Placas Litosfericas

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Las placas litosféricas se mueven unas con respecto a otras, impulsadas desde el interior

terrestre por la redistribución del calor interno. Es justamente en las zonas de interacción
donde se desarrollan los procesos de vulcanismo, sismicidad y creación de relieve.

Bordes de placa
Las principales deformaciones que tienen lugar en las placas, están asociadas a sus límites,
que son las zonas donde entran en contacto unas con otras. Las placas pueden tener tres tipos
distintos de bordes:

1. Bordes divergentes o constructivos: marcan las zonas donde las placas se desplazan en
sentido contrario. Esta movilización está provocada por el ascenso del material magmático del
manto que al llegar a la superficie se transforma en fondo oceánico.
2. Borde convergente o destructivo: zona donde confluyen las placas que termina por provocar
el descenso de una de las placas hacia la zona del manto. En otros casos se produce la colisión
entre dos placas litosféricas continentales que presentan sentido de desplazamiento
convergente.
3. Bordes pasivos o fallas transformantes: se corresponde a la zona donde dos placas se
desplazan lateralmente y en sentido, contrario una con respecto a la otra.

Cada placa está limitada por estos tipos de bordes que no son permanentes en el tiempo
pudiendo cambiar su emplazamiento, crearse o incluso desaparecer.

Procesos intraplaca
No toda la actividad magmática con formación de relieve está asociada a bordes de placa
litosferica. En el registro geológico se han cartografiado una gran cantidad de eventos que se
encuentran localizados en el interior de las placas, tanto sobre litosfera continental como
oceánica. De estos llaman la atención, los archipiélagos volcánicos, las dorsales asísmicas,
montes submarinos, guyots y las extensas plataformas o mesetas. El conjunto de procesos
implicados en la formación de estos relieves, reciben el nombre de Procesos Intraplaca.

La hipótesis principal que explica el desarrollo de los procesos intraplaca es la del Punto
Caliente o Hot Spot, entendida como una región del manto que se encuentra a una
temperatura superior a la de su entorno y de la que ascienden por convección rocas calientes
en estado sólido dando lugar a la formación de un penacho térmico o pluma. Un análisis
detallado de la composición y proporción de volátiles indican que el origen de estas
perturbaciones puede localizarse en las zonas profundas de la astenosfera. En esta zona, un
aumento de unos 100ºC, así como la presencia de agua y elementos volátiles; bastarían para
provocar la disminución necesaria de densidad que impulsaría el ascenso de los materiales
hacia zonas superficiales.

Únicamente cuando estos materiales se encuentran a poca distancia de la superficie (decenas


de kilométros) se transforman en magma. Esta transformación es debida a la disminución de
la presión confinante que provoca un descenso en su temperatura de fusión. Las plumas
térmicas de materiales ascendentes pueden alcanzar diámetros de cientos de kilómetros y son
estacionarias. Hasta ahora se han identificado 122 puntos calientes de los cuales 40
continúan activos.
El paso de la litosfera continental u oceánica sobre estas perturbaciones térmicas da lugar al
desarrollo de procesos magmáticos con formación de relieve. De esta forma se explica la
génesis de las mesas oceánicas y continentales, montes submarinos, guyots, islas volcánicas,
dorsales asísmicas.

Los efectos de los puntos calientes sobre la superficie son distintos dependiendo de la
velocidad de desplazamiento de la placa litosférica sobre ellos. En el caso de las islas
volcánicas, un desplazamiento rápido de la placa litosférica da lugar al desarrollo de
archipiélagos de islas alineados (Hawái). Si por el contrario, la velocidad de desplazamiento es
muy lenta se forma un conjunto de islas no alineadas como en el caso de las Islas de Cabo
Verde.

La dorsal asísmica 90ºE se desarrolló por la acción de dos puntos calientes que produjeron
una gran cantidad de material magmático. Las dorsales asísmicas de Walvis y Río Grande se
surgieron por la acción de un punto caliente situado en la Dorsal Atlántica.

Las mesetas o plateaux con las del Deccan, Columbia, Paraná se originaron por la acción de
puntos calientes que de forma continuada dieron lugar a la formación de extensas y potentes
superficies de material magmático.

Placas tectónicas
La Tierra guarda en su interior un sinfín fe factores activos que hacen que esté en continuo
movimiento. A principios de 1910 surgió la teoría que los continentes seguían en
desplazamiento, pero todo parecía ser una fantasía nada más, no había manera lógica de
comprobarlo, hasta que medio siglo después, la teoría sobre la tectónica de placa pudo dar
cuenta del fenómeno.
La actividad en el fondo del lecho marino, las corrientes de convección y la fusión de las rocas
en el manto son el motor del movimiento continental que aún hoy en día moldea la superficie
del planeta.
Una de las primeras ideas relacionadas al desplazamiento continental sugiere que los
continentes flotaban en el océano. Pero ese detalle es erróneo. Las siete placas tectónicas, que
contienen porciones oceánicas y continentales, se desplazan sobre un manto fundido. Estas
son como las porciones de una gran cáscara. Según el sentido en el que se desplazan, los
límites entre ellas pueden ser convergentes, este movimiento es cuando tienden a juntarse
entre sí, y también sucede de manera divergente, cuando tienden a separarse, o también de
fallas transformantes, en caso que su movimiento sea horizontal.

