Indígena
Indígena
Indígena
Indígena (del latín: indigĕna) es un término que, en un sentido amplio, se aplica a todo aquello
que es relativo a una población originaria del territorioque habita,1 cuyo establecimiento en el
mismo precede al de otros pueblos o cuya presencia es lo suficientemente prolongada y
estable como para tenerla por oriunda (es decir, originario de un lugar).2 Con el mismo
sentido se utiliza, con mayor frecuencia, el término muchas veces creído como
equivalente nativo, presente en expresiones como «idioma nativo» no es exactamente el
sinónimo de indígena ya que en su correcto significadonativo significa al nacido en un territorio
sea o no su linaje indígena del mismo. También es habitual utilizar términos como «pueblos
originarios», «naciones nativas» o «aborígenes».3
En sentido estricto y más habitualmente, se aplica la denominación indígenas a las etnias que
preservan las culturas tradicionales. Con este alcance, se denomina indígenas a los grupos
humanos que presentan características tales como:
DEFINICIÓN DE INDÍGENA
Del latín indigĕna, indígena es aquel originario del país de que se trata.
El concepto se refiere, por lo tanto, al poblador originario del territorio que
habita. Por ejemplo: “Este parque natural es protegido por los indígenas de la
zona”, “Tres indígenas chaqueños protestan frente a la Casa de Gobierno en
reclamo de tierras”, “Los indígenas sólo se acercan al pueblo cuando necesitan
acudir al hospital”.
Para que una población sea considerada como indígena, debe poder
acreditarse que su establecimiento en el territorio en cuestión precede al de
otros pueblos (como el caso de los indígenas americanos frente a los
europeos o sus descendientes) y que su presencia es estable y prolongada.
Existen varios conceptos que, según el contexto, se usan como sinónimos de
indígena, como aborigen, pueblo originario o hasta indio (por la
confusión de Cristóbal Colón al momento de llegar por primera vez
a América). En el sentido más habitual, la calificación de indígena se usa en
referencia a las etnias que mantienen tradiciones culturales no europeas.
En este sentido tendríamos, por tanto, que hacer referencia a lo que se
conoce como indígenas de América que, como su propio nombre indica, es
un término que se emplea para referirse a los pobladores originarios de
aquel continente así como a todo el conjunto de sus descendientes. En
concreto, a los descendientes que han apostado por mantener su cultura, su
forma de vida o incluso sus más ancestrales tradiciones.
De todos ellos merece la pena destacar las siguientes señas de identidad, que
dan muestra de su esencia, de su forma de ser y de sus valores:
• Estos indígenas tienen su origen en una serie de cazadores siberianos que
llegaron a América con el claro objetivo de asentarse en un nuevo lugar como
consecuencia de haber perdido su hogar a raíz de la última glaciación.
• El descubrimiento de América, por parte de Cristóbal Colón, fue el punto
de partida de una importante reducción de los pueblos indígenas. Y es que
algunos de los colonizadores no sólo apostaron por la evangelización de
aquellos sino que los sometieron a trabajos forzados y tomaron la decisión de
acabar con sus formas de vida.
• Diversos son los indígenas que han existido y existen en el continente
americano. Todos ellos se diferencian en cuanto a forma de vestir, de
recolectar, de hablar e incluso de relacionarse o bailar.
Qué es Indígena:
Indígena es aquel que pertenece a un pueblo originario de una región o
territorio donde su familia, cultura y vivencias son nativas del lugardonde
nacieron y han sido transmitidas por varias generaciones.
Indígena es sinónimo de nativo, aborigen, autóctono, indio.
La palabra indígena deriva del latín indigĕna que se compone de inde que significa
“ de ese lugar” y gens que significa “población” por lo tanto la palabra se refiere a
una población de un lugar determinado.
Los indígenas son los habitantes originarios de un territorio y se agrupan en
diferentes pueblos indígenas que tienen su propia cultura, lengua y tradiciones.
Algunos pueblos indígenas que existen hasta el día de hoy son, por ejemplo:
Guarijo o warihó (Chihuahua, México)
Guarijío o macurawe (Sonora, México)
Triqui o Driqui (Oaxaca; Sinaloa; Baja California; Sonora, México)
Purépecha (Michoacán, México)
Zacatecos (Zacatecas, México)
Nukak Maku (Guaviare, Colombia)
Guayaberos (Guaviare, Colombia)
Awá (Nariño, Colombia)
Mapuche (Región Bio-bio, Chile)
Vea también Indio.
Es difícil definir los diferentes pueblos indígenas debido a las fusiones entre ellos
formando nuevas comunidades y también debido a la pérdida de la lengua nativa
por las generaciones más jóvenes.
En Perú, por ejemplo, los pueblos indígenas son clasificadas según su familia
etnolingüística entre los que se encuentran: los Arawak, ls Aru, los Jíbaros, los
Pano, los Quechua y los Tupí-Guaraní, entre otros.
La Comisión Nacional para el desarrollo de los pueblos indígenas (CDI) en México
calcula que existen más de 50 etnias en dicho país donde cada pueblo tiene su
propia lengua entre las cuales se encuentran: el náhuatl, el chol, el maya, el tzotzil
, entre otros.
Una etnia —del griego clásico: έθνος ethnos, ‘pueblo’ o ‘nación’—1 es un conjunto de
personas que tienen rasgos culturales en común: idioma, religión, alimentación, festividades,
arte o vestimenta. Frecuentemente también comparten nexos históricos o territoriales. Todas
estas características y costumbres son conservadas a través de los años como símbolo de
identidad.
Índice
1Definición
2Debates al respecto
o 2.1Lingüística
o 2.2Cultural
o 2.3Genética
3Clasificación
o 3.1Por idioma
4Véase también
5Referencias
6Bibliografía
7Enlaces externos
Definición[editar]
El término «etnia» a veces se usa como un eufemismo para raza o como un sinónimo
para grupo minoritario, el término raza comprende los factores biológicos de un grupo
humano, como los factores morfológicos (color de piel, contextura corporal, estatura, rasgos
faciales, etc.) desarrollados en su proceso de adaptación a determinado espacio geográfico
y ecosistema (clima, altitud, flora, fauna, etc.) a lo largo de varias generaciones. Así, la palabra
«raza» es solo un concepto que ha sido asociado erróneamente al de etnia (etnia es un factor
sociocultural y escasamente biológico refiriéndose a la adaptación al clima dependiendo del
lugar donde se han desarrollado las generaciones anteriores), siendo la «raza humana»
una especie llamada Homo sapiens con variantes o subgrupos.
