Fundamentos de La Capacitacion Misionera Transcultural
Fundamentos de La Capacitacion Misionera Transcultural
Fundamentos de La Capacitacion Misionera Transcultural
Introducción
La disciplina personal
La vida personal del futuro misionero debe comenzar con las disciplinas espirituales de
la oración, la meditación, el ayuno, el estudio bíblico personal, el servicio y la guerra
espiritual. Parece que la iglesia en Asia y África ha desarrollado más seriamente estas
profundas disciplinas. Como hijos de un mundo activista, moderno y secular nos es
difícil estar quietos en la presencia de Dios. Pero todos tenemos que aprender a
hacerlo. Una vida personal disciplinada debe producir rasgos de carácter que permitan
introducirse en situaciones difíciles, y finalizarlas bien, en oposición al sistema actual
de valores y a la debilidad del carácter moderno que tan fácilmente busca el camino de
la menor resistencia en el ministerio.
La iglesia local
Una iglesia local saludable juega un papel muy importante en el equipamiento de
futuros misioneros. Desafortunadamente, muchos misioneros hoy día provienen de
iglesias débiles e inseguras y algunos desean servir como misioneros aún sin ninguna
experiencia real en iglesias locales. Las marcas de una iglesia local saludable pueden
variar de una cultura a otra, pero todas deben exaltar la dinámica bíblica de la
alabanza y adoración; un liderazgo sensible y activo a la vez; aplicación seria de las
verdades bíblicas; equipamiento progresivo del cuerpo de Cristo; Un ejemplo de estilo
de vida cristiana, deseado para todos sus fieles; que los prepare para testificar de
Cristo en un mundo secular y demoníaco, y que ellos continúen luego discipulando a
otros; enseñanza del concepto bíblico de vocación e inculcación de una visión
mundial; y dar oportunidad de que la congregación muestre su interdependencia con
otras iglesias del mundo.
La congregación local debe también ser movilizadota al enviar, apoyar, y animar tanto
al desarrollo del nuevo liderazgo como a los ministerios transculturales. Debe evaluar
1
A. W. Tozer, La búsqueda de Dios, Editorial Alianza, Estados Unidos, 1977, 130
págs.
a los individuos talentosos, dándoles un lugar y tiempo para ejercitar sus dones,
incluyendo el derecho a fracasar y probar de nuevo. Únicamente cuando una persona
demuestra ser talentosa debe ser animada a entrar en esferas más amplias dentro del
ministerio. Una de las mayores tragedias que he visto en el campo misionero es la de
aquel obrero que tiene capacitación teológica, pero carece de toda habilidad en la
práctica y nunca ha desarrollado una tarea ministerial antes de ir al campo. Estos
casos invariablemente demuestran que el proceso de preparación falló porque no se
evaluó la experiencia ministerial del candidato. El precio en tales casos es
terriblemente alto para todos los involucrados, ya que esto tiende a producir derrotas
devastadoras, tanto en lo espiritual como en lo emocional.
La iglesia local debe ser el primer escalón de prueba para lograr esa fusión entre el
servicio y el liderazgo. Cada cultura tendrá su propia mezcla de ambos elementos.
Mientras más pequeña sea la escuela y mayor la heterogeneidad cultural del cuerpo
de estudiantes, más difícil será clasificar los significados personales de servicio y
liderazgo. Pero al mismo tiempo esta experiencia educativa enseñará a los candidatos
estas virtudes en un contexto transcultural.
La iglesia local debe desarrollar el concepto de trabajar en equipo, tan necesario en
nuestro mundo individualista y lleno de autorrealización, egoísmo y narcisismo.
Muchos misioneros deberán integrar equipos transculturales y esto será un desafío
aún mayor. Una iglesia local saludable dará al obrero un fuerte punto de ventaja, el
cual servirá de apoyo para poder evaluar mejor a las iglesias en el campo. Al mismo
tiempo el misionero deberá evitar la tendencia a reproducir nuevas iglesias basadas en
el modelo de su país de origen.
No hay sustituto para una fuerte y positiva experiencia en la iglesia local, el enlace
ajustado con la gente de Dios, la cual impulsará al nuevo misionero, sosteniéndolo con
lazos de amor, oración e inversión financiera. Este tipo de iglesia le enviará, le apoyará
y le recibirá con amor cuando su tiempo de licencia llegue, le renovará y refrescará
para luego volverle a enviar.
La iglesia local puede y debe desarrollar un programa de capacitación para sus futuros
misioneros, involucrándolos en un ministerio probado, evaluándolos y animándolos en
sus dones, estimulándolos a la santidad. Gracias a Dios porque muchas
congregaciones en diferentes países ya lo están haciendo.
