1ventilacion Natural de Invernaderos Multitunel
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TESI DOCTORAL
TESI DOCTORAL
TESI DOCTORAL
Doctorand
Vist i plau
Dr. Juan Ignacio Montero Camacho. Dr. Josep Maria Villar Mir
Quiero expresar mis agradecimientos a todos aquellos que, de una forma u otra han
contribuido a la realización de esta Tesis:
Esta tesis ha sido posible gracias a la colaboración del Institut de Recerca i Tecnolgia
Agroalimentàries (IRTA) del Centre de Cabrils y a la financiación de los proyectos
INIA SC93-119 y CICYT AGF96-2512-C03-02
ÍNDICE DE MATERIAS
3.1. Introducción 33
-I-
3.2.1.2. Método del descenso de la concentracción 36
3.3. Resultados 45
3.4. Discusión 60
3.5. Conclusiones 66
4.1. Introducción 67
4.3. Resultados 73
4.4. Discusión 77
4.5. Conclusiones 82
- II -
CAPÍTULO 5. CARACTERÍSTICAS DE FLUJO DE LAS 83
VENTANAS DE INVERNADEROS MULTITÚNEL
5.1. Introducción 83
5.4. Resultados 93
- III -
6.3.1.2. Ventanas intercambiables 120
- IV -
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 3.5. Analizador de gases por infrarrojo (Ultramat 5M, Siemens, Alemania)
utilizado en los ensayos para determinar la tasa de ventilación del invernadero. 41
Figura 3.7. Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento
(u, ms-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales rectangulares
continuas sin malla. 48
-V-
Figura 3.8. Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento
(u, ms-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales rectangulares
continuas sin malla. a)Barlovento, b)Sotavento. 49
Figura 3.9. Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento
(u, ms-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales rectangulares
continuas y malla anti-pulgón. a)Barlovento, b)Sotavento. 51
Figura 3.10. Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento
(u, ms-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales rectangulares
continuas y malla anti-trip. a)Barlovento, b)Sotavento. 52
Figura 3.11. Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento
(u, ms-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales intercambiables y
malla de sombreo. a)Barlovento, b)Sotavento. 57
Figura 3.12. Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento
(u, ms-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales intercambiables y
malla anti-pulgón. a)Barlovento, b)Sotavento. 58
Figura 3.13. Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento
(u, ms-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales intercambiables y
malla anti-trip. a)Barlovento, b)Sotavento. 59
Figura 3.14. Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento
(u, ms-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales rectangulares
continuas sin malla e intercambiables con malla anti-pulgón. a)Barlovento, 65
b)Sotavento.
- VI -
Figura 4.3. Comparación de los resultados de la tasa de ventilación (, m3s-1) de
un invernadero multitúnel con aperturas laterales y cenitales, obtenidos mediante 75
la técnica del gas trazador y el método del balance de energía. (18/7/97).
Figura 5.2. Esquema de los dos tipos de posiciones de las ventanas evaluadas en
la determinación del coeficiente de descarga. a) Ventana situada en una nave
lateral y b) Ventana situada en una nave interior. 92
Figura 5.3. Factor de fricción (F0) en función del coeficiente de forma (L0/H0) de
un invernadero multitúnel con ventanas rectangulares continuas situadas en una
nave interior o lateral. 103
Figura 5.4. Factor de fricción (F0) en función del coeficiente de forma (L0/H0) de
un invernadero multitúnel con ventanas rectangulares continuas y malla de
sombreo situadas en una nave interior o lateral. 104
Figura 5.5. Factor de fricción (F0) en función del coeficiente de forma (L0/H0) de
un invernadero multitúnel con ventanas rectangulares continuas y malla anti-
pulgón situadas en una nave interior o lateral. 104
- VII -
Figura 5.6. Factor de fricción (F0) en función del coeficiente de forma (L0/H0) de
un invernadero multitúnel con ventanas rectangulares continuas y malla anti-trip
situadas en una nave interior o lateral. 105
Figura 5.7. Factor de fricción (F0) en función del coeficiente de forma (L0/H0) de
un invernadero multitúnel con ventanas cenitales intercambiables y malla anti-
pulgón situadas en una nave interior o lateral. 106
- VIII -
ÍNDICE DE TABLAS
CAPÍTULO 1 INTRODUCCIÓN
Tabla 3.2. Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento (u,
ms-1) y del gradiente de temperatura (T1/2, K) de un invernadero multitúnel con
ventanas cenitales rectangulares continuas sin malla, con malla anti-pulgón y
malla anti-trip. (=au+bT1/2+c). 45
Tabla 3.3.-Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento (u,
ms-1), del gradiente de temperatura (T1/2, K) y de la dirección del viento
(barlovento, sotavento) de un invernadero multitúnel con ventanas cenitales
rectangulares continuas sin malla, con malla anti-pulgón y anti-trip.
(=au+bT1/2+c). 46
Tabla 3.4.-Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento (u,
ms-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales rectangulares continuas
sin malla, con malla anti-pulgón y malla anti-trip. (=mu+p). 47
Tabla 3.6. Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento (u,
ms-1) y del gradiente de temperatura (T1/2, K) de un invernadero multitúnel con
ventanas cenitales intercambiables y malla de sombreo, anti-pulgón y anti-trip.
(=au+bT1/2+c). 54
- IX -
Tabla 3.7.-Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento (u,
ms-1), del gradiente de temperatura (T1/2, K) y de la dirección del viento
(barlovento, sotavento) de un invernadero multitúnel con ventanas
intercambiables y malla de sombreo, anti-pulgón y anti-trip. (=au+bT1/2+c). 55
Tabla 3.8. Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento (u,
ms-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales intercambiables y malla
de sombreo, anti-pulgón y anti-trip. (=mu+p). 56
-X-
Tabla 5.6.-Valores del coeficiente de descarga y test de separación de medias para
ventanas rectangulares continuas y malla anti-trip con diferentes coeficientes de
forma (L0/H0) situadas en una nave lateral o interior. 99
Tabla 6.1.- Valores del coeficiente de efecto de viento “Cw" para un invernadero
multitúnel de tres naves con aperturas cenitales rectangulares continuas en
función de la velocidad (u, ms-1) y la dirección del viento (barlovento-sotavento). 117
Tabla 6.2.- Valores del coeficiente de efecto de viento “Cw" para un invernadero
multitúnel de tres naves con aperturas cenitales rectangulares continuas y malla
anti-pulgón en función de la velocidad (u, ms-1) y la dirección del viento
(barlovento-sotavento). 118
Tabla 6.3.- Valores del coeficiente de efecto de viento “Cw" para un invernadero
multitúnel de tres naves con aperturas cenitales rectangulares continuas y malla
anti-trip en función de la velocidad (u, ms-1) y la dirección del viento (barlovento-
sotavento). 119
Tabla 6.4.- Valores del coeficiente de efecto de viento “Cw" para un invernadero
multitúnel de tres naves con aperturas cenitales intercambiables y malla anti-
pulgón en función de la velocidad (u, ms-1) y la dirección del viento (barlovento-
sotavento). 121
- XI -
Tabla 6.6.-Modelos de cálculo de la tasa de ventilación (, m3s-1) de un
invernadero multitúnel con ventanas rectangulares continuas y malla anti-pulgón
en función de la dirección (barlovento-sotavento) y de la intensidad del viento (u,
S 124
ms-1). C C1 2 u .
2 d w
- XII -
1.-INTRODUCCIÓN.
-1-
holandeses Meijaard (1995) proporciona una cantidad aproximada de 420.000 millones
de pesetas. En el caso de España y, a pesar de la poca información disponible, podemos
dar algunos datos representativos. Según Briassoulis y col. (1997) la producción en
invernaderos representa más del 25% de la renta total hortícola española. En la zona de
Almería, donde se sitúa la mayoría de la superficie, las casi 23.000 ha existentes
produjeron unos 150.000 millones de pesetas durante el año 1992, cantidad que, unida a
la demanda de bienes y servicios que esta actividad genera, representa
aproximadamente el 35% del PIB de la provincia (López, 1994). Finalmente, y en caso
de Cataluña las más de 500 ha situadas en la comarca del Maresme produjeron unos
12.679 millones de pesetas durante el año 1996 (Montero, 1997).
No obstante existen una serie de problemas asociados a este tipo de sistema de
producción (Blanc, 1986), como son las limitaciones del agua para el riego (cantidad y
calidad), el control de plagas y enfermedades y durante algunos periodos, las
condiciones microclimáticas inadecuadas. Todo ello ha conducido a un freno en el
crecimiento de la superficie de invernaderos en los últimos años (Lorenzo, 1994) y a la
constatación de una clara tendencia hacia el aumento del nivel tecnológico de los
equipamientos e invernaderos, la formación de los agricultores en su uso y ligada a ello
un aumento en la calidad de la producción (Castilla, 1991a; Lorenzo, 1994).
Nos encontramos pues ante un sector de gran importancia económica dentro de
la producción agrícola de los países de la ribera mediterránea que se encuentra, en estos
momentos, en un proceso crucial de adaptación y mejora del sistema de producción
(instalaciones, riego, fertilización etc.) que marcará la tendencia futura del sector.
-2-
Tabla 1.1.- Distribución global de la superficie (ha) de invernaderos y abrigos.
Tipo de estructura
Area Geográfica Cubierta de plástico Cubierta de Total
vidrio
Asia 138.200 3.000 141.200
Mediterráneo 95.300 7.900 103.200
Norte de Europa 16.700 25.800 42.500
América 15.600 4.000 19.600
Fuente: Wittwer y Castilla (1995).
País Superficie
Argelia+ 6.000
España* 28.350
Francia* 5.300
Grecia* 3.970
Israel+ 2.200
Italia* 22.500
Marruecos+ 4.000
Portugal* 3.000
Turquía+ 11.000
*
Fuentes: Comité International des plastiques en
Agriculture (1995) y +Baille A. (1994).
-3-
1.2.-Tipos y problemática de los invernaderos Mediterráneos.
-4-
mejorando especialmente el régimen de humedad ambiental y la protección de los
cultivos contra el viento (Lorenzo, 1994).
Este sistema de producción que, como ya se ha comentado, ha permitido el
aumento espectacular tanto de la superficie de cultivo protegido como de la renta
agrícola de la zona, presenta, no obstante, una serie de problemas inherentes que pueden
limitar y frenar su expansión, ya que se traducen en bajos rendimientos de los cultivos
que además son de calidad irregular y grandes variaciones de producción a lo largo del
periodo de cosecha (Monteiro, 1992), es decir producción inestable.
Tal y como señalan diversos autores (Blanc, 1986; Castilla, 1994; González,
1995) los principales problemas de estos invernaderos son: a) El escaso control
climático que proporcionan estas estructuras de forma que en la mayoría de los casos el
microclima interior se encuentra lejos del óptimo. b) Las limitaciones en el suministro
de agua para el riego y la baja calidad de estas aguas en la mayoría de los casos y c) Los
problemas patológicos y de plagas ya que en zonas con una elevada superficie dedicada
a la horticultura intensiva bajo invernadero es muy fácil que un patógeno-insecto o
ácaro encuentre un medio adecuado y termine constituyendo enfermedad o plaga
(Lorenzo, 1994).
La solución a todos estos problemas pasa por un aumento en la investigación y
el desarrollo tecnológico que permita mejorar técnicas ya existentes u obtener nuevas
con el objetivo de mejorar el control sobre la producción. "Parece lógico que uno de los
requisitos indispensables para hacer más sostenibles a los sistemas agrícolas sea una
inversión, también sostenida, en investigación y extensión agraria" (Fereres, 1997). Así
de acuerdo con Castilla (1994) el anhelado incremento en la calidad de la producción
requiere una mejora de los invernaderos con el objetivo de conseguir un mayor control
del microclima interior, y dentro de las técnicas de control del clima en los países
templados, la ventilación es seguramente la que tiene mayor importancia.
-5-
1.3.-La ventilación natural de los invernaderos.
-6-
utilizado, económico y práctico para garantizar unas condiciones microclimáticas
óptimas durante el periodo estival e invernal ( Papadakis y col., 1996; Boulard y Draoui,
1995; Montero y col., 1996).
Aunque los fundamentos de la ventilación natural se encuentran claramente
establecidos (Bruce, 1978; Bot, 1983; de Jong, 1990; Bailey, 1995) debido a la
dificultad de su estudio, y a pesar de su gran importancia, no existe todavía en la
actualidad una ley de ventilación universalmente aplicable. Esto se debe a que el flujo
de aire a través de las ventanas no depende únicamente de parámetros determinados
mediante leyes físicas, sino que es función de otra serie de parámetros como son: tipo y
localización de las ventanas, altura y anchura del invernadero (ASHRAE, 1993).
La mayoría de los estudios de ventilación natural de los invernaderos se han
realizado en los países del norte de Europa y en invernaderos del tipo "Venlo" con
cubiertas de vidrio y caracterizados por presentar como sistema de ventilación un
conjunto de ventanas cenitales discontinuas (Businger, 1954; Bot, 1983; Nederhoff y
col., 1983; de Jong, 1990; Fernández y Bailey, 1992). Estos estudios son poco
aplicables a los invernaderos de la zona mediterránea que tienen sistemas de ventilación
con aperturas continuas y que además son de características geométricas diferentes
(Kittas y col., 1995).
En los últimos diez años se ha producido un aumento considerable del número
de estudios dedicados a los invernaderos de zonas con clima cálido y, en particular, los
dedicados a la ventilación natural (Boulard, 1993; Papadakis y col., 1996; Boulard y
Draoui, 1995; Boulard y col., 1996; Montero y col., 1996; Kittas y col., 1995 y 1996;
etc.). No obstante, los resultados de que se dispone hasta el momento son para
condiciones concretas (climáticas, de estructura de invernaderos etc.) de forma que no
existen todavía expresiones generales que describan la ventilación natural (Mistriotis y
col., 1997). Uno de los principales problemas para la obtención de estos modelos es el
desconocimiento de las características de flujo de las ventanas (particularmente el
coeficiente de descarga) parámetro fundamental para determinar la tasa de ventilación
de un invernadero (de Jong y Bot, 1992b) y que hasta el momento para el tipo de
ventanas de los invernaderos mediterráneos únicamente se ha determinado de una
manera indirecta a partir de medidas experimentales de la tasa de ventilación (Boulard y
Baille, 1995).
En otro orden de cosas hay que destacar que en los últimos años, y de acuerdo
con la sensibilidad cada vez más patente hacia la protección del medio ambiente, unido
-7-
a la normativa estricta y restrictiva impuesta por la Unión Europea respecto al uso de
productos fitosanitarios y control de residuos sobre vegetales, se ha generalizado la
utilización de sistemas y técnicas menos agresivas con el medio, como pueden ser los
programas de control integrado (Lorenzo, 1994).
Dentro de este objetivo el uso de mallas anti-insecto en las aperturas de
ventilación (Castilla, 1994) se está generalizando, ya que frenan la entrada de insectos (
y enfermedades como virosis cuyos vectores son insectos) reduciendo de esta forma el
número de tratamientos, su costo y los posibles problemas de residuos debidos a ellos
(Montero y col., 1996). No obstante, es poca la información de que se dispone sobre
este tipo de mallas y en particular no existen trabajos que evalúen su impacto sobre la
ventilación natural. Unicamente Bot y Van Holsteijn (1990) a partir de medidas
experimentales obtienen reducciones de hasta un 40% de la tasa de ventilación en
invernaderos tipo "Venlo". Sase y Christianson (1990), Kosmos y col. (1993) Montero y
col.(1996) presentan datos sobre las características de estas mallas (porosidad,
coeficiente de descarga etc.) sin haber evaluado su influencia sobre la tasa de
ventilación pero constatando el claro descenso de ésta que se puede producir al
incorporar las mallas.