Cinturón de fuego

El diagrama muestra un hecho notable acerca de la superficie de la Tierra. Alrededor de la


cuenca del Océano Pacífico hay una gran cantidad de volcanes. Asimismo, esta cuenca es el
escenario de gran actividad sísmica; a esta área se la conoce como el “Cinturón
de fuego”. Básicamente, la actividad sísmica se encuentra concentrada más que nada en estos
puntos del planeta.
Un motor
oculto
Las corrientes llamadas de convección en la roca líquida impulsan la corteza. En los bordes
divergentes asciende el magma, éste genera una nueva corteza. En cambio, en los bordes
convergentes, la corteza se deshace fundiéndose hacia el manto. De esta forma, las placas se
asemejan a unas largas cintas sinfín por donde los continentes viajan.
Hay detalles importantes sobre el movimiento de placas que hay que conocer. Por ejemplo, el
desplazamiento de placas en un año es de 5 cm. Al colisionarse dos placas, una se posiciona
bajo la otra y forma una zona de subducción, estos movimientos particularmente son los que
generan plegamiento y el vulcanismo.
La tectónica de placas puede definirse como una teoría compuesta por una gran variedad de
ideas que explican el movimiento observado de la capa externa de la Tierra por medio de los
mecanismos de subducción y expansión del fondo oceánico, que, a su vez, generan los
principales rasgos geológicos de la Tierra; entre ellos, los continentes, las montañas y las
cuencas oceánicas. La teoría de la tectónica de placas se ha convertido en la base para la
explicación de la mayoría de los procesos geológicos.

Arrugas terrestres

El movimiento de las placas tectónicas produce deformaciones y rupturas en la corteza


terrestre, en especial en los bordes de las placas convergentes. Durante millones de años, esas
deformaciones en el relieve conforman procesos mayores llamados plegamientos.
Estos plegamientos son los que crean las cadenas montañosas en todo el mundo. Si nos
remontamos en la historia geológica del planeta Tierra hubo grandes plegamientos, los que
son identificados por las características de relieve que generaron.

Es importante recordar que la litósfera (manto rocoso que constituye la corteza exterior
sólida del planeta), está rota en numerosos fragmentos, llamados placas, que se mueven unas
con respecto a las otras y cambian continuamente de tamaño y forma. Se reconocen siete
placas principales, ellas son: placa Norteamericana, la sudamericana, la del Pacífico, la
Africana, la Euroasiática, la Australiana y la Antártica. La mayor es la placa del Pacífico, que
abarca una porción significativa de la cuenca del Pacífico. Las placas de tamaño
medianos son la Caribeña, la de Nazca, la Filipina, la Arábiga, la de Cocos, la de Scotia y la de
Juan de Fuca.

Las placas litosféricas se mueven en relación con las demás a una velocidad muy lenta pero
continua (promedio de cinco centímetros anuales). Este movimiento es impulsado en último
extremo por la distribución desigual del calor en el interior de la Tierra. El material caliente
que se encuentra en las profundidades del manto se mueve despacio hacia arriba y sirve como
una parte del sistema de convección interna de nuestro planeta. Simultáneamente, las láminas
más frías y densas de la litosfera oceánica descienden al manto, poniendo en movimiento la
capa externa y rígida de la Tierra.
De esta manera los roces entre las placas litosféricas de la Tierra generan terremotos,
tsunamis, crean volcanes y deforman grandes masas de roca en las montañas; éste es el
mecanismo que originó recientemente el peor terremoto en la historia del Japón. El
archipiélago nipón, se encuentra en un área sísmica y volcánica conocida como “Cinturón de
fuego del Pacífico” o “Anillo de fuego del Pacífico”, justo en el límite de varias placas
litosfércas: La Pacífica, la Norteamericana, la Euroasiática y la Filipina, de ahí la magnitud del
sismo que afectó a este lejano país del oriente. El cinturón de fuego del Pacífico en la zona de
mayor actividad sísmica y volcánica de nuestro planeta.

EL MOVIMIENTO DE LAS PLACAS LITOSFÉRICAS.

Las corrientes convectivas del Manto hacen que la Litosfera situada sobre él sea
arrastrada en diversas direcciones. Esto origina la división de la Litosfera en
placas con diferentes movimientos.
Actividad 8

A las zonas de separación de la placas litosféricas se les denomina límites de placa.


Debido a los posibles movimientos relativos de dos placas, estos límites se
clasifican en:
Límites divergentes: Cuando el movimiento de las placas es de
separación, deja un "hueco" aprovechado
por rocas magmáticas para generar nueva corteza oceánica. También se
les llama Zonas de Dorsal o
límites constructivos.

Límites convergentes: Cuando el movimiento que realizan las placas es


de aproximación, obliga a una
de las placas (la más densa) a introducirse bajo la otra en un proceso que
se denomina subducción.
A estas zonas también se les denomina zonas de subducción o límites
destructivos.

Límites transcurrentes. Existen zonas donde el movimiento de las


placas es paralelo y de sentido
contrario, conocidas también por zonas de falla transformante.