Sin embargo, la iglesia local sola no es el sustituto de los dos pasos siguientes en la
capacitación misionera. Si una iglesia supone que en su solo contexto puede
proporcionar todo el equipamiento para un ministerio transcultural efectivo, tiene un
concepto demasiado alto de sí misma. Esta idea puede ocasionar graves problemas al
candidato.
Estudios bíblicos y teológicos formales; y los transculturales formales y no formales
Estas dos categorías conforman un elemento integral en el proceso de capacitación.
Algunos preguntan por qué aparecen separadas en el gráfico 1 pero unidas en este
subtítulo. Pueden separarse para propósitos de discusión, pero en muchos casos
están integradas dentro del mismo programa educativo, como en la mayoría de los
currículos norteamericanos, y algunos asiáticos. Aquí se mencionan separadas para
analizarlas mejor. En algunos casos vienen juntas en el mismo programa educativo,
especialmente en los seminarios norteamericanos. Pero hemos visto surgir
paulatinamente, en el Tercer Mundo, un modelo diferente de capacitación misionera.
Este programa presupone o requiere que el candidato venga ya capacitado bíblica y
teológicamente. De este modo los centros transculturales con programas de uno a dos
años no necesitan preocuparse por ofrecer el extenso contenido que puede ser
suministrado por las escuelas bíblicas y seminarios.
Existen aspectos positivos y negativos en ambas alternativas. Algunas instituciones,
como los institutos bíblicos de Australia, han comenzado sólo con estudios misioneros,
pero la situación real de los estudiantes y de las iglesias ha forzado a agregar cada
vez más cursos y programas bíblicos y teológicos.
Las organizaciones misioneras denominacionales, a veces prefieren la integración de
estos dos aspectos de la preparación en sus escuelas. El seminario o instituto bíblico
ofrece al graduado la capacitación teológica esperada para el futuro misionero, y los
líderes de las iglesias no tienen que preocuparse por “perder” un candidato importante
en favor de otra denominación o agencia. El aprendiz viene ya con una formación
teológica en particular que la escuela de capacitación misionera respeta como parte de
su vida en comunidad. Cuando se lee un listado de materias debe notarse si la
escuela misionera tiene este requisito previo o si integra los dos tipos de capacitación
en un solo plan de estudios.
Los programas formales son los más conocidos en todo el mundo. Están altamente
estructurados: grandes aulas y conferencias muy bien dadas; escalas de
calificaciones; enseñanza primordialmente teórica, trabajando sobre la voluntad y la
mente; tendencia a esforzarse para obtener la graduación o el diploma; y
preocupación por los niveles de perfeccionamiento y acreditación. Sus requisitos
previos son objetivos y generalmente estandarizados. Los cursos tienen nivel
universitario, con asignaturas y programas de evaluación reconocidos.
La educación no formal tiende al estudio personal o grupal planificado, pero
desarrollado fuera de! aula: viajes a! campo evaluados, obras prácticas e internados
dirigidos, capacitación mientras se está en servicio. Esto significa ser guiado a
aprender, haciéndolo dentro de un determinado contexto, involucrando tanto al
personal como al departamento de instrucción en un trabajo de discipuladores y de
consejeros, con una graduación que no resulta tanto de la aprobación de cursos o
programas, como de la experiencia y las aptitudes ministeriales. Esta dimensión
requiere dirección y supervisión de los guías del entrenamiento, así como una
evaluación final personalizada del aprendiz.
Aún existe una tercera faceta crucial en el proceso de aprendizaje, y es la educación
informal. Esta forma parte de la dinámica de la comunidad estudiantil. Puedo dar
algunos excelentes ejemplos de esta modalidad. Uno de los más impresionantes fue el
que experimenté en el Seminario Cristiano Todas las Naciones 2, institución que ya ha
impactado a otros centros en Africa y Asia. Cuando el doctor Joshua Ogawa,
misionero japonés de la Fraternidad Misionera de Ultramar 3 fue comisionado para
poner los cimientos de lo que más tarde sería conocido como el Instituto Asiático de
Capacitación Transcultural4, pasó un tiempo en el Seminario Cristiano Todas las
Naciones como miembro del personal, y además observando cuidadosamente su
programa de capacitación. Más tarde, como fundador del mencionado instituto
asiático, adaptó algunas estrategias a ese continente. Algunos otros centros del Tercer
Mundo han aprendido mucho de este modelo de fusión sensible de educación formal,
no formal e informal.
Esta dimensión de aprendizaje informal anima a la adquisición y al desarrollo de
actitudes positivas y abiertas con respecto a otras culturas, y de nuevas maneras de
vivir nuestro cristianismo en su dimensión multicultural.
