantes, presididas por un Gobernador. Los distritos
de las Audiencias, cuya demarcación reconocía cierta base en las regiones naturales o antiguos
estados indígenas, fueron adquiriendo cierta entidad política y social en el curso de la
dominación española y suministraron el sustrato moderno a gran número de las actuales
naciones americanas.
Pocos años después, las Nuevas Leyes de 1542 dispusieron que en el Perú hubiera un Virrey, el
cual fue nombrado el 28 de noviembre de 1543 con los mismos títulos. El virreinato del Perú
comprendía las audiencias de Panamá, Nuevo Reino de Granada (Colombia y Venezuela),
Quito, Los Reyes o Lima (sede del Virrey), Charcas con las provincias de Chile, Tucumán y
Río de la Plata, que de este modo pasaron también a formar parte de ese conglomerado
político. En el siglo XVIII se segregaron de este Virreinato, las provincias de Nueva Granada y
del Plata, que formaron sendos Virreinatos con estas mismas denominaciones. Este punto
merece singular atención, pues como sabemos, el Cacique de Turmequé vivió en el siglo XVI y
en ese momento, la Audiencia de Santa fe dependía del Virreinato del Perú.
El origen del cargo de virrey, nació con las capitulaciones colombinas y fue después
restablecido como un oficio dependiente únicamente te de los monarcas de manera directa,
aunque debían observar algunas otras formas de subordinación. Su nombramiento era una
atribución que se reservaba el Monarca, y en caso de vacante lo reemplazaba la audiencia de la
capital, ejerciendo el gobierno el oidor más antigüo.
La autoridad de cada virrey era sumamente amplia y como dije, eran gobernadores de toda la
provincia a su cargo y asumían de igual manera, dos poderes fundamentales: "La gobernación
espiritual y la gobernación temporal. La primera incluía todo lo relativo al orden eclesiástico, la propagación y
defensa del catolicismo, y el ejercicio del real patronato. No sólo los virreyes sino también todas las demás
autoridades, debían procurar la conversión de todos los naturales y de la enseñanza de la religión, informar
acerca de las iglesias y conventos que fuera conveniente erigir, fundar hospitales, comunicar las vacantes que se
produjeran en los cargos eclesiásticos, proveer los curatos previa propuesta hecha en terna por el obispo, etc.
En el gobierno temporal los virreyes tenían ante todo el deber de informar al soberano sobre múltiples cuestiones,
pero en el siglo XVI tuvieron amplias facultades para resolverlas sin consulta previa al monarca."87
LAS AUDIENCIAS:
Durante el reinado de Carlos V, se quiso establecer en las Indias autoridades colegiadas
compuestas por letrados. Se pensaba, sin duda, que de esta manera la justicia quedaría mejor
asegurada, evitando los excesos de los funcionarios sin control. Este sistema fue el de las
audiencias gobernadoras, que ejercían el mando en las provincias que no estaban regidas por
los virreyes, aunque aquellas comenzaron a existir antes de la creación de los virreinatos.
Las audiencias gobernadoras que hubo en indias fueron las siguientes: Santo Domingo (1524-
1583); México (1527 - 1535); Panamá (1538-42 y 1563-72); Los Confines o Guatemala (1543 -
1560), Nueva Granada (1548 - 1562) y Nueva Galicia o Guadalajara (1548 - 1572).
Todas ellas, ejercieron colectivamente las funciones de gobierno, además de las que les
correspondían como tribunal de justicia. Durante los años mencionados, gozaron de absoluta
independencia, es decir, no tuvieron subordinación alguna respecto de los virreinatos de Nueva
España y Perú y las resoluciones que emitían no eran susceptibles de recurso sino ante la
Corona.
Bajo estas características, se identifica el que en época temprana surgiera la idea de instalar
también en las Indias tribunales de letrados que fueran al mismo tiempo órganos del Consejo y
de control gubernamental para asegurar mejor el imperio de un orden temporal justo,
conforme al concepto amplio de la justicia que entonces se tenía.
La de Santa Fe de Bogotá, a la que tantas veces habré de referirme en el Capítulo que tocará el
tema de nuestro Cacique de Turmequé, fue creada en 1548 como audiencia gobernadora, pero
en 1562 se le dio un presidente para que ejerciera él solo el mando político.
Estas audiencias, se habían creado a imitación de las audiencias de Castilla, pero "con una
diferencia fundamental: mientras éstas últimas eran solamente tribunales de justicia, en América se les quiso
dar también otras funciones vinculadas con una administración de justicia entendida con un criterio mucho más
amplio. Y hasta se hizo el ensayo, varias veces repetido, de otorgarles el gobierno de sus distritos en forma
colegiada, pensando que de esta manera el imperio del derecho quedaría mejor asegurado.
Las funciones atribuidas a las audiencias indianas pueden clasificarse en tres grupos diferentes: consultivas,
gubernativas y judiciales. Estos órganos debían, ante todo, informar al rey sobre los problemas que se
planteaban en sus distritos, ya con fines legislativos, ya para modificar situaciones o remover funcionarios. Y ello
aunque se tratara de quejas contra el virrey o el propio presidente del tribunal. Éste debía también dar su
opinión respecto de los asuntos que le eran sometidos en consulta por el monarca, lo cual los convertía en órganos
de asesoramiento en cuestiones de toda índole" 88, como lo veremos al entrar en el tema del Cacique.
Las audiencias estaban constituidas por un presidente, varios oidores y más tarde, ya al final del
siglo, un fiscal. Si el primero no era letrado, no intervenía en los acuerdos de justicia y dejaba
actuar libremente al tribunal.
87 Ibídem, p. 610.
88 Ibídem, p. 617.
Por debajo de los distritos de las audiencias se dibujaba también una división territorial menor,
las de provincias o gobernaciones, fruto de aquellos antiguos adelantamientos o gobernaciones
de conquista de los primeros años, encuadradas luego, más o menos con los mismos límites, en
la organización estatal. De ahí su preponderante carácter militar. Los Gobernadores poseían
una función delegada de los virreyes, y, como ellos, solían ser a su vez Capitanes Generales en
su Distrito. La dependencia de la gobernación respecto de la sede virreinal variaba con
frecuencia, y a ello contribuía la modalidad del respectivo distrito y de su jefe, como
consecuencia de un descubrimiento o conquista que podía haberle conferido una perpetuidad
en el cargo, un derecho sucesorio o patrimonial, etc., obtenido en virtud de capitulaciones o
asiento. Estas provincias o Gobernaciones actualmente son en buena parte las provincias o
distritos interiores de muchos Estados del centro y sur de América.
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Cabe añadir en este punto, que al lado de la legislación emanada de la Península, fue
desarrollándose un derecho típicamente indiano, como emanado de las propias autoridades
coloniales, en el ejercicio de una autonomía legislativa, reconocida por el propio poder central.
La misma realidad hizo surgir estas facultades legislativas y reglamentarias de los organismos
indianos. Lo imponían, por un lado la novedad y peculiaridad de las situaciones y problemas
con que éstos debían enfrentarse, y de otra, la distancia geográfica entre la metrópoli y las
colonias, que dificultaba el conocimiento directo de los mismos por parte de los centros
gubernamentales y hacía, en buena parte, ineficaces las órdenes dictadas por éstos, tardíamente
llegadas a su destino, como ocurre en el tema central de nuestro estudio.
Sin embargo, no debe creerse que estos poderes legislativos coloniales se ejercieran sin
restricción alguna y con independencia de la metrópoli, antes al contrario, parece que las
disposiciones promulgadas por los mismos precisaban de una aprobación o confirmación real.
En todo caso, se señala que con las instituciones referidas y con las normas por ellas expedidas,
hubo una gran minuciosidad reglamentarista, fruto de la pretensión de los Soberanos españoles
de la Casa de Austria, en especial Felipe II, de tener bajo su control todo el Imperio.
Por otra parte, para terminar con el tema de las instituciones, me referiré a la vida local que se
desarrolló ampliamente en las tierras de indias, como consecuencia y objetivo de la obra
colonizadora, ya que "La necesidad de asentamiento de la población española, de aseguramiento de sus
conquistas y exploraciones, de organización y canalización de las empresas misioneras y civilizadoras, imponía
la fundación de nuevos poblados, de núcleos urbanos, como sede de los inmigrados y de sus organismos de
gobierno; en una palabra, centros vitales de la labor colonizadora. Asimismo, la preocupación fundamental de
los Monarcas y gobernantes españoles de que los indios dispersos por valles y sierras abandonaran sus ámbitos
de vida nómada y semisalvaje, para hacer vida civil, y posibilitar, a la vez, su adoctrinamiento en la fe y la
utilización de su trabajo, dio lugar al agrupamiento de los mismos, y su reducción, a un tipo de vida común y
sedentaria en poblados o núcleos de viviendas. Estas reducciones o pueblos de indios se establecían con
independencia de las ciudades y pueblos de españoles (aunque en cierta vecindad y relación con los mismos), a fin
de que aquéllos pudieran desarrollar mejor sus propias costumbres y peculiar estilo de vida. La fundación, la
organización y el régimen de ambas clases de poblaciones fueron sabia y minuciosamente regulados por los
gobiernos de la metrópoli y sus órganos legislativos.
... análogamente a la organización municipal castellana de la época, cada ciudad con su distrito o término,
formaba un municipio representado legalmente por su Cabildo, bajo la superior dependencia del gobernador del
territorio y del corregidor o alcalde mayor del correspondiente distrito. Los cabildos coloniales como castellanos, se
hallaban integrados por un conjunto de cargos u oficios capitulares girando en torno a los órganos básicos de la
justicia y del regimiento a los que se unían, los oficiales reales, y una serie de oficios concejiles. En razón a la
forma originaria de aparición de las ciudades y de sus cabildos, la designación del personal de estos últimos le
correspondió, en un principio, a los propios Adelantados o descubridores, fundadores de la respectiva ciudad, no
sólo como privilegio, sino como cierta necesidad impuesta por la dificultad de hallar suficientes pobladores o
vecinos más aptos. Más tarde coexistieron los sistemas de designación real, enajenación y elección por el propio
Cabildo. Raramente se dio una elección popular.
Las reducciones o pueblos de indios, a los que ya se ha aludido, adquirieron un especial matiz religioso por la
destacada intervención que se concedió a los curas doctrineros en su vida y régimen, al lado de la organización
civil. Las reducciones formaban comunidades independientes sujetas al derecho común y a las normas especiales
de la Orden religiosa que las presidía. Análogamente a los pueblos de españoles, se preveían también las normas
y condiciones para la fundación de pueblos de indios, indicando las cualidades de las tierras, la proximidad de
minas, la abundancia de pastos y aguas, etc. En cada reducción se levantaría iglesia con puerta y llave, confiada
a un doctrinero, sostenido por los tributos de los indios, auxiliado por uno o dos fiscales, un sacristán , etc.
y coartada por la del corregidor español. Estos oficios de corregidores y alcaldes mayores, nutridos principalmente
por soldados y pobladores, como puestos en contacto más directo con la población indígena, neutralizaban casi
siempre los intentos protectores de la Corona y de las autoridades superiores. Por esto, las leyes estimulaban el
celo de Virreyes y Audiencias en la vigilancia y corrección de los mismos.
Pero la principal defensa y protección de estas comunidades de indios se centraba en el misionero o doctrinero de
la reducción. El misionero, aunque legalmente no ejercía autoridad civil en la misma, de hecho, actuaba como
defensor del lugar, y algunas veces llegó a ejercer funciones de jurisdicción y gobierno."89
En su conjunto, sin duda, existió un rígido centralismo destinado a dirigir desde España la
actuación de los funcionarios y el desarrollo de las nuevas sociedades que se iban formando en
América. Éstas no lograron ninguna participación en el gobierno, salvo la muy limitada que
pudieron tener en los cabildos. Pero, en cambio, hubo en cierta forma un control social que se
ejercía, mediante las informaciones y quejas que enviaban a España los sacerdotes, los
funcionarios, los caciques -como en nuestro caso- y otros grupos representativos de intereses.
De esta manera se estableció, en América misma, no sólo una jerarquía de funcionarios, sino
también la posibilidad de que los más elevados ejercieran el control de los demás, vigilando su
actuación y sancionando los excesos o arbitrariedades que podían cometer. El Consejo de
Indias conservaba siempre la plenitud de su autoridad, y desde luego podía también intervenir
en cualquier circunstancia, pero los virreyes y presidentes estaban más próximos y, por lo
tanto, su fiscalización era más rápida y efectiva.
En definitiva, cabe decir que "con esos medios España realizó la hazaña admirable del descubrimiento y
de la colonización de un mundo nuevo. Lo hizo con todo el deseo de cumplir fines cristianos y justos, y no con el
propósito de explotar a los naturales o de crear un imperio económico. Si hubo fallas y errores en la ejecución de
tan elevados objetivos, ellos no anulan la grandeza de una obra que hoy nos asombra por la amplitud y la
profundidad de sus resultados."90
En cuanto al nacimiento del derecho colombiano, tendríamos que referirnos en primer lugar a
las <Capitulaciones Santafesinas>, que firmaron los reyes católicos con Cristóbal Colón el 17
de abril de 1492 en la Villa de Santa Fe de la Vega de Granada, que constaban de cinco
párrafos que se configuraron como una norma pactada en la que se otorgaba el nombramiento
perpetuo de Almirante para sí y sus sucesores a favor de “Xoval” Colón, de todas las tierras que
por su mano e industria descubriera o ganare en dichos mares, con carácter vitalicio y
hereditario, a la vez que lo hacía Virrey y Gobernador General en todas las tierras firmes que
estuvieren vinculadas al proceso.
Con el reconocimiento Pontificio, se consignó, invistió y asignó soberanía a España sobre las
Indias Occidentales, configurándose las llamadas "Regalías de la Corona", que concedía ciertos
derechos a particulares a través de las Capitulaciones y los Repartimientos.
"En las Capitulaciones se regulaban las relaciones entre la Corona y los hombres que componían la empresa
descubridora y conquistadora. El Estado no participaba en los gastos de la expedición. Estos corrían a cargo de
quien había obtenido la Capitulación, encargándose también de reclutar a los hombres que necesitaba y aportar
los medios de transporte y bastimentos precisos… en todas las Capitulaciones se hacía expresa constancia que
quedaba a salvo la soberanía de la Corona y El fin espiritual de la conquista. Se especificaban las mercedes
concedidas a los participantes en la empresa descubridora, como el nombramiento de Adelantado, la facultad
para repartir tierras, realizar encomiendas y para la provisión de los primeros empleos públicos.
Estos Repartimientos, realizados por los jefes expedicionarios y ratificados posteriormente por los funcionarios
reales enviados a gobernar el territorio, constituyeron el título originario de adquisición territorial en las
Indias… Al hacer los Repartimientos se había de procurar que a todos correspondiese "parte de lo bueno, de lo
mediano y de lo menos bueno". Además, estos repartimienos habían de hacerse sin agravio de los indios, sin
perjuicio de terceros, sin concesión de facultades jurisdiccionales sobre los habitantes de las tierras adjudicadas y
sin derecho alguno de dominio sobre las minas que en ellas pudieren hallarse."91
Así, las capitulaciones se vinieron a convertir en el medio jurídico para organizar las armadas
hacia Indias y constituyeron el fundamento legal de los descubrimientos, conquistas y
colonización. En las capitulaciones podían identificarse tres partes fundamentales:
Para el estudio correspondiente a nuestras primeras normas, se adicionan, a nuestro juicio, los
siguientes cuatro conjuntos normativos: Las Bulas Pontificias Alejandrinas; el Tratado de
Tordesillas; Las Siete Partidas (derecho de conquista) y, la Usucapión.
Las Bulas fueron las garantes de la exclusividad de los nuevos descubrimientos que España y
Portugal realizaban, tanto en América, como en las Filipinas. En 1455, por solicitud del infante
don Enrique de Portugal, fue expedida por el papa Nicolás V la bula Romanus Pontifex (Romano
Pontífice) y en 1456 la Inter Caetera (entre otras cosas), las dos a favor de Portugal, las cuales
ratificaron su primacía sobre los infieles desde el noroeste de África hasta la India y así
ratificaron por derecho de conquista y con la ratificación pontificia las rutas que se suponían
únicas para <las especierías>, es decir para encontrar la ruta de las especias, que no le dejaba a
los españoles más camino que navegar por el Atlántico hacia el occidente. Luego se celebró el
Tratado Alcacovas – Toledo, que fue también ratificado por la autoridad pontificia con la bula
de Sixto IV Aeternae Regis (Eterno Rey) de 1481 que incluía las Indias y que fueron expedidas
Ad Perpetuam rei memoriam, para perpetua memoria de las cosas.
Como señala Honorio Pérez92, “considerándose que las tierras son de Dios, su creador, y que el Papa es
su representante más autorizado, nadie mejor que éste para otorgar propiedad sobre ellas. De ahí nació la
costumbre de que fuera el Papado quien distribuyera y titulara los descubrimientos hechos y por hacer, y la de
que su fuerza moral indiscutible solucionara las posibles controversias entre estados descubridores.” La
donación se formulaba con las siguientes palabras: “pontifex in perpetuum donat, concedit et assignat”,
el Pontífice dona, concede y asigna a perpetuidad, con la autoridad de Dios todopoderoso
concedida a Nos en el bienaventurado Pedro y con la autoridad de nuestra condición vicaria de
Jesucristo, que ejercemos en la tierra.
Las denominadas <Bulas Alejandrinas> fueron emitidas por S.S. Alejandro VI, (Alejandro de
Borja, oriundo de Valencia) como título de derecho, dominio y posesión (Utti Possidettis Iuris)
del territorio de las Indias Occidentales a favor de los Reyes Católicos, y la delimitación
fronteriza entre las posesiones española y portuguesa, como punto las islas Azores, fijando
desde allí hasta cabo Verde el oriente para Portugal y el occidente para Castilla, siempre y
cuando ninguna posesión hubiere pertenecido nunca a ningún príncipe cristiano.
Se dictaron para la actual España y sus nuevas posesiones americanas las bulas:
• Las Inter. Caetera (entre otras cosas) de 3 y 4 de mayo ésta última en realidad del 25 de
junio y denominada Piis Fidelium Idem, (Piadosos fieles) de 1493. Las bulas de donación,
concesión y demarcación de Alejandro VI a Isabel y Fernando, reconocían que los
españoles habían encontrado “oro, aromas y otras muchas materias preciosas de diverso género y
calidad” y que ese descubrimiento había contribuido a estimular su interés por las
nuevas tierras93. Castilla obtuvo así exclusividad sobre la ruta de Occidente (en busca
del reino del Gran Khan); primicias evangélicas para la recuperación de las tierras que
supuestamente habían pertenecido a los pueblos cristianos y, donación a perpetuidad
del Nuevo Mundo para los Reyes Católicos en su condición de soberanos de Castilla y
de León, más no de Aragón, que era el reino de Fernando.
• La Eximia Devotionis (Eximia devoción), del 2 de junio de 1493, que consignaba la
resolución papal de propagar la fe divina en el Nuevo Mundo, e incluía las medidas
cómo habría de realizarse la evangelización y, en segundo lugar, se animaba a los
europeos, religiosos y seglares, a vincularse a esta santa empresa, con la indulgencia de
sus crímenes y pecados. En esta bula también se otorgó a la Corona la concesión de los
diezmos y se complementó con las bulas del papa Julio II del 11 de noviembre de 1504
Illius Fulciti Praesidio, y del 28 de junio de 1508, Universalis Ecclesiae, (Iglesia Universal),
que permitieron la erección de la diócesis de Santo Domingo y de concesión del regio
patronato indiano, que tomó fuerza inusitada a la muerte de Isabel, pues Fernando
dispuso que para que tuvieran validez las disposiciones papales en América, primero
deberían tener el visto bueno real o <pase regio> del monarca o de funcionarios
españoles delegados para el efecto.
• Una nueva bula, la Dudum Sie Quidem (Puesto que recientemente o también conocida
como <por si quedan dudas>), del 25 de septiembre de 1493.
92 PÉREZ, Honorio. Introducción al Derecho Agrario. Ediciones del Fondo Rotatorio de Publicaciones de la Universidad
La Gran Colombia, Bogotá, D.C., 1975, pp. 104 – 105.
93 SARANYANA, Josep-Ignasi. Breve historia de la teología en América Latina. Colección Estudios y Ensayos, BAC,
Madrid, 2009, p. 4.
El Tratado de Tordecillas:
Como con las anteriores bulas no estuvieron de acuerdo los portugueses, se negoció el 7 de
junio de 1494 en la Villa de Tordecillas, cerca de Valladolid, entre los embajadores de Juan II
de Portugal y los reyes Isabel y Fernando, la expedición del Tratado de Tordecillas, requerido
por los lusitanos, que corrió 370 leguas al oeste de Cabo Verde el límite, a partir de la cual lo de
occidente pertenecía a España y lo de oriente a Portugal.
Este nuevo Tratado fue ratificado por el famoso pontífice Julio II, quien para el efecto expidió
la bula Ea Quae del 24 de enero de 1506 y estableció que la línea imaginaria que separaba los
dos territorios de exploración de Portugal y España y vino entonces a ratificar, con fuerza legal
y pública las bulas alejandrinas.
La Usucapión:
Si bien, el derecho del más fuerte, las bulas y las capitulaciones, fueron las que sirvieron de base
para la conquista americana, la institución del derecho romano, conocida como usucapión, se
consagra por algunos doctrinantes como un medio de adquirir la propiedad en el derecho
público internacional, con base en la siguiente premisa: “solo aquella parte en que haya cesado de
hecho y no se haya reanudado el ejercicio de la autoridad suprema por parte del soberano territorial pasando a
manos del soberano beligerante, que, con su ejército o con su armada, haya tomado y mantenga su posesión.”
En Europa, por ejemplo, las tierras encontradas eran consideradas sin dueño pues estaban
ocupadas por salvajes, por tanto sobre ellas correspondían los derechos a quienes
representaban la <civilización> y, como los indígenas americanos eran considerados paganos a
los que era necesario cristianizar por cualquier medio, se podía invadir su territorio y con el fin
de establecer dominio sobre estas personas, también se podía sobre su territorio.
España creó dos elementos jurídicos para fijar sus relaciones con los naturales de América:
El Derecho Indiano:
Las fuentes del Derecho Indiano eran, por un lado las leyes creadas en Castilla y, por otro, las
dictadas por autoridades provinciales residentes en América; sin embargo, la jurisprudencia, la
doctrina y la costumbre también acrecentaron este Derecho. Por tanto, se le podía definir
como el conjunto de normas jurídicas que se fueron definiendo desde España con base en el
derecho vigente en Castilla, apoyado por el derecho romano y medieval. También hacía parte
de este derecho el Derecho Especial de Indios sobre determinadas situaciones referidas a
América, permitiendo recoger algunos elementos de la costumbre y de la normatividad
indígena siempre y cuando estas no fueran en contra de Dios, de la fe cristiana, de las
instituciones o de las normas sobre propiedad dispuestas por la Corona y vigentes en Castilla.
Se dice que las características del derecho indiano fueron la hispanidad, el casuismo, la
uniformidad, la generalización, el detallismo, la religiosidad y la espiritualidad. El primero ya lo
vimos; el segundo porque el casuismo sirvió para legislar sobre problemas concretos y
específicos, así, a partir de los casos surgían las normas. La tendencia a la uniformidad y
generalización, hizo que se pretendiera legislar de igual forma ´para los americanos como para
los castellanos, aun cuando las realidades fueran diferentes y así se dio la tendencia de
generalizar los problemas y codificarlos, sin que hubiera causas comunes, lo cual inspiró a los
gobernadores a crear la frase “la ley se acata pero no se cumple”, que era un elemento común
en sus informes. El detallismo normativo impulsó el desarrollo de una burocracia desmedida y
se pretendió reglamentar hasta lo más nimio. Religiosidad y espiritualidad, en el sentido que el
Derecho Indiano puso de manifiesto la unidad entre lo civil y lo eclesiástico.
Jerárquicamente en primer lugar se encontraba el derecho especial indiano, (que eran todas las
leyes y disposiciones dadas para las Indias dictadas desde la península o en el propio espacio
americano); luego el derecho indígena (es decir la costumbre indígena que no fuera contra Dios
ni contra las leyes de Castilla, entre la que ocupó un lugar principal los códices o
representaciones pictográficas de cómo se debería aplicar una norma; allí estaba entre otros el
Codige Mendocino, en el cual aparecían los tributos que los pueblos vencidos por el imperio
mexica pagaban al rey mexicano); y, en tercer lugar las leyes de Castilla (particularmente las
Siete Partidas y la Recopilación de Castilla).
En 1525 desde Valladolid, se dictó por Carlos V una Cédula Real dirigida a los caciques de la
Verapaz, autorizándolos para que se guarden las leyes que los indios tenían para su buen
gobierno y policía y las que se hicieren de nuevo, lo cual quedó incorporado en las Leyes de
1680, siempre y cuando no fueren contrarias a nuestra Santa Religión. De esta forma la
costumbre indígena encontró campo dentro de la legislación indiana.
94 Ver: Título VII, del Libro VI, de la Recopilación de las Leyes de los Reinos de Las Indias, dedicado a los caciques.
Exención de tributos y servicios personales a todos los indios nobles. Esta exención se
extendió hasta los Alcaldes y Fiscales indígenas.
Cuando para acceder a cargos políticos o de guerra se exigiese la calidad de noble, los tales
Indios Nobles estaban suficientemente calificados para ocupar tal cargo o posición, ello se
declaró público por Real Cédula de 22 de mayo de 1697.
Disfrutaban de Derechos que superaban a los de los Hidalgos a Fuero de España, a tenor de lo
siguiente:
Por otro lado, todos los indios que ejercían magistraturas o el gobierno de estancias bajo el
control de los Emperadores o de cualquiera de sus soberanos vasallos o de los vasallos de
estos, así como los otros hermanos y hermanas del cacique que no podían ellos mismos ser
cacique95 o cacica, tenían también nobleza, análoga a la nobleza de sangre o Fuero de España,
que recibirían todos los hijos del cacique por agnación estricta, y fueron los llamados Indios
Principales.
Así, según Francisco Manuel de Las Heras Borrero, dentro de la nobleza indígena
podía distinguirse una alta nobleza y una pequeña nobleza.
“La alta nobleza estaba constituida por los descendientes de reyes y altos dignatarios indígenas, supremas
jerarquías sociales que, en tanto en cuanto se sometieran al vencedor y aceptaran hispanizarse, fueron respetados
95 En el territorio del Virreinato del Perú, los caciques fueron conocidos con el nombre de curacas.
y dignos de toda preeminencia, gozando de igualdad de derechos con los españoles, con los que hicieron
entronques matrimoniales, afianzando su inclusión en la casta de encomenderos, de los que terminaron por no
diferenciarse socialmente, pero bien entendido que este brillo social no les corresponde por sus antiguas funciones
políticas, que pierden en absoluto, sino por el nuevo papel que desempeñan en el entramado social”.
“La pequeña nobleza, constituida por jefes locales prehispánicos conserva, en cambio, su antiguo papel, si bien
bajo la autoridad de los españoles. Estos les llamaron genéricamente “caciques”, confiándoles inicialmente los
encomenderos el manejo de sus indios”.
“Bajo el punto de vista nobiliario, hay que resaltar el carácter hereditario (con arreglo a las leyes sucesorias
españolas) de los cacicatos. Sus titulares fueron declarados exentos de tributo y mita, se les otorga jurisdicción
(controlada por las autoridades españolas) sobre sus súbditos, se les autoriza el uso del título de “don” y se les
equipara a los hidalgos castellanos. Entre las prerrogativas judiciales destaca la imposibilidad de que los
corregidores, superiores inmediatos de los caciques, puedan juzgar a éstos, ventilándose sus litigios y
responsabilidades directamente en las Audiencias”.
Por Real Cédula de 1545, el Emperador Carlos I, V de Alemania, reconoció a los caciques una
altísima nobleza, por encima de la de los Grandes de España. Les llamó “hermano” y “hermana”,
dándoles el tratamiento de altezas, concediéndoles el Toisón de Oro a perpetuidad, así como el
derecho a permanecer cubiertos en su presencia y a presidir todos los tribunales, concejos y
cabildos y a mantener una pequeña corte y consejeros.
Socialmente, los caciques tuvieron una notoria influencia en la vida social y cien años después
de la conquista eran casi todos, hombres educados y de cierta riqueza y no pocos de ellos se
erigieron en defensores de su pueblo y en líderes de las reivindicaciones indígenas, como el
caso de otro tunjano, don Diego de Torres y Moyachoque, Cacique de Turmequé. Todavía
hoy, con dificultad en nuestro país, pero con mayor facilidad por ejemplo en Perú,
encontramos casas de acrisolada nobleza, tituladas o no, que provienen de los linajes de los
Emperadores, Curacas o Señores Caciques Indios, como lo afirma doña Vicenta María
Márquez de La Plata y Ferrándiz96.
Dentro del derecho indiano estaban también las autorizaciones para viajar, que en su orden se
hacían a castellanos, aragoneses y andaluces, excluyendo moros, judíos, herejes, gitanos y otros
sectores europeos. Después ingresaron los negros en condición de esclavos servidores de los
señores y como mano de obra destinada a la agricultura, hasta ser incorporados a la ganadería y
luego al trabajo en las minas para suplir a los indígenas; también se les utilizó como brazeros o
bogas y a las mujeres en la prostitución. La afluencia de esclavos tuvo su punto más importante
entre los siglos XVII y XVIII y siempre algunos de ellos lograban su libertad huyendo,
convirtiéndose en merodeadores, asaltantes o como cimarrones, refugiándose en lugares de
difícil acceso para los blancos donde trataban de reproducir su cultura. Poco a poco esos
poblados tomaron el nombre de palenques, que se erigían como símbolos de libertad.
Por otro lado, la llegada a América de reinos distintos al español tuvo menos normatividad,
bien sea por su llegada posterior, por el poco estímulo que las empresas representaban al no
recibir tantos derechos y privilegios como daban los españoles o a que su interés tampoco era
96 MÁRQUEZ DE LA PLATA Y FERRÁNDIZ, Vicenta María. El reconocimiento de la Nobleza Inca. En: Revista
Iberoamericana de Heráldica # 10. Ediciones del Colegio Heráldico de España y de Las Indias, Madrid, 1997, p. 27.
misionero o evangelizador. Inglaterra fue, sin lugar a duda, la única que dictó disposiciones
encaminadas a proseguir la conquista, animada por un espíritu mercantilista, que contemplaban
lo siguiente:
Cartas Reales: Por las cuales se concedían permisos a compañías comerciales para
explorar y promover nuevos mercados, desarrollar el comercio y la colonización, etc.
Ley de aduanas coloniales: Fijaba los derechos aduaneros para los mercados
intercoloniales con el fin de evitar la evasión de impuestos.
Ley de navegación: Reglamentaba que los productos llevados o traídos a las colonias,
únicamente podían ser transportados en barcos ingleses. Igualmente, todo producto
colonial debería ser llevado a Inglaterra para su posterior colonización.
Ley del mercado fijo: Disponía que todo artículo, bien fuera de origen inglés o
extranjero, con destino a las colonias, únicamente podía ser embarcado en puertos
ingleses.
En Portugal, se establecieron para sus posesiones del Brasil, las cartas de donación, en las
cuales los contratistas se comprometían a colonizar por su cuenta y riesgo los territorios
adjudicados, teniendo sobre ellos, con carácter hereditario, poder político, militar y jurídico.
También en el derecho portugués estaban las cartas-ley; los alvará a los que se supeditaban las
concesiones temporales; los decretos que reglaban asuntos específicos y el regimiento, en los
cuales se contemplaban todas las situaciones, funciones y sanciones referidas a la
administración de los territorios ultramarinos.
A continuación transcribo el capítulo XVIII de la obra “Datos para la Historia del Derecho
Nacional” de don Fernando Vélez, 1891, en la Imprenta Departamental de Medellín, que nos
orienta acerca de la evolución jurídica de nuestras instituciones.
CAPÍTULO XVIII
RECOPILACIONES DE LEYES
I. RECOPILACIÓN GRANADINA.–II. APENDICE A LA RECOPILACIÓN
GRANDINA.-III. ACTOS OFICIALES DE 1860 a 1862.-IV. COLECCIÓN DE
KEYES DE 1863 a 1875.-V. RESUMEN DEL NÚMERO DE LEYES.-VI.
PRINCIPALES CODIGO Y LEYES VIGENTES.
En ley de 4 de Mayo de 1843 se dispuso que el Poder Ejecutivo hiciera formar y publicar una
recopilación de las leyes y decretos que menciona la ley, los cuales deben considerarse, por
tanto, como los únicos vigentes, hasta esa fecha, de los expedidos por la República.
No habiéndose dado cumplimiento a esta ley hasta 1844, el 12 de Junio de este año fue
adicionada en el sentido de incluir en la Recopilación las leyes de 1844, y de excluir otras que se
habían mencionado en la primitiva. También dispuso la ley adicional que en la Colección de
tratados públicos vigentes, que debían publicarse por separado de la Recopilación (artículo 5 de
la ley de 1843), se insertase el doble texto de los tratados bilingües.
Así es que las leyes expedidas por el Congreso de la República de 1821 a 1844, inclusive,
componen la obra titulada “Recopilación de las leyes de la Nueva Granada”, conocida común
y aun oficialmente con el nombre de RECOPILACIÓN GRANADINA. Esta obra se formó
y publicó en 1845 por Don Lino de Pombo, por comisión del Poder Ejecutivo y en
cumplimiento de las leyes de 1843 y 1844 citadas. Ella no comprende sino las disposiciones
legales vigentes en este último año.
“El Tratado primero, que aproximativamente pudiera llamarse de alto gobierno, régimen político
y fomento interior, está subdividido en seis Partes. La 1.ª (comprende 18 leyes), encierra las de
carácter más general y nacional; de homenajes a la grata memoria de los mártires y fundadores
de la Independencia; sobre pabellón, escudo de armas, censo, elecciones, etc.; y las que con
especialidad conciernen a los poderes legislativo y ejecutivo: la 2ª parte (31 leyes) las de
régimen gubernativo seccional y régimen municipal; la 4ª (15 leyes) sobre vías de comunicación
: la 5ª (15 leyes) sobre industria, colonización e inmigración; y la 6ª (14 leyes) sobre indígenas y
esclavos.
“El Tratado segundo abraza todo el ramo judicial en cuatro partes: 1.ª (16 leyes), organización: 2.ª
[17], juicios civiles: 3.ª [23], juicios criminales : 4.ª [13] penas y establecimientos de castigo.” La
1.ª ley de la Parte 4.ª es el Código Penal de 1837.
“El Tratado tercero comprende en dos partes las leyes vigentes en el ramo de la enseñanza
pública.” La parte 1.ª consta de 11 leyes, de las cuales la 1.ª es la que asegura por cierto tiempo
la propiedad de las producciones literarias y algunas otras [1834]. La parte 2.ª comprende 21
leyes.
“El Tratado cuarto se versa sobre los negocios eclesiásticos, subdivididos en cuatro partes. Parte
1.ª [19 leyes], patronato y negocios diocesanos: 2.ª [17], feligresías y misiones: 3.ª [17] órdenes
religiosas: 4.ª [10] disposiciones pontificias que tiene fuerza de ley.
“En el Tratado quinto está reunida la legislación de hacienda y mercantil. Parte 1.ª (25 leyes),
leyes generales de Hacienda, y sobre recaudación, distribución y contabilidad de las rentas del
Estado: 2.ª [15], crédito nacional: 3.ª [16], leyes sobre navegación y comercio: 4.ª [24] , rentas
internas.
“El Tratado sexto se contrae al ramo militar, en dos partes, a saber: 1.ª [24 leyes], organización,
servicio y administración: 2.ª [20], instrucción, abonos, premios, y actos especiales de honores y
recompensas.
“El Tratado séptimo y último hace relación al negociado de relaciones exteriores: 1.ª Parte [5
leyes], leyes de este ramo: 2.ª parte tratados públicos [18].
“La clasificación y división indicadas no son, ni podían ser, del todo exactas, principalmente en
los ramos judicial y militar; porque hay, entre las recopiladas, varias leyes que se rozan con
negociados diversos, y que no era regular ni lícito repartir en trozos en diferente lugares.”
Como se ve, las leyes recopiladas no lo fueron en el orden cronológico en que hemos
mencionado las de que tratamos en este libro. Tampoco están publicadas íntegras, pues se les
suprimieron los encabezamientos, los considerandos, los artículos que estaban derogados, la
Para que se vea la denominación con que deben citarse las leyes, pondremos algunos ejemplos
relativos a las de uso más frecuente. El Reglamento sobre minería expedido el 24 de Octubre
de 1829 por el Libertador, es la ley 10, Parte 4.ª, Tratado 5.° La ley de 10 de Mayo de 1834
“Que asegura por cierto tiempo la propiedad de las producciones literarias y algunas otras”, es
la ley 1.ª, Parte 1.ª, Tratado 3.° El Código Penal [ ley 27 de Junio de 1837 ] es la ley 1.ª, Parte
4.ª, Tratado 2.° La ley de 22 de Junio de 1842 “De procedimiento en los juicios ejecutivos”, es
la ley 14, Parte 2.ª, Tratado 2.° La ley de 13 de Junio de 1843 “De procedimiento en los juicios
de concurso de acreedores”, es la ley 13, Parte 2.ª, Tratado 2.° La ley de 10 de Junio de 1843
“Sobre registro de instrumentos públicos y anotación de hipotecas”, es la ley 6.ª, Parte 4.ª,
Tratado 5.°
Las leyes de 1845 a 1850, inclusive, se hallan coleccionadas en una obra titulada: “Apéndice a la
Recopilación de las leyes de la Nueva Granda”, conocida con el nombre de APÉNDICE A LA
RECOPILACIÓN GRANADINA. Dicha obra se ordenó y publicó en 1850 por don José
Antonio de Plaza, en virtud de disposición del poder Ejecutivo nacional. Las leyes de 1845 á
1849, inclusive, están ordenadas de la misma manera que las de Recopilación Granadina, esto
es, por materias y no cronológicamente, mientras que las leyes de 1850 están en la última parte
del Apéndice, colocadas en el orden en que fueron expedidas.
El Apéndice está dividido, como la Recopilación, en siete tratados, cada uno de los cuales, en
sus partes respectivas, comprende leyes de la misma naturaleza de las que se hallan en los
tratados correspondientes de la Recopilación, con la misma colocación que en ésta se les dio.
Sin embargo, diremos que el tratado 1.° comprende 6 partes, de las cuales la 1.ª consta de 39
leyes, la 2.ª de 69, la 3.ª de 20, la 4.ª de 18, la 5.ª de 13 y la 6.ª de 5; que el Tratado 2.° tiene 4
partes: la 1.ª con 15 leyes, la 2.ª con 7, la 3. ª con 3 y la 4.ª con 6; que el Tratado 3.° está
subdividido en 2 partes: la 1.ª comprende 8 leyes y la 2.ª 16; que el Tratado 4.°, lo está en otras
dos; la 1.ª con 7 y la 2.ª con seis leyes; que el tratado 5.° comprende 4 partes: 1.ª de 35 leyes; 2.ª
de 8, 3.ª de 37 y 4.ª de 19; que el Tratado 6.° solo tiene dos partes: la 1.ª con 16 leyes, y la
segunda con otras 16; y que el Tratado 7.° tiene otras dos partes, de las cuales la 1.ª comprende
9 leyes, y la 2.ª una colección de tratados públicos que solo consta de 6.
A continuación de las leyes ordenadas, que son las de 1845 a 1849, inclusive, hay un excelente
repertorio o índice alfabético relativo a ellas. Las de 1850, que se hallan después de ese índice,
y que se publicaron sin clasificación ninguna, según lo hemos dicho, también están seguidas de
un repertorio, precedido de un índice cronológico. Antes de ese Repertorio se encuentra una
anotación de las leyes de 1850 “en cuanto reforman ó derogan otras leyes anteriores” de las
comprendidas en el Apéndice.
Respecto de la manera de citar las leyes de éste, menos las de 1850, nos basta decir que es la
misma que debe observarse para citar las de la Recopilación. Pondremos un solo ejemplo. El
Código de procedimiento en los negocios criminales (Ley de 11 de Mayo de 1848) es la ley 2.ª,
Parte 3.ª, Tratado 2.° De modo que para citar uno de sus artículos debe decirse: artículo tal de
la Ley 2.ª, Parte 3.ª, Tratado 2.° del Apéndice a la Recopilación Granadina.
Los actos oficiales del gobierno provisional que surgió de la revolución de 1860, se hallan
publicados en dos volúmenes, de los cuales el 2.° es apéndice del 1.°, impresos conforme á los
dispuesto en Decreto de 7 de Abril de 1862.
Los actos no están publicados en orden cronológico, sino clasificados según la Secretaría de
Estado, de que emanaron. Hablando del tomo principal diremos que primero se encuentran
los actos de la SECRETARÍA DE ESTADO Y RELACIONES EXTERIORES en dos
partes: la una Departamento de Relaciones Exteriores, y la otra Departamento de Obras públicas; en
seguida los actos de la SECRETARÍA DE LO INTERIRO en cinco partes: Departamento de lo
Interior, Departamento de Justicia, Departamento del Culto, Departamento de Fomento y Departamento de
Beneficiencia y Recompensas; después los actos de la SECRETARÍA DE GUERRA Y MARINA
en dos departamentos: uno de Guerra y otro de Marina; á continuación los actos de la
SECRETARÍA DE HACIENDA en estos Departamentos: de deuda nacional (ramos de crédito
público y de manumisión); de gastos de Hacienda y del Tesoro; del Tesoro; de Hacienda (ramos de
Aduanas, de bienes nacionales, de salinas, de timbre y de negocios generales); de Contabilidad
general; de Correos y de Beneficencia y Recompensas; viene en seguida la SECRETARÍA DEL
TESORO y crédito nacional, en estos departamentos: de deuda nacional, del Tesoro y de
Contabilidad. Termina el volumen con los Actos y Acuerdos de la Junta Suprema del crédito
nacional.
La clasificación del Apéndice es la misma que la del tomo principal que hemos indicado. Así
es que para hallar lo que se desea, es necesario saber la secretaría á que corresponde para
buscarlo allí.
En cuanto a la naturaleza de los actos oficiales, sabido es que los de consecuencias más graves
fueron los relacionados con la Iglesia; es decir los Decretos sobre desamortización de bienes de
manos muertas y de tuición, de los cuales el 1.°, correspondiente á la Secretaría de hacienda, se
encuentra en el departamento de deuda nacional, ramo de crédito público, y el 2.°en la
Secretaría de lo interior, ramo del culto.
Debemos agregar que el Código Judicial de 1872 (Ley 57 bis de 7 de Junio) en su artículo 1941
dispuso (número 3.°) que debían observarse como ley los Decretos de carácter legislativo
expedidos por el Gobierno provisional desde 1861 hasta 4 de febrero de 1863.
Según leemos en la colección de leyes de que pasamos á hablar { nota número 598, pág. 1228]
la ley anterior, se cumplió por contrato hecho con los Sres. Agustín Núñez y José Belver; pero
No habiéndose concluido la obra cuando el Congreso de 1875 cerró sus sesiones, dispuso el
Poder Ejecutivo que en ella se incluyesen las leyes de ese año.
A las leyes no se les suprimió cosa ninguna: ni las disposiciones derogadas, ni encabezamiento,
ni firmas correspondientes. Así que están publicadas de las misma manera que se hallaban en
los cuadernos de leyes de cada año. Puede decirse que una de las causas de la edición de que se
trata, fue la escasez de aquellos cuadernos.
Las leyes están colocadas en orden cronológico y numeradas aparte las de cada año, por
resolución del poder Ejecutivo, puesto que la ley que las manó numerar sólo se expidió en
1873 [Ley 1.ª de 21 de Febrero “Sobre numeración y cita de las leyes.”] Antes de 1873 no se
numeraban las leyes.
Debemos advertir que en cuanto a las leyes de que hemos hablado anteriormente, relativas al
período de 1863 a 1875, nos hemos referido a la colección anterior. Y también que antes de la
ley 1.ª de 21 Febrero de 1873, los actos del Congreso se denominaban unas veces leyes y otras
decretos, según su importancia; pero que en esa ley se dispuso [artículo 1.°] que todo acto de
carácter legislativo llevase el nombre de Ley.
Después de 1810, hubo muchas otras actas de independencia regional como el Acta de
Constitución del Estado del Socorro, del 15 de agosto de 1810 y la Constitución de Timaná en
Garzón del 6 de noviembre de 1810; así mismo, actas o pactos de confederación y leyes
fundamentales; sin embargo, encontramos las siguientes verdaderas Constituciones:
Larrea, Martín Santiago de Icaza y José Félix Valdivieso. Expedida por el “Congreso
Admirable”.
La Ley Fundamental del Estado de la Nueva Granada, de 1831. Su autor fue Alejandro
Vélez.
La Ley Fundamental del 29 de febrero de 1832. Fue escrita por Bernardino Tovar, Juan
de la Cruz Gómez, Domingo Cuenca, Inocencio Vargas y Romualdo Liévano. Fue
expedida por una convención de diputados de los departamentos del centro de la
república.
La Constitución del 20 de abril de 1843. Sus autores fueron José Ignacio de Márquez,
José Rafael Mosquera y Cerbeleón Pinzón. Esta Carta fue aplicada en la que podría
denominarse “Primera República Conservadora”, que había comenzado en 1837 y
culminaría en 1849. Fue expedida por el Congreso.
La Constitución Centro Federal del 20 de mayo de 1853. Nació de un proyecto
presentado desde 1851 por Francisco Javier Zaldúa, José María Plata, Eugenio Castilla,
Carlos Martín, José María Rojas Garrido y Manuel María Mallarino. Esta Constitución
tuvo vigencia dentro de la denominada Primera República Liberal, que inició en 1849
hasta 1885. Fue expedida por el Congreso.
La Constitución de la Confederación Granadina del 22 de mayo de 1858. Fue expedida
por el Congreso.
La Constitución de Rionegro del 8 de mayo de 1863. Fue el fruto de la Convención
Nacional, integrada por 64 diputados, entre los cuales estaban Tomás Cipriano de
Mosquera, Justo Arosemena, Bernardo Herrera, José Araujo, Felipe Zapata, Antonio
Ferro, José María Herrera, Lorenzo María Lleras y Camilo Antonio Echeverri.
La Constitución de la República del 5 de agosto de 1886. Fue expedida por un Consejo
Nacional de Delegatarios.
La Constitución Política de Colombia del 4 de julio de 1991. Expedida por la Asamblea
Nacional Constituyente.
LA PROFESIÓN DE ABOGADO:
¿Cuándo surgió la profesión de abogado? Es una pregunta que muchos se hacen y sobre la
cual, lo que abundan son los chistes que denigran de la profesión.
El profesor Fabio LIZCANO RODRÍGUEZ, en la lección magistral “El Amor por la Toga”,
pronunciada en 1999 para despedir a los alumnos de último semestre de la Facultad de
Derecho en la Universidad de La Sabana, publicada en Díkaion # 9, pp. 15-20, señalaba:
“Ninguna carrera tan grande y tan vilipendiada como la nuestra desde los tiempos antiguos de la historia. Y es
que la grandeza de su propósito, da la idea también de la magnitud del daño, que apareja su perversión.
Ningún desatino, ningún error es tan grave, como la equivocación judicial. Y ninguna profesión (ni siquiera la
apreciada medicina), permite el contacto tan íntimo y simultáneo, con los más altos valores del ser humano con
sus bienes, su honra, su libertad y en algunas latitudes, hasta su propia vida.”
Según Marco Gerardo MONROY CABRA97, “la abogacía como defensa de personas, derechos, bienes e
intereses, nació en el tercer milenio antes de J.C. en Sumeria, y fue en defensa de una mujer gravemente acusada.
Según el Código de Manú los sabios en leyes podían ilustrar sin estipendio alguno a quien lo hubiere menester,
para sostener su alegación por sí o por otro, ante autoridades y tribunales. El Antiguo Testamento recoge
idéntica tradición entre los hebreos. En Egipto era necesario un defensor cuando se prohibieron las alegaciones
verbales. Esta tradición pasó a Grecia, y de Grecia a Roma.
En Grecia, la abogacía era actividad de ciudadanos libres y selectos. En Roma, de patricios ricos y poderosos.
Los griegos, desde Pericles en el Aerópago, alegaban la defensa de sus clientes, y desde Antifón sustituyeron su
presencia personal por la redacción escrita de sus alegatos.
En el derecho antiguo, abogar era privilegio de caballeros y de ciudadanos ejemplares, y es necesario restaurar
esta calidad. Esta era la razón por la cual no se admitieron en el foro esclavos, pródigos, desertores.
La oratoria de Lysías, Andócides y Demóstenes era mesurada, técnica, prudente y sobria, y estas mismas
calidades debieran adornar el lenguaje jurídico, que poco a poco ha venido a ser injurioso, con sátiras y diatribas
contra los jueces y sin ninguna elegancia.
La abogacía en Roma era patronato, cargo de honor, y justamente ése es su genuino sentido. Luego, la abogacía
se convirtió en profesión, cuando el emperador Justino constituyó el primer Colegio y obligó a su registro, de
cuantos fueran a abogar en el Foro. Las condiciones eran rigurosas: edad mínima de 17 años; aprobación de un
examen de jurisprudencia; acreditar buena reputación; no tener nunca mancha de infamia; comprometerse a
defender a quien el Pretor, en caso de necesidad, les designase; a abogar sin falsedad; no pactar con el cliente o
quota litis; y no abandonar la defensa una vez aceptada.
97 MONROY CABRA, Marco Gerardo. Ética del Abogado, en: Díkaion # 1, Revista de la Facultad de Derecho de la
Universidad de La Sabana, Bogotá, D.C., 1988, pp. 18-20.
Al comienzo el cliente no tenía obligación de pagar al abogado, pero si éste recibía los honorarios constituían
una donación válida, pero en todo caso se prohibía la quota litis.”
A estos aspectos históricos, se puede agregar parte de lo dicho por el doctor David MEJÍA
VELILLA, quien en su lección magistral “El Amor al Derecho”, publicado en la revista
Díkaion # 8 de 1999, expresaba:
“En el Palacio de Justicia de la Ciudad Eterna, entre el Tíber y Castel Santangelo, las estatuas de algunos de
los juristas mayores del imperio se alzan a la par de las columnas formidables de granito y de mármol, de piedra
antigua, como columnas del buen suceso de la comunidad romana. Y yo los veo, aún más los convoco, a Ulpiano
y a Gayo, a Modestino y a Papiniano, como columnas del buen suceso de la entera humanidad, inspirados y
fuertes en la investigación del derecho, en su defensa y enseñanza. Nosotros somos hijos de ellos, en el
pensamiento y en la actividad…
Ellos, los grandes juristas romanos, fueron al mismo tiempo que figuras del Foro, guías de sus discípulos. A sus
pies, como en la antigua escuela, oían los jóvenes que se formaban en la jurisprudencia, sus hondas enseñanzas y
repasaban sus textos. Pero la primera universidad para la enseñanza del derecho fue la de Bolonia, donde el
Maestro Graciano organizó estudios así llamados “de los dos derechos”, por donde vinieron a ser los canonistas
continuadores de las tradiciones romanas del derecho, sistematizadores de la primigenia ciencia jurídica.
Y es verdad histórica, entonces, que las facultades de derecho dieron comienzo a la institución de enseñanza
superior, desde ese siglo XII del Maestro Graciano.”
“El origen de la enseñanza jurídica en Roma se remonta al Colegio de Pontífices, desde el año 359 a.C. Este
colegio era el encargado de orientar las conductas de los ciudadanos. Los pontífices mismos, que generalmente
fungieron como magistrados antes de formar parte en el colegio sacerdotal, fueron los que declaraban el ius a
partir de las lege regiae porque en ellas se encontraban cifrados los elementos generales de los actos lícitos y
legítimos del orden cósmico. Las leges de las XII Tablas o bien las Leges regiae, eran claves de orientación
conductual.
Lo fasto y lo nefasto de los actos humanos era ponderado por las interpretaciones de lo divino. Los pontífices
contemplando las funciones de las divinidades descubrían las leyes que gobernaban las relaciones entre los
hombres y lo eterno. Cicerón afirma que el conocimiento del colegio de pontífices era absolutamente sistemático y
se vinculaba con conocimientos de astronomía, geometría, música, gramática y retórica. El saber jurídico se
encontraba vinculado a estos saberes. Sin embargo, tal como lo señala el mismo Cicerón, el cómo se encontraba
conformado este conocimiento y el cómo se enseñaba en el colegio de pontífices, es un misterio sobre el cual no
tenemos referencia alguna.
98 ESPINOZA MONROY, Elizabeth. La necesaria integración de las universidades, la sociedad civil y el poder judicial
en una eventual colegiación de los abogados en México, en: ARS IURIS, Revista de la Facultad de Derecho de la
Universidad Panamericana de México, # 42, 2009, pp. 147-152.
Por otra parte, en vista de que existió la institución del patronato, la función del abogado la ejercían los
patricios y pontífices que eran patronos y defensores de los plebeyos. El arte del ius civile se encontraba prolijo y
disipado (ius civile, quod nunc diffusum et dissipatum esset) y era difícil de aprenderlo, debido a que la
sistemática del conocimiento jurídico se encontraba todavía en manos de los pontífices como un secreto.
(…)
Por su carácter aristocrático, las respuestas de los pontífices tenían un estilo seco y autoritario, sin un argumento
o argumentos que justifiquen los criterios seguidos. El procedimiento para su elaboración era racional, pero el
carisma del colegio bastaba para fundar la decisión y una explicación de los motivos la habría disminuido. El
responsum emitido era anotado en los commentarii Pontificium, para que los componentes del Colegio pudiesen
consultarlos ante nuevos casos. No obstante, la auctoritas pontifical, el prestigio de los sacerdotes, asegura el
cumplimiento de cualquier fórmula. Por ello afirma Schulz que no se mostraban partidarios de pronunciarse
anticipadamente y esperaban que se presentara el caso en concreto para decidir.
Como se puede observar el carácter de la enseñanza jurídica no sólo tenía un matiz aristócrata sino también de
orden religioso. Es hasta la aparición de Tiberio que se dejó de lado el secretismo de la ciencia del derecho. Fue
el primer plebeyo que accedió a desempeñar el cargo de pontífice máximo (254 a.C.) y es considerado como el
primer docente en jurisprudencia, pues aparece en público dando respuestas sobre cuestiones del ius (En la obra
Vidas de los doce Césares, escrita por Suetonio). La innovación propuesta por Tiberio Coruncanio era la
distinción entre el publice profiteri y la in lantenti ius civile retinere, que fue el secretismo de las antiguas
consulationes a la apertura de la ciencia jurídica.
En opinión de Cannata, estos enunciados explicativos debían tomar la forma de regula iuris, regla con carácter
normativo que sintetizaba el principio del ius civile del que dependían la solución concreta, la fijación del
enunciado de tales regulae iuris con carácter normativo de la jurisprudencia arcaica: tenían una forma parecida a
los enunciados de las Doce Tablas y constituían un complemento de las mismas.
La transmisión de conocimientos jurídicos se daba por medio de la exposición y resolución del caso. No se trata
de una enseñanza jurídica sistematizada ni jerarquizada como la conocemos hoy en día. El procedimiento era
sencillo: el maestro exponía el caso y los alumnos escuchaban. El prestigio personal de los juristas era ganado a
través de aconsejar a los particulares, dejando de lado el monopolio de los pontífices en el conocimiento del
derecho.