Finalmente y para terminar destacar que Montero y Montero (1992) con el fin de
aprovechar los beneficios de la utilización de mallas anti-insecto y corregir los posibles
efectos negativos sobre la tasa de ventilación presentan la alternativa de un invernadero
con cubierta intercambiable que permite substituir la cubierta de plástico por cualquier
tipo de malla en función de las condiciones climáticas externas, con lo que al mismo
tiempo que aprovechan las ventajas del uso de mallas anti-insecto corrigen el posible
efecto negativo sobre la tasa de ventilación al aumentar la superficie de las aperturas del
sistema de ventilación.
-8-
1.4.-Técnicas de evaluación de la ventilación natural de los
invernaderos.
-9-
de invernaderos multitúnel continúa todavía la investigación para verificar la utilización
de estas técnicas.
Finalmente, otro de los métodos reconocidos como útiles para el estudio de los
procesos de ventilación es el uso de programas de simulación de dinámica de fluidos
(“Computational Fluid Dynamics” CFD) (IEA, 1992). Esta técnica utilizada ya para
instalaciones ganaderas se presenta como una herramienta útil para el estudio de la
ventilación natural de invernaderos multitúnel de dos naves en el trabajo de Mistriotis y
col. (1997).
Todas estas técnicas presentan sus ventajas e inconvenientes pero hay
consideraciones importantes que limitan, por el momento, el empleo de algunas de ellas
y que, por tanto, eliminan su posible utilización en el presente trabajo de investigación.
Así las técnicas de visualización de flujos y análisis de imagen presentan la
ventaja de trabajar en el laboratorio y con modelos a escala, cosa que permite un claro
abaratamiento de los costes experimentales, pues evidentemente resulta mucho más
cómodo, fácil y económico cambiar la posición de las aperturas de ventilación en una
maqueta que en un invernadero real. Además utiliza agua como fluido de trabajo y el
único coste importante que se presenta es al inicio de la investigación en la construcción
de los tanques necesarios para los ensayos y en la adquisición del equipo informático y
de visualización y captación de imágenes oportuno. No obstante, y tal y como se ha
comentado con anterioridad presenta una serie de graves inconvenientes como son la no
inclusión del efecto eólico así como la dificultad de modelizar la incorporación de
mallas a las aperturas de ventilación. Por ultimo al ser todavía una técnica en fase
experimental necesita medidas complementarias que permitan verificar la posibilidad
de su aplicación (Oca, 1996).
En lo referente al uso de programas de CFD de nuevo nos encontramos con
problemas similares, tal y como señalan Mistriotis y col. (1997) en la primera
publicación que utiliza esta técnica para el estudio de la ventilación natural de
invernaderos, los resultados que obtienen no son extrapolables ni para el mismo
invernadero analizado localizado en otras condiciones ni para otro tipo de instalaciones
similares. Además de nuevo son necesarias todavía medidas directas que permitan
calibrar la metodología y obtener con mayor exactitud los modelos que rigen la
ventilación natural de los invernaderos. Por último, destacar que todo este proceso debe
repetirse en el caso de incorporar mallas en las aperturas de ventilación, pues la
- 10 -
incorporación de las mallas (de sombreo o anti-insectos) varía las ecuaciones que
gobiernan el proceso de ventilación natural.
Todas estas consideraciones justifican el uso generalizado de las técnicas
restantes, es decir, del método del balance de energía del invernadero, de las técnicas
del gas trazador y de la caracterización del flujo de aire en función de la diferencia de
presión en las ventanas, ya que permiten determinar la tasa de ventilación de los
invernaderos con y sin mallas sin que la incorporación de éstas modifique la
metodología experimental
1.5.-Objetivos de la tesis.
- 11 -
En consecuencia con todo lo anterior se planteó la realización de la presente tesis
doctoral con los siguientes objetivos:
- 12 -
1.6.-Organización de la tesis.
- 13 -
2.-MODELOS DE VENTILACIÓN.
De acuerdo con Bot y van de Braak (1995) las componentes o partes de las que
debe considerarse el balance de energía en el caso de los invernaderos son cuatro: 1) la
cubierta, 2) el aire, 3) el cultivo y 4) el suelo.
Para el estudio de la ventilación, si en el invernadero no se utiliza ningún sistema
de calefacción según, Fernández y Bailey (1992) el balance de energía se puede
expresar de acuerdo con la ecuación:
E s E c E st E v 0 (2.1)
14
La energía perdida mediante ventilación presenta dos componentes (Boulard y
Baille, 1994; Bot y van de Braak, 1995). Una debida al calor latente:
E lat (w i w 0 ) (2.2)
Sg
E sen C p (Ti T0 ) (2.3)
Sg
E s Si S r (2.4)
E c K c T (2.5)
15
donde: K c A Bu siendo u la velocidad del viento exterior, A y B constantes
que en el caso de un invernadero con cubierta de plástico toman los valores A=6 y
B=0.5, y T es el gradiente de temperatura entre el aire interior y el exterior.
Para esta misma componente, Fernández y Bailey (1992) plantearon la ecuación:
Sc
E c U (T T ) (2.6)
Sg i 0
U K0 K s K s q s (2.7)
T0 Ts
qs (2.10)
Ti T0
donde: los factores G denominados coeficientes térmicos de acoplamiento
(thermal coupling coefficients) relacionan las pérdidas térmicas con la diferencia de
temperatura existente entre el aire interior, el exterior, el cielo supuesto cuerpo negro y
la superficie exterior de la cubierta, y Ts es la temperatura equivalente del cielo supuesto
cuerpo negro (Sky temperature).
16
Las expresiones de cálculo para cada uno de los factores G se encuentran
claramente detalladas en el trabajo de Jolliet (1991)
Finalmente y para la energía almacenada en el interior del invernadero, Boulard
y Baille (1994) consideran el invernadero como un colector solar y a la energía
almacenada como masa térmica del invernadero Est= Qm, siendo este término muy
pequeño en comparación con el resto de flujos y, generalmente despreciable (Qm=0).
Por el contrario Bot y van de Braak (1995) consideran la energía almacenada en:
a) la cubierta, b) el aire del invernadero, c) el cultivo y d) el suelo. Utilizando para su
cálculo la expresión:
M C p (Tb Tf )
E st (2.11)
tb tf
(S i -S r ) K c T (w i w 0 ) C p (Ti T0 ) = 0 (2.12)
Sg Sg
(Si - S 0 ) K c T
Sg (2.13)
(w i w 0 ) C p (Ti T0 )
17
Ss
(S i -S r ) U (Ti T0 ) (w i w 0 ) C p (Ti T0 ) - E stc E sta E stg E sts 0 (2.14)
Sg Sg Sg
donde U se determina de acuerdo con las ecuaciones anteriores (2.7, 2.8, 2.9 y
2.10) y las diferentes componentes de la energía almacenada ( Estc en la cubierta, Esta en
el aire del invernadero, Estg en el cultivo y Ests en el suelo) aplicando a cada caso la
ecuación 2.11.
De acuerdo con esto, se obtiene finalmente:
Sc
(S i S r ) U (Ti T0 ) E stc E sta E stg E sts
Sg Sg
(2.15)
(w i w 0 ) C p (Ti T0 )
18
2.2.-Flujo de aire originado por las diferencias de presión.
1
P (y) F0 v 2 (y) (2.16)
2
12
P (y) 2
v( y ) C d P (y) (2.17)
P (y)
19
donde el signo de la relación |P(y)| / P(y) marcará el sentido del flujo a través
de la ventana.
Si se integra la ecuación 2.17 a lo largo de la altura H de una ventana de longitud
L y superficie A0 (A0=LxH) se puede determinar el flujo de aire (v) que la atraviesa:
H
v L v (y) dy (2.18)
0
H2
v L v (y) dy (2.19)
0
De acuerdo con las ecuaciones 2.17 y 2.19 el flujo de aire a través de una
ventana (v) se puede determinar conociendo la diferencia de presión a ambos lados de
la ventana y el coeficiente de descarga de ésta.
20
2.2.2.1.-Flujo de aire debido al viento exterior. (efecto eólico).
1
P K p u2 (2.20)
2
21
El mecanismo por el cual la ventilación, a través de una o varias aperturas, se
debe al carácter fluctuante de la velocidad del viento es bastante complejo y consiste en
la combinación de diversos efectos (Malinowski, 1971).
En el caso de invernaderos del tipo “Venlo”, invernaderos de vidrio
característicos de Holanda, con ventanas cenitales discontinuas, de Jong (1990) y de
Jong y Bot (1992a) introducen el concepto de coeficiente de fluctuación de presión (Kf)
que relaciona la amplitud de la fluctuación de presión sobre la ventana con la energía
cinética volumétrica del campo de velocidad en el nivel de referencia, obteniendo la
ecuación:
~ 1
P a K f u 2 (2.21)
2
1
Pw a F0 v 2 (2.22)
2
2
1
Pw a F0 v (2.23)
2 A0
22
donde v es el flujo volumétrico a través de la ventana y A0 es la superficie de la
ventana.
A 0 0
C d K 1f 2 u (2.24)
2 a
Expresión que nos indica que existe una relación lineal entre el flujo de aire y la
velocidad media del viento en el nivel de referencia. La expresión 2.24 combina la
resistencia al flujo de aire producida por la ventana (definida mediante Cd) y el
coeficiente de fluctuación de presión cerca de la ventana Kf.
Si consideramos el número total de ventanas y su superficie, podemos
determinar el flujo de aire total del invernadero debido al efecto eólico a partir de la
expresión:
S 0
w C d K 1f 2 u (2.25)
2 a
23
En el caso de un invernadero multitúnel de acuerdo con lo expresado por
Boulard y Baille (1995) y Boulard y col. (1997) la ventilación por efecto eólico se debe,
o tiene su origen, en dos mecanismos:
a) Variaciones de presión debidas a un cambio de presión interna, originada por
la compresibilidad del aire. (Esto es lo que sucedería en el caso de un
invernadero con aperturas muy pequeñas situadas en la dirección del viento).
b) Una difusión turbulenta (en el caso de grandes aperturas de ventilación)
originada por una fluctuación espacial de la presión que produce el intercambio
de aire entre el interior y el exterior.
A pesar de la complejidad del proceso, si se considera un coeficiente de
fluctuación de presión que englobe o describa el efecto fluctuante de la velocidad del
viento, se puede obtener una expresión sencilla y muy similar a la ecuación 2.20
(Boulard y Baille, 1995; Kittas y col., 1996;):
~ 1
P Cf u 2 (2.26)
2
donde Cf es el coeficiente de presión debido al carácter fluctuante de la
velocidad del viento.
~
De esta forma obtenemos dos ecuaciones (2.20) y (2.26) en las que P y P
dependen linealmente de u2, es por ello que la mayoría de los trabajos de ventilación
(Papadakis y col., 1996; Kittas y col., 1997) introducen una expresión que permita
incluir ambos efectos a pesar de que no pueda cuantificarse separadamente la aportación
~
de cada componente ( P y P ), la expresión utilizada en estos casos es:
1
Pw C w u 2 (2.27)
2
24
La utilización de este coeficiente global Cw si bien no permite distinguir de
forma separada los mecanismo de funcionamiento de cada una de las componentes del
viento si permite determinar el efecto global de éstas y en consecuencia, cuantificar la
diferencia de presión debida al efecto del viento.
En el caso de un invernadero multitúnel con una sola ventana o con varias pero
con las mismas características de ventilación, se considera que la mitad del área total de
apertura se utiliza para la entrada de aire y la otra mitad para la salida (Papadakis y col.,
1996). De acuerdo con esta simplificación, se puede definir el flujo volumétrico
utilizando la expresión:
S
W C d C 1W2 u (2.28)
2
25
Figura 2.1. Diferencias de presión causadas por el efecto térmico en una
edificación.
T
P(y) P0 g y (2.29)
T
26
12
P(y) 2 T
v(y) C d P0 g y (2.30)
P(y) T
32
L C d T H
T 2g (2.31)
T T 2
3 g
T
27
Figura 2.2. Esquema de la distribución vertical de presión y velocidad en ambas
caras de una ventana de acuerdo con la aproximación de segundo orden.
28
Si h0 es la altura correspondiente al eje neutro, de acuerdo con lo visto con
anterioridad en ese punto P=0 y v=0, con lo que a partir de la ecuación 2.32 con v=0
tendremos:
T
P0 g h 0 (2.33)
T
12
P T
v C d 2g h 0 h (2.34)
P T
12
A0 T H
VT C 2g (2.35)
2 d T 4
12
S T H
T C d 2g (2.36)
2 T 4
Expresión mas simple para el cálculo del flujo de aire debido al efecto térmico
que la ecuación 2.32.
29
2.2.3.-Intercambio de aire debido a la contribución de los efectos térmicos y
eólicos.
Por otro lado, diversos trabajos (de Jong, 1990; ASHRAE, 1993) recomiendan
considerar la suma vectorial de ambos flujos de ventilación utilizando la expresión:
12
2w 2T (2.38)
Esta segunda expresión (2.38) utilizada por de Jong (1990) para invernaderos de
vidrio tipo "Venlo" le proporcionó resultados con errores máximos del 20% entre los
valores observados (mediante medida experimental) y los previstos utilizando modelos.
S W (2.39)
30
donde S es el flujo estático debido al efecto térmico y W es el flujo turbulento
debido al efecto eólico. Esta hipótesis, tal y como señalan los autores, lleva implícito
considerar que la mayor parte del efecto eólico es turbulento y que se puede determinar
utilizando la expresión 2.28.
La aplicación de estas dos hipótesis les lleva a obtener una serie de modelos en
función de las diferentes aproximaciones consideradas.
El hecho de disponer de medidas experimentales de la tasa de ventilación para el
mismo tipo de invernadero (Boulard y Draoui, 1995) les permite validar cada uno de los
modelos obteniendo los mejores resultados en el caso de considerar que la diferencia de
presión total es igual a la suma de las diferencias de presiones de cada uno de los
efectos por separado. Es decir obtienen los mejores resultados al considerar su primera
hipótesis y utilizar la expresión 2.37. No obstante, las diferencias observadas son
mínimas y el ajuste para los diferentes modelos lo suficientemente bueno como para no
poder descartar la aplicación de uno u otro.
De hecho, la mayoría de los modelos empleados en los estudios de ventilación
natural de invernaderos multitúnel consideran la segunda hipótesis planteada por
Boulard y Baille (1995) utilizando la ecuación 2.39 y determinando el flujo de aire
debido al efecto térmico a partir de la aproximación de primer orden (ecuación 2.35) y
el flujo de aire debido al efecto eólico a partir de la ecuación 2.28 (Boulard y col., 1996,
1997; Kittas y col., 1995, 1996 y 1997; Montero y col., 1996). Estas consideraciones les
llevan a obtener la siguiente expresión para el cálculo del flujo de aire:
12
S T H S
C d 2g
2 T 4 2
C d C 1w2 u (2.40)
31
que no se considera el efecto térmico. En este caso el flujo de aire intercambiado se
determinaría a partir de la expresión:
S
C d C 1w2 u (2.41)
2
32
3.-MEDIDA EXPERIMENTAL DE LA VENTILACIÓN DE LOS
INVERNADEROS.
