Estabilización y Protección de Cauces

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ESTABILIZACIÓN Y PROTECCIÓN DE CAUCES

1 Introducción

Los lechos y márgenes de los cauces naturales están sujetos a procesos de erosión cuando
circula por ellos un determinado caudal de flujo. En este capítulo se analizan los aspectos
fundamentales que se deben tener en cuenta al abordar un estudio o proyecto de
estabilización o protección de márgenes en un cauce natural.

Estos aspectos o factores están relacionados tanto con la geotecnia como con la hidráulica
fluvial, es decir son factores geomorfológicos y geotécnicos y factores hidráulicos, estando
muchos de ellos relacionados con ambas disciplinas a la vez.

El capítulo finaliza con una breve visión general de los métodos utilizados actualmente en la
protección de márgenes.

2 Factores que influyen en el tipo y magnitud de la erosión en márgenes

La magnitud y el tipo de erosión que se produce en un tramo de un cauce natural viene


definida por las características del cauce y las condiciones medioambientales del lugar, únicas
para cada tramo de río y para cada situación. Entre las características del cauce que más
afectan a los procesos erosivos, se pueden mencionar las siguientes:

- Condiciones del flujo en el canal

El flujo en un canal es el factor dominante en el proceso de erosión de las márgenes del


mismo, ya que aparte de ser un factor erosivo en si mismo contribuye también en el
mecanismo de transporte del material lejos del margen erosionado. La magnitud del caudal y
la duración son también factores importantes.

La magnitud del caudal del flujo es directamente proporcional a la magnitud de la erosión en


los márgenes del cauce. Experiencias de campo realizadas por la Federal Highway
Administration (USA) demuestran que entre un 90 y un 99 % de los procesos erosivos en
márgenes de cauces están asociados a episodios de avenidas importantes.

La influencia de la duración de una avenida concreta sobre la estabilidad de los márgenes del
cauce puede ser incluso mayor que la magnitud de dicha avenida. El inicio de la erosión en las
márgenes es similar al inicio de la misma en el lecho, es decir requiere más energía para vencer
la resistencia inicial que para mantenerla una vez iniciada. En el caso de los márgenes, la
resistencia creada por la vegetación y otras fuerzas cohesivas, así como la propia resistencia
estructural de las partículas del suelo, debe ser vencida primero. Una vez que el margen queda
expuesto, el proceso erosivo avanza mucho más rápido y cuanto más tiempo dure la
exposición del mismo al flujo de avenida mayor será el efecto de la erosión sobre el mismo.

- Características de los materiales que forman el margen del cauce

La resistencia a la erosión de los márgenes de un cauce está íntimamente relacionada con las
características de los materiales que constituyen los mismos. Los materiales se pueden
clasificar en: cohesivos, no cohesivos y estratificados. La relación que tiene lugar entre los
procesos erosivos y el tipo de material que constituye el margen se analiza en apartados
posteriores de este capítulo.

- Vegetación existente en el margen


La estabilidad de los márgenes puede estar fuertemente influenciada por la vegetación natural
existente en los mismos, debido principalmente al efecto ejercido por el sistema radicular de
estos. El sistema radicular de la vegetación herbácea y leñosa contribuye a la trabazón entre
las partículas del suelo e influye también en el balance de fuerzas debido a la transferencia de
tensiones entre suelo y raíces, aumentando de esta forma la resistencia a la erosión de los
márgenes. El empleo de vegetación en márgenes ha sido usado con éxito para la estabilización
de los mismos frente a gran número de procesos erosivos.

- Estabilidad del lecho

Las inestabilidades en el lecho de un cauce se manifiestan a lo largo de procesos de elevación y


socavación del mismo. La socavación del lecho afecta indirectamente a la erosión de los
márgenes debido a la pérdida de soporte que esto significa para los mismos, lo que se traduce
en una mayor probabilidad de fallo por erosión. Por otra parte, si el material del lecho es más
resistente a la erosión que el material del margen (por ejemplo en canales con armado

de lecho) la energía erosiva de la corriente afecta más directamente a los márgenes


Incrementándose los procesos erosivos en los mismos.

