Evaluacion de Las Competencias Gerenciales de Equipo Directivo de Los Niveles Central y Desconcentrado de La Secretaria de Educacion de Honduras
Evaluacion de Las Competencias Gerenciales de Equipo Directivo de Los Niveles Central y Desconcentrado de La Secretaria de Educacion de Honduras
Evaluacion de Las Competencias Gerenciales de Equipo Directivo de Los Niveles Central y Desconcentrado de La Secretaria de Educacion de Honduras
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Las decisiones relacionadas con el poder también implican modificaciones en el
interior del sistema educativo hondureño. La aparición de nuevas figuras, roles y
funciones –como el de las Direcciones Departamentales, las Direcciones
Municipales, las ADEL - requiere un replanteo del modelo de gestión educativa, así
como la configuración de una actuación directiva colegiada, en la que si bien el
directivo no pierde su responsabilidad por los resultados, promueve el trabajo en
equipo, la delegación de tareas y la toma de decisiones compartida.
“Esta nueva perspectiva cambia el modelo y estilo que históricamente han asumido
los equipos de conducción al interior del sistema educativo. Estos roles que se
caracterizaron en líneas generales, por ser autocráticos y con funciones
burocráticas de transmisión y control, en la actualidad demandan una dirección
participativa, impulsora y coordinadora de actuaciones, que de soporte técnico,
que intervenga en la solución de conflictos. Es decir, que asuma el liderazgo en los
procesos de innovación institucional.” (M. C. y E., p. 24)
3
En función de lo anterior, esta investigación surge como una respuesta a los
diversos cambios que experimenta nuestro sistema educativo. Se presenta como
una estrategia para la toma de decisiones de política educativa que apunta a saber
el nivel y calidad de las Competencias Gerenciales que el equipo directivo pone en
práctica tanto en el nivel central como en el desconcentrado. Es un trabajo que
pretende arrojar luz sobre la actuación de los directivos en un contexto de reforma
educativa.
Identificar los factores críticos y de éxito por cada puesto directivo de la Secretaría
de Educación.
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competencias en el campo de la actuación directiva. Un aspecto importante en
este capítulo es la opción que se adopta para evaluar las Competencias
Gerenciales.
Esta es una investigación descriptiva exploratoria. Con ella se pretende hacer una
radiografía de lo que verdaderamente hacen los actores que toman decisiones. En
tanto en la estrategia metodológica, se combinaron herramientas propias de la
metodología cuantitativa y cualitativa.
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CAPÍTULO I:
I:
LAS COMPETENCIAS
GERENCIALES Y LA FUNCIÓN
DIRECTIVA
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CAPÍTULO I: LAS COMPETENCIAS GERENCIALES Y LA
FUNCIÓN DIRECTIVA
Todas las personas que están relacionadas con la educación, tienen ante sí una
tarea compleja. Conducir procesos educativos en la actualidad demanda una serie
de responsabilidades que tanto los docentes como los directivos de antes no las
tenían. La Función Directiva hoy, como nunca antes, es una actividad compleja.
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Los directivos tienen distintos grados de conciencia y sistematización acerca de los
supuestos tanto psicológicos, sociológicos, pedagógicos y epistemológicos tanto de
la función directiva como del aprendizaje y la enseñanza.
El desafío es cómo articular los supuestos teóricos –con fundamento científico- con
la actuación directiva. Esto supone una relación clara entre el “saber gerencial” con
el saber científico, el supuesto teórico con el conocimiento práctico.
“Por esta ignorancia, a menudo se asume como cierto lo que Bolman y Deal
(1987:241) denominan la "visión mitológica" del directivo. Así, frecuentemente, se
los identifica como "actores racionales que utilizan la mayor parte de su tiempo
planificando, organizando, coordinando y controlando actividades de sus
subordinados". Por otra parte, las publicaciones, los libros, las instituciones de
formación y los cursos que se imparten también suelen comunicar una imagen del
directivo como una persona moderna, imperturbable, bien vestida, con un
escritorio muy bien ordenado, ayudada por colaboradores leales y utilizando
sistemas de información sofisticados. O bien se les presenta como personas que
desarrollan planes estratégicos, que se comunican a través de estructuras bien
definidas y que consiguen los resultados que tan racionalmente habían previsto.”
(M. C. y E., 1998, p. 24).
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Si hacemos un análisis de la función directiva, encontraremos que de manera
genérica se pueden distinguir cinco grandes acciones que están interrelacionadas
entre sí. Así, se asume que un directivo es aquel que en su campo de actuación
debe: conducir, decidir, resolver conflictos, delegar y ejecutar acuerdos.
Hay diversos factores que condicionan la actuación de los directivos. Por razones
metodológicas se pueden enumerar los siguientes:
b) Las obligaciones: o sea las tareas que debe desempeñar debido al lugar que
ocupa y al status que posee dentro de la organización.
Como puede verse, “El trabajo directivo es complejo porque, entre otras cosas, las
tareas propias del “oficio directivo” están impregnadas por el Sistema de
Relaciones de la organización educativa.
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Esta complejidad puede reducirse en alguna medida si se establecen estrategias
viables y claras para trabajar con las demás personas. Sólo mediante un trabajo
colaborativo se puede transformar las instituciones educativas. Este trabajo de
equipo requiere una actitud de aprendizaje permanente en función de objetivos
institucionales y personales.” (Morel y Soleno, 2002, p. 51)
Por ello, como señala Senge (1992), “Nunca hubo tanta necesidad de dominar el
aprendizaje en equipo en las organizaciones. Los equipos se están transformando
en la unidad clave de aprendizaje en las organizaciones. El aprendizaje individual,
en cierto nivel, es irrelevante para el aprendizaje organizativo. Los individuos
aprenden todo el tiempo y sin embargo no hay aprendizaje organizativo. Pero si
los equipos aprenden, se transforman en un microcosmos para aprender a través
de la organización.” (p. 296).
Según Morel y Soleno (2002), la función directiva en los Centros Educativos tiene
al menos cuatro características:
• En primer lugar, hay que distinguir claramente entre las funciones de los
miembros de la organización y las especificaciones de los roles y
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responsabilidades de cada una de las personas. La experiencia ha mostrado
que en una institución educativa necesariamente deben existir personas
cuya responsabilidad sea la función de enseñanza y otras cuya función sea
el rol directivo.
• En segundo lugar, las personas encargadas de la función directiva deben
poseer atributos especiales tanto de liderazgo como de competencias
específicas para la toma de decisiones. Estos atributos pueden ser
adquiridos de dos formas posibles: la primera, consiste en aquellas personas
que tienen cierto “carisma”, un cierto liderazgo que les permite influir
fácilmente en otras personas. La segunda, mediante un proceso de
formación permanente.
• En tercer lugar, se ha demostrado que para que la Gestión Institucional
tenga éxito, se necesita que las instituciones educativas tengan cierta
autonomía.
• En cuarto lugar, la transformación educativa está condicionada al
reconocimiento y fortalecimiento de iniciativas de parte del Equipo Directivo
y de la comunidad educativa.
Tal como se afirmó, la función directiva es una tarea compleja con múltiples
dimensiones, la misma requiere una alta cuota de liderazgo y compromiso. El
liderazgo que debe poseer un directivo le garantiza mantener una visión integral
de la institución. Hay que recordar que sólo una actitud clara hacia el liderazgo
puede brindar una idea de totalidad institucional.