Así, estos límites dividirían en placas una litosfera en continuo


movimiento, con unas placas creciendo a partir de su límite de dorsal y
otras menguando a partir de su zona de subducción.

5.1. Los movimientos divergentes

Los movimientos divergentes producidos por las dorsales, implican una


permanente expansión de los fondos oceánicos. Esta expansión se
origina en un proceso de ruptura continental.

Dorsales: Expansión de los fondos oceánicos:


Las dorsales constan de diversos tramos activos en los que se está
creando corteza oceánica.
Se encuentran separados y desplazados por fallas transformantes.
Así, las dorsales muestran un aspecto escalonado, consecuencia de
las diferentes velocidades de creación de corteza oceánica.

La expansión permanente del fondo


oceánico hace desplazarse y crecer a
las placas situadas a ambos lados de
la dorsal. Cada nueva emisión de
lavas, al enfriarse, va registrando el
campo magnético existente en ese
momento. Ese campo magnético
sufre inversiones repentinas en
intervalos de tiempo variables. Así, al
medir el campo magnético de las
rocas a ambos lados de una dorsal se
aprecia un aspecto de bandeado
simétrico. Completando esta
información con la de la edad de la
roca, se han obtenido detallados
mapas de la edad de los fondos
oceánicos.
La edad de la corteza oceánica no sobrepasa los 180 m.a. (millones
de años). Al retirar los fondos oceánicos más recientes, y hacer
coincidir los bordes de la antigua dorsal se pueden reconstruir las
posiciones relativas de las masas continentales en el pasado.
Estas reconstrucciones se denominan reconstrucciones
paleogeógráficas. El inicio de nuestra historia sería un continente
único denominado Pangea por Wegener, muchos años antes de
que se empezase a hablar de la Tectónica de placas. De aquí se
pasa a cuestionar el proceso de división de una placa continental
para originar dos diferentes.

Actividad 9

El origen de las dorsales: Ruptura continental.


La aparición de una dorsal y el proceso de ruptura continental son
pasos de un mismo proceso que sucede en tres etapas,
denominadas con los nombres de las zonas geográficas donde
actualmente tienen lugar:
* Etapa de Rift: (Llamada de este modo por el valle en el que
actualmente está teniendo lugar).
Se produce un estiramiento de la litosfera continental que origina
la aparición de grandes fallas
normales. El adelgazamiento de la litosfera y del Manto a una
mayor temperatura permite la
aparición de vulcanismo aprovechando estas fallas.

* Etapa de Mar Rojo: Se inicia la producción de litosfera oceánica


gracias a la aparición de una dorsal. Se produce la entrada de
agua de mar. Los antiguos bordes del valle del Rift quedan como
márgenes
pasivos.

* Etapa Océano Atlántico: Continúa la producción de litosfera


oceánica y la separación de las masas
continentales.
Actividad 10

5.2. La convergencia de placas: La subducción y la colisión


continental.

En el movimiento de aproximación de dos placas litosféricas se verifica el


proceso de subducción, esto es,
se introduce una bajo la otra. La desaparición de toda la litosfera oceánica
implica un proceso de colisión continental.

La subducción:
La placa que subduce se curva originándose una zona de fosa
donde se alcanzan las mayores profundidades oceánicas. La
fricción entre las dos placas da lugar a zonas muy activas desde el
punto de vista sísmico. La Litosfera de la placa que subduce se
introduce en zonas del Manto a mayores temperaturas,
produciendo su progresiva desaparición por fusión y provocando
la aparición de un cinturón volcánico paralelo a este tipo de
límites. Los sedimentos del primer nivel de la corteza oceánica
pueden no subducir y ser incorporados al margen de la otra placa
(prisma de acrección). Se pueden dar dos modalidades de
subducción, según la naturaleza de las placas puestas en contacto:

* Corteza oceánica-Corteza oceánica.


Se origina la formación de n arco isla
volcánico.
Esta modalidad se produce, por ejemplo, a lo
largo de toda el límite occidental de la placa
Pacífica, configurando la aparición de
numerosos arcos islas, que dominan toda esa
costa
(Aleutianas, Filipinas, Japón, etc.). A veces se
puede originar una pequeña dorsal tras el
arco
isla (extensión tras arco).
* Corteza continental - Corteza oceánica.
La Corteza oceánica se introduce bajo la
litosfera
de la otra placa de forma mucho más
pronunciada puesto que es más profunda.
Se origina todo una cordillera paralela al límite
(orógeno de subducción) donde las máximas
alturas coinciden por lo general con edificios
volcánicos. Así, una zona de este tipo es el
límite de la placa Pacífica con la Sudamericana.

¿Hasta dónde subduce la Litosfera?


Hasta hace unos años se ponía como límite los 670 km, origen de los
terremotos más profundos detectados y frontera del Manto superior e
inferior. Actualmente se piensa que la subducción llega en forma de cascada
hasta el contacto con el Núcleo externo formando el nivel D" del Manto.
La colisión continental:
Supone el final del proceso de subducción por la completa
desaparición de la litosfera oceánica que existía entre dos masas
continentales, dando lugar a que una cabalgue sobre la otra, puesto
que la Corteza continental es poco densa para subducir. Una
colisión de este tipo origina grandes cordilleras (orógenos de
colisión) como los Alpes o el Himalaya.

