Oferta y Demanda
Oferta y Demanda
Oferta y Demanda
Oferta y demanda:
La ley de la oferta y demanda es un modelo económico básico postulado para la
formación de precios de mercado de los bienes dentro de la escuela neoclásica y otras
afines, usándose para explicar una gran variedad de fenómenos y procesos tanto macro
como microeconómicos. Además, sirve como base para otras teorías y modelos
económicos.
Formulación Básica:
El modelo se basa en la relación entre el precio de un bien y las ventas del mismo y
asume que en un mercado de competencia perfecta, el precio de mercado se
establecerá en un punto —llamado punto de equilibrio— en el cual se produce
un vaciamiento del mercado, es decir, todo lo producido se vende y no queda demanda
no satisfecha. El postulado de la oferta y la demanda implica tres leyes:
1. Cuando, al precio corriente, la demanda excede la oferta, aumenta el precio.
Inversamente, cuando la oferta excede la demanda, disminuye el precio.
2. Un aumento en el precio disminuye, más tarde o más temprano, la demanda y
aumenta la oferta. Inversamente, una disminución en el precio aumenta, más tarde o
más temprano, la demanda y disminuye la oferta.
3. El precio tiende al nivel en el cual la demanda iguala la oferta.
En Orígenes del modelo:
A pesar de que el modelo es generalmente
atribuido a Alfred Marshall (debido a que ese autor
formalizó, analizó y extendió su aplicación), el
origen del concepto es anterior.
La expresión ‘oferta y demanda’ fue acuñada
por James Denham-Steuart en su obra Estudio de
los principios de la economía política, publicada
en 1767. Adam Smith usó esta frase en su libro
de 1776 La riqueza de las naciones, y David
Ricardo, en su libro Principios de política
económica e impositiva de 1817, tituló un capítulo "Influencia de la demanda y la oferta
en el precio".
En La riqueza de las naciones, Smith asume, en general, que la demanda es
relativamente fija en el plazo corto y mediano (dependiendo últimamente de la cantidad
de personas), y que, consecuentemente, es únicamente la oferta la que hace que el
precio suba o baje. Conviene recordar que en aquellos tiempos las empresas eran
pequeñas, y solo podían contribuir, cada una, fraccionalmente a satisfacer la demanda.
Esto, junto a la existencia de libre competencia, hacía que los precios de mercados
disminuyeran al máximo posible, tendiendo al costo de producción, el que, a su vez,
depende de consideraciones técnicas, no de la demanda.
Economía 2016 - ll
David Ricardo va aún más lejos afirmando: «Por abundante que sea la demanda, nunca
puede elevar permanentemente el precio de una mercancía sobre los gastos de su
producción, incluyendo en ese gasto la ganancia de los productores. Parece natural por
lo tanto buscar la causa de la variación del precio permanente en los gastos de
producción. Disminúyase esos y (el precio de) la mercadería debe finalmente decaer,
auméntense y seguramente subirán. ¿Qué tiene todo eso que ver con la demanda?».
Durante los últimos años del siglo XIX surgió la escuela de pensamiento marginal. Este
campo fue iniciado por Stanley Jevons, Carl Menger y León Walras. La idea principal es
que el precio se establecía a partir de la demanda: los consumidores solo pagan lo que
consideran adecuado por la utilidad que perciben recibirán de los bienes, cualquiera sea
el costo de producción. Esto fue un cambio sustancial respecto a las ideas de Adam
Smith sobre la determinación del precio de venta.
Este modelo fue criticado más tarde por Alfred Marshall en su Principios de
economía. Marshall re-introduce a la visión marginalista, a través de la metáfora
conocida como las tijeras de Marshall, la consideración del efecto de la oferta,
formalizando el modelo de la oferta y la demanda.
Podríamos con la misma sensatez discutir acerca de si es la hoja superior o la inferior de
una tijera la que corta un pedazo de papel que si el valor está controlado por la utilidad
o por el costo de producción.
Desde finales del siglo XIX, esta teoría de la oferta y la demanda se ha mantenido
prácticamente inamovible. La mayoría de los estudios posteriores se han centrado en
buscar adecuar el modelo a situaciones más reales, incorporando aspectos tales como
los costes de transacción, la racionalidad limitada o incluso el principio de no
racionalidad, etc. basados en la percepción que es el caso que la situación real del
mercado corresponde a una de competencia imperfecta.
Por ejemplo –desde las primeras décadas del siglo XX– una variedad de autores, tales
como Joan Robinson, Edward Hastings Chamberlin; Heinrich Freiherr von
Stackelberg, Jan Tinbergen, Wassily Leontief, etc., introdujeron una serie de
adecuaciones o modificaciones parciales a la formalización de Marshall.
(ver oligopolio y oligopsonio, Teoría de la Competencia monopolística, Competencia de
Stackelberg; Teorema de la telaraña, etc.)
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Teoría fundamental:
Excedente de los consumidores y los productores en el
punto desequilibrio para las curvas de oferta y
demanda.
Este tipo de curvas de oferta ha sido observado también en otros mercados, como el
del petróleo: después del récord del precio provocado por la crisis de 1973, los EE. UU.
Disminuyeron su producción de petróleo.
La curva de la demanda
La curva de demanda representa la relación entre
la cantidad de un bien o conjunto de bienes y
servicios que los consumidores desean y están
dispuestos a comprar en relación al precio del
mismo, suponiendo que el resto de los factores se
mantienen constantes. La curva de demanda es
por lo general decreciente, es decir, a mayor
precio, los consumidores comprarán menos. Esto
es generalmente conocido como la “ley de la
demanda”.
La elasticidad de la demanda:
La cantidad demandada de un bien no siempre responde de forma igual a los cambios
en los precios. En unos casos, una pequeña modificación en el precio da lugar a una
alteración significativa en la cantidad demandada, mientras que en otras ocasiones
apenas si le afecta.
El concepto de elasticidad-precio de la demanda hace referencia a la sensibilidad de la
cantidad demandada ante las variaciones en el precio. En consecuencia, la demanda es
elástica si un cambio porcentual en el precio da lugar a un cambio porcentual mayor en
la cantidad demandada, inelástica si es menor y unitaria cuando ambas son iguales.
La elasticidad-precio de la demanda depende de las siguientes circunstancias:
- Del tipo de bien del que se trate. Un bien de primera necesidad tendrá una demanda
muy inelástica.
- De la existencia de bienes sustitutivos. La existencia de otros muchos bienes similares
hará a la demanda más elástica con relación a su precio.
- De la parte que representa el consumo de un bien en el total de la renta: la demanda
de un bien será más elástica cuanto mayor sea su participación en la renta.
- De la elasticidad-precio de la demanda, que no es igual en todos los puntos de la recta
de la demanda, sino que depende de la naturaleza del bien.
- Del tiempo considerado: cuanto mayor sea éste, mayor será la respuesta de la cantidad
demandada a los cambios en el precio. La cantidad demandada de un determinado bien
no depende únicamente de su precio. Habrán de tenerse en cuenta otros factores que
la condicionan, como el precio de los demás bienes, la renta y riqueza del consumidor,
los gustos y modas que afectan a sus deseos, los hábitos de consumo y mucho otros
factores coyunturales o subjetivos de distinta naturaleza.