Como afirma Fernández de Buján: <…es probable que sea entonces cuando comienza la enseñanza no reglada
por el derecho y no tanto contenido de la norma jurídica, sino técnica de argumentación, de la fundamentación,
de la lógica jurídica, del debate de ideas, que tenía un carácter eminentemente práctico. Era la época de la
simbiosis entre el responderé y el docere.>
Es importante señalar que las primeras corporaciones de abogados no se encontraban lejos de tener una estrecha
relación con las universidades. El nombre de universidad se le ha dado a las célebres escuelas de Atenas y de
Alejandría. Se afirma que en la edad Media aparece ésta que es considerada la institución europea por
excelencia. El origen de la Universidad data del establecimiento de la primera, en Bolonia en Italia, seguida de
la de París, en Francia. Walter Rüegg afirma que, según los investigadores de Carnduducci y sus colegas
medievalistas que basaron sus pretensiones sobre la antigüedad de Bolonia en un documento del famoso Irnerius
(c. 1080-1140), Federico I tomó bajo su protección a los estudiantes que acudían a las escuelas de Italia por
motivo de estudio, y decretó que podrían viajar sin obstáculo o vejación, y en caso de ser objeto de alguna podrían
defenderse ante sus profesores o ante el obispo.
Al respecto, el doctor Salvador Cárdenas indica: Con el advenimiento de los reinos medievales en la Alta edad
Media, el derecho devino en legalidad y la actividad jurisprudencial, propiamente dicha, prácticamente se perdió.
No fue sino hasta la aparición de los primeros programas de estudios generales (Studium Generale) y de la
universidad. Más tarde, impulsados por el descubrimiento del Digesto, que habían llevado a cabo Pepone e
Irnerio en el siglo XII, la autoridad de los juristas creció de tal modo que nuevamente fueron ellos quienes desde
la universidad y en el foro decían el derecho, basados por supuesto en su autoridad sapiencial y no en una
facultad política o administrativa.
Para que la universidad se fundara fue necesaria una organización colectiva formada por alumnos, maestros y
escuelas, el consortium magistrorum incluía a los profesores de teología y derecho, Medicina y artes (el trívium y
el quadrivium), que al encontrarse con intereses comunes y específicos formaron grupos más pequeños llamados
facultades. El nombre de <facultad> originalmente se daba a una rama del conocimiento, y se empleó en ese
sentido por Honorio III en su carta del 18 de febrero de 1229.
Ya consolidadas las universidades inició el proceso de expedición de títulos y los colegios se transformaron en
corporaciones sistematizadas con las finalidades, que señala Marina Olmeda:
Sobre las Universidades, me gustaría agregar un extracto de las palabras que pronuncié en la
Universidad Libre de Cali el 16 de marzo de 2007, en el homenaje que se me hizo por medio
de la Resolución Rectoral 002/07, al haber recibido mi título de Doctor por la Pontificia
Universidad Javeriana, que bajo el título “La Universidad: Comunidad de Maestros y
Estudiantes”, fue publicado en la Revista Criterio Libre Jurídico99:
99 OLANO GARCÍA, Hernán Alejandro. La Universidad: Comunidad de Maestros y Estudiantes, en: Criterio Libre
Jurídico, Vol. 4 # 1, enero – junio de 2007, Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Libre
Seccional Cali, pp. 161-163.
En las palabras de don Alfonso está claramente expresada la esencia de la Universidad como
una comunidad de maestros y alumnos magistrorum et scholarium dedicados a los saberes y a la
búsqueda de la verdad a partir de varios hábitos, entre los que están:
Cada uno de esos hábitos, deben llevar a profesores y estudiantes a encontrar sus metas y
objetivos.
En primer lugar, el estudiante debe superar el que se le siga considerando alumno, a lo que se
llega encontrando la luz de la verdad superior. Dejar de ser A- sin, lumno, lumni, lumen – Luz,
una persona sin luz. Alumno también quiere decir “alimentado” y por eso llamamos nodriza
“alma” a la Universidad, digna madre que alimenta a sus alumnos “alma mater”. Al comienzo,
los estudiantes sólo iban a la universidad a escuchar – audire, y por eso se exigía de ellos que
fueran ob-audientes, es decir, obedientes. Hoy en día su papel está en procurar cumplir lo mejor
posible su compromiso consigo mismos.”
El abogado o advocatus, de ad (a) y vocatus (llamado), a quien se requería para asesorar en los
asuntos judiciales o, también, para actuar en ellos, según dice Manuel OSSORIO en su
“Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Morales”100. El abogado era quien defendía en juicio a
una persona por escrito o de palabra o intercedía por alguien hablando en su favor, lo cual
ocurrió muchos años, incluso a través de personas que ni siquiera tenían título que así los
acreditase; por eso la definición original se contradice con la que CABANELLAS da para
definir el término abogado: “El que con título legítimo ejerce la abogacía. También es el profesor en
jurisprudencia que con título legal se dedica a defender en juicio, por escrito o de palabra, los intereses o causas
de los litigantes.”101
Don Alfonso X “El Sabio”, erigió la abogacía como un oficio público que sólo podía ser
ejercido a través de examen presentado ante magistrado, juramento de desempeñar bien el
cargo e inscripción de su nombre en la matrícula de abogados. Así transcurrieron los siglos
hasta la actualidad.
100 OSSORIO, Manuel. Diccionario de Ciencias Sociales, Políticas y Morales. Editorial Heliasta, Buenos Aires, 2006, p.
23.
101 FIERRO MANRIQUE, Eduardo. La Formación Profesional del Abogado. Empresa de Publicaciones del Huila,
Neiva, 1987, p. 25.
A ellas se sumaron como fuentes las de la Recopilación Granadina, esa gran obra que
comprende las leyes expedidas por el Congreso Neogranadino entre 1821 y 1844 y publicada
en el año de 1845 por don Lino de Pombo, sobre el proyecto originalmente redactado por
Clímaco ORDÓÑEZ.
Sin embargo, las normas “castellano-indianas”, usadas como fuentes de nuestra legislación
colombiana, desaparecieron de un plumazo de nuestro ordenamiento al disponerse en el
artículo 15 de la ley 57 de 1887: “Todas las leyes españolas están abolidas”, aunque su campo de
aplicación se restringió a las controversias y pleitos sobre contratos o actos ejecutados durante
la vigencia de esas leyes, como señala Fernando MAYORGA.
El ejercicio de la profesión de abogado, según José Luis SIQUEIROS 104, “no debe percibirse
como una actividad de exclusivo beneficio personal, sino como una misión de compromiso con la sociedad en la
que actuamos. En tal virtud, el desempeño de nuestras tareas profesionales debe estar vinculado a nuestra
responsabilidad frente a la comunidad.”
De igual forma, la misión del abogado debe ser cosmopolita, como procuradores e
impartidores de justicia nacional e internacionalmente. Por eso, “el jurista debe estar imbuido de una
fe honda y sincera en los postulados de la justicia; en un deseo ferviente de luchar sin anteponer el lucro a tan
noble propósito. Aquellos de nosotros que no sigamos los postulados de la ética profesional no seremos dignos
exponentes de la abogacía.”105
102 Esta expresión es utilizada por MAYORGA GARCÍA, Fernando. El Notariado en el Estado Soberano de
Cundinamarca. En Díkaion # 5, Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Sabana, Chía, 1996, p. 51.
103 URIBE VARGAS, Diego. Las Constituciones de Colombia. Ediciones de Cultura Hispánica, Madrid, 1977. Tomo III,
p. 397.
104 SIQUEIROS, José Luis. La Responsabilidad ética del Abogado, en: ARS IURIS, Revista de la Facultad de Derecho de
la Universidad Panamericana de México, número especial en homenaje a los 60 años del Despacho Barrera-Siqueiros y
Torres Landa, México, D.F., julio de 2009, pp. 525-529.
105 SIQUEIROS, José Luis, art. Cit., p. 527.
Quien ejerce nuestra profesión, debe luchar por el derecho y obrar con rectitud, como
abogado y como juez, como juristas!! Precisamente un buen juez debe obrar bajo ciertos
principios, que se desprenden de las admoniciones de don Quijote a su escudero sancho Panza
para el gobierno de la Ínsula Barataria: “cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues todo
el rigor de la ley al delincuente; que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo; si acaso doblares
la vara de la justicia, que no sea con el peso de la dádiva, sino con el peso de la misericordia.”
Esto es lo que Marco Gerardo MONROY CABRA106 dio por denominar la “necesidad de volver
al sentido primitivo de la abogacía”, que se concreta con un principio fundamental: “obrar con
moralidad y rectitud de conciencia. La honradez, la bondad, la firmeza, la prudencia, la ilustración y pericia,
son consecuencia de la moralidad. Y si se recuerda el origen histórico de la abogacía, se encuentra que antes que
profesión nació como una actividad señoril.”
La única manera de purificar <lo que huele a podrido> es aumentar el número y calidad de
actuaciones deontológicas claras y morales. No se puede permitir que el pragmatismo se imponga, ni
que se acepte la moral laxa o que se limiten o supriman las exigencias morales. No se puede cooperar
para el mal, ni puede existir complicidad en la utilización de pruebas dolosas o medios inmorales o
ilícitos.”
Señalando más adelante, para dejar inquietudes sobre la moralidad y rectitud de conciencia108:
“La moralidad es la regulación de los actos humanos de acuerdo con algunos criterios, normas o leyes.
Desde luego que la ética se refiere a los actos humanos libres, morales, voluntarios e imputables,
excluyendo los actos meramente naturales, los físicamente coaccionados y los no imputables.
Cuando se dice que el abogado debe actuar con moralidad estamos expresando que debe tener rectitud
de conciencia.
El ideal moral que tiene que tener el abogado es actuar en conciencia y a conciencia como lo observa
Rafael Gómez Pérez (Deontología Jurídica, EUNSA, Pamplona, 1982, p. 128), la conciencia juzga
según criterios anteriores a ella y que ella no crea, sino descubre: la ley moral, la ley humana y la ley
divino-positiva. El abogado debe juzgar siempre con conciencia cierta y verdadera, ha de seguirse la
conciencia invenciblemente errónea y no es lícito actuar con conciencia prácticamente dudosa. Desde
luego que el abogado debe mirar la ley moral para saber qué actos son moralmente buenos, malos o
indiferentes, e indagar la finalidad objetiva de la acción, las circunstancias que rodean el acto y el fin
que pretende el que realiza el acto. Existe libertad de conciencia, pero se debe advertir que el fin no
justifica los medios y que, por ende, no es lícito utilizar pruebas falsas o que no sean inmaculadas.
El abogado tiene responsabilidad moral, y por tanto debe actuar según su recta conciencia y los dictados
de la ley moral.”
“La labor del Jurisconsulto debe ser de constante propaganda: estudiar, pensar y escribir, tal es en
nuestro entender la misión del abogado.
Desgraciadamente, entre nosotros no tenemos idea clara y determinada de lo que es la noble ciencia de
la Jurisprudencia. Justiniano la definió así: Divinarum atque humanorum rerum notitia, justi
injustique scientia; el conocimiento de las cosas divinas y humanas, la ciencia de lo justo y de lo injusto.
La palabra Jurisprudencia tiene diferentes acepciones, pero la más lata es aquella que se define diciendo
que es la ciencia del derecho.
La filosofía y la historia son dos elementos importantes sin los cuales el estudio de la Jurisprudencia
sería estéril é incompleto.
«Los antiguos, dice un autorizado expositor, daban a sus jurisconsultos el nombre de sabios y de
filósofos. porque la filosofía encierra por primeros elementos del derecho, prohibiéndonos todo lo que es
contra las leyes de la naturaleza, y que así la filosofía como la jurisprudencia tienen igualmente por
objeto el amor a la práctica de la justicia».
Tito Caruncanco, gran pontífice, fue quien primero dio consejo acerca de los negocios forenses a los que
le consultaban, y su ejemplo fue seguido por Manlio, Mucio Scévola, Trebacio, Sulpicio y otros. En las
épocas del nacimiento de los jurisconsultos se practicaba cierto ceremonial; así, los jurisconsultos se
paseaban por el Foro y allí ocurrían las gentes a pedirles consejos y eran considerados como oráculos.
Daban sus respuestas desde un asiento elevado: exolio tanquam ex tripode; acercábase el cliente
diciendo: licet consulere? el jurisconsulto respondía: Consule; entonces el cliente refería su asunto y aquél
daba su respuesta, ya verbalmente, ó ya por escrito, pero sin exponer razón alguna.
Cuando se ofrecían casos arduos y cuestionables, solían reunirse varios jurisconsultos en el Foro, junto
al templo de Apolo, y después daban su dictamen.
También los jurisconsultos no se limitaban a interpretar las leyes, sino que sacaban deducciones según
su criterio y que no se hallaban en el texto, y así suplían los vacíos y las omisiones; de aquí se les daba
el nombre no sólo de intérpretes, sino también autores del derecho, legisladores, sacerdotes de la justicia y
doctores de la verdadera filosofía.
109 OLANO GARCÍA, Hernán Alejandro. Mil Juristas. Ediciones de la Academia Colombiana de Jurisprudencia,
Colección Portable, Bogotá, D.C., 2004, pp. 174-176.
La jurisprudencia fue patrimonio especial de los patricios, mas luego quedó restringida a cierto número
de jurisconsultos. Más tarde Calígula quiso abolirlos, pero Adriano les confirió los privilegios que les
había dado Augusto. Tal es, en breves síntesis, el origen de los jurisconsultos.
Hemos hecho esta introducción para que se comprenda cuán distinta es la misión del Abogado. Así,
remontándonos al origen de la Jurisprudencia, es como podemos analizar su evolución y conocer sus
tendencias.
En nuestros días la profesión del abogado se ha convertido para unos en rutina permanente y para
otros en miserable especulación. No hay una demarcación entre el jurisconsulto verdadero y el tinterillo
o el rábula.
Poco tiempo hace hablamos con un inteligente e ilustrado joven jurisconsulto y nos manifestaba el
aumento extraordinario de litigantes que casi diariamente ingresaba en los Juzgados, y por cierto nos
daba una explicación muy sencilla; la razón, nos decía, es clara: cada escribiente, dependiente o portero
de los Tribunales y Juzgados, y cada empleado de una agencia judicial, son otros tantos futuros
Doctores de nuevo cuño y de nueva filosofía.
En Inglaterra la profesión de Abogado ha sido objeto de reglamentación, más que ninguna otra
institución.
El Boreau inglés se remonta a tiempo inmemorial y su historia puede resumirse en derechos, deberes,
restricciones y privilegios, los que colocan al abogado en categoría respetable, ya con respecto de terceros,
ya de prerrogativas, como por ejemplo, según el derecho consuetudinario, no puede ningún abogado ser
juzgado por difamación a consecuencia de expresiones empleadas en estrados.
Las leyes francesa y belga tienen también reglamentada la profesión y su disciplina, según el Decreto
Real de 5 de agosto de 1836. En el importante estudio sobre la abogacía en Bélgica, de P. Mau
Wernnans, publicado en el Boletin mensuel de la Societé de Legislation Comparie, encontramos las
leyes expedidas con el fin dicho, desde 1830 hasta nuestros días. Allí están las enseñanzas relativas a
la profesión de abogado, condiciones para la admisión en la orden, ejercicio de la profesión,
incompatibilidades y costumbres profesionales, etc., etc.
Para la obtención de título de Doctor en Derecho, necesítanse un mínimum de cinco años de cursos: dos
se consagran a la Filosofía y las Letras, uno a la Licenciatura en Derecho y dos al Doctorado.
Para ejercer la profesión de Abogado necesitase prestar el juramento respectivo, concebido en estos
términos: «juro obediencia a la constitución y al pueblo belga, y ejercer mi profesión con honor y
dignidad».
«El dominio del Abogado belga es la Bélgica entera, sin exceptuar ninguna jurisdicción».
«El abogado francés defiende y guía a sus clientes, pero jamás es un mandatario» .
Respecto a honorarios profesionales, prevalece la opinión de Mr. Picards, «que los abogados pueden y
deben hacerse adelantar fondos, y que este anticipo de fondos debe convertirse en práctica regular y
general, normal y obligatoria».
De aquí ha resultado que en todas las profesiones que implican estudios serios, como la Abogacía, se
han improvisado otros tantos juristas, que vienen a ser amenazas sociales.
Por arraigados principios somos partidarios de la libertad de trabajo, pero no de una manera absoluta,
permitiendo el ejercicio de delicadas carreras, cuando quien las ejerce debe conocer los principios tutelares
de la ciencia, en sus más serias e importantes manifestaciones.
En cuanto a la función social de nuestra profesión, el artículo 1° del Decreto-Ley 196 de 1971,
establece lo siguiente:
Artículo 1º. La abogacía tiene como función social la de colaborar con las autoridades en la
conservación y perfeccionamiento del orden jurídico del país, y en la realización de una recta y cumplida
administración de justicia.
Eso indica que –según MONROY CABRA110-, “la abogacía no es, como muchos piensan, un medio
fácil para enriquecerse sin importar los medios utilizados, ni es tampoco defender cualquier causa, así sea
injusta, si los honorarios son importantes, ni tampoco el abogado es un hombre diestro en el manejo de la ley que
puede defender a un mismo tiempo lo blanco y lo negro.” Y, citando también a MARTÍNEZ VAL,
agrega: “la abogacía es una institución servida por profesionales libres e independientes, y consagrada a la
justicia, al consejo, a la concordia y a la defensa de intereses públicos y privados, mediante la aplicación de la
ciencia y de la técnica jurídicas.”
Los jueces también son abogados y, el 17 de junio de 2014, el Papa Francisco expresó
en la audiencia a los miembros del Consejo Superior de la Magistratura italiana su estima por la
actividad que desempeñan ''finalizada -ha dicho- al buen funcionamiento de un sector vital de
la convivencia social''. También se ha excusado con ellos por no haberlos recibido el pasado
lunes 9 de junio -cuando estaba fijado el encuentro- ya que como ha explicado él mismo: “A
media mañana me encontré mal, me subió la fiebre y tuve que anular todas las citas. Lo siento''.
El aspecto ético del trabajo de magistrado ha sido el primer punto del breve discurso del Santo
Padre, que ha puesto de relieve como en todos los países las normas jurídicas ''están destinadas
a tutelar su libertad e independencia para que pueda cumplir con las necesarias garantías su
importante y delicada tarea...respondiendo adecuadamente al encargo que la sociedad les confía
y manteniendo una imparcialidad irrebatible''.
legalidad, en nombre del cual el magistrado actúa. Del juez dependen decisiones que
repercuten no solamente en los derechos y los benes de los ciudadanos, sino que atañen a su
misma existencia''.
El Papa ha citado algunas de las cualidades intelectuales, psicológicas y morales que debe
poseer cualquier representante de la magistratura y que den garantía de fiabilidad, destacando
entre ellas de forma específica la prudencia, que ''no es una virtud para quedarse quieto, para
decir: 'Yo soy prudente y me paro.'' '¡No!. Es una virtud de gobierno, para sacar adelante las
cosas, la virtud que lleva a sopesar con serenidad las razones de derecho y de hecho que deben
estar en la base del juicio. Se tendrá más prudencia cuando se posea un equilibrio interior,
capaz de dominar el influjo derivado del carácter propio, del propio punto de vista, de las
propias convicciones ideológicas''.
Por último ha recordado la figura de dos magistrados ilustres, la de Vittorio Bachelet, que
estuvo al frente del Consejo Superior de la Magistratura en tiempos muy difíciles, víctima del
terrorismo durante los llamados ''años de plomo'' y la del joven juez, Rosario Livatino,
asesinado por la Mafia y cuya causa de beatificación está en curso. ''Ofrecieron -ha concluido-
un testimonio ejemplar del estilo propio del fiel laico cristiano; leal a las instituciones, abierto al
diálogo, firme y valiente cuando se trata de defender la justicia y la persona humana''.
Nadie podía imaginar que 28 horas después, el Palacio de Justicia sería arrasado como
resultado de una de las acciones más demenciales que el país ha presenciado, resultado de la
violenta incursión armada de la guerrilla y la desproporcionada respuesta del Estado: el uso de
armamentos y explosivos de todo tipo, el inexplicable vacío de poder del Gobierno, los
incendios que destruyeron la edificación y el saldo trágico de cerca de un centenar de personas
que perdieron la vida --‐entre civiles, miembros de la fuerza pública y guerrilleros y al menos
11 cuyo paradero aún se desconoce.
¿Quién es abogado?
Para contestar esta pregunta tan particular, debemos remitirnos al Decreto Ley 196 de 1971, el
cual dispone la inclusión de varios conceptos que podemos apreciar a continuación:
Artículo 1º. La abogacía tiene como función social la de colaborar con las autoridades en la
conservación y perfeccionamiento del orden jurídico del país, y en la realización de una recta y
cumplida administración de justicia.
Por su parte, en cuanto a la misión del abogado: En una sociedad fundada en el respeto a la
Justicia, el abogado tiene un papel preponderante. Su misión no es sólo ejecutar su mandato en
el marco de la ley, sino ser un colaborador de la Justicia. Bien lo indica así el artículo 2° del
Decreto-Ley 196 de 1971:
Artículo 2º. La principal misión del abogado es defender en justicia los derechos de la
sociedad y de los particulares. También es misión suya asesorar, patrocinar y asistir a las
personas en la ordenación y desenvolvimiento de sus relaciones jurídicas.
“La misión del abogado es servir a la justicia y no pleitear, como comúnmente se dice. La misión del
abogado es dar luz y verdad, y no complicar los problemas y las soluciones. El abogado busca la
declaración y realización del derecho. El abogado es un luchador por la justicia y debe tener, además de
la rectitud de conciencia, profesionalidad, independencia, libertad y ser un defensor de los derechos
humanos.
En épocas de crisis, cuando no se analiza si la causa es justa o injusta sino el monto de sus honorarios,
es necesario restaurar el prístino sentido de la abogacía como defensa de los pobres, de los necesitados y
de todos aquellos a quienes se les ha conculcado su derecho. Las leyes griegas de Dracón y Solón
ordenaban aspersiones con agua lustral, para purificar el aerópago después de cada sesión. La Lex
Cintia (204 a. de J.C.) y Augusto tuvieron que sancionar desviaciones de la pura tradición honoraria
romana, para vencer codicias abogadiles. Y esto es precisamente lo que se hace necesario hoy, para que
el abogado vuelva a ser hombre de honor y para que exista un repudio social de las prácticas inmorales
o ilícitas, utilizadas para ganar procesos.
Artículo 4º. Para ejercer la profesión se requiere estar inserto como abogado, sin perjuicio de
las excepciones establecidas en este Decreto.
Precisamente, dicho estudio es importante para el proyecto que se nos ha encomendado a los
Jefes de Área y profesores acerca de la elaboración de un listado de libros “clásicos del
derecho”, para ser incorporados dentro del plan curricular en la reforma que se aproxima.
Carlos GARCÍA GUAL, en un estudio citado por TÉLLEZ, expresa precisamente que “clásicos
son los autores y textos que han perdurado más allá del naufragio provocado por el oleaje del olvido y la desidia
de los siglos… Son lo más resistente a ser engullido por el olvido”.
Yo creo, que lo primero que debemos realizar, es revisar la obra de Andrés Bello y luego,
continuar con la elaboración de un listado y compilación de los textos de las distintas áreas, de
lo más representativo del derecho nacional: Fernando Vélez, Avelino Escobar, Juan Félix de
León, Cerbeleón Pinzón, Ezequiel Rojas y su contraparte: Miguel Antonio Caro; Alfonso
López Michelsen y su contraparte: Leopoldo Uprimny Rosefeld; Adán Arriaga Andrade; Jaime
Azula Camacho; Germán Cavelier; Edmond Champeau; José Vicente Concha; Hernando
Devis Echandía; Darío Echandía Olaya; José María Esguerra Samper; Nicolás Esguerra; Juan
Camilo Restrepo Salazar; Hernando Franco Idárraga; Bernardo Gaitán Mahecha; Julio Rozo
Rozo; Jorge Eliécer Gaitán; Nicolás García Zamudio; César Gómez estrada; Monseñor Rafael
Gómez Hoyos; Guillermo González Charry; Jorge Enrique Gutiérrez Anzola; Juan Benavides
Patrón, Carlos Betancur Jaramillo, Juan Rafael Bravo Arteaga, José Joaquín Caicedo Castilla,
Carlos Holguín Holguín, Fernando Hinestrosa Forero; Ilva Myriam Hoyos; Esteban Jaramillo;
Adolfo león Gómez, Carlos Lleras Restrepo; Hernán Fabio López Blanco, Carlos lozano y
Lozano; Carlos Medellín; Diego Mendoza Pérez, Hernando Morales Molina; Marco Gerardo
Monroy Cabra; Miguel Moreno Jaramillo; Abel Naranjo Villegas; Álvaro Pérez Vives;
Francisco de Paula Pérez; Mauricio Plazas Vega; Eduardo Posada; Carlos Restrepo Piedrahita;
Diego Uribe Vargas; Félix Restrepo, S.J.; Emilio Robledo Uribe, Antonio Rocha Alvira;
Eduardo Rodríguez Piñeres; Eustorgio Sarria, Hernando Tapias Rocha; Rafael Uribe Uribe;
Diego Uribe Vargas; Alfredo Vásquez Carrizosa; Jorge Vélez García; Jaime Vidal Perdomo;
Luis Villar Borda (kelseniano a morir); Jesús María Yepes; José Ignacio Narváez García;
Rodrigo Noguera Laborde; de los cuales, existen obras “clásicas” que aún no son “clásicos del
derecho”, aunque algunas de dichas obras hacen parte de la “Colección Clásicos” de la
Academia Colombiana de Jurisprudencia.
También podrían estudiarse algunas piezas como el discurso de miguel Bernal Medina
“Aproximación a la Filosofía del derecho en algunos aspectos de actualidad” o estudios realizados por
expertos para la elaboración de códigos, como los realizados por Parmenio Cárdenas, Blas
Herrera Anzoátegui, etc. De los códigos penal, laboral, etc. Tampoco puede desconocerse el
legado de Ángel Ossorio y Gallardo en “El Alma de la Toga”, ni mucho menos los tres tomos
de la grandiosa obra del profesor José Benjamín Rodríguez Iturbe, -que merece ser más
conocida universalmente-, ni los textos del profesor Roberto Suárez Franco.
112 Corresponde a un artículo del autor publicado en un diario de amplia circulación nacional. OLANO GARCÍA,
Hernán Alejandro. Los clásicos del derecho, en: El Nuevo Siglo, 20 de diciembre de 2010, p. A-5.
En apartes del artículo, publicado en el # 42 de 2009 de la revista Ars Iuris, Téllez expresa que
los abogados no sólo somos “espíritus prácticos”, sino también: que “si leemos de derecho,
seremos abogados; pero sólo abogados. Y ser abogado no es un mal inicio. Pero ser sólo
abogado pudiendo ser al mismo tiempo un homo integer es un grave error. Si además de
<buenos abogados>, queremos ser <abogados buenos>, o sea, abogados justos, y por tanto,
seres humanos felices, entonces debemos leer otra clase de textos: los textos clásicos” y, sobre
ese punto insiste en incluir dentro del listado tres cánones, propuestos en 1937 por un
destacado profesor de la Universidad de Columbia llamado John Erskine, quien aterrado con la
necesidad de incorporar a los inmigrantes a su nuevo país, propuso que el mejor modo de
lograr la incorporación de los inmigrantes era hablarles de lo que tenían en común tanto
americanos como europeos: La civilización occidental.
Así expreso mi propuesta para las reformas curriculares que actualmente se estudian en
muchas facultades de Derecho.
“Las reglas deontológicas están destinadas a garantizar, la función de abogado, en el grado de excelencia, como
auxiliar de la Justicia y, reconociendo su misión como indispensable, para el óptimo funcionamiento de la
sociedad. La inobservancia de estas reglas por el abogado tendrá como consecuencia, una sanción disciplinaria.”
Hoy en día, los Deberes Profesionales del Abogado, están incluidos en la Ley 1123 de 2007,
los cuales se complementan con lo que en su momento consagraba el artículo 47 del decreto
196 de 1971, Estatuto del Abogado, derogado parcialmente por el Código Disciplinario del
Abogado:
seriedad y el respeto debidos en sus relaciones con los funcionarios con los colaboradores y
auxiliares de la justicia, con la contraparte y sus abogados y con las demás personas que
intervengan en los asuntos de su profesión y, 6º Atender con celosa diligencia sus encargos
profesionales).
11. Proceder con lealtad Y honradez en sus relaciones con los colegas. (En el D. 196/71, el numeral 7° del
artículo 47, decía: 7° Proceder lealmente con sus colegas).
12. Mantener en todo momento su independencia profesional, de tal forma que las opiniones políticas propias o
ajenas así como las filosóficas, o religiosas no interfieran en ningún momento en el ejercicio de la profesión, en la
cual sólo deberá atender a la Constitución, la ley y los principios que la orientan.
13. Prevenir litigios innecesarios, inocuos o fraudulentos y facilitar los mecanismos de solución alternativa de
conflictos.
14. Respetar y cumplir las disposiciones legales que establecen las incompatibilidades para el ejercicio de la
profesión.
15. Tener un domicilio profesional conocido, registrado y actualizado ante el Registro Nacional de Abogados
para la atención de los asuntos que se le encomienden, debiendo además informar de manera inmediata toda
variación del mismo a las autoridades ante las cuales adelante cualquier gestión profesional.
16. Abstenerse de incurrir en actuaciones temerarias de acuerdo con la ley.
17. Exhortar a los testigos a declarar con veracidad los hechos de su conocimiento.
18. Informar con veracidad a su cliente sobre las siguientes situaciones:
a) Las posibilidades de la gestión, sin crear falsas expectativas, magnificar las dificultades ni asegurar un
resultado favorable;
b) Las relaciones de parentesco amistad o interés con la parte contraria o cualquier situación que pueda afectar
su independencia o configurar un motivo determinante para la interrupción de la relación profesional;
c) La constante evolución del asunto encomendado y las posibilidades de mecanismos alternos de solución de
conflictos.
19. Renunciar o sustituir los poderes, encargos d mandatos que le hayan sido confiados, en aquellos eventos
donde se le haya impuesto pena o sanción que resulte incompatible con el ejercicio de la profesión.
20. Abstenerse de aceptar poder en un asunto hasta tanto no se haya obtenido el correspondiente paz y salvo de
honorarios de quien venía atendiéndolo, salvo causa justificada.
21. Aceptar y desempeñar las designaciones como defensor de oficio. Sólo podrá excusarse por enfermedad grave,
incompatibilidad de intereses, ser servidor público o tener a su cargo tres (3) o más defensas de oficio, o que
exista una razón que a juicio del funcionario de conocimiento pueda incidir negativamente en la defensa del
imputado o resultar violatoria de los derechos fundamentales de la persona designada.
VIII. Ten fe. Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana;
en la Justicia, como destino normal del Derecho; en la Paz como sustitutivo bondadoso de
la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz.
IX. Olvida. La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras llenando tu alma
de rencor llegaría un día en que la vida sería imposible para ti. Concluido el combate, olvida
tan pronto tu victoria como tu derrota.
X. Ama tu profesión. Trata de considerar la Abogacía de tal manera, que el día que tu hijo te
pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que sea Abogado.
“Considerando que. en la Carta de las Naciones Unidas, los pueblos del mundo afirman, entre otras
cosas, su voluntad de crear condiciones bajo las cuales pueda mantenerse la justicia y realizarse la
cooperación internacional en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las
libertades fundamentales sin hacer distinción alguna,
Considerando que la Declaración Universal de Derechos Humanos consagra concretamente el principio
de la igualdad ante la ley, el derecho de toda persona a que se presuma su inocencia y el de ser oída
públicamente y con justicia por un tribunal competente, independiente e imparcial establecido por la ley,
Considerando que el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos garantizan el ejercicio de esos derechos, y que el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos garantiza además el derecho a ser juzgado sin demora
indebida,
Considerando que todavía es frecuente que la situación real no corresponda a los ideales en que se
apoyan esos principios,
Considerando que la organización y la administración de la justicia en cada país debe inspirarse en
esos principios y que han de adoptarse medidas para hacerlos plenamente realidad,
Considerando que las normas que rigen el ejercicio de los cargos judiciales deben tener por objeto que los
jueces puedan actuar de conformidad con esos principios,
Considerando que los jueces son los encargados de adoptar la decisión definitiva con respecto a la vida,
la libertad, los derechos, los deberes y los bienes de los ciudadanos,
Considerando que el Sexto Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y
Tratamiento del Delincuente, en su resolución 16, pidió al Comité de Prevención del Delito y Lucha
contra la Delincuencia que incluyera entre sus tareas prioritarias la elaboración de directrices en
materia de independencia de los jueces y selección, capacitación y condición jurídica de los jueces y
fiscales,
Considerando que, por consiguiente, es pertinente que se examine en primer lugar la función de los
jueces en relación con el sistema de justicia y la importancia de su selección, capacitación y conducta,
Los siguientes principios básicos, formulados para ayudar a los Estados Miembros en su tarea de
garantizar y promover la independencia de la judicatura, deben ser tenidos en cuenta y respetados por
los gobiernos en el marco de la legislación y la práctica nacionales y ser puestos en conocimiento de los
jueces, los abogados, los miembros de los poderes ejecutivo y legislativo y el público en general. Estos
principios se han elaborado teniendo presentes principalmente a los jueces profesionales, pero se aplican
igualmente, cuando sea procedente, a los jueces legos donde éstos existan.
Independencia de la judicatura
13. El sistema de ascensos de los jueces, cuando exista, se basará en factores objetivos, especialmente en
la capacidad profesional, la integridad y la experiencia.
14. La asignación de casos a los jueces dentro del tribunal de que formen parte es asunto interno de la
administración judicial.
Así mismo, existen otras resoluciones como la firmada en el año 1995 en Beijing, China y la
resolución expedida en el 2002 en Bangalore, Karnataka, India.
Por otro lado, existen los siguientes documentos que también merece la pena conocer acerca
de la función de abogados y fiscales, según decisiones adoptadas por las Naciones Unidas115:
Considerando que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos proclama, además, el derecho de las
personas a ser juzgadas sin demoras injustificadas y a ser oídas públicamente y con justicia por un tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido por la ley,
Considerando que el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales recuerda que la Carta
de las Naciones Unidas impone a los Estados la obligación de promover el respeto universal y efectivo de los
derechos y libertades humanos,
Considerando el Conjunto de Principios para la Protección de Todas las Personas Sometidas a Cualquier
Forma de Detención o Prisión, que estipula que toda persona detenida tendrá derecho a la asistencia de un
abogado, a comunicarse con él y a consultarlo,
Considerando que las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos recomiendan, en particular, que se
garantice la asistencia letrada y la comunicación confidencial con su abogado a los detenidos en prisión
preventiva,
Considerando que las Salvaguardias para garantizar la protección de los derechos de los condenados a la pena
de muerte reafirman el derecho de todo sospechoso o acusado de un delito sancionable con la pena capital a una
asistencia letrada adecuada en todas las etapas del proceso, de conformidad con el artículo 14 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
Considerando que en la Declaración sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas de
Delitos y del Abuso de Poder se recomiendan medidas que deben adoptarse en los planos nacional e
internacional para mejorar el acceso a la justicia y el trato justo, la restitución, la compensación y la asistencia en
favor de las víctimas de delitos,
Considerando que la protección apropiada de los derechos humanos y las libertades fundamentales que toda
persona puede invocar, ya sean económicos, sociales y culturales o civiles y políticos, requiere que todas las
personas tengan acceso efectivo a servicios jurídicos prestados por una abogacía independiente,
Considerando que las asociaciones profesionales de abogados tienen que desempeñar la función esencial de velar
por las normas y la ética profesionales, proteger a sus miembros contra persecuciones y restricciones o injerencias
indebidas, facilitar servicios jurídicos a todos los que los necesiten, y cooperar con las instituciones
gubernamentales y otras instituciones para impulsar los fines de la justicia y el interés público,
Los Principios Básicos sobre la Función de los Abogados que figuran a continuación, formulados para ayudar a
los Estados Miembros en su tarea de promover y garantizar la función adecuada de los abogados, deben ser
tenidos en cuenta y respetados por los gobiernos en el marco de su legislación y práctica nacionales, y deben
señalarse a la atención de los juristas así como de otras personas como los jueces, fiscales, miembros de los
poderes ejecutivo y legislativo y el público en general. Estos principios se aplicarán también, cuando proceda, a
las personas que ejerzan las funciones de la abogacía sin tener la categoría oficial de abogados.
desempeñan los abogados en la protección de sus libertades fundamentales. Debe prestarse especial
atención a la asistencia de las personas pobres y de otras personas menos favorecidas a fin de que
puedan probar sus derechos y, cuando sea necesario, recurrir a la asistencia de un abogado.
Competencia y preparación
8. Los gobiernos, las asociaciones profesionales de abogados y las instituciones de enseñanza velarán por
que los abogados tengan la debida formación y preparación, y se les inculque la conciencia de los ideales
y obligaciones éticas del abogado y de los derechos humanos y libertades fundamentales reconocidos por
el ordenamiento jurídico nacional e internacional.
9. Los gobiernos, las asociaciones profesionales de abogados y las instituciones de enseñanza velarán por
que no haya discriminación alguna en contra de una persona, en cuanto al ingreso en la profesión o al
ejercicio de la misma, por motivos de raza, color, sexo, origen étnico, religión, opiniones políticas y de
otra índole, origen nacional o social, fortuna, nacimiento, situación económica o condición social,
aunque no se considerará discriminatorio el requisito de que un abogado sea ciudadano del país de que
se trate.
10. En los países en que haya grupos, comunidades o regiones cuyas necesidades de servicios jurídicos no
estén atendidas, en especial cuando tales grupos tengan culturas, tradiciones o idiomas propios o hayan
sido víctimas de discriminación en el pasado, los gobiernos y las asociaciones profesionales de abogados y
las instituciones de enseñanza deberán tomar medidas especiales para ofrecer oportunidades a
candidatos procedentes de esos grupos para que ingresen a la profesión de abogado y deberán velar por
que reciban una formación adecuada a las necesidades de sus grupos de procedencia. Obligaciones y
responsabilidades
11. Los abogados mantendrán en todo momento el honor y la dignidad de su profesión en su calidad de
agentes fundamentales de la administración de justicia.
12. Las obligaciones de los abogados para con sus clientes son las siguientes: a) Prestarles asesoramiento
con respecto a sus derechos y obligaciones, así como con respecto al funcionamiento del ordenamiento
jurídico, en tanto sea pertinente a los derechos y obligaciones de los clientes; b) Prestarles asistencia en
todas las formas adecuadas, y adoptar medidas jurídicas para protegerlos o defender sus intereses; c)
Prestarles asistencia ante los tribunales judiciales, otros tribunales u organismos administrativos,
cuando corresponda.
13. Los abogados, al proteger los derechos de sus clientes y defender la causa de la justicia, procurarán
apoyar los derechos humanos y las libertades fundamentales reconocidos por el derecho nacional e
internacional, y en todo momento actuarán con libertad y diligencia, de conformidad con la ley y las
reglas y normas éticas reconocidas que rigen su profesión.
14. Los abogados velarán lealmente en todo momento por los intereses de sus clientes.
Actuaciones disciplinarias
25. La legislación o la profesión jurídica por conducto de sus correspondientes órganos, establecerán códigos
de conducta profesional para los abogados, de conformidad con la legislación y las costumbres del país y
las reglas y normas internacionales reconocidas.
26. Las acusaciones o reclamaciones contra los abogados en relación con su actuación profesional se
tramitarán rápida e imparcialmente mediante procedimientos apropiados. Los abogados tendrán
derecho a una audiencia justa, incluido el derecho a recibir la asistencia de un abogado de su elección.”
fiscales, sus funciones y la conducta que de ellos se espera, los medios de mejorar su contribución al buen
funcionamiento del sistema de justicia penal y su cooperación con la policía, el alcance de sus facultades
discrecionales y su papel en el procedimiento penal, y a que presentase informes al respecto a los futuros congresos
de las Naciones Unidas,
Las Directrices siguientes, formuladas para asistir a los Estados Miembros en su función de garantizar y
promover la eficacia, imparcialidad y equidad de los fiscales en el procedimiento penal deben ser respetadas y
tenidas en cuenta por los gobiernos en el marco de sus leyes y prácticas nacionales y deben señalarse a la atención
de los fiscales y de otras personas tales como jueces, abogados y miembros del poder ejecutivo y legislativo, y del
público en general. Las presentes Directrices se han preparado básicamente con miras a los fiscales del ministerio
público, aunque son asimismo aplicables, cuando proceda, a los fiscales nombrados a título particular.
Facultades discrecionales
17. En los países donde los fiscales estén investidos de facultades discrecionales, la ley, las normas o los
reglamentos publicados proporcionarán directrices para promover la equidad y coherencia de los criterios
que se adopten al tomar decisiones en el proceso de acusación, incluido el ejercicio de la acción o la
renuncia al enjuiciamiento.
de los tribunales, sino también para evitar el estigma que significan la prisión preventiva, la acusación
y la condena, así como los posibles efectos adversos de la prisión.
19. En los países donde los fiscales están investidos de facultades discrecionales para pronunciarse sobre
el enjuiciamiento de un menor, deberá tenerse especialmente en cuenta el carácter y la gravedad del
delito, la protección de la sociedad y la personalidad y los antecedentes del menor. Cuando se
pronuncien, los fiscales tendrán especialmente en cuenta las posibles alternativas del enjuiciamiento de
conformidad con las leyes y procedimientos pertinentes en materia de justicia de menores. Los fiscales
harán todo lo posible por emprender acciones contra menores únicamente en los casos que sea
estrictamente necesario.
Casi nadie sabe de la existencia del santo patrono de los abogados, cuya fiesta es el 19 de mayo,
murió a los 50 años de edad en 1330 en Tréguier, Francia. Se trata de San Ivo, o Ibo en
castellano e italiano, en catalán Sant Iu, en vasco San Ibon, en francés Saint Yves, en bretón
Sant Erwan, se llamaba Yves de Hélori y nació en 1253 en Kermatin, pequeña aldea de
Bretaña; era un presbítero quien en un castillo cerca de Tréguier, en la Bretaña Menor, en
Francia, ejerció la justicia sin acepción de personas, fomentó la concordia, defendió por amor
de Cristo las causas de los huérfanos, viudas y pobres, y acogió en su casa a esos mismos
desfavorecidos.
La catedral de Tréguier, que conservó su sepultura, es una obra gótica, con su claustro anejo.
Poco a poco está siendo restaurada de los daños producidos por el tiempo, las guerras y las
revoluciones. No es de las grandes catedrales francesas, pero acaso les gana en encanto y en
poesía. Abogados de todas las partes del mundo han llevado allí sus ofrendas en homenaje al
patrono. Los letrados americanos colocaron en la catedral una placa en 1932 y en 1936
ofrendaron una vidriera. Otra vidriera donaron los abogados belgas en 1937. Con ocasión del
sexto centenario de la canonización, el 19 de mayo de 1947, acudieron en peregrinación los
abogados franceses, ingleses, belgas, luxemburgueses y norteamericanos, y asistieron a la
procesión formando bello contraste sus severas togas con las blancas cofias de las aldeanas
bretonas. También estuvo con ellos el Nuncio en París, monseñor Roncalli, que poco después
sería el gran Juan XXIII, hoy Beato de la Iglesia Católica.
“Su padre lo envió a estudiar a la Universidad de París, y allí dirigido por famosos profesores de derecho,
obtuvo su doctorado como abogado.
En sus tiempos de estudiante oyó leer aquella célebre frase de Jesús: "Ciertos malos espíritus no se alejan sino
con la oración y la mortificación" (Mc. 9,29), y se propuso desde entonces dedicar buen tiempo cada día a la
oración y mortificarse lo más que le fuera posible en las miradas, en las comidas, en el lujo en el vestir, y en
descansos que no fueran muy necesarios. Empezó a abstenerse de comer carne y nunca tomaba bebidas
alcohólicas. Vestía pobremente y lo que ahorraba con todo esto, lo dedicaba a ayudar a los pobres. Y Dios lo
premió concediéndole una gran santidad y una generosidad inmensa en favor de los necesitados.
Al volver a su tierra natal (Bretaña) fue nombrado juez del tribunal y en el ejercicio de su cargo se dedicó a
proteger a los huérfanos, a defender a los más pobres y a administrar la justicia con tal imparcialidad y bondad,
que aun aquellos a quienes tenía que decretar castigos, lo seguían amando y estimando.
Su gran bondad le ganó el título de "Abogado de los pobres". No contento con ayudar a los que vivían en su
región, se trasladaba a otras provincias a defender a los que no tenían con qué pagar un abogado, y a menudo
pagaba los gastos que los pobres tenían que hacer para poder defender sus derechos.
Visitaba las cárceles y llevaba regalos a los presos y les hacía gratuitamente memoriales de defensa a los que no
podían conseguirse un abogado.
En aquel tiempo los que querían ganar un pleito les llevaban costosos regalos a los jueces. San Ivo no aceptó
jamás ni el más pequeño regalo de ninguno de sus clientes, porque no quería dejarse comprar ni inclinarse con
parcialidad hacia ninguno.
Cuando le llevaban un pleito, él se esmeraba por tratar de obtener que los dos litigantes arreglaran todo
amigablemente en privado, sin tener que hacerlo por medio de demandas públicas. Así obtuvo que muchos
litigantes terminaran siendo amigos y se evitaran los grandes gastos que les
podían ocasionar los pleitos judiciales. Después de trabajar bastante tiempo como
juez, San Ivo fue ordenado sacerdote, y desde entonces, los últimos quince años de
© Hernán Alejandro Olano García. 155
MANUAL DE RESPONSABILIDAD PROFESIONAL E HISTORIA DEL DERECHO
su vida los dedicó totalmente a la predicación y a la administración de los sacramentos. Consiguió dinero de
donaciones y construyó un hospital para enfermos pobres. Todo lo que llegaba lo repartía entre los más
necesitados. Solamente se quedaba con la ropa para cambiarse. Lo demás lo regalaba. Una noche se dio cuenta
de que un pobre estaba durmiendo en el andén de la casa cural, entonces se levantó y le dio su propia cama y él
durmió en el puro suelo.
De muchas partes llegaban personas litigantes a obtener que San Ivo hiciera las paces entre ellos y él lograba con
admirable facilidad poner de acuerdo a los que antes estaban alegando. Y aprovechaba de todas estas ocasiones
para predicar a la gente acerca de la Vida Eterna que nos espera y de lo mucho que debemos amar a Dios y al
prójimo.
Alguien le aconsejó que no regalara todo lo que recibía. Que hiciera ahorros para cuando llegara a ser viejo y él
le respondió: - Y ¿quién me asegura que voy a llegar a ser viejo? En cambio lo que sí es totalmente seguro es que
el buen Dios me devolverá cien veces más lo que yo regale a los pobres". Y siguió repartiendo con gran
generosidad.
A principios de mayo del año 1303 empezó a sentirse muy débil. Pero no por eso dejó de dedicar largos ratos a
la oración y a la meditación y a ayudar a pacificar a cuantos estuvieran peleados o en discusiones y pleitos.
El 19 de mayo del año 1303 estaba tan débil que no podía mantenerse de pie y necesitaba que lo sostuvieran.
Sin embargo celebró así la Santa Misa. Después de la Misa se recostó y pidió que le administraran la Unción
de los enfermos y murió plácidamente, como quien duerme en la tierra para despertar en el cielo. Tenía 50
años.”116
Los vecinos de San Ivo compusieron un epitafio bien especial que dice:
Sanctus Ivus erat brito, advocatus et non latro; res miranda populo, que traduce: san Ivo, bretón
abogado y, sin embargo no ladrón, cosa por la que era muy admirado por el pueblo.
Existe una leyenda atribuida a San Ivo que recoge el barcelonés Carlos FISAS en su obra
“Frases que han hecho Historia” (ed. Planeta, Barcelona, 1992, pág. 51): “Se cuenta que el primer
abogado que llegó al cielo fue San Ivo, y lo hizo con trampa. Según la leyenda, San Ivo se mezcló con un grupo
de bienaventurados que entraban en el cielo y cuando se dieron cuenta los porteros celestes quisieron expulsarle,
pero Ivo dijo que no aceptaba la expulsión si no se la comunicaban a través de un procurador, y como de éstos
no había ninguno en el cielo él pudo quedarse tranquilamente gozando de la gloria celestial”.
Entre nosotros, en Hispanoamérica, don Andrés Bello es la máxima figura del derecho; por
eso siguiéndolo de cerca en Colombia, gracias a su Código, es que incluimos el siguiente
artículo, ya que como lo dijo MEJÍA VELILLA, “Él nos enseñó (Bello) a no separar jamás derecho y
ética, derecho y moral, derecho y humanismo. Es decir, a no romper una ciudad querida por Dios mismo.”
Por eso, esta compilación es un sencillo homenaje al caraqueño Andrés BELLO LÓPEZ, el
mayor de ocho hermanos, casado dos veces, padre de quince hijos, y quien como jurista
dominó el derecho romano, la legislación comparada, el derecho internacional público y por
supuesto, el derecho civil; su existencia fecunda y su personalidad polifacética le permitió
conocer desde niño, con varios frailes que actuaron como sus preceptores, el latín, el francés y
la gramática española además de las matemáticas.
En 1800, a los 19 años de edad, recibió el título de Bachiller en Artes por la Universidad de
Caracas, que completó con estudios de filosofía y de derecho en Londres donde actuó como
diplomático y fuera traductor de Virgilio y de Voltaire, así como de las octavas reales del
“Orlando Enamorado” de Berni.
Luego fue Secretario de las Misiones de Venezuela, de Colombia y de Chile ante el Gobierno
Británico y, cuando navegaba en la fragata “Wellington” rumbo a su destino junto a BOLÍVAR
y a LÓPEZ MÉNDEZ, recibió una carta de Juan Germán ROSCIO, quien le escribió:
“Ilústrese más para que ilustre a su Patria”.
Estando en Londres, Bello fue corrector de una edición de la Biblia; ordenó manuscritos de
Bentham, editó revistas, escribió artículos y maduró como humanista en las bibliotecas del
Museo Británico, la London Library, la biblioteca del Precursor Miranda y la suya propia,
reunida con grandes sacrificios y privaciones.
También editó en la capital inglesa junto al cartagenero Juan GARCÍA DEL RÍO dos revistas,
la “Biblioteca Americana” en 1823 y el “Repertorio Americano” entre 1826 y 1827; con ese mismo
compañero escribió un ensayo sobre simplificación y reforma de la ortografía en América.
Comentó la “Literatura del Mediodía de Europa”, de SISMONDI; el poema la “Victoria de Junín”
de OLMEDO; la “Historia de Colombia”, de Restrepo. También realizó una investigación sobre
117 OLANO GARCÍA, Hernán Alejandro. Andrés Bello, el jurista de las Américas, en: Díkaion # 16, Revista de la
Facultad de derecho de la Universidad de La Sabana, Chía, 2007, pp. 67-73.
118 Sobre Andrés Bello, además de la obra del venezolano Rafael Caldera y la del colombiano residente en Chile Martín
Alonso Pinzón, puede igualmente consultarse de GUZMÁN BRITO, Alejandro, Vida y Obra de Andrés Bello. Globo
editores, Santiago, 2009.
119 FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ, Sergio. Prólogo al libro “Andrés Bello. Jurisconsulto, de Martín Alonso Pinzón.
el “Poema del Cid”, la “Crónica de Turpin” y “Los Nibelungos” y en 1827 publicó sus comentarios a
las “Instituciones de Derecho Romano”.
Fue designado Cónsul de Colombia en París pero declinó la oferta para trasladarse de Londres
a Chile con su familia a bordo del bergantín “Grecian”, y después de bordear el Cabo de
Hornos, arribó a Valparaíso en junio de 1829, tenía 48 años.
En Chile trabajó primero como auxiliar del Ministerio de Hacienda, en misión ante el
Ministerio de Relaciones Exteriores, donde fue nombrado en propiedad en 1834 como Oficial
Mayor, lo que hoy sería viceministro; igualmente, desde 1830 regentaba el Colegio de Santiago,
lo cual hizo hasta 1832.
En 1831 nacen los trabajos de BELLO sobre el Código Civil y en 1840 participó en la
Comisión de Legislación, cuya función era la de codificar leyes civiles.
Don Andrés publicó en 1832 sus “Principios del Derecho de Gentes”, luego denominados “Principios
de Derecho Internacional”; ese mismo año integra la Junta Nacional de Educación y la Comisión
de Censura de Libros; en 1835 aparecen los “Principios de la ortología y métrica de la lengua
castellana” que se anticipa a su texto “Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los
americanos” y, en 1836 recibió el grado de Bachiller el Leyes por la Universidad San Felipe de
Santiago. Cabe anotar cómo el gran jurisconsulto de América nunca obtuvo su título de
abogado.
En 1837, BELLO es elegido Senador de la República, curul que ocupó durante tres períodos
hasta 1864. En 1841 publicó su opúsculo “Análisis ideológico de los tiempos de la conjugación
castellana” y el 21 de mayo de 1843 fue designado como primer Rector de la Universidad de
Chile, cargo que ocuparía hasta el final de sus días. Ese año de 1843 publicó sus comentarios a
los “Elementa Jus Romani de Heinecio” y a Bello también se debe la edición de los “Anales de la
Universidad de Chile” donde publicó su “Juicio Crítico a <La Araucana> de Ercilla” y sus
“Observaciones sobre la historia de la literatura española de Ticknor”.
A finales de 1852 culminó su proyecto de Código Civil con anotaciones muy interesantes que
dieron para su discusión pública en 1853 en el seno de una comisión de juristas que concluyó
su tarea en 1855. Pocas semanas después, la legislatura aprobó sin modificaciones el Proyecto y
ordenó la publicación del Código Civil, que vio la luz en edición oficial en 1856 y entró a regir
el 1 de enero de 1857, dos de cuyos ejemplares llegaron a Colombia a manos de don Manuel
Ancízar.
Por medio de una ley del 14 de diciembre de 1855, el Congreso de Chile agradeció a BELLO
su dedicación a la redacción del Código Civil y como recompensa le asignó la suma de veinte
mil pesos, “y el tiempo de servicio que le faltaba para jubilarse con sueldo íntegro del empleo de Oficial Mayor
del Ministerio de Relaciones Exteriores”120.
En 1864 BELLO es designado árbitro de las controversias entre Estados Unidos y Ecuador y
entre Colombia y Perú en 1865.
Anciano, enfermo, paralizado en una silla de ruedas, falleció en su casa en la madrugada del
domingo 15 de octubre de 1865, a los 84 años. Fue su obra póstuma la “Filosofía del
Entendimiento”, publicada en 1881.
Como dice Martín Alonso PINZÓN122, “El Libertador BOLÍVAR creó repúblicas y Bello consagró
su vida a trabajar con la pluma y el intelecto para asegurar, mediante instituciones jurídicas diseñadas por él, la
libertad sagrada que los libertadores conquistaron con sus espadas en las patrias americanas.”
120 ALONSO PINZÓN, Martín, Andrés Bello. Jurisconsulto. Editado en Santiago de Chile. S.f., S.p.i.., p. 241.
121 ALONSO PINZÓN, Martín, Op. Cit., p. 242.
122 ALONSO PINZÓN, Martín, Op. Cit., p. 38.
Para éste capítulo, se recomienda leer páginas vii a la xlviii del libro “Historia de la Academia
Colombiana de Jurisprudencia”123, escrito por el doctor Hernán Alejandro OLANO GARCÍA,
que a la letra dice:
La Secretaría Perpetua ha estado de igual manera ejercida por los ilustres académicos,
Guillermo Neira Mateus y Luis F. Reyes Llaña.