La vida en comunidad es crucial. Muchas escuelas de capacitación requieren que su
personal viva en el lugar y les proveen de casa para ello. Así, estos centros llegan a
ser magníficas comunidades de aprendizaje, con tantas tensiones como bendiciones.
Algunos capacitadores, francamente, tienen sus dudas con respecto a la educación
formal, porque ésta presenta muchos puntos débiles. Además, quieren evitar una
mayor exportación de modelos anglosajones de capacitación.
Con la oportunidad de crear algo nuevo en el Tercer Mundo, esta nueva generación de
educadores está diseñando programas únicamente con sistemas no formales. Pero los
que prefieren el entrenamiento formal, temen que el no formal sea simplemente la
fachada de una educación inferior, y creen que no puede cubrir la totalidad de las
2
All Nations Christian College (ANCC).
3
OverseasMissionary Fellowship (OMF).
4
Asian Cross-Cultural Training Institute(ACTI).
necesidades. Además, minimizan la importancia del aspecto informal de la comunidad,
o dicen que sencillamente no es práctico. Esta opinión es lamentable.
Mi propia convicción es que debemos unir la educación formal, la no formal y la
informal. Esto puede lograrse en una forma creativa, tanto en los estudios bíblicos y
teológicos como en los transculturales. Permitamos integrar la fuerza de los tres
énfasis, como la doctora Lois McKinney excelente mente arguye en el capítulo once.
Los estudios bíblicos y teológicos son una categoría bastante conocida en el proceso
de enseñanza y aprendizaje.
No los detallaré aquí. Desafortunadamente, muchos Futuros misioneros han estudiado
misiones en seminarios donde existe muy poca integración, o hasta una falsa
dicotomía entre estas dos categorías. Muchos de los profesores “regulares” no tienen
ninguna experiencia transcultural y muestran muy poco interés real en el mundo
misionero.
¿Cuál es el contenido de un programa de capacitación misionera, suponiendo que los
estudios bíblicos y teológicos fundamentales ya hayan sido completados? Del lado
formal, podemos incluir, entre otros:
Estudios sobre las bases bíblicas y teológicas de las misiones según el Antiguo
y el Nuevo Testamento, crecimiento de la iglesia en el Nuevo Testamento,
hermenéutica y contextualización, guerra espiritual y encuentro de poderes.
Estudios históricos acerca de la expansión de la iglesia, la historia de las
misiones mismas, y temas históricos regionales y nacionales.
Estudios culturales, análisis de la contextualización, la comunicación
transcultural, antropología, sociología y métodos de investigación.
Estudios especializados según las necesidades del candidato: lingüística,
traducciones bíblicas, aprendizaje del idioma, elección de grupos humanos no
alcanzados, estudios urbanos, trabajo con estudiantes universitarios, tarea
bivocacional en países de acceso restringido, estudios sobre el islamismo y
otras religiones en el mundo.
La dimensión informal podría llegar a ser creativamente una dinámica central del
proceso de enseñanza y aprendizaje en el programa o centro de capacitación
misionera.
5
Pueblos Musulmanes, conocida anteriormentecomo Proyecto Magreb (PM).
familiarizado con algunos misioneros asiáticos, quienes están trabajando con SIM
Internacional6 en América latina y Africa.
La capacitación por parte de la iglesia nacional o campo receptor
Fue Theodore Williams el que primero me desafió con esta idea, y ella tiene lugar en
los campos misioneros que poseen una iglesia nacional. En esta categoría, el nuevo
misionero continúa el proceso de capacitación, pero in situ, preferentemente guiado
por creyentes nacionales, quienes responden a sus necesidades y actividades. Por
supuesto que aquí también la agencia misionera juega un papel fundamental. Esta
dimensión está incluida probablemente en su totalidad dentro de los aspectos no
formales e informales del proceso de enseñanza y aprendizaje. Algunos ministerios ya
están desarrollando este tipo de entrenamiento.
6
Sudan Interior Mission (SIM), ex Misión al Interior del Sudán.
¿Quiénes están enseñando y equipando a los nuevos misioneros en los centros de
capacitación? ¿De dónde proviene este fundamental cuerpo de educadores? ¿Cómo
deben ser capacitados ellos mismos, particularmente en la gran cadena de escuelas
que están surgiendo en América latina, el Caribe, Africa, Oriente Medio, Asia y el
Pacífico Sur? ¿No es este un nuevo y emocionante capítulo abierto para algunos
misioneros veteranos, quienes fueron en su tiempo instruidos por otros para servir
transculturalmente? Ahora, ¿no pueden ellos ofrecer su experiencia y su talento en la
enseñanza y el discipulado para la capacitación de esta nueva generación de
misioneros de los países del Tercer Mundo?