3.- Factores o aspectos de tipo geotécnico

En este punto se pretende destacar los parámetros de carácter geotécnico que más influencia
tienen en la estabilidad de los márgenes de un cauce, así como mostrar los tipos de fallos que
más frecuentemente se producen en los márgenes de los ríos.

3.1. - Características del suelo

El suelo se puede definir como un agregado de partículas minerales las cuales se pueden
separar mediante el empleo de medios mecánicos suaves, a diferencia de la roca dónde los
minerales están conectados mediante fuerzas de carácter fuerte y permanente, no
permitiendo normalmente su separación por los mismos métodos. En general serán los
márgenes de cauces formados por suelos los que van a requerir su protección frente a la
erosión inducida por el flujo circulante, y no así los constituidos por roca, a no ser que ésta se
encuentre alterada o deteriorada por algún motivo.

Existen dos tipos básicos de suelos inorgánicos:

- Suelos cohesivos: agregados de partículas finas y con formas planas originados a partir
de la descomposición de rocas químicamente inestables.

- Suelos granulares: formados por partículas de formas regulares y originados a partir


del colapso físico de rocas relativamente estables.

El diferente origen de estos dos tipos de suelos se refleja perfectamente en sus propiedades,
así el conocimiento de un suelo granular se determina por la energía de su masa mientras que
en los suelos cohesivos es la energía superficial de las partículas la responsable de sus
características de cohesión, plasticidad y cambios volumétricos.

Entre los muy numerosos sistemas de clasificación de suelos existentes en la literatura


geotécnica, uno de los más usados por su facilidad es el que utiliza el tamaño de las partículas.
En función del tamaño de éstas se pueden establecer diferentes categorías de suelos que
permiten efectuar una valoración previa de los mismos en función de una serie de propiedades
que se les asignan. Un ejemplo se puede ver en la tabla 2.1, dónde se presentan diferentes
categorías de suelos, características de drenaje, y tamaños de partículas entre los que se
establecen dichas categorías. La determinación de los tamaños de partícula y la obtención de
las curvas granulométricas se trata en el punto correspondiente a las características de los
sedimentos.

3.2.- Parámetros geotécnicos

La tensión de rotura de un suelo se define como la máxima resistencia que puede oponer ese
suelo a una fuerza externa sin romperse. Si se sobrepasa ese valor, se produce un fallo en el
suelo que suele traducirse en la aparición de superficies de deslizamiento. Uno de los factores
que más influencia tiene en la determinación de la fuerza resistente de un suelo al
deslizamiento es la presión intersticial ó subpresión. Un incremento de ésta disminuye la
resistencia del suelo a un valor que se suele denominar tensión efectiva de rotura, la cual se
puede expresar matemáticamente como la suma de dos términos, la cohesión efectiva y la
fricción interna efectiva:

En el caso de suelos no cohesivos, como arenas y gravas, c’ = 0 y la ecuación anterior se reduce


a:
En los suelos cohesivos, la tensión de rotura depende normalmente de la cohesión y de la
fricción interna, aunque puede darse a veces el caso de suelos arcillosos saturados por falta de
tiempo para que se produzca drenaje. En estos casos, la tensión de rotura dependería
únicamente de la cohesión, con lo que la ecuación (2.1) quedaría:

El caso normal es que la rotura de los suelos que forman los márgenes de un cauce pertenezca
a una categoría intermedia entre los extremos anteriores, es decir suelos cohesivos con
fricción interna.

La representación gráfica de la tensión de rotura de un suelo en función de la tensión normal


efectiva fue realizada por primera vez en el siglo XVIII por Coulomb (Figura 2.1). La línea
definida por la ecuación (2.1), denominada línea de Mohr-Coulomb, separa las condiciones de
tensión que provocarían una rotura del suelo (por encima de la línea) de las condiciones bajo
las cuales el suelo sería estable (por debajo de la línea).

Figura 2.1.- Gráfico de Mohr- Coulomb

Los parámetros c’ y Φ se obtienen normalmente mediante ensayos de laboratorio, aunque


para realizar una estimación previa de estabilidad de los márgenes de un cauce se pueden
tomar valores medios que se pueden obtener de tablas, como la Tabla 2.2.
* Para arena sin compactar, el ángulo de rozamiento interno Φ coincide con el ángulo de
reposo. Para riprap el valor del ángulo de reposo se encuentra comprendido normalmente
entre 35 y 42 °

3.3.- Tipificación de la erosión en márgenes de cauces

La resistencia a la erosión de los márgenes de un cauce está directamente relacionada con las
características del material del que están constituidos. Estos materiales se pueden clasificar en
tres clases: cohesivos, no cohesivos y estratificados.