3.1.-Introducción.
3.2.-Material y métodos.
33
La elección del gas trazador es fundamental pues de acuerdo con Nederhoff y
col. (1983) y van´t Klooster y Heitlager (1994) debe cumplir las siguientes demandas:
dc
V F(t) Q(t) c(t) (3.1)
dt
34
donde V es el volumen del edificio estudiado, c(t) es la concentración de gas
trazador en el tiempo t, dc/dt es la relación de cambio de concentración con el tiempo,
F(t) es la cantidad de gas aportado en el tiempo, Q(t) es el flujo de salida de aire del
edificio en el tiempo t.
La ecuación 3.1 se basa en las siguientes suposiciones: el flujo de aire fuera del
edificio es el proceso dominante que renueva el gas trazador, el gas no reacciona
químicamente ni es absorbido por las paredes interiores, la concentración de gas en el
edificio es uniforme y puede representarse por un valor simple (ASHRAE, 1993).
Si se asume que la densidad del aire interior y exterior es idéntica, Q se refiere al
flujo de aire en el edificio, y la relación Q(t)/V es la denominada Tasa de ventilación
Por tanto la ecuación 3.1 puede reescribirse:
dc F(t)
c(t) (3.2)
dt V
F(t)
(3.3)
Vc(t)
La expresión 3.3 únicamente es valida para aquellos sistemas en los que el ratio
de ventilación es constante, es decir para sistemas en o muy cerca del equilibrio. La
utilización de ésta técnica por Bot (1983) se realizó tomando CO2 como gas trazador e
inyectando una gran cantidad de gas para alcanzar el equilibrio. El uso de CO2 como gas
35
trazador puede presentar problemas si hay presencia de cultivo al medir la tasa de
ventilación ya que interviene en los procesos de intercambio de las plantas (fotosíntesis,
respiración) y además se encuentra a elevadas concentraciones en la atmósfera exterior.
Una posible solución sería la utilización de otro gas como puede ser el N2O que elimina
estos problemas. No obstante, para alcanzar el equilibrio sería necesario inyectar una
elevada cantidad de gas, el precio del N2O es muy elevado en comparación con el del
CO2 lo que representaría un coste muy superior en la realización de los ensayos
experimentales, coste que puede llegar a cuestionar la aplicabilidad de esta técnica.
Otros inconvenientes añadidos de éste método son la necesidad de determinar la
concentración absoluta de gas así como la relación de inyección (ASHRAE, 1993).
c(t) c 0 e t (3.4)
c t
ln t (3.5)
c0
36
Representando gráficamente los valores de ln (c(t)/c0) respecto al tiempo "t" la
pendiente de la recta obtenida proporciona el valor de la tasa de ventilación del
invernadero.
Esta técnica presenta la ventaja de necesitar una cantidad de gas trazador muy
inferior. Además no es necesario determinar la concentración absoluta y únicamente son
necesarias las concentraciones relativas (hecho que facilita la calibración del aparato).
Finalmente y en contraste con la técnica de inyección constante tampoco es necesario
conocer la relación de inyección de gas y únicamente se ha de asegurar que la
concentración se encuentra dentro del rango del aparato de medida.
Todas estas ventajas han originado que ésta sea la técnica más utilizada no sólo
en la determinación de la tasa de ventilación de invernaderos sino también de otro tipo
de instalaciones como pueden ser las construcciones ganaderas (van´t Klooster y
Heitlager, 1994; Papadakis y col., 1996).
Tanto la ecuación 3.1 como la 3.5 asumen que la concentración del gas trazador
es uniforme en el interior del edificio (de Jong, 1990): Si la mezcla del gas no es
homogénea esta suposición no es adecuada y la determinación de la tasa de ventilación
será errónea. Por ello debe asegurarse al realizar las determinaciones experimentales
una distribución y mezcla homogénea del gas trazador con el aire del invernadero para
evitar posibles errores de medida (ASHRAE, 1993). También es conveniente tomar
muestras de aire en mas de un punto del invernadero.
3.2.2.-Dispositivo experimental.
37
ventilación se procedió al estudio de las diferentes combinaciones tipo de ventana y tipo
de malla posibles (tabla 3.1).
Las mallas analizadas fueron tal y como podemos observar en la tabla 3.1 una
malla de sombreo caracterizada por presentar una transmisión del 56%. Asimismo se
utilizó una malla anti-pulgón (Nicolón 66336) con un tamaño de cuadrícula de 0.4x0.4
mm y una porosidad del 45%, finalmente una malla anti-trip (Nicolón 96) con un
tamaño de cuadricula de 0.17x0.17 mm y una porosidad del 25%.
La configuración ventana intercambiable sin malla no se evaluó, tal y como se
explica en el apartado 3.3.2, por limitaciones del dispositivo experimental.
38
Figura 3.2. Detalle de una ventana cenital rectangular continua sin malla.
39
Figura 3.4. Vista general de un invernadero multitúnel con el sistema de apertura
de ventanas denominado intercambiable.
Procedimiento experimental.
40
invernadero, durante todo el proceso de distribución se mantuvo el ventilador del
sistema de calefacción en funcionamiento.
Una vez alcanzada la concentración deseada (por encima del rango de medida
del analizador de gases) se espero un tiempo prudencial (10 minutos: Fernández y
Bailey, 1992) y se procedió a la apertura de las ventanas hasta la altura experimental
(0.6 m en el caso de las ventanas rectangulares continuas y hasta la cumbrera en el de
las intercambiables). El proceso de apertura de las ventanas no supero en ningún caso el
minuto de tiempo y en todos los experimento se comprobó que la concentración de gas
al finalizar la apertura se mantuviera por encima del rango de medida del analizador.
Para determinar la concentración de gas trazador en el aire del invernadero se
muestreó en seis puntos diferentes (dos en cada nave, localizados a 4 m de las paredes
laterales y a 1.5 m de altura), el aire se bombeó desde los puntos de medida y a través de
un tubo de polietileno transparente (0.5 mm de diámetro) hasta el analizador de gases
por infrarrojos o IRGA (Ultramat 5M, Siemens, Alemania). que permitió determinar en
cada momento la concentración de óxido nitroso (figura 3.5).
Figura 3.5. Analizador de gases por infrarrojo (Ultramat 5M, Siemens, Alemania)
utilizado en los ensayos para determinar la tasa de ventilación del invernadero.
41
De forma simultánea a las medidas de variación de concentración del gas
trazador se midieron los parámetros ambientales necesarios para determinar la tasa de
ventilación del invernadero.
Para ello se midió la temperatura del aire interior mediante tres sondas del tipo
PRT ( Térmometros de resistencia de platino en unidades ventiladas, Crison, Barcelona)
colocadas en el interior de un tubo aspirado y situadas en el centro de cada nave a una
altura de 1.5 m. Al mismo tiempo y con una sonda de las mismas características situada
en el exterior a 5 m del invernadero y a la misma altura que las interiores (1.5 m) se
determinó la temperatura del aire exterior. Una vez conocidas ambas temperaturas se
determinó la diferencia de temperatura existente entre el aire interior y exterior.
Análogamente se midió la velocidad y la dirección del viento por medio de un
anemómetro de cazoletas (Vector A100R Anemometer, Delta T Devices, UK) y una
veleta (Vector W200P Windvane, Delta T Devices, UK) respectivamente situados en la
cumbrera del invernadero (figuras 3.1 y 3.3).
Los datos de concentración de N2O así como las variables ambientales se
registraron mediante un equipo de adquisición de datos (delta logger, delta T Devices,
UK) tomándose lecturas cada segundo y realizándose la media cada cinco segundos.
En la figura 3.6 se presenta un esquema con la localización de cada uno de los
sensores empleados en las determinaciones experimentales.
42
Figura 3.6. Esquema de la disposición de los sensores en los diversos ensayos de
tasa de ventilación mediante la técnica del gas trazador.
Tratamiento de datos.
Una vez obtenidos los ficheros con los datos experimentales se utilizó una hoja
de calculó (Microsoft excel v 5.0) para su procesamiento obteniéndose en cada ensayo
los valores de velocidad y dirección del viento, temperatura del aire interior y exterior y
la tasa de ventilación para las condiciones del experimento. Posteriormente se estableció
la regresión multilineal entre la tasa de ventilación, la velocidad del viento y la
diferencia de temperatura de acuerdo con la ecuación 2.39 mediante el programa
estadístico SAS/STAS (SAS Institute, 1989).
Finalmente y para evaluar la influencia o no influencia de la dirección del viento
sobre la tasa de ventilación se compararon las rectas de regresión obtenidas para
barlovento y sotavento de acuerdo con lo propuesto por Seber (1977) y Gomez y
Gomez (1984).
La metodología para realizar este tipo de comparaciones se encuentra claramente
explicada en Kleinbaum (1988) y consiste en introducir una variable ficticia Z que será
0 si el valor es de barlovento y 1 si se trata de sotavento, de acuerdo con esto los datos
medidos tomaran la forma:
43
Barlovento: (X1b, Y1b, 0), (X2b, Y2b, 0), ..... (Xnb, Ynb, 0)
Sotavento: (X1s, Y1s, 1), (X2s, Y2s, 1), ..... (Xns, Yns, 1)
Sí Z=0: Yb = 0 + 1 X
Sí Z=1: Ys = (0 + 2) + (1 + 3) X
llamando:
p1 = 0; p2 = 0 + 2; m1 = 1; m2 = 1 + 3
Queda:
y1 = p1 + m1X si Z=0
y2 = p2 + m2X si Z=1
Una vez obtenidos los modelos y, para comparar las dos rectas de regresión se
realizaron dos test de hipótesis para cada par de rectas. Estos fueron:
Test de paralelismo: En el que se comparan las pendientes de las dos rectas de
regresión siendo la hipótesis nula H0 la igualdad de pendientes (m1 = m2) es decir 3 = 0
y la alternativa H1 la diferencia de estas (m1 m2) es decir 30.
Test de los términos independientes: De nuevo se realiza un test de hipótesis en
el que la hipótesis nula es la igualdad de puntos de intersección (p1 = p2) es decir 2 = 0
y la alternativa la diferencia de estos (p1 p2) es decir 20.
44
3.3.- Resultados.
Tabla 3.2. Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento (u,
ms-1) y del gradiente de temperatura (T1/2, K) de un invernadero multitúnel con
ventanas cenitales rectangulares continuas sin malla, con malla anti-pulgón y
malla anti-trip. (=au+bT1/2+c).
Configuración n r2 a b c
Sin malla 55 0.30 1.369 1.179 3.786
Malla anti-pulgón 44 0.75 1.410 0.676 -2.599
Malla anti-trip 50 0.79 0.886 0.187 -1.247
45
Tabla 3.3.-Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento (u,
ms-1), del gradiente de temperatura (T1/2, K) y de la dirección del viento
(barlovento, sotavento) de un invernadero multitúnel con ventanas cenitales
rectangulares continuas sin malla, con malla anti-pulgón y anti-trip.
(=au+bT1/2+c).
Barlovento Sotavento
2 2
Configuración n r a1 b1 c1 n r a2 b2 c2
Sin malla 35 0.76 3.403 0.262 3.319 20 0.82 2.306 -1.868 4.670
Malla anti-pulgón 28 0.93 1.648 0.001 -0.806 16 0.96 0.847 -0.042 -0.076
Malla anti-trip 32 0.94 1.103 -0.050 -0.803 18 0.81 0.403 -0.044 0.358
46
Si consideramos el modelo lineal, esto es, aquel que considera a la velocidad del
viento como única variable independiente en el cálculo de la tasa de ventilación. A
partir de las medidas experimentales se ha podido obtener la ecuación de ajuste que nos
permite determinar la tasa de ventilación en función de la dirección del viento (tabla
3.4).
Tabla 3.4.-Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento (u,
ms-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales rectangulares continuas sin
malla, con malla anti-pulgón y malla anti-trip. (=mu+p)
Configuración n r2 m p
Sin malla 55 0.28 1.44 5.98
Malla anti-pulgón 44 0.70 1.32 -0.50
Malla anti-trip 51 0.77 0.82 -0.63
47
SIN MALLA
18
Tasa de ventilacion ( m s )
-1
16
3
14
12
10
6
= 1.44u + 5.98
4 R2 = 0.28
0
0 1 2 3 4 5 6
-1
Velocidad del viento (u, m s )
Figura 3.7. Tasa de ventilación (, m3 s-1) en función de la velocidad del viento (u,
m s-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales rectangulares continuas
sin malla.
48
SIN MALLA
16 BARLOVENTO
14
Tasa de ventilación ( , m s )
3 -1
12
10
4
= 3.44 u + 3.79
2 R2 = 0.76
0
0 0.5 1 1.5 2 2.5 3 3.5
-1
Velocidad del viento (u, m s )
a)
SIN MALLA
18 SOTAVENTO
16
Tasa de ventilación ( , m s )
3 -1
14
12
10
4 = 2.10 u + 1.75
R2 = 0.76
2
0
0 1 2 3 4 5 6
-1
Velocidad del viento (u, ms )
b)
Figura 3.8. Tasa de ventilación (, m3 s-1) en función de la velocidad del viento (u,
m s-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales rectangulares continuas
sin malla. a) Barlovento, b) Sotavento.
49
Este mismo resultado, aunque menos marcado, se presenta para el caso de la
malla anti-pulgón y anti-trip. En el caso de la malla anti-pulgón, si se diferencian los
puntos de medida en función de la dirección del viento, el ajuste es claramente superior
(r2=0.93 para barlovento y 0.96 para sotavento). Para la malla anti-trip el ajuste mejora
considerablemente pasando de un valor del coeficiente de determinación r2=0.77 a
valores de 0.94 y 0.80 respectivamente (figuras 3.9 y 3.10 a) y b)).
50
MALLA ANTI-PULGON
BARLOVENTO
7
Tasa de ventilación ( , m s )
3 -1
2
= 1.64 u - 0.80
1 R2 = 0.93
0
0 0.5 1 1.5 2 2.5 3 3.5 4 4.5
-1
Velocidad del viento (u, ms )
a)
MALLA ANTI-PULGON
3 SOTAVENTO
2.5
Tasa de ventilación ( , m3s-1)
1.5
= 0.85 u - 0.19
0.5 R2 = 0.96
0
0 0.5 1 1.5 2 2.5 3 3.5
-1
Velocidad del viento (u, ms )
b)
Figura 3.9. Tasa de ventilación (, m3 s-1) en función de la velocidad del viento (u,
m s-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales rectangulares continuas y
malla anti-pulgón. a) Barlovento, b) Sotavento.
51
MALLA ANTI-TRIP
BARLOVENTO
5
4.5
Tasa de ventilación ( , m3s-1)
4
3.5
3
2.5
2
1.5
1 = 1.10 u - 0.96
R2 = 0.94
0.5
0
0 1 2 3 4 5 6
-1
Velocidad del viento (u, m s )
a)
MALLA ANTI-TRIP
SOTAVENTO
2.5
Tasa de ventilación ( , m s )
3 -1
1.5
0
0 0.5 1 1.5 2 2.5 3 3.5 4 4.5
-1
Velocidad del viento (u, ms )
b)
Figura 3.10. Tasa de ventilación (, m3 s-1) en función de la velocidad del viento (u,
m s-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales rectangulares continuas y
malla anti-trip. a) Barlovento, b) Sotavento.