En su primera nómina figuraron los más notables juristas de la época, entre los cuales puede
citarse a Luis María Isaza, Abraham Fernández de Soto, Lucio A. Pombo, Jesús Casas Rojas,
Manuel E. Corrales, Baltasar Botero Uribe, Edmond Champeau, Juan Evangelista Trujillo,
Tobías Gaona, Nicolás Enciso, Jesús María Quintero R., Federico R. Rodríguez, Antonio José
Cadavid A., Flavio González Malo, Alejandro Motta, Isaías Castro V., Juan C. Trujillo,
Germán Pardo, Adolfo León Gómez, José Joaquín Casas, Tomás Angulo E., Jesús M. Henao,
Carlos Sampedro, Jesús María Arteaga, Eugenio García, Gonzalo Pérez, Teodoro Valenzuela,
Felipe Silva, Juan Félix de León, Nicolás Esguerra, Eduardo Posada, Santiago Ospina A.,
Pedro Miguel Morales, Ricardo Gómez, Francisco Montaña, Federico Pinzón, José María
123 OLANO GARCÍA, Hernán Alejandro. Historia de la Academia Colo9mbiana de Jurisprudencia. Ediciones de la
Academia Colombiana de Jurisprudencia, Colección Portable, Bogotá, D.C., 2007.
Quijano Wallis, Daniel Herrera R., Luis Rubio Sáiz, Enrique Gamboa, Aristides Forero,
Gustavo Michelsen, Eladio C. Gutiérrez, Alejo de la Torre, José Hilario Cuéllar, Alejandro
Rodríguez F., Ricardo Hinestrosa, Diego Mendoza, Enrique Silva, Ramón Calderón Ángel,
Aurelio M. Arenas, Julián Restrepo H., Luis Forero Rubio, Fernando Cortés Monroy, Jesús
Rozo Ospina, Benjamín Novoa Zerda, Cruz Sánchez V., Gonzalo Currea, Felipe Ruiz
Quintero, Agustín A. Jiménez, Federico Patiño, Nicolás Pinzón Warlos, S.A. Galofre; Antonio
Gutiérrez Rubio, Vicente Olarte Camacho, Antonio José Uribe, Arturo Campuzano Márquez,
Eustasio Mendoza, Francisco Antonio Gómez, Constantino Peña V., Enrique Millán O.;
Gregorio Rodríguez F.; Ramón Gómez C.; Eduardo Ricaurte, Inocencio de la Torre; Pedro
Pablo Delgado, Manuel María Fajardo, Ramón Vanegas Mora, Tancredo Nannetti, Pedro G.
Rojas, Andrés Pachón, Alejandro Lince P.; Antonio Pachón, Clímaco Manrique, Juan B.
Barrios, Guillermo Uribe, Julio Fajardo y Eduardo Restrepo Sáenz.
Doce de los 94 Presidentes que la República ha tenido desde la independencia, han hecho
parte de ésta desde su fundación, entre ellos José Vicente Concha, Carlos E. Restrepo, Miguel
Abadía Méndez, Enrique Olaya Herrera, Eduardo Santos Montejo, Carlos Lozano y Lozano,
Darío Echandía Olaya, Roberto Urdaneta Arbeláez, José Antonio Montalvo, Carlos Lleras
Restrepo, Alfonso López Michelsen y Belisario Betancur Cuartas.
Actualmente está integrada exclusivamente por abogados titulados. Sus miembros son de tres
clases: Académicos Honorarios, que no podrán ser más de diez; Académicos de Número, los
cuales constituyen esencialmente la Corporación y que no podrán ser más de cincuenta; y
Académicos Correspondientes, los cuales no pasarán de doscientos.
Entre los miembros extranjeros, encontramos diversa procedencia en más de 24 países, con
académicos de Alemania, Argentina, Bélgica, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador,
España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Guatemala, Holanda, Italia, México, Nicaragua,
Panamá, Perú, República Dominicana, Suiza, Uruguay y Venezuela.
De la Academia han hecho parte casi mil ciento cuarenta juristas, se cuentan 66 miembros
honorarios, 9 presidentes honorarios, más de 290 miembros correspondientes extranjeros,
unas 40 mujeres han llegado a la Academia.
Entre las primeras juristas colombianas que han hecho parte de la Academia, están: doña
Gabriela Peláez Echeverri y luego, doña Soledad Gómez Garzón, doña Carmen Gómez
Garzón, doña Esmeralda Arboleda de Uribe y otras a lo largo de los años desde 1955, como
doña Aidé Anzola Linares, doña Consuelo Helena Sarria Olcos, doña Adelaida Ángel Zea,
doña Susana Montes de Echeverri, doña Clara Forero de Castro, doña Sandra Morelli Rico,
doña María Cristina Morales de Barrios, doña Emilssen González de Cancino, doña Ilva
Myriam Hoyos Castañeda y doña Lucy Cruz de Quiñones, última en incorporarse a la
Academia, entre otras damas, que generalmente han hecho parte de los Capítulos Seccionales,
como doña Bertha Zapata Casas, doña Aura René Rodríguez Cerón, doña Aura Gutiérrez
Duque, doña Margarita Mena de Quevedo, doña Mary Ortiz Gaviria, doña Rubby Elsa
Amador Díaz, doña Mónica Aristizabal Botero, doña María Cristina Buchelli Espinosa, doña
Beatriz Helena Zuluaga Villegas, doña Luz Estella Londoño Gómez, doña Genith Toledo
Carreño, doña Ilva Lucía Trillos Naranjo y doña Martha Inés López Bautista; o las que
integran la nómina como correspondientes en el extranjero, como doña Elizabeth Ingrand,
doña María Emilia Casas Bahamonde, doña Elisa Pérez Vera, doña Adriana Olguin de Baltra y
doña Lucía Santacruz Sutil.
Han fallecido sin tomar posesión del cargo, los doctores Lucrecio Jaramillo Vélez y César
Moyano Bonilla, como correspondientes y se ha concedido póstumamente el ascenso a
Miembro de Número a los doctores Germán Cavelier, Nicolás Salom Franco y Antonio
Vanegas Santoro.
En 1911 se entró en relaciones con la Academia de Ciencias Morales y Políticas de Madrid, con
canje de las publicaciones y la promesa de hacerse mutuamente nombramientos de miembros
También se reseñan curiosidades, como la elección de dos académicos que no eran abogados,
el uno filósofo Pedro Antonio Molina, colombiano delegado para el proyecto del Diccionario
Jurídico de la Academia y el otro, Ancízar Samper, argentino e ingeniero agrónomo.
De igual forma, el que algunos miembros han obtenido condecoraciones y honores del
Romano Pontífice, desde Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, hasta Juan Pablo II; de reyes, como
Alfonso XIII de España, Balduino de Bélgica e Isabel II de Inglaterra; de Príncipes como el
Infante don Carlos de Borbón, Duque de Calabria, de don Teodoro IX Láscaris-Comneno y
de personajes como Adolfo Hitler.
Entre el amplio catálogo de esas condecoraciones y honores recibidos por los integrantes de la
Academia, encontramos la Orden de Boyacá, la Orden de San Carlos, la Orden al Mérito
Militar “José María Córdova”, la Orden Distrital “José Acevedo y Gómez”, la Roseta de la
Instrucción Pública de Francia, la Orden “Al Mérito” del Ecuador, la Orden “Gabriela Mistral”
de Chile, la Orden “Constantiniana de San Jorge”, la Medalla “Francisco de Paula Santander”, la
Orden “Andrés Bello” de Venezuela, la Orden Hitleriana del “Águila Germánica”, la Orden del
“Libertador” de Venezuela, la Orden “San Raymundo de Peñafort” de la Pontificia Universidad
Javeriana, la Medalla “Aurelio Camacho Rueda”, la Medalla “Al Mérito” del Banco Central
Hipotecario, las distinciones como “Profesor Emérito” de las universidades Nacional de
Colombia y Externado de Colombia, respectivamente; la Medalla “Jurista Emérito” del Colegio
de Abogados de Bogotá, la Medalla Cívica “Camilo Torres”, la Orden de “San Eugenio de
Trebizonda”, la Orden de “San Constantino El Grande”, la Medalla “Blas Herrera Anzoátegui”, la
Orden “Al Mérito Judicial” de Brasil, la Orden “Gran Cruz” de la Universidad Central, el “Escudo
de Oro” del Colegio de Abogados Especializados en Derecho del Trabajo, la Orden “Club de
Abogados”, la Orden “Francisco de Miranda” de Venezuela, la Medalla “José Ignacio de Márquez”, la
Medalla “Fray Cristóbal de Torres”, la Medalla “Santiago Pérez”, la Medalla “Centenario” de la
Fue también decisiva la posición de la Academia para respetar nuestro territorio y luego la
Institucionalidad al separarse Panamá y después durante el gobierno del general Rojas Pinilla,
cuando con férrea mano, la Presidencia se opuso al régimen y llegó, a la caída de éste, a
expulsar de la Academia a aquellos miembros que habían sido áulicos de la dictadura.
Igualmente, el libro “La Corte Constitucional, un papel institucional por definir”, que hace parte de
nuestra Colección Portable y escrito por la académica Sandra Morelli Rico, obtuvo en 2002 el
premio al mejor libro jurídico, concedido por la Cámara Colombiana del Libro.
Publica desde 1910 su Revista, la cual ha llegado a su número 335 y se deposita en la Biblioteca
de la Corporación “Jorge Soto del Corral” (que antes de 1967 se denominaba “Camilo Torres y
Tenorio”), junto a un variado acervo doctrinal, dentro del cual se contó en su momento con la
donación de las colecciones bibliográficas que pertenecieron a los ilustres colombianos Manuel
Ancízar y Francisco Javier Zaldúa, de las que sólo se conservan unos pocos ejemplares.
Igualmente en 1994 se editó el libro del Centenario, titulado “Pensamiento Jurídico Colombiano” y
desde el año 202 se han editado más de veinte textos de la Colección Portable, de la Colección
Clásicos, así como separatas especiales que incluyen los discursos de los nuevos recipiendarios
que integran los capítulos regionales.
Por tanto, es necesario reconocer que ha sido el único órgano que por más de una centuria ha
congregado a lo más granado del derecho colombiano y han provenido de diversas actividades
del poder judicial unos, otros eran y son probos litigantes, no pocos de ellos eminentes
docentes y algunos grandes tratadistas que contribuyeron y contribuyen con sus obras al
engrandecimiento del derecho patrio, razón por la cual, es imprescindible reconstruir su
historia como legado para las nuevas generaciones de abogados colombianos.
LA COLEGIATURA DE ABOGADOS:
Ha sido de gran interés los últimos años en el Congreso de la República, regular lo relativo a la
colegiatura obligatoria de abogados, como ocurre en muchos países, para regular el ejercicio de
la profesión ante el creciente número de abogados sancionados por la Judicatura.
“Es notorio que a lo largo de la historia de la colegiación de abogados ha trascendido e influido el momento
histórico en el cual estas organizaciones pretendían regular el comportamiento ético de sus agremiados, y en
definitiva en nuestros días ha recobrado especial importancia por los acontecimientos sociales recientes en donde se
refleja una fuerte necesidad de reglamentar la conducta de quienes manejan el destino jurídico de los ciudadanos.
En esta atmósfera es trascendente no dejar de lado el papel de las universidades, pues si se pugna por la
necesaria colegiación de los abogados a razón de la falta de un comportamiento poco ético de éstos es menester
considerar cuál es la formación que en estas instituciones se otorga.
Al respecto podemos señalar que en el nuevo contexto global, social y económico, la visión del abogado y su
formación ética han sido muy cuestionadas y criticadas, especialmente el comportamiento de litigantes,
funcionarios públicos y de los miembros del poder judicial. El maestro Luis María Bandieri, al respecto, hace
referencia a la importancia de la vida universitaria en la formación del abogado, al señalar que: <…ambos
tipos de comprobaciones son desalentadoras y claramente percibidas por los profesores, alumnos y profesionales
del derecho y que a su vez, generan una crisis de confianza por parte de la sociedad, de los profesionales y de
quienes se aprestan para serlo, de la preparación universitaria de los abogados. Por otra parte, la sociedad
manifiesta, cada vez más intensamente, su descreimiento acerca de la idoneidad y de la honestidad de jueces y
abogados. Síntoma inequívoco, esta vez, de una crisis de confianza en la capacidad y en la corrección de la
conducta profesional, que se acompaña de una deslegitimización social respecto de las prerrogativas y
consideración otorgados tradicionalmente a jueces y abogados>.
Por su parte, el profesor mexicano Carlos SEMPE, citado por ESPINOZA MONROY, dice
que para el establecimiento de la colegiación obligatoria, hay que tener en cuenta las siguientes
ventajas y desventajas:
“Ventajas:
Permitiría al colegio practicar exámenes de conocimientos a los abogados que deseen ejercer la profesión,
con lo que se evitaría que la ejerzan quienes carezcan de los conocimientos necesarios. Además, se
sancionaría con la inhabilitación a los que sean excluidos del colegio por conductas deshonestas.
En países desarrollados existe la colegiación obligatoria para los abogados y ha dado resultados
satisfactorios.
Desventajas:
La falta de preparación de los abogados no se soluciona necesariamente con la colegiación obligatoria.
Debe remediarse durante la etapa de estudios de licenciatura. La práctica de exámenes a los abogados
por parte de los colegios de abogados, no es una solución ideal, ya que mucho depende de la calidad de
los estudios realizados para obtener el título de licenciado en derecho.
Existe una tendencia hacia la especialización por ramas del derecho, por lo que sería poco práctico
examinar en materia civil o tributaria. Pero tampoco se puede llegar al extremo de que la colegiación
sea por especialidad, ya que muchos abogados, sobre todo en la provincia se dedican a diversas ramas.”
También hay que tener en cuenta que conforme a varios documentos que justifican los
estándares de calidad para el registro calificado de varios programas de Derecho en el país, se
han diagnosticado algunas deficiencias en la formación de los abogados, que a mi juicio
impedirían su colegiatura y que se concretan en las siguientes circunstancias125:
“El énfasis lo gana lo procesal, lo contencioso, antes que lo sustantivo y los sistemas alternativos de
solución de conflictos,
La carencia del profesorado de tiempo completo que asista al estudiante en un proceso educativo y que
apoye la investigación que debe darse al interior de la universidad,
La deficiente educación instrumental o técnica del abogado,
La multiplicidad de conocimientos sin una articulación que permita una formación integral,
Las evidentes fallas en la formación humanística de los abogados,
Las universidades no están formando los abogados que requiere el país.”
125 SANDOVAL CUMBE, Helber Mauricio; CEBALLOS POSADA, Bertha Lucy y, LÓPEZ DAZA, Germán Alfonso.
El régimen disciplinario del abogado en Colombia. Editorial Universidad Cooperativa de Colombia, Seccional Neiva,
Neiva, 2007, p. 136.
Muchos entienden por corrupción sólo sus consecuencias: Soborno, extorsión, defraudación,
tráfico de influencias, peculado, concusión, cohecho, prevaricato; en fin, toda la suma de
delitos contra la administración pública que provienen del Código Penal; sin embargo, también
para muchos, como lo fue para don Manuel Murillo Toro, “El Código Penal es un perro que sólo
muerde a los de ruana”126.
El Diccionario de la Real Academia Española127, trae varias palabras que incluyen conceptos
que utilizamos muchas veces como indicativos de una realidad compleja y delicada cómo es la
de la corrupción. Encontramos corrupción, corruptamente, corruptela, corruptibilidad,
corruptible, corruptivo, va; corrupto, ta; corruptor, ra; definidos así:
corruptamente.
1. adv. m. corrompidamente.
126 VALLEJO, Maryluz y SAMPER PIZANO, Daniel. Antología de Notas Ligeras colombianas. Editorial Aguilar,
Bogotá, D.C., 2011. Citando el escrito “Por esas calles”, de Clímaco Soto Borda, p. 66.
127 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la Lengua Española, Vigésima Segunda Edición, Tomo 3,
Editorial Espasa Calpe, Madrid, 2001, pp. 451-452.
1. f. Cualidad de corruptible.
De la misma forma que existen múltiples acepciones, también son muchísimas las
explicaciones que pueden mostrar las causas y efectos de la corrupción; por tal razón, se
identifican como corruptos dentro de la estructura pública –y cada vez más dentro de la
privada-, “todas aquellas desviaciones o irregularidades que alteran el modelo de funcionamiento estatal,
quebrantando la estructura de los intereses colectivos.”128
Precisamente, dentro de una noción general de corrupción, se debe tomar en consideración “el
conjunto de conductas que atenten contra los intereses colectivos de la Nación, en función de un interés particular
y que por lo tanto deben ser objeto de un reproche social y en algunos casos paralelamente de un reproche
jurídico.”129
Transparencia Internacional define la corrupción como el mal uso del poder encomendado
para obtener beneficios privados. Esta definición incluye tres elementos:
De manera similar, para Transparencia por Colombia la corrupción se define como el “abuso
de posiciones de poder o de confianza, para beneficio particular en detrimento del interés
colectivo, realizado a través de ofrecer o solicitar, entregar o recibir, bienes en dinero o en
especie, en servicios o beneficios, a cambio de acciones, decisiones u omisiones.”130
128 INSTITUTO DE ESTUDIOS DEL MINISTERIO PÚBLICO. Análisis normativo, jurisprudencial y fáctico de la
corrupción en Colombia 1991 – 2001. Disyuntivas y Convergencias. Equipo de Investigación: Fátima Esperanza
Calderón, Vera Xiomara Samudio Reyes, Carlos Enrique Núñez Mendoza, Bogotá, D.C., 2002, p. 13.
129 INSTITUTO DE ESTUDIOS DEL MINISTERIO PÚBLICO. Op. Cit., p. 13.
130 www.transparenciacolombia.org.co, recuperada mayo 20 de 2011.
Un doctrinante colombiano131, señala que la corrupción es “un acto ilegal, ilícito e ilegítimo, por
medio del cual una persona, al servicio del Estado o de la empresa privada, busca obtener un resultado o una
decisión que le satisfaga ambiciones económicas o políticas.”
Y agrega que a pesar del huracán que genera la corrupción, “resulta extraño que al concepto de
corrupción no se le haya dado en el mundo contemporáneo un alcance político, mientras que grandes pensadores
de las más diversas épocas lo vieron, estudiaron y analizaron como uno de los aspectos que deteriora y debilita a
los hombres de Estado.”
En distintas épocas, Homero (en el siglo VIII a.C.); Platón (s. IV a.C.); Maquiavelo (1469-
1527) y Montesquieu (1689-1755), se refirieron a la corrupción al hablar de los jueces, de los
legisladores, del príncipe y de los gobernantes, en general. Por esa razón, es importante señalar,
como lo dice Ballén, que “Hoy se continúa pensando que la corrupción es un asunto meramente religioso y
moral… apreciación (que) respetamos, pero no la compartimos, porque consideramos que la corrupción en la
conducción del Estado y en el manejo de los distintos sectores y recursos de la sociedad, no es una aberración o
perversión espiritual del individuo. Nadie se corrompe porque sí, o porque en un momento dado nació en su
alma el deseo malévolo e incontenible de mancillar su sentimiento puro, transparente e incontaminado. La
corrupción vista desde las perspectivas de la función pública es por excelencia un problema político, sociológico y
económico. Y así lo tendrán que enfrentar quienes pretendan dirigir los destinos de los pueblos.”
En síntesis, la corrupción es una dolencia universal, globalizada, diríamos hoy día, que
resquebraja el sistema, tanto en lo público, como en lo privado.
San Agustín132 enumeró ocho tipos de mentiras, que precisamente son en muchos casos
fuente de corrupción:
La primera, la peor de todas, mentir en materia de religión;
La segunda, la que perjudica a alguien sin beneficio de nadie;
La tercera, la que causa daño a uno y provecho a otro;
La cuarta, la que obedece al mero deseo de engañar, que es la mentira propiamente dicha;
La quinta, la que corresponde a las placenteras y divertidas;
La sexta, es la que no hace daño a nadie y beneficia a alguien;
La séptima, es lo mismo que la anterior, pero ante un juez;
La octava, la que no hace daño a nadie y lo protege de algún mero desdoro personal o
menoscabo en la reputación, fama o prestigio.
Una cosa serían las mentiras de San Agustín y otras, las que encontramos en las respuestas de
justificación de acciones libres de corrupción, que expresan muchos de los encuestados en el
Barómetro Global de la Corrupción, que es una encuesta de opinión realizada por
Transparency Internacional. (TI). El Barómetro mide actitudes frente a la corrupción y las
expectativas con respecto a los niveles de corrupción futuros. Con el paso del tiempo, la
encuesta podrá medir tendencias de actitud. A diferencia del Índice de Percepción de la
131 BALLÉN, Rafael. Derecho Administrativo Disciplinario. Editorial Temis, Bogotá, D.C., 1998, p. 39.
132 VOLTES, Pedro. Grandes Mentiras de la Historia. Editorial Espasa – Calpe, Colección Hoy, Madrid, 2007, p. 11.
“De los 32 países de América incluidos en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2008 de
Transparency International (TI), 22 obtuvieron una puntuación inferior a 5 sobre un total de 10 puntos, lo que
demuestra un grave problema de corrupción, en tanto 11 países no lograron superar la marca de los tres puntos,
lo que indica que existen niveles de corrupción desenfrenados.
Los resultados reflejan la triste tendencia que ha afectado a la región durante los últimos años y que persiste
actualmente. Las iniciativas anticorrupción parecen haberse paralizado en gran medida, lo que resulta
especialmente inquietante a la luz de los programas de reforma impulsados por numerosos gobiernos, así como
del lugar preponderante que ocupa el tema de la corrupción en la agenda política y las campañas electorales en la
región.”
Canadá, país que obtuvo la puntuación más alta de la región, conserva su puesto entre los diez
países con los niveles más bajos corrupción percibida, y se ha convertido en un referente y
modelo para toda América; además, ocupa el puesto 9 en transparencia a nivel mundial. En los
primeros puestos están luego de Canadá, Estados Unidos, Santa Lucía, Barbados, Chile,
Uruguay, San Vicente y las Granadinas, Dominica, Puerto Rico, Costa Rica, Cuba y El
Salvador.
En el caso de Colombia, nuestro puesto mundial es el 70 y, a nivel regional el 13, con una nota
total de 3,8 sobre 10 y un índice de confiabilidad de 3,3 a 4,5. Ecuador, Venezuela y Haití, en
su orden, ocupan los puestos 30, 31 y 32.
vez en la historia de esta medición, 9 entidades logran obtener puntajes superiores a los 90
puntos; son estas entidades la prueba contundente de que es posible realizar ajustes
administrativos a favor de la transparencia.
Pasaré a hablar de lo que es un acto corrupto, para lo cual debemos entender que por lo menos
para la existencia del mismo existen tres presupuestos iniciales134: El dolo, el beneficio y la
afectación del patrimonio económico y/o moral del Estado.
El Dolo:
Volvemos entonces a la Real Academia Española:
Recordemos que la ley 678 de 2001 define el concepto de culpa grave y dolo, respecto de las
conductas causantes del daño, dejando de lado la aplicación tradicional de los conceptos de la
legislación civil. Se ha dado lugar así a que la jurisprudencia y la doctrina se pronuncien sobre
formas de culpabilidad en materia administrativa.
Cabe precisar brevemente los dos conceptos, dolo y culpa grave, que integran el requisito
subjetivo de la acción de repetición. Sobre la noción de culpa se ha dicho que es la reprochable
conducta de un agente que generó un daño antijurídico (injusto) no querido por él pero
producido por la omisión voluntaria del deber objetivo de cuidado que le era exigible de
acuerdo a sus condiciones personales y las circunstancias en que actuó; o sea, la conducta es
culposa cuando el resultado dañino es producto de la infracción al deber objetivo de cuidado y
el agente debió haberlo previsto por ser previsible, o habiéndolo previsto, confió en poder
evitarlo.
También, por culpa se ha entendido el error de conducta en que no habría incurrido una
persona en las mismas circunstancias en que obró aquella cuyo comportamiento es analizado y
en consideración al deber de diligencia y cuidado que le era exigible. Tradicionalmente se ha
calificado como culpa la actuación no intencional de un sujeto en forma negligente,
imprudente o imperita, a la de quien de manera descuidada y sin la cautela requerida deja de
cumplir u omite el deber funcional o conducta que le es exigible; y por su gravedad o
intensidad, siguiendo la tradición romanista, se ha distinguido entre la culpa grave o lata, la
culpa leve y la culpa levísima, clasificación tripartita con consecuencias en el ámbito de la
responsabilidad contractual o extracontractual, conforme a lo que expresamente a este respecto
señale el ordenamiento jurídico. De la norma que antecede (art 63 c.c.) se entiende que la culpa
leve consiste en la omisión de la diligencia del hombre normal (diligens paterfamilias) o sea la
omisión de la diligencia ordinaria en los asuntos propios; la levísima u omisión de diligencia
que el hombre juicioso, experto y previsivo emplea en sus asuntos relevantes y de importancia;
y la culpa lata u omisión de la diligencia mínima exigible aún al hombre descuidado y que
consiste en no poner el cuidado en los negocios ajenos que este tipo de personas pone en los
suyos, y que en el régimen civil se asimila al dolo. Respecto de la culpa grave señalan los
hermanos Mazeaud, que si bien es cierto no es intencional, es particularmente grosera.
Ahora bien en cuanto a la segunda modalidad subjetiva con la que se califica la conducta del
agente, esto es, el dolo, debe entenderse por tal, aquella conducta realizada por el autor con la
intención de generar un daño a una persona o a su patrimonio, o en otra concepción, un
comportamiento antijurídico, habiéndoselo representado y adecuado a sus posibilidades, con el
fin unívoco de obtener un resultado dañino deseado. Resulta claro, entonces, que el elemento
fundamental del dolo radica en el aspecto volitivo, de manera que obra dolosamente quien
conociendo el daño que con su acción u omisión ha de producir voluntariamente lo provoca,
es decir, cuando actúa con intención maliciosa de generar un determinado resultado injusto,
que se enmarca dentro de una conducta jurídicamente reprochable. En suma, mientras la culpa
es la falta de diligencia o de cuidado en la conducta por imprevisión, negligencia o
imprudencia, el dolo como dice ENECCERUS “Es el querer un resultado contrario a derecho con la
conciencia de infringirse un derecho o un deber”. Es decir, de acuerdo con la jurisprudencia transcrita
las nociones de culpa grave y dolo no se equiparan, resultan en el derecho público diferentes a
las establecidas en el régimen civil y deben ser enmarcadas dentro de la órbita funcional del
servidor público, de manera que estos aspectos subjetivos de su actuación deban ser analizados
y valorados a la luz del principio de legalidad, porque quienes están al servicio del Estado y de
la comunidad, responden por infringir la Constitución y las leyes y por omisión o
extralimitación en el ejercicio de sus funciones, tal y como se presentaba en la sentencia de la
Corte Suprema de Justicia de 2 junio de 1958.137
137 COLOMBIA. CONSEJO DE ESTADO. Sentencia de 4 de diciembre de 2006, Exp. 16887, C.P. Mauricio Fajardo
Gómez. También debe revisarse la Sentencia de 8 de marzo de 2007, Exp. Radicación número: 11001-03-26-000-2003-
00019-01(24953), C.P. Ruth Estela Correa Palacio.
El Beneficio:
Beneficio. (Del lat. beneficĭum).
1. m. Bien que se hace o se recibe.
2. m. utilidad (‖ provecho).
3. m. Labor y cultivo que se da a los campos, árboles, etc.
4. m. Acción de beneficiar (‖ minas).
5. m. Conjunto de derechos y emolumentos que obtiene un eclesiástico de un oficio o de una
fundación o capellanía.
6. m. Acción de beneficiar (‖ créditos).
7. m. Ganancia económica que se obtiene de un negocio, inversión u otra actividad mercantil.
La empresa prefiere no repartir beneficios este año y promocionar el nuevo producto.
8. m. Der. Derecho que compete por ley o cualquier otro motivo.
9. m. Am. Ingenio o hacienda donde se benefician productos agrícolas.
10. m. Ven. Acción de matar y preparar animales para el consumo humano.
El beneficio que se deriva de una acción corrupta, “se refiere a la recompensa del acto corrupto, la cual
no necesariamente puede corresponder a bienes materiales sino también a privilegios, estatus u otro tipo de
beneficios.”139
Ese beneficio, como hecho material, comporta tanto la corrupción, como el delito, es decir,
comporta no sólo la acción corrupta, sino también la acción ilegal que no excluye de la sanción
disciplinaria la condena penal. Es decir, hay unas conductas que tienen un carácter
sancionatorio y, otras conductas que tienen un tratamiento criminal.
Esa afectación al patrimonio del Estado, se corresponde con una serie de actividades entre las
cuales tenemos, a título de ejemplo:
delitos contra el patrimonio que recaigan sobre bienes del Estado; utilización indebida
de información privilegiada; utilización de asuntos sometidos a secreto o reserva, etc.
Las que impliquen grave deterioro de la moral social. Para los fines de esta norma, se
entiende que son actividades que causan deterioro a la moral social, las que atenten
contra la salud pública, el orden económico y social, los recursos naturales y el medio
ambiente, seguridad pública, administración pública, el régimen constitucional y legal,
el secuestro, secuestro extorsivo, extorsión y proxenetismo.
De las anteriores tres explicaciones (dolo, beneficio y afectación), también se desprenden los
elementos que caracterizan a la corrupción:
“- Corrupción directa:
Es aquella corrupción en que ocurre un aprovechamiento directo de su función, por parte del funcionario público,
el privado o el individuo particular, para obtener un beneficio.
Dentro de este grupo se encuentra el abuso de poder, que puede ser entendido como el acto por el cual un
agente público o privado utiliza el poder de su cargo en perjuicio de una persona, grupo de persona o de
institución, pública o privada que se situé en una posición inferior a éste, obteniendo algún beneficio.
Una segunda categoría es la apropiación de bienes privados o públicos, que se define como un
aprovechamiento indebido de bienes o fondos que pertenecen a una institución o a terceros y a los cuales se ha
tenido acceso gracias a la función que desempeña el individuo.
En tercer lugar encontramos el enriquecimiento ilícito que se considera como el incremento del patrimonio
de un agente, con significativo exceso, respecto de ingresos legítimos o la obtención de mejoras económicas, durante
el ejercicio de una función, sin una debida justificación.
En el cuarto lugar está la extorsión, que es la utilización del poder que se dispone para presionar a un
tercero para obtener un beneficio privado.
- Corrupción mediada:
En estas acciones el beneficio particular proviene de un tercero.
La primera categoría dentro de este grupo es la aceptación de ventajas indebidas, que consiste en la
admisión de beneficios personales de cualquier tipo a cambio de realizar un acto indebido, o cualquier favor, en
la función de un cargo.
Otra categoría es el tráfico de influencia, que consiste en la negociación o uso indebido de las influencias o
poder propio del cargo en ámbitos no relacionados con la actividad propia.
Una tercera categoría es el soborno, que consiste en el ofrecer u otorgar a un agente en particular, cualquier
tipo de beneficio a cambio de la realización de un acto corrupto.
- Aprovechamiento de procedimientos:
En este grupo de categorías el acto corrupto consistiría en el aprovechamiento de falencias en el sistema de
procedimientos en que se halla inserto el individuo.
Es este grupo se encuentra el manejo indebido de bienes o fondos públicos y/o privados, que
es el uso de bienes o fondos fuera de sus objetivos, o sin austeridad eficiencia, o transparencia, en el ejercicio de
una función pública y con un beneficio particular.
Las segunda y tercera categorías son el manejo indebido y el ocultamiento de información, siendo
el primero el aprovechamiento indebido en beneficio propio o de terceros, de cualquier tipo de información
reservada a la que se hubiese tenido acceso en función de su cargo. El ocultamiento de información consiste en
retener información de un agente público, privado, o un particular, la cual debería enfrentar en función de su
cargo.
La sexta categoría es el lavado de dinero, acción realizada por un particular, en la cual éste participa en la
legalización de un capital obtenido originalmente por el narcotráfico o por otros ilícitos.
Hay diferencias entre estos tres grupos de fenómenos de corrupción; el primero, el de corrupción directa, se
caracteriza por ser predominantemente individual y no requiere de la participación de diferentes actores
pertenecientes a otros sistemas ajenos de la institución en la cual se comete un acto corrupto. En el segundo
grupo, en la que participa un tercero que media la acción, existe una mayor diversidad de participantes, y una
división de roles en las cuales, principalmente, son los privados los demandantes de corrupción y son los agentes
públicos, los ofertantes. La corrupción en la que se genera un aprovechamiento de los procedimientos depende
más de las estructuras de las organizaciones, que fomentarían la corrupción.”140
Así hemos visto unas parte introductoria del tema: “La Corrupción”, un instrumento de
violencia, que para procurarse riqueza, en nada se distingue de una violencia física. Así, “la
corrupción es la violencia ejercida directamente contra el Estado y contra los miembros de la comunidad que no
se hallan involucrados en el proceso corruptor.” 141
140 NAVARRO GÓMEZ, Joaquina. Consideraciones sobre la corrupción. En: Monografías.com, recuperado el 20 de
mayo de 2011.
141 BALLÉN, Rafael. Op. Cit., p. 47.
Para cerrar esta primera parte, debemos recuperar los valores que se están perdiendo en
nuestra sociedad. Esos valores comprometen la moral y la ética. “<<moral>> es el conjunto de
comportamientos y normas que tú, yo y algunos de quienes nos rodean solemos aceptar como válidos;
<<ética>> es la reflexión sobre por qué los consideramos válidos y la comparación con otras <<morales>>
que tienen personas diferentes.”142
Consecuencias de la corrupción:
Se dice que la causa más importante de la corrupción es la ineficiencia de la función pública,
porque esta obliga al ciudadano a “pagar extras” para que los asuntos caminen; sin embargo esto
es sólo que ven muchos dentro de una de las clases de corrupción y no lo ven dentro de otra.
Es decir, por un lado está la clase de corrupción denominada “corrupción artesanal” 143, o
también denominada “de pan coger” ó “cotidiana”, la cual corresponde a la corrupción “en la
que incurre el patinador que mueve los papeles, el policía de tránsito y el de vigilancia, el empleado de pueblo y el
operario de los servicios públicos de las grandes ciudades”. La otra clase de corrupción se denomina
“corrupción monumental”, también llamada “tecnológica”, que es la comúnmente denominada
“corrupción de cuello blanco”, donde la magnitud de la recompensa oscila según la importancia del
cargo ocupado, que sin mencionar nombres, permite por esta definición recordarlos.
Sin embargo, más que una causa, la corrupción es un resultado o consecuencia; “consecuencia de
las ambiciones incontroladas por alcanzar gloria y fortuna, poder y bienes… por eso la corrupción, vista desde
las perspectivas de la función pública es, por excelencia, un problema político, económico y sociológico.” 144
La Corrupción en lo Público:
142 SAVATER, Fernando. Ética para Amador. Editorial Ariel, Barcelona, 16ª reimpresión, 1991, p. 59.
143 BALLÉN, Rafael. Op. Cit., p. 43.
144 BALLÉN, Rafael. Op. Cit., pp. 44-50.
145 WIESNER, Luis Roberto. Vestigios patrimonialistas en la Administración Pública moderna o neopatrimonialismo?
La corrupción en Colombia: Conceptos, Instituciones y Legislación, en: Memorias del Seminario: Corrupción y
Descentralización, Red de Solidaridad Social, CIDER, Universidad de los Andes, 1997, p. 19.
146 http://www.oas.org/juridico/spanish/lucha.html
Debemos anotar que el Primer Estatuto Anticorrupción que fue promovido en nuestro país, la
Ley 190 del 6 de junio de 1995, quiso orientar la política pública preventiva en materia de
corrupción, con muchas vicisitudes. En 1993, la Nueva Fuerza Democrática había propuesto
en el Congreso de la República un proyecto de ley en ese sentido, ratificado luego por el
Gobierno Nacional a través del Ministro de Gobierno Fabio Villegas Ramírez. Finalmente,
luego de otros proyectos, particularmente el 214-Senado de 1994, se trazaron los principios
fundamentales de lo que fue esa Ley que quiso otorgar un papel fundamental a los servidores
públicos en materia de lucha contra la corrupción a través del mejoramiento de controles, el
restablecimiento de la moral perdida y la construcción de una conducta ejemplar, creándose
por entonces el formato único de hoja de vida, la declaración de bienes y rentas previo a la
posesión y, la creación de la Comisión Nacional para la Moralización, la cual nunca funcionó.
Sin embargo, buscando una mayor efectividad, por iniciativa de la Procuraduría General de la
Nación, con el propósito de desarrollar el numeral 6 del artículo 277 de la Constitución
Política, que establece la obligación de realizar la vigilancia superior de la conducta oficial de
quienes desempeñen funciones públicas, propuso un proyecto de ley, que tras los debates en
las cámaras, se convirtieron finalmente en la Ley 734 de 2002, también conocida como Código
Disciplinario Único, que también ha sido desarrollada ampliamente por la jurisprudencia
constitucional y penal y por la doctrina de la Procuraduría General de la Nación.
De la misma forma, plantea unos indicadores particulares para los poderes legislativo y judicial:
- Evolución de las denuncias y fallos por Pérdida de Investidura emitidos por el Consejo
de Estado contra Congresistas.
- Nivel de compromiso institucional del personal, con base en la calificación dada por
los propios funcionarios, según resultados de la Encuesta del Banco Mundial.
- Nivel de desempeño de la función de control interno, con base en la calificación dada
por los propios funcionarios, según resultados de la Encuesta del Banco Mundial.
- Nivel de los incentivos a empleados, con base en la calificación dada por los propios
funcionarios, según resultados de la Encuesta del Banco Mundial.
- Nivel de simplicidad de los procesos organizacionales, con base en la calificación dada
por los propios funcionarios, según resultados de la Encuesta del Banco Mundial.
Por su parte, el ITN es una herramienta diseñada para identificar las condiciones
institucionales y prácticas de los actores gubernamentales, y a partir de ello definir los riesgos
de corrupción a los que se enfrentan las entidades nacionales en desarrollo de sus procesos de
gestión. La quinta medición del Índice de Transparencia Nacional de Transparencia por
Colombia, recoge los resultados de 158 entidades.
Según la Corporación Transparencia por Colombia, que realizó este estudio, de las 158
entidades (entre las que se cuentan 21 entidades de naturaleza especial), de los diversos ámbitos
del Estado a nivel nacional formaron parte de esta medición. El promedio de 75.3 puntos en la
evaluación señala que a pesar del aumento en la calificación – en relación a la evaluación 2007
– 2008-, un porcentaje alto de entidades (44%) sigue con niveles de riesgo de corrupción
alarmantes. En medio de estas regulares calificaciones se destaca que por primera vez en la
historia de esta medición, 9 entidades logran obtener puntajes superiores a los 90 puntos; son
estas entidades la prueba contundente de que es posible realizar ajustes administrativos a favor
de la transparencia. Este Índice evalúa los factores de: Visibilidad, Sanción e Institucionalidad.
Para el caso de las Empresas de Naturaleza y Régimen Especial se mide adicionalmente el
factor Gobierno Corporativo. En cada uno de estos factores se analizan diversas dimensiones
de la transparencia.
Dentro de ese grupo de entidades, hay unas de bajo riesgo en corrupción, nivel moderado,
nivel medio, nivel alto y una sola con nivel muy alto, que es el Congreso de la República, con
un índice de transparencia del 21,2/100.
147 INSTITUTO DE ESTUDIOS DEL MINISTERIO PÚBLICO. Op. Cit., pp. 137-141.
En un estudio realizado en 1995 por el Ministerio de Justicia y del Derecho, se determinó que
había por entonces 78000 abogados de los cuales cerca de 70000 poseían Tarjeta Profesional,
de modo que por cada 1000 habitantes había 222 abogados, mientras que en Chile sólo había
64, en Ecuador 86, en Argentina 152 y en Bolivia 153. Una década después se habían otorgado
cerca de 146000 tarjetas profesionales, con un promedio de 289 abogados por habitante. 148
Del mismo modo, antes de 1992 existían 38 facultades de derecho; en 1995 56 y en 2005 había
ya 117. Para 2010, el dato es de 123 programas de derecho en el país, de los cuales, solamente
24 se encuentran con acreditación de alta calidad.
El concepto de calidad que se exige hoy de los programas de Derecho, debe superar la antigua
concepción de la enseñanza de esta ciencia, que a finales de los años ochenta del siglo XX
apuntaba a los siguientes temas149:
Por esta razón, el profesor MOLINA BETANCUR, pone en una balanza esos elementos y los
matiza proponiendo que la nueva concepción de la enseñanza del derecho debe estar
encaminada a150:
148 SANDOVAL CUMBE, Helber Mauricio; CEBALLOS POSADA, Bertha Lucy y, LÓPEZ DAZA, Germán Alfonso.
Op. Cit., p. 94.
149 MOLINA BETANCUR, Carlos Mario. Tendencias Modernas en los Estudios de Derecho, en: LONDOÑO TORO,
Beatriz y GÓMEZ HOYOS DIANA MARÍA (Editoras Académicas). Diez años de investigación Jurídica y Sociojurídica
en Colombia: Balances desde la Red Sociojurídica, Ediciones de la Universidad de La Sabana y de la Universidad del
Rosario, Bogotá, D.C., 2010, Tomo I, p. 168.
150 MOLINA BETANCUR, Carlos Mario. Op. Cit., p. 170.
El Decreto 1221 del 12 de junio de 1990, es la disposición por medio de la cual el Ministerio de
Educación Nacional aprobó el Acuerdo Número 60 del 24 de mayo de 1990, emanado de la
Junta Directiva del Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior -ICFES-,
por el cual se determinan los requisitos mínimos para la creación y funcionamiento de los
programas de derecho en Colombia. El texto es el siguiente:
CONSIDERANDO:
Que es necesario para el desarrollo armónico del sistema de la Educación Superior, establecer requisitos mínimos
para la creación y funcionamiento de los programas de Derecho,
ACUERDA:
ARTÍCULO 1o. Adoptar los siguientes requisitos mínimos para la creación y funcionamiento de los
programas de Derecho.
CAPÍTULO I.
PRINCIPIOS RECTORES.
ARTÍCULO 2o. Es misión de las facultades de Derecho, en desarrollo de los postulados del título I del
Decreto-ley 80 de 1980, el estudio, la investigación, la enseñanza y la divulgación del sistema jurídico nacional
con el propósito de formar una conciencia ciudadana que, afirmando los valores de la tradición patria y el respeto
de las garantías individuales y colectivas, preserve las instituciones republicanas, la democracia representativa y
las libertades públicas, dentro de un claro sentido de los deberes cívicos, una ética de servicio social, y la
concepción e interpretación del derecho como expresión renovada de justicia, de progreso y de igualdad.
ARTÍCULO 3o. Los estudios de Derecho deben orientarse hacia la formación de jurisconsultos, esto es, de
ciudadanos informados de la legislación y de su sentido social, con vasta aptitud técnica y contextura moral
sólida, provistos de un ponderado criterio para la elaboración, la interpretación y la aplicación de las normas y
conscientes de que la función del Derecho consiste no sólo en mantener o restablecer el equilibrio social, sino
también en alcanzar el desarrollo social de la nación.
ARTÍCULO 4o. Corresponde a las facultades de Derecho la preparación y capacitación de sus propios
profesores e investigadores, la asesoría a los organismos públicos en las labores de creación y aplicación del
Derecho, el análisis objetivo de los problemas jurídicos nacionales, el estudio de los sistemas contemporáneos de
derecho y el fomento de la investigación científica, todo con miras al surgimiento y desarrollo de verdaderas
escuelas de Derecho.
ARTÍCULO 5o. Las facultades de derecho exaltarán el servicio a la comunidad, como la más noble y útil de
las actividades del jurista.
De la misma manera, deberán formar profesionales que conciban y practiquen el ejercicio de la Abogacía como
una verdadera función social, tendiente a evitar y solucionar los conflictos que se presenten entre los particulares y
entre éstos y el Estado.
ARTÍCULO 6o. Compete a las facultades de derecho la adecuada formación de quienes hayan de administrar
justicia, infundiéndoles un auténtico espíritu de apostolado social y un criterio de la interpretación de la ley, que
corresponda a las realidades sociales, orientadas además hacia la defensa de los Derechos de las personas y de la
sociedad y a una cumplida administración de justicia, en colaboración con las autoridades para la realización del
Estado social de Derecho.
CAPÍTULO II.
REQUISITOS PARA LA CREACION Y FUNCIONAMIENTO DE PROGRAMAS DE
DERECHO.
ARTÍCULO 7o. Para que en lo sucesivo pueda iniciarse un programa de Derecho, es indispensable la
autorización previa del ICFES, de conformidad con los requisitos del Decreto-ley 80 de 1980, las normas que
lo reglamenten, modifiquen o adicionen. Además, la institución solicitante deberá acreditar los siguientes
requisitos:
1. Que presente un estudio de justificación, que demuestre la conveniencia, suficiencia y viabilidad del programa
propuesto.
La Junta Directiva del ICFES, previo concepto del Comité de Planeación de la Educación Superior, establecer
el contenido de este estudio y los criterios que deberá considerar para la aprobación del programa, entre los cuales
estar la población de bachilleres en relación con la demanda en la respectiva región, de acuerdo con los estudios
realizados por el Servicio Nacional de Pruebas.
2. Que presente una certificación del Departamento Nacional de Planeación en la que se demuestre la
concordancia de la del programa con el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social, los proyectos
sectoriales y las necesidades de la región.
3. Que disponga como mínimo del siguiente personal Académico-administrativo:
a) Un Decano con título de Abogado y con experiencia docente universitaria y prestigio profesional,
ampliamente reconocidos;
b) Un coordinador para cada una de las reas previstas en el Capítulo IV del presente Acuerdo, que debe ser
docente con dedicación mínima de tiempo parcial y acreditará una experiencia docente no inferior a tres (3) años.
c) Un Director del Centro de Investigaciones Socio-jurídicas, que deber ser abogado titulado, con experiencia en
investigación jurídica no inferior a tres (3) años, con dedicación de tiempo completo;
d) Dos (2) investigadores, asistentes del Director del Centro de Investigaciones Socio-jurídicas, que deben ser
abogados titulados, con experiencia en investigación no menor de un (1) año y con dedicación mínima de tiempo
parcial.
e) Un Director del Consultorio Jurídico, que cumpla con los requisitos exigidos en el Decreto 765 de 1977 y las
disposiciones que lo adicionen o modifiquen.
4. Que tenga un cuerpo docente conformado por profesores de tiempo completo, tiempo parcial y cátedra.
Para ser docente, se requiere tener título universitario y experiencia en la respectiva disciplina, no inferior a dos
(2) años, o título de postgrado en el área correspondiente.
Además de los docentes de cátedra que requiere el desarrollo del programa, por los primeros cien (100) alumnos
en cada grupo, deber contar con un (1) profesor de tiempo completo o dos (2) de tiempo parcial.
Cuando el grupo tenga un número de alumnos superior a cien (100), se requiere un profesor de tiempo completo
o dos (2) de tiempo parcial por cada fracción hasta de cincuenta (50) como se ilustra en la siguiente tabla:
N. de alumnos Profesores de tiempo completo Profesores de tiempo parcial
1 a 100 1 2
101 a 150 2 4
151 a 200 3 6
Las facultades deben incluir en sus reglamentos, el sistema para verificar y fomentar que los docentes adelanten
investigaciones y publiquen textos.
5. Que en su organización cuente con:
a) Un centro de investigaciones socio-jurídico con reglamentación que preste un adecuado apoyo metodológico y
pedagógico al programa.
b) Un centro de publicaciones, cuya organización permita la divulgación de los trabajos de profesores e
investigadores y el acceso de los alumnos a material didáctico apropiado;
c) Una biblioteca con los textos básicos y de referencia y una hemeroteca contentiva. De una (1) colección del
DIARIO OFICIAL "Gaceta Judicial", "Anales del Consejo de Estado" y "Anales del Congreso",
igualmente que cuente con suscripción a revistas nacionales y extranjeras en materias jurídicas y sociales
correspondientes al mismo plan.
La institución debe prever la destinación como mínimo del 2% de los ingresos anuales del programa a la
adquisición de libros y revistas;
d) El consultorio jurídico, organizado de acuerdo con las disposiciones legales pertinentes.
6. Que tenga prevista la incorporación de los adelantos de la tecnología que conduzcan a una eficiente utilización
de la informática jurídica en las diversas actividades del plan de estudios.
7. Que presente un plan de estudios de conformidad con lo dispuesto en este Acuerdo.
8. Que se indique el número de estudiantes que la institución proyecta admitir en el primer período académico
del programa.
El ICFES señalar el número máximo de estudiantes que el programa podrá admitir en el primer período
académico, que estará distribuido en grupos de no más de cincuenta (50).
Sin embargo, podrán funcionar grupos con un número mayor de estudiantes, de acuerdo con las capacidades
académicas y físicas y la metodología de la institución, de modo que se combine la cátedra magistral con
comunidades de trabajo, talleres y otras formas de pedagogía activa, de inmediación y de asistencia académica al
alumno, según lo determine la Junta Directiva del ICFES.
9. Que cuente con instalaciones físicas adecuadas, según concepto de la Subdirección de Planeación del ICFES.
PARÁGRAFO. Para los efectos del presente artículo, es docente de tiempo completo, quien dedica la totalidad
de la jornada laboral, que es de cuarenta (40) horas, semanales al servicio del programa.
Es docente de tiempo parcial, cuando la dedicación al programa es de quince (15) a veinticinco (25) horas
semanales, es profesor de cátedra quien dicte en el programa menos de diez (10) horas semanales de cátedra.
ARTÍCULO 8o. La solicitud de autorización del nuevo programa deber formularse con no menos de seis (6)
meses de anterioridad al comienzo del período lectivo durante el cual se pretende que el programa inicie labores y,
la licencia de funcionamiento se conceder, previo el cumplimiento de todos los requisitos del caso, por el término
de dos (2) años, que podrán ser prorrogados hasta por tres (3) más, a solicitud formulada con no menos de seis
(6) meses de anterioridad a la terminación del bienio y siempre que el resultado de la evaluación que se haga
durante el curso de los dos (2) primeros años sea satisfactorio, y con la indicación de los requisitos adicionales
que se han de ir cumpliendo oportunamente a medida que avance el desarrollo del plan de estudios.
CAPÍTULO III.
APROBACION DE PROGRAMAS.
ARTÍCULO 9o. Para otorgar o renovar la aprobación de un programa de Derecho, se tendrán en cuenta,
además de los requisitos generales previstos en los artículos 6o., 7o., 8o. y 9o. del Decreto 2745 de 1980 o de
las normas que lo modifiquen o adicionen, los siguientes:
a) Los señalados en los numerales 3o. al 9o. del artículo 7o. de este Acuerdo.
b) Que se está desarrollando un programa de capacitación y actualización docente y de reforma académica,
conducente a la utilización de nuevas metodología de enseñanza e investigación, evaluación y diseño curricular y
de actualización jurídica;
c) Adoptar el plan de estudios de que trata el Capítulo IV de este Acuerdo, para los alumnos que ingresen,
dentro de los seis (6) meses siguientes a su vigencia.
CAPÍTULO IV.
PLAN DE ESTUDIOS.
ARTÍCULO 10. El plan mínimo de estudios, estar integrado por materias básicas y materias
complementarias.
ARTÍCULO 11. a) Son materias básicas las comunes obligatorias que todo estudiante debe cursar y aprobar:
1. Teóricas: Que se agrupan en las siguientes áreas:
Estudios Filosófico Sociales: Introducción al Derecho, Teoría Económica, Economía Colombiana, Filosofía del
Derecho y Ética Profesional.
Derecho Público: Teoría Constitucional, Derecho Constitucional Colombiano, Derecho Administrativo General
y Especial, Derecho Internacional Público, Hacienda Pública o Finanzas Públicas.
Derecho Privado: Derecho Romano; Derecho Civil: parte general y personas, bienes, obligaciones, contratos,
familia y sucesiones; Derecho Comercial: General y Especial.
Derecho Penal: Derecho Penal General y Especial.
Derecho Laboral: Derecho Laboral Individual y Colectivo y Derecho de la Seguridad Social.
Derecho Procesal: Teoría General del Proceso, Derecho Procesal Civil, Derecho Procesal Penal, Derecho
Procesal Laboral, Derecho Procesal Administrativo, Derecho Probatorio.
2. Metodológicas y
3. Prácticas.
b) Complementarias: Son las que pueden seleccionarse por cada programa para complementar las materias
básicas.
PARÁGRAFO. El programa se desarrollar incluyendo:
1. La enseñanza y el ejercicio de técnicas de trabajo intelectual: audición, toma de notas, consulta bibliográfica,
estudio, exposición oral y escrita, presentación de pruebas.
2. Seminarios de profundización en el estudio de temas específicos y ejercicio de investigación bibliográfica y
aplicada.
3. Prácticas en las principales ramas del derecho.
4. Consultorio o clínica en las principales ramas y actividades jurídicas.
5. Materias de libre elección del estudiante, sean ellas jurídicas o afines o cursos de cultura general, o de idiomas,
o de informática, que una vez elegida, su aprobación se vuelve obligatoria para el estudiante.
ARTÍCULO 12. La carrera de Derecho no se podrá cursar sino en forma presencial, en cinco (5) años o diez
(10) semestres, en jornada diurna, y en seis (6) años o doce (12) semestres en jornada nocturna.
ARTÍCULO 13. Los planes de estudio determinarán las asignaturas básicas, las complementarias, así como
sus contenidos, el orden en que algunas de aquéllas o de éstas deban seguirse y otros cursos, con el fin de brindar
suficientes oportunidades a los estudiantes para ampliar y profundizar las materias de su predilección,
seleccionándolas por ramas de la ciencia y de la actividad jurídica.
ARTÍCULO 14. En la enseñanza del Derecho deber combinarse los aspectos teóricos con los prácticos; el
conocimiento de la doctrina y la jurisprudencia con las técnicas de formación, interpretación y aplicación del
derecho; las normas con los hechos políticos, económicos y sociales regulados por ellas.
ARTÍCULO 16. La enseñanza del Derecho debe alternar la disertación magistral y la información general
con la participación activa del estudiante en sistemas de aplicación tales como comunidades de trabajo, talleres
preseminarios, seminarios, prácticas de distinta índole y consultorio o clínicas jurídicos.
ARTÍCULO 17. La calificación del rendimiento escolar apreciará el esfuerzo personal del estudiante, el
desarrollo de su formación, su progresiva capacitación en el decurso de los varios períodos académicos y dar
garantía suficiente de seriedad e imparcialidad.
ARTÍCULO 18. Cada materia, seminario, práctica y clínica o consultorio tendrá un valor académico
independiente, que se le asignará según su naturaleza y su contribución al resultado académico general.
ARTÍCULO 19. El plan de estudios profesionales de Derecho se entender cumplido una vez que el estudiante
haya cursado y aprobado todas las asignaturas, seminarios, prácticas y consultorios que lo integren, hasta
completar el correspondiente número de unidades de labor, académica.
ARTÍCULO 20. Los planes y programas de estudios de Derecho serán revisados periódicamente, y atender n
a las exigencias sociales del país, procurando que las asignaturas propias de cada período lectivo, por su número,
distribución, contenido y la metodología de su enseñanza y aprendizaje, permitan una visión siempre actualizada
y dinámica, tanto de la norma, la doctrina y la jurisprudencia, como del funcionamiento real de las instituciones.
CAPÍTULO V.
REQUISITOS DE GRADO.