Como nos dice Lynch (1999), “Es importante señalar que liderazgo no es sinónimo
de líder; éste es una persona, en tanto que liderazgo es un fenómeno construido
socialmente que tiene la capacidad de influir en el comportamiento de personas,
incluida la del líder; también de grupos y de organizaciones en su más amplio
significado.” (p. 26).
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Sin duda, la competencia de liderazgo es vital para producir un cambio
transformacional en las organizaciones. El liderazgo ha sido un fenómeno muy
estudiado y existe en la actualidad diversos enfoques y propuestas para su
desarrollo. Intentaremos lo más sucintamente posible describir los elementos
esenciales en las dimensiones de liderazgo relacionadas con este cambio cultural.
En primer lugar, el conocimiento de uno mismo, sin el cual es muy difícil producir
cambios y modificaciones en el comportamiento de otras personas. La gente sabia
busca el liderazgo no sólo en su organización sino también en su vida. Si se
pretende iniciar una innovación, el líder es el primero que debe estar dispuesto a
aprender cosas nuevas y por tanto a desaprender, actitudes y hábitos.
En suma, la función directiva –en tanto actuación compleja- requiere de una serie
de competencias que deben ponerse en práctica.
Se reconoce, de manera general, que una persona es competente para hacer algo
cuando demuestra que lo sabe hacer. Si el algo tiene que ver con el trabajo, puede
decirse que la persona es competente en su trabajo; es decir, tiene o posee
competencia laboral. La competencia es, entonces uno más de los diferentes
atributos de la persona -en su carácter de trabajador- y dicha competencia es, por
lo tanto, identificable en la persona misma. La identificación de la competencia
laboral de un directivo, resulta posible si y sólo si está también definido el campo
ocupacional en el que se aplicará la competencia.
Por esto, resulta procedente establecer que en materia del campo de la actuación
directiva, un directivo es competente cuando demuestra que sabe, es decir, que es
capaz de realizar la actividad directiva especificada, en condiciones de
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eficiencia, de eficacia y de funcionalidad. Debido a lo anterior, toda acción de
identificación de competencia gerencial del equipo directivo requiere,
necesariamente, contar con los indicadores y, en su caso, con los parámetros de
referencia que hagan posible que la competencia esté referida a aspectos
concretos identificables en el campo de actuación directiva. Cuando se trata de un
caso individual, el problema es muy fácil de resolver, y puede decirse que ha sido
resuelto sin mayores dificultades en las distintas épocas y en los diferentes
contextos en las que se ha dado o se está dando la producción de bienes y
servicios.
Sin embargo, cuando la situación cambia en su alcance los parámetros no son tan
claros como creemos. Para el caso, durante la última década en América Latina se
ha hablado frecuentemente de la educación con enfoque de competencias; en un
primer momento se hizo referencia a las competencias laborales, debido al interés
que el sector productivo mostraba por contratar personal que contara con ciertas
habilidades y conocimientos que los hicieran competentes y eficientes en su
trabajo cotidiano.
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No es fácil acotar el concepto de competencia, cuando una somera revisión de la
literatura sobre este campo, además de evidenciar los continuos esfuerzos
dedicados a esta tarea y las diferentes formas para establecer su concreción desde
lo psicológico, pedagógico, laboral, social, etc., indican que este término no es
unívoco.
Así, se dice que competencia es una capacidad general fundada sobre los
conocimientos, la experiencia, los valores y las disposiciones duraderas y capaces
de percibir, pensar y evaluar. Por otro lado se asume que las competencias se
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refieren a las capacidades complejas, que poseen distintos grados de integración y
se ponen de manifiesto en una gran variedad de situaciones correspondientes a los
diversos ámbitos de la vida humana personal y social. Son de alguna manera,
expresiones de distintos grados de desarrollo personal y participación activa en los
procesos sociales.
Lo que hay que tener claro es que las competencias se adquieren en diversos
campos y ámbitos: tanto formales, no formales e informales. Así, se sostiene que
son aprendizajes que en muchas ocasiones se adquieren y “se promueven sin una
mediación pedagógica explícita, y que tienen lugar espontáneamente a partir de
las relaciones del individuo con su entorno humano, social, cultural, ecológico; /las
que/ no se hallan institucionalizadas como educación, aunque las instituciones
estén penetradas por ella.” (Jaume, 1986, p. 25)
15
Desde el punto de vista de la psicología del trabajo, se distinguen:
Según Thornton y Byham (1982) citado por Levy-Leboyer (1997), podemos inferir
la presencia de competencias universales para los mandos Superiores. En este
sentido se ofrece la siguiente reagrupación:
Competencias Comunicativas.
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Competencias para detectar, formular y resolver problemas.
Competencias de Autoridad y Sensibilidad.
Competencias de Liderazgo y Delegación.
Competencias para tolerar el estrés y negociar.
Competencias para adaptarse e Independencia.
Por su lado, Aubrun y Oritiamma (1990), las clasifican en cuatro grandes grupos:
Así, podemos afirmar que “Las competencias profesionales hacen referencia a los
conocimientos, habilidades y actitudes que los profesionistas tienen para
desempeñarse de manera eficiente y con calidad en un ámbito laboral especifico.
Dichos conocimientos y habilidades son resultado no sólo de la experiencia
adquirida vía los estudios y el trabajo, sino también de los contenidos que
trabajados sistemáticamente les ofrecen a los estudiantes una visión más amplia
de su profesión. Esto implica una cosmovisión particular, una visión de la realidad,
entender y explicar desde referentes teóricos puntuales un fenómeno e intervenir
desde una profesión particular en diferentes contextos. (…) Las competencias
laborales, hacen referencia a los conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes
que el mercado laboral demanda de los trabajadores para que éstos puedan
intervenir concretamente en una función productiva especifica.” (Altamirano,
2004, p. 5)
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tanto para el éxito en la vida en general, como para la capacidad de adaptación”
(Resnik, 2000, p. 1)
Todo esto nos lleva a una primera constatación: que la competencia se refiere
a las funciones, tareas y roles de un profesional -incumbencia- para
desarrollar adecuada e idóneamente su puesto de trabajo -suficiencia- que
son resultado y objeto de un proceso de capacitación y cualificación.
(Fernández, 1999)
Como puede verse, las competencias se definen a partir del análisis de tareas y
han de cumplir una serie de requisitos para tener una aplicación, sea en la
formación o en la selección de aspirantes.
18
Perspectiva Perspectiva
del mundo Competencia del mundo
laboral Gerencial de la
formación
Desde este punto de vista, las Competencias Gerenciales son aquellas habilidades,
conocimientos y actitudes que la profesión directiva requiere para poder
desarrollarse de forma eficiente en el mercado laboral. Lo anterior es valido tanto
si nos ubicamos en escenarios centralizados como en espacios descentralizados. En
definitiva, en ambos se toman decisiones.
19
identificando las capacidades que integra y moviliza en los diversos contextos
en los que actúa.
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las competencias no son reducibles ni al saber, ni al saber-hacer, por tanto no
son asimilables a lo adquirido en formación. Poseer unas capacidades no
significa ser competente.
En quinto lugar, sin las competencias son definibles en la acción, el contexto se
convierte en un elemento clave al momento de evaluar la competencia. En
otras palabras, si no hay más competencia que aquella que se pone en acción,
la competencia no puede entenderse tampoco al margen del contexto particular
donde se pone en juego.
La perspectiva del mundo del trabajo se hace presente a través del análisis de la
actividad del profesional en su entorno laboral y de la identificación de los
estándares que se utilizan para evaluar la profesionalidad de su desempeño.