52
Los resultados de las gráficas 3.8, 3.9 y 3.10 a) y b) parecen indicar la existencia
de una clara diferencia entre la ventilación a barlovento y sotavento así como un
marcado descenso de la tasa de ventilación en el caso de sotavento respecto a la medida
para barlovento.
Si se quiere verificar la existencia de esta diferencia en función de la dirección
del viento deben contrastarse las rectas de regresión obtenidas para cada caso. De
acuerdo con lo propuesto en el apartado de materiales y métodos (3.2.) debe utilizarse la
metodología de contraste especificada por Kleinbaum (1988).
La aplicación de la metodología de Kleinbaum (1988) para el caso de las
ventanas cenitales rectangulares continuas conduce a la obtención de los resultados de la
tabla 3.5.
53
3.3.2.-Ventanas cenitales intercambiables.
Tabla 3.6. Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento (u,
ms-1) y del gradiente de temperatura (T1/2, K) de un invernadero multitúnel con
ventanas cenitales intercambiables y malla de sombreo, anti-pulgón y anti-trip.
(=au+bT1/2+c).
Configuración n r2 a b c
Malla de sombreo 67 0.37 3.013 -0.304 7.410
Malla anti-pulgón 40 0.81 3.270 -5.179 6.080
Malla anti-trip 64 0.86 1.268 -0.308 1.720
54
Tabla 3.7.-Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento (u,
ms-1), del gradiente de temperatura (T1/2, K) y de la dirección del viento
(barlovento, sotavento) de un invernadero multitúnel con ventanas
intercambiables y malla de sombreo, anti-pulgón y anti-trip. (=au+bT1/2+c).
Barlovento Sotavento
Configuración n r2 a1 b1 c1 n r2 a2 b2 c2
Malla de sombreo 50 0.76 6.192 1.626 1.272 17 0.85 2.587 -1.477 6.196
Malla anti-pulgón 24 0.84 5.363 -5.250 3.736 16 0.86 2.575 0.964 -1.647
Malla anti-trip 38 0.92 2.272 0.003 -1.050 26 0.89 1.438 0.107 -0.269
55
Tabla 3.8. Tasa de ventilación (, m3s-1) en función de la velocidad del viento (u,
ms-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales intercambiables y malla de
sombreo, anti-pulgón y anti-trip. (=mu+p)
Configuración n r2 m p
Malla de sombreo 64 0.35 2.907 7.222
Malla anti-pulgón 40 0.32 3.129 2.388
Malla anti-trip 78 0.87 1.366 0.699
Los resultados son muy similares a los de la tabla 3.7 aunque en este caso son
dos las regresiones que presentan un valor del coeficiente de determinación r 2 muy bajo
(0.35 para la malla de sombreo y 0.32 para la anti-pulgón) resultado que mejora
ostensiblemente en el caso de la malla anti-trip (0.87). Si se diferencian los resultados
experimentales en función de si el aire exterior incide de cara a la ventana (barlovento)
o de espaldas a esta (sotavento) se produce una clara mejoría en el caso de las
regresiones para la malla de sombreo pasando de un valor de r 2=0.35 en el caso de la
regresión conjunta a valores de 0.80 para barlovento y 0.84 para sotavento (figuras 3.11
a) y b)).
Esta misma tendencia, se presenta para el caso de las mallas anti-pulgón y anti-
trip tal y como se observa ver en las figuras 3.12 a) y b) y 3.13 a) y b) que muestran la
mejoría en el ajuste obtenido para la malla anti-pulgón (r2=0.79 y 0.86 para barlovento y
sotavento) y para la anti-trip (r2=0.89 y 0.93).
56
M ALLA DE SOM BREO
BARLOVENTO
25
Tasa de ventilación ( , m s )
3 -1
20
15
10
5 = 6.17u + 3.74
R2 = 0.80
0
0 0.5 1 1.5 2 2.5
-1
Velocidad del viento (u, ms )
a)
MALLA DE SOMBREO
SOTAVENTO
16
14
Tasa de ventilación ( , m s )
3 -1
12
10
4
= 2.768u + 4.134
2 R2 = 0.85
0
0 0.5 1 1.5 2 2.5 3 3.5 4
-1
Velocidad del viento (u, ms )
b)
Figura 3.11. Tasa de ventilación (, m3 s-1) en función de la velocidad del viento (u,
m s-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales intercambiables y malla
de sombreo. a) Barlovento, b) Sotavento.
57
MALLA ANTI-PULGON
BARLOVENTO
20
18
Tasa de ventilación ( , m3s-1)
16
14
12
10
8
6
4 = 6.084u - 1.006
R2 = 0.79
2
0
0 0.5 1 1.5 2 2.5 3
-1
Velocidad del viento (u, ms )
a)
MALLA ANTI-PULGON
SOTAVENTO
14
12
Tasa de ventilacion ( , m s )
3 -1
10
= 2.644u - 0.286
2
R2 = 0.86
0
0 0.5 1 1.5 2 2.5 3 3.5 4 4.5
Velocidad del viento (u, ms-1)
b)
Figura 3.12. Tasa de ventilación (, m3 s-1) en función de la velocidad del viento (u,
m s-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales intercambiables y malla
anti-pulgón. a) Barlovento, b) Sotavento.
58
M ALLA ANTI-TRI P
BARLOVENTO
9
8
Tasa de ventilación ( , m s )
3 -1
7
6
5
4
3
2 = 2.262u - 1.010
R2 = 0.93
1
0
0 0.5 1 1.5 2 2.5 3 3.5 4
-1
Velocidad del viento (u, ms )
a)
M ALLA ANTI-TRI P
SOTAVENTO
12
Tasa de ventilación ( , m s )
3 -1
10
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8
-1
Velocidad del viento (u, ms )
b)
Figura 3.13. Tasa de ventilación (, m3 s-1) en función de la velocidad del viento (u,
m s-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales intercambiables y malla
anti-trip. a) Barlovento, b) Sotavento.
59
Si se quiere verificar esta clara aparente diferenciación de nuevo deben
contrastarse las rectas de regresión y comprobar si son iguales o diferentes. Para ello se
aplicó la metodología propuesta por Kleinbaum (1988) explicada en el apartado 3.2.2
obteniéndose los resultados de la tabla 3.9.
3.4.- Discusión.
60
de la ventilación natural en túneles y multitúneles dotados únicamente de aperturas
cenitales el hecho de incorporar el efecto térmico no aumenta la precisión o el poder de
predicción de los modelos de ventilación empleados.
Los resultados confirman la posibilidad de la utilización del modelo lineal, en el
que la tasa de ventilación del invernadero se encuentra relacionada con la velocidad
media del aire exterior en un punto determinado por medio de una relación lineal. Este
modelo utilizado mayoritariamente en la determinación de la ventilación natural de
invernaderos túnel y multitúnel con cubierta de plástico (Boulard y col., 1996; Kittas y
col., 1997) es el empleado en la presentación de los resultados obtenidos para las
diferentes combinaciones tipo de ventana y tipo de malla analizadas.
Utilizando el modelo lineal en el caso del sistema de ventilación con ventanas
cenitales rectangulares continuas, los resultados de la tabla 3.4 así como las figuras 3.7,
3.8 a) y b), 3.9 a) y b) y 3.10 a) y b) muestran claramente el efecto o la influencia de la
dirección del viento sobre la tasa de ventilación tanto en el caso de la ventana sin malla
como con malla anti-pulgón o anti-trip. Esta diferencia se confirma al comparar las
diferentes rectas de regresión (tabla 3.5) y obtener para cada uno de los casos que estas
son significativamente distintas, lo que permite afirmar que la ventilación a barlovento
es diferente de la ventilación a sotavento.
Este resultado es contrario al obtenido por Boulard y col. (1997) para un
invernadero multitúnel con ventanas cenitales rectangulares continuas sin malla, ya que
según estos trabajos la dirección del viento no presenta ningún tipo de influencia sobre
la tasa de ventilación. Por el contrario coincide con lo observado por de Jong y Bot
(1992a) para un invernadero tipo Venlo con aperturas cenitales discontinuas y por
Montero y col. (1996) para el mismo invernadero multitúnel con ventanas cenitales
rectangulares continuas.
La contradicción existente al analizar la posible influencia de la dirección del
viento puede deberse a que las experiencias sobre ventilación natural en invernaderos
multitúnel son escasas, y generalmente se han realizado en condiciones muy concretas.
Si se analizan los trabajos existentes para estas configuraciones se observa que Boulard
y Baille (1995), Papadakis y col. (1996) y Boulard y col. (1996) estudian la ventilación
de invernaderos multitúnel con vientos característicos de la zona del valle del Ródano
(Francia) paralelos a la ventana, mientras que Kittas y col. (1996) en un invernadero
túnel presentan resultados obtenidos únicamente para el caso de barlovento, siendo
61
únicamente los trabajos ya mencionados de Kittas y col. (1995) y el reciente de Boulard
y col. (1997) los que señalan la independencia de la dirección del viento.
Análogamente y en el caso del sistema de apertura intercambiable, el efecto de
la dirección del viento sobre la tasa de ventilación es igualmente claro (tabla 3.8, figuras
3.11, 3.12 y 3.13 a) y b)) tanto para el caso que se incorpore una malla de sombreo
como anti-insectos. De nuevo al realizar el análisis estadístico de los datos obtenidos
esta diferenciación apreciable a partir de los valores del coeficiente de determinación r 2
se demuestra que es estadísticamente significativa (tabla 3.9) lo que permite afirmar que
en el caso de un invernadero multitúnel con el sistema de ventilación intercambiable la
ventilación depende no sólo de la velocidad sino también de la dirección del viento, y
más concretamente de si éste viene de cara a la ventana (barlovento) o de espaldas a ésta
(sotavento).
No solo la ventilación de barlovento y sotavento son diferentes sino que además
la de sotavento es claramente menor en todas las combinaciones analizadas. Si se evalúa
el caso del invernadero con aperturas cenitales rectangulares continuas sin malla (figura
3.6 a) y b)) y, para ello se comparan las pendientes de las rectas de regresión, se observa
que la ventilación a sotavento es un 39% inferior con respecto a la de barlovento,
resultado que se eleva al 48 y 51% en los caso de las ventanas con mallas anti-pulgón y
anti-trip respectivamente. Estos resultados con porcentajes muy similares se repiten
también para las ventanas enrollables con malla.
Todos estos datos muestran que como mínimo se produce una variación de un
40% de la tasa de ventilación en función de la orientación de las ventanas respecto al
viento hecho de fundamental importancia en el caso de los invernaderos mediterráneos
en los que se presentan problemas de elevadas temperaturas interiores. De este resultado
se deriva una clara recomendación para los invernaderos localizados en zonas cálidas,
que consiste en orientar las ventanas de cara a los vientos dominantes de la zona.
Recomendación que confirma la práctica tradicionalmente extendida en las zonas
costeras mediterráneas en las que se encaran las ventanas en dirección al mar (dirección
de los vientos dominantes de la zona).
Otro aspecto destacable a comentar a partir de los datos experimentales es el
efecto de la incorporación de mallas en las aperturas de ventilación. Si se analizan los
resultados en el caso de apertura cenital rectangular continua (figuras 3.8, 3.9 y 3.10 a)
y b) ) en el caso de la ventilación a barlovento puede verse que la incorporación de
mallas representa un severo descenso en la tasa de ventilación del invernadero. Así la
62
incorporación de malla anti-pulgón produce un descenso del 50% de la tasa de
ventilación respecto a la ventana sin malla. Este descenso es todavía mas acusado en el
caso de incorporar una malla anti-trip elevándose hasta el 70% del valor de la tasa de
ventilación sin mallas.
En la ventilación a sotavento el efecto observado es el mismo registrándose un
descenso del 60% al incorporar malla anti-pulgón y prácticamente del 80% si lo que se
incorpora es una malla anti-trip. Este descenso en la tasa de ventilación es mucho mayor
que el obtenido por Bot y Van Horslteijn (1990) que en invernaderos del tipo Venlo con
ventanas discontinuas e incorporando mallas de características similares reportan
descensos del 20% y del 49% para las mallas denominadas por ellos anti-pulgón y anti-
trip.
El sistema de ventilación intercambiable presenta un comportamiento similar al
observado en el caso de las ventanas cenitales continuas (figuras 3.11, 3.12 y 3.13 a) y
b)) si bien en este caso la tasa de ventilación de la ventana sin malla no se ha podido
determinar mediante la técnica del gas trazador. Si se toma como referencia la ventana
con malla de sombreo, en la ventilación a barlovento se puede observar un ligero
descenso en la tasa de ventilación al incorporar la malla anti-pulgón (2%) descenso que
todavía es mas severo si se incorpora una malla anti-trip (63.3%).Este mismo
comportamiento se repite en el caso de la ventilación a sotavento.
De acuerdo con la Asociación Americana de Ingenieros Agrónomos (ASAE) el
ratio mínimo de ventilación recomendado para un invernadero oscila entre 0.75-1
renovaciones por minuto (ASAE, 1991). En el caso de las ventanas rectangulares
continuas sin mallas son necesarias velocidades de viento superiores a 1.8 ms -1 para
alcanzar este valor mínimo. Este requisito se dispara al incorporar mallas en la ventana
y así, con malla anti-pulgón se necesitan velocidades de viento superiores a 6.7 ms -1
para alcanzar las 0.75 renovaciones por minuto. Finalmente con la malla anti-trip el
efecto es claramente superior siendo necesarios valores de más de 10 ms-1 de velocidad
de viento para garantizar una ventilación mínima. Todos estos resultados son todavía
mucho mayores en el caso de la ventilación a sotavento (menor) obteniéndose valores
de velocidad del viento superiores a 4, 12.2 y 23.8 ms -1 (sin malla, anti-pulgón y anti-
trip respectivamente) para conseguir el mínimo valor recomendable de ventilación.
Por el contrario en el caso del sistema de ventilación intercambiable si se
considera el mismo valor de 0.75-1 renovaciones por minuto (ASAE, 1991), para la
ventilación de barlovento y la ventana con malla de sombreo únicamente son necesarios
63
valores de 1 ms-1 para alcanzar el ratio mínimo de ventilación, valor que aumenta a 1.84
ms-1 para la malla anti-pulgón, y a 4.95 ms-1 para la anti-trip. La ventilación a sotavento
al ser menor requiere valores superiores de velocidad del viento pasando estos a ser de
2.2, 4.14 y 7.2 ms-1 para la malla de sombreo, anti-pulgón y anti-trip respectivamente.
Por tanto, para el sistema de ventilación con ventanas cenitales continuas de
cremalleras al incorporar mallas en las aperturas de ventilación en la mayoría de las
situaciones la ventilación será insuficiente para garantizar un buen control de la
temperatura y composición del aire interior, sólo en el caso de la ventana sin mallas la
ventilación es suficiente (aunque con la posibilidad de que se presenten pequeños
problemas a sotavento). De acuerdo con esto las posibles mejoras o ventajas de la
incorporación de mallas en las ventanas (reducción del número de tratamientos
químicos para el control de plagas y enfermedades y, por tanto de los posibles residuos)
desaparecen al no poder garantizar una ventilación natural correcta.