La Alianza Evangélica Mundial (AEM) está procurando Movilizar una fuerza mundial de
asistentes experimentados quienes puedan facilitar el fortalecimiento y desarrollo de
centros de capacitación. Muchos de estos hombres y mujeres son misioneros
extranjeros veteranos, personas experimentadas que han ganado el derecho a ser
escuchados.
Otros son los obreros nacionales surgidos más recientemente y que están
desempeñando un papel clave en el desarrollo de programas de capacitación.
Mediante los auspicios regionales de COMIBAM Internacional se ha creado una
plataforma para implementar actividades y programas destinados a capacitar a los
propios educadores en Iberoamérica. Las consultas tanto en los niveles regionales
como nacionales han reunido a personas recientemente involucradas en la
capacitación transcultural.
Esperamos continuar junto a COMIBAM apadrinando la capacitación especializada en
procesos que puedan ser aplicados directamente al fortalecimiento y la evaluación de
la educación misionera.
Demás está decir que cada persona encargada e involucrada en el proceso actual de
capacitación debe examinar cuidadosamente qué significa pensar, aprender, enseñar,
y tener autoridad, bíblica y efectiva.
Conclusión
Este libro nos presenta un panorama muy amplio, y confío en que la mente y el
corazón del lector serán constreñidos, como me ha sucedido a mí, al ir escuchando
cada una de las perspectivas de nuestros escritores. Usted podrá aprender de los
modelos y aprovechar los temas tratados. Hay muchas preguntas, pero también hay
algunas respuestas. Hemos puesto ante nosotros un futuro magnífico en la
capacitación misionera, pero debemos apropiarnos de la presente oportunidad en
beneficio de los guías de obreros transculturales del mañana.
Informe REMAP II en Argentina: Investigación acerca de
los factores de retención y buenas prácticas misioneras
Daniel Bianchi
La distribución mundial de los cristianos parece conducir a esperar más del mundo del
sur que del Noratlántico. Si los evangélicos vivieran en un pueblo de doce habitantes
que representara de manera proporcional la población mundial
habría: tres africanos, tres asiáticos, dos norteamericanos, dos
latinoamericanos y uno de Oceanía.
La misma situación parece darse en las tendencias de envío de misioneros. Hace diez
años aproximadamente el 91% de los misioneros eran enviados desde los países del
Norte. Para el año 2000 ese porcentaje bajó al 79%. Mientras tanto, y a pesar de
muchas dificultades, el envío de misioneros desde los países de los 2/3 creció al tres
por uno. Durante este período el incremento más dramático tuvo lugar en Corea del
Sur que pasó de 2.032 misioneros enviados a ultramar en 1990 a 10.646 para el fin de
la década. Los países del Sur que siguieron a Corea en la cantidad de envío fueron
Brasil que envío 1.080 misioneros más y Filipinas con 678. Los Estados Unidos
ocuparon el primer lugar en el envío de misioneros con más de 46.000 obreros y su
crecimiento neto para la década fue más de 6.000. Por otra parte, algunos países que
tradicionalmente han sido importantes fuentes de misioneros, como Noruega, Suecia,
Australia, y Nueva Zelanda, vieron un decrecimiento significativo en el envío de
misioneros.
Ciertamente no es suficiente cuantificar a los misioneros que han salido sino también
saber cómo están esos misioneros y de qué manera realizan el servicio para el que
fueron enviados. Estas consideraciones, entre otras, condujeron a la realización de
dos investigaciones impulsadas por la Comisión de Misiones de la Alianza Evangélica
Mundial7. El primer estudio tuvo lugar a mediados de 1990 y se enfocó en las causas
de deserción misionera.
7
MC-WEA (por su sigla en inglés)
REMAP I - Causas de deserción misionera
Los participantes de un Congreso Misionero Nacional realizado en Caxambu, Brasil,
quedaron impactados al escuchar que el 75% de los misioneros brasileros enviados al
campo habían dejado su lugar de servicio durante el primer período de servicio. Sin
embargo en aquel momento no había datos que pudiesen confirmar o negar tal
informe. Esto, junto a otros factores movió a la MC-WEA a emprender un estudio
internacional en 1994 para investigar las causas de deserción misionera.
8
“Deserción misionera”. En el libro citado se emplea el término “Retorno anticipado”.
Temas personales: (Auto-estima, estrés, enojo, expectativas, soledad, soltería)
Características de la investigación
REMAP II tomó en cuenta solamente a los misioneros transculturales (dentro y fuera
del país respectivo) que al momento de salir habían sido envidados por tres años o
más. Las entidades encuestadas fueron entidades, ministerios y misiones
interdenominacionales y juntas, departamentos misioneros denominacionales. Las
iglesias locales también fueron encuestadas, solamente si habían enviado misioneros
por su cuenta (sin participación de otras entidades como las antes mencionadas). Para
mayor clarificación ver el apartado “Definiciones” en la última página de este informe.
