El Derecho A Una Vivienda Digna y Adecua PDF
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DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA En la Constitución, la Jurisprudencia y los Instrumentos Internacionales de derechos humanos
2009
Vólmar Pérez Ortiz
Defensor del Pueblo
Autor
Felipe Alejandro Galvis Castro
Investigador en Derechos Humanos
ISBN: 978-958-8571-09-6
contenido
presentación.......................................................................................................... 11
introducción........................................................................................................ 13
CAPÍTULO I
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES...................................................... 17
1. ASPECTOS METODOLÓGICOS.......................................................................... 19
1.1. La delimitación del contenido del derecho a la vivienda digna y adecuada a
partir del bloque de constitucionalidad............................................................ 20
1.2. La delimitación del contenido del derecho a la vivienda digna y adecuada a
partir del derecho internacional consuetudinario.............................................. 25
1.3. La delimitación del contenido del derecho a la vivienda digna y adecuada a
partir de subreglas jurisprudenciales................................................................. 26
1.4. Dignidad y adecuación de la vivienda.............................................................. 28
1.4.1. Derecho a la vivienda digna en la Consitutión Política de 1991.......... 28
1.4.2. Reconocimiento de la dignidad y la adecuación en la vivienda por el
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales..................... 29
1.4.3. Complementariedad entre dignidad y adecuación.............................. 31
1.5. Elementos del derecho a la vivienda digna y adecuada...................................... 33
2. ASPECTOS GENERALES....................................................................................... 37
2.1. Reconocimiento del derecho a la vivienda digna y adecuada............................ 37
3
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Pág.
CAPÍTULO II
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE LA VIVIENDA............................. 61
1. CONTENIDO DEL DERECHO A LA SEGURIDAD JURÍDICA EN LA
TENENCIA DE VIVIENDA................................................................................... 63
1.1. Derecho al reconocimiento jurídico de las diferentes modalidades de tenencia. 64
1.2. Derecho a la protección de la vivienda............................................................. 66
1.2.1. Derecho a la protección contra hostigamientos, desahucios y otros
tipos de amenazas............................................................................... 68
1.2.2. Derecho a no ser desalojado fortozamente.......................................... 69
1.2.2.1. Ilegalidad y arbitrariedad en los desalojos............................ 73
4
CONTENIDO
Pág.
2.2.2. Protección de los derechos prevalentes de las niñas y los niños en .los
procesos que puedan tener por efecto el desalojo de un inmueble ...... 94
5
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
CAPÍTULO III
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA................................................. 133
1. Contenido del derecho a la calidad física y entorno de
la vivienda . ...................................................................................................... 135
1.1. Derecho a la calidad física y entorno de la vivienda y su relación con el derecho
a la ciudad ...................................................................................................... 135
6
CONTENIDO
2.3. Calidad física y entorno de las viviendas para personas en condiciones de dis-
capacidad......................................................................................................... 150
2.4. Calidad física y entorno de las viviendas para adultos mayores ........................ 150
2.5. Calidad física y entorno de las viviendas para mujeres ..................................... 151
2.6. Calidad física y entorno de las viviendas para grupos étnicos............................ 153
7
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
CAPÍTULO IV
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA................................................. 175
1. Contenido del derecho a la accesibilidad económica de
la vivienda......................................................................................................... 177
1.1. Derecho a los gastos soportables . .................................................................... 178
1.2. Derecho a la asequibilidad de la vivienda ....................................................... 179
2. Sujetos de especial protección constitucional y accesi-
bilidad económica de la vivienda..................................................... 181
2.1. Accesibilidad económica de la vivienda para los adultos mayores...................... 182
2.2. Accesibilidad económica de la vivienda para niñas y niños .............................. 182
2.3. Accesibilidad económica de la vivienda para personas en condiciones de dis-
capacidad......................................................................................................... 183
2.4. Accesibilidad económica de la vivienda para los portadores del VIH ............... 184
2.5. Accesibilidad económica de la vivienda para víctimas de desastres naturales
y personas que viven en zonas de alto riesgo .................................................... 188
2.6. Accesibilidad económica de la vivienda para las mujeres . ................................ 191
2.7. Accesibilidad económica de la vivienda para las personas de más bajos ingresos . 191
2.8. Accesibilidad económica de la vivienda para víctimas de desalojos forzosos y
personas internamente desplazadas . ................................................................ 192
2.9. Accesibilidad económica de la vivienda para víctimas del secuestro y sus
familias .......................................................................................................... 195
8
CONTENIDO
CAPÍTULO V
ADECUACIÓN CULTURAL DE LA VIVIENDA........................................................ 223
1. CONTENIDO DEl derecho a la adecuación cultural de la
vivienda .......................................................................................................... 225
9
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
10
PRESENTACIÓN
PRESENTACIÓN
L
a Defensoría del Pueblo tiene entre sus funciones constitucionales la de
orientar e instruir a los habitantes del territorio nacional y a los colombia-
nos en el exterior sobre la defensa de sus derechos y la de difundir el conocimiento
de la Constitución Política, particularmente en lo relacionado con los derechos
fundamentales, sociales, económicos, culturales, colectivos y del ambiente1.
1
Constitución Política, art. 282-1; Ley 24 de 1992.
11
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Se espera que este documento sea una herramienta útil para el trabajo que
desarrollan las organizaciones sociales y, en particular, para que quienes formulan y
ejecutan las políticas públicas de vivienda tengan siempre en cuenta la perspectiva
de los derechos humanos.
12
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
2
DESC por su nombre en español, ESCR por sus siglas en inglés. Se debe entender por derechos
económicos, sociales y culturales el catálogo de derechos contenido en el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales (en adelante, PIDESC), por ejemplo, el derecho al
trabajo, derechos laborales individuales y colectivos, incluyendo el derecho de huelga, derecho a la
seguridad social, derecho a la protección de la familia, derecho a un nivel de vida adecuado, incluyendo
alimentación, vestido y vivienda, derecho a la salud, derecho a la educación, derecho a participar en
la vida cultural. Víctor Abramovich y Christian Courtis señalan cómo en la tradición constitucional se
habla de “derechos sociales” y en el derecho internacional de los derechos humanos se denominan
“derechos económicos, sociales y culturales”. ABRAMOVICH, Víctor y COURTIS, Christian. Los
derechos sociales como derechos exigibles. Madrid. Trotta. 2002. p. 19. En consecuencia, las dos
expresiones pueden ser utilizadas indistintamente
13
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y DECUADA
3
Defensoría del Pueblo. El Derecho a la Educación, en la Constitución, la Jurisprudencia y los
Instrumentos Internacionales. Bogotá, D. C., ProSeDHer. 2003.
4
Defensoría del Pueblo. El Derecho a la Salud, en la Constitución, la Jurisprudencia y los Instrumentos
Internacionales. Bogotá, D. C., ProSeDHer. 2003.
5
Defensoría del Pueblo. El derecho humano al agua, en la Constitución, la Jurisprudencia y los
Instrumentos Internacionales. Bogotá, D. C., ProSeDHer. 2005.
6
Defensoría del Pueblo. El derecho a la alimentación, en la Constitución, la Jurisprudencia y los
Instrumentos Internacionales. Bogotá, D. C., ProSeDHer. 2005.
7
Defensoría del Pueblo. Contenido y alcance del derecho individual al trabajo. Marco para la evaluación
de la política pública del derecho al trabajo desde una perspectiva de derechos humanos. Bogotá, D.C.,
ProSeDHer. 2005.
8
Salvo la obra acerca del derecho a la alimentación, en el cual se reconoce explícitamente, como en
efecto se hace también en este trabajo, la importancia del “derecho internacional consuetudinario”.
9
La evaluación de políticas públicas en clave de derechos sociales no se propone el análisis de la
conveniencia de una u otra política pública, sino el cumplimiento de las obligaciones que le competen al
Estado, conforme a los estándares normativos aplicables. En ese sentido, se pronunció recientemente
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en los lineamientos para la evaluación de las
medidas implementadas para el cumplimiento de las obligaciones derivadas del Protocolo de San
Salvador: “De acuerdo con el espíritu del propio Protocolo, los indicadores de progreso tienen que
incorporar los avances en la realización de los derechos y no considerar los adelantos o retrocesos en
términos de desarrollo (económico y social). Se debe entonces diferenciar entre progreso económico y
social y cumplimiento del Protocolo de San Salvador. 4. Conviene recordar como punto de partida que
el procedimiento de supervisión del Protocolo no apunta a examinar la calidad de las políticas públicas
de los Estados, sino a fiscalizar el cumplimiento o incumplimiento de las obligaciones jurídicas que fija
el Protocolo. Este establece una amplia gama de obligaciones, tanto positivas como negativas, tanto
inmediatas como progresivas. A fin de supervisar el cumplimiento de esas obligaciones, frecuentemente
deberán observarse cuáles son las estrategias, acciones y políticas públicas implementadas por los
Estados para hacer efectivos los derechos. Es evidente que los Estados pueden cumplir con sus
obligaciones escogiendo entre un amplio espectro de cursos de acción y de políticas. No corresponde
a la supervisión internacional juzgar entre las opciones que cada Estado, de manera soberana, haya
elegido para realizar los derechos del Tratado. Sí corresponderá examinar si esas políticas públicas
violan derechos del Protocolo. También corresponderá examinar si esas políticas consiguen o no
14
INTRODUCCIÓN
15
CAPÍTULO I
ASPECTOS
METODOLÓGICOS
Y GENERALES
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
1. ASPECTOS METODOLÓGICOS
10
Se utilizan indistintamente varias expresiones: derecho a la vivienda, a la vivienda digna, a la vivienda
digna y adecuada, o simplemente DVDA.
11
ARANGO RIVADENEIRA, Rodolfo. El concepto de derechos sociales fundamentales. Legis. Bogotá. 2005.
19
DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Gerardo Pisarello reconoce, con fines estrictamente heurísticos, dos vías para la
utilización en el plano nacional estatal, de las disposiciones contenidas en tratados
internacionales:
20
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
b) Consagrando en el inciso segundo del mismo Artículo, que los derechos previstos ex-
presamente en la Constitución, sin importar si son o no limitables en los Estados de
excepción, deberán ser interpretados de conformidad con los tratados internacionales
sobre derechos humanos ratificados por Colombia.
El inciso segundo, por su parte, ordena que los derechos y deberes previstos en la Cons-
titución se interpreten de conformidad con los tratados internacionales sobre derechos
humanos ratificados por Colombia. Así, esta vía de incorporación está sujeta a que el
derecho humano o el deber, tengan su par en la Constitución pero no requiere que el
tratado haga referencia a un derecho no suspendible en estados de excepción.
12
PISARELLO, Gerardo. Vivienda para todos: un derecho en (de)construcción. El derecho a una vivienda
digna y adecuada como derecho exigible. Barcelona. Icaria. 2003. p. 51.
21
DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
13
Corte Constitucional. Sentencia T–1319 de 2001. M.P. Rodrigo Uprimny Yepes.
22
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
No obstante, el panorama hasta este punto no es del todo claro, con miras a
precisar el contenido del derecho a la vivienda, pues como lo advierte la propia
Corte Constitucional “no puede interpretarse una norma positiva de textura abier-
ta (como las que definen derechos constitucionales) con otra norma que reviste
las mismas características”14. En otras palabras, no parece un avance significativo,
interpretar el sentido de lo previsto en el artículo 51 constitucional, norma de tex-
tura abierta, con lo establecido en otras disposiciones igualmente generales como
las contenidas en instrumentos internacionales. De esta manera, resulta necesario,
no sólo incorporar en el orden interno las normas de los tratados internacionales
sobre derechos humanos recién mencionadas, sino contar también con el sentido
que les han asignado los órganos autorizados para el efecto, pues “la interpretación
conforme a un texto no puede hacerse al margen del sentido asignado a dicho
texto”15.
14
Corte Constitucional. Sentencia T–1319 de 2001. M.P. Rodrigo Uprimny Yepes.
15
Corte Constitucional. Sentencia T–1319 de 2001.M.P. Rodrigo Uprimny Yepes.
23
DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
También son especialmente relevantes los Informes del Relator de las Naciones
Unidas para el Derecho a la Vivienda Adecuada, los cuales constituyen doctrina
internacional autorizada, conforme a la jurisprudencia de la Corte Constitucional
colombiana17, y deben ser atendidos al definir, tanto el contenido del derecho a la
vivienda digna y adecuada, como las obligaciones que le competen a los Estados
en su realización. Tan importante ha sido la labor de la figura del Relator de la
Naciones Unidas sobre el Derecho a la Vivienda, que en uno de sus Informes, el
entonces Relator Especial Rajindar Sachar, presentó en 1994 un Proyecto de Con-
vención Internacional sobre el Derecho a la Vivienda18, el cual “constituye una
guía de primer orden para el desarrollo de un cuerpo global y unificado en materia
de derechos habitacionales”19.
16
En este punto, el Comité de DESC ha llegado a declarar la violación del derecho a la vivienda por parte
de Estados como República Dominicana y Panamá, ante graves situaciones de desalojos forzosos sin
asignación de nuevas viviendas, fraudes y otras prácticas desleales en la asignación de las viviendas.
ABRAMOVICH, Víctor y COURTIS, Christian. Los derechos sociales como derechos exigibles. Madrid.
Trotta. 2002. P. 69.
17
Corte Constitucional. Sentencia C-251 de 1997. M.P. Alejandro Martínez Caballero.
18
Documento ONU E/CN. 4/Sub.2/1994/20.
19
PISARELLO, Gerardo. Vivienda para todos: un derecho en (de)construcción. El derecho a una vivienda
digna y adecuada como derecho exigible. Barcelona. Icaria. 2003. p. 73.
24
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
20
En términos generales se admite que se trata de “normas” que no son inmediata y obligatoriamente
vinculantes, pero no es cierto que puedan ser desatendidas por los Estados, de conformidad con el
Artículo 31 del Convenio de Viena sobre Derecho de los Tratados (1969).
21
PISARELLO, Gerardo. Vivienda para todos: un derecho en (de)construcción. El derecho a una vivienda
digna y adecuada como derecho exigible. Barcelona. Icaria. 2003. p. 116.
22
Corte Constitucional. Sentencia C-872 de 2003. M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
23
ABRAMOVICH, Víctor y COURTIS, Christian. Los derechos sociales como derechos exigibles. Madrid.
Trotta. 2002. p. 70.
25
DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
26
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
la presentación de las sentencias deberá seguir varios de los siguientes pasos: (1)
realizar una breve descripción de los hechos; (2) indicar, cuando sea necesario,
los fundamentos normativos de la decisión, en particular cuando se hace uso de
instrumentos internacionales sobre derechos humanos; (3) evaluar la disciplina
doctrinaria y argumentativa de la Corporación, en el seguimiento de fallos prece-
dentes (principio de stare decisis); (4) reproducir los apartes más ilustrativos de las
consideraciones, que tengan directa relación con los hechos que dieron lugar a la
controversia; y, (5) exponer la decisión del caso concreto.
es claro ni el origen ni la paternidad conceptual de esta noción. Sin embargo, a pesar de eso, es una
categoría útil porque en el fondo corresponde a la noción de norma adscrita de Alexy, y es vecina de la
idea de ratio decidendi en los sistemas del common law”. UPRIMNY YEPES, Rodrigo. La igualdad en
la jurisprudencia de la Corte Constitucional. En Pensamiento Jurídico No. 15. Bogotá D.C., Universidad
Nacional de Colombia. 2002. p. 350.
26
Tras citar las definiciones de ratio decidendi presentadas por Gray, Austin, Halsbury y Morgan, Diego
López Medina concluye: “En todas estas definiciones surgen varias características en común: para
todas ellas, la ratio parece encontrarse en los enunciados y argumentos que expresamente hace el
juez anterior. El precedente, por tanto, parece encontrarse en los argumentos expresos que hizo el
juez en su sentencia anterior y que eran necesarios para justificar el fallo. Se trata, como es evidente,
de una concepción formalista o textualista de la ratio decidendi (…) La elaboración de una nueva
teoría de la ratio se llevó a cabo mediante la publicación del muy influyente artículo de Goodhart en
1930, Determining the Ratio Decidendi of a case. El artículo de Goodhart tiene como tesis central una
afirmación más bien extraña: ‘es claro, por tanto, que la primera regla para descubrir la ratio decidendi
de un caso es que esta no debe buscarse en los argumentos sobre los cuales el juez ha basado su
decisión’”. Posteriormente, Diego López Medina da cuenta de los efectos de la recepción local (vale
decir, parcial) de la teoría de Goodhart acerca de la ratio decidendi, así: “Este modelo empieza a tener
consecuencias importantes para la lectura de precedentes en Colombia: parece aconsejar, contrario
a la hermenéutica civilística, la extracción del mínimo principio posible explicativo del fallo, y no de
la máxima doctrinaria, como parece ser la tendencia en la lectura de la jurisprudencia civil. Por ello,
para este modelo, se trata de encontrar la justificación jurídica más estrecha (menos expansiva) de la
decisión” LÓPEZ MEDINA, Diego. El derecho de los jueces. Bogotá D.C., Ed. Legis. 2001. p. 113 y ss.
27
DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
27
México (1983). Artículo 4: “Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley
establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”.
Nicaragua (1987). Artículo 64: “Los nicaragüenses tienen derecho a una vivienda digna, cómoda y
segura que garantice la privacidad familiar. El Estado promoverá la realización de este derecho”.
Paraguay (1992). Artículo 100: “Todos los habitantes de la República tienen derecho a una vivienda
digna. El Estado establecerá las condiciones para hacer efectivo este derecho, y promoverá planes
de vivienda de interés social, especialmente las destinadas a familias de escasos recursos, mediante
sistemas de financiamiento adecuados”.
Argentina (1994). Artículo 14 bis: “El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá
carácter de integral e irrenunciable. En especial, la ley establece (...) la protección integral de la familia;
la defensa del bien de familia; la compensación económica familiar y el acceso a una vivienda digna”.
28
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
No obstante, esta alternativa pierde terreno si se advierte que, por la vía del blo-
que de constitucionalidad, se integran al orden constitucional colombiano diver-
sos instrumentos internacionales que se refieren al derecho a la vivienda adecuada,
de manera que la conjugación de las expresiones parece ineludible. Precisamente
en este sentido, la jurisprudencia de la Corte Constitucional hace permanente alu-
sión al derecho a la vivienda digna, teniendo en cuenta su consagración en la Carta
Política de 1991, con excepción de las Sentencias C-936 de 2003, T-403 de 2006
y T-585 de 2006, en las que, citando los instrumentos internacionales sobre dere-
chos humanos relativos a los derechos habitacionales, hace uso de las expresiones
derecho a la vivienda digna y derecho a la vivienda adecuada, indistintamente28.
28
Una de las obras más importantes sobre el derecho a la vivienda utiliza la misma expresión que da
nombre a este trabajo. PISARELLO, Gerardo. Vivienda para todos: un derecho en (de)construcción. El
derecho a una vivienda digna y adecuada como derecho exigible. Barcelona. Icaria. 2003.
29
DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Dicho esto, el Comité pasa enseguida a definir los elementos que determinan la
adecuación de una vivienda, señalando siete (7) componentes, a saber: (1) seguri-
dad jurídica de la tenencia; (2) disponibilidad de servicios, materiales, facilidades
e infraestructura; (3) gastos soportables; (4) habitabilidad; (5) asequibilidad; (6)
localización; (7) adecuación cultural29.
30
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
31
DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
De otro lado y en segundo lugar, debe advertirse que la dignidad humana cons-
tituye, en palabras de la propia Corte Constitucional, el fundamento último de la
consagración de todo el catálogo de derechos, pero de forma particular, del reco-
nocimiento de los DESC en el constitucionalismo contemporáneo, como parte de
todas las garantías y libertades fundamentales, que guardan entre sí una estrecha
relación de interdependencia. De esta manera, bien podría decirse, parafraseando
a la Corte Constitucional, que el reconocimiento del derecho a la vivienda y el
principio de dignidad humana, guardan una “íntima” relación.
Existe entonces una íntima relación entre la consagración del Estado social de derecho,
el reconocimiento de la dignidad humana, y la incorporación de los llamados derechos
de segunda generación (…) Las diferentes categorías de tales derechos [derechos civiles y
políticos, de un lado, y derechos sociales, del otro] constituyen un todo indisoluble que
encuentra su base en el reconocimiento de la dignidad de la persona humana, caracterís-
tica que exige protección permanente con el propósito de obtener su plena vigencia, ‘sin
que jamás pueda justificarse la violación de unos en aras de la realización de otros31.
31
Corte Constitucional. Sentencia C–251 de 1997. M.P. Alejandro Martínez Caballero.
32
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General No. 4. El derecho a una
vivienda adecuada. doc. E/1991/23. 1991.
32
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
33
DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
En esta publicación se agrupan en cuatro (4) los siete elementos recién men-
cionados. Estos cuatro componentes propuestos son: seguridad jurídica de la te-
nencia (que incluye la prohibición de realizar o permitir los desalojos forzosos);
calidad y entorno (que comprende disponibilidad de servicios, habitabilidad y
localización, según la clasificación del Comité); accesibilidad económica (reunien-
do gastos soportables y asequibilidad de grupos en situación de desventaja), y, por
último, adecuación cultural36.
36
La Corte Constitucional en la sentencia C-936 de 2003 agrupó los siete elementos señalados por el
Comité en dos: condiciones de la vivienda y seguridad del goce de la vivienda.
37
PISARELLO, Gerardo. Vivienda para todos: un derecho en (de)construcción. El derecho a una vivienda
digna y adecuada como derecho exigible. Barcelona. Icaria. 2003. p. 84.
34
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
{
(2) Calidad y entorno – Habitabilidad
– Disponibilidad de servicios, materiales e
infraestructura
– Localización
35
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
2. ASPECTOS GENERALES
37
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
No obstante, a las objeciones frente al conjunto de los DESC se suman otras re-
lativas al derecho a la vivienda digna y adecuada. En particular, se critica la funda-
mentación del derecho a la vivienda como una garantía con entidad propia, ante
la relativa ausencia de referentes normativos que lo consagren de forma expresa.
En este sentido, se advierte que el derecho a la vivienda adecuada no fue incluido
como garantía independiente en el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, sino como un componente del derecho a un nivel de vida
adecuado (art. 11.1)39. Algo semejante ocurre en el ámbito regional, pues el dere-
cho a la vivienda adecuada no fue incluido dentro de las garantías del Protocolo de
San Salvador, y la única referencia cercana al derecho a la vivienda debe buscarse
en su Artículo 11, relativo al derecho de toda persona a vivir en un medio ambien-
te sano y a contar con servicios públicos básicos.
No obstante lo anterior, con el tiempo, el derecho a la vivienda adecuada se
ha ido posicionando como un derecho autónomo, gracias a la labor doctrinaria
emprendida por instancias como el Comité de DESC y el relator especial para la
vivienda adecuada. Al respecto, precisamente el Relator Especial señala:
En el último decenio, gracias a la amplia labor de interpretación del Comité de Dere-
chos Económicos, Sociales y Culturales, en particular sus Observaciones Generales No.
4 sobre el derecho a una vivienda adecuada y No. 7 sobre desalojos forzosos, así como a
la labor del relator especial sobre el derecho a una vivienda adecuada de la Subcomisión
de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías y numerosas resolucio-
nes de la Comisión de Derechos Humanos, se confirmó la condición del derecho a una
vivienda adecuada como un derecho humano diferenciado40.
39
“Artículo 11: 1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un
nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una
mejora continua de las condiciones de existencia. Los Estados Partes tomarán medidas apropiadas
para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la importancia esencial de la
cooperación internacional fundada en el libre consentimiento”.
40
Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida
adecuado, Sr. Miloon Kothari. Marzo 1 de 2002. Doc. E/CN.4/2002/59. párr. 21.
38
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
41
Entre ellas las Constituciones de Brasil (1988), Venezuela (1999), o España (1978). El Relator Especial
señala que más de cincuenta de los países han adoptado o modificado sus constituciones, en el
sentido de incluir elementos relacionados con el derecho a la vivienda y los derechos habitacionales.
Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida
adecuado, Sr. Miloon Kothari. Marzo 1 de 2002. Doc. E/CN.4/2002/59. párr. 22.
42
“Art. 25. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su
familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica
y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo,
enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por
circunstancias independientes de su voluntad”.
43
“Art. 17. Nadie será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio
o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y reputación”.
44
“Artículo 11: 1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un
nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una
mejora continua de las condiciones de existencia. Los Estados Partes tomarán medidas apropiadas
para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la importancia esencial de la
cooperación internacional fundada en el libre consentimiento”.
45
“Art. 5. En conformidad con las obligaciones fundamentales estipuladas en el artículo 2 de la presente
Convención, los Estados Partes se comprometen, particularmente en el goce de los derechos
siguientes: (…) e) Los derechos económicos, sociales y culturales, en particular: (…) iii) el derecho a la
vivienda”.
46
Art. 14.4. “Los Estados Parte adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación
contra la mujer en las zonas rurales a fin de asegurar, en condiciones de igualdad entre hombres y
mujeres, su participación en el desarrollo rural y en sus beneficios, y en particular el asegurar el derecho
a: (…) h) Gozar de condiciones de vida adecuadas, particularmente en las esferas de la vivienda, los
servicios sanitarios, la electricidad y el abastecimiento de agua, el transporte y las comunicaciones...”.
47
Art. 16.1. “Ningún niño será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su
domicilio o su correspondencia ni de ataques ilegales a su honra y a su reputación”.
39
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
40
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
52
Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, Comité de Derechos Humanos, Comité para la
Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, Comité contra la Tortura, Comité de Derechos del Niño
y Comité para la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares.
53
Ver. Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos representación regional
para América Latina y el Caribe C/O Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Compilación de observaciones finales del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales sobre
países de América Latina y el Caribe (1989-2004). Santiago de Chile. Oficina del Alto Comisionado para
los Derechos Humanos. 2004.
54
ABRAMOVICH, Víctor y COURTIS, Christian. Los derechos sociales como derechos exigibles. Madrid.
Trotta. 2002. P. 68.
41
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
55
“Como lo ha puesto de manifiesto Craven, la voluntad del Comité de ejercer una función interpretativa
en abstracto al dictar observaciones generales – incluso definiendo la sustancia de determinados
derechos (por ejemplo, el derecho a la vivienda adecuada), su facultad de efectuar comentarios y
recomendaciones específicas sobre hechos concretos que implican violaciones al Pacto por los
estados, y la aceptación de informes alternativos por las ONG han contribuido a brindar al Comité
un papel ‘cuasi-judicial’”. ABRAMOVICH, Víctor y COURTIS, Christian. Los derechos sociales como
derechos exigibles. Madrid. Trotta. 2002. p. 68.
56
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General No. 7. El derecho a una
vivienda adecuada: los desalojos forzosos. Doc. E/1991/23. 1991. Párr. 3.