Actividad 11

Las ofiolitas:
Representan fragmentos de corteza oceánica que han sido obducidos (lo
contrario de subducidos) en un proceso de colisión continental. Los cuatro
niveles de la secuencia estudiada en la corteza oceánica son perfectamente
reconocibles. A su base pueden aparecer Peridotitas del Manto.
5.3. Las zonas de falla transformante.

Este tipo de fallas aparece en dos situaciones, como límite neto entre dos
placas o separando diferentes tramos activos de una dorsal (ver las
dorsales) . En ambos casos se genera una importante sismicidad.
El ejemplo típico de este
tipo de límites es la Falla
de San Andrés, que pone
en contacto la placa
Norteamericana con la
Pacífica. Su movimiento
ha originado terremotos
con devastadores efectos
para las cercanas
ciudades de San
Francisco y Los Ángeles.
Mientras las placas se
desplazan, las
rugosidades del límite
hacen que este
permanezca estático,
acumulando energía en
forma de deformación
elástica. Así, cuando la
energía es capaz de
vencer el rozamiento, se
libera de forma
repentina en forma de
desplazamiento y de
ondas sísmicas.
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Identificación de los límites de la placa


¿Cómo reconocemos la ubicación de un límite de placa?

La respuesta se vuelve clara al mirar un mapa que muestra la ubicación de los terremotos
(figura 3).
Límites de placas tectónicas y la ocurrencia de terremotos
Recordemos que los terremotos son vibraciones causadas por ondas de choque que se
generan donde la roca se rompe y de repente se desliza a lo largo de una falla.

El epicentro marca el punto en la superficie de la Tierra directamente sobre el terremoto.

Los epicentros del terremoto no motean el globo al azar, como perdigones en un objetivo.

Por el contrario, la mayoría ocurre en cinturones relativamente estrechos y distintos.


Estos cinturones sísmicos definen la posición de los límites de las placas porque la fractura y
el deslizamiento que ocurre a lo largo de los límites de las placas generan terremotos.

El interior de las placas, son regiones alejadas de los límites de las placas y permanecen
relativamente libres de terremotos porque no admiten tanto movimiento.

Si bien los terremotos sirven como el indicador más definitivo de un límite de placa, otras
características geológicas prominentes también se desarrollan a lo largo de los límites de las
placas.

Ten en cuenta que algunas placas consisten completamente en litosfera oceánica, mientras
que algunas placas constan de litosfera tanto oceánica como continental.

Además, ten en cuenta que no todas las placas son del mismo tamaño.

Algunos límites de placa siguen los márgenes continentales, el límite entre un continente y un
océano, pero otros no.

Por esta razón, distinguimos entre los márgenes activos, que son límites de placa, y los
márgenes pasivos, que no son límites de placa.

Los terremotos son comunes en los márgenes activos, pero no en los márgenes pasivos.

A lo largo de los márgenes pasivos, la corteza continental es más delgada que en los interiores
continentales.

Las acumulaciones gruesas (10 a 15 km) de sedimentos cubren esta corteza adelgazada.

La superficie de esta capa de sedimento es una región amplia y poco profunda (menos de 500
m de profundidad) llamada plataforma continental, que alberga las principales pesquerías del
mundo.

Los geólogos definen tres tipos de límites de placa, basados simplemente en los movimientos
relativos de las placas a cada lado del límite (figura 4). Un límite en el que dos placas se
separan es un límite divergente.
Figura 4: Límites de las placas tectónicas
Un límite en el cual dos placas se mueven una hacia la otra de manera que una placa se hunde
debajo de la otra es un límite convergente.

Y un límite en el que dos placas se deslizan una al lado de la otra es un límite de


transformación.

Cada tipo de límite se ve y se comporta de manera diferente a los demás, como veremos ahora.

Límites divergentes de placas

Límite divergente de placas tectónicas


En un límite divergente, o límite divisorio, es cuando dos placas oceánicas se separan por el
proceso de expansión del lecho marino (fondo oceánico).

Ten en cuenta que no se desarrolla un espacio abierto entre placas divergentes.

Por el contrario, a medida que las placas se separan, la nueva litosfera oceánica se forma
continuamente a lo largo del límite divergente (figura 5).
Figura 5: Limite divergente expansión piso oceánico
Este proceso tiene lugar en una cadena montañosa submarina llamada dorsal medio oceánica
que se eleva 2 km por encima de las llanuras abisales adyacentes del océano.

Por lo tanto, los geólogos comúnmente se refieren a un límite divergente como una cresta en
el medio del océano, o simplemente una cresta (dorsal medio oceánica).

La profundidad del agua por encima de las dorsales promedia unos 2,5 km.

Para caracterizar un límite divergente más completamente, veamos una cresta en medio del
océano (dorsal medio oceánica) con más detalle (figura 6).

Figura 6: Batimetría de la Dorsal Medio Atlántica del Atlántico sur


La Cordillera del Atlántico Medio (dorsal medio oceánica del Atlántico) se extiende desde las
aguas entre el norte de Groenlandia y el norte de Escandinavia hacia el sur a través del
ecuador hasta la latitud del extremo sur de Sudamérica.