Históricamente, la palabra «etnia» proviene del adjetivo griego ethnikos. El adjetivo se deriva
del sustantivo ethnos, que significa ‘gente o nación extranjera’.
QUE ES UNA ETNIA: Es un Conjunto de personas que pertenece a una misma raza y,
generalmente, a una misma comunidad lingüística y cultural.
Valores indígenas
Los pueblos originarios son los custodios de una cosmovisión basada en valores
que caracterizan su estrecho y profundo vinculo con la vida.
En medio de la acuciante crisis global contemporánea, la recuperación de los valores
esenciales de esa cosmovisión originaria no solo resulta imprescindible para el
afianzamiento de las identidades de los propios indigenas sino que coincide con la
búsqueda de muchas personas en pos de sociedades más justas, integradas,
sustentables, y celebrantes de la diversidad cultural. Esta coincidencia permite hoy un
nuevo acercamiento que era impensable tiempo atrás y fundamentalmente nos habla
del inmenso aporte que los pueblos indigenas están en condiciones de hacer a través
de estos valores, enraizados en un marco de omnipresente espiritualidad
Estos valores son :
Índice
1Grupos étnicos
o 1.1Etnias arahuacas
1.1.1Wayuu
1.1.2Añú
1.1.3Wanikua
1.1.4Baniva o kurripako
1.1.5Piapoco
o 1.2Pueblos caribes y amazonas
1.2.1Pemon
1.2.2Kariña
1.2.3Panare
1.2.4Yukpa
1.2.5Chaima
1.2.6Japrería
1.2.7Maquiritare o Yekuana
1.2.8Akawayo
1.2.9Yabarana
1.2.10Mapoyo
o 1.3Pueblos yanomami
1.3.1Yanomami
1.3.2Sanema
o 1.4Etnia chibcha
1.4.1Barí
o 1.5Etnias Makú
1.5.1Puinave
1.5.2Hoti
o 1.6Etnias tupí
o1.7Etnias saliva
1.7.1Mako
1.7.2Saliva
1.7.3Wottuja-Piaroa
o 1.8Etnias guahibas
1.8.1Cuiva
o 1.9Etnias sin conexión lingüística conocida
1.9.1Waraos
1.9.2Waikerí
1.9.3Pumé
1.9.4Sapé
1.9.5Uruak
o 1.10Pueblos jirajaras
1.10.1Jirafa
2Historia de los pueblos originarios de Venezuela
o 2.1Prehistoria
o 2.2Época colonial
2.2.1Conquista de Venezuela
o 2.3Siglo XVII
2.3.1Siglos XVIII y XIX
o 2.4Siglos XX y XXI
2.4.1Tierras indígenas
2.4.2Situación actual
3Sociedad agrícola
4Referencias
5Enlaces externos
Grupos étnicos[editar]
Véase también: Idiomas de Venezuela
Artesanía wayúu.
Yukpas
Chaima[editar]
Los chaimas hoy en día han desaparecido como grupo étnico claramente distinto. Se
encuentran descendientes de estos indios fuertemente mezclados con el resto de los
venezolanos en la zona del Sur del estado Sucre y el Norte de Monagas.8 Su idioma ya está
extinto, pero hay algunos esfuerzos por revitalizarlo.
Como todos los pueblos aborígenes, basaban su visión del mundo en sus mitemas y sistemas
de creencias,heredados por vía oral de sus remotos antepasados. Cultura: era la artesanía y
Cultura culinaria.
Japrería[editar]
Los japrerías son un grupo amenazado con la desaparición. Se encuentran en una comunidad
en el Noroeste del estado Zulia.
Los Japreria es un idioma de la familia caribe, en peligro de extinción. Lo habla una reducida
comunidad (95 según 2002 SIL) en la parte norte de la Sierra de Perijá, en el estado Zulia,
Venezuela. Japrería también se conoce como 'Yapreria'. El Japreria es un idioma de la
subrama costera del grupo Norte de la familia de idiomas caribes. El yukpa es la lengua caribe
más próxima. Pertenecen a la familia lingüística Caribe. Antiguamente se les llamaba
“motilones mansos”. Los Japreria son habitantes de la Sierra de Perijá y su Piedemonte. Viven
en las cuencas de cuatro ríos que surcan las estribaciones centrales de la Sierra, en territorios
colindantes con los de otras etnias que habitan la zona. Durante mucho tiempo fueron
considerados como un subgrupo o parcialidad de la etnia Yukpa, y ese es el tratamiento que
se les dio en el censo indígena de 1992. Sin embargo en la actualidad ellos mismos han
luchado, incluso ante las autoridades competentes, por reivindicarse como una etnia
diferenciada. Habitan en viviendas de un solo ambiente (varias familias), construidas en paja y
piso de tierra. No utilizan tatuajes, perforaciones en la piel ni otra práctica similar. De los
orígenes hay poca información. Se resistieron al dominio español, pero sin lucha son
descendientes de los caribe. En lo profundo de la sierra de Perijá, cerca de las cabeceras de
los ríos Lajas, Socuy y Palmar desarrollaron sus primeros asentamientos. Tal como sus
vecinos del sur, los baris, el pueblo de Japreria pasó mucho tiempo internado en el corazón de
la selva y fueron necesaria más de dos centurias para que pudieran conocerse tan solo
algunas versiones, no muy precisa, acerca de su existencia, sus costumbre y su cultura. En
cuanto a su ubicación es muy recóndita ha sido muy compleja, en la época colonial a los
españoles se le dificulto dar con este pueblo que nunca se caracterizó por tener una población
numerosa. Entre 1492 y 1690 los colonos y las misiones evangelizadoras que llegaron al
occidente de Venezuela no supieron la existencia de estos indígenas. La organización social y
la ubicación geográfica y los rasgos físicos de los Japreria han ayudado a establecer relación
entre estos pueblos. Entre las investigaciones se ha dado el del idioma Japreria e elemento
que ha hecho descartar varias teorías sobre el origen de esta etnia y su filiación a otro pueblo.
Según el Prof. Luis Oquendo, en un trabajo de investigación de la Universidad del Zulia
(2.004) desmintieron la filiación entre los Japrerias y los Yukpas, pues se diferencia por su
organización social y por su idioma. En su ensayo vibrante uvular y la aproximante labio dental
de la Lengua Japreria como cultura fonológica Oquendo cita informes del Ministerio de
Educación 1986 que todos los hablantes Yukpa se entienden entre sí salvo un pequeño grupo
llamado Japreria, y revierte esa teoría al probar que existen diferencia entre el yukpa y el
Japreria, que demuestra que no se trata de un mismo pueblo pues cada uno desarrollo un
sistema de expresión oral propio, con diferentes significado y representaciones simbólicas.