57
El reconocimiento del derecho a la vivienda en el ámbito estatal, en el marco de constituciones
políticas, es amplio. Desde una primera mención en la Constitución de Weimar de 1919, fue luego
recogido en las constituciones de Baviera, Bremen y Berlín, y en la actualidad las constituciones de
Argentina, Bélgica, Ecuador, Guyana, Haití, Honduras, Irán, Italia, Malí, México, Nicaragua, Panamá,
Paraguay, Perú, Portugal, Rusia, Sudáfrica, España y Uruguay, entre otras, contienen disposiciones
sobre el derecho a la vivienda. En la Constitución de Weimar, paradigma del constitucionalismo social
de comienzos del Siglo XX, se estableció: “El reparto y utilización del suelo serán vigilados por el
Estado, en forma que impida el abuso y se tienda a proporcionar a todo alemán una morada sana y a
todas las familias, especialmente a las de numerosa prole, una morada y un patrimonio que responda
a sus necesidades”. Al respecto ver PISARELLO, Gerardo. Vivienda para todos: un derecho en (de)
construcción. El derecho a una vivienda digna y adecuada como derecho exigible. Barcelona. Icaria.
2003. p. 43 y ss.
42
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
Cómo estimular constitucionalmente mecanismos que permitan superar por una parte
el déficit de vivienda en nuestro país que es bastante alto, en segundo lugar cómo evitar
el fenómeno de los urbanizadores piratas y también cómo lograr superar situaciones muy
graves y dramáticas que se expresan en los tugurios, hacinamientos, rancherías en las ciu-
dades y en los campos; igualmente, cómo logramos que los planes de vivienda que hacen
las entidades tanto del sector oficial como del sector privado tengan una responsabilidad,
por una parte con la calidad de la vivienda pero también buscando que la cantidad esté
relacionada con los precios equitativos58.
Vale decir, que en este sentido el Constituyente mostró especial interés en que
fuera protegido el derecho a la vivienda digna, en cuanto a la seguridad jurídica
de la tenencia (al referirse a las urbanizaciones piratas), a la calidad de las vivien-
das (exigiendo al respecto, responsabilidad de las entidades tanto públicas como
privadas que ejecutan los programas de vivienda) y la accesibilidad económica
(preocupándose por el déficit habitacional y por los “precios equitativos”60). Este
último aspecto, (las condiciones económicas para el acceso a la vivienda) sin duda
constituyó una de las preocupaciones centrales del Constituyente. Esto al punto
que se llegó a proponer una norma transitoria, con el fin de reestructurar los cré-
ditos de vivienda, en un gesto de clara anticipación, de lo que sería el desplome del
58
Asamblea Nacional Constituyente. Comisión 5, Sesión del día 15 de mayo de 1991.
59
Asamblea Nacional Constituyente. Comisión 5, Sesión del día 15 de mayo de 1991.
60
Expresión sin duda cercana a la utilizada por el Comité de DESC, que se refiere a gastos soportables.
43
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
61
No obstante, en sus primeros pronunciamientos sobre el derecho a la vivienda, precisamente aquellos
que lo relegaban por completo a ser un derecho que debía ser desarrollado por el legislador y la
administración, pero no por los jueces, la Corte Constitucional elaboró su concepto sobre el derecho a
la vivienda únicamente sobre lo previsto en el Artículo 51 constitucional. Esto es lo que Rodolfo Arango
describe como la relación “uno a uno” entre derechos fundamentales y disposiciones constitucionales.
Rodolfo Arango Rivadeneira. El concepto de derechos sociales fundamentales. Bogotá, D. C., Legis.
2005. Pág. 121. La superación de esta versión textualista del derecho a la vivienda permite apreciar el
carácter evolutivo de la jurisprudencia de la Corte Constitucional, al menos en su doctrina respecto de
este derecho social.
62
“Según una comprensión ‘integral’ del texto constitucional, no solo las disposiciones de derechos
fundamentales individuales (separadas, ‘atómicas’) sirven de fundamento a los derechos fundamentales.
También varias disposiciones normativas (‘moleculares’), que mediante una interpretación sistemática
han sido vinculadas en una red de enunciados normativos, pueden justificar otras posiciones jurídicas
44
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
45
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
tibles de protección inmediata por vía de acción de tutela. Sin embargo, una vez dadas las
condiciones antes señaladas, el derecho toma fuerza vinculante y sobre su contenido se
extenderá la protección constitucional, a través de las acciones establecidas para tal fin63.
63
Corte Constitucional. Sentencia T–251 de 1995. M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.
64
Los casos que dan lugar a las sentencias T-251 de 1995, T-495 de 1995 y T-309 de 1995 son análogos:
comunidades que son desalojadas por las autoridades municipales y demolidas sus viviendas por
encontrarse en zonas de alto riesgo, sin que a los moradores les sean ofrecidas alternativas para
acceder a un lugar de habitación. Mientras que en las Sentencias T-251/95 y T-495/95 (con ponencia
del Magistrado Vladimiro Naranjo Mesa) son negadas las pretensiones del tutelante, en la T-309/95 es
tutelado el derecho a la vivienda.
65
Se advierte, aunque rustica, la argumentación contrafáctica para el reconocimiento de un derecho
fundamental, señalada por Rodolfo Arango: “La prueba de que una posición jurídica (pj) es objetivamente
reconocible y debe ser reconocida, radica en que cuando esta no lo es, se vulnera por lo menos
una norma jurídica. El derecho subjetivo se torna reconocible debido a las consecuencias de su no
reconocimiento”. ARANGO RIVADENEIRA, Rodolfo. El concepto de derechos sociales fundamentales.
Bogotá, D. C., Legis. 2005. Pág. 129.
66
Con anterioridad a la T-309 de 1995, Sentencias como la T-308 de 1993, T-366 de 1993 y T-021 de
1995 habían anunciado tímidamente la justiciabilidad del derecho a la vivienda a través de la acción de
46
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
47
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Por ello, la Sentencia T-309 de 1995 hace parte del primer periodo de la ju-
risprudencia de la Corte sobre el derecho a la vivienda, pues en general todos los
fallos mencionados hasta ahora pretenden construir un concepto unívoco de esta
garantía, sobre el cual se evalúa su fundamentalidad.
Esta dificultad, para definir la naturaleza jurídica del derecho a la vivienda digna, res-
ponde al hecho de que su configuración positiva es compleja, pues contempla diversas
hipótesis que, por lo mismo, exigen tratamientos jurídicos distintos.
48
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
Debe ser destacado el papel que juegan, en esta segunda etapa de la jurispru-
dencia de la Corte Constitucional, tanto el artículo 11.1 del Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, como las observaciones generales
del Comité de DESC (en particular las Nos. 3, 4 y 7), como parte de la argumen-
tación a favor de la fundamentalidad del derecho a la vivienda. Es precisamente la
aplicación del PIDESC y la labor interpretativa del Comité de DESC, lo que le ha
permitido a la Corte Constitucional colombiana construir un concepto múltiple74
del derecho a la vivienda, al punto que, a partir de la Sentencia T-958 de 2001,
la Corte ha empezado a hacer una lectura del derecho a la vivienda en clave de
derecho internacional75.
Con todo, también ha de admitirse que, conforme la interpretación oficial internacional
de los derechos económicos, sociales y culturales, obligatoria en virtud de lo dispuesto
en el artículo 93 de la Constitución, tales derechos contienen elementos que son de
inmediata exigibilidad, como ocurre respecto de las obligaciones estatales de respeto y
protección que se derivan de los derechos en cuestión76.
derecho al libre desarrollo de la personalidad. De ahí que pueda afirmarse que todo colombiano tiene
derecho a que el Estado respete el ejercicio de su derecho y que le proteja contra todo aquel que
pretenda desconocerlo (…) Caso distinto es lo concerniente al resto de la norma constitucional. En ella
se establecen obligaciones que claramente aluden a aspectos de desarrollo progresivo del derecho:
fijar condiciones para hacer realidad el derecho; promoción de planes para atender a la población
más pobre; diseño de sistemas de financiación adecuados; promoción de ciertas formas de ejecución
de los planes de vivienda. En suma, puede sostenerse que la Constitución fija las bases para una
política de vivienda que, naturalmente, deben conducir a que todos los colombianos puedan disfrutar
del derecho en cuestión. El derecho a la vivienda digna, debe observarse, no se reduce a un derecho
a ser propietario de la vivienda en la que se habita. Ello constituye una de las opciones, claramente
vinculado a los planes de financiación a largo plazo. Por el contrario, la vivienda digna se proyecta
sobre la necesidad humana de disponer de un sitio de vivienda, sea propio o ajeno, que reviste las
características para poder realizar de manera digna el proyecto de vida” (Negrita fuera de texto).
74
La expresión es de Gerardo Pisarello. PISARELLO, Gerardo. Vivienda para todos: un derecho en (de)
construcción. El derecho a una vivienda digna y adecuada como derecho exigible. Barcelona. Icaria.
2003. p. 83.
75
En particular en las Sentencias de la Corte Constitucional T-958 de 2001 y C-936 de 2003.
76
Corte Constitucional. Sentencia T-958 de 2001. M.P. Eduardo Montealegre Lynett.
49
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
50
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
81
“No sobra recordar que, como se explicó en el acápite anterior, uno de los eventos en los que los
derechos económicos, sociales y culturales adquieren carácter fundamental, es cuando su contenido
es precisado por vía normativa, y que según la sentencia T-859 de 2003, tal desarrollo incluye no solo
las determinaciones del legislador, sino también las de los órganos judiciales. En este orden de ideas, el
derecho a una vivienda digna será fundamental respecto de los contenidos que por vía interpretativa esta
Corporación ha fijado, los cuales, en consecuencia, podrán ser reclamados mediante el ejercicio de la
acción de tutela”. Corte Constitucional. Sentencia T-585 de 2006. M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
82
En el caso de la población desplazada la Corte Constitucional deja bien en claro la fundamentalidad del
derecho a la vivienda digna, por contar con un desarrollo normativo y por encontrarse en una relación
de conexidad con garantías de tipo fundamental: “En lo que respecta a la población desplazada, no
cabe duda del carácter fundamental de este derecho, no sólo respecto de los contenidos desarrollados
normativamente, sino también por la estrecha relación que la satisfacción de este guarda con la de
otros respecto de los cuales existe consenso sobre su carácter fundamental. En efecto, como ha sido
expresado por esta Corte, la población desplazada, en tanto ha tenido que abandonar sus viviendas y
propiedades en su lugar de origen, y se enfrenta a la imposibilidad de acceder a viviendas adecuadas
en los lugares de arribo, por carecer de recursos económicos, empleos estables, entre otros factores,
requieren la satisfacción de este derecho a fin de lograr la realización de otros derechos como la salud,
la integridad física, el mínimo vital, etc.”. Corte Constitucional. Sentencia T-585 de 2006. M.P. Marco
Gerardo Monroy Cabra.
83
Corte Constitucional. Sentencia T-585 de 2006.M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
84
Corte Constitucional. Sentencia T-585 de 2006.M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
85
Así lo asegura la Corte Constitucional en las Sentencias T-1318 de 2005 y T-585 de 2006.
86
Corte Constitucional. Sentencia T–585 de 2006. M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra. En el mismo
sentido ver las sentencias C-936 de 2003 (M.P. Eduardo Montealegre Lynett), T-1318 de 2005, (M.P.
Humberto Sierra Porto), y T-403 de 2006 (M.P. Alfredo Beltrán Sierra), entre otras.
51
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Es por ello que esta Corte, con fundamento en el artículo 93 superior y con el ánimo de
avanzar en la determinación de los contenidos de este derecho [a la vivienda digna], ha
acudido a los tratados internacionales de derechos humanos suscritos y ratificados por
el Estado colombiano relacionados con la materia, en particular, el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos (PIDESC), y a las interpretaciones que de este ha hecho
su órgano autorizado: el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las
Naciones Unidas.
De inmediato la Corte, recuerda los siete (7) elementos que componen el dere-
cho a la vivienda, en la versión de la sentencia T–936 de 2003, que los agrupa en
dos grandes categorías, así: condiciones de vivienda y seguridad en el goce de la
vivienda. Dentro de las condiciones de vivienda, la Corte reúne garantías como
(1) la habitabilidad, (2) la disponibilidad de servicios, materiales, facilidades e in-
fraestructura, (3) el lugar; y, (4) adecuación cultural; mientras que en la seguridad
en el goce de la vivienda, incluye (1) la asequibilidad; (2) los gastos soportables; y,
(3) seguridad jurídica de la tenencia.
87
Distinción que ha sido acogida por el Comité de Derechos económicos, sociales y culturales y que fuera
introducida por Fried Van Hoof. “The legal nature of economic, social and cultural rights” citado por
ABRAMOVICH, Víctor y COURTIS, Christian. Los derechos sociales como derechos exigibles. Trotta.
Madrid. 2002. Págs. 27 a 29.
88
Esta clasificación no ha sido adoptada por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
en las Observaciones Generales en las que se ha ocupado del derecho a la vivienda digna y adecuada
(4 y 7). No obstante, lo cierto es que el uso generalizado de esta clasificación, por parte del Comité y
de la doctrina, permite hacerla extensiva al derecho a la vivienda. Ver. PISARELLO, Gerardo. Vivienda
para todos: un derecho en (de)construcción. El derecho a una vivienda digna y adecuada como derecho
exigible. Barcelona. Icaria. 2003. p. 119 y siguientes. Incluso el Relator Especial sobre el derecho a
la vivienda adecuada ha utilizado en sus informes una clasificación semejante de las obligaciones,
destacando los deberes de reconocer, respetar, proteger, promover y realizar el derecho a la vivienda.
Informe del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la vivienda adecuada Sr.
Rajindar Sachar del 22 de junio de 1993. E/CN.4/Sub.2/1993/15 22 de junio de 1993.
52
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
(1) Impone al Estado una cierta deferencia frente a los procesos de autotutela,
a través de los cuales las personas y las comunidades acceden a la vivienda. En este
sentido le compete al Estado abstenerse de interferir sin una razón legítima, en el
uso de materiales y recursos, así como de criminalizar la ocupación de inmuebles
vacíos o de tierras improductivas por parte de quienes carecen de un lugar de ha-
bitación, en contextos especulativos o de baja oferta de viviendas.
89
Sobre la violación del derecho a una vivienda adecuada con ocasión de desalojos forzosos, el Comité
de Derechos económicos, sociales y culturales (en adelante CDESC) se pronunció frente a los que se
presentaron en República Dominicana, Panamá y Filipinas.
90
PISARELLO, Gerardo. Vivienda para todos: un derecho en (de)construcción. El derecho a una vivienda
digna y adecuada como derecho exigible. Barcelona. Icaria. 2003. p. 120.
53
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
sino frente a la intervención de los particulares, como por ejemplo, poderes del
mercado, (llámense empresas, entidades financieras, asociaciones de propietarios o
arrendatarios, etc.) que lleguen a detentar un poder preeminente sobre los recursos
a los que se encuentra asociado el goce del derecho a una vivienda, y que puedan
cometer conductas especulativas o violatorias del principio de igualdad, afectando
el disfrute de una vivienda por grupos vulnerables.
54
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
55
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
importantes de la sociedad viven sin haber logrado satisfacer su derecho a la vivienda”. Informe del
Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida adecuado.
22 de junio de 1993. Doc. E/CN.4/Sub.2/1993/15. Párr. 44.
95
“La idea de fondo es que sin el respeto de ese contenido mínimo el derecho en cuestión quedaría
desnaturalizado, desfigurado, y resultaría, en último término, irreconocible e impracticable. En el caso
del derecho a la vivienda, dicho umbral seguramente debería incluir la provisión, a aquellos que no
pudieran satisfacer el derecho a través del mercado, de algún tipo de albergue o alojamiento público
simple, seguro y accesible. O al menos, de la asistencia, ayuda e información suficientes para que
pudieran procurárselo de otros particulares”. PISARELLO, Gerardo. Vivienda para todos: un derecho
en (de)construcción. El derecho a una vivienda digna y adecuada como derecho exigible. Barcelona.
Icaria. 2003. p. 106.
56
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
57
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Observación General No. 4, es posible afirmar que los Estados signatarios del Pac-
to tienen una obligación de diseñar, implementar y evaluar de forma permanente97
una política pública integral en materia de vivienda, la cual, valga decirlo, debe ser
el resultado de todo un proceso de consulta y diálogo con los actores estatales y no
estatales concernidos98:
12. Si bien los medios más apropiados para lograr la plena realización del derecho a la
vivienda adecuada variarán inevitablemente de un Estado Parte a otro, el Pacto clara-
mente requiere que cada Estado Parte tome todas las medidas que sean necesarias con
ese fin. Esto requerirá casi invariablemente la adopción de una estrategia nacional
de vivienda que, como lo afirma la Estrategia Mundial de Vivienda en su párrafo
32, “define los objetivos para el desarrollo de condiciones de vivienda, determina
los recursos disponibles para lograr dichos objetivos y busca la forma más efectiva
de utilizar dichos recursos, en función del costo, además de lo cual establece las
responsabilidades y el calendario para la ejecución de las medidas necesarias”. Por
razones de pertinencia y eficacia, así como para asegurar el respeto de los demás derechos
humanos, tal estrategia deberá reflejar una consulta extensa con todas las personas afecta-
das y su participación, incluidas las personas que no tienen hogar, las que están alojadas
inadecuadamente y sus representantes. Además, deben adoptarse medidas para asegu-
rar la coordinación entre los ministerios y las autoridades regionales y locales con
objeto de conciliar las políticas conexas (economía, agricultura, medio ambiente,
energía, etc.) con las obligaciones dimanantes del artículo 11 del Pacto” (negrilla
fuera de texto).
97
La obligación de evaluar se desprende del ya mencionado deber de vigilar el estado de realización o
no realización del derecho a la vivienda.
98
Los Principios de Limburgo también incluyen el deber de permitir la participación de la sociedad
en el diseño y la ejecución de las políticas tendentes a la realización de los derechos económicos,
sociales y culturales: “Un esfuerzo nacional concertado, con la participación de todos los sectores
de la sociedad, es por lo tanto indispensable para el logro progresivo de los derechos económicos,
sociales y culturales. La participación popular será necesaria en cada etapa, como por ejemplo, en
la formulación, la aplicación y examen de las políticas generales en cada país”. (Principio 11). Los
Principios de Limburgo se refieren a la Aplicación del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales y fueron elaborados por un grupo de expertos reunidos entre el 2 y el 6 de junio
de 1986 en la ciudad holandesa de Maastricht. Posteriormente fueron adoptados por Naciones Unidas.
Ver ONU. Doc. E/C 4/1987/17 y E/C.12/2000/13.
58
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y GENERALES
99
Corte Constitucional. Sentencia T-958 de 2001. M.P. Eduardo Montealegre Lynett.
100
“La política pública, en este momento histórico, la podemos entender como el conjunto de sucesivas
decisiones y acciones del régimen político frente a situaciones socialmente problemáticas, que
pretenden la resolución de las mismas o llevarlas a niveles manejables”. VARGAS VELÁSQUEZ, Alejo
Políticas públicas, gobernanza y globalización. En: Fundamentos de políticas públicas. Bogotá D.C.,
Universidad Nacional de Colombia. 2007. p. 11.
59
CAPÍTULO II
SEGURIDAD
JURÍDICA DE LA
TENENCIA DE
VIVIENDA
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
101
Órgano que dio paso al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas por decisión adoptada por
la Asamblea General de Naciones Unidas el 15 de marzo de 2006, mediante Resolución A/RES/60/251
63
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
102
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General No. 4. El derecho a la
vivienda adecuada. Doc. E/1992/23. 1991. párr. 8.
103
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General No. 4. El derecho a la
vivienda adecuada. Doc. E/1992/23. 1991. párr. 8.
64
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
Por otra parte, tales consideraciones obligan a aceptar que el acceso a la vivienda digna
no se refiere exclusivamente a la financiación de la propiedad sobre la vivienda, pues ex-
presamente se protegen todas las formas de tenencia de la vivienda. De lo anterior surge
que corresponde al Estado diseñar varias estrategias financieras y de situación de recursos
para atender distintas modalidades de tenencia de la vivienda y no limitarse a asegurar la
propiedad sobre los inmuebles. Así, si el Estado garantiza a sus habitantes el arriendo de
inmuebles destinados a vivienda –con todas las condiciones antes anotadas–, habrá cum-
plido con las obligaciones derivadas del Pacto. Tales modalidades resultan especialmente
importantes a la hora de considerar los costos de la vivienda y las dificultades de acceso
derivadas del mismo104.
104
Corte Constitucional. Sentencia C-936 de 2003. M.P. Eduardo Montealegre Lynett. En un sentido
semejante, en la Sentencia T-958 de 2001 (M.P. Eduardo Montealegre Lynett) la Corte manifestó:
“El derecho a la vivienda digna, debe observarse, no se reduce a un derecho a ser propietario de la
vivienda en la que se habita. Ello constituye una de las opciones, claramente vinculado a los planes de
financiación a largo plazo. Por el contrario, la vivienda digna se proyecta sobre la necesidad humana de
disponer de un sitio de vivienda, sea propio o ajeno, que reviste las características para poder realizar
de manera digna el proyecto de vida”.
65
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Los tratados internacionales han modificado la percepción de los propios titulares del
derecho [a la vivienda]. Por un lado, ya no sólo comprende a los individuos sino también
a las familias y otros colectivos en situación de especial vulnerabilidad: desde las mujeres
y los niños hasta las comunidades y pueblos indígenas. Por otro lado, ya no solo alcanza
a los ciudadanos del estado en cuestión sino también, cada vez más, a los inmigrantes, a
los residentes estables o a los miembros de minorías nacionales o culturales105.
105
PISARELLO, Gerardo. Vivienda para todos: un derecho en (de)construcción. El derecho a una vivienda
digna y adecuada como derecho exigible. Barcelona. Icaria. 2003. p. 83.
106
Rodolfo Arango, a partir de la filosofía analítica entiende los derechos sociales fundamentales como
derechos subjetivos, lo cual redunda en ventajas para su justiciabilidad. En efecto, Arango parte de
considerar a los derechos sociales fundamentales como derechos subjetivos, que como tales requieren
de una norma jurídica fundamental (M1), una obligación jurídica fundamental (M2) y una posición
jurídica fundamental (M3). Esta última, implica a las dos primeras, y se define como la situación en la
que se encuentra un individuo para poder reclamar algo de otro (desde el punto de vista formal) y que
debe ser protegida por el ordenamiento porque para ella es posible ofrecer razones válidas o porque
su no reconocimiento injustificado puede acarrear un daño al sujeto del derecho (desde lo sustancial).
ARANGO RIVADENEIRA, Rodolfo. El concepto de derechos sociales fundamentales. Bogotá D.C.,
Legis. 2005. Pág. 23 y ss.
66
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
3.1 Serán beneficiarios del subsidio familiar de vivienda que otorga el Fondo Nacional
de Vivienda aquellos hogares que cumplan con los requisitos normativos para acceder a
este, y que se encuentren en una de las siguientes situaciones:
(…)
67
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
3.1.2 Hogares en posesión de una vivienda afectada, quienes podrán postular en las mo-
dalidades de vivienda nueva, usada, mejoramiento o construcción en sitio propio, en los
tipos de vivienda definidos en las normas vigentes sobre la materia”107. (Subrayado de la
Corte).
68
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
Si bien no es taxativa esta relación de las conductas que pueden afectar la segu-
ridad jurídica en la tenencia de una vivienda, lo cierto es que todas estas prácticas
constituyen violaciones a los compromisos adquiridos por los Estados en virtud
del PIDESC. Así mismo, la realización o tolerancia estatal frente a este tipo de
injerencias, desdibuja por completo el concepto mismo de vivienda, como espacio
vital en el que los seres humanos se proveen una protección frente a las amenazas
del exterior:
El derecho a una vivienda digna se ha entendido como aquel que le otorga a las personas
la posibilidad de tener un espacio físico que, de acuerdo a su calidad de vida, les permita
resguardarse y protegerse de amenazas externas110.
110
Corte Constitucional. Sentencia T-079 de 2008. M.P. Rodrigo Escobar Gil.
111
Un balance sobre la situación colombiana en materia de desalojos forzosos. Ver Centro por el Derecho
a la Vivienda y contra los Desalojos (COHRE). Desalojos en América Latina: los casos de Argentina,
Brasil, Colombia y Perú. Ginebra. COHRE. 2006.
112
Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Documento E/1998/22, anexo IV. Citado por
el Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. Los desalojos
forzosos. 1997. Párrafos 2 y 3. Acerca de la magnitud que ha alcanzado la práctica de los desalojos
forzosos, Naciones Unidas ha expresado: “Algunos han llamado la época en que vivimos “el siglo de
los desplazados”. En los últimos tiempos cientos de millones de personas han sido desalojadas por la
fuerza de su hogar, de su tierra y de su comunidad por diversas causas. Cada año diez millones de
personas por lo menos son objeto de desalojo forzoso, sin contar el elevadísimo número de personas
que son apartadas de su lugar de origen como consecuencia del desplazamiento interno, de la
purificación étnica, de las corrientes de refugiados o de otras manifestaciones del traslado obligado de
la población”. Organización de las Naciones Unidas, Folleto informativo No. 25. Los desalojos forzosos
y los derechos humanos. Ginebra. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos.
113
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. Los desalojos
forzosos. 1997. Párrafo 4. No obstante, la definición de los desalojos forzosos ha contado con diversos
desarrollos, que sin duda han permitido caracterizar de forma mucho más precisa esta práctica, más
69
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
allá de lo manifestado por el Comité de DESC en la Observación General No. 7. En efecto, el Relator
de las Naciones Unidas propuso una definición, en el marco de su proyecto de “Principios básicos y
directrices sobre los desalojos y el desplazamiento generados por el desarrollo”: “4. Teniendo en cuenta
todas las definiciones pertinentes de la práctica de “desalojos forzosos” en el contexto de las normas
internacionales de derechos humanos, las presentes directrices se aplican a acciones y/u omisiones
relacionadas con desplazamientos coaccionados o involuntarios de personas, grupos y comunidades
de sus hogares y/o tierras y lo recursos comunes de propiedad que estaban ocupados o de los que estos
dependían, eliminando o limitando con ello la capacidad de una persona, un grupo o una comunidad
de residir o trabajar en una vivienda, residencia o lugar particulares, sin que se haya ofrecido o no se
tenga acceso a formas apropiadas de protección jurídica o de otro tipo”. Informe del Relator Especial
sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida adecuado. A/HRC/4/18. 5 de
febrero de 2007. Así mismo, en el Folleto No. 25 de Naciones Unidas se da la siguiente definición de
los desalojos forzosos: “La práctica del desalojo forzoso consiste en despojar a las personas de su
casa o tierra contra su voluntad, de un modo atribuible directa o indirectamente al Estado. Esto implica
la supresión efectiva de la posibilidad de que una persona o un grupo vivan en una casa, residencia o
lugar determinados, y el traslado asistido (en el caso del reasentamiento) o no asistido (cuando no se
trata de un reasentamiento) de las personas o grupos desalojados a otro lugar”. Organización de las
Naciones Unidas. Folleto informativo No. 25. Los desalojos forzosos y los derechos humanos. Ginebra.