Los geólogos han descubierto que la formación de nuevos fondos marinos tiene lugar solo a lo
largo del eje (línea central) de la cresta, que está marcado por un valle alargado.

El fondo marino desciende en pendiente, alcanzando la profundidad de la llanura abisal (4 a 5


km) a una distancia de aproximadamente 500 a 800 km del eje de la cresta.

A grandes rasgos, la Cordillera en el medio del Atlántico (dorsal medio oceánica del Atlántico)
es simétrica: su mitad oriental parece una imagen especular de su mitad occidental.

La cresta consiste, a lo largo de su longitud, en segmentos cortos (de decenas a cientos de


kilómetros de largo) que se detienen en los descansos que, como notamos anteriormente, se
denominan zonas de fractura.

Más tarde, veremos que estos corresponden a las fallas transformantes.


Límites de placas convergentes y subducción

Límite convergente entre placas tectónicas


En los límites de placas convergentes, dos placas, al menos una de las cuales es oceánica, se
mueven una hacia la otra.
Pero en lugar de golpearse mutuamente, una placa oceánica se dobla y se hunde en la
astenosfera debajo de la otra placa.

Los geólogos se refieren al proceso de hundimiento como subducción, por lo que los límites
convergentes también se conocen como zonas de subducción.
Debido a que la subducción en un límite convergente consume la antigua litosfera oceánica y
por lo tanto ” consume ” las cuencas oceánicas, los geólogos también se refieren a los límites
convergentes como límites consumidores, y debido a que están delimitados por las trincheras
de los océanos profundos, a veces se llaman simplemente trincheras o fosas.

La cantidad de consumo de placas oceánicas en todo el mundo, promediada en el tiempo, es


igual a la cantidad de esparcimiento del lecho marino en todo el mundo, por lo que el área de
la superficie de la Tierra permanece constante a través del tiempo.

La subducción ocurre por una simple razón: la litosfera oceánica, una vez que ha envejecido al
menos 10 millones de años, es más densa que la astenosfera subyacente y, por lo tanto, puede
hundirse a través de la astenosfera si se le da una oportunidad.

Donde yace plana en la superficie de la astenosfera, la litosfera oceánica no puede hundirse.


Sin embargo, una vez que el extremo de la placa convergente se dobla hacia abajo y se desliza
en el manto, continúa hacia abajo como un ancla cayendo al fondo de un lago (Fig. 7).

Figura 7: Formación de una fosa en límites convergentes de placas tectónicas


A medida que la litosfera se hunde, la astenosfera fluye fuera de su camino, del mismo modo
que el agua fluye fuera del camino de un ancla hundida.

Pero a diferencia del agua, la astenosfera puede fluir muy lentamente, por lo que la litosfera
oceánica puede hundirse muy lentamente, a una velocidad de menos de 15 cm por año.

Para visualizar la diferencia, imagine cuánto más rápido se puede hundir una moneda en el
agua que a través de la miel.

Tenga en cuenta que la “placa descendente”, la placa que ha sido subducida, debe estar
compuesta de litosfera oceánica.

La placa superior, que no se hunde, puede consistir en litosfera oceánica o continental.

La corteza continental no se puede subducir porque es demasiado flotante; las rocas de baja
densidad de la corteza continental actúan como un salvavidas que mantiene el continente a
flote.

Si la corteza continental se mueve hacia un margen convergente, la subducción finalmente se


detiene.

Debido a la subducción, todo el fondo del océano en el planeta tiene menos de 200 millones de
años.

Debido a que la corteza continental no puede subducirse, parte de la corteza continental ha


persistido en la superficie de la Tierra durante más de 3 800 millones de años.
Placas tectónicas subducidas y los terremotos
En los límites convergentes de las placas, la placa descendente se muele a lo largo de la base de
la placa superior, un proceso que genera grandes terremotos.
Estos terremotos ocurren bastante cerca de la superficie de la Tierra, por lo que algunos de
ellos causan una destrucción masiva en las ciudades costeras.

Pero los terremotos también ocurren en placas descendentes a mayores profundidades.

De hecho, los geólogos han detectado terremotos dentro de las placas de descenso a una
profundidad de 660 km.

La banda de terremotos en una placa descendente se llama zona Wadati-Benioff, después de


sus dos descubridores (figura 8).

Figura 8: Limites convergentes, subducción y la relación con los terremotos


A profundidades mayores a 660 km, las condiciones que conducen a los terremotos en la
litosfera subducida evidentemente no ocurren.

Observaciones recientes, sin embargo, indican que algunas de las placas descendentes
continúan hundiéndose por debajo de una profundidad de 660 km; simplemente lo hacen sin
generar terremotos.

De hecho, el manto inferior puede ser un cementerio para placas subducidas viejas.

Características geológicas de un límite convergente


Para familiarizarse con las diversas características geológicas que ocurren a lo largo de un
límite de placa convergente, veamos un ejemplo, el límite entre la costa occidental de la Placa
Sudamericana y el borde oriental de la Placa de Nazca (una parte del piso del Océano
Pacífico).