Los márgenes de cauces compuestos por materiales no cohesivos son normalmente depósitos
heterogéneos de arenas, limos y gravas. Es muy raro encontrar un margen de un cauce natural
totalmente incoherente, ya que normalmente existe un cierto grado de cohesividad debido
bien a la presencia de limos o de pequeñas fracciones arcillosas presentes en la mezcla, o bien
por la existencia de vegetación, cuyas raíces aportan cohesión. Sin embargo cuando la
estructura primaria del material que constituye el margen está formada por partículas sueltas,
éste se considera no cohesivo.

La erosión en márgenes constituidos por este tipo de material puede ocurrir de dos formas:

- Movimiento del material granular que forma la base del talud del margen, el cual
depende del tamaño de la partícula, del ángulo del talud y de factores de carácter hidráulico
como la velocidad del flujo y la turbulencia. El movimiento del material en esta forma causa
erosión en la parte baja del talud provocando un deslizamiento del material de la parte alta del
mismo para mantener un talud compatible con el ángulo de rozamiento interno del material
que lo constituye.

- Deslizamiento superficial debido a la presión intersticial.

Los dos mecanismos de fallo comentados quedan ilustrados en la Figura 2.2


Los márgenes de cauces compuestos por materiales cohesivos se caracterizan por tener una
baja permeabilidad y una alta resistencia a la erosión superficial debido a las fuerzas de
naturaleza electroquímica creadas por la cohesión entre las partículas.

Las principales causas de erosión en este tipo de márgenes son la saturación y el drenaje. En
suelos cohesivos con un drenaje deficiente la dificultad de disipar las presiones intersticiales
provoca un aumento del peso específico del material y una reducción de la tensión interna. El
fallo de un margen constituido por este tipo de terreno se produce normalmente por
deslizamiento de masas de suelo a lo largo de la superficie de rotura. En este mecanismo de
fallo tiene mucha importancia la altura del margen, debido a que ésta condiciona el peso del
bloque deslizante. Este mecanismo de fallo queda ilustrado en la Figura 2.3.

Los márgenes de cauces formados por materiales compuestos ó estratificados son los más
comunes en la naturaleza, al mismo tiempo que los más complejos, ya que son el producto de
la deposición de sedimentos por el río en tiempos pasados. Están constituidos por capas de
materiales con diferentes características en cuanto a tamaño, permeabilidad y cohesión. Esto
hace que las capas de material no cohesivo, más sensibles a la erosión superficial, pueden ser
parcialmente protegidas por las capas adyacentes constituidas por material cohesivo,
haciéndolas más estables, y al mismo tiempo las no cohesivas pueden servir de ayuda al
drenaje de las cohesivas en situaciones de saturación. Sin embargo estas capas de material no
cohesivo pueden ser fuente de inestabilidad del margen debido a fenómenos de filtración
interna, pudiendo causar el fallo de éste. Este mecanismo de fallo queda ilustrado en la Figura
2.4.
4.- Características del fluido y de los sedimentos

Para abordar el estudio de los aspectos hidráulicos asociados al dimensionamiento de una


protección en un cauce es necesario profundizar en el análisis del contorno del propio
movimiento del río. Este contorno, que va a constituir el perímetro mojado, está formado por
materiales que permanecerán estables o no, dependiendo de las condiciones del flujo y de las
características propias de dichos materiales. Todo esto lleva a que en hidráulica fluvial resulta
básico tanto el estudio de los sedimentos, por ser estos los que geológicamente han formado
el cauce del río, como el de la propia corriente hidráulica que puede arrastrarlos y
depositarlos, modificando de esta forma el cauce. En resumen, se puede decir que los
sedimentos forman el cauce y son a su vez objeto de transporte constituyendo el caudal sólido
que circula inmerso en el caudal líquido del río. Es importante, por tanto, analizar y revisar las
propiedades tanto del fluido que circula como de los sedimentos que constituyen el contorno.