En el sistema intercambiable esta situación no se presenta ya que la ventana con
malla de sombreo tiene una tasa de ventilación superior a la del sistema de ventilación
“clásico” sin malla. La ventana con malla anti-pulgón presenta valores muy similares e
incluso superiores a los de la ventana rectangular continua sin malla. Si se comparan los
resultados obtenidos en el caso de la ventilación a barlovento (figura 3.14 a)) se observa
que la intercambiable presenta valores ligeramente inferiores a la de cremalleras para
velocidades de viento muy bajas, a partir de 2 ms -1 las tasas de ventilación se igualan
siendo a continuación la de la ventana intercambiable con malla anti-pulgón claramente
superior. Para la ventilación a sotavento (figura 3.14 b)) los resultados son muy
similares siendo la tasa de ventilación ligeramente inferior para la ventana
intercambiable hasta velocidades de 3-3.5 ms-1 pasando luego a ser ligeramente
superior. En resumen, al mismo tiempo que se garantizan unos valores adecuados de
ventilación natural se aprovechan las ventajas del uso de mallas.
Finalmente, y en el caso de la malla anti-trip la tasa de ventilación con este
sistema es insuficiente tanto para la ventilación a barlovento como para la ventilación a
sotavento.
64
BARLOVENTO
35
Tasa de ventilación ( , m3s-1)
30
25
20
Rectangular continua
15 Intercambiable
10
0
0 1 2 3 4 5 6
-1
Velocidad del viento (u, ms )
a)
SOTAVENTO
14
Tasa de ventilación ( , m s )
3 -1
12
10
8 Rectangular continua
Intercambiable
6
4
2
0
0 1 2 3 4 5 6
-1
Velocidad del viento (u, ms )
b)
Figura 3.14. Tasa de ventilación (, m3 s-1) en función de la velocidad del viento (u,
m s-1) del invernadero multitúnel con ventanas cenitales rectangulares continuas
sin malla e intercambiables con malla anti-pulgón. a) Barlovento, b) Sotavento.
65
3.5.- Conclusiones.
La técnica del gas trazador ha demostrado ser una técnica valida para la medida
de la tasa de ventilación de los invernaderos multitúneles. Gracias a este método se ha
podido determinar la ventilación natural de un invernadero multitúnel con dos sistemas
de aperturas de ventanas (rectangulares continuas e intercambiables) con y sin mallas.
La tasa de ventilación de los invernaderos multitúnel con aperturas de
ventilación cenitales puede cuantificarse mediante una expresión lineal en función de la
velocidad del viento exterior, siendo el efecto térmico despreciable para los dos
sistemas de apertura analizados
Los resultados han señalado la clara influencia de la dirección del viento sobre la
renovación de aire del invernadero evidenciando la necesidad de orientar las ventanas
en la dirección de los vientos dominantes. Además han permitido cuantificar el
importante descenso de ventilación que implica la instalación de mallas en las ventanas
hasta el punto de no alcanzarse los requisitos mínimos recomendados
internacionalmente.
Finalmente y comparando los resultados para ambos sistemas de apertura, el
sistema de techo intercambiable se ha mostrado claramente superior al de ventanas
rectangulares continuas.
66
4.-BALANCE DE ENERGÍA.
4.1.-Introducción.
4.2.-Material y métodos.
4.2.1.1.-Fundamento teórico.
E s Ec E st E v 0 (4.1)
67
De acuerdo con Bailey y Cotton (1980) el valor del coeficiente de transmisión de
calor de la cubierta se puede determinar según la ecuación:
K c A Bu (4.2)
E t K l (w i w 0 )0 (4.3)
E sen C p (Ti T0 ) (4.4)
Sg
(S i S r ) K c (Ti T0 ) E t C p (Ti T0 ) 0 (4.5)
Sg
68
interior y el exterior, la densidad del aire, el calor latente de vaporización del agua y
Cp el calor específico del aire.
y operando:
Sg
C p (Ti T0 )
S i S r K c (Ti T0 ) E t (4.6)
4.2.1.2.-Dispositivo experimental.
69
Para la realización del experimento se transplantó Pelargonium zonale var.
Isabelle el 3 de junio de 1997 en tiestos de 16 cm de diámetro. La densidad de cultivo
fue de 7.7 plantas m-2 manteniéndose hasta el 30 de Junio cuando alcanzó el desarrollo
suficiente para su comercialización.
Procedimiento experimental.
70
Tratamiento de datos.
Una vez obtenidos los ficheros con los datos experimentales se empleó una hoja
de cálculo (Microsoft Excel v 5.0) para su procesamiento obteniéndose en cada ensayo
la velocidad y dirección del viento, la temperatura y humedad del aire interior y exterior
así como la radiación solar en el interior y la radiación reflejada. También se obtuvo la
pérdida de peso de las plantas para cada ensayo y, en consecuencia, la transpiración del
cultivo.
c t
ln t (4.7)
c0
4.2.2.1.-Dispositivo experimental.
71
Procedimiento experimental.
Tratamiento de datos.
72
De forma idéntica al capítulo anterior se realizó la comparación entre las rectas
de regresión empleando el método expuesto por Kleinbaum (1988) utilizando variables
ficticias.
4.3.-Resultados.
73
La comparación de los resultados medidos en ambos casos se presenta en las
figuras 4.2 y 4.3 que corresponden a los valores medios de la tasa de ventilación cada 30
minutos determinados mediante ambos sistemas.
17 Junio 1997
16.00
Tasa de ventilación ( , m3s-1)
14.00
12.00
10.00
8.00
6.00
4.00
2.00
0.00
4:00 6:24 8:48 11:12 13:36 16:00
Hora solar
Balance Energia Gas trazador
74
18 Junio 1997
18.00
16.00
Tasa de ventilación ( , m3s-1)
14.00
12.00
10.00
8.00
6.00
4.00
2.00
0.00
9:00 10:12 11:24 12:36 13:48 15:00
Hora solar
Balance Energia Gas trazador
Los datos de las figuras muestran que los resultados obtenidos para ambas
técnicas presentan la misma tendencia. No obstante, los valores obtenidos mediante la
técnica del gas trazador son, en la mayoría de los casos, superiores a los determinados
mediante el balance de energía. Si se observan los valores de la figura 4.2 (día 17 de
Junio) en promedio, el balance de energía subestima los valores de la tasa de ventilación
en un 12%, resultado que todavía es mayor (18%) en el caso de la figura 4.3 (día 18 de
Junio).
Este resultado es todavía mas claro si se comparan los días con mayor velocidad
del viento como sucede en el caso de la figura 4.4 (día 19 de Junio con una velocidad
del viento media u = 2.34 ms-1 frente a los 1.26 y 1.46 de los días 17 y 18
respectivamente).
75
19 de Junio 1997
25.00
Tasa de ventilacion ( , m s )
3 -1
20.00
15.00
10.00
5.00
0.00
9:12 10:24 11:36 12:48 14:00 15:12 16:24
Hora Solar
76
4.4.-Discusión.
77
La comparación de los resultados obtenidos con las determinaciones a partir del
método del gas trazador muestra un comportamiento variable, siendo los resultados
aceptables en el caso de presentarse bajos valores de la tasa de ventilación (10 m3 s-1)
pero considerablemente peores a medida que aumenta la tasa de ventilación del
invernadero (figura 4.4).
Parece claro que a medida que aumenta la velocidad del viento (y en
consecuencia la tasa de ventilación de acuerdo con la ecuación 4.8) los resultados que se
obtienen al aplicar ambos métodos son cada vez mas dispares (o lo que es lo mismo la
precisión del método del balance de energía empeora y, en consecuencia, no es posible
su aplicación).
Una posible explicación vendría de la estimación de las pérdidas por convección
a través de la cubierta, pues a velocidades del viento mayores puede no verificarse la
ecuación 4.2 o que los parámetros A y B tomen otros valores diferentes.
Otra explicación posible es el gran peso de la diferencia de temperatura entre el
aire interior y exterior para el cálculo de la tasa de ventilación de acuerdo con el método
del balance de energía. Evidentemente la diferencia existente entre la temperatura del
aire interior y exterior es función de la ventilación del invernadero, lo que no es tan
claro es que esta dependencia sea inversamente proporcional como señala la ecuación
4.6.
Los resultados experimentales parecen confirmar esta hipótesis pues la
diferencia entre la tasa de ventilación medida mediante el balance de energía y mediante
el método del gas trazador (figuras 4.2, 4.3 y 4.4) es mayor cuanto mayor es el valor de
la tasa de ventilación, lo que en principio indicaría que la relación entre la tasa de
ventilación y la diferencia de temperatura no es inversamente proporcional.
Además el modelo del balance de energía es muy sensible a pequeñas
variaciones de la diferencia de temperatura; así una variación de 1C lleva o conduce a
una gran variación en el cálculo de la tasa de ventilación. Si por ejemplo se consideran
los datos de 17 del Junio (figura 4.2) y se supone una diferencia de 1C en la
determinación del gradiente de temperatura los resultados que se obtienen son
totalmente opuestos a los que se habían determinado en los ensayos experimentales
(figura 4.5) con una sobrestimación clara de la tasa de ventilación por parte del balance
de energía respecto a la técnica del gas trazador.
78
17 Junio 1997
25.00
Tasa de ventilación ( , m s )
3 -1
20.00
15.00
10.00
5.00
0.00
4:00 6:24 8:48 11:12 13:36 16:00
Hora solar
Balance Energia Gas trazador Balance -1C
79
método del balance de energía sobrestimaba la tasa de ventilación en comparación con
la técnica del gas trazador, y esta sobrestimación disminuye a medida que aumenta el
valor de la tasa de ventilación. Este resultados parece pues totalmente contradictorio con
el obtenido en los ensayos pues para bajos valores de la tasa de ventilación el balance
de energía presenta resultados muy próximos a los obtenidos con el gas trazador,
subestimando claramente el valor de la ventilación natural a medida que esta aumenta.
No obstante, esta aparente contradicción no es totalmente cierta ya que se están
comparando valores de renovaciones por hora sin considerar la diferencia de superficie
y volumen existente entre ambos invernaderos. Para comparar adecuadamente los
resultados, debe considerarse el hecho de que el invernadero de Fernández y Bailey
(1992) presenta un volumen de 1523 m3 y una superficie de 422.4 m2, mientras que el
invernadero experimental utilizado en el este trabajo presenta una superficie de 230.4
m2 con un volumen de 815 m3. Una forma de comparar estos resultados es referirlos a la
superficie ocupada por el invernadero tal y como señalan Kittas y col. (1997).
De acuerdo con esto, considerando el valor máximo de tasa de ventilación medido por
Fernández y Bailey (1992) de 18 m3s-1 y refiriéndolo a Renovaciones/hora m2 suelo de
invernadero, si se considera el volumen y la superficie del invernadero, se obtiene:
80
multitúnel; de acuerdo con Fernández y Bailey (1992) para estos valores los resultados
obtenidos al comparar el balance de energía y gas trazador son aceptablemente buenos
(15% error), resultado que coincide mas o menos con el obtenido en el presente ensayo
al medir tasa de ventilación equivalentes o incluso un poco superiores (un 18% para una
tasa de ventilación media de 0.18 Renv/h m 2suelo ). Por el contrario, en el caso de tasas de
81
4.5.-Conclusiones.
82
5.-CARACTERÍSTICAS DE FLUJO DE LAS VENTANAS DE
INVERNADEROS MULTITÚNEL.
5.1.-Introducción.
83
(considerando un invernadero con aperturas cenitales continuas fijas) de forma indirecta
al validar con datos experimentales los modelos de cálculo propuestos. Boulard y col.
(1996) consideran de forma conjunta las características de flujo y el efecto del viento y
obtienen datos para invernaderos multitúnel con aperturas cenitales continuas, aunque
sin poder diferenciar o caracterizar por separado ambos efectos. Montero y col. (1996) a
partir de medidas en modelos a escala presentan valores para ventanas cenitales
continuas de invernaderos multitúnel con diferentes grados de apertura y proponen una
expresión de cálculo del coeficiente de descarga en función de la geometría de la
ventana. No obstante los resultados se limitan a ventanas con una longitud máxima de
20 m.
Un aspecto muy importante y prácticamente no evaluado es el efecto de la
incorporación de mallas en las aperturas de ventilación. En este caso, todavía son mas
escasos los estudios realizados. No obstante Sase y Christianson (1990) presentan los
primeros datos de coeficientes de descarga para diferentes tipos de mallas utilizadas en
invernaderos. Estos ensayos realizados en túnel de viento indican un claro descenso del
coeficiente de descarga en función del tamaño de la cuadrícula de la malla. Así el valor
del coeficiente es menor cuanto menor es el tamaño de ésta. La aplicación de estos datos
a un modelo de ventilación para un invernadero de vidrio tipo capilla con aperturas
cenitales demuestra que el coeficiente de descarga de las mallas es el parámetro
fundamental que regula la ventilación natural.
Para invernaderos del tipo “Venlo”, Miguel y col. (1997) determinan las
características de flujo de pantallas térmicas (y en particular la resistencia de estas
mallas porosas al flujo de aire) y obtienen un modelo físico que describe la ventilación
natural de un invernadero del tipo Venlo con mallas debida al efecto térmico y eólico.
No obstante todos estos resultados se refieren a pantallas térmicas con un tamaño de
poro muy pequeño que dificulta notablemente la ventilación del invernadero.
En invernaderos multitúnel de nuevo la información disponible es escasa y
únicamente Montero y col. (1996) presentan resultados al incorporar mallas de sombreo
y anti-insectos en las ventanas. Los datos obtenidos en ensayos con modelos a escala y
aperturas cenitales continuas demuestran el claro descenso del valor del coeficiente de
descarga al incorporar las mallas. Este descenso se produce en el mismo sentido
presentado por Sase y Christianson (1990) siendo mayor a medida que disminuye el
tamaño de la cuadrícula de la malla, relacionando directamente el descenso del
coeficiente de descarga con el observado en la tasa de ventilación del invernadero. Estos
84
resultados son incompletos ya que sólo se limitan a ventanas cenitales continuas
rectangulares y con una longitud máxima de 20m.
Para invernaderos multitúnel, y de forma análoga a lo planteado por de Jong
(1990) en el caso de los invernaderos del tipo Venlo, el conocimiento de las
características de flujo de las ventanas con y sin mallas anti-insectos es directamente
aplicable al estudio de los procesos que regulan la ventilación natural, ya que estos
invernaderos presentan ventanas cenitales idénticas en cada una de las naves. Por ello,
una vez determinado el coeficiente de descarga para cada tipo de configuración se
puede profundizar en el estudio de cada una de las componentes ambientales que
regulan la ventilación (velocidad del viento exterior y diferencia de temperatura) para,
de esta forma, mejorar el conocimiento de los mecanismos que controlan el proceso.
En este capítulo se pretenden evaluar las características de flujo, y más
concretamente el coeficiente de descarga, de los dos tipos de ventana utilizados
(rectangulares continuas e intercambiables) con y sin mallas en las aperturas. Para ello
se utilizará la metodología propuesta por Bot (1983) y de Jong y Bot (1992b)
realizándose ensayos en modelos a escala del invernadero.
Si sobre una ventana se produce una diferencia de presión, ésta origina un flujo a
través de la ventana (ver capítulo 2), la relación entre el flujo de aire que circula y la
diferencia de presión se denomina “función de fuga” de la ventana (ASHRAE, 1993).
El factor de fricción o el coeficiente de descarga, son los que definen esta
función de fuga pues relacionan el flujo a través de la ventana con las fuerzas causantes
o responsables de ésta (Bot, 1983).