Una zanja en el océano profundo, la Fosa Perú-Chile, delinea este límite (ver Fig. 6).

Tales trincheras o fosas se forman cuando la placa se dobla cuando comienza a hundirse en la
astenósfera.

En la trinchera Perú-Chile, cuando la placa inferior se desliza bajo la placa superior, los
sedimentos (arcilla y plancton) que se habían asentado en la superficie de la placa
descendente, así como la arena que caía en la zanja desde las costas de América del Sur, se
raspan e incorporan en una masa en forma de cuña conocida como prisma de acreción (figura
9).

Figura 9: Modelo de subducción en limites convergentes


Un prisma de acreción se forma básicamente de la misma manera que una pila de nieve o
arena frente a un arado, y como la nieve, el sedimento tiende a aplastarse y contorsionarse.

Una cadena de volcanes conocida como arco volcánico se desarrolla detrás del prisma de
acreción.

El magma que alimenta estos volcanes se forma justo sobre la superficie de la placa
descendente donde la placa alcanza una profundidad de aproximadamente 150 km debajo de
la superficie de la Tierra.

Si el arco volcánico se forma donde una placa oceánica se subduce debajo de la litosfera
continental, la cadena de volcanes resultante crece en el continente y forma un arco volcánico
continental.

(En algunos casos, las placas se juntan sobre un arco continental, causando que se forme un
cinturón de fallas detrás del arco).
Sin embargo, si el arco volcánico crece donde una placa oceánica se subduce debajo de otra
placa oceánica, los volcanes resultantes forman una cadena de islas conocidas como arco de
isla volcánica (figura 10).

Figura 10: Modelo de subducción entre placas litosféricas oceánicas en un límite convergente
Existe una cuenca de retroceso donde la subducción comienza en alta mar, atrapando la
litosfera oceánica detrás del arco, o donde el estiramiento de la litosfera detrás del arco
conduce a la formación de una pequeña cresta de expansión detrás del arco (figura 11).

Figura 11: Contexto geo-dinámico en bordes convergentes de placas


Límites de placa transformantes

limites transformantes
Cuando los investigadores comenzaron a explorar la batimetría de las crestas medio oceánicas
(dorsales medio oceánicas) en detalle, descubrieron que las dorsales oceánicas no son líneas
largas e ininterrumpidas, sino que consisten en segmentos cortos que parecen estar
desplazados lateralmente uno del otro (figura 12) por estrechos cinturones de fondo marino
rotos e irregulares.

Estos cinturones, o zonas de fractura, se encuentran aproximadamente en ángulo recto con los
segmentos de las dorsales, se cruzan con los extremos de los segmentos y se extienden más
allá de los extremos de los segmentos.

Originalmente, los investigadores asumieron incorrectamente que la longitud total de cada


zona de fractura era una falla, y que el deslizamiento en una zona de fractura había
desplazado los segmentos de la dorsal oceánica hacia los lados, uno con respecto al otro.

En otras palabras, imaginaban que una cresta oceánica se iniciaba como una línea continua,
similar a una valla, que solo más tarde se rompía por fallas.

Pero cuando la información sobre la distribución de los terremotos a lo largo de las dorsales
oceánicas estuvo disponible, quedó claro que este modelo no podía ser correcto.

Los terremotos, y por lo tanto el deslizamiento de falla activo, ocurren solo en el segmento de
una zona de fractura que se encuentra entre dos segmentos de cresta.

Las partes de las zonas de fractura que se extienden más allá de los bordes de los segmentos
de cresta, hacia la llanura abisal, no son sísmicamente activas.

La distribución del movimiento a lo largo de las zonas de fractura siguió siendo un misterio
hasta que un investigador canadiense, J. Tuzo Wilson, comenzó a pensar en las zonas de
fractura en el contexto del concepto de expansión del suelo marino.

Wilson propuso que las zonas de fractura se formaron al mismo tiempo que el eje de la cresta,
y por lo tanto la cresta consistió en segmentos separados para comenzar.

Estos segmentos fueron vinculados (no compensados) por zonas de fractura.


Con esta idea en mente, dibujó un mapa esquemático que mostraba dos segmentos del eje de
cresta unidos por una zona de fractura, y dibujó flechas para indicar la dirección en que se
movía el fondo del océano, en relación con el eje de la cresta, como resultado del fondo marino
-desprendiendo (Fig. 13).

Figura 13: Límites transformantes (fallas transformantes) y la expansión del fondo oceánico
Claramente, la dirección del movimiento en la parte activa de la zona de fractura debe ser
opuesta a la dirección de movimiento que los investigadores originalmente pensaron que
ocurrió en la estructura.

Además, en el modelo de Wilson, el deslizamiento ocurre solo a lo largo del segmento de la


zona de fractura entre los dos segmentos de la dorsal (figura 14).

Figura 14: limites trasnformantes y dorsales medio oceánicas


Las placas en los lados opuestos de la parte inactiva de una zona de fractura se mueven juntas,
como una placa.
Wilson introdujo el término límite transformante, o falla transformante, para el segmento de
deslizamiento activo de una zona de fractura entre dos segmentos de la cresta, y señaló que
estos son un tercer tipo de límite de placa.