Según refiere Oquendo, los nativos de esta etnia son criadores de ganado vacuno y caprino
para el auto consumo. No se dedican a la cestería ni a la artesanía. Según Emilio Monsoyi,
refieren que los Japreria y los Yukpa son pueblos distintos con lenguas diferentes, ambas con
procedencia de la familia caribe.
Haciendo referencia, en el libro de los Pueblos indígenas Bari/ Japreria, que la etnia Japreria
quedó sumergido en las aguas de una represa, estas inundaciones planificada por los criollos,
lo convirtió en un pueblo errante a final del siglo XX y inicio del siglo XXI. La gran inundación
que borra del mapa a todo ser viviente no es para el pueblo Japreria un acontecimiento de
tiempo remoto. La represa una obra monumental para albergar 190.000 m3 de agua significa
un gran paso para la región pues garantiza el agua en todo el año. Pero los sucesivos
embates de las aguas de los ríos Palmar y Laja obligan al pueblo Japreria a emigrar en busca
de un nuevo sitio de asentamiento, ya que los mismo conviven en las riberas de los ríos. En
cuanto al marco legal hoy en día se refiere a los derechos de las comunidades indígenas
incluye a la inserción de la constitución Bolivariana de Venezuela. De un artículo que
establece que todas las actividades susceptibles de generar daños a los ecosistemas deben
ser previamente acompañados. Por referencia del libro, dice que los productos agrícolas a los
que mayor importancia da la cultura Japreria son la yuca, el tabaco y el cambur. Entre las
proteínas que conforman su dieta destacan los monos, paujíes y lapas.
Del intercambio con la cultura criolla los Japreria han aprendido a criar ganado para el
consumo y la venta. También han modificado la estructura de su vivienda tradicional y se
registran la existencia de viviendas que responden el concepto criollo de la misma, es decir
existe una transculturización. El aislamiento lingüístico de los Japreria, aunado a su
aislamiento geográfico, pues han habitado en zonas recónditas de la sierra de Perijá. Se
registran poco contacto debido a su difícil acceso a la zona rural. El idioma de los Japreria de
raíces caribe y utilizados solo por ellos, fue un elementos clave para que hayan sido
reconocido como un pueblo de identidad propia, independiente de otro grupo de indígenas con
los cuales se le solía asociar. Todos los nativos de la cultura Japreria conocen y utilizan su
lengua originaria un alto porcentaje de ellos conocen y utilizan el castellano. Refiere Rita
González, cineasta, que Sáapreye…hijos de la caña brava narra las vivencias de una de las
cinco etnias originarias del estado Zulia. Sáapreye, en su idioma, llamada por los criollos
Japreria, es una etnia con un alto porcentaje de mestizaje y pérdida de valores culturales
propios. Hoy día un pequeño grupo con sólo 71 familias conforman la comunidad, pocos
indígenas Sáapreye son puros, se han mestizado y desconocen sus costumbres a pesar de
permanecer dentro de su mismo territorio. Los Sáapreye fueron esclavizados por otros
pueblos indígenas, desplazados por los colonos debido al valor de sus tierras y perseguidos
por los capuchinos para convertirlos al catolicismo. Mamá Shuta, una sabia anciana, sáapreye
pura, con más de 101 años de edad es una de las guardianes de la historia de los indígenas
Sáapreye. Responsable de atesorar la esencia étnica de esta comunidad. Los ojos de Mamá
Shuta nos cuentan la historia de los Sáapreye…hijos de la caña brava una historia de agresión
y persecución de hace más de 400 años. Conoceremos cómo el acercamiento con otras
etnias y culturas aíslan a los Sáapreye de su propia identidad; perdiendo parte de la esencia
ancestral depositada en su cultura. El nusáa (gente blanca), como ellos identifican a los
criollos, ha entrado en un espacio originario de los hermanos Sáapreyes, provocando un
cambio y desvío de sus costumbres, interfiriendo así en sus pensamientos, voces y acciones,
que por décadas han caracterizado a los pueblos indígenas como raíces de la venezolanidad.
Sáapreye…hijos de la caña brava es un documental que busca conocer a este pueblo
indígena que se encuentra condenado a un desvanecimiento étnico, la idea se encuentra
enfocada en crear conciencia ante los arrebatos vividos durante la imposición de una cultura
mucho más dominante, la cultura occidental.
Las enfermedades parasitarias representan un problema médico, económico y social,
afectando a todas las clases sociales, pero principalmente a los estratos socioeconómicos
más bajos. Para determinar la prevalencia de enteroparásitos en la comunidad indígena
Japrería, ubicada en la sierra de Perijá, Estado Zulia, Venezuela, se procesaron 191 muestras
fecales correspondientes a individuos de ambos sexos con edades comprendidas entre 1 mes
y 86 años. Las muestras fueron analizadas a través de los métodos coproparasitológico
directo y por la técnica de concentración formol-éter. Se encontró una elevada prevalencia de
enteroparásitos (82,20%) y un predominio del poliparasitismo (78,98%), con asociaciones
entre especies comensales y patógenas. No se observó diferencia significativa de
susceptibilidad entre la prevalencia de parásitos y el sexo (p>0,05). En cuanto al grupo etario,
el estrato más afectado resultó ser el de adultos jóvenes (20-39 años; 25,48%). Las especies
de protozoarios más frecuentes fueron Blastocystis hominis (46,07%), Entamoeba
coli (42,93%) y el complejo Entamoeba histolytica/Entamoeba dispar (34,03%). Entre
los helmintos, Ancylostomideos (30,89%), Ascaris lumbricoides (9,95%) e Hymenolepis
nana (4,19%) ocuparon los primeros lugares. La presencia incrementada de enteroparásitos
se relaciona con el escaso saneamiento ambiental en esta comunidad indígena, por lo que los
resultados avalan la importancia de diseñar programas de control específicos para disminuir
los factores condicionantes presentes, lo cual tendría impacto en el descenso de las
infecciones parasitarias.
Maquiritare o Yekuana[editar]
Los yekuanas son una de las etnias más numerosas del grupo caribe. Viven ante todo en el
Noreste del estado Amazonas y el Suroeste del Estado Bolívar.
Akawayo[editar]
Son un pueblo indígena suramericano de la familia de los Caribes. Son unas 6000 personas
distribuidas entre Guyana, Venezuela y Brasil.