ARTÍCULO 21. Para obtener el título profesional de abogado deberán cumplirse los siguientes requisitos
concurrentes:
1. Haber cursado y aprobado la totalidad de las materias que integren el plan de estudios.
2. Haber presentado y aprobado los exámenes preparatorios.
3. Haber elaborado monografía que sea aprobada, igual que el examen de sustentación de la misma o haber
desempeñado, con posterioridad a la terminación de los estudios, durante un (1) año continuo o discontinuo uno
de los cargos previstos en las disposiciones pertinentes o haber prestado el servicio jurídico voluntario regulado por
el Decreto 1862 de 1989; o haber ejercido durante dos (2) años la profesión en las condiciones señaladas en el
artículo 31 del Decreto 196 de 1971.
ARTÍCULO 22. Los exámenes preparatorios son pruebas de aptitud académica y profesional, que habrán de
auscultar el criterio y la madurez del estudiante en el manejo y la aplicación del ordenamiento jurídico, por
medio de interrogaciones orales o escritas en las siguientes ramas del derecho:
1. Derecho Público: Derecho Constitucional y Derecho Administrativo.
2. Derecho Penal: Derecho Penal General y Especial y Procedimiento Penal.
3. Derecho Laboral: Derecho Individual y Colectivo y Procedimiento Laboral.
4. Derecho Privado: a) Teoría General, Personas, Familia y Sucesiones; b) Bienes, Obligaciones y Contratos; c)
Derecho Procesal Civil.
ARTÍCULO 23. Se podrán presentar los exámenes preparatorios una vez aprobadas las materias que
integran la respectiva rama.
El preparatorio de Derecho Privado podrá presentarse unitariamente o fraccionando en los grupos de materias
indicados.
ARTÍCULO 25. Compete al Ministerio de Justicia el control del desempeño de los cargos, del servicio y del
ejercicio profesional mencionados, así como certificar sobre el cumplimiento de dicho requisito para que la
Universidad pueda otorgar el título profesional.
CAPÍTULO VI.
PROGRAMAS DE POSTGRADO.
ARTÍCULO 26. Los programas de Derecho en la modalidad de formación avanzada o de postgrado pueden
ser de formación académica o de especialización, de acuerdo con su finalidad, según su orientación, intensidad y
metodología, la preparación para el desarrollo de las actividades investigativa, académica y científica, o para el
desempeño profesional especializado. Conducen, según el caso, a la obtención de los grados de especialista,
magister o doctor, y se regirán por las normas de los Decretos 80 de 1980 y 3658 de 1981.
ARTÍCULO 27. En lo sucesivo los programas de formación avanzada o de postgrado sólo podrán ser
ofrecidos por instituciones universitarias que tengan programas de Derecho debidamente aprobados, y siempre
que demuestren que disponen de la infraestructura física y académica, de investigación, de metodología y de
servicios necesaria para su desarrollo.
CAPÍTULO VII.
RÉGIMEN DE TRANSICIÓN.
ARTÍCULO 28. El plan de estudios dispuesto en el Capítulo IV del presente estatuto se aplicar a quienes
inicien estudios con posterioridad a su vigencia.
Dentro de los seis (6) meses siguientes a la entrada en vigor de este estatuto todas las instituciones que tengan
programas de Derecho deberán acreditar ante el ICFES que su plan de estudios para los aspirantes a iniciar la
carrera a partir de 1991 se ajusta a lo dispuesto en la presente reglamentación.
ARTÍCULO 29. Los programas aprobados, deberán acreditar ante el ICFES el cumplimiento de lo
dispuesto en los numerales 4o., 7o. y 8o. del artículo 7o. del presente acuerdo antes de iniciar el primer período
académico de 1991. El cumplimiento de los requisitos establecidos en los numerales 3o., 5o., 6o. y 9o. deber
acreditarse a más tardar antes de finalizar el año 1992.
ARTÍCULO 30. La Junta Directiva del ICFES revisar y determinar el número máximo de estudiantes que
pueden ser admitidos en el primer período académico de los programas de Derecho a partir de 1991.
ARTÍCULO 31. Tanto quienes a la fecha de la entrada en vigor de la presente reglamentación hubieren
concluido el plan de estudios, como quienes lo concluyan luego, podrán acogerse en cuanto a requisitos de grado, a
su elección, a las disposiciones del Decreto 3200 de 1979 o a las consagradas en el Capítulo V del presente
Acuerdo.
ARTÍCULO 32. El presente Acuerdo rige a partir de la fecha de la publicación del Decreto mediante el cual
lo apruebe el Gobierno Nacional.
Comuníquese y cúmplase. Dado en Bogotá, D. E., a…
El Presidente de la Junta Directiva, (Fdo.) MANUEL FRANCISCO BECERRA BARNEY.
El Secretario, (Fdo.) GUSTAVO SANDOVAL MENDOZA.
ARTÍCULO SEGUNDO. El presente Decreto rige a partir de la fecha de su publicación y deroga todas las
normas que le sean contrarias, en especial el Decreto 3200 de 1979.
PUBLÍQUESE Y CÚMPLASE.
Dado en Bogotá, D. E., a 8 de junio de 1990.
VIRGILIO BARCO
El Ministro de Educación Nacional, MANUEL FRANCISCO BECERRA BARNEY.
La Ministra de Educación Nacional, en uso de sus atribuciones legales y en especial las conferidas en el Decreto
2566 del 10 de septiembre de 2003, y CONSIDERANDO:
Que mediante Decreto 2566 del 10 de septiembre de 2003 el Gobierno Nacional reglamentó las condiciones
mínimas de calidad y demás requisitos para el ofrecimiento y desarrollo de programas académicos de educación
superior;
Que conforme a lo dispuesto en los artículos 1º y 4º del Decreto número 2566 del 10 de septiembre de 2003, le
corresponde al Ministerio de Educación Nacional, fijar las características específicas de calidad para cada
programa con el apoyo de las instituciones de educación superior, las asociaciones de facultades o profesionales o
de pares académicos;
Que en la definición de las características específicas de calidad para el ofrecimiento y desarrollo de programas de
formación profesional de pregrado aplicables en el área de Derecho, se contó con la participación activa de la
comunidad académica nacional de la respectiva área de conocimiento, en los encuentros organizados en los seis
Centros Regionales de Educación Superior (CRES) y en otros escenarios académicos; logrando en su definición
altos niveles de consenso y un mayor compromiso con la calidad de la Educación Superior;
Que por lo anterior se hace necesario definir las características específicas de calidad aplicables a los programas
de pregrado en Derecho, RESUELVE:
Artículo 1º. Denominación académica del programa. La denominación académica del programa será claramente
diferenciable como programa profesional de pregrado, así mismo, esta no podrá ser particularizada en cualquiera
de los campos de desempeño del derecho, ni tampoco en ninguna de sus funciones.
El título profesional que se otorgará será el que determine la ley.
Artículo 2º. Aspectos curriculares. De acuerdo con su enfoque, el programa de pregrado en Derecho será
coherente con la fundamentación teórica y metodológica del derecho, hará explícitos los principios y propósitos que
orientan la formación desde una perspectiva integral, considerando, entre otros aspectos, las características y las
competencias que se espera posea el futuro abogado. Por lo tanto:
1. En la formación del Abogado, el programa propenderá a:
a) Una sólida formación jurídica, humanística y ética, que garantice un ejercicio profesional en beneficio de la
sociedad;
b) Capacidad analítica y crítica para la interpretación de los problemas sociales, políticos y económicos del país,
así como del impacto de las normas frente a la realidad;
c) La plena conciencia del papel mediador y facilitador que cumple el abogado en la resolución de conflictos;
d) Suficiente formación para la interpretación de las corrientes de pensamiento jurídico;
e) El desarrollo de habilidades comunicativas básicas en una segunda lengua;
f) Las demás características propias de la formación que se imparte en la institución de acuerdo con su misión y
proyecto institucional y con la tradición universal del conocimiento jurídico.
2. En la formación del abogado, el programa buscará que el egresado adquiera competencias cognitivas,
investigativas, interpretativas, argumentativas y comunicativas, así como capacidades para la conciliación, el
litigio y para el trabajo interdisciplinario.
3. El programa comprenderá las áreas y componentes fundamentales de saber y de práctica que identifican la
formación de un abogado, incluyendo como mínimo los siguientes componentes básicos, los cuales no deben
entenderse como un listado de asignaturas:
a) Área Jurídica, que incluirá como mínimo los siguientes componentes: Derecho Civil, Derecho Constitucional,
Derecho Administrativo, Derecho Penal, Derecho Laboral, Derecho Comercial y Derecho Internacional. Estos
componentes deben responder tanto a lo sustantivo como a lo procesal;
b) Área Humanística, incluirá componentes que complementen la formación integral del jurista tales como la
filosofía del derecho, la sociología jurídica, la historia del derecho y la historia de las ideas políticas;
d) Prácticas Profesionales, en el programa se organizará, con los alumnos de los dos últimos años lectivos,
consultorios jurídicos cuyo funcionamiento requerirá aprobación de la respectiva autoridad de conformidad con lo
establecido en la Ley 583 del 12 de junio de 2000.
4. El programa debe tener una estructura curricular flexible mediante la cual organice los contenidos, las
estrategias pedagógicas y los contextos posibles de aprendizaje para el desarrollo de las competencias esperadas.
La flexibilidad curricular debe atender por un lado, la capacidad del programa para ajustarse a las necesidades
cambiantes de la sociedad y, por otro lado, las capacidades, vocaciones e intereses particulares de los estudiantes.
5. Sin perjuicio de los demás requisitos que en ejercicio de su autonomía universitaria establezca la institución de
educación superior, de conformidad con el artículo 2° de la Ley 552 de 1999, el estudiante que haya terminado
las materias del pensum académico, elegirá entre la elaboración y sustentación de una monografía jurídica o la
realización de la judicatura.
Parágrafo. Cada institución organizará dentro de su currículo estas áreas y sus componentes, así como otras que
considere pertinentes, en correspondencia con su misión y proyecto institucional.
Así mismo, a través de ellas se obtiene información sobre el estado actual de la formación en
las diferentes áreas. Esta información proporciona una visión de conjunto sobre los
estudiantes, los programas y las instituciones, así como también sobre el país, los
departamentos y municipios.
Según la página oficial en castellano155, “el proyecto ALFA Tuning – América Latina surge en un
contexto de intensa reflexión sobre educación superior tanto a nivel regional como internacional. Hasta el
momento Tuning había sido una experiencia y un logro de más de 135 universidades europeas que desde el año
2001 llevan adelante un intenso trabajo en pos de la creación del Espacio Europeo de Educación Superior.”
153 El presente capítulo corresponde al estudio del autor sobre la materia. OLANO GARCÍA, Hernán Alejandro.
Proyecto Tuning: una propuesta de competencias jurídicas para Colombia, en: Revista Díkaion # 16, Facultad de
Derecho Universidad de La Sabana, noviembre de 2007, I.S.S.N. 0120-8942, pp. 227 a 249.
154 http://www.unideusto.org/tuning/tuningal/
155 http://www.unideusto.org/tuning/tuningal/
“Durante la IV Reunión de Seguimiento del Espacio Común de Enseñanza Superior de la Unión europea,
América Latina y el Caribe (UEALC) en la ciudad de Córdoba (España) en Octubre de 2002, los
representantes de América Latina que participaban del encuentro, luego de escuchar la presentación de los
resultados de la primera fase del Tuning, acercaron la inquietud de pensar un proyecto similar con América
Latina. Desde este momento se comenzó a preparar el proyecto que fue presentado por un grupo de universidades
europeas y latinoamericanas a la Comisión Europea a finales de Octubre de 2003.
La propuesta Tuning para América Latina es una idea intercontinental, un proyecto que se ha nutrido de los
aportes de académicos tanto europeos como latinoamericanos. La idea de búsqueda de consensos es la misma, es
única e universal, lo que cambian son los actores y la impronta que brinda cada realidad.
Con fecha de 15 de Julio 2005, la Comisión Europea ha informado sobre la aprobación en la convocatoria de
la Décima Ronda del Programa ALFA de una ampliación del Proyecto Tuning América Latina, a ocho
nuevas áreas del conocimiento: Arquitectura, Derecho, Enfermería, Física, Geología, Ingeniería Civil,
Medicina y Química, incorporando 120 nuevas Universidades Latinoamericanas.”
Y es que las competencias, según Levy-Leboyer157, son “repertorios de comportamientos que algunas
personas dominan mejor que otras, lo que las hace eficaces en una situación determinada.”
Eso quiere decir, que con las competencias se busca basar la docencia en el aprendizaje, no en
la enseñanza, por tanto, el concepto de educación por competencias relaciona toda actividad
académica con el desarrollo de ciertos perfiles que se consideran necesarios para cada una de
las diferentes profesiones o carreras que se estudian en las universidades del mundo. Los
programas de estudio y la metodología pedagógica, deben estar dirigidas a la formación del
nuevo profesional de acuerdo a las competencias requeridas por su carrera.
Lo anterior implica, de acuerdo con el mismo TOBÓN, que han de tenerse en cuenta al menos
cuatro aspectos que transforman el concepto de educación en un proceso amplio e integral
asumido por cada persona para lograr su autorrealización. Dichos aspectos son:
156 TOBÓN, Sergio. El Enfoque de las Competencias en el Marco de la Educación Superior. Módulo Uno. CIFE.
Madrid, 2006, p. 1.
157 Citado por Tobón, p. 3.
“a) tener como base los aprendizajes previos de los estudiantes para planear los propósitos a partir de ellos b)
tener un conocimiento profundo de los estilo y ritmos de aprendizaje, para orientar y mediar las estrategias
didácticas acordes con ellos; c) hacer partícipe al estudiante de su aprendizaje, guiándole en la forma en que
puede planificar, investigar y regular el estudio; d) tener presente en la docencia la formación y afianzamiento de
estrategias cognoscitivas y meta cognoscitivas que ayuden a los estudiantes a buscar, organizar, asimilar,
comprender y aplicar el conocimiento con pertinencia. De esta manera se favorece la autonomía en los
estudiantes, principio esencial de la pedagogía actual.”
A raíz de varias inquietudes detectadas por los expertos en cuanto a la claridad de la aplicación
de lo que en realidad son las competencias y, para poder dejar de abordarlas “como un mero hacer
procedimental enfocado a la realización de actividades, enfatizando en la aplicabilidad del conocimiento, o como
atributos separados entre sí”158, como diría Tobón, surgió el proyecto Tuning, pionero en la
definición de las competencias “como una dinámica compleja formada por una suma integrada de
conocimientos y aplicación práctica de los mismos que deberían caracterizar todo el proceso de convergencia
europea de la educación superior.”159
Según Juan MORALES ORDÓÑEZ160, “la determinación de las competencias para cada una de las
carreras universitarias, se realiza a través de consultas sistemáticas a los diferentes actores sociales relacionados
con el proceso educativo. De esta forma, grupos de académicos, graduados, estudiantes, empleadores y sociedad
civil en general, aportan con sus criterios para la definición de las competencias que deben tener los profesionales
que se titulan en las universidades.
Las competencias de quienes se gradúan en las facultades de Derecho, deben determinarse a través del proceso
mencionado. Es probable que el perfil profesional de los abogados exija un claro conocimiento y sensibilidad
frente a los verdaderos objetivos del Derecho, que tienen que ver con la búsqueda permanente de la justicia y el
bien común; así como adecuados conocimientos sobre las estructuras jurídicas que organizan y determinan las
formas de vida del País y del mundo. Además, es probable, que abogados y juristas deban ser profesionales con
una alta formación social y humanista, considerando que su labor afecta los destinos de personas individuales y
por ende el destino de las colectividades. La Ética que se constituye en una competencia básica en todas las
profesiones, adquiere características de exigencia ineludible en el jurista, pues los valores y el deber ser moral son
los fundamentos esenciales de todo ordenamiento jurídico.”
En cuanto a las competencias genéricas, que más adelante presentaremos, el proyecto trata de
identificar atributos compartidos que pudieran generarse en cualquier carrera y que son
considerados importantes por la sociedad.
Según los expertos, hay ciertos atributos como la capacidad de aprender, la capacidad de
análisis y síntesis, etc., que son comunes a todas o casi todas los programas de formación, pero
también puede haber unas competencias en cada área temática, a que se consideran como
cruciales para cualquier titulación y sobre las cuales haremos una propuesta para Colombia,
precisamente porque están específicamente relacionadas con el conocimiento concreto de un
área temática, en nuestro caso: el Derecho. “Se conocen también como destrezas y competencias
relacionadas con las disciplinas académicas y son las que confieren identidad y consistencia a cualquier
programa” 162.
c. Créditos académicos:
“En esta línea se llevará adelante una intensa reflexión sobre la vinculación de las competencias con el trabajo
del estudiante, su medida y conexión con el tiempo calculado en créditos académicos.” 164
Basados en el modelo de competencias, Tuning busca lograr unos objetivos, que en Derecho
se centran en crear puentes entre las universidades y otras entidades apropiadas y calificadas
para producir convergencia en las áreas de las disciplinas seleccionadas, así como crear redes
capaces de presentar ejemplos de prácticas eficaces, estimular la innovación y la calidad
mediante la reflexión y el intercambio mutuo y desarrollar e intercambiar información relativa
al desarrollo de los currículos en las áreas seleccionadas y crear una estructura curricular
modelo expresada por puntos de referencia para cada área, promoviendo el reconocimiento y
la integración latinoamericana de titulaciones.
Las Competencias:
162 http://www.unideusto.org/tuning/tuningal/
163 http://www.unideusto.org/tuning/tuningal/
164 http://www.unideusto.org/tuning/tuningal/
165 http://www.unideusto.org/tuning/tuningal/
Para poderlas presentar, debemos remontarnos históricamente tan sólo hasta marzo de 2005,
cuando se llevó a cabo la Primera Reunión General en Buenos Aires, donde los grupos de
trabajo en consenso elaboraron la lista de competencias genéricas que se consultarían a
académicos, estudiantes, graduados y empleadores de América Latina, los que se logró de
Abril a Julio de 2005.
“La Segunda Reunión General del Proyecto, realizada en Belo Horizonte, en agosto del mismo año, se presentó
el informe del análisis de los resultados de la consulta de competencias genéricas. En esa misma reunión los
grupos de trabajo discutieron acerca de las competencias específicas y lograron definir la lista de competencias
específicas para las áreas temáticas de Administración de Empresas, Educación, Historia y Matemáticas y
fueron consultados académicos, estudiantes, graduados y empleadores de cada área temática en los meses
de Octubre a Diciembre de 2005.
En la Tercera Reunión General Tuning, que se realizó en San José durante el mes de febrero de 2006, se
incorporaron nuevos grupos de trabajo: arquitectura, derecho, enfermería, física, geología, ingeniería civil,
medicina y química, los cuales definieron las listas de competencias específicas para cada área. Los grupos que
venían trabajando con anterioridad analizaron los resultados de las consultas llevadas a cabo.
En Bruselas, Junio de 2006, se realizó la primera reunión conjunta de Tuning América Latina con Tuning
Europa, donde se compararon las listas de competencias alcanzadas por los distintos grupos de trabajo,
identificando similitudes y diferencias entre ambas reflexiones.
La reunión de cierre del Proyecto se adelantó en Ciudad de México en el mes de Febrero 2007, programada con
el objeto de hacer un balance sobre los resultados del proyecto, así como su impacto en las instituciones
participantes. Además los grupos de trabajos terminaron de revisar los documentos que se incluirán en el
informe final del Proyecto.” 166
166 http://www.unideusto.org/tuning/tuningal/
Después se puso a disposición de los grupos un formato en línea para llevar adelante la
consulta, además de las alternativas presenciales y de correo postal propuestas en la consulta de
competencias genéricas. La consulta en línea se abrió del 3 de Abril de 2006 al 5 de Mayo de
2006 y, el análisis de los resultados de la consulta de competencias específicas se realizó en la
reunión de Bruselas en Junio de 2006. Además, en todos los grupos de trabajo del proyecto
se reflexionó en un ejemplo de cómo enseñar y evaluar una competencia de su área temática.
Las competencias, a mi juicio, son una traducción, razón por la cual, poseen algunos errores
gramaticales:
1. Conocer, interpretar y aplicar los principios generales del Derecho y del ordenamiento
jurídico.
2. Conocer, interpretar y aplicar las normas y principios del sistema jurídico nacional e
internacional en casos concretos.
3. Buscar la justicia y equidad en todas las situaciones en las que interviene.
4. Estar comprometido con los Derechos Humanos y con el Estado social y democrático de
Derecho.
5. Capacidad de ejercer su profesión trabajando en equipo con colegas.
6. Capacidad de trabajar en equipos interdisciplinarios como experto en Derecho
contribuyendo de manera efectiva a sus tareas.
Hasta ahora, sólo hemos podido encontrar que Ecuador es el único país del grupo que ha
propuesto sus competencias específicas para Derecho.
Sin embargo, yo propongo dar una ponderación de importancia a las competencias genéricas
de Derecho, al parecer inmodificables y obligatorias punto a punto según los europeos, así
como incluir otras o también mejorar la redacción a las existentes y comprometen al
profesional del Derecho en principio, a que se le dé una formación en valores, en estructura de
su ciencia y por último, en un nivel instrumental complementario, como el que surge de la
necesidad de una segunda lengua:
11. Posee capacidad para aplicar sus conocimientos de manera eficaz en un área
determinada de su profesión.
12. Posee capacidad para decidir si las circunstancias de hecho son suficientemente claras
para poder adoptar en Derecho una decisión bien fundada.
13. Posee capacidad para dialogar y debatir desde una perspectiva jurídica y con conciencia
crítica, comprendiendo las distintas teorías y conceptos, jurídicos y filosóficos del
Derecho, con el efecto de articularlos y proponer y tomar una solución jurídica
razonada.
14. Posee capacidad para ejercer la investigación científica en su actividad profesional.
15. Posee capacidad para redactar textos y expresarse de manera adecuada en forma verbal
y escrita con un lenguaje fluido y técnico-jurídico, así como con una adecuada
gramática acorde con las actualizaciones idiomáticas recientes.
16. Posee capacidad para utilizar la tecnología, así como los avances de ésta, en la búsqueda
de la información relevante para ejercer su carrera, así como para actualizarse
profesionalmente.
LA JUDICATURA:
Igualmente puede prestarse al servicio de las ligas y asociaciones de consumidores, ley 1086 de
2006; la ley 1224 en sus artículos 8 y 9, se refiere a los estudiantes de Consultorio Jurídico y a
los egresados que pueden realizar judicatura como apoyo en materia penal y asistentes de los
Defensores Técnicos de la Fuerza Pública, en los términos previstos en el citado Reglamento y
la ley 1322 de 2009, por la cual se autoriza la prestación del servicio de auxiliar jurídico ad
honórem en los organismos y entidades de la rama ejecutiva del orden nacional, territorial y sus
representaciones en el exterior.
En cuanto a la Judicatura o Servicio Social Obligatorio que deben desempeñar quienes aspiren
a ser abogados, podrá ser desarrollada por los egresados de facultades de derecho de
Universidades oficialmente reconocidas en la Fiscalía General de la Nación, en las Direcciones
Nacional y Seccionales Administrativas y Financieras, Direcciones Nacional y Seccionales de
Fiscalías y Direcciones Nacional y Seccionales del Cuerpo Técnico de Investigación, en las
diferentes Unidades, despachos y Secretarías Judiciales; en las Oficinas del Nivel Central de la
entidad, en que se desarrollen funciones jurídicas, que permitan la habilitación y capacitación
de los egresados, en los términos señalados en la Constitución Política, con base en la
reglamentación de tal actividad, la cual se encuentra incluida en la Resolución # 0-1684 del 30
de julio de 2010, expedida por el Fiscal General de la Nación, que permite también este
desempeño en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Artículo 50. Los egresados de las Facultades de Derecho podrán realizar judicatura ad honórem en
las casas de justicia como delegados de las entidades en ellas presentes, así como en los centros de
conciliación públicos. En este último caso, es necesario haber cursado y aprobado la formación en
conciliación que para judicantes establezca el Ministerio del Interior y de Justicia. También podrán
cumplir con el requisito de la judicatura, como asesores de los conciliadores en equidad.
La judicatura en las casas de justicia o en los centros de conciliación públicos, o como asesores de los
conciliadores en equidad, tendrá una duración de siete (7) meses; quienes la realicen tendrán derecho a
ser nombrados en empleos de carrera en cualquier entidad u organismo estatal, en caso de igualdad de
puntaje en la lista de elegibles.
© Hernán Alejandro Olano García. 203
MANUAL DE RESPONSABILIDAD PROFESIONAL E HISTORIA DEL DERECHO
En desarrollo de la Ley 1322, varias entidades del Estado han reglamentado la prestación de la
judicatura y de la práctica en sus dependencias; es el caso de la Dirección Nacional de Derecho
de Autor, la cual, por Resolución 033 del 21 de enero de 2010, La práctica de judicatura
voluntaria ad honórem para optar por el título de abogado, en reemplazo de la tesis de grado,
de los estudiantes de las Facultades de Derecho de las Universidades oficialmente reconocidas,
podrá realizarse en las aéreas misionales de la Dirección citada.
Más recientemente, la Ley 1434 de 2011, “Por la cual se modifica y adiciona la Ley 5 de 1992,
se crea la Comisión Legal para la Equidad de la Mujer del Congreso de la República de
Colombia y se dictan otras disposiciones”, en su artículo 14 “De los judicantes y
practicantes”#, dice: “La Comisión para la Equidad de la Mujer podrá tener en su planta pasantes y
judicantes acogiendo las disposiciones y convenios que para tal efecto ha establecido el Congreso de la república
con las distintas Instituciones de educación Superior.”
DE LA PRÁCTICA JURÍDICA:167
El literal h) del numeral 1 del artículo 23 del Decreto 3200 de 1979, modificado por el artículo 3º de la Ley
1086 de 2006, creó la posibilidad para los egresados de las facultades de derecho, de compensar, de acuerdo a la
autonomía universitaria de cada institución educativa, los exámenes preparatorios o el trabajo de investigación
dirigida, con la prestación de un año continuo o discontinuo de práctica o servicio profesional en el cargo de
“Abogado o Asesor Jurídico de entidad sometida a inspección, vigilancia y control de cualquiera de las
Superintendencias establecidas en el país”.
En este orden de ideas, la práctica de la judicatura se convierte en un requisito alternativo para optar por el
título de abogado, en virtud del cual, se busca que a través del ejercicio de cargos o actividades que impliquen el
desarrollo de tareas propias de la disciplina del derecho, el egresado aplique los conocimientos adquiridos en las
distintas asignaturas que integran el pensum correspondiente.
EVOLUCIÓN NORMATIVA
167 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. SALA DE CASACIÓN PENAL -SALA DE DECISIÓN EN TUTELA-
Magistrado Ponente Luis Guillermo Salazar Otero. Aprobado Acta No. 270. Bogotá, D.C., veintidós (22) de agosto de
dos mil trece (2013).
A fin de conocer la intención del legislador al regular la práctica de la judicatura como requisito alternativo para
la obtención del título de abogado, resulta oportuno hacer una breve revisión de los antecedentes normativos que
han desarrollado la materia.
En primer lugar, se encuentra el Decreto 3200 de 1979, por el cual se dictan normas sobre enseñanza del
derecho. En efecto, éste dispone en su artículo 23 que:
“Los estudiantes que hayan iniciado el Programa de Derecho con anterioridad al 31 de diciembre de 1979, y
aquellos a que hace referencia el inciso segundo del artículo precedente, estarán sujetos para obtener el título de
abogado al lleno de los requisitos previstos en el artículo 20, pero podrán compensar los exámenes preparatorios
o el trabajo de investigación dirigida, cumpliendo con posterioridad a la terminación del plan de estudios uno
cualquiera de los siguientes requisitos:
1.- Hacer un año continuo o discontinuo de práctica o de servicio profesional, en uno de los cargos que se
enumeran a continuación:
(…)
h). Abogado o Asesor Jurídico de entidad bajo la vigilancia de las Superintendencia Bancaria o de Sociedades.
Así, son requisitos para obtener el título profesional de abogado, según lo establecido en el artículo 21 del
Decreto 1221 de 1990:
1. Haber cursado y aprobado la totalidad de las materias que integren el plan de estudios.
2. Haber presentado y aprobado los exámenes preparatorios.
3. Haber elaborado monografía, que sea aprobada igual que el examen de presentación de la misma, o haber
desempeñado con posterioridad a la terminación de estudios durante un año continuo o discontinuo de práctica
profesional en uno de los cargos previstos en el decreto 3.200 de 1.979, artículo 23; o haber prestado el servicio
jurídico voluntario regulado por el decreto 1.862 de 1.989; o haber ejercido durante dos (2) años la profesión en
las condiciones establecidas en el artículo 31 del decreto 196 de 1.971" (Subraya fuera de texto).
No obstante, el literal h del numeral 1 del artículo 23 del Decreto 3200 de 1979, fue modificado por el artículo
93 del Decreto 2150 de 1995, expedido por el Presidente de la República en ejercicio de las facultades
extraordinarias otorgadas por el artículo 83 de la Ley 190 del mismo año.
ARTÍCULO 93. Requisitos para acreditar la judicatura. El literal h) del numeral 1 del artículo 23 del
Decreto 3200 de 1979 quedará así:
h) Abogado o asesor jurídico de entidad sometida a la inspección y vigilancia de las Superintendencias Bancaria,
de Valores o de Sociedades.
El artículo 3 de la Ley 1086 de 2006, con el ánimo de ampliar el ámbito de alternativas para quienes aspiran
obtener el título como abogados, permite que la judicatura se pueda cumplir haciendo un año continuo o
discontinuo de práctica o de servicio profesional como Abogado o Asesor Jurídico de entidad sometida a
inspección, vigilancia y control de cualquiera de las Superintendencias establecidas en el país.
Ahora bien, con el fin de aclarar las dudas que suscitaron los términos de inspección y vigilancia para el
reconocimiento de la práctica laboral que permite obtener el título como profesional del derecho, la
Superintendencia de Sociedades emitió el concepto 220-62661 de fecha 26 de septiembre de 2000, en el cual
precisó que:
“la sola inspección no puede tomarse en sentido laxo para efectos de la judicatura; pensar lo contrario, es tanto
como decir que el solo hecho de constituir una sociedad que no sea sujeto de vigilancia por otra superintendencia,
automáticamente la ubicaría en los términos del Decreto 2150 de 1995. Situación diferente se predica de la
vigilancia y control en sentido lato en cuyos eventos la Superintendencia de Sociedades sí ejerce una efectiva
vigilancia según se desprende de los términos de la Ley 222 de 1995.”
Sin embargo, la Corte Constitucional mediante sentencia C-281 de 2004, declaró inexequible dicho artículo,
toda vez que el Gobierno había excedido en su expedición, el ejercicio de las facultades extraordinarias
otorgadas por la Ley 190 de 1995; por ende, el literal h del numeral 1 del artículo 23 del Decreto 3200 de
1979, retomó vigencia.
Ello fue así hasta el 2006, pues la Ley 1086, por medio de la cual se permite la realización de la judicatura al
servicio de las ligas y asociaciones de consumidores, estableció en su artículo 3 lo siguiente:
h) Abogado o asesor jurídico de entidad sometida a inspección, vigilancia y control de cualquiera de las
Superintendencias establecidas en el país”.
Según se extrae de la exposición de motivos de la citada ley, la intención del legislador fue ampliar el ámbito de
alternativas para quienes aspiran obtener el título de abogados luego de su formación académica, en aras de
garantizar el derecho de igualdad.
Por ello, se ajustó el régimen reglamentario existente, permitiendo que el requisito de judicatura para quienes
opten por el título de profesionales del derecho, se pueda cumplir con la prestación de servicios jurídicos a
entidades sometidas a inspección, vigilancia y control del Estado a través de las Superintendencias.
En efecto:
“Se estima este un momento oportuno para ampliar con criterio general las posibilidades de la práctica jurídica
de la judicatura, no sólo ante las Ligas y Asociaciones de Consumidores sino también por la prestación de
servicios de asesoría jurídica en entidades sometidas a la inspección, vigilancia y control del Estado”168.
Toda vez que la misma razón jurídica que aplicaba para valer el ejercicio de judicatura en entidades vigiladas
por las Superintendencias Financiera o de Sociedades, resultaba viable para entender que ésta procedería en
entidades sometidas a inspección, vigilancia y control estatal a través de las restantes Superintendencias.
168 Gaceta del Congreso, Año XIII, No. 700 del 10 de noviembre de 2004. Primer debate de la Cámara de Representantes
al proyecto ley No. 74 de 2004, por medio de la cual se autoriza la realización de la judicatura al servicio de los
consumidores. Pág. 4.
De la evolución legislativa que regula la práctica jurídica como requisito alternativo para obtener el título de
abogado, se puede concluir que ha sido la intención del legislador ampliar la clase de entidades en las que ésta
puede tener lugar.
En efecto, actualmente la ley permite que el requisito alternativo de la judicatura se pueda cumplir haciendo un
año continuo o discontinuo de práctica o de servicio profesional como Abogado o Asesor Jurídico de entidad
sometida a inspección, vigilancia y control de cualquiera de las Superintendencias establecidas en el país, cuando
antes sólo era posible ante entidades sometidas a vigilancia de la Superintendencia Financiera o de Sociedades.
Al Estado le corresponde ejercer el control que el ejercicio de las profesiones y oficios amerite,
buscando siempre el debido equilibrio entre la salvaguarda de los postulados superiores y los
derechos particulares, de manera tal que el Estado Social de Derecho se haga realidad en
armonía con el cabal respeto y acatamiento que merecen los derechos de las personas en su
perspectiva individual o colectiva. Éstas a su turno deben tener presente que el ejercicio de
cualquier profesión u oficio implica responsabilidades frente a la comunidad y el Estado, razón
por la cual a éste le corresponde expedir y aplicar estatutos de control bajo los parámetros que
considere más apropiados, como lo ha resaltado la Corte Constitucional en la Sentencia C-098
de 2003, M.P. Dr. Jaime Araujo Rentería.
SUSPENSION, 108
CRITERIOS DE
GRADUACION DE LA
SANCION Y
REHABILITACION POR
EXCLUSION
C-379/08 HUMBERTO LEY 1123 DE 2007 ESTARSE A LO
ANTONIO ARTICULOS 40, 41, 42, RESUELTO EN
SIERRA 43 Y 44. SANCIONES LA SENTENCIA
PORTO DISCIPLINARIAS, C-
CENSURA, MULTA, 290/08RESPECTO
SUSPENSION Y DEL ARTICULO
EXCLUSION 40, Y
EXEQUIBLES
LOS ARTICULOS
41, 42, 43 Y 44
C-692/08 MANUEL JOSE LEY 1123 DE 2007 EXEQUIBLE
CEPEDA ARTICULOS 111.
ESPINOSA REGIMEN DE
TRANSICION.
APLICACIÓN DEL
PROCEDIMIENTO
CONTEMPLADO EN EL
CODIGO
DISCIPLINARIO DEL
ABOGADO A LOS
PROCESOS EN LOS
QUE NO SE HAYA
PROFERIDO AUTO DE
APERTURA DE
INVESTIGACION
C-694/08 JAIME LEY 1123 DE 2007 INHIBIDA
ARAUJO ARTICULO 30
RENTERIA NUMERAL 5. UTILIZAR
INTERMEDIARIOS
PARA OBTENER
PODERES O
PARTICIPAR
HONORARIOS CON
QUIENES LO HAN
RECOMENDADO
CONSTUITUYE FALTA
CONTRA LA
DIGNIDAD DE LA
PROFESION
C-374/09 NILSON LEY 1123 DE 2007 INHIBIDA
PINILLA ARTICULOS 71
PINILLA NOTIFICACION
PERSONAL Y 93
OPORTUNIDAD PARA
CONTROVERTIR LA
PRUEBA
C-540/10 JORGE LEY 1123 DE 2007 INHIBIDA
IGNACIO ARTICULO 66
PRETELT PARAGRAFO.
CHALJUB FACULTADES DEL
QUEJOSO EN EL
PROCESO
DISCIPLINARIO
CONTRA ABOGADO
C-819/10 JORGE IVAN LEY 1123 DE 2007 INHIBIDA
PALACIO ARTICULO 29 RESPECTO DE
PALACIO NUMERAL 1º Y LA EXPRESIÓN
PARAGRAFO. PUBLICAS DEL
INCOMPATIBILIDADES ARTICULO 19 DE
DE LOS SERVIDORES LA LEY 1123 DE
PUBLICOS PARA EL 2007 Y
EJERCICIO DE LA EXEQUIBLES EL
ABOGACIA Y NUMERAL 1 Y EL
EXCEPCIONES PARAGRAFO
DEL ARTICULO
29 DE LA LEY
1123 DE 2007
C-398-11 GABRIEL LEY 1123 DE 2007 EXEQUIBLE
EDUARDO ARTICULO 29
MENDOZA NUMERAL 3.
MARTELO INCOMPATIBILIDADES
DE LAS PERSONAS
PRIVADAS DE LA
LIBERTAD COMO
CONSECUENCIA DE
LA IMPOSICION DE
UNA MEDIDA DE
ASEGURAMIENTO
PARA EJERCER LA
ABOGACIA
899/11 JORGE LEY 1123 DE 2007 EXEQUIBLE
IGNACIO ARTICULO 19 INCISIO
PRETELT SEGUNDO.
CHALJUB DESTINATARIOS DEL
CODIGO
DISCIPLINARIO DEL
ABOGADO. SE
ENTIENDEN
Al Derecho le son aplicables algunos principios que también pueden predicarse de las
profesiones liberales o libres, como son los siete siguientes propuestos por la doctrinante
Ángela Aparisi Miralles:169
169 APARISI MIRALLES, Ángela. Ética y deontología para juristas, segunda edición, EUNSA, Pamplona, 2008, p. 206.
amplio (y por lo tanto siendo susceptibles de ser aplicados en diversos ámbitos), serían
más propios de una determinada profesión, dependiendo estrechamente de la función
social de la actividad tomada en consideración.
c. El principio del secreto profesional.
d. El principio de independencia y libertad profesional.
e. Principio de diligencia.
f. Principio de desinterés: la función social de las profesiones jurídicas.
g. El principio de lealtad profesional.
Mientras que, el Código Deontológico, es: “una guía de normas precisas para el profesional,
que persigue facilitar y orientar el buen cumplimiento de los principios morales que impone
una determinada profesión”.172
Por eso se dice que la principal finalidad del jurista es conocer el derecho para discernir y
señalar qué es lo justo en cada circunstancia: Aequuum ab iniquo separantes, licitum ab illicito
discernentes (Digesto 1,1,1).
Por ejemplo, en Europa, el código deontológico del Consejo de los Colegios de Abogados de
la Unión Europea, bajo el epígrafe de La misión del abogado, sostiene lo siguiente:
“En una sociedad fundada en el respeto a la Justicia, el Abogado tiene un papel fundamental.
Su misión no se limita a ejecutar fielmente un mandato en el marco de la Ley. En un Estado de Derecho el
Abogado es indispensable para la Justicia y para los justiciables, pues tiene la obligación de defender los derechos
y las libertades; es tanto el asesor como el defensor de su cliente”.173
El Título
Artículo 5º. Es requisito para la inscripción haber obtenido el TÍTULO correspondiente,
reconocido legalmente por el Estado.
Artículo 21. La inscripción, mientras esté vigente, habilita al abogado para el ejercicio de la
profesión en todo el territorio de la República con las limitaciones establecidas en la
Constitución y la ley.
Artículo 22. Quien actúe como abogado deberá exhibir su tarjeta Profesional al iniciar la
gestión de lo cual se dejará testimonio escrito en el respectivo expediente. Además, el abogado
que obre como tal, deberá indicar en todo memorial el número de su Tarjeta. Sin el
cumplimiento de estas formalidades no se dará curso da la solicitud.
Excepciones a la inscripción
Artículo 6. No podrá ser inscrito como abogado, y si ya lo estuviere, deberá ser excluido:
a) Quien se halle en interdicción judicial, y
b) El responsable de delio que tengan señalada pena de presidio, de prisión, o de relegación a
colonia, cometido con posterioridad a la vigencia de este Decreto, si por las modalidades y
circunstancias del hecho, los motivos determinantes y la personalidad del agente, el Tribunal
competente lo considera indigno de ejercer la abogacía.
Se exceptúa el caso de la condena condicional o del perdón judicial.
Publicación
Artículo 10. La publicación será a costa del interesado y deberá contener:
1º. Nombre completo del solicitante, documento de identificación, domicilio y dirección.
2º. Tribunal ante el cual se tramite la solicitud.
3º. Universidad que expidió el TÍTULO, y
4º. Término para presentar oposición
Oposición a la inscripción
Artículo 11º. Dentro de los diez días siguientes al de la publicación cualquier persona podrá
oponerse a la inscripción.
La oposición solo podrá fundarse en hechos que impidan la inscripción, conforme a este
Decreto, y deberá formularse por escrito, bajo juramento, ante el Magistrado sustanciador.
Decreto de Inscripción
Artículo 12. Vencido el término de que trata el Artículo anterior, la respectiva Sala decretará la
inscripción si no hubiere oposición.
Si la hubiere, dará traslado de la al solicitante por dos días, y luego abrirá el negocio a prueba
por dos días para pedirlas y nueve para practicar las que se decreten de oficio o solicitud de
los interesados. Vencido el término probatorio, la Sala resolverá dentro de los cinco días
siguientes si decreta o no la inscripción.
Negativa de Inscripción
Artículo 14. La negativa de la inscripción solo podrá fundarse en la carencia de las condiciones
requeridas para la admisión al ejercicio de la abogacía.
Comunicación de la inscripción
Artículo 15. En firme la providencia que decrete la inscripción, se comunicará al ministerio de
Justicia para que incluya al interesado en el Registro Nacional de abogados, expida la Tarjeta
Aviso de inscripción
Artículo 16. El aviso de inscripción expresará:
1º. Nombre completo del abogado y su documento de identificación personal.
2º. Tribunal que decretó la inscripción, número y fecha de la providencia respectiva.
3º. Universidad que expidió el TÍTULO
4º. Número y fecha de la Tarjeta Profesional
Inclusión en el registro
Artículo 17. Los abogados inscritos con anterioridad a la vigencia de este Decreto, solicitarán
del Ministerio de Justicia, directamente o por conducto del tribunal Superior de su domicilio,
su inclusión en el Registro Nacional de Abogados y la expedición de su Tarjeta Profesional.
Mientras esta se entrega, la copia del Acuerdo que los admitió al ejercicio de la profesión
producirá los mismos efectos que la tarjeta.
Para este efecto, los tribunales enviarán al Ministerio, dentro de los sesenta (60) días siguientes
a la promulgación de este Decreto, la lista completa de los abogados cuya inscripción hayan
decretado con anterioridad a la vigencia del mismo, indicando individualmente el acuerdo, su
vigencia y las sanciones que les hayan sido impuestas.
Licencia provisional
Artículo 18. Los Tribunales expedirán licencia provisional a los abogados que se inscriban a
partir de la vigencia de este Decreto, mientras el Ministerio de Justicia les entrega la
correspondiente Tarjeta Profesional.
Firma de la Licencia
Artículo 19. La Tarjeta Profesional será firmada por el Ministro de Justicia y contendrá las
indicaciones señaladas en el Artículo 16 de este Decreto.
Esta Tarjeta sustituye, para todos los efectos legales, al Carné de Inscripción Profesional de
que trata el Artículo 21 del Decreto 250 de 1970.
El Gobierno reglamentará la forma de llevar el registro nacional de Abogados y la expedición
y entrega de la Tarjeta Profesional.
Cancelación de la inscripción
Artículo 23. El Tribunal Superior que haya decretado la inscripción de un abogado podrá en
todo tiempo, de oficio o a solicitud del Ministerio Público o de cualquier persona, y con
audiencia del interesado, revisar la actuación sobre inscripción, y ordenará la cancelación de
esta, mediante el trámite de un incidente, si comprobare que se realizó sin el lleno de los
requisitos legales.
Gratuidad
Artículo 20. La inscripción no causará derechos distintos a los que demanden las
publicaciones y la expedición de la Tarjeta Profesional. El Ministro de Justicia fijará
anualmente su valor con base en los costos, y podrá encargar de estos servicios al Fondo
Rotatorio.
Por medio del Acuerdo 180 de agosto de 1996, la Sala Administrativa del Consejo Superior de
la Judicatura, dictó las normas sobre el Registro Nacional de Abogados, en ejercicio de sus
atribuciones legales y en especial de las que le confiere el número 20 del artículo 85 de la Ley
270 de 1996:
En primer lugar, han de tenerse muy presente los deberes que el Código Disciplinario del
Abogado incluye en su texto:
b) Las relaciones de parentesco amistad o interés con la parte contraria o cualquier situación que pueda
afectar su independencia o configurar un motivo determinante para la interrupción de la relación
profesional;
c) La constante evolución del asunto encomendado y las posibilidades de mecanismos alternos de
solución de conflictos.
19. Renunciar o sustituir los poderes, encargos d mandatos que le hayan sido confiados, en aquellos
eventos donde se le haya impuesto pena o sanción que resulte incompatible con el ejercicio de la
profesión.
20. Abstenerse de aceptar poder en un asunto hasta tanto no se haya obtenido el correspondiente paz y
salvo de honorarios de quien venía atendiéndolo, salvo causa justificada.
21. Aceptar y desempeñar las designaciones como defensor de oficio. Sólo podrá excusarse por
enfermedad grave, incompatibilidad de intereses, ser servidor público o tener a su cargo tres (3) o más
defensas de oficio, o que exista una razón que a juicio del funcionario de conocimiento pueda incidir
negativamente en la defensa del imputado o resultar violatoria de los derechos fundamentales de la
persona designada.
La norma del decreto 196 de 1971, decía lo siguiente sobre los deberes:
Artículo 47. Son deberes de abogado:
1º Conservar la dignidad y el decoro de la profesión;
2º Colaborar lealmente en la recta y cumplida administración de justicia.
3º Observar y exigir la mesura, la seriedad y el respeto debidos en sus relaciones con los funcionarios
con los colaboradores y auxiliares de la justicia, con la contraparte y sus abogados y con las demás
personas que intervengan en los asuntos de su profesión.
4º obrar con absoluta lealtad y honradez en sus relaciones con los clientes.
5º Guardar el secreto profesional
6º Atender con celosa diligencia sus encargos profesionales, y
7º Proceder lealmente con sus colegas.
Artículo 24. No se podrá ejercer la profesión de abogados ni anunciarse como tal sin estar inscrito y
tener vigente la inscripción.
Artículo 25. Nadie podrá litigar en causa propio o ajena si no es abogado inscrito, sin perjuicio de
las excepciones consagradas en este Decreto.
La violación de este precepto no es causal de nulidad de lo actuando, pero quienes lo infrinjan estarán
sujetos a las sanciones señaladas para el ejercicio ilegal de la abogacía.
Artículo 26. Los expedientes y actuaciones judiciales o administrativas solo podrán ser examinados.
a) Por la funcionarios públicos en ejercicio de sus atribuciones y por razón de ellas;
b) Por los abogados inscritos, sin perjuicio de las excepciones en materia penal.
c) Por las partes.
d) Por las personas designadas en cada proceso o como auxiliares de la justicia, para lo de su cargo:
e) Por los directores y miembros de consultorios jurídicos en los procesos en que estén autorizados para
litigar conforme a este decreto, y
f) Por los dependientes de los abogados inscritos debidamente acreditados, (siempre que sean estudiantes
de derecho).
Artículo 27. Los dependencias de abogados inscritos sólo podrán examinar los expedientes en que
dichos abogados estén admitidos como apoderados, cuando (sean estudiantes que cursen regularmente
estudios de derechos en universidad oficialmente reconocida) y hayan sido acreditados como dependencia,
por escrito y bajo la responsabilidad del respectivo abogado, quien deberá acompañar la correspondiente
certificación de la universidad.
Los dependientes que no tengan la calidad de estudiantes de derecho, únicamente podrán recibir
informaciones en los despachos judiciales o administrativos sobre los negocios que apodere el abogado de
quien dependan, pero no tendrán acceso a los expedientes.
Ejercicio ilegal de la profesión, Arts. 41-43 del Decreto – Ley 196 de 1971 y artículo 39
de la Ley 1123.
En el Decreto 196 de 1971 se establecía:
Artículo 41. Incurrirá en ejercicio ilegal de la abogacía y estará sometido a las sanciones señaladas
para tal infracción:
1º. Quien no siendo abogado inscrito, se anuncie o haga pasar por tal u ofrezca servicios personales
que requieran dicha calidad o litigue sin autorización legal.
2º El abogado que acto actué estando suspendido o excluido de la profesión.
3º el abogado que intervenga no obstante la existencia de una incompatibilidad
4º. El titular de la licencia temporal de que trata el Artículo 32, que ejerza la abogacía en asuntos
distintos de los contemplados en el Artículo 31, o por tiempo mayor del indicado de dicha norma.
Artículo 42. El funcionario público que, fuera de los casos de excepción señalados en este TÍTULO,
admita como apoderado, asesor o vocero de otra persona a quien no sea abogado inscrito, o tolere la
actuación en causa propia de quien no tenga esta calidad, o permita examinar los expedientes o
actuaciones de su oficina a quien no esté legalmente autorizado para verlos, o en cualquier forma
facilite, autorice o patrocine el ejercicio ilegal de la abogacía, incurrirá en falta disciplinaria que será
sancionada con la suspensión del cargo por la primera vez, y en caso de reincidencia, con la destitución.
Artículo 43. Cualquier persona podrá denunciar ante las autoridades las infracciones por ejercicio
ilegal de la abogacía de que tenga conocimiento.
El funcionario público que tuviere conocimiento de una de ellas está en la obligación de denunciaría al
Juez competente, y si es este quien por cualquier medio tiene noticia de la infracción, deberá iniciar de
oficio el proceso correspondiente.
Excepciones al ejercicio profesional, arts. 28-38, del Decreto – Ley 196 de 1971:
Artículo 28. Por excepción se podrá litigar en causa propia sin ser abogado inscrito, en los siguientes
casos:
1º. En ejercicio del derecho de peticiones y de las acciones públicas consagradas por la Constitución y
las leyes.
2º. En los procesos de mínima cuantía
3º. En las diligencias administrativas de conciliación y en los procesos de única instancia, en materia
laboral.
4º. En los actos de oposición en diligencias judiciales o administrativas, tales como secuestros, entrega o
seguridad de bienes, posesión de minas u otros análogos. Pero la actuación judicial posterior a que ir
de lugar la oposición formulada en el momento de la diligencia deberá ser patrocinada por abogados
inscritos, si así lo exige la ley.
Artículo 29. También por excepción se podrá litigar en causa propia o ajena, sin ser abogado inscrito,
en los siguientes casos:
1º. En los asuntos de que conocen los funcionarios de policía, que se ventilen en municipio que no sean
cabecera circuito y en donde no ejerzan habitualmente por lo menos dos abogados inscritos,
circunstancia que hará constar el funcionario en el auto en que admita la personería.
2º. En la primera instancia en los procesos de menor cuantía que se ventilen en municipios que no sean
cabecera de circuito y en donde no ejerzan habitualmente por lo menos dos abogados inscritos. El juez
hará constar está circunstancia en el auto en que admite la personería.
Se entiende que un abogado ejerce habitualmente en un municipio cuando atiende allí oficina
personalmente y de manera regular, aunque no resida en el.
El Artículo 30 del Estatuto del Abogado, fue modificado por la Ley 583 de 2000, así:
LEY 583 DE 2000 (junio 12) por la cual se modifican los artículos 30 y 39 del
Decreto 196 de 1971.
El Congreso de Colombia, DECRETA:
Los estudiantes, mientras pertenezcan a dichos consultorios, podrán litigar en causa ajena en los
siguientes asuntos, actuando como abogados de pobres:
1. En los procesos penales de que conocen los jueces municipales y los fiscales delegados ante éstos, así
como las autoridades de policía, en condición de apoderados de los implicados.
2. En los procesos penales de competencia de la jurisdicción ordinaria, como representantes de la parte
civil. (Nota: Este numeral fue declarado exequible condicionalmente por la Corte
Constitucional en la Sentencia C-143 del 7 de febrero de 2001)
3. De oficio, en los procesos penales como voceros o defensores en audiencia.
4. En los procesos laborales, en que la cuantía de la pretensión no exceda de 20 salarios mínimos
legales mensuales vigentes y en las diligencias administrativas de conciliación en materia laboral.
(Nota: Este numeral fue declarado exequible condicionalmente por la Corte
Constitucional en la Sentencia C-143 del 7 de febrero de 2001)
5. En los procesos civiles de que conocen los jueces municipales en única instancia. (Nota: Este
numeral fue declarado exequible condicionalmente por la Corte Constitucional
en la Sentencia C-143 del 7 de febrero de 2001)
6. En los procesos de alimentos que se adelanten ante los jueces de familia.
7. De oficio, en los procesos disciplinarios de competencia de las personerías municipales y la
Procuraduría General de la Nación. (Nota: Este numeral fue declarado exequible
condicionalmente por la Corte Constitucional en la Sentencia C-143 del 7 de
febrero de 2001)
8. De oficio, en los procesos de responsabilidad fiscal de competencia de las contralorías municipales,
distritales, departamentales y General de la República. (Nota: Este numeral fue declarado
exequible condicionalmente por la Corte Constitucional en la Sentencia C-143
del 7 de febrero de 2001)
9. De oficio, en los procesos administrativos de carácter sancionatorio que adelanten las autoridades
administrativas, los organismos de control y las entidades constitucionales autónomas. (Nota: Este
numeral fue declarado exequible condicionalmente por la Corte Constitucional
en la Sentencia C-143 del 7 de febrero de 2001)
Las facultades de derecho oficialmente reconocidas organizarán, con alumnos de los dos últimos años
lectivos, consultorios jurídicos cuyo, funcionamiento requerirá aprobación del respectivo superior de
Distrito judicial a solicitud de la facultad interesada. Los consultorios jurídicos funcionarán bajo la
dirección de profesores designados al efecto o de los Abogados de Pobre, a elección de la facultad y
deberán actuar en coordinación con estos en los lugares en que este servicio se establezca.
Los estudiantes, mientras pertenezcan a dichos consultorios, podrán litigar en causa ajena en los
siguientes asuntos:
a) En los procesos penales de que conocen los jueces municipales y las autoridades de policía.
b) En los procesos laborales de única instancia y en las diligencias administrativas de conciliación en
materia laboral:
c) En los procesos civiles de que conocen los jueces municipales en única instancia, y
d) De oficio en los procesos penales, como voceros o defensores en audiencia.
El Presidente de la República de Colombia, en uso de las facultades que le confiere el numeral 3 del
artículo 120 de la Constitución Nacional,
DECRETA:
Artículo 1. Los consultorios jurídicos a que se refiere el artículo 30 del Decreto Ley 196 de 1971,
deben cumplir los siguientes requisitos:
1. Estar dirigidos por un abogado titulado dedicado exclusivamente al consultorio, que tenga
experiencia en docencia universitaria o práctica profesional no inferior a cinco (5) años, quien
debe ejercer el profesorado en la facultad o ser abogado de pobres del Servicio Jurídico Popular.
Si el consultorio tuviere más de cien (100) alumnos, deberá contar igualmente con un director
administrativo.
2. Tener asesores que sean abogados titulados con experiencia profesional no inferior a tres (3)
años, en cada una de las áreas de derecho público, penal, privado y laboral, uno de tiempo
completo por cada cincuenta (50) alumnos en cada una de ellas, o de tiempo parcial
proporcional al número de alumnos.