En un límite transformante, una placa se desliza de lado a lado de otra, pero no se forma placa
nueva y no se consume ninguna placa vieja.

Los límites transformantes son, por lo tanto, definidos por una falla vertical en la que la
dirección de deslizamiento es paralela a la superficie de la Tierra.

El deslizamiento rompe la corteza y forma un conjunto de fracturas pronunciadas.

Hasta ahora hemos discutido solo los límites transformantes a lo largo de las dorsales
oceánicas.

Sin embargo, algunos límites transformantes, como la falla alpina de Nueva Zelanda, unen
trincheras, mientras que otros unen una trinchera a un segmento de cresta.

Además, no todas las fallas transformantes ocurren en la litosfera oceánica; algunos


atraviesan la litosfera continental.

La Falla de San Andrés, por ejemplo, que atraviesa California, define parte del límite de placa
entre la Placa de América del Norte y la Placa del Pacífico: la porción de California que se
encuentra al oeste de la falla (incluyendo Los Ángeles) es parte de la Placa del Pacífico,
mientras que la porción que se encuentra al este de la falla es parte de la Placa de América del
Norte (Fig. 15).
Figura 15: La Falla San Andrés y limites transformantes
¿Cómo se forman los límites de placas tectónicas?
La configuración de las placas y los límites de las placas visibles en nuestro planeta hoy en día
no han existido para toda la historia geológica, y no existirán indefinidamente en el futuro.

Debido al movimiento de las placas, las placas oceánicas se forman y luego se consumen,
mientras que los continentes se fusionan y luego se separan.

¿Cómo surge un nuevo límite divergente, y cómo un límite convergente deja de existir?

La mayoría de los nuevos límites divergentes se forman cuando un continente se divide y se


separa en dos continentes. Llamamos a este proceso rifting.

Un límite convergente deja de existir cuando una pieza de litosfera flotante, como un
continente o un arco insular, se mueve a la zona de subducción y, de hecho, atasca el sistema.
Este proceso se llama colisión.

Rifting continental
Una grieta continental es un cinturón lineal en el que la litosfera continental se separa.
Durante el proceso, la litosfera se estira horizontalmente y se adelgaza verticalmente, muy
parecido a un pedazo de caramelo que tiras entre los dedos.

Más cerca de la superficie del continente, donde la corteza es fría y quebradiza, el estiramiento
hace que la roca se rompa y que se desarrollen fallas.

Los bloques de roca se deslizan por las superficies de falla, lo que lleva a la formación de una
zona baja que gradualmente queda enterrada por los sedimentos.

Más profundamente en la corteza y en el manto litosférico subyacente, la roca es más cálida y


suave, por lo que el estiramiento se realiza de forma plástica sin romper la roca.

Toda la región que se extiende es la grieta, y el proceso de estiramiento se llama rifting.

A medida que la litosfera continental se adelgaza, la astenosfera caliente se eleva debajo de la


grieta y comienza a derretirse.

La erupción de la roca fundida produce volcanes a lo largo de la grieta.

Si la fricción continúa durante un tiempo suficientemente prolongado, el continente se divide


en dos, se forma una nueva dorsal medio oceánica y comienza la dispersión del lecho marino.

La reliquia de la grieta se convierte en un margen pasivo (véase la figura 1). En algunos casos,
sin embargo, la ruptura se detiene antes de que el continente se divida en dos; se convierte en
un canal bajo que se llena de sedimentos.

Entonces, la grieta permanece como una cicatriz permanente en la corteza, definida por un
cinturón de fallas, rocas volcánicas y una gruesa capa de sedimento.
Una grieta activa corta a través de África oriental; los geocientíficos se refieren acertadamente
a él como el Rift de África Oriental.

Para los astronautas en órbita, la grieta parece un corte gigante en la corteza. En el suelo,
consiste en un canal profundo bordeado en ambos lados por altos acantilados formados por
fallas.

A lo largo de la grieta, se forman varios volcanes; estos incluyen el monte con cresta de nieve
Kilimanjaro, que se eleva a más de 6 km por encima de la llanura.

Colisión
La India fue una vez un continente pequeño y separado que estaba muy lejos al sur de Asia.

Pero la subducción consumió el océano entre India y Asia, y la India se movió hacia el norte,
llegando finalmente al margen sur de Asia entre 40 y 50 millones de años.

La corteza continental, a diferencia de la corteza oceánica, es demasiado boyante para


subducirse.

Así que cuando la India chocó con Asia, la placa oceánica adjunta se rompió y se hundió en el
manto profundo mientras que la India empujó con fuerza y en parte bajo Asia, exprimiendo
las rocas y sedimentos que una vez se encontraban entre los dos continentes en lo que ahora
conocemos como las montañas del Himalaya.

Durante este proceso, no solo se elevó la superficie de la Tierra, sino que la corteza se hizo
más gruesa.

La corteza debajo de una cadena de colisión puede tener hasta 60 a 70 km de espesor,


aproximadamente el doble del grosor de la corteza continental normal.

El límite entre lo que una vez fue dos continentes separados se llama sutura; astillas de la
corteza del océano pueden quedar atrapadas a lo largo de una sutura.