21
CAPÍTULO II:
LA EVALUACIÓN DE LAS
COMPETENCIAS GERENCIALES EN
EL MARCO DE LA FUNCIÓN
DIRECTIVA
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CAPÍTULO II: LA EVALUACIÓN DE LAS COMPETENCIAS
GERENCIALES EN EL MARCO DE LA FUNCIÓN
DIRECTIVA
La idea que está sociada a una evaluación de las Competencias Gerenciales del
equipo directivo como dispositivo para la mejora y desarrrollo de la función
directiva, está en correspondencia con la asunción de un equipo que reconoce sus
limitaciones y problemas, y que al mismo tiempo, convierte a ambos en
oportunidades para su transformación según los propósitos institucionales. Desde
una perspectiva estratégica, evaluar las competencias directivas con la idea de
mejorar la actuación del equipo directivo, no es tarea facil, requiere de una alta
cuota de sacrificio y hasta cierta medida de humildad, requiere tener la madurez
necesaria para reconocer la posibilidad de transformar nuestra práctica de manera
continua y permanente.
23
Por otro lado, la idea asociada a una evaluación de Competencias Gerenciales
como producto de un proceso de rendición de cuentas, toma de la mano la
necesidad de rendir exámen por nuestras actuaciones. Es una evluación reactiva
que puede volverse una rutina y ser aprovechada con fines puramente técnicos.
Lo anterior tiene una sencilla explicación: si se hace un breve exámen del uso de las
evaluaciones, nos daremos cuenta que las mismas han sido realizadas por agentes
externos y generalmente su finalidad ha sido controladora. Así, cuando se habla de
evaluar un sistema educativo específico, se plantean lo que a juicio de algunos
“expertos” se consideran como los principales problemas. Lo anterior ha tenido como
efecto perverso el hecho que la propia evaluación se considere contradictoria pues con
el discurso de la mejora lo que se hace es el control.
24
Por otra parte, se debe reconocer que el concepto de evaluación es complejo y
difuso. En este sentido, hay especialistas que dudan de la objetividad de este
proceso. “No existen modelos precisos, universales, objetivos, cuantificables de
calidad directiva. Nadie sensato puede postular una batería de instrumentos de
control de validez general. Por mucho que hayan evolucionado la psicología social
y la investigación sobre dirección de empresas, las aportaciones son difíciles de
trasladar a los Centros Educativos, donde las políticas de personal siguen unas
reglas sui generis y donde la institución se caracteriza por la pluralidad de
intereses, valores, creencias y compromisos. Si a ésto se añaden las vacilaciones
de interpretación y la lentitud en la incorporación a normas legales de conceptos
como Equipo Directivo (L.O.D.E., 1985), autonomía pedagógica y organizativa
(L.O.G.S.E., 1990) y evaluación del sistema (L.O.G.S.E., 1990)
comprenderemos por qué son tan raros los ejemplos de autoevaluación directiva.”
(Gairín, J., 1991, p. 4 )
Lo primero que hay que hacer es reconocer que la actual actuación directiva
puede mejorarse. Con ello, se establece una predisposición positiva hacia
los posibles cambios, al tiempo que se diluyen los fantasmas de la pura
rendición de cuentas.
25
Se requiere del compromiso del equipo directivo. Este compromiso debe
hacerse más evidente al momento de establecer con claridad los criterios
que permitirán evaluar tales competencias directivas.
Se requiere ver la evaluación de la competencias directivas como parte de
un proyecto integrador mayor. La evaluación de las competencias directivas,
no son otra cosa sino una de las piezas del entramado evaluativo de una
determinada institución, en este caso la Secretaría de Educación. En ese
sentido, el proceso de evaluación de las competencias deben participar
coherentemente con el significado y funcionalidad que la idea de evaluación
que porta el Sistema Educativo en general.
Se requiere tener claridad que la evaluación de las competencias debe estar
en función de la institución educativa donde se desarrolla el campo de
actuación directiva.
Se requiere asumir que tanto el plan de evaluación como sus conclusiones
sean interpretados desde una perspectiva realista y prudente. Las
organizaciones no cambian de un día a otro y requieren procesos de
reflexión, de crisis y de maduración que cristalizan sólo con esfuerzo y
tiempo.
1
Cullen, (1997), desarrolla este modelo para definir lo que él llama los fundamentos de un
currículum. Sin embargo, en la presente investigación hemos optado por hacer un traslado de su
modelo para pensar los fundamentos de la evaluación de las Competencias Gerenciales.
26
Debe poseer una consistencia racional, tanto en la construcción del
fundamento del proyecto de evaluación como en los instrumentos a utilizar.
La consistencia racional le da validez científica al proceso.
Debe poseer una prudencia razonable, entendiendo ésta como la disposición
del equipo directivo a transformar el proceso de evaluación de manera
permanente.
Sin entrar a considerar demasiado en este aspecto, se hace necesario destacar que
cuando hablamos de la evaluación de las Competencias Gerenciales o más
claramente, de la evaluación de las competencias del equipo directivo, estamos
hablando de un “proyecto formativo integrado”. Se trata de tres componentes
básicos y necesarios del proceso de evaluación de las competencias. Si faltara
cualquiera de estas tres condiciones nos estaríamos alejando de lo que supone el
concepto y el sentido de la evaluación en el campo de actuación.
27
Se trata de proyectos formativos en el sentido de que su finalidad última es
obtener mejoras en la formación de las personas que toman decisiones: los
directivos. El debate sobre la naturaleza de la formación, es una cuestión central
en el proceso de evaluación. La idea general de la que no podemos apartarnos es
que cualquier evaluación debe necesariamente apuntar a mejorar la formación de
las personas involucradas en el proceso. No se trata, como es obvio, de aprender
cosas sino de formarse. Esa es la gran misión de la evaluación de las
Competencias Gerenciales.
28
Optando por un modelo de definición, en esta investigación se desarrolla un
análisis inspirado en las tres dimensiones básicas definidas por Arturo de la Orden
para determinar la calidad de un servicio educativo: eficacia, eficiencia y
funcionalidad, y entendiendo por eficacia la capacidad para alcanzar objetivos y
fines, por eficiencia su capacidad para alcanzarlos con el menor coste (en su
amplia acepción) posible, y por funcionalidad la capacidad para satisfacer las
exigencias de su entorno y de la comunidad a la que sirve.
Desde la perspectiva de la eficacia hay una diversidad de áreas que pueden ser
tomadas en cuenta. Sin embargo, por razones metodológicas y desde un enfoque
clásico se pueden identificar grandes campos de actividad:
29
llegada. Planificar es un proceso que nos permite caminar correctamente usando
las estrategias y recursos adecuados y en un tiempo determinado.
Evaluar una actividad tan compleja como la Planificación no es tarea fácil. Sin
embargo, existen determinados criterios que pueden ser tomados en cuenta:
30
Un sexto criterio tiene que ver con el ¿cuándo?. Se trata de la evaluación de la
temporalización de las actividades. Para ello, hay que tomar en cuenta las
condiciones institucionales así como los alcances de las actividades.
31
• “Hacia los órganos de gobierno y el conjunto del Centro, asimilándolos como
partes de la estructura formal (…)
• Hacia los órganos de coordinación docente, asimilándolos a la estructura
funcional (…)
• Hacia el personal del Centro. Podemos analizar si existe claramente
reglamentación con indicadores (…)
• Hacia nosotros mismos, como equipo y como personas organizadas.” (p.