4.1Propiedades del fluido

Considerando, en principio, como fluido el agua, las propiedades más relevantes en relación
con el tema que aquí se trata son: peso específico, densidad y viscosidad.

• Peso específico

Se define en general como el peso de una sustancia contenida en la unidad de volumen,


dependiendo del campo gravitacional donde se encuentre el cuerpo. Esta definición implica la
no existencia de vacíos en el volumen ocupado por el material. Para el agua se considera
habitualmente un valor de 1000 kp/m3.

• Densidad

Se define como la masa de una sustancia contenida en la unidad de volumen. La densidad del
agua varía con la temperatura, si bien, habitualmente se adopta un valor constante de 1000
kgm/m3.
• Viscosidad

Es la propiedad que tienen los fluidos para resistirse al movimiento o a tener una deformación
angular. Generalmente, en la Mecánica de Fluidos se habla tanto de la viscosidad dinámica
como de la cinemática. La primera es inversamente proporcional a la velocidad con que se
produce la deformación o desplazamiento de las partículas y se designa como ¡i, mientras que
la segunda es la relación entre la viscosidad dinámica y la densidad del fluido, designándose
por v. La única diferencia entre ambas es que la viscosidad dinámica posee las tres
dimensiones físicas fundamentales: masa, longitud y tiempo, mientras que la viscosidad
cinemática posee solamente dimensiones de longitud y tiempo.

La viscosidad se ve influenciada por la temperatura. Los valores para el caso del agua
considerando una temperatura de 20°C son:

- Viscosidad dinámica (u) = 1035 x 10-4 Kp s/m2

- Viscosidad cinemática (v) = 10-6 m2/s

4.2.- Propiedades de los sedimentos

Al hablar de sedimentos, la primera distinción que se hace siempre, ya comentada en el punto


2.3.1, es entre granulares ó no cohesivos y cohesivos.

El material granular está formado por partículas sueltas, de tal forma que la fuerza que un
líquido debe ejercer para moverlas es función del peso de cada partícula y del rozamiento.

Los materiales cohesivos están formados por partículas muy pequeñas unidas unas con otras
por fuerzas cohesivas que oponen resistencia a la separación de Ias mismas. La fuerza de
cohesión que impide el transporte de las partículas por la corriente del flujo es mucho mayor
que el peso de la partícula. Generalmente estas partículas se transportan en suspensión
debido a su reducido peso.

En el caso de protecciones en cauces, la mayoría se realizan con material granular y, por lo


tanto, las propiedades más importantes de estas partículas son: densidad, peso específico,
forma, tamaño y velocidad de sedimentación.

Sin embargo, los sedimentos naturales están formados por una gran variedad de partículas,
con diferentes tamaños, formas y velocidades de sedimentación, por lo que el
comportamiento de una partícula aislada, sometida a la acción del flujo, difiere
completamente de la conducta que tiene cuando forma parte del sedimento como tal.

Por tal motivo, los sedimentos pueden ser estudiados bien como partículas aisladas o bien
como conjunto. En el primer caso las propiedades más importantes son las mencionadas
anteriormente, mientras que en el segundo serían la distribución granulométrica del
sedimento y su peso específico aparente.

4.2.1 Densidad y peso específico

La densidad de una partícula se define como el cociente entre su masa y su volumen. La


densidad de una partícula que forma parte de un sedimento es función de su composición. En
general estos están formados por cuarzos y feldespatos, por lo que el valor que se toma
habitualmente para ésta es del orden de 2650 Kg/m3.
El peso específico de una partícula es el cociente entre su peso y su volumen. Para el mismo
material mencionado anteriormente, su valor es también del orden de 2650 kp/m3.

La densidad relativa de la partícula es el cociente entre su densidad y la del agua. Su valor, en


el caso del mismo material, sería de 2,65.

El peso específico sumergido de una partícula sólida inmersa en un fluido se define como la
diferencia entre el peso específico de la partícula en el aire y el peso específico del fluido en el
que está sumergida dicha partícula. En el caso del material anterior sumergido en agua, el
valor normalmente tomado es de 1650 Kp/m3.

Con un razonamiento análogo al anterior se puede definir la densidad sumergida de una


partícula. Tratándose de arenas y agua, como en el caso anterior, su valor será también de
1650 kg/m3.