Yabarana[editar]
Los pueblos indígenas Yabarana en Venezuela eran los más numerosos del Ventuari en el
municipio Manapiare del Estado Amazonas, actualmente es uno de los pueblos indígenas con
una población repartida en cinco comunidades mixtas que está en riesgo de desaparición.
Mapoyo[editar]
Este grupo Étnico se encuentra ubicado en el Municipio Autónomo Cedeño, del Estado
Bolívar. El 25 de noviembre de 2014 fue incluido en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial
de la Humanidad, en la lista de salvaguardia urgente y es la primera lengua indígena
venezolana declarada por la UNESCO.
Son un pueblo caribeño que originalmente procedente de la zona nor-oriental de Venezuela,
pero fueron desplazados de su zona a causa de la colonización española en América, hoy en
día existen, pero siendo una liga de yanomamis y waikas, los que todavía se mantienen
waikas son pocos y están esparcidos en el Estado Bolívar, Venezuela.
Pueblos yanomami[editar]
Los pueblos yanomami se hallan ante todo en la zona Este y Sur del estado Amazonas y en el
Suroeste del Estado Bolívar. Han sido uno de los grupos que mantuvieron un mayor
aislamiento respecto a los occidentales. En las últimas décadas han sufrido especialmente por
la penetración de mineros ilegales, traficantes y otros grupos foráneos.
Yanomami[editar]
Los yanomami habitan una zona entre Perú y Brasil. Empezaron a expandirse a finales del
siglo 6 en territorio de los maquiritares, pero han sufrido en las últimas décadas por la presión
demográfica de criollos en su territorio.
Vivienda yanomami.
Sanema[editar]
Este grupo habita ante todo en el estado Bolívar de Venezuela, así como en la frontera con
Brasil.
Etnia chibcha[editar]
Se ubican mayormente en el Estado Zulia.[cita requerida]
Barí[editar]
Los barís se hallan en el Zulia en la frontera con Colombia, frente a la población de
Machiques.
Etnias Makú[editar]
Puinave[editar]
Los Puinave son un pueblo amerindio que habita en aldeas dispersas en la cuenca del río
Inírida en el departamento del Guainía y el oriente del departamento del Guaviare, al oriente
de Colombia y las fronteras con este país de Venezuela y Brasil. Ocupan una zona
transicional entre la selva amazónica y los Llanos de la Orinoquia.
Hoti[editar]
Habitan en el Amazonas venezolano. Su territorio se encuentra en el sudoccidente del estado
Bolívar, río Kaima, tributario del Cuchivero, municipio Cedeño, en la parroquia Ascensión
Farreras, donde hay 12 comunidades hoti; y al norte del estado Amazonas, municipio Atures,
donde hay 14 comunidades en la zona del caño Iguana, tributario del Asita, al occidente de la
Serranía de Uasadi, y en el río Parucito. .9
Etnias tupí[editar]
Etnias saliva[editar]
Mako[editar]
Es un pueblo indígena.
Saliva[editar]
Los saliva son un pueblo que vive entre Colombia y Venezuela. En Venezuela viven ante todo
en el estado Amazonas. Alexander von Humboldt los describió en su obra de los Viajes a las
Regiones Equinocciales.10
Wottuja-Piaroa[editar]
La población de piaroas se estima en unas 12.000 personas. Habitan ante todo en las orillas
del Orinoco,Municipio Autónomo Cedeño del estado Bolívar, y también en el Estado
Amazonas entre Venezuela y Colombia. La etimología de la palabra 'piaroa' aún es discutible.
El grupo se autodenomina wottuja o wottoja, que significa gente pacífica y calmada.
Etnias guahibas[editar]
Cuiva[editar]
El pueblo Cuiva pertenece a la familia lingüística Guajiba, que se denomina a sí mismo Jivi
(gente) en el territorio venezolano y Jivi Wamone (gente familia) en el territorio colombiano.
Habitan las sabanas limítrofes entre Venezuela y Colombia. En Venezuela se encuentran
localizados al suroeste de la región llanera del estado Apure, específicamente en la margen
derecha del alto Capanaparo, aproximadamente a unos 30 kilómetros del pueblo de Elorza, en
los asentamientos conocidos como Barranco Yopal y El Paso, desde donde se movilizan
constantemente recurriendo a la instalación de campamentos temporales que ubican entre la
región comprendida entre los ríos Capanaparo, Riecito, Meta, Cinaruco, Caribe, Arauca y la
población de Elorza (Coopens, 1975; Hurtado & Hill, 1987).
En territorio colombiano, los Cuiva están emplazados al noreste de la región llanera, en el
resguardo de Caño Mochuelo, ubicado en el departamento de Casanare, donde conviven con
miembros de otros grupos indígenas de la misma familia Guajibo, entre ellos los Amorua,
Sikauni y Yamaleros. La familia lingüística guahiba está compuesta por diversos subgrupos
lingüísticos que incluyen a los Sikuani, Cuiva, Yamalero o Guahibo playero. Maciguare,
Macaguan , Amorua y Sirupus. Tradicionalmente, los Cuiva utilizan como vivienda temporal la
casa indígena localizada en Cravo Norte, en el departamento del Arauca y mantienen
campamentos temporales en áreas adyacentes a los ríos Casanare, Ariporo y Meta (Coopens,
1975; Hurtado & Hill, 1987; Sumabila 1985, 2005).
La cosmología Cuiva explica el mundo a partir de tres horizontes superpuestos reflejo de su
mundo real: un nivel bajo (el agua), uno medio (la tierra), y uno alto (el cielo, las nubes). En
cada horizonte o nivel es posible la vida de los Cuiva, ya que se consiguen en estos, un
ambiente de sabana y un ambiente de río (arenales) con elementos de la flora y la fauna,
propios del llano. La Cuiva del “otro mundo” no incluye ningún lugar distinto al reino del “cielo,
de la abundancia y la felicidad”, tal como podría ser el purgatorio o el infierno para los
católicos. Se refieren a su origen y a su territorio ―en conjunto con el de algunos pueblos
indígenas vecinos― como un lugar geográfico específico procedente de debajo de la tierra y
donde un grupo de ellos, viven lejos del lugar donde tuvieron origen, apremiados por la
migración y la presencia de los criollos en su territorio (Sumabila 1985, 2005).