9)
32
El campo de actividad directiva eficaz relacionado con la Gestión de
recursos. Si hablamos de recursos en un Plan Directivo, habrá que diferenciar en
primer lugar los tres tipos de recursos que forman parte fundamental de la función
directiva: se trata de los recursos materiales, los recursos humanos y los
funcionales. Para evaluar cada uno de estos tipos de recursos se utilizan
instrumentos y herramientas específicas. Dentro de ello, cabe destacar la
evaluación de los recursos funcionales, vale decir, el uso del tiempo.
• La recolección de información.
• La difusión y socialización de la información.
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Surgen aquí preguntas claves tales como: ¿en qué medida las acciones que se
implementan están permitiendo conseguir las finalidades propuestas?; ¿es
necesario realizar algún tipo de ajuste a las acciones, recursos, tiempos o
responsables que inicialmente se fijaron?, etc.
A este respecto, es importante que los miembros del equipo directivo establezcan
acuerdos en cuanto a los:
• momentos,
• criterios a utilizar,
• instrumentos,
• responsables,
Como plantean Morel y Soleno (2002), “En general, puede decirse que las
evaluaciones deben cumplir con ciertas condiciones básicas:
• Una evaluación debe ser útil. Es decir, debe ayudar a identificar lo bueno y
lo malo de lo que se está realizando, brindando información clara y
oportuna.
• Una evaluación debe ser factible. Deben emplearse dispositivos de
evaluación que no presenten dificultades.
• Una evaluación debe ser ética. Es decir, debe basarse en actitudes de
honestidad, mutua aceptación y respeto. El informe de evaluación por
tanto, debe ser honesto y proporcionar todas las virtudes y defectos de
cada componente.
• Una evaluación debe ser clara. Debe describir con precisión los aspectos
evaluados y las interpretaciones realizadas, de modo que las conclusiones
tengan validez y confiabilidad.( p. 197).
34
La función directiva, por sus características innatas, es siempre una actividad viva,
activa, en movimiento. Como tal, las instancias de evaluación serán el motor que
permitirá que la misma siga funcionando en coherencia con los objetivos
establecidos.
Tal como señala Gairín J. (1991), “El grado de desarrollo y calidad de cada una y
del conjunto de estas áreas de actividad produce un efecto de gestión directiva
que se percibe globalmente como característica de gestores competentes o
incompetentes en la medida en que los resultados alcanzados se acerquen o se
alejen de lo deseable.” (p. 7)
35
El campo de la actividad directiva eficiente relacionado con la evaluación
del uso racional del tiempo. Este es un campo de actividad de capital
importancia, del curso que tome el mismo dependerá en gran parte el éxito o
fracaso de la actuación directiva. Así, como sostienen Morel y Soleno (2002), “Uno
de los comentarios más frecuentes en las personas que ocupan cargos directivos
es “me falta tiempo para hacer las cosas”. Pareciera que el tiempo es uno de los
recursos más escasos con que dispone un directivo. El uso racional del tiempo es
una de las dificultades mayores que enfrentan. Dirigir una institución educativa
requiere la realización de un conjunto de actividades que obligan a quien la dirige,
a tener las estrategias adecuadas para hacer un buen uso del tiempo. El tiempo es
un bien escaso en la Acción Directiva. El tiempo no puede estirarse o encogerse
según el antojo de la gente. Es un bien que hay que saber usar. Por ello, una
condición para la Dirección democrática es un uso racional del tiempo. Para hacer
un uso racional del tiempo, se requiere en primer lugar, tener la habilidad para
saber delegar diversas actividades y, en segundo lugar, desarrollar una buena
estrategia para el trabajo personal en forma ordenada.” (p. 98)
Hacer un uso racional del tiempo es condición necesaria para una actuación
directiva eficiente. Sin embargo, llevar a cabo tal actividad requiere un esfuerzo
personal y colectivo. “La adquisición y el mejoramiento de los hábitos de trabajo
personal comienza por la voluntad y el intento de evaluación de los hábitos que se
tienen. Preguntarse hasta qué punto influyen esos hábitos en el uso del tiempo o
conocer cuáles son los hechos y situaciones que originan un excesivo consumo de
tiempo poco provechoso deberían ser dos propósitos fundamentales.” (M.C.y E.,
1998, p. 52).
36
El campo de actividad directiva eficiente relacionado con la evaluación
del aprovechamiento de los recursos. Desde la dimensión de la eficiencia los
recursos son de fundamental atención. Constituyen el elemento que puede llevar a
una actuación caracterizada por el despilfarro o por el uso racional de tales
recursos.
Tal como afirma Gairín J., (1991) “Si el valor eficacia estaba fundamentalmente en
relación con los objetivos y el de eficiencia con los medios, el valor funcionalidad lo
está con las expectativas; de ahí que definamos los polos extremos de mayor y
menor calidad directiva desde esta dimensión con los calificativos de adaptable y
rígido respectivamente, en función del grado de respuesta a las demandas que
tácita o expresamente surgen del contexto y de la sociedad.” ( p. 14)
De la misma forma que con los dos principios anteriores, la función directiva
funcional tiene campos de actividad directiva que pueden ser evaluados:
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El campo de actividad directiva funcional relacionado con la evaluación
de la adaptación a las expectativas de los usuarios. Una actuación directiva
funcional debe recoger las expectativas del contexto en el que está inserta su
actividad. No se trata de ser meramente reactivo a las demandas del entorno, sino,
más bien, de responder de manera estratégica a tales expectivas.
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En definitiva, se trata de una evaluación de la función directiva desde tres ángulos:
la eficacia, la eficiencia y la funcionalidad. Los tres se complementan e
interrrelacionan.
39
CAPÍTULO III:
EVALUACIÓN DE LAS
COMPETENCIAS GERENCIALES
DEL EQUIPO DIRECTIVO DE LOS
NIVELES
NIVE LES CENTRAL Y
DESCONCENTRADO DE LA
SECRETARÍA DE EDUCACIÓN
40
CAPÍ TUL O III:
EVAL UACIÓN D E LAS COMP ETENCI AS
GER ENCI ALE S D EL EQUIPO D IR ECTIVO D E LOS
NIVEL ES CE NTR AL Y D ESCONCENTR AD O D E LA
S ECR ETAR ÍA D E ED UCACI ÓN
41
Asimismo, la SE tiene mandos superiores en los dos niveles; entre los mandos
superiores del nivel central y el nivel desconcentrados no necesariamente siempre
hay una relación jerárquica de subordinación; un jefe del nivel central no es jefe
de un director departamental. Digo lo anterior porque por “mando superior” estoy
entendiendo un nivel de dirección y de decisión dotado de autonomía y limitado
por el perfil del cargo y por las políticas educativas.
De alguna manera, la edad del equipo directivo está dada por las leyes educativas.
El patrón de edades del equipo directivo central no guarda diferencias sustantivas
con el patrón de las edades del equipo directivo desconcentrado.
Los rangos extremos de edad del equipo directivo central obtienen los porcentajes
más altos; el 23.1% del personal directivo central oscila entre los 30 y los 35 años
de edad (el rango más joven) y el 30.8% tiene más de 55 años. Si sumamos,
tenemos que entre los más jóvenes y los más viejos alcanzan el 53.9% del
personal directivo; ello —más que ventajas y desventajas— supone retos y tareas
para la SE. Por lo primero, el que el segundo mayor grupo etario del equipo
directivo de la SE sea el más joven, permite visualizar no sólo su vida útil sino que,
también, prever la formación y la capacitación de ellos; y por lo segundo, el que el
mayor grupo etario del equipo directivo de la SE sea el más viejo obliga a prever
no sólo la inevitable jubilación sino que, también, la planificación del relevo
profesionalmente pertinente. Esto último implica —más allá de que sean
escalafonarios o de confianza los cargos que ahora ocupa el 30.8% que tiene más
de 55 años— la posibilidad de modificar sustancialmente el mapa o perfil
profesional del equipo directivo central.