Los geocientíficos se refieren al proceso durante el cual dos piezas flotantes de la litosfera
convergen y se juntan como colisión.

Algunas colisiones involucran dos continentes, mientras que otras involucran continentes y
un arco insular.

Cuando se completa una colisión, el límite de placa convergente que una vez existió entre las
dos piezas que colisionan deja de existir.

Las colisiones producen algunas de las montañas más espectaculares del planeta, como el
Himalaya y los Alpes.

También produjeron grandes cadenas montañosas en el pasado, que posteriormente se


erosionaron de manera que hoy solo vemos sus reliquias.
Por ejemplo, las Montañas Apalaches en el este de los Estados Unidos se formaron como
consecuencia de tres colisiones.

Después de la última, una colisión entre África y América del Norte alrededor de 300 Ma,
América del Norte se convirtió en parte del supercontinente Pangea.

¿Por qué se mueven las placas tectónicas?


Fuerzas que actúan en placas
Ahora hemos discutido las muchas facetas de la teoría de la tectónica de placas.

Pero para completar la historia, necesitamos abordar una pregunta importante: “¿Qué
impulsa el movimiento de las placas tectónicas?” ¿Por qué se mueven las placas tectónicas?

Cuando los geocientíficos propusieron la teoría tectónica de placas, pensaron que el proceso
ocurrió simplemente porque el flujo convectivo en la astenosfera arrastraba las placas
activamente, como si las placas estuvieran simplemente balsas en un río que fluye.

Por lo tanto, las primeras imágenes que mostraban el movimiento de la placa mostraban
células de convección simples, trayectorias de flujo elíptico en la astenosfera.

A primera vista, esta hipótesis se veía bastante bien.

Pero, en un examen más detallado, quedó claro que un modelo de células de convección
simples que llevan placas en la espalda no puede explicar la compleja geometría de los límites
de las placas y la gran variedad de movimientos de placas tectónicas que observamos en la
Tierra.

Los investigadores ahora prefieren un modelo en el que la convección, el empuje de las


dorsales y la tracción de losas contribuyan al movimiento de las placas tectónicas.

Miremos cada uno de estos fenómenos a su vez.

La convección está involucrada en el movimiento de las placas de dos maneras.

Recordemos que, en una dorsal medio oceánica, la astenosfera caliente se eleva y luego se
enfría para formar una litosfera oceánica que se aleja lentamente de la cresta hasta que,
finalmente, se hunde en el manto desde una fosa o trinchera.

Dado que el material que forma la placa inicialmente es caliente, se enfría y luego se hunde,
podemos ver la placa en sí misma como la parte superior de una celda de convección y el
movimiento de la placa como una forma de convección.

Pero desde este punto de vista, la convección es efectivamente una consecuencia del
movimiento de la placa, no la causa.

¿Puede la convección hacer que las placas se muevan? La respuesta puede provenir de
estudios que demuestren que el interior del manto, debajo de las placas, de hecho está
convectándose en una escala muy amplia.
Específicamente, los geólogos han descubierto que hay lugares donde la astenosfera más
profunda y más caliente está subiendo o surcando, y lugares donde la astenosfera más somera
y fría se está hundiendo o hundiéndose.

Tal flujo astenosférico probablemente ejerce una fuerza sobre la base de las placas. Pero el
patrón de surgencia y descenso en una escala global no coincide exactamente con el patrón de
los límites de las placas.

Así que, concebiblemente, el flujo de la astenosfera puede acelerar o ralentizar las placas
dependiendo de la orientación de la dirección del flujo en relación con la dirección de
movimiento de la placa que lo cubre.

La fuerza de empuje que se desarrolla desde una dorsal medio oceánica se observa en la.

Para comprender la fuerza de empuje de la dorsal, imagina que tienes un vaso que contiene
una capa de agua sobre una capa de miel.

Al inclinar el vidrio momentáneamente y luego devolverlo a su posición vertical, puede crear


una pendiente temporal en el límite entre estas sustancias.

Mientras que el límite tiene esta pendiente, la gravedad hace que el peso de la miel elevada
empuje contra el vidrio adyacente al lado donde la superficie de la miel se encuentra a menor
altura.

La geometría de la dorsal medio oceánica se asemeja a esta situación, para el fondo marino de
un océano, es así que la dorsal está más arriba que el fondo del mar de las llanuras abisales.

La gravedad hace que la litosfera elevada en el eje de la cresta empuje la litosfera que se
encuentra más alejada del eje, lo que hace que se aleje.

A medida que la litosfera se aleja del eje de la cresta, la nueva astenosfera caliente se eleva
para llenar el espacio.

Ten en cuenta que el movimiento ascendente local de la astenosfera debajo de la dorsal medio
oceánica es una consecuencia de la propagación del fondo del mar, no la causa.

La fuerza de tracción de losa y la fuerza que subduce surge simplemente porque la litosfera
que se formó hace más de 10 millones de años es más densa que la astenosfera, por lo que
puede hundirse en la astenosfera.

Por lo tanto, una vez que una placa oceánica comienza a hundirse, gradualmente arrastra el
resto de la placa detrás de ella, como un ancla que tira hacia abajo de la línea de anclaje. Este
“tirón” es la fuerza de tracción de losa.

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