Aunque los Cuiva, al igual que los Pumé, han sido afectados por la expansión criolla y por
diversos programas gubernamentales mal implementados, hasta el presente, se han
mantenido como cazadores y recolectores. En el año 2001 la población Cuiva alcanzaba a
1050 personas, 450 en territorio venezolano y 600 en Colombia. El crecimiento demográfico
de este grupo étnico se ha visto afectado en los últimos 30 años por una serie de
enfermedades asociadas a las nuevas condiciones de vida impuestas a través del proceso
forzado de sedentarización al que ha sido sometido (Coopens, 1975; Hurtado & Hill, 1987;
INE, 2001; Sumabila 1985, 2005). Así mismo, estos factores han incidido en que parte de su
población, trabaje como mano de obra agrícola en hatos criollos, pasando a formar parte de
una población en condiciones de pobreza en el ámbito rural, lo que ha traído como
consecuencia, el desmejoramiento de su calidad de vida (Hurtado & Hill, 1987; Sumabila
1985, 2005).
Es conocida la situación de persecución y racismo sufrido por los Cuiva durante décadas de
parte de la población criolla, sustentada en un infortunado interés por las tierras ocupadas
ancestralmente por este pueblo indígena, junto a los Pumé (Yaruro) y los Jivi (Guajibo). Son
frecuentes los testimonios que narran cómo los Cuiva, en los dos siglos pasados, fueron
objeto de masacres llevadas a cabo por colonos, actividad conocida como Guajibear o Cuivear
(cazar Guajibos o Cuivas) y común por largo tiempo en esta zona. Tristemente célebre fue la
matanza del pueblo Cuiva acaecida en el hato de la Rubiera en 1967, más adelante siguieron
siendo masacrados por los dueños de hatos y peones criollos, sin que las autoridades locales
y nacionales, se inmutaran ante este hecho (Mosonyi & Jackson, 1990; Sumabila, 2005).
Etnias sin conexión lingüística conocida[editar]
Hay diversos pueblos cuyos idiomas son clasificados como aislados por no estar
emparentados con ningún otro idioma conocido.
Waraos[editar]
Mujeres waraos del municipio Antonio Díaz muestran cestería típica de su región.
Los waraos son, después de los wayúus, la segunda etnia más numerosa de Venezuela.
Habitan ante todo el Delta del Orinoco y zonas cercanas en la costa. Son expertos en el uso
de las canoas. Están muy bien adaptados a la vida en los manglares. Humboldt contaba que
los guaiqueríes de Margarita decían que sus antepasados hablaban una forma de warao.
Waikerí[editar]
Este pueblo, ahora extinto, habitaba la isla de Margarita y las costas de lo que ahora es Sucre.
Pumé[editar]
Los yaruro o pumé habitan a orillas del Orinoco y sus tributarios, ante todo en el centro y
oriente del estado Apure. Su número se estima en unos 5500 individuos.
Sapé[editar]
En 2008 se encontraron unos pocos Sapé de edad avanzada. El Sapé es uno de los más
pobremente atestiguado idiomas existentes en América del sur, y puede ser una lengua
aislada. Hoy, sin embargo, no hay datos lingüística sobre la lengua. También se les puede
decir, que son un grupo indígena guajiro del estado Bolívar.
Uruak[editar]
Los uruak, arutani (otros nombres: aoaqui, auake, auaqué, awake, oewaku, orotani, urutani)
Habitan en la zona de Roraima y límites con Brasil. Hay solo un par de docenas de ellos. La
mayoría se ha mezclado con las etnias pemonas o nianames.
Pueblos jirajaras[editar]
Jirafa[editar]
Habitaban en Siquisique, Baragua, las vertientes al sur de Barquisimeto y Yacambu; Sabana
de Guache, Cerro Blanco, El Degredo y proximidades de Sanare. Eran agricultores, artesanos
y cazadores. Su estructura social se conformaba por cacicazgos, consejo de ancianos y la
tribu. Su estructura política se conformaba por el cacique, el chamán y la tribu. En cuanto a
manifestaciones culturales eran politeístas. Las lenguas jirajaranas o jirajiranas son un grupo
de lenguas extintas que se hablaban en el oeste de Venezuela, en las regiones de Falcón y
Lara. Se cree que todas las lenguas se extinguieron a principios del siglo XX.
Palafitos muy frecuentes en la zona del Zulia (Laguna de Sinamaica) y el Delta del Orinoco
Sociedad agrícola[editar]
La sociedad agrícola corresponde al periodo de tiempo caracterizado por la exclusiva
dependencia económica de productos agrícolas. De allí surge un modelo económico en donde
se esbozan los elementos tierra, trabajo y capital como fundamentales para el desarrollo de la
economía de un pueblo. Bajo este modelo económico existen diferentes actores como son los
terratenientes, los campesinos, los exportadores y distribuidores. Cada uno con papeles
diferentes y con un estatus marcado por el ingreso obtenido.
En una sociedad como la actual, la materia prima representa un porcentaje de la cadena de
producción, tal vez el que menos valor posee y el que más esfuerzo genera. Es la ciencia y la
aplicación de conocimientos los que dan un valor agregado a esa materia prima, por ello, ser
país netamente agrícola en el mundo de hoy trae como consecuencia bajos niveles de calidad
de vida y una posición marginal y poco o nada competitiva frente a los demás países.
Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela
Capítulo VIII - De los Derechos de los Pueblos Indígenas Artículo 119 °
Artículo 119
Artículo 120
Artículo 121
Artículo 122
Artículo 123
Artículo 124
Artículo 125
Artículo 126
Resumen
Abstract
This article analyzes, from a legal and historical perspective, the different territorial
policies pursued by the Venezuelan State, paying particular attention to the current
process of indigenous land and habitat demarcation. For an understanding of this new
form of indigenous territorialization, the author examines the institutional and
instrumental aspects of the land demarcation, the practical implications of certain
concepts related to territorial dispositions, the technical difficulties that have emerged
with these procedures, and the role of anthropology in assisting this process. In spite
of the current legal framework backing indigenous rights in Venezuela, there is still an
enormous distance between the State’ s discourse on indigenous questions and the
effective granting of the collective land titles which the discourse promises.