42
CUADRO 1: RANGO DE EDAD DEL EQUIPO DIRECTIVO
Nivel central Directores departamentales
Edad Frecuencia % Frecuencia %
30 - 35 años 3 23.1 2 11.8
36 - 40 años 1 7.7 3 17.6
41 - 45 años 1 7.7 1 5.9
46 - 50 años 2 15.4 2 11.8
51 - 55 años 2 15.4 5 29.4
Más de 55 años 4 30.8 4 23.5
Total 13 100 17 100
43
El equipo directivo desconcentrado es levemente más viejo o menos joven, lo que
de alguna manera se explica por el hecho que en los nombramientos en las
departamentales —si bien no están exentos de los ajetreos políticos— pesan más
los criterios escalafonarios (méritos profesionales, nivel académico, categoría,
experiencia).
44
III.1.2. LA EXPERIENCIA DEL EQUIPO DIRECTIVO DE LA SECRETARÍA DE
EDUCACIÓN
80
71.9
70
60
46.9
50
Total
40
Porcentaje
30 25 23
18.8
20 15
8 6
10 3.1
1
0
Docente Técnico-docente Consultor Gerencia (directiva) Otro
45
El 25% de los encuestados tiene experiencia como técnico-docente, han hecho
carrera no sólo como docentes sino que también como directivos. Grosso modo,
los anteriores pueden ser enunciados como datos positivos de la experiencia del
personal directivo de la SE.
46
etapa que puede ser enunciada como etapa de formación de docentes en el nivel
de Educación Superior y recién estemos iniciando la etapa de implementación del
sistema de formación inicial de docentes en Educación Superior.
47
III.1.3. CANTIDAD DE PERSONAL BAJO EL MANDO DEL EQUIPO
DIRECTIVO DE LA SECRETARÍA DE EDUCACIÓN
48
CUADRO 4: CANTIDAD DE PERSONAL BAJO EL MANDO DEL EQUIPO DIRECTIVO
Nivel central Directores departamentales
Frecuenci
Cantidad de personal a % Frecuencia %
1 - 10 Personas 4 26.7 1 6.7
11 - 20 personas 4 26.7 3 20.0
21 - 30 personas 3 20.0 6 40.0
31 - 40 personas 2 13.3 3 20.0
41 - 50 personas 2 13.3 2 13.3
Más de 60 personas
Total 15 100 15 100
49
III.1.4. LOS ESTUDIOS Y LA TITULACIÓN DEL EQUIPO DIRECTIVO DE LA
SECRETARÍA DE EDUCACIÓN
50
CUADRO 6: NIVEL ACADÉMICO DE LOS MANDOS INTERMEDIOS
Directores
Nivel central departamentales
Frecuenci Porcentaj Frecuenci
Nivel académico a e a Porcentaje
Medio 2 16.7 1 16.7
Licenciatura 8 66.7 4 66.7
Post-Grado 2 16.7 1 16.7
Total 12 100.0 6 100.0
51
CUADRO 8: TÍTULO ACADÉMICO EN ADMINISTRACIÓN Y GESTIÓN DEL EQUIPO DIRECTIVO
Nivel central Directores departamentales
Título Frecuencia % Frecuencia %
Administración 10 37.0 11 40.7
No administrativo 17 63.0 16 59.3
Total 27 100.0 27 100.0
52
culturas y, a veces, hasta con otras lenguas, sino que también implica adquirir otra
mirada sobre nosotros mismos y sobre nuestro hacer.
CUADRO 10: LUGAR DONDE OBTUVO LOS TÍTULOS O DIPLOMAS EL EQUIPO DIRECTIVO
Nivel central Directores departamentales
Origen Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje
Honduras 24 68.6 27 90
En el extranjero 11 31.4 3 10
Total 35 100.0 30 100.0
53
administración y gestión, por otro lado. Aunque no todas las responsabilidades ni
perfiles necesarios en el equipo directivo del nivel central son pertinentemente
pedagógico-curriculares, sí todo lo que haga el equipo directivo central está
relacionado con —y afecta directamente a— los asuntos específicamente
educativos. Mayor incidencia de estudios en educación, y en administración y
gestión del equipo directivo central redundaría en mayores niveles de pertinencia
educativa de la gestión y en una mayor comprensión de la naturaleza específica
del trabajo pedagógico-curricular.
54
a. la modernización de la estructura del sistema educativo (SEN),
b. el diseño e implementación del Currículo Nacional Básico (CNB),
c. la calidad y relevancia de la educación,
d. la descentralización, y
e. la gestión, la rendición de cuentas y el financiamiento.
Las áreas de acción que más son conocidas por el equipo directivo central son
tres: primera, la modernización de la estructura del sistema educativo nacional (es
conocida por el 100% del equipo directivo central); segunda, la gestión, la
rendición de cuentas y el financiamiento (por el 100%); y tercera, la calidad y
relevancia de la educación (92.9%). En cambio, sólo el 57.1% del equipo directivo
del nivel central reconoce y reclama para sí tanto al diseño e implementación del
CNB como la descentralización.
55
CUADRO # 11: CONOCIMIENTO DEL PLAN DE ACCIÓN Y ESTRATEGIA 2002-2006 (EN %)
ÁREAS
CONOCIMIENTO MODERNIZACIÓN CNB CALIDAD Y DESCONCENTRACIÓN GESTIÓN
DEL SEN RELEVANCIA Y...
NC DD NC DD NC DD NC DD NC DD
SÏ 0 11.1 42.9 27.8 7.1 5.6 42.9 27.8 0 11.1
NO 100 88.9 57.1 72.2 92.9 94.4 57.1 72.2 100 88.9
56
(aceptable, 80%); y una valoración baja (entre 60 y 70%). Llama sí la atención
que tanto el valor más alto como el más bajo recaigan sobre competencias que
tienen una relación directa: el 100% del equipo considera una competencia la
dirección del personal mientras que el 33.3% no considera que el manejo del
estrés sea una competencia gerencial. Evidentemente, una competencia implica a
la otra; no se puede dirigir bien el personal si no se controla el estrés laboral a
tiempo, si culturalmente no se le da tratamiento de posible neurosis. El manejo del
estrés tiene, además, incidencia directa ya no tanto en la resolución de conflictos
(percibida como competencia por el 93.3% del equipo directivo) como en la
prevención de los mismos; y, a la vez, incide en la motivación del equipo, en la
orientación adecuada de la motivación del personal a focos institucionales: a metas
y objetivos.
57
CUADRO # 12: PERCEPCIÓN DE LAS HABILIDADES GERENCIALES O COMPETENCIAS
DIRECTIVAS
Nivel Directores
Habilidad gerencial central departamentales
Si No Si No
Administración del tiempo 86.7 13.3 70.6 29.4
Dirección del personal 100.0 70.6 29.4
Delegación 73.3 26.7 100.0
Planeación estratégica 80.0 20.0 94.1 5.9
Comunicación 93.3 6.7 88.2 11.8
Creatividad 73.3 26.7 76.5 23.5
Ética 73.3 26.7 70.6 29.6
Resolución de conflictos 93.3 6.7 94.1 5.9
Cultura abierta a la innovación 86.7 13.3 76.5 23.5
Liderazgo 93.3 6.7 94.1 5.9
Manejo de tecnologías de la 80.0 20.0 88.2 11.8
información y comunicación
Manejo de estrés 66.7 33.3 64.7 35.3
Motivación 80.0 20.0 82.4 17.6
Gerencia de proyectos 80.0 20.0 88.2 11.8
Trabajo en equipo 100.0 94.1 5.9
Toma de decisiones 100.0 88.2 11.8
Negociación 86.7 13.3 94.1 5.9
58
cuya valoración está más escindida es el manejo del estrés (64.7%, 2% manos
que el equipo directivo central).
