Aprender A Vivir Juntos y A Convivir Con Los Demás
Aprender A Vivir Juntos y A Convivir Con Los Demás
Aprender A Vivir Juntos y A Convivir Con Los Demás
“La idea de convivir con las y los demás es un instrumento entre varios para
combatir los prejuicios que impiden la concertación. De esta manera,
parecería adecuado que la educación se diera a dos niveles; en un primer
nivel, en el descubrimiento gradual del otro; en un segundo nivel, en la
participación de trabajos en común, con un método de solución de conflictos
presentes. Descubrir al otro u otra tiene una doble misión, una que es
enseñar la diversidad de la especie humana, la otra contribuir a una toma de
conciencia de las semejanzas y la interdependencia entre todos los seres
humanos; ello teniendo en cuenta que el descubrimiento del otro pasa
forzosamente por el descubrimiento de uno mismo o una misma”. (Cabildo
Verde 2008b)
Esto quiere decir que hay que aprender a vivir junto con los demás en una cultura de
paz, respetando los derechos de los demás y, sobre todo, respetando todas las formas
de vida sobre el planeta.
Para poder tener una convivencia pacífica, para interactuar y conocer a los demás y
para lograr trabajar por objetivos comunes, es importante desarrollar una serie de
valores y actitudes como los que se señalan a continuación:
Los niños y niñas deben aprender que cuidar el medio ambiente es cuidar la vida
humana. Es importante, pues, que aprendan que el ser humano tiene la
responsabilidad de utilizar los recursos con sabiduría, de vivir, no de destruir.
La escuela es un lugar idóneo para que niños y niñas desarrollen su conciencia sobre
el medio ambiente. Tener conciencia ambiental implica que los niños y las niñas
conozcan el ambiente, lo cuiden, lo protejan y conserven. Es importante recordar que
para que ellos puedan asimilar estos conceptos y desarrollar esa conciencia se
requiere que puedan vivirlos a través de experiencias significativas y cotidianas.
Los niños y niñas deben aprender que cuidar el medio ambiente es cuidar la vida
humana. Es importante, pues, que aprendan que el ser humano tiene la
responsabilidad de utilizar los recursos con sabiduría, de vivir, no de destruir.
La escuela es un lugar idóneo para que niños y niñas desarrollen su conciencia sobre
el medio ambiente. Tener conciencia ambiental implica que los niños y las niñas
conozcan el ambiente, lo cuiden, lo protejan y conserven. Es importante recordar que
para que ellos puedan asimilar estos conceptos y desarrollar esa conciencia se
requiere que puedan vivirlos a través de experiencias significativas y cotidianas.
APRENDER A SER
Este cuarto pilar de la educación nos dice que la educación debe contribuir al
desarrollo integral de cada persona. Cada uno es una unidad, es decir, tiene un cuerpo,
una mente, una sensibilidad, un sentido estético, una responsabilidad individual y una
espiritualidad.
Búsqueda del bien común. Esto implica que niños y niñas se respeten a sí mismos y
respeten al otro y, también, que aprendan a actuar con justicia, solidaridad y actitud
de servicio.
Desde sus inicios, el ser humano ha mantenido una relación estrecha con el medio
ambiente, relación que de acuerdo a las épocas ha ido cambiando, pasando por
diferentes momentos: desde una relación de comunión y respeto, hasta una de
desprotección y explotación indiscriminada. Hoy en día, el ser humano trata
nuevamente de encontrarse y reconciliarse con el medio ambiente, sintiendo cada vez
una mayor necesidad de proteger nuestro medio ambiente como forma de resguardar
y preservar la vida.
Finalmente, hay que tener en cuenta que estos cuatro pilares de la educación ‒
aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y a convivir con los
demás y aprender a ser‒ son tomados en consideración en la programación curricular
del DCN y apuntan a que los educandos se desarrollen de manera integral hasta
egresar de la Educación Básica Regular. Para ello, deberán ejercitarse a través del
desarrollo de las competencias correspondientes.