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
114
“Algunos han llamado la época en que vivimos “el siglo de los desplazados”. En los últimos tiempos
cientos de millones de personas han sido desalojadas por la fuerza de su hogar, de su tierra y de su
comunidad por diversas causas. Cada año diez millones de personas por lo menos son objeto de
desalojo forzoso, sin contar el elevadísimo número de personas que son apartadas de su lugar de
origen como consecuencia del desplazamiento interno, de la purificación étnica, de las corrientes de
refugiados o de otras manifestaciones del traslado obligado de la población. El desalojo forzoso no
se limita a las zonas rurales en que se construyen presas y proyectos vinculados a embalses u otras
obras de infraestructura, o en que se desposee a agricultores o pueblos indígenas de las tierras que
tradicionalmente han poseído y explotado. En las zonas urbanas también se producen cada vez más
desalojos forzosos en muy gran escala. En algunas ciudades se ha desalojado a cientos de millares
de personas en un solo día. En 1990, en una gran ciudad del África occidental, en unas cuantas horas
300.000 personas fueron despojadas de sus casas y sus bienes sin previo aviso, sin indemnización,
sin que se les ofreciera la posibilidad de reasentamiento ni resarcimiento establecida por ley. Antes
del desalojo llevaban más de 30 años en el barrio afectado”. Organización de las Naciones Unidas.
Folleto informativo No. 25. Los desalojos forzosos y los derechos humanos. Ginebra. Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
70
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
115
Organización de las Naciones Unidas. Folleto informativo No. 25. Los desalojos forzosos
y los derechos humanos. Diferentes órganos de Naciones Unidas han advertido el impacto que
tienen los desalojos forzosos con relación a varios derechos humanos. Al respecto, la Subcomisión
de prevención de discriminaciones y protección a las minorías de la ONU en su Resolución 1995/29
señaló “1. Reafirma que la práctica del desalojamiento forzoso constituye una violación grave de una
amplia gama de derechos humanos, en particular del derecho a una vivienda adecuada, del derecho
a permanecer en su propia casa, del derecho a la libertad de movimiento, del derecho a la intimidad,
del derecho a la seguridad del hogar, del derecho a la seguridad de la tenencia... y de otra serie de
derechos”. Citada en Organización de las Naciones Unidas, Folleto informativo No. 25. Los desalojos
71
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
De otro lado, el impacto que tiene la práctica de los desalojos forzosos para una
amplia gama de derechos, exige también reconocer que, como lo ha advertido el
forzosos y los derechos humanos. En un sentido semejante se pronunció el Relator de las Naciones
Unidas sobre el derecho a una vivienda adecuada, advirtiendo cómo los desalojos forzosos desconocen
varias disposiciones del derecho internacional de los derechos humanos: “13. El deber que tienen los
Estados de abstenerse de realizar desalojos forzosos de viviendas y tierras también emana de forma
directa o indirecta de una serie de instrumentos jurídicos internacionales que protegen el derecho
a la vivienda. Estos instrumentos, que son también la base del mandato del Relator Especial, son
la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (art. 11, párr. 1), la Convención sobre los Derechos del Niño (art. 27, párr. 3), las
disposiciones relativas al principio de no discriminación que figuran en el artículo 14, párrafo 2 h) de la
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, y el artículo 5
e) de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial.
14. Además, de conformidad con el criterio de la indivisibilidad de los derechos adoptado por el Relator
Especial, en el artículo 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos se establece que “[n]
adie será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su
correspondencia” y que “[t]oda persona tiene derecho a la protección de la ley contra estas injerencias
o esos ataques”. En el párrafo 1 del artículo 16 de la Convención sobre los Derechos del Niño figura
una disposición similar. Además, cabe citar otras referencias similares en la legislación internacional
como, por ejemplo, el artículo 21 de la Convención Internacional sobre el Estatuto de los Refugiados
de 1951; el artículo 16 del Convenio sobre pueblos indígenas y tribales de 1989 (Nº 169) de la OIT; y
el artículo 49 del Cuarto Convenio de Ginebra relativo a la protección de personas civiles en tiempo de
guerra (1949)”. Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a
un nivel de vida adecuado. Doc. E/CN.4/2004/48. 8 de marzo de 2004. Párrafos 13 y 14.
116
PISARELLO, Gerardo. Vivienda para todos: un derecho en (de)construcción. El derecho a una vivienda
digna y adecuada como derecho exigible. Barcelona. Ed. Icaria. 2003. Pág. 25.
72
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
117
“30. Las violaciones de los derechos económicos, sociales y culturales, como en rigor de cualquier
otro derecho, no se producen de forma aislada. Dichas violaciones suelen ser resultado, a la vez
que causa, de violaciones de derechos civiles y políticos. Los distintos tipos de violaciones se
influyen recíprocamente y se refuerzan unos a otros, a menudo con consecuencias devastadoras. La
discriminación sistemática y las desigualdades en el acceso a la atención de salud o a la vivienda, a
veces en el contexto de la competencia por unos recursos escasos o menguantes, pueden suscitar o
exacerbar tensiones sociales o políticas que lleven al conflicto o al enfrentamiento violento, lo que a su
vez perpetúa los ciclos de penuria y exclusión. Esta estrecha interrelación también ha sido reconocida
por las comisiones de la verdad”. Informe del Secretario General de las Naciones Unidas al Consejo
de Derechos Humanos. Cuarto periodo de sesiones. Cuestión del ejercicio en todos los países, de los
derechos económicos, sociales y culturales. Doc. A/HRC/4/62. 13 de febrero de 2007.
118
Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Doc. E/1998/22, anexo IV. Citado por el
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. El derecho a una
vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22. 1997. párr. 2 y 3.
73
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
de hacer salir a personas, familias y/o comunidades de los hogares y/o las tierras que ocu-
pan, en forma permanente o provisional, sin ofrecerles medios apropiados de protección
legal o de otra índole ni permitirles su acceso a ellos. Sin embargo, la prohibición de los
desalojos forzosos no se aplica a los desalojos forzosos efectuados legalmente y de acuerdo
con las disposiciones de los Pactos Internacionales de Derechos Humanos119.
11. Aunque algunos desalojos pueden ser justificables, por ejemplo en caso de impago
persistente del alquiler o de daños a la propiedad alquilada sin causa justificada, las au-
toridades competentes deberán garantizar que los desalojos se lleven a cabo de manera
permitida por una legislación compatible con el Pacto y que las personas afectadas dis-
pongan de todos los recursos jurídicos apropiados”
(…)
14. Cuando se considere que el desalojo está justificado, debería llevarse a cabo con es-
tricto cumplimiento de las disposiciones pertinentes de las normas internacionales de de-
rechos humanos y respetando los principios generales de la razón y la proporcionalidad.
A este respecto, cabe recordar en particular la Observación general Nº 16 del Comité de
Derechos Humanos relativa al artículo 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, que señala que la injerencia en el domicilio de una persona solo puede tener
lugar “en los casos previstos por la ley”. El Comité observó que en tales casos la ley debía
“conformarse a las disposiciones, propósitos y objetivos del Pacto”. El Comité señaló
también que “en la legislación pertinente se deben especificar con detalle las circunstan-
cias precisas en que podrán autorizarse esas injerencias121.
119
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. El derecho a una
vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22. 1997.
120
En el caso de los desalojos la razonabilidad y la proporcionalidad exigen el respeto de ciertas condiciones
que eviten graves perjuicios a las personas desalojadas. Además de los criterios mencionados por el
Comité de DESC en la Observación General No. 7, desde distintos frentes se han propuesto directrices
para el proceso de desalojo, con el fin de mitigar los daños y el sufrimiento que provoca, a las cuales
se hace referencia en este mismo aparte.
121
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. El derecho a una
vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22. 1997.
74
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
Así las cosas, únicamente resulta ajustado a derecho aquel desalojo que cumple
con las normas sustantivas y procedimentales adoptadas en cada Estado, y a lo
prescrito en los instrumentos internacionales de derechos humanos, conforme al
sentido que les ha sido asignado por los órganos encargados de verificar su cum-
plimiento122.
75
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
do algunas directrices con el fin de asegurar que, cuando cuenten con justificación
legal, los desalojos se lleven a cabo de tal manera que se respeten los derechos hu-
manos de los afectados.
En primer lugar, en relación con las razones que podrían justificar legalmente la
realización de desalojos, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos, ha manifestado:
El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ha hecho mucho hincapié
en los desalojos forzosos y ha afirmado en su observación general Nº 4 (1991), relativa
al derecho a una vivienda adecuada, que ‘los casos de desalojos forzosos son prima fa-
cie incompatibles con los requisitos del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales y solo pueden justificarse en las circunstancias más excepcionales y
de conformidad con los principios pertinentes del derecho internacional’ (párr. 18). Las
palabras ‘circunstancias excepcionales’ son importantes. Al definir en qué consisten esas
circunstancias, se pueden determinar los tipos de desalojo forzoso que son inadmisibles.
Siempre hay que distinguir entre quienes viven pacíficamente en un lugar determinado y
pueden correr el riesgo de un desalojo forzoso y quienes han incumplido deliberadamen-
te obligaciones legales o contractuales para con otros arrendatarios o residentes o para
con las personas o entidades propietarias de residencias o tierras.
76
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
f ) No efectuar desalojos cuando haga muy mal tiempo o de noche, salvo que
las personas afectadas den su consentimiento.
h) Ofrecer asistencia jurídica siempre que sea posible a las personas que nece-
siten pedir reparación a los tribunales126.
125
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. Folleto informativo No. 25. Los desalojos forzosos
y los derechos humanos. Ginebra. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos.
126
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. El derecho a una
vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22, anexo IV 1997. Párrafo 15. Además de
77
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
estos criterios, mencionados por el Comité de DESC en la Observación General No. 7, el Relator de
Naciones Unidas sobre el derecho a una vivienda adecuada ha precisado: “37. En los procesos de
planificación y desarrollo urbanos y rurales deberían participar todos los que pueden verse afectados
e incluir los siguientes elementos: a) un aviso apropiado a todas las personas que podrían verse
afectadas de que se está considerando el desalojo y que habrá audiencias públicas sobre los planes y
las alternativas propuestos; b) difusión eficaz por las autoridades de la información correspondiente por
adelantado, en particular los registros de la tierra y los planes amplios de reasentamiento propuestos,
con medidas dirigidas especialmente a proteger a los grupos vulnerables; c) un plazo razonable
para el examen público, la formulación de comentarios y/o objeciones sobre el plan propuesto; d)
oportunidades y medidas para facilitar la prestación de asesoramiento jurídico, técnico y de otro tipo
a las personas afectadas sobre sus derechos y opciones; y e) celebración de audiencias públicas que
den la oportunidad a las personas afectadas y a sus defensores a impugnar la decisión de desalojo
y/o presentar propuestas alternativas y formular sus exigencias y prioridades de desarrollo (…) 41.
Cualquier decisión relacionada con los desalojos debe anunciarse por escrito en el idioma local a todas
las personas afectadas, con suficiente antelación. El aviso de desalojo debe contener una justificación
detallada de la decisión, en particular sobre: a) la ausencia de alternativas razonables; b) todos los
detalles de la alternativa propuesta; y c) cuando no hay alternativas, todas las medidas adoptadas
y previstas para reducir al mínimo los efectos perjudiciales de los desalojos. Todas las decisiones
definitivas deben ser objeto de un examen administrativo y judicial. Se debe garantizar a las partes
afectadas el acceso oportuno a la asistencia letrada, gratuita en caso necesario”. Informe del Relator
Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida adecuado. Principios
básicos y directrices sobre los desalojos y el desplazamiento generados por el desarrollo. Doc. A/
HRC/4/18. 5 de febrero de 2007. Un ejercicio semejante se hace en el Folleto informativo No. 25 de
la Organización de las Naciones Unidas, acerca de los desalojos forzosos y los derechos humanos:
“Podría aplicarse el siguiente conjunto de directrices: a) En lo posible hay que evitar el traslado o, en
todo caso, reducirlo al mínimo. b) Cuando el traslado es inevitable, hay que formular y seguir un plan
de reubicación/reasentamiento en que se asignen suficientes recursos para la justa indemnización
y reintegración de los afectados, que deben poder aprovechar el proceso de desarrollo de modo
sostenible. Como mínimo, su situación no debe ser peor que la anterior al traslado. c) Las principales
partes interesadas, en especial las comunidades afectadas, deben participar plenamente en el proceso
de planificación y gestión. d) Los favorecidos con el proyecto que da lugar al traslado deben pagar
todos los gastos del proceso, incluida la reinserción socioeconómica de los afectados hasta alcanzar,
por lo menos, el nivel anterior”. Organización de las Naciones Unidas. Folleto informativo No. 25. Los
desalojos forzosos y los derechos humanos. Ginebra. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos.
78
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
– En 1993 la Corte de Apelaciones de París aplazó por seis (6) meses (y hasta
tanto encontraran un hogar) un desalojo de 23 familias sin techo, que al no
haber obtenido respuesta de las peticiones presentadas ante las autoridades
concernidas para acceder a un lugar de habitacion, se vieron obligadas a
ocupar predios abandonados durante varios años128;
79
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Es así como este gremio humano constituye el asentamiento subnormal más denso y
antiguo y además en zona de alto riesgo por encontrarse ubicados exactamente debajo
de los cables de alta tensión, que no obstante las limitaciones de todo orden, obtuvo el
premio al medioambiente como agentes ecológicos en categoría de iniciativa ciudadana
para la gestión ambiental otorgada por el Ministerio del Medio Ambiente131.
relación a posibles desalojos son T-423 de 1992, T-251 de 1995, T-309 de 1995, T-495 de 1995, T-569
de 1995, T-172 de 1997, T-494 de 2005, T-617 de 2005 y T-079 de 2008.
131
Citado por la Corte Constitucional en su Sentencia T-617 de 1995. M.P. Alejandro Martínez Caballero.
80
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
En el trámite de las acciones de tutela fueron muy diversas las posiciones con
relación al drama humano que podría desencadenar la orden de desalojo. Así,
mientras el Alcalde Mayor de Bogotá rechazaba la eventual protección de los dere-
chos fundamentales a los habitantes del predio e insistía en el desalojo133, entida-
des como la Defensoría del Pueblo llamaban la atención acerca de las deficiencias
de la acción estatal en la materia y advertían sobre la “problemática social” que
conllevaría hacer efectivo el desalojo sin adecuadas condiciones de reubicación.
Dentro de las decisiones de instancia, tres (3) habían resultado favorables a las
pretensiones de los tutelantes, mientras que en una (1) se había rechazado por
improcedente la presentación del recurso de amparo. Dentro de uno de los fallos
que protegen los derechos fundamentales de los actores, algunos Magistrados del
Consejo de Estado, que realizaron una visita informal al asentamiento de “Los
comuneros”, expresaron lo siguiente:
Evidentemente la zona de la carrera 42 entre las calles 6ª y 13 es un bien público que se
encuentra ocupado por familias en estado que traspasa la “pobreza absoluta”.
Los ocupantes son personas cuya labor se contrae a la recolección de desechos y desper-
dicios de las zonas comerciales e industriales del vecindario... la Sala considera que es tal
132
Según informe de la Defensoría del Pueblo y citado por la Corte Constitucional, el predio era habitado
por más de 1.000 personas, en su mayoría niñas y niños.
133
“El Alcalde Mayor de Santa Fe de Bogotá, Antanas Mockus, expresa que hay que velar porque los bienes
del Estado se protejan, dice que el Estado paternalista ha quedado atrás con la nueva Constitución,
piensa que la protección al trabajo y la vivienda se predica para actividades que no generen y no
dependan de una situación de ilegalidad. Son sus palabras: ‘La situación de los demandantes ha
estado al margen de la ley durante muchos años y por ello no es admisible que se exijan derechos
amparándose en tal circunstancia, por cuanto implicaría que la violación de la ley fuera una manera
de adquirir derechos. Exigir a la Autoridad que dé soluciones integrales a los invasores es forzarla a
destinar los recursos para premiar a aquellos que transgreden la ley y desconocer las circunstancias
de otras personas más vulnerables a las que el Estado debería atender prioritariamente por ser más
débiles’”. Corte Constitucional. Sentencia T-617 de 1995. M.P. Alejandro Martínez Caballero.
81
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
la magnitud del estado de miseria que padecen los actores de la tutela que prácticamente
carecen de toda posibilidad de ejercicio de sus derechos fundamentales invocados.
Si estas personas vienen ocupando, por más de dos décadas el bien público mencionado
lo han hecho por la tolerancia de la autoridad que de esta manera ha incumplido sus
deberes legales y constitucionales; y no puede ser –luego de tanto tiempo– la medida
de represión policiva la salida adecuada; no se puede pretender la suspensión en un solo
instante de situaciones que se han venido generando con el tiempo, permitiendo el asen-
tamiento de comunidades en cuyo seno han nacido niños y envejecido padres y que, por
precarias que sean, les permite, al menos en niveles infrahumanos la conservación de la
vida y la formación de una familia. Es cierto que es deber de la autoridad distrital pro-
teger la integridad del espacio público, pero este deber debe cumplirse “ab-initio” y no
cuando, por incuria, se genere su ocupación. La respuesta policiva no puede ser la medi-
da aplicable a este caso por las consecuencias imprevisibles y funestas que ella conllevaría
para el orden social y la vida humana de los ocupantes.
En este caso, persiste el deber de protección del espacio público pero este es correlativo
con el deber de la autoridad de procurar las mínimas condiciones de existencia de las
personas que han sido víctimas de la injusticia social que sufren países como Colombia.
Este deber prevalece sobre el primero. Por contera, en los países latinoamericanos donde
la migración del campo a la ciudad es un factor que ha contribuido de manera patológica
a la formación de verdaderas megalópolis, los asentamientos humanos subnormales son
un elemento distintivo de la miseria urbana ya se llamen favelas, villas-miserias o tugurios
lo cual impone a la administración el deber ineludible de adoptar políticas audaces para
conjurar de manera preventiva las dolencias de estas capas sociales134.
82
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
(…)
Este derecho a la vivienda digna en abstracto no hace parte de los derechos fundamen-
tales, pero en algunas circunstancias lo sería si está en conexidad con otros derechos
fundamentales y si, como en el caso en estudio, entra en conexidad con la BUENA FE y
con el principio de IGUALDAD, por cuanto al confrontar las circunstancias de hecho el
Estado –Distrito Capital– al hacer efectivo este derecho le dio un trato distinto a dos si-
tuaciones iguales, por lo tanto debe facilitárseles las condiciones a quienes aún no tienen
la solución y excluirse a aquellos que ya tienen vivienda o han sido reubicados.
Fernández Tomás-Ramón, Curso de Derecho Administrativo, Editorial Civitas-Madrid pág. 375. Citado
en la Sentencia T-617 de 1995. M.P. Alejandro Martínez Caballero.
137
Si bien se protege el derecho a la vivienda digna de los tutelantes, la Corte no desconoce la necesidad
de proceder a recuperar los bienes públicos, para lo cual en todo caso ordena el lanzamiento de los
ocupantes, una vez se cumpla el término de suspensión del desalojo (un año), el cual se concedió
a las autoridades con el fin de garantizar las reubicación de la Comunidad: “Considera la Sala que
la suspensión del desalojo facilitaría una solución de vivienda para quienes serían lanzados de
su tradicional sitio donde habitan, pero esa suspensión no puede ser indefinida, ni implica que se
desconozca el principio de que los bienes de uso público son imprescriptibles”. Corte Constitucional.
Sentencia T–617 de 1995. M.P. Alejandro Martínez Caballero.
83
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
84
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
ciones que se impongan deberán ser “determinadas por ley, sólo en la medida compatible
con la naturaleza de esos derechos [económicos, sociales y culturales] y con el exclusivo
objeto de promover el bienestar general en una sociedad democrática.
6. Muchos casos de desalojos forzosos están relacionados con la violencia, por ejemplo,
los causados por conflictos armados internacionales, las disensiones internas y la violen-
cia comunitaria o étnica140.
Ahora bien, aunque los desalojos forzosos y los desplazamientos internos forza-
dos comparten características y rasgos comunes141, es posible encontrar en cada una
de estas categorías un valor explicativo autónomo. Así lo ha entendido la Oficina del
Alto Comisionado de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos, dentro del
Folleto Informativo No. 25, editado por Naciones Unidas:
Aun cuando hay muchos puntos de convergencia, los desalojos forzosos se diferencian
por varios factores clave de otras formas o modalidades de desplazamiento como el des-
plazamiento interno, los éxodos en masa, las corrientes de refugiados y los traslados de
población.
En primer lugar, los desalojos forzosos siempre pueden atribuirse directamente a deci-
siones, leyes o políticas específicas de los Estados o a que estos no hayan impedido que
140
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General 7. El derecho a una
vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22, anexo IV 1997. párr.5.
141
“5. Los desalojos forzosos constituyen un fenómeno diferenciado en virtud del derecho internacional y
con frecuencia están vinculados a la falta de una tenencia jurídicamente segura, lo cual constituye un
elemento esencial del derecho a una vivienda adecuada. Los desalojos forzosos comparten muchas
consecuencias parecidas con las que se derivan de los desplazamientos arbitrarios, en particular el
traslado de la población, las expulsiones en masa, los éxodos en masa, la depuración étnica y otras
prácticas que significan el desplazamiento coaccionado e involuntario de personas de sus hogares,
tierras y comunidades”. Principios básicos y directrices sobre los desalojos y el desplazamiento
generados por el desarrollo. Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte
del derecho a un nivel de vida adecuado. A/HRC/4/18. 5 de febrero de 2007. La distancia entre el
concepto de desalojo forzoso y desplazamiento interno, también ha sido advertida por la Oficina del
Alto Comisionado de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos: “Muchas de las características
de la práctica del desalojo forzoso son análogas a las de fenómenos conexos como los traslados de
población, el desplazamiento interno, la expulsión durante un conflicto armado o después de este, la
“purificación étnica”, los éxodos en gran escala, los movimientos de refugiados, etc. Las actividades que
han desarrollado las Naciones Unidas en relación con los desplazamientos de personas han tendido
a girar en torno a las manifestaciones de esta práctica en el contexto de los conflictos armados, de los
objetivos de la persecución étnica o religiosa o de las situaciones que conducen al quebrantamiento del
orden público. Un grupo de personas a las que no siempre afectan las actividades de las Naciones Unidas
en este sentido son aquellas que son desalojadas por la fuerza de sus hogares, tierras y comunidades
sin que haya guerras, conflictos internos, hambre o desintegración social. Los desalojados tampoco
corresponden siempre a la categoría de los denominados “desplazados internos”, aunque bien podrían
serlo”. Organización de las Naciones Unidas. Folleto informativo No. 25. Los desalojos forzosos y los
derechos humanos. Ginebra. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos.
85
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
terceros los lleven a cabo. La responsabilidad del Estado en la mayoría de las formas de
desplazamiento involuntario de personas casi siempre es clara. En los casos de desalo-
jo forzoso, a menudo los gobiernos participan activamente en la propia desocupación
del hogar. En otros casos de desplazamiento, las personas pueden huir por razones de
seguridad personal (pese a que toda la responsabilidad de no prevenir la situación de in-
seguridad puede recaer en el gobierno). En las medidas internacionales relacionadas con
los desalojos forzosos se ha establecido una distinción entre esta práctica y las prácticas
afines, como expulsiones forzosas de un país a otro y otros actos de deportación.
En tercer lugar, casi todos los desalojos forzosos se planean, se formulan y, a menudo,
se anuncian con anterioridad. Por ejemplo, con cierta frecuencia se hacen declaraciones
oficiales o se adoptan decisiones judiciales antes del desalojo o se incluyen los planes de
desocupación en las políticas o proyectos gubernamentales de desarrollo o de otra índole.
Por otro lado, la supresión o restricción de los subsidios a la vivienda para grupos de esca-
sos ingresos, por ejemplo, pueden surtir un efecto considerable en el número de desalojos
en una determinada sociedad.
En cuarto lugar, los desalojos forzosos pueden afectar tanto a particulares como a grupos
de personas. Pueden ocurrir en gran escala o en pequeña escala. El punto de partida para
el examen de esta práctica desde el punto de vista de los derechos humanos deben ser
las repercusiones directas de los desalojos forzosos para los derechos humanos de las per-
sonas y grupos afectados. Aunque la práctica puede constituir en sí una violación de los
derechos humanos, pueden comprometerse seriamente muchos otros derechos humanos
durante los desalojos142.
142
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. Folleto informativo No. 25. Los desalojos forzosos
y los derechos humanos. Ginebra. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos.
86
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
generados por el desarrollo, de un lado, y los principios rectores sobre los despla-
zamientos internos, del otro143.
2. No se podrá forzar a las personas civiles a abandonar su propio territorio por razones
relacionadas con el conflicto145.
143
“El Relator Especial sobre el derecho a la vivienda también ha destacado, en varios de sus informes, la
interdicción de los desalojos forzosos y la obligación de ayudar a las personas sin vivienda. Recientemente
ha elaborado unos Principios básicos y directrices sobre los desalojos y el desplazamiento generado
por el desarrollo que completan los Principios y directrices sobre el desplazamiento interno debido a
conflictos armados o a catástrofes naturales que presentamos en una publicación anterior”. GOLAY,
Christophe y ÖZDEN, Melik. El derecho a la vivienda. Ginebra. CETIM. 2007.
144
Informe del Representante del Secretario General, Sr. Francis Deng, presentado con arreglo a la
Resolución 1997/33 de la Comisión de Derecho Humanos. Principios rectores de los desplazamientos
internos. Doc. E/CN.4/1998/53/Add. 2. 11 de febrero de 1998. Principio 2.
145
Protocolo adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la protección de las
víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional (Protocolo II). Ya en el Protocolo I, referido
a la Protección de las Víctimas de los Conflictos Armados Internacionales, se prohíbe “atacar, destruir,
sustraer o inutilizar los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil, tales como los
artículos alimenticios y las zonas agrícolas que los producen, las cosechas, el ganado, las instalaciones
y reservas de agua potable y las obras de riego, con la intención deliberada de privar de esos bienes,
por su valor como medios para asegurar la subsistencia, a la población civil o a la Parte adversa,
sea cual fuere el motivo, ya sea para hacer padecer hambre a las personas civiles, para provocar su
desplazamiento, o con cualquier otro propósito” (Art. 54).
87
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
146
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. El derecho a
una vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22. 1997. párr. 10. En el mismo sentido
el Relator Especial sobre el derecho a la vivienda adecuada expresó: “La discriminación también
interviene en forma prominente en los casos de los desalojos forzosos, que afectan en mucha mayor
medida que a otros grupos a las mujeres, a las minorías étnicas, religiosas, raciales y de otro tipo, y a
los indígenas”. Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a
un nivel de vida adecuado. Doc. E/CN.4/2004/48. 8 de marzo de 2004.