Cabe destacar dos fenómenos: uno, la competencia en la más coinciden; y dos, las
competencias en las que menos coinciden. El primero: ambos grupos directivos
coinciden en la valoración de la competencia “manejo de estrés”; el 33.3% del
equipo central no la considera una competencia, y el 35.3% del equipo
desconcentrado opina igual. Creo que el segundo equipo cuenta con más bases
para opinar así, manejan estructuras administrativas más pequeñas y su trabajo
—aunque desconcentrado— cuenta con un alto nivel de direccionalidad; el primer
equipo enfrenta más presiones no sólo técnicas sino que también políticas, es este
equipo el que “tiene que” —no necesariamente es así— generar iniciativas
técnicas, lidiar con los procesos de consenso nacional. Por ello, es de asumir que
los niveles de estrés son más altos en el nivel central, los efectos más visibles: la
percepción de esta competencia debería ser más alta. Como sea, si existen, los
conflictos son menores en el nivel desconcentrado. El segundo: la dirección de
personal y la delegación son las competencias en las que menos coinciden: el
100% del equipo directivo central considera que la dirección de personal es una
competencia, mientras que sólo el 70.6% del equipo desconcentrado opina igual
(es decir: el 29.4% opina lo contrario). A la inversa, el 100% del equipo
desconcentrado opina que la delegación de funciones es una competencia y el
26.7% del equipo central opina lo contrario.
Nivel Directores
Habilidad gerencial central departamentales
Sí No Sí No
Dirección del personal 100 70.6 29.4
Delegación 73.3 26.7 100
59
Estos valores de percepción proporcionalmente inversos no llamarían la atención si
no fuese porque se trata de dos competencias más que álgidas: la dirección de
personal y la delegación de funciones. El sector educación es el sector que más
empleo público concentra y el nivel desconcentrado es el nivel de la SE que más
empleados concentra; el verdadero valor semántico de ese 29.4% (que no
considera que la dirección de personal es una competencia) es paradojal, pues en
el nivel desconcentrado es donde más necesario es esa competencia. Con la
delegación de funciones ocurre lo mismo: el 26.7% del equipo directivo
desconcentrado opina que no es una competencia, cuando es el equipo de este
nivel —al que más demandas de desconcentración se le hacen y por la lógica
misma de la desconcentración— el que más debe delegar.
al
al
su
an
en
ia
en
D
nc
Se
M
ui
Q
60
Las frecuencias de reunión más altas son la semanal (el 56.3% de los encuestados
la practican); la quincenal (el 40.6%) y la mensual (el 21,9%). Las frecuencias
menores corresponden a las reuniones diarias (9.4%) y a las reuniones
esporádicas (apenas un 3.1%, lo que quiere decir apenas una persona de las
encuestadas). Los datos anteriores denotan una práctica ecléctica de socialización,
monitoreo y generación de consensos bastante efectiva.
N (%) N (%)
Diaria 2 14.3
Semanal 4 28.6 8 44.4
Quincenal 5 35.7 3 16.7
Mensual 1 7.1 1 5.6
Diaria y Semanal 1 7.1
Semanal y Quincenal 1 7.1 1 5.6
Semanal y Mensual 1 5.6
Quincenal y Mensual 2 11.1
Semanal, Quincenal y Mensual 2 11.1
Total 2 14.3
61
La agenda del equipo directivo refleja los temas prioritarios, los intereses
institucionales, los objetivos de la instancia administrativa y la dedicación a ciertas
metas; la agenda del equipo directivo de la SE, como la de cualquier otro equipo
directivo, está enmarcada, en buena medida, en estas líneas generales:
a. Solicitud y presentación de informes,
b. Asignación de nuevas responsabilidades,
c. Seguimiento y monitores,
d. Realización de actividades sociales.
La agenda desarrollada tanto por el 100% del equipo directivo central como por el
100% del equipo desconcentrado sirve para trasegar solicitudes de —y presentar—
informes, asignar nuevas tareas, y dar seguimiento y monitorear el desarrollo de
las actividades y proyectos. En lo que sí se diferencian las agendas de los equipos
central y desconcentrado, es en la realización de actividades sociales. Es evidente
que la agenda de trabajo del equipo desconcentrado es más distendida (en el
94.4% de las reuniones se realizan actividades sociales); igual lo es, aunque en
menor porcentaje, la agenda de trabajo del equipo central.
ACTIVIDADES SOCIALES
OBSERVANCIA Nivel Nivel
central desconcentrado
Sí 78.6 94.4
No 21.4 5.6
62
La agenda del equipo directivo desconcentrado observa una mayor inclusión de
temas a solicitud del personal (el 88.9% opina así); en el equipo central es menor
el porcentaje que opina así (85.7), pero igual, ambos porcentajes denotan una
práctica que hace bien a la democracia de los espacios laborales.
ACTIVIDADES A SOLICITUD
DE SU PERSONAL
OBSERVANCIA Nivel Nivel
central desconcentrado
Sí 85.7 88.9
No 14.3 11.1
63
ORDEN REUNIONES CON EL PERSONAL
DE (EVALUACIÓN DE LA GESTIÓN DE LA UNIDAD)
IMPORTANCIA Nivel Directores
Central departamentales
1 50.0 17.6
2 35.7 35.3
3 7.1 23.5
4 7.1 5.9
5 17.6
Total 100.0 100.0
64
ORDEN VISITAS A LA UNIDAD DE SU DEPENDENCIA
DE Nivel Directores
IMPORTANCIA central departamentales
1 13.3 17.6
2 6.7 5.9
3 26.7 17.6
4 20.0 52.9
5 33.3 5.9
Total 100.0 100.0
65
ORDEN PLANIFICACIÓN DE LAS
DE ACTIVIDADES DE LA UNIDAD
IMPORTANCIA Nivel Directores
central departamentales
1 66.7 70.6
2 20.0 23.5
3
4
5 13.3 5.9
Total 100.0 100.0
Nota: 1= más importante, 2: . .
66
La elaboración de propuestas de fortalecimiento de la unidad es un aspecto al que
ambos equipos directivos dirigen sus competencias de una manera atípica. Los
porcentajes de ambos equipos que preponderan la importancia de este aspecto
son pequeños; 7.1% el equipo del nivel central y 5.9% el equipo desconcentrado.
Sin embargo, son altos los porcentajes de ambos equipos que le asigna una
importancia mediana. Un 28.6% del equipo directivo central le asigna el segundo
lugar de importancia en sus observaciones de trabajo, y otro 28.6% le asigna el
tercer lugar de importancia; si sumamos encontramos que el 57.2% del equipo
directivo central le asigna a este tema entre el segundo y el tercer lugar de
importancia. Más importante aún resulta el hecho que el 47.1% del equipo
desconcentrado le asigna el segundo lugar de importancia a la elaboración de
propuestas de fortalecimiento de la unidad.