Bot (1983) en un modelo a escala del invernadero “Venlo” determinó los
coeficientes de descarga de diferentes ventanas rectangulares (con el mismo factor a
escala y diferentes longitudes y alturas) situadas en la cumbrera del invernadero. En
estos experimentos y en los realizados con posterioridad por de Jong (1990), se generó
un flujo de aire a través de la ventana desde el interior del invernadero a escala hacia el
exterior (o viceversa) midiéndose en cada uno el caudal y la diferencia de presión a
través de la ventana.
85
A partir de los datos experimentales Bot (1983) y de Jong (1990) proponen la
ecuación que determina el flujo de aire a través de la ventana y que viene dado por:
2 P
C d A 0 (5.1)
a
2
1
PF0 a (5.2)
2 A0
86
Toda la teoría presentada hasta el momento se refiere al caso de ventanas sin
mallas. Si incorporamos mallas porosas (de sombreo o anti-insecto) a las aperturas de
ventilación se produce una variación en las características de flujo de las ventanas. Es
pues necesario evaluar el efecto que se produce sobre el flujo de aire al incorporar una
malla en las aperturas de ventilación.
Dos son las aproximaciones generalmente empleadas para evaluar las
características de flujo de las mallas: a) la primera se basa en la permeabilidad de las
mallas utilizando bien la ecuación de Darcy para velocidades de viento muy pequeñas o
la ecuación de Forchheimer en el caso de las velocidades intermedias (Miguel y col.
(1997). b) La segunda se basa en la ecuación de Bernouilli y utiliza el coeficiente de
descarga para definir las características de flujo de la malla más la ventana (Sase y
Christianson, 1990; Kosmos y col., 1993; Montero y col., 1996).
De acuerdo con Miguel y col. (1997) en el caso de mallas térmicas con un
tamaño de cuadrícula muy pequeño (0.03mm) el número de Reynolds del flujo es
menor de 150 y en ese caso sería preciso utilizar la ecuación de Forchheimer
considerando la permeabilidad y la porosidad de la malla. Para el caso de velocidades
muy pequeñas (Re<1) se utilizaría la ecuación de Darcy considerando únicamente la
permeabilidad del material poroso.
En el caso de mallas anti-insecto con un tamaño de cuadrícula mayor (0.17-0.40
mm) Sase y Christianson. (1990) utilizan el concepto del coeficiente de descarga, al
igual que Kosmos y col. (1993) para los que al estudiar el flujo a través de un medio
poroso como una malla anti-insectos en el que el flujo a través de un poro influye al del
resto, debe considerarse el coeficiente de descarga y la dependencia de éste únicamente
de la forma de la ventana más malla y no del número de Reynolds, ya que debido a la
dificultad de determinar la velocidad del flujo a través de la malla y las posibles
variaciones de la dimensión característica, se producirían errores de medida muy
elevados.
De acuerdo con esto para las mallas anti-insecto y de sombreo se usará en
adelante la ecuación de Bernouilli y el concepto del coeficiente de descarga tal y como
se ha explicado en el caso de la ventana sin mallas, utilizando la ecuación 5.2 y la
misma metodología propuesta por Bot (1983) y de Jong (1990) con medidas en modelos
a escala. Respecto al valor de la superficie de la ventana a introducir en la ecuación 5.2
y de acuerdo con lo mencionado por Kosmos y col. (1993) y Liu (1991) se utilizará el
87
área cubierta por la malla, es decir el área total ocupada por la malla (tanto el espacio
poroso como el sólido).
5.3.-Materiales y Métodos.
5.3.1.-Dispositivo experimental.
88
Figura 5.1 Detalle del invernadero a escala construido en el interior de un
invernadero mayor con el objetivo de evitar el efecto del viento exterior.
Tipo de malla
Tipo de Ventana Sin malla Malla de sombreo Malla anti-pulgón Malla anti-trip
Rectangular x x x x
Intercambiable (1) (1) x (1)
89
ventana). En el caso de la ventana rectangular continua esto se consiguió variando la
altura y la longitud de las ventanas, mientras que en el caso de las ventanas
intercambiables la variación consistió en cambiar el porcentaje de superficie cubierta
por plástico o por malla.
Los coeficientes de forma que se estudiaron varían desde 13.3 hasta 80 en el
caso de la ventana rectangular continua y de 6.95 a 26.6 para la ventana intercambiable
(en este caso como longitud L0 se tomó la longitud del invernadero y como altura H0 se
consideró la longitud del arco hasta donde llegaba la malla).
Destacar finalmente que para el estudio de las mallas, en el caso de la malla anti-
pulgón se utilizaron dos tipos de materiales: las malla anti-pulgón real (0.40x0.40mm y
una porosidad del 45%) y una malla a escala (0.16x0.16 mm pero con la misma
porosidad). En el caso de la malla anti-trip y la malla de sombreo se utilizaron los
mismos materiales que para las medidas de ventilación a escala real.
5.3.2.-Procedimiento experimental.
90
procedimiento el caudal de aire suministrado, en cada uno de los ensayos se comprobó
éste midiendo la diferencia de presión entre la aspiración y la impulsión. Se utilizó un
micromanómetro (Thies, Alemania) con un rango de medida de 0-100 Pa y una
precisión del 0.1% conectado a una sonda de presión estática en la aspiración (Omega,
USA) y a un tubo de Pitot (Thies, Alemania) en la impulsión. De esta forma se
determinó la diferencia de presión entre la impulsión y la aspiración y, a partir de la
curva de calibración del ventilador, se pudo conocer en todo momento el caudal de aire
suministrado.
Simultáneamente se determinó la diferencia de presión entre el interior y el
exterior del invernadero a escala. La diferencia de presión se midió entre dos sondas,
una situada en el interior del invernadero, y la segunda situada en el exterior,
realizándose dos repeticiones con un total de dos sondas interiores y dos exteriores.
Estas dos sondas de presión estática (Omega, USA) se conectaron a un transductor de
presión (SETRA, USA) con un rango de medida de 62.26 Pa y una precisión del 0.1%
del fondo de escala. Los transductores se calibraron en fábrica de forma que para cada
transductor se disponía de la ecuación de calibración.
Los transductores de presión se conectaron a un equipo de registro de datos
(delta logger, Delta T Devices, UK) tomándose las lecturas cada segundo.
Con el fin de comparar el comportamiento de las ventanas se repitieron los
ensayos para cada coeficiente de forma y tipo de ventana con y sin malla en función de
la situación de las aperturas de ventilación. Para ello se diferenciaron dos posiciones en
función de si la ventana se encontraba situada en una nave lateral, es decir si no se
presenta ninguna nave delante de la ventana, o por el contrario ésta se encontraba en una
nave interior, es decir que delante de la ventana se presenta medio arco de túnel que
puede interferir en el flujo y variar el coeficiente de descarga (figura 5.2).
91
a)
b)
Figura 5.2. Esquema de los dos tipos de posiciones de las ventanas evaluadas en
la determinación del coeficiente de descarga. a) Ventana situada en una nave
lateral y b) Ventana situadas en una nave interior.
92
De acuerdo con estos trabajos, para las ventanas discontinuas de un invernadero
del tipo “Venlo” el factor de fricción F0 (y en consecuencia el coeficiente de descarga
de la ventana) se puede determinar a partir de la expresión:
L0 H 0
32.5
F0 1.75 0.7 e para L0/H0 >1 (5.3)
H 0 L0
32.5
F0 1.75 0.7 e para L0/H0 <1 (5.4)
( L0 H 0 )
F0 e (5.5)
donde , y son los parámetros de ajuste que dependerán del tipo de ventana
y del tipo de malla.
5.4.-Resultados.
Las medidas en el modelo a escala han permitido obtener los valores del
coeficiente de descarga de las diferentes combinaciones estudiadas.
En la tabla 5.2 se presentan los resultados obtenidos en el caso de la ventana
rectangular continua sin malla.
93
Tabla 5.2.-Valores del coeficiente de descarga y test de separación de medias para
ventanas rectangulares continuas con diferentes coeficientes de forma (L0/H0)
situadas en una nave lateral o interior.
Si se observan los valores de la tabla 5.2 puede verse que claramente se presenta
un aumento del coeficiente de descarga a medida que aumenta el coeficiente de forma
(y en consecuencia el tamaño) de la ventana. Este resultado coincide con lo observado
por Bot (1983) y de Jong (1990) para las ventanas discontinuas de los invernadero
Venlo así como con lo obtenido por Montero y col. (1996) en el caso de invernaderos
con ventanas cenitales rectangulares continuas.
El segundo punto a considerar es la clara diferencia de valores del coeficiente de
descarga en función de la localización de las ventanas. Los valores del coeficiente de
descarga de las ventanas situadas en las naves interiores son claramente inferiores a los
de las ventanas situadas en una nave lateral. Esta diferencia de comportamiento es
además estadísticamente significativa, pues si se realiza un test de separación de medias
94
los resultados obtenidos son significativamente distintos en todos los coeficientes de
forma estudiados, tanto para el nivel de significación de 5% como para el del 1%
(P<0.01 en todos los casos).
Los experimentos realizados con mallas se iniciaron con el estudio de la ventana
cenital rectangular continua con dos tipos de malla: 1) la malla a escala real idéntica a la
utilizada en las medidas de ventilación (0.40x0.40 mm y 45% de porosidad) y 2) una
malla a escala (0.16x0.16 mm e idéntica porosidad). Los resultados para ambos casos se
presentan en la tabla 5.3 en la que podemos ver que también se ha realizado un test de
separación de medias.
95
Este resultado confirma la posibilidad de utilizar malla real en las
determinaciones y, en consecuencia, la posibilidad de medir el coeficiente de descarga
en el modelo a escala con las mallas de sombreo, anti-pulgón y anti-trip, utilizadas a
escala real en las medidas experimentales de ventilación.
Para la malla anti-pulgón y en el caso de la ventana rectangular continua se
determinó el coeficiente de descarga de la ventana con malla tanto para las ventanas
situadas en una nave central, como en el caso de las ventanas de una nave lateral (tabla
5.4).
Interior 8 b 0.005
0.450
96
De nuevo y de acuerdo con lo visto para la ventana sin malla, se produce un
importante incremento del valor del coeficiente de descarga a medida que aumenta el
coeficiente de forma (L0/H0) de la ventana, tanto en el caso de la ventana lateral como
en la central.
Además, se presenta un comportamiento claramente diferenciado entre las
ventanas laterales y las centrales, siendo los valores del coeficiente de descarga de las
ventanas centrales notablemente inferiores a los de las laterales. Estas diferencias son a
su vez estadísticamente demostrables, pues si para cada coeficiente de forma se realiza
un test de separación de medias, las diferencias en todos los casos son altamente
significativas al presentarse tanto para el nivel de significación del 5% como para el del
1% (P<0.01 en todos los casos).
Análogamente se repitieron los mismos ensayos para los casos de ventana
rectangular continua con malla de sombreo y malla anti-trip obteniéndose los resultados
de las tablas 5.5 y 5.6.
97
Tabla 5.5.-Valores del coeficiente de descarga y test de separación de medias para
ventanas rectangulares continuas y malla de sombreo con diferentes coeficientes de
forma (L0/H0) situadas en una nave lateral o interior.
98
Tabla 5.6.-Valores del coeficiente de descarga y test de separación de medias para
ventanas rectangulares continuas y malla anti-trip con diferentes coeficientes de
forma (L0/H0) situadas en una nave lateral o interior.
Si se observan los resultados de las tablas 5.5 y 5.6 puede comprobarse que para
la malla de sombreo y la anti-trip se repite el comportamiento presente en los dos casos
anteriores, es decir, a medida que aumenta el coeficiente de forma de la ventana
aumenta también simultáneamente el valor del coeficiente de descarga de la ventana.
Por otra parte, se confirma también el comportamiento diferenciado entre las
ventanas localizadas en una nave central y en una nave lateral, ya que los valores del
coeficiente de descarga de las naves centrales son, como en configuraciones anteriores,
claramente inferiores. Además al realizar el test de separación de medias de nuevo se
confirma estadísticamente esta diferencia pues para todos los coeficientes de forma
evaluados los valores de las naves centrales y laterales son significativamente
99
diferentes, tanto para el nivel de significación del 5% como para el del 1% (P<0.01 en
todos los casos, salvo para la malla anti-trip y el coeficiente de forma de 80 que
únicamente se presentan para el 5%).
100
Tabla 5.7.-Valores del coeficiente de descarga y test de separación de medias para
ventanas intercambiables y malla anti-pulgón con diferentes coeficientes de forma
(L0/H0) situadas en una nave lateral o interior.
101
5.4.3.-Expresiones generales para el cálculo del factor de fricción.
102
SIN MALLA
5
4.5
FACTOR DE FRICCION (F0)
4
3.5 F0 = 1.466 + 4.137 exp(-0.048*(L0/H0)
3 r2=0.97
2.5
2
1.5
1 F0 = 1.206 + 3.755 exp(-0.1*(L0/H0)
0.5 r2=0.98
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80
COEFICIENTE DE FORMA (L0/H0)
Nave Lateral Nave Interior
103
MALLA DE SOMBREO
7
FACTOR DE FRICCION (F0)
6
F0= 1.003+6.932*exp(-0.028*(L0/H0))
5 r 2=0.91
0 r2=0.91
0 20 40 60 80
COEFICIENTE DE FORMA (F0/H0)
Nave Lateral Nave Interior
MALLA ANTI-PULGON
12
FACTOR DE FRICCION (F0)
10
F0= 2.756 + 13.534 *exp(-0.051*(L0/H0))
8 r2=0.97
0
0 20 40 60 80
COEFICIENTE DE FORMA (L0/H0)
104
MALLA ANTI-TRIP
25
FACTOR DE FRICCION (F0)
20
10
5
F0= 3.994+ 26.701*exp(-0.099*(L0/H0))
r2=0.98
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80
COEFICIENTE DE FORMA (L0/H0)
Nave Lateral Nave Interior
105
5.4.3.2.-Ventana intercambiable.
MALLA ANTI-PULGON
60
FACTOR DE FRICCION (F0)
50
40
30
20
F0= 6.746+172.66*exp(-0.245*(L0/H0))
10 r2=0.96
F0= 4.917+141.56*exp(-0.247*(L0/H0))
2
r =0.95
0
0 5 10 15 20 25 30
COEFICIENTE DE FORMA (L0/H0)
106
5.5.-Discusión.
Las medidas en los modelos a escala han permitido determinar los valores del
coeficiente de descarga para ventanas con y sin mallas y confirmar el claro descenso
que provoca la incorporación de mallas a las aperturas de ventilación (tablas 5.2, 5.4,
5.5, 5.6 y 5.7).
Para la ventana cenital rectangular continua (tablas 5.2, 5.4, 5.5 y 5.6) si se
observan los valores correspondientes al coeficiente de forma de 20 (que es el valor de
las ventanas del invernadero real a partir del cual se ha construido el modelo a escala)
para el caso de la ventana sin malla situada en una nave lateral el coeficiente de
descarga toma el valor de 0.780. Si se toma ese valor como referencia y, se considera el
descenso que implica la incorporación de mallas, se observa que al incorporar una malla
de sombreo el coeficiente de descarga desciende hasta 0.752 (un 3.5%). Este descenso
es todavía más acusado si se instala una malla anti-pulgón (0.513, 35%) y alcanza el
valor máximo al instalar la malla anti-trip (0.373, 52%).