9
REMAP II (Proyecto de investigación sobre la retención misionera y las buenas prácticas de envío).
Los llamados países tradicionales de envío (PTE) que participaron fueron: Australia,
Alemania, Nueva Zelanda, Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña, Suecia, Holanda y
Sudáfrica. Los definidos como nuevos países de envío (NPE) fueron: Argentina, Brasil,
Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Ghana, India, Filipinas, Corea del Sur, Hong
Kong, Singapur, Malasia y Nigeria. En REMAP II participaron 22 países y 600
entidades que informaron de 39.600 misioneros de largo plazo.
La encuesta
La herramienta principal de investigación fue una medulosa encuesta 10 que constaba
de más de 100 preguntas. A las entidades también se les pidió información del envío y
el regreso de sus misioneros en los cinco a diez años anteriores. Los temas
principales de la encuesta fueron:
Años de la entidad y número de misioneros
Prioridades de ministerio de la entidad
Proceso de selección
Nivel educativo de los misioneros
Capacitación requerida antes de salir al campo
Cuidado pastoral de los misioneros
Comunicación de la entidad
Liderazgo de la entidad
Orientación
Resultados ministeriales
Apoyo y cuidado
Finanzas
10
La encuesta tenía una extensión de ocho páginas tamaño A4.
0 1 2 3 4 5 6
Proceso de REMAP II
Durante 2003 se realizó la tarea de contactar a las entidades que podían participar,
enviar las encuestas, hacer el seguimiento 11, recabar y verificar los datos, etc. La
información recolectada en los 22 países fue enviada a Detlef Blocher 12 quien diseñó
el programa para procesar los datos. Posteriormente los coordinadores nacionales de
REMAP II se reunieron en Canadá donde se presentaron los resultados y recibieron
capacitación para diseminar los resultados en sus países. Durante 2004 la mayoría de
los países participantes tuvieron reuniones, consultas y otros eventos para evaluar los
resultados y extraer conclusiones pertinentes a cada movimiento misionero nacional.
Desafíos en casa
Se sabía de antemano que coordinar esta investigación en Argentina no sería tarea
sencilla, al contrario quedaba ver si en realidad podría lograrse. Entre los desafíos que
hubo que sortear se pueden mencionar los siguientes:
Falta de datos actuales de las entidades enviadoras. Uno de los primeros
desafíos fue conseguir las direcciones y los nombres de los responsables.
Falta de información acerca de todas las entidades que envían misioneros
transculturales al campo. Este sigue siendo un tema pendiente aunque
seguramente sucede más de lo que se sabe.
Reticencia cultural a brindar información personal u organizacional. No siempre
las iglesias y los ministerios están excluidos de esto.
Escepticismo en cuanto a la validez o pertinencia de este tipo de
investigaciones.
Desconfianza de las entidades en cuanto al verdadero propósito de la
encuesta, el manejo de la información, asuntos de confidencialidad, etc.
Desinterés en lo que están haciendo otros lo que lleva a enfocarse en lo propio
y no estar dispuesto a participar de este tipo de iniciativas.
Inconstancia al no asumirse plenamente el compromiso de trabajo que la
encuesta involucraba. Otra variante fue el no hacerla llegar en tiempo y forma.
11
Para Argentina el promedio fue de 8 a 15 contactos por entidad (Mail, teléfono, cartas, etc.).
12
Detlef Blocher es Director Ejecutivo de la Confraternidad Misionera Alemana (DMG), Presidente del
Concilio Misionero de Alemania y miembro de la Comisión de Misiones de la WEF.
Dificultad para entender el alcance de la investigación (aunque era claro que
abarcaba solamente a los misioneros transculturales enviados por 3 ó más
años)
Falta de disposición a conocer (evaluar) el verdadero estado de la tarea que se
realiza o el funcionamiento de la entidad debido a que el estudio podría revelar
deficiencias, faltas, etc. En este escenario una encuesta de este tipo se percibe
con suspicacia.
13
Hay varias cosas que podrían observarse sobre esto. Primeramente no sabemos las fuentes para llegar
a este dato. Otra cosa es que Jhonstone no usa la palabra “misionero” con el significado de REMAP II.
14
El aumento no habría sido significativo porque a priori las entidades que no respondieron tenían pocos
misioneros.
confeccionase una lista de todos los misioneros reportados consignando su nombre
(cuando fuera posible), lugar de servicio y entidad enviadora. Sólo dos entidades
compartieron abiertamente esos datos (los que en su momento se diseminaron por
medio de la Red Misiones Mundiales). El intento de lograr que las demás entidades
siguieran ese ejemplo no obtuvo resultado.