89
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
90
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
De esta forma, tanto el Comité de DESC como el Relator Especial sobre el de-
recho a una vivienda adecuada, parten de constatar la situación de desigualdad en
la que frecuentemente se encuentran las mujeres en el disfrute del derecho a una
vivienda adecuada, y en particular en el acceso a los medios legales para defenderla
de amenazas. Como remedio a esta situación, el principio de igualdad impone que
sean implementadas acciones afirmativas, con el fin de remover los obstáculos que
se oponen al acceso de las mujeres a los instrumentos legales para la defensa de
su familia, lo que incluye una vivienda adecuada (párr. 1) y una alimentación adecuada (párr. 2). Según
el artículo 3º, leído juntamente con el párrafo 1 del artículo 11, la mujer debe tener derecho de propiedad,
usufructo u otra forma de intervención sobre la vivienda, la tierra y los bienes en plena igualdad con el
hombre y acceder a los recursos necesarios a tal efecto”. Comité de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales. Observación General No. 16. La igualdad de derechos del hombre y la mujer al disfrute de los
derechos económicos, sociales y culturales (artículo 3 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales). Doc. E/C.12/2005/4. 11 de agosto de 2005.
150
Asunto que será objeto de posterior análisis en el Capítulo 4, relativo a la accesibilidad económica
como elemento del derecho a la vivienda digna y adecuada.
151
Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida
adecuado. Doc. E/CN.4/2002/59. 1º de marzo de 2002. Párrafo 67.
91
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
152
En el mismo sentido, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra
la Mujer establece: “Artículo 15. 1. Los Estados Partes reconocerán a la mujer la igualdad con el
hombre ante la ley. 2. Los Estados Partes reconocerán a la mujer, en materias civiles, una capacidad
jurídica idéntica a la del hombre y las mismas oportunidades para el ejercicio de esa capacidad. En
particular, le reconocerán a la mujer iguales derechos para firmar contratos y administrar bienes y
le dispensarán un trato igual en todas las etapas del procedimiento en las cortes de justicia y los
tribunales. 3. Los Estados Partes convienen en que todo contrato o cualquier otro instrumento privado
con efecto jurídico que tienda a limitar la capacidad jurídica de la mujer se considerará nulo. 4. Los
Estados Partes reconocerán al hombre y a la mujer los mismos derechos con respecto a la legislación
relativa al derecho de las personas a circular libremente y a la libertad para elegir su residencia y
domicilio”.
153
“15. Los Estados deben garantizar la igualdad de derechos de mujeres y hombres a la protección
contra los desalojos forzosos y la igualdad de disfrute del derecho humano a la vivienda adecuada
y a la seguridad de la tenencia, según se refleja en las presentes directrices (…) 26. Los Estados
deben garantizar la igualdad del disfrute del derecho a una vivienda adecuada por las mujeres y
por los hombres. Para ello es preciso que los Estados adopten y apliquen medidas especiales para
proteger a las mujeres de los desalojos forzosos. Estas medidas deben asegurar que se otorgan a
todas las mujeres títulos de propiedad sobre la vivienda y la tierra (…) 47. Los desalojos no deberían
realizarse de una forma que viole la dignidad y los derechos humanos a la vida y a la seguridad de
las personas afectadas. Los Estados también deben adoptar medidas para garantizar que las mujeres
no sean objeto de violencia ni discriminación de género durante los desalojos, y que se protegen los
derechos humanos de los niños (…) 62. Las mujeres y los hombres deben ser cobeneficiarios de todas
las medidas de indemnización. Las mujeres solteras y las viudas deben tener derecho a su propia
indemnización”. Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho
a un nivel de vida adecuado. Principios básicos y directrices sobre los desalojos y el desplazamiento
generados por el desarrollo. Doc. A/HRC/4/18. 5 de febrero de 2007.
92
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
(…)
La tutelante es una persona de la tercera edad (más de 62 años), madre cabeza de familia,
analfabeta, de escasos recursos económicos, sin ingreso fijo, sin la expectativa de ser be-
neficiaria de una pensión y que durante su actividad laboral trabajó como empleada del
servicio doméstico. Su grupo familiar está conformado por un hijo de 47 años de edad
con discapacidad por retraso mental, una hija de 36 años que se encuentra sin trabajo y
un nieto menor de edad para la fecha de interposición de la tutela, que dependen exclu-
sivamente de la actora.
Se advierte así mismo, que el inmueble demolido por el municipio, era de propiedad
de su madre, ya fallecida, vivienda que además habitaba la actora en calidad de po-
seedora hasta el momento de su destrucción y que posterior a ese hecho, se encuentra
albergada en casa de una sobrina154.
154
Corte Constitucional. Sentencia T–079 de 2008. M.P. Rodrigo Escobar Gil.
93
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
94
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
2005. En esta ocasión, la Corte resolvió acerca de una tutela interpuesta por un
Defensor de Familia en representación de tres (3) menores de edad, quienes ha-
bían sido desalojados de su vivienda en el marco de un proceso de restitución de
inmueble arrendado promovido por su propio padre.
En efecto, conforme a los hechos relacionados por la Corte, los padres de los
menores desalojados habían convivido por más de diecisiete (17) años, pero, tras
su separación en 2000, habían celebrado un contrato de arrendamiento en rela-
ción con el inmueble que estaba destinado a la habitación del núcleo familiar. En
virtud de este contrato, el padre cedía en calidad de arrendamiento la tenencia del
inmueble a su ex compañera, quien se obligaba a pagar en lo sucesivo un canon
de arrendamiento mensual. Ante el incumplimiento de la madre de los menores,
en el pago del canon mensual de arrendamiento, el padre de los mismos procedió
a iniciar un proceso de restitución del inmueble arrendado, en el cual fueron des-
atendidas las objeciones del defensor de familia en defensa de los hijos de la unión.
El proceso de restitución del inmueble arrendado terminó con el desalojo de la
madre y de los menores por parte del juzgado de conocimiento.
156
Corte Constitucional. Sentencia T–494 de 2005. M.P. Rodrigo Escobar Gil.
95
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
157
Corte Constitucional. Sentencia C-560 de 2002. M.P. Jaime Córdoba Triviño.
158
Acerca de la relación entre el derecho a la vivienda y el derecho a la tierra el Relator de Naciones
Unidas sobre el derecho a la vivienda adecuada expresó: “54. El relator Especial considera que la
tierra es un recurso esencial para la vivienda y estima que los derechos a la tierra y a la vivienda son
congruentes entre sí. Si la vivienda se contempla como el derecho a un lugar donde vivir con seguridad
y dignidad (como así lo testimonian novedades jurídicas de tipo internacional registradas en los últimos
años), entonces incluye necesariamente la seguridad de la tenencia y un acceso equitativo al recurso
tierra. Las violaciones que afectan al acceso y al derecho a la tierra repercuten también en la seguridad
de la vivienda y figuran entre las causas más importantes de la carencia de vivienda. El relator Especial
desea afirmar que estos dos derechos deben ser contemplados en forma global y que es necesario
comprender a fondo sus vínculos específicos a fin de intensificar las actuaciones requeridas en el
plano de las políticas y las leyes para potenciar esos derechos fundamentales a la supervivencia y el
sustento”. Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un
nivel de vida adecuado. Doc. E/CN.4/Sub.2/1995/12. 12 de julio de 1995.
96
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
La tierra en tanto que derecho con frecuencia es un elemento esencial, necesario para
comprender el grado de violación y la medida de realización del derecho a una vivien-
da adecuada.
27. En las visitas a los países el Relator Especial con frecuencia se ve confrontado con el
problema de la vivienda adecuada en relación con la tierra y los derechos sobre la tierra.
28. La cuestión de la tierra tiene efectos particulares sobre los grupos tales como los
pueblos indígenas, las comunidades que históricamente se han visto discriminadas, las
minorías, los desplazados internos y los refugiados que regresan a su lugar de origen.
Tiene importancia crucial para las mujeres cuando se trata de la cuestión de la herencia y
los problemas de acceso, tenencia y subsistencia.
29. Sin un reconocimiento jurídico adecuado de los derechos tanto individuales como
colectivos sobre la tierra, el derecho a una vivienda adecuada en muchos casos no se
puede ejercer de forma eficaz159.
De esta forma, el disfrute del derecho a la vivienda adecuada por parte de los
grupos étnicos exige la protección de esa relación especial que guardan ellas con
159
Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida
adecuado. Doc. A/HRC/4/18. 5 de febrero de 2007.
160
Informe del Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos y las libertades fundamentales
de los indígenas. Doc. A/HRC/6/15 del 15 de noviembre de 2007. Párrafo 43.
97
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
98
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
‘Sin este derecho los anteriores (derechos a la identidad cultural y a la autonomía) son
solo reconocimientos formales. El grupo étnico requiere para sobrevivir del territorio
en el cual está asentado, para desarrollar su cultura. Presupone el reconocimiento al
derecho de propiedad sobre los territorios tradicionales ocupados y los que configuran
su hábitat165 .
99
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Al aplicar las disposiciones del presente Convenio, los gobiernos deberán: a) consultar a
los pueblos interesados, mediante procedimientos apropiados y en particular a través de
sus instituciones representativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o adminis-
trativas susceptibles de afectarles directamente.
100
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
169
Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida
adecuado. Principios básicos y directrices sobre los desalojos y el desplazamiento generados por el
desarrollo. Doc. A/HRC/4/18. 5 de febrero de 2007.
101
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
apoderen de esos bienes personas sin derecho a hacerlo…A su regreso a sus lugares de
origen, todos esos refugiados y todas esas personas desplazadas tienen derecho a que se
les devuelvan los bienes de que fueron privados durante el conflicto y a ser indemnizados
por los bienes que no pudieren serles devueltos. Además, deberán considerarse nulos
de pleno derecho todos los compromisos o declaraciones que se hayan efectuado bajo
compulsión acerca de esos bienes170.
170
Comité para la eliminación de la discriminación racial. Acta resumida de la 1189ª sesión: Afghanistan,
Bahamas, Dominican Republic. Doc. 18/07/97.ERD/C/SR.18 de julio de 1997.
171
Corte Constitucional. Sentencia T–821 de 2007. M.P. Catalina Botero Marino.
102
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
103
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
104
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
Por tanto, los Estados Partes deberían revisar la legislación y las políticas vigentes para
que sean compatibles con las exigencias del derecho a una vivienda adecuada y derogar o
enmendar toda ley o política que no sea conforme a las disposiciones del Pacto174.
174
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. El derecho a una
vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22. 1997. Párrafo 9.
175
“Sea cual fuere el tipo de tenencia, todas las personas deben gozar de cierto grado de seguridad de
tenencia que les garantice una protección legal contra el desahucio, el hostigamiento u otras amenazas.
Por consiguiente, los Estados Partes deben adoptar inmediatamente medidas destinadas a conferir
seguridad legal de tenencia a las personas y los hogares que en la actualidad carezcan de esa protección
consultando verdaderamente a las personas y grupos afectados”. Comité de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales. Observación General No. 4. El derecho a la vivienda adecuada. 1991. Párrafo 8.
El Relator especial sobre el derecho a la vivienda adecuada también se ha pronunciado en el mismo
sentido: “Los Estados adoptarán medidas, hasta el máximo de sus recursos disponibles, para garantizar
la igualdad de disfrute del derecho a una vivienda adecuada por todos. La obligación de los Estados de
adoptar medidas legislativas y normativas apropiadas para garantizar la protección de las personas, los
grupos o las comunidades de los desalojos que no están conformes con las normas internacionales de
derechos humanos existentes es inmediata”. Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada,
como parte del derecho a un nivel de vida adecuado. Principios básicos y directrices sobre los desalojos
y el desplazamiento generados por el desarrollo. Doc. A/HRC/4/18. párr. 23. 5 de febrero de 2007.
176
Informe del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la vivienda adecuada. 22 de
junio de 1993. Doc. E/CN.4/Sub.2/1993/15.
105
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
106
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
marco de las medidas adoptadas para la plena realización del derecho a la vivienda
digna y adecuada, se debe asegurar la remoción de todos los obstáculos que en la
práctica inhiban el ejercicio igualitario de las herramientas para la protección de la
vivienda, de manera que se haga efectiva la igualdad en un sentido material.
Por último, en relación con el carácter de esta obligación, debe señalarse que
se trata de un deber de cumplimiento inmediato, cuya satisfacción no está sujeta
a ninguna otra consideración, tal como lo ha señalado el Comité de DESC, en la
Observación General No. 3, relativa a la índole de las obligaciones de los Estados:
Aunque el Pacto contempla una realización paulatina y tiene en cuenta las restricciones
derivadas de la limitación de los recursos con que se cuenta, también impone varias
obligaciones con efecto inmediato. De estas, dos resultan particularmente importantes
para comprender la índole exacta de las obligaciones contraídas por los Estados Partes.
Una de ellas, que se analiza en una observación general aparte, que será examinada por el
Comité en su sexto período de sesiones, consiste en que los Estados se “comprometen a
garantizar” que los derechos pertinentes se ejercerán “sin discriminación”179.
conseguir una vivienda” a grupos en situación de desventaja, conforme a la Observación General No.
4. del Comité de DESC.
179
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General 3. La índole de las
obligaciones estatales. Doc. E/1991/23. 1990. Párrafo 1.
180
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. El derecho a una
vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22. 1997. párr.10.
107
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Ahora bien, las obligaciones de respetar imponen al Estado dos tipos de con-
ducta con relación a la seguridad jurídica de la tenencia en la vivienda181: de un
lado, y por regla general, la abstención de interferir en el ejercicio del derecho a
la vivienda; y del otro, la aplicación del principio de proporcionalidad y la obser-
vación del debido proceso, en aquellos casos en los que de forma excepcional sea
necesario intervenir en el disfrute de la vivienda, como por ejemplo cuando los
desalojos cuentan con un fundamento jurídico.
181
Este doble sentido de las obligaciones de abstención puede inferirse de la Observación General No. 7.
En efecto, esta manifiesta que “…la prohibición de los desalojos forzosos no se aplica a los desalojos
efectuados legalmente y de acuerdo con las disposiciones de los Pactos Internacionales de Derechos
Humanos” (párr. 4) y, más adelante, indica que “…es indudable que una legislación contra los desalojos
forzosos es una base esencial para crear un sistema de protección eficaz. Esa legislación debería
comprender medidas que…regulen estrictamente las circunstancias en que se puedan llevar a cabo
los desalojos” (párr. 10). En el mismo sentido, el párrafo 12 añade que “Aunque algunos desalojos
pueden ser justificables,… las autoridades competentes deberán garantizar que los desalojos se lleven
a cabo de manera permitida por una legislación compatible con el Pacto y que las personas afectadas
dispongan de todos los recursos jurídicos apropiados”. Finalmente, el párrafo 15 establece que “cuando
se considere que el desalojo está justificado, debería llevarse a cabo con estricto cumplimiento de
las disposiciones pertinentes de las normas internacionales de derechos humanos y respetando los
principios generales de la razón y la proporcionalidad”. Comité de Derechos Económicos Sociales y
Culturales. Observación General No. 7. El derecho a una vivienda adecuada: Los desalojos forzosos.
Doc. E/1998/22. 1997.
182
Cuando los desalojos forzosos son generados por la acción de los particulares, representan un
desconocimiento de las obligaciones estatales de protección.
183
Directrices de Maastricht sobre Violaciones a los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Maastricht, 22-26 de enero de 1997. Párrafo 6.
108
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
184
“Es verdad que, según las pruebas recaudadas por el Tribunal Administrativo, el actor vive actualmente
en arriendo, en una casa cercana pero también es claro que sus circunstancias concretas hacen que
destine a tal fin la mayor parte de sus escasos ingresos, provenientes, según lo establecido, de la
venta esporádica de chance y de verduras”. Corte Constitucional. Sentencia T-309 de 1995. M.P. José
Gregorio Hernández Galindo.
185
Corte Constitucional. Sentencia T-309 de 1995. En otros dos pronunciamientos del año 1995,
separados de la Sentencia T-309 de 1995 por tan solo un mes de diferencia, la Corte Constitucional
109
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
con sendas ponencias del Magistrado Vladimiro Naranjo Mesa, niega la posible fundamentalidad del
derecho a la vivienda digna y adecuada, y ante casos análogos al que da lugar a la T–309, rechaza
la solicitud de amparo demandada por los actores, a quienes se les había demolido sus viviendas por
encontrarse en zonas de alto riesgo, sin que les fueran ofrecidas condiciones para su reubicación.
Corte Constitucional. Sentencias T–251 y 495 de 1995.
186
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 4. El derecho a la
vivienda adecuada. 1991. Párrafos 8-a y 18; Observación General No. 7. Los desalojos forzosos. 1997.
Párrafos 9 y 13. En el mismo sentido el Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como
parte del derecho a un nivel de vida adecuado. Principios básicos y directrices sobre los desalojos y el
desplazamiento generados por el desarrollo. Informe. A/HRC/4/18. 5 de febrero de 2007: “La protección
que ofrecen estos requisitos de procedimiento se aplica a todas las personas vulnerables y a los grupos
afectados, independientemente de si poseen un título de propiedad sobre el hogar o los bienes en
virtud de la legislación nacional” Párrafo 2 del Anexo 1.
187
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General No. 4. El derecho a una
vivienda adecuada. doc. E/1991/23. 1991. Párrafo 8 a).
110
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
111
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
práctica de los desalojos forzosos como estrategia de guerra. En este sentido, los
desalojos forzosos realizados como una vía para alcanzar una ventaja de tipo mili-
tar, desconocen las reglas del derecho internacional humanitario, en particular lo
establecido en el Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra:
112
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
190
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. El derecho a una
vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22. 1997. párr. 7.
191
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. El derecho a
una vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22. 1997. Párrafo 17. En un sentido
semejante se pronunció el Relator especial sobre el derecho a la vivienda adecuada, así: “31. El Banco
Asiático de Desarrollo aprobó una política sobre reasentamientos involuntarios en 1995 que elaboró
tomando como modelo la política del Banco Mundial. Desde 1994 el Banco Asiático de Desarrollo ha
financiado 80 proyectos que implicaban un reasentamiento y que afectaron a un promedio de 120.000
personas al año entre 1994 y 1999. Al igual que en el caso del Banco Mundial, la política del Banco
Asiático de Desarrollo pretende fundamentalmente evitar los desplazamientos involuntarios o minimizar
sus efectos garantizando que las personas afectadas reciben la asistencia necesaria para rehacer
113
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
su vida en las mismas condiciones que antes de que comenzara el proyecto. 32. En 1991 el Banco
Interamericano de Desarrollo creó sus primeras directrices operacionales para el reasentamiento
involuntario. Su política operacional más reciente es la OP-710 sobre el desplazamiento involuntario
(1998) y guarda semejanza con las del Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo. En 1995 el
Banco Africano de Desarrollo elaboró directrices operacionales para el reasentamiento involuntario,
similares también a las directrices del Banco Mundial. 33. El Relator Especial acoge favorablemente la
sensibilización de las instituciones financieras internacionales respecto al problema de los desalojos y
los desplazamientos resultantes. No obstante, la documentación de las organizaciones de la sociedad
civil y las comunicaciones de los procedimientos especiales indican que la aplicación de estas políticas
ha sido muy escasa. El Relator Especial recomienda que se realice una evaluación en profundidad de
la aplicación de estas directrices y políticas operacionales, en particular de su compatibilidad con las
obligaciones contraídas en el ámbito de los derechos humanos”. Informe del Relator Especial sobre
una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida adecuado. Doc. E/CN.4/2004/48. 8
de marzo de 2004.
192
Con relación al carácter de esta obligación son igualmente aplicables las consideraciones del CDESC
recién citadas, acerca del deber de respeto estudiado en el aparte inmediatamente anterior, tratándose
entonces de una obligación de cumplimiento inmediato: “Ahora bien, dada la naturaleza de la práctica
de los desalojos forzosos, la referencia en el párrafo 1 del artículo 2 al logro progresivo de tales
derechos basándose en los recursos disponibles rara vez será pertinente. El propio Estado deberá
abstenerse de llevar a cabo desalojos forzosos y garantizar que se aplique la ley a sus agentes o a
terceros que efectúen desalojos forzosos (tal como se definen en el párrafo 3 supra) (…)”
114
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
193
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. El derecho a una
vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22. 1997.
194
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos también ha advertido acerca
de la necesidad de asegurar la eficacia de las legislaciones nacionales, en el propósito de abolir la
práctica de los desalojos forzosos: “Estas y otras leyes nacionales son una indicación de cómo los
ciudadanos pueden estar protegidos, al menos parcialmente, contra los desalojos forzosos arbitrarios
o ilegales. Aunque la promulgación de estas leyes represente una mejora, no hay una correlación
clara o universal entre dicha legislación y la protección efectiva de las personas y la prevención de
los desalojos forzosos. Estas leyes no implican necesariamente la erradicación de la práctica de los
desalojos forzosos, aunque pueden proteger a los moradores si los gobiernos nacionales las aplican
de buena fe”. Organización de las Naciones Unidas. Folleto informativo No. 25. Los desalojos forzosos
y los derechos humanos.
195
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. El derecho a una
vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22. 1997. Párrafo 9.
115
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
dica eficaz contra el desalojo por parte del Estado. El derecho seguro a la tenencia de la
tierra debe medirse por la existencia en el plano nacional de disposiciones eficaces contra
los desalojos forzosos y de recursos contra esos desalojos196.
Por último, la eficacia de las disposiciones contra los desalojos también supone
que las normas disciplinarias y penales establecidas para la sanción de los desalojos
forzosos sean aplicadas con todo rigor tanto a los particulares, como a los agentes
estatales que por acción u omisión hubieren realizado o tolerado la práctica de los
desalojos forzosos: “La legislación debe aplicarse además a todos los agentes que
actúan bajo la autoridad del Estado o que responden ante él”197
196
Informe del Relator Especial sobre la vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida
adecuada. 3 de marzo de 2003. Doc. E/CN.4/2003/5, Párrafo 54.
197
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. El derecho a una
vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22. 1997. Párrafo 9.
116
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
117
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Ahora bien, la consulta que debe adelantarse con los eventuales afectados de
los desalojos supone la existencia de información oportuna a su disposición, de
manera que la comunidad sea consciente de sus derechos y de las obligaciones es-
tatales en el marco del proceso de desalojo. Así mismo, la obligación de consultar
a las personas afectadas con un desalojo forzoso está estrechamente relacionada
en circunstancias excepcionales. Los desalojos requieren una plena justificación dados sus efectos
adversos sobre una gran cantidad de derechos humanos internacionalmente reconocidos. Cualquier
desalojo debe: a) estar autorizado por la ley; b) llevarse a cabo de acuerdo con el derecho internacional
relativo a los derechos humanos; c) hacerse únicamente con el fin de promover el bienestar general; d)
ser razonable y proporcional; e) estar reglamentado de tal forma que se garantice una indemnización
y rehabilitación completas y justas; y f) realizarse de acuerdo con las presentes directrices” Relator
Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida adecuado. Principios
básicos y directrices sobre los desalojos y el desplazamiento generados por el desarrollo. Doc. A/
HRC/4/18. 5 de febrero de 2007.
201
“13. Antes de que se lleve a cabo cualquier desalojo forzoso, en particular los que afectan a grandes
grupos de personas, los Estados Partes deberían velar por que se estudien en consulta con los
interesados todas las demás posibilidades que permitan evitar o, cuando menos, minimizar la necesidad
de recurrir a la fuerza”. Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General
No. 7. El derecho a una vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22. 1997. párr. 13.
202
Ibíd. Párrafo 13.
203
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. El derecho a una
vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22. 1997. párr. 13.
118
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
204
Informe del Representante del Secretario General, señor Francis Deng, presentado con arreglo a la
Resolución 1997/33 de la Comisión de Derecho Humanos. Principios rectores de los desplazamientos
119
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
120
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
69. En todo caso, advierte la Corte que para satisfacer las directrices mínimas de protec-
ción de los derechos de la población desplazada, debería existir un registro autónomo o
especial para esta población, cuando se trate de personas que han abandonado sus bienes
inmuebles rurales y urbanos. Este registro permitiría identificar adecuadamente a las
personas que han sufrido el despojo de sus bienes y a los predios que por tal razón deben
ser protegidos. Una medida de esta naturaleza permitiría crear mecanismos para promo-
ver el derecho fundamental a la propiedad y a la posesión de la población desplazada y
serviría para implementar una política diferencial en materia de reparación, para quienes
se vieron obligados a abandonar o fueron despojados de sus bienes206.
121
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
122
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
permitida por una legislación compatible con el Pacto y que las personas afectadas
dispongan de todos los recursos jurídicos apropiados
(…)
“Deberían establecerse recursos o procedimientos legales para los afectados por las ór-
denes de desalojo. Los Estados Partes deberán velar también porque todas las personas
afectadas tengan derecho a la debida indemnización por los bienes personales o raíces de
que pudieran ser privadas. A este respecto conviene recordar el párrafo 3 del artículo 2
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que exige a los Estados Partes que
garanticen “un recurso efectivo” a las personas cuyos derechos hayan sido violados y que
“las autoridades pertinentes” cumplan “toda decisión en que se haya estimado proceden-
te el recurso209.
Conforme a lo anterior, deben ser ofrecidos a las víctimas de los desalojos for-
zosos, “según el sistema jurídico”, recursos judiciales como:
a) Apelaciones jurídicas destinadas a evitar desahucios planeados o demoli-
ciones mediante la emisión de mandatos de los tribunales.
b) Procedimientos jurídicos para asegurar la “indemnización” después de un
desahucio ilegal, y
c) “Juicios en situaciones que implican niveles de gran aumento de personas
sin hogar”210.
123
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
en los casos de desalojos forzosos. Por su parte, el Relator de las Naciones Unidas
sobre el derecho a la vivienda adecuada ha insistido en la necesidad de establecer
mecanismos que vayan mucho más allá de la indemnización, y que se propongan
garantizar la reparación integral para las víctimas de violaciones del derecho a la
vivienda:
72. Las autoridades públicas también deberán garantizar la creación de mecanismos ju-
diciales, cuasijudiciales, administrativos o políticos para ofrecer reparación a las presuntas
víctimas de toda violación de su derecho a una vivienda adecuada.
(…)
112. Por un lado, los recursos jurídicos necesarios para obtener reparación por los
atentados contra ese derecho y, por otro, la falta de acción de un gobierno para estimu-
lar los procesos económicos y sociales que contribuyan a promover la disponibilidad
de viviendas de manera que el derecho a la vivienda pueda realizarse, son dos bases
sobre las que los tribunales y el sistema judicial en general ciertamente pueden dictar
sentencia. La afirmación por las personas de su derecho a la vivienda, en el marco de
un sistema jurídico operante e independiente, es en definitiva lo que hace que ese
derecho pueda ser exigible ante los tribunales de justicia211.
211
Informe del Relator Especial sobre la vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida
adecuado. 22 de junio de 1993. Doc. E/CN.4/Sub.2/1993/15. En un sentido semejante se incorporó
en el Programa de Hábitat, que acompaña la declaración de Estambul (Hábitat II), el siguiente
compromiso: “40. Asimismo nos comprometemos a perseguir los siguientes objetivos: n) proteger
a todas las personas contra los desalojamientos forzosos que sean contrarios a la ley, tomando en
consideración los derechos humanos, y garantizar la protección y reparación judicial en esos casos;
cuando los desahucios sean inevitables tratar, según corresponda, de encontrar otras soluciones
apropiadas”. Así mismo, los Principios rectores de los desplazamientos internos disponen: “Principios
Rectores de los Desplazamientos Internos: “Principio 28. 1. Las autoridades competentes tienen la
obligación y responsabilidad primarias de establecer las condiciones y proporcionar los medios que
permitan el regreso voluntario, seguro y digno de los desplazados internos a su hogar o su lugar de
residencia habitual, o su reasentamiento voluntario en otra parte del país. Esas autoridades tratarán
de facilitar la reintegración de los desplazados internos que han regresado o se han reasentado en
otra parte. 2. Se harán esfuerzos especiales por asegurar la plena participación de los desplazados
internos en la planificación y gestión de su regreso o de su reasentamiento y reintegración. Principio
29. 1. Los desplazados internos que regresen a su hogar o a su lugar de residencia habitual o que
se hayan reasentado en otra parte del país no serán objeto de discriminación alguna basada en su
desplazamiento. Tendrán derecho a participar de manera plena e igualitaria en los asuntos públicos
a todos los niveles y a disponer de acceso en condiciones de igualdad a los servicios públicos. 2.