4.2.2 Forma

La forma de las partículas es un parámetro importante ya que condiciona su velocidad de


sedimentación e influye notablemente en el inicio de su transporte. Tradicionalmente, se ha
definido la forma de la partícula a partir de dos magnitudes, la esfericidad y la redondez, cuya
definición es la siguiente:

Esfericidad: relación entre la superficie de una esfera de la misma densidad y volumen que el
de la p articula y la superficie de la propia partícula. Dado que la esfera presenta la superficie
mínima para un determinado volumen, el valor límite superior de la esfericidad es la unidad.

Redondez: relación entre el valor medio de irregularidad de la superficie (entrantes y


salientes) de la partícula y el radio máximo de la esfera que puede inscribirse en ella.

Estas dos magnitudes son independientes entre sí; así por ejemplo una partícula e n forma de
cubo tendría baja redondez y alta esfericidad frente a una partícula en forma de disco, la cual
tendría baja esfericidad y alta redondez.

Uno de los parámetros más utilizados para definir la forma de las partículas es el denominado
factor de Corey, cuya expresión es:
4.2.3 Tamaño

El tamaño de la partícula es una de las propiedades más importantes dentro del campo de
estudio de este trabajo ya que influye directamente en la velocidad de sedimentación y como
consecuencia en el arrastre, y por otra parte influye también en la rugosidad del cauce y como
consecuencia en el régimen de velocidades.

Uno de los parámetros más utilizados para caracterizar el tamaño de una partícula es el
diámetro de la misma, el cual se puede definir a su vez de diferentes maneras:

- Diámetro nominal: Diámetro de una esfera cuyo volumen sea igual al de la partícula

- Diámetro equivalente: Dimensión más pequeña de la malla por la que pasa la partícula

- Diámetro de sedimentación: Diámetro de una esfera del mismo material (igual peso
específico) cuya velocidad de sedimentación sea idéntica a la de la partícula.

Cada uno de estos tipos de diámetro resulta indicado para un tamaño diferente de partícula;
así el diámetro nominal es habitual emplearlo para tamaños de partícula grandes (superiores a
las arenas), el diámetro equivalente resulta más adecuado para arenas y el diámetro de
sedimentación para la fracción más fina, la que pasa por el tamiz 1/16 mm. (Límite entre
arenas, limos y arcillas).

4.2.4 Velocidad de sedimentación

Es un parámetro de gran importancia ya que afecta a la capacidad de arrastre del río y


condiciona de una forma indirecta la forma del lecho. Esto se debe a que una parte de las
partículas transportadas por la corriente del río se realiza mediante “saltos”, es decir la
partícula es levantada del fondo por la turbulencia y arrastrada por la corriente cuando está
cayendo.

La velocidad de sedimentación se define como la velocidad de caída, ya estabilizada, de una


partícula en el interior de un fluido y se alcanza cuando el peso sumergido está en equilibrio
con la fuerza hidrodinámica de arrastre que ejerce el agua sobre la partícula.

La velocidad de sedimentación de una partícula depende de los siguientes parámetros:


diámetro, forma, posición relativa de la misma respecto a la dirección de caída, peso específico
(de la partícula y del agua), textura de la superficie de la partícula y viscosidad del agua.
También se ve influenciada por otras condiciones, como la proximidad de la partícula al
contorno lateral, la presencia de otras partículas y el flujo de agua en caso de que éste exista.

A pesar de la cantidad de parámetros que influyen en la velocidad de sedimentación de una


partícula, se ha obtenido una expresión general para el caso de una partícula con forma
esférica. Dicha expresión es la siguiente:
con lo que el valor del coeficiente de arrastre se puede poner como:

y la velocidad de sedimentación toma la forma:

Fórmula que corresponde a la conocida Ley de Stokes, la cual es válida para casos de régimen
laminar, y aplicable a las partículas de sedimento que cumplan las condiciones siguientes:

- Re < 0,1

- Partículas pseudoesféricas

- Tamaño de partículas del tipo arenas finas, no inferiores donde aparecen fenómenos
de tipo eléctrico.