Introducción
El fin del siglo XX ha marcado una importante etapa para los pueblos indígenas en
América Latina al abrirse un compás de alternativas y de reconocimientos por parte de
los Estados-nación hacia estos grupos étnicos. En estos últimos años, los indígenas
han emprendido procesos significativos de revitalización cultural frente a las
sociedades nacionales. Éstos se han caracterizado, entre otros, por el resurgimiento de
los movimientos sociales indígenas que claman sus derechos y reivindicaciones como
pueblos originarios, la participación directa de representantes indígenas en espacios
políticos regionales y nacionales, y los procesos de reindianización de comunidades que
habían perdido o simplemente disimulado sus identidades étnicas ante la
neocolonización. Al mismo tiempo, estas acciones indígenas, con el apoyo de ONG y
profesionales de diferentes áreas, han creado espacios de discusión para fomentar
transformaciones en materia de derechos humanos en las esferas internacionales y
nacionales. Estos cambios son evidentes en las instancias jurídicas de organismos
internacionales como la ONU y la OEA, y en diversas Constituciones nacionales que
explícitamente reconocen los derechos indígenas. Aunque la cuestión indígena es única
en cada país de acuerdo con su población y diversidad étnica, sistemas políticos
nacionales y representaciones sociales que se han construido sobre los indígenas en
cada nación, el caso de Venezuela forma parte, indiscutiblemente, de este
resurgimiento indiano de corte étnico-jurídico ocurrido en los últimos quince años en
Latinoamérica.
Desde la llegada de los europeos a América, los pueblos indígenas han estado
amenazados por los procesos de colonización cultural y la usurpación y control de sus
territorios. A fin de reglamentar y organizar las áreas que ocupaban tradicionalmente
los indígenas, la Colonia instituyó diferentes formas de disposición territorial como las
encomiendas, las reducciones y los pueblos de indios, entre otras, que dependían de
las directrices de la Corona española.
A pesar de que estas leyes insistían en la derogación de los resguardos, estas políticas
territoriales fueron difíciles de implementar debido a problemas administrativos y a la
misma resistencia indígena a entregar sus tierras comunales para su repartición. Es
durante la presidencia de Guzmán Blanco que la propuesta de extinguir los resguardos
indígenas cobra nuevamente relevancia. Ésta, entre las muchas políticas establecidas
en ese periodo, permitiría aplicar los proyectos económicos liberales y reorganizar de
manera más centralizada la nación. Así, la Ley del 2 de junio de 1882 sobre Reducción,
Civilización y Resguardo establecía la derogación definitiva de los resguardos indígenas
con excepción de las comunidades indígenas que existían en los Territorios Amazonas,
Alto Orinoco y la Guajira, que serían administradas por el Ejecutivo Federal. También
planteaba que con la incorporación voluntaria de los indígenas a una “ vida
civilizada” , se les otorgaría hasta un perímetro de veinticinco hectáreas de tierras
baldías. Al reconocer como indígenas sólo a aquellos asentados en zonas fronterizas,
las tierras y las identidades indígenas comenzaban a ser posicionadas por el Estado en
función de una territorialización confinada y limítrofe. Posteriormente, la Ley sobre
Protección y Civilización de 1884, flexibilizó un poco la derogación de los resguardos
(Coppens, 1971), y determinó que los indígenas tendrían un plazo de dos años para
demostrar la ocupación de sus tierras; de lo contrario éstas serían consideradas como
tierras baldías (artículo 4, ver Armellada, 1977). Esta ley reconocería que las
comunidades indígenas seguían siendo las dueñas de sus respectivos resguardos,
siempre y cuando procedieran “ irremisiblemente a su división como propiedades de
ellos” . Aunque esta legislación instituía la legitimación de la propiedad individual,
también permitió que algunas comunidades indígenas ratificaran su ocupación en estos
territorios y reterritorializaran las áreas ya ocupadas por ellos. La ley de 1904 confirma
esta disposición de otorgar a los indígenas la posibilidad de formalizar la propiedad
individual de la tierra, pero esta vez sin límite de tiempo (Coppens, 1971). En todo
caso, aunque estas leyes buscaban si no la desaparición total al menos la división de
los resguardos indígenas, es cierto que muchas comunidades indígenas no solicitaron la
repartición territorial ni legalizaron estas propiedades individuales usufructuándolas de manera
colectiva.
Estos grupos indígenas fronterizos que ocupaban tierras baldías quedaron luego bajo la
tutela y adoctrinamiento de varias órdenes religiosas de acuerdo con lo establecido en
la Ley de Misiones de 1915 y su reglamento de 1921 2. El Estado concedió a los
misioneros católicos (capuchinos y salesianos) la tarea de reducir, evangelizar y educar
a los indígenas que debían incorporarse progresivamente a la vida ciudadana. Aunque
el Estado venezolano no otorgó, vendió o repartió tierras indígenas entre las misiones
religiosas, si les delegó a los vicariatos apostólicos, de acuerdo con sendas
resoluciones oficiales, la jurisdicción para el control y regulación administrativa de
estos territorios habitados por los indígenas. Con la concesión administrativa de estas
zonas fronterizas, la vida indígena y el uso de sus territorios iban a depender de las
decisiones y normativas misioneras.
Esta ley se articula luego con el muy citado artículo 77, cláusula 2, de la Constitución
nacional de 1961, el cual de manera general establece que:
Cuadro 1.
Títulos otorgados por el programa de dotación de tierras del IAN según grupo
indígena y extensiones de tierras (1972-1993)
No. de No. de
Superficie
Tipo de Grupo
Entidad dotada
dotaciones Indígena Comunidade Familia
(hectáreas)
s s
Amazonas 95 Títulos Baniva 6 82 22.800
provisionales/ Bare 2 29 14.000
Curripaco 7 87 98.600
7 Guahibo 33 598 153.030
Autorizaciones Guaraquena 1 30 40.000
de uso, goce y
Maco 4 59 13.000
disfrute
Piapoco 2 57 3.850
Piaroa 27 607 223.645
Puinabe 5 67 18.500
Yanomami 1 17 10.000
Ye'Kuana 8 179 215.000
Yeral 4 30 102.000
Saliva/Guahi-
bo/criollo 1 16 1.516
Criollo/Mapoy
o y Piapoco 1 46 10.000
9 Títulos
provicionales/
Anzoáteg
1 definitivo/
ui
Reconoc. de
títulos
coloniales Kariña 12 754 23.146
3 Títulos
Provisionales/
Pume 22 168 214.094
3 definitivos/
Apure
1 provisional
intercomunitari
o/ 1 definitivo
intercomunitari
o Cuiva 3 78 9.893.75
15 Títulos Kariña 2 60 10.154
Provisionales/ Mapoyo 1 19 45.000
Panare 1 50 14.400
6 definitivos/
Pemon 12 527 111.554
Bolívar
1 provisional
intercomunitari
o/ 1 definitivo
intercomunitari
o Piaroa 6 225 100.000
Delta 3 Títulos
Amacuro Provisionales Warao 3 62 3.060
3 Títulos
Monagas
Provisionales Warao 3 93 3.500
No
Catastro a dos
Sucre reportad
comunidades
No reportado 2 o No reportado
14 Títulos
Zulia Provisionales y
catastros Yucpa 14 302 36.872
142 Títulos
Totales Provisionales y 1.497.614,7
12 Definitivos 22 183 4242 5
Fuente: Elaborado en base a los datos recopilados por Cooperativa Makunaima, 2005.