Las autoridades competentes tienen la obligación y la responsabilidad de prestar asistencia a los
desplazados internos que hayan regresado o se hayan reasentado en otra parte, para la recuperación,
en la medida de lo posible, de las propiedades o posesiones que abandonaron o de las que fueron
desposeídos cuando se desplazaron. Si esa recuperación es imposible, las autoridades competentes
concederán a esas personas una indemnización adecuada u otra forma de reparación justa o les
prestarán asistencia para que la obtengan”.
124
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
125
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
126
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
Ahora bien, nada fácil resulta en este caso determinar el carácter de esta obliga-
ción, desde el punto de vista del momento de su cumplimiento, pues en este caso
parece existir una contradicción dentro de la doctrina del Comité de DESC. De
un lado, el Comité de DESC, en la Observación General No. 7, relativa a los des-
alojos forzosos, parte de considerar que la provisión de un hogar a las víctimas de
un desalojo forzoso, no es un deber estatal de inmediato cumplimiento, sino que
por el contrario constituye una obligación progresiva, en tanto deberán ser adop-
tadas medidas por el Estado “en la mayor medida que permitan sus recursos”.
centros de cuidado del niño y otras instalaciones sociales, tanto en las zonas urbanas como rurales; y
g) una vivienda culturalmente”. Principios básicos y directrices sobre los desalojos y el desplazamiento
generados por el desarrollo. Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del
derecho a un nivel de vida adecuado. Doc. A/HRC/4/18. 5 de febrero de 2007.
215
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General No. 3, La índole de las
obligaciones estatales, doc. E/1991/23, 1990, párr. 10.
216
La literatura al respecto ha dado suficiente cuenta de esta lectura de la obligación de garantizar niveles
esenciales de los derechos sociales. Al respecto ver: ABRAMOVICH, Víctor y COURTIS, Christian. Los
derechos sociales como derechos exigibles. Madrid. Trotta. 2002. P. 92.
217
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General No. 3, La índole de las
obligaciones estatales, doc. E/1991/23, 1990, párr. 12.
218
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General No. 3, La índole de las
obligaciones estatales, doc. E/1991/23, 1990, párr. 12.
127
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
llos que no pudieran satisfacer el derecho a través del mercado, de algún tipo de
albergue o alojamiento público simple, seguro y accesible. O al menos, de la asis-
tencia, ayuda e información suficientes para que pudieran procurárselo de otros
particulares”219.
Como puede advertirse existe una contradicción al interior de las consideracio-
nes del Comité: (1) de un lado, considera que esa obligación dependerá del mon-
to de los recursos disponibles, y en consecuencia puede tener un cumplimiento
progresivo; (2) De otro lado, como parte de la obligación de garantizar niveles
esenciales de cada uno de los derechos, en particular para los sectores de la pobla-
ción más vulnerables, sería una obligación de cumplimiento inmediato, no sujeto
a consideración alguna acerca del monto de los recursos disponibles.
No obstante la contradicción es apenas aparente y se resuelve dando cuenta
de los alcances de cada una de las alternativas. Si se atendiera la primera de ellas,
la obligación de ofrecer soluciones de vivienda y tierras productivas a las víctimas
de los desalojos forzosos sería un deber de cumplimiento progresivo, aunque con
relación al resto de las personas que se encuentren desprovistas de un lugar de
habitación sería de carácter inmediato. De forma paradójica, el Comité estaría
sugiriendo implementar un criterio de discriminación que no resistiría los test que
imponen los principios de igualdad y de razonabilidad220. Así, las víctimas de los
desalojos, antes que ser beneficiarias de acciones afirmativas para la reparación de
las conductas expropiatorias a las que se han visto sometidas, contarían con un tra-
tamiento más exigente que el que se ofrece al resto de las personas desamparadas.
Por el contrario, siguiendo la segunda de las alternativas interpretativas, la obli-
gación a la que se viene haciendo referencia, sería de cumplimiento inmediato con
relación a todas aquellas personas desprovistas de una vivienda, incluidos quienes
se encuentran en esa situación debido a la práctica de los desalojos forzosos221.
219
PISARELLO, Gerardo. Vivienda para todos: un derecho en (de)construcción. El derecho a una vivienda
digna y adecuada como derecho exigible. Barcelona. Icaria. 2003. p. 106.
220
Al respecto ver: UPRIMNY YEPES, Rodrigo. La igualdad en la jurisprudencia de la Corte Constitucional.
En Pensamiento Jurídico No. 15. Bogotá, D. C., Universidad Nacional de Colombia. 2002. p. 347 y ss.
221
Se encontrarían en el mismo plano en cuanto al momento en que debe cumplirse la obligación de
proveer vivienda o acceso a tierras productivas, no así con relación a los programas a los que deberían
tener acceso, caso en el cual debe ser mucho más amplia y favorable la acción estatal con el fin
de paliar los efectos de los desalojos forzosos, tal como lo ordenara la Corte Constitucional en la
Sentencia T-585 de 2006, a la que ya se hiciera referencia.
128
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
222
Principios básicos y directrices sobre los desalojos y el desplazamiento, generados por el desarrollo.
Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida
adecuado. Doc. A/HRC/4/18. 5 de febrero de 2007.
223
Principios básicos y directrices sobre los desalojos y el desplazamiento generados por el desarrollo.
Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida
adecuado. Doc. A/HRC/4/18. 5 de febrero de 2007.
129
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
(…)
“Todos los colombianos tienen derecho a vivienda digna. El Estado fijará las condi-
ciones necesarias para hacer efectivo este derecho y promoverá planes de vivienda de
interés social, sistemas adecuados de financiación a largo plazo y formas asociativas de
ejecución de estos programas de vivienda (subrayas no originales).”
224
La norma demandada disponía en ese momento lo siguiente: “Artículo 58: Las entidades públicas del
orden nacional cederán a título gratuito los inmuebles de su propiedad que sean bienes fiscales y que
hayan sido ocupados ilegalmente para vivienda de interés social, siempre y cuando la ocupación ilegal
haya ocurrido con anterioridad al veintiocho (28) de julio de mil novecientos ochenta y ocho (1988). La
cesión gratuita mediante escritura pública, se efectuará a favor de los ocupantes. Las demás entidades
públicas podrán efectuar la cesión en los términos aquí señalados.En ningún caso procederá la cesión
anterior en el caso de los bienes de uso público ni en el de los bienes fiscales destinados a la salud y
a la educación. Tampoco procederá cuando se trate de inmuebles ubicados en zonas insalubres o que
presenten peligro para la población”.
130
SEGURIDAD JURÍDICA DE LA TENENCIA DE VIVIENDA
225
Corte Constitucional. Sentencia C–251 de 1996. M.P. Alejandro Martínez Caballero.
131
CAPÍTULO III
CALIDAD FÍSICA
Y ENTORNO
DE LA VIVIENDA
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
135
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Algo semejante ocurre entonces con los tres (3) elementos previstos en la Ob-
servación No. 4, que se estudian en el presente Capítulo bajo la denominación de
calidad y entorno. En este caso, los componentes agrupados se refieren, en mayor
o menor medida, a la calidad de la construcción de la vivienda para que esta sea
habitable dignamente, a la seguridad que esta debe ofrecer a sus ocupantes contra
amenazas provenientes de la acción de personas, de la naturaleza, de fuentes de
contaminación, a la ubicación adecuada de la vivienda, al completo suministro de
servicios públicos, a la relación con el entorno, y en general a su relación con lo
que algunos denominan el derecho a la ciudad:
Otra tendencia destacable es la progresiva incorporación de los derechos habitacionales
al más amplio derecho a la ciudad. En realidad, una vez que se abandona el ámbito de
la unidad habitacional concreta, el vínculo del derecho a la vivienda con el entorno y
con el diseño urbanístico en general es inevitable. Como bien se ha apuntado, desde el
punto de vista conceptual las cuestiones habitacionales admiten al menos tres niveles
de análisis:
La vivienda como unidad, su entorno inmediato y el medio urbano como marco exis-
tencial y modo de vida (…) En consecuencia, el grado de dignidad y adecuación de la
vivienda no sólo debe predicarse de la unidad-vivienda, sino de su entorno inmediato,
y de modo especial del marco urbano o, en su caso, rural de inserción. De todo ello se
deriva que el derecho a una vivienda digna y adecuada desemboca, finalmente, en la
problemática del urbanismo y de la ordenación del territorio, únicas instancias que hacen
posible la efectividad del referido derecho226.
Así, mientras la vivienda como unidad puede ser entendida como un ‘espacio domina-
do’ por los individuos, la vivienda como medio urbano se convierte en ‘espacio efec-
tivo’ sobre el que los individuos no tienen control pero con el que entran en relación
cotidiana, ya que lo utilizan como algo exterior y ajeno para poder desarrollar su propia
existencia humana227.
226
M. Bassols Coma. Consideraciones sobre el derecho a la vivienda en la Constitución española de
1978. Revista de Derecho Urbanístico No. 85. Madrid, 1983. P. 21. Citado por PISARELLO, Gerardo.
Vivienda para todos: un derecho en (de)construcción. El derecho a una vivienda digna y adecuada
como derecho exigible. Barcelona. Icaria. 2003. p. 84.
227
“Si bien el derecho a la ciudad no ha sido incorporado en ningún tratado o convención, ni en ninguna
declaración de derecho internacional, existen precedentes relevantes que marcan el camino hacia un
reconocimiento positivo cada vez mayor. Tanto en la Declaración y Plan de Acción sobre asentamientos
humanos, aprobada tras la Conferencia de Naciones Unidas reunida en Vancouver, en 1976, como
en la posterior Conferencia de Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos (Hábitat II), reunida
en Estambul en junio de 1996, comenzó a perfilarse la necesidad de que los espacios en los que
se concentran los asentamientos humanos sean más sustentables y contribuyan al desarrollo de las
personas que los habitan”. PISARELLO, Gerardo. Vivienda para todos: un derecho en (de)construcción.
El derecho a una vivienda digna y adecuada como derecho exigible. Barcelona. Icaria. 2003. p. 84.
136
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
137
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
viendas se relaciona de forma directa con el derecho al disfrute del más alto nivel
posible de salud física y mental229. Así por ejemplo, con ocasión de la interrelación
entre la habitabilidad como componente del derecho a la vivienda digna y adecuada,
y el derecho a la salud, el Comité en la Observación 4 ha recordado la necesidad de
asegurar que los inmuebles destinados a la habitación de las personas cumplan con
las condiciones para evitar que sus ocupantes estén expuestos al frío, a la humedad,
a calor, a la lluvia, al viento, a riesgos estructurales y vectores de enfermedades, así
como a otras amenazas para su salud y su integridad física.
Esta interrelación entre el derecho a la vivienda (en particular de la calidad
física y entorno de las viviendas) y el derecho a la salud ya ha sido puesta de pre-
sente en una de las publicaciones anteriores de esta colección de la Defensoría del
Pueblo, así:
La vivienda facilita el cumplimiento de un conjunto de funciones relacionadas con la
vida individual y familiar tales como garantizar la seguridad y protección, facilitar el
descanso, asegurar el almacenamiento, procesamiento y consumo de alimentos, su-
ministrar agua potable y los recursos para la higiene personal, doméstica y el sanea-
229
Destacando esta interrelación entre el derecho a la vivienda y el derecho a la salud, se refirió el Relator
Especial de Naciones Unidas sobre el derecho a una vivienda adecuada, así: “102. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) solo se ocupa marginalmente de cuestiones de vivienda. Su principal
preocupación, en lo tocante a esta cuestión es que el entorno global en el que se desenvuelve la vida
de los individuos tiene consecuencias directas para su salud. El enfoque integrado de la OMS se ha
reiterado en diversas recomendaciones y se ha definido aun mejor últimamente. En su resolución
WHA 29.46, la Asamblea Mundial de la Salud declaró que: “La Organización Mundial de la Salud es
el organismo especializado encargado de la salvaguardia y el fomento de la salud y de la calidad del
medio ambiente en los asentamientos humanos” 11/. Además, el Consejo Ejecutivo de la OMS dejó
claro en su recomendación EB 79.R19 que “no se podrá alcanzar la meta de la salud para todos en el
año 2000 si no se insiste debidamente en la necesidad de proporcionar una vivienda adecuada” 12/. La
Asamblea Mundial de la Salud ha instado, en consecuencia, a los gobiernos, en la resolución WHA 40.18
a que “promuevan la salud humana mejorando las condiciones de vida” 13/. habiendo recomendado en la
resolución WHA 29.46 que los gobiernos se aseguren de que las autoridades sanitarias son competentes
para influir en los aspectos higiénicos de los asentamientos humanos... incluido el abastecimiento de
agua, la evacuación higiénica de desechos, la nutrición correcta y la vivienda adecuada”. Informe del
Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida adecuado. Doc.
E/CN.4/Sub.2/1994/20. 21 de junio de 1994. Posteriormente, el Relator especial habría de ser incluso
más enfático acerca de tal interrelación: “58. En relación con el primer principio, se recalca que son
necesarias las siguientes condiciones para garantizar una vivienda adecuada: abastecimiento de agua
salubre, evacuación de excreciones, evacuación de desechos sólidos, drenaje de aguas superficiales,
higiene personal y doméstica, protección de la salubridad de los alimentos y medidas estructurales de
defensa contra la transmisión de enfermedades. En el mismo informe se dice que, en el caso óptimo,
una vivienda adecuada estimula la salud física y mental. Ofrece a las personas seguridad sicológica,
vínculos físicos con su comunidad y cultura, y un medio de expresar su individualidad. El relator Especial
corrobora esas opiniones que concuerdan plenamente con los criterios en materia de derechos humanos
y establecen una relación indisoluble existente entre el derecho a la salud y el derecho a la vivienda”.
Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida
adecuado. Doc. E/CN.4/Sub.2/1995/12. 12 de julio de 1995.
138
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
Se ha demostrado que la vivienda influye en la salud, toda vez que sus condiciones de
ubicación, diseño, construcción y equipamiento pueden constituirse en factores de ries-
go o, por el contrario, en agentes que permiten mantener condiciones adecuadas para la
salud. Así, la vivienda se constituye en objeto de interés en el campo de la salud ambiental
en la medida en que puede considerarse como promotora de la salud de cada uno de los
individuos y de la población.
Los impactos que en la salud generan las condiciones de la vivienda están generalmente
vinculados con enfermedades y afecciones relacionadas con la calidad del agua potable
y el saneamiento básico. La vivienda saludable y adecuada es aquella que brinda protec-
ción contra enfermedades transmisibles y también contra lesiones y factores de otro tipo
que contribuyen a generar enfermedades o padecimientos crónicos. En consecuencia, la
vivienda adecuada debe proveer acceso a los servicios esenciales de acueducto, alcantari-
llado y aseo, necesarios para fomentar el buen estado de salud230.
Ahora bien, con el fin de garantizar la salud de los ocupantes de las viviendas,
el Comité de DESC también advirtió en la Observación General No. 4 acerca de
la importancia de asegurar que los inmuebles destinados para el efecto, cumplan
ciertas condiciones de higiene, a las cuales hace referencia con base en los Prin-
cipios de higiene de la vivienda de la Organización Mundial de la Salud231. Estos
principios, se mencionan a continuación y en general se relacionan con varias de
las garantías estudiadas en este Capítulo bajo la denominación calidad y entorno
de las viviendas, vale decir, con la habitabilidad, con la disponibilidad de servicios,
materiales e infraestructura y con la localización.
Los principios de higiene de las viviendas de la Organización Mundial de la
Salud son los siguientes:
1. Protección contra las enfermedades transmisibles mediante:
• El abastecimiento de agua salubre en cantidad suficiente
• La eliminación higiénica de excretas
230
Defensoría del Pueblo. El Derecho a la Salud, en la Constitución, la Jurisprudencia y los Instrumentos
Internacionales. Bogotá, D. C., ProSeDHer. 2003. p. 94. Al respecto también ver: Organización Mundial
de la Salud, Organización Panamericana de la Salud, División de Salud y Ambiente. Documento de
referencia OPS sobre políticas de salud en la vivienda. 1999.
231
Organización Mundial de la Salud. Principios de higiene de la vivienda. Ginebra. 1990.
139
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
232
Principio 2.4: “Cuando la vivienda se utiliza también como lugar de trabajo, sus moradores deben estar
protegidos contra los riesgos y la contaminación”. Organización Mundial de la Salud. Principios de
higiene de la vivienda. Ginebra. 1990.
140
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
233
Los restantes principios, del 7 al 11, se refieren a acciones en materia de salud pública: 7. Propaganda
de la salud; 8. Políticas económicas y sociales; 9. Desarrollo, planificación y gestión; 10. Educación
para la construcción y el uso de la vivienda; y, 11. Cooperación y autoayuda comunitarias. Organización
Mundial de la Salud. Principios de higiene de la vivienda. Ginebra. 1990.
234
Al respecto la Corte Constitucional ha señalado: “Así mismo, se debe aclarar que el derecho a la
vivienda digna no comprende únicamente el derecho a adquirir la propiedad o el dominio sobre un
bien inmueble, dicho derecho implica también satisfacer la necesidad humana de tener un lugar, sea
propio o ajeno, en donde en la mejor forma posible una persona pueda desarrollarse en unas mínimas
condiciones de dignidad que lo lleven a encontrar un medio adecuado que le garantice sus condiciones
naturales de ser humano”. Corte Constitucional. Sentencia T-894 de 2005. M.P. Jaime Araújo Rentería.
141
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
142
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
Tal como lo advierte Gerardo Pisarello, este componente del derecho a la vivien-
da digna y adecuada hace referencia a una serie de condiciones indispensables para
que una construcción cumpla con el propósito de albergar seres humanos, ofrecién-
doles todo lo necesario para desarrollar libre y plenamente su vida:
Una vivienda adecuada debe asimismo contener ciertos servicios indispensables para la
salud, la seguridad, la comodidad y la nutrición. Así, el acceso al agua potable, alcanta-
rillado, retirada de basuras, electricidad, calefacción (cuando fuera necesario), energía
para cocinar y ventilación. E igualmente, la disposición de ciertos servicios comunitarios,
como servicios de bomberos y ambulancias en casos de emergencia, transportes públicos,
carreteras y otros servicios en las cercanías239.
238
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General No. 4. El derecho a la
vivienda adecuada. Doc. E/1992/23. 1991. Párrafo 8 b).
239
PISARELLO, Gerardo. Vivienda para todos: un derecho en (de)construcción. El derecho a una vivienda
digna y adecuada como derecho exigible. Barcelona. Icaria. 2003. p. 101.
240
Corte Constitucional. Sentencia C-936 de 2003. M.P. Eduardo Montealegre Lynett.
143
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
f) Lugar. La vivienda adecuada debe encontrarse en un lugar que permita el acceso a las
opciones de empleo, los servicios de atención de la salud, centros de atención para niños,
escuelas y otros servicios sociales. Esto es particularmente cierto en ciudades grandes y
zonas rurales donde los costos temporales y financieros para llegar a los lugares de trabajo
y volver de ellos puede imponer exigencias excesivas en los presupuestos de las familias
pobres. De manera semejante, la vivienda no debe construirse en lugares contaminados
ni en la proximidad inmediata de fuentes de contaminación que amenazan el derecho a
la salud de los habitantes.
241
Corte Constitucional. Sentencia T-617 de 1995. M.P. Alejandro Martínez Caballero. En este punto la
Corte sigue la doctrina sentada en la Sentencia T-225 de 1992. M. P. Ciro Angarita Barón.
144
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
E
n materia de protección especial para las niñas y niños, en punto de calidad
física y entorno de la vivienda, la Corte Constitucional tuvo la oportunidad
de pronunciarse en la Sentencia T-894 de 2005 (M.P. Jaime Araújo Rentería). En
esta Sentencia, la Corte ofrece protección constitucional al derecho a la vivienda
de un grupo familiar compuesto de cinco menores, entre los cuales se encontraba
una niña de cinco años de edad que padecía del síndrome de down, grupo familiar
amenazado por la posibilidad del derrumbe de su lugar de habitación, ubicado
242
Al respecto, el Relator Especial de Naciones Unidas sobre el derecho a una vivienda adecuada,
manifestó: “El Relator Especial observó el tercer período de sesiones sustantivo del Comité Preparatorio
del período extraordinario de sesiones de la Asamblea General sobre la infancia, celebrado en junio
de 2001, y participó en acontecimientos paralelos organizados durante el período de sesiones. A
junio de 2001, el proyecto de plan de acción 11 incluía dos párrafos importantes relacionados con
la vivienda. En el párrafo 24 se establecía lo siguiente: “Para velar por la salud y el bienestar de los
niños es necesario enfrentarse a varios problemas y tendencias ambientales, como el calentamiento
mundial, el agotamiento de la capa de ozono, la contaminación del aire, los desechos peligrosos, la
exposición a productos químicos y plaguicidas, el saneamiento insuficiente, la falta de higiene, el agua
y los alimentos no aptos para el consumo y la vivienda inadecuada”. El párrafo 25 establecía además
que: “Una vivienda adecuada favorece la integración familiar, contribuye a la igualdad social y fortalece
los sentimientos de pertenencia, seguridad y solidaridad humana, que son esenciales para el bienestar
de los niños. En consecuencia, asignaremos una alta prioridad a la tarea de resolver el problema de
la escasez de vivienda y otras necesidades en materia de infraestructura, especialmente para los
niños que viven en zonas marginales periurbanas y en zonas rurales remotas”. Comisión de Derechos
Humanos. Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un
nivel de vida adecuado. Doc. E/CN.4/2002/59. 1º de marzo de 2002. párr. 16.
145
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
en zona declarada de alto riesgo243. A pesar de las peticiones de los padres de los
menores, que solicitaban a la administración municipal proceder a la reubicación
de su vivienda, la alcaldía les exigía cumplir con todos los trámites para acceder
a un subsidio para vivienda de interés social. Tras hacer un breve recuento de las
normas constitucionales e internacionales que exigen la protección especial de los
derechos de los menores de edad244, la Corte señala:
Es por lo anterior, que la acción de tutela para proteger los derechos de los niños se
considera procedente, en tanto que el niño forma parte de aquel grupo de personas a las
que por mandato constitucional el Estado debe una especial protección, estando en la
obligación de adelantar una política de especial atención hacia ellos.
La procedencia de la tutela es mucho más evidente si se advierte que está en juego tam-
bién el mandato constitucional de proteger a aquellas personas que se encuentren en
circunstancia de debilidad manifiesta (Art. 13, C.P.), por razón de su edad, su condición
económica, física o mental, y por tanto se hacen sujetos de especial protección. El dis-
capacitado se encuentra en una situación de excesiva vulnerabilidad frente a prejuicios
sociales que no puede, por sí mismo y por su propia voluntad, eludir, máxime si se trata
de menores de edad, razón por la que merecen un trato especial, con el fin de permitirles
estar en igualdad de condiciones con las personas que no lo son.
(…)
Encuentra la Sala que en el presente caso la tutela de los derechos invocados por la
accionante es procedente, toda vez que no existe duda sobre el grave estado en que
se encuentra la vivienda y el peligro inminente a que se ven avocados los miembros
de la familia en caso de continuar habitándola, máxime cuando el grupo familiar está
conformado por 5 menores de edad, entre los cuales se encuentra uno de ellos afectado
por el Síndrome de Down. Para la Corte, es claro que en el presente caso se está ante
la vulneración de derechos fundamentales de los miembros de un grupo familiar con-
formado en su mayoría por menores de edad, que conforme a la Carta Constitucional
y a los tratados internacionales, gozan de una especial y reforzada protección consti-
tucional, así como del derecho a tener una vivienda en donde puedan desarrollarse en
243
Acerca del riesgo que corrían las personas que habitaban la vivienda, se advierte en la Sentencia:
“la Dirección Administrativa de Emergencias y Desastres de la Alcaldía de Neiva, en respuesta a la
petición presentada por la Personería Municipal con el propósito de determinar la situación actual de
la vivienda, informó que de acuerdo con la inspección técnica realizada: “...el mencionado inmueble se
encuentra en la zona clasificada como AMENAZA ALTA DE EROSIÓN Y MOVIMIENTOS EN MASA.
Además consideraron que la vivienda está completamente averiada debido a los deslizamientos
continuos y la inestabilidad del terreno, por falta de bases, cimientos, vigas y columnas, amenaza ruina,
con el riesgo de presentarse alguna calamidad afectando sus enseres y las personas que residen allí”,
razón por la que recomendaron en dicha comunicación, su reubicación a otro sitio de la ciudad”. Corte
Constitucional. Sentencia T-894 de 2005. M.P. Jaime Araújo Rentería.
244
Al respecto la Corte Constitucional cita el Artículo 44 constitucional, la Declaración de los derechos del
niño y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
146
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
147
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
247
Corte Constitucional. Sentencia T-958 de 2001. M.P. Eduardo Montealegre Lynett.
248
Sentencia T-025 de 2004. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa. Al respecto, en el principio 18 de los
“principios rectores del desplazamiento forzado” (Doc. E/CN.4/1998/53/Add.2, 11 de febrero de 1998)
se lee: “El Principio 18 consagra (1) el derecho de los desplazados a un nivel adecuado de vida, y
(2) especifica que como mínimo, independientemente de las circunstancias y sin discriminación, las
autoridades competentes deben proveer a las personas desplazadas, así como asegurar el acceso
seguro de las mismas, a (a) alimentos esenciales y agua potable, (b) acomodación, refugio y vivienda
básicos, (c) vestidos apropiados, y (d) servicios médicos y sanitarios esenciales. También (3) se dispone
que las autoridades deberán realizar esfuerzos especiales para garantizar la participación plena de las
mujeres en condición de desplazamiento en la planeación y la distribución de estas prestaciones básicas”.
148
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
tienen que abandonar sus propios hogares o lugares habituales de residencia y someterse
a condiciones inapropiadas de alojamiento, e incluso y, más aún, de existencia, en los
sitios hacia donde se desplazan. Entonces, dicha condición de vulnerabilidad y de debili-
dad ostensible exigen la inmediata intervención y protección especial por los órganos del
Estado249.
249
Corte Constitucional. Sentencia T-754 de 2006. M.P. Jaime Araújo Rentería.