4.3.- Propiedades de los sedimentos como conjunto

Las partículas que forman el sedimento se pueden estudiar como un conjunto. La propiedad
más importante de las partículas así estudiadas, a efectos de nuestro estudio, es sin duda la
distribución granulométrica, siendo otras como el peso específico, la porosidad o el ángulo de
reposo, de menor importancia relativa.

5.- Rugosidad y formas del lecho

En los tramos medios o bajos de los ríos el cauce está formado por materiales erosionables.
Cuando la energía de la corriente hidráulica es lo suficientemente intensa como para iniciar el
movimiento, en el fondo del cauce se produce un movimiento de partículas que configura una
nueva situación y forma del lecho del río. La superficie en este momento puede no ser plana
sino ondulada, originando las formas del lecho. Estas formas están condicionadas por la
capacidad de transporte del cauce, pero a su vez configuran la rugosidad del contorno que
afecta a la resistencia que éste ejerce sobre el flujo, por lo que se puede afirmar que existe una
relación entre los siguientes parámetros:

- Parámetros hidráulicos: calado, caudal, pendiente

- Rugosidad del lecho

- Carga sólida transportada

- Forma geométrica del lecho

Las formas del lecho se producen con toda propiedad en cauces de arenas, mientras que en
ríos de grava y en ríos con materiales gruesos estas formas se presentan de manera menos
desarrollada, presentándose a veces el fenómeno del armado de lecho o generándose
extensas masas de sedimentos, “bancos” de gravas o arenas.

5.1.- Formas del lecho

Una vez que los granos comienzan a moverse, y según las condiciones hidráulicas del flujo y las
características del sedimento, el lecho del canal o del cauce puede ser plano o presentar
ondulaciones. La consideración más importante a tener en cuenta cuando se estudia la
resistencia al flujo en cauces naturales está basada en el hecho de que la configuración del
contorno no es fija.

La forma y tamaño de las ondulaciones depende del calado, de la velocidad del flujo y del
diámetro de las partículas. Sin embargo, no existe aún un criterio unificado para predecir
correctamente y de manera precisa la geometría y dimensiones de las formas del lecho. Si se
entienden como formas del lecho las irregularidades del fondo de un cauce erosionable de
tamaño mayor que el de las partículas que lo constituyen, éstas se pueden clasificar en:

a) Lecho plano sin transporte

b) Rizaduras o Ripples (sedimento menor a 0.5 mm)

c) Dunas

d) Lecho plano con transporte

e) Antidunas
Así, cuando se estudia un lecho granular, al incrementar poco a poco el número de Froude del
flujo, la configuración del lecho cambia de condiciones planas a antidunas, pasando por
situaciones intermedias. La figura 2.6 muestra las diferentes formas típicas de las
configuraciones que se pueden presentar en un lecho compuesto de sedimentos.

a) Lecho plano (Plañe Bed): Lecho sin elevaciones o depresiones sensiblemente mayores que el
tamaño más grande de las partículas que forman el cauce.

b) Rizaduras (Ripples): Son ondulaciones triangulares con una pendiente moderada en la cara
aguas arriba y con unas longitudes de onda menores o iguales que la profundidad del flujo. Se
desplazan con cierta celeridad en el sentido del flujo y su distribución en el lecho es irregular.
Generalmente se forman en casos de régimen lento y con diámetros pequeños del sedimento.

c) Dunas: A medida que se incrementa la velocidad del flujo, las ondulaciones se caracterizan
por su mayor tamaño. La pendiente aguas arriba de la ondulación es más suave. Se presentan
vórtices intermitentes en la cara aguas abajo de las dunas que remueven material
continuamente. Si la velocidad del flujo se incrementa aún más estas formas desaparecen,
evolucionando hacia las condiciones de lecho plano y provocando un descenso en la rugosidad
del contorno. Sin embargo, las dunas pueden transformarse directamente en antidunas sin
necesidad de pasar por la condición de lecho plano con transporte.

d) Antidunas: Las antidunas adoptan una forma aproximadamente sinusoidal y, aunque las
partículas se mueven hacia aguas abajo, las ondulaciones pueden permanecer en su lugar o
moverse suavemente hacia aguas arriba. Las antidunas mantienen con el tiempo un proceso
cíclico. Estas ondulaciones se presentan generalmente cuando el régimen del flujo es muy
rápido.

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