3. Tener un monitor en cada una de las áreas mencionadas por cada veinte (20) alumnos
inscritos en ellas, quien deberá ser egresado, o alumno de último año de la carrera.
4. Disponer de locales en condiciones adecuadas para el trabajo de los profesores, monitores y
alumnos, y muebles, biblioteca y equipos suficientes para el funcionamiento del consultorio.
Artículo 2. El funcionamiento de los consultorios debe ser aprobado por el Tribunal Superior del
Distrito Judicial donde funcione la respectiva facultad – Sala de Gobierno -, previo el cumplimiento del
siguiente trámite:
1. El decano de la facultad interesada deberá enviar una solicitud al respectivo
Tribunal, acompañada del certificado que acredite el reconocimiento oficial de la
misma, y de la copia auténtica de la providencia por la cual la universidad o la
facultad autoriza y reglamenta el funcionamiento del consultorio.
2. Recibida la solicitud por el Tribunal, éste procederá a se estudio, y se la encontrare
correcta, ordenará practicar visita al consultorio para verificar el cumplimiento de los
requisitos señalados en el artículo anterior. Si de acuerdo con la documentación y la
visita el Tribunal encontrare que se cumplen los requisitos exigidos por las
disposiciones vigentes al momento de formularse la solicitud, le impartirá su
aprobación, decisión que comunicará a la facultad respectiva, al Ministerio de
Justicia y al Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior,
ICFES.
Artículo 3. Los alumnos de los dos (2) últimos años de la carrera deberán trabajar en el consultorio
durante dos (2) semestres por lo menos, atendiendo los casos que se le asignen. En ningún caso se les
podrá encomendar la atención de asuntos distintos a los señalados en el artículo 30 del Decreto 196 de
1971.
Para poder actuar ante las autoridades jurisdiccionales, los alumnos requieren autorización expresa
dada para cada caso por el director del Consultorio, la cual se anexará al expediente respectivo.
Parágrafo. El cumplimiento de este requisito académico puede sustituirse por la prestación de servicios
por un lapso no inferior a un año y con posterioridad al sexto (6) semestre de la carrera, en cualquier
cargo de la Rama Jurisdiccional o del Ministerio Público, o por la vinculación en las mismas
condiciones como empleado público o trabajador oficial en empleos con funciones jurídicas en entidades
públicas de cualquier orden. Los consejos directivos de las respectivas facultades de derecho decidirán
sobre las solicitudes que presenten los alumnos sobre esta sustitución.
Artículo 4. De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 9 del Decreto 225 de 1977, las personas que
hayan terminado sus estudios de derecho podrán cumplir el requisito del servicio profesional para optar
al título de abogado en el consultorio jurídico de la respectiva facultad, siempre que se cumplan las
siguientes condiciones:
1. Que el consultorio haya obtenido la aprobación del Tribunal Superior, y reúna los
requisitos señalados en el artículo 1 de este Decreto en el momento en que se preste el
servicio profesional.
2. Que a más del personal señalado en dicho artículo, cuente con un profesor de tiempo
completo o con uno de los abogados de pobres a que se refiere el artículo 30 del
Decreto Ley 196 de 1971, por cada veinte (20) egresados, dedicado exclusivamente
a la dirección de los trabajos de los mismos, quien debe ser abogado titulado con
experiencia profesional no inferior a tres (3) años. Cuando se trate de atención de
asuntos penales o de familia, esta dirección preferentemente estará a cargo de
profesores que fueren abogados del Ministerio de Justicia o del Instituto Colombiano
de bienestar Familiar.
3. Que el egresado haya obtenido la licencia temporal de que habla el artículo 32 del
Decreto 196 de 1971 con antelación a su vinculación al consultorio, y haya sido
seleccionado por la respectiva facultad.
4. Que el profesional bajo cuya dirección trabajó el egresado y el director del consultorio
certifiquen el cumplimiento del requisito del servicio profesional, especificando cada
uno de los negocios adelantados por el practicante y la oficina ante la cual se
tramitaron, el tiempo de duración de la práctica y la calidad del trabajo realizado.
5. Que el egresado no haya sido sancionado disciplinariamente por la falta en el ejercicio
de la profesión dentro o fuera del consultorio.
Artículo 6. Para que el servicio profesional requerido para optar al título de abogado se pueda cumplir
con dos (2) años de ejercicio de la profesión, según lo dispuesto por el artículo 9 del Decreto 225 de
1977, deberán reunirse los siguientes requisitos:
a) Que al iniciar el ejercicio profesional el interesado haya obtenido la correspondiente licencia de
egresado a que se refiere el artículo 32 del Decreto 196 de 1971.
b) Que la práctica profesional se realice bajo la supervisión de abogados titulados, previamente
autorizados por la facultad donde terminaron los estudios los practicantes.
La solicitud de autorización deberá hacerse ante el consejo directivo de la respectiva facultad, quien
podrá discrecionalmente aceptarla o rechazarla. La lista actualizada de profesionales autorizados
deberá ser enviada semestralmente al Ministerio de Justicia.
c) Que durante la práctica profesional el egresado atienda desde su iniciación hasta su finalización un
mínimo de treinta (30) asuntos.
d) Que el practicante no haya sido sancionado por faltas contempladas en el Título VI del Decreto
196 de 1971.
Artículo 7. El cumplimiento del requisito del servicio profesional en el caso previsto en el artículo
anterior será certificado por el Ministerio de Justicia, previa solicitud escrita del interesado acompañada
de los documentos que se señale. En todo caso se pedirá al abogado que las supervisó certificación sobre
la realización de las mismas, con especificación de cada uno de los negocios adelantados por el
practicante y de la oficina ante la cual se tramitaron, tiempo de duración de la práctica y calidad del
trabajo realizado.
El Ministerio se abstendrá de certificar el cumplimiento del requisito del servicio profesional no solo por
el incumplimiento de los requerimientos señalados en el artículo anterior, sino también por la baja
calidad del trabajo realizado por el egresado, según la certificación expedida por quien tuvo a su cargo
la supervisión del mismo.
Artículo 8. Los egresados que pretendan ejercer la profesión en los casos a que se refiere el artículo 31
del Decreto 196 de 1971, deberán solicitar por escrito al Tribunal Superior del Distrito Judicial de su
domicilio la expedición de la licencia temporal, acompañado a su petición los siguientes documentos:
a) Certificado expedido por el decano de la respectiva facultad donde conste que ha cursado y aprobado
los estudios reglamentarios de derecho, con indicación de la fecha de terminación de estudios.
b) Certificado expedido por el director del consultorio jurídico de la respectiva facultad en donde conste
que cumplió plenamente con el requisito académico del consultorio jurídico.
Artículo 9. La solicitud a que se refiere el artículo anterior será repartida inmediatamente al respetivo
magistrado sustanciador, quien resolverá sobre su admisión dentro de los tres (3) días siguientes.
Si la encontrare admisible, la sala de decisión expedirá la licencia temporal.
Si la encontrare inadmisible el sustanciador, así lo decidirá en providencia motivada, contra la cual
procede el recurso de súplica ante los otros magistrados que componen la respectiva sala de decisión.
Parágrafo. En firme la providencia por la cual se otorga la licencia temporal, el Tribunal que la
hubiese concedido enviará copia al Ministerio de Justicia, División de Asesoría a la Rama
Jurisdiccional.
Artículo 10. Las solicitudes de licencia temporal serán repartidas por el Presidente del Tribunal a los
magistrados, en orden alfabético. El magistrado a quien corresponde el reparto actuará como
sustanciador e integrará la sala de decisión con los dos magistrados que le sigan en orden alfabético.
Artículo 11. En la actuación a que diere lugar la solicitud de licencia temporal será parte el Ministerio
Público, representado por el fiscal del Tribunal.
Artículo 12. En la licencia temporal que otorguen los tribunales superiores de Distrito Judicial,
deberán consignarse los siguientes datos:
a) Tribunal que otorga la licencia temporal.
b) Número y fecha de la providencia respectiva.
c) Nombre completo de la persona y documento de identificación personal.
d) Facultad de derecho donde cursó y aprobó los estudios reglamentarios y fecha de terminación de los
mismos, y
e) Fecha de terminación de la licencia temporal concedida.
Parágrafo. En ningún caso la licencia será prorrogable, ni se podrá expedir una nueva al vencimiento
de la concedida.
Artículo 13. Para litigar a los asuntos a que se refiere el artículo 31 del Decreto 196 de 1971, se
deberá presentar ante los funcionarios y autoridades competentes indicados en dicho artículo, la copia de
la licencia temporal concedida por el Tribunal Superior del Distrito Judicial, debidamente rubricada
por el presidente y secretario de la corporación.
No se podrá dar curso a los escritos que presente quien litigue con licencia temporal, mientras no
acredite ante el funcionario encargado de recibirlos, que dicha licencia está vigente.
Artículo 14. Las certificaciones a que se refieren el numeral 4 del artículo 4, el inciso 2 del artículo 7,
y el literal b) del artículo 8, se darán bajo la gravedad del juramento, para lo cual bastará la
presentación personal de los signatarios de las mismas ante cualquier despacho judicial.
Cualquier falsedad en dichas certificaciones será sancionada de acuerdo con lo dispuesto en el numeral 8
del artículo 4 del Decreto 2460 de 1971, el numeral 6 del artículo 4 del Decreto 1189 de 1974, y
demás normas que le sean contrarias.
Publíquese y cúmplase
Dado en Bogotá, D. E., a 1 de abril de 1977.
ALFONSO LOPEZ MICHLESEN
Artículo 31. La persona que haya terminado y aprobado los estudios reglamentarios de derechos en
universidad oficialmente reconocida podrá ejercer la profesión de abogado, sin haber obtenido el
TÍTULO respectivo, hasta por dos años improrrogables, a partir de la fecha de terminación de sus
estudios, en los siguientes asuntos:
a) En la instrucción criminal, y en los procesos penales, civiles y laborales de que conozcan en primera
o única instancia los jueces municipales o laborales, en segunda los de circuito y, en ambas instancias,
en la competencia de los jueces de distrito penal aduanero:
b) De oficio, como apoderado o defensor, en los procesos penales en general, salvo para sustentar el
recurso de casación, y
c) En las actuaciones y procesos que se surtan ante los funcionarios de policía.
Artículo 32. Para poder ejercer la abogacía en las circunstancias y asuntos contemplados en el Artículo
anterior, el interesado deberá obtener la respectiva licencia temporal, en la cual se indicará la fecha de
su caducidad.
Para este efecto, elevará solicitud al tribunal Superior de Distrito Judicial de su domicilio,
acompañada de certificación expedida por la correspondiente Universidad, en que conste que ha
cursado y aprobado los estudios reglamentarios de derecho.
Artículo 33. En materia penal los procesados pueden sin necesidad de apoderado, adelantar todas
las actuaciones que les autoriza el código de Procedimiento Penal.
Artículo 34. El cargo de apoderado para la indagatoria del sindicato, cuando no hubiere abogado
inscrito que lo asista en ella, podrá ser confiado a cualquier ciudadano honorable, siempre y cuando
no empleado público.
Artículo 35. Salvo los casos expresamente determinados en la ley, no se requiere ser abogado para
actuar ante las autoridades administrativas; pero si se constituye mandatario, este deberá ser abogado
inscrito.
Artículo 36. La persona legalmente autorizada para litigar en causa propia que no supiere leer ni
escribir, deberá formular personalmente sus peticiones a fin de que el funcionario se cerciore de su
identidad y de que su voluntad real coincida con lo que petición expresa. De esta doble verificación se
dejará constancia, y, además, se tomará la impresión digital del litigante.
Artículo 37. Las personas que sin TÍTULO profesional fueron autorizadas para abogacía con
anterioridad al 16 de febrero de 1945, podrán continuar ejerciéndola, siempre que no hayan perdido
ese derecho en virtud de sentencia penal o disciplinaria.
Artículo 38. Las personas autorizadas para ejercer la abogacía de conformidad con los artículos 30,
31 y 37 de este Decreto, quedará sometidas a las normas reglamentarias y al régimen disciplinario de
la profesión en las mismas condiciones que los abogados inscritos.
Nota Jurisprudencial I: Para la Corte, tanto la prohibición como la excepción establecida por
el legislador al ejercicio de la profesión de abogado por los servidores públicos está plenamente
justificada desde el punto de vista constitucional. A su vez, la Corporación encontró que dicha
excepción no configura una omisión legislativa relativa que vulnere la igualdad, en la medida
que los docentes de colegios oficiales tienen un régimen especial de carrera docente o de
escalafón, a los cuales se les exige formación profesional en docencia o tener capacitación en la
misma, pues la calidad que ostenta es de docente profesional o de escalafón. Por no tratarse de
una misma situación, el legislador no estaba obligado a incluir a los docentes de colegios
oficiales en la excepción a la prohibición de ejercer la profesión de abogado de los servidores
públicos. Exequible. Sentencia C 1004 de 2007. Corte Constitucional. Comunicado de Prensa
51 de 2007.
Artículo 40. en ningún caso podrá el abogado actuar en relación con asunto de que hubiere conocido
en desempeño de un cargo público, o en los cuales hubiere intervenido en ejercicio de funciones oficiales;
tampoco podrá hacerlo ante la dependencia administrativa en la cual haya trabajado, dentro del año
siguiente a la dejación de su cargo.
RAMAS ÓRGANOS
OTROS
REGISTRADURÍA
CONSEJO NACIONAL
MINISTERIO NACIONAL DEL
PÚBLICO CONTRALORÍA ELECTORAL ESTADO CIVIL
BANCO DE
DEFENSORÍA DEL PUEBLO LA REPÚBLICA
PROCURADURÍA
COMISIÓN
PERSONERÍAS NACIONAL
DE TELEVISIÓN
Alternatividad.
Autonomía e Independencia de la Rama Judicial.
Celeridad.
Derecho de Defensa.
Eficiencia.
Gratuidad.
Oralidad.
Respeto de los Derechos
RAMA JUDICIAL
(Ley 270 de 1996).
ORDINARIA
SALA
SALA JURISDICCIONAL
CONSTITUCIONAL ADMINISTRATIVA DISCIPLINARIA
CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVA
DE PAZ
ESPECIAL
INDÍGENA
FUNCIONARIOS CON
FUERO
PENAL MILITAR
LEY 1285 de 2009, Artículo 4°. Modifíquese el artículo 11 de la Ley 270 de 1996: “Artículo 11.
La Rama Judicial del Poder Público está constituida por:
I. Los órganos que integran las distintas jurisdicciones:
a) De la Jurisdicción Ordinaria:
1. Corte Suprema de Justicia.
2. Tribunales Superiores de Distrito Judicial.
3. Juzgados civiles, laborales, penales, penales para adolescentes, de familia, de
ejecución de penas, de pequeñas causas y de competencia múltiple, y los demás
especializados y promiscuos que se creen conforme a la ley;
b) De la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo:
1. Consejo de Estado
2. Tribunales Administrativos
3. Juzgados Administrativos
c) De la Jurisdicción Constitucional:
1. Corte Constitucional;
d) De la Jurisdicción de Paz: Jueces de Paz.
2. La Fiscalía General de la Nación.
3. El Consejo Superior de la Judicatura.
Parágrafo 1°. La Corte Suprema de Justicia, la Corte Constitucional, el Consejo de Estado y el
Consejo Superior de la Judicatura, tienen competencia en todo el territorio nacional. Los
Tribunales Superiores, los Tribunales Administrativos y los Consejos Seccionales de la
Judicatura tienen competencia en el correspondiente distrito judicial o administrativo. Los
jueces del circuito tienen competencia en el respectivo circuito y los jueces municipales en el
respectivo municipio; los Jueces de pequeñas causas a nivel municipal y local.
Los jueces de descongestión tendrán la competencia territorial y material específica que se les
señale en el acto de su creación.
Parágrafo 2°. El Fiscal General de la Nación y sus delegados tienen competencia en todo el
territorio nacional.
Parágrafo 3°. En cada municipio funcionará al menos un Juzgado cualquiera que sea su
categoría.
Parágrafo 4°. En las ciudades se podrán organizar los despachos judiciales en forma
desconcentrada”.
© Hernán Alejandro Olano García. 233
MANUAL DE RESPONSABILIDAD PROFESIONAL E HISTORIA DEL DERECHO
Recordemos igualmente, que la Administración de Justicia también puede ejercerse por otras
autoridades:
Del ejercicio de la función jurisdiccional por la rama judicial. Ley 1285 de 2009, Artículo
6°. Modifíquese el artículo 13 de la Ley 270 de 1996:
Artículo 13. Del ejercicio de la función jurisdiccional por otras autoridades y por particulares.
Ejercen función jurisdiccional de acuerdo con lo establecido en la Constitución
Política:
1. El Congreso de la República, con motivo de las acusaciones y faltas disciplinarias
que se formulen contra el Presidente de la República o quien haga sus veces; contra los
Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, del Consejo de Estado, de la Corte
Constitucional y del Consejo Superior de la Judicatura y el Fiscal General de la Nación,
aunque hubieren cesado en el ejercicio de sus cargos.
2. Las autoridades administrativas respecto de conflictos entre particulares, de acuerdo
con las normas sobre competencia y procedimiento previstas en las leyes. Tales
autoridades no podrán, en ningún caso, realizar funciones de instrucción o juzgamiento
de carácter penal; y
3. Los particulares actuando como conciliadores o árbitros habilitados por las partes,
en los términos que señale la ley. Tratándose de arbitraje, en el que no sea parte el
estado o alguna de sus Entidades, los particulares podrán acordar las reglas de
procedimiento a seguir, directamente o por referencia a la de un Centro de Arbitraje,
respetando, en todo caso los principios Constitucionales que integran el debido
proceso.
Dentro del Proceso Disciplinario, es importante saber que hay un artículo nuevo titulado LOS
PODERES DEL JUEZ, que dice así:
Ley 1285 de 2009, Artículo 14. Apruébase como artículo nuevo de la Ley 270 de 1996 el
siguiente:
“Artículo 60A. Poderes del juez. Además de los casos previstos en los artículos anteriores,
el Juez podrá sancionar con multa de dos a cinco salarios mínimos mensuales, a las
partes del proceso, o a sus representantes o abogados, en los siguientes eventos:
1. Cuando a sabiendas se aleguen hechos contrarios a la realidad.
2. Cuando se utilice el proceso, incidente, trámite especial que haya sustituido a este o
recurso, para fines claramente ilegales.
3. Cuando se obstruya, por acción u omisión, la práctica de pruebas o
injustificadamente no suministren oportunamente la información o los documentos
que estén en su poder y les fueren requeridos en inspección judicial, o mediante oficio.
4. Cuando injustificadamente no presten debida colaboración en la práctica de las
pruebas y diligencias
5. Cuando adopten una conducta procesal tendiente a dilatar el proceso o por cualquier
medio se entorpezca el desarrollo normal del proceso.
Parágrafo. El Juez tendrá poderes procesales para el impulso oficioso de los procesos,
cualquiera que sea, y lo adelantará hasta la sentencia si es el caso”.
SALA JURISDICCIONAL
SALA ADMINISTRATIVA
(6)
DISCIPLINARIA
Postulados: (7)
Dos (2) por la C. Suprema de J Ternas remitidas por el Gobierno
Tres(3) por el Consejo de Est.
Uno (1) por la C.Constitucional
CONSEJOS SECCIONALES
DE LA JUDICATURA
ARTÍCULO 255. Para ser miembro del Consejo Superior de la Judicatura, se requiere ser
colombiano por nacimiento, ciudadano en ejercicio y mayor de treinta y cinco años; tener
título de abogado y haber ejercido la profesión durante diez años con buen crédito. Los
miembros del Consejo no podrán ser escogidos entre los magistrados de las mismas
corporaciones postulantes.
Además de estos requisitos, el artículo 77 de la Ley 270 de 1996, establece que los Magistrados
del Consejo Superior de la Judicatura estarán sujetos al mismo régimen de inhabilidades e
incompatibilidades previsto para los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Las
vacancias temporales serán previstas por la respectiva Sala, las absolutas por los nominadores.
Los Magistrados del Consejo Superior de la Judicatura no son reelegibles.
Estos Altos Funcionarios tomarán posesión de sus cargos ante el Presidente de la República y
permanecerán en el ejercicio de aquellos por todo el tiempo para el cual fueron elegidos,
mientras observen buena conducta y no hayan llegado a su edad de retiro forzoso.
ARTÍCULO 257. Con sujeción a la ley, el Consejo Superior de la Judicatura cumplirá las
siguientes funciones:
1. Fijar la división del territorio para efectos judiciales y ubicar y re distribuir los
despachos judiciales.
2. Crear, suprimir, fusionar y trasladar cargos en la administración de justicia. En
ejercicio de esta atribución, el Consejo Superior de la Judicatura no podrá establecer a
cargo del Tesoro obligaciones que excedan el monto global fijado en el respectivo
servicio en la ley de aprobaciones iniciales.
3. Dictar los reglamentos necesarios para el eficaz funcionamiento de la administración
de justicia, los relacionados con la organización y funciones internas asignadas a los
distintos cargos y la regulación de los trámites judiciales y administrativos, que se
adelanten en los despachos judiciales, en los aspectos no previstos por el legislador.
4. Proponer proyectos de ley relativos a la administración de justicia y a los códigos
sustantivos y procedimentales.
5. Las demás que señale la ley.
LO ELIGE LA CÁMARA
POR 4 AÑOS
VICEPROCURADOR
TERNA DEL PRESIDENTE LOS ELIGEN LO
CONCEJOS
INSTITUTO DE ESTUDIOS
POR 3 AÑOS
DEL
MINISTERIO PUBLICO
PROCURADURÍAS
DELEGADAS
PROCURADURÍAS
TERRITORIALES
PROCURADURÍAS ANTE LO
JUDICIAL
ARTÍCULO 118. El Ministerio Público será ejercido por el Procurador General de la Nación,
por el Defensor del Pueblo, por los procuradores delegados y los agentes del ministerio
público, ante las autoridades jurisdiccionales, por los personeros municipales y por los demás
funcionarios que determine la ley. Al Ministerio Público corresponde la guarda y promoción de
los derechos humanos, la protección del interés público y la vigilancia de la conducta oficial de
quienes desempeñan funciones públicas.
ARTÍCULO 276. El Procurador General de la Nación será elegido por el Senado, para un
período de cuatro años, de terna integrada por candidatos del Presidente de la República, la
Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado.
El Procurador General de la Nación, con base en el artículo 277, cumple las siguientes
funciones por sí o por medio de sus delegados y agentes:
ARTÍCULO 280. Los agentes del Ministerio Público tendrán las mismas calidades, categoría,
remuneración, derechos y prestaciones de los magistrados y jueces de mayor jerarquía ante
quienes ejerzan el cargo.
ARTÍCULO 6°. DEBIDO PROCESO. El sujeto disciplinable deberá ser investigado por
funcionario competente y con observancia formal y material de las normas que determinen la
ritualidad del proceso, en los términos de este código.
ARTÍCULO 9°. NON BIS IN IDEM. Los destinatarios del presente código cuya situación
se haya resuelto mediante sentencia ejecutoriada o decisión que tenga la misma fuerza
vinculante, proferidas por autoridad competente, no serán sometidos a nueva investigación Y
juzgamiento disciplinarios por el mismo hecho, aun cuando a este se le de una denominación
distinta.
Faltas contra la recta y leal realización de la justicia y los fines del Estado. Art. 33 y 2°
Constitucional.
ARTÍCULO 33. Son faltas contra la recta y leal realización de la justicia y los fines del Estado:
1. Emplear medios distintos de la persuasión para influir en el ánimo de los servidores
públicos, sus colaboradores o de los auxiliares de la justicia.
2. Promover una causa o actuación manifiestamente contraria a derecho.
3. Promover la presentación de varias acciones de tutela respecto de los mismos hechos y
derechos, caso en el cual se aplicarán las sanciones previstas en el artículo 38 del Decreto 2591
de 1991.
4. Recurrir en sus gestiones profesionales a las amenazas o a las alabanzas a los funcionarios, a
sus colaboradores o a los auxiliares de la justicia.
Recordemos, así mismo, los Fines del Estado, señalados en el artículo 2° de nuestra
Constitución Política:
ARTÍCULO 2o. Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la
prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes
consagrados en la Constitución; facilitar la participación de todos en las decisiones que los
afectan y en la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación; defender la
independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia pacífica y la
vigencia de un orden justo.
Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes
en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para
asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares.
Comentario:
De acuerdo con el análisis de la norma, Colombia posee cinco fines estatales:
A. Fin Social: Servir a la comunidad y promover la prosperidad general.
B. Fin Protector y Solidario: Garantizar los principios, derechos y deberes que la Carta enuncia.
C. Fin Democrático e Integrador: Facilita la participación.
D. Fin Preservador: Defiende la independencia nacional y mantiene la integridad del territorio.
E. Fin Ético: Asegura la convivencia pacífica y la vigencia de un orden social justo.
manifiesta, económica, física y mental, requieran de esa tutela. Esta situación, transforma la
obligación genérica del Estado frente a las personas débiles o marginadas, en obligación
específica y, hace nacer el correlativo derecho a exigir las prestaciones por parte de las personas
en quienes concurran las circunstancias de debilidad manifiesta. El Estado Social de Derecho
impone la solución señalada ante los casos de manifiesta injusticia y vulneración de la dignidad
humana, cuando ha sido el mismo Estado el primero en eludir sus compromisos.
Artículo 38. Actuación temeraria. Cuando, sin motivo expresamente justificado, la misma acción de
tutela sea presentada por la misma persona o su representante ante varios jueces o tribunales, se
rechazarán o decidirán desfavorablemente todas las solicitudes. El abogado que promoviere la
presentación de varias acciones de tutela respecto de los mismos hechos y derechos, será sancionado con
la suspensión de la tarjeta profesional el menos por dos años. En caso de reincidencia, se le cancelará su
tarjeta profesional, sin perjuicio de las demás sanciones a que haya lugar.
profesión que debe ser producto de la aplicación del principio de legalidad y del debido
proceso, no tiene un carácter ilimitado, intemporal y absoluto, puesto que como lo prevé el
propio estatuto, incorpora una prohibición relativa que puede ser removida mediante el
ejercicio del derecho a la rehabilitación. Esta posibilidad de remover la sanción mediante el
instrumento de la rehabilitación en los términos previstos en el artículo 108 (5 años y 10 años
para la forma agravada allí prevista), deja también sin fundamento el cargo por presunta
violación del principio de igualdad, construido tomando como referente la inhabilidad general
(de 10 a 20 años) prevista en el Código Único Disciplinario para los servidores públicos.
Exequible. Sentencia C 290 de 2008. Corte Constitucional. Comunicado de Prensa 15 de 2008.
La Corte igualmente señaló que la decisión del legislador de excluir el desistimiento de las
causales de extinción de la acción disciplinaria, se encuentra amparada por la cláusula general
de competencia que le reconoce el constituyente y no entraña per se vulneración de derecho
fundamental alguno. La especial relevancia social que se reconoce al ejercicio de la profesión
de abogado, los elevados fines que se le atribuyen, ligados a la búsqueda de un orden justo, al
logro de la convivencia pacífica, y a la garantía de acceso del ciudadano a la administración de
justicia, son razones que justifican con solvencia la decisión legislativa de sustraer la acción
disciplinaria del poder de disposición de los particulares. No se aprecia, en consecuencia,
vulneración al derecho a la igualdad, pues dicha exclusión no involucra un trato discriminatorio
en desmedro de los profesionales del derecho, tomando como punto de contraste la situación
de los profesionales del derecho, comparada con la situación de los autores o partícipes de
delitos querellables que plantea la demandante, pues se trata de dos extremos que son
sustancialmente distintos. Exequible. Sentencia C 884 de 2007. Corte Constitucional.
Comunicado de Prensa 44 B de 2007.
Ahora sí, veamos a continuación los artículos relacionados con las distintas faltas:
(Esta sanción podrá imponerse de manera autónoma o concurrente con las de suspensión y
exclusión atendiendo la gravedad de la falta y los criterios de graduación establecidos en el
presente código).
Para la Corte, en principio, la potestad discrecional que el artículo 42 de la Ley 1123 de 2007
contempla, en el sentido de autorizar a la autoridad disciplinaria que aplique la multa como
sanción autónoma o concurrente con la suspensión o exclusión de la profesión de abogado, no
representa una desmedida atribución, por cuanto está orientada por los criterios que provee el
propio legislador, los cuales deben quedar fundamentados de manera explícita en la
correspondiente sentencia como una exigencia de legitimidad de la propia decisión y de
garantía del derecho de defensa. Sin embargo, ante la posibilidad de que la disposición legal
pueda interpretarse en el sentido de que es posible que las faltas más graves puedan ser
sancionadas solamente con multa, lo cual desconocería los principios de razonabilidad y
proporcionalidad en la gradualidad de las sanciones. Exequible. Sentencia C 884 de 2007. Corte
Constitucional. Comunicado de Prensa 44 B de 2007.
B. Criterios de atenuación.
1. La confesión de la falta antes de la formulación de cargos. En este caso la sanción no podrá
ser la exclusión (siempre y cuando carezca de antecedentes disciplinarios).
2. Haber procurado, por iniciativa propia resarcir el daño o compensar el perjuicio causado. En
este caso se sancionará con censura (siempre y cuando carezca de antecedentes disciplinarios).
C. Criterios de agravación.
1. La afectación de Derechos Humanos.
2. La afectación de derechos fundamentales.
3. Atribuir la responsabilidad disciplinaria infundadamente a un tercero
4. La utilización en provecho propio o de un tercero de los dineros, bienes o documentos que
hubiere recibido en virtud del encargo encomendado
5. Cuando la falta se realice con la intervención de varias personas, sean particulares o
servidores públicos.
6. Haber sido sancionado disciplinaria mente dentro de los 5 años anteriores a la Comisión de
la conducta que se investiga.
7. Cuando la conducta se realice aprovechando las condiciones de ignorancia; inexperiencia o
necesidad del afectado.
El término aquí previsto será de diez (10) anos cuando los hechos que originen la imposición
de la sanción de exclusión tengan lugar en actuaciones judiciales o extrajudiciales del abogado
El abogado que adelante y apruebe los cursos de capacitación autorizados por el Consejo
Superior de la Judicatura en instituciones acreditadas podrá rehabilitarse en tres (3) y cinco (5)
años respectivamente.
ARTÍCULO 109. SOLICITUD. El excluido del ejercicio profesional podrá solicitar ante la
Sala que dictó la sentencia de primer grado la rehabilitación en los términos consagrados en
este código.
ARTÍCULO 53. LEALTAD. Todos' los que intervienen en la actuación disciplinaria, tienen
el deber de obrar con lealtad y buena fe.
ARTÍCULO 57. Oralidad. La actuación procesal será oral, para lo cual se utilizarán los
medios técnicos disponibles que permitan imprimirle mayor agilidad y fidelidad, sin perjuicio
de conservar un registro de lo acontecido. A estos efectos se levantará un acta breve y clara
que sintetice lo actuado.
ARTÍCULO 100. SOLICITUD. El interviniente que alegue una nulidad deberá determinar la
causal que invoca, las razones en que se funda y no podrá formular una nueva, sino por causal
diferente o por hechos posteriores.
2. Quien alegue la nulidad debe demostrar que la irregularidad sustancial afecta garantías de los
intervinientes, o desconoce las bases fundamentales de la instrucción y el juzga miento.
3. No puede invocar la nulidad el interviniente que haya coadyuvado con su conducta a la
ejecución del acto irregular, salvo que se trate de la falta de defensa técnica.
4. Los actos irregulares pueden convalidarse por el consentimiento del perjudicado, siempre
que se observen las garantías constitucionales.
5. Solo puede decretarse cuando no exista otro medio procesal para subsanar la irregularidad
sustancial.
6. No podrá decretarse (ninguna) nulidad por causal distinta de las señaladas en este capítulo.
cual se enterará al Ministerio Público; dicha diligencia se celebrará dentro del término
perentorio de quince (15) días. La citación se realizará a, través del medio más eficaz. En caso
de no conocerse su paradero, se enviará la comunicación a las direcciones anotadas en el
Registro Nacional de Abogados fijándose además edicto emplazatorio en la secretaría de la Sala
por el término de tres (3) días.
Si en la fecha prevista el disciplinable comparece, la actuación se desarrollará conforme al
artículo siguiente.
Si el disciplinable no comparece, se fijará edicto emplazatorio por tres (3) días, acto seguido se
declarara persona ausente y se le designara defensor de oficio con quien se proseguirá la
actuación.
La citación también deberá efectuarse al quejoso en todos los eventos. De la realización de las
audiencias se enterará al Ministerio Público.
PARÁGRAFO. Será obligatoria la presencia del disciplinado o su defensor a las audiencias de
que tratan los artículos siguientes. Si tales intervinientes no comparecieren o se ausentasen sin
causa justificada, se suspenderá la audiencia, por el término de tres días para que se justifique la
causa. Vencido este término; el juez evaluará la causa, y si persistiere la incomparecencia
procederá de inmediato a designar un defensor de oficio con quien se proseguirá la actuación.
El término aquí previsto será de diez (10) anos cuando los hechos que originen la imposición
de la sanción de exclusión tengan lugar en actuaciones judiciales o extrajudiciales del abogado
que se desempeñe o se haya desempeñado como apoderado o contraparte de una entidad
pública.
El abogado que adelante y apruebe los cursos de capacitación autorizados por el Consejo
Superior de la Judicatura en instituciones acreditadas podrá rehabilitarse en tres (3) y cinco (5)
años respectivamente.
ARTÍCULO 109. SOLICITUD. El excluido del ejercicio profesional podrá solicitar ante la
Sala que dictó la sentencia de primer grado la rehabilitación en los términos consagrados en
este código.
“El cobro de honorarios por parte de los profesionales del derecho: el problema de la
indeterminación
La determinación del monto a cobrar por los profesionales del derecho con ocasión de la prestación de servicios
especializados, prima facie, se libra al acuerdo de voluntades entre el cliente y el respectivo abogado. Debido a la
gran cantidad de inconvenientes que en la práctica genera la mencionada indefinición, las diferentes legislaciones
han intentado regular la materia, valiéndose de tarifas fijadas por los colegios de abogados, por la estricta
vigilancia de los pactos de cuota litis y por criterios rectores de origen jurisprudencial. Las normas que
sistematizan la materia se encuentran, las más de las veces, consagradas en códigos de ética o deontológicos del
ejercicio de la abogacía que, además, señalan las faltas, las sanciones, el procedimiento y los órganos competentes
para investigar y penar a los mencionados profesionales.
Aunque el problema de la fijación de honorarios parece librado a la autonomía privada y, en ese sentido,
irrelevante en términos de derechos fundamentales, esta perspectiva se modifica cuando el pacto entre personas
deviene en objeto de investigación disciplinaria y puede concluir con una sentencia como resultado de un proceso
en el cual se deben respetar todos los principios que prescribe en ese sentido la Constitución Política. Con el fin
de dar cuenta de las posibles irregularidades que pueden presentarse en los acuerdos de honorarios, brevemente
reseñaremos como consagran la materia algunas legislaciones, buscando inferir algunas conclusiones que serán
útiles al momento de dar cuenta de las particularidades del régimen colombiano.
1. Mediante la ley N° 8.906 de cuatro (4) de julio de 1994, Brasil adoptó el Estatuto de la abogacía y la
orden de los abogados. En él se definen, entre otras materias, las actividades privativas de la profesión, los
derechos de los abogados, la inscripción de los mismos, la afiliación en sociedades de prestación de servicios, las
incompatibilidades e impedimentos, el código de ética, las infracciones y sanciones disciplinarias y el
procedimiento disciplinario. Se destina un capítulo especial a los honorarios profesionales, señalando que los
mismos constituyen un derecho de los litigantes y que pueden ser fijados mediante convenio entre el abogado y su
cliente y a través de arbitraje judicial. A falta de estipulación o de acuerdo, “los honorarios son fijados por
arbitraje judicial, en remuneración compatible con el trabajo y el valor económico de la gestión, no pudiendo ser
inferiores a la tarifa establecida creada por el Consejo Seccional de la OAB” (art. 22, núm. 1°). Respecto de
las faltas que los profesionales del derecho cometen con ocasión de la fijación de estas sumas, el estatuto indica en
el capítulo IX “De las infracciones disciplinarias”, que se configura una infracción de este tipo cuando el
abogado se enriquece de cualquier forma a costa del cliente, de la parte adversa, por sí o por interpuesta persona.
Cabe señalar que, aunque nada se dice expresamente al respecto, se infiere que los parámetros para determinar
el “enriquecimiento” son precisamente las tarifas prescritas por los Consejos Seccionales.
2. El código deontológico de la abogacía española fue aprobado por el Pleno del Consejo General de la Abogacía
Española de 30 de junio de 2000. En el mismo, se consagran como principios fundantes del ejercicio de la
profesión: independencia, dignidad, integridad, servicio, secreto profesional y libertad de defensa, y son, por
tanto, los parámetros para fijar la rectitud del ejercicio de la abogacía. Para la organización de los litigantes, los
mismos se agrupan en colegios regionales que cuentan con autonomía relativa; tienen además a su cargo la
regulación de la profesión, siempre en consonancia con el código deontológico del país. El artículo 10 del
Estatuto prescribe: “El abogado está obligado a: 1.- Cumplir lo establecido en el Estatuto General de la
Abogacía, en los Estatutos de los Consejos Autonómicos y en los de los Colegios en los que ejerza la profesión,
así como las demás normativa de la Abogacía y los acuerdos y decisiones de los órganos de gobierno en el ámbito
correspondiente”. Son entonces tales agremiaciones las que se ocupan de la tramitación en primera instancia de
las quejas contra sus asociados y las que los abogados a ellos afiliados presenten contra sus clientes o colegas.
Respecto de la relación con los clientes, el abogado tiene, entre otras, la obligación de poner en conocimiento del
mismo el importe aproximado de sus honorarios o la forma de determinación. El artículo 15 regula
específicamente el tema de los honorarios. Señala que, en principio, la tasación de los mismos corresponde al
pacto entre las partes, en atención a las normas del código deontológico y de competencia desleal. Si ello no
ocurre, se recurrirá a las tasas fijadas por el colegio al cual se encuentra inscrito el litigante, como criterio
supletorio de la autonomía contractual. La modalidad de cuota litis para la determinación de los honorarios está
expresamente proscrita (art. 16), es decir, el pacto suscrito entre el cliente y el abogado antes de la finalización de
la gestión profesional, el cual supone que el litigante percibirá un porcentaje de lo obtenido en el proceso, consista
este en una suma de dinero u otros beneficios, está prohibido en la legislación española.
3. El código deontológico europeo fue aprobado por el Consejo de Colegios de Abogados de Europa (CCBE) el
28 de noviembre de 1998. En el preámbulo de dicho estatuto se consagra el respeto y acatamiento de las normas
y costumbres de cada país de la unión, siempre que las mismas sean armónicas con los principios y valores
comunes (independencia, confianza e integridad moral, secreto profesional, respeto a las normas deontológicas de
los demás colegios). Su finalidad es favorecer la integración transnacional y la disminución de las dificultades que
el nuevo panorama continental comporta. Respecto de los honorarios profesionales, regula la obligación por parte
del togado de informar al cliente cuál será el importe de los mismos, teniendo en perspectiva los principios de
equidad y justificación. Se privilegiará el acuerdo que los contratantes realicen al respecto, siempre que el
mencionado pacto se ciña a las tarifas determinadas por el colegio al cual pertenezca el letrado. La cuota litis no
podrá usarse como mecanismo para determinar el importe de los honorarios, en todo caso, no se encuentra
prohibida la fijación de honorarios en función del valor del litigio, “siempre que dicho valor se fije de
conformidad con una tarifa oficial de honorarios o esté admitida por la autoridad competente de la que depende
el Abogado.”(Art. 3, núm. 3.3.3)
En las tres legislaciones reseñadas es posible resaltar la importancia medular que comportan los colegios de
abogados en la regulación de la profesión como fuente autorizada de normativas disciplinarias particulares. Ello
permite tanto a los togados como a sus clientes contar con criterios ciertos de conducta y reglas vinculantes
respecto de un tema central en estos casos: la determinación de honorarios. Un rasgo común a las normativas
reseñadas es, precisamente (i) la prohibición de fijar tarifas por debajo de las prescritas por los entes colegiados
(salvo el caso español), (ii) La determinación de cuota litis está prohibida en la legislación española y limitada a
las tarifas oficiales de los colegios en el caso europeo (iii) el papel central que juegan los colegios de abogados como
entes reguladores de la profesión y como fuente autorizada en la fijación de tarifas profesionales. Después de este
breve acercamiento a las estrategias para reducir la indeterminación en punto del cobro de honorarios
profesionales por parte de los abogados, es preciso dar cuenta del sistema disciplinario en la legislación
colombiana.
El artículo 54, numeral 1° del estatuto de la abogacía prescribe que constituye falta a la honradez del abogado:
“Exigir u obtener remuneración o beneficios desproporcionados a su trabajo, con aprovechamiento de la
necesidad, la ignorancia o la inexperiencia del cliente”. Siguiendo el tenor del precepto, los verbos rectores del
mismo son “exigir” u “obtener”, lo que implica que aunque el abogado no haya conseguido efectivamente la
cantidad desproporcionada de dinero, la mera reclamación con pretensión cierta de obtención, configura la falta.
Con respecto al aprovechamiento de la ignorancia, vale decir que la doctrina sentada por el Consejo Superior de
la Judicatura ha señalado que incurre en enriquecimiento ilícito el profesional que consigue beneficios o
remuneración muy elevada con ocasión de la situación de inferioridad del cliente, bien sea por su falta de
conocimiento especializado o por el estado de necesidad que padezca. En todo caso, a juicio del alto Tribunal, si
el usuario no es ignorante respecto de los asuntos jurídicos o no se encuentra en estado de penuria si no que obró
por mera liberalidad o ligereza, el cobro por parte del togado no adquiere un carácter deontológicamente
reprochable.
Respecto de la desproporción en la remuneración o beneficios obtenidos, subraya que ha de tenerse en cuenta (i) el
trabajo efectivamente realizado por el litigante, (ii) la importancia y (iii) la cuantía del asunto. Ha dicho al
respecto el Consejo: “Al decidir sobre la desproporción como elemento configurativo de este tipo de falta
disciplinaria, se han de tener en cuenta, y se han tenido en cuenta siempre, por la jurisprudencia y la doctrina,
otras circunstancias como incidentes para la definición de aquel (...). Y por eso, precisamente, las tarifas que
expiden los colegios de abogados, sobre honorarios profesionales, tampoco tienen como solo elemento determinante
de aquellos el trabajo en sí, sino los otros señalados. (...) sabido es que la jurisprudencia siempre ha aceptado las
mencionadas tarifas como buena guía para definir si el cobro que se haya hecho por algún abogado, en
determinado asunto que se le imputa como desproporcionado y por tanto ilícito, realmente lo fue o no”.
(Subrayas fuera del texto)
En conclusión, la doctrina elaborada por el Consejo Superior, respecto de la falta consagrada en el art. 54,
núm. 1° del estatuto de la abogacía, ha indicado que se requiere la ignorancia probada o el estado de necesidad
del cliente como condición del reproche disciplinario. Además, la desproporción en el cobro de honorarios se fija
con base en las tarifas señaladas por los colegios de abogados, que se erige en fuente auxiliar de derecho y que se
encuentra en consonancia con la legislación comparada sobre la materia arriba estudiada. Es momento, entonces,
de revisar la jurisprudencia en punto de la falta a la honradez del abogado del artículo 54, numeral 5 de la ley
196 de 1971.
2. En Auto del 14 de mayo de 1998, Radicación 9979 A, la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo
indicó que el cobro de honorarios por parte del abogado en el caso concreto es relativa y responde a diversos
factores tales como (i) el prestigio del litigante, (ii) la complejidad del asunto, (iii) la atención en las diversas
instancias, (iii) la gravedad del caso y (iv) la condición de solvencia económica del cliente, siempre dentro del
marco de remuneración establecido por las asociaciones de abogados reconocidas legalmente. En todo caso, se
privilegiará la voluntad contractual de las partes y, a falta de esta, se acudirá a las tarifas de los colegios de
abogados como criterio auxiliar.
3. En sentencia del 21 de agosto de 1997, Radicación 14017 A, la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del
Consejo Superior, recordó que se entiende por cuota litis el pacto que se suscribe entre el abogado y su cliente cuyo
objeto es la obtención de un porcentaje del objeto del pleito, siempre que este se gane. Se caracteriza, además,
porque el profesional asume el cubrimiento de todos los gastos que la gestión que se comprometió a desarrollar
conlleve. En el caso en cuestión, debido a la falta de recursos para sufragar el proceso por parte del cliente, se
pactó cuota litis del 50% del resultado del proceso, junto con la asunción del 50% de las costas (o gastos
procesales) por parte de la parte demandante. A juicio de la Sala, la conducta del togado es reprochable por
cuanto, a más de asumir una actitud pasiva en el juicio, desatendió etapas procesales sustantivas, exigió que sus
mandantes atendieran la mitad de las costas del proceso (que en el pacto de cuota litis están enteramente a cargo
del litigante) y se aprovechó del desconocimiento del saber jurídico que afectaba a su cliente.
4. En la sentencia del 26 de febrero de 1996, radicación 1057, la Sala Jurisdiccional encontró conforme a
derecho la decisión del a quo en el sentido de imponer sanción de suspensión en el ejercicio de la profesión por tres
(3) meses a un abogado cuya única actividad procesal fue la asistencia a una audiencia de conciliación y que
cobró por esa sumaria diligencia el 50% del monto reconocido a su cliente.
5. En sentencia del 5 de octubre de 1995, el Consejo Superior encontró culpable a una abogada por la comisión
de la falta disciplinaria ya mencionada. En dicho caso exigió y obtuvo como contraprestación por sus servicios un
valor mayor a la suma percibida por su representada con ocasión del trámite judicial adelantado. Este hecho por
sí sólo, a juicio de la Sala, constituiría el factor de desproporción prescrito en la norma. Recuerda que en los
casos en los cuales existe pacto de honorarios entre el cliente y su abogado no hay lugar a ceñirse a las tarifas de
abogados, “si bien de cierta manera, ellas auxilian la formación del criterio valorativo de la desproporción”.
En conclusión, la jurisprudencia sobre la materia ha fijado 5 criterios para determinar si el abogado cobró
honorarios desproporcionados: (i) el trabajo efectivamente desplegado por el litigante, (ii) el prestigio del mismo,
(iii) la complejidad del asunto, (iv) el monto o la cuantía, (v) la capacidad económica del cliente. Cabe recordar
que las tarifas fijadas por los colegios de abogados son fuente auxiliar de derecho, en cuanto a la fijación de
honorarios se refiere. Por otra parte, vale la pena resaltar que, a falta de una legislación particular en punto de
tarifas profesionales, por regla general el límite máximo de lo que resulta admisible cobrar por la prestación de
los servicios profesionales por parte de los litigantes, no puede ser otro que las tablas arriba mencionadas,
máxime si, siguiendo la doctrina del Consejo Superior de la Judicatura, ellas son elaboradas de conformidad con
la costumbre práctica de los abogados.
En conclusión, no es posible inferir de la jurisprudencia reseñada, una obligación legal o jurisprudencial de bajar
la tarifa de honorarios profesionales por parte de los abogados, cuando con su actividad –y sin que medie
negligencia- el resultado buscado fue obtenido en un lapso corto. No habría lugar entonces, en estos supuestos, al
reproche disciplinario; la providencia que así lo hiciera incurriría en un defecto sustantivo, debido a la
interpretación inconstitucional de la ley, materializada en el entendimiento irrazonable de los supuestos de hecho
de la norma y en el empleo de una hermenéutica no razonable en la aplicación de la misma. Por último, y para
dar paso al análisis del caso concreto, la Sala considera necesario referirse a la presunción de ignorancia de la
Administración, con ocasión de las calidades personales que ostenta el representante legal de turno, expuesta en
la decisión demandada de la Sala de Conjueces del Consejo Superior de la Judicatura.”
Los Abogados no son sujetos de competencia desleal. Esta posición se ampara en los
siguientes argumentos:
• Debido a que la prestación de servicios legales no es considerada como un acto
mercantil no está sujeta a normas comerciales.
• El Código de Comercio establece que las profesiones liberales no son actos
comerciales.
- Profesiones liberales: “aquellas actividades en las cuales predomina el ejercicio del
intelecto, que han sido reconocidas por el Estado y para cuyo ejercicio se requiere la
habilitación a través de un título académico” Consejo de Estado, Sección primera. Sentencia
1323, mayo 16 de 1991.
El derecho no se puede reducir a su dimensión económica ya que también tiene una función
social y las normas sobre competencia desleal buscan sancionar todos los actos de mercado
que puedan atentar contra el orden justo de las actividades comerciales.
Un abogado puede estar sujeto al régimen comercial y por lo tanto a normas de competencia
desleal, no por ser abogados sino por realizar actos de comercio.
Los abogados están sujetos a un régimen disciplinario específico L.1123/07 aplicable a aquellos
que cometen irregularidades en ejercicio de su profesión.
La Ley 256 de 1996, define la deslealtad como un acto contrario a las sanas costumbre
mercantiles, a los usos honestos en materia comercial y al principio de la buena fe comercial.
El 29 de junio de 2005, la Audiencia Nacional de España dispuso que las normas del Estatuto
General de la Abogacía Española estaba fuera del control del Tribunal de Defensa de la
Competencia, debido a que no es un derecho propio de las empresas y agentes económicos el
cual es el ámbito de las leyes de competencia desleal.
La Ley 256 de 1996 en su artículo 5° estipula que los abogados prestan servicios jurídicos a
cambio de una contraprestación.
Las normas de competencia desleal busca proteger más a los clientes que a los competidores
entre sí.
Es posible comenzar los primeros trámites por competencia desleal ante la Superintendencia
de Industria y Comercio o un juez civil en razón de un carácter indemnizatorio, sin perjuicio de
aplicar el Código Disciplinario del Abogado en razón de un fin disciplinario.
El Código Deontológico de la Abogacía Española establece que “la competencia desleal es
todo acto que contravengan las normas que tutelan la leal competencia, la utilización de
procedimientos publicitarios directos e indirectos contrarios a las disposiciones de la Ley
General de Publicidad, toda practica de captación directa o indirecta de clientes que atenten
contra la dignidad de las personas o la función social de la abogacía y la percepción o el pago
de contraprestaciones que infrinja las normas legales”.
Desviación de clientela:
La desviación de la clientela no es siempre desleal ya que hay varios factores que pueden inferir
en este aspecto tales como la calidad en el servicio, el horario de atención y la simpatía de los
abogados.
Es por esto que las autoridades señalan que se debe analizar caso por caso para determinar si
fue fruto de una conducta censurable, así que se requiere un examen detenido de los hechos
para determinan si existió deslealtad.
Estados Unidos: entre abogados hay que evitar la apariencia de ilicitud o impropiedad:
Los abogados en otros países que se pasan de una firma a otra firma de abogados están sujetos
a reglas muy estrictas, especialmente cuando la nueva firma atiende clientes que eran
contraparte a la firma anterior, así que se conceptuó lo siguiente:
No es necesario que la firma que contrata al abogado no atienda al cliente que es contraparte
de un cliente de la firma donde anteriormente laboraba el abogado, si se prueba que este no
tuvo acceso a la información confidencial sobre el caso en su anterior empleo.
Así no haya existido acceso a la información confidencial es necesario vigilar al abogado para
evitar la apariencia de ilicitud o impropiedad.
Quien solicita la descalificación del abogado debe probar que dicho abogado tiene información
que lo puede perjudicar en el proceso. No hay presunciones.
Para los afiliados a CONALBOS, es vinculante el criterio según el cual se considera falta a la
ética profesional el cobro de honorarios inferiores a los mínimos señalados en la presente
resolución.
1. El valor de los honorarios profesionales serán acordados entre el abogado y sus clientes al
iniciarse el estudio del respectivo negocio o negocios jurídicos, lo cual podrá hacerse por
contrato escrito o verbal. En ningún caso podrán pactarse honorarios por debajo de 10
establecido para cada caso, en la presente resolución.
2. Se entiende que cuando se pactan los honorarios por una suma fija, debe pagarse, si no se ha
determinado por escrito otro sistema, el 50% al otorgar el poder respectivo, e120% una vez se
cierre el debate probatorio y e130% restante a la terminación del proceso.
3. Si el proceso tuviere segunda instancia y si las partes no han pactado honorarios al respecto,
deberán pagar como mínimo el 30% del valor de los honorarios convenidos para la primera
instancia.
7. Es conveniente que en los poderes se den facultades al abogado para transigir y conciliar. Si
existe cláusula compromisoria o compromiso y en estos no se definió la entidad donde se debe
seguir el arbitramiento se puede consultar a la Corporación Colegio Nacional de Abogados
"CONALBOS" en sus oficinas de las diferentes ciudades del país.
8. En el poder debe expresarse claramente la labor que debe desempeñar el abogado, antes de
iniciado el proceso, o dentro del proceso mismo, indicando quien hace los gastos, si el
apoderado o el cliente.
9. Debe indicarse cuando para la prestación del servicio sea necesario el traslado del apoderado
a otras ciudades o regiones del país, los viáticos respectivos para cada caso.
10. Es conveniente establecer desde un principio, el aporte de las pruebas, por parte del cliente,
mediante la entrega de los documentos, antecedentes del negocio, nombres de testigos y
dirección de éstos y demás elementos probatorios que sean necesarios para la mejor defensa de
sus derechos y que estén en su poder.
11. Para establecer la cuantía cuando se trate de cuota litis o resultado del negocio
encomendado, se debe tener en cuenta el valor comercial de los bienes muebles e inmuebles el
cual se establecerá de común acuerdo entre el apoderado y el cliente.
12. En los procesos que no existe cuantía determinada se fijarán los honorarios de común
acuerdo entre el abogado y el cliente.
14. Las partes podrán fijar honorarios superiores a los establecidos en la presente tarifa para
cada caso o negocio, teniendo en cuenta la especialización del abogado y las condiciones muy
específicas de cada negocio.
COBRO DE HONORARIOS.
1.-Suma Fija.- Corresponde al valor que recibe como honorarios el abogado y su cuantía se
establece por una suma no inferior al mínimo establecido en la presente resolución.
2.-Porcentajes.- Se entiende por porcentaje la suma que recibe el apoderado por el negocio
encomendado, de conformidad con el resultado de su gestión.
3.-Cuota Litis.- Es la participación económica deducible de los resultados del proceso. Para
fijarla se tendrá en cuenta que no podrá ser inferior al
30% del resultado final de cada proceso.
4.-Honorario Mixto.- Se puede establecer como honorarios una suma fija y un porcentaje o
participación económica en los resultados favorables del proceso.
7.- Cuando no se haya fijado honorarios para el abogado de la parte demandada, devengará
e150% del que de acuerdo con la tarifa, para cada caso, corresponde al abogado de la parte
demandante.
ARTÍCULO 4°.- Teniendo en cuenta las anteriores consideraciones se fijan las siguientes
tarifas para cada una de las ramas del derecho:
1. DERECHO CIVIL
1.1 Consultas.-
1.1.1 Consulta verbal.- E150% de un salario mínimo legal vigente.
1.1.2 Consulta escrita.-Un salario mínimo legal vigente.
1.2 Conceptos.- Todo concepto se dará por escrito teniendo en cuenta el valor del negocio
respectivo, un salario mínimo legal mensual vigente y cuando el negocio valga más de
$60.000.000 e12% adicional.
1.3 Elaboración de Minutas para escrituras públicas.- Para transferencia de bienes inmuebles
un salario como mínimo y el dos por mil adicional cuando el negocio valga más de ochenta
millones ($80.000.000) de pesos.