Otra figura jurídica de control y manejo de tierras fueron las áreas protegidas
decretadas por el Estado y administradas por el Ministerio del Ambiente y de los
Recursos Naturales, sobre todo a finales de los años 70. El objetivo principal de estas
zonas protegidas, denominadas áreas bajo régimen de administración especial
(Abraes), era conservar los recursos naturales existentes a través de figuras como
parques nacionales, monumentos naturales, reservas forestales, zonas protectoras,
etc. Sin embargo, muchas de estas áreas protegidas se instauraron y sobrepusieron en
zonas habitadas por población indígena, particularmente en los estados Bolívar y
Amazonas. Esto trajo varios inconvenientes, entre ellos: discrepancias entre lo
establecido en la normativa de las Abraes para proteger el ambiente y la presencia y
usufructo de las tierras por parte de los indígenas; las áreas protegidas no reconocían
las formas tradicionales indígenas de uso y manejo de los recursos; y, al decretarse
estas figuras, los indígenas no tendrían posibilidad de solicitar títulos de propiedad
colectiva. En 1991, el Estado decreta además dos Reservas de Biosfera la del Alto
Orinoco-Casiquiare y la del Delta del Orinoco. Aunque esta figura contempla la
presencia de población indígena, el Ministerio del Ambiente no llegó a elaborar sus
planes y reglamentos de uso. Por lo tanto, estas políticas territoriales de corte
ambiental y conservacionista apenas consideraron la existencia y la participación de
grupos indígenas en el manejo de estas áreas protegidas; y en algunos casos se ha
argumentado que han servido incluso como escenarios para la invasión minera.
Para hacer efectivo el derecho constitucional de los indígenas sobre sus tierras, el
Estado decreta el 12 de enero del 2001 la Ley de Demarcación y Garantía del Hábitat y
Tierras de los Pueblos Indígenas (LDTPI 2001) y conforma, según decreto presidencial
Nº 1392, la Comisión Nacional de Demarcación del Hábitat y Tierras de los Pueblos y
Comunidades Indígenas el 9 de agosto de ese mismo año (Gaceta Oficial Nº
37.257). Esta ley tiene como objetivo sistematizar y regular la elaboración,
coordinación y ejecución de las políticas públicas relativas a la demarcación de los
hábitat y tierras indígenas en el país, y garantizarles su derecho a la propiedad
colectiva (artículo 1, LdtpiI 2001), la cual estará a cargo del Ministerio del Ambiente y
de los Recursos Naturales. Ella señala, nuevamente, el reconocimiento y los derechos
originarios de los pueblos indígenas sobre sus tierras y la necesidad de llevar a cabo la
demarcación de manera conjunta entre el Ejecutivo nacional y los pueblos,
comunidades y organizaciones indígenas (artículos 4 y 8).
Frente a este panorama jurídico tan favorable cabe preguntarse por qué el proceso de
demarcación de tierras indígenas ha sido tan lento, engorroso y accidentado si la
legislación reconoce plenamente los derechos indígenas y si las condiciones políticas
están dadas para que los indígenas participen en la demarcación de sus tierras. Más
allá de que este proceso de territorialización resulta ser un acontecimiento inédito
tanto para el Estado como para los pueblos indígenas y demás actores sociales,
considero que las dificultades residen en los aspectos instrumentales y administrativos
del proceso, y sobre todo en la incongruencia entre la retórica discursiva del gobierno y
las acciones reales que se adelantan en el proceso de demarcación. Este aspecto se
refiere, en especial, a las formas de participación indígena y al otorgamiento de
grandes extensiones colectivas de tierras.
La problemática de la demarcación de tierras tiene que ver, por lo tanto, con ciertas
paradojas legales y conceptuales. La primera es que se reconocen los derechos
originarios de los indígenas sobre sus tierras, pero el subsuelo siempre le pertenecerá
al Estado. La segunda, la demarcación debe realizarse conjuntamente entre el
Ejecutivo nacional y los pueblos indígenas, pero en realidad es el Estado el que toma
las decisiones y establece los parámetros para el ordenamiento territorial. La tercera,
la legislación contempla el otorgamiento de títulos de propiedad colectiva a pueblos y
comunidades indígenas. Sin embargo, hasta ahora el Estado no ha titulado grandes
extensiones como propiedad colectiva de los pueblos, y sólo ha reconocido el uso y
disfrute de las tierras y hábitats de algunas comunidades indígenas, las cuales son
inalterables al considerarlas inalienables e inembargables. Examinemos un poco más
estas paradojas en el marco de lo que ha acontecido hasta el momento en la
demarcación de tierras indígenas.
Si bien la Lopci (2005) contemplaría luego, en el capítulo IV, los pasos, instancias de
gestión, requisitos y tiempos establecidos para la demarcación, lo cierto es que
durante los primeros cinco años, la falta de definición de criterios y acuerdos con
respecto a los procedimientos, el tamaño de las extensiones de tierra a otorgar y el
tipo de titulación afectó negativamente el proceso de demarcación de hábitat y tierras
indígenas. En esta etapa los principales problemas detectados fueron: falta de
articulación entre las comisiones regionales y las comunidades indígenas, poca
coordinación entre las comisiones regionales y la comisión nacional, falta de confianza
de los indígenas hacia las instituciones públicas responsables de la demarcación,
desinformación entre los indígenas sobre la demarcación, desánimo entre los
representantes indígenas de las comisiones paritarias que trabajaban ad honorem,
demora en los presupuestos para las comisiones regionales haciendo imposible realizar
las visitas de campo necesarias, carencia de recursos básicos (materiales de oficina,
logística y transporte) en las oficinas regionales, y finalmente los cambios continuos a
nivel institucional6, de personal y conceptual 7. A estos aspectos técnicos se les suma el
hecho de que la dirigencia indígena presentaba múltiples voces, no siempre
coherentes, y que cada propuesta de demarcación debía ser considerada como un caso
particular por la diversidad cultural de cada grupo.
Cuadro 2.