250
Corte Constitucional. Sentencia T-966 de 2007. M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
149
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
150
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
el alcance de las medidas que deberán ser adoptadas por los Estados Partes del
PIDESC, para asegurar el pleno respeto de los derechos en él reconocidos respecto
de este grupo de personas. En particular en lo que se refiere al derecho a la vivienda
digna y adecuada, el Comité manifiesta en la Observación General 6:
Artículo 11 - Derecho a un nivel de vida adecuado
32. El principio 1, de las Naciones Unidas en favor de las personas de edad, que inicia el
capítulo correspondiente al derecho a la independencia, establece que: “Las personas de
edad deberán tener acceso a alimentación, agua, vivienda, vestuario y atención de salud
adecuados, mediante la provisión de ingresos, el apoyo de sus familias y de la comunidad
y su propia autosuficiencia”. El Comité estima de gran importancia este principio que
reivindica, para las personas mayores, los derechos contenidos en el artículo 11 del Pacto.
253
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas. Observación General No. 6.
Los derechos económicos, sociales y culturales de las personas mayores. Doc. E/1996/22. 1995. párr. 33.
151
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Años más tarde, el mismo Relator dio cuenta del impacto diferenciado que las
condiciones habitacionales inadecuadas e insalubres tienen sobre las mujeres:
Con arreglo a las directrices de la Comisión, el Relator Especial ha dedicado regularmen-
te especial atención al género en todas las actividades. Las consecuencias de contar con
vivienda o servicios cívicos esenciales inadecuados, tales como agua y saneamiento, son
especialmente devastadoras para las mujeres, con las repercusiones consiguientes en su
salud, su condición personal, su seguridad, su bienestar y la educación de sus hijos. En
muchos países, la Constitución concede a las mujeres iguales derechos que a los hombres
y las protege de discriminación. Sin embargo, en la práctica, las mujeres a menudo se
encuentran en posiciones socioeconómicas desventajosas y hacen frente a una discrimi-
nación de hecho en las esferas de la vivienda, la tierra y los derechos de herencia.
(…)
La falta de servicios de saneamiento afecta tanto a los hombres como a las mujeres, pero
las necesidades y las exigencias de saneamiento difieren según el sexo. Las mujeres tienen
necesidades y preocupaciones especiales en cuanto a su privacidad, su dignidad y su
seguridad personal. La falta de instalaciones de saneamiento en el hogar puede obligar a
las mujeres y las muchachas a utilizar lugares apartados fuera de la casa, exponiéndolas a
riesgo de abuso sexual. Los estudios también han demostrado que el acceso a las instala-
ciones de saneamiento a menudo depende del sexo del jefe de familia; por ejemplo, en
Nairobi, alrededor del 9,2% de las familias encabezadas por mujeres utilizaban el monte
para la eliminación de materias fecales, mientras que en las familias encabezadas por
hombres, la tasa se reducía al 2,2%255.
254
Informe del Relator Especial sobre la vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida
adecuado. Doc. E/CN.4/2001/51. 25 de enero de 2001. párr. 14.
255
Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida
adecuado y sobre el derecho a la no discriminación. Doc. E/CN.4/2003/5. 3 de marzo de 2003. párr. 15 y 42.
152
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
153
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
El Comité considera que muchos elementos componentes del derecho a la vivienda ade-
cuada son por lo menos conformes con la disposición de recursos jurídicos internos.
Según el sistema jurídico tales esferas incluyen, pero no están limitadas a: (…) c) recla-
maciones contra acciones ilegales realizadas o apoyadas por los propietarios (sean públi-
cos o privados) en relación con los niveles de alquiler, mantenimiento de la vivienda y
discriminación racial u otras formas de discriminación; d) denuncias de cualquier forma
de discriminación en la asignación y disponibilidad de acceso a la vivienda; y e) reclama-
155
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Considera oportuno la Sala señalar que esta situación se presenta también en otras ciu-
dades del país, en las cuales las autoridades distritales o municipales otorgan licencias de
construcción muchas veces de manera irracional, haciendo caso omiso de las insuficien-
cias existentes en materia de infraestructura adecuada de servicios públicos esenciales.
Por ello, estima la Sala pertinente hacer un llamado de atención en general a todas las
autoridades distritales o municipales del país, para que se abstengan de expedir licencias
o permisos de construcción sin antes haber constatado, de manera fehaciente, que en los
sectores para los cuales se otorguen dichas licencias o permisos, cuenten con la adecuada
infraestructura en materia de acueducto, alcantarillado, suministro de energía eléctrica,
258
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General No. 4. El derecho a la
vivienda adecuada. Doc. E/1992/23. 1991. párr. 17.
259
Una solicitud semejante ya había sido presentada previamente por el Personero distrital a la Alcaldía.
En los hechos de la Sentencia T-366 de 1993 se lee: “según el Personero, la cobertura de los servicios
públicos es insuficiente y desproporcionada en relación con los índices de construcción. El problema
es tan grave que se está atentando contra la salud y el derecho a un ambiente sano”.
156
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
recolección de basuras y demás servicios públicos esenciales, so pena de que dicho otor-
gamiento incontrolado pueda suscitar la violación de derechos constitucionales como
son el derecho a la salud y el saneamiento ambiental (art. 49), a la vivienda digna (art.
51), al ambiente sano (art. 79), al espacio público (art. 82), a la recreación (art. 52) y, en
última instancia, al más importante de todos, el derecho a la vida (arts. 2 y 11), todos los
cuales son objeto de protección constitucional y legal a través de los mecanismos jurídi-
cos pertinentes como la acción de tutela y las acciones populares, entre otros260.
157
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
de los habitantes de una vivienda, que había sido construida con permiso de la
administración municipal, pero que se veía afectada permanentemente por inun-
daciones de aguas lluvias y aguas negras provenientes de un caño aledaño. Ante
esta situación, la Corte, además de conceder el amparo de los derechos a la vida, a
la integridad personal y a una vivienda digna, reconoció el impacto que esta situa-
ción tenía sobre la salud física y mental de los moradores del inmueble:
Es claro que existe un riesgo real y probable en contra de las vidas y la integridad per-
sonal de la accionante y su familia, como lo reconoce el propio concepto técnico de la
Administración Municipal. La situación en la que se encuentra la edificación es grave, en
especial si se tiene en cuenta que el paso continuo de las aguas incrementa este riesgo. De
hecho, la angustia y ansiedad que genera esta situación ha bastado para tener repercusio-
nes sobre el ánimo y la buena salud de la accionante y de su familia.
263
Corte Constitucional. Sentencia T-601 de 2007. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa. Sobre los
problemas de salud de los habitantes de la vivienda afectada la Corte afirma que “En la diligencia
practicada por el Juez de instancia, la accionante señaló al respecto lo siguiente: “[…] siempre nos ha
afectado, la niña pequeña se pone a llorar porque se va a caer la casa cuando llueve y a veces me ha
afectado la salud, el médico me preguntó si tenía alguna preocupación y le dije que era el problema
de la casa, eso es porque yo me desespero mucho, trataba como de darme taquicardia, entonces el
médico me dijo que eso era por tanto preocuparme por los problemas que tenía. […]”.
158
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
(…)
264
Corte Constitucional. Sentencia T-601 de 2007. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
159
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
265
En este caso la Corte Constitucional revisa la tutela interpuesta por Jesús Gabriel Romero quien
demanda a la Alcaldía de Anzoátegui por vulnerar sus derechos a la vivienda digna en conexidad
con la vida y la integridad física. En el caso concreto, la Alcaldía había dado inicio a un proyecto
de reconstrucción de (60) viviendas (dentro de las que se encontraba la vivienda de Jesús). Debido
a que la vivienda se encontraba “a punto de caerse” la Alcaldía procedió a demolerla y empezó la
excavación para la construcción de una nueva casa. Sin embargo, 3 meses después de la demolición,
la administración no había ofrecido solución de vivienda para el alojamiento del actor y de su familia,
que al parecer estaban viviendo a la intemperie.
266
Corte Constitucional. Sentencia T-237 de 1996. M.P. Carlos Gaviria Díaz.
160
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
habitan los peticionarios; (ii) que los actores carecen de los medios económicos
para trasladarse a otro lugar; y (iii) que la administración reconoció que causó
parte de los daños267.
Un asunto semejante dio lugar a la Sentencia T-1216 de 2004 (M.P. Manuel José
Cepeda Espinoza) en el que se trataba de una vivienda a punto de colapsar debido a
la construcción de una carretera. En este caso, aunque existía “un grado importante
de incertidumbre” acerca de los posibles efectos de la obra pública sobre la vivienda,
la Corte decidió conceder la tutela, advirtiendo que ese margen de duda no tenía por
qué ser asumido por los ciudadanos que veían amenazada su vivienda. Conforme a
lo anterior la Corte Constitucional ordenó a la autoridad departamental, adelantar
“los estudios apropiados sobre el predio de la accionante […] con el objeto de des-
cartar o confirmar si las obras [adelantadas por la Administración han] generado un
riesgo de deslizamiento para los terrenos de la actora y amenazan el derrumbe de su
vivienda,” y en caso de verificarse la existencia del riesgo, que se tomen “las medidas
más adecuadas para neutralizar el peligro, para lo cual procurará llegar a acuerdos
con la demandante acerca de la fórmula más indicada para lograrlo. Si el riesgo iden-
tificado es alto y próximo, deberán tomarse medidas con rapidez, en un plazo que
no supere los dos (2) meses siguientes a la culminación de los estudios. Si el riesgo
es moderado con tendencia al deterioro, la administración definirá el término junto
con la actora, aun cuando este no podrá ser superior a los seis (6) meses, en el mo-
mento de establecer cuál es la mejor solución para enfrentar el peligro”268.
267
La Corte Constitucional, en la Sentencia T-601 de 2007 ya mencionada, usa esta misma subregla
constitucional para resolver un caso análogo sometido a su consideración: “[…] Así pues, teniendo en
cuenta que la Administración Municipal de Ansermanuevo (i) sabía de la existencia de un riesgo para la
vida y la integridad de la accionante y de su familia, por la amenaza que el estado del caño Juanambú
representa sobre su vivienda, (ii) que este riesgo se incrementa dramáticamente con el paso del tiempo
(en especial, con el paso de cada invierno), (iii) que la accionante y su grupo familiar no están en capacidad
de enfrentar la situación por sus propios medios y (iv) que la Administración ha omitido implementar las
medidas adecuadas para solucionar la situación –a pesar de haber reconocido en el pasado que le
corresponden y haberlas ofrecido–, concluye la Sala que en el presente caso se han violado los derechos
a la vida, a la integridad y a una vivienda digna de la accionante y su grupo familiar”.
268
Corte Constitucional. Sentencia T-1216 de 2004. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
161
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
269
En la sentencia T-269 de 1996 (MP Carlos Gaviria Díaz), la Corte Constitucional da cuenta de las
condiciones de construcción de las viviendas y de los riesgos a los que se exponían sus habitantes,
pues se encontraban en Barranquilla sobre “el túnel que conduce el Arroyo Don Juan hacia el río
Magdalena, obra que fue construida en 1919 por la empresa de aviación Lansa, como parte de la
adecuación del terreno donde funcionó la pista de aterrizaje para sus vuelos comerciales, y contaba
inicialmente con una capacidad máxima de veinte (20) metros cúbicos por segundo. En la actualidad,
el túnel viene siendo sometido a caudales de hasta más de cien (100) metros cúbicos por segundo en
épocas de invierno, por lo que no solo se presentan las consiguientes inundaciones en el sector en
que habitan los actores, sino que existe un alto riesgo de que la estructura del túnel no soporte más las
sobrecargas a que está expuesto y, al explotar por causa de la sobrepresión, arrase las casas de los
demandantes y sus vecinos”.
270
La Corte Constitucional, en la Sentencia T-601 de 2007, ya mencionada, usa esta misma subregla
constitucional para resolver un caso análogo sometido a su consideración: “[…] Así pues, teniendo en
cuenta que la Administración Municipal de Ansermanuevo (i) sabía de la existencia de un riesgo para la
vida y la integridad de la accionante y de su familia, por la amenaza que el estado del caño Juanambú
representa sobre su vivienda, (ii) que este riesgo se incrementa dramáticamente con el paso del tiempo
(en especial, con el paso de cada invierno), (iii) que la accionante y su grupo familiar no están en capacidad
de enfrentar la situación por sus propios medios y (iv) que la Administración ha omitido implementar las
medidas adecuadas para solucionar la situación –a pesar de haber reconocido en el pasado que le
corresponden y haberlas ofrecido–, concluye la Sala que en el presente caso se han violado los derechos
a la vida, a la integridad y a una vivienda digna de la accionante y su grupo familiar”.
162
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
No son de recibo para esta Sala de Decisión los argumentos expuestos tanto por la Al-
caldía de Neiva, para negarse a conceder la reubicación de la vivienda, como por los
jueces de instancia al negar la tutela impetrada, toda vez que desconocen (i) derechos
fundamentales que gozan de especial protección constitucional; (ii) la situación de riesgo
inminente y vulnerabilidad en que se encuentra el grupo familiar y (iii) las excepciones
y prioridades que las normas que regulan el subsidio familiar de vivienda, consagran en
favor de los hogares cuya vivienda se encuentra ubicada en zonas de alto riesgo.
271
Corte Constitucional. Sentencia T–894 de 2005. M.P. Jaime Araújo Rentería.
163
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
(…) la vivienda, para entenderse adecuada, debe reunir elementos que aseguren su
habitabilidad, es decir, que la vivienda cumpla con los requisitos mínimos de higiene,
calidad y espacio, requeridos para que una persona y su familia puedan ocuparla sin
peligro para su integridad física y su salud272.
Ahora bien, sin duda alguna es el Estado quien debe fijar estos criterios mínimos
de espacio y garantizar que las soluciones habitacionales ofrecidas a los ciudadanos,
ya sea por las entidades públicas creadas para el efecto o por los particulares, se
ajusten a esos estándares. En otras palabras, compete al Estado asegurar que lugares
ofrecidos como soluciones de vivienda permitan el aislamiento y protección frente al
272
Corte Constitucional. Sentencia C-936 de 2003. M.P. Eduardo Montealegre Lynett. En un sentido
semejante se pronuncia la Corte Constitucional en la Sentencia T-585 de 2006, en relación con el espacio
de las viviendas para las personas desplazadas: “El Plan Nacional de Atención Integral a la Población
Desplazada por la Violencia prevé, dentro del desarrollo de la línea estratégica de hábitat, una línea de
acción de satisfacción de necesidades habitacionales básicas que comprende, en la fase de estabilización
socioeconómica, el acceso a una solución de vivienda que brinde espacios adecuados a sus ocupantes
en cuanto a condiciones sanitarias, servicios públicos, calidad de estructura adecuados y seguridad de
la tenencia”. Corte Constitucional. Sentencia T-585 de 2006. M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra. Incluso
la Corte Constitucional ha caracterizado la vivienda como un “espacio idóneo para el libre desarrollo de
la personalidad” en las Sentencias C-575 de 1992 (M.P. Alejandro Martínez Caballero), T-021 de 1995
(M.P. Alejandro Martínez Caballero) y C-560 de 2002 (M.P. Jaime Córdoba Triviño), de manera que la
adecuación del espacio ofrecido es de la esencia del derecho a la vivienda digna y adecuada.
164
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
ruido y las amenazas del exterior, el pleno desarrollo de la vida familiar e individual,
así como la recreación y el descanso de sus ocupantes273.
Una de las enfermedades transmitidas a través del contacto de la piel con aguas infestadas
de organismos patógenos es la esquistosomiasis (bilharziasis). Las enfermedades relacio-
nadas con la disposición de aguas negras son las transmitidas por parásitos de vector-
caracol y las siguientes infecciones lemínticas del tracto intestinal: ascariasis (lombriz
intestinal), anquilostomiasis, estrongiloidiasis (lombriz filiforme), tricuriasis (lombriz
latiguiforme), entre otras.
273
En el caso colombiano las normas relativas al espacio no han dejado de generar controversia. Las
normas a partir de las cuales se están desarrollando los proyectos de vivienda son la Ley 3ª de 1991,
la Ley 388 de 1997 y el Decreto 2060 de 2004.
274
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General No. 4. El derecho a la
vivienda adecuada. Doc. E/1992/23. 1991. Párrafo 8 d).
165
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
275
Corte Constitucional. Sentencia T-231 de 1993. M.P. Alejandro Martínez Caballero.
276
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General No. 4. El derecho a la
vivienda adecuada. Doc. E/1992/23. 1991. Párrafo 8 d).
166
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
una vivienda digna, por lo que su desconocimiento –al socavar la tranquilidad del
hogar– constituye una violación de un derecho constitucional cuya efectividad está
materialmente garantizada277.
La ley reconoce que el ruido es uno de los agentes contaminantes del medio ambiente
y atribuye a las autoridades públicas competencias para establecer las condiciones y
requisitos necesarios con el objeto de preservar la salud y la tranquilidad de los habitantes,
las que pueden traducirse en el control de ruidos. El derecho al medio ambiente, en
principio, no es susceptible de protección mediante la acción de tutela por existir otros
medios de defensa judicial, salvo que se vean comprometidos, de manera directa,
otros derechos fundamentales como la vida o la salud, el daño sea individualizado y la
ocurrencia de la vulneración o amenaza se halle plenamente demostrada278.
277
Corte Constitucional. Sentencia T-308 de 1993. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz. El fragmento transcrito
ilustra la compresión inicial sobre la subjetividad de los derechos sociales fundamentales y la primera
etapa de la jurisprudencia de la Corte Constitucional sobre la fundamentalidad del derecho a la
vivienda digna y adecuada. Tanto en relación con los derechos sociales fundamentales, como respecto
del derecho a la vivienda, esta compresión va a transformarse con el paso del tiempo. Sobre dicha
transformación puede verse supra, un breve recuento de la jurisprudencia de la Corte Constitucional
colombiana sobre la fundamentalidad del derecho a la vivienda. Así mismo véase: ARANGO
RIVADENEIRA, Rodolfo. El Concepto de Derechos Sociales Fundamentales. Universidad Nacional de
Colombia. Legis. Bogotá, Colombia, 2005.
278
Corte Constitucional. Sentencia T-308 de 1993. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
279
Corte Constitucional. Sentencia T-308 de 1993. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
167
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
280
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General No. 4. El derecho a la
vivienda adecuada. Doc. E/1992/23. 1991. Párrafo 8 f).
168
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
(…)
281
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General No. 14. El derecho al
disfrute del más alto nivel posible de salud. Doc. E/C.12/2000/4. 2000. Párrafo 43. Sobre este punto el
Relator de Naciones Unidas sobre el derecho a una vivienda adecuada manifestó lo siguiente, dando
cuenta de la estrecha relación entre el derecho a la salud y el derecho a la vivienda: “El contenido y
la naturaleza de las directrices y observaciones generales aprobadas refleja la tendencia a una
interpretación más amplia y más global del derecho a una vivienda adecuada, lo que es bien evidente en
la observación general más reciente aprobada por el Comité, la Nº 14, sobre el derecho al disfrute del más
alto nivel posible de salud (22º período de sesiones, 2000), en la que se pone de relieve la vinculación
entre ese y otros derechos: “El Comité interpreta el derecho a la salud, definido en el apartado 1 del
artículo 12, como un derecho inclusivo que no sólo abarca la atención de salud oportuna y apropiada,
sino también los principales factores determinantes de la salud, como el acceso al agua limpia potable y a
condiciones sanitarias adecuadas, el suministro adecuado de alimentos sanos, una nutrición adecuada,
una vivienda adecuada, condiciones sanas en el trabajo y el medio ambiente…” (párr. 11). Detallando las
obligaciones fundamentales de los Estados en la esfera del derecho a la salud, el Comité establecía que
esas obligaciones implicaban garantizar el acceso a un hogar, una vivienda y unas condiciones sanitarias
básicos, así como a un suministro adecuado de agua limpia potable (párr. 43)”. Comisión de Derechos
Humanos. Informe del Relator Especial sobre la vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de
vida adecuado. Doc. E/CN.4/2001/51. 25 de enero de 2001. Párrafo 28.
282
Corte Constitucional. Sentencia T-406 de 1992. M.P. Ciro Angarita Barón.
169
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
tiasis. La segunda enfermedad más importante que afecta a la población infantil son las
infecciones intestinales.
170
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
integridad física (art. 11 C.P.), la libre circulación (art. 24 C.P.), al trabajo (art. 25
C.P.), a la salud (art. 49 C.P.), a un ambiente sano (art. 79 C.P.) y a una vivienda
digna (art. 51 C.P.).
Ante esta situación, la Corte Constitucional confirma la sentencia de segunda
instancia284, dando cuenta de la justiciabilidad, a través de la acción de tutela, del
derecho a contar con servicio de alcantarillado:
El anterior derecho prestacional [derecho prestacional a gozar un sistema de desagüe
de aguas negras] se podría hacer exigible a través de la acción de tutela cuando se haya
probado dentro del proceso la violación o amenaza del derecho fundamental del peti-
cionario de la acción de tutela por la ausencia de cierta inversión pública aunada a la
comprobada negligencia administrativa, partiendo de la base de una disponibilidad pre-
supuestal. Ciertamente, es relativa la determinación de criterios de eficacia de un derecho
prestacional, como los antes designados, pues la actualización del contenido obligacional
de una prestación imputable al Estado que implique una obra pública debe ser apreciada
en concreto.
284
En esta oportunidad la Corte Constitucional toma como fundamento normativo de su decisión algunos
estándares internacionales “Sobre la amenaza inmediata a la vida por parte de las aguas negras, la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, llevada a cabo en Río
de Janeiro, estableció que debería concederse la debida prioridad al tratamiento y la eliminación de las
excretas dada la amenaza que supone para la vida humana”.
285
En el mismo sentido, pueden verse: Sentencia T-406 de 1992, M.P. Ciro Angarita Barón y T-578
de 1992, M.P. Alejandro Martínez Caballero. En esta última oportunidad, la Corte afirmó sobre los
servicios públicos domiciliarios y el servicio de acueducto que: “Los servicios públicos ‘domiciliarios’
son aquellos que se prestan a través del sistema de redes físicas o humanas con puntos terminales
en las viviendas o sitios de trabajo de los usuarios y cumplen la finalidad específica de satisfacer
las necesidades esenciales de las personas. El servicio público es el género y el servicio público
domiciliario es especie de aquel. Y en segundo lugar se concluye que el acueducto es un servicio
público domiciliario. Así pues, la conexión de redes de acueducto y alcantarillado en un predio que lo
habilite para ser ocupado posteriormente por las personas, no cumple con el requisito relacionado con
la satisfacción inmediata de las necesidades, ya que si bien se trata de un servicio público domiciliario
(servicio de agua), su limitación o el incumplimiento en la prestación del servicio por el Estado, los
particulares o las comunidades organizadas no constituye vulneración o amenaza de un derecho
constitucional fundamental por no encontrarse vinculada directamente la persona, el ser humano, sino
la persona jurídica que contrató”. En esa misma oportunidad, la Corte Constitucional, refiriéndose a la
171
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
(…)
Es de mérito advertir que una acción de tutela dirigida a obtener obras de alcantarillado
no es improcedente por la existencia de otros medios de defensa judiciales como las
acciones populares, cuando se demuestra que existe una violación o amenaza directa al
derecho fundamental de la persona que interpone la tutela y que esta situación tenga una
relación de causalidad directa con la omisión de la administración que afecte el interés de
la comunidad, dado que en estos casos se genera una unidad de defensa, que obedece al
principio de economía procesal y al de prevalencia de la acción de tutela sobre las accio-
nes populares286.
fundamentabilidad del servicio de alcantarillado, afirmó: “El agua constituye fuente de vida y la falta
del servicio atenta directamente con el derecho fundamental a la vida de las personas. Así pues, el
servicio público domiciliario de acueducto y alcantarillado en tanto que afecte la vida de las personas,
la salubridad pública o la salud, es un derecho constitucional fundamental y como tal ser objeto de
protección a través de la acción de tutela. En este caso el servicio de acueducto no cumple con la
finalidad de satisfacer las necesidades esenciales de las personas naturales, pues en este caso la
conexión o la habilitación del predio para la construcción posterior de las viviendas beneficiaría a una
persona jurídica para las cuales no constituye derecho constitucional fundamental”.
286
Corte Constitucional. Sentencia T-207 de 1995. En materia de procedencia de la acción de tutela,
aunque los actores cuenten con la posibilidad de presentar una acción popular, la Corte reitera la
doctrina sentada en los siguientes pronunciamientos: sentencia T-254/93, M.P. Antonio Barrera
Carbonell; T-539/93, M.P. José Gregorio Hernández Galindo; T-354/94, M.P. José Gregorio Hernández
Galindo; T-431/94, M.P. José Gregorio Hernández Galindo.
172
CALIDAD FÍSICA Y ENTORNO DE LA VIVIENDA
En este sentido se tiene que, por un lado, en el escrito de demanda, la señora XXX aduce
que las humedades que han aparecido en su vivienda, debido a las fallas estructurales en
los ductos de agua y la falta de alcantarillado, son la causa de la enfermedad que tanto
ella como sus nietos menores padecen, vulnerándose así sus derechos fundamentales a la
salud, integridad física y a la vida digna. Por otro lado, si se observan las múltiples peti-
ciones hechas por el personero municipal, se propende a la protección del derecho que
tienen todos los ciudadanos a un ambiente sano, derecho este de naturaleza colectiva.
Así, en el caso concreto de los accionantes, lo que se ve es que la solicitud de protección
del derecho a un ambiente sano conlleva, además, la garantía de los derechos que les
asisten a la salud, integridad física y a la vida digna287.
En el núcleo del derecho al agua reside el principio de que nadie puede ser privado de la
cantidad suficiente de agua para satisfacer sus necesidades fundamentales. Para favorecer
287
Corte Constitucional. Sentencia T-514 de 2007. M.P. Jaime Araújo Rentería.
288
“Todos los beneficiarios del derecho a una vivienda adecuada deberían tener acceso permanente a
recursos naturales y comunes, a agua potable, a energía para la cocina, la calefacción y el alumbrado,
a instalaciones sanitarias y de aseo, de almacenamiento de alimentos, de eliminación de desechos,
de drenaje y a servicios de emergencia”. Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Observación General No. 4. El derecho a la vivienda adecuada. Doc. E/1992/23. 1991. Párrafo 8 b).
289
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General No. 4. El derecho a la
vivienda adecuada. Doc. E/1992/23. 1991. Párrafo 8 b).
173
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
el acceso al agua potable sin ningún tipo de discriminación y permitir el pleno ejercicio
del derecho, los poderes públicos deben adoptar diversas medidas, algunas de las cuales
deben estar dirigidas a los grupos más desfavorecidos. Esas medidas tienen los objetivos
de mejorar la calidad del agua, evitar las pérdidas que llevan a la escasez y garantizar el
acceso de todos al suministro de agua, entre otros290.