Las entidades misioneras argentinas son las que menos ahorran para la jubilación de
sus misioneros con relación al ingreso para esos misioneros (1,42%) comparando con
el 8,8% (NPE), 7,82% (PET) y el 8,32% de promedio mundial. Los datos argentinos
no se pueden comparar con Brasil (3,8%), Nueva Zelanda (3,5%) y Australia (6%).
Profundicemos:
¿Qué cosas nos limitan para tener una base de datos actualizada de nuestros
misioneros? ¿Hemos de rendirnos?
¿De qué manera “nos juega en contra” la diversidad de enfoques a la hora de
definir qué es un misionero y qué significa enviar?
¿Qué tipo de preparación matrimonial se les pide a los misioneros casados?
¿Qué recursos disponibles hay para el enriquecimiento y el fortalecimiento de
ese vínculo?
(Nota: Preguntas semejantes se pueden hacer con relación a los padres)
¿De qué manera se puede brindar apoyo pastoral a los hijos de los
misioneros? ¿Cómo se los incluye actualmente en el proceso de orientación y
capacitación?
¿Hasta qué punto nuestro bajo promedio en el tema jubilatorio tiene que ver
con la realidad de ser un movimiento misionero todavía joven? ¿Cómo nos
estamos preparando para modificar esto? ¿Qué implicancia tiene para los
misioneros a largo plazo?
Profundicemos:
¿Qué factores han contribuido para que nuestro movimiento misionero se
enfoque en los menos alcanzados con el evangelio?
¿Cuáles son los desafíos que enfrentamos para que la iglesia acepte la tarea
social, comunitaria y de apoyo como expresiones válidas de la tarea
misionera?
3. Proceso de selección
Las entidades argentinas ponen mucha atención en el sentido de llamamiento de los
candidatos (5,97) lo que es mayor aunque cercano al promedio latinoamericano (5,67)
y mundial (5,56). Otros factores importantes son: Está de acuerdo con la declaración
doctrinal de la entidad (5,25). Conoce y está comprometido con los principios y
prácticas de la entidad (5,05).
Demuestra disciplina y carácter cristiano maduro (oración, vida devocional, etc.) (5,67).
Posee buenas referencias (5,00).
Profundicemos:
¿Cuánto se incluye a los familiares de los misioneros? ¿Esto refleja nuestro
individualismo a pesar de tener mucho énfasis en la familia?
¿Qué conclusiones podemos sacar entre el alto valor que le damos a la iglesia
de la persona y la poca atención que ponemos al hecho de que esa persona
haya tenido experiencia ministerial en la iglesia?
¿La falta de experiencia ministerial en la iglesia refleja que los candidatos son
mayormente jóvenes o que esa experiencia no se toma en cuenta como parte
necesaria de un futuro servicio misionero?
¿Cuáles son los factores que hacen que no pongamos énfasis en que la
persona haya tenido experiencia transcultural previa? ¿La vemos innecesaria o
muy diferente a la realidad que vivirá luego en el campo? ¿Cuánto obedece a
nuestra realidad que es principalmente monocultural?
Profundicemos:
¿Cuáles son las causas para el limitado grado educativo de nuestros
misioneros?
¿De qué manera influye esta carencia educativa en el misionero en cuanto a su
servicio en el campo, su relación con otros en equipos internacionales y hacia
sí mismo?
¿Qué impacto tiene el largo lapso de una carrera sobre un joven interesado en
misiones?: ¿Cómo lo estamos acompañando para que mantenga viva la llama?
¿Hasta qué punto nuestra cultura argentina nos influye en este tema? Ver
artículo sobre la educación en argentina.
¿Qué sucede cuando los misioneros sin formación educativa regresan antes de
tiempo al país, o bien vuelven por haber finalizado su proyecto? ¿Cómo se
reinsertan?
Profundicemos:
¿Cómo podemos aprovechar mejor las opciones de capacitación actuales?
¿Necesitamos otras instancias de preparación y de ser así, cuáles son y cómo
las desarrollamos?
Profundicemos:
¿De qué manera se realiza el cuidado pastoral de nuestros misioneros?
¿Cómo podemos trabajar mejor en el cuidado de los misioneros para contribuir
a que estos desarrollen cualidades de persistencia (resiliencia)?
¿Qué cosas nos limitan para no dedicar más recursos al cuidado preventivo de
nuestros misioneros?
¿Cómo interactúa la vida de fe con la advertencia bíblica de calcular el costo
antes de actuar?
7. Funcionamiento de la entidad
A. Comunicación
Tenemos una valuación alta en la mayoría de las áreas relacionadas con este
tema.