1.4 Interrogatorio de parte.- Un salario mínimo legal vigente.
1.5 Declaración Extrajudicial.- Un salario mínimo legal vigente.
1.6 Cancelación de Patrimonio de Familia.
1.6.1 Ante Notaria.- Dos salarios mínimos legales vigentes más el 3% adicional, cuando sea
superior a ochenta millones ($80.000.000) de pesos.
1.6.2 Ante Juzgado de Familia.- Tres salarios mínimos legales vigentes más el 3% cuando
supere los ochenta millones ($80.000.000) de pesos.
1.7 Contratos Civiles Mediante Documento Privado.- Un salario mínimo legal vigente y el 2%
adicional cuando el contrato valga más de sesenta millones
($60.000.000) de pesos
1.8 Apertura del testamento cerrado en caso de oposición.- Dos salarios mínimos legales
vigentes.
1.9 Publicación del testamento otorgado ante cinco testigos.- Dos salarios mínimos legales
vigentes.
2. PROCESO ORDINARIO
2.1 Se cobrará los siguientes porcentajes de conformidad con la cuantía así: Mínima cuantía el
30%; Menor cuantía el 20%; Mayor cuantía e110% y si el resultado del negocio es mayor de
$200.000.000 sobre el excedente se cobra el dos por ciento.
2.2 (Art. 406 del C.P.C.) Cuando se trate de procesos donde se solicite resolución de
compraventa y su cuantía sea mayor de $200.000.000 solo se cobrará sobre el excedente el 1%.
2.3 (Art. 407 del C.P.C.), Fuera del honorario fijado cuando el valor del bien sea mayor a
$500.000.000 se cobrará e13% adicional.
NOTA.- En caso de que no se haya fijado inicialmente honorarios para el recurso de casación
se fijara el monto de cuatro salarios mínimos legales vigentes, mas e12% cuando la cuantía sea
mayor de $200.000.000.
3. PROCESOS ABREVIADOS
3.1 Servidumbres e Indemnizaciones.- Tres salarios mínimos legales vigentes más e15% sobre
la indemnización.
3.2 Interdictos Posesorios e indemnizaciones cuando hubiere lugar.-Tres salarios mínimos
legales vigentes más un 5% sobre la indemnización.
3.3 Proceso de entrega material al adquiriente de bien inmueble.- Dos salarios mínimos legales
vigentes, más un 5% del valor comercial hasta cien millones ($100.000.000) de pesos y de ahí
en adelante un 3%.
3.4 Rendición de Cuentas.- Dos salarios mínimos legales vigentes más un porcentaje sobre el
valor comercial que se discuta de un 10% hasta cincuenta millones ($50.000.000) de pesos y un
5% en adelante.
3.5 Rendición espontánea de cuentas.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
3.6 Pago por Consignación.- Dos salarios mínimos y el 5% adicional sobre la cuantía del
proceso.
3.7 Impugnación de actos o decisiones de Asambleas de Accionistas o Juntas
Directivas en sociedades Civiles o Comerciales.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
3.8 Declaración de bienes vacantes, patronatos o capellanías.- Dos 3alarios mínimos legales
vigentes y un porcentaje adicional del 10% hasta la cuantía de cincuenta millones ($50.000.000)
de pesos y e15% de ahí en adelante.
3.9 Pertenencia en los casos del decreto 508 de 1974 y prescripción agraria.-Cuatro salarios
mínimos legales vigentes y el 10% sobre la cuantía hasta cincuenta millones ($50.000.000) de
pesos y e1 5% de ahí en adelante.
3.10 Restitución de Inmueble Arrendado.- Un salario mínimo legal vigente y el 15% sobre el
valor de los cánones de arrendamiento, correspondiente a un año.
3.11 Restitución de tenencia a cualquier título.
3.11.1 Demanda del arrendatario para entrega de la cosa arrendada.- Un salario mínimo legal
vigente.
3.11.2 Restitución de bienes muebles.- Un salario mínimo legal vigente más el 10% del valor
comercial del bien.
4. PROCESOS VERBALES
5. EXPROPIACION
Tres salarios mínimos legales vigentes más el 10% hasta la cuantía de veinte millones
($20.000.000) de pesos; de veinte millones un peso (20.000.0001) a cien millones de pesos
(100.000.000) el 8% y de ahí en adelante el 5%.
Cuanto se tramite por el sistema administrativo se cobrará e150% de los anteriores honorarios.
Cuando simplemente se tramita la fijación de una línea divisoria, la tarifa de honorarios se
reduce en un 50%.
6. DESLINDE Y AMOJONAMIENTO
Tres salarios mínimos legales vigentes y un porcentaje del 15% hasta $50.000.000; de
$50.000.001 a $150.000.000 e110% y de ahí en adelante el 5% .Cuando simplemente se discute
la fijación de la línea divisoria el honorario de la tarifa se rebajará en un 50%.
7. PROCESOS DIVISORIOS
7.1 División material o venta.- Tres salarios mínimos legales vigentes más el 2% sobre el valor
respectivo.
7.2 División de grandes comunidades.- Cinco salarios mínimos legales vigentes más el 2%
sobre el valor comercial de la comunidad.
8. PROPIEDAD HORIZONTAL
8.1 Elaboración del reglamento de copropiedad.- Dos salarios mínimos legales vigentes más el
2% por ciento del valor comercial del inmueble.
8.2 Reforma del reglamento.- E1 50% de la tarifa anterior.
8.3 Representación de Copropietarios en Asamblea.- Un salario mínimo legal vigente por cada
copropietario representado.
8.4 Controversias entre copropietarios de propiedad horizontal.- Tres salarios mínimos legales
vigentes.
Si la controversia se tramita en Centros de Conciliación y Arbitramento se aplicarán los
honorarios establecidos al respecto, en la presente Tarifa, rebajados en un 50%. (Numeral 25).
9. PROCESOS EJECUTIVOS
9.1 Proceso Ejecutivo Singular.- Mínima cuantía un salario mínimo legal vigente más el 10%
del valor del crédito; menor cuantía dos salarios mínimos legales vigentes más e18% del valor
del crédito y mayor cuantía cuatro salarios mínimos legales vigentes y e1 5% del valor del
crédito.
9.2 Cobro prejurídico.- El 10% del valor del crédito.
9.3 Ejecución por obligación condicional.- Un salario mínimo legal vigente, más el 5% del
valor del crédito. "
9.4 Ejecuciones por obligaciones de dar o hacer.- Dos salario mínimos legales vigentes
masel10% adicional sobre el valor del bien
9.5 Perjuicios por obligación de no hacer.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
9.6 Ejecución por perjuicios.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
9.7 Ejecución de obligaciones alternativas.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
9.8 Ejecutivo para suscripción de documentos.- Un salario mínimo legal vigente, mas e15% del
valor del respectivo bien.
9.9 Beneficio de Exclusión.-Dos salarios mínimos legales vigentes
9.10 Acumulación de procesos ejecutivos.- Un salario mínimo legal vigente, más los honorarios
pactados en cada proceso.
9.11 Ejecutivo con título hipotecario o prendario.- Dos salarios mínimos legales vigentes, más
un porcentaje sobre el valor del crédito de un 10% hasta cincuenta millones ($50.000.000) y de
ahí en adelante un 5%.
9.12 Ejecuciones Fiscales.- Los mismos honorarios fijados para los procesos ejecutivos
singulares.
9.13 Concurso de acreedores.- Los honorarios se liquidarán con base en las sumas recaudadas
así:
El 30% sobre los primeros $500.000; de $500.001 a $ 2.000.000 el 25% de
$2.000.001 a $5.000.000eI20% de $5.000.001 a $10.000.000eI 15% y de ahí en adelante el 10%.
12 DERECHO DE FAMILIA
12.1 Separación de bienes y liquidación de la sociedad conyugal.- Dos salarios mínimos legales
vigentes más el 8% del valor de los bienes de la parte que se represente hasta $10.000.000 de
$10.000.001 a $50.000.000 el 5% de $50.000.001 a $100.000.000 el 3% y más de $100.000.000
el 2%. Sin liquidación de la sociedad conyugal o sin oposición e150% de la tarifa anterior.
12.2 Inexistencia del matrimonio.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
12.3 Nulidad y disolución del matrimonio.- Cuatro salarios mínimos legales vigentes.
12.4 Divorcio del Matrimonio civil.- Cinco salarios mínimos legales vigentes; si hay mutuo
acuerdo tres salarios mínimos legales vigentes.
12.5 Cesación de los efectos civiles del Matrimonio religioso.- Cinco salarios mínimos legales
vigentes y por mutuo acuerdo tres salarios mínimos legales vigentes.
12.6 Adopción.- Cinco salarios mínimos legales vigentes. Si el menor va a vivir fuera del país
diez salarios mínimos legales vigentes.
12.7 Filiación Natural.- Sin petición de herencia cinco salarios mínimos legales vigentes y con
petición de herencia cinco salarios más e15% de lo adjudicado.
12.8 Proceso de Alimentos.- El 20% sobre el valor de las cuotas alimentarias durante un año,
como mínimo.
12.9 Regulación de visitas.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
12.10 Impugnación de maternidad o paternidad.- Cuatro salarios mínimos legales vigentes.
12.11 Legitimación.- Cuatro salarios mínimos legales vigentes.
12.12 Regulación de la cuota alimentaria.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
12.13 Alimentos para mayores de 18 años, ante Juzgados Civiles.- Tres salarios mínimos legales
vigentes. ..
12.14 Ofrecimiento de alimentos.- Un salario mínimo legal vigente.
12.15 Exoneración de cuota alimentaria.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
12.16 Ejecución para el cobro de alimentos.- El 25% de 10 obtenido.
13.8 Reconocimiento de hijos por escritura pública.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
13.9 Testamento abierto o cerrado.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
NOTA 1.- Para las conciliaciones extrajudiciales se aplicaran las mismas tarifas ~ señaladas
para los Centros de Conciliación.
14.1 Asesoría permanente a empresas o patronos, desde la oficina del profesional, sin incluir
intervención en procesos ni en conflictos colectivos.- Tres salarios mínimos legales vigentes
porcada mes.
14.2 Asesoría permanente a sindicatos o asociaciones desde la oficina del profesional sin
intervención en conflictos.- Dos salarios mínimos legales vigentes porcada mes.
14.3 Asesoría a patronos en conciliación ante las Inspecciones del trabajo, ante juzgados
laborales.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
14.4 Asesoría a trabajadores en los casos mencionados en el numeral anterior.-15% sobre el
valor conciliado.
14.5 Gestiones sobre reconocimiento de prestaciones sociales ante entidades oficiales o los
respectivos fondos.- El 30% del valor reconocido. En pensiones se tendrá cuenta el 30% sobre
las mesadas reconocidas o las correspondientes a un año.
14.6 Liquidación de prestaciones sociales a petición del patrono.- Un salario mínimo legal
vigente.
14.7 Cuando la solicitud la haga el trabajador.- Se rebajará en un 50% la tarifa anterior”
14.8 Elaboración de Contratos de Trabajo.- Un salario mínimo legal vigente.
14.9 Elaboración de Reglamento Interno de Trabajo y trámite para su aprobación.- Tres
salarios mínimos legales vigentes
14.10 Elaboración de Reglamento de Higiene y Seguridad Industrial, y trámite para su
aprobación.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
14.11 Elaboración de Estatutos y acta de fundación para creación de sindicatos.- Tres salarios
mínimos legales vigentes.
1414.12 Elaboración de Estatutos para organización de cooperativas o fondos mutuales.-
Cuatro salarios mínimos legales vigentes.
14.13 Elaboración de contratos sindicales.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
14.14 Elaboración de Pliegos de Peticiones.- Dos salarios mínimos legales vigentes y se
aumentará en un salario mínimo más cuando el sindicato tenga más de 200 trabajadores.
14.15 Asesorías a sindicatos en el trámite de conflictos colectivos, en la etapa de arreglo
directo.- Tres salarios mínimos legales vigentes, cuando tenga más de 200 afiliados cinco
salarios mínimos legales vigentes.
14.16 Asesorías a las empresas en el trámite de arreglo directo en conflictos colectivos.- Cinco
salarios mínimos legales vigentes.
14.17 Asesoría a Sindicatos en Tribunales de Arbitramento o en la etapa de huelga para
sindicatos. Cinco salarios mínimos legales vigentes para trabajadores y para empresas diez
salarios mínimos legales vigentes.
14.18 Asesorías en conflictos entre empresas y trabajadores no sindicalizados.- Para
trabajadores cuatro salarios mínimos legales vigentes y para empresa ocho salarios mínimos
legales vigentes.
14.19 Procesos Ordinarios.- En representación del trabajador hasta la terminación de la
segunda instancia e130% de lo obtenido. En casos de recurso de casación el1 0% adicional de
lo obtenido.
En representación del empleador, en primera instancia tres salarios mínimos legales vigentes y
en segunda instancia dos salarios mínimos legales vigentes, en única instancia un salario
mínimo legal vigente.
En caso de que se trate de reconocimiento de pensiones o pagos periódicos se determinará el
porcentaje sobre el valor de las mesadas pagadas. En representación del empleador, en primera
instancia, cinco salarios mínimos legales vigentes y en segunda instancia dos salarios mínimos
legales vigentes.
14.20 Procesos de Fuero Sindical.- Como apoderado del trabajador, en acción de reintegro el
30% de las sumas materia de la condena y en caso de acción de restitución dos salarios
mínimos legales vigentes.
Levantamiento del Fuero Sindical.- Como apoderado del empleador cuatro salarios mínimos
legales vigentes.
14.21 Proceso Ejecutivo.- Cuando se inicie en el juzgado donde siguió el proceso ordinario el1
0% de la suma materia de ejecución y cuando se inicie en juzgado diferente e115%
14.22 Procesos Ejecutivos por reconocimiento de salarios y prestaciones en entidades de
derecho público, establecimientos públicos, empresas industriales y comerciales del Estado
cuando el poderdante sea empleado público.- E120% del valor del crédito
14.23 Solicitud y tramitación de cierre de empresas.- Cinco salarios mínimos legales vigentes.
14.24 Proceso arbitral laboral.- Como apoderado del trabajador el 15 % de las sumas
decretadas. Como apoderado del patrono dos salarios mínimos legales vigentes.
14.25 Homologación de laudos arbitrales.- En conflictos colectivos ante el
Tribunal Superior respectivo, dos salarios mínimos legales vigentes y ante la Sala Laboral de la
Corte Suprema de Justicia, cinco salarios mínimos legales vigentes. Cuando se apodere al
trabajador la anterior tarifa se reducirá en un 30%.
14.26 Anulación de Laudos Arbitrales.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
14.27 Homologación o nulidad en conflictos laborales individuales ante el respectivo Tribunal
Superior.- dos salarios mínimos legales vigentes.
14.28 Recurso de Casación.- Tratándose de empleadores cuatro salarios mínimo legales
vigentes y por contestación de la demanda tres salarios mínimos legales vigentes. Tratándose
de trabajadores dos salarios mínimos legales vigentes y por la contestación de la demanda un
salario. Si quien interviene en la casación ha actuado en las instancias, podrá reducirse la tarifa
en un 30%.
14.29 Recurso de Revisión.- Cinco salarios mínimos legales vigentes.
14.30 Consultas verbales.- 30% de un salario mínimo legal vigente.
14.31 Consultas escritas o conceptos.- Para el trabajador medio salario mínimo legal vigente y
para el patrono un salario mínimo legal vigente.
14.32 Reclamación Administrativa. (Art. 6° C.P.L.).- Un salario mínimo legal vigente. Suma
que hará parte de los honorarios si hay juicio ante la Jurisdicción Ordinaria.
15.1 Procesos ordinarios sobre asuntos agrarios que no tengan previsto un trámite especial.- El
30% del valor comercial del respectivo bien, ya sea pagado en dinero o en especie.
15.2 Procesos reivindicatorios.- Dos salarios mínimos legales vigentes más el 25%, cuando el
valor del bien sea mayor de $20.000.000.
15.3 Procesos posesorios.- Dos salarios mínimos legales vigentes más e1 15% cuando el valor
del bien sea mayor de $20.000.000
15.4 Procesos Divisorios.- Dos salarios mínimos legales vigentes, cuando no sea de grandes
comunidades y adicionalmente el1 0% cuando el bien valga más de $50.000.000.
15.5 Expropiación para fines agrarios.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
15.6 Juicio de pertenencia.- Dos salarios mínimos legales vigentes más el 10% del valor
comercial del bien.
15.7 Saneamiento de la pequeña propiedad agraria.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
15.8 Acción de despojo en zonas rurales (Art. 984 del C.C.).- Cuatro salarios mínimos legales
vigentes.
15.9 Acción popular para defensa de los bienes públicos en zonas rurales.- Tres salarios
mínimos legales vigentes.
15.10 Conflictos originados en los daños de recursos naturales renovables de propiedad
privada o actuaciones humanas por deterioro ambiental o daño a recursos naturales
renovables.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
15.11 Conflictos suscitados por el incumplimiento de contratos rurales de arrendamiento,
aparcería o similares.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
15.12 Conflictos sobre derechos del comunero sobre predios agrícolas, ganaderos, bosques y
otros terrenos comunales (Art. 2330 a 2333 de C.C.).- Dos salarios mínimos legales vigentes.
15.13 Restitución de bienes rurales vendidos con pacto de reserva de dominio.- Dos salarios
mínimos legales vigentes.
15.14 Restitución de cauciones legales.- Un salario mínimo legal vigente.
15.15 Relevo de la fianza, mejora de la hipoteca, reposición de la prenda, extinción anticipada
del plazo o cumplimiento de una condición suspensiva.-Dos salarios mínimos legales vigentes.
15.15 Reducción de la pena o de la hipoteca o de la prenda, reducción de intereses o fijación de
intereses corrientes.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
15.17 Juicios resueltos por el Juez con conocimiento de causa, sumariamente o a manera de
árbitro.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
15.18 Lanzamiento por ocupación de hecho.- Sin oposición tres salarios mínimos vigentes; con
oposición cinco salarios mínimos legales vigentes.
15.19 Lanzamiento de arrendatarios o aparceros y similares.- Sin oposición tres salarios
mínimos legales vigentes; con oposición cinco salarios mínimos legales vigentes.
15.20 Restitución de predios a solicitud de los arrendatarios aparceros o similares.- Sin
oposición tres salarios mínimos legales vigentes; con oposición cinco salarios mínimos legales
vigentes.
15.21 Otros procesos de restitución de tenencia.- Sin oposición tres salarios mínimos legales
vigentes; con oposición cinco salarios mínimos legales vigentes.
15.22 Deslinde y amojonamiento.-
15.22.1 Simple deslinde.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
15.22.2 Con amojonamiento.- Cinco salarios mínimos legales vigentes.
15.23 Proceso de expropiación.- Por autoridad pública. Defensa del demandado.- Cinco
salarios más e12% del valor comercial del inmueble.15.24 Procesos divisorios.- De
comunidades singulares.- Tres salarios más el 1% del valor de cada predio dividido.
15.25 Constitución de sociedades agrarias.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
15.26 Disolución, liquidación de sociedades agrarias.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
15.27 Servidumbres de tránsito, de aguas, conexiones eléctricas y otras.- Tres salarios mínimos
legales vigentes.
16.1 Asesorías mediante contrato de prestación de servicio a entidades oficiales.- Tres salarios
mínimos legales vigentes porcada mes.
16.2 Asesoría a las entidades administrativas para casos especiales.- Cuatro salarios mínimos
legales vigentes.
16.3 Elaboración de contratos administrativos.- Tres salarios mínimo legales vigentes.
16.4 Asesorías en licitaciones a proponentes.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
16.5 Asesorías en la ejecución de contratos administrativos.- Tres salarios mínimos legales
vigentes. .
16.6 Diligencias o consultas ante funcionarios administrativos.- Un salario mínimo legal
vigente.
16.7 Agotamiento de la vía gubernativa.- Dos salario mínimos legales vigentes, suma que hará
parte de los honorarios si hay juicio ante la Jurisdicción Administrativa.
16.8 Restablecimiento de derechos de carácter laboral que no provengan de un contrato de
trabajo.- El 30% de la suma conseguida.
16.9 Tramite de revocación directa de un acto administrativo.- Dos salarios mínimos legales
vigentes.
16.10 Registro de propiedad intelectual.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
16.11 Licencias para publicaciones periódicas.- Tres salarios mínimo legal vigentes.
16.12 Tramitación de concesiones para explotaciones, mineras u otras.-Cinco salarios mínimos
legales vigentes.
16.13 Licencias o permisos de explotación de bosques o recursos naturales.- Cinco salarios
mínimos legales vigentes.
16.14 Tramitación de concesiones de aguas.- Cuatro salarios mínimos legales vigentes.
16.15 Tramitación de servicios radio. Telefónicos.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
16.16 Tramitación de concesiones para instalación de radio difusión.- Sin, ánimo de lucro dos
salarios y comerciales cinco salarios mínimos legales vigentes.
16.17 Tramitación de personerías jurídicas ante Cámaras de Comercio o entidades Oficiales.-
Sin ánimo de lucro un salario y comerciales tres salarios mínimos legales vigentes.
16.18 Derecho de petición en interés general.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
16.19 Derecho de petición interés particular.-Un salario mínimo legal vigente.
16.20 Derecho de petición de informaciones.- 50% de un salario mínimo legal vigente
16.21 Trámite de consultas.- Un salario mínimo legal vigente.
16.22 Acción pública de nulidad de actos administrativos.- Tres salarios mínimos legales
vigentes.
16.23 Acción de nulidad y restablecimiento del derecho.- 30 % de la suma recaudada como
mínimo.
16.24 Acción de Cumplimiento.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
16.25 Reparación Directa.- 30% de la suma conseguida.
16.26 Controversias sobre contratos administrativos o privados con cláusula de caducidad.-
Cuatro salarios mínimos legales vigentes.
16.27 Reclamación de prestaciones periódicas.- El 30% de las sumas decretadas.
16.28 Nulidad de laudos arbitrales.- Cuatro salarios mínimos legales vigentes.
16.29 Procesos especiales de nulidad de cartas de naturaleza.- Cinco salarios mínimos legales
mensuales.
16.30 Procesos Electorales
16.30.1 De carácter Municipal: Cinco salarios mínimos legales vigentes
16.30.2 Departamentales o Distritales .Diez salarios mínimos legales vigentes
16.30.3 Nacionales.-Quince salarios mínimos legales vigentes.
16.31 Defensa del derecho de autor.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
16.32 Procesos disciplinarios
16.32.1 Ante las entidades nominadoras.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
16.32.2 Ante el Tribunal disciplinario, Consejo Superior de la Judicatura o Procuraduría general
de la Nación.- Cinco salarios mínimos legales vigentes.
16.33 Reclamaciones sobre impuestos, contribuciones y tasas.- Un salario mínimo legal vigente
más el 20% de las sumas reconocidas hasta $50.000.000; de $50.000.001 a $100.000.000 el
15%; de 100.000.001 a $200.000.000 e110% y más de $200.000.001 el 5%. Cuando el negocio
sea de competencia del Consejo de Estado en única instancia los honorarios anteriormente
citados se aumentaran en un 30%
16.34 Acción de repetición del Estado contra servidores y ex servidores públicos, defensa del
inculpado.- Cinco salarios mínimos legales vigentes.
18.8.5 Procesos de Competencia ante la Corte Suprema de Justicia.- Veinte salarios mínimos
legales vigentes.
18.8.6 Constitución de la parte civil dentro del proceso penal.- Dos salarios mínimos legales
vigentes y un porcentaje de130% sobre las sumas recaudadas.
18.9 Recursos extraordinarios
18.9.1 Casación.- Diez salarios mínimos legales vigentes.
18.9.2 Revisión.- Diez salarios mínimos legales vigentes.
18.10 Vocería en audiencia:
18.10.1 Ante Juzgados Penales Municipales.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
18.10.2 Ante Juzgados Penales del Circuito.- Cinco salarios mínimos legales vigentes.
18.10.3 Ante Juzgados del Circuito Especializados.- Diez salarios mínimos legales vigentes.
18.11 Extinción de dominio sobre bienes adquiridos en forma ilícita.
18.11.1 En representación de un tercero.- Cinco salarios mínimos legales vigentes más e120%
del valor del bien definido en el juicio.
18.11.2 En representación de quien figure en calidad de titular del dominio.-
Diez salarios mínimos legales vigentes más el 30% del valor de los bienes según se avalúen en
el juicio.
18.12. Inasistencia Alimentaria.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
18.13 Juicios especiales ante el Congreso.- Diez salarios mínimos legales vigentes.
20.1 Diversas gestiones ante funcionarios de policía.- Un salario mínimo legal vigente.
20.2 Lanzamiento por ocupación de hecho.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
20.3 Querella de Policía.-Tres salarios mínimos legales vigentes.
20.4 Segunda instancia.- Dos salarios mínimos legales vigentes
21.1 Solicitud sobre existencia de Patentes.- 50% de un salario mínimo legal vigente.
21.2 Tramitación de patentes de invención.- Cinco salarios mínimos legales vigentes.
21.3 Trámite de prórroga de patentes.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
21.4 Trámite de traspaso de invención.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
21.5 Cambio de nombre de propietario.-Dos salarios mínimos legales vigentes.
21.6 Cambio de domicilio de propietario de la patente.- Un salario mínimo legal vigente.
21.7 Presentación de objeciones.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
21.8 Contestación a objeciones de la administración.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
21.9 Obtención de copia de la patente.- Un salario mínimo legal vigente.
21.10 Solicitud de prioridad o prelación sobre la patente.- Un salario mínimo legal vigente.
21.11 Cancelación voluntaria de patente.- Un salario mínimo legal vigente.
21.12 Patentes de Invención.- Al cliente se le cobrará independiente de los honorarios fijados
sobre la elaboración descriptiva del invento, dibujos, planos y demás elementos necesarios para
la aprobación de la solicitud, lo cual se cancelará a las personas o entidades que hagan los
respectivos estudios y de acuerdo con la importancia del invento y complejidad en su
descripción.
21.13 Modelos de utilidad:
21.13.1 Registro de la patente.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
21.13.2 Registro de nuevo diseño industrial.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
21.13.3 Prorroga del registro del diseño.- Un salario mínimo legal vigente.
21.13.4 Actuación sobre derecho de prioridad.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
21.13.5 Nulidad del registro. -Dos salarios mínimos legales vigentes.
21.14 Secretos Industriales.
21.14.1 Protección del secreto industrial ante los funcionarios respectivos.-Cinco salarios
mínimos legales vigentes.
21.14.2 Marcas comerciales
21.14.3 Certificación sobre inexistencia de la marca a registrar.- Un salario mínimo legal
vigente.
21.14.4 Tramitación del registro por cada clase.- Cinco salarios mínimos legales vigentes.
21.14.5 Renovación del Registro.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
21.14.6 Cambio de nombre de propietario.- Dos salarios mínimos legales vigentes
21.14.7 Cambio de domicilio de propietario.- Un salario mínimo legal vigente.
21.14.8 Contestación a objeciones de la entidad respectiva.- Tres salarios; mínimos legales
vigentes.
21.14.9 Dibujo y clisé de marca figurativa.- Un salario mínimo legal vigente.
21.14.10 Solicitud de prioridad.- Un salario mínimo legal vigente.
21.14.11 Cancelación voluntaria.- Un salario mínimo legal vigente.
21.14.12Contestación a observación de terceros.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
21.15 Registro de lemas comerciales.- Un salario mínimo legal vigente en cada marca que los
use.
21.16 Cesión y transferencia de marcas.-
21.17 Trámite.- Dos salarios mínimos legales vigentes
22 DERECHO SANITARIO
23.11 Aporte minero para explotación de toda clase de depósitos y yacimientos.- Tres salarios
mínimos legales vigentes.
23.12 Contratos con terceros en explotación.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
23.13 Cancelación de licencias.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
23.14 Contratos mineros y registros.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
23.15 Revisión de contratos mineros.- Un salario mínimo legal vigente.
23.16 Contratos de concesiones.-Tres salarios mínimos legales vigentes.
23.17 Asesoría en reversión de concesiones.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
23.18 Minerales radiactivos
23.18.1 Exploración.-Cinco salarios mínimos legales vigentes.
23.18.2 Explotación.-Diez salarios mínimos legales vigentes.
23.18.3 Licencia para explotaciones carboníferas.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
23.19 Solicitud de licencia de exploración de metales preciosos.- Cinco salarios mínimos legales
vigentes
23.20 Solicitud de licencia de explotación de metales preciosos.- Tres salarios mínimos legales
vigentes.
NOTA Trámite ante el Ministerio de Minas y energía se aumenta el 30%.
23.21 Exploración de salinas.- Cinco salarios mínimos legales vigentes
23.22 Explotación de salinas.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
23.23 Materiales para la construcción en todas sus clases.
23.23.1 Exploración.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
23.23.2 Explotación.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
23.23.3 Licencia para explotación de materiales de arrastre en ríos yaguas marinas.- Tres
salarios mínimos legales vigentes.
23.24 Defensa en juicios de expropiación.- Cinco salarios mínimos legales vigentes.
23.25 Licencias de exploración y explotación de recursos no renovables.-
Tres salarios mínimos legales vigentes.
23.26 Defensa para la instalación o nulidad de servidumbres mineras.- Tres salarios mínimos
legales vigentes.
23.27 Constitución de sociedades ordinarias de minas.- Cinco salarios mínimos legales
vigentes.
23.28 Procesos sobre concesiones mineras tramitadas ante el Consejo de
Estado.- Diez salarios mínimos legales vigentes.
23.29 Trámite de Reducción de zonas durante la explotación.- Tres salarios mínimos legales
vigentes.
23.30 Cancelación y caducidad de las concesiones mineras.- Tres salarios mínimos legales
vigentes.
23.31 Actuación y defensa ante funcionarios de policía.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
23.32 Ante las Gobernaciones Departamentales.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
23.33 Ante las entidades contencioso administrativas.- Cinco salarios mínimos legales vigentes.
23.34 Conflictos durante la explotación minera.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
23.35 Juicios o indemnización relacionados con servidumbre mineras.- Tres salarios mínimos
legales vigentes
23.36 Conceptos sobre problemática minera.-
23.36.1 Oral.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
23.36.2 Escrito.-Cinco salarios mínimos legales vigentes.
NOTA.- Las anteriores tarifas se aplicarán en caso de tener que recurrir a la Justicia Ordinaria,
y si corresponde a entidades gubernativas o se efectúa conciliación o mediación se pagara el50
% de las anteriores tarifas.
24.1 Concesión de aguas para uso doméstico.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
24.2 Concesión de aguas para uso industrial.- Cinco salarios mínimos legales vigentes.
24.3 Servidumbre de acueducto.-Cinco salarios mínimos legales vigentes.
24.4 Servidumbre de desagüe.- Cinco salarios mínimos legales vigentes.
24.5 Servidumbre para recibir aguas.- Cinco salarios mínimos legales vigentes.
24.6 Servidumbre de prensa y estribo.- Cinco salarios mínimos legales vigentes.
24.7 Servidumbre de tránsito.- Cinco salarios mínimos legales vigentes.
24.8 Servidumbre de abrevadero.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
24.9 Aprobación de obras hidráulicas.- Diez salarios mínimos legales vigentes.
24.10 Concesión de aguas para uso minero.- Diez salarios mínimos legales vigentes
24.11 Organización de sociedades de usuarios de aguas.- Diez salarios mínimos legales
vigentes.
24.12 Concesión para aprovechamiento de recursos geotérmicos.- Diez salarios mínimos
legales vigentes.
24.13 Concesión para aprovechamiento de recursos forestales.- Diez salarios mínimos legales
vigentes.
24.14 Aprovechamiento de recursos hidrobiológicos.- Diez salarios mínimos legales vigentes.
24.15 Permiso de pesca para usos artesanales.- Tres salarios mínimos legales vigentes.
24.16 Permiso de pesca con fines industriales.- Diez salarios mínimos legales vigentes.
24.17 Permisos para investigaciones científicas o actividades deportivas.-
Dos salarios mínimos legales vigentes.
24.18 Permisos para importación de especies animales o vegetales.- Cinco salarios mínimos
legales vigentes.
24.19 Autorización especial de importación, producción, venta de híbridos o nuevas especies
mediante el uso de recursos genéticos.- Diez salarios mínimos legales vigentes.
24.20 Permiso para introducción de material animal o vegetal o cualquier agente
potencialmente peligroso.- Diez salarios mínimos legales vigentes.
24.21 Organización de asociaciones de usuarios para la defensa ambiental.-
Diez salarios mínimos legales vigentes.
24.22 Conceptos relacionados con el medio ambiente para actividades relacionadas con
construcción de vías, urbanizaciones, fábricas y demás actividades relacionadas con éste.-Diez
salarios mínimos legales vigentes
TARIFA PARCIAL
ACUMULADO
25.2 Los honorarios de los abogados se determinaran teniendo en cuenta los fijados en la
presente reglamentación disminuidos en un 50% si el arreglo conciliatorio se efectúa en una
sola audiencia, pero si es necesario aplazar las audiencias porcada audiencia aplazada se
aumentará el 10% del honorario inicial.
25.3 TARIFA DE HONORARIOS DE LOS ARBITROS. Se fija en forma gradual y
acumulativa, tomando como base el valor de la cuantía de las diferencias objeto del conflicto y
para su validez debe ser aprobada por el Ministerio de Justicia y del Derecho.
TARIFA PARCIAL
ACUMULADO
$ 500.000 la suma de $ 25.000 $ 25.000
$ 500.001 a $ 1.000.000 el 5.0 % $ 25.000
$ 50.000
$ 1.000.001 a $ 5.000.000 el 4.5 % $ 180.000
$ 230.000
$ 5.000.001 a $ 10.000.000 el .0 % $ 200.000
$ 430.000
$ 10.000.001 a $ 20.000.000 el 3.0 % $ 300.000
$ 730.000
$ 20.000.001 a $ 50.000.000 el 2.0 % $ 600.000
$1.330.000
$ 50.000.001 a $100.000.000 el 1.25 % $ 625.000
$1.955.000
$100.000.001 a $300.000.000 el 0.70% $1.500.000
$3.455.000
$300.000.001 en adelante el 0.5 %
25.4 El valor de los honorarios de los conciliadores serán pagados por ambas partes o por el
peticionario, si así lo acuerdan las partes, para definir la totalidad de los honorarios de
conciliadores o árbitros se acumularán para saber el total respectivo. Las anteriores tarifas se
actualizarán anualmente teniendo en cuenta el incremento de precios al consumidor.
25.5 Para fijar los honorarios de los abogados que representen a las partes, si es el caso, se
tendrá en cuenta los fijados por la presente resolución.
25.6 Los árbitros fijaran sus propios honorarios y los del secretario del Tribunal, los de éste no
pueden ser superiores a150% del honorario de cada árbitro.
25.7 Para determinar los gastos de administración de los centros de conciliación y arbitraje se
tendrán en cuenta en cuanto hace relación a la conciliación, los fijados por el decreto 24 del11
de enero de año 2002 y para arbitramiento los fijados por el decreto 1771 del 27 de mayo de
año 1992.
A. CONCILIACIÓN
TARIFA PARCIAL
ACUMULADO
$1.000.000 o menos la suma de $ 40.000 $ 40.000
Entre $ 1.000.001 y $ 5.000.000 el 0.4% $ 16.000
$ 56.000
Entre $ 5.000.001 y $15.000.000 el 0.2% $ 20.000
$ 76.000
Entre $15.000.001 y $ 25.000.000 el 0.18% $ 18.000
$ 94.000
Entre $ 25.000.001 y $ 35.000.000 el 0.16% $ 16.000
$110.000
Entre $ 35.000.001 y $ 45.000.000 el 0.14% $ 14.000
$124.000
Entre $ 45.000.001 y $ 55.000.000 el 0.12% $ 12.000
$136.000
Entre $ 55.000.001 y $ 65.000.000 el 0.1% $ 10.000
$146.000
Entre $ 65.000.001 y $ 75.000.000 el 0.08% $ 8.000
$154.000
Entre $ 75.000.001 y $ 85.000.000 el 0.06% $ 6.000
$160.000
Entre $ 85.000.001 y $100.000.000 el 0.04% $ 6.000
$166.000
De $100.000.001 en adelante el 0.02% *
* Sin exceder de 10 salarios mínimos legales mensuales vigentes.
B. TRIBUNALES DEARBITRAMENTO.
26. TUTELA
27.1 Individuales para protección de los derechos e intereses colectivos.- Tres salarios mínimos
legales vigentes.
27.2 Acciones de grupo interpuesta por un número plural o conjunto de personas.- Cinco
salarios como mínimo.
NOTA 1.- Si la sentencia de primera instancia es apelada el honorario corresponderá al 50%
del fijado para la primera instancia
NOTA 2.- El apoderado del demandante determinará mediante contrato escrito con su cliente
lo referente a los incentivos establecidos por los artículos 39 y 40 de la ley 472 de 1998.174
27.3 Derecho de Petición.- En interés general.- Siete salarios mínimos legales vigentes. En
interés particular.- Tres salarios mínimos legales vigentes. Para solicitar información o pedir
documentos.- Dos salarios mínimos legales vigentes.
174 En el año 2010, por medio de la Ley 1425, se derogaron los artículos 39 y 40 de la ley 472 de 1998.
ARTÍCULO 5°,- En caso de que en las presentes tarifas de honorarios profesionales no exista
fijación de éstos para intervenir en un proceso o negocio específico, se debe tener en cuenta la
analogía y por lo tanto, se aplicarán la tarifa establecida para procesos o negocios que tengan
características similares,
ARTÍCULO 6°,- Los honorarios en representación del demandado se fijarán teniendo en
cuenta un valor de150% de los honorarios fijados para la actuación del apoderado de la parte
actora, Pero si se presentan excepciones previas, perentorias e incidentes se aumentarán en un
10% los honorarios,
ARTÍCULO 7°,- Los honorarios establecidos en la presente resolución rigen para todo el
territorio nacional y reforma la tarifa de honorarios aprobada por la resolución 01 de 25 de
julio del año 2000, proferida por el Representante Legal de la Corporación Colegio Nacional
de Abogados CONALBOS.
ARTÍCULO 8°.- A petición de los jueces, magistrados o particulares el Representante Legal de
la Corporación Colegio Nacional de Abogados CONALBOS queda autorizado para emitir
conceptos y resolver consultas relacionadas con la aplicación de las presentes tarifas,
ARTÍCULO 9°.-Queda Prohibido la reproducción total o parcial de las presentes tarifas sin la
autorización previa de la Corporación Colegio Nacional de Abogados CONALBOS,
Según la doctrina, la potestad sancionatoria del Estado comprende varias modalidades, como
las reguladas por los Derechos Disciplinario, Penal y Contravencional; dichas modalidades
tienen elementos comunes y elementos específicos o particulares. Sin embargo, una
multiplicidad de regímenes especiales existía antes de la expedición del Código Disciplinario
Único, estatuto que desde el punto de vista teleológico busca hacer equitativo y eficiente el
juzgamiento de la conducta de quienes ejercen funciones públicas y más inequívocas en la
aplicación del derecho disciplinario en el control de esta índole tanto interno como externo175.
“La Carta Política de 1991 establece que los funcionarios públicos son responsables por infringir la
Constitución y las leyes y por omisión o extralimitación en el ejercicio de sus funciones. El
establecimiento de un régimen disciplinario corresponde al desarrollo del principio de legalidad propio
de un Estado de derecho en el que las autoridades deben respeto y observancia al ordenamiento jurídico
y responden por las acciones con las que infrinjan las normas o por las omisiones al debido desempeño
de sus obligaciones.
“El Código Disciplinario Único comprende el conjunto de normas sustanciales y procesales, con las
que el legislador pretende asegurar la obediencia, la disciplina, la eficiencia y el adecuado
comportamiento de los servidores públicos en el ejercicio de sus cargos. El CDU define las conductas
que se consideran faltas disciplinarias, las sanciones en las que se puede incurrir y el proceso que debe
seguirse para establecer la responsabilidad disciplinaria. (...)”.176
**Abogada especializada en Bioética; en Gestión para el Desarrollo Humano en la Organización y, en Seguridad Social (a
distancia); Diplomada en P.N.L.; en Gerencia de Gestión Humana; en Bioética y, en Fundamentación Internacional de los
Derechos Humanos, todos por la Universidad de La Sabana. En 2004, recibió en Roma, Italia, el título Honoris Causa de
Master of Science in Jurisprudence with a major in Labour Law, concedido por el Rector de la A.S.A.M. University. Es
Profesora de cátedra en la Universidad de La Sabana de la asignatura Fundamentos Jurídicos para la Gerencia en la
Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas EICEA. Obtuvo en la Universidad de La Sabana el
segundo lugar del Concurso de Investigación Jurídica y Socio Jurídica “Octavio Arizmendi Posada”, con su trabajo de
grado “Lecciones de Derecho Notarial”.
175 CUBIDES ROMERO, Manuel, “Derecho Notarial Colombiano”, Ed. Universidad Externado de Colombia, Santa Fe
de Bogotá 1992.
176 Corte Constitucional, Sentencia C-712 de 2001.
“a) Las conductas -hechos positivos o negativos- que pueden configurar falta juzgable
disciplinariamente. Es así, como la violación de los deberes, de las prohibiciones o de las inhabilidades
o incompatibilidades, a que están sujetos los funcionarios y empleados públicos, es considerado por el
respectivo estatuto disciplinario como falta disciplinaria.
“b) Las sanciones en que pueden incurrir los sujetos disciplinados, según la naturaleza de la falta, las
circunstancias bajo las cuales ocurrió su comisión y los antecedentes relativos al comportamiento
laboral.
“c) El proceso disciplinario, esto es, el conjunto de normas sustanciales y procesales que aseguran la
garantía constitucional del debido proceso y regulan el procedimiento a través del cual se deduce la
correspondiente responsabilidad disciplinaria.”177
Estando de acuerdo con su finalidad, el artículo 24 de la Ley 734 de 2002, al señalar los
destinatarios de la Ley disciplinaria incluyo en primer lugar los miembros de las corporaciones
públicas y a los empleados y trabajadores del Estado y de sus entidades descentralizadas
territorialmente y por servicios, esto es, a los denominados en la Constitución Política de 1991
en su Artículo 123 como servidores públicos. Para los mismos efectos incorporó, entre otros, a
los miembros de la fuerza pública y a los particulares que de forma transitoria o permanente
ejerzan funciones públicas.178
Tomando en cuenta la doctrina sobre el tema, la Procuraduría General de la Nación opina que
tanto los servidores públicos como los particulares que ejerzan funciones públicas son sujetos
disciplinares, sin que con ello pueda sostenerse que se les aplica indistintamente el mismo
régimen disciplinario.
Entonces se concluiría que a los servidores públicos se les aplica en su integridad el Código
Disciplinario Único, a los notarios lo previsto en el artículo 58 del mencionado Código y a los
particulares que desempeñen funciones públicas las normas especiales que los regulan desde el
artículo 52 y a los funcionarios de la Rama Judicial lo previsto a partir del artículo 194 de la
citada codificación.
El particular que precisamente no se encuentre en la condición de servidor público, toda vez que no haya
establecido un vínculo de dependencia o subordinación frente al Estado en cualquiera de los cargos, organismos,
entidades o corporaciones que hacen parte de la estructura, ni perciben de él asignación o salario, está
en principio exento del régimen disciplinario estatal y su responsabilidad ante las autoridades
únicamente puede surgir de las transgresiones e que incurra en relación con los preceptos constitucionales y legales,
tal como lo pregonar el Artículo 6 de la Carta Política (....)
De allí resulta que, sin desconocer la libertad de las personas en su iniciativa y en sus necesidades económicas y
laborales, la Constitución haya previsto formas de vinculación de los particulares a la gestión de intereses y
asuntos públicos sin que en virtud de ella pierda su condición privada.
Así lo contempla entre otras normas, los artículos 2, 116, 123, 131,221, 246, 267,277, 318, 340 (cfr. Sala
Plena sentencia C-015 del 23 de enero de 1996) y 365 de Constitución, que autoriza el ejercicio de personas
particulares, en ciertas situaciones y previos determinados requisitos que la propia Carta por las leyes establece,
o que les permite participar en acciones de gestión de esa misma índole.
Desde luego, de tal ejercicio de funciones públicas no puede estar despojado de los necesarios controles ni hallarse
exento de las responsabilidades que en si misma implica.
En los señalados eventos, el funcionamiento de la responsabilidad del particular es material y la aplicación del
régimen disciplinario objetiva, ya que ni una ni otra atienden al estado o condición de quien actúa, sino a la
función pública que le ha sido encomendada y al interés también público que a ella es inherente.
Con arreglo al principio de legalidad que surge claramente para los particulares del artículo 6 de la Constitución
y según el postulado del debido proceso, cuya vigencia estricta en los procesos disciplinarios haya proclamado la
doctrina constitucional, la incorporación de los particulares que ejercen funciones públicas como sujetos posibles
del poder disciplinario no representa, ni podrá representar, so pena de flagrante oposición a los mandos
superiores, una norma abierta que de modo automático exponga a quien se halle en tal hipótesis al escrutinio
arbitrario de su actividad por parte de los organismos que ejercen el control disciplinario y a la expectativa de
posibles procesos y sanciones ajenas a las reglas legales predeterminadas o al derecho de defensa.
Corresponde entonces al legislador, establecer este régimen, consagrar las faltas que puedan imputarse a las
personas en dicha situación, estatuir las reglas procesales aplicables y las pertinentes sanciones sin que pueda
entenderse que se les traslada en bloque al régimen consagrado para los servidores públicos".
Según la misma Corte Constitucional, aunque los particulares que ejercen funciones públicas
son sujetos de la acción disciplinaria, el régimen aplicable para ellos en esta materia no es la Ley
734 de 2002, así como aquel que establezca el legislador, en el cual se consagren las faltas
imputables a estos particulares, las reglas procesales y las sanciones pertinentes, lo cual será
tratado a continuación:
Esta clase de principios que marcan la directriz para el desarrollo y cumplimiento del régimen
disciplinario son básicamente de origen jurisprudencial y doctrinal que han encontrado
Precisamente la Ley 734 de 2002 acoge dentro de su normatividad algunos principios rectores
del régimen disciplinario que pese a los que se determinó anteriormente en cuanto a su
aplicación en el régimen notarial ha sido acogido en este punto con gran amplitud por el
derecho administrativo-disciplinario, y dentro de los cuales quisiéramos resaltar:
c. Contradicción: Los actos administrativos, diferentes a los de simple trámite, que sean
expedidos en el procedimiento disciplinario son por esencia públicos y contra ellos se puede
interponer recursos en vía gubernativa.180
d. Cosa Juzgada: Ningún notario podrá ser investigado más de una vez por una misma
acción u omisión constitutiva de falta disciplinaria, aun cuando a ésta se le dé una
denominación diferente.
j. Gratuidad: Ninguna actuación causara erogación, salvo las copias que solicite el disciplinado
o su apoderado.
l. Legalidad: el Notario solo será sancionado disciplinariamente cuando por acción u omisión
de funciones incurra en las faltas establecidas en la ley.
n. Resolución de la Duda: cualquier duda que se presente y que no pueda ser desvirtuada, se
entenderá favorable, si las circunstancias así lo demuestran, al disciplinado.
2. Faltas disciplinarias:
Hasta el año 2002, cuando fue aprobada la Ley 734, el régimen disciplinario que se aplicaba a
los guardianes de la fe pública, era el contenido dentro del Estatuto del Notariado, el que con
ocasión de la aparición de la Ley 588 de 2000 debía observar estrictamente los principios
rectores de la Ley 190 de 1995.
Sin embargo, tener por un lado disposiciones sustantivas y en otras disposiciones las normas
procesales, hizo que los procesos disciplinarios en contra de los notarios tuvieran varias
dificultades en su desarrollo y, al expedirse la Ley 734 y dedicarse un capítulo específico al
régimen disciplinario notarial, se incorporaron no sólo los tipos disciplinarios más comunes,
sino también un régimen de deberes, sanciones y prohibiciones para estos funcionarios, que ya
están más armonizados con la propia Constitución Política, ya que el artículo 224 de la Ley 734
derogó los regímenes vigentes, razón por la cual, las faltas disciplinarias que se encontraban
tipificadas en el artículo 198 del Estatuto Notarial, Decreto-Ley 960 de 1970, como se incluyen
a continuación, están derogadas, aunque sirven de punto de referencia para analizar los
comportamientos que regían la actuación notarial, ya que unas de ellas se encuentran
subsumidas en la Ley 734 de 2002:
Art. 198.- Son conductas del notario, que atentan a la majestad, dignidad y eficacia del
servicio notarial, y que acarrean sanción disciplinaria.
1) Inexequible. Nota Jurisprudencial. Este numeral fue declarado inexequible por la Corte
Constitucional en sentencia C 373 de 2002. El texto original de este numeral era el siguiente: “La
embriaguez habitual, la práctica de juegos prohibidos, el uso de estupefacientes, el amancebamiento, la
3) Solicitar, recibir, ofrecer dádivas, agasajos, préstamos, regalos y cualquier clase de lucros, directa o
indirectamente, en razón de su cargo o con ocasión de sus funciones.
6) Inexequible. Nota Jurisprudencial. Este numeral fue declarado inexequible por la Corte
Constitucional en sentencia C 373 de 2002. El texto original de este numeral era el siguiente:
“Ejercer directa o indirectamente actividades incompatibles con el decoro del cargo o que en
alguna forma atenten contra su dignidad”.
10) La afirmación maliciosa de hechos o circunstancias inexactas dentro del ejercicio de sus
funciones.
11) El aprovechamiento personal o en favor de terceros de dineros o efectos negociables que reciba
para el pago de impuestos o en depósito.
12) El cobro de derechos mayores o menores que los autorizados en el arancel vigente.
13) La renuencia a cumplir las orientaciones que la vigilancia notarial imparta dentro
del ámbito de sus atribuciones, en lo relacionado con la prestación del servicio.
Por su parte, el Decreto 2148 de 1983, también fijaba ciertas faltas para las actuaciones
irregulares cometidas por los Notarios y sobre la calificación de las faltas y sus sanciones, en
los siguientes términos:
ARTÍCULO 125. —El notario ejercerá su función con la cumplida dignidad de quien sirve un
encargo público. En consecuencia, responderá de todas las conductas que atentan contra el cumplimiento
de la función y la calidad del servicio.
ARTÍCULO 126. —No podrá el notario ofrecer sus servicios, cobrar derechos mayores ni menores
de los autorizados en el arancel vigente, hacer cualquier clase de propaganda o dar incentivos a los
usuarios distintos del cumplido desempeño de sus funciones.
En ningún caso, se podrá insertar propaganda de índole comercial en las carátulas de las escrituras.
ARTÍCULO 127.—Para efectos del artículo 198, ordinal 8º, del Decreto-Ley 0960 de 1970,
entiéndese por requisito sustancial aquel cuya omisión acarrea nulidad, invalidez o ineficacia del acto o
afecta en materia grave el ejercicio de la función notarial.
ARTÍCULO 128. —Constituye falta disciplinaria del notario cerrar la oficina sin motivo legal o
fuerza mayor, según lo previsto en el artículo 198 del Decreto-Ley 0960 de 1970.
ARTÍCULO 129. —Se considera renuencia a cumplir las orientaciones de la vigilancia notarial el
hecho de que el notario desatienda las instrucciones, circulares y resoluciones emitidas por la
Superintendencia de Notariado y Registro, dentro de su ámbito legal.
ARTÍCULO 130. —Para efectos de la sanción, la calificación de las faltas en leves, graves y muy
graves de conformidad con los artículos 201, 202 y 203 del Decreto-Ley 0960 de 1970, se hará
teniendo en cuenta la naturaleza de la trasgresión, el grado de participación del notario sus antecedentes
en el servicio y en materia disciplinaria y las circunstancias agravantes atenuantes de la
responsabilidad.
En la aplicación de las sanciones no se seguirá necesariamente un orden gradual.
ARTÍCULO 131. —No habrá lugar a responsabilidad cuando no se establezca plenamente que el
notario participó personalmente, por acción u omisión, en la falta cometida por un empleado suyo o por
un tercero.
los requisitos que la ley establece. El Decreto 2158 de 1992, así como el artículo 210 del
Decreto 1970, prevé que la vigilancia notarial tiene por objeto velar porque el servicio se preste
oportuna y eficazmente, y conlleva el examen de la conducta de los notarios y el cuidado del
debido desempeño de sus deberes con honestidad, rectitud e imparcialidad correspondientes a
la naturaleza de su ministerio.182 Luego, el Decreto 2148 de 1983 en su artículo 132 dispuso
que la vigilancia notarial se ejerce principalmente por medio de visitas generales o especiales.
De cada visita se levantará un acta de lo observado, suscrita por el visitador y el notario.
Cuando éste se niegue a firmarla el visitador dejará la respectiva constancia en el acta y la
firmará con un testigo del hecho de la negativa.
En el acta de visita general se dejará constancia detallada de los hechos que permitan establecer
la forma como el notario cumple cada una de sus funciones y obligaciones y en la de visita
especial la relación precisa de los hechos objeto de ella.
El notario podrá dejar las constancias que estime pertinentes y al acta se acompañarán los
documentos que se consideren necesarios para la mejor comprensión de los hechos relatados,
agregando el siguiente procedimiento en relación con las faltas:
ARTÍCULO 133. —Concluida la visita y firmada el acta, ésta y los documentos allegados serán
estudiados por la vigilancia notarial. Si no se deducen irregularidades se le informará al notario. Si las
irregularidades pueden constituir falta se elaborará un pliego de cargos del cual se dará traslado al
notario visitado. Si no tienen ese carácter se le amonestará de plano, si fuere del caso.
ARTÍCULO 134. —El pliego de cargos contendrá una relación precisa de los hechos que se
imputen al notario y de las disposiciones presuntamente violadas.
En el mismo escrito se le señalarán sus derechos y el término para hacer uso de ellos.
ARTÍCULO 135.—El pliego de cargos se notificará personalmente para que dentro del término de
ocho días el notario presente los correspondientes descargos, y solicite y aporte pruebas para lo cual tiene
un término adicional de ocho días.
Los anteriores términos se cuentan a partir de la notificación del pliego de cargos.
ARTÍCULO 136. —La Superintendencia de Notariado y Registro podrá comisionar al juez lugar
correspondiente para que notifique y entregue el pliego de cargos al notario.
ARTÍCULO 137. —Si hechas las diligencias para la notificación personal, el notificador informare
que no fue posible realizarla, se procederá a emplazamiento mediante edicto que permanecerá fijado en
la secretaría general de la Superintendencia de Notariado y Registro por el término de diez (10) días,
vencido el cual se entiende surtida la notificación personal y se le designará un curador ad litem.
ARTÍCULO 138. —Las pruebas allegadas al proceso reunirán las formalidades legales exigidas y
serán apreciadas conforme a las reglas de la sana crítica.
ARTÍCULO 139. —En cualquier estado del proceso disciplinario se podrán decretar pruebas de
oficio en orden al esclarecimiento de los hechos objeto de investigación y de ello se pondrá en conocimiento
al notario para que las controvierta en el término de ocho días. Este auto no es susceptible de recurso
alguno.
ARTÍCULO 140. —La providencia contendrá el resumen de los hechos, el análisis de las pruebas
practicadas y los fundamentos jurídicos de la respectiva decisión. En la parte resolutiva se absolverá o se
impondrá la sanción disciplinaria que corresponda, se notificará por edicto que permanecerá fijado
durante cinco (5) días en la secretaría general de la Superintendencia de Notariado y Registro y se dará
aplicación a lo dispuesto en el inciso 2º del artículo 214 del Decreto-Ley 960 de 1970. Su ejecutoria
será de diez (10) días contados a partir de la desfijación del edicto.