290
Defensoría del Pueblo. El derecho humano al agua, en la Constitución, la jurisprudencia y los
instrumentos internacionales. Bogotá, D. C., ProSeDHer. 2005. p. 17. En este mismo sentido, la
Observación General No. 14 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales se refiere a
la importancia del acceso a agua potable dentro de las condiciones para del disfrute del más alto nivel
posible de salud: “43. En la Observación general Nº 3, el Comité confirma que los Estados Partes tienen
la obligación fundamental de asegurar como mínimo la satisfacción de niveles esenciales de cada uno
de los derechos enunciados en el Pacto, incluida la atención primaria básica de la salud. Considerada
conjuntamente con instrumentos más recientes, como el Programa de Acción de la Conferencia
Internacional sobre Población y Desarrollo, la Declaración de Alma‑Ata ofrece una orientación inequívoca
en cuanto a las obligaciones básicas dimanantes del artículo 12. Por consiguiente, el Comité considera
que entre esas obligaciones básicas figuran, como mínimo, las siguientes: (…) c) Garantizar el acceso
a un hogar, una vivienda y unas condiciones sanitarias básicos, así como a un suministro adecuado de
agua limpia potable”. Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General
No. 14. El derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud. Doc. E/C.12/2000/4 Párrafo 43.
174
CAPÍTULO IV
ACCESIBILIDAD
ECONÓMICA
DE LA VIVIENDA
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
177
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Artículo 51. Todos los colombianos tienen derecho a vivienda digna. El Estado fijará las
condiciones necesarias para hacer efectivo este derecho y promoverá planes de vivienda
de interés social, sistemas adecuados de financiación a largo plazo y formas asociativas de
ejecución de estos programas de vivienda.
Gastos soportables. Los gastos personales o del hogar que entraña la vivienda deberían
ser de un nivel que no impidiera ni comprometiera el logro y la satisfacción de otras
necesidades básicas. Los Estados Partes deberían adoptar medidas para garantizar que el
porcentaje de los gastos de vivienda sean, en general, conmensurados con los niveles de
ingreso. Los Estados Partes deberían crear subsidios de vivienda para los que no pueden
costearse una vivienda, así como formas y niveles de financiación que correspondan ade-
cuadamente a las necesidades de vivienda. De conformidad con el principio de la posi-
bilidad de costear la vivienda, se debería proteger por medios adecuados a los inquilinos
contra niveles o aumentos desproporcionados de los alquileres. En las sociedades en que
los materiales naturales constituyen las principales fuentes de material de construcción de
vivienda, los Estados Partes deberían adoptar medidas para garantizar la disponibilidad
de esos materiales291.
291
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General 4. El derecho a una
vivienda adecuada Doc. E/1991/23. 13 de diciembre de 1991.
178
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
Asequibilidad. La vivienda adecuada debe ser asequible a los que tengan derecho.
Debe concederse a los grupos en situación de desventaja un acceso pleno y sostenible
a los recursos adecuados para conseguir una vivienda. Debería garantizarse cierto gra-
do de consideración prioritaria en la esfera de la vivienda a los grupos desfavorecidos
como las personas de edad, los niños, los incapacitados físicos, los enfermos termina-
les, los individuos VIH positivos, las personas con problemas médicos persistentes,
los enfermos mentales, las víctimas de desastres naturales, las personas que viven en
zonas en que suelen producirse desastres, y otros grupos de personas. Tanto las dispo-
siciones como la política en materia de vivienda deben tener plenamente en cuenta las
necesidades especiales de esos grupos. En muchos Estados Partes, el mayor acceso a la
tierra por sectores desprovistos de tierra o empobrecidos de la sociedad, debería ser el
centro del objetivo de la política. Los Estados deben asumir obligaciones apreciables
destinadas a apoyar el derecho de todos a un lugar seguro para vivir en paz y dignidad,
incluido el acceso a la tierra como derecho293.
179
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
294
Corte Constitucional. Sentencia C-936 de 2003. M.P. Eduardo Montealegre Lynett.
180
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
181
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
295
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General No. 6. Los derechos
económicos, sociales y culturales de las personas mayores. Doc. E/1996/22. 1996.
182
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
1. Los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño a un nivel de vida adecuado
para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social.
2. A los padres u otras personas encargadas del niño les incumbe la responsabilidad
primordial de proporcionar, dentro de sus posibilidades y medios económicos, las condi-
ciones de vida que sean necesarias para el desarrollo del niño.
3. Los Estados Partes, de acuerdo con las condiciones nacionales y con arreglo a sus me-
dios, adoptarán medidas apropiadas para ayudar a los padres y a otras personas respon-
sables por el niño a dar efectividad a este derecho y, en caso necesario, proporcionarán
asistencia material y programas de apoyo, particularmente con respecto a la nutrición, el
vestuario y la vivienda296.
296
Ratificada por el Estado colombiano mediante Ley 12 de enero 28 de 1991.
183
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
En este sentido, por ejemplo, en la Sentencia T-905 de 2007 (M.P. Jaime Araú-
jo Rentería) la Corte Constitucional resuelve una tutela interpuesta por una perso-
na portadora de VIH contra un Fondo de Empleados de una Universidad. En este
caso, el accionante, en su calidad de asociado de un Fondo de empleados solicitó
un crédito para vivienda. No obstante, “luego de haber cumplido con todos los
procedimientos administrativos exigidos por el Fondo, entre ellos la realización
de exámenes médicos, se enteró que es portador del VIH positivo, circunstancia
esta por la que asegura, le negaron el crédito, lo que le ha ocasionado un perjuicio
directo en su dignidad y en su patrimonio”298. En tal oportunidad, la Corte con-
cedió la tutela y protegió al accionante portador de VIH, afirmando:
297
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General No. 5. Las personas con
discapacidad. Doc. E/1995/22. 1995, párr. 33.
298
Corte Constitucional. Sentencia T-905/07. M.P. Jaime Araújo Rentería.
184
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
Corresponde al Estado fijar las condiciones necesarias para hacer efectivo el derecho a la
vivienda digna y promover planes que consulten los problemas habitacionales, conside-
ren las diversas situaciones y propongan soluciones coherentes, previo el cumplimiento
de trámites y requisitos razonables –artículos 13 y 51 C.P.–.
De ahí que toda política estatal tendiente a solventar los problemas habitacionales de la
población vulnerable requiera de asesorías claras y acompañamientos ciertos, porque las
funciones administrativas se habrán de desarrollar con fundamento en los principios y
valores constitucionales, y el ordenamiento superior impone a las autoridades la promo-
ción de condiciones para que la igualdad de derechos, libertades y oportunidades sea real
y efectiva –artículos 209 y 13 C.P.–.
Debe decirse aquí que, ciertamente el derecho a la vivienda digna, a pesar de estar con-
templado en nuestra Constitución dentro del capítulo de los denominados derechos
económicos sociales y culturales, puede ser considerado como una garantía de rango
fundamental en relación con el derecho a la vida en condiciones dignas; circunstancia
que, obviamente deberá considerarse en cada caso concreto, pues solo así se podrá deter-
minar si la necesidad de vivienda, lleva consigo elementos que involucran la dignidad, o
la vida de quien acude a esta instancia judicial.
299
Corte Constitucional. Sentencia T–905 de 2007. M.P. Jaime Araújo Rentería.
185
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
la afirmando que “el que la aseguradora demandada niegue la póliza del seguro de
vida, vulnera su derecho a la vivienda digna (artículo 51 de la Constitución), pues
la entidad financiera no desembolsará el dinero hasta tanto se acredite la toma del
respectivo seguro”. Ante este caso, la Corte Constitucional ampara el derecho a la
vivienda manifestando:
De aceptar esta Sala, que la aseguradora acusada puede dejar de suscribir un seguro de
vida, bajo el argumento de que la persona que lo solicita padece del virus de inmuno-
deficiencia humana, sería como aceptar toda forma de discriminación, desconociendo
los preceptos constitucionales y las normas contenidas en el derecho internacional,
como quiera que si se admite este tipo de exclusiones, muy seguramente, en el futuro
tendría que admitirse que quien es portador de VIH, va a ser excluido de todo tipo
de negocio, inclusive se puede llegar a decir que quien es portador del virus no puede
trabajar, asistir a un centro educativo, tener un contrato de salud, o emplear un medio
de trasporte, pues estas actividades se derivan al igual que la actividad aseguradora de
un negocio jurídico en donde las partes contratantes tienen que expresar su consenti-
miento, consentimiento que no puede tener como fundamento la discriminación.
Los actores tienen derecho a vivir, en una vivienda digna, con dignidad, más aún, dadas
las circunstancias especiales en las que se encuentran, por cuanto puede considerarse que
para ellos acceder a una vivienda de interés social, vivienda que precisamente pretende
proteger a la población más pobre y vulnerable, es como obtener la protección a un mí-
nimo vital en materia de vivienda300.
300
Corte Constitucional. Sentencia T–1165 de 2001. M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
186
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
187
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
ejecutivo, debe ponerse a tono con las exigencias de humanidad propias de una sociedad
civilizada. Por ello, sin desconocer el derecho al cumplimiento de la obligación que le
asiste a todo acreedor, sí es exigible la consideración de una situación tan grave como
la reportada por la actora, pues no puede desconocerse la consecuente incapacidad de
afrontar, de manera equilibrada, la defensa de sus intereses en esa actuación. Ser titular de
un crédito no habilita a nadie a mostrarse indolente ante la tragedia ajena, mucho más si
esta no solo compromete la vida del deudor, sino que interfiere su capacidad de asumir
la defensa de sus propios negocios.
188
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
Estos criterios han de fungir como guía de interpretación para enfrentar, en materia de
vivienda, las necesidades de la población en situaciones de debilidad manifiesta, así como
en el reparto de los recursos necesarios para atender la satisfacción de los derechos eco-
nómicos, sociales y culturales. De ahí que junto a los programas de vivienda social y los
mecanismos (adecuados) de financiación a largo plazo, deben existir planes para atender
a quienes están en la situación de extrema debilidad: desplazados y víctimas de desastres
naturales302.
Posteriormente, en la Sentencia T-1094 de 2002 la Corte habría de analizar con
detenimiento los deberes sociales del Estado en relación con las víctimas de desastres
naturales303 y con quienes habitan en zonas de alto riesgo. En esta oportunidad la
Corte Constitucional revisó la decisión de un juez de tutela que resolvió favorable-
mente el amparo solicitado por una persona que había sido desalojada de su lugar
de habitación (una finca) por la administración municipal, tras los estudios que
indicaban que la vivienda se había visto afectada “en un 100%” debido a desliza-
mientos ocurridos en un lapso de año y medio. La tutelante consideraba vulnerado
su derecho a la vivienda “porque no posee ingresos diferentes a los provenientes de la
explotación del predio y no tiene para pagar arriendo ni para trasladarse, además de
que considera que no le ha sido reconocida una indemnización justa y equitativa por
parte del municipio”. Ante esta situación la Corte Constitucional confirma la deci-
sión del juez de instancia, reconociendo la protección de los derechos fundamentales
invocados por la tutelante y señalando:
302
Corte Constitucional. Sentencia T–958 de 2001. M.P. Eduardo Montealegre Lynett.
303
Ver también Corte Constitucional. Sentencia T–743 de 2006. M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
189
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
En el presente caso, acierta la apoderada de la actora al afirmar que existe un deber del
Estado de proteger la vida de sus poderdantes, víctimas de desastre natural que afecta
directa y plenamente su vivienda y sus cultivos, único medio para su subsistencia. Se
trata de un deber del Estado de rango constitucional, no meramente moral, que a su vez
involucra los deberes sociales de los particulares (artículo 2 inciso 2º), si se tiene en cuenta
que será con las contribuciones de estosm, destinadas a cubrir los gastos e inversiones del
Estado, que se financie el apoyo económico solicitado (artículos 2 inciso 2º y 95 numeral
9º de la Constitución)304.
Por otra parte, la administración local informa a la Corte que viene adelantando ges-
tiones ante la Gobernación, el Inurbe y las Cajas de Compensación para realizar un
megaproyecto de vivienda de interés social, además de contar con un lote denominado
“Reubicación del Barrio el Porvernir”, en el que se adelantan obras de urbanismo para
reubicar zonas de invasión y a familias que se encuentran en zonas identificadas de alto
riesgo (folio 143). Dado que los dictámenes periciales certifican que el predio de la accio-
nante está situado en una zona de alto riesgo, la administración local deberá asegurarse
que la actora y su esposo, sean parte de los planes urbanísticos que se vienen adelantando,
todo ello de conformidad con la Ley 9ª de 1989, modificada por la Ley 2ª de 1991305.
304
Corte Constitucional. Sentencia T–1094 de 2002. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
305
Corte Constitucional. Sentencia T-1094 de 2002. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
306
Corte Constitucional. Sentencia T-079 de 2008. M.P. Rodrigo Escobar Gil.
190
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
Dadas las condiciones específicas del accionante, que son de manifiesta debilidad en el
aspecto económico –según lo probado–, ha debido tener cabal aplicación el principio de
solidaridad308, para impedir que la inactividad del Municipio y del contratista encargado
307
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. El derecho a una
vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22. 1997. párr. 10.
308
Con respecto al alcance del principio de solidaridad, en la Sentencia T-309/95, M.P. José Gregorio
Hernández Galindo, la Corte afirma: “La idea y las proyecciones del Estado Social de Derecho, que
es característico de nuestra organización política, según lo expuesto por el artículo 1º de la Carta, y
que proclama una responsabilidad estatal mucho más ligada a la obtención de resultados favorables
a la satisfacción de las necesidades primigenias de la comunidad y de los asociados, dentro del orden
jurídico, que al encasillamiento formal de sus actuaciones en los moldes normativos. En el actual
sistema jurídico, el principio de solidaridad, contemplado en los artículos 1º y 95 de la Constitución
191
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
de las obras repercutiera en su perjuicio, impidiéndole el uso del único sitio al cual po-
día acogerse para su vivienda –una construcción de cuatro por cinco metros–, según la
inspección judicial que, por comisión de esta Sala, llevó a cabo el Presidente del Tribunal
Administrativo del Tolima, con lo cual se lo arriesgó a vivir de manera indefinida a la
intemperie, con peligro para su vida y su integridad personal309.
Política, al que están obligados los particulares pero que es primordialmente exigible al Estado, si bien
no bajo una concepción paternalista que establezca una dependencia absoluta. A tal concepto se ha
referido esta misma Sala, indicando que tiene el sentido de un deber, impuesto a toda persona por el
sólo hecho de su pertenencia al conglomerado social, consistente en la vinculación del propio esfuerzo
y actividad en beneficio o apoyo de otros asociados o en interés colectivo”.
309
Corte Constitucional. Sentencia T-309 de 1995, M.P. José Gregorio Hernández Galindo. En la Sentencia, la
Corte Constitucional trae a juicio el caso de un habitante de Anzoategui, Tolima. Al ciudadano le derribaron
la casa porque amenazaba ruina, y según como se decía en el contrato, se comenzaron las excavaciones
para la nueva cimentación, pero la obra se estancó debido a que faltaba una firma. A partir del alto en que fue
suspendida la obra no se ha avanzado en la construcción de una nueva casa. La Corte concede la tutela.
310
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Observación General No. 7. El derecho a
una vivienda adecuada: Los desalojos forzosos. Doc. E/1998/22. 1997, párr. 16. El Relator Especial
de Naciones Unidas sobre el derecho a la vivienda adecuada, también ha señalado al respecto: “16.
Todas las personas, grupos y comunidades tienen derecho al reasentamiento, que incluye el derecho
a una tierra distinta mejor o de igual calidad, y una vivienda que debe satisfacer los siguientes criterios
de adecuación: facilidad de acceso, asequibilidad, habitabilidad, seguridad de la tenencia, adecuación
192
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
cultural, adecuación del lugar y acceso a los servicios esenciales, tales como la salud y la educación
(…) 43. Los desalojos no deben generar personas sin hogar o vulnerables a la violación de otros
derechos humanos. El Estado debe prever la adopción de todas las medidas apropiadas, hasta el
máximo de los recursos disponibles, especialmente a favor de los que no pueden ganarse la vida,
para garantizar que se disponga o se ofrezca vivienda adecuada alternativa, reasentamiento o acceso
a tierras productivas, según el caso. La vivienda alternativa debe estar situada lo más cerca posible
del lugar inicial de residencia y la fuente de ingresos de las personas desalojadas (…) 55. Los lugares
determinados de reinstalación deben responder a los criterios de una vivienda adecuada de acuerdo
con el derecho internacional relativo a los derechos humanos. Entre estos figuran: a) seguridad de la
tenencia; b) servicios, materiales, instalaciones e infraestructuras tales como agua potable, energía
para cocinar, calefacción y luz, saneamiento, lavaderos de ropa, formas de almacenar alimentos,
vertederos de basura, drenajes del lugar y servicios de emergencia, y en los casos apropiados, acceso a
recursos naturales y comunes; c) vivienda asequible; d) vivienda habitable que ofrezca a los habitantes
espacio suficiente, protección del frío, la humedad, el calor, la lluvia, el viento y otras amenazas a la
salud, peligros estructurales y portadores de enfermedades, y que garantice la seguridad física de sus
ocupantes; e) accesibilidad para los grupos en situación de desventaja; f) acceso a las oportunidades
de empleo, servicios de atención de la salud, escuelas, centros de cuidado del niño y otras instalaciones
sociales, tanto en las zonas urbanas como rurales; y g) una vivienda culturalmente”. Principios básicos
y directrices sobre los desalojos y el desplazamiento generados por el desarrollo. Informe del Relator
Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida adecuado. Doc. A/
HRC/4/18. 5 de febrero de 2007.
311
Corte Constitucional, Sentencia T-602 de 2003, M.P. Jaime Araújo Rentería.
193
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Los requisitos y condiciones para acceder a los créditos de vivienda no se ajustan a las
carencias económicas de los hogares desplazados. La exigencia de tiempos de ahorro,
referencias personales y comerciales, así como otros requisitos, son en muchos casos,
imposibles de cumplir para la población desplazada. Tales exigencias resultan discrimina-
torias y constituyen barreras de entrada para el acceso a este tipo de ayudas (…)
194
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
o los procedimientos más expeditos y eficaces para que en adelante se informe oportuna-
mente a toda la población sobre la apertura de las convocatorias de subsidio de vivienda
o cualquier solución habitacional.
(…)
En efecto, es cierto que de las cifras aportadas por las autoridades demandadas se logra
inferir que algunas personas han sido beneficiadas por subsidios o asignación de tierras
y que en otros casos su postulación se encuentra bajo evaluación. Sin embargo, la Sala
no puede pasar por alto que el número de postulantes es alarmantemente bajo. Según
los datos suministrados por Fonvivienda, de la convocatoria efectuada en el año 2004 se
han otorgado, a partir de diversas resoluciones, un total de 62 subsidios. En contraste, la
misma entidad informa que 162 de los jefes de hogar inscritos en el Registro Único “no
se han postulado en ninguna de las convocatorias que ha abierto Fonvivienda
para población desplazada”. Esto, agregado al desconocimiento que la gran mayoría
de declarantes dijo tener sobre los requisitos y trámites necesarios para acceder a un
subsidio y el señalamiento de la administración municipal, que dijo haber divulgado los
programas de vivienda a partir de un contratista, muestran que una de las principales fa-
lencias estructurales que impiden el acceso a una vivienda digna a las personas amparadas
por la presente acción, es la ausencia de una asesoría seria, clara y completa. De hecho
–vale la pena resaltar– la mayoría de declarantes afirmó que nunca le ha sido brindada
asesoría o acompañamiento sobre estos temas. En consecuencia, con base en esta falen-
cia, esta Sala de revisión revocará la sentencia de única instancia, proferida por el juzgado
penal del circuito de Fundación (Magdalena), y en su lugar concederá la protección del
derecho fundamental a la vivienda digna.
195
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
iniciado por la entidad financiera por el término de un mes, con el fin de que
esta proceda, de mutuo acuerdo con el tutelante, a la “novación” del crédito. En
este mismo pronunciamiento, la Corte Constitucional recuerda que a las personas
secuestradas no les son exigibles las cuotas mensuales de amortización de los cré-
ditos de vivienda, durante el tiempo que estén en cautiverio y durante el periodo
de readaptación:
La primera de tales consecuencias, es que la obligación de pagar los instalamentos ven-
cidos durante el tiempo en que la persona se encuentra secuestrada no es exigible. Por
lo tanto, la persona no se encuentra en mora. Desde una perspectiva constitucional, al
exigir tales obligaciones de una persona secuestrada se están desconociendo las limitacio-
nes a su libertad. En tales casos la persona se encuentra ante la imposibilidad de decidir
libremente si cumple o no con sus obligaciones, y no se le está permitiendo asumir res-
ponsablemente las consecuencias de sus actos.
(…)
Por todo lo anterior, dadas las especiales condiciones del riesgo que supone exigir la
deuda a una persona liberada durante su fase de readaptación, el pago de las cuotas tam-
poco resulta exigible durante el año siguiente a su liberación. En esa medida, no le son
exigibles intereses moratorios durante este período, pues el carácter sancionatorio que les
es inherente no es compatible con la ausencia de culpa de quien materialmente no puede
cumplir su obligación, o hacerlo le resulta extremadamente gravoso313.
313
Corte Constitucional. Sentencia T-520 de 2003. M.P. Rodrigo Escobar Gil.
196
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
197
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
314
En la misma observación el Comité señala en relación con al acceso a los recursos judiciales para la
reparación: “Establecer cauces adecuados para la reparación, tales como tribunales o mecanismos
administrativos a los que todos tengan acceso en pie de igualdad, sobre todo los hombres y mujeres
más pobres, desfavorecidos y marginados”. Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Observación General No. 16. La igualdad de derechos del hombre y la mujer al disfrute de los derechos
económicos, sociales y culturales. Doc. E/C.12/2005/4. 2005. Párrafo 38.
198
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
En los Estados Unidos, existen dos casos paradigmáticos conocidos como los
Mont Laurel I y II, resueltos por el Tribunal Supremo del Estado de Nueva Jersey
en 1975 y 1983, respectivamente, en virtud de los cuales se declararon inconstitu-
cionales regulaciones urbanísticas municipales que hacían imposible en la práctica
la provisión de casas asequibles para personas de rentas bajas, siendo entonces segre-
gados los más pobres. Con ocasión del fallo el Tribunal Supremo consideró que las
regulaciones urbanísticas basadas en consideraciones de tipo económico constituían
‘clasificaciones sospechosas’, que solo habrían de ser permitidas si superan un test
estricto de control, y si militan en su favor razones de interés público.
199
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
(…)
Por todo lo anterior, teniendo en cuenta que la interpretación del Tribunal es no solo
razonable, sino que es la que más se adecua a la Carta, es obvio que el demandado no
incurrió en una vía de hecho. No se activa, pues, la competencia del Juez Constitucional
para modificar la resolución de la justicia ordinaria –en punto del defecto sustantivo
alegado–, por cuanto en el trámite del proceso, el juez de conocimiento actuó de manera
razonable como garante de los postulados superiores. Es más, por los argumentos seña-
lados en los fundamentos anteriores de esta providencia, la Corte Constitucional que la
interpretación adelantada por la Sala Unitaria de Decisión Civil del Tribunal de Mede-
llín es la hermenéutica correcta y constitucionalmente más adecuada del significado del
parágrafo 3 del artículo 42 de la Ley 546 de 1999, interpretado a la luz de la sentencia
C-955 de 2000. En consecuencia, la solicitud de amparo elevada por Conavi, no será
concedida315.
315
Corte Constitucional. Sentencia T-701 de 2004. M.P. Rodrigo Uprimny Yepes. Al respecto también
puede verse Sentencia SU-813 de 2007. M.P. Jaime Araújo Rentería.
200
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
316
Corte Constitucional. Sentencia C-252 de 1998. M.P. Carmenza Isaza de Gómez.
201
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
El primero de estos artículos, el 333, consagra la libre competencia, la que desde luego
opera en el sistema financiero, como un derecho que supone responsabilidades, y ad-
317
“En ella [artículo 51 constitucional] se establecen obligaciones que claramente aluden a aspectos
de desarrollo progresivo del derecho: fijar condiciones para hacer realidad el derecho; promoción
de planes para atender a la población más pobre; diseño de sistemas de financiación adecuados;
promoción de ciertas formas de ejecución de los planes de vivienda. En suma, puede sostenerse que la
Constitución fija las bases para una política de vivienda que, naturalmente, deben conducir a que todos
los colombianos puedan disfrutar del derecho en cuestión”. Corte Constitucional. Sentencia T – 958 de
2001. M.P. Eduardo Montealegre Lynett.
202
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
vierte que la empresa, como base del desarrollo, tiene una función social que impone
obligaciones, principios que se hacen efectivos cuando el objeto de la entidad es ofrecer
alternativas de financiación para suplir una necesidad que el Constituyente reconoció
como inherente a la condición de dignidad del individuo: la vivienda.
...la Constitución establece el “derecho a vivienda digna” como uno de los derechos so-
ciales y económicos de los colombianos, el cual, desde luego, no puede por su propia
índole ser de realización inmediata sino progresiva. Por ello, el constituyente ordena al
Estado la fijación de “las condiciones necesarias para hacer efectivo este derecho”, así
como el promover “planes de vivienda de interés social”, y “sistemas adecuados de fi-
nanciación a largo plazo”. Es decir, conforme a la Carta Política no puede la adquisición
y la conservación de la vivienda de las familias colombianas ser considerada como un
asunto ajeno a las preocupaciones del Estado, sino que, al contrario de lo que sucedía
bajo la concepción individualista ya superada, las autoridades tienen por ministerio de
la Constitución un mandato de carácter específico para atender de manera favorable a
la necesidad de adquisición de vivienda, y facilitar su pago a largo plazo en condiciones
adecuadas al fin que se persigue, aun con el establecimiento de planes específicos para los
sectores menos pudientes de la población, asunto este último que la propia Carta define
como de “interés social”318.
203
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
2. La UPAC era apenas un instrumento que servía para determinar, por su equi-
valencia con las variaciones de precios en el mercado interno320, el monto de las
obligaciones que contraían con las entidades financieras los beneficiarios de créditos
para la construcción o adquisición de vivienda. Por consiguiente, el objeto de los
contratos de ahorro y prestamo denominados en UPAC, vale decir, el bien jurídico
sobre el cual recaían era, en todo caso, la moneda legal, pero como su cuantía era
variable, el factor para determinarla era la unidad de poder adquisitivo constante,
que se calculaba teniendo en cuenta el índice de los precios al consumidor.
204
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
deudor del banco o de la corporación de ahorro y vivienda por una cantidad inde-
terminada en pesos, pero determinable mediante la aplicación del factor UPAC a la
cantidad recibida. Lo anterior significa que la UPAC no era la medida general del
valor, la cual para el efecto seguía siendo el peso o moneda legal colombiana, sino
un factor para determinar el quantum de cierto tipo de obligaciones en los términos
del signo monetario fijado en la ley321. Así las cosas, hasta el año de 1993 el valor en
pesos de la Unidad de Poder Adquisitivo Constante se calculó teniendo en cuenta el
índice de precios al consumidor certificado por el DANE.
(...)