Tanto la visión como el propósito son compartidos y entendidos dentro de
la entidad: 5,84 (Promedio mundial: 4,99). Los planes y descripciones de
trabajo
son claramente comunicados a los misioneros: 4,89 (Promedio mundial: 4,58).
Existe buen fluir en la comunicación desde y hacia el liderazgo: 5,47 (Promedio
mundial: 4,62). Hay una comunicación efectiva entre la base de envío y el
campo: 4,94 (Promedio Mundial: 4.43). Las políticas adoptadas se encuentran
bien documentadas y son entendidas: 4,86 (Promedio Mundial: 4.57). Una
cultura de oración es promovida activamente dentro de la entidad: 5,29
(Promedio Mundial: 5,05).
B. Liderazgo
Nuestro movimiento marca un promedio alto en el tema del liderazgo. La
mayoría de los líderes son un buen ejemplo en cuanto a las creencias y valores
de la entidad 5,59 (Promedio mundial: 5,15). La mayoría de los líderes
identifican los problemas rápidamente y toman decisiones apropiadas al
respecto: 4,70 (Promedio mundial: 4,28). Los líderes asignados para la
supervisión del campo son adecuados en calidad y cantidad: 4,94 (Promedio
mundial: 4,29). Algo para resaltar es que en la declaración: “Los líderes realizan
anualmente una evaluación ministerial con cada misionero” marcamos 4,87 lo
que nos pone por encima del promedio mundial (3,88). Sin embargo estamos
abajo (3,65) en cuanto a la existencia de documentación y procedimientos para
registrar los reclamos de los misioneros (Promedio mundial: 4,25). No pasa
desapercibida la vinculación que puede existir entre uno y lo otro.
D. Ministerio
En los siguientes temas nuestro movimiento está por encima del promedio
latinoamericano y mundial: Las tareas a realizar por parte de los misioneros les
son
asignadas de acuerdo a sus dones y capacidades. 5,30. Los misioneros tienen
libertad para desarrollar y presentar sus respectivos ministerios: 5,898 (P.
mundial: 4,87). Los misioneros saben cómo hacer frente a la guerra espiritual:
5,54 (P. mundial: 4,32). Los misioneros están comprometidos con su ministerio:
5,59 (P. mundial: 5,19). Los misioneros demuestran compromiso y lealtad a la
entidad: 5,54 (P. mundial: 4,77). Se proveen oportunidades de ministerio al
cónyuge: 5,64 (P. mundial: 4,66). Los misioneros cuentan con una
administración y equipo de apoyo efectivos en el campo: 4,26. (Promedio
mundial: 4,49).
Aquí hay dos temas a tener en cuenta por un lado la relación misionero-entidad
pues de manera regular los misioneros evalúan y buscan la manera de mejorar
el ministerio de la entidad: 4,52 (Promedio mundial: 3,81). Otro tema es que
nuestros misioneros son los más sobrecargados con el trabajo que realizan:
5,36 (América Latina: 4,47. Promedio mundial: 3,51). Esto también puede
relacionarse con la sobrecarga que tienen los líderes nacionales de las distintas
entidades.
E. Resultados del ministerio
Nuevamente nuestro movimiento misionero mostró buenos resultados.
Actualmente los
misioneros están alcanzando las metas y expectativas de la entidad: 5,02
(Promedio mundial: 4,64). Los misioneros están desarrollando buenas
relaciones con las personas a las que sirven: 5,06 (América Latina: 5,37 /
Promedio mundial: 5,03). Las personas a las cuales sirven nuestros misioneros
están tomando decisiones por Cristo: 4,96 (América Latina: 5,20 / Promedio
mundial: 4,65). La iglesia que se encuentra en el campo misionero valora el
ministerio que desarrollan nuestros misioneros: 5,31 (América Latina: 5,34 /
Promedio mundial: 4,96). Los misioneros de la entidad proveen un liderazgo
efectivo entre las personas a las cuales sirven: 4,99 (Promedio mundial: 4,99).
Los misioneros sienten realización en su ministerio: 5,00 (Promedio mundial:
4,97)
Sin embargo en los siguientes puntos críticos estamos en una condición que
requiere atención urgente, sobre todo la atención médica para los misioneros:
3,19 (América Latina: 4,35 / Promedio mundial: 4,46) y las vacaciones anuales:
3,66 (América Latina: 4,74 / Promedio mundial: 5,03). Este tema está
relacionado con uno anterior (Ver D. Ministerio) que decía que los misioneros
argentinos están sobrecargados de trabajo. ¿Esto puede ser una evidencia de
que el misionero siente que debe trabajar sin descanso hasta el punto de
sentirse culpable o en falta ante los ofrendantes por tomar vacaciones?