ARTÍCULO 141. —Contra la resolución sancionadora proceden los recursos de reposición ante el
director de vigilancia y el de apelación, directa o subsidiariamente, para ante el Superintendente de
Notariado y Registro. Los recursos deberán interponerse dentro del término de ejecutoria de la
providencia sancionadora y se concederán en el efecto suspensivo.
Copias de las providencias se remitirán al consejo superior de la administración de justicia y al colegio
de notarios de Colombia.
Como anteriormente se anotó, las visitas de la Superintendencia pueden ser de carácter general
o de carácter especial según el caso; de la realización de la visita se debe dejar constancia en el
acta correspondiente de las irregularidades, deficiencias, cargos y de los aspectos positivos
destacados, adjuntando copia de los documentos que sirvan de sustento a tales aseveraciones.
La Superintendencia de Notariado y Registro deberá realizar el análisis correspondiente para
determinar si el Notario está o no incurriendo en alguna de las faltas contempladas en el
Estatuto Notarial; si se encuentra alguna falta, deberá elaborar el correspondiente pliego de
cargos el cual contendrá una relación precisa de los hechos que se le imputen al notario y de las
disposiciones presuntamente violadas183, señalando sus derechos y el término que tiene el
funcionario para presentar sus descargos, el cual es de ocho (8) días; también hará constancia
del término que tiene para presentar las pruebas del caso, el cual será de ocho (8) días
adicionales. Del correspondiente pliego se dará traslado al notario mediante notificación
personal que se verificará según lo dispuesto en el Código Contencioso Administrativo 184, es
decir, por medio de la notificación por edicto, la cual procede solamente cuando no se ha
podido realizar la notificación personal, esto es, cuando la administración pública ha efectuado
todas las diligencias para hacer comparecer al interesado, en este caso al Notario.
La apreciación de las pruebas deberá hacerse en conjunto y de acuerdo con las reglas de la sana
crítica, es decir, que se le deja al juzgador la facultad de establecer cuando se encuentra
establecido o no un hecho, siguiendo al efecto las reglas de la experiencia y mediante un
raciocinio u operación lógica; la sana crítica no implica una total libertad para el juez, ya que
éste para tomar su decisión, debe acudir a las reglas de la experiencia y a la lógica, dando
razones de una y de otra en la parte motiva de la providencia. Estas reglas de la experiencia son
en sí totalmente variables puesto que en primer lugar, el juez es un ser humano y no una
máquina, y en segundo lugar, porque el proceso natural de la ciencia, se basa en principios que
son esencialmente contingentes, y mutables en el tiempo y en el espacio186 lo cual da como
resultado la subjetivización del hecho en la mente del juez.
"El juez deberá exponer siempre razonadamente el mérito que le asigne a cada prueba"187 lo cual va en
concordancia directa con lo determinado anteriormente sobre el principio de la sana crítica,
claro que esta clase de motivación que aquí se expone va ligada al conocimiento, por lo tanto,
cada justificación valorativa debe sustentarse en la ley o la jurisprudencia que al respecto se
haya sentado por los órganos judiciales competentes.
Por último debe tenerse muy en cuenta, que la acción disciplinaria en materia notarial prescribe
en cinco (5) años contados como bien lo anota el Estatuto Notarial, "desde el día en que se cometió
el último acto constitutivo de la falta". Si se inicia el respectivo proceso disciplinario que busque
reprender la conducta notarial, se interrumpe el término de la prescripción. Si la falta del
notario hace merecedora la iniciación de un proceso penal, se entiende que éste no suspende ni
afecta en ninguna forma la iniciación y el correspondiente trámite del proceso disciplinario
correspondiente; por otro lado tampoco interrumpe ni suspende la prescripción anteriormente
mencionada.
Consideramos que esta norma particular, que garantiza el debido proceso y la presunción de
buena fe y de inocencia del notario, no puede ser derogada por la Ley 734 de 2002.
Se han presentado infinidad de casos en los cuales el notario cree que por haber dejado o
renunciado a su cargo como notarios no proceden en su contra un proceso disciplinario por
faltas cometidas en el ejercicio de sus funciones en el desarrollo de la función pública del
notariado; pues bien, al respecto el Estatuto Notarial es muy preciso y hace anotar que la
sanción disciplinaria procede contra el autor de las mismas así este haya dejado de pertenecer a
la carrera notarial, esto porque la conducta "delictiva" o disciplinaria en ningún momento
puede quedar impune y menos cuando ésta función se está ejerciendo como una directa
representación del Estado, con el encargo de la guarda de la fe pública.
186AZULA CAMACHO, Jaime. Manual de Derecho Procesal - Teoría del Proceso. Editorial. Derecho y Ley, Bogotá
1979.
187 Estatuto Notarial art. 205.
El artículo 208 del Estatuto Notarial, dice: "El conocimiento de los asuntos disciplinarios corresponde a
la Vigilancia Notarial", disposición que como ya lo reseñamos, continúa vigente.
Por su parte, el artículo 59 de la Ley 734 de 2002 dice en cuanto al órgano competente:
ARTÍCULO 59. Órgano competente. El régimen especial para los notarios se aplica por la
Superintendencia de Notariado y Registro como órgano de control especial con todos sus requisitos y
consecuencias, sin perjuicio del poder preferente que podrá ejercer la Procuraduría General de la
Nación.
Dicha función del órgano competente, se complementa con estos tres artículos del decreto 412
de 2007, que a la letra dicen lo siguiente:
Artículo 31. Inspección. La inspección se ejercerá teniendo como objetivo velar porque los servicios
públicos encomendados a los Notarios y los Registradores de Instrumentos Públicos se presten de manera
eficiente y eficaz. Esta se desarrollará por medio de visitas generales, especiales y de seguimiento sobre el
desempeño de los deberes de los sujetos vigilados.
La Superintendencia de Notariado y Registro instruirá a los sujetos vigilados sobre la manera como
deben cumplirse las disposiciones que regulan la actividad, fijando metodologías y criterios técnicos y
jurídicos que faciliten el cumplimiento de las normas. También emitirá las órdenes necesarias para
suspender de manera inmediata las prácticas ilegales disponiendo la adopción de medidas correctivas y de
saneamiento.
En el Decreto 1659 de 1978 y en él, sin personificar su ejercicio, se consagraba en general a "la
Superintendencia", el ejercer la facultad de vigilancia y control sobre las actuaciones notariales
y, en cuanto a las resoluciones que imponen sanciones, se establecía que el sancionado podía
a. Programar y ejecutar las visitas de inspección con el único fin de verificar el estricto
cumplimiento de las normas legales que rigen la actividad del Notario.
Existen dos clases de visitas en la vigilancia notarial: General y Especial: la primera de ellas
debe realizarse por lo menos una vez al año y tiene por finalidad establecer el cumplimiento
asistencial del notario a su despacho y otras cosas como la localización de la notaria, el estado
de sus instalaciones, así como revisar y comprobar el orden, la actualidad, exactitud y
presentación de los libros y archivos. La segunda clase de visitas es la especial, la cual solo se
practicara por orden estricta de la Superintendencia del Notariado y Registro, con el fin de
investigar y comprobar las irregularidades de que se tenga noticia, o para verificar hechos o
circunstancias que le interesen dentro de sus funciones legales.
Es importante anotar, puesto que el Estatuto Notarial así lo exige, levantar un acta contentiva
de las respectivas conclusiones, dejando constancia de las irregularidades encontradas,
deficiencias y cargos resultantes, así como de los aspectos positivos encontrados que merezcan
ser destacados; dicha acta debe estar firmada por quien practico la visita y por el notario
visitado.189
b. Ejercer la correspondiente vigilancia, inspección y control del servicio público del notariado.
c. Verificar el cumplimiento por parte de los Notarios de las distintas disposiciones legales y
reglamentarias relativas a la prestación del servicio y el debido cumplimiento de las normas que
regulan las diferentes relaciones laborales que sostiene con sus empleados.
d. Investigar las quejas y reclamos que sobre aspectos administrativos, financieros y jurídicos
formulen los usuarios en relación con el servicio del notariado.
notarios –no así para los funcionarios de las notarías que se someten al Código Sustantivo del
Trabajo- y desarrolla sus funciones al tenor del decreto 412 de 2007, que modificó el decreto
302 de 2004, el cual en su artículo 17 fijaba dichas funciones, hoy previstas en el artículo 24 del
decreto 412 de 2007:
La vigilancia notarial, según el artículo 210 del Estatuto del Notariado, "tiene por objeto velar
porque el servicio notarial se preste oportuna y eficazmente, y conlleva el examen de la conducta de los Notarios
y el cuidado del cumplido desempeño de sus deberes con la honestidad, rectitud e imparcialidad correspondientes a
la naturaleza de su ministerio".
El Notario está investido por el Estado de un poder público que lo habilita para autorizar,
autenticar y dar buena fe de los casos o actos que se ponen en su conocimiento y que
expresamente están señalados por la ley. Es claro que con base en estas funciones se este
protegiendo el interese público, por lo tanto resulta lógico que el Estado esté en constante
vigilancia de la prestación del servicio notarial, pues con ello se está logrando que el interés
general se atienda de la debida forma que su propia naturaleza lo requiere y en conformidad
con la legislación existente al respecto
Dentro de toda la historia del Derecho Notarial colombiano se han dado menciones en
ocasiones importantes de la Vigilancia Notarial, por ejemplo en el primer Estatuto Notarial que
data del año de 1852 se hace una incipiente e imprecisa mención al respecto en sus artículos 52
y 53, respectivamente, que decían así:
"Artículo 52: Los jefes políticos harán a las Notarías de su cantón dos visitas ordinarias en el año:
una en los primeros quince días del mes de enero, y las otra en los últimos quince días del mes de julio.
Además, podrán visitarlas extraordinariamente en las épocas en que lo tengan a bien.
Por último, el gobernador de la provincia, cuando haga la visita de ella, deberá extenderla a estas
oficinas, sin perjuicio de visitarlas en cualquiera otra época que lo crea conveniente."
"Artículo 53: La visita se contraerá a examinar los libros y demás papeles del archivo; incluso el
inventario de los años anteriores, el orden, aseo y seguridad de toda la oficina, a observar el método
que usa el notario en el otorgamiento de los instrumentos, y, por ultimo a indicarle las reformas
y mejoras que puede hacer, y tomar las providencias conducentes en el caso de que se encuentre con
algunas fallas que haga responsable al empleado cuya oficina visita"
Con la expedición del Decreto Legislativo 1778 de 1954, la vigilancia notarial se encomendó al
Ministerio de Justicia, a través del ya extinto Departamento de Vigilancia de Notariado y
Registro, hasta que con base en las facultades conferidas al Gobierno Nacional por la Ley 19
de 1958, se creó la Superintendencia Nacional de Notariado y Registro, con el Decreto-Ley
3349 de 1959, encargándole además la vigilancia jurídica de las notarías.
Con base en las facultades extraordinarias concedidas al Jefe del Estado con la Ley 5 de 1977,
se expidió el Decreto-Ley 2695 de 1977, con el cual se suprimió para los notarios la garantía
personal de interponer recursos contra las providencias que llegasen a contener la imposición
de sanciones que podrían implicar graves daños para su reputación y honra, al igual que para su
estabilidad e intereses, vulnerándose en cierta medida el derecho de defensa y de la doble
instancia a estos funcionarios.
Dentro del ya mencionado Estatuto Notarial están plenamente contempladas las sanciones
pertinentes a cada una de las faltas en las que un Notario puede incurrir. Al respecto, los
artículos 199 al 208 del Estatuto Notarial desarrollaron, o mejor, normatizaron las sanciones
que impondrá el órgano competente al funcionario que transgrediere el orden de la institución,
esto sin perjuicio de las correspondientes sanciones penales, civiles o administrativas a las que
haya lugar por la comisión del hecho sancionable.
Sin embargo, el artículo 60 de la Ley 734 de 2002 se refiere a las faltas graves de los notarios, el
61 a las faltas gravísimas y el 62 a los deberes y prohibiciones al tenor que continúa:
ARTÍCULO 60. Faltas de los notarios. Constituye falta disciplinaria grave y por lo tanto da
lugar a la acción e imposición de la sanción correspondiente, el incumplimiento de los deberes, el abuso o
extralimitación de los derechos y funciones.
Las faltas gravísimas de los notarios, se equiparan a las que el estatuto Notarial mencionaba
como “muy graves” y, “son taxativas, es decir la misma ley señala los comportamientos del Notario que son
considerados como falta gravísima, dejando en manos del investigador solamente la posibilidad de determinar
cuando la falta es grave o leve, pero sujetándolo a unos amplios criterios, para poder establecerlo.”190
En el Estatuto Notarial no se especifica con claridad cuáles fallas han de considerarse como
leves, graves o muy graves, por lo que hay que detenerse en el análisis subjetivo de las mismas
para determinar a qué grado pertenecen para así poder imponer la sanción justa.
A fin de graduar la sanción, el artículo 204 del Estatuto del Notariado, dice que ha de tenerse
en cuenta la naturaleza de la falta, el grado de participación del Notario, sus antecedentes en el
servicio y su conducta disciplinaria, con lo cual se está haciendo uso de la discrecionalidad de
juicio, es decir, que se está realizando un análisis subjetivo de las circunstancias que rodean el
hecho merecedor de sanción. Hay que tener en cuenta que una misma falta puede ser
merecedora de mayor o menor sanción según los datos encontrados, tales como la condición
personal del transgresor, su grado de cultura y su responsabilidad en el hecho.
ARTÍCULO 61. Faltas gravísimas de los notarios. Constituyen faltas imputables a los
notarios, además de las contempladas en el artículo 48 en que puedan incurrir en el ejercicio de su
función:
1. Incumplir las obligaciones para con la Superintendencia de Notariado y Registro, Fondo Cuenta
Especial de Notariado, la Administración de Impuestos Nacionales, las demás de carácter oficial y las
Entidades de Seguridad o Previsión Social.
2. Ejercer la función por fuera del círculo notarial correspondiente o permitir que se rompa la unidad
operativa de la función notarial, estableciendo sitios de trabajo en oficinas de usuarios y lugares
diferentes de la notaría.
3. Dar uso indebido o aprovecharse en su favor o en el de terceros de dineros, bienes o efectos negociables
que reciban de los usuarios del servicio, en depósito o para pagos con destinación específica.
5. Celebrar convenios o contratos con los usuarios o realizar conductas tendientes a establecer privilegios
y preferencias ilegales en la prestación del servicio. Son preferencias ilegales, la omisión o inclusión
defectuosa de los anexos ordenados por ley, según la naturaleza de cada contrato y el no dejar las
constancias de ley cuando el acto o contrato contiene una causal de posible nulidad relativa o ineficacia.
PARÁGRAFO. Las faltas gravísimas, sólo son sancionables a título de dolo o culpa.
ARTÍCULO 62. Deberes y prohibiciones. Son deberes y prohibiciones de los notarios, los siguientes:
1. Les está prohibido a los notarios, emplear e insertar propaganda de índole comercial en documentos
de la esencia de la función notarial o utilizar incentivos de cualquier orden para estimular al público a
demandar sus servicios, generando competencia desleal.
190 MORENO CRUZ, Carlos Alfredo. Guía Jurisprudencial Disciplinaria, Bogotá, D.C., 2005, p. 210.
2. Es deber de los notarios, someter a reparto las minutas de las escrituras públicas correspondientes a
los actos en los cuales intervengan todos los organismos administrativos del sector central y del sector
descentralizado territorial y por servicios para los efectos contemplados en el literal g) del artículo 38 de
la Ley 489 de 1998, cuando en el círculo de que se trate exista más de una notaría.
ARTÍCULO 63. Sanciones. Los notarios estarán sometidos al siguiente régimen de sanciones:
1. Destitución para el caso de faltas gravísimas realizadas con dolo o culpa gravísima.
2. Suspensión en el ejercicio del cargo para las faltas graves realizadas con dolo o culpa y las gravísimas
diferentes a las anteriores.
En cuanto al límite de las sanciones y los criterios de graduación de la falta y de la sanción, los
artículos 64 y 65 de la Ley 734 dicen lo siguiente:
ARTÍCULO 64. Límite de las sanciones. La multa es una sanción de carácter pecuniario la
cual no podrá ser inferior al valor de diez, ni superior al de 180 días de salario básico mensual
establecido por el Gobierno Nacional.
La suspensión no será inferior a treinta días, ni superior a doce meses.
En relación con los criterios que se establecen en los anteriores dos artículos, la Corte
Constitucional, en sentencia C- 124 de 2003, señaló:
“Ahora bien, teniendo en cuenta que como mediante la ley disciplinaria se pretende la buena marcha de
la administración pública asegurando que los servidores del Estado cumplan fielmente con sus deberes
oficiales, para lo cual se tipifican las conductas constitutivas de falta disciplinaria en tipos abiertos que
suponen un amplio margen de valoración y apreciación en cabeza del fallador, el legislador en ejercicio
de su facultad de configuración también ha adoptado un sistema amplio y genérico de incriminación que
ha sido denominado “numerus apertus”, en virtud del cual no se señalan específicamente cuáles
comportamientos requieren para su tipificación ser cometidos con culpa -como sí lo hace la ley penal-,
de modo que en principio a toda modalidad dolosa de una falta disciplinaria le corresponderá una de
carácter culposo, salvo que sea imposible admitir que el hecho se cometió culposamente como cuando en
el tipo se utilizan expresiones tales como “a sabiendas”, “de mala fe”, “con la intención de” etc. Por
tal razón, el sistema de numerus apertus supone igualmente que el fallador es quien debe establecer
cuáles tipos disciplinarios admiten la modalidad culposa partiendo de la estructura del tipo, del bien
tutelado o del significado de la prohibición.
“(...)
Por consiguiente, el investigador disciplinario dispone de un campo amplio para determinar si la conducta
investigada se subsume o no en los supuestos de hecho de los tipos legales correspondientes, y si fue cometida con
dolo o con culpa, es decir, en forma consciente y voluntaria o con violación de un deber de cuidado, lo mismo que
su mayor o menor grado de gravedad, con base en los criterios señalados en el Art. 43 de la misma ley, lo cual
obviamente no significa que aquel cree normas y que asuma por consiguiente el papel de legislador, ya que sólo
aplica, en el sentido propio del término, las creadas por este último con las mencionadas características.”
Quiere decir lo anterior, que los criterios para determinar la gravedad o levedad de la falta, que
incorpora el artículo 43 de la Ley 734 de 2002, son aplicables de modo general en el ámbito del
derecho disciplinario y, serán tenidos en cuenta dentro de los procesos que se adelanten a los
notarios.
Como ya se dijo, Estatuto Notarial incorpora unas sanciones para las faltas cometidas por los
notarios, que a nuestro juicio, son las aplicables como criterio subsidiario, siguiendo en todo
caso el camino procesal y procedimental que fija la Ley 734 de 2002:
Art. 199.- Independientemente de las sanciones penales a que hubiere lugar, a los notarios que
incurran en las faltas enumeradas en el capítulo precedente, se les aplicará según la gravedad de
la infracción, los antecedentes y lo dispuesto expresamente en la ley, una de estas sanciones:
1a.) Multa.
2a.) Suspensión.
3a.) Destitución.
Las antiguas sanciones aplicables a los notarios, eran las ya mencionadas, que se basan en la
siguiente explicación:
Multa192:
La sanción de este tipo constituye la obligación que adquiere el sancionado de pagar al Tesoro
Nacional una suma de dinero, la cual no podrá ser menor de trescientos pesos (300), ni mayor
de cinco mil (5.000) pesos. Esta clase de sanción sólo se impondrá a aquellos infractores que
incurran en faltas leves. Según la naturaleza de esta sanción (pecuniaria), podrá ser cobrada por
medios coactivos si el infractor se rehúsa a cancelarla voluntariamente.
Suspensión193:
La suspensión del ejercicio del cargo se impondrá hasta por seis (6) meses y está contemplada
para los infractores de faltas graves o reincidentes en faltas leves obviamente ya sancionadas.
Durante la suspensión en el ejercicio del cargo, se nombrará a un notario encargado que por
ningún motivo podrá ser impuesto por el notario sancionado bajo su responsabilidad, como
ocurre en las licencias voluntarias o por enfermedad. Los efectos que produce o que podría
producir la suspensión del cargo sería la exclusión de la carrera notarial cuando se sanciona por
primera vez y la exclusión necesaria que se impondrá cuando el infractor haya sido sancionado
por segunda vez de un mismo hecho o por otro cualquiera que amerite la sanción de
suspensión.
Destitución194:
La utilización de esta forma de escarmiento disciplinario producirá automáticamente la falta
absoluta del cargo, así como la pérdida de todos y cada una de las garantías que se fundan en
la buena conducta, como la estabilidad y los derechos ajenos a la carrera notarial. Su aplicación
está condicionada a la comisión de faltas consideradas graves o también por incidir
reiteradamente en faltas graves o leves según la gravedad y repetición de las mismas.
Art. 200.- Cuando la falta, a juicio de la autoridad competente para el proceso disciplinario,
no diere lugar a sanción, podrá aquella, de plano y por escrito, amonestar al infractor,
previniéndole que una nueva falta le acarreará sanción.
Art. 201.- La multa consiste en la obligación de pagar al tesoro nacional una suma no menor de
trescientos pesos ni mayor de cinco mil; se impondrá en caso de faltas leves, y se cobrará por
jurisdicción coactiva.
Art. 202.- La suspensión en el cargo hasta por seis meses, podrá imponerse frente a falta grave o a
reincidencia en las leves, puede aparejar la exclusión de la carrera en la primera vez, y
necesariamente la producirá al repetirse dicha sanción.
Art. 203.- La destitución se aplicará, como primera sanción, en caso de falta muy grave, y como
consecuencia de varias faltas de otro orden, según su gravedad y reiteración.
Art. 205.- Las pruebas serán apreciadas conforme a las reglas de la sana crítica.
Art. 206.- La acción disciplinaria prescribirá en cinco años, contados desde el día en que se
cometió el último acto constitutivo de la falta.
La iniciación del proceso interrumpe la prescripción.
La existencia de un proceso penal sobre los mismos hechos no da lugar a suspensión del trámite
disciplinario.
Art. 207.- La acción disciplinaria y las sanciones procederán aun cuando el notario haya hecho
dejación del cargo.
Cuando la suspensión o la destitución no pueda hacerse efectiva por pérdida anterior del cargo, se
anotarán en la hoja de vida del sancionado, para que surtan sus efectos como impedimento.
Las sanciones serán impuestas por el "Superintendente Delegado para el Notariado, mediante
acto administrativo motivado en el que relacionará los cargos que a su juicio no hayan sido
desvirtuados, indicará las disposiciones infringidas, expresando la razón de su quebranto e
impondrá las sanciones disciplinarias correspondientes",195 según la gravedad de los hechos,
los antecedentes del infractor y lo dispuesto en la ley y luego de ratificados, se incluirán en un
decreto presidencial o del gobernador, dependiendo la categoría del notario que sea
disciplinado y cuando hubiere lugar a la suspensión del funcionario.
En conclusión, el Estado colombiano ha investido a sus notarios del poder público para
autorizar, autenticar y, en general, dar fe pública de las actuaciones señaladas por la ley; esa
investidura se la ha concedido con miras a la prestación de un servicio a la comunidad, la cual
ha de retribuirle con un arancel por esa función; cumplidos determinados requisitos legales, el
Estado declara al notario escalafonado con las consecuencias de estabilidad propias de ese
fenómeno, de ahí que sea consecuencia lógica de ello, que el Estado tenga la titularidad de una
función de vigilancia para que el servicio notarial se preste en forma eficiente y recta, como
principio indiscutible de lo que ha de ser un buen notario, pero, cuando no existen
funcionarios a la altura del compromiso adquirido, se ha de ejercer sobre ellos la vigilancia del
caso, pero explicando que la vigilancia no es una instancia que conlleve un recurso contra la
actividad del notariado, sino que es el examen de la o las conductas del notario en cuanto a la
"prestación oportuna y eficaz del servicio con honestidad, rectitud e imparcialidad correspondiente a la
naturaleza del ministerio notarial", como lo cita el artículo 210 del Estatuto de Notariado.
Finalmente, Alfonso Barragán196 considera de la mayor importancia al tratar este tema, hacer
dos observaciones para precisar cómo ha de hacerse esa vigilancia:
"a. El principio de la autonomía (Art. 8, D.960) no puede sufrir mengua pues es de la esencia de la función
notarial.
195BUENAVENTURA, Aldo. Manual Práctico de Derecho Notarial. Fondo Nacional del Notariado, Medellín Colombia
1997.
196BARRAGÁN M., Alfonso. Apuntes de Derecho Notarial, Ediciones Rosaristas, Bogotá, 1977.
b. La vigilancia tiene por objeto velar por la oportuna y eficaz prestación del servicio y porque la conducta
del notario se ajuste a la ley (Art. 210, D.960). "
Sin embargo, en la Ley 734 de 2002, al crearse éste régimen especial, se busca reprimir
cualquier fisura en la integridad y unidad de vida de quiénes han de garantizar con su persona,
la fe pública dentro del Estado.
BIBLIOGRAFÍA:
AZULA CAMACHO, Jaime. Manual de Derecho Procesal - Teoría del Proceso. Editorial. Derecho y
Ley, Bogotá 1979.
BARRAGÁN M., Alfonso. Apuntes de Derecho Notarial, Ediciones Rosaristas, Bogotá, 1977.
BUENAVENTURA, Aldo. Manual Práctico de Derecho Notarial. Fondo Nacional del Notariado,
Medellín Colombia 1997.
Código Contencioso Administrativo.
Código de Procedimiento Civil.
Corte Constitucional, Sentencia C-155 de 2002.
Corte Constitucional, Sentencia C-286 de 1996.
Corte Constitucional, Sentencia C-341 de 1996.
Corte Constitucional, Sentencia C-712 de 2001.
CUBIDES ROMERO, Manuel, “Derecho Notarial Colombiano”, Ed. Universidad Externado de
Colombia, Santa Fe de Bogotá 1992.
Decreto 2148 de 1983.
Decreto 960 de 1970 - Estatuto Notarial.
Ley 200 de 1995.
Ley 588 de 2000.
Ley 734 de 2002.
MEJÍA OSMAN, Jaime. Régimen Disciplinario. Ediciones Doctrina y Ley, Bogotá, D.C., 2007.
MORENO CRUZ, Carlos Alfredo. Guía Jurisprudencial Disciplinaria, Bogotá, D.C., 2005.
Recordemos que para poder apreciar el régimen disciplinario, debemos analizar los primeros
32 artículos de la Ley 734 de 2002, que corresponden a los siguientes temas
197 SANDOVAL CUMBE, Helber Mauricio; CEBALLOS POSADA, Bertha Lucy y, LÓPEZ DAZA, Germán Alfonso.
El régimen disciplinario del abogado en Colombia. Editorial Universidad Cooperativa de Colombia, Seccional Neiva,
Neiva, 2007, p. 136.
Artículo 5°. Ilicitud sustancial. La falta será antijurídica cuando afecte el deber funcional sin
justificación alguna. Artículo declarado EXEQUIBLE por la Corte Constitucional
mediante Sentencia C-948 de 2002, por el cargo analizado.
Artículo 6°. Debido proceso. El sujeto disciplinable deberá ser investigado por funcionario
competente y con observancia formal y material de las normas que determinen la ritualidad del proceso,
en los términos de este código y de la ley que establezca la estructura y organización del Ministerio
Público.
Artículo 7°. Efecto general inmediato de las normas procesales. La ley que fije la jurisdicción y
competencia o determine lo concerniente a la sustanciación y ritualidad del proceso se aplicará desde el
momento en que entre a regir, salvo lo que la misma ley determine. Ver la Sentencia de la Corte
Constitucional C-181 de 2002 , Ver la Sentencia de la Corte Constitucional C-948 de 2002
Artículo 8°. Reconocimiento de la dignidad humana. Quien intervenga en la actuación disciplinaria
será tratado con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.
Artículo 9°. Presunción de inocencia. A quien se atribuya una falta disciplinaria se presume
inocente mientras no se declare su responsabilidad en fallo ejecutoriado. Durante la actuación toda
duda razonable se resolverá a favor del investigado cuando no haya modo de eliminarla.
Artículo 10. Gratuidad de la actuación disciplinaria. Ninguna actuación procesal causará erogación
a quien intervenga en el proceso, salvo el costo de las copias solicitadas por los sujetos procesales.
Artículo 11. Ejecutoriedad. El destinatario de la ley disciplinaria cuya situación se haya decidido
mediante fallo ejecutoriado o decisión que tenga la misma fuerza vinculante, proferidos por autoridad
competente, no será sometido a nueva investigación y juzgamiento disciplinarios por el mismo hecho,
aun cuando a este se le dé una denominación distinta.
Lo anterior sin perjuicio de la revocatoria directa establecida en el Capítulo IV del Título V del Libro
IV de este Código.
Artículo 12. Celeridad de la actuación disciplinaria. El funcionario competente impulsará
oficiosamente la actuación disciplinaria y cumplirá estrictamente los términos previstos en este código.
Artículo 13. Culpabilidad. En materia disciplinaria queda proscrita toda forma de responsabilidad
objetiva. Las faltas sólo son sancionables a título de dolo o culpa. Ver la Sentencia de la Corte
Constitucional C-155 de 2002 , Ver la Sentencia de la Corte Constitucional C-948 de 2002
Artículo 14. Favorabilidad. En materia disciplinaria la ley permisiva o favorable, aun cuando sea
posterior, se aplicará de preferencia a la restrictiva o desfavorable. Este principio rige también para
quien esté cumpliendo la sanción, salvo lo dispuesto en la Carta Política. Texto subrayado
declarado EXEQUIBLE por la Corte Constitucional mediante Sentencia C-948 de
2002
Artículo 15. Igualdad ante la ley disciplinaria. Las autoridades disciplinarias tratarán de modo
igual a los destinatarios de la ley disciplinaria, sin establecer discriminación alguna por razones de
sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica.
Artículo 16. Función de la sanción disciplinaria. La sanción disciplinaria tiene función preventiva y
correctiva, para garantizar la efectividad de los principios y fines previstos en la Constitución, la ley y
los tratados internacionales, que se deben observar en el ejercicio de la función pública.
Artículo 17. Derecho a la defensa. Durante la actuación disciplinaria el investigado tiene derecho a
la defensa material y a la designación de un abogado. Si el procesado solicita la designación de un
defensor así deberá procederse. Cuando se juzgue como persona ausente deberá estar representado a
través de apoderado judicial, si no lo hiciere se designará defensor de oficio, que podrá ser estudiante del
Consultorio Jurídico de las universidades reconocidas legalmente. Texto subrayado declarado
EXEQUIBLE por la Corte Constitucional mediante Sentencia C-948 de 2002 , Ver
la Sentencia de la Corte Constitucional C-037 de 2003 , Ver la Sentencia de la Corte Constitucional
C-070 de 2003
ARTÍCULO 195. Integración normativa. En la aplicación del régimen disciplinario para los
funcionarios judiciales prevalecerán los principios rectores de la Constitución Política, los
tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por Colombia, la Ley Estatutaria
de la Administración de Justicia, las normas aquí contenidas y las consagradas en el Código
Penal y de Procedimiento Penal.
CAPÍTULO V PROVIDENCIAS
ARTÍCULO 199. Funcionario competente para proferir las providencias. Los autos
interlocutorios y las sentencias serán dictados por la Sala, y los autos de sustanciación por el
Magistrado Sustanciador.
ARTÍCULO 200. Términos. Los autos de sustanciación se dictarán dentro del término de
cinco (5) días. El Magistrado Ponente dispondrá de treinta (30) días para registrar proyecto de
sentencia y la Sala de veinte (20) para proferirla. Para decisiones interlocutorias los términos se
reducen a la mitad.
ARTÍCULO 204. Notificación por edicto. Cuando no haya sido posible notificar
personalmente al imputado o a su defensor dentro de los cinco (5) días siguientes al envío de la
comunicación, la sentencia se notificará por edicto.
ARTÍCULO 208. Consultas. Las sentencias u otras providencias que pongan fin de manera
definitiva a los procesos disciplinarios de que conocen en primera instancia los Consejos
Seccionales de la Judicatura y no fueren apeladas, serán consultadas con el superior solo en lo
desfavorable a los procesados.
ARTÍCULO 209. Práctica de pruebas por comisionado. Para la práctica de pruebas los
Magistrados de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria de los Consejos Seccionales podrán
comisionar dentro de su sede a sus abogados asistentes, y fuera de ella a funcionarios judiciales
de igual o inferior categoría.
Los Magistrados del Consejo Superior de la Judicatura, Sala Jurisdiccional Disciplinaria, podrán
comisionar a sus abogados asistentes y a cualquier funcionario judicial del país para la práctica
de pruebas.
indefinidamente el término de suspensión provisional o por lo menos atado a la duración del proceso, lo que debe
interpretarse como la pérdida del derecho al reintegro y al pago de la remuneración mientras termina el proceso,
lo cual es desproporcionado e irrazonable.
Al respecto, esta Corporación considera que las expresiones demandadas contienen elementos subjetivos que le
permiten al funcionario respectivo lesionar los derechos patrimoniales que le asisten al disciplinado que ha sido
reintegrado a sus funciones, consistiendo en una medida abiertamente desproporcionada.
La Corte considera que en efecto, si bien la suspensión provisional del cargo es una medida cautelar
disciplinaria, mediante la cual se pretende amparar el interés general y por ende es constitucionalmente válida,
también lo es que su aplicación está limitada temporal y materialmente, y correlativamente, los efectos que
comporta el reintegro del suspendido no pueden quedar al arbitrio del funcionario que adelantó la investigación.
De tal suerte que al legislador le estaba vedado conceder una facultad de valoración tan amplia y subjetiva al
funcionario investigador que conduce a sancionar, en la práctica, el ejercicio del derecho de defensa legítimo del
disciplinado, así como sus derechos patrimoniales. En otros términos, la disposición demandada deja
completamente al arbitrio de quien tomó la decisión de suspender provisionalmente a un funcionario público,
considerar si este último o su apoderado incurrieron en un comportamiento dilatorio y por ende a negar el derecho
que le asiste al reintegrado del reconocimiento y pago de la remuneración dejada de percibir durante el período de
suspensión.
ARTÍCULO 219. Faltas graves y leves, sanciones y criterios para graduarlas. Para la
determinación de la gravedad de la falta respecto de los conjueces se aplicará esta ley, y las
sanciones y criterios para graduarlas serán los establecidos en el presente Código.
ARTÍCULO 221. Ejecución de las sanciones. Las sanciones a los funcionarios judiciales se
ejecutarán en la forma prevista en este Código. Las multas serán impuestas a favor del Consejo
Superior de la Judicatura. Igual destino tendrán las sanciones impuestas por quejas temerarias a
que refiere esta normatividad.
Los límites establecidos para cada una de las sanciones son los siguientes198199:
La multa, como sanción pecuniaria que es, se cumple con la cancelación total del valor
deducido en el fallo; a partir de la ejecutoria, comienza el término de cinco (5) años para que el
antecedente disciplinario permanezca vigente en la Procuraduría General de la Nación (artículo
174, inciso 3). En este caso no coincide el término de ejecutoria de la sanción con la fecha en la
cual se hizo efectiva tal sanción; esta situación se explica por el hecho de que el cumplimiento
de la sanción depende no tanto de la administración como del propio afectado, en especial
cuando él se ha desvinculado de la entidad a la que prestaba sus servicios.
La amonestación escrita, consagrada para las faltas leves culposas, tiene la consecuencia de
generar antecedente disciplinario, el cual estará vigente por cinco (5) años a partir de la
ejecutoria del fallo (artículo 174 inciso 3).
Otra consecuencia adicional, para los casos en que la sanción ha sido la consecuencia de la
realización, 3 ó más veces, de faltas graves o leves dolosas, o por ambas, se genera una
inhabilidad que tiene una duración de tres (3) años a partir de la ejecutoria de la última sanción
(artículo 38, numeral 2).
Todas las sanciones disciplinarias producen a veces consecuencias variadas, como limitaciones
para ascensos, comisiones de servicios, comisiones de estudio, prima no factor, préstamos,
puntajes en concursos o convocatorias, siempre y cuando tal consecuencia esté prevista de
manera expresa e inequívoca; o pérdida o limitaciones de estos u otros derechos.
Y respecto de todas las sanciones disciplinarias, sin excepción, el sancionado tiene el deber
jurídico de acatarla, de cumplirla, de someterse a ella, así la propia administración, por desidia,
por ignorancia o por error, no exija su cumplimiento o su anotación, o dilate su ejecución. Si
el sancionado acude a la Procuraduría General de la Nación a solicitar sus antecedentes
disciplinarios y no aparece anotación alguna, el funcionario tiene el deber de lealtad y de
transparencia de comunicárselo a esta y, sobre todo, a la entidad que lo sancionó para que
inicie las gestiones correspondientes a su registro.
Y si el mismo servidor sancionado aspira a ocupar otro cargo público, de elección, de período
fijo, de carrera, de libre nombramiento y remoción, tiene la obligación, dentro del término de
cinco (5) años, indicar tal circunstancia.
FALTAS GRAVÍSIMAS:
ARTÍCULO 48. Faltas gravísimas. Son faltas gravísimas las siguientes:
1. (Realizar objetivamente una descripción típica consagrada en la ley como delito sancionable
a título de dolo, cuando se cometa en razón, con ocasión o como consecuencia de la función o
cargo, o abusando del mismo).
Nota Jurisprudencial: La Corte Constitucional, luego de su respectiva evaluación declaró
exequible el numeral anterior a través de su pronunciamiento en C-720 de 2006: “El proceso
penal y el disciplinario atienden a naturaleza, materia y finalidades diferentes, sin que exista
mérito para considerar que el procesado en ambas instancias por una misma conducta resulta
incriminado dos veces por un mismo hecho o sancionado más de una vez por la misma
conducta. Así, mientras en el proceso penal el sujeto activo de la conducta puede ser toda
persona considerada imputable, en el disciplinario el destinatario de la ley únicamente es el
servidor público, aunque se encuentre retirado del servicio o el particular contemplado en el
artículo 53 de la ley 734 de 2002; el trasgresor de la ley penal puede ser una persona
indeterminada, al paso que el destinatario de la ley disciplinaria siempre será una persona
subordinada a la administración pública o vinculada a ella; mientras en el proceso penal el
legislador prevé distintos bienes jurídicos objeto de protección, en el disciplinario el único bien
jurídico protegido está representado por la buena marcha de la administración, su eficiencia, su
buen nombre, la moralidad pública, como también la eficacia y la honradez de la
administración pública; además, mientras en el proceso penal la pena tiene una función de
prevención general y especial, de retribución justa, de reinserción social y de protección al
condenado, en el proceso disciplinario la sanción tiene una función preventiva y correctiva
para garantizar las efectividad de los principios y fines que se deben observar en el ejercicio de
la función pública”.
3. Dar lugar a que por culpa gravísima se extravíen, pierdan o dañen bienes del Estado o a
cargo del mismo, o de empresas o instituciones en que este tenga parte o bienes de particulares
cuya administración o custodia se le haya confiado por razón de sus funciones, en cuantía igual
o superior a quinientos (500) salarios mínimos legales mensuales.
Incrementar injustificadamente el patrimonio, directa o indirectamente, en favor propio o de
un tercero, permitir o tolerar que otro lo haga.
8. Someter a una o varias personas a privación de la libertad, cualquiera que sea la forma,
seguida de su ocultamiento y de la negativa a reconocer dicha privación o de dar información
sobre su paradero, sustrayéndola del amparo de la ley.
9. Infligir a una persona dolores o sufrimientos (graves) físicos o psíquicos con el fin de
obtener de ella o de un tercero información o confesión, de castigarla por un acto por ella
cometido o que se sospeche que ha cometido o de intimidarla o coaccionarla por cualquier
razón que comporte algún tipo de discriminación.
Nota Jurisprudencial: Aparte subrayado, declarado INEXEQUIBLE por la Corte Constitucional
mediante Sentencia C-1076 de 2002, Magistrada Ponente Dra. Clara Inés Vargas Hernández; dentro de este
examen de constitucionalidad encontramos que “ Para la Corte la expresión graves que figura en numeral 9 del
artículo 48 de la Ley 734 de 2002 viola la Constitución por varias razones como pasa a explicarse.
Del análisis de los antecedentes legislativos de la Ley 734 de 2002 se desprende que fue la voluntad del
legislador configurar como sanción disciplinaria el crimen internacional de tortura, en los términos que lo recoge
la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura:
"En la descripción de la tortura se acogió el texto de la Convención Interamericana para prevenir y sancionar
esta conducta, que es el instrumento más reciente sobre esta materia y el que la trata de manera más avanzada,
le resta importancia a la gravedad del sufrimiento o a la ausencia del mismo, para acentuar el reproche en la
anulación de la personalidad o en la disminución de la capacidad física o mental, con el fin de obtener
información o confesión o para intimidar o castigar a la persona "Gaceta del Congreso núm. 291 del 27 de
julio de 2000, Senado de la República, Proyecto de Ley Número 19 de 2000, p. 24.
Aunado a lo anterior, si bien es cierto que el Estado colombiano es parte en la Convención contra la Tortura y
otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes y que fue incorporada a nuestro ordenamiento jurídico
mediante la Ley 70 de 1986, también lo es que existe un tratado internacional posterior, del orden regional,
que igualmente fue adoptado por nuestro país y que fue recepcionado en el orden jurídico interno mediante la Ley
409 de 1997. Ambos instrumentos internacionales, es cierto, contienen una definición del crimen internacional
de tortura distinta, por lo cual, recurriendo a la más autorizada doctrina iusinternacionalista. Ver al respecto,
entre otros muchos autores, los siguientes: Alain Pellet y Patrick Daillier, Droit International Public, París,
Edit. LGDJ, 1999, p. 176 y Manuel Díez de Velasco, Instituciones de Derecho Internacional Público,
Madrid, Edit, Tecnos, 1999, p. 300., la Corte ha de concluir que la norma internacional posterior prima sobre
la anterior, amén de que esta última resulta ser mucho más garantista que la anterior.
En este orden de ideas, cabe señalar que cuando la Corte realizó el control de constitucionalidad previo de la
Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, consideró que se trata de un instrumento
internacional que se encaminaba a proteger un derecho humano intangible, como lo es la integridad física, y que
por ende se enmarcaba en lo dispuesto en el artículo 93 constitucional, en los siguientes términos:
"De otra parte, es procedente destacar, que la adopción por parte del Constituyente del modelo propio del
Estado social de derecho, que se funda en el respeto a la dignidad humana, la solidaridad de las personas que lo
integran y en la supremacía del interés general, implica que uno de los fines esenciales del Estado sea el de
garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución, objetivo cuya
realización se fortalece a través de la celebración de tratados y convenios internacionales, cuyo fin sea el
reconocimiento y la protección de los derechos humanos, aún en estados de excepción, cuya trascendencia e
importancia reconoció expresamente en el artículo 93 de la C.P., que consagra la prevalencia de sus contenidos
en el orden interno, una vez sean ratificados por el Congreso. Corte Constitucional, sentencia del 15 de julio de
1998, C-351/98, Revisión de constitucionalidad de la Ley 409 del 28 de octubre de 1997, "Por medio de la
cual se aprueba la Convención Interamericana para prevenir y sancionar la tortura", suscrito en la ciudad de
Cartagena de Indias el 9 de diciembre de 1985. M.P. Fabio Morón Díaz.
Así las cosas, Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura es un instrumento
internacional que hace parte del bloque de constitucionalidad, y por ende, la definición que recoge del crimen de
tortura vincula al legislador.
Por las anteriores razones, la Corte declarará la inexequibilidad de la expresión grave que figura
en el numeral 9 del artículo 48 de la Ley 734 de 2002.
10. Ocasionar, mediante violencia u otros actos coactivos dirigidos contra un sector de la
población que uno o varios de sus miembros cambie el lugar de su residencia.
“...se tiene que la regulación que de la figura del genocidio hace la norma cuestionada del Código Penal,
condicionó la incriminación punitiva de la conducta a la circunstancia de que el grupo nacional, étnico, racial,
político o religioso cuya destrucción se persigue mediante la aniquilación de sus miembros, “actúe dentro del
margen de la Ley”.
“La Corporación halla que este condicionamiento, cuya constitucionalidad se somete a tela de juicio, no se
ajusta a la Carta Política.
“...
“En efecto, advierte esta Corte que, contrariamente a lo dispuesto, principalmente en la ya mencionada
Convención para la prevención y sanción del delito de Genocidio, por razón de lo preceptuado en la frase
cuestionada, en la legislación penal colombiana quedó por fuera de la incriminación punitiva, el exterminio de
grupos humanos que se encuentren al margen de la Ley.
“...
“A juicio de esta Corte, la señalada restricción resulta también inaceptable, por cuanto riñe abiertamente con los
principios y valores que inspiran la Constitución de 1991, toda vez que desconoce en forma flagrante las
garantías de respeto irrestricto de los derechos a la vida y a la integridad personal que deben reconocerse por igual
a todas las personas, ya que respecto de todos los seres humanos, tienen el mismo valor.
“...
“Como esta Corte lo ha puesto de presente en oportunidades anteriores, la vida es un valor fundamental. Por lo
tanto, no admite distinciones de sujetos ni diferenciaciones en el grado de protección que se conceda a esos
derechos.
“Al apartarse la Corte del concepto del señor Fiscal General de la Nación, juzga necesario reiterar que la
cláusula general de competencia en favor del Congreso y la libertad de configuración legislativa que de la misma
emana, no pueden aducirse como razón constitucionalmente válida para justificar la desprotección o el
desconocimiento de valores superiores que, como la vida y la integridad personal gozan del mayor grado de
protección, por lo que su garantía no admite restricciones ni diferenciaciones de trato, ya que ello desnaturaliza la
esencia misma del mandato constitucional.
“...
“...de donde resulta que la incriminación selectiva del genocidio, respecto tan sólo de los miembros de un grupo
nacional, étnico, racial, religioso o político que actúe dentro del marco de la Ley, que consagra la frase
cuestionada es, a todas luces contraria a la Carta Política y, de consiguiente, inexequible.”Ver Sentencia C-177
de 2001 M.P Fabio Morón Díaz
Como puede apreciarse, en la sentencia transcrita la Corte, declaró una inexequibilidad parcial
en aras de lograr la efectiva garantía del derecho a la vida y de otros valores fundamentales. De
igual manera se procederá en la presente oportunidad”.
13. Privar de la libertad a una o varias personas y condicionar la vida, la seguridad y la libertad
de esta o estas a la satisfacción de cualquier tipo de exigencias. Ley 836 de 2003, Art. 58, Núm.
34
18. Contraer obligaciones con personas naturales o jurídicas con las cuales se tengan relaciones
oficiales en razón del cargo que desempeña violando el régimen de inhabilidades e
incompatibilidades señaladas en las normas vigentes.
Aunque el cargo de la demanda se dirige exclusivamente contra la palabra "graves", considera la Corte que
debe proceder a adelantar una integración normativa con los verbos "amenazar", "provocar" y "agredir", ya que
el ejercicio de una adecuada interpretación constitucional no puede limitarse a tomar en consideración, de manera
aislada, un adjetivo cuando la correcta comprensión del precepto depende de analizarlo conjuntamente con otros
que le dan cabal sentido a la prescripción de la falta disciplinaria.
Así las cosas, en lo que concierne a la expresión provocar, que aparece recogida en el numeral 19 del artículo 48
de la ley disciplinaria, que deber ser considerada como grave a efectos de ser calificada en términos de falta
gravísima, resulta ser contraria a la Constitución por las razones que pasan a explicarse.
En materia de principio de tipicidad disciplinaria, la Corte ha establecido algunos puntos de contacto, y algunas
diferencias importantes, con el mismo principio en el ámbito penal. En cuanto a las segundas ha dicho esta
Corporación lo siguiente:
"el principio de tipicidad no tiene en el derecho disciplinario la misma connotación que presenta en el derecho
penal, en donde resulta ser más riguroso. La razón de ser de esta diferencia, se encuentra en la naturaleza
misma de las normas penales y las disciplinarias. En las primeras, la conducta reprimida usualmente es
autónoma. En el derecho disciplinario, por el contrario, por regla general los tipos no son autónomos, sino que
remiten a otras disposiciones en donde está consignada una orden o una prohibición" Corte Constitucional,
sentencia del 19 de abril de 2001.Demanda de inconstitucionalidad contra los artículos 1°, 2°, 7, 14 y 16 de
la Ley 358 de 1997, y el artículo 2° del Decreto 696 de 1998. C-404/01. Actor: Ramiro de Jesús Gallego
García. M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
A pesar de estas significativas diferencias, lo cierto es que el principio de tipicidad disciplinaria comparte algunos
elementos con aquel que orienta la normatividad penal:
"Así pues, mientras por el principio de legalidad se "demanda imperativamente la determinación normativa de
las conductas que se consideran reprochables o ilícitas" el principio de tipicidad concreta dicha regulación, "en el
sentido de que exista una definición clara, precisa y suficiente acerca de la conducta o del comportamiento ilícito,
así como de los efectos que se derivan de éstos, o sean las sanciones. De esta manera la tipicidad cumple con la
función de garantizar, por un lado, la libertad y seguridad individuales al establecer en forma anticipada, clara e
inequívoca qué comportamientos son sancionados, y de otro, proteger la seguridad jurídica Corte Constitucional,
sentencia del 22 de Septiembre de 1999. C-708/99. Demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 27 de
la Ley 200 de 1995 "por la cual se adopta el Código Disciplinario Único". Actor: Jorge Luis Pabón
Apicella. M.P. Alvaro Tafur Galvis.
En el caso concreto, la falta gravísima consistente, de manera autónoma, en la provocación grave a las
autoridades legítimamente constituidas en el ejercicio o con relación a las funciones. Así entonces, puede
observarse que su consagración no cumple con los requisitos de claridad, precisión y exactitud, pues el elemento
rector de la conducta en cuanto se refiere a la provocación, admite diferentes significados y entendimientos,
resultando igualmente dificultoso determinar la gravedad de la provocación. La descripción de la conducta
entonces, es confusa e indeterminada. Al respecto, basta con traer a colación la definición que del verbo provocar
recoge el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, en su edición 2001:”Provocar. 1. tr.
Incitar, inducir a alguien a que ejecute algo. 2. tr. Irritar o estimular a alguien con palabras u obras para que
se enoje. 3. tr. Intentar excitar el deseo sexual en alguien. U. t. c. intr. 4. tr. Mover o incitar. Provocar a risa, a
lástima. 5. tr. Hacer que una cosa produzca otra como reacción o respuesta a ella. La caída de la bolsa provocó
cierto nerviosismo. 6. tr. coloq. Vomitar lo contenido en el estómago. U. m. c. intr. 7. tr. coloq. Col., El Salv. y
Ven. Incitar el apetito, apetecer, gustar. 8. tr. p. us. Facilitar, ayudar."
Si bien es cierto que al momento de configurar un comportamiento de un funcionario público en términos de falta
disciplinaria gravísima, el legislador goza de un amplio margen de maniobra, también lo es que debe respetar el
contenido y alcance del principio de tipicidad, con las particularidades que el mismo presenta en esta disciplina
jurídica. En el caso concreto, el tipo descrito de manera autónoma no goza de precisión y exactitud, pues no se
determinó si la provocación grave que constituye la falta disciplinaria gravísima, se refiere a incitación o
inducción a la autoridad para que ejecute u omita el cumplimiento de un deber o si se trata tan solo de irritarla
o estimularla a fin de que se enoje, aunado a lo anterior la dificultad que se presenta para establecer si dicha
provocación puede ser grave o leve. La vaguedad advertida conduce a que se viole el principio de tipicidad y por
ende la Constitución.
20. Autorizar u ordenar la utilización indebida, o utilizar indebidamente rentas que tienen
destinación específica en la Constitución o en la ley.
21. Autorizar o pagar gastos por fuera de los establecidos en el artículo 346 de la Constitución
Política. Art. 175
23. Ordenar o efectuar el pago de obligaciones en exceso del saldo disponible en el Programa
Anual Mensualizado de Caja (PAC).
25. No adoptar las acciones establecidas en el estatuto orgánico del presupuesto, cuando las
apropiaciones de gasto sean superiores al recaudo efectivo de los ingresos.
26. No llevar en debida forma los libros de registro de la ejecución presupuestal de ingresos y
gastos, ni los de contabilidad financiera.
29. Celebrar contrato de prestación de servicios cuyo objeto sea el cumplimiento de funciones
públicas o administrativas que requieran dedicación de tiempo completo e impliquen
subordinación y ausencia de autonomía respecto del contratista, salvo las excepciones legales.
32. Declarar la caducidad de un contrato estatal o darlo por terminado sin que se presenten las
causales previstas en la ley para ello.
Nota Jurisprudencial I: El Alto tribunal señala que la titularidad de la potestad disciplinaria
radica en el Estado, la cual se ejerce por la Procuraduría General de la nación, las personerías,
las oficinas de control interno disciplinario, los funcionarios con potestad disciplinaria y la
jurisdicción disciplinaria. En el caso del precedente numeral, no se invade las competencias de
la jurisdicción contencioso administrativa por parte de la autoridad disciplinaria y mucho
menos hace necesario la operancia del fenómeno de la prejudicialidad, para que se de curso en
primera instancia a una decisión contencioso administrativa, por cuanto el objeto de la acción
disciplinaria no es el de determinar la legalidad del acto administrativo sino el de examinar la
conducta del agente estatal al declarar la caducidad o terminación del contrato estatal, lo cual es
un ámbito diferente al de la acción contractual. Por tal motivo, no se vulnera el principio del
juez natural. Así las cosas éste numeral es declarado Exequible. Sentencia C 504 de 2007. Corte
Constitucional. Comunicado de prensa 20 de 2007.
33. Aplicar la urgencia manifiesta para la celebración de los contratos sin existir las causales
previstas en la ley.
34. No exigir, el interventor, la calidad de los bienes y servicios adquiridos por la entidad
estatal, o en su defecto, los exigidos por las normas técnicas obligatorias, o certificar como
recibida a satisfacción, obra que no ha sido ejecutada a cabalidad.
36. No instaurarse en forma oportuna por parte del Representante Legal de la entidad, en el
evento de proceder, la acción de repetición contra el funcionario, ex funcionario o particular en
ejercicio de funciones públicas cuya conducta haya generado conciliación o condena de
responsabilidad contra el Estado.
37. Proferir actos administrativos, por fuera del cumplimiento del deber, con violación de las
disposiciones constitucionales o legales referentes a la protección de la diversidad étnica y
cultural de la Nación, de los recursos naturales y del medio ambiente, originando un riesgo
grave para las etnias, los pueblos indígenas, la salud humana o la preservación de los
ecosistemas naturales o el medio ambiente.
39. Utilizar el cargo para participar en las actividades de los partidos y movimientos políticos y
en las controversias políticas, sin perjuicio de los derechos previstos en la Constitución y la ley.
40. Utilizar el empleo para presionar a particulares o subalternos a respaldar una causa o
campaña política o influir en procesos electorales de carácter político partidista.
42. Influir en otro servidor público, prevaliéndose de su cargo o de cualquier otra situación o
relación derivada de su función o jerarquía para conseguir una actuación, concepto o decisión
que le pueda generar directa o indirectamente beneficio de cualquier orden para sí o para un
tercero. Igualmente, ofrecerse o acceder a realizar la conducta anteriormente descrita.
