Importancia de La Cadena Del Frío
Importancia de La Cadena Del Frío
Importancia de La Cadena Del Frío
El problema de la congelación
La naturaleza termosensible de las vacunas hace necesaria su conservación entre 2 y
8ºC. Ésta es una de las premisas básicas sobre la que se ha construido la Cadena del
Frío, con un enfoque sencillo y dogmático que ha permitido su comprensión,
implementación y gestión en todo el mundo sin controversias.
Pero en la actualidad, nuestros conocimientos sobre la termosensibilidad de las vacunas
han mejorado; sabemos que las vacunas son cada vez más estables al calor y hay
perspectivas de que esta estabilidad pueda aumentar.
Por otro lado, conocemos que las vacunas que contienen antígenos adsorbidos sufren
daño por la congelación, produciendo cambios en su estructura y morfología y
afectando a su capacidad inmunógena. La congelación deteriora las vacunas, sensibles a
ella, más rápidamente que las temperaturas ambiente y cuando las vacunas sufren daño
por congelación, la pérdida de potencia nunca se restaura y el daño producido es
permanente.
Sin embargo, se tiende a priorizar la protección de las vacunas del calor, aunque con
ello, a menudo, se les someta al riesgo de exponerlas a temperaturas de congelación.
Evitar la congelación de las vacunas resulta crucial, máxime si tenemos en cuenta que la
mayoría de las vacunas introducidas en los calendarios de inmunización son sensibles a
la congelación:
Toxoide diftérico
Hepatitis A
Hepatitis B
Influenza
Haemophilus Influenzae tipo b líquido
Pertussis
Neumococo
Meningococo
Polio inactivada
Toxoide tetánico
Tifoidea inactivada
Combinaciones de estas vacunas
Cuando una vacuna se congela, se forman cristales de hielo en su interior, que producen
fuerzas de repulsión y atracción, que terminan por crear partículas más grandes por
aglomeración. Estas partículas más pesadas sedimentan más rápidamente que las
partículas de las vacunas no congeladas.
Durante el transporte:
Acondicionar correctamente los paquetes fríos (ice packs). Extraer los paquetes
fríos del congelador y dejar que se descongelen a temperatura ambiente. Agitar
con frecuencia hasta que se pueda oír el ruido del agua dentro del paquete y
luego colocarlos en la nevera portátil.
Utilizar paquetes de agua fresca (cool water packs) en lugar de paquetes fríos
(ice packs). Los paquetes de agua fresca son paquetes llenos de agua que se han
enfriado en una nevera (no en el congelador). La OMS ha realizado estudios
para conocer el potencial de los paquetes de agua fresca y la posibilidad de que
éstos sustituyan a los ice packs. Estos estudios le han conducido a
recomendarlos ya que permiten lo que han definido como “COOL LIFE”:
intervalo de temperatura entre 2 y 20°C , que se considera seguro para
transportar todas las vacunas, en la mayoría de las condiciones meteorológicas,
excepto la vacuna de la polio oral.
Utilizar siempre un indicador de congelación en el envase de transporte.
Es importante saber que los viales de las vacunas no cuentan con una protección
suficiente frente a la congelación si se los envuelve con papel de periódico o
cartón.