También estamos muy abajo en evaluar los riesgos y contar con un plan de
emergencia en todos los campos: 3,44 (América Latina: 4,41 / Promedio
mundial: 4,41). Estos factores son indicios típicos de un movimiento que se
desarrollará más con el tiempo. También puede indicar que los misioneros
están en lugares distantes con poco apoyo logístico.
G. Finanzas
En este tema no habría necesidad de realizar una investigación, no obstante es
una información importante. Los misioneros reciben de forma sostenida el
sustento económico que es adecuado para sus necesidades: 2,86 (América
Latina: 3,80 / Promedio mundial: 4,53). Existe un fondo de reserva para los
misioneros con apoyo económico bajo o irregular: 3,29 (Promedio mundial:
3,88). Esto nos vuelve a hacer pensar en el tema del sostenimiento de los
misioneros y en la necesidad de encontrar alternativas creativas para resolver
esta necesidad. ¿Hasta qué punto los “hacedores de tienda pueden ser una
respuesta? No obstante nuestra crisis y carencias somos cuidadosos en el
tema de su cuidado. Las finanzas son usadas de manera efectiva: 5,81
(Promedio mundial: 4,99). Las finanzas de la entidad son transparentes para
los misioneros y ofrendantes: 5,89 (Promedio mundial: 4,92).
I. Retención misionera
Argentina tiene un alto grado de retención misionera y por consiguiente es bajo
su índice de deserción. Esto aparece en otros países cuyo movimiento
misionero es aún joven. Por otra parte puede darse el caso de que las
entidades no tengan un registro completo de las personas que salen o bien que
no se tomen en cuenta las razones para ello.
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Debriefing: tiempo de revisión, repaso y evaluación (en el sentido más amplio) que permite escuchar y
revivir las experiencias del misionero en el campo en un ambiente de confianza y afecto.
¿Cómo rompemos las amarras económicas que han limitado a nuestro
movimiento misionero?
¿Cómo salimos de responder a una crisis o emergencia y pasamos a la etapa
de estar preparados y aún de llegar a prevenirla?
¿Qué impide que la entidad tenga un plan de emergencia y monitoree los
riesgos de servir en un determinado campo? ¿Hay algo que podemos hacer
juntos?`
¿Hasta ahora de qué manera hemos implementado la atención médica para
nuestros misioneros? ¿En qué debemos cambiar? ¿Qué podría lograrse con
una acción conjunta de varias entidades?
¿Tenemos un bajo índice de deserción misionera o no llevamos registro de la
misma?
De llevarlo, ¿estaríamos dispuestos a darlo a conocer?
Definiciones de REMAP II
Misioneros de largo plazo: Misioneros que al momento de salir tenían la intención de
servir por tres años o más en el campo. Los misioneros envidaos por un lapso menor
de tres años no eran incluidos en la investigación.
Entidad misionera: Una base de envío que podía ser: a) una entidad misionera b) un
departamento misionero denominacional, c) una iglesia que envía misioneros sin la
asistencia de otra organización. Si una entidad misionera era parte de una
organización internacional se debería pedir a la filial local que brindara información
solamente del número de misioneros enviados desde su sede. Nota: Para los fines de
REMAP se usó la palabra genérica “entidad” para referirse a cualquiera de las
expresiones de envío antes mencionadas.
Artículo adicional.
Conclusión
No tenemos que enviar a toda persona que llame a la puerta y diga que tiene una
carga para salir al campo misionero. Por lo menos no antes de reflexionar en todo lo
que significa enviar responsablemente. De otra manera se puede caer en una
imposición de manos ligera. Ligera porque declara una bendición que la persona no
está en condiciones de recibir o ligera, porque quienes lo hacen no tienen el
compromiso de respaldar de manera perseverante y a largo plazo su envío inicial.
Con el mismo énfasis hay que afirmar que no es cuestión de retrasar indebidamente la
salida de los misioneros esperando que ellos tengan tal grado de madurez,
preparación y unción tal que nunca los encontremos listos para ser enviados. Sin duda
Dios tiene lugar para todos en Su propósito redentor. Justamente quienes reúnen
todos los requisitos deseables están tan establecidos en el ministerio local que no
siempre están dispuestos a salir. Los que fueron llamados a enviar no tienen libertad
para adelantar, tampoco retrasar, el tiempo de salida. Juntos: iglesia, entidad, futuro
misionero y quienes los reciban en el campo tienen que asumir las responsabilidades y
privilegios de la labor misionera. No quedemos lamiendo las heridas de las faltas
pasadas, tampoco las sacudamos como si nada hubiera pasado. Reflexionemos juntos
y planifiquemos para que nuestro envío sea más numeroso y responsable que nunca.