Nota: Mediante fallo C-381 de 1997, Magistrado Ponente Dr. Vladimiro Naranjo Mesa, la
Corte Constitucional declaró estés a lo resuelto en C-310 de 1997.
El numeral 4o. del Artículo 25 de la Ley 200 de 1995 establecía: "El servidor público o el
particular que ejerza funciones públicas, que de manera directa o por interpuesta persona
obtenga para sí o para otro incremento patrimonial." Este numeral fue declarado
condicionalmente Exequible por la Corte Constitucional mediante fallo C-310 de 1997, "bajo el
entendido de que el incremento patrimonial debe ser aquel que no tiene causa justificada, o es
indebido o ilícito". Magistrado Ponente, Dr. Carlos Gaviria Díaz.
43. Causar daño a los equipos estatales de informática, alterar, falsificar, introducir, borrar,
ocultar o desaparecer información en cualquiera de los sistemas de información oficial
contenida en ellos o en los que se almacene o guarde la misma, o permitir el acceso a ella a
personas no autorizadas.
44. Favorecer en forma deliberada el ingreso o salida de bienes del territorio nacional sin el
lleno de los requisitos exigidos por la legislación aduanera.
45. Ejercer actividades o recibir beneficios de negocios incompatibles con el buen nombre y
prestigio de la institución a la que pertenece.
48. Consumir, en el sitio de trabajo o en lugares públicos, sustancias prohibidas que produzcan
dependencia física o síquica, asistir al trabajo en tres o más ocasiones en estado de embriaguez
o bajo el efecto de estupefacientes. Cuando la conducta no fuere reiterada conforme a la
modalidad señalada, será calificada como grave.
Nota: Numeral declarado EXEQUIBLE por la Corte Constitucional mediante providencia C-
252 de 2003, Magistrado Ponente Dr. Jaime Córdoba Triviño.
49. Las demás conductas que en la Constitución o en la ley hayan sido previstas con sanción de
remoción o destitución, o como causales de mala conducta.
50. Ejecutar por razón o con ocasión del cargo, en provecho suyo o de terceros, actos,
acciones u operaciones o incurrir en omisiones tendientes a la evasión de impuestos, cualquiera
que sea su naturaleza o denominación, o violar el régimen aduanero o cambiario.
51. Adquirir directamente o por interpuesta persona bienes que deban ser enajenados en razón
de las funciones de su cargo, o hacer gestiones para que otros los adquieran.
53. Desacatar las órdenes e instrucciones contenidas en las Directivas Presidenciales cuyo
objeto sea la promoción de los derechos humanos y la aplicación del Derecho Internacional
Humanitario, el manejo del orden público o la congelación de nóminas oficiales, dentro de la
órbita de su competencia.
57. No enviar a la Procuraduría General de la Nación dentro de los cinco días siguientes a la
ejecutoria del fallo judicial, administrativo o fiscal, salvo disposición en contrario, la
información que de acuerdo con la ley los servidores públicos están obligados a remitir,
referida a las sanciones penales y disciplinarias impuestas, y a las causas de inhabilidad que se
deriven de las relaciones contractuales con el Estado, de los fallos con responsabilidad fiscal,
de las declaraciones de pérdida de investidura y de las condenas proferidas en ejercicio de la
acción de repetición o del llamamiento en garantía.
59. Ejercer funciones propias del cargo público desempeñado, o cumplir otras en cargo
diferente, a sabiendas de la existencia de decisión judicial o administrativa, de carácter cautelar
o provisional, de suspensión en el ejercicio de las mismas.
60. Ejercer las potestades que su empleo o función le concedan para una finalidad distinta a la
prevista en la norma otorgante.
61. Ejercer las funciones con el propósito de defraudar otra norma de carácter imperativo.
63. No asegurar por su valor real los bienes del Estado ni hacer las apropiaciones
presupuestales pertinentes.
64. Adicionado. Ley 1010 de 2006, Artículos 10 (Numeral 1º), 2 y afines: Toda conducta
persistente y demostrable, ejercida sobre un empleado, trabajador por parte del empleador, un
jefe o superior jerárquico inmediato o mediato, un compañero de trabajo o un subalterno,
encaminada a infundir miedo, intimidación, temor y angustia, a causar perjuicio laboral, generar
desmotivación en el trabajo o inducir la renuncia al mismo.
Nota legal: La misma ley formula en su mismo artículo segundo, las formas de acoso laboral
bajo las cuales puede tipificar ésta falta disciplinaria gravísima, que tiene un tiempo de
prescripción de seis meses a partir de la comisión de los hechos.
PARÁGRAFO 1. Además de las faltas anteriores que resulten compatibles con su naturaleza,
también serán faltas gravísimas para los funcionarios y empleados judiciales el incumplimiento
de los deberes y la incursión en las prohibiciones contemplados en los artículos 153 numeral 21
y 154 numerales 8, 14, 15, 16 y 17 de la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia.
PARÁGRAFO 2. También lo será la incursión en la prohibición de que da cuenta el numeral
3 del artículo 154 ibídem cuando la mora supere el término de un año calendario o ante un
En el caso concreto, la reincidencia fue utilizada por el legislador como un hecho generador de responsabilidad
disciplinaria, sancionable con la imposición de destitución e inhabilidad general, mas no como un criterio
constitucionalmente válido para graduar la sanción a imponer, como si se hizo en el literal a ) del artículo 47 de
la Ley 734 de 2002.
Aunado a lo anterior, la expresión demandada conduce a imponer una sanción disciplinaria manifiestamente
desproporcionada por cuanto, al no haberse especificado de qué naturaleza debían ser las tres sanciones
disciplinarias anteriores cometidas dentro de los últimos cinco años por el funcionario público, éste se podría ver
abocado a la imposición de una destitución e inhabilidad general por la comisión de varias faltas leves.
Adviértase además que los constituyentes de 1991 acogieron el criterio según el cual la persona debe ser
sancionada exclusivamente por los actos u omisiones que le sean imputables y no por lo que son como
individuos. De tal suerte que resulta constitucionalmente válido desestimular los comportamientos lesivos para el
correcto desempeño de la administración pública pero no recurriendo al expediente de erigir en sanción
disciplinaria la simple reiteración de un determinado comportamiento.
Por las anteriores razones, la Corte declarará inexequible la expresión o haber sido sancionado
disciplinariamente en tres ocasiones con anterioridad dentro de los cinco años anteriores, que figura en el
parágrafo segundo del artículo 48 de la Ley 734 de 2002.”
PARÁGRAFO 4. También serán faltas gravísimas para los servidores públicos que ejerzan
dirección, administración, control y vigilancia sobre las instituciones penitenciarias y
carcelarias:
e) Facilitar a los internos las llaves o implementos de seguridad que permitan el acceso a las
dependencias del establecimiento;
f) Llevar a los internos a lugares diferentes del señalado en la orden de remisión o desviarse de
la ruta fijada sin justificación;
g) Dejar de hacer las anotaciones o registros que correspondan en los libros de los centros de
reclusión o no rendir o facilitar los informes dispuestos por la ley o los reglamentos a la
autoridad competente sobre novedades, incautaciones de elementos prohibidos, visitas,
llamadas telefónicas y entrevistas;
h) Ceder, ocupar o dar destinación diferente sin autorización legal a las Casas Fiscales;
i) Realizar actos, manifestaciones, que pongan en peligro el orden interno, la seguridad del
establecimiento de reclusión o la tranquilidad de los internos;
j) Negarse a cumplir las remisiones o impedirlas, interrumpir los servicios de vigilancia de
custodia, tomarse o abandonar las garitas irregularmente, bloquear el acceso a los
establecimientos, obstaculizar visitas de abogados o visitas de otra índole legalmente
permitidas;
k) Tomar el armamento, municiones y demás elementos para el servicio sin la autorización
debida o negarse a entregarlos cuando sean requeridos legalmente;
l) Permanecer reglamentariamente en las instalaciones;
m) Disponer la distribución de los servicios sin sujeción a las normas o a las órdenes
superiores;
n) Actuar tumultuariamente, entorpeciendo el normal y libre funcionamiento de los
establecimientos de reclusión;
o) Causar destrozos a los bienes afectos a la custodia o inherentes al servicio;
p) Retener personas;
q) Intimidar con armas y proferir amenazas y en general;
r) Preparar o realizar hechos que afecten o pongan en peligro la seguridad de los funcionarios,
de los reclusos, de los particulares o de los centros carcelarios;
s) Declarar, incitar, promover huelgas o paros, apoyarlos o intervenir en ellos o suspender,
entorpecer los servicios y el normal desarrollo de las actividades del centro de reclusión en
cualquiera de sus dependencias;
t) Establecer negocios particulares en dependencias de establecimientos carcelarios. Art. 55
Núm. 11.
Parágrafo 7. Adicionado. Decreto 126 de 2010. Art. 25. Ministerio de la Protección Social.
También incurrirán en falta gravísima los servidores públicos investidos de facultades de
policía judicial que se nieguen a declarar en un proceso en el cual se investigue o juzgue un
evento de corrupción o fraude en el Sistema General de Seguridad Social en Salud.
Nota Jurisprudencial I: En el marco del desarrollo de las funciones del servidor público, se
debe propender por la labor con transparencia en el mandato dado por el Estado, o de lo
contrario, su responsabilidad rayaría en contra de los parámetros legales fijados para la
consecución de su gestión; la cual se analizaría bajo la intención del funcionario para consumir
su conducta y las consecuencias generadas por la misma. Es importante expresar que la acción
es tipificada en el código penal como prevaricato por acción. Corte Constitucional Comunicado
de Prensa 20 de 2007.
65. Numeral Adicionado. Decreto 4335 de 2008. Art. 2. Ministerio del Interior y de Justicia.
Depositar o entregar recursos a las personas que desarrollen las actividades descritas en el
artículo 1° del Decreto 4334 de 2008, o en las normas que lo modifiquen o adicionen.
ARTÍCULO 49. Causales de mala conducta. Las faltas anteriores constituyen causales de mala
conducta para los efectos señalados en el numeral 2 del artículo 175 de la Constitución Política,
cuando fueren realizadas por el Presidente de la República, los magistrados de la Corte
Suprema de Justicia, del Consejo de Estado o de la Corte Constitucional, los miembros del
Consejo Superior de la Judicatura y el Fiscal General de la Nación.
ARTÍCULO 50. Faltas graves y leves. Constituye falta disciplinaria grave o leve, el
incumplimiento de los deberes, el abuso de los derechos, la extralimitación de las funciones, o
la violación al régimen de prohibiciones, impedimentos, inhabilidades, incompatibilidades o
conflicto de intereses consagrados en la Constitución o en la ley.
La gravedad o levedad de la falta se establecerá de conformidad con los criterios señalados en
el artículo 43 de este código.
Nota: Inciso 2. Declarado Exequible por la Corte Constitucional mediante Sentencia C-158
de 2003, Magistrado Ponente Dr. Alfredo Beltrán Sierra, establece el fallo: "normas respecto
de las cuales existe cosa juzgada material (Sentencias C-708 de 1999 y C-280 de 1996).
Los comportamientos previstos en normas constitucionales o legales como causales de mala
conducta constituyen falta disciplinaria grave o leve si fueren cometidos a título diferente de
dolo o culpa gravísima.
Nota: Inciso 3. Declarado Exequible por la Corte Constitucional mediante Sentencia C-158
de 2003, Magistrado Ponente Dr. Alfredo Beltrán Sierra, establece el fallo: "normas respecto
de las cuales existe cosa juzgada material (Sentencias C-708 de 1999 y C-280 de 1996).
Inciso 3. Declarado Exequible, por el cargo analizado, por la Corte Constitucional mediante
providencia C-124 de 2003, Magistrado Ponente Dr. Jaime Araújo Rentería.
ARTÍCULO 51. Preservación del orden interno. Cuando se trate de hechos que contraríen
en menor grado el orden administrativo al interior de cada dependencia sin afectar
sustancialmente los deberes funcionales, el jefe inmediato llamará (por escrito) la atención al
autor del hecho sin necesidad de acudir a formalismo procesal alguno.
Nota Jurisprudencial: La corte constitucional realizó examen de constitucionalidad al inciso primero del
artículo 51 de la Ley 734 de 2002, declarando su exequibilidad, salvo la expresión subrayada entre paréntesis
la cual se declaró Inexequible según sentencia C 1076 de 5 de diciembre de 2002, considera la corporación que
“si se trata de una actuación sin formalismos procesales, no se advierte motivos para que el llamado de atención
si se rodee de los mismos, al consignarse por escrito pues tal decisión debe obedecer a la misma lógica de la
actuación que le precedió. No puede discutirse que un llamado de atención afecte la hoja de vida del servidor y
por ello se opone a la finalidad de la norma y a su cumplimiento mediante actuaciones desprovistas de
solemnidad alguna. Por este motivo, se declarará la inexequibilidad de la expresión "por escrito" que hace parte
del inciso primero del artículo 51.
Este llamado de atención (se anotará en la hoja de vida) y no generará antecedente
disciplinario.
Nota Jurisprudencial: De igual forma se pronuncia la Corte constitucional sobre el aparte
entre paréntesis subrayado, y es declarado Inexequible, “advierte que la alteración del orden
interno que conduce a un llamado de atención, en las condiciones que se han indicado, se
caracteriza por no afectar los deberes funcionales del servidor público, circunstancia que
habilita que se prescinda de formalismos procesales. No obstante, lo dispuesto en el inciso
segundo del artículo 51, en el sentido de que el llamado de atención se anotará en la hoja de
vida, pierde de vista la ausencia de ilicitud sustancial de la conducta que condujo al llamado de
atención pues no puede desconocerse que esa anotación le imprime a aquél un carácter
sancionatorio. Ello es así al punto que cualquier persona que tenga acceso a la hoja de vida del
servidor, no valorará ese llamado de atención como un mérito sino como un reproche que se le
hizo al funcionario y es claro que esto influirá en el futuro de aquél. Esta consecuencia es
irrazonable si se parte de considerar que el presupuesto que condiciona el llamado de atención
y no la promoción de una actuación disciplinaria es la ausencia de ilicitud sustancial en el
comportamiento. Por tal motivo, la Corte declarará inexequible la expresión "se anotará en la
hoja de vida" que hace parte del inciso segundo del artículo 51.” Sentencia C 1076 de 2002.
(En el evento de que el servidor público respectivo incurra en reiteración de tales hechos habrá
lugar a formal actuación disciplinaria.)
Nota Jurisprudencial: Inciso 3o. declarado en su totalidad Inexequible, por la Corte Constitucional
mediante Sentencia C 1076 de 2002, advierte la Corporación que “La regla de derecho que se analiza pierde
de vista que la suma de actos irrelevantes, desde el punto de vista de la ilicitud sustancial disciplinaria, es
también irrelevante y que por ello con la sola reiteración de actos de esa índole no puede promoverse investigación
disciplinaria alguna. Hacerlo implicaría generar un espacio para que al servidor se le reproche una falta
disciplinaria a sabiendas de que en su obrar no concurre el presupuesto material de todo ilícito de esa
naturaleza. Entonces, como no se satisface el presupuesto sustancial de la imputación disciplinaria, la Corte
retirará del ordenamiento jurídico el inciso tercero del artículo 51 de la Ley 734 de 2002.
En este orden de ideas, la Corte declarará exequible el inciso primero del artículo 51 de la Ley
734 de 2002, salvo la expresión por escrito que se declarará inexequible. Declarará, de igual
manera, exequible el inciso segundo del artículo 51 de la misma ley, salvo la expresión se
anotará en la hoja de vida y. Así mismo, declarará inexequible el inciso tercero del mismo
artículo.”
CHISTES DE ABOGADOS:
Un abogado se compra un BMW nuevito y sale a mostrárselo a los otros abogados en el
tribunal. Llega y estaciona sobre la derecha, abre la puerta para salir y en ese momento pasa un
camión y le arranca la puerta limpita. El abogado se baja y empieza a maldecir como un loco.
Agarra su teléfono celular y llama a la policía, que llega muy pronto. Comienza otra vez con las
palabrotas:
- Mi coche recién sacado del concesionario! este animal bestia!, me arranca la puerta!
Sigue así hasta que el policía le dice:
- Pero señor, ¿cómo puede ser Ud. tan materialista?, ¿no se ha dado cuenta que el camión,
cuando se llevó la puerta, también le arranco el brazo desde el codo?
El abogado se mira el muñón atónito y dice:
- Nooo! ¿Dónde está mi Rólex?!
***.
¿Cómo se sabe cuándo un abogado está mintiendo? Sus labios se mueven.
***.
¿Acusado, por qué contradice usted su primera versión? Mi abogado me ha convencido de mi
inocencia
***.
Cada sector de la sociedad tiene su función diferente con respecto a las leyes
- Los diputados y senadores las crean
- El presidente de la Nación las promulga
- Los jueces las interpretan y las aplican
- Los ciudadanos las ignoran
- Los abogados las adaptan a cada caso, realizando una versión libre
***.
Durante una audiencia en el juzgado se genera una disputa y el fiscal le grita al abogado
defensor: 'Usted es un ladrón.' El defensor le contesta al fiscal: 'Y usted es un vendido.' Luego
el juez dice: 'Ya que las partes se han identificado correctamente, sigamos con la audiencia
***.
¿Y cuántos SOMOS los herederos? pregunta el abogado.
***.
Un señor va donde el médico de urgencia y le pregunta
¿Doctor, Doctor mi hijo se acabó de comer un puñado de tierra, será que puede morir? El
doctor responde. No mi señor si mi abogado se me comió una finca enterita y no le paso
nada.-..Jajá
***.
Se dice que los abogados somos los herederos que el causante nunca conoció
***.
Daniel, joven y empeñoso abogado, sabía que heredaría una fortuna cuando su padre enfermo
muriese Pensando en que también quedaría sólo decidió que precisaba una mujer acorde a su
autovaloración y para hacer de ella su gran compañera En base a su decisión, esa noche fue al
bar de la ciudad, donde se juntaba lo más granado del foro local. Se fijó en una colega, la más
bonita que jamás había visto. Su belleza natural era la admiración de todos los concurrentes.
Él se arrimó y le dijo: - Puedo parecer un abogado común, pero en pocos meses mi padre va a
morir y heredaré 20 millones de dólares. ¿Queréis venir conmigo a mi casa?... llegar a ser mi
mujer. Impresionada la hermosa y brillante abogada, aquella noche fue a la casa con Daniel...
Y... tres días después.... ¡¡¡ se transformó en su madrastra!!!
MORALEJA: Los abogados pueden ser muy hábiles, pero las abogadas, además, son
mujeres.
***.
Durante un juicio por corrupción política, el fiscal interroga al testigo:
- ¿Es cierto que Ud. recibió una cantidad muy importante de dinero para obstruir la
investigación?
El testigo con la mirada perdida se mantenía en silencio.
El fiscal creyendo que no le había oído repite la pregunta:
- ¿No es cierto que Ud. recibió...una cantidad muy importante de dinero para obstruir la
investigación?
El testigo con la mirada perdida seguía en silencio.
Finalmente el juez se dirige al testigo:
- Por favor, responda a la pregunta.
- ¡Oh!, perdón creí que el fiscal se dirigía a usted, Sr. Juez.
***.
En un juicio dice el fiscal:
Miren al acusado, su mirada turbia, su frente estrecha, sus ojos hundidos, su apariencia
siniestra.
Y el acusado interrumpe:
Pero bueno, ¿Me van a juzgar por asesino o por feo?1
***.
El invierno pasado fue tan frío que vi pasar a un abogado con las manos en sus propios
bolsillos.
***.
¿Qué diferencia hay entre un abogado y un cuervo?
Que uno es un animal de rapiña, vive de la carroña, de la basura y de lo ajeno. Acecha a sus
víctimas y cuando se descuidan, ataca. Primero le come los ojos y después termina de
destrozarla... y el otro es un inocente pajarito negro.
***.
¿Sabes cómo salvar a un abogado que se está ahogando?
Quita tu pie de su cara.
***.
Dos abogados se citan para comer. Uno se atrasa:
- ¿Qué te pasó?
- No me hables, pisé un biberón y se me pinchó un neumático.
- ¿No viste el biberón en la carretera?
- No, el maldito bebé lo llevaba debajo de su mantita.
***.
Se encuentran dos abogados y uno le dice al otro:
- ¿Vamos a tomar algo?
- Bueno, ¿De quién?
***.
Durante un juicio, el abogado se dirige a un testigo que estaba interrogando y le dice:
- Usted parece ser una persona bastante honesta.
- A lo que el testigo contesta:
- Gracias y si no estuviera bajo juramento, le devolvería el cumplido
***.
¿En que se parecen un abogado y un plátano?
Entre los suscritos a saber por una parte el señor___________, mayor de edad y vecino de
Cali, en su condición de representante legal de INDUSTRIAS LTDA. con actividad
comercial de manufactura de cordones para calzado en Colombia, como consta en el
Certificado de Matrícula del Registro Mercantil, expedido por la Cámara de Comercio de Cali
(Ver anexo), que en el texto del presente contrato de prestación de servicios profesionales de
abogado se denominará EL CONTRATANTE, quien se identifica con la Cedula de
Ciudadanía No___________de _____________; y por la
otra________________________________, Abogado en ejercicio, portador de la Tarjeta
Profesional No. __________del Consejo Superior de la Judicatura, y de la Cédula de
ciudadanía número _________ de______, quien en lo sucesivo en el contrato de prestación de
servicios profesionales se designará como EL ABOGADO, hemos convenido celebrar el
presente contrato de prestación de servicios profesionales de Abogado que se regulara por las
siguientes cláusulas que a continuación se expresan y en general por las disposiciones del
Código Civil aplicables a la materia de qué trata éste contrato de prestación de servicios
profesionales: CLÁUSULA PRIMERA./ OBJETO/. EL ABOGADO, de manera
independiente, es decir sin que exista subordinación jurídica o laboral, utilizando sus propios
medios, prestarán asesoría jurídica y ejercerá la defensa a que tienen derecho EL
CONTRATANTE interponiendo los memoriales a que hubiere lugar ante la Corte
Constitucional y la Defensoría del Pueblo, así como eventualmente ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la
Comisión de Investigación y Acusaciones de la Cámara de Representantes, para que en
nombre y representación DEL CONTRATANTE, inicie y lleve hasta su terminación las
acciones de Representación Jurídica de INDUSTRIAS LTDA., con ocasión de la acción de
tutela interpuesta en contra de la Sala Laboral del Tribunal Superior de Cali, siendo necesario
actuar ante las jurisdicciones constitucional, interamericana y legislativa, en la especialidad de
Derecho Constitucional presentando los escritos y acciones en la calidad arriba mencionada,
para que inicie, tramite y lleve hasta su culminación los procedimientos que considere viables
dentro del trámite del proceso. CLÁUSULA SEGUNDA./ CUANTIA Y PAGO DE
HONORARIOS./ EL CONTRATANTE pagarán por concepto de honorarios
profesionales AL ABOGADO la suma Correspondiente a _______millones de pesos m/l
($__.000.000.oo) por la presentación del memorial de insistencia ante la Corte Constitucional y
la Defensoría del Pueblo y en caso de selección para revisión, una prima de éxito del 5% del
valor total de los dineros fijados por el Tribunal Superior de Cali en la sentencia del 27 de
marzo de 2007, que se recurrió por medio de la acción de tutela incoada. En caso de recurrirse
ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de
Derechos Humanos y/o ante la Comisión de Investigación y Acusaciones de la Cámara de
Representantes, se fijará un porcentaje adicional del 10% del concepto citado más los gastos
que demanden los desplazamientos a Washington o a San José de Costa Rica. PARÁGRAFO
No 1. El valor inicial por la presentación del memorial de insistencia ante la Corte
Constitucional y la Defensoría del Pueblo se pagará así: El día catorce (14) de marzo de 2008;
la prima de éxito el día quinto (5°) contado desde la fecha en sea expedido el auto de la sala de
selección que admite para revisión la acción de tutela; el porcentaje adicional del 10% del
concepto citado, por la presentación de la causa ante la Comisión interamericana de Derechos
Humanos y de la acusación correspondiente contra los funcionarios que posean fuero
constitucional ante la Comisión de Investigación y Acusaciones de la Cámara de
© Hernán Alejandro Olano García. 351
MANUAL DE RESPONSABILIDAD PROFESIONAL E HISTORIA DEL DERECHO
C.C. No.
EL ABOGADO,
C.C. #
T.P. No. _______del C. S. de la J.
Para lograr el tan anhelado proyecto del Doctor Arizmendi, se requería realizar una serie de
actividades tendientes a la aprobación de la Facultad frente a la autoridad correspondiente; el
ICFES. Para aquellas labores de aprobación de la facultad, el Consejo Superior de la
Universidad de La Sabana, nombró al Doctor Bernardo VANEGAS MONTOYA, Secretario
General de la misma, como representante ante el ICFES.
Hacia el año 1983, se nombró como Decano al Doctor Víctor RODRÍGUEZ GALLÓN;
durante la gestión del Doctor RODRÍGUEZ se llevaron a cabo dos visitas del ICFES,
tendientes a la aprobación de la Facultad de Derecho, lográndose la primera en 1984 y la
segunda en 1986. Cada aprobación fue dada por dos años. Simultáneamente, se crea la Revista
Díkaion, como un sistema de difusión de la actividad investigativa de los profesores.
Consecuentemente, en el segundo semestre del año 1986 culminaron sus estudios, los
estudiantes de la primera promoción de la Facultad de Derecho, adquiriendo el título de
abogado. Para este mismo semestre, el ICFES aprobó formalmente el programa de Derecho
por medio de la Resolución No. 2431, hasta el mes de diciembre, del año 1991 y renovada
mediante la resolución No. 003411 del 3 de diciembre del mismo año.
Para el año 1987, se publica por primera vez, la revista Díkaion; ésta expresaba el compromiso
de la Facultad, por incrementar la investigación e incentivar el deseo de actualización jurídica,
por parte de los docentes.
202 Construida con aporte de varios de los distintos redactores del “Informe de Autoevaluación con miras a la
Acreditación”, versión 2010.
203 ARIZMENDI POSADA, Octavio. Propuesta de Programa de Derecho, 1980.
encontraba a cargo de Edilberto SOLÍS ESCOBAR, quien diseñó la primera reforma del plan
de estudios. Como resultado del nuevo plan de estudios, se llevó a cabo la actualización de los
temas y de la demanda en el mercado laboral; reglamentando las monitorías, la constitución del
colegio de abogados egresados de la Facultad y la segunda publicación de la revista Díkaion.
Entre tanto, el Doctor David MEJÍA VELILLA asumió la decanatura nuevamente, en el año
1991 hasta el año 1994, logrando así el perfeccionamiento de los programas, la
implementación de la asesoría académica, la creación y consolidación del Consultorio Jurídico
y Centro de Conciliación de la Facultad de Derecho de la Universidad y la capacitación de los
docentes mediante estímulos académicos para cursar postgrados y doctorados, en el exterior.
Al iniciar el año 1994, la Doctora Ilva Myriam HOYOS CASTAÑEDA, asumió la Decanatura
de la Facultad, por un período de dos años. Durante, su decanatura, se creó la vicedecanatura;
ésta tenía como función primordial, el manejo administrativo de la Facultad. Adicionalmente,
se realizó el diseño de la especialización en Seguros y Seguridad Social, y se llevó a cabo un
convenio de colaboración mutua entre la Universidad de La Sabana y la Universidad de
Salamanca en España.
Para el segundo semestre del año 1997, fue nombrado como decano Eduardo DEVIS-
MORALES, el cual finalizo su período, en el mes octubre de 1999. En el transcurso de su
gestión como decano, el profesor DEVIS; inició un proceso de planeación estratégica y de
mejoramiento continuo, el cual denominó “Plan de Excelencia”. Dicho plan, consistía en el
mejoramiento de los núcleos básicos de la Facultad, como lo eran situaciones respecto de los
estudiantes y sus padres, los egresados, los profesores, el personal administrativo, el medio
externo, planteándose para cada uno, la misión y la visión de la Facultad que deberían tener,
como instrumento básico de la Facultad.
Es importante resaltar, que durante esta decanatura, se logró eliminar la deserción de los
estudiantes de Derecho, el aumento de la demanda para ser parte de la Facultad como
estudiante, la exigencia académica se convirtió en una de las aristas del Programa, se logró
concientizar a los estudiantes de su papel como protagonista de su formación universitaria, así
mismo, la participación de varios estudiantes en el Congreso Anual de Derecho Comercial
logrando el primer puesto con una de las ponencias presentada por los estudiantes de la
Facultad y se fortalecieron las investigaciones profesorales.
Por último, se trasladó la sede principal del Consultorio Jurídico de Bogotá a Chía, abriéndose
sedes satélites en las ciudades de Cota, Cajicá, Tocancipá y Zipaquirá y se recuperó la sede de
Sopo.
Se introdujo en el plan de estudios de la Facultad tres áreas de intensificación las cuales fueron,
legislación bancaria y de la actividad financiera, derecho público y derecho penal. Igualmente,
se implementaron dos Doctorados, uno en Derecho Tributario, en convenio con la
Universidad de Salamanca y el otro en Derecho de Familia, en convenio con la Universidad de
Zaragoza.
Después de la decanatura del profesor DEVIS, fue nombrado por el Consejo Superior el
doctor Obdulio César VELÁSQUEZ POSADA, reiniciándose el proceso de acreditación de la
Facultad y consolidándose el programa a través de la formulación del PEP, la redacción del
Durante estos años el Decano trabajó por la creación de nuevas alternativas de postgrado para
los profesionales del país, entre ellos, los de Derecho Comercial, Derecho de la
Responsabilidad en convenio con el Instituto Antioqueño de la Responsabilidad Civil y del
Estado, Contratación Estatal y Fundamentos Jurídicos para la Gerencia. programas que se
unen a los existentes, Mediación de Conflictos, en convenio con la Cámara de Comercio de
Bogotá y el Instituto Universitario Kûrt Bosh, de Sion, Suiza y Derecho de Seguros y
Seguridad Social.
El anterior Decano procuró la reestructuración del plan de estudios dando la posibilidad a los
estudiantes de nuevas líneas de profundización del mundo jurídico, las cuales son Derecho
internacional, Derecho económico y de la empresa, Derecho de la Administración pública,
Derecho Internacional y Filosofía del Derecho, unidas a un nuevo y amplio plan de electividad
enfocado a una educación del Derecho más profunda e integral.
En los primeros días del mes de enero de 2011, la facultad recibió la Resolución del 28 de
diciembre de 2010, por medio de la cual el Ministerio de Educación Nacional le concede la
acreditación a su Programa de Derecho por un término inicial de seis (6) años.
Para Javier HERVADA204, la palabra jurista viene del latín, lengua de los juristas romanos,
quienes transformaron el saber derecho en arte o ciencia. El derecho se llamaba en latín ius (o
204 HERVADA, Javier, ¿Qué es el Derecho?, citado por. OLANO GARCÌA, Hernán Alejandro. Preguntas y Respuestas
de Derecho Constitucional Colombiano y Teoría General del Estado, 3ª adición, Ediciones Doctrina y Ley, Bogotá, D.C.,
2009, p. 8.
jus; la letra “J” no es más que una “I” alargada) y de ahí se denominaron juristas quienes se
dedican al derecho (al ius). Al lector le está permitido pensar que, puesto que en castellano se
usa la palabra derecho, sería preferible que los juristas recibieran un nombre derivado de esta
palabra y así se evitaran extrañezas. El caso es que, en la Edad Media, cuando el castellano
comenzó a formarse, ya hubo ese intento, pero la palabra que salió fue derechurero, que todavía
aparece en algunos diccionarios; a la justicia la llamaron derechuría y así ocurrió con otros
términos derivados del derecho. Se comprende que derechurero y derechuría fuesen palabras
pronto olvidadas y hoy sigamos agradecidos al buen sentido de nuestros antepasados,
hablando de jurista y de justicia.
El jurista no puede dejar de lado las Fuentes del Derecho205, pues ellas son los elementos
inherentes a la creación jurídica y de ellos depende el buen desempeño en nuestra profesión.
“Desde el punto de vista de la realidad jurídica, el saber del derecho se ubica desde unas coordenadas precisas,
delimitadas según la especificidad de su entorno o materia y conforme a unos principios que lo soportan. Desde
luego, estas coordenadas no suponen un desconocimiento de enfoques diversos, o escuelas, presentes en la reflexión
jurídica. El marco en el cual surgen estas reflexiones sobre el estatuto epistemológico del saber jurídico, que
constituyen sus derroteros e inspiran la constante labor intelectual de los profesores y estudiantes de la Facultad
de Derecho de la Universidad de La Sabana, está constituido por un ambiente de profundo respeto,
universalidad en la formación académica de los estudios superiores, diálogo sincero y apertura a las diversas
manifestaciones sobre el fenómeno jurídico. Lo que aquellas coordenadas determinan es, más bien, un sustrato
común del estatuto epistemológico del derecho en medio de las distintas posibilidades de su reflexión. La ausencia
de los anteriores elementos, como acertadamente sostiene ERIC VOEGELIN, haría del conocimiento científico en
cualquier campo una empresa no consecuente con sus principios, metodología y ordenación propia, lo que por
cierto podría conllevar a que la ciencia pierda su natural orientación de búsqueda constante por alcanzar la
verdad de cuanto le rodea.” 206
205 OLANO GARCÍA, Hernán Alejandro. Las Fuentes del Derecho. Ediciones Doctrina y Ley, Bogotá, D.C., 2010.
206 Para un desarrollo pormenorizado de estas cuestiones, consúltese la Op. de MORA RESTREPO, GABRIEL, Ciencia
jurídica y arte del Derecho. Estudio sobre el oficio del jurista, Bogotá, Ediciones Jurídicas Gustavo Ibáñez-Universidad
de La Sabana, 2005, en esp. caps. 1-4.
207 UNIVERSIDAD DE LA SABANA, Facultad de Derecho, Proyecto Educativo del Programa, P.E.P.,Chía, noviembre
de 2007.
208 La relación estrecha entre ambos tipos de competencias puede ser evidenciada de distintas maneras, como por
ejemplo cuando se comprueba la dimensión valorativa y prescriptiva de la práctica jurídica, las exigencias de la
razonabilidad práctica, la finalidad de la justicia como valor-virtud central del oficio del jurista, o la propia relación
conceptual entre derecho y moral, asuntos estos que de alguna manera pueden ser advertidos en el estatuto epistemológico
desarrollado en el capítulo II de este documento. Para una profundización al respecto vide MORA RESTREPO, GABRIEL,
Ciencia jurídica y arte del Derecho, op. cit., passim, y toda la bibliografía allí referida.
3. Investiga e interpreta el derecho vigente, sus principios y justificación, analiza los hechos jurídicos a los cuales
se aplica y promueve soluciones no contempladas en el ordenamiento jurídico positivo.
5. Concilia y negocia para lograr acuerdos en justicia y en equidad; elabora propuestas de normas jurídicas y de
sentencias judiciales, minutas de actos jurídicos públicos y privados, y actos procesales.
6. Argumenta, desde las exigencias del razonamiento jurídico práctico, con el propósito de demostrar la
viabilidad de las soluciones que propone.
1. Ejerce profesionalmente su oficio de manera coherente con los principios éticos del buen obrar.
2. Con su trabajo defiende la dignidad de la persona humana, sus derechos fundamentales y promueve un orden
social justo y solidario.
3. Actúa con tolerancia, respeto a los demás, honestidad, lealtad, decoro y transparencia.
4. Defiende la verdad, la justicia y la equidad por encima del derecho meramente formal.
5. Comprende su oficio como una actividad responsable, ordenada al discernimiento de lo justo y de lo injusto.”
f) Concurrir con puntualidad a las clases y a las demás actividades académicas a las que se
compromete por su condición de estudiante y cumplir con las evaluaciones establecidas por
sus profesores, tanto en la Universidad, como en los recintos de las instituciones a través de las
cuales ella complementa la formación que imparte.
g) Tener una conducta regida por la cordialidad, el buen trato, los buenos modales, usando el
vocabulario apropiado y llevando una presentación personal acorde con su condición de
universitario, tanto en la Universidad, como en los recintos de las instituciones a través de las
cuales ella complementa la formación que imparte.
h) No introducir, portar, ni consumir licor, narcóticos o sustancias estimulantes, ni promover
su consumo dentro o fuera de la Universidad, como tampoco presentarse a ella o en las
Instituciones con las cuales se suscriban convenios, bajo el efecto de estas sustancias.
i) Abstenerse de portar armas, a menos que se tenga salvoconducto oficial y autorización de la
Universidad.
j) Preservar, cuidar y mantener en buen estado las edificaciones, muebles, equipos y demás
materiales que la Universidad y los recintos de las instituciones a través de las cuales ella
complementa la formación que imparte, le ofrece para su formación personal y profesional y
responsabilizarse por los daños que en ellos ocasione.
k) Abstenerse de impedir o dificultar el acceso y el desarrollo de las clases.
l) No fumar ni consumir alimentos en los salones de clase, ni en otros recintos cerrados y
distintos de los destinados para estos efectos.
m) Asistir puntualmente a todas las sesiones de clase, someterse a las pruebas y evaluaciones
establecidas por sus profesores y dedicar al estudio y a la lectura las horas necesarias.
n) Representar dignamente a la Universidad en los eventos y actividades para los cuales sea
designado.
o) Pagar oportunamente las obligaciones económicas que se generen por su calidad de
estudiante.
p) No realizar actividades comerciales dentro de la Universidad sin la debida autorización de la
respectiva Unidad Administrativa.
f) Portar armas dentro de la Universidad, fuera del supuesto previsto en el literal “i” del
Artículo 100.
g) Asistir a la Universidad o a los recintos de las instituciones a través de las cuales ella
complementa la formación que imparte, en estado de embriaguez o bajo la acción de
estupefacientes o alucinógenos.
h) Ocasionar intencionalmente daños en las edificaciones, equipos y demás bienes
patrimoniales de la Universidad o de los recintos de las instituciones a través de las cuales ella
complementa la formación que imparte
i) Utilizar indebidamente el nombre de la Universidad.
j) Reincidir en faltas calificadas como leves por el Consejo de Facultad.
k) Incitar o inducir a otros a cometer cualquiera de las faltas indicadas en los literales de este
Artículo.
l) El uso indebido de las tecnologías de información y comunicación con incumplimiento de
las políticas de la Universidad para el uso de Internet, del correo electrónico y demás servicios
asociados.
ARTÍCULO 112. FALTAS LEVES. Constituyen faltas leves las violaciones en materia no
grave de los deberes del estudiante señalados en el Artículo anterior.
Igualmente, a finales del año 2010, se expidió un comunicado interno, en el que se precisa para
la Facultad de Derecho el alcance de algunas prohibiciones disciplinarias, al siguiente tenor:
“Una serie de estudiantes ha venido quejándose, a mi juicio con toda razón, del incremento del fraude
en las pruebas que solemos practicar para establecer el respectivo aprovechamiento en los estudios.
Invocan quienes presentan esta inquietud que no es justo que algunos obtengan buenos resultados a
través del fraude, en ocasiones aún mejores que los de sus compañeros, quienes sí han realizado un
esfuerzo serio y responsable para afirmar y demostrar la adquisición de los conocimientos que son la
causa de su permanencia con nosotros.
Es triste que alguien se matricule para adelantar estudios superiores, para prepararse con el fin de ser
un profesional competente, para tener un bagaje adecuado con el cual pueda retribuir el esfuerzo de sus
padres y del país y ofrecer un porvenir a la familia que llegue a formar. Pero que, paralelamente,
desperdicie la oportunidad y se dedique a la trampa, que de muy poco le va a servir: una trampa contra
sí mismo, contra quienes están colaborando para el adelantamiento de sus estudios y una trampa que lo
acostumbrará a ser deshonesto en su futuro.
Sin embargo, teniendo la responsabilidad de enfrentar decididamente esta conducta, hemos resuelto, bien
a nuestro pesar, tomar varias medidas, a saber:
Pedir a los profesores un mayor cuidado en el seguimiento de los exámenes y valerse, cuando quiera que
los cursos sean muy numerosos, del apoyo que puede ofrecer la Facultad en la vigilancia de las pruebas.
Colocar a los estudiantes con la suficiente separación entre ellos, valiéndose ojala de cuestionarios
distintos por filas de examinados.
Solicitar a los profesores que sean inflexibles, sin excepción alguna, en anular los exámenes en que se
presenten irregularidades, aún pequeñas, y someter de inmediato el caso a la Comisión de Facultad,
para que se adopten las medidas disciplinarias previstas en el Reglamento de Estudiantes.
Prohibir, de manera absoluta, el uso de celulares y de computadores durante los exámenes, así como de
chaquetas, sacos, bufandas, chales o similares. Igualmente, el de libros, cuadernos o equivalentes, salvo
aquellos que expresamente se autoricen. Estos elementos no pueden estar ni sobre las mesas o sillas de
trabajo o debajo de ellas, ni sobre las piernas de los estudiantes, debiendo dejarse fuera del salón o ser
colocados en la parte delantera del mismo. Si el examen es escrito, en la silla o pupitre solamente podrá
estar la hoja del examen y los textos expresamente permitidos, debiendo verificarse el contenido de estos.
Sabemos que la medida respecto de los computadores y celulares es incómoda para quienes tienen
registrados los códigos o los apuntes en los casos en que éstos se puedan consultar, pero no queda
remedio distinto del de exigir que esta información se maneje necesariamente de manera física.
Pedir a los profesores que, en la medida de lo posible, privilegien los exámenes orales e
individuales o en grupos muy pequeños, no superiores a tres personas.
Pedirles, igualmente, que entreguen previamente en la Secretaría de la Facultad los
cuestionarios escritos, cuando el examen sea por esta vía, para ser preimpresos y dotados de las
hojas necesarias para que se consigne en ellas la respuesta, con el fin de que no se acuda a
cuadernos, fólderes, etc.
Aplicar en la Comisión, con la máxima severidad posible, sanciones, no solamente calificando
con cero la prueba respectiva o la asignatura, sino examinando la permanencia del estudiante
respectivo en la Universidad.
Cordialmente,
Álvaro Mendoza Ramírez
Decano.”
A partir del día que se le hace entrega del proceso disciplinario, queda responsable de
todas las actuaciones que se generen en el proceso, razón por la cual debe estar
pendiente de los términos procesales y evitar el vencimiento de los mismos sin que
realice la actuación que corresponde.
Al terminar el periodo académico, el estudiante debe informar sobre los asuntos
pendientes como audiencias, envió de documentos, etc., diligenciando el formato de
estadística y estado de la actuación, el que debe entregar al asesor al momento de la
calificación personal de la carpeta.
Antes de hacer valer cualquier escrito o memorial dentro del proceso disciplinario,
dicho escrito deberá estar revisado y con firma de aprobación del asesor del área de
público.
Cuando se le entregue un proceso Disciplinario debe sacar copia en principio como
mínimo del auto que califica la falta disciplinaria y si lo cree conveniente sacara copia
de otros folios pertenecientes al proceso, así mismo deberá sacar copia del auto que
quede como resultado de cada audiencia en la que usted actué como defensor de oficio.
De todo cuanto es estudiante emita debe quedar copia en la carpeta de consultorio
jurídico.
El estudiante tiene el deber de presentar los documentos con pulcritud, buena
ortografía, buena redacción y buena digitación y deben estar fundamentados en la
normatividad, jurisprudencia y doctrina vigente.
Llegar a las asesorías con el tema estudiado y con el borrador del memorial que va ha
presentar en la audiencia correspondiente.
Para cada proceso deberá elaborar una autorización que lo faculte como estudiante
adscrito al Consultorio Jurídico de la Universidad de la Sabana a actuar dentro de
determinado proceso disciplinaria, dicha autorización deberá ser revisada y autorizada
por el director del consultorio.
Para cada revisión de carpetas con el asesor el estudiante deberá llevar la carpeta de
cada proceso, con todos los autos, oficios, notificaciones y memoriales que hagan parte
del caso. Así mismo la carpeta debe contener hoja de seguimiento.
Solicitar al monitor o los monitores del área de público en el horario que ellos ha
prefijado, orientación sobre el tema objeto de consulta.
Esta aclaración la hizo el Magistrado Ponente Sigifredo Espinosa en la Sentencia 33752 del 20
de octubre de 2010 de la Sala de Casación Penal, ya que a raíz de las reglas establecidas para la
participación de los estudiantes en procesos penales, la Ley 906 de 2004 les asignó poder para
la representación de las víctimas más no de los procesados, a lo cual se sumó que los códigos
anteriores, es decir el Decreto 2700 de 1991 y la Ley 600 de 2000, contenían disposiciones que
les permitían a los consultorios jurídicos asumir la defensa en algunos casos. Estas
circunstancias condujeron a una interpretación según la cual los estudiantes de los consultorios
jurídicos al parecer habían quedado excluidos de asumir defensas dentro del esquema penal
acusatorio, cuando en realidad la Ley 941 de 2005 en su artículo 14 incluye esta obligación, así
como la de que las universidades deben tener un convenio con la Defensoría del Pueblo para
que los consultorios jurídicos puedan actuar en los procesos acusatorios, bajo la condición de
ser supervisados por la universidad a través de su personal académico y sólo para los casos de
competencia de los jueces municipales, tanto con funciones de garantía como de
conocimiento.
El Presidente de la República de Colombia, en uso de las facultades que le confiere el numeral 3 del
artículo 120 de la Constitución Nacional, DECRETA:
Artículo 1. Los consultorios jurídicos a que se refiere el artículo 30 del Decreto Ley 196 de 1971,
deben cumplir los siguientes requisitos:
1. Estar dirigidos por un abogado titulado dedicado exclusivamente al consultorio, que tenga
experiencia en docencia universitaria o práctica profesional no inferior a cinco (5) años, quien
debe ejercer el profesorado en la facultad o ser abogado de pobres del Servicio Jurídico Popular.
Si el consultorio tuviere más de cien (100) alumnos, deberá contar igualmente con un director
administrativo.
2. Tener asesores que sean abogados titulados con experiencia profesional no inferior a tres (3)
años, en cada una de las áreas de derecho público, penal, privado y laboral, uno de tiempo
completo por cada cincuenta (50) alumnos en cada una de ellas, o de tiempo parcial
proporcional al número de alumnos.
3. Tener un monitor en cada una de las áreas mencionadas por cada veinte (20) alumnos
inscritos en ellas, quien deberá ser egresado, o alumno de último año de la carrera.
4. Disponer de locales en condiciones adecuadas para el trabajo de los profesores, monitores y
alumnos, y muebles, biblioteca y equipos suficientes para el funcionamiento del consultorio.
Artículo 2. El funcionamiento de los consultorios debe ser aprobado por el Tribunal Superior del
Distrito Judicial donde funcione la respectiva facultad – Sala de Gobierno -, previo el cumplimiento del
siguiente trámite:
2. El decano de la facultad interesada deberá enviar una solicitud al respectivo Tribunal,
acompañada del certificado que acredite el reconocimiento oficial de la misma, y de la copia
auténtica de la providencia por la cual la universidad o la facultad autoriza y reglamenta el
funcionamiento del consultorio.
3. Recibida la solicitud por el Tribunal, éste procederá a se estudio, y se la encontrare correcta,
ordenará practicar visita al consultorio para verificar el cumplimiento de los requisitos
señalados en el artículo anterior. Si de acuerdo con la documentación y la visita el Tribunal
encontrare que se cumplen los requisitos exigidos por las disposiciones vigentes al momento de
formularse la solicitud, le impartirá su aprobación, decisión que comunicará a la facultad
respectiva, al Ministerio de Justicia y al Instituto Colombiano para el Fomento de la
Educación Superior, ICFES.
Artículo 3. Los alumnos de los dos (2) últimos años de la carrera deberán trabajar en el consultorio
durante dos (2) semestres por lo menos, atendiendo los casos que se le asignen. En ningún caso se les
podrá encomendar la atención de asuntos distintos a los señalados en el artículo 30 del Decreto 196 de
1971.
Para poder actuar ante las autoridades jurisdiccionales, los alumnos requieren autorización expresa
dada para cada caso por el director del Consultorio, la cual se anexará al expediente respectivo.
Parágrafo. El cumplimiento de este requisito académico puede sustituirse por la prestación de servicios
por un lapso no inferior a un año y con posterioridad al sexto (6) semestre de la carrera, en cualquier
cargo de la Rama Jurisdiccional o del Ministerio Público, o por la vinculación en las mismas
condiciones como empleado público o trabajador oficial en empleos con funciones jurídicas en entidades
públicas de cualquier orden. Los consejos directivos de las respectivas facultades de derecho decidirán
sobre las solicitudes que presenten los alumnos sobre esta sustitución.
Artículo 4. De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 9 del Decreto 225 de 1977, las personas que
hayan terminado sus estudios de derecho podrán cumplir el requisito del servicio profesional para optar
al título de abogado en el consultorio jurídico de la respectiva facultad, siempre que se cumplan las
siguientes condiciones:
2. Que el consultorio haya obtenido la aprobación del Tribunal Superior, y reúna los requisitos
señalados en el artículo 1 de este Decreto en el momento en que se preste el servicio profesional.
3. Que a más del personal señalado en dicho artículo, cuente con un profesor de tiempo completo
o con uno de los abogados de pobres a que se refiere el artículo 30 del Decreto Ley 196 de
1971, por cada veinte (20) egresados, dedicado exclusivamente a la dirección de los trabajos
de los mismos, quien debe ser abogado titulado con experiencia profesional no inferior a tres
(3) años. Cuando se trate de atención de asuntos penales o de familia, esta dirección
preferentemente estará a cargo de profesores que fueren abogados del Ministerio de Justicia o
del Instituto Colombiano de bienestar Familiar.
4. Que el egresado haya obtenido la licencia temporal de que habla el artículo 32 del Decreto
196 de 1971 con antelación a su vinculación al consultorio, y haya sido seleccionado por la
respectiva facultad.
5. Que el profesional bajo cuya dirección trabajó el egresado y el director del consultorio
certifiquen el cumplimiento del requisito del servicio profesional, especificando cada uno de los
negocios adelantados por el practicante y la oficina ante la cual se tramitaron, el tiempo de
duración de la práctica y la calidad del trabajo realizado.
6. Que el egresado no haya sido sancionado disciplinariamente por la falta en el ejercicio de la
profesión dentro o fuera del consultorio.
Artículo 6. Para que el servicio profesional requerido para optar al título de abogado se pueda cumplir
con dos (2) años de ejercicio de la profesión, según lo dispuesto por el artículo 9 del Decreto 225 de
1977, deberán reunirse los siguientes requisitos:
a) Que al iniciar el ejercicio profesional el interesado haya obtenido la correspondiente licencia de
egresado a que se refiere el artículo 32 del Decreto 196 de 1971.
b) Que la práctica profesional se realice bajo la supervisión de abogados titulados, previamente
autorizados por la facultad donde terminaron los estudios los practicantes. La solicitud de autorización
deberá hacerse ante el consejo directivo de la respectiva facultad, quien podrá discrecionalmente aceptarla
o rechazarla. La lista actualizada de profesionales autorizados deberá ser enviada semestralmente al
Ministerio de Justicia.
c) Que durante la práctica profesional el egresado atienda desde su iniciación hasta su finalización un
mínimo de treinta (30) asuntos.
d) Que el practicante no haya sido sancionado por faltas contempladas en el Título VI del Decreto
196 de 1971.
Artículo 7. El cumplimiento del requisito del servicio profesional en el caso previsto en el artículo
anterior será certificado por el Ministerio de Justicia, previa solicitud escrita del interesado acompañada
de los documentos que se señale. En todo caso se pedirá al abogado que las supervisó certificación sobre
la realización de las mismas, con especificación de cada uno de los negocios adelantados por el
practicante y de la oficina ante la cual se tramitaron, tiempo de duración de la práctica y calidad del
trabajo realizado.
El Ministerio se abstendrá de certificar el cumplimiento del requisito del servicio profesional no solo por
el incumplimiento de los requerimientos señalados en el artículo anterior, sino también por la baja
calidad del trabajo realizado por el egresado, según la certificación expedida por quien tuvo a su cargo
la supervisión del mismo.
Artículo 8. Los egresados que pretendan ejercer la profesión en los casos a que se refiere el artículo 31
del Decreto 196 de 1971, deberán solicitar por escrito al Tribunal Superior del Distrito Judicial de su
domicilio la expedición de la licencia temporal, acompañado a su petición los siguientes documentos:
a) Certificado expedido por el decano de la respectiva facultad donde conste que ha cursado y aprobado
los estudios reglamentarios de derecho, con indicación de la fecha de terminación de estudios.
b) Certificado expedido por el director del consultorio jurídico de la respectiva facultad en donde conste
que cumplió plenamente con el requisito académico del consultorio jurídico.
Artículo 9. La solicitud a que se refiere el artículo anterior será repartida inmediatamente al respetivo
magistrado sustanciador, quien resolverá sobre su admisión dentro de los tres (3) días siguientes. Si la
encontrare admisible, la sala de decisión expedirá la licencia temporal. Si la encontrare inadmisible el
sustanciador, así lo decidirá en providencia motivada, contra la cual procede el recurso de súplica ante
los otros magistrados que componen la respectiva sala de decisión.
Parágrafo. En firme la providencia por la cual se otorga la licencia temporal, el Tribunal que la
hubiese concedido enviará copia al Ministerio de Justicia, División de Asesoría a la Rama
Jurisdiccional.
Artículo 10. Las solicitudes de licencia temporal serán repartidas por el Presidente del Tribunal a los
magistrados, en orden alfabético. El magistrado a quien corresponde el reparto actuará como
sustanciador e integrará la sala de decisión con los dos magistrados que le sigan en orden alfabético.
Artículo 11. En la actuación a que diere lugar la solicitud de licencia temporal será parte el Ministerio
Público, representado por el fiscal del Tribunal.
Artículo 12. En la licencia temporal que otorguen los tribunales superiores de Distrito Judicial,
deberán consignarse los siguientes datos:
a) Tribunal que otorga la licencia temporal.
b) Número y fecha de la providencia respectiva.
c) Nombre completo de la persona y documento de identificación personal.
d) Facultad de derecho donde cursó y aprobó los estudios reglamentarios y fecha de terminación de los
mismos, y
e) Fecha de terminación de la licencia temporal concedida.
Parágrafo. En ningún caso la licencia será prorrogable, ni se podrá expedir una nueva al vencimiento
de la concedida.
Artículo 13. Para litigar a los asuntos a que se refiere el artículo 31 del Decreto 196 de 1971, se
deberá presentar ante los funcionarios y autoridades competentes indicados en dicho artículo, la copia de
la licencia temporal concedida por el Tribunal Superior del Distrito Judicial, debidamente rubricada
por el presidente y secretario de la corporación.
No se podrá dar curso a los escritos que presente quien litigue con licencia temporal, mientras no
acredite ante el funcionario encargado de recibirlos, que dicha licencia está vigente.
Artículo 14. Las certificaciones a que se refieren el numeral 4 del artículo 4, el inciso 2 del artículo 7,
y el literal b) del artículo 8, se darán bajo la gravedad del juramento, para lo cual bastará la
presentación personal de los signatarios de las mismas ante cualquier despacho judicial.
Cualquier falsedad en dichas certificaciones será sancionada de acuerdo con lo dispuesto en el numeral 8
del artículo 4 del Decreto 2460 de 1971, el numeral 6 del artículo 4 del Decreto 1189 de 1974, y
demás normas que le sean contrarias.
Publíquese y cúmplase
Dado en Bogotá, D. E., a 1 de abril de 1977.
ALFONSO LOPEZ MICHELSEN
El Ministro de Justicia, César Gómez Estrada.
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