Aún así, es de hacer notar que son altos los porcentajes de ambos equipos que le
asignan baja importancia a la elaboración de propuestas de fortalecimiento de la
unidad; 35.7% y 35.3% de los equipos central y desconcentrado respectivamente
le asignan entre el cuarto y el quinto lugar de importancia al tema del
fortalecimiento institucional de sus unidades.
67
III.2.2.2 COMPETENCIAS DE GESTIÓN ADMINISTRATIVA DEL EQUIPO DIRECTIVO
68
Lo anterior es conteste con nuestra cultura estadística y con nuestra relación con
la memoria. Aún hoy, a inicios del siglo XXI, no tenemos un verdadero sistema
estadístico nacional, y las distintas instituciones, ya sean públicas o privadas, no
manejan los mismos parámetros y los mismos referentes estadísticos. Según sea la
fuente de un dato estadístico, así será este y su credibilidad. Para muestra un
botón: basta ver el IDH que reporta el Fondo Hondureño de seguridad Social y el
que reporta el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano.
Los dos equipos se diferencian en que mientras un porcentaje mínimo del equipo
central le niega importancia (el 6.7), el 29.2% del equipo desconcentrado le asigna
entre el penúltimo y el último lugar de importancia.
69
Aunque mejor valorado por el equipo central que por el desconcentrado, la verdad
es que los porcentajes de ambos equipos (6.7 y 11.8) que le asignan el primer
lugar de importancia en sus observaciones de trabajo al mejoramiento de la
puntualidad y asistencia, son los menores.
70
El mejoramiento del trabajo administrativo y de servicio es algo que la educación,
y el sector público en general, le debe a la gestión empresarial privada. Entre
nosotros, que contamos con una fuerte tradición patrimonialistas heredada de los
españoles, la cultura de servicio público siempre fue deficitaria. Se vio al Estado
más como el patrimonio personal o familiar que como una instancia de servio al
ciudadano y de consecución del bien público y el interés común.
71
ORDEN MEJORAMIENTO DEL TRABAJO
DE ADMINISTRATIVO Y DE SERVICIO
IMPORTANCIA Nivel Directores
central departamentales
1 33.3 29.4
2 20.0 11.8
3 13.3 17.6
4 6.7 29.4
5 26.7 11.8
Total 100.0 100.0
72
Si observamos los resultados del cuadro # 15, encontraremos que el aspecto
mejor valorado es el conocimiento de las responsabilidades al que el 100% de los
encuestados califica de excelente. El segundo aspecto mejor considerado es la
planificación de actividades, calificado por el 85.7% de los encuestados como
excelente pero al que el 14.3% considera bueno. El 42.9% de los encuestados
considera que la asignación de recursos es excelente, mientras que un 28.6%
considera que es muy bueno y otro 28.6% considera que sólo es buena. Los
aspectos sobre los que existe una percepción menos positiva son el conocimiento
de las leyes que regulan la SE y la acreditación de cambios de acuerdo a
resultados: el 28.6% los considera excelentes; preponderantemente, el 71.4%
considera que el conocimiento de las leyes es muy buena, mientras que el 57.1%
considera también como muy buena la acreditación de cambios en base a
resultados. Como sea, la escala de valoración observa un comportamiento
altamente positiva; aun los aspectos que observan una valoración positiva menor
no acreditan porcentajes de valoración negativa, ni regular ni mala.
En general, la valoración es altamente positiva. Sin embargo, hay datos que llaman
la atención. Por ejemplo: en el ejercicio de funciones públicas es indispensable el
conocimiento de las responsabilidades (aspecto al que el 100% de los encuestados
califica de excelente), pero no menos indispensable es el conocimiento de las
leyes que regulan la SE para el correcto cumplimiento de las funciones del cargo
directivo (valorado por el 71.4% como muy bueno).
73
III.2.2.3. COMPETENCIAS DE GESTIÓN CURICULAR DEL EQUIPO DIRECTIVO
74
La diferencia valorativa de ambos equipos, consiste en que mientras el 15.4% del
equipo central le asigna entre el primero y segundo lugar, esa misma valoración la
hace el 29.4% del equipo desconcentrado.
ORDEN TEMAS DE
DE CAPACITACIÓN GERENCIAL
IMPORTANCIA Nivel Directores
central departamentales
1 7.7 11.8
2 7.7 17.6
3 15.4
4 23.1 29.4
5 46.2 41.2
Total 100.0 100.0
75
A continuación, presento el listado de los logros (de los que —por supuesto— sólo
he seleccionado los cinco que con mayor frecuencia son reclamados como logros):
LA GESTIÓN INSTITUCIONAL
a. Fortalecimiento institucional.
b. Organización de las direcciones municipales.
c. Fortalecimiento de las unidades de la DDE.
d. Reestructuración y modernización de la DDE.
e. Fortalecimiento gerencial.
f. Socialización del Plan de Acción.
g. Reforma
h. Mecanismos de acreditación de centros.
i. Identificación de centros potenciales de transformación.
j. Transformación de las escuelas.
k. Transformación de escuelas unidocentes en bidocentes.
l. Organización de la unidad de currículo.
m. Elaboración del “Manual de centros educativos”.
n. Divulgación de los logros de la reforma educativa.
o. Establecimiento de sistema de becas.
p. Creación de fondo para becas y bono estudiantil de transporte.
q. Capacitación a directivos sobre la administración del fondo de becas.
r. Proyectos
s. Expansión de PROHECO.
t. Organización de ADEL.
u. AECO.
v. Diseño e implementación de PEC.
w. Índices de calidad
x. Aumento de cobertura.
y. Disminución de índices de reprobación, repitencia.
z. Reducción del 1.5 % de ausentismo.
aa. Aumento de la cobertura del nivel prebásico.
bb. Mejoramiento de la calidad educativa.
cc. Desconcentración y descentralización.
dd. La participación ciudadana.
ee. Cooperación
ff. Convenio con el COHEP sobre la implementación del Inglés como
segunda lengua.
gg. Convenio con las municipalidades y ONG para aumentar cobertura y
aumentar calidad.
hh. Alianzas estratégicas con la sociedad civil.
ii. Ordenamiento de la cooperación.
76
LA GESTIÓN ADMINISTRATIVA
LA GESTIÓN CURRICULAR
Hay muchos aspectos que en el presente análisis no son registrados como logros
pues son logros de una instancia administrativa única que no conforma ningún
patrón con los logros declarados por los funcionarios de otras instancias. He aquí
77
los resultados de la gestión institucional, primero; de la gestión administrativa,
después; y de la gestión curricular, por último.
78
LOGROS DE LA GESTIÓN INSTITUCIONAL
35 31.3
30
25 21.9
18.8
20 15.6 Total
12.5 12.5
15 10 Porcentaje
10 5 7 6 4 4
5
0
Desconcentración
La participación
Fortalecimiento
Aumento de
Descentralización
estratégicas con
la sociedad civil
cobertura
institucional
ciudadana
Alianzas
Aspectos
Si observamos, los logros más reclamados por los directivos de la SE son, por
orden descendente, la descentralización (el 31.3% de los encuestados lo reclaman
para su gestión), el aumento de la cobertura (el 21.9%) y la desconcentración
(18.8%). Casi los mismos valores muestran el fortalecimiento institucional y las
relaciones con la sociedad civil.
79
desconcentrado la percepción del fortalecimiento institucional se limita a la
organización de las direcciones municipales de educación (3.1%) y a la
reestructuración de las unidades de las direcciones departamentales de educación
(6.2%).