Superficie
Pueblo Porcentaje Población
Entidad Comunidad demarcada
Indígena del estado beneficiada
(Ha)
Anzoátegui
Santa Rosa
Kariña 40760,43 0,94 1693
de Tácata
Santa Cruz
Kariña 11500 0,27 289
de Cachipo
Kariña El Guasey 9996,00 0,23 193
Fuente: Elaborado en base a datos del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente
Cuadro 3
Fuente: Elaborado en base a datos del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente
Cuadro 4
Superficie
Pueblo Población
Entidad Comunidad demarcada
Indígena beneficiada
(Ha)
San Lorenzo
Cumanagoto 9.092 135
de Guere
Santa Rosa de
Anzoátegui Kariña 2.304 150
las Magnolias
Kariña Sombrerito 1.718 62
Kariña Mapiricure 15.226 425
Yaruro Copa de Oro 8.704 183
Yaruro Santa Josefina 13.323 179
Apure
San José de
Yaruro 2.371 54
Capanaparo
Warao Guamalito 15.644 179
Monagas Santo
Warao 14.530 331
Domingo de
Wakajarita
Fuente: Elaborado en base a datos del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente
Hasta aquí hay que destacar al menos dos aspectos de carácter conceptual y práctico
que han determinado el proceso de demarcación de tierras indígenas. Primero, los
títulos que se han entregado han sido sólo a comunidades indígenas, ninguno ha sido
otorgado a un pueblo indígena, aunque existen solicitudes que han sido consignadas
para la demarcación de tierras por pueblo como en el caso de los Yekuana del Caura.
Esto pareciera indicar que, a pesar de las solicitudes de titulación por pueblo que han
sido incluso aprobadas por la Comisión Nacional como la de los Barí de la Sierra de
Perijá y la de los Yekuana-Sanema del Caura, el Estado no está en disposición de
entregar grandes extensiones de tierra colectiva a grupos minoritarios. Como señala
Mansutti (en prensa), se había previsto la entrega de estos títulos de propiedad por
pueblo el 12 de octubre de 2006 (Día de la Resistencia Indígena), pero la celebración
se transformó en duelo cuando el mismo Presidente negó la aprobación de los títulos al
argumentar que era demasiada tierra para los indígenas. Existe en la demarcación de
tierras, por lo tanto, una correspondencia directa entre la definición de Pueblo indígena
y grandes extensiones de tierras que, a pesar de estar contemplada en las leyes, no
resulta viable para el Estado venezolano.
En segundo lugar, hay que destacar que estos títulos no son explícitamente títulos de
propiedad colectiva de tierras sino documentos que reconocen y parcialmente
conceden la posesión colectiva de esas tierras que ocupan los indígenas. El título que
emite la Procuraduría General de la República textualmente declara que: “ En nombre
de la República Bolivariana de Venezuela se reconoce el hábitat y derechos originarios
sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupa” una determinada
comunidad. La comunidad por su parte, según este documento, acepta el
reconocimiento de los derechos originarios e históricos que hace el Estado venezolano,
Demarcación o autodemarcación
Sin embargo, hay que acotar que estas delimitaciones territoriales indígenas no son un
acontecimiento nuevo. De hecho, varios pueblos indígenas como los Barí, los Piaroa y
sobre todo los Yekuana (Arvelo-Jiménez y Jiménez 2001; Jiménez y Perozo, 1994)
iniciaron la demarcación de sus tierras mucho antes de la promulgación de la ley de
2001. En estos casos, sí podemos hablar de experiencias de autodemarcación pues son
procesos que surgieron por iniciativa de los mismos indígenas y con el apoyo de ONG y
otros especialistas. Con esto queremos resaltar que, aunque las instancias
coordinadoras y demás funcionarios y profesionales identifiquen las experiencias
actuales de delimitación territorial indígenas como procesos de “ autodemarcación,”
lo cierto es que esa supuesta autogestión de las comunidades y pueblos indígenas para
demarcar sus tierras está condicionada por los procedimientos y directrices
establecidos en las leyes y en las decisiones de la Comisión Nacional. Esas
autodemarcaciones son producto de una intencionalidad gubernamental y, por
consiguiente, constituye sólo una faceta más del proceso de demarcación de tierras
guiado por el Estado. Aquí se produce un distanciamiento conceptual y práctico entre
las acciones que realizan los indígenas y las disposiciones territoriales
gubernamentales, cuando se establecen estas diferencias entre demarcación (la oficial)
y autodemarcación (la indígena). En todo caso, a los indígenas estas experiencias les
han servido para estar conscientes del significado material y simbólico que tienen los
espacios que ellos ocupan dentro del Estado-nación; es lo que algunos dirigentes
indígenas definen como procesos de autorreconocimiento étnico.
A modo de conclusión
Bibliografía
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Indígenas y Tribales” , Gaceta Oficial 37.305 del 17 de octubre de 2001. [ Links ]
Notas
1 Coppens (1971, 14) menciona que los resguardos indígenas que llegaron a
mantenerse hasta ese entonces fueron: El Poblado, en la isla de Margarita; El Guasey,
en el estado Anzoátegui; Tacarigua de la Laguna, en el estado Miranda; Chivacoa, en
el estado Yaracuy; y Marite-Chichirivichi, en el estado Falcón.
3 Para más detalles sobre la política indígena del IAN ver Temas Agrarios, nº 15 (IAN,
1983) y Clarac, 1983. Sobre una revisión crítica del proceso de dotación de tierras
indígenas establecido por el IAN, ver Arvelo-Jiménez y Perozo, 1983; Heinen y
Coppens, 1986; Kuppe, 1997.
6 Uno de esos rumores en el ámbito institucional era que la coordinación, a cargo del
Ministerio del Ambiente, pasaría a otro ente. A finales de 2005 se hablaba de que sería
responsabilidad del Ministerio de Participación Popular y Desarrollo Social, y luego se
difundió la noticia de que sería dirigido por el Ministerio de Pueblos Indígenas (2007).
Hasta el presente, sigue bajo la coordinación del Ministerio del Ambiente.
7 Hay una propuesta reciente de la ministra de Pueblos Indígenas para cambiar los
términos de “ tierra” y “ hábitat” por el de “ territorios comunales” en la Lopci con
la reforma de la Ley Habilitante. La Federación de los Pueblos indígenas del estado
Bolívar, así como otros representantes rechazan categóricamente esta propuesta de
reforma, que no ha sido consultada entre la mayoría de los indígenas (Correo del
Caroní, 2007).