Se presentan descensos muy similares en el caso de las ventanas localizadas en
una nave interior. Si de nuevo se analiza el caso del coeficiente de forma 20, el valor
observado para la ventana sin malla es de 0.570, considerando este valor como el de
referencia, en el caso de incorporar malla de sombreo se produce un claro descenso
(0.463, 18%) que todavía es más importante en el caso de la malla anti-pulgón (0.372,
35%) o la anti-trip (0.264, 53%). Se obtienen descensos idénticos al observado en la
ventana lateral para las mallas anti-pulgón y anti-trip, mientras que en el caso de la
malla de sombreo es considerablemente mayor.
Este comportamiento se produce de forma idéntica con todos los coeficientes de
forma analizados presentándose la misma tendencia al incorporar mallas en las ventanas
cenitales rectangulares continuas.
Para las ventanas intercambiables, a pesar de que no se han podido determinar
los valores del coeficiente de descarga salvo para una configuración (caso de la ventana
con malla anti-pulgón, tabla 5.7), los bajos valores que se obtienen para esta
configuración parecen indicar análogamente la existencia de un descenso del coeficiente
de descarga al incorporar la malla similar al observado para la ventana cenital de
cremalleras.
107
La tendencia observada para todas las configuraciones analizadas confirma lo
propuesto por Sase y Christianson (1990) quienes indican una clara caída del coeficiente
de descarga de las aperturas de ventilación al incorporar malla, caída claramente
asociada al tamaño de la cuadrícula de la malla siendo mayor a medida que disminuye
la cuadrícula.
Esto confirma lo propuesto por estos mismo autores que señalan que el
coeficiente de descarga de las mallas es el parámetro fundamental en la regulación de la
ventilación natural del invernadero y explicaría la fuerte reducción en la tasa de
ventilación al incorporar mallas en las aperturas tal y como habían observado Bot y Van
Holsteijn (1990) al introducir una malla anti-insectos (0.175x0.175 mm) en las aperturas
discontinuas de ventilación en un invernadero del tipo Venlo.
Cabe destacar también la necesidad de determinar el coeficiente de descarga de
invernaderos multitúnel con cubierta intercambiable en el caso de no presentar malla en
las aperturas o, de estar equipados con malla de sombreo ya que, en el presente trabajo y
como consecuencia del dispositivo experimental no ha sido posible la determinación de
estos valores para dos combinaciones muy útiles en el caso de invernaderos localizados
en condiciones mediterráneas.
Otro punto importante a considerar es la diferencia de comportamiento de las
ventanas en función de su localización, es decir en función de si se trata de una ventana
lateral o interior.
A partir de los resultados obtenidos en los ensayos experimentales con el modelo
a escala tanto para las ventanas cenitales rectangulares continuas con y sin malla (tablas
5.2, 5.4, 5.5 y 5.6) como para las ventanas intercambiables con malla anti-pulgón (tabla
5.6) se observa que los coeficientes de descarga de las ventanas situadas en naves
interiores son claramente inferiores a los de las mismas ventanas situadas en una nave
lateral. Esta diferencia es además estadísticamente significativa tanto para el nivel de
significación del 5% como para el del 1% (este último en prácticamente la totalidad de
los casos).
Una explicación posible de este comportamiento diferenciado y del descenso de
los valores en las naves interiores la podemos encontrar en la presencia de la media
nave contigua frente a la apertura que actuaría como pantalla dificultando la salida del
aire y disminuyendo el coeficiente de descarga en un efecto muy similar al observado
por Baturin (1976) Warren (1977) y de Jong (1990) al incorporar a las ventanas un
dispositivo (flap) de apertura regulable.
108
Esta disimilitud en función de la posición de la ventana, no se contempla en lo
estudios de ventilación previos para invernaderos multitúnel. En la mayoría de estos
trabajos (Boulard y col., 1996; Papadakis y col., 1996) se determina conjuntamente el
valor de Cd y del denominado coeficiente de efecto del viento Cw a partir de datos
experimentales y aplicando modelos de ventilación. Boulard y Baille (1995) obtienen
valores concretos del coeficiente de descarga a partir de medidas experimentales
aplicando tres diferentes modelos de ventilación, y considerando un mismo coeficiente
de descarga para todas las ventanas independientemente de su localización. Los
resultados son muy variables en función del modelo aplicado (0.467 a 0.848) hecho que
parece indicar que la variabilidad es debida más a las imprecisiones del modelo que a la
variación del coeficiente de descarga.
La importancia de esta diferencia en función de la posición de la ventana queda
claramente expuesta en el caso de invernaderos con mas de dos naves. Boulard y Baille
(1995) calculan el coeficiente de descarga de un invernadero de dos naves a partir de los
datos experimentales medidos mediante la técnica del gas trazador obteniendo un valor
de 0.750 que prácticamente coincide con el que se determina (0.757) al utilizar las
expresiones de cálculo del apartado 5.4.3.1 para invernaderos un invernadero de las
mismas características. El problema se presenta al extrapolar estos valores a
invernaderos de mas de una nave, ya que se está dando el mismo peso a la nave lateral e
interior, cuando en realidad para el caso de más de dos naves al existir una única nave
frontal, ésta tendrá una importancia mucho menor, por lo que si aplicamos el valor de
ajuste experimental estaremos sobrevalorando la tasa de ventilación del invernadero.
109
5.6.-Conclusiones.
110
6.-DETERMINACIÓN Y VERIFICACIÓN DE LOS MODELOS DE
VENTILACIÓN.
6.1.-Introducción.
111
6.2.-Material y métodos.
12
S T H S
C d 2g
2 T 4 2
C d C 1w2 u (6.1)
Diversos autores (Papadakis y col., 1996; Montero y col., 1996) consideran que
el efecto térmico puede despreciarse en el caso de invernaderos con aperturas cenitales
si la velocidad del viento es superior a 1-1.5 ms-1. Esta hipótesis se confirma a partir de
la aplicación de modelos de ventilación, para diversos tipos de invernaderos, realizada
por Boulard y col. (1997) así como de los resultados experimentales obtenidos en el
capítulo 3 que indican claramente la escasa influencia del efecto térmico sobre el flujo
de aire a través de las aperturas de ventilación natural.
De acuerdo con esto, se propone una simplificación de la ecuación anterior
despreciándose la influencia del efecto térmico y se obtiene la expresión (2.41):
S
C d C 1w2 u (6.2)
2
112
De acuerdo con los resultados del capítulo 5 se propone una expresión de cálculo
para el coeficiente de descarga en función del número de naves del invernadero y de la
localización de estas. La expresión que permite el cálculo del coeficiente de descarga
del invernadero viene dada por:
1 n 1
Cd C dl C di (6.3)
n n
Análogamente y para cada uno de los casos analizados para determinar el valor
113
del coeficiente de descarga global de las ventanas del invernadero (ecuación 6.3) se
utilizaran las ecuaciones 6.4 y 6.5 para cada caso considerado en función de si se
presentan ventanas rectangulares continuas con o sin mallas, o ventanas intercambiables
con malla anti-pulgón (En las figuras 5.3, 5.4, 5.5, 5.6 y 5.7 del capítulo anterior se
presentan cada una de las ecuaciones necesarias para los diferentes casos).
Si observamos los parámetros de la ecuación 6.2, las medidas experimentales
realizadas en campo permiten determinar el valor del flujo total de aire a través de las
aperturas de ventilación en función de la velocidad del viento exterior tal y como se ha
realizado para todas las combinaciones tipo de ventana y tipo de malla en los ensayos
experimentales del invernadero a escala real presentados en el capítulo 3, obteniéndose
en todos los caso muy buenos resultados (r2=0.76 en el peor de ellos) y observándose
una clara diferencia entre la ventilación a barlovento y la ventilación a sotavento. Por
tanto la ecuación 6.2 podemos subdividirla en dos ecuaciones que determinan la tasa de
ventilación en función de la dirección del viento, estas son:
S
barlov C d C 1w2barlov u 0<<180 (6.6)
2
S
sotav C d C 1w2sotav u 180<
2
donde es el ángulo que forman el eje longitudinal que pasa por el centro de la
apertura de ventilación y el vector velocidad del viento. Es decir determina si el aire
sopla de cara a la ventana (barlovento) o de espaldas a esta (sotavento).
Para cada una de las dos direcciones del viento definidas en las ecuaciones 6.6 y
6.7 y para cada una de las configuraciones estudiadas en función del tipo de ventana
(rectangular continua o intercambiable) y si de esta presenta o no malla, el valor de S
(superficie total de ventilación) es conocido, Cd se puede determinar a partir de las
expresiones de cálculo del capítulo 5 y utilizando la ecuación 6.3, finalmente y a partir
de las determinaciones experimentales de la tasa de ventilación (capítulo 3 apartado 3.3)
se puede obtener para cada configuración el valor de la tasa de ventilación () en
función de la velocidad media del viento en el plano de referencia (u).
114
De acuerdo con esto, el único parámetro desconocido en las expresiones 6.6 y
6.7 es el denominado “coeficiente de efecto del viento” Cw que engloba el efecto
fluctuante y permanente de la velocidad del viento (ver capítulo 2).
Los valores de este parámetro se conocen únicamente para el caso de un
invernadero multitúnel de dos naves (Boulard y Baille, 1995; Boulard y col., 1996) y en
condiciones de viento muy particulares (paralelo a la apertura de ventilación).
Así para cada una de las configuraciones evaluadas se determinaran los valores
de Cw a partir de las medidas experimentales ya que el resto de parámetros es conocido.
Como los experimentos de Boulard y Baille (1995), Boulard y col. (1996, 1997) no
detectan o no contemplan la influencia de la dirección del viento sobre la tasa de
ventilación (claramente demostrada en los ensayos experimentales del capítulo 3) es
posible que se presenten valores diferentes de C w para barlovento y para sotavento (ya
que Cd no depende de la dirección del viento) y por tanto la determinación de C w se
realizará de forma separada en función de la dirección del viento comprobándose si
verdaderamente se presentan diferencias estadísticamente significativas entre los valores
de barlovento y los de sotavento.
Una vez obtenidos los diferentes parámetros del modelo presentado en las
ecuaciones 6.6 y 6.7 se procedió a su validación a partir de los resultados
experimentales. Para ello, se contrastaron los valores de tasa de ventilación del
invernadero obtenidos en los ensayos experimentales con gas trazador del capítulo 3 y
los obtenidos para las mismas condiciones ambientales (velocidad y dirección del
viento) aplicando las expresiones para cada configuración de acuerdo con las
ecuaciones 6.6 y 6.7.
Estos contrastes permitirán determinar la bondad de cada uno de los modelos
estudiados y su posible utilidad posterior.
115
6.3.-Resultados.
Cdl = 0.780
Cdi = 0.570
con lo que si se consideran las dos naves interiores y la lateral, aplicando la
ecuación 6.3 el valor del coeficiente global para esta configuración será:
1 2 1 2
Cd C dl C di 0.780 0.570 0.640
3 3 3 3
Los resultados experimentales que permiten determinar la tasa de ventilación a
partir de la velocidad del viento en función de la dirección de éste, se presentan en las
figuras 3.8 a) y b) del capítulo 3.
A partir de los datos obtenidos y si se considera que la superficie de ventilación
total es igual a 27.36 m2 (tres naves) podemos determinar los valores de C w para
barlovento y sotavento utilizando las expresiones 6.6 y 6.7.
Para barlovento y sotavento si se substituye:
2
Cw 2 (6.8)
S
2 C d u
116
y operando:
2
Cw (6.9)
76.65 u 2
Tabla 6.1.- Valores del coeficiente de efecto de viento “C w" para un invernadero
multitúnel de tres naves con aperturas cenitales rectangulares continuas en
función de la velocidad (u, ms-1) y la dirección del viento (barlovento-sotavento).
Los resultados se presentan por clases de velocidades (en función del valor de la
velocidad del viento) ya que si se efectúa un test de separación de medias entre los
valores de Cw en función de la intensidad de la velocidad del viento se presentan
diferencias claramente significativas. Es decir en el caso de barlovento los valores
obtenidos para Cw entre 0-2 ms-1 y entre 2-4 ms-1 son significativamente diferentes tanto
para el nivel de significación del 5% como para el 1%. Análogamente y en el caso de
sotavento los valores de Cw para velocidades del viento entre 2-4 ms-1 y entre 4-6 ms-1
son también estadísticamente diferentes para los dos niveles de significación. Este
resultado coincide con lo observado por Boulard y Baille (1995 y 1996) para el
invernadero multitúnel de dos naves.
Los valores de la tabla muestran también claramente una clasificación en
función de la dirección del viento siendo los de sotavento inferiores a los de barlovento.
Si se comparan los valores obtenidos para la clase de velocidad entre 2 y 4 ms-1
mediante un test de separación de medias, se obtiene que estas diferencias se muestran
estadísticamente significativas tanto para el nivel del 5% como para el del 1%
117
Para la ventana con malla anti-pulgón si se procede de forma análoga a la
utilizada para la ventana sin malla en primer lugar debe determinarse el coeficiente de
descarga global a partir de los datos obtenidos en el capítulo 5 y, de acuerdo con la
ecuación 6.3 el valor obtenido es de Cd = 0.419.
Considerando los resultados obtenidos en el capítulo 3 (figuras 3.9 a) y b)) y
operando con las ecuaciones 6.6 y 6.7 se obtiene de nuevo la expresión que va a
permitir determinar los valores de Cw:
2
Cw (6.10)
32.85 u 2
Tabla 6.2.- Valores del coeficiente de efecto de viento “C w" para un invernadero
multitúnel de tres naves con aperturas cenitales rectangulares continuas y malla
anti-pulgón en función de la velocidad (u, ms-1) y la dirección del viento
(barlovento-sotavento).
118
Destacar también que la diferenciación de valores en función de la dirección del
viento vuelve a presentarse observándose al igual que en el caso anterior que los valores
de barlovento son claramente superiores a los de sotavento. Esta diferencia de nuevo se
demuestra que es significativa estadísticamente pues al analizar los valores obtenidos
mediante un test de separación de medias se obtienen diferencias altamente
significativas con un valor de la probabilidad inferior al 1%.
La ultima configuración evaluada en el caso de la ventana cenital de cremalleras
es la que incorpora malla anti-trip en las aperturas de ventilación. Si se procede de
forma idéntica a los casos anteriores y utilizando los valores obtenidos para el
coeficiente de descarga de este tipo de configuración (Cdl = 0.373 y Cdi = 0.264 ver tabla
5.6) se determina aplicando la ecuación 6.3 el valor del coeficiente de descarga global
Cd = 0.300. Utilizando este valor y considerando la superficie total de ventilación igual
a 27.36 m2 se puede obtener la ecuación que nos permita determinar el valor del
coeficiente Cw para este tipo de configuración que será:
2
Cw (6.11)
16.84 u 2
Tabla 6.3.- Valores del coeficiente de efecto de viento “C w" para un invernadero
multitúnel de tres naves con aperturas cenitales rectangulares continuas y malla
anti-trip en función de la velocidad (u, ms-1) y la dirección del viento (barlovento-
sotavento).
119
Los resultados en este caso presentan un comportamiento diferenciado, pues tal
y como se puede observar en la tabla en el caso de barlovento y de forma idéntica a las
dos configuraciones anteriores se produce una clara diferencia de los valores del
coeficiente Cw en función de la intensidad del viento, mientras que por el contrario para
sotavento el resultado de los coeficientes es idéntico para todas las intensidades
analizadas. Esta observación se confirma al realizar el test de separación de medias en el
que se obtiene que para barlovento los valores del coeficiente C w en función de la
dirección del viento son diferentes mientras que para sotavento son iguales.