Lo anterior puede tener dos explicaciones: primera, tanto la AECO como el PEC
son de reciente implementación y sus efectos todavía no son visibles; mientras que
PROHECO (segunda explicación) no es prioridad de la actual política educativa y,
por lo tanto, no es quehacer fundamental de los actuales gestores de la SE; por
supuesto que —a riesgo de suponer— el percibir a PROHECO como un mecanismo
de política educativa relevada y sumamente criticada por el sector gremial del
magisterio nacional puede influir a su vez en la percepción de los logros de
PROHECO (especialmente la cobertura y la participación comunitaria) como logros
de gestión institucional de los actuales directivos.
80
III.3.2. LOGROS DE LA GESTIÓN ADMINISTRATIVA DEL EQUIPO
DIRECTIVO
18.8
20
15
9.4 9.4 9.4 Total
10
6 Porcentaje
5 3 3 3
0
Fortalecimiento de la La implementación de Equipamiento de Fortalecimiento del
capacidad de gerencia una estructura centros educativos sistema de información
organizativa nueva gerencial
Aspectos
81
Es notable la diferencia de percepción sobre el mejoramiento de la capacidad de
gerencia con la percepción sobre el sistema de información gerencial; ello es
explicable porque tanto en el nivel central como en el nivel desconcentrado
perciben estar alcanzando logros en la capacidad de gerencia mientras que el uso
de las tecnologías de la información y la implementación de la automatización
informática se dan no exclusivamente pero sí preponderantemente en el nivel
central. Es de hacer notar que la percepción de la capacidad de gerencia mejoraría
si los encuestados no la vieran desagregada: al menos el 3.1% de los encuestados
reclaman más de algún aspecto del fortalecimiento de la gerencia. Tal es el caso
de la elaboración del POA integrado supra-instancias, la implementación de la
cultura de la calidad de servicios, la automatización de la información y la
implementación de un banco de datos.
En los logros curriculares sobresale el DCNEB (normalmente llamado CNB por los
encuestados), los CAD, los círculos y las redes de estudio, la producción de
materiales y libros de texto, y la implementación de la cultura de valores.
82
LOGROS DE LA GESTIÓN CURRICULAR
100 81.3
80
60 Total
40 25 26 Porcentaje
20 3 9.4 3.1 8
1
0
Organización de organización de Organización de Diseño e
los CADs redes educativas los círculos de implementación
estudio del CNB
Aspectos
Si bien los valores que muestran tanto la organización de los CAD como la de los
círculos de estudio no es alta, sí es considerable si consideramos que ambas
políticas educativas están dedicadas a la misma actividad: la actualización de
docentes y el trasiego de materiales de apoyo y de bibliografía.
83
III.3.4. LÍNEAS DE MEJORAMIENTO PARA LA CONFIGURACIÓN DE UN
PLAN DE FORMACIÓN DE LAS COMPETENCIAS GERENCIALES DEL
EQUIPO DIRECTIVO DE LA SECRETARÍA DE EDUCACIÓN
84
En segundo lugar, la cada vez mayor democratización de los procesos de toma de
decisiones tanto dentro como fuera de las instituciones educativas lo que obliga a
estructurar procesos de conducción participativos e impulsar determinados estilos
de dirección.
85
La formación directiva que se propone en el presente trabajo, se basa en las
siguientes condiciones:
86
Las posibilidades y limitaciones de la Secretaría de Educación y del
Sistema Educativo Nacional. Resalta acá, los recursos económicos,
existencia de formadores capacitados y aplicabilidad de los diferentes modelos
de formación. Dentro de esta línea está la voluntad política como requisito
indispensable para que la propuesta de formación adquiera sentido y se
concretice.
87
f) Se debe configurar como un espacio formativo donde se combinan la
teoría y la práctica, al exigir el uso de metodologías recurrentes y la
realización de un trabajo práctico que sintetice e integre desde la
intervención en situaciones reales los aprendizajes realizados.
88
CONCLUSIONES
89
Como ha quedado evidenciado en el rastreo teórico, se reconoce, de
manera general, que una persona es competente para hacer algo cuando
demuestra que lo sabe hacer. Si el algo tiene que ver con el trabajo, puede
decirse que la persona es competente en su trabajo; es decir, tiene o posee
competencia laboral. La competencia es, entonces uno más de los
diferentes atributos de la persona -en su carácter de trabajador- y dicha
competencia es, por lo tanto, identificable en la persona misma. La
identificación de la competencia laboral de un directivo, resulta posible si y
sólo si está también definido el campo ocupacional en el que se aplicará la
competencia.
90
En nuestra investigación hemos sostenido que el proceso de evaluación de
las competencias directivas debe al menos poseer tres componentes que lo
fundamenten: debe ser un proceso con coherencia normativa; debe poseer
una consistencia racional; debe poseer una prudencia razonable. Se puede
afirmar que una evaluación coherente, consistente y prudente
puede conducir a la mejora continua del equipo directivo.
91
ello supone retos y tareas para la SE. Por lo primero, el que el segundo
mayor grupo etario del equipo directivo de la SE sea el más joven, permite
visualizar no sólo su vida útil sino que, también, prever la formación y la
capacitación de ellos; y por lo segundo, el que el mayor grupo etario del
equipo directivo de la SE sea el más viejo obliga a prever no sólo la
inevitable jubilación sino que, también, la planificación del relevo
profesionalmente pertinente. Esto último implica la posibilidad de modificar
sustancialmente el mapa o perfil profesional del equipo directivo central.
Por otra parte, hemos podido ver que el equipo directivo central de la SE
compensa con nivel académico su menor experiencia y su juventud
comparado con el equipo directivo desconcentrado (los directores
departamentales). Si bien el porcentaje de licenciaturas es mayor entre los
directores departamentales (76.5%) y menor entre el equipo directivo
central (60%), el porcentaje de maestrías es mayor en el equipo directivo
central (33.3%) y, a la vez, el porcentaje de personal que sólo tiene
educación media sólo llega al 6.7%. Los directores departamentales tienen
un 21.9% menos de maestrías que el equipo directivo del nivel central (sólo
tienen 11.8%) y, a la vez, tienen una incidencia del 11.8% de personal que
sólo tiene educación media.
92
e. la gestión, la rendición de cuentas y el financiamiento.
Las áreas de acción que más son conocidas por el equipo directivo central
son tres: primera, la modernización de la estructura del sistema educativo
nacional (es conocida por el 100% del equipo directivo central); segunda, la
gestión, la rendición de cuentas y el financiamiento (por el 100%); y
tercera, la calidad y relevancia de la educación (92.9%).
Comportamiento igual muestra el equipo directivo desconcentrado en
relación a las áreas del Plan de Acción y Estrategia 2002-2006. La calidad y
la relevancia de la educación es reclamada por el 94.4% de los directores
departamentales de educación; tanto la modernización de la estructura del
sistema educativo nacional como la gestión, la rendición de cuentas y el
financiamiento son conocidas por el 88.9% del equipo directivo
desconcentrado.
93
La formación directiva que se propone en el presente trabajo, se basa en las
siguientes condiciones: el modelo de organización en que actúa y debería
actuar el equipo directivo, el modelo de dirección que contempla el actual
paradigma de Gestión Educativa Estratégica, los problemas reales a los que
habitualmente deben enfrentarse los directivos en un proceso educativo en
constante cambio, las necesidades y aptitudes de los destinatarios, las
posibilidades y limitaciones de la Secretaría de Educación y del Sistema
Educativo Nacional.
94
BIBLIOGRAFÍA
95
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