205
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
206
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
La Unidad de Valor Real (UVR) no fue creada por la nueva ley de vivienda326
(Ley 546 de 1999), proferida a propósito de las sentencias de la Corte Constitu-
325
Se debate en la sentencia, entonces, acerca de los alcances del concepto de dinero, de corrección
monetaria y de intereses. La UPAC (Unidad de Poder Adquisitivo Constante) simplemente establece
una unidad de valor que se tendrá en cuenta para reajustar los créditos destinados para financiación de
vivienda a largo plazo, a efectos de permitir que el acreedor sea indemnizado por la pérdida del poder
adquisitivo de la moneda, propio de economías inflacionarias como la nuestra. Se trata únicamente
de una fórmula especial para la fijación de la indexación o corrección monetaria, que permita sostener
en el tiempo el valor real de lo adeudado, librando al acreedor de las contingencias propias de la
pérdida de poder adquisitivo de la moneda. Para los magistrados que salvaron el voto en esta decisión
(Eduardo Cifuentes Muñoz y Vladimiro Naranjo Mesa) la Corte aplica la idea en virtud de la cual se
debe impedir que la función que la ley le asigna a la junta directiva del Banco de la República, pueda
ser menoscabada por el legislador. Criterio que sin embargo “no lo aplica frente al propio órgano
jurisdiccional que, por vía negativa, dispone que la fórmula de cálculo de la UPAC no podrá ser
vinculada al movimiento de las tasas de interés. Esto quiere decir que en adelante esta función de
la Junta Directiva del Banco de la República se ejercerá conforme a este criterio, señalado no por el
legislador (como lo dispone el artículo 372 de la Constitución Política), sino directamente por la Corte
Constitucional”. Para destacar más adelante de manera precisa que la Corte en este punto “desdeña
el discurso relativo a la ‘autonomía técnica’ de la Junta Directiva del Banco central” para imponer por
vía jurisprudencial otro criterio de determinación de la metodología para la fijación del valor en moneda
legal de la UPAC. Corte Constitucional. Sentencia C-383 de 1999. M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
326
Ley 546 de 1999, “Por la cual se dictan normas en materia de vivienda, se señalan los objetivos y criterios
generales a los cuales debe sujetarse el Gobierno Nacional para regular un sistema especializado para
su financiación, se crean instrumentos de ahorro destinados a dicha financiación, se dictan medidas
relacionadas con los impuestos y otros costos vinculados a la construcción y negociación de vivienda
y se expiden otras disposiciones”.
207
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
cional de 1999, sino que en un comienzo fue prevista dentro del Decreto 856 de
1999 para mantener actualizado el valor de los títulos de deuda pública TES y se
la definió allí como “unidad de medida que en razón de la evolución de su valor en
moneda legal colombiana con base en el índice de precios al consumidor, reconoce
la variación en el poder adquisitivo de la moneda colombiana”.
No obstante, sí fue la Ley 546 de 1999 la que dio a la UVR el papel que tiene
actualmente en la denominación de los créditos concedidos para la financiación
de vivienda individual a largo plazo. Conforme al artículo 3° de la mencionada
Ley 546 “la Unidad de Valor Real (UVR) es una unidad de cuenta que refleja el
poder adquisitivo de la moneda, con base exclusivamente en la variación del índi-
ce de precios al consumidor certificada por el DANE, cuyo valor se calculará de
conformidad con la metodología que establezca el Consejo Superior de Política
Económica y Social, Conpes”327.
Al igual que sobre la UPAC puede ahora expresarse respecto a la UVR lo siguiente:
327
La Corte Constitucional declaró la inexequibilidad de esta expresión “cuyo valor se calculará de
conformidad con la metodología que establezca el Consejo Superior de Política Económica y Social,
Conpes”, pues asegura la Corte que se trata de “una facultad que no le corresponde [al CONPES],
pues según el artículo 372 de la Constitución, la autoridad monetaria y crediticia, es decir, la llamada
a establecer la metodología para el cálculo de la unidad de cuenta alrededor de la cual funcionará el
sistema de financiación de vivienda a largo plazo, es únicamente la Junta Directiva del Banco de la
República”. Corte Constitucional. Sentencia C–955 de 2000. M.P. José Gregorio Hernández Galindo.
208
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
Así las cosas, tanto la UPAC (Unidad de Poder Adquisitivo Constante), como la
UVR (Unidad de Valor Real) obedecen al mismo propósito, cual es, en esencia, pro-
teger al acreedor por la depreciación de la moneda, causada por la inflación. Tanto
con la UPAC como con la UVR, el legislador consagra una forma de contabilizar
créditos contraídos con el sector financiero para la construcción o adquisición de
vivienda, con el propósito de sostener en el tiempo el valor real de lo adeudado, li-
brando así al acreedor de las contingencias propias de la pérdida de poder adquisitivo
de la moneda. En otras palabras, la UVR es una fórmula específica y particular para
indexar con base en el IPC el monto de los dineros adeudados.
UPAC UVR
Estuvo ligada a la DTF desde 1993. Ligada a la inflación
Dejó de existir el 31 de diciembre de Se aplica a créditos hipotecarios desde el 1° de
1999. enero de 2000.
Se aplica vía reliquidación a los créditos desem-
bolsados entre el 1° de enero de 1993 y el 31 de
diciembre de 1999. (Art. 41 Ley 546 de 1999)
328
Corte Constitucional. Sentencia C-955 de 2000. M.P. José Gregorio Hernández Galindo.
329
La Corte Constitucional en la sentencia C-955 de 2000 consideró que no tenía fundamento
constitucional alguno el tratamiento diverso que planteaba la Ley 546 de 1999 con respecto a quienes
se encontraran en mora en el pago de sus créditos hipotecarios, quienes según el artículo 42 debían
209
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Para efectos de determinar el saldo total de cada obligación, se adicionará el valor que en
la misma fecha tuviere el crédito otorgado por el Fondo de Garantías de Instituciones
Financieras, Fogafín, en virtud de lo dispuesto por los artículos 11 y 12 del Decreto
Extraordinario 2331 de 1998, cuando fuere del caso.
2. El establecimiento de crédito reliquidará el saldo total de cada uno de los créditos, para
cuyo efecto utilizará la UVR que para cada uno de los días comprendidos entre el 1°
de enero de 1993 y el 31 de diciembre de 1999, publique el Ministerio de Hacienda y
Crédito Público, de conformidad con la metodología establecida en el Decreto 856 de
1999.
expresar por escrito su deseo de acogerse a los alivios. La operación de reliquidación se efectuó a
todos los deudores de créditos destinados a la financiación de vivienda individual a largo plazo vigentes
para el 31 de diciembre de 1999.
210
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
(…)
A la luz de la Constitución, aunque la prohibición del artículo 150, numeral 10, no fuera
tan expresa y contundente, mal estaría admitir que el Gobierno se pudiese autorizar a sí
mismo, aun revestido de poderes extraordinarios, para regular las materias de ahorro y
crédito, y menos que le fuese dado estipular, para él, un marco de actuación exento de
la restricción inherente a la figura constitucional que se estudia. Esta supone una doble
competencia en etapas sucesivas, para que, evitando la concentración funcional en ma-
nos del Ejecutivo, sea otro órgano del Estado –el legislativo– el que, al expedir reglas,
criterios y pautas, delimite y controle por anticipado las gestiones de aquel”331.
211
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
(...)
Lo anterior quiere decir que el Gobierno sobrepasó el término establecido en el artículo 49 transitorio, y
es evidente que al usar el Gobierno las facultades extraordinarias, conferidas con el fin de actualizar el
Estatuto Orgánico del Sistema Financiero, para expedir el marco normativo sobre financiación de vivienda
a largo plazo, que ha debido expedir el Congreso, violó la Constitución. […] En conclusión, el Gobierno no
elaboró los proyectos en la materia aludida –que es la del presente proceso de constitucionalidad–, ni los
presentó dentro del término que se le concedía por la norma transitoria (art. 49 transitorio C.P.) y por lo tanto,
el mecanismo de legislación extraordinaria ya mencionado no podía operar, toda vez que jamás principió
a transcurrir el plazo para el Congreso. La iniciación del respectivo término en contra del Congreso exigía
que, a su vez, el Ejecutivo hubiese actuado dentro del suyo. Por tanto, el Presidente de la República carecía
de competencia para expedirlas; invadió la órbita propia del Congreso de la República; vulneró el artículo
113 de la Constitución y desconoció las reglas previstas en los artículos 51, 150, numeral 19, literal d); 189,
numerales 24 y 25, y 335 Ibídem, y, por supuesto, ejerció una representación, a nombre del pueblo, por
fuera de los requisitos constitucionales, quebrantando el principio medular del artículo 3º de la Constitución.
Se declarará la inexequibilidad de las normas que, en el Decreto 663 de 1993, estructuran el sistema
UPAC”. Corte Constitucional. Sentencia C-700 de 1999. M.P. José Gregorio Hernández Galindo.
212
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
Ello significa entonces, que el artículo 121 del Decreto ley 663 de 1993, así
como las demás normas que fueron declaradas inexequibles por la Corte en la sen-
tencia aludida, también adolece del mismo vicio, pues “el Presidente de la Repú-
blica carecía de competencia para expedirlas; invadió la órbita propia del Congreso
de la República, vulneró el artículo 113 de la Constitución y desconoció las reglas
previstas en los artículos 51, 150, numeral 19, literal d); 189, numerales 24 y 25,
y 335 ibídem y, por supuesto, ejerció una representación, a nombre del pueblo,
por fuera de los requisitos constitucionales, quebrando el principio medular del
artículo 3º de la Constitución”.
Si bien es verdad que el artículo 121 del Decreto ley 0663 de 1993 se encuentra ubicado
en la parte general de ese estatuto y, por ello, regula lo atinente a los sistemas de pago e
intereses en operaciones de crédito de mediano y largo plazo, es igualmente cierto que en
cuanto los créditos para la adquisición de vivienda son de esta especie, también le serían
aplicables las disposiciones contenidas en esa norma legal.
213
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Las tasas de interés aplicables a los créditos de vivienda deben ser intervenidas por el
Estado; no pueden ser pactadas por los contratantes en un plano de absoluta autonomía
por cuanto su determinación según las fluctuaciones del mercado hace posible que las
instituciones financieras, prevalidas de su posición dominante, impongan a sus deudores
tasas y márgenes de intermediación excesivamente altos, haciendo nugatorios sus dere-
chos constitucionales a la vivienda y al crédito, y que se produzca un traslado patrimonial
a favor de tales entidades que implique la ruptura del equilibrio que debe existir en esas
relaciones contractuales, y por el cual deben velar las autoridades competentes.
333
Las cuales por disposición de la Ley 546 de 1999 debieron transformarse en establecimientos bancarios
con sección hipotecaria.
214
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
Es un hecho públicamente conocido que los deudores de las entidades crediticias no pac-
tan en realidad con ellas las tasas de interés, ni las discuten, y que, por el contrario, en una
posición de absoluta indefensión, los intereses les son impuestos, de modo que deben
optar, sin remedio, entre aceptarlos y no tomar el prestamo, ya que suscriben contratos
por adhesión334.
Al respecto, considera la Corte que con una norma tan indefinida, los usuarios,
quedan sometidos (sin consideraciones ni defensa) a las leyes del mercado y en
manos de las entidades del sector financiero, que les habrán de imponer las tasa de
interés que a bien tengan, como si la Constitución Política no se hubiera resuelto
por el Estado Social de Derecho. Por todo esto, la Corte considera que es com-
petencia de la Junta Directiva del Banco de la República fijar la tasa máxima de
interés remuneratorio que se puede cobrar por las entidades financieras en créditos
de vivienda.
– Esta tasa de interés será siempre inferior a la menor de todas las tasas reales
que se están cobrando en el sistema financiero, según certificación de la
334
Corte Constitucional. Sentencia C–955 de 2000. M.P. José Gregorio Hernández Galindo.
335
En este tema la Corte Constitucional acoge lo manifestado en la intervención de la Decana de la Facultad
de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, quien advirtió que la Ley 546 “renuncia
a su capacidad de intervención en la determinación de la tasa de interés remuneratoria y, al contrario,
deja la decisión en manos del mercado y en particular de la entidad financiera, otorgando además una
garantía mínima de protección al usuario en el sentido de que “dicha tasa de interés será fija durante toda
la vigencia del crédito” y deja una insólita posibilidad “a menos que las partes acuerden una reducción de
la misma”, la cual por supuesto es imposible de practicar por sugerencia o solicitud del deudor individual”.
Corte Constitucional. Sentencia C–955 de 2000. M.P. José Gregorio Hernández Galindo.
215
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
216
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
De esta manera, la Corte establece de manera precisa los criterios que deben
caracterizar un sistema de financiación de vivienda individual a largo plazo, en
el que las tasas de interés son intervenidas por el Estado en aras de hacer efectivo
el derecho constitucional a una vivienda digna contenido en el artículo 51 de la
Carta Política.
336
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General No. 4. El derecho a una
vivienda adecuada. Doc. E/1991/23. 1991. Párrafos 8 c) y e).
217
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
337
Corte Constitucional. Sentencia C-251 de 1996. M.P. Alejandro Martínez Caballero. En esta ocasión la
Corte Constitucional revisó la constitucionalidad del artículo 58 de la Ley 9ª de 1989.
338
Corte Constitucional. Sentencia T-831 de 2004. M.P. Jaime Araújo Rentería.
218
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
entre otros: 1. Ley 9ª de 1989 “Por la cual se dictan normas sobre Planes de Desarrollo
Municipal, compraventa y expropiación de bienes y se dictan otras disposiciones”, defi-
nió las viviendas de interés social como aquellas soluciones de vivienda cuyos precios de
adquisición o adjudicación sean iguales o inferiores de 100 a 135 salarios mínimos legales
mensuales, según el número de habitantes de la ciudad donde se encuentre ubicado el
bien y además determinó entre otros asuntos, que los municipios deberán reservar dentro
de sus planes de desarrollo un área suficiente para adelantar esos planes de vivienda. 2.
Ley 49 de 1990 ‘Por la cual se reglamenta la repatriación de capitales, se estimula el merca-
do accionario, se expiden normas en materia tributaria, aduanera y se dictan otras disposicio-
nes’, estipuló en su capítulo XI la ‘Financiación de la vivienda de interés social’, y previó
que cada Caja de Compensación Familiar está obligada a constituir un fondo para el
subsidio familiar de vivienda, el cual será asignado en dinero o en especie de acuerdo con
las políticas trazadas por el Gobierno Nacional. También estipuló esta norma que el
subsidio será otorgado prioritariamente a los afiliados a la propia caja de compensación,
a los afiliados a otras cajas o también, para aquellos que no se encuentren afiliados, siem-
pre que sus ingresos sean inferiores a 4 salarios mínimos mensuales. 3. Ley 3ª de 1991,
‘Por la cual se crea el Sistema Nacional de Vivienda de Interés Social, se establece el subsidio
familiar de vivienda, se reforma el Instituto de Crédito Territorial, ICT, y se dictan otras dis-
posiciones’, determinó que el Sistema lo integran las entidades públicas o privadas que
cumplan funciones de financiación, construcción y legalización de título de vivienda de
interés social, con el propósito de racionalizar y hacer más eficientes los recursos y el de-
sarrollo de políticas de vivienda de interés social. Para tal efecto, creó, en reemplazo del
Instituto de Crédito Territorial ICT, el Instituto Nacional de Vivienda de Interés Social
y Reforma Urbana, Inurbe, para la administración de los recursos del Subsidio familiar
de Vivienda y prestar asistencia técnica, entre otras funciones. Definió el subsidio de vi-
vienda como un ‘(...) aporte estatal en dinero o en especie, otorgado por una sola vez al bene-
ficiario con el objeto de facilitarle una solución de vivienda de interés social, sin cargo de resti-
tución siempre que el beneficiario cumpla con las condiciones que establece esta Ley. La
cuantía del subsidio será determinada por el Gobierno nacional de acuerdo con los recursos
disponibles, el valor final de la solución de vivienda y las condiciones socioeconómicas de los
beneficiarios’. Consideró como beneficiarios del subsidio a aquellos hogares que carezcan
de recursos suficientes para obtener una vivienda, mejorarla o habilitarla, cuyas postula-
ciones serán definidas por orden secuencial y según el beneficiario efectúe aportes como
ahorro previo, cuota inicial, materiales. 4. Ley 388 de 1997 ‘Por la cual se modifica la Ley
9ª de 1989 y la Ley 3ª de 1991 y se dictan otras disposiciones’, fue expedida con el propósi-
to de asegurar que los recursos en dinero o en especie que destine el Gobierno Nacional
para la vivienda de interés social, se dirijan prioritariamente a atender la población más
pobre del país. Es así como, definió la Vivienda de Interés Social como aquella que se
desarrolle para garantizar el derecho a la vivienda de los hogares de menores ingresos y
estableció que en cada Plan Nacional de Desarrollo, el Gobierno Nacional determinará
el tipo y precio de la solución de vivienda teniendo en cuenta aspectos tales como, el
déficit habitacional, las posibilidades de acceso al crédito de los hogares, las condiciones
de la oferta y las sumas de fondos del Estado destinados a los programas de vivienda. 5.
219
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
Ley 546 de 1999 o Ley Marco para la Financiación de Vivienda, estipuló en el Capítulo
VI, la Vivienda de Interés Social, y determinó que dentro de los planes de ordenamiento
territorial deberá contemplarse zonas amplias y suficientes para la construcción de vivien-
da de interés social que se estipulen dentro de los planes de desarrollo, de tal manera que
se garantice el cubrimiento del déficit habitacional para la vivienda de interés social.
Definió también criterios para la distribución regional de los recursos del subsidio de
vivienda de interés social y estableció la obligación para los establecimientos de crédito de
destinar recursos para la financiación de este tipo de vivienda, así como la asignación de
recursos del presupuesto nacional para el otorgamiento de tales subsidios. 6. Ley 812 de
2003, ‘Por la cual se aprueba el Plan Nacional de Desarrollo 2003-2006 hacia un Estado
comunitario’, determinó el ahorro como un requisito para la obtención del Subsidio Fa-
miliar de Vivienda, materializado en una cuenta de ahorro programado; en las cesantías
de los miembros del hogar postulante; en los aportes periódicos que se hagan en fondos
o cooperativas; en el lote y el avance de obra. Consagró en el Parágrafo 1º del artículo 94,
como excepción para el requisito del ahorro: ‘... los hogares objeto de programa de reubica-
ción de zonas de alto riesgo no mitigables, los de población desplazada, los de víctimas de actos
terroristas, los de desastres naturales y los hogares con ingresos hasta de dos (2) smlm que tengan
garantizada la totalidad de la financiación de la vivienda.’ (Negrilla fuera del texto). 7. Los
decretos 975 y 3111 de 2004, mediante los cuales se reglamentó el Subsidio Familiar de
Vivienda de Interés Social en dinero y en especie, respectivamente, previeron, al igual que
el Plan Nacional de Desarrollo, excepciones al requisito del ahorro para la obtención del
subsidio y consagraron prioridades para su asignación a varios grupos de población, entre
ellos, los hogares objeto de programas de reubicación de zonas de alto riesgo no mitiga-
bles. Así, el Decreto 975 de 2004, ‘Por el cual se reglamentan parcialmente las Leyes 49 de
1990, 3 de 1991, 388 de 1997, 546 de 1999, 789 de 2002 y 812 de 2003 en relación con
el Subsidio Familiar de Vivienda de Interés Social en dinero para áreas urbanas’, que derogó
expresamente el Decreto 2620 de 2000, estipuló dicha excepción en su artículo 21, así
[Este Decreto 975 del 31 de marzo de 2004, fue modificado parcialmente por el Decre-
to 3169 del 29 de septiembre de 2004] ‘Artículo 21. Ahorro previo. Los aspirantes al Sub-
sidio Familiar de Vivienda se comprometerán a realizar aportes con el fin de reunir los recur-
sos necesarios para la adquisición, construcción o mejoramiento de una vivienda de interés
social. Dicho ahorro previo es requisito para la obtención del Subsidio Familiar de Vivienda,
aunque su existencia en ningún caso implica para las entidades otorgantes la obligación de
asignarlo. El cumplimiento del compromiso de ahorro es responsabilidad de los ahorradores.
Será informado obligatoriamente por la entidad captadora de recursos, y evaluado, para efec-
tos de la calificación de las postulaciones, por las entidades otorgantes del Subsidio con base en
la fórmula establecida en el artículo 37 del presente Decreto. Parágrafo. Se exceptúan para
efectos del requisito del ahorro, los hogares con ingresos hasta de dos (2) smlmv que tengan
garantizada la totalidad de la financiación de la vivienda, los hogares objeto de programas de
reubicación de zonas de alto riesgo no mitigable, los de población desplazada, los de víctimas
de actos terroristas, los de desastres naturales. Igualmente, las familias reubicadas en el conti-
nente como solución del problema de población del departamento Archipiélago de San Andrés,
Providencia y Santa Catalina.’ (Negrilla fuera del texto). Por su parte, el Decreto 3111 de
220
ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
2004 ‘Por el cual se reglamentan las Leyes 3ª de 1991, 708 de 2001 y 812 de 2003 y se
modifica el artículo 18 de Decreto 951 de 2001’ estipuló en el literal f) del artículo 2º,
modificado por el Decreto 3745 de 2004, las siguientes prioridades para la asignación de
los subsidios de vivienda de interés social, en especie: ‘f) Para la asignación de los subsidios
se dará prioridad a los hogares postulantes conformados por personas vinculadas a los progra-
mas de reinserción; familias localizadas en zonas críticas donde se implemente el programa de
seguridad Democrática, soldados regulares, profesionales y campesinos. Igualmente se dará
prioridad al conjunto de postulantes que se encuentren oficialmente censados en programas de
reubicación por riesgos naturales no mitigables o procesos de renovación urbana certificados
por el municipio.’ (negrilla y cursiva original del texto)339.
339
Corte Constitucional. Sentencia T-079 de 2008. M.P. Rodrigo Escobar Gil.
221
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
los criterios y metodologías señaladas por las comisiones de regulación respectivas, régi-
men que también puede ser aplicable a las empresas que tengan una posición dominante
si así lo conviene la correspondiente comisión de regulación; y, en el régimen de liber-
tad vigilada las empresas pueden determinar libremente las tarifas por los servicios que
prestan con la obligación de informar por escrito a la comisión de regulación respectiva
sobre las decisiones tomadas en esta materia, régimen que se aplica a las empresas que
no tienen una posición dominante en su mercado o cuando existe competencia entre
proveedores340.
340
Corte Constitucional. Sentencia C-389 de 2002. M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
222
CAPÍTULO V
ADECUACIÓN
CULTURAL
DE LA VIVIENDA
5. ADECUACIÓN CULTURAL DE LA VIVIENDA
L
a adecuación cultural, como componente del derecho a la vivienda digna y
adecuada, ha sido definida de la siguiente manera por parte del Comité de
DESC de Naciones Unidas en la Observación General No. 4:
341
“En el mismo informe se dice que, en el caso óptimo, una vivienda adecuada estimula la salud física y
mental. Ofrece a las personas seguridad sicológica, vínculos físicos con su comunidad y cultura, y un
medio de expresar su individualidad”. Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como
parte del derecho a un nivel de vida adecuado. Doc. E/CN.4/Sub.2/1995/12. 12 de julio de 1995.
225
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
226
5. ADECUACIÓN CULTURAL DE LA VIVIENDA
Entre las condiciones materiales de existencia digna se encuentra sin duda la vivienda.
Otros elementos como la alimentación, la salud y la formación son también indispensa-
bles. Pero en este negocio importa poner de manifiesto el carácter vital que tiene para la
dignidad el gozar de una vivienda.
343
Corte Constitucional. Sentencia C-575 de 1992. M.P. Alejandro Martínez Caballero.
344
Resulta necesario señalar que hasta el momento la Corte Constitucional no ha aplicado el principio de
adecuación cultural de la vivienda en el examen de normas del control abstracto de constitucionalidad, ni
tampoco en caso alguno sometido a su considerado por la vía de la revisión de sentencias en procesos de
tutela. Las únicas referencias que al respecto se encuentran en la jurisprudencia de la Corte, reconocen la
adecuación cultural como uno de los componentes del derecho a la vivienda, aplicable en el orden interno
en virtud del artículo 93 constitucional, en apartes que constituyen solo obiter dicta.
345
Corte Constitucional. Sentencia C-936 de 2003. M.P. Eduardo Montealegre Lynett.
227
5. ADECUACIÓN CULTURAL DE LA VIVIENDA
229
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
(…)
63. En el informe de 2003 del Relator Especial sobre la situación de los derechos huma-
nos y las libertades fundamentales de los indígenas (E/CN.4/2003/90) se trató, en par-
ticular, de los efectos de los proyectos de desarrollo en los pueblos indígenas. En Chile,
Colombia, Costa Rica, la India y Filipinas, entre otros países, la construcción de presas
para usos múltiples afecta particularmente a zonas con grandes poblaciones indígenas.
El Relator Especial también informó acerca de los efectos de otros grandes proyectos de
desarrollo sobre los derechos de los pueblos indígenas, como el Plan Puebla-Panamá de
los países centroamericanos y México. Los principales efectos de esos proyectos en mate-
ria de derechos humanos son la pérdida de territorios y tierras tradicionales, los desalojos,
la migración y el futuro reasentamiento, el agotamiento de los recursos necesarios para
la supervivencia física y cultural, la destrucción y contaminación del medioambiente, la
desorganización social y comunitaria, y los efectos negativos a largo plazo sobre la salud
y la nutrición así como, en algunos casos, el hostigamiento y la violencia346.
346
Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida
adecuado. Doc. E/CN.4/2004/48. 8 de marzo de 2004.
347
Corte Constitucional. Sentencia T-585 de 2006. M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra. Un pronunciamiento
semejante hace la Corte en la Sentencia T-057 de 2008. M.P. Jaime Córdoba Triviño. En estos dos
casos la Corte hace alusión al principio de adecuación cultural de la vivienda, sin que, no obstante, este
tenga un peso significativo en las órdenes que imparte o en la decisión del caso concreto.
230
5. ADECUACIÓN CULTURAL DE LA VIVIENDA
348
Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida
adecuado. Doc. E/CN.4/2004/48. 8 de marzo de 2004.
231
5. ADECUACIÓN CULTURAL DE LA VIVIENDA
349
Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada, como parte del derecho a un nivel de vida
adecuado. Doc. E/CN.4/Sub.2/1993/15. 22 de junio de 1993.
233
EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA
234
5. ADECUACIÓN CULTURAL DE LA VIVIENDA
la construcción de vivienda. Se trata de una obligación que tiene que ver tanto
con la accesibilidad económica (razón por la cual se hizo referencia a ella en el
capítulo inmediatamente anterior), como con la adecuación cultural. En cuanto
a esta, conviene señalar que sí debe procurarse que los materiales utilizados en la
construcción de las viviendas respeten la identidad cultural de las personas que las
habitan, ello supone que el Estado garantice la disponibilidad de una oferta sufi-
ciente de estos, que esté al alcance de quienes quieran hacer uso de ellos.
350
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Informe sobre el quinto período de sesiones.
26 de noviembre a 14 de diciembre de 1990. Observaciones al Informe de la República del Ecuador.
E/1991/23 - E/C.12/1990/8, par. 141.
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ACCESIBILIDAD ECONÓMICA DE LA VIVIENDA
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DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA En la Constitución, la Jurisprudencia y los Instrumentos Internacionales de derechos humanos