Puede verse también que la diferencia en función de la dirección del viento se
presenta nuevamente y que los resultados obtenidos para sotavento y barlovento son
significativamente distintos (P<0.01) en las dos clases de velocidad de viento de las que
se dispone de datos (0-2 y 2-4 ms-1). Además y en concordancia con lo obtenido en los
casos anteriores los valores de barlovento son claramente superiores a los de sotavento.
6.3.1.2.-Ventanas intercambiables.
120
2
Cw (6.12)
58.08 u 2
Tabla 6.4.- Valores del coeficiente de efecto de viento “C w" para un invernadero
multitúnel de tres naves con aperturas cenitales intercambiables y malla anti-
pulgón en función de la velocidad (u, ms-1) y la dirección del viento (barlovento-
sotavento).
121
6.3.2.-Modelos de ventilación.
Una vez obtenidos en el apartado anterior los valores del coeficiente de efecto de
viento (Cw) se han determinado ya todos los parámetros necesarios para obtener los
modelos de ventilación para cada una de las combinaciones evaluadas.
De esta forma, y para la ventana rectangular continua sin mallas utilizando los
valores ya determinados del coeficiente de descarga del invernadero considerando la
localización de las ventanas (Cd=0.64) y los valores obtenidos en el apartado anterior
del coeficiente de efecto del viento en función de la intensidad y la dirección del viento
(tabla 6.1) se obtienen los diferentes modelos de ventilación para las clases de viento
evaluadas y para los dos tipos de ventilación considerados (barlovento-sotavento). Los
resultados para cada uno de estos casos se presentan en la tabla 6.5.
122
BARLOVENTO
16
14
MEDIDO (m, m s )
12
3 -1
10
4
m = 0.88 c + 1.37
2 R2=0.75
0
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18
3 -1
CALCULADO ( c,m s )
a)
SOTAVENTO
18
16
14
MEDIDO (m,m s )
3 -1
12
10
8
6
4
m = 1.01c - 0.16
2 R2 = 0.86
0
0 2 4 6 8 10 12 14 16
3 -1
CALCULADO (c,m s )
b)
Figura 6.1 Relación entre los valores de la tasa de ventilación calculados y
medidos mediante la técnica del gas trazador para un invernadero multitúnel
con aperturas cenitales rectangulares continuas sin mallas a) Barlovento,
b)Sotavento.
123
Los resultados de las figuras muestran que el ajuste obtenido es
considerablemente bueno especialmente para el caso de sotavento (r 2=0.86 y una
pendiente de 1.01) y para barlovento (r2=0.75 y pendiente de 0.88) lo que nos indica un
buen comportamiento del modelo.
Las otras dos configuraciones evaluadas en el caso de la ventana rectangular
continua, es decir para las combinaciones con malla anti-pulgón y anti-trip utilizando
los valores de Cw obtenidos en el apartado anterior y los coeficientes de descarga
medidos en el capítulo 5 se obtienen los modelos para las diversas clases de velocidad
del viento consideradas y en los dos tipos de ventilación evaluados, es decir: barlovento
y sotavento (tablas 6.6 y 6.7).
124
BARLOVENTO
6
5
MEDIDO (m, m s )
3 -1
m = 1.07c - 0.16
1
R2 = 0.93
0
0 1 2 3 4 5 6
3 -1
CALCULADO (c, m s )
a)
SOTAVENTO
2.5
MEDIDO (m, m s )
3 -1
1.5
1
m = 1.05c - 0.02
0.5 R2 = 0.97
0
0 0.5 1 1.5 2 2.5 3
3
CALCULADO (c, m s-1)
b)
Figura 6.2 Relación entre los valores de la tasa de ventilación calculados y
medidos mediante la técnica del gas trazador para un invernadero multitúnel
con aperturas cenitales rectangulares continuas y malla anti-pulgón. a)
Barlovento, b)Sotavento.
125
BARLOVENTO
5
4.5
4
MEDIDO (m, m s )
3 -1
3.5
3
2.5
2
1.5
1 m = 1.01c - 0.04
0.5 R2 = 0.96
0
0 1 2 3 4 5
3 -1
CALCULADO c, m s )
a)
SOTAVENTO
2.5
2
MEDIDO (m, m s )
3 -1
1.5
1
m = 0.82c + 0.19
R2 = 0.80
0.5
0
0 0.5 1 1.5 2 2.5
3 -1
CALCULADO ( c, m s )
b)
126
Para la malla anti-pulgón (figura 6.2) los resultados muestran un ajuste
extraordinariamente bueno para las dos direcciones de viento evaluadas (barlovento
r2=0.93; sotavento r2=0.97). Además al analizar la pendiente de la ecuación de ajuste
vemos que en ambos casos se encuentra próxima a uno (1.07 barlovento, 1.05
sotavento) siendo el punto de corte también muy cercano a cero para ambos casos (-0.16
barlovento, -0.02 sotavento).
La malla anti-trip proporciona resultados muy similares con ecuaciones que
presentan una elevada bondad de ajuste (r2=0.96 y 0.80) y valores de las pendientes
cercanos a la unidad (mucho más en el caso de barlovento: 1.10, que en el de sotavento:
0.82) y puntos de corte próximos a cero (de nuevo mucho mejor para barlovento: 0.04,
que para sotavento: 0.19).
6.3.2.2.-Ventanas intercambiables.
127
Comparando los resultados experimentales obtenidos mediante la técnica del gas
trazador con los determinados o los calculados para las mismas condiciones
experimentales a partir de los modelos de la tabla 6.8 se puede evaluar la validez o la
bondad de estos modelos. Si se efectúa la comparación obtenemos los resultados de la
figura 6.4 para barlovento y sotavento.
La observación de los datos de la figura nos indica que de forma análoga a lo
sucedido en el caso de la ventana rectangular continua, para la malla intercambiable el
modelo presenta también un buen comportamiento presentándose valores del
coeficiente de determinación r2=0.80 y 0.86 para barlovento y sotavento
respectivamente. Siendo los resultados claramente mejores para sotavento (pendiente de
1.05 y punto de corte –0.26 muy próximo a cero) que para barlovento (pendiente 1.14 y
punto de corte –1.15).
128
BARLOVENTO
20
18
16
MEDIDO ( m, m s )
3 -1
14
12
10
8
6
4 m = 1.14 c - 1.51
R2 = 0.80
2
0
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18
3 -1
CALCULADO ( c, m s )
a)
SOTAVENTO
14
12
MEDIDO (m, m s )
3 -1
10
4
m = 1.05c - 0.26
2 R2 = 0.87
0
0 2 4 6 8 10 12
3 -1
CALCULADO (c, m s )
b)
Figura 6.4 Relación entre los valores de la tasa de ventilación calculados y
medidos mediante la técnica del gas trazador para un invernadero multitúnel
con aperturas cenitales intercambiables y malla anti-pulgón. a) Barlovento,
b)Sotavento.
129
6.4.- Discusión.
Los valores determinados del coeficiente de efecto de viento para los dos tipos
de ventana analizados (rectangular continua e intercambiable) han permitido demostrar
la clara influencia de la dirección del viento sobre este parámetro, al obtenerse en todos
los casos valores diferentes para barlovento y sotavento. Este resultado, no se ha
contemplado, hasta el momento, en los estudios realizados en invernaderos multitúnel
(Boulard y col., 1996) o túnel (Kittas y col., 1996) dotados de ventanas continuas sin
mallas.
La importancia de este resultado se considera al plantearse la obtención de los
modelos de ventilación, ya que debe tenerse en cuenta esta diferencia en función de la
dirección del viento y, en consecuencia, deben plantearse modelos diferentes para
barlovento y sotavento.
Otro resultado importante es la clara dependencia del coeficiente de efecto de
viento respecto a la intensidad del viento exterior. Para todas las combinaciones
evaluadas de tipo de ventana y malla (salvo para el caso de la ventana rectangular
continua más malla anti-trip y en la dirección de sotavento) el valor de C w se ha
mostrado claramente dependiente de la intensidad del viento exterior, aumentando y
disminuyendo su valor en función de esta.
Estos dos resultados respecto a Cw, dependencia de la dirección e intensidad del
viento exterior, han permitido obtener con mucho mayor detenimiento los diferentes
modelos de ventilación para cada uno de los casos analizados. De esta forma, se han
obtenido los modelos de ventilación en función de la velocidad y la dirección del viento
para cada una de las combinaciones evaluadas presentándose en todos los casos un
ajuste muy bueno (coeficiente de determinación r2=0.76 en el peor de ellos y r2=0.97 en
el mejor) de forma que a partir de medidas sencillas de velocidad y dirección del viento
puede cuantificarse con suficiente precisión la tasa de ventilación de un invernadero
multitúnel con ventanas cenitales continuas (rectangulares o intercambiables) equipado
con mallas (anti-pulgón o anti-trip) o sin ellas.
Este resultado, es de gran importancia ya que permite cuantificar la tasa de
ventilación y realizar evaluaciones sobre: el impacto de la incorporación de mallas, las
necesidades de ventilación y la forma de conseguirlas, la ventilación en condiciones
desfavorables, etc. Al mismo tiempo, pueden incorporarse estos modelos dentro de un
130
programa global de control climático de invernaderos multitúnel con el objetivo de
mejorar las condiciones de explotación (automatización de riego, automatización de
sistemas de apertura de ventanas, etc.).
No obstante, y a pesar de los buenos resultados se presentan ciertos interrogantes
sobre la generalización y aplicación de estos modelos.
En primer lugar hay que destacar el comportamiento del coeficiente de efecto de
viento Cw. Las tablas 6.1, 6.2, 6.3 y 6.4 muestran una clara dependencia de este
parámetro respecto a la intensidad del viento exterior. Boulard y col. (1996) en un
invernadero multitúnel, así como Kittas y col. (1996) en un invernadero túnel y, mas
recientemente, Boulard y col. (1997) al analizar la ventilación de seis tipos diferentes de
invernaderos, señalan también este hecho, al mismo tiempo que indican que no existe
ningún tipo de justificación teórica que explique este comportamiento. Además, en
todos los trabajos anteriormente mencionados se observa un claro descenso del
coeficiente de efecto de viento a medida que aumenta la intensidad del viento exterior,
resultado que no se repite en los ensayos realizados (apartado 6.3) en los que el
coeficiente de efecto de viento presenta un comportamiento errático respecto a la
intensidad de viento, puesto que unas veces aumenta, otras disminuye y en una ocasión
permanece constante.
Todos estos resultados, en apariencia contradictorios con los de Boulard y col.
(1997), no pueden compararse directamente ya que en los trabajos de Boulard y col.
(1996) únicamente se evalúa un tipo de ventana sin malla y para unas condiciones de
viento muy concretas (paralelo a las ventanas). La información presentada en el
presente capítulo es pues, mucho mas completa al obtenerse resultados para dos tipos de
ventanas (rectangular continua e intercambiable) con o sin malla y para diferentes
direcciones del viento exterior (barlovento-sotavento).
De todo lo anterior se deduce que es necesario comprobar la validez de los
valores determinados de Cw para invernaderos comerciales de grandes dimensiones. En
este caso, el coste del proceso se dispara extraordinariamente al necesitar una cantidad
de gas y un dispositivo experimental mucho mayor que garantice un proceso de medida
correcto. Todo esto, limita considerablemente la posibilidad de contrastar los resultados
obtenidos con medidas a escala real de forma que, hasta el momento, no existen
resultados para invernaderos de gran tamaño.
131
En este sentido, los resultados obtenidos en esta tesis van a permitir afrontar este
proceso con mayor facilidad al fijar varias cuestiones importantes. La primera de ellas
es la necesidad de determinar por separado el modelo de ventilación en función de la
dirección del viento (barlovento-sotavento). La segunda es el hecho de haber obtenido
expresiones de cálculo del coeficiente de descarga que van a permitir un estudio con
mucha mayor precisión y centrado únicamente en los coeficientes de presión, a
diferencia de los realizados hasta el momento en los que únicamente se podía
determinar de forma conjunta el producto del coeficiente de descarga por la raíz
cuadrada del coeficiente de efecto de viento C d C 1w2 (Boulard y col., 1996; Kittas y col.,
1997).
De acuerdo con todo lo anterior, los modelos presentados son un primer paso en
el desarrollo de modelos de ventilación aplicables a invernaderos de características
similares. Su aplicación permite obtener una primera idea de los valores de renovación
de aire y de la influencia o el impacto que sobre ésta representa la incorporación de
mallas anti-insectos, además presentan información mucho más detallada que la
existente hasta el momento al contemplar la influencia de la dirección del viento sobre
la tasa de ventilación y la diferencia de comportamiento de las ventanas en función de
su situación en el invernadero. Todos estos resultados posibilitan un mejor punto de
partida para el estudio y caracterización de los coeficiente de fluctuación de presión,
próximo paso indispensable en el intento de obtener modelos mucho mas generales que
describan y cuantifiquen la ventilación natural de los invernaderos multitúnel (Boulard
y col., 1997).
6.5.-Conclusiones.
132
profundizar en el estudio del coeficiente de efecto de viento separando sus componentes
(permanente y fluctuante) y caracterizando ambas de forma separada.
En el proceso de modelización de la ventilación de invernaderos multitúnel
queda pendiente para futuras investigaciones verificar la validez de estos resultados en
invernaderos de mayores dimensiones, cosa que el dispositivo experimental no ha
permitido realizar.
133
7.-CONCLUSIONES GENERALES.
134
6) El balance de energía permite determinar la ventilación natural del invernadero
multitúnel para velocidades del viento menores de 2 ms-1 y tasas de ventilación
inferiores a 0.20 Renov/h m 2suelo . Si la velocidad del viento es mayor y, en consecuencia,
también la tasa de ventilación, el error cometido desaconseja la utilización de este
método. El método es, además, muy sensible al gradiente de temperatura existente entre
el aire interior-exterior y a pequeños errores en los sensores de medida. Estos resultados
desaconsejan su uso en invernaderos multitúnel comerciales aunque queda por verificar
su posible aplicación a invernaderos con bajos valores de ventilación natural (p.e. Parral
de Almería).
7) Las medidas en modelos a escala se han mostrado como un método eficaz para
determinar el coeficiente de descarga de las ventanas de invernaderos multitúnel con y
sin mallas. La localización de las ventanas en el invernadero es de fundamental
importancia pues las situadas en una nave lateral presentan valores claramente
superiores a los de las ventanas de las naves interiores. Esta diferencia debe
considerarse al diseñar y/o modelizar la ventilación de los invernaderos.
10) Los valores obtenidos del coeficiente de efecto de viento (Cw) han mostrado la
existencia de claras diferencias entre barlovento y sotavento para todas las
combinaciones tipo de ventana y malla. En todos los casos analizados el valor de Cw en
barlovento ha resultado claramente superior al determinado para sotavento. Se ha
comprobado también la dependencia del coeficiente Cw frente a la velocidad del viento.
135
11) Se han obtenido los modelos simplificados que permiten cuantificar la tasa de
ventilación del invernadero multitúnel con aperturas cenitales (rectangulares o
intercambiables) conociendo únicamente el valor de la velocidad del viento exterior y su
dirección (barlovento-sotavento). El contraste de las medidas experimentales con las
obtenidas mediante los modelos propuestos ha presentado en todos los casos un buen
ajuste (coeficiente de determinación r2=0.76 en el peor de ellos) resultado que
demuestra la viabilidad de los modelos y la posibilidad de usarlos para cuantificar la
tasa de ventilación de este tipo de